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La LH precisa que hay ciertos derechos reales inmobiliarios que no pueden ser objeto de hipoteca, como son: .
1. El derecho de uso y el de habitación, por ser derechos personalísimos.
2. Las servidumbres, por su inseparabilidad del predio dominante.
Es fundamental recordar que los bienes y derechos objeto de hipoteca han de ser inscribibles dada la naturaleza
constitutiva de la inscripción de hipoteca, y por otro lado que han de ser enajenables, ya que en caso de impago de la
obligación garantizada, las facultades del acreedor hipotecario desembocan en la venta forzosa de los, bienes
hipotecados.
2. Las mejoras. Quedan afectas a la garantía hipotecaria las mejoras que se hayan llevado a cabo en la finca
hipotecada, que consistan en nuevas plantaciones, obras de riego, obras de reparación, seguridad comodidad, adorno,
elevación de los edificios etc.
3. Las indemnizaciones. La extensión natural de la hipoteca alcanza a las indemnizaciones concedidas o debidas al
dueño, siempre que el hecho o siniestro que las motivare tenga lugar después de la constituciónde la hipoteca, y
asimismo las que corresponda por expropiación de inmuebles por causa de utilidad pca.
4. Además, aunque no sean objeto de mención expresa en la LH, la hipoteca se extenderá también:
a) A las servidumbres de las que el predio hipotecado sea predio dominante.
b) En el caso de que la hipoteca recaiga sobre un bien inmueble sometido al régimen de propiedad horizontal, se
extiende a la copropiedad sobre los elementos comunes del edificio
La extensión convencional de la hipoteca.
Conforme a la LH, la hipoteca no se extiende a los bienes muebles, a los frutos y las rentas del bien hipotecado. La ley
permite no obstante el pacto en contrario, el cual es muy frecuente. La extensión convencional de la hipoteca permitirá
que esta se extienda a:
a) A los inmuebles que se hayan convertido en muebles por incorporación.
b) A los frutos, cualquiera que sea el estado en que estos se encuentren.
c) A las rentas vencidas y no satisfechas al tiempo de exigirse el cumplimiento de la obligación garantizada.
La extensión de la hipoteca respecto del tercer poseedor, art 112 LH Las normas respecto de la extensión de la
hipoteca se refieren tan solo a las relaciones entre el acreedor hipotecario y el deudor hipotecante, pero sufren ciertas
modificaciones cuando hay un tercer poseedor de la finca hipotecada. En el caso de que la finca hipotecada pase a un
tercer poseedor, no será extensible la hipoteca a las mejoras suntuarias u ornamentales y a aquellas que contribuyan a
incrementar el valor de la finca, ni a los muebles que se hayan colocado en ella siempre que los mismos se hayan
costeado por el nuevo dueño, ni a los frutos pendientes y rentas vencidas que sean de la pertenencia del mismo.
El tercer poseedor puede retirar o recuperar los bienes en que consistan las mejoras.
El contenido del art 112 es de derecho imperativo, no cabe pacto de las partes contrario a esta disposición.
En el caso de que sean varios los titulares del crédito hipotecario es necesario que antes de la constitución de la
hipoteca se determine la parte de titularidad activa que corresponde a cada uno de ellos. La escritura de hipoteca
deberá expresar si nos encontramos ante un crédito solidario o mancomunado, y en el caso de que se trate de un
crédito mancomunado la cuota que le corresponde a cada uno de los acreedores.
La hipoteca de cuotas indivisas, el arte 217 del reglamento hipotecario.
En el caso de que se trate de hipotecar varios derechos integrantes del dominio o participaciones pro indiviso de una
finca o derecho, podrán acordar los propietarios o titulares respectivos, la constitución de una sola hipoteca sobre la
totalidad de los derechos sin que sea necesaria una previa distribución.
Tras la subrogación el adquirente del bien hipotecado se convierte en deudor hipotecario del mismo modo que en su dio
lo fue el deudor hipotecante. Por esta razón no se le puede considerar tercer poseedor, sino que asume la
responsabilidad derivada de la hipoteca y de la obligación personal garantizada.
Lo normal es que el acreedor no se oponga a la subrogación, sino que por el contrario en la practica las entidades
bancarias prevén la posibilidad de que la misma se produzca introduciendo cláusulas que obligan al pago de una
comisión por subrogación.
La transmisión de la finca, el tercer poseedor.
Se habla de tercer poseedor cuando la transmisión de la finca hipotecada se leva a cabo de forma que el adquirente no
asume la responsabilidad personal derivada de la obligación garantizada.
El tercer poseedor no es deudor, no arriesga sus bienes personales, sino que tan solo responde con los bienes
hipotecados en tanto que la ejecución de la hipoteca le pueda acarrear la perdida de los mismos.
En la practica lo que se suele hacer es que el deudor hipotecante y el adquirente valoran el bien descontando el importe
de las amortizaciones hipotecarias restantes. De este modo el adquirente afronta el pago de al cantidad resultante y las
sucesivas amortizaciones cuando se vayan produciendo. El vendedor sigue siendo el deudor de la obligación
garantizada cuyo importe ha sido descontado del bien vendido, de este modo una vez haya procedido al pago total de la
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Al ser la hipoteca accesoria del crédito, la cesión del este conlleva también la de aquella. Los requisitos de la cesión por
tanto son:
a) La escritura publica.
b) La puesta en conocimiento del deudor: La notificación al deudor de la cesión realizada no afecta para nada a su
validez, sino que solo tiene por objeto vincular al deudor hipotecario con el nuevo acreedor.
SÍ se omite este paso el cedente será responsable de los daños que pueda sufrir el cesionario como consecuencia de
este falta, es decir que se perpetúa la responsabilidad del cedente pero no se duda de la validez de la cesión realizada.
Según establece el reglamento hipotecario, el deudor puede renunciar a la facultad de ser notificado de la cesión
realizada.
c) La inscripción registral: tal requisito no hace peligrara la validez de la cesión, de modo que el cesionario se subrogara
en todos los derechos del cedente aunque no haya inscrito a su favor la cesión. Se trataría de la omisión de un requisito
de forma que no dará lugar a la invalidez. Esta inscripción solo tendrá efectos en las relaciones entre el cesionario y los
terceros.
2. Que es posible hipotecar bienes que a pesar de ser de naturaleza mueble son de un valor indudable y además de
muy fácil identificabilidad.
La finalidad de esta ley es la de agilizar el trafico económico, e incrementar el crédito.
Según la exposición de motivos de la ley no se trataba de instaurar dos figuras nuevas, sino más bien de trasplantar
ciertos bienes muebles que por su función económica lo merecían y cuya perfección identificadora lo permitía, al
régimen jco hipotecario de los inmuebles.
El hecho de que se tome como referencia o modelo la ley hipotecaria supone que la misma ley de hipoteca mobiliario y
de prenda sin desplazamiento establezca que para todo lo que esta no prevea expresamente se deberá estar a lo
dispuesto en aquella.
??Maquinas, utensilios o instrumentos, instalados y utilizados por su propietario en la explotación de una industria.
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??Instalaciones químicas y demás elementos que formen parte de la explotación de la industria de forma fija.
El deudor hipotecario tiene derecho a seguir utilizando tales bienes y deberá conservarlos en el lugar y el estado que se
encontraren. Del mismo modo el acreedor podrá inspeccionar el cumplimiento de tales obligaciones
1. La prenda agraria.
Los titulares de explotaciones agrarias, forestales o pecuarias podrán pignorar:
a) Frutos pendientes y cosechas esperadas.
b) Frutos separados.
c) Animales con sus crías y productos
d) Maquinas y aperos de labranza.
La ley de prenda sin desplazamiento presta mucha atención a la identificación de los bienes sometidos a ella, de modo
que en la escritura de constitución deberá constar, la descripción del bien, la determinación del inmueble en el que se
situaron, la obligación del dueño de conservarlos, los seguros concertados en relación con los mismos.
1. En primer lugar los bienes objeto de hipoteca mobiliario y de prenda sin desplazamiento esta enumerados
taxativamente por el legislador.
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2. Estos bienes han de ser enajenables, pudiéndose solo pignorar o hipotecar la integra propiedad de los mismos que no
podrá estar sometida a gravamen o cualquier otro derecho real.
3. Las garantías reales mobiliarios deberán constituirse en escritura publica, la cual deberá a su vez ser inscrita e el
registro que la ley establece. La inscripción registra! tiene en ambos casos naturaleza constitutiva.
4. La hipoteca y la prenda se extenderá a toda clase de indemnizaciones que correspondan al hipotecante o pignorante
concedidas o debidas por razón de los bienes hipotecados o pignorados.
5. Se otorga a los titulares de estas garantías reales mobiliarios una preferencia crediticia.
LA ANTICRESIS.
A pesar de que se trata de una figura de utilización totalmente residual hoy en día, resulta innegable que conforme a
nuestro sistema normativo, la anticresis es un de las especies de las garantías reales.
En virtud de la anticresis el acreedor adquiere el derecho de percibir los frutos de un inmueble* con la obligación de
aplicarlos al pago de los intereses, si se debieren y después al del capital del crédito. El ámbito de aplicación de la
anticresis se limita a los bienes inmuebles, y otorga la titularidad de los frutos al acreedor anticretico desde el momento
en que se producen, alzan o separan, si bien con la obligación de aplicarlos en primer lugar al pago de los intereses y si
estos no se debieren, al pago de la obligación principal.
La naturaleza de la anticresis.
Aunque no son muchos los autores que se han preocupado de analizar la naturaleza de la anticresis, la postura más
aceptable es la de consideraría como un derecho real de garantía. Frente a tal postura se mantiene un sector doctrinal
minoritario que niega tal naturaleza sobre la base de que el acreedor anticretico no goza de la facultad de realización del
valor.
La constitución de la anticresis.
Ante la falta de regla especifica al respecto en el ce, deberá entrar en juego el arte 1280, que establece la necesidad de
instrumentar ciertos contratos a través de documento publico [requisito de forma ad probationem).
El nacimiento del derecho real de anticresis supone la transmisión del goce posesorio al acreedor anticretico. De este
modo entiendo contrato y trasferencia posesoria, el derecho real de anticresis puede tenerse por existente, inscríbase o
no en el RP. En aplicación de las normas generales sobre la materia, la anticresis no inscrita no surtirá efectos frente a
terceros
El contenido de la anticresis
Rige respecto de la misma, como contrato que es, el principio de la autonomía privada, de forma tal que las partes