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V. N.

PANOV

AJEDREZ ELEMENTAL
·Esta obra inicia minuciosamente
al que nada sabe y la considero
como la más apropiada para la en­
señanza del ajedrez en las escue­
las, clubs, colegios. etc. La anhe­
lada máxima de instruir deleitando
parece venirle a medida a este
libro, el cual no dudo contribuirá
a forjar las nuevas promociones
que el día de mañana habrán de
ser orgullo de nuestro ajedrez.•

Estas líneas, tomadas del prólogo


que el gran maestro Arturo Pomar
dedica al presente libro, dan el
tono de un excelente manual en
el que Vasili Panov nos ofrece un
curso completo y moderno de ini­
ciación ajedrecística.

En doce lecciones se nos descri­


ben los principios del ajedrez, des­
de el movimiento. valor y denomi­
nación de las piezas hasta el co­
nocimiento de los más esenciales
finales de partida y los problemas
y estudios considerados como in­
dispensables. El método utilizado
por el autor va permitiendo al es­
tudiante obtener progresivamente
una visión clara del juego median­
te una argumentación analítica y
ejercicios continuados. Con ello se
estimula la capacidad de imagina­
ción del principiante, que podrá es­
tablecer analogías con las situa­
ciones que se le presenten en las
primeras partidas que dispute.

Un libro para aprender, de una ma­


nera real y efectiva, a jugar este
gran deporte mental que es el aje­
drez.

Cubierta de G. Morl
V. N. PANOV

AJEDREZ ELEMENTAL
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publicaciones, sírvase remitirnos su nombre
y dirección, o simplemente su tarjeta de vi­
sita. indicándonos los temas que sean de su
interés.

Ediciones Martínez Roca, S.A.


Dep. Información Bibliográfica
Gran Vía. 774 08013 Barcelona
V. N. PANOV

AJEDREZ ELEMENTAL

COLECCION

EDICIONES MARTINEZ ROCA


BARCELONA
Traducción directa del ruso
por AGUSTÍN PuiG

Revisión técnica
por Jos�! M.• JuSTB BoRREU.

0 1971 por EDICIONES MARTINEZ ROCA, S. A.


Gran Vía, 774, 7.•, 08013 Barcelona

RESERVADOS TODOS LOS DERECHOS


Este libro no puede ser reproducido en todo
ni en parte, sin permiso

IMPRESO EN I!SP.úl:A. • PRINTED IN SPA.IN

ISBN: 84-270..0082-0
Depósito Legal: B. 34776 · 1989

Libergraf, S. A., Constitució, 19, 08014 Barcelona


INDICE

PRESENTACIÓN ... ... ... ... ... ... 7


LECCIÓN 1 ... ... ... . . . ... . . . ... 9
¿Qué es el ajedrez? Preparación para jugar. Cómo
debe jugarse. Denominación de las casillas y de los
movimientos.

LECCIÓN 2 .. ... . .. ... ... ... ... ... ... . .. ... ... . .. ...
. 14
Movimientos de las piezas. El enroque. El poder com­
parativo de las piezas.

LECCIÓN 3 .. . . . . ... . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. 23
El jaque mate. La rendición. El mate ahogado. El jaque
continuo. Las tablas.

LECCIÓN 4 ... ... ... ... .. . 30


La conducta deportiva. Anotación y lectura de las
partidas.

LECCIÓN 5 ... ... ... ... ... 44


Mate al rey solitario.

LECCIÓN 6 ... ... ... ... ... 47


Un poco de historia.

LEccióN 7 ... 51
La técnica ajedrecística.

LECCIÓN 8 . . . . . . . . . . . . . . . 54
Cómo se empieza la partida.

LECCIÓN 9 ... ... ... .. . 56


Partidas ejemplares.
LEccióN 10 ... ... ... ... .. . 64
Combinaciones clásicas.

LEcCIÓN 11 ... .. . 74
Finales clásicos

LEccióN 12 ... .. . 87
Problemas y estudios.
PRBI!!IB:NT.A.CJ:ON'

Acabo de leer este AJEDREZ ELEMENTAL y no puedo sentir


más que una profunda admiración por su autor, este gran jugador
ruso que es V. N. Panov.
Vasili Panov es conocido entre los ajedrecistas de habla caste­
llana por su famoso tratado sobre la teoría de las aperturas. Los
dos volúmenes del cPanov• han sido los guías y consejeros de
nuestros jóvenes ajedrecistas de los años sesenta y aún hoy, a
pesar de que la bibliografía de la teoría se ha enriquecido y proli­
ferado, resulta todavía un manual altamente apreciado como con­
sulta o referencia. Y es que Panov es ante todo un maestro que
sabe enseñar, un pedagogo nato que posee además la pluma ágü
del periodista profesional que conoce su oficio.
Panov escribe sobre ajedrez en los más importantes rotativos
de la Unión Soviética y debemos congratularnos de que haya
sido precisamente él quien haya escrito el presente libro que ahora
vemos excelentemente traducido a nuestro idioma. Esta obra inicia
minuciosamente al que nada sabe y la considero como la más
apropiada para la enseñanza del ajedrez en las escuelas, clubs,
colegios, etc. La anhelada máxima de instruir deleitando parece
venirle a la medida a este libro, el cual no dudo contribuirá a
forjar las nuevas promociones que el día de mañana habrán de
ser orgullo de nuestro ajedrez.
ARTURo PoMAR
GRAN MAESTRO INTERNACIONAL

7
Lección 1

¿Qué es el ajedrez? Diagrama núm. 1

Inventado h a e e unos 1.500


años, este j uego se llamó al prin­
cipio chaturanga, que significa
formado de cuatro partes a mo­
do de la formación del ejército
indio antiguo : carros de guerra,
infantería, caballería y elefantes.
Se jugaba entre cuatro personas.
Transcurridos unos siglos, se
propagó en Asia Central. Los
á r a b e s lo llamaron schatran­
dasch, lo enriquecieron de nue­
vas reglas y lo jugaron entre dos
personas. A fines de la Edad De unas casillas a otras, ma­
Media era ya muy conocido en nos expertas o inexpertas mue­
Europa y en Rusia, y se llamó ven las piezas y los peones según
shahmat, nombre compuesto de ciertas reglas, de las que se ha­
la palabra persa shah (rey) y de blará más adelante. Los dos par­
la árabe mátá (muerto). Lo cual ticipantes se sientan al tablero
puede traducirse por «muerte de modo que la casilla blanca de
del rey contrariaD. la esquina esté a su derecha.
Cada rey dispone de un pe­ La potencia de las piezas y de
queño ejército de piezas y los peones depende de cómo y a
peones correspondientes a su dónde puedan marchar por el
color, y que el ajedrecista llama tablero; el rey es inferior en
simplemente «blancas y negras•. movilidad a todos ellos. Sin em­
El campo de batalla es un ta­ bargo, en cuanto perece, es de­
blero de madera o cartón, divi­ cir, se le da mate, la contienda
dido en sesenta y cuatro casillas ha finalizado. Esto significa que
o escaques blancos y negros. es la pieza más importante, aun

9
cuando depende de las otras, tenta y siete veces todos los con­
que lo defienden de los ataques tinentes de la tierra.
adversarios y contraatacan. En A continuación describiremos
ello consiste la idea del ajedrez. el ejército de que dispone el rey:
Una tradición nos dice que cier­
to soberano i n d i o tiranizaba
cruelmente a su pueblo, y un La dama �
sabio brahmán inventó el chatu­
ranga con el fin de enseñarle a Es la pieza más potente. No
tratar debidamente a sus súbdi­ es claro el origen de su nombre.
tos. En este juego, como en el Al principio, se creyó que pro­
ajedrez, el rey nada podía hacer cedía de la palabra persa farzin
sin la ayuda de las otras piezas, (visir o ministro de un soberano
no obstante ser la pieza princi­ musulmán) ; pero se supone que
pal. deriva de la árabe al-firzan (sa­
Sorprendido por la ingeniosi­ bio).
dad del chaturanga, el soberano Los franceses y alemanes la
dio palabra al brahmán de no llaman dama y los ingleses, rei­
tiranizar más a su pueblo y se na. Nosotros la llamamos dama,
comprometió a concederle lo aunque antiguamente se llamó
que pidiese, y éste, queriendo reina entre nosotros y aún hoy
darle una nueva lección, pidió muchos la llaman así.
que le recompensase con la can­
tidad de trigo que resultara de
La torre 1
poner un grano en la primera
casilla, dos en la segunda, cuatro
Sigue en potencia a la dama.
en la tercera, ocho en la cuarta y
Cada oponente tiene dos torres.
así sucesivamente siempre do­
En francés, español y alemán se
blando la cantidad. El soberano,
llama torre. En Rusia, muchos
estimando que el tablero tenía
le dan este nombre; pero deben
sesenta y cuatro casillas y que
llamarla ladia (barca de vela y
la recompensa no montaría un
también torre en el ajedrez).
saco de trigo, le concedió la pe­
tición que tan modesta parecía
a primera vista. Pero, después El caballo �
de haber hecho los cálculos, re­
sultó que todo el trigo de la El movimiento de esta pieza
India no era suficiente para re­ se parece al del saltamontes. Los
compensar al brahmán. ¡Pues se hindúes y musulmanes lo llaman
necesitaban n a d a menos que jinete; los franceses e ingleses,
183 446 7442 073 7091 551 615 gra­ cabaUero, y los alemanes, corcel.
nos ! Para producir tal cantidad Cada adversario dispone de dos
de trigo, habría que sembrar se- caballos.

10
El alfil 1, el rey; D, la dama; T, la torre ;
A, el alfil ; C, el caballo, y P,
Ha recibido nombres distin­ el peón.
tos. Los musulmanes lo llamaron El tablero, con piezas o sin
fil (elefante) ; los ingleses lo lla­ ellas, se llama diagrama cuando
man bishap (obispo); los france­ está representado gráficamente.
ses, fou (bufón), y los alemanes, Antes de empezar el juego, las
Liiufer (corredor). Cada oponen­ piezas y los peones se colocan
te tiene dos alfiles. como muestra el siguiente dia­
grama.
El peón Diagrama núm. 2

Flanco de Flanco de
Cada bando tiene ocho peones. dama rey
Su denominación d e r i v a del
vocablo peonaje o conjunto de
soldados de a pie.
Lo más interesante es que un
peón puede, si las circunstancias
le son favorables, llegar a dama
en el transcurso de la partida.
Este hecho muestra una vez más
la sabiduría del inventor de este
juego; con ello, demostró que
la persona de condición más mo­
desta también podía llegar a
gran visir. Lo cual quizás motivó
que Napoleón, gran aficionado
al ajedrez, dijese: •El bastón de ________..

Flanco de
mariscal está en la mochila de dama rey
todo soldado.•
Todo grupo de piezas y peones
dispuestos en el t a b 1 e r o se
Preparación para jugar llama posición o situación. •En
Conocida ya la imagen gráfica esta posición había que haber
de las piezas y peones, veamos jugado . . . • o e� En esta situación
cómo se representan en los li­ he cometido un errou son ex­
bros y revistas de ajedrez. Al presiones muy corrientes entre
comienzo de la partida se tienen lo9- ajedrecistas.
un rey, una dama, dos torres, Volvamos a la posición inicial
dos alfiles, dos caballos y ocho que figura en el diagrama núme­
peones. ro 2. El lado izquierdo del ju­
Cuando hay que anotarlos, se gador que conduce las blancas
escribe con mayúscula la inicial se llama flanco de la dama; el
de su nombre. Por ejemplo: R, derecho, flanco del rey y el lado

11
derecho del jugador que conduce ver sólo una pieza o peón, excep·
las negras se llama flanco de to la del enroque en el que se
dama; el izquierdo, flanco de rey. muda de lugar al rey al mismo
Las cuatro casillas centrales se tiempo que la torre, y del que
denominan centro. se hablará oportunamente.
Frecuentemente, el ajedrecis­ Ninguna pieza ni ningún peón
ta dice : 1 Ataqué en el flanco pueden avanzar o retroceder por
del rey, y mi adversario contestó encima de otros, sean propios o
contraatacando en el centro. • contrarios, salvo el caballo.
En toda casilla o escaque no
se puede situar más de una pie­
Cómo debe jugarse za, que •come• o <rtomaD a toda
adversaria -aunque no es obli­
El objeto del ajedrez es. dar gatorio hacerlo- para lo cual
mate al rey del adversario. Este se quita la pieza contraria y
lance pone término a la partida se coloca la propia en el sitio
y se proclama vencedor el que de ella.
lo ha dado. Suele ocurrir que
uno de los contendientes se rin­
de al no tener probabilidades de Denominación de las casiJias
defender a su rey. y de los movimientos
Si ninguno de los dos bandos
puede dar mate al rey del otro, Conviene recordar la denomi­
la partida finaliza en tablas o nación de las casillas, cuyas ocho
empate. series dispuestas verticalmente
Las blancas juegan primero, se llaman •verticalesD y cada
y su posesión se obtiene por sor­ una de ellas recibe el nombre
teo. Para ello, se coge un peón de la inicial de la pieza que la
blanco con una mano y uno ne­ ocupa en su posición originaria
gro con la otra, se cierran las dos y la inicial del rey o de la dama
manos y se ofrecen al oponente si pertenece al flanco de ésta o
para que elija. En las partidas al de aquél ; esto es, vertical de
siguientes, las blancas se juegan TD; de CD; de AD; de D ; de
alternativamente. R; de AR ; de CR, y de TR.
Al primer movimiento de las Las ocho series dispuestas ho­
blancas sigue el primero de las rizontalmente se llaman ahori­
negras, y así sucesivamente has­ zontalesD y se enumeran dell al
ta finalizar la partida. 8 contando de abajo arriba y de
Cada movimiento de las blan­ arriba abajo.
cas y de las negras lleva un nú­ Y las series de casillas obli­
mero, mediante el cual, como se cuas se denominan diagonales.
verá luego, se anota la partida. Para anotar una casilla se es­
En cada jugada se puede mo- cribe el número de la horizontal

12
Diagrama núm. J el número de la casilla que ocu­
pa ; después, la inicial de la ver-
8 1 tical a que dicha casilla perte-
nece, y finalmente el númel"(l de
7 2 la casilla que va a ocupar y la
3 inicial de la vertical corres­
pondiente. Ejemplo : D5TR SR
quiere decir que la dama estaba
en la casilla 5TR y se ha situado
en la SR. La notación del movi-
3 6 miento de los peones es un poco
distinta, debido a que no pueden
2 7 retroceder. Veámoslo : P4D sig-
8 nifica que el peón ha pasado de
la casilla 2D a la 40.
Y se agrega una cruz en aspa
en que se halla; luego, la inicial a la notación si la pieza toma
de la pieza a que corresponde,
y por último la inicial del rey o Diagrama núm. 4
de la dama si pertenece al flanco
del primero o al de la segunda. 8
Veámoslo : la casilla señalada
con el cuadrado se pronuncia o 1 2
se escribe 4AR y la señalada con 6
S
la cruz en aspa 5TR si pertenece
al campo de las blancas, y 5AR 5 4
y 4TR si al de las negras.
Con estos tres elementos se 4 S
representan las varias posiciones 3
que se producen en el transcurso
de la partida de ajedrez. 2
La posición inicial de las pie­
zas se escribe o denomina así :
TlTD, ClCD, AlAD, DlD,
RlR, AlAR, ClCR, TlTR, una adversaria en su movimien­
P2TD, P2CD, P2AD, P2D, P2R, to. Por ejemplo, D5TR X CSR
P2AR, P2CR y P2TR. quiere decir que la dama ha to­
mado un caballo que se hallaba
(Ver diagrama núm. 4) en la casilla SR.
Conocido e l procedimiento
La anotación del movimiento que se emplea para anotar la po­
de una pieza se hace de la si­ sición de las piezas y sus movi­
guiente manera : primero, se es­ mientos, pasamos a describir la
cribe la inicial de ella; luego, marcha de cada una de ellas.

13
Lección 2

Movimiento de la torre marcados con una cruz en aspa,


4TD, 4CD, 4AD, 40, 4AR, 4CR,
4TR, 3R, 5R y 6R. ¿ Y por qué
Esta pieza se mueve horizon­ no ocupa la casilla 2R o IR?
tal y verticalmente y recorre un Porque no puede tomar su pro­
número indefinido de casillas en pio peón, ni pasar por encima
una jugada, si no se lo impiden de él para situarse en IR ; en
otras piezas o peones. cambio, puede tomar el peón
blanco 7R y llegar al escaque 8R.
Diagrama núm. 5

Movimiento del alfil

Esta pieza marcha por las dia­


gonales y toma las piezas y
peones adversarios en cualquier
casilla de ellas. De un movimien­
to puede recorrer varias casillas.
Se llama alfil de casillas blancas
o de negras si se mueve por las
primeras o por las segundas. Y
se llaman alfiles de distinto color
cuando cada uno de los oponen·
tes se queda con un alfil de
color de casillas diferentes del
En esta posición, la torre de que tiene su adversario.
la casilla 4AD puede ir a las ca­
sillas, señaladas con un punto, (Ver diagrama núm. 6)
4TD, 4CD, 40, 4R, 4AR, 4CR,
4TR, l AD, 2AD, 3AD, 5AD, El alfil blanco de casillas ne­
6AD, 7AD y 8AD. gras puede ir del escaque 40 a
Y la negra de la casilla 4R cualquiera de los punteados :
puede situarse en los escaques. 1TD, 2CD, 3AD, 5R, 6AR, 7CR,

14
Diagrama núm. 6 Diagrama núm. 7

8TR, 7TD, 6CD, 5AD, 3R, 2AR 7AR, 8CR, 8TD, 7CD, 6AD, 4R,
y lCR. 3AR, 2CR, ITR, ID, 20, 3D, 40,
Y el negro de casillas blancas 60, 70, 80, 5TD, 5CD, 5AD,
puede hacerlo del escaque 5R a 5R, 5AR, 5CR y 5TR.
los señalados con una cruz en
aspa 8CD, 7AD, 60, 4AR, 3CR, Diagrama núm. 8

1 TD, 2CD, 3AD, 40, 6AR y


7CR o comer la torre blanca ;
mas no puede tomar su propio
peón.

Movimiento de la dama

Esta pieza reúne los movi­


mientos de la torre y del alfil;
se mueve por la horizontal, ver­
tical y diagonal, recorriendo un
número de casillas ilimitado en
cada jugada. Es la pieza de ma­
yor movilidad y, por lo mismo,
la más potente. En esta posición, la dama ne­
gra puede ir del escaque 6AD
(Ver diagrama núm. 7) a todos los señalados con la cruz
en aspa : 6TD, 6CD, 60, 6R,
Aquí, la dama puede situarse 6AR, 8AD, 7 AD, 5AD, 4AD,
en cualquiera de los escaques 3AD, 2AD, IAD, 70, SR, 50,
punteados 2TD, 3CD, 4AD, 6R, 4R y 3AR o puede tomar el peón

15
blanco o el alfil del mismo color; el peón negro, 4CD, 40 y 3R;
pero no su torre ni su peón. mas no puede tomar su propia
dama.
Y el caballo negro del escaque
Movimiento del caballo 8T dispone de los movimientos
7AR tomando el peón blanco y
Su modo de marchar recuerda 6CR pasando por encima de la
la forma de la escarpia ; salta de torre blanca 2TR y de su propio
dos en dos casillas y se sitúa peón 7CR, en lo que aquélla y
siempre en una de color distinto éste permanecen en sus respec­
del de la que ha abandonado. tivas posiciones.
El movimiento del caballo goza Esta pieza compensa la falta
de la particularidad de que no de alcance respecto del alfil con
es detenido por las piezas que su excelente movilidad.
encuentra en su marcha y puede Supongamos que hay que mo­
saltar por encima de las propias ver el caballo negro de 8TR a
y adversarias. De su posición lTD. ¡ Esto se puede hacer de
inicial, puede saltar a los esca­ muchas maneras 1 Por ejemplo,
ques 3T y 3 A. 6CR, 4TR, 3AR o 5AR, 40 to­
mando el caballo blanco, 2AD y
Diagrama núm. 9 l TD o bien 7 AR tomando el
peón blanco, 80, 6R, 5AD, 3CD
y lTD.
Trátese de hallar otros medios
para llegar a la casilla lTD de las
negras con su caballo.

Movimiento del rey

Esta pieza marcha de casilla


en casilla y en todas direcciones
y come las piezas y los peones
contrarios que se encuentran en
los escaques contiguos al que él
ocupa.
En esta posición, el caballo La importante particul\lridad
50 puede situarse en cualquiera de su movimiento, compar�do
de las casillas negras, que indi­ con el de las otras piezas, se
can las flechas formando escar­ reduce a no poder ocupar una
pia, o sea, en las 3AD, 4CD, casilla batida por el adversario.
6CD, 7AD, 7R, 6AR, 4AR y 3R. Esta limitación entraña otra :
Y el de la casilla 2AD puede «El rey no puede tomar una pie­
ocupar las l TD, 3TD tomando za contraria si está defendida

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por otra, porque ésta le dará marchar a las casillas 3 TD o
mate ». 4TD. y el negro 2AR puede ha­
cerlo a la JAR o a la 4AR, etc.
Diagrama núm. 1 0
Es necesario advertir que los
ajedrecistas acostumbran llamar
el peón por el nombre de la pie­
za que cubre ; así, el 2TD y el
2TR se llaman «peón de torre de
dama• (PTD) y c peón de torre
de rey• (PTR) respectivamente ;
el de caballo de dama y el de
caballo de rey speón de caballo
de dama» (PCD) y upeón de
caballo de rey» (PCR); el de alfil
de dama y el de alfil de rey
e peón de alfil de dama• (PAD) y

« peón de alfil de rey• (PAR) ; el


de dama «peón de dama» (PD),
Aquí puede el rey blanco mar­ y el de rey «peón de rey» (PR).
char a las casillas punteadas A diferencia de las demás pie­
A4D, 5AD, 6AD, 60, 6R, 5R y zas, toma diagonalmente, o sea,
4D ; mas no puede ir a la 4R, la pieza o peón que está a la de­
porque el caballo ejerce domimo recha o a la izquierda de su mar­
sobre ella. cha y, por consiguiente, habrá
¡ Las posibilidades de movi­ de marchar por la vertical en que
miento del rey negro son más quede situado, independiente­
limitadas ; sólo puede ir a los mente de los peones propios que
escaques 6TR y 8TR señalados haya delante o detrás de él. Vea­
con una cruz en aspa, pues los mos unos casos prácticos.
BAR, 7 AR y 6AR están batidos
Diagrama núm. 1 1
por las dos piezas blancas ! A
más de esto, puede tomar el
alfil ; pero no el caballo, por
estar defendido, ni tampoco su
propio caballo.

Movimiento de los peones


El peón es la pieza menos po­
tente ; avanza sólo una casilla,
excepto en su movimiento ini­
cial en el que puede avanzar dos
si se cree conveniente. Por ejem­
plo, el peón bl¡¡nco 2TD puede

17
En esta postclOn los peones hiera avanzado una sola. Supon­
blancos 2AD y 2CR p u e d e n gamos que el peón 2AD de la
avanzar una o dos casillas : el posición reflejada en el diagra­
2AD puede situarse en 3AD o ma núm. 1 1 recorre de una vez
en 4AD y el 2CR en 3CR o en dos casillas, se sitúa en 4AD y,
4CR según lo crea conveniente consiguientemente, al lado del
el que juega las blancas. negro 5CD; éste puede tomarlo.
El peón 2CD puede avanzar Si en la casilla 50 de las negras
sólo hacia el escaque 3CD, por­ hubiera otro peón, entonces po­
que el 4CD está ocupado por el dría ser tomado por uno de Jos
peón negro. Y el 3D puede mo­ dos.
verse sólo al escaque 40, por Si no se ejerce acto continuo
no estar en su posición inicial. el derecho de «tomar al paso•,
El peón blanco 2CR y el ne­ no se podrá hacer en la siguiente
gro 6TR se atacan mutuamente. jugada, aunque la posición de Jos
Si mueven las blancas, disponen dos peones no haya variado.
de tres movimientos: el P3CR, Tampoco es obligatorio tomar
el P4CR y el 3TR si toman el así; depende de si se cree con­
peón negro situado a la derecha veniente.
de él. Y las negras pueden ir al Ahora veamos la última regla
escaque 7CR tomando el peón del movimiento de los peones
blanco 2CR ; mas no pueden que hace interesante el juego :
ocupar la casilla 2TR, porque el así que un peón llega a la octava
peón blanco 2TR la ocupa. horizontal se quita del tablero
Si el peón blanco 2CR tomase y se sustituye por otra pieza
a su adversario 6TR, habría que del mismo color, como una da­
marchar por la vertical TR. ma, una torre, un alfil o un ca­
A diferencia de las demás pie­ ballo. En ello termina la jugada
zas, el peón no tiene movimiento y la •flamante• pieza puede ac­
de retrocesión y, por ende, no tuar después que el adversario
puede tomar las piezas y los haya efectuado su movimiento
peones adversarios, que están correspondiente.
detrás de él. Por ejemplo, el peón La «conversión» de un peón
7CD puede «comer el caballo en pieza es independiente de si
negro 1 TD ; pero no la dama ne­ en el tablero hay otras piezas
gra ; puede ir al escaque 8CD, como ella. Esto quiere decir que
mas no a los 6CD y 5CD. ambos contendientes pueden te­
Entre las reglas a que está ner varios caballos, alfiles, torres
sujeto el movimiento de los y damas y pone de manifiesto
peones se cuenta la de domar al que el valor de un peón aumenta
paso•. Si desde su posición ini­ a medida que se acerca a la ho­
cial avanza dos casillas y se sitúa rizontal referida.
al lado de un peón contrario, En la posición reflejada en el
éste puede tomarlo como si hu- diagrama núm. 1 1 , y como se ha

18
dicho anteriormente, el peón apoyo de su peón 6TR y se gana
7CO puede entrar en SCD o en la partida.
STO tomando el caballo negro. ¡ Pero las blancas pueden op­
En el primer caso, se quita tar por una tercera variante que,
dicha pieza del tablero y se pone no sólo las salva del mate, sino
una dama u otra pieza en su si­ que hace que ganen la partida :
tio, lo cual va a gusto y conve­ deben entrar el peón en 8CD y
niencia del que ha jugado el convertirlo en caballo ! El • fla­
peón; en el segundo caso, se mante • caballo hace jaque simul­
quitan ambas piezas a un tiempo táneamente al rey y a la dama
y se pone la pieza que las blan­ negros, con lo que se come esta
cas prefieran. Todo ello se con­ amenazadora pieza después de
sidera como una sola jugada. la retirada del rey.
Aquí se plantea la siguiente Se debe advertir que en este
pregunta: ¿por qué se debe po­ juego se usan las expresiones
ner una p i e z a distinta de la • peón libre• y «peón aislado•.
dama, cuando ésta es la de ma­ Con la primera se designa al
yor valía? Realmente, s u e 1 e peón que no tiene otro adver­
transformarse el peón en dama sario que le intercepte la mar­
y, por lo mismo, se dice que un cha, y con la segunda al que no
peón •va a coronarse• cuando se tiene otro de su bando que le
acerca a la octava horizontal. acompañe en su avance. En la
Con todo, hay posiciones en las posición del diagrama núm. 1 1
que es conveniente convertir el se llaman •peones libres • a los
peón en otra pieza. blancos 2AD, 30, 2CR y 7CO y
al negro 7R. Y los «aislados• son
Ejemplo: el peón 7CD puede los tres peones negros.
entrar en BCD o tomar el caba­ Se dice que están «doblados•
llo. A primera vista, la segunda cuando son de un mismo color
posibilidad o «variante• como se y se hallan en una misma ver­
dice en la jerga ajedrecista es la tical.
mejor, pues las blancas eliminan
el caballo negro y adquieren una
dama. Pero no siempre es ven­ El enroque
tajoso tomar de paso una pieza
adversaria: en este caso, la dama En el transcurso de la partida,
negra se comería a la blanca. En­ cada oponente puede hacer una
tonces sería preferible la segun­ jugada simultánea de rey y de
da variante, es decir, el peón torre, lo cual se llama enroque.
entra en seo y se convierte en Este lance se efectúa del si­
dama. Pero tampoco es conve­ guiente modo : el rey se muda
niente esta pieza, pues, adelan­ al mismo tiempo que la torre
tándonos un poco, diremos que dando dos pasos en dirección a
la dama negra da mate con el ella y poniendo a ésta al otro

19
lado de aquél. Se llama enroque este lance? Pues en alejar al rey
corto si se hace en el flanco del del centro, donde suelen desa­
rey y largo si en el de la dama. rrollarse luchas enconadas. Pue­
de decirse, si cabe la expresión,
Diagrama núm . 12 que el rey se esconde y la torre
entra en juego. Todo rey atasca­
do en el centro impide la evolu­
ción de sus piezas y puede ser
el objeto de ataque de las con­
trarias. El enroque no podrá
efectuarse en las siguientes cir­
cunstancias :
1) Si el rey o una torre ya
han sido movidos, aunque vuel­
van a ocupar su posición inicial ;
si se ha movido al rey, no puedt.
hacerse ninguno de los dos en­
roques, y si se ha movido una
torre y el rey no, se podrá enro­
car en el lado en que la torre
En esta posición no se ha
no haya variado su posición ini­
efectuado el enroque.
cial.
Diagrama núm. 13
2) Si media una pieza propia
o adversaria entre el rey y la
torre.
3) Si el rey es atacado por
una pieza adversaria.
4) Si el rey se encontrase
amenazado por una pieza des­
pués del enroque.
5) Y si el rey pasa al enrocar
por una casilla dominada por
una pieza adversaria ; mas podrá
hacerlo cuando sea la torre la
que pasa por tal casilla.

(Ver diagrama núm. 14)


Y ésta es la que ha resultado Esta posición manifiesta las
después de que las blancas han tres primeras circunstancias en
enrocado e o r t o y las negras las que no se puede enrocar. En
largo. el campo de las negras la torre
¿En qué consiste la idea de de la dama se ha movido de su

20
Diagrama núm. 14 su casilla ID está dominada por
el alfil negro. En cambio, las
negras no pueden enrocar corto,
pues su casilla 1 CR está batida
por el alfil blanco ; pero pueden
efectuar el largo, dado que el
caballo blanco únicamente ejer­
ce dominio sobre la casilla por
la que ha de pasar la torre.

El poder comparativo
de las piezas

El poder de una pieza lo de­


terminan su movilidad y alcan­
posición inicial y el caballo blan­ ce : las casillas que puede reco­
co está entre el rey y la torre. rrer de un movimiento ; las que
Y en el campo de las blancas el domina desde su posición; el
alfil negro da jaque al rey; por peligro que supone para las del
tanto, han de cubrir esta diago­ adversario, y la facilidad y rapi­
nal con el peón ; si no, tienen dez de penetración en el campo
que mover el rey. de éste para amenazar a su rey.
La dama está considerada co­
Diagrama núm. 15 mo la pieza más poderosa. Desde
el centro del tablero domina
veintisiete casillas; la torre, ca­
torce; el alfil, también catorce,
si bien es menos poderoso que
ésta, debido a que marcha por
casillas de un color y no puede
atacar las piezas que se hallan
en las de color distinto, y el ca­
ballo también es menos podero­
so que la torre.
Se ha convenido en llamar a
la dama y a la torre piezas ma­
yores ; a los alfiles y caballos,
piezas menores, y el peón no se
considera como una pieza, dado
En esta posición se hacen pa­ su poder insignificante.
tentes las circunstancias cuarta Por e:cambio» se entiende el
y quinta. El rey blanco puede trueque de una pieza por otra
enrocar corto y no largo, porque de igual valor. Y así, se usan

21
las expresiones •cambio de da­ caballo por un alfil. No es ven­
mas•, •cambio de un alfil por un tajoso cambiar la dama por una
caballo•, •cambio de peones•, torre y un alfil o caballo y total­
etcétera. mente desventajoso cambiarla
Cuando en el cambio de pie­ por una pieza menor. Se puede
zas, uno de los dos bandos ob­ entregar un alfil o caballo por
tiene una de más valor, como tres peones ; pero no por dos y
una torre por la dama o un alfil aún menos por uno. Tiene sen­
por otro alfil y un peón, se dice tido cambiar una torre por un
que •ha obtenido ventaja mate­ caballo o alfil y dos peones.
rial». Pero, en general, cualquier
La diferencia de valor entre cambio depende de la situación
una pieza mayor y una menor que se produzca en el tablero y
se llama calidad. Cuando el aje­ de la verdadera valoración de
drecista entrega voluntaria o in­ las posibilidades de uno y otro
voluntariamente una torre por bando. En ello se refleja el arte
una pieza menor se dice que cha de jugar. Por ejemplo, sabemos
sacrificado una calidad• o cha que un peón blanco es igual a
perdido una calidad•, y que su uno negro ; pero si uno u otro
adversario •ha ganado una cali­ ha llegado a la séptima horizon­
dad•. tal y está por transformarse en
Una dama equivale aproxima­ dama, entonces es mucho más
damente a dos torres o a tres poderoso q u e cualquier otro
piezas menores, y así, dos torres peón en su posición inicial o en
equivalen a tres piezas menores. las horizontales anteriores a la
El alfil es equivalente al caballo. de referencia.
Por lo mismo, una de estas dos Como se verá más adelante,
últimas piezas equivale a tres el caballo es más valioso que el
p e o n e s y una torre a cinco alfil en unas posiciones y en
peones. Por todo lo cual una otras menos que él.
calidad es equivalente a dos En la partida de ajedrez, no
peones. sólo la ventaja material decide
Partiendo de estas valoracio­ su resultado, sino también la
nes aproximadas, se puede cam­ disposición de las piezas y los
biar la dama por dos torres y un peones en el tablero.

22
Lección 3

El jaque mate mente no es obligatorio adver­


tirlo.
Hay tres maneras de defen­
El objeto de la partida de aje­ derse del jaque :
drez es crear una posición en la 1J El rey puede retirarse a
que el rey adversario perezca una casilla contigua, si no está
inevitablemente. A ello encami­ dominada por una pieza adver­
nan ambos contendientes la in­ saria.
tención y las operaciones. Por 2) Se puede tomar la pieza
lo que el valor de esta pieza es que da jaque con el rey u otra
incalculable en comparación con pieza.
el de las otras, no obstante su 3) Y se puede poner una pie­
poca movilidad y corto alcance. za entre el rey y la que le da
Se puede perder o sacrificar jaque.
una pieza y, con todo, ganar la
Diagrama núm. 16
partida. Pero es posible perderla
cuando el rey se encuentra en
una situación comprometida y
el peligro es inevitable. Y así, el
ajedrecista cuida de la seguridad
de su rey cuando ataca al del
adversario.
Se llama jaque el ataque diri­
gido contra la posición del rey
que permita tomar a esta pieza En esta posición, el rey puede
en la subsiguiente jugada. retirarse a la casilla 2T o a la
Antiguamente, el ajedrecista 1 e, pero pierde su dama ; por
llamaba la atención de su adver­ tanto, es necesario cubrirse con
sario sobre este lance diciendo ella, o comer la dama negra.
• Jaque • o tt Jaque al rey•. Aún Hay posiciones en las que el
oímos expresiones e o m o ésta movimiento de una pieza hace
eLe di jaque al rey•. Pero actual- que otra de su bando dé jaque.

23
Diagrama núm. 17 y se proclama vencedor al que
lo ha dado. El rey muerto no se
saca del tablero como se hace
con las otras piezas.
En los siguientes diagramas
se ofrecen cuatro posiciones de
mate al rey negro con rey y
dama ; rey y torre ; rey, alfil y
caballo, y rey y dos alfiles.

Aquí, el alfil negro se retira Diagrama núm. 18


a 6CD, con lo que su torre da
jaque. Este lance se llama «ja­
que abierto».
A veces, una pieza se mueve
para cubrir a su rey de un jaque
y facilita al propio tiempo que
otra pieza dé jaque al rey contra­
rio. Esta jugada se llama 1jaque
doble». En la posición del dia­
grama núm. 17, las blancas pue­
den cubrir a su rey del jaque
Diagrama núm. 19
de la torre adversaria con el mo­
vimiento C3T y, así, dar jaque
al rey contrario con la torre y el
caballo. El jaque doble es muy
peligroso, por no haber otro re­
curso que retirar el rey a una
casilla contigua a la que ocupa.
Pues no es posible combatir de
una respuesta contra dos piezas
que dan jaque, ni cubrirse de
dos amenazas.
El rey en jaque está en situa­ Diagrama núm. 20
ción de mate si no dispone de
ninguno de los tres medios de
defensa arriba citados. No es ne­
cesario decir en alta voz 1 ¡ Ma­
te! », que el adversario ya se da
cuenta de esta amarga verdad.
La partida se da por termina­
da cuando se ha dado mate al
rey de uno de los contendientes

24
Diagrama núm. 21 Diagrama núm. 25

Y en los subsiguientes se dan


otras cuatro posiciones de mate Y ahora vamos a examinamos
al rey blanco con rey, dama y de lo que se ha hablado hasta
alfil ; rey dama y torre ; rey, ca­ aquí.
ballo y peón, y rey y dos peones.
Diagrama núm. 26
Diagrama núm. 22

Diagrama núm. 21

En esta posición, las blancas


juegan y dan mate de cuarenta
y siete maneras. Tómese un lá­
Diagrama núm. 24 piz y una hoja de papel y anó­
tense cada una de ellas hasta
llegar a la cuadragésimo séptima.
Al solucionar este problema,
téngase presente que los peones
pueden convertirse en cualquier
pieza, menos en rey, en cuanto
lleguen a la octava horizontal. La
solución en la pág. 92.

25
La rendición Diagrama núm. 27

Hay muchísimas partidas que


finalizan sin necesidad de que
se haya dado mate a ninguno de
los dos reyes. A menudo, el
ajedrecista ve que su adversario
lleva una ventaja material deci­
siva, como una pieza de más o
un peón que marcha inconteni­
blemente hacia la octava hori­
zontal, y se r i n d e porque, a Diagrama núm. 28
la postre, su rey llegará al es­
tado de mate. ¿Tiene sentido
proseguir el juego cuando un
contendiente se queda sólo con
el rey, mientras que el otro tie­
ne, además de esta pieza, una
dama o una torre o dos alfiles?
¡ No ! La teoría estima que el
bando superior materialmente
gana un final así.
Los finales en que el rey, un
caballo y un alfil luchan contra Diagrama núm. 29
un rey solo exigen un juego muy
exacto; juego que muchos aje­
drecistas experimentados n o
siempre llevan a cabo felizmente,
a pesar de juzgarse ganado teó­
ricamente.

El mate ahogado

Este lance se produce cuando Al rey blanco le toca mover ;


uno de los oponentes tiene in­ pero no puede hacerlo sin ir a
movilizados los peones y las pie­ casillas dominadas por las pie­
zas y su rey puede ir solamente zas del adversario. Y en la po­
a casillas, en las cuales se halla sición reflejada en el diagrama
en estado de jaque. En este caso, núm. 29, el peón blanco está
la partida se da por tablas o por inmovilizado por el negro.
nula. Pero este lance no se produce
Veamos tres situaciones de si se puede mover otra pieza o
mate ahogado. peón.

26
Diagrama núm. JO torre blanca da jaque desde el
escaque 8CD y las blancas con­
siguen hacer tablas o como dicen
los ajedrecistas cfuerzan las ta­
blas•. Caso que el rey negro se
retire a 2TD, la torre le da jaque
desde 8TD; si marcha acercán­
dose a su peón 7TD, la torre de­
be darle jaque desde las vertica­
les de TD y CD, y si se retira a
Aquí pueden las blancas mo­ la casilla 2AD, se le da jaque
ver el peón y deben moverlo desde 8AD; en tal caso, ha de
aun cuando les sea desventajo­ tomar la torre para no perder la
so; esto se llama e movimiento dama. Y así que la ha tomado
forzado• en la jerga ajedrecista. en una de las casillas lCD, lTD
Después de PJD o P4D, las ne­ o lAD el rey blanco está •aho­
gras dan mate ahogado si toman gado•, y la partida es empate.
el peón ; mas disponen del mo­ Esta torre se llama e torre loca.
vimiento P6AD! y, tras haber en la jerga ajedrecista.
jugado las blancas el peón, dan Veamos otra posición intere­
mate con P7AD. sante.
A veces, el ajedrecista se ve
perdido y trata de salvarse por Diagrama núm. 12

el mate ahogado.

Diagrama núm. 11

La situación de las blancas es


desesperanzadora a primera vis­
ta, pues los dos peones negros
En esta posición, la ventaja «libres» avanzan incontenible­
material de las negras parece mente hacia la octava horizontal
asegurarles la victoria; pero la para transformarse en dama, y

27
esta pieza, naturalmente, es más blanco. Pero las blancas se sal­
potente que el alfil. van, dando jaque continuo con
Pero las blancas salvan inge­ los movimientos alternativos de
niosamente la partida, jugando caballo C6CR y CSAR.
el alfil en la casilla 2D. Las ne­ En la siguiente posición, las
gras contestan con P7T o P7C ; blancas tienen dos damas ; pero
a cualquiera de estos dos movi­ las negras se salvan, por medio
mientos sucede A5T. El bando del jaque continuo situando la
negro entra un peón y lo con­ dama en los. vértices del trián­
vierte en dama, y el blanco juega gulo 5TR-5R-8R.
P4CD, tras lo cual su rey está
•entre paredes• y, por ende, en Diagrama núm. 34
posición de mate ahogado.

El jaque continuo

En ocasiones, las tablas se


logran, mediante el llamado crja­
que continuo•, que consiste en
una serie de movimientos repe­
tidos sucesivamente. Con este
lance, el ajedrecista consigue
crear una situación de tablas y
consiguientemente salvarse de la
derrota.
Diagrama núm. 33

Las tablas

Con frecuencia, una partida


finaliza en tablas, debido a una
total simplificación de la posi­
ción. Por ejemplo, en el tablero
han quedado sólo los reyes con
un peón o con un alfil cada uno
de ellos, etc.
La partida puede terminar en
tablas, aun cuando queden mu­
chas piezas y peones en el ta­
blero. Supóngase que, tras una
lucha prolongada, uno de los
La dama y el caballo negros oponentes llega a la conclusión
amenazan con dar mate al rey de que no tiene probabilidades

28
de ganar y propone el empate a Con objeto de que no se pro­
su adversario, que lo aceptará duzca un juego sin sentido en
si estima que ni uno ni otro situación de tablas, existen dos
puede ganar la partida ; pero el reglas:
j uego prosigue si juzga que tiene 1) La partida es nula cuando
probabilidades de lograr la vic­ lo exija uno de los contendien­
toria. Después de haber concer­ tes después de haberse repetido
tado un empate no se puede consecutivamente tres veces una
variar el resultado de la partida, jugada o tres posiciones iguales
aunque se descubra que uno de en jugadas alternas.
los dos bandos podía haberla 2) La partida también es nu­
ganado. Y sucede lo mismo la si lo estima uno de los oponen­
cuando el ajedrecista valora in­ tes después de h a b e r trans­
debidamente la posición y se rin­ currido cincuenta movimientos
de, aun cuando luego se dé cuen­ sin que haya habido un cambio
ta de que podía ganar o haber de piezas, ni se haya movido
hecho tablas. ningún peón. Cuando se dé una
El ajedrecista ha de mantener de estas circunstancias, volverá
su palabra una vez se ha rendi­ a contarse cincuenta jugadas
do o ha propuesto unas tablas. más.

29
Lección 4

La conducta deportiva 4) Cuando uno de los con­


tendientes enroque sin facultad
para hacerlo, colocará las dos
En el juego de ajedrez no ca­
piezas en la posición que estaban
ben las discusiones, ni volver
anteriormente y deberá mover el
atrás jugadas, ni manosear las
rey.
piezas al ir a realizar un movi­
5) Si uno de los oponentes
miento, ni enfadarse cuando se
tocara una pieza o peón, aun sin
pierde, ni tampoco reírse del ad­
querer, deberá mover dicha pie­
versario si 8e gana.
za o peón, aunque este movi­
El principiante ha de acos­
miento le cueste la partida. Y si
tumbrarse a mantener una con­
toca una pieza de su adversario,
ducta deportiva correcta y a
está obligado a observar la im­
observar las siguientes reglas:
portante regla «pieza tocada,
1) Si en el transcurso de la pieza jugada• ; pero quedará im­
partida se observara que el ta­ pune si la pieza o peón propios
blero está mal colocado, se pro­ no pueden ir a ninguna casilla
cederá a colocarlo de modo que o la del adversario no se puede
la casilla blanca de la esquina tomar con ninguna propia, ni
esté a la derecha del que juega deberá hacer ninguna jugada de
y se mantendrá la posición que castigo con el rey como se hacía
se haya producido. antiguamente. Con el fin de que
2) Deberá volverse a jugar la citada regla no cause discu­
la partida si al final de la misma siones, cuando se toque una pie­
se descubriera que al comienzo za o peón para colocarlos debi­
del juego una pieza ha sido colo­ damente se deberá decir: •Com­
cada indebidamente u omitida. pongo•.
3) Si se hubiera efectuado 6) No se puede volver atrás
un movimiento contradictorio a una jugada para efectuar otra.
las reglas del juego durante la La jugada se considera hecha en
partida, deberá empezarse de cuanto la pieza se ha situado en
nuevo a partir del efectuado con una casilla y la mano del ajedre­
anterioridad a éste. cista se aparta de ella ; pero si

30
la mantiene en la mano, podrá un signo de fin de interrogación
situarla donde lo crea conve­ (?) un movimiento malo y dos
niente dentro de lo que señalan signos (? ?) uno malísimo; un
las reglas del juego. signo de fin de admiración y
7) Durante el juego no se otro de interrogación ( ! ?) un
debe conversar con cualquier movimiento arriesgado que en­
circunstante ni con el oponente, traña una celada, y el signo de
ni reírse de él, ni reprocharle las igualdad ( = ) la conversión de
jugadas que haga. El que gane un peón.
la partida no debe jactarse de Los resultados de las partidas
que ha jugado mejor que su opo­ jugadas en los torneos se anotan
nente, pues ha de tenerse en en la tabla de la clasificación
cuenta que quien pierde es cul­ así : la ganada con un l ; la per­
pable de su derrota, de cualquier dida con un O, y la nula con l/2.
forma que se produzca. Se suman los resultados y se
proclama vencedor al que tiene
más puntos.
Anotación y lectura En un match o serie de par­
de las partidas de ajedrez tidas, las ganadas se señalan con
el signo ( + ); las perdidas con
El lector ya conoce la deno­ el signo menos (-), y las empa­
minación de las casillas; el nom­ tadas con el signo de igualdad
bre de las piezas, y sabe anotar ( = ). La frase 11 En el match Spas­
los movimientos de éstas y sus ski-Petrosian éste ha ganado por
posiciones. Por t a n t o, puede +4, -3 = 17D quiere decir que
anotar una partida o reprodu­ de veinticuatro partidas ha ga­
cirla en el tablero si está ano­ nado cuatro, ha perdido tres y
tada debidamente. El análisis de ha hecho diecisiete tablas.
las partidas de los grandes maes­ Ahora veamos la anotación
tros y los comentarios sobre completa de los ejemplos ex­
ellas le familiarizarán con este puestos en el diagrama núm. 11:
juego verdaderamente artístico. l. PXP?, l. P8C=D?? y l.
En la literatura ajedrecista se P8C= C + ! ! Este último movi­
usan los siguientes signos con­ miento es el más eficaz, porque
vencionales : dos oes mayúscu­ las blancas ganan la partida.
las unidas por una raya (0-0) A continuación se ofrece una
significan enroque corto y tres partida de un torneo escolar,
unidas por dos rayas (0-0-0) el celebrado el 5 de enero de 1967,
largo; un signo más ( +) signifi­ para que el lector la analice.
ca jaque y dos ( + +) mate al rey
que también puede escribirse en M. lvanov-V. Semienov
letra; un signo de fin de admi­
ración ( ! ) una jugada eficaz y l. P4R P4R
dos (! ! ) una muy eficaz y bella; 2. CJAR PJD

31
3. A4A P4AR cada partida, para que se haga
4. P4D CJAR una idea del desarrollo de la
5. C3A PRXP contienda ; después, deberá se­
6. DXP A2D?? guirla hasta el final estudiando
7. C5CR! CJA los comentarios sobre las juga­
8. A7A+ R2R das erróneas y las oportunas,
9. DXC +!! RXD con lo que se acostumbrará a no
10. C5D + R4R cometer errores.
11. CJA + RXP Obsérvese que en todas las
12. CJA + + . partidas el bando atacante es
generalmente el blanco y procu­
Esta partida es muy breve. ra abrir cuanto antes líneas para
Su rápida terminación se debe que sus piezas evolucionen.
a los graves errores cometidos Se da el nombre de •líneas
por el vencido. Si Semienov hu­ abiertasu a las horizontales, ver­
biera jugado 6. , C3A! en vez
. . .
ticales y diagonales en las que
de 6. , A2D??, hubiese podido
. . .
no hay peones propios ni adver­
atacar la dama adversaria y la sarios. ¡ Puede decirse que las
lucha se habría prolongado. líneas abiertas son el punto de
Las partidas celebradas entre partida del ataque ! Obsérvese
ajedrecistas experimentados tie­ también que los •puntos débi­
nen una duración de treinta a les• o casillas mal defendidas
cincuenta jugadas y hasta más, son el objeto del ataque. Al co­
y se anotan en impresos espe­ mienzo de las partidas, estos
ciales. puntos débiles son las casillas
La partida que acabamos de 2AR, defendidas únicamente por
ver es un ejemplo de anotación el rey ; después del enroque, lo
descriptiva. son las 2TR.
Seguidamente, y con objeto
de que el lector asimile mejor Partida núm. 1
las reglas que ya conoce y se ha­
bitúe a encontrar rápidamente l. P4R P3AR?
las casillas en el tablero, ofrece­ 2. CJAD P4CR??
mos veinticinco partidas con su 3. D5T+ +
anotación descriptiva. En ellas,
se dan el número de la partida, Esto se llama •mate del l oco•,
el nombre de la apertura a que •mate tonto» y •mate infantih
pertenecen y los comentarios so­ en la literatura ajedrecística an­
bre las jugadas. tigua. Lo anecdótico de esta par­
Las primeras partidas son bre­ tida es que se jugó no hace
ves y las otras más complejas. mucho tiempo en el Campeo­
Primeramente, el lector debe nato Libre de los Estados Uni­
analizar las primeras jugadas de dos.

32
Partida núm. 2 4. D X P, mate.

l. P4D C3AR A este mate se le denomina


2. C2D P4R a Mate del pastou.
3. P X P C5C
4. P3TR'??
Partida núm. 4
Había que haber jugado 4. Defensa de Philidor
CIR-3A.
l. P4R P4R
4. . . . C6R 2. C3AR P3D
3. A4A A5C
Y las blancas se rindieron. 4. P3A C3AD
Han de entregar la dama ; si no, 5. D3C A X C??
se dará mate a su rey, mediante
5. P X C, D5T + ; 6. P3C, Se tenía que haber j ugado 5.
D X P + + . ¡Lo curioso es que . . , C4T.
.

esta partida se jugó en el Cam­


peonato de París ! 6. A X P + R2R
7. D6R + +.
Partida núm. 3
Apertura de alfil Partida núm. 5
Defensa de Philidor
l . P4R P4R
2. A4A l. P4R P4R
2. C3AR P3D
Es mejor jugar primero 2. 3. A4A A5C
C3AR. 4. C3A P3CR?

2. . . . A4A Convenía jugar 4. . . . , C3AR.


3. D5T
5. C X P! ! A X D'??
No debe sacarse la dama al
comienzo del juego, sino luego Era mejor 5. . . . , P X C; 6.
de haber hecho evolucionar las D X A, y las blancas hubiesen
piezas y de enrocar. ganado sólo un peón.

3. . . . C3AD?? 6. A X P + R2R
7. C5D, mate.
Las negras tenían que haber
jugado 3 . . . . , D2R! y, después, Esta partida se celebró entre
C3AR; de esta manera obliga­ Legal y Saint-Brie en París el
ban a la dama blanca a retirarse. año 1787. Su combinación gustó

33
2. - •JEDREZ EIZME:NTU
tanto a los ajedrecistas que la Partida núm. 7
llamaron ce mate Legal •, por cuyo
nombre se conoce desde enton­ l. P4R P4R
ces. Y se produce frecuentemen­ 2. C3AR C3AD
te en posiciones similares. 3. A4A C5D!?

Este movimiento entraña una


Partida núm. 6 celada ; por ello, es necesario
contestar con 4. P3A o 4. 0..0.
Gambito Damiano
4. C X P? D4C!
l. P4R P4R 5. C X PA??
2. C3AR P3AR?
Aquí se debe jugar 5. A X P + ,
Es más eficaz 2 , C3AD o '
R2R ; 6 . 0..0, D X C; 7 . A X C,
• . . .

2. . . . , P3D.
T X A; 8. P3AD, si bien las ne­
gras tienen mayores posibili­
3. C X P! P X C??
dades.

Aquí es necesario jugar 3. S• . . . D X PC


. . . , D2R!; 4. C3AR, D x P +. 6. TIA D X PR +
7. A2R C6A + +
4. D5T+ R2R

También se podía jugar 4 , • . . .


Partida núm. 8
P3C; 5. D X PR +, D2R; 6. D X T. Apertura vienesa

5. D X P + R2A Alekbine-Tenner
6. A4A + P4D!
l. P4R P4R
2. C3AD C3AD
A 6. . . . , R3C sucede 7. D5A+,
3. A4A C3A
R3T; 8. P4D +, P4C; 9. P4T!,
4. P3D A4A
R2C; 10. D7A + , R3T; 11. P X P,
5. P4A P3D
mate.
6. C3A ASCR
7. C4TD PXP
7. A X P + R3C
8. P4T P3T Es mejor 7 • . . . , 0-0.
9. A X PC A3D
10. D5TD! 8. C X A PXC
9. A X P C4TR
Y las negras se rindieron, por
no poder jugar 10. , A X A, de­
. . . Aquí conviene jugar D2R y en
bido a 11. D5AR, mate. el siguiente movimiento 0-0-0.

34
10. A3R C4R?? Partida núm. 10
1 1. e x C!! AXD Apertura italiana
12. AXP+ R2R
l3. AxP+ R3A Esta partida se jugó entre el
14. O-O+ RXC célebre ajedrecista calabrés Gre­
15. T5A mate co y un aficionado, cuyo nombre
se desconoce, hace cuatro siglos.
En ella, se da mate al rey negro
Partida núm. 9 con un peón en el centro del ta­
blero. ¡ Esto es un caso poco fre­
Apertura italiana cuente !

l. P4R P4R l. P4R P4R


2. C3AR C3AD 2. C3AR C3AD
3. A4A A4A 3. A4A A4A
4. P3A D2R
4. P3D CR2R? 5. 0-0 P3D
6. P4D A3C
Debe jugarse 4. . . . , C3A. 7. A5CR P3A

5. CSC! Es mejor 7. . . . , C3A.

Se ataca sobre el punto débil 8. A4T P4C??


2AR.
Había que haber jugado 8.
5 • . . . O-O . . . , ASC.
6. D5T!
9. C X PC! PXC
Con lo que atacan el punto 10. D5T + R2D
débil 2TR. 11. AXP D2C?
12. A6R + ! ! RXA
6. . . . P3TR 13. D8R + CR2R
7. C X PA! DIR?? 14. P5D + +

Había que haber entregado la


torre por el caballo, con lo que Partida núm. 1 1
perdían una calidad ; pero se sal­ Apertura italiana
vaban del mate.
En esta partida que sucedió a
8. C X PT + R1T la anterior, Greco, jugando las
9 . C7A + R1C blancas, da una aleccionadora
10. D8T mate muestra de los peligros que en-

35
traña todo intento de lograr ven­ Si juegan 12. . . . , C X P, sigue
taja material. 13. DJT + .

l. P4R P4R 13. C5R! AXP


2. C3AR CJAD 14. A6C! P4D
3. A4A A4A 15. DJA + A4A
4. P3A CJA 16. AXA AXC
17. A6R +
S. P4D PXP AJA
18. AXA PXA
19. D X P+ R1R
N o es recomendable 5. . . . ,
20. D7A + +
AJC?, por suceder 6. P X P,
C X P?; 7. D5D!, y a 7. . . . ,
C x PAR sigue 8. D X PA, mate. Partida núm. 12

6. P X P A5C + Gambito de rey


7. CJA
En esta partida antigua se pro­
Se suele jugar
7. A 2 D , dujo un interesante mate, por
A X A + ; 8. C X A, P4D!; 9. medio del enroque, lo cual se da
P X P, C X P; 10. D3C, C3A2R. rara vez en la práctica.

l. P4R P4R
7. .. . C X PR 2. P4AR PXP
8. 0·0! exe 3. C3AR P4CR
4. A4A P5C
Es mejor 8. . ., A X C; 9.
.
5. A XP+
P X A, P4D o 9. P5D, AJA!; 10.
TIR, C2R; l l. T X C, 0-0! Es más eficaz 5 . 0-0!, P X C;
6. D X P, porque las blancas pue­
9. P X C A X P? den atacar enérgicamente.

Se debe jugar 9 , P4D; 10.


• . . .
5. . . . RXA
P X A, P X A; l l. P5D, C2R. 6. C5R + R3R??

.Aquí es conveniente 6. . . . ,
1 0. D3C A X T??
R1R; 7. D X P, C3AR.
Aquí es conveniente 10. . . ., 7. D x P + RXC
P4D ; l l. A X P, 0-0; 12. A x P +, 8 . P4D + RXP
R 1T!; pero no 12. .. ., T X A; 13. 9. P4C A X P+
C5C, A X T; 14. D X T + , R lT; 10. PJA + AXP
15. D5T! ll. CXA RXC
12. A2C + RXA
l l. A X P + R1A 13. D2R + RXT
12. A5C C2R 14. 0-0 mate

36
¡ Puede decirse que el rey ne­ 14. D X P + RlD
gro ha muerto de indigestión, 15. T1RI
pues se ha comido cinco piezas
y cuatro peones de su adver­ Y las negras se rindieron.
sario !

Partida núm. 14
Partida núm. 13
Defensa escandinava
Defensa de los dos caballos
Esta partida jugada entre el
l. P4R P4R
2. C3AR CJAD
�aestro alemán Schalopp, que
¡ ugó las negras, y un aficionado
3. A4A C3A
cuyo nombre se desconoce el
4.
5.
C5C
PXP
P4D
C X P:'
siglo anterior, muestra el eli­ �
gro que encierra la salida pre­
matura de la dama. Atacándola
Se debe jugar 5. . . . , C4TD!; con piezas menores, las negras
6. A5C + , P3A; 7. P X P, P X P;
ganan movimientos o •tiempos »,
8. A2R, PJTR; 9. C3AR, P5R, o
c?mo se dice en la jerga ajedre­
5 . . . . , C4TD; 6. P3D, P3TR; 7.
ctsta, y preparan rápidamente un
C3AR, P5R. 8. D2R, C X A;
ataque.
9. p X e, A4AD, y las negras
c?ntraatacan a cambio de la pér­ l. P4R P4D
dtda de un peón. 2. P X P C3AR
3. P4AD P3A
6. C X P! RxC
4. D4T'?
i. D3A + R3R
Es más eficaz 4. P4D, P x P;
Si no, las blancas toman in­ 5. C3AD.
mediatamente el caballo.
4. . . . AlD
8. C3A ese 5. P X P CXP
9. P3T! C X P+ 6. D3C'?
10. RlD CXT
ll. C X C R3D Lo oportuno y lógico es re­
12. P4D P3A tirar la dama a la casilla de ori­
13. A4A! PXA
gen I D.
O bien 13 . . . . , P X C; 14. 6. . . . eso
D X P +, R2A; 15. A X P + , AJO; 7. D3A P4R
16. D5A + ! . R2D; 17. A X A, 8. P4A A5AD!
P3TD; 18. TIR, v las blancas 9. 030
crean un estado de peligro in­
sorteable. Caso de jugar 9. D X A??, su-

37
cede 9. . . . , C7A + y se pierde Era indispensable jugar 6• . . .,

la dama. CIC.

9. . . . A4AR 7. C X C!
10. D3CR C5R!
Esto es una típica combina­
Se podía haber ganado la to­ ción que no debe olvidarse.
rre, mediante 10. . . . , C7A + ;
pero las negras quieren dar un 7. . . . AXD
bello mate. 8. A5C + P3A
9. P X P D2A
U . D X P?? C7A +
12. R2R .
O se p u e d e ¡ ugar 9. . . . ,
P3TD; 10. P7A +, P X A; U.
O bien 12. RID, C7A +, 13. P X D = D +, T X D; 12. C X A.
R 2 R, D 6D+ ; 14. R X e,
A4A + +. 10. P X P+ RID
U. C X P + +
12. . . . D6D + !!
l3. R X D C6C + +
Partida núm. 16
Partida núm. 15
Defensa escandinava
Defensa escandinava
Teichmann-Un aficionado
Mizes-Oikwist
l. P4R P4D
l. P4R P4D
2. P X P DXP Actualmente, este sistema de
3. C3AD DIO defensa se usa poco, pues a las
negras les resulta más difícil de­
Las negras sacaron en seguida fenderse con él que con otros
la dama, por lo que perdieron sistemas. Lo cual ha podido ver­
un tiempo. se en las dos partidas anteriores:

4. P4D C3AD 2. P X P DXP


3. C3AD DIO
Con esto, atacan prematura­
mente el peón central de las Es preferible 3. . . . , D4TD; 4.
blancas. Es mejor 4. . . . , C3AR; P4D, C3AR; 5. CJA, A5C.
.5. C3A, A5C; 6. A4AD, PJR!,
con lo que se aleja la amenaza 4. CJA A5C
7. A X P + , R X A; 8. C5R +. 5. A4A PJR
6. P3TR AXC
5. C3A A5C 7. D X A P3AD
6. P5D C4R?? 8. PJD DJA?

38
Había que haber jugado 8 • . . . , Partida núm. 18
e3A y 9 , AlR.
Apertura española
• . . .

9. D3e! e3TR?? l. P4R P4R


2. e3AR e3AD
Aquí era necesario 9. . . . , e2D. 3. A5e e3A

Aquí se suele jugar 3. . . . ,


10. A5eR D3e
P3TD, pues las blancas no pue­
l l. e5e! Pxe
den ganar el peón. Si 4. A X e,
12. D x e + ! ! T X D
PD x A; 5. e x P, sucede 5. . . . ,
13. A X P mate
D5D!; 6. e3A, D X P +.

4. P3D e2R!?
Partida núm. 17
Este movimiento entraña una
Apertura Rusa o defensa celada; comúnmente, se juega
Petrov 4. . . . , P3D.

l. P4R P4R 5. e x P? P3A!


2. e3AR e3AR
3. e x P e x P? Si se juega 6. A4A, sucede 6.
. . . , D4T + y 7. . . . , D x e.
Aquí se debe jugar 3. . . . , 6. e4A!
P3D!; 4. e3AR, e X P; 5. D2R,
D2R. ¡ Esto es una contracelada !

4. D2R e3AR?? 6. . . . P X A??

Es necesario jugar 6. . . . , P3D!;


En vez de este movimiento 7. A4T, P4eD, con lo que se
conviene hacer el 4. . . . , D2R; cambian dos peones por una
5. D X e, P3D, y las negras recu­ pieza.
peran el caballo a cambio de en­
tregar un peón. 7. e6D mate

5. e6A + ! A2R
Partida núm. 19
O también 5. . . . , D2R; 6. Apertura española
e x D.
Feuer-O'Kelly
6. e x D l. P4R P4R
2. e3AR e3AD
Y las negras se rindieron. 3. A5e P3TD

39
4. A4T P3D Las blancas han tenido tendi­
5. A X C + PXA do una trampa, y las negras caen
6. P4D P3A en ella.
7. C3A TIC
8. D3D C2R 8. . . . C X C??
9. A3R!
Caso que 8. . . . , D X C, sucede
Esto es una celada, y las ne­ 9. TIR, y las negras pierden la
gras caen en ella. dama sin más compensación que
una torre y un caballo. Era con­
9. .. . TXP veniente jugar 8 • , A2R!
. . .

Debían haber jugado 9. . . . , 9. D8D + ! ! RXD


C3C. 10. A5C + !

10. P X P PA X P Y las negras se dieron por


11. C X P! P X C?? vencidas, porque a 10. . . . , RIR
sucede 1 1. T8D + + y a 10. . . . ,
Lo oportuno era 11 . . . . , A3R. R2A, 11. A8D y mate.

12. D X D + RXD
13. 0-0-0 + Partida núm. 21

Y las negras se rindieron ante Defensa Caro-Kann


la inevitable pérdida de la torre.
l. P4R P3AD
2. P4D P4D
3. C3AD PXP
Partida núm. 20
4. C X P C3A
Defensa Caro-Kann
Ta:nbién es efectivo 4. . . . ,
Reti-Tartakower A4A; 5. C3C, A3C; 6. C3A,
C2D; 7. A3D, CR3A.
l. P4R PJAD
2. P4D P4D 5. C3C P4TR
3. C3AD PXP 6. A5CR
4. CXP C3A
5. D3D P4R? Es mejor 6. P4TR o 6. A4AD.

Se debía jugar 5. . . . , CD2D. 6. . . . P5T


7. A X C??
6. P X P D4T +
7. A2D DXP Aquí convenía jugar 7. C3C-
8. 0-0-0! 2R.

40
7. ... P X C! 3. C3AD CJAR
8. A5R TXP 4. ASC Cl-2D
9. TXT D4T + ! 5. P X P
10. P3A
Este cambio es aceptablt';
O bien 10. D2D, P X P + ; 11. pero no obligatorio. Se suele ju­
R 2 R, D X D + ; 12. R X D, gar 5. P3R, A2R; 6. C3A, 0.0;
P X C=D. 7. TIC, P3A; 8. A3D.

10. . .
. D X A+ ! ! 5 PXP
U. P X D
• . . .

PXT 6. C X P??
Y las blancas se rindieron.
Había que haber j ugado 6.
P3R o 6. C3A y continuar la
variante del comentario ante­
Partida núm. 22
rior.
Gambito de dama aceptado
6. ... C X C!
l. P4D P4D 7. AXD A5C + !
2. P4AD PXP 8. D2D AXD+
3. P3R P4CD? 9. RXA RXA

Se debe jugar 3. . . . , C3AR; Y las blancas abandonaron


4. A X P, P3R; pero no 4. . . . , después de la pérdida de una
P4AD; 5. C3AR, A5C?, por su­ pieza.
e e d e r 6. C5R!, A X D??; 7.
A X P + +.
Partida núm. 24
4. P4TD P3AD
Contragambito Albín
5. P X P P X P1?
6. D3A!
l. P4D P4D
Ante la imposibilidad de evi­ 2. P4AD P4R
tar la pérdida de una torre o de 3. P x PR P5D
una pieza menor, como 6. . . . , 4. P3R?
C3AD; 7. D X C + o 6. . , A2C;
. .

7. D X A, las negras se rindieron. Es mejor 4. C3AR, C3AD; 5.


A4A.

Partida núm. 23 4. . . . A5C +


5. A2D P X P!
Gambito de dama 6. A X A??

l. P4D P4D Se tenía que haber jugado 6.


2. P4AD P3R P X P.

41
6. . . . P X P+ 14. TIC D4T +
7. R2R 15. R2R DXP
16. P7T DXT
Si 7. R X P, sigue 7 • . . . , D X D. 17. P X T=D R2D
18. D X PA D x P+
7. . . . P X C= C + ! !
19. R3A C3A
E l m o v i m i e n t o 7. . . . , 20. DXP+ R2A
P X C=D es menos eficaz, por 21. D4A + R3C
suceder 8. D X D +, R X D ; 9. 22. D3R+ A4A
T X D. 23. P8C= D PSC=D
24. T6T! DXA
8. T X C A5C + 25. D4C + D4C
26. DBD + R3T
Las blancas pierden la dama; 27. D3T+ D4T
por ello, se rindieron.
Diagrama núm. 35

Partida núm. 25
Defensa francesa

Alekhine-Grigoriev
Moscú, 1915
l. P4R P3R
2. P4D P4D
3. C3AD C3AR
4. A5CR A5C
5. P5R P3TR
6. PXC PXA
7. PXP TIC
8. P4TR PXP Las tres damas pueden dar
9. D4C A2R mate al rey negro.
10. P3CR P4AD
11. P X PT PXP
12. P5T! Seguidamente, y para compl e­
Las blancas sacrifican el ca­ tar más cumplidamente esta se­
ballo con objeto de tener dos rie de veinticinco partidas, ofre­
peones «libres», que van incon­ cemos dos e u r i o s a s partidas
teniblemente hacia su corona­ cuya producción data de hace
ción. medio siglo ; en la primera, se
trata de cambiar cuanto antes
12. . . . PXC las piezas y peones, menos los
13. P6T PXP reyes. ¡ Lo que se logra en dieci-

42
siete movimientos ! Es de supo­ 14. D X P+ RXD
ner que los dos bandos no hacen 15. TXC TXP
jugadas normales, por ejemplo, 16. TXA T X A+
las blancas ponen a su dama bajo 17. RXT RXT
amenaza del adversario en el
tercer movimiento, y éste hace ¡ Tablas !
lo mismo en vez de tomarla.
Y en la segunda, se juega a dar Partida núm. 27
cuanto antes mate ahogado al
rey blanco, en lo que uno y otro l. P4D P3D
bando no pueden comer piezas 2. D2D P4R
ni peones. ¡ Esto se logra en el 3. P4TD P5R
décimo segundo movimiento 1 4. D4A P4AR
Desde luego ; no es recomen­ 5. P3T A2R
dable imitar los disparatados 6. D2T A3R
movimientos efectuados en am­ 7. T3T P4A
bas partidas. Se trata simple­ 8. T3C D4T +
mente de un entretenido ejerci­ 9. C2D A5T
cio de jugar con rapidez. 10. P3AR A6C
Por ello, las dos partidas se ll. P5D P6R
ofrecen sin comentarios ni sig­ 12. P4AD P5A
nos de valoración.
¡ Ahogado !

Partida núm. 26 Diagrama núm. 36

l. P4R P4D
2. PXP DXP
3. D5T D X PT
4. D X PT DXC
5. DXP TXP
6. TXP TXP
7. TXP TXC
8. TXP D X PC
9. TXA+ R2D
10. TXC T X T8CD
l l. AXD T X A2C
12. TXT TXP
l3. DXP TXP

43
Lección 5

Mate al rey solitario piezas y el rey no tienen la po­


tencia suficiente para forzarle
a ello.
El lector ya conoce el movi­ La manera de ganar es única
miento de las piezas y de los en cualquiera de los tres casos
peones, la anotación de la parti­ arriba citados : las piezas ata­
da, las reglas del juego y unas cantes fuerzan al rey solitario
partidas ejemplares. Por tanto, a situarse en una de las vertica­
está preparado para ejercitarse les extremas y allí le asestan el
en el juego práctico. Pero antes golpe definitivo.
de pasar a este tema, es nece· Es más difícil dar mate con
sario conocer algunos lances. En alfil y cab::!l!0. En caso tal, el rey
la partida de ajedrez se produ­ es acorralado por la acción con­
cirá tarde o temprano una posi­ junta de las tres piezas adversa­
ción en la que un contendien­ rias en una esquina del tablero
te se queda con el rey solo como hemos visto en el diagra­
y el otro con esta pieza y otras ma núm. 20. Pero el que se ini­
más. cia en el ajedrez no necesita de
¿En qué casos se puede dar momento aprender dicho final,
mate al rey solitario? Cuando se porque se produce por lo común
dispone de la dama o de una una vez en mil partidas jugadas.
torre o de dos alfiles. Y se da Veamos los mates fundamen­
mate antes si el bando más po­ tales que se dan al rey solitario
deroso tiene otras piezas, ade­ y los procedimientos para darlo
más de éstas. Mas no se puede que el lector debe aprenderse.
dar con una pieza menor, sea En los siguientes finales, las pie­
alfil o caballo, ni con dos caba­ zas blancas se han dispuesto
llos, salvo que el adversario se adrede en una posición desven­
retire voluntariamente a un án­ tajosa, o sea, alejadas del rey
gulo del tablero. Pues estas dos adversario.

44
Mate con la dama se verá que con una docena de
ellos se puede acorralar al rey
Diagrama núm. 37 solitario en un ángulo del ta­
blero. Pero ha de procurarse no
dar jaques inútilmente y hacer
movimientos que limiten la mo­
vilidad del rey, evitando que se
produzca la situación de mate
ahogado.

Mate con una torre

Diagrama núm. 38

En esta posición, se da mate


de varias maneras :
l. R2C (obsérvese que el rey
del bando más fuerte se dirige
hacia su adversario para apoyar
la acción de la dama), R5D; 2.
DIR! (con este movimiento, las
blancas privan al rey solitario de
medio tablero), R4D; 3. R3A,
R4A; 4. D6R!, R4C; 5. D6D!,
R4T; 6. R4A, R5T; 7. D6T o 7.
D4C mate. Aquí, la manera de ganar es
l. R2C, R5D; 2. D IR, R6D; igual que en el caso anterior ;
3. D5R!, R7D; 4. D3C!, R7R; sólo que se tarda unos movi­
5. R2A, RBA (esto es una celada, mientos más.
pues se da mate ahogado si se La acción conjunta del rey y
j uega 6. R2D ? ? , error que el la torre atenaza al rey solitario
principiante suele cometer en el en una esquina del tablero, y la
fragor del ataque) ; 6. D2T!, última le da mate. Analicemos
R8R; 7. R3D! (queda ahogado si esta posición.
se j uega 7. D2C??), R8A; 8. l. R2C, R5D; 2. R3C, R6D;
R3R, RBR; 9. D2R, 9. D IT o 3. TID +, R7R; 4. T4D, R6R;
DIC mate. 5. R3A, R7R; 6. T4R +, R6A
Inténtese dar mate de otras (si 6. . . , RSD?, entonces 7.
.

maneras ; haciendo diversos mo­ T3R!, y el rey solitario se ve


vimientos con el rey y la dama, forzado a ponerse delante de su

45
adversario -lo que se llama Diagrama núm . 39
•oposición » en la jerga ajedre­
cista- y consiguientemente se
halla en estado de mate, esto es,
se p r o d u e e 7. . . , RSA ; 8.
.

TIR+ + l ; 7. RJD, R7A; 8.


T4A +, R6C; 9. RJR, R7C; 10.
T4C + , R6T; 11. RJA, R7T; 12.
R2A, R6T; 13. T4AR! (esto fuer­
za a efectuar el movimiento de
oposición), R7T; 14. T4T y mate.

Mate con dos alfiles

(Ver diagrama núm. 3 9)


Con su acción conjunta, el l. R2C, R5D; 2. AJA, R6D;
rey y la pareja de alfiles acorra­ 3. A4A, RSD; 4. R2A, RSA; S.
lan al adversario en uno de los AJR, R4C; 6. R3C, RJT; 7.
ángulos del tablero. Las dos pie­ R4A! (el movimiento 7. R4C77
zas menores se sitúan juntas con es un error grave, pues con él
el fin de que dominen el mayor queda el negro ahogado), R4T;
número de escaques y vayan Ji. 8. A7C, R5T; 9. A6C!, R6T; 10.
mitando la movilidad del rey R3A!, RST; 11. A6A +, R6T;
contrario. 12. ASA + , R7T; 13. A4R, R8T;
Aquí se gana de la siguiente 14. R2A, R7T; 15. ASD +, R8T;
manera : 1 6. A4D + +.

46
lección 6

Un poco de historia merlán fue muy aficionado a es­


te juego, por lo cual su hijo lo
llamó Sharoh que significa torre
Posiblemente, al lector le ha en aquel idioma. En la Europa
sido engorroso el estudio de los medieval también hubo afición
movimientos de las piezas, el al ajedrez. Entonces, se enseña­
de las casillas y el de la anota­ ban a siete artes liberales », que
ción. Pero, ¿qué se le va a ha­ constituían el trivium (gramáti­
cer? En el futuro recogerá el ca, retórica, dialéctica) y el cua­
fruto de ello. En cambio, el aná­ trivium (aritmética, geometría,
lisis de las partidas ejemplares astronomía y m ú s i e a), y las
le habrá causado satisfacción. asiete artes caballerescas• que
¿ Qué experimentará cuando em­ se reducían a equitación, nata­
piece a dar mate a sus oponen­ ción, tiro de flecha (la pólvora
tes? Un proverbio reza así: aLa aún no se conocía), esgrima,
raíz del estudio es amarga ; pero poesía y. . . ajedrez.
sus frutos son dulces •. u ¿Qué clase de caballero es

Quisiéramos hablar un poco si no sabe cazar un pato carbo­


de la historia del ajedrez, que nero, ni escribir un soneto, ni
todo aficionado debe conocer, distinguir un peón de un alfil?
aunque sea de un modo superfi­ -exclamaba toda dama distin­
cial. guida, frunciendo los labios-.
En la Edad Media, el ajedrez ¡ N o es caballero, sino un igno­
aún se llamaba schatrandasch y rante y un impostor ! »
era el objeto de la estimación de La tradición popular nos cuen­
los árabes, conquistadores de ta que los caballeros rusos o
muchos países. Los califas, entre héroes épicos 1 l i a Muromets,
ellos Harún al Reschid que apa­ Dobrina Nikitich, Alioscha Po­
rece como personaje principal povich y otros, fueron aficiona­
en muchos cuentos de c Las mil dos al ajedrez. Y cuando el tem­
y una noches», tuvieron ajedre­ poral hubo echado a Sadko,
cistas en sus palacios. mercader de Novgorod, por la
El conquistador mogol Ta- borda de su ladia (embarcación

47
de vela), el dios del mar lo re­ La primera mitad del siglo xix,
cibió en el fondo del lago limen aparecen destacados ajedrecis­
y le propuso jugar una partida tas : el francés La Bourdonais, el
de ajedrez. inglés Staunton, el norteameri­
Desde luego, la poesía épica es cano Morphy y el alemán An­
una creación de la fantasía, si dersen, que fue el vencedor en
bien está fundada en la vida y los primeros torneos internacio­
costumbres populares. nales celebrados en Londres los
En la Rusia anterior a la época años 1 85 1 y 1852.
de Pedro el Grande, el ajedrez En 1 889 se instituye el título
formaba parte de la instrucción de campeón del mundo ; título
de los hijos de los zares y de los que obtiene el praguense Gui­
grandes príncipes. A Iván el Te­ llermo Steinitz, tras su victoria
rrible le sobrevino la muerte sobre Zukertort, que fue otro
mientras jugaba una partida de de los ajedrecistas destacados de
ajedrez. Entonces, el extranjero entonces. De joven, Steinitz via­
Oderbern visitó Moscú y escri­ jó mucho ; vivió en Viena, Lon­
bió : a Los rusos o moscovitas dres y Nueva York, y visitó Mos­
juegan mucho al ajedrez. ) Dudo cú y San Petersburgo.
que haya quien pueda igualarse Rusia tuvo dos ajedrecistas
con ellos ! » eminentes :
Alejandro Dmitrievich Petrov
Después de la invención de la
(1794-1867) jugó poco y sólo en­
imprenta, empiezan a publicarse
tre sus compatriotas, pues en su
manuales y colecciones de par­
tiempo aún no se celebraban tor­
tidas y de problemas, y aparecen
neos internacionales. Y, con
destacados ajedrecistas, como el
todo, conquistó fama internacio­
español Ruy López de Segura,
nal. Por la eficacia y belleza de
los italianos Leonardo y Polerio
su juego, lo llamaron el a:Phili­
y el calabrés Greco. dor del Norte •. Sus problemas
Más tarde, el mundo del aje­ de ajedrez cautivaron la aten­
drez se centró en Inglaterra y en ción y el ánimo del mundo aje­
Francia. El gran compositor drecista. Uno de ellos, titulado
francés Philidor fue asimismo «Napoleón huye de Moscú a Pa­
autor de un notable manual de rís», tuvo un éxito resonante.
ajedrez y se le tuvo por uno de
los mejores ajedrecistas del si­ (Ver diagrama núm. 40)
glo xvm. Su coetáneo, el sirio
Felipe Stamma, se estableció en La casilla 1 CD de las blancas
Londres y publicó un libro so­ representa Moscú y la 1 TR de
bre posiciones con el sugesti­ las negras París ; la diagonal
vo título « Descubrimiento de 1TR-8TD de las blancas el río
los secretos del ajedrez por Berezina ; el rey negro a Napo­
Stamma». león, y los caballos blancos re-

48
Diagrama núm. 40 editó revistas de ajedrez ; fundó
asociaciones de ajedrecistas, y
organizó el primer campeonato
ruso. Fue un gran maestro y un
vehemente y desinteresado entu­
siasta de este juego. Los maes­
tros soviéticos se sirven de su
gran aportación a la teoría y de
su legado artístico.
A fines del siglo anterior, el
ajedrecista alemán Emanuel Las­
ker venció a Steinitz y se pro­
clamó campeón del mundo.
En 1909 resonó el nombre del
genial cubano José Raúl Capa­
blanca, cuya victoria sobre Las­
presentan la caballería rusa que ker le valió el título de campeón
lo persigue de esta manera : del mundo el año 1921.
l. C2D +, R7T; 2. C3A +, A la muerte de Chigorin, el
R6T; 3. C2D I C + , R5C; 4. campeón de Rusia fue Akiba
C2T +, R4C; 5. CIC3A +, R3T; Rubinstein, a quien el joven
6. C4C + (aquí pueden las blan­ moscovita Alejandro Alekhine
cas dar mate con la dama en su superó al resultar vencedor en
casilla 8TD ; así quiso Petrov el primer campeonato soviético,
expresar la opinión de los his­ celebrado en 1920. Luego, mar­
toriadores militares de que se chó al extranjero ; después de
podía haber derrotado al ejército una serie de brillantes éxitos,
napoleónico a su paso por el río venció al cubano Capablanca y
Berezina, es decir, por la diago­ le ganó el título de campeón del
nal 1 TR-8TD de las blancas), mundo en 1927, título que per­
R2T; 7. C5C +, RIC; 8. C6T +, dió ante el maestro holandés
R1A; 9. C7T +, R2D; 10. CSC +, Max Euwe en 1935 ; pero lo re­
R2R; 11. CSA + , R1A; 12. cuperó transcurridos dos años y
C7D +, R1C; 13. C7R +, RIT; lo mantuvo hasta su muerte,
14. R2C mate. ¡ Rusia da mate ocurrida el año 1 946.
a Napoleón en París, o sea, en En la Rusia de los zares, el
la casilla 8TR de las blancas 1 ajedrez no estaba muy extendi­
Otro ajedrecista ruso, Miguel do ; pero actualmente se ha con­
Ivanovich Chigorin (1850-1908), vertido en un juego popular.
fue el verdadero creador de la La Federación Soviética de
escuela ajedrecista rusa. Partici­ Ajedrez cuenta casi con cuatro
pó en los torneos internaciona­ millones de afiliados de ambos
les ; disputó el título de cam­ sexos, entre los cuales figuran
peón del mundo con Steinitz ; decenas de grandes maestros, y

49
maestros internacionales, y cer­ prindaschvili es actualmente la
ca de cuatrocientos maestros. campeona del mundo en la cate­
Tras la muerte de Alekhine, goría femenina.
fue muchos años campeón del Casi todos los destacados aje­
mundo el destacado ajedrecista drecistas de ambos sexos empe­
soviético Miguel Botvinnik, cu­ zaron a jugar en su infancia. Más
yo título perdió temporalmente tarde, recibieron el temple teó­
ante los grandes maestros Basi­ rico y deportivo en los círculos
lio Smislov y Miguel Tal ; pero de ajedrecistas y en los centros
volvió a recuperarlo. Actualmen­ de pioneros.
te, lo ostenta Boris Spasski, tras Con esto ponemos punto final
haber vencido a Tigran Petro­ a este bosquejo histórico que,
sian. como se ha dicho, a todo aficio­
La joven georgiana Nona Ga- nado le resultará útil conocer.

50
lecc i ó n 7

La técnica ajedrecística Euwe calculó lo siguiente : e Si


doce mil ajedrecistas estuvieran
ocupados constantemente en la
Muchos creen que la capaci­ búsqueda de las mejores jugadas
dad para las matemáticas y para en todas las posiciones imagina­
el ajedrez son una misma cosa y bles y en cada una de ellas in­
que jugar bien significa saber virtieran sólo una décima de se­
calcular exactamente las jugadas gundo, necesitarían más de un
propias y las respuestas del ad­ trillón de siglos para analizarlas.
versario. Pero no es así. Pues ¡ Esto pone de manifiesto que
aunque el campeón del mundo el ajedrez es inagotable !
Lasker fue doctor en ciencias El lector se preguntará : En­
exactas, el también campeón del tonces, ¿ cómo juegan los maes­
mundo Alekhine prefirió la mú­ tros y los grandes maest�os?
sica y la literatura a las mate­ ¿ pueden crear partidas brillan­
máticas. tes sin calcular las posibilida­
Por otra parte, ¿ se pueden des? ¡ Desde luego, no ! Siendo
calcular todas las continuacio­ así, ¿ cómo mantienen el rumbo
nes que puede producir cada mo­ por el infinito e insondable océa­
vimiento en el largo transcurso no del ajedrez?
de una partida ? Ante todo, hay que tener do­
Una partida suele durar unas minio de la técnica de este juego.
cuarenta jugadas ; la primera de Por técnica se entiende saber
las blancas produce veinte posi­ emplear la práctica acumulada
ciones distintas ; después de la en el transcurso de los siglos y
respuesta de las negras, se pro­ puesta en la forma actual. Un
ducen cuatrocientas posiciones. ejemplo de ello es la partida nú­
¡ Y las que producen los diez mero 10, que se jugó cuatrocien­
primeros movimientos se expre­ tos años atrás. Hoy día, ningún
san en la sorprendente cifra de ajedrecista un poco experimen­
1654 5 18 8293 100 5442 000 000¡ tado j uega 8. , P4CR?? en la
. . .

000 000 ! posición dada en ella, pues sabe


El ex campeón del mundo su peligro, como tampoco cae

51
en la celada del mate Legal que riante se llama forzada. En la
se produce en la partida núm. 5. posición reflejada en el diagra­
Con el paso de los siglos, los ma núm . 9 se produce una va­
.

ajedrecistas más destacados de riante forzada : después de l.


todos los países elaboraron mu­ P8C = C + , el rey negro se ve
chas aperturas en las que se pro­ forzado a retirarse, tras lo cual
ducen posiciones más o menos el caballo toma la dama, y el rey
equivalentes para ambos ban­ negro lo toma si las negras lo
dos; establecieron diversos mo­ creen conveniente, pues no es
dos de hacer evolucionar las obligatorio hacerlo.
piezas en el ataque y en la de­ Se llama combinación toda
fensa, de cómo mover los peones variante forzada que entraña sa­
y cuándo y de sacrificar una pie­ crificio de un peón, de una cali­
za o un peón en el momento dad, de una pieza y basta de la
oportuno. Investigaron los fina­ dama, y causa mate o proporcio­
les de partida y hallaron méto­ na superioridad material deci­
dos de juego convenientes a dis­ siva.
tintas correlaciones de fuerzas. La combinación encanta al
Cuando el lector conozca el va­ ajedrecista por su sorpresa, in­
lioso legado de la cultura ajedre­ genio y belleza. Recuérdese la
cista mundial y sepa aplicarla en que se produce en la partida
la práctica, podrá decirse que M. Ivanov-B. Semienov que he­
domina la técnica de este juego. mos visto anteriormente ; en
Antes de proseguir en este ella, las blancas sacrifican la da­
tema, es necesario recordar una ma, con lo que fuerzan al rey
serie de términos que usan los negro a salir al centro del table­
ajed r e c i s ta s experimentados : ro, donde se le da mate. En casos
c gana forzosamente », cha forza­ así, el ajedrecista dice : • Las
do el cambio de piezas», e� el peón blancas han forzado el mate, me­
va forzosamente hacia su coro­ diante el sacrificio de su dama.•
nación» o e�ha forzado unas ta­ En las demás partidas, también
blas ». se lleva a cabo un golpe combi­
Se da el nombre de variante a natorio por el estilo.
una serie de movimientos unidos ¿ Cómo pudo el vencedor dar
por una idea. En la mayor parte con los movimientos apropiados
de las posiciones son posibles para matar lo antes posible al
varias continuaciones, cada una rey contrario en el infinito nú­
de las cuales tiene sus ventajas. mero de ellos? Esto se debe
El ajedrecista dice: s En esta po­ única y exclusivamente a que las
sición son posibles tales y tales respuestas del adversario eran
variantes. u forzadas. El pudo calcular con
Si un movimiento fuerza al exactitud o suponer con mayor
adversario a responder de una o menor probabilidad los resul­
manera determinada, esta va- tados de la combinación. Pues

52
es claro que su oponente no de un oponente, hace que el otro
hizo movimientos descabellados, entregue un peón o una pieza y,
sino que procuró salvar a su rey a la postre, pierda la partida. Por
del mate. lo tanto, se puede lograr la vic­
Se llama visión combinatoria toria con el juego de posición.
el saber hallar una combinación El juego de posición atrae al
de ocho o diez movimientos. ajedrecista por su lógica. Resul­
En primer lugar, el que se ini­ ta agradable atenazar las piezas
cia en el ajedrez debe sobre todo adversarias y, coordinando la
aprender a combinar y, por lo acción ofensiva de las propias,
mismo, a desarrollar la visión ganarle. Pero lo más frecuente
combinatoria en él. Por ello, es es armonizados : la maniobra
conveniente retener en la me­ de posición crea las condiciones
moria los finales clásicos que se necesarias para llevar a efecto
expondrán luego ; llamados así, la combinación, que ha de pro­
porque se producen constante­ ducir el mate o una ventaja ma­
mente en posiciones parecidas. terial decisiva.
En segundo lugar, debe estu­
Pero ¿ cómo halla el ajedre­
diar las partidas de los grandes
cista los movimientos conve­
maestros, particularmente las de
nientes en el juego de maniobra?
Chigorin y las de Alekhine, pues
En el juego de posición las res­
éstos poseyeron una visión com­
puestas del adversario no son
binatoria extraordinaria y poco
forzadas como en la combina­
frecuente.
ción. ¿ Cómo puede prever las
A veces, se produce una lucha
consecuencias de la maniobra
de posición lenta, en la que los
que ha pensado hacer? La res­
dos contendientes se entretienen
puesta está en la práctica asidua
en maniobrar al no ver posibili­
del juego y el estudio de las par­
dades de realizar una combina­
tidas de los grandes maestros.
ción. ¿ Qué significa maniobrar?
E 1 1 o permitirá al ajedrecistta
Pues una serie de movimientos,
principiante valorar debidamen­
cuyo sentido se reduce a lograr
te las ventajas de una posición
una mejoría en la posición, elu­
dada, esto es, decidir si ha de
diendo todo sacrificio. La ma­
buscar una combinación o efec­
niobra es menos arriesgada que
tuar una sutil maniobra o limi­
la combinación, porque el sacri­
tarse a un movimiento de espera
ficio de una pieza no reporta
o pasar del ataque a la defensiva
tan pronto ventaja en aquélla
como en ésta. En ocasiones, una y viceversa.
maniobra mejora un poco la po­ ¡ La visión combinatoria unida
sición ; otra maniobra más y se con el dominio de la técnica
mejora otro poco. La acumula­ posicional constituyen el arte del
ción así da ventaja en la posición juego de ajedrez !

53
Lección 8

Cómo se empieza la partida nalidades, entre los cuales desta­


can Chigorin, Alekhine y otros
grandes maestros.
La continuada práctica a tra­ Los varios sistemas de apertu­
vés de los siglos creó una serie ra se dividen en tres grupos :
de aperturas, cuyos objetivos abiertos l. P4R, P4R; semiabier­
son : tos en los que a l. P4R no se
1) Movilizar rápidamente las contesta con l . , P4R, y cerra­
. . .

piezas. dos en los cuales las blancas


2) Hacerlas evolucionar ha­ juegan l. P4D u otros movi­
cia las inmediaciones del centro, mientos distintos de l. P4R.
de donde se pueden trasladar en Algunas aperturas abiertas se
uno o dos movimientos a cual­ fundan en el sacrificio de un
quier casilla del campo adversa­ peón o una pieza por parte de
rio para atacarle. las blancas con objeto de que
3) Cubrir debidamente al rey sus piezas evolucionen lo antes
propio. posible ; por ello, han recibido
De las partidas que se han el nombre de gambitos.
analizado en páginas anteriores ¡ El estudio de las aperturas
se ve cómo se deben realizar es­ llena extensos manuales, en los
tos objetivos y a qué conducen que la española ocupa centena­
los errores cometidos en la aper­ res de páginas !
tura. Las partidas que se ofrecen
El lector ya conoce algunas aquí dan una idea general de la
aperturas, cuyo nombre recibie­ apertura suficiente para que el
ron hace mucho tiempo. Por que se inicia en este juego se
ejemplo, la apertura española se acostumbre a ellas. Y, al prin­
llama así, porque sus primeros cipio, debe observar los siguien­
movimientos fueron elaborados tes consejos :
por el ajedrecista español Ruy 1) Empezar la partida con el
López de Segura en el siglo XVI. peón del rey (1. P4R) o con el
Posteriormente fue desarrollada de la dama (1. P4D); de esta
por ajedrecistas de otras nacio- manera, se abre paso a la dama

54
y al alfil y se ataca al peón ad­ 5) No se deben perder tiem­
versario del centro. En la res­ pos moviendo una sola pieza sin
puesta, las negras tienen mayo­ un motivo que lo justifique.
res posibilidades : a l. P4R pue­ 6) Al principio, es aconseja­
den contestar con l . , P4R lo
. . . ble mover las piezas menores del
que comúnmente causa una lu­ flanco del rey, preparando de
cha simple, aguda y comprensi­ esta manera el enroque corto
ble para el que comienza, o ele­ para alejar al rey del centro y
gir una apertura semip.bierta, poner en movimiento a la torre.
aun cuando es más complicada Tras el enroque, se debe movi­
para él. Y a l. P4D se puede lizar el flanco de la dama y, por
responder con l. , P4D, que
. . . último, poner a esta pieza en
es lo menos complicado, y ter­ juego.
minar la evolución del flanco del 7) Una vez se ha realizado
r e y aproximadamente así : 2. la evolución de las fuerzas, las
P4AD, P3R; 3. C3AD, C3AR; blancas deben preparar un ata­
4. A5C, CD2D; 5. P3R (pero no que, procurando que todas las
5. P X P, por suceder 5 , P xP;
. . . . piezas actúen conjuntamente y
6. C X P ; véase la partida nú­ se dirijan a un objetivo determi­
mero 23), A2R; 6. C3A, 0-0 y, nado. No se debe atacar prema­
luego, jugar P3CD y A2C. Las turamente y con pocas piezas,
otras aperturas cerradas son más salvo que el adversario cometa
difíciles para el que se inicia en un error, que permita efectuar
este juego. una combinación forzada, como
2) Al comienzo de la parti­ se ha visto en las partidas an­
da, no se debe sacar la dama, teriores.
porque el adversario la atacará 8) Todo peón atacado ha de
con sus piezas menores y con defenderse con una pieza menor,
ello ganará tiempos. como en la apertura española
3) En la apertura no deben l. P4R, P4R; 2. C3AR, C3AD;
hacerse movimientos de espera 3. A5C, o contraatacar al peón
o pasivos, como P3TR y P3TD, adversario como en la rusa l.
ni que debiliten el futuro enro­ P4R, P4R; 2. C3AR, C3AR.
que, como P4TR y P4CR, etc. 9) Debe evitarse todo inten­
Cada movimiento de apertura to de ir a la « caza» de peones
ha de hacerse para situar una si ello causa la pérdida de la ini­
pieza cerca del centro o abrir ciativa o el empeoramiento de
una línea para su acción. la posición.
4) Debe crearse un sólido 10) En la fase inicial de la
centro de peones si ello es po­ partida, las negras no deben lan­
sible ; por ejemplo, situar los zarse a un contraataque, sino
peones en las casillas 4R y 4D terminar la evolución de sus
con objeto de limitar la movili­ fuerzas y crear una posición de­
dad de las piezas adversarias. fensiva y sólida.

SS
Lección 9

Partidas ejemplares 4. C X P A2D

Es mejor jugar 4 • , C3AR


. . .

Vamos a analizar cuatro par­


o 4. . . . , C2D, pues, al comienzo
tidas comentadas, en las que
de la partida, los caballos han
vencieron j óvenes ajedrecistas
de sacarse antes que los alfiles.
que más tarde fueron campeones
del mundo.
5. CJAR AJA
6. AJD C2D
Partida núm. 28 7. 0-0 CRJA
Defensa francesa 8. A5CR

Corzo-Capablanca A 8. C x C + se puede contes­


tar con 8. . . . , D X C! sin temer
l . P4R P3R
al movimiento 9. A5CR. A pri­
2. P4D P4D mera vista, parece que las negras
pierden la dama; pero las blan­
Los movimientos de las ne­
cas perderían una pieza después
gras caracterizan la defensa
de 9. , A X C!
francesa. Capablanca contaba
. . .

trece años cuando jugó esta par­


8. . . . A2R
tida y temió jugar una apertura
9. c x c + AXC
abierta e o n el experimentado
10. AJR
Corzo, campeón de Cuba, pues
esta suerte de aperturas encie­
Las blancas han perdido un
rran muchas celadas teóricas,
tiempo, pues podían haber situa­
que él aún no había aprendido.
do de un movimiento el alfil en
3. C3AD PXP la casilla 3R y no de dos como
lo han hecho.
Las variantes 3. . . . , A5C; 4.
P5R; P4AD o 3 . , CJAR; 4.
. . . 10. . . . 0-0
A5CR, A2R complican más el
juego. Los dos contendientes han en-

56
rocada así que les ha sido po­ 18. D X D + RXD
sible. 19. C3A

ll. P3A P3CD Si se hubiera j u g a d o 19.


P4CR, la respuesta habría sido
Es erróneo el movimiento 11. 19. . . . , R3C y, después, se ha­
. . . , P4R?, por suceder la típica brían doblado las torres en la
combinación, que suele produ­ vertical de TR.
cirse en posiciones semejantes,
12. C X P, A X C; 13. P X A, 19. ... TICR
C X P (o 12. C x P, C x C ; 13. 20. TD1R T3C
P x C, A X P) ; 14. A X P + , 21. A2D A4D
R X A ; 15. D5T+, RIC; 16. 22. P3CD T1AR
D X C. 23. R1T

12. D2A R 1T! Este movimiento es forzado.


13. C2D Era mejor jugar 23. T2R con el
fin de preparar el salto del ca­
No se debe jugar 13. A X P?, ballo en la casilla 5R, el cual no
porque sucede 13. . . . , A X C! ; se puede hacer si no se ha hecho
14. P X A, P3CR; 15. A X P, el movimiento mencionado, de­
TIC!, y las negras truecan dos bido a 23 . . . . , T X P +.
peones por un alfil. Pero no ha­
bía necesidad de retirar el caba­ 23 . ... P4A
llo de su excelente posición, sino 24. PXP CXP
jugar 13. A4A. 25. P4A AIT
26. A4C TAICR
13. . . . TlR 27. AXC
14. A X P?
Diagrama mí m. -l l
Las blancas entregan un alfil
por tres peones ; pero no tienen
en cuenta que las negras pueden
contraatacar.

14. ... P3C


15. AXP PXA
16. DXP D2R
17. P4AR D2T

El cambio de damas elimina


todo peligro para el rey negro
al paso que la posición del blan­
co no es sólida.

57
Las blancas se han precipita­ esperando que su joven adversa­
do a cambiar este peligroso ca­ rio cometiese un error irrepa­
ballo sin advertir la brillante rable.
respuesta de las negras. Aunque
éstas ganarían luego de 27. T2R, 30. T7D + R3T!
C6D; 28. A2D, P4R!; 29. P X P,
C X P!; 30. C X C, T X P. A 30. . . . , R1T? sigue 31.
A X A, A X C; 32. A4D + y ga­
27. . . . T X P! ! nan las blancas, no las negras.
¡ Esto manifiesta que es nece­
La combinación iniciada por sario ser precavido, incluso en
las negras con este movimiento situación de ganar 1
es un ejemplo de lo que en la
jerga ajedrecista se llama • cla­ 3 1. T5D
vada». Aquí, el caballo está cla­
vado, es decir, no puede mover­ Sacrificando la torre, las blan­
se ; de lo contrario, se da mate cas liquidan la clavada del ca­
a su rey. ballo ; pero ya es tarde.

28. A3R 31 . . . . AXA


32. C5C T7 X C
A 28. A3T o A1C sucedía 28.
. , T8C + !; 29. T X T, A X C + ;
. .
Ahora, la torre está clavada .
30. T2C, A X T + ; 31. R1C,
A5D + ; 32. T3R, A X T mate. 33. P X T + TXP
34. T6A+ R4T
28. . . . A5T 35. T X PR A X T+

¡ Nuevamente se aprovecha la Con esta jugada, se liquida la


clavada del caballo ! N o se pue­ clavada de la torre negra, y las
de jugar 29. C X A, por 29. . . . , blancas no pueden defenderse
T8C + + . del mate. Por lo que éstas se
rindieron.
29. TlD A7A!!

Con esta bella maniobra del Partida núm. 29


alfil, se amenaza al caballo. Y a Defensa de Philidor
las blancas se les da mate así:
30. T X A, T X T; 31. A X T, Bardeleben-Alekhine
A X C mate o 30. A X A, A X C
y la amenaza T8C+ + es inevi­ Contaba Alekhine quince años
table. Las blancas debían haber­ cuando ganó esta partida al co­
se entregado aquí ; pero efec­ nocido maestro internacional en
tuaron unos movimientos más, un match, cuyo resultado fue de

58
+ 4, -O = 1 a favor del adoles­ ll. 0-0 O-O
cente moscovita. 12. eiR

l. P4R P4R Las blancas no prevén la bella


2. e3AR P3D maniobra de su adversario. Te­
3. P4D e2D nían que haber jugado 12. A3D.

También se puede jugar 3 . . . . ,


12. . . . P4eD!
e3AR y, si 4. P X'P, 4. . . . , e x P.
13. A3D
4. A4AD P3AD
5. P X P Después de 13. P X P?, las
blancas perdían el alfil o el ca­
A 5. ese sigue S • . . . , e3T. ballo.

S • . . . PXP 13 • . . . P4TD!

No se puede jugar 5. . . . , Esto se puede llamar manio­


e x P?, debido a 6. e x e, P x e; bra de ruptura del flanco de la
7. A X P + y ganan un peón, dama.
pues no se puede tomar el alfil
so pena de perder la dama. 14. P x Pe

6. A3R
O bien 14. P X PT, P5e; 15.
A2R
e2R, D X P.
7. e3A D2A
14. . . . PT X P
Es mejor 7. . . . , eR3A y 8 ,
15. P6e
• . . .

0-0, porque Id primero que debe


hacerse es terminar la evolución Momentáneamente, este peón
de las piezas del flanco del rey. no supone ningún peligro para
las negras, por no poder conti­
8. P4TD e4A nuar avanzando y porque nece­
9. P4CD? sita estar defendido constante­
mente. Y los peones de CD y
Aún no ha llegado el momen­ AD negros limitan la movilidad
to oportuno para empezar el ata­ de las piezas blancas.
que. Había que haber jugado
9. e5eR, e3TR; 10. P3T, para 15. ... D2e
disponer el movimiento de la 16. e2R P4A
dama a 5T y evitar el del alfil 17. P3A A2D
de las negras a 5CR, según Ale­ 18. PXP PXP
khine. 19. e3e e4A!

9• . . . e3R Las negras atacan al peón


10. TleD e3A blanco 4R y al propio tiempo

59
cubren la diagonal 2TD-8CR, 25. . . . D4e!
con lo que amenazan con tomar
el peón 6CD. Con lo que no sólo se defien­
de el peón 4R del ataque de la
20. A4AD dama blanca, sino que se pre­
para la gan ancia de una calidad.
No conviene 20. T X P, por
suceder 20 , e X A; 21. D X e,
• . . .
26. C3A
A X T.
De haber contestado con 26.
20. . . . e4A X P P3C, dejando libre el escaque
2C para el rey, hubiese sucedido
El movimiento 20. . . . , D X P 26 •, T8T, y así, el peón se
. . .

es inferior, debido a 21. C3D, habría coronado con el apoyo de


con lo que se clava al caballo la dama y del caballo.
negro y se ataca a los peones 5C
y 4R. 26. . . . C7R +
27. T X C
21. exe exe
22. A5D AJAD Este movimiento es forzado,
23. AXA DXA pues a 27. R l T sigue la típica
24. D5T combinación 27. . . . , C6C + y
la torre blanca estaría sometida
Convenía haber jugado 24. a un doble ataque.
D3A, d e esta manera se clavaba
al caballo negro, que ahora entra 27. . . . DXT
en juego con mucha energía. 28. D X PR AJA
29. D5AD P6C
24. . . . e6A! 30. A4A TRlR!
25. T2e
Una astuta celada, que Ale­
Diagrama núm. 42 khine tiende al ver que las blan­
cas echan mano de su última
posibilidad, o sea, el avance del
peón .

3 1 . P7e D X T+!
32. R X D TST +
33. A l A P7e

Tras lo cual no se puede evi­


tar la entrada del peón en la
octava horizontal ; esto repor­
tará una ventaja de dos torres a
las negras.
Y las blancas se rindieron.

60
Partida núm. 30 precisión ; pero ahora las blan­
cas han alejado vanamente su
Apertura de los peones
caballo del centro. Había que
de la dama haber jugado 13. P X P, P X P;
14. TIAD y, así, se preparaba
Gerasimov-Smislov
el salto del caballo blanco en el
Esta partida pertenece al cam· escaque 4R.
peonato de la Casa de Pioneros
de Moscú, celebrado en 1935.
13 . . . . A5A
Los dos ajedrecistas contaban a
14. C5R PXP
15. P X P exe
la sazón catorce años.
16. P X C D3A!
l. NO P4D
Smislov aprovecha la oportu­
2. CJAR C3AR
P3R nidad que se le ofrece para con­
3. P3R
traatacar. Aquí, las blancas de­
4. AJO P4A
berían simplificar la posición y
5. P3CD C3A
forzar el cambio de. damas, me­
6. A2C AJO
diante 17. DJA!, O X D; 18.
7. 0-0 D2A
P X D, C2D; 19. A4R!
8. P3TO

Este movimiento es una pér­


17. AlAR? TRIO
dida de tiempo en posiciones
18. DJC C5C
distintas de ésta ; pero aquí que­
19. PJT
da justificado. Con él, las blan­
cas impiden que el caballo negro Diagrama núm. 43
salte en su escaque 5C y tome
el alfil de casillas blancas ; alfil
que es muy importante para el
ataque. Y las negras hacen lo
mismo en el décimo movimiento
para evitar el cambio de su alfil
de casillas negras, porque esta
pieza decidirá el resultado de la
contienda.

8. ... P3CD
9. NA A2C
10. C3A P3TD
l l. TIR P X PD
12. PR X P O-O
13. C4TD? 19. . . . T6D!!

Hasta aquí, los dos ajedrecis­ ¡ Esto e s u n golpe brillante !


tas adolescentes jugaron con N o se puede tomar la torre con

61
el alfil, porque se da mate en la adecuada, lo cual ella aprovechó
casilla 2CR de las blancas, y a para contraatacar felizmente.
20. D X T sigue 20 • , A7T + ;
. . .

21. RIT, C X P + ; 22. R X A, l. P4R P4R


e x D. 2. A4A eJAR
3. e3AD exP
20. D X P T X PTR!!
Con ello, pensaron recuperar
Nuevamente se entrega una la pieza y mejorar la posición
torre ; pero es intocable, pues, después de 4. e X e, P4D o 4.
si 21. P X T, sucede 21 , D8T
• . . . A X P +, R X A; 5. e x e, P4D.
y mate. Tampoco resulta eficaz
21. D X D, por 21. . . , A7T + ;
. 4. D5T
22. RIT, e x P + + . Y l a jugada
de las blancas en la partida no Se ataca al peón y se ame­
les evita perderla. naza con dar mate.

21. A4D A7T + 4 • . . . eJD


22. RIT AXP+ 5. A3C

Y las blancas se rindieron, por Las blancas podían recuperar


causa de perder la partida tras el peón jugando 5. D x P + ; pero
23. Rle, A7T+ ; 24. RIT, las negras forzarían el cambio de
A7A + ; 25. Rle, A X D. damas con la respuesta 5. . . . ,
D2R. Retiraron el alfil para evi­
tar que al posición se simplifi­
Partida núm. 31 case.

Apertura de alfil 5 • . . . e3A

Bera Tijomirova-Nona Si las negras hubieran querido


Gaprindaschvili eludir la lucha aguda que se ha
producido, hubiesen tenido que
La joven georgiana y actual
jugar 5 . . . , A2R; 6. eJA, e3A;
campeona del mundo contaba
.

7. e x P, 0-0.
dieciséis años cuando jugó esta
partida, perteneciente al Cam­ 6. ese P3eR
peonato Femenino de la URSS 7. D3A e4A?
de 1957, celebrado en Vilna.
Nona cometió un error en la Esto es un error. Había que
apertura y esto la puso en situa­ haber jugado 7. . . , P4A!; 8.
.

ción de perder la partida. Pero D5D, D2R; 9. e x P + , RID; 10.


su adversaria Tijomirova, varias e x T, P3e y, después de A2C,
veces campeona de Moscú, no las negras toman el caballo y se
supo hallar una continuación lanzan a un fuerte ataque.

62
8. 050 C3T 20. . . . T X C!
9. P30 P30 2l. P X T C5D
10. A X C A3R
ll. 03A1 Ahora se ve claro el sentido
de la jugada diecinueve de las
Las blancas han cometido un
negras ; si su rey estuviera en la
error ; si hubieran j ugado ll.
casilla lA, sucedería 22. C6C +.
A5C!, A X O; 12. A X O, A X A;
13. A6A, hubiesen podido lograr
22. R2C 04A
una superioridad material deci­
23. P3TR
siva.

ll . ... A X A6T Se amenazaba con dar mate


12. AXA PXA en dos jugadas. No es conve­
13. 03T A4C ni en te 23. O X P +, por 23. . . . ,
14. oxP+ A2R R1T y un ataque irrechazable.
15. C3J\R P3TO Pero el movimiento efectuado
16. C3A 020 en la partida no es mejor, pues
17. 04A T1AR las negras pueden jugar 23 •, . . .

18. C50 0-0..0 O X PA + ; 24. R2T, A4C! y, lue­


19. 0-0 R1C! go, P3A y ASA + . las blancas
Este movimiento es el prelu­ debían haber jugado 23. T01R.
dio de la combinación, cuyo sen­ Tras lo cual las negras habrían
tido se verá después. tenido que forzar las tablas con
el jaque continuo.
20. P4CO
23 • . . . O X PA +
Diagrama núm. 44 24. R2T A5T
25. P3A P3A!
26. PXC AXP
27. TXA O XT+
28. R1T 06A +
29. R2T PXC
30. 02A T1AO!

La torre negra se mterna en


el campo de las blancas por esta
vertical.

31. 020 PSR!


32. P X P T6A

Había que haber jugado 20. Y las blancas perdieron la par­


P3A. tida.

63
lección 1O

Combinaciones clásicas En las posiciones que se ofre­


cen a continuación, las fuerzas
de los dos bandos son aproxima­
Así que la apertura ha finali­ damente equivalentes. En ellas,
zado y las piezas de ambos con­ las blancas mueven primero. Al
tendientes han ocupado posicio­ pie de cada diagrama se indican
nes convenientes empieza el me­ los movimientos de que consta
dio juego. cada una de ellas. Se pueden
Hay combinaciones bellas y usar como problemas de ajedrez.
simples que se producen en cier­ El lector debe procurar resol­
tas posiciones, por lo que se les verlos sin mirar la solución.
ha dado el nombre de clásicas.
Al realizar una combinación clá­
Diagrama núm . -15
sica, que es comúnmente una
variante forzada, el ajedrecista
da mate o consigue una superio­
ridad material decisiva a los dos
o tres movimientos. Algunas
combinaciones clásicas sirven
para lograr unas tablas honro­
sas en una situación desesperan­
zadora.
El que se inicia en el juego de
ajedrez debe recordarlas y sa­
berlas aplicar en cuanto se le
brinda la oportunidad de hacer­
lo. Una vez las haya asimilado,
aprenderá a efectuar combina­
ciones más complicadas; esto es,
de varias variantes y muchas ju­ Mate en dos jugadas:
gadas. l. T7T + , R X T; 2. D7C + + .

64
Diagrama núm. 46 Diagrama núm. 48

Mate en dos jugadas: Mate en dos jugadas:

l. D6T + , P X D; 2. A6A + + l. D X P+ , D X D; 2. C7A+ + .

Diagramn núm. 47 Diag rama núm. 49

Mate en dos jugadas: Mate en cuatro ju.gadas:

l. A7C + , R IC ; 2. A4D+ + . l. C7A + , RIC; 2. C6T + , RIT; J.


D8C + , T X D; 4. C7A + + o l • . . . ,
T X C; 2. D8R + , TIA; J. D X T+ + .

65

J . - .UEDREZ ELEY ENTAL


Diagrama núm. 50 Diagrama núm. 52

Mate en tres jugadas: Mate en dos jugadas:


l. D7C + , R x D; 2. C5A + , RlC; l. TSR, D X T; 2. D7C + + .
3. C6T + + .

Diagrama núm. 51 Diagrama núm. 51

Mate en dos jugadas: Mate en dos jugadas:

l. D6C, D X A; 2. D X P+ + . l. T X P+ , D XT; 2. C6A + + .

66
Diagrama núm. 54 Diagrama núm. 56

Mate en dos jugadas: Mate en tres jugadas :

l. C6C + , P X C; 2. T4T+ + . l. A6A, P3C; 2. l)(iT, P x A; 3 .


D7C + + .

Diagrama núm. 55 Diagrama núm. 57

Mate en dos jugadas: Mate en tres jugadas:

l. D X P + , T X D; 2. T8A+ + . l. D x T + , R X D ; 2. A6A + , D2C;


3 . T8R + + .

67
Diagrama núm. 58 Diagrama núm. 60

Mate en tres jugadas: Jaque continuo:

J. D x PT + , R X D, 2. TJT + , RIC; l. T X P + , R x T; l. DSC + , RlT;


3 . T8T + + . 3. D6A + , RIC; 4. D5C + .

Diagrama núm. 5 9 Diagrama núm. 61

Mate en cuatro jugadas: Se gana la dama :

1, CSC + , RIC; l. T8T + , R x T; l. T7T + , R X T; 2. D X D + .


3. D3T + , RIC; 4. D7T+ + .

68
Diagrama núm. 62 Diagrama núm. 64

Se gana dama: Se da doble jaque con el caballo:

l. TIA + , T X T; 2. D x D. l. P5R + , R X P; 2. C4A+ o J • . . .,


D X P; 2. C4C + .

Diagrama núm. 61 Diagrama núm. 65

Se gana la dama o se da mate: Doble jaque con el caballo:

l. T X P + , C X T; 2. D X D o l. . . . , l. A5T, D X A ; 2. C7C + .
P X T; 2. D X C + + .

69
Diagrama núm. 66 Diagrama núm. 68

Se gana la torre: Se gana una torre:

l. D X T+ , R x D; 2. C4R + , R2C; l. D X T; si l • . . . , T X D, entonces


3. C X D. 2. T8R + , TIA; 3. T X T + + .

Diagrama núm. 67 Diagrama núm. 69

Se gana el caballo : Mate en tres jugadas:

l . D X C, D X D; 2. P8A = C + , RlC; l. A X P, A X A; 2. P6A y


3. C X D. 3. D X A + + .

70
Diagrama núm. 70 Diagrama núm. 72

Se gana una calidad, debido a la Se gana la dama:


amenaza de mate:
l. A x P + , R x A ; 2. D4T+, R3C;
l. A6T, P3C; 2. A X T. 3. D X D.

Diagrama núm. 71 Diagrama núm. 73

Se gana el caballo: Se gana el alfil:

l. D X C + , R X D; 2. P6A + y l. T X A, T X T; 2. P4T y 3 . A X T.
3. P x D.

71
Diagrama núm. 74 DUJgrama núm. 76

Se gana un peón: Las blancas fuerzan un empate:

l. C X PD, A X A; l. C X A o L .... l. T4A + , D X T y ahogado.


C X C; l. A X A.

DiagramG núm. 75 Diagrama núm. 77

Se gana un peón: Mate en cinco jugadas:

l. C X P, tras lo cual no se puede l. T X A + . D X T; l. D4A + , R:ZT;


jugar l
• D X C71, pues sigue 3.
. . . , 3. D7A +, DlA; 4. D x D + , R3T;
A6T + , R3A; 4. A7C + , R X A; S. 5. D6C+ + .
D X D.

72
Diagrama núm. 78 Diagrama núm. 80

Se corona un peón: A esta combinación se le ha dado

l. P6C, P X P; 2. P6T, AlC; 3. P7A,


el nombre de • molino • :
A X P; 4. P1T y S. PIT=D. l . A6A, D X D; 2. T X P + , RIT;
3. T X P+ , RIC; 4. T7C +, RIT;
S. T X C+ , RIC; 6. T7C + , RlT;
7. T X A + , RIC; 8. T7C + , RIT;
Diagrama núm. 79 9. T X A + , RIC; 10. T7C + , RIT;
11. TSC+ , R2T; 12. T X D. ¡La torre
ha •molido• un puñado de piezas
y peones!

Desbaratamiento de la estructura de
peones:

l. P6C, PT X P; 2. P6A, PC X P; 3.
P6T o l . . . . , PA X P; 2. P6T, PC X P;
3 . P6A. En las dos variantes, un
peón llega a la octava horizontal.

73
Lección 11

Finales clásicos Diagrama núm. 81

Se dice que se ha llegado a la


fase final de la partida cuando,
tras una serie de cambios, que­
dan, además del rey, una pieza
mayor o menor y unos peones.
En finales así, donde se ame­
naza con dar mate, el rey ad­
quiere un valor combativo im­
portante ; sale de su cobertura
de peones y empieza a actuar,
apoyando a sus piezas y atacan­
do a las adversarias. La posición
va simplificándose poco a poco
y, luego de ulteriores cambios, zontal. Calculemos si podrá lo­
se producen los finales simples grarlo o será alcanzado por el
y clásicos que todo ajedrecista rey negro. ¡ Depende de a quién
debe conocer.
le toque mover primero ! Supon­
gamos que les toca hacerlo a las
El rey contra un peón libre negras: l• , RSA; 2. PSC, R4R;
. . .

y la regla del cuadrado 3. P6C, R3D; 4. P7C, R2A, y se


gana el peón. Si las blancas mue­
Primeramente, veamos los ca­ ven primero, el rey negro no
sos en que el rey del bando ma­ puede alcanzarlo : 1. PSC, RSA;
terialmente superior no partici­ 2. P6C, R4R; 3. P7C, R3D; 4.
pa en la lucha. P8C= D + .
Para saber si e l rey puede dar
(Ver diagrama núm. 81)
o no alcance a un peón libre y
En esta posición, el peón blan­ hacerlo sin tener que contar los
co marcha hacia la octava hori- movimientos, existe la regla del

74
cuadrado, la cual no se debe ol­ Diagrama núm. 82
vidar. El camino que ha de reco­
rrer el peón para llegar a la oc­
tava horizontal lo considerare­
mos como un lado del cuadrado,
incluyendo la casilla en que está
situado. En el diagrama referido,
dicho lado lo forman los esca­
ques 4e, 5e, 6e, 7C y se ; con­
tamos también otros tantos en
la horizontal que va de la casilla
que ocupa el peón hasta la del
rey adversario y construimos el
cuadrado 4e, se, BAR y 4AR,
marcado con la línea. El rey al­
canzará al peón si al mover entra
en dicho cuadrado ; si no, éste En esta posición el cuadrado
entrará en la octava horizontal. lo forman los escaques 3T, 8T,
8A y 4A, y no los 2T, 8T, 8A y
En la posición reflejada en el
4A. Si mueven las blancas, su
diagrama núm. 8 1 , el rey está
rey entra en el cuadrado al si­
situado al exterior del cuadra­
tuarlo en una de las casillas 4A.
do ; pero juega l. R5A y entra
5A o 6A y dan alcance al peón.
en él.
Pero si mueven las negras y jue­
Mas con el movimiento l. P5e gan l. . . , P4T, resulta el cua­
.

de las blancas, la posición varía drado señalado con puntos, y el


y hay que construir un nuevo rey blanco no puede entrar en
cuadrado, para saber si el rey él ; y así, el peón se transforma
negro puede alcanzar al peón (el en dama.
nuevo cuadrado está señalado
con puntos). El rey negro no
puede entrar en él después de El rey y dos peones juntos
l . . . , R5A, por lo que el peón se
.
contra el rey
convertirá en dama.
De la regla del cuadrado se
Al emplear la regla del cua­
deduce otra importante : dos
drado en caso de que el peón, peones juntos contra un rey solo
sea blanco o negro, esté en su ganan siempre, aunque éste pue­
posición inicial, ha de tenerse en da alcanzarlos, pues al tomar
cuenta que él puede adelantar uno de ellos el otro se le escapa.
dos casillas y el cuadrado habrá Pongamos otro peón blanco
de construirse de manera que en el escaque 3A de la posición
sus lados tengan una casilla me­ reflejada en el diagrama núm. 8 1
nos. Veámoslo : y supongamos que mueven las

75
negras. El rey entra en el cua­ uno de los dos bandos hace su
drado y llega hasta los peones. movimiento correspondiente y
¡ Ah, pero éstos son intocables 1 logra situación tal se dice que
Veámoslo : l . . , RSA; 2. P.SC,
. . su rey restá en oposición•.
R4R; 3. P6C, R3D; 4. P4A! (ju­
gar 4. P7C7? es un error grave, Diagrama núm. 83
pues sucedería 4. . . . , R2A),
R3A; .S. P.SA, y las blancas ga­
nan, puesto que el rey se sale
del cuadrado si toma el peón 5A
y el otro peón alcanza la octava
horizontal y se convierte en da­
ma. Esto le fuerza a hacer inú­
tiles movimientos para impedir
el avance de los dos peones, cir­
cunstancia que las blancas apro­
vechan para ir en socorro de Aquí, las negras se ponen en­
ellos con su rey : 5. . . . , R2C; 6. frente del rey adversario si jue­
R2C, R3A; 7. R3A, R2C; 8. gan l . . , RlA, es decir, se pon­
. .

R4R, R3A; 9. R4D (o RSR), drán en oposición. Después de


R2D; 10. RSD, RlD; 11. P6A 2. P7D +, R1D, las blancas se
(también se gana con cualquier ven forzadas a jugar 3. R6D, con
otro movimiento), R1A; 12. lo que dan mate ahogado o tie­
R6D, R1C (si 12. . . . , R1D, se nen que entregar el peón. Con­
contesta con 1 3 . P7C); 13. R7D, trariamente, si mueven las blan­
RlT; 14. P7A o 13. P7C, R2T o cas y juegan l. P7D, evitan que
bien 13. P7A +, R1A; 14. R7R! el rey negro se ponga en oposi­
(pero no 14. R6A?, porque que­ ción y el peón se corona luego
da el negro ahogado), R2C; 15. de l. . . , R2R; 2. R7A. De este
.

R8D. ejemplo se deduce que el rey


solitario se pone en oposición y
logra hacer tablas cuando el rey
El rey y un peón contra el rey y el peón adversarios están en la
sexta horizontal. Obsérvese tam­
Cuando el peón no puede lle­ bién que se produce mate ahoga­
gar por sí solo a la octava hori­ do si el peón da jaque al situarse
zontal porque el rey adversario en la séptima horizontal y se
está dentro del cuadrado, en­ convierte en dama si lo hace sin
tonces el asunto depende de la darlo.
posición de su rey. La regla de la oposición indica
En la jerga ajedrecista se en­ cómo ha de jugar el rey solitario
tiende por oposición la postura en el caso que el peón adversario
de un rey contra otro en la que llegue a la sexta horizontal y su
los separa una casilla. Cuando rey se halle detrás de él ; para

76
lograr tablas, debe maniobrar Si el peón se encuentra en la
de suerte que esté en oposición quinta horizontal y su rey en la
cuando el rey adversario se sitúe sexta, entonces el rey adversario
delante de su peón. habrá de ceder la oposición y
perderá.
Diagrama núm. 84
Diagrama núm. 85

Aquí resultan tablas juegue


En esta posición, la ganancia
quien j uegue primero: l. R5D,
se logra, independientemente de
RID (¡es la única jugada, pues a
quién mueva primero : l. R6D,
l . . . . , RlA? sigue 2. R6A!, con
RID (si l . . . , R2C, sigue 2.
lo que el rey blanco es el que es­
.

tá en oposición y esto le asegura


R7D!); 2. P6A! (tras este movi­
miento de espera, el rey negro
la victoria!); 2. R6A (o R6R),
tiene que ceder la oposición),
RIA (o R l R y las negras están
RlA; 3. P7A (sin dar jaque),
en oposición); 3. P7D +, RlD, y
R2C; 4. R7D. Si las negras mue­
empate. Si les toca mover prime­
ven primero l . . . . , RID; 2. R7C,
ro a las negras, deben jugar l.
R2D; 3. P6A + , y así sucesiva­
. , RID (mas no l. . . . , RlA?,
mente.
. .

por 2. R6A!); 2. R5D, R2D; 3.


Si el rey del bando más fuerte
R5R, RlD!; 4. R6R, RlR. Y
se encuentra en la sexta horizon­
empate.
tal y delante de su peón, tiene
Si el peón se halla en cualquier
asegurada la ganancia, incluso
horizontal anterior a la sexta,
en posiciones en las que el rey
el rey solitario también habrá de
solitario tiene, aparentemente,
maniobrar de manera que su
posibilidad de empatar.
adversario no se sitúe delante
del peón, sino que lo adelante.
(Ver diagrama núm. 86)
En cambio, el bando más fuerte
no ha de avanzar el peón, sino Aquí, las negras tienden una
ocupar primeramente una posi­ celada con l. . .. , R2T; 2. R7A,
ción activa con su rey, tratando RIT!; 3. P6C??, y queda aho­
l.l e avanzai \untamente con su gado. Sin embargo, ocupando la
peón y forzar a·l a'!l[ersario a sexta horizontal con e! movi­
alejarse de éste. miento 3. R6C, las blancas ganan

77
Diagrama núm. 86 R3A; 6. P5C +, R3C; 7. R4C,
R2C; 8. R5A, R2A; 9. P6C +,
R2C; 10. R5C, RlC! (es lo único
que se puede hacer, pues pierden
si juegan 10 . , RlA o 10. . . . ,
. . .

R l T); ll. R6A, RlA, y tablas.


Pero las blancas logran fácil­
mente la victoria si juegan pri­
mero : l. R4T!, R3C (si l . . . . ,
R3A, sigue 2. R5T!, y a l . . , . .

R5A sucede 2. P4C!); 2. R4C


luego de 3 . . . . , RlC; 4. R6T,
(2. P3C? o 2. P4C? ocasionan
RlT; 5. P6C, RlC; 6. P7C, R2A;
unas tablas, pues el rey está
7. R7T.
alejado de su peón sólo una ca­
Resulta más difícil ganar si
silla), R3A; 3. R5T! (es un error
el peón está situado en una ho·
3. P3C7), R2C (si 3. . . . , R4A,
rizontal anterior a la quinta, entonces 4. P4C + , R3A ; 5. R6T,
aunque su rey se halle delante R2A; 6. P5C, R l C; 7. R6C!);
de él en una casilla contigua ;
en una situación así, no siempre Diagrama núm. 87
se alcanza la victoria, pues ello
depende de cómo maniobren
los reyes.
En tal caso, son tablas si el
rey solitario logra ponerse en
oposición. Por el contrario, ga­
nan las blancas si su rey está
en oposición, ya haciendo que
su adversario retroceda o situán­
dose a dos casillas delante de su
peón.
La victoria e s t á asegurada
cuando el rey se encuentra a
una o más casillas delante de
su peón.

(Ver diagrama núm. 87) 4. R5C! (¡con este movimiento,


el rey se aleja de su peón dos
Aquí, el resultado de la par­ casillas 1 ), R2A; S. R6T, R3A;
tida depende de quién mueva 6. P4C! (pero no 6. R7T77, por
primero. Si mueven las negras, 6 . . . , R4C y se pierde el peón),
.

se ponen en oposición, mediante R2A; 7. P5C (el movimiento 7.


l• , R4C y consiguen empatar
. . . R7T no conduce a nada, pues
después de 2. R3A, R4A; 3. P3C, sigue 7 . . . . , R3A, y el rey blanco
R4C; 4. P4C, R3C; 5. R4A, ha de volver al escaque 6T),

78
RlC (de lo contrario, las blan­ ce la posición arriba citada. Sin
cas jugarían 8. R7T); 8. R6C! embargo, al rey negro no le sal­
(pero no 8. P6C?, por la respues­ va ponerse en oposición si jue­
ta 8 . . . , Rl T que ocasiona una
. gan primero las blancas, pues
situación de tablas), RlT (o 8. éstas adelantan el peón y dan la
. . . , RIA; 9. R7T, con lo que las vez a las negras, y así, ganan
negras también ceden la oposi­ fácilmente : l. P3A!, R3C; 2.
ción); 9. R7A, R2T; 10. P6C +, R5D, R2A; 3. R5A! (es un error
RlT; 11. P7C +. 3. P4A ? , pues sigue 3 . . . , R2D;
.

Ahora volvam'ls a la posición 4. R5A, R2A!), R2D; 4. R6C,


reflejada en el diagrama núme­ R3D; 5. P4A, y el peón se con­
ro 85 ; en ella, el rey del bando vierte en dama.
más fuerte se pone en oposi­ La única exclusión de las re­
ción, porque dispone de una ju­ glas que hemos visto es la posi­
gada de espera con el peón. ción del peón situado en la
E s t a circunstancia asegura vertical de TR. Si el rey soli­
con frecuencia la victoria en los tario consigue situarse en un
finales de partida así cuando escaque del ángulo del tablero,
todavía se encuentra alejado de donde ha de entrar el peón, son
la casilla donde ha de convertir­ tablas.
se en dama.
Diagrama núm. 89
Diagrama núm. 88

Aquí se produce un empate,


independiente de cuál mueva
primero : l. RlC, R6C; 2. Rl T,
P6T; 3. RlC, P7T + ; 4. RlT o
l. , R6C; 2. RlC, P6T; 3. RlT,
. . .

P7T, y queda ahogado. Las ne­


En esta posición, las blancas gras no podrían ganar aun en el
ganan fácilmente, pues mueven caso de que tuviesen, además,
primero las negras y, por tanto, un alfil de casillas blancas. Las
han de ceder la oposición. Veá­ tablas también se producen aun
mosio : l. . . . , R3C; 2. R5D o cuando el rey del bando más
l . . . . , R3D; 2. R5C y se produ- fuerte esté delante de su peón y

79
el adversario le fuerza a arrinco- de sus peones y facilita al rey
narse. propio atacarlos.
Conviene recordar otro tér-
Diagrama núm. 90 mino : se ha dado el nombre de
peón crezagado » a todo aquel
que no está protegido por peones
contiguos.

Diagrama núm. 91

En esta posición ganan las ne­


gras, si les toca mover primero :
l . . . ., R8C; 2. R3C, P7T. Pero
son tablas si les toca mover a
las blancas: l. R2A, RBT; 2.
RlA (o 2. R3C), P7T; 3. R2A.
Pero las negras ganarían si tu­
viesen un alfil, ya que éste for·
zaría al rey blanco a retirarse
y el negro daría paso a su peón.
De todo ello se deduce el plan En esta pos1C1on, los peones
general de juego para finales con negros 2A y 2T están rezagados.
mayor número de peones. El peón blanco del flanco del
El ajedrecista que ha logrado rey evita que los tres peones
ventaja material debe simplificar negros avancen sin pérdidas. Y
la posición, mediante cambios el otro peón 2TD, libre y dis­
hasta llegar a una de las que tante, asegura la victoria a las
acabamos de analizar, o sea, rey blancas, a pesar de la ventaja
y peón contra rey, procurando material de las negras. Veá­
que el peón que quede no sea moslo :
el de la torre y que el rey ad­ l. P4T; RSA; 2. R5R, RSC;
versario no pueda ponerse en 3. R6A, R x P; 4. R X P, R4C;
oposición. 5. R7C, R4A; 6. R x P, R4D;
Cuando se ha logrado una 7. R X P, y el peón se corona.
ventaja así se suele ganar de Por ello, cuando hay peones
una manera aún más sencilla. en los dos flancos, los que están
Por ejemplo, un peón libre y juntos, estén aislados o no, cons­
distante proporciona c o mún­ tituyen un punto débil en la
mente la victoria, pues distrae posición : dos peones detienen
al rey adversario de la defensa a uno del adversario en un flan-

80
co, mientras que éste tiene ven­ peón ; uno de ellos logra con­
taja de posición en el otro flanco vertirlo en dama, y el otro avan­
con su peón distante y libre la zarlo hasta la séptima horizon­
cual le asegura la victoria. tal. Cuando sucede así, el bando
Un peón libre y defendido más fuerte ha de evitar el avance
suele ser más potente que uno de dicho peón, con movimientos
distanciado y libre. de la dama y al propio tiempo
acercar a su rey. Se comprende
Diagrama núm. 92 que si el peón se halla en cual­
quier horizontal anterior a la
de referencia, la victoria se al­
canza antes.

Diagrama núm. 91

Aquí, las blancas ganan fá­


cilmente, debido a que el rey
negro está uatado• dentro del
cuadrilátero 4TR, 1 TR, lR y
4R. Pues si se sale del mismo,
el peón blanco 5T marchará Las blancas maniobran con la
hacia la octava horizontal. Si dama y ganan tiempos para acer­
no, el rey blanco se acercará sin car a su rey a la posición del
impedimento alguno al peón ne­ adversario :
gro, distante y libre, y lo comerá,
l. D7R +, R7A; 2. D6D, R7R;
tras lo cual se dirigirá a sus
peones, hará que el adversario 3. D.5R +, RSA; 4. D4D, R7R;
se aleje de ellos, tomará el otro 5. D4R +, RSA; 6. D3D +, RSR;
peón y ganará la partida. 7. DJR +, R8D (si no, pierden
el peón ; aquí ha finalizado la
primera serie de jaques para
La dama contra un peón ganar un tiempo) ; 8. R.5R (el
rey avanza un acasilla), R7A; 9.
Con frecuencia, los dos con­ D2R, R8A; 10. D4A + , R7C;
tendientes se quedan con un ll. D3D, R8A; 12. D3A +, R8D;

81
13. R4R (han aprovechado la Diagrama núm. 95
segunda ganancia de un tiempo),
R7R; 14. D3R +, RBD; 15. R3D,
RSA; 16. D X P +, y las blancas
ganan.
La ganancia de tiempos se ha
conseguido, gracias a que el rey
negro ha tenido que situarse de­
lante de su peón para defen­
derlo.
Pero si es el peón del alfil el
que ha llegado a la séptima ho­
rizontal, son tablas, pues el rey
no tiene necesidad de defen­
derlo.
l. D3T, R8C; 2. D3C + , RBT;
3. R7C, y así, se ahoga al rey
Diagrama núm. 94 negro.
En estos dos últimos casos se
puede ganar si el rey del bando
más fuerte se encuentra en las
proximidades del lugar de la lu­
cha. Supongamos que en la posi­
ción reflejada en el diagrama
número 95 el rey blanco no está
en 8A, sino en SR ; en este caso,
las blancas ganan por medio de
esta interesante sesión de movi­
mientos:
l. D3T, RBC; 2. D3C+, R8T;
3. DlR + , R7C; 4. D2R +, RBC;
S. R4A!, PBT=D; 6. R3C!, y las
blancas dan mate o comen la
l. D4C +, RBT; 2. D3A +, dama.
·
RSC; 3. D3C + , RBT, y la dama
no puede tomar el peón sin dar
mate ahogado. Una torre y un peón
contra una torre
Y si se trata del peón de la
torre, el bando más débil se Esta suerte de finales se pro­
pone delante del peón y se aho­ duce comúnmente en la prácti­
ga, por lo que el más fuerte no ca. Y tanto en ellos como en los
puede ganar. de peones, la posición de ambos

82
reyes juega un papel decisivo. al rey adversario desde la reta­
Si el rey del bando más débil guardia de éste :
está delante del peón adversario, l. . . . , T3T; 2. T7AR, T3CD;
consigue mayormente y con fa­ 3. T7CR, T3TD; 4. P6D, TST!
cilidad hacer tablas. (si 4. . . . , T3C? ? , entonces 5.
R6R ! ) ; 5. R6R, T8R +; 6. R5D,
Diagrama núm. 96 T8D + ; 7. R5A, T8A + ; 8. R4C,
TSC + ; 9. R5A, TSA + . Y em­
pate.
Si les toca mover primero a
las blancas, jugarán l. R6R, y
a las negras les va a ser más
difícil hacer tablas, las cuales se
logran únicamente con l. . . . ,
T7D! Veámoslo:
2. R6D, RlA; 3. T8T + , R2C;
4. R6R, R2A! o 4. T7T +, RlA
o bien 4. TSD, T7TR ! ; 5. R7R,
T2T + ; 6. R6R, T3T + .
No es conveniente jugar l . . . . ,
T7R + ? en lugar de l. . . . , T7D!,
pues s i g u e 2. R6D, RlA; 3.
En esta posición, si mueven TBT + , R2C; 4. R7D, T7CR; 5.
primero las negras, es erróneo P6D, T2C + ; 6. R6R, T3C + ; 7.
jugar l . . . . , T4T?, por suceder R7R, T2C + ; 8. R6A, T2D; 9.
2. R6R!, T3T + ; 3. P6D, RlA R6R, T2C (a 9. . ., R3A suce­
.

(si no, se le da mate) ; 4. TST + , dería 10. T8A + ) ; 10. P7D, y el


R2C; 5 . R7R o 2 . . . . , T8T; 3 . peón se convertirá en dama.
TST +, R2A; 4. P6D + , R3A;
Resulta que las negras pue­
5. TSA +, R2C; 6. P7D, TSR + ; den hacer tablas con el movi­
7. R5A, y las blancas ganan ; miento l . . . . , T7D. Pero la ma­
su rey elude los jaques acercán­ nera de maniobrar con la torre
dose a la torre adversaria y por la tercera horizontal de ellas
evitando situarse en la vertical después de l. . . . , T3T es más
de dama. fácil y comprensible para el que
Lo más simple para lograr se inicia en este juego .
unas tablas es el movimiento Si el rey del ban d o más débil
l. . . . , T3T! y, luego, maniobrar se encuentra alejado del peón
con la torre por su tercera hori­ no menos de dos verticales, éste
zontal hasta que el peón se sitúe alcanzará la octava horizontal.
en ella, tras lo cual debe situarse mediante la curiosa maniobra
de modo que pueda dar jaque conocida por el «puente ».

83
Diagrama núm. 97 Con todo, las blancas ganan
en las dos posiciones.

Diagrama núm. 98

l. R7D (o 7. R7A) no propor­


ciona la victoria, pues la torre
negra dará jaque por la retaguar­
dia mientras el rey blanco no se Aquí decide la maniobra l.
aparte de su peón y vuelva a la T8T!, T X P; 2. T7T +, y las ne­
casilla SR. Veámoslo : gras pierden la torre. ¡ Lo cu­
l.
R7A, T7A + ; 2. R6R, rioso es que serían tablas si el
T7R + ; 3. R7D, T7D + ; 4. R6A, rey negro estuviese situado en
T7R; 5. R6D, T7D + , y así suce­ el escaque 2C ! Ello es debido a
sivamente. que la torre blanca estaría atada a
Pero, haciendo la jugada l. la casilla 8T defendiendo al peón
T4C!! poco útil a primera vista, y esperando que se acercase su
las blancas cortan toda posibi­ rey ; pero así que éste llegase
lidad de jaque continuo : al escaque 6C, la torre negra
l. . ., T7D; 2. R7A, '17A + ;
. empezaría a darle jaque desde
4. R6R, T7R + ; 4. R6A, '17A + su retaguardia ; y en cuanto el
(si 4 ., T8R, sucede 5 . T5C!
. . . rey se alejase del peón, volvería
y 6. T5R) ; 5. RSR!, '17R + ; 6. a situarse en la vertical de la
T4R!, y el peón entra en la octa­ torre.
va horizontal.
Veamos dos posiciones que (Ver diagrama núm. 99)
con frecuencia se producen en
la práctica ; en ellas, el peón ha En esta posición, el movimien­
llegado a la séptima horizontal ; to l. T8TR no supone peligro
pero su último paso está inter­ para las negras, pues, luego de
ceptado por su propia torre que l• , T X P; 2. '17T + , R3C, su
. . .

lo defiende, al paso que la torre torre está defendida. Sin embar­


adversaria lo ataca. go, las blancas ganan si sacrifi-

84
Diagrama núm. 99 el rey del bando más débil tiene
que hacer lo posible para situar­
se delante del peón adversario
y, si es posible, mantenerse
cerca de él y limitar la maniobra
del otro rey.
4) En los finales de torre
con mayor número de peones,
lo más importante es activar la
acción de la torre, ocupar con
ella una vertical abierta y pe­
netrar en el campo del conten­
diente en cuanto haya oportuni­
dad de hacerlo.

can la torre con objeto de dejar La dama contra un caballo


libre el escaque en que ha de O UD alfil
entrar el p e ó n : l. T8A + !,
R X T; 2. P8T=D + . Tras esto Gana siempre el bando ma­
se produce un final del rey y terialmente superior. Al prin­
la dama contra el rey y una torre cipio, el rey de dicho bando se
en el que teóricamente gana el acerca a su adversario procu­
bando más fuerte. rando evitar que el caballo de
Por lo común, los finales de éste le dé doble jaque. Tras lo
torre entrañan muchas sutile­ cual se deben combinar las ame­
zas. Al jugar finales así, hay nazas directas de mate con el
que recordar, además de las po­ ataque dirigido contra el caballo
siciones clásicas, las siguientes o el alfil ; de esta manera, la
normas generales : dama gana la pieza menor en un
jaque doble. Los ajedrecistas ex­
1) El bando materialmente
perimentados no prosiguen la
superior debe apoyar el avance
partida cuando se encuentran en
del peón con la torre y por la
inferioridad material en finales
retaguardia de él ; no por la
así.
vanguardia.
2) Si el peón está apoyado
por su propio rey, es necesario La dama contra una torre
mantener la torre adversaria ale­
jada de él una o dos verticales. Este final exige un juego muy
3) El bando más fuerte debe preciso, aun cuando gane el
procurar que su torre esté a re­ lado más fuerte. El rey y la
taguardia del peón adversario y dama acorralan al adversario en
atacar al rey. Por el contrario, una esquina del tablero y le

85
obligan a alejar su torre, que la Una torre y un caballo
dama gana en cuanto pueda dar contra una torre
un jaque doble ; al acercar a su
rey, ha de evitarse que el bando En un final como éste, no se
más débil sacrifique su torre pa­ consigue más que un empate.
ra produéir una situación de
mate ahogado. Una torre y un alfil
contra una torre

La dama y un peón Teóricamente, no se puede ga­


contra la dama nar con estas piezas ; pero, e.n
la práctica, el lado más débil ha
En una posición tal, no siem­ de defenderse con mucha pre­
pre se puede ganar y, de con­ cisión. Si no, el otro bando aco­
seguirse, se necesita aplicar un rrala al rey adversario en una
gran esfuerzo. Con frecuencia, de las horizontales extremas y
el bando más débil logra dar puede originar una situación que
j a q u e continuo. Mientras se le lleve a la victoria.
avanza el peón se debe cubrir
el rey con la dama y tratar de
ir al cambio de ellas. Una pieza menor y un peón
contra una pieza menor

Se gana caso que el bando


La dama y una pieza menor
contra la dama
más débil no puede cambiar la
pieza por el peón.
Ninguno de los dos bandos
puede ganar un final así. Alfiles de casillas
de distinto color

Una torre contra un caballo Los finales de peones en que


o un alfil cada oponente tiene un alfil de
casillas de distinto color del que
Con esta correlación de fuer­ tiene el otro suelen finalizar en
zas, comúnmente se hacen ta­ tablas, aun cuando uno de ellos
blas. lleve un peón de ventaja.

86
lección 12

Problemas y estudios Diagrama núm. lOO

Se da este nombre a posicio­


nes creadas artísticamente y que
entrañan bellas ideas.
En los problemas, las blancas
dan mate dentro de un determi­
nado número de jugadas, de las
cuales la primera es sutil, o sea,
no da jaque, ni toma ninguna
pieza o peón.
En los estudios, las blancas
ganan o hacen tablas, sin que el
Diagrama núm. 101
número de movimientos esté li­
mitado.
La solución de problemas y
estudios ayuda a desarrollar la
capacidad combinatoria y causa
mucha satisfacción.
Seguidamente ofrecemos una
decena de problemas y otra de
estudios bellos y fáciles ; en
ellos, se muestran las maniobras
clásicas que aseguran la victoria
o el empate. Mate en dos jugadas.

87
Diagrama núm. 102 Diagrama núm. 104

Mate en dos jugadas. Mate en tres jugadas.

Diagrama núm. 101 Diagrama núm. 105

Mate en tres jugadas. Mate en tres jugadas.

88
Diagrama núm. 106 Diagrama núm. 108

Mate en tres jugadas. Mate en tres jugadas.

Diagrama núm. 107 Diagrama núm. 109

Mate en tres jugadas. Mate en cuatro jugadas.

89
Diagrama núm. 110 Diagrama núm. 112

Tablas. Las blancas ganan.

Diagrama núm. 111 Diagrama núm. 113

Tablas. Las blancas ganan.

90
Diagrama núm. 114 Diagrama núm. 116

Las blancas ganan. Tablas.

Diagrama núm. 1 1 5 Diagrama núm. I l 7

Tablas. Las blancas ganan.

91
Diagrama núm. 118 Diagrama núm. 119

Las blancas ganan. Las blancas ganan.

Soluciones de P. Morphy : l. T6T, P X T;


2. P7C mate.
Diagrama núm. 101: problema
Diagrama núm. 26: la dama
de S. Lloyd : l. TIR, R X T; 2.
da mate de seis maneras ; el
020 mate o l. , A7R; l.
peón 3D avanza un escaque y lo
. . .

OIC + +.
da de una manera ; la torre 2C
se sitúa en distintas casillas y lo Diagrama núm. 102: l. OBT,
da de catorce maneras ; el caba­ R5T; 2. ASA mate o l . . , R5A;. .

llo 5C salta a cualquiera de los 2. 040 + + .


escaques accesibles a él y lo da Diagrama núm. 103: problema
de siete maneras ; el alfil 50 se de L. Labourdonnais : l. ABC,
retira y lo da de once maneras ; R X A; 2. TIA, RIT; 3. TBA
el peón iTD toma el caballo, se mate.
convierte en dama o alfil y lo
Diagrama núm. 104: l. C2C,
da de dos maneras ; los peones
P X C; 2. CIT, P X C=O; 3.
70 y 7A pueden tomar el alfil, O X O + +.
transformarse en dama o en to­
rre y darlo de cuatro maneras, Diagrama núm. 105: problema
y el peón 7TR entra en la octava de I. Meller : l. TBCR, R7T (o
horizontal, se transforma en da­ l. , A X T; 2. P8T = D + ) ; l.
. . .

ma o alfil y lo da de dos ma­ TBCO y 3. PBT = O + +.


neras. Diagrama núm. 106: problema
Diagrama núm. 100: problema de A. Chéron : l. C5A, A X T;

92
2. C7C, A X C; 3. A X A y mate. Diagrama núm. 115: 1. RSA
Diagrama núm. 107: problema (no se puede l. P8A = D, debido
de A. Galitski : l. D IR, A X A; a l. , C3T mate), P7A; 2.
. o o

P8C=A (si 2. P8C= D, sucede


2. DID, R7T; 3. D4T + + .
20 P8A = D y las blancas no
0 0 0,

Diagrama núm. 108: 1. C6T, pueden evitar el mate), PSA=D,


D X D; 2. C 7 A + , R I C; 3. ahogado (tablas).
P x P + + o l. , P X C; 2.
Diagrama núm. 116: estudio
. . o

P7C + , R X P; 3. D IT mate.
de Kremer y de Holzhausen : l.
Diagrama núm. 109: 1. RIA, RST, A7T; 2. P3C, A X P ; 3.
R7D; 2. R2A, R8D; 3. R3R, P4A, A X P; 4. P5R, A X P; S.
R8R; 4. TIA + + . P 6 D, A X P; 6. P8C=D+,
Diagrama núm. 110: estudio A X D; 7 . P7A, A X P (o R x P)
de Ercole del Río, confecciona­ ahogado (tablas).
do hace doscientos diecisiete
Diagrama núm. 117: estudio
años : l. A6C, T8T; 2. AIC,
de O. Duras : l. TID +, R2R;
T X T, y ahogado, o l. ' R X A;
2. T6D! (de otro modo, el rey
o o o

2. T X P + , R4A; 3. TIC. Tablas.


blanco no puede retirarse de la
Diagrama núm. 111: estudio casilla se para dar paso al peón,
de Ponziani, confeccionado en pero aquí a 2. R X T sucede­
. . o ,

1769 : l. R5C, TSC + ; 2. R6T, ría 3. R8A I , T7A + ; 4. R8D),


P8T=D; 3. TST +, D X T, aho­ T7A; 3. T6A!, T X T; 4. R7T,
gado (tablas). y las blancas ganan.
Diagrama núm. 112: este es­ Diagrama núm. 118: posición
tudio se compuso hace setecien­ de una partida de M. Lasker
tos años : l. T5TR, T X T; 2. que jugó las blancas en una
T6T +, R4R; 3. TST + , RSA; sesión de juego simultáneo : l.
4. T X T, y las blancas ganan. R7C, T7C + ; 2. R7T, T7A; 3.
Diagrama núm. 113: estudio T5T +, R.5T; 4. R7C, T7C + ;
de G. Otten : l. P5T, AlA; 2. 5. R6T, T7A; 6. T4T +, R6T;
RSD, A3T; 3. PSC + , A X P (si 7. R6C (con la amenaza T X P),
3 . 0 0 0 , R x P, entonces 4. P6T T7C + ; 8. R.5T, T7A; 9. T3T + ,
y el peón entra en la octava ho­ R 7 T; 10. T X P, T X T; U .
rizontal) ; 4. R4R, AST; .5. R3A P8A=D, con lo que se ha pa­
y, después, 6. P6T y 7. P7T, y sado a un final de dama contra
las blancas ganan. torre ; teóricamente, gana el
bando más fuerte.
Diagrama núm. 114: estudio
de Steinitz : l. P7T + , R2C; 2. Diagrama núm. 119: estudio
P 8 T= D + , R X D; 3. R 7 A, de Emanuel Lasker : l. TSA + ,
TSA + ; 4. A6A +, T X A; 5. T X T; 2 . D 7 T + , R X D; 3.
R X T, RIC; 6. P7C, R2T; 7. P X T= C + , RIC; 4. C X D, y
R7 A y las blancas ganan. las blancas ganan.

93
C O L E C C I Ó N ESCAQUES

1 Finales de peones. - l. Maizel is.


2 Finales de alfil y de caballo. - Y. Averbach.

3 Teoría de finales de torre. - Lowenfish y Smyslov.


4 Teoría de aperturas. tomo 1: Abiertas. - V. N. Panov.
5 Teoría de aperturas. tomo 1 1 : Cerradas. - V. N. P a n ov.
6 Defensa india de rey. - P. Cherta.
7 Táctica moderna en ajedrez. tomo l . - L. P a c h m a n .
8 Táctica moderna en ajedrez. tomo 1 1 . - L. P a c h m a n .
9 Estrategia moderna en ajedrez. - Ludek Pachman.
10 La trampa en la apertura. - B . Weinstein.
11 Aperturas abiertas. - L. Pachman.
12 Aperturas semiabiertas. - Lud e k Pa c h m a n .
13 Gambito de dama. - Ludek Pachma n .
14 Aperturas cerradas. - Ludek Pachman.
15 E l arte del sacrificio en ajedrez. - R . S p i e l m a n n .
16 Cómo debe jugarse l a apertura. - A . Suetin.
17 Teoría de los finales de partida. - Y. Averbac h .
18 El arte de la defensa. - l l ia K a n .
19 Táctica del medio j uego . - l . Bonda rewsky.
20 La estructura de peones centrales. - B. Persits.
21 L a perfección e n el ajedrez. - Fred R e infeld.
22 El gambito de rey. - Paul Keres.
23 Lecturas de ajedrez. Yuri Averbac h .
-

24 200 celadas de apertura. - E m i l G e l e n cze i .


25 Defensa siciliana. Variante Najdorf. - P. C h e rta.
26 Ajedrez de entrenamiento. - A. Koblenz.
27 J aque mate. - K u rt R i c hter.
28 Combinaciones en el medio juego. - P. A. R o m a n owsky.
29 La defensa Pire. - G . Fridshte i n .
30 E l sentido c o m ú n e n ajedrez. - E. Lasker.
31 Ajedrez elemental. - V . N . Panov.
32 La apertura catalana. - Neu dstadt.
33 E l ataque y la defensa. - Hans M ü l l e r.
34 Defensa siciliana. Variante Paulsen. - P. Cherta.
35 La psicología en ajedrez. - Krogius.
36 E l arte del análisis. - Paul Keres.
37 Bobby Fischer. - Pablo M o rá n .
38 P a rtidas decisivas. - L. Pachman.
39 200 partidas abi erta s. - D. Bronste i n .
40 El match del siglo: F ischer-Spassky. - L. Pachman.
41 ABC de l a s aperturas. - V. N . Panov.
42 La bata l l a de las ideas en ajedrez. - A. S a i dy.
43 Ataques al rey. - B. F. Baranov.
44 Capablanc a . -- V. N. Panov.
45 Los niños prodigio del ajedrez. - P . M o rá n .
46 Tablas. - L. Verjovsky.
47 Leyes fundamentales del ajedrez. - l . K a n .
48 Ajedrez y matemáticas. - F a b e l . Bonsdorff y R iihimaa.
49 El laboratorio del ajedrecista. - A. Suetin.
50 Cómo piensan los grandes maestros. - P. S c h m idt.
51 Defensa siciliana. Variante del Dragón. - E . Gufeld y E. La z are v.
52 Psicología del jugador de ajedrez. - R e uben Fine.
53 Los c a mpeonatos del mundo. D e Steinitz a Alekhine. - P. M o rá n .
54 L o s campeonatos del mundo. De Botvinnik a Fischer. - G l igoric.
55 Viaje al reino del ajedrez. - Averbach y Be i l i n .
56 Anatoli Karpov. - Á n g e l M a rtín.
57 Al ekhine. - Kot ov.
58 300 M in iaturas. - R o i z m a n .
59 Errores típicos. - Persits y Voronkov.
60 La defensa Alekhine. - Eales y Wi l l i ams.
61 Finales artísticos. - Kaspari a n .
62 Diccionario de ajedrez. - Ramón Ibero.
63 Curso de aperturas. Abiertas. - Panov y Estri n .
64 Curso de aperturas. Semiabiertas. - Panov y Estrin.
65 Curso de aperturas. Cerradas. - Panov y Estrin.
66 Defensa s i c i l i a n a . Variante Scheveningen. - A. N i k i t i n .
67 Práctica de las aperturas. - L. P a c h m a n .
68 Práctica del medio j u e g o . - L. Pachman.
69 Práctica de los finales. - L. Pachman .
70 Ajedrez y computadoras. - P a c h m a n y K ü h n m u n d .
71 Técnicas de ataque en ajedrez. - R . Edwards.
72 El contraataque en ajedrez. - Damski.
73 E l mundo mágico de las combinaciones. - Koblenz.
74 Problemas de ajedrez. - C . Seneca.
75 Tratado de ajedrez superior. - Y. B . Estri n .
76 D e la apertura al fina l . - E . M e d n i s .
77 Fundamentos estratégicos d e l ajedrez. - Estri n .
78 Kasparov, campeón del mundo. - Ángel M a rtln.
79 Ajedrez práctico. - R. Edwards.
80 Ajedrez magistral. - Kopec y otros.
81 Ajedrez moderno. - B. Pandolfini.
82 Ajedrez por campeones. - B . P a ndolfini.
83 Defensa siciliana. Variante Sveshnikov. - Adorjan.
V. N. PANOV

ABC DE LAS APERTURAS


C o n o c i e n d o e l movi m i e nto d e l a s
piezas y l a s re g l a s elem entales, el
primer prob lema que se l e presen­
ta al ajedrecista pri n c i p i a n te al em­
pezar una p a rtida e s e l pla ntea­
m i e nto de l a apertura. ¿Cómo em­
pezar? ¿Cómo p l a n e a r la bata l l a ?
L a teoría de las a pertura s es su­
m a mente compleja y su conoci­
mie nto a fo ndo requiere años de
estu dio y de prácti ca.

S i n embargo, e l celebra d o maes­


tro soviético V. N. Panov h a logra ­
d o estructurar u n li bro básico que
es u n comp leto resumen de las
i d eas p ri n cipa les de cada s i stema
d e apertura , describiendo d e forma
l ó g i c a y metódica los con ocimien­
tos fundamentales p a ra i n iciar e l
ajedrecista y orientarle e n lo esen­
cial.

En esta obra -cont i n u a c i ó n de


AJEDREZ ELEMENTA L , d e l mismo
a utor- Panov empieza exp l i c a n d o
los p ri n cipios genera l e s q u e ri gen
en l a primera fase d e l a partida .
Ofrece después u n os c o nsejos
prácticos p a ra el estudio de l a teo­
ría y, e ntrando d e l l e n o e n e l tem a ,
a na l i za las leyes fu n d a m e nta les de
cada u n o de l os diversos sistemas
de a pe rt u ras especifi c a n d o l a s me­
jores jugadas. su senti do y su
fu erza ta nto en defensa como e n
ataque.

U n método eficaz pa ra todo juga­


d o r que desee i n i c i a rse e n e l aje­
d rez de competición. y que, ju nto
a AJEDREZ ELEMENTAL, forma u n
curso com p l eto d e ajedrez bás i c o .

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