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FUNDACION UNIVERSITARIA CATÓLICA DEL NORTE

UNIVERSIDAD CATÓLICA DE ORIENTE

FACULTAD DE EDUCACIÓN
PROGRAMA: MAESTRÍA EN EDUCACION

CURSO: SEMINARIO DE INVESTIGACION III

ACTIVIDAD No. 2 CONFIABILIDAD Y VALIDEZ CUALITATIVA.

DOCENTE FACILITADOR:
DIEGO FERNANDO ZULUAGA AVENDAÑO Msc

MAESTRANTE
ENOTH ALFONSO PERTUZ ECHAVARRIA

MONTERIA
MARZO
2015
ANÁLISIS DE LOS DATOS: CONFIABILIDAD Y VALIDEZ CUALITATIVA.

Podemos decir que la finalidad de este trabajo de relatoría es esbozar una perspectiva
general de la confiabilidad y la validez, desde el enfoque cualitativo creado como una
construcción fundada en el contexto de una idea positivista del mundo contemporáneo, de la
ciencia y la investigación social como base de lo que se puede desarrollar, encontrar y crear a
través de una investigación de un fenómeno, que se manifiesta en contextos geográficos en la
realidad de nuestros territorios rurales o urbanos. Es así como la confiabilidad y validez son
constructos inherentes a la investigación desde la perspectiva positivista para otorgarle a los
instrumentos y a la información recabada, exactitud y consistencia necesarias para efectuar las
generalizaciones de los hallazgos, derivadas del análisis de las variables en estudio.

El autor LUIS PORTA y MIRIAM SILVA, sitúan este estudio como parte de un
proyecto en el que intervienen investigadores de varias Universidades y que permitirá realizar
estudios comparados en torno a la temática que se aborda. Krippendorff (1980:28), define el
Análisis de Contenido como “la técnica destinada a formular, a partir de ciertos datos,
inferencias reproducibles y válidas que puedan aplicarse a un contexto”.

Para HABERMAS, la finalidad de la teoría es capacitar a los individuos a través de la


reflexión y el entendimiento de sus propios pensamientos para que se conozcan a sí mismos y
facilitar la toma de conciencia del proceso de formación social que condiciona su realidad y
percepción que tienen de la misma. Desde el punto de vista metodológico, la investigación
social se presenta dentro del enfoque cualitativo, descansa siguiendo los lineamientos del método
investigativo inductivo; en ese sentido, nos apoyaremos en la fenomenología para darle
comprensión e interpretación al fenómeno social de esta investigación; utilizando como técnicas
e instrumentos de recolección de la información, la observación, la entrevista y el análisis
documental.

En cuanto al análisis de la información el investigador transcribe la información lo más


cercana posible al desarrollo de cada investigador, de tal manera que se ajuste fielmente a lo
referido y se tengan en cuenta todos los detalles que surgen en el momento en cuanto a actitudes,
gestos u otras expresiones del interlocutor, en el contexto que pueden olvidarse fácilmente.
También se sugiere ampliar el número de participantes en un momento dado y utilizar grupos
focales o de discusión con el fin de contrastar, confirmar, descartar o validar las elaboraciones
del investigador a partir de la información recogida en el proceso.

Los pasos a seguir en el examen de los datos hasta obtener su interpretación, son los
procedimientos analíticos del modelo de investigación elegido como los objetivos, el universo, y
los documentos. Las fases del procedimiento a seguir en el Análisis de Contenido son:

1° Fase: Determinar los objetivos que se pretenden alcanzar, 2° Fase: Definición del universo
que se pretende estudiar. 3° Fase: Elección de documentos: El cuerpo de unidades de contenido
seleccionado. 4° Fase: Definición de las finalidades centrales que persigue la investigación. 5°
Fase: Elaboración de indicadores o definición de unidades de análisis: Constituyen los núcleos
de significado propio que serán objeto de estudio para su clasificación y recuento. 6° Fase:
Reglas de numeración o recuento: Se refiere a la forma de contar las unidades de registro
codificadas. 7° Fase: La categorización: Consiste en la operación de clasificar los elementos de
un conjunto a partir de ciertos criterios previamente definidos. 8° Fase: Exploración del material.
9° Fase: La fiabilidad y validez.

Las categorías resultan de los análisis de la información y su aplicabilidad de los


instrumentos para recoger información, tales categorías serian: El Docente y el valor de su
práctica, La interacción alumno-docente, La actividad discursiva en el aula, Lectura de contexto,
Convivencia Escolar, Competencias ciudadanas, Conflicto Moral, entre otras que regulan la
interacción de los actores del contexto estudiado, así como la política educativa que se desarrolla
en el país, en las regiones y los territorios desde una orientación generalizada. Ahora en estas
investigaciones se dan las subcategorías como: la escuela, la familia, los docentes, la comunidad
estudiantil, entre otros. Las subcategorías están dentro de las categorías principales y estas
interrelacionan e interactúan entre ellas en forma interna con interdependencia entre ellas; y
resultan de la investigación de los fenómenos estudiados y hacen parte de la información que se
analiza, pudiendo así dar rienda suelta a descripción semántica de lo que son cada una de ellas,
robusteciendo el aspecto literal de la investigación, y así desbordar toda la teorización y
conceptualización de los procesos que conforman el corpus de la investigación. “Estas etapas
llevan implícita la aceptación de unos determinados principios y un marco conceptual de
referencia bajo el cual trabaja la comunidad de investigadores y en virtud del cual se genera una
interpretación particular de la realidad”. (COLAS BRAVO: 1994, 45).

El proceso de codificación consiste en organizar la información en grupos de un mismo


significado; “se entiende por código al segmento o elemento más básico de información en crudo
que se pueda considerar como significativa en relación con el tema bajo estudio” (Boyatzis,
1998, p. 63). La codificación se refiere a la asignación de un símbolo o código, a cada una de las
categorías. En un sentido más amplio, codificar para analizar la información cualitativa
(documentos) supone un método de clasificación de la información que posee tres características
fundamentales (ARROYO, 1998: 285).

Durante el proceso de codificación se trabaja sistemáticamente a lo largo de toda la


información siguiendo las pautas sugeridas por Braun y Clarke (2006) para esta etapa del análisis
de la información. Se debe codificar la mayor cantidad posible de patrones en la información y
se incorpora en cada código la suficiente información como para no perder la perspectiva del
contexto; pues así se considera que un mismo extracto de datos puede codificarse más de una
vez. Esta codificación es inductiva partiendo de los datos y la codificación teórica. Este
paradigma defiende la sociedad como una realidad que se crea y mantiene a través de
interacciones simbólicas y pautas de comportamiento. Este planteamiento, también llamado
“interpretativo”, deriva de la fenomenología social de SCHUTZ y de la sociología del
conocimiento de BERGER Y LUCKMAN, y considera que la interacción de los individuos es el
origen de la elaboración y el mantenimiento de las normas que rigen la vida social. Desarrollo
de categorías de codificación: Consistirá en un proceso de clasificación de datos en torno a ideas,
temas y conceptos que irán emergiendo de la lectura del propio material de estudio. La
identificación de las categorías emergentes es un proceso relacionado no sólo con el material de
análisis sino con la formación y el propio marco teórico de la investigación.
Luego de haber fijado las categorías y definidas las unidades es necesario reconocer
objetivamente la presencia o ausencia de las categorías en los documentos seleccionados. En
función de los criterios previamente definidos, codificamos el material escrito. Esta operación
requiere el dominio de las siguientes habilidades (ARROYO: 1998, 293):

1. Identificar unidades de registro de acuerdo a los criterios establecidos. 2. Asociar el


significado de las unidades de registro con las unidades de significación de valor y antivalor
clasificadas a tal efecto en el inventario. 3. Asignar el código de la categoría correspondiente a
las unidades de registro, por lo que este proceso o fase, recibe el nombre de codificación del
material.

Es una característica básica que han de poseer todos los métodos. En el análisis de
contenido, la fiabilidad se estima calculando el porcentaje de veces que varios codificadores
independientes coinciden cuando codifican el mismo material. En nuestro caso, el material fue
codificado dos veces por el mismo codificador, contrastando sus percepciones y dificultades de
interpretación con expertos y arribando a un porcentaje de acuerdo en la asignación de códigos e
identificación de unidades de registro. En la revisión pretendemos valorar si las categorías
reúnen las siguientes características:

1.- Exhaustividad: Agotar el contenido de la totalidad de los documentos. 2.- Exclusión mutua:
Unidad de registro, puesto que, no puede pertenecer a varias categorías. 3.- Homogeneidad:
Definición de las categorías que deben estar efectuadas de acuerdo a un mismo principio de
clasificación. 4.- Pertinencia: Adaptación al material de análisis seleccionado y perteneciente al
cuadro teórico elegido, y que será considerado pertinente. 5.- Objetividad y fidelidad: Sometida a
varios analistas, trozos de un mismo material aplicado a la misma plantilla de categorías, deberán
estar codificados de la misma manera. 6.- Productividad: Un conjunto de categorías es
productivo si proporciona resultados ricos, tanto en índices de inferencia como en nuevas
hipótesis.

La Interpretación y Consolidación teórica: Las ideas fundamentales que obtendremos se


emplearán para generar las explicaciones. Se relacionan los datos obtenidos con otros trabajos o
estudios y con marcos analíticos más generales, dentro de los que cobran sentido los datos
estudiados. De esta manera se intenta integrar los hallazgos obtenidos dentro de áreas de interés
más amplias.

Para el segundo libro ANÁLISIS DE INFORMACIÓN CUALITATIVA, la revisión de


las distintas tareas de análisis y considerando que los datos aparecen en forma textual, como
ocurre en la mayor parte de las ocasiones o cuando se traslada la información a texto escrito,
Miles y Huberman (1994: 12). Aquí se plantea la reducción de los datos que consiste en la
simplificación o selección de información para hacerla más abarcable y manejable. Las tareas de
reducción de datos constituyen procedimientos racionales que habitualmente consisten en la
categorización y codificación; identificando y diferenciando unidades de significado. También,
la reducción de datos supone seleccionar parte del material recogido, en función de criterios
teóricos y prácticos, así como cuando el investigador resume o esquematiza notas de campo. El
proceso de categorización implica varias fases: a) separación de unidades; b) identificación y
clasificación de unidades; y c) síntesis y agrupamiento.

Los criterios para dividir la información en unidades pueden ser muy diversos: espaciales,
temporales, temáticos, gramaticales, conversacionales o sociales. El más extendido consiste en
separar segmentos que hablan del mismo tema o temático, con la dificultad de encontrar
fragmentos de diversa extensión, a los que se aplica la distinción entre unidades de registro
(fragmentos que aluden a un mismo tema o tópico) y unidades de enumeración (unidad sobre la
que se realiza la cuantificación en líneas o minutos). Por ejemplo, si utilizamos el criterio
gramatical para realizar la separación de unidades podremos elegir entre las siguientes unidades
textuales. Una vez se recoge la información, el investigador emprende el camino de la
clasificación y categorización de la información hasta alcanzar la saturación, es decir, hasta
lograr que cada uno de los conceptos diga todo lo que tenga que decir y con la suficiente
contundencia. Cuando las categorías van apareciendo, también asoman las conexiones entre
ellas y precisamente es ello lo que permite armar el tejido, que entre más compacto sea, más
hilos cruzan; y es aquí donde van tomando fuerza las conjeturas que luego se convierten en
enunciados que explican la realidad.
Del trabajo de campo se derivan las categorías que más adelante son el constructo teórico.
El constructo, de acuerdo con la teoría de la complejidad de Edgar Morín es el que explica el
fenómeno; cada parte es posible explicarla a partir del todo y el todo se explica en relación con
cada una de las partes. La realidad es una construcción que parte de comprender las experiencias
humanas y la manera como dichas experiencias construyen la realidad en interacción con otros,
la comprensión del mundo pasa por la manera como se re-significa el mundo en que vivimos.
Una vez se formula el problema y los objetivos, se propone un diseño de investigación que
permita descubrir y comprender la estructura cultural del fenómeno que se está investigando. El
trabajo de campo comienza cuando se pone en marcha el diseño.

En investigación cualitativa no es usual trabajar con procesos de verificación de hipótesis


sino que se trabaja con conjeturas, hipótesis que momentáneamente se toman pero que pueden
igual abandonarse con la expectativa de que habrá otras que permitan explicar mejor lo que se
espera hacer y es por esto que es muy importante que el investigador esté abierto a las hipótesis
que van emergiendo, que se van modificando para hacer constructos que den explicaciones
consistentes y coherentes con los hechos. De acuerdo con Miguel Martínez “El enfoque
cualitativo se apoya en la convicción de que las tradiciones, roles, valores y normas del ambiente
en que se vive se van internalizando poco a poco y generan regularidades que pueden explicar la
conducta individual y grupal en forma adecuada”.

El tercer libro describe que, Parsons señala que "la condición más decisiva para que un
análisis dinámico sea válido, es que cada problema se refiera continua y sistemáticamente al
estado del sistema considerado como un todo" (en: Lyotard, 1989, p. 31). En un “sistema” se da
un conjunto de unidades interrelacionadas de tal manera que el comportamiento de cada parte
depende del estado de todas las otras, pues todas se encuentran en una estructura que las
interconecta. El camino que tratan de seguir hoy las metodologías que se inspiran en los
enfoques hermenéuticos, en la perspectiva fenomenológica y en las orientaciones etnográficas, es
decir, las metodologías cualitativas. Si nos adentramos más en el fenómeno “partes-todo”, y
enfocamos más de cerca su aspecto gnoseológico, diremos que hay dos modos de aprehensión
intelectual de un elemento que forma parte de una totalidad. Michael Polanyi (1966) lo expresa
de la siguiente manera: ...no podemos comprender el todo sin ver sus partes, pero tampoco
podemos ver las partes sin comprender el todo... Cuando comprendemos como parte de un todo a
una determinada serie de elementos, el foco de nuestra atención pasa de los detalles hasta ahora
no comprendidos a la comprensión de su significado conjunto. En sentido amplio y general,
diremos que una investigación tendrá un alto nivel de “validez” en la medida en que sus
resultados “reflejen” una imagen lo más completa posible, clara y representativa de la realidad o
situación estudiada.

Si la confiabilidad ha representado siempre un requisito difícil para las investigaciones


cualitativas, debido a la naturaleza peculiar de éstas (imposibilidad de repetir, stricto sensu, el
mismo estudio), no ha ocurrido lo mismo en relación con la validez. Al contrario, la validez es la
fuerza mayor de estas investigaciones. En efecto, la aseveración de los investigadores
cualitativos de que sus estudios poseen un alto nivel de validez deriva de su modo de recoger la
información y de las técnicas de análisis que usan. Esos procedimientos los inducen a vivir entre
los sujetos participantes en el estudio, a recoger los datos durante largos períodos de tiempo,
revisarlos, compararlos y analizarlos de manera continua, a adecuar las entrevistas a las
categorías empíricas de los participantes y no a conceptos abstractos o extraños traídos de otro
medio, a utilizar la observación participativa en los medios y contextos reales donde se dan los
hechos y, finalmente, a incorporar en el proceso de análisis una continua actividad de
realimentación y reevaluación. Todo esto garantiza un nivel de validez

Como conclusiones derivadas de este trabajo podemos enunciar algunas para finalizar lo
aprendido en este tema y que configura un fragmento importante en la construcción de la
investigación de todo proyecto. Los requerimientos de rigurosidad deben estar presentes en toda
investigación social, dando significados coherentes en sus apreciaciones con respecto a los
fenómenos observados, los cuales concuerden con las perspectivas epistemológicas que
sustentan toda investigación. Es una verdad que el resultado entre el cruce de relaciones entre
categorías y subcategorías producen más información para conceptualizar y entender aún más los
objetivos del al investigación. La redacción del informe final se construye una narrativa
sustentada en la argumentación que se deriva de la comprensión e interpretación de la
información recogida. El análisis es un proceso cíclico es un proceso analítico debe ser amplio y
sistemático pero no rígido; los datos se fragmentan y dividen en unidades significativas, pero se
mantiene su conexión con la totalidad; los datos se organizan en un sistema derivado de ellos
mismos. El conocimiento, siempre se construye por intereses que parten de las necesidades
naturales de la especie humana y que se configuran a través de las condiciones históricas y
sociales. La misión de las ciencias críticas es disolver las limitaciones sociales estructuralmente
impuestas, haciendo que los mecanismos causales subyacentes sean visibles para aquellos a
quienes afectan a fin de permitirles una superación de los problemas sociales.

Desde este punto de vista, la realidad es dinámica y evolutiva. La finalidad de la ciencia no ha de


ser solamente explicar y comprender la realidad, sino contribuir a la alteración de la misma.
Desde esta perspectiva, “la tarea de la investigación es sacar a la luz los supuestos y premisas
implícitos de la vida social sujetos a transformación en la investigación social. En ciencias
sociales la diversidad metodológica posibilita el estudio de la realidad social desde diferentes
ópticas, ya que ninguna perspectiva metodológica por sí sola responde totalmente a las preguntas
que pueden formularse en el contexto social.

El uso de técnicas de triangulación de los resultados obtenidos durante el trabajo de


campo ha gozado de un gran predicamento en la literatura de métodos de investigación social.
Una gran parte de los científicos sociales han considerado que cuanto mayor sea la variedad de
las metodologías, datos e investigadores empleados en el análisis de un problema específico,
mayor será la fiabilidad de los resultados finales. Este artículo lleva a cabo un análisis teórico del
fenómeno de la triangulación para poner de manifiesto sus principales ventajas y riesgos como
estrategia de investigación en ciencias sociales.

Como síntesis de lo aprendido que actualmente las investigaciones cualitativas se pueden


ubicar en los primeros intentos por hacer visibles problemas sociales e individuales evidentes en
la vida cotidiana, que se fueron agudizando a medida que la sociedad se hizo más compleja por
los fenómenos sociales, económicos y políticos propios de la realidad de los fenómenos
apreciados en los contextos de nuestra sociedad y que fueron creando las condiciones para el
surgimiento de la investigación en ciencias sociales, pues se hizo evidente la incompetencia para
estudiar y comprender los fenómenos humanos y sociales. Desde el paradigma interpretativo, la
realidad epistémica requiere de un sujeto cognoscente que inscribe su biografía en una cultura,
que influye en sus formas de percibir, pensar, sentir, actuar. De esta manera, el conocimiento es
una creación compartida entre quien investiga y el investigado, para lo cual es necesario crear
escenarios donde se pueda compartir, insertarse en las realidades para poder comprenderlas en
sus lógicas y especificidades. En esta perspectiva, la subjetividad e intersubjetividad son los
medios para conocer las realidades humanas y sociales.

Por tanto, se hace necesario abordar estas tareas de manera sistemática y rigurosa desde el
comienzo, considerando que el proceso de análisis no es una fase distinta de la investigación,
sino que hace parte de la reflexividad que debe acompañar la recolección, la escritura, la revisión
y evaluación constante del proceso y de los resultados parciales y finales. Se han elaborado
distintas maneras para analizar las acciones, conversaciones y materiales considerados
significativos en una investigación cualitativa. Lo importante es encontrar modos eficaces de
hacerlo y tener claridad desde el comienzo del proceso que se va a seguir, para no dejar esta tarea
para el final, cuando se ha acumulado la información. El análisis temático es una opción que se
inscribe en la perspectiva de la fenomenología social y ha venido utilizándose desde los años 80
a partir de la propuesta de Boyatzys (1998). En tal sentido, esta propuesta metodológica se
destaca porque hace evidente cómo se ha trabajado con los datos y da cuenta del proceso seguido
por el investigador para comprender/interpretar los fenómenos investigados y poner en evidencia
la complejidad de los hechos humanos y sociales.
BIBLIOGRAFIA

Porta Luis, Silva Miriam, (2003) “La investigación cualitativa: El Análisis de Contenido en la
investigación educativa”. Universidad Nacional de Mar del Plata y Universidad Nacional de
la Patagonia Austral, Argentina.

Miles María, Tonon Graciela, Alvarado Victoria, (2012), Investigación cualitativa: el análisis
temático para el tratamiento de la información desde el enfoque de la fenomenología social.
Recuperado de: http://www.endvawnow.org/es/articles/322-realizar-investigaciones-
recoleccion-y-analisis-de-datos.html.

Recuperado de: https://cinthiamaestria.files.wordpress.com/2013/02/resumen-validez-y-


confiabilidad-de.pdf

Recuperado de: http://www.fvet.uba.ar/postgrado/especialidad/power_taller.pdf

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