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UNIVERSIDAD NACIONAL DE TRUJILLO

FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES

ESCUELA PROFESIONAL DE ARQUEOLOGÍA

ESTUDIANTES:

Alfaro Reyna, Xiomara Estefanny

Guevara Flores, Damaris Esther

Herrera Rodríguez, Jhonatan Agustín

Moreno Balderrama, Nilson

SEMESTRE:

2020-II

CURSO:

Conservación Patrimonio Cultural

DOCENTE:

Dr. Ricardo Morales Gamarra


LA CARTA DE BURRA
La Carta de Burra provee una guía para la conservación y gestión de los sitios de
significación cultural, fue adoptada el 19 de agosto de 1979 por el ICOMOS/Australia; La
cual tuvo 3 actualizaciones (1981;1988;1989).
La carta establece normas de prácticas para aquellos que prestan asesoramiento y
realizan trabajo en sitios de significación cultural. El uso de ella se basa en la significación
cultural, política de conservación, procedimientos para llevar a cabo estudios e informes y
códigos sobre ética de coexistencia en la conservación de sitios de significación. Se aplica
a todo tipo de sitios incluyendo los naturales, indígenas e históricos que contengan
valores culturales.
Se busca hacer todo lo necesario para proteger un sitio y hacerlo útil, conservando
siempre su significado original, cambiándolo lo menos posible. Estos sitios deben ser
conservados para las siguientes generaciones ya que enriquece la vida del pueblo, son
referentes históricos, reflejan la diversidad de las comunidades.
La carta consta de 34 artículos, divididos en cuatro temas principales; definiciones,
principios de conservación, procesos de conservación y prácticas de conservación.
El primer capítulo contiene los conceptos principales de la conservación que integran este
documento, como la identificación del sitio, recopilación y registro de información para
comprender la significación, mantenimiento, preservación, reconstrucción, adaptación,
fábrica, uso, sitio relacionado e interpretación.
El segundo capítulo consta de los principios de conservación, donde los monumentos y
sitios de significación deberán ser salvaguardados, se basa en el respeto por el tejido
histórico existente y debe significar la mínima intervención física, sin distorsionar la
evidencia que posee. La meta de la conservación es mantener el valor cultural de un lugar
y debe incluir medidas para su seguridad y mantenimiento y su futuro.
El tercer capítulo, involucra todos los procesos de conservación, cuando el estado actual
del tejido histórico en sí constituye evidencia de un valor cultural específico, o cuando no
existe suficiente evidencia que permita implementar otros procesos de conservación.
El Cuarto capítulo consiste en la práctica de conservación, para realizar una buena
aplicación de la carta radica en la realización del estudio y análisis de evidencia física,
documental, oral y de otra naturaleza. Así como informes del significado cultural del sitio o
monumento y siempre de la mano de las políticas que rigen a la carta.
Los artículos descritos en la carta pueden ser aplicados en diversos contextos de manera
perfecta siguiendo la guía de conservación y los elementos que nos describen en ella.

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