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Diccionario Introductorio de Psicoanálisis Lacaniano - Dylan-Evans PDF
Diccionario Introductorio de Psicoanálisis Lacaniano - Dylan-Evans PDF
DICCIONARIO
INTRODUCTORIO
DE PSICOANÁLISIS
LACANIANO
Paidós
Buenos Aires• Barcelona •México
L
Título originaL An Introdu.ctory Dietfonary of Lacanian Psychoanalysis
Routledge, London and New York
© 199'6 Dylan Evana
ISBN 0-415-13523-0
ISBN 978-950-12-7323-6
I. Titulo l. Psicoanálisis-Diccionario
1• edkWn, 1998
1• reimpresWn, 2000
2' reimpresWn, 2003
3• reimpresión, 2005
4° reimpresión, 2007
Reoervados todos las dere<hoo. Queda rigurosamente p<oh;bJda, sin la autorización "''rita de los titulares del copyright,
bajo la• •ancioneo establecidas •n ],.. l•y•g, la n!producdón pardal a total de eota ab'a por ou.alqu.er n>ed>O o procedi-
miento. induidos la r<progra8a y el tratamiento inforniállco.
ISBN: 978-950-12-7323-6
ÍNDICE
Índice de figuras .. . 9
Presentación ........ . 11
Prefacio ............................................................. . 13
Reconocimientos ........... . 21
Cronología..................... . 23
215
ÍNDICE DE FIGURAS
Se puede sostener que Jacques Lacan es el más original e influyente pensador psicoanalí-
tico desde Freud. Sus ideas han revolucionado la práctica clínica del psicoanálisis, y siguen
teniendo un importante impacto en campos tan diversos como la critica cinematográfica y li-
teraria, la teoría feminista y la filosofía. Los escritos de Lacan son notorios por su compleji-
dad y su estilo idiosincrásico; en consecuencia, este diccionario es de inestimable valor en to-
das las disciplinas en las que se hace sentir la influencia lacaniana.
Aquí se proporcionan definiciones detalladas de unos doscientos ténninos lacanianos. Se
presta atención al empleo por Lacan de voces psicoanalíticas comunes, y también a su propia
terminología, desarrollada a lo largo de las diversas etapas de su enseñanza. El diccionario to-
ma plenamente en cuenta la base clínica de la obra de Lacan, y detalla el trasfondo histórico
e institucional de sus ideas. Cada uno de los conceptos principales es rastreado hasta sus orí-
genes en textos de Freud, Saussure, Hegel y otros autores.
Este libro constituye una fuente única de referencia para Jos psicoanalistas en formación
y en ejercicio. Puesto que ubica las ideas de Lacan en su contexto clínico, es también un com-
pañero ideal para los lectores de otras disciplinas.
Dylan Evans se formó como psicoanalista lacaniano en Buenos Aires, Londres y París. Es
catedrático de estudios psicoanalíticos en la Universidad de Brunei, y realiza su práctica pri-
vada en Londres.
•
•
PREFACIO
Las teorías psicoanalíticas son lenguajes para discutir el tratamiento psicoanalítico. Hoy
en día hay muchos de estos lenguajes, cada uno con su léxico y sintaxis particular. El hecho
de que estos lenguajes tengan muchos términos en común, heredados de Freud, puede dar la
impresión de que en realidad son dialectos de un mismo idioma. Pero esta impresión es erró-
nea. Cada teoría psicoanalítica articula esos términos de un modo singular, y además introdu-
ce términos propios, de modo que constituye un lenguaje único, en última instancia intradu-
cible. Uno de los más importantes lenguajes psicoanalíticos en uso en la actualidad es el
desarrollado por el psicoanalista francés Jacques Lacan (1901·1981). Este diccionario inten-
ta explorar y dilucidar ese idioma, que a menudo ha sido acusado de ser exasperante por su
oscuridad y, a veces, de constituir un sistema "psicótico" totalmente incomprensible. Esta os-
curidad ha sido incluso vista como deliberadamente destinada a reservar el discurso lacania-
no como propiedad exclusiva de una pequeña elite intelectual, y protegerlo de la crítica exter-
na. Si de esto se tratara, nuestro diccionario se mueve en la dirección contraria, e intenta abrir
el discurso lacaniano a un escrutinio más amplio y a una empresa crítica.
El diccionario es un modo ideal de explorar un idioma, puesto que tiene estructura de
idioma; es un sistema sincrónico en el cual los términos carecen de existencia positiva, puesto
que cada uno es definido por sus diferencias con los otros; es una estructura cerrada, autorre-
ferencial, en la cual el significado no está totalmente presente en ningún lado, sino siempre
pospuesto en una metonimia continua; define cada término con referencia a otros 1érminos, y
de tal modo le niega al lector novicio cualquier punto de entrada (y, para remitirnos a nna fór-
mula lacaniana, si no hay ningún punto de entrada no puede haber relación sexual).
Muchos otros autores han advertido el valor que tiene un diccionario como herramienta
para explorar la teoría psicoanalítica. El ejemplo más famoso es el clásico Diccionario de psi-
coanálisis de Laplanche y Pontalis (1967). Está también el diccionario breve de Rycroft
(1968), que es sumamente legible. Además de estas dos obras que se concentran principal-
mente en Freud, hay otras que abordan el psicoanálisis kleiniano (Hinshelwood, 1989), el psi-
coanálisis junguiano (Samuels y otros, 1986), y de psicoanálisis y feminismo (Wright, 1992).
En esa lista, los diccionarios lacanianos se destacan por su ausencia. No porque no exis-
tan; de hecho, hay algunos en francés que tratan extensamente de los términos lacanianos
(Chemama, 1993; Kaufmann, 1994), incluso con un enfoque humorístico (Saint-DrOme,
1994). Pero ninguno de ellos ha sido aún traducido al inglés, y por lo tanto el estudioso de
Lacan de lengua inglesa no cuenta con un instrumento útil de referencia. Los diccionarios de
Laplanche y Pontalis (1967) y de Wright (1992) incluyen artículos sobre algunos ténninos la-
canianos, pero no muchos. En algunas publicaciones en inglés han aparecido glosarios que
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Prefacio
tang, 1986), pero tratan sólo de unos pocos términos, con notas extremadamente breves. En
consecuencia, este diccionario apunta a llenar una laguna obvia en el material de referencia
en psicoanálisis.
Si bien muchos estudiosos han advertido el valor del diccionario como herramienta para
explorar los lenguajes psicoanalíticos, no todos han tenido una plena conciencia de los peli-
gros involucrados. Un importante peligro consiste en que, al subrayar la estructura sincrónica
del lenguaje, el diccionario puede oscurecer la dimensión diacrónica. Todos los idiomas, in-
cluso los llamados, por otro nombre, "teorías psicoanalíticas", están en un continuo estado de
flujo, puesto que cambian con el uso. Al pasar por alto esta dimensión, el diccionario puede
crear la impresión errónea de que los idiomas son entidades fijas invariables.
Este diccionario trata de evitar dicho peligro, incorporando información etimológica cuan-
do resulte apropiado, y proporcionando algunas indicaciones sobre la evolución del discurso
de Lacan a lo largo de su enseñanza. El compromiso de Lacan con la teoría psicoanalítica se
prolongó durante cincuenta años, y no puede sorprender que su discurso haya sufrido cam-
bios importantes en ese lapso. Sin embargo, esos cambios no son siempre bien comprendidos.
En términos generales, hay dos modos principales de interpretarlos mal. Por un lado, algunos
comentadores presentan el desarrollo del pensamiento lacaniano en términos de "rupturas
epistemológicas" dramáticas y súbitas; por ejemplo, a veces se señala el año 1953 como mo-
mento de un "giro lingüístico" radicalmente nuevo. Por otra parte, algunos autores pasan al
otro extremo, y presentan la obra de Lacan como un relato único que se despliega sin cam-
bios de dirección, Córtlo si todos los conceptos hubieran sido dados desde el principio.
Al examinar los cambios sufridos por los diversos términos del discurso de Lacan en el
curso de su obra, yo he intentado evitar ambos errores. Tengo la esperanza de cuestionar los
relatos simplistas sobre rupturas epistemológicas, demostrando que esos cambios fueron a
menudo graduales y vacilantes. Un punto importante que esos relatos ignoran es que cuando
los términos lacanianos adquieren nuevos significados, nunca pierden los antiguos; este voca-
bulario teórico avanza por acrecentamiento, y no por mutación. Por otro lado, al señalar los
cambios y pasajes semánticos espero contrarrestar la ilusión de que todos los conceptos laca-
nianos han estado allí desde siempre (ilusión condenada por el propio Lacan: Lacan, 1966c,
67). De este modo tiene que ser posible apreciar los elementos que permanecen constantes en
esta enseñanza, y también los que cambian y evolucionan.
Las entradas de este diccionario abarcan unos doscientos términos empleados por Lacan
en el curso de su obra. Se podrían haber incluido muchos más, y el principal criterio de selec-
ción ha sido la frecuencia de aparición. Por lo tanto, el lector encontrará entradas destinadas
a términos tales como "simbólico'', "neurosis", y otros análogos que ocupan un lugar promi-
nente en la obra de Lacan, pero no expresiones como "holofrase", que el propio Lacan sólo
examina en tres o cuatro oportunidades.
Además de estos términos de uso frecuente, hemos incluido unos pocos que Lacan no em-
pleó nunca o casi nunca. En este grupo hay expresiones (por ejemplo, "psicoanálisis kleinia-
no") que sirven para proporcionar un contexto histórico y teórico a las voces propiamente la-
canianas, y también entradas que reúnen conjuntos importantes de temas relacionados en la
obra de este pensador, los cuales de otro modo quedarían distribuidos entre distintas entradas
(por ejemplo, "diferencia sexual").
Además de los criterios de frecuencia de aparición e información contextual, esta selec-
ción refleja también, inevitablemente, mi propio modo de leer a Lacan. Otro autor, con una
interpretación diferente de Lacan, sin duda habría realizado una selección distinta. No preten-
Prefacio
do que la lectura implícita en mi propia selección sea la única o la mejor. Es una lectura de
Lacan entre las muchas posibles, tan parcial y selectiva como cualquier otra.
La parcialidad y las limitaciones de este diccionario no sólo tienen que ver con la cuestión
de la selección de los términos, sino también con la de las fuentes. El diccionario no se basa
en la obra completa de Lacan, que aún no ha sido publicada en su totalidad, sino sólo en una
selección de sus trabajos (sobre todo los publicados, más algunos inéditos). Este basamento
casi exclusivo en el material publicado significa que han quedado brechas inevitables. No
obstante, como el mismo Lacan lo ha señalado, "la condición de cualquier lectura es, desde
luego, que se impone límites a sí misma" (S20, 62).
De modo que la meta no ha sido presentar una obra de tanto aliento y tan detallada como
el diccionario clásico de Laplanche y Pon1alis, sino sólo un amplio bosquejo de los términos
más destacados del discurso lacaniano; de allí el adjetivo "introductorio" de nuestro título.
Quizás en el futuro produzcamos una edición más amplia y detallada, basada en la obra com-
pleta de Lacan, pero el hecho de que actualmente no haya ningún diccionario en inglés del
pensamiento lacaniano constituye tal vez una justificación suficiente para publicar nuestro li-
bro en su estado presente, incompleto y rudimentario. Se podría prensar que este diccionario
es una resistencia, según la definición lacaniana de la resistencia como "el estado presente de
una interpretación" (S2, 228).
Otra limitación autoimpuesta ha sido la decisión de apelar a un núnimo de referencias a
fuentes secundarias. El lector encontrará pocas alusiones a los comentadores y herederos in-
telectuales de Lacan. Excluir referencias a la obra de los analistas lacanianos de la actualidad
no representa una omisión tan grave como podría parecerlo, puesto que los trabajos de esos
analistas son casi exclusivamente comentarios sobre Lacan, y no desarrollos radicalmente
originales (la obra de Jacques-Alaln Miller constituye una excepción notable). Esta situación
es totalmente distinta en lo que concierne al pensamiento de Melanie Klein, que ha sido de-
sarrollado de modos muy originales por seguidores como Paula Heimann, Wilfred Bion, Do-
nald Meltzer y otros.
Sin embargo, excluir referencias a las obras de los críticos más radicales de Lacan, como
Jacques Derrida, Hélene Cixous y Luce Irigaray, o a quienes han aplicado los conceptos laca-
nianos en el campo de la crítica literaria y la teoría del cine, podría parecer una omisión más
notoria. Para ella hay dos razones principales. En primer lugar, en el mundo de habla inglesa
se olvida a menudo que la obra de Lacan se propone primero y sobre todo proporcionar ayu-
da a los analistas para conducir la cura. Al excluir las referencias a la aplicación de las ideas
de Lacan en la crítica literaria, la teoría cinematográfica y la teoría feminista, espero subrayar
ese hecho, y de tal modo contrarrestar la desatención que sufre la base clínica de Lacan entre
sus lectores de lengua inglesa. En segundo lugar, quiero también alentar al lector a abordar
directamente al propio Lacan, en los términos de Lacan, sin entrar en el debate a favor o en
contra de él con prejuicios inducidos por las referencias a sus admiradores o críticos. Pero
hay algunas excepciones a esta regla de omisión, en los casos en que la polémica en tomo a
un término particular ha parecido tan importante que dejar de remitir a ella habría sido enga-
ñoso (por ejemplo, "falo", "mirada").
Mi decisión de hacer hincapié en la base clínica de la obra de Lacan no tiene la intención
de excluir a los no-analistas y hacer que no se ocupen de este pensador. Por el contrario, el
diccionario no está sólo destinado a los psicoanalistas, sino también a los lectores que enca-
ran la obra de Lacan desde otras disciPlinas. El propio Lacan alentó activamente el debate en-
tre psicoanalistas y filósofos, lingüistas, matemáticos, antropólogos y otros estudiosos; hoy en
Prefacio
día existe un interés creciente por el psicoanálisis lacaniano en muchas otras áreas, sobre to-
do en la crítica de películas, la teoría feminista y la crítica literaria. Quienes se han formado
en estas disciplinas pueden encontrar dificultades especialmente grandes en la lectura de La-
can, debido a su falta de familiaridad con la dinámica del tratamiento psicoanalítico. Subra-
yando la base clínica de la obra de Lacan espero situar los ténninos en su contexto propio, y
de tal modo hacerlos más claros para los lectores que no son psicoanalistas. Creo que esto es
también importante para los lectores que quieren utilizar las ideas de Lacan en otras áreas, co-
mo por ejemplo la teoría cultural.
Otro problema posible del lector que no tiene formación psicoanalítica es su falta de co-
nocimiento de la tradición freudiana, en cuyo seno trabajaba Lacan. Este diccionario encara
esa cuestión presentando en muchos casos un breve resumen del empleo freudiano de los tér-
núnos, antes de perfilar el uso específicamente lacaniano. Debido a su brevedad, esos resú-
menes corren el riesgo de simplificar en exceso conceptos que en sí mismos son complejos, y
sin duda les parecerán un tanto rudimentarios a quienes conozcan la obra de Freud. Sin em-
bargo, espero que sean útiles para quienes no tienen esa ventaja.
La gama de lectores a los que apuntamos es amplia, y por lo tanto un problema ha sido el
de decidir el nivel de complejidad adecuado para las entradas. La solución intentada fue ubi-
car las distintas entradas en diferentes niveles. Hay un núcleo básico de entradas con un nivel
bajo de complejidad; entre ellas se cuentan las correspondientes a los ténninos fundamenta-
les del discurso de Lacan (por ejemplo, "psicoanálisis'', "estadio del espejo", "lenguaje").
Otras entradas bosquejan el contexto histórico de la evolución de estos ténninos (por ejem-
plo, "Freud, retomo a'', "International Psycho-Analytical Association'', "escuela", "semina-
rio", "psicología del yo"). En su desarrollo, estos artículos remiten al lector a ténninos más
complejos, ubicados en un nivel más alto, que el principiante no puede esperar que captará de
inmediato. Confío en que así se ayude al lector a encontrar algún tipo de dirección en la na-
vegación por el diccionario. Sin embargo, el libro no es una "introducción a Lacan"; ya exis-
ten muchas obras introductorias a Lacan en inglés (por ejemplo Benvenuto y Kennedy, 1986;
Bowie, 1991; Grosz, 1990; Lemaire, 1970; Sarup, 1992), y entre ellas hay algunas excelentes
(por ejemplo ZiZek, 1991; Leader, 1995 ). Este diccionario es más bien un libro introductorio
de referencia, una guía a la que el lector puede remitirse para responder a preguntas específi-
cas o seguir una línea particular de indagación. No tiene la intención de reemplazar la lectura
de Lacan, sino acompañarla. Por tal razón, a lo largo de toda la obra, proporcionamos nume-
rosos números de páginas, para que el lector pueda volver a los textos originales y ubicar ca-
da remisión en su contexto.
Otro problema tiene que ver con la traducción. Distintos traductores han utilizado diferen-
tes palabras para verter al inglés la terminología de La can.* Por ejemplo, Alan Sheridan y
John Forrester traducen la oposición lacaniana entre sens y signification como "meaning" y
"significa/ion'', mientras que Stuart Schneiderman prefiere "sense" y "meaning", respectiva-
mente. Para Anthony Wilden, ''paro/e" es "word'', mientras que Sheridan emplea "speech".
En todos los casos yo he seguido el uso de Sheridan, sobre la base de que sus traducciones de
los Écrits y de El Seminario, Libro XI, Los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis
•A lo largo del libro conservamos las observaciones del autor sobre la traducción al inglés, aun cuando no sean
pertinentes para la ve~i6n castellana, porque, a su manera. esas puntualiza.dones idiomáticas contribuyen a enrique-
cer !a comprensión de los conceptos. Por otro lado, hemos desglosado algunas entradas para no arrastrar al castellano
ambigüedades innece~arias. [T.]
Prefacio
son todavía los principales textos en los que se puede leer a Lacan en inglés. Para evitar las
posibles confusiones, acompañainos nuestra traducción con los témrinos franceses utiliLados
por Lacan. Asimismo he seguido la práctica de Sheridan de dejar ciertos términos sin tradu-
cir, también en este caso sobre la base de que así se han acuñado esas palabras en el discurso
lacaniano en inglés (aunque personalmente estoy de acuerdo con las criticas de Forrester a di-
cha práctica; véase Forres ter, 1990, 99-101).
Pero difiero de Sheridan en mi decisión de dejar los símbolos algebraieos en su forma ori-
ginal. Por ejemplo, conservo los símbolos A y a, en lugar de traducirlos como O y o, que es
lo que hace Sheridan. Éste es el modo común de proceder en las traducciones de Lacan a
otros idiomas (por ejemplo el castellano y el portugués), pero además el propio Lacan prefe-
ría que sus "letritas" quedaran sin traducir. Por otra parte, según ha surgido con claridad en
los diversos congresos internacionales de psicoanálisis lacaniano, es muy útil que los analis-
tas con diferentes lenguas maternas tengan algunos símbolos básicos en común, que faciliten
sus discusiones.
Con respecto a las palabras inglesas que vierten los términos alemanes de Freud, he adop-
tado en general las empleadas por James Strachey en la Standard Edition, con la excepción
(ahora común) de volcar 'Trieb" como "drive" (pulsión) y no como "instinct" (instinto).
Otro problema, más grave, es la paradoja implícita en el acto mismo de redactar un dic-
cionario de ténninos Jacanianos. Por lo común, los diccionarios intentan atribuir un significa-
do o significados a cada témrino, y erradicar la ambigüedad. Pero el impulso general del dis-
curso lacaniano tiende a subvertir cualquier intento de ese tipo que pretenda detener el
deslizamiento continuo del significado bajo el significante. Derrida dice que el estilo de La-
can, notorio por su dificultad y complejidad, tenía la finalidad deliberada de "controlar casi
permanentemente cualquier acceso a un contenido aislable, a un significado inequívoco, de-
terminable más allá de la escritura" (Derrida, 1975, 420). Tratar de proporcionar "definicio-
nes adecuadas" de los términos de Lacan iría entonces totalmente a contrapelo de la obra de
este pensador, como lo observa Alan Sheridan en su nota de traductor de los Écrits (Sheridan,
1977, vii). En el breve glosario de téoninos lacanianos que aparece en la misma nota del tra-
ductor, Sheridan señala que el propio Lacan prefería que ciertos ténninos no fueran comenta-
dos en absoluto, "sobre la base de que cualquier comentario perjudicaría su operación efecti-
va" (Sheridan, 1977, vii). En estos casos, Lacan prefiere dejar que "el propio lector desarrolle
una apreciación de los conceptos en el curso de su uso" (Sheridan, 1977, xi).
Sobre la base de estas ideas se diría que, contrariando mi afrrmación inicial en cuanto a
que un diccionario es un modo ideal de explorar la obra de Lacan, nada podría estar más le-
jos del espíritu de esa obra que encerrarla en un diccionario. Quizá sea así, Es sin duda cierto
que nadie aprendió nunca un idioma leyendo un diccionario. No obstante, yo no he tratado de
proporcionar una o varias "definiciones adecuadas" de cada término, sino simplemente de
evocar parte de su complejidad, demostrar algo de su cambi~ en el curso det trabajo de La-
can, y proporcionar alguna indicación sobre la arquitectura general del discurso lacaniano.
Como las entradas están dispuestas por orden alfabético, y no organizadas en una construc-
ción particular, el lector puede empezar por donde quiera, y remitirse a los propios textos de
Lacan, o bien dejarse guiar por las referencias cruzadas a otros téoninos del diccionario, o
ambas cosas. De este modo, cada lector encontrará su propio camino a través del libro, así co-
mo cada uno, según lo ha dicho el propio Lacan, es conducido por su deseo de saber.
DYLAN EVAi'IS
Londres,juniode 1995
GUÍA PARA EL EMPLEO DEL DICCIONARIO
E Jacques Lacan, Écrits. A Selecrion, trad. de Atan Sheridan, Londres, Tavistock Publica-
tions, 1977 (véase el Apéndice).
Ec Jacques Lacan, Écrits, París, Seuil, 1966 (véase el Apéndice).
Sl Jacques Lacan, The Seminar. Book l. Freud's Papers on Technique, 1953-54, trad. con
notas de John Forrester, Nueva York, Norton; Cambridge, Cambridge University Press,
1988.
S2 Jacques Lacan, The Seminar. Book 11. The Ego in Freud's Theory and in the Technique
of Psychoanalysis, 1954-55, trad. de Sylvana Tomaselli, notas de John Forrester, Nue-
va York, Norton; Cambridge, Cambridge University Press, 1988.
S3 Jacques Lacan, The Seminar. Book lll. The Prychoses, 1955-56, trad. de Russell Grigg,
notas de Russell Grigg, Londres, Routledge, 1993.
S4 Jacques Lacan, Le Séminaire. Livre N. La relation d'objet, 1956-57, est. por Jacques-
Alain Miller, París, Seuil, 1994.
S7 Jacques Lacan, The Seminar. Book Vil. The Ethics of Psychoanalysis, 1959-69, trad. de
Dennis Porter, notas de Dennis Porter, Londres, Routledge, 1992.
SS Jacques Lacan, Le Séminaire. Livre Vil!. Le transfert, 1960-61, est. por Jacques-Alain
Miller, París, Seuil, 1991.
Sll Jacques Lacan, The Seminar. Book XI. The Four Fundamental Concepts of Psychoa-
nalysis, 1964, trad. de Alan Sheridan, Londres, Hogarth Press and Jnstitute of Psycho-
Analysis, 1977.
Sl7 Jacques Lacan, Le Séminaire. Livre XVII. L'envers de la psychana/yse, 1969-70, est.
por Jacques-Alain Miller, París, Seuil, 1991.
S20 Jacques Lacan, Le Séminaire. Livre XX. Encare, 1972-73, est. por Jacques-Alain Miller,
París, Seuil, 1975.
19
f
RECONOCIMIENTOS
Debo agradecer a la Cambridge University Press y a Norton sus autorizaciones para tomar
una figura y reproducir fragmentos de las traducciones al inglés de El Seminario. Libro J
(trad. de John Forrester, con notas de John Forrester, Cambridge University Press, 1987) y de
El Seminario. Libro 2 (trad. de Sylvana Tomaselli, notas de John Forrester, Cambridge Uni-
versity Press, 1988).
Agradezco a Norton la autorización para reproducir figuras y citar fragmentos de las si-
guientes publicaciones, todas de Jacques Lacan: Écrits: A Selection (trad. de Alan Sheridan,
Nueva York, Norton, 1977); Écrits, París, Seuil, 1966; le Séminaire, Livre N, La relation
d'objet (est. por Jacques-Alain Miller, París, Seuil, 1994); Le Séminaire, Livre XVII. L'envers
tk la psychanalyse (est por Jacques-Alain Miller, París, Seui\, 1991 ); Le Séminaire, Livre
XX. Encore (est. por Jacques-Alain Miller, París, Seuil, 1975).
Vaya mi agradecimiento a todos los que me ayudaron de diversas maneras en la produc-
ción de este diccionario. Julia Borossa, Christine Bousfield, Vincent Dachy, Alison Hall, Eric
Harper, Michele Julien, Michael Kennedy, Richard Klein, Darian Leader, David Macey, Alan
Rowan, Gerry Sullivan, Femando S. Teixeira Filho y Luke Thurston leyeron partes del origi-
nal y sugirieron algunos perfeccionamientos, como también lo hizo un lector anónimo de
Routledge. Innecesario es decir que es núa la responsabilidad por cualquier error. Agradezco
especialmente a Luke Thurston por su redacción del artículo sobre el sinthome. Edwina Wcl-
ham y Patricia Stankiewicz, de Routledge, supeIVisaron la transición entre el original tipiado
y el libro impreso.
Sólo resta agradecer a mi asociada, Marcela Olmedo, por su paciente apoyo durante la es-
critura de este diccionario, y por su ayuda con las ilustraciones.
r
CRONOLOGÍA
1901 Jacques-Marie Émile Lacan nace en 1932 Lacan publica su tesis de doctorado
París el 13 de abril, como primogéni- (Sobre la psicosis paranoica en sus
to de Alfred Lacan y Émilie Baudry. relaciones con la personalidad) y en-
1903 Nace Madeleine, hennana de Lacan vía un ejemplar a Freud, quien acusa
(el 25 de diciembre). recibo con una tarjeta postal.
1908 Nace Marc-Fran¡;ois, hermano de La- 1933 Se publican dos artículos de Lacan
can (el 25 de diciembre). en et periódico surrealista Minotaure.
1910 Freud funda la International Psycho- Alexandre Kojeve comienza a dar
Analytical Association (lPA). conferencias sobre la Fenomenología
1919 Lacan termina su educación secunda- del espíritu de Hegel, en la École des
ria en el Co!lege Stanislas. Hautes Études. Lacan asiste regular-
1921 Lacan es exceptuado del servicio mi- mente a esas conferencias durante los
litar por falta de peso. En los años si- años siguientes.
guientes estudia medicina en París. 1934 Lacan, que ya estaba en análisis con
1926 En la Revue Neurologique aparece la Rudolph Loewenstein, se une a la
primera publicación, en colabora- SPP como miembro candidato. Se ca-
ción, de Lacan. Se funda la Société sa en enero con Marie-Louise Blon-
Psychanalytique de París (SPP). din, quien da a luz a Caroline, primer
1927 Lacan inicia su formación clínica en vástago de la pareja, ese mismo mes.
psiquiatría. 1935 Marc-Franyoise Lacan es ordenado
1928 Lacan estudia bajo la dirección de sacerdote.
Gaetan Gatian de Clérambault, en la 1936 Lacan presenta su artículo sobre el
enfermería especial para los insanos, estadio del espejo en el XIV Congre-
agregada a la Préfecture policial. so de la IPA, realizado en Marienbad
1929 Marc-Franyoise, el hermano de La- el 3 de agosto. Inicia su práctica pri-
can, ingresa en la Orden de San Be- vada como psicoanalista.
nito. 1938 Lacan pasa a ser miembro pleno de
1930 Lacan publica su primer artículo co- la SPP, y en la Encyclopédie Fran-
mo autor único en Annales Médico- s:aise se publica su artículo sobre la
Psychologiques. familia. Después de la anexión de
1931 Lacan se interesa cada vez más en el Austria por Hitler, Freud abandona
surrealismo y conoce a Salvador Dalí. Viena para instalarse en Londres. En
23
Cronologfa
el viaje pasa por París, pero Lacan cian a la SPP para fundar la Société
decide no asistir a la pequeña reunión Fran<;:aise de Psychanalyse (SFP). Po-
organi:.::ada en honor de Freud. co después, también Lacan renuncia a
1939 En agosto nace Thibaut, el segundo la SPP y se une a la SFP. Abre el en-
hijo de Lacan y Marie-Louise. El 23 cuentro inaugural de esta última el 8
de septiembre muere Freud en Lon- de junio, pronunciando una conferen-
dres, a la edad de ochenta y tres años. cia sobre "Lo simbólico, Lo imaginario
Después de la invasión de Francia y Lo real". La IPA le infonna por car-
por Hitler, la SPP deja de funcionar. ta que su carácter de miembro a esa
Durante la guerra, Lacan trabaja en institución ha caducado, como conse-
un hospital militar de París. cuencia de su renuncia a la SPP. En
1940 Nace en agosto Sibylle, tercer vásta- septiembre, Lacan asiste al XVI Con-
go de Lacan y Marie-Louise. greso de Psicoanalistas de Lenguas
1941 Sylvia Bataille, ex esposa de Georges Romances, en Roma; el ensayo que
Bataille, da a luz a Judith. Aunque escribe para esa oportunidad ("Fun-
Judith es hija de Lacan, recibe el ape- ción y campo de la palabra y el len-
llido Bataille porque él está todavía guaje en psicoanálisis") es demasiado
casado con Marie-Louise. Marie- largo para ser leído en voz alta, de
Louise pide el divorcio. modo que se distribuye entre los par-
1945 Después de la liberación de Francia, ticipantes del congreso. En noviem-
se reanudan los encuentros de la SPP. bre Lacan inicia su primer seminario
Lacan viaja a Inglaterra, donde pasa público en el Hópital Salnte-Anne.
cinco semanas estudiando la situa- Estos seminarios, que continuarán du-
ción de la psiquiatría en los años de rante veintisiete años, pronto se con-
guerra. Se anuncia formalmente su vierten en la principal plataforma de
separación de Marie-Louise. la enseñanza de Lacan.
1947 Lacan publica un informe sobre su 1954 La IPA rechaza Ja solicitud de afilia-
visita a Inglaterra. ción de SFP. En una carta a Daniel
1949 Lacan presenta otro ensayo sobre el Lagache, Heinz Hartmann le confía
estadio del espejo en el XVI Congre- que la presencia de Lacan en la SFP
so de la IPA en Zurich, el 17 de julio. es la principal razón de ese rechazo.
1951 Lacan comienza a conducir semina- 1956 La SFP renueva su pedido de afilia-
rios semanales en el departamento de ción a la IPA, que es rechazado otrd
Sylvia Bataille, en 3 ruede Lille. En vez. De nuevo Lacan parece ser el
ese momento Lacan es vicepresiden- principal obstáculo.
te de la SPP. Está realizando sesiones 1959 La SFP vuelve a solicitar su afiliación
de tratamiento de duración variable, a la IPA; esta vez la IPA crea una co-
y la con1isión de instrucción sobre la misión para evaluar esa solicitud.
SPP le exige que regularice su prácti- 1961 La comisión de la IP A llega a París a
ca. Lacan promete hacerlo, pero con- fin de entrevistar a miembros de la
tinúa con sesiones de distinta dura- SFP y producir un infonne, en virtud
ción. del cual se rechaza la solicitud de afi-
1953 Lacan se casa con Sylvia Bataitle y liación de la SFP como sociedad
pasa a ser presidente de la SPP. En miembro, y se le otorga ea cambio el
junio, Daniel Lagache, Juliette Favez- status de "grupo de estudio" mientras
Boutonier y Fran<;:oise Dolto renun- continúa la investigación.
24
Cronolog!a
1963 La comisión de la IPA realiza más 1968 Lacan expresa su simpatía con las
entrevistas con miembros de la SFP protestas estudiantiles de mayo. Los
y produce otro informe, en el cual re- seguidores de Lacan crean un depar-
comienda que se le otorgue a la SFP tamento de psicología en la Universi-
la afiliación como sociedad miem- dad de Vincennes (París VIII) y
bro, con la condición de que Lacan y abren sus puertas en diciembre, en
otros dos profesionales sean exclui- medio de las constantes manifesta-
dos de la lista de analistas didactas. ciones estudiantiles.
El informe también estipula que se 1969 El seminario público de Lacan pasa a
debe cancelar para siempre la activi- la Faculté de Droit.
dad de Lacan como didacta y que a 1973 Éditions du Seuil publica una trans-
los analistas en formación se les debe cripción compilada del seminario de
prohibir la asistencia al seminario de Lacan de 1964 (Los cuatros concep-
aquél. Más tarde, Lacan dirá que ésta tos fundamentales del psicoanálisis);
fue su "excomunión". Él renuncia éste es el primero de los seminarios
entonces a la SFP. de Lacan que se publica.
1964 En enero, Lacan lleva su seminario 1975 Lacan visita Estados Unidos, donde
público a Ja École Normale Supé- da conferencias en la Yale Univer-
rieure, y en junio funda su propia or- sity y en el Massachusetts Institute
ganización, la École Freudiennc de of Technology, y se encuentra con
París (EFP). Noam Chomsky.
1965 Se disuelve la SFP. 1980 Después de furibundas disputas inter-
1966 Con el título de Écrits se publica una nas en la EFP, Lacan la disuelve y
selección de los ensayos de Lacan. crea en su lugar la Cause freudienne.
Lacan presenta un trabajo en un con- Asiste a un congreso internacional de
greso realizado en la Johns Hopkins analistas lacanianos en Caracas.
University, de Baltimore. 1981 Es disuelta la Cause freudienne, y se
1967 Lacan propone que la EFP adopte un crea en su reemplazo la École de la
nuevo procedimiento, denominado Cause freudienne. Lacan muere eu
"pase"' en el cual los miembros pue- París el 9 de septiembre, a la edad de
den atestiguar el final de su análisis. ochenta años.
25
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DICCIONARIO
INTRODUCTORIO
~
DE PSICOANALISIS
LACANIANO
A
da que revela una "sordera" momentánea a la les como actos verdaderos que expresan una in-
palabra del analizante. Como ilustración, Lacan tención, aunque inconsciente, y asumir esa in-
se remite a un historial descrito por e! psicólo- tención COlllO propia. Ni el ACTING OUT ni e! PA-
go del yo Emst Kris (Kris, 1951). Lacan sostie- SAJE AL ACTO son verdaderos actos, puesto que
ne que la interpretación formulada por Kris era en tales acciones el sujeto no asume la respon-
exacta en un nivel, pero no iba al corazón del sabilidad por su deseo.
asunto, y por el!o provocó un acting out: des- La ética del psicoanálisis también le prescri-
pués de la sesión, el analizante fue a comer al- be al a=lista que asuma la responsabilidad de
gunos "sesos frescos" en un restaurante cerca- sus actos, es decir, de sus intervenciones en Ja
no. Esta acción, dice Lacan, era un mensaje cura. En esas intervenciones, el analista debe ser
cifrado dirigido al analista, indicativo de que la guiado por un deseo apropiado, que Lacan lla-
interpretación no había logrado tocar el aspecto ma el deseo del analista. Una intervención sólo
más esencial de! síntoma del paciente (Lacan, puede ser considerada un verdadero acto analíti-
1962-3, seminario del 23 de enero de 1963: co cuando logra expresar el deseo del analista,
véase E, 238-9, y SI, 59-61). es decir, cuando ayuda al analizante a acercarse
Lacan dedicó varias clases de su seminario al fin del análisis. Lacan dedicó un afio de su se-
de 1962-3 a establecer una distinción entre el minario a examinar la naturaleza del acto psi-
acting out y el PASAJE AL ACTO. coanalítico (Lacan, 1967-8).
Como hemos dicho, un acto fallido es exi-
toso desde el punto de vista del inconsciente.
ACTO (ACTE, AC1) No obstante, este éxito es sólo parcial, porque
el deseo inconsciente se expresa en una forma
Lacan traza una distinción entre la simple distorsionada. Se sigue que, cuando es asumido
"conducta", que es propia de todos los anima- completa y conscientemente, "el suicidio es el
les, y los "actos", que son simbólicos y sólo único acto completamente exitoso" (Lacan,
pueden atribuirse a sujetos humanos (Sil, 50). l 967a, 66-7), puesto que entonces expresa to-
Una cualidad fundamental del acto es que al ac- talmente una il!~(jIJ..qUe._C.S_~Q
tor se lo puede hacer responsable de él; el con- consciente e jnconsciente,_Ja asunción cons-
cepto de acto es por lo tanto un concepto ético ciente de la pulsión de muerte inconsciente (por
(véase ÉTICA). otro lado, un intento suicida súbito e impulsivo
No obstante, el concepto psicoanalítico de no es un verdadero acto sino probablemente un
la responsabilidad es muy distinto del concepto pasaje al acto). En el pensamiento de Lacan, la
legal. Esto se debe a que el concepto de respon- pulsión de muerte está estrechamente vinculada
sabilidad está vinculado a toda la cuestión de la al dominio ético (véase el ejemplo de Empédo-
intencionalidad, que en psicoanálisis se compli- c!es, E, 104, y la discusión lacaniana deAntígo-
ca por el descubrimiento de que, además de sus na en S7, cap. 21).
planes conscientes, el sujeto tiene también in-
tenciones inconscientes. En consecuencia, es
posible que alguien realice un acto que preten- ADAPTACIÓN (¡WAPTATION,
de que es no-intencional, pero que el análisis ADAPTATION')
revela como expresión de un deseo inconscien-
te. Frcud denominó a estos actos "paraprax:ias" El concepto de adaptación es biológico
o "actos fallidos" (acte manqué); sin embargo, (véase BIOLOOIA); se supone que los organismos
só!o son "fallidos" desde el punto de vista de la son impulsados a adaptarse al ambiente. La
intención consciente, puesto que por otra parte adaptación implica una relación armoniosa en-
logran expresar un deseo inconsciente (véase tre el /nnenwelt (mundo interno) y el Umwelt
Freud, 190lb). Mientras que en derecho, por (mundo circundante).
ejemplo, una persona no puede ser considerada La PSICOLOGÍA DEL YO aplica este concepto
culpable de asesinato a menos que se demues- biológico al psicoanálisis; explica los síntomas
tre que el acto fue intencional; en la cura psi- neuróticos en términos de conducta inadaptada
coanalítica el sujeto es enfrentado con el deber (por ejemplo, utilizar mecanismos de defensa
ético de asumir su responsabilidad incluso por arcaicos en contextos en los que ya no son
los deseos inconscientes expresados en sus ac- apropiados), y sostiene que la meta de trata-
ciones (véase ALMA BELLA). Tiene que recono- miento psicoanalítico es ayudar al paciente a
cer incluso acciones aparentemente accidenta- adaptarse a la realidad.
30
Afecto
Desde sus primeros textos de la década de tor de conformismo. Lo considera una traición
1930, Lacan se opuso a cualquier intento de ex- completa al psicoanálisis, que a su juicio es
plicar los fenómenos humanos en términos de una práctica esencialmente subversiva.
adaptación (':'.éase Lacan, 1938, 24; Ec, 158; Lacan considera significativo que el tema
Ec, 171-2). Este es un tema constante de su de la adaptación haya sido desarrollado por psi-
obra; en 1955, por ejemplo, afirmó que "la di- coanalistas europeos que emigraron a Estados
mensión descubiena por el análisis es lo opues- Unidos a fines de la década de 1930; estos ana-
to a cualquier cosa que progrese mediante la listas sintieron no sólo que ellos mismos tenían
adaptación" (S2, 86). Adopta este modo de ver que adaptarse a la vida en América sino tam-
por varias razones: bién que debían adaptar el psicoanálisis a los
l. El énfasis en la función adaptativa del yo gustos noneamericanos (E, 115).
pasa por alto su función alienante, y se basa en
una concepción simplista y no cuestionada de
"la realidad". La realidad no es una cosa simple, AFÁNISIS (APHANISIS, APHANIS/S)
objetiva, a la que el yo tiene que adaptarse, sino
en sí misma un producto de las ficticias repre- El significado literal de esta palabra griega
sentaciones erróneas y proyecciones del yo. Por es "desaparición". Fue introducida en psicoaná-
lo tanto, "no se trata de adaptarse a ella [a la lisis por Ernest Jones, quien la utilizó para de-
realidad] sino de mostrarle [al yo] que está de- signar "la desaparición de! deseo sexual" (Jo-
masiado bien adaptado, puesto que ayuda en la rres, 1927). Para Jones, el miedo a la afánisis
construcción de la realidad misma" (E, 236). La existe en ambos sexos, y da origen al complejo
tarea del psicoanálisis consiste más bien en sub- de castración en los varones, y a la envidia del
vertir la sensación ilusoria de adaptación, pues- pene en las niñas.
to que ella bloquea el acceso al inconsciente. Lacan retoma el término de Jones, pero
2. Plantear la adaptación como meta del tra- modificándolo sustancialmente. Para Lacan, la
tamiento equivale a convertir al analista en ár- afánisis no significa la desaparición del deseo
bitro de la adaptación del paciente. La "relación sino la desaparición del sujeto (véase S 11,
con la realidad" del propio analista "queda so- 208). La afánisis del sujeto es su desvaneci-
brentendida" (E, 230); se supone de modo auto- miento o desdibujamiento gradual, su división
mático que el analista está mejor adaptado que fundamental (véase ESCISIÓN), que instituye la
el paciente. Esto conviene inevitablemente al dialéctica del deseo (véase SI l, 221 ). La desa-
psicoanálisis en un ejercicio de poder, en el parición del deseo no es el motivo del miedo;
cual el analista impone su propia concepción lejos de ello, constituye precisamente aquello a
particular de la realidad; esto no es psicoanáli- lo que el neurótico apunta; el neurótico trata de
sis sino SUGESTIÓN. escudarse ante su deseo, de hacerlo a un lado
3. La idea de la armonía entre organismo y (SS, 271).
ambiente, implícita en el concepto de adapta- Lacan emplea también otro término, ''fa-
ción, es inaplicable a los seres humanos, por- ding", de un modo que lo hace sinónimo de
que la inscripción del hombre en el orden sim- afánisis. La palabra ''fading", que Lacan em-
bólico lo desnaturaliza y significa que, "en el plea directamente en inglés, se refiere a la desa-
hombre, la relación imaginaria [con la naturale- parición del sujeto en el proceso de la aliena-
za] se ha desviado''. Mientras que "todas las ción. Este término es empleado por Lacan
máquinas animales están estrictamente rema- cuando describe los MATEMAS de la pulsión y el
chadas a las condiciones del ambiente externo" fantasma: el sujeto sufre un "fading" o "desa-
(S2, 322), en el ser humano existe "una ciena parece" ante la demanda y ante el objeto, como
hiancia biológica" (S2, 323; véase mANClA). lo indica el hecho de que en esos maternas el
Cualquier intento de reeobrar la armonía con la sujeto aparece barrado (tachado).
naturaleza pasa por alto el esencialmente exce-
sivo potencial de ta pulsión resumido en la pul-
sión de muene. Los seres humanos son esen- AFECTO (AFFECT, AFFEcn
cialmente inadaptados.
Lacan sostiene que el énfasis de la psicolo- En la obra de Freud, el ténnino "afecto"
gía del yo en la adap1ación del paciente a la aparece en oposición al ténnino "idea". La opo-
realidad reduce el psic,oanálisis a la condición sición entre lo afectivo y lo intelectual es uno
de un instrumento de control social y produc- de los temas más antiguos de la filosofía, y se
31
Agresividad
abrió camino en el vocabulario de Freud a tra- concebidos en términos de afectos (por ejemplo
vés de la psicología alemana. la transferencia) tienen que repensarse en los
No obstante, para Lacan, dicha oposición términos de su estructura simbólica, para que el
no es válida en el campo psicoanalítico, sino analista pueda dirigir la cura de modo correcto.
"una de las más contrarias a la experiencia ana- Segundo, los afectos son señuelos que pue-
lítica, y sumamente no-iluminadora cuando se den engañar al analista, y por lo tanto éste tie-
trata de entenderla" (S 1, 274). JJe que precaverse para no caer en esa trampa.
De modo que, en respuesta a quienes acu- Esto no significa que deba hacer caso omiso de
san a Lacan de ser en exceso intelectual y des- sus sentimientos respecto del paciente, sino
cuidar el papel del afecto, puede señalarse que sencillamente que ha de saber usarlos de modo
esa critica se basa en lo que Lacan considera adecuado (véase CONTRATRANSFERENClA).
una oposición falsa (él también sostuvo que el Finalmente, se sigue que la meta de la cura
hecho de que se le atribuyera una intelectuali- psicoanalítica no es revivir experiencias pasa-
zación excesiva era a menudo una excusa para das, ni tampoco la abreacción del afecto, sino la
el pensamiento chapucero: véase E, 171). La articulación en palabras de la verdad sobre el
cura psicoanalítica se basa en el orden simbóli- deseo.
co, que trasciende la oposición entre afecto e Otro término del discurso de Lacan, rela-
intelecto. La experiencia psicoanalítica "No es cionado con 'ºafecto" pero distinto de él, es la
la de un besuqueo y galanteo afectivos" (Sl, palabra "pasión". Lacan habla de las ''tres pa-
51), pero tampoco un asunto intelectual; "no siones fundamentales": el amor, el odio y la ig-
estamos tratando aquí con una dimensión inte- norancia (SI, 271); hay aquí una referencia al
lectual" (SI, 274). El psicoanalista lacaniano pensamiento budista {E, 94). Estas pasiones no
debe darse cuenta de los modos en que tanto son fenómenos imaginarios, sino que están si-
"el besuqueo y galanteo afectivos" como la in- tuadas en los puntos de conjunción entre los
telectualización pueden ser resistencias al análi- tres órdenes.
sis, señuelos imaginarios del yo. La angustia es
el único afecto que no engaña.
Lacan se opone a los analistas que toman el AGRESIVIDAD (AGRESSIVITÉ,
reino afectivo como primario, pues éste no es AGGRESSIVITY)
un ámbito separado y opuesto al intelectual;
"Lo afectivo no es como una densidad especial La agresividad es una de las cuestiones
que escaparía a una consideración intelectual. centrales que Lacan aborda en sus ensayos del
No se lo encuentra en un mítico más allá de la período que va entre 1936 y principios de la dé-
producción del símbolo que precedería a la for- cada de 1950. Lo primero que debe señalarse es
mulación discursiva" (SI, 57). No obstante, re- que él traza una distinción entre la agresividad
chaza las acusaciones de descuidar el papel del y la agresión; esta última se refiere sólo a los
afecto, señalando el hecho de que dedicó preci- actos violentos, mientras que la primera es una
samente todo un año del seminario al examen relación fundamental que no sólo subtiende ta-
de la angustia (Lacan, 1973a, 38). les actos sino también muchos otros fenómenos
Lacan no propone una teoría general de los (véase Sl, 177). Lacan sostiene que la agresivi-
afectos sino que sólo los aborda en la medida dad está tan presente en actos aparentemente
en que inciden en la cura psicoanalítica. Insiste afectuosos como en actos violentos; "subtiende
en la relación del afecto con el orden simbólico; la actividad del filántropo, el idealista, el peda-
afecto significa que el sujeto es afectado por su gogo e incluso el refonnador" (E, 7). Al adop-
relación con el Otro. Sostiene que los afectos no tar esta postura. Lacan simplemente vuelve a
son significantes sino señales (S7, 102-3), y enunciar el concepto freudiano de ambivalencia
subraya la posición de Freud en cuanto a que la (interdependencia del amor y el odio), que él
represión no pesa sobre el afecto (que sólo pue- considera uno de los descubrimientos funda-
de ser transformado o desplazado) sino sobre el mentales del psicoanálisis.
representante ideacional (que, en los ténninos Lacan ubica a la agresividad en la relación
de Lacan, es el significante) (Ec, 714). dual entre el yo y el semejante. En el ESTADIO
Los comentarios de Lacan sobre el concep- DEL ESPEJO el infante ve su reflejo en el espejo
to de afecto tienen consecueJJcias importantes como una totalidad, en contraste con la falta de
para la clínica. Primero, todos los conceptos coordinación del cuerpo real; este contraste es
que en psicoanálisis han sido tradicionalmente experimentado como una tensión agresiva entre
00
Álgebra
.n = el falo real
= el falo simbólico (fi mayúscula)
to Jacaniano de la alienación difiere mucho de!
de la tradición hegeliana y marxista (como lo
34
r
Amo
Después de lograr la victoria, el amo pone n1'i!tre, S20, 33). No obstante, este intentü" siem-
al esclavo a trabajar para él. El esclavo trabaja pre fracasa porque el ~ignificante amo nunca
transformando la naturaleza para que el amo puede representar al sujeto completamente;
pueda consumirla y disfrutarla. Pero la victoria siempre hay algún excedente que escapa a la
no es tan absoluta como lo parece; la relación representación.
entre el amo y el esclavo es dialéctica, porque
lleva a la negación de sus respectivas pusicio-
nes. Por un lado, el reconocimiento logrado por AMOR (AMOUR, LOVE)
el amo es insatisfactorio, ya que no es otro
hombre quien se lo otorga, sino sólo un escla- Lacan sostiene que es imposible decir nada
vo, que para el amo es sólo una cosa o un ani- significativo o sensato sobre el amor (SS, 57).
mal; por lo tanto, "elhombre que se comporta Por cierto, en cuanto uno comienza a hablar so-
como un Amo nunca estará satisfecho" (Koje- bre el amor, desciende a la imbecilidad (S20,
ve, 1947, 20). Por otro lado, el esclavo es par- 17). Puesto que esto es lo que él piensa, podría
cialmente compensado de su derrota por el he- parecer sorprendente que el propio Lacan dedi-
cho de que, trabajando, se eleva por sobre la que gran parte de su seminario precisamente a
naturaleza al transformarla en algo distinto de hablar del amor. Pero se limita a mostrar lo que
lo que era. En el proceso de cambiar el mundo, hace el analizante en la cura psicoanalítica,
el esclavo se cambia a ~í mismo y s_e convierte pues "lo único que hacemos en el discurso ana-
en el autor de su propio destino, a diferencia lítico es hablar sobre el amor" (S20, 77).
del amo, que sólo cambia a través de la media- El amor surge en la cura como un efecto de
ción del trabajo del esclavo. El progreso histó- la TRANSFERENCIA, y el problema de cómo una
rico es entonces "el producto del esclavo que situación artificial puede producir ese efecto ha
trabaja y no del Amo belicoso" (Kojeve, 1947, fascinado a Lacan a lo largo de toda su obra.
pág. 52). El desenlace de la dialéctica es en Esta relación entre el amor y la transferencia
consecuencia paradójico. El amo termina en .-dice- constituye una prueba del papel esencial
una "impasse existencial" insatisfactoria, mien- del artificio en todo amor. Lacan pone también
tras que el esclavo conserva la posibilidad de un gran énfasis en la conexión ínlima entre el
lograr la verdadera satisfacción por medio de la amor y la AGRESIVIDAD; la presencia de uno ne-
"superación dialéctica" de su esclavitud. cesariamente implica la presencia de la otra.
Lacan se vale de la dialética del amo y del Este fenómeno, que Freud denomina "ambiva-
esclavo para ilustrar una amplia gama de pun- lencia", es considerado por Lacan uno de los
tos. Por ejemplo, la lucha por puro prestigio grandes descubrimientos del psicoanálisis.
ejemplifica la naturaleza intersubjetiva del de- El amor es situado por Lacan como un fe-
seo, en la cual lo importante para el d_eseo e§.ser nómeno puramente imaginario, aunque tiene
reconocido por un otro. La lucha a muerte tam- efectos en el orden simbólico (uno de ellos es
bién ilustra la AGRESIÓN inherente a Ja relación producir "una verdadera retracción de lo sim-
dual entre el yo y el semejante (E, 142). Ade- bólico"; SI, pág. 142). El amor es autoerótico y
más, el esclavo que resignadamente "aguarda la tiene una estructura fundamentalmente narcisis-
muerte del amo" (E, 99) ofrece una buena ana- ta (Sll, 186), puesto que "es al propio yo al
logía del neurótico obsesivo, que se caracteriza que uno ama en el amor, el propio yo hecho·
por la vacilación y la posposición (véase S 1, real en el nivel imaginario" (SI, 142; véase
286). NARCISISMO). La naturaleza imaginaria del amor
Lacan recoge también la dialéctica del amo lleva a Lacan a oponerse a todos los analistas
y del esclavo en su teorización del DJSCllRSO del que (como Balint) postulan el amor como un
amo. En la formulación de este discurso, el ideal en el tratamiento (57, 8; véase GENITAL).
amo es el significante amO (5!), que pü!le atra- El amor involucra una reciprocidad imagi-
l;>_ajar al. esclavo (S2)_paI¡¡QUe produzca un.ex-. naria, ya que "amar es, esencialmente, desear
cedente o plusvalía (af~de la que el primero ser amado" (Si 1, 253). Es esta reciprocidad en-
puede apropiarse. El significante amo cs. lo qu_~ tre "amar" y "ser amado" lo que constituye la
representa a un sujeto para todos los otros sig- ilusión del amor, y esto es lo que lo distingue
nificantes; el discurso del amo es entonces un del orden de las pulsiones, en el cual no hay re-
inttiiitO de totalización (por lo cual Lacan vin- ciprocidad, sino sólo pura actividad (SI 1, 200).
cula ese discurso a la filosofía y la ontología, El amor es un fantasma ilusorio de fusión
jugando con la homofonía entre maitre y con el amado, fantasma que sustituye la ausen-
36
Análisis didáctico
cia de cualquier RELACIÓN SEXUAL (520, 44); sis) y formation (professionnl training, FORMA-
esto resulta especialmente claro en el concepto C!ól\ DE LOS ANALISTAS).
asexual del amor cortés (S20, 65). Cuando Lacan comenzó su formación como
El amor es engañoso; "Como espejismo es- analista, en la década de 1930, era una práctica
pecular, el amor es esencialmente engaño" ya establecida en la Intemational Psycho-
(S 11, 268). Es engañoso porque supone dar lo Analytical Association (IPA) que se diferencia-
que uno no tiene (es decir, el falo); amar es ra el "análisis terapéutico" del "análisis didácti-
"dar lo que uno no tiene" (88, 147). El amor no co" (una distinción que la IPA mantiene hasta
se dirige a lo que su objeto tiene sino a lo que el día de hoy). En ese coritexto, por "análisis te-
le falta, a la nada que está detrás de él. El obje-rapéutico" se entiende una cura en la que el
to es valorado en cuanto viene al lugar de esa analizante entra con el propósito de remover
falta (véase el esquema del velo en 54, 156). ciertos síntomas, mientras que "análisis didácti-
Una de las áreas más complejas de la obra co" designa exclusivamente un tratamiento en
de Lacan tiene que ver con la relación entre el el que el analizante entra con el propósito de
amor y el DESEO. Por un lado, estos dos térmi- fonnarse como analista. Según las reglas que
nos son diametralmente opuestos. Por ei otro, gobiernan a todas las sociedades afiliadas a la
esta oposición es problematizada por ciertas se- IPA, los miembros deben someterse a un análi-
mejanzas entre ellos: sis didáctico antes de que se les permita ejercer
l. Como fenómeno imaginario que pertene- como analistas. No obstante, un análisis es sólo
ce al campo del yo, el amor está claramente reconocido como didáctico por esas sociedades
opuesto al deseo, inscripto en el orden simbóli- si se realiza con uno de los pocos analistas de-
co, el campo del Otro (S 11, 189-91). El amor es canos designados como "analistas didactas", y
una metáfora (S8, 53), mientras que el deseo es si es emprendido con el propósito eic:clusivo de
metonimia. Incluso puede decirse que el amor la formación.
mata el deseo, puesto que el amor se basa en un La distinción institucional entre análisis di-
fantasma de unidad con el amado (S20, 46), y dáctico y análisis terapéutico pasó a ser uno de
esto anula la diferencia que da origen al deseo. 19s principales objetivos de la crítica de Lacan.
2. Por otra parte, hay elementos en la obra El concuerda con la IPA en que es absoluta-
de Lacan que hacen vacilar la oposición tajante mente necesario pasar por un tratamiento psi-
entre amor y deseo. En primer lugar, los dos coanalítico para llegar a ser analista, pero di-
son similares en cuanto nunca pueden ser satis- siente con firmeza de la distinción artificial
fechos. En segundo término, la estructura del trazada entre análisis terapéutico y análisis di-
amor como "deseo de ser amado" es idéntica a dáctico. Para Lacan hay sólo una forma de pro-
la estructura del deseo, en la cual el sujeto de- ceso analítico, con independencia de la razón
sea convertirse en el objeto del deseo del Otro por la cual el analizante emprende el tratamien-
(por cierto, en la lectora de Hegel por Kojeve, to, y la culminación de ese proceso no es la re-
en la cual se basa esta eic:plicación del deseo, moción de síntomas sino el pasaje del analizan-
hay un cierto grado de ambigüedad semántica te a analista (véase FIN DE ANÁLISIS).
entre "amor" y "deseo"; véase Kojeve, 1947, De modo que todos los análisis pueden pro-
6). Tercero, en la dialéctica de la necesidad/de- ducir un analista, y carece de validez la preten-
manda/deseo, el deseo nace precisamente de la sión de las instituciones de decidir qué análisis
parte insatisfecha de la DE.MANDA, que es la de- pueden considerarse didácticos y cuáles no lo
manda de amor. El propio discurso de Lacan son, pues "la autorización de un analista sólo
sobre el amor queda complicado a menudo por puede provenir de él mismo" (Lacan, 1967,
el mismo empleo de "deseo" en lugar de 14). Por lo tanto, Lacan anula la distinción en-
"amor" que él destaca en el texto de El banque- tre análisis terapéutico y análisis didáctico; to-
te de Platón (88, 141) dos los análisis son didácticos, por lo menos
potencialmente. "Hay una sola clase de psicoa-
nálisis, el análisis didáctico" (Sll, 274). Hoy
ANÁI.ISIS DIDÁCTICO (ANALYSE en día, muchos analistas lacanianos prescinden
DIDACTIQUE, TRAINING ANALYSIS) por igual de ambas eic:presiones, y prefieren re-
ferirse al "análisis personal" (una frase que el
La palabra inglesa "training" se utiliza para propio Lacan usa ocasionalmente; véase 58,
traducir dos expresiones francesas empleadas 222) para designar cualquier curso de trata-
por Lacan: analyse didactique (training analy- miento analítico.
T
Analizante/Psicoanalizante
Arto
pecialmente evidente en la fobia (E, 321). In- gustia es un afecto, no una emoción, y ade-
cluso una fobia es preferible a la angustia ($4, n1ás, ei únicu afeclu que está inás allá de toda
345); una fobia por lo menos reemplaza la an- duda, que no es engañoso (véase también S11,
gustia (que es terrible precisamente debido a 41). Mientra;; que Freud trazaba una distinción
que no está enfocada en un objeto particular, si- entre el miedo (focalizado en un objeto espe-
no que gira en tomo de una ausencia) por el cífico) y la angustia (sin focalizar) Lacan sos-
miedo, que sí está centrado en un objeto parti- tuvo que la angustia no es sin objeto (n' est pas
cular y de tal modo puede ser elaborado simbó- sans objet); simplemente involucra un tipo
licamente (S4, 243-6). distinto de objeto, un objeto que no puede
En su análisis del caso Juanito (Freud, simbolizarse del mismo modo que todos los
I909b), Lacan di<:e que la angustia surge en el otros. Este objeto es el objeto a, el objeto cau-
momento en que el sujeto está suspendido en- sa del deseo, y la angustia surge cuando apare-
tre el triángulo preedípico imaginario y el cua- ce algo en el lugar de este objeto. La angustia
ternario edípico. En esta conjunción el pene surge cuando el sujeto es confrontado con el
real de Juanito se hace sentir en la masturba- deseo del Otro y no sabe qué objeto es él para
ción infantil; la angustia se produce porque él ese deseo.
puede entonces medir la diferencia entre aque- También en este seminario Lacan vincula la
llo por lo que la madre lo ama (su posición co- angustia con el concepto de falta. Todo deseo
mo falo imaginario) y aquello que él realmen- surge de la falta, la angustia surge cuando falta
te tiene para dar (su órgano real insignificante) esta falta; la angustia es la falta de falta. La
(S4, 243), La angustia es ese punto en el que angustia no es la ausencia del pecho, sino su
el sujeto está suspendido entre un momento en presencia envolvente; es la posibilidad de su au-
el que ya no sabe dónde está y un futuro en el sencia la que, de hecho, nos salva de la angus-
que nunca podrá volver a encontrarse (S4, tia. El acting out y e! pasaje al acto son !as últi-
226). Juanito habría sido salvado de esta an- mas defensas contra la angustia.
gustia por la intervención castradora del padre La angustia está también vinculada al esta-
rea!, pero ésta no se produjo; el padre real no dio del espejo. Incluso en la experiencia habi-
intervino para separar a Juanito de la madre, y tualmente confortadora de ver el propio reflejo
por lo tanto el niño desarrolló una fobia como en el espejo puede haber un momento en el que
sustituto de esta intervención. Una vez más, de la imagen especular se modifica y de pronto
la explicación lacaniana de Juanito surge que nos parece extraña. De este modo, Lacan asocia
lo que da origen a la angustia no es la separa- Ja angustia con el concepto freudiano de Jo
ción respecto de la madre sino el fracaso de onúnoso (Freud, l 919h).
esa separación (S4, 319). En consecuencia, la Mientras que el seminario de 1962-3 tiene
castración, lejos de ser la fuente principal de la mucho que ver con la segunda teoría freudiana
angustia, es en realidad lo que salva al sujeto de la angustia (la angustia como señal), en el
de la angustia. seminario de 1964-5 Lacan parece volver a la
En el seminario de 1960-1, Lacan subraya primera teoría (la angustia como libido tran~
la relación de la angustia con el deseo; la an- fonnada). Comenta entonces que la angustia es
gustia es un modo de sostener et deseo cuando lo que existe en el interior del cuerpo cuando el
el objeto está ausente y, a la inversa, e! deseo es cuerpo es abrumado por el goce fálico (Lacan,
un remedio para la angustia, algo más fácil de 1974-5, seminario del 17 de diciembre de
soportar que la angustia núsma (SS, 430). Tam- 1974).
bién sostiene que la fuente de la angustia no
siempre está en el interior del sujeto, sino que a
menudo proviene de otro, así como se trasmite ARTE (ART, ART)
de un animal a otro en el rebaño; "si la angustia
es una señal, significa que puede venir de otro" Freud valoraba el arte como una de las
(S8, 427). Por esto el analista no debe pernútir grandes instituciones culturales de la humani-
que su propia angustia interfiera en el trata- dad, y dedicó muchos ensayos a examinar los
miento, exigencia ésta que sólo puede satisfa- procesos de la creación artística en general, y
cer porque él mantiene un deseo propio, el de- ciertas obras de arte en particular. Explicó la
seo del analista (S8, 430). creación artística con referencia al concepto de
En el seminario de 1962-3, titulado sim- sUBLD.:IACióN, un fenómeno en el cual la libido
plemente "La angustia", Lacan dice que la an- sexual es reorientada hacia metas no-sexuales.
00
r
Arte
Tamhién consagró algunos trabajos a analizar autor. él no se limita a alinearse con el movi-
obras de arte en particular, especialmente lite- miento estructuralista (después de todo, las in-
rarias, lo que consideraba útil para el psicoaná- tenciones del autor ya habían sido puestas entre
lisis, en dos sentidos. En primer lugar, esas paréntesis por la "nueva crítica" mucho antes
obras a menudo expresan en forma poética de que los estrucruralistas aparecieran en esce-
verdades sobre la psique, lo que implica que el na), sino que más bien ilustra el modo en que
creador literario puede intuir directamente las debe proceder el analista cuando escucha e
verdades que los psicoanalistas sólo descubren interpreta el discurso del analizante. En otras
más tarde por medios más laboriosos. En se- palabras, el analista debe tratar el discurso del
gundo término, Freud sostenía también que analizante como un texto:
una lectura psicoanalítica atenta de las obras li-
terarias permitía descubrir elementos de la psi- Ustedes deben empezar desde el tex:to, empezar
que del autor. Si bien la mayoría de los ensa- tratándolo, según hace y recomienda Freud, como !a
Sagrada Escritura. El autor, el escriba, es sólo un
yos de Freud sobre obras de arte tienen que ver chupatintas. y viene en segundo término ... De modo
con la literatura, no omitió por completo otras análogo, cuando se trata de nuestros pacientes, pres-
formas; por ejemplo, dedicó un artículo a la es- ten más atención a! te;o:;to que a la psicología del autor
tatua de Moisés de Miguel Ángel (Freud, -ésta es toda la orientación de mi enseñanza.
1914b). (S2, 153)
Los textos de Lacan también abundan en
exámenes de obras de arte. Lo mismo que Con su examen de textos literarios, por lo
Freud, dedicó la mayor parte de su atención a tanto, Lacan no realiza ejercicios de crítica por
obras literarias de todos los géneros: prosa sí mismos, sino para dar a su audiencia una
(por ejemplo la discusión sobre La carta roba- idea de cómo deben interpretar el inconsciente
da de Edgard Allan Poe en S2, cap. 16, y La- de los pacientes. Este método de lectura es aná-
can, 1955a), teatro (por ejemplo las discusio- logo al empleado por el formalismo y el estruc-
nes sobre el Hamlet de Shakespeare en Lacan, turalismo; se desatiende el significado en favor
1958-9, y de la Antígona de Sófocles en S7, del significante, se pone el contenido entre pa-
caps. 19-21), y poesía (por ejemplo, Booz dor- réntesis en favor de las estructuras formales
mido, de Victor Hugo en S3, 218-25; S4, 377- (aunque Jacques Derrida ha sostenido que La-
8; E, 156-8; S8, 158-9). Pero Lacan también can no sigue en realidad su propio método; véa-
considera las artes visuales; dedicó varias con- se Derrida, 1975).
ferencias de su seminario de 1964 a examinar Además de servir como modelos de un mé-
pinturas, en particular anamorfóticas {SI 1, todo de lectura, que Lacan recomienda que los
caps. 7-9, donde habla sobre el cuadro Los analistas sigan cuando interpretan el discurso
embajadores, de Holbein; véase también S7, de sus pacientes, estas discusiones de los textos
139-42). literarios apuntan también a extraer ciertos ele-
Sin embargo, existen diferencias significati- mentos como metáforas para ilustrar algunas de
vas entre los modos de abordar las obras de ar- sus ideas más importantes. Por ejemplo, en su
te por Freud y Lacan. Aunque Lacan también lectura de La carta robada, de Poe, Lacan se-
habla de sublimación, él no cree, a diferencia ñala "la carta (véase LETRA) que circula" como
de Freud, que sea posible o incluso deseable una metáfora del poder determinante del signi-
que los analistas digan algo sobre la psicología ficante.
del artista sobre la base del examen de una obra Una nueva rama de la denominada "crítica
de arte (véanse sus observaciones críticas acer- literaria psicoanalítica" se declara ahora ins-
ca de la "psicobiografía"; Ec, 470-1). El hecho pirada por el enfoque lacaniano de los textos
de que el compltjo fundamental (Edipo) de la literarios (por ejemplo, Muller y Richardson,
teoría psicoanalítica haya sido tomado de una 1988, y Wright, 1984; otras obras que tratan
obra literaria -dice Lacan-, no significa que el de Lacan y la teoría cultural son Davis, 1983;
psicoanálisis tenga algo que decir sobre Sófo- Felman, 1987; MacCannell, 1986). No obstan-
cles (Lacan, 1971, 3). te, si bien estos proyectos son interesantes por
Lacan excluye al artista de su examen de derecho propio, por lo general no encaran la
las obras de arte porque la interpretación que literatura del mismo modo que Lacan. Porque
realiza de los textos Hterarios no pretende re- mientras que la crítica literaria psicoanalítica
construir las intenciones del autor. En su sus- apunta a decir algo sobre los textos estudia-
pensión de la cue~tión de las intenciones del dos, ninguno de los dos aspectos del enfoque
r
de Lacan (ejemplificar un modo de interpreta- sencia hecha de ausencia" (E, 65), porque, pri-
ción analítica e ilustrar conceptos psicoanalíti- mero, el símbolo se utiliza en ausencia de la co-
cos) pretende decir algo sobre los textos en sí, sa y, segundo, !os significantes sólo existen en
sino sólo us_arlos para decir algo sobre el psi- la medida en que están opuestos a otros insigni-
coanálisis. Esta es quizá la diferencia más im- ficantes.
portante entre el enfoque lacaniano y el enfo- Debido a la implicación mutua de la pre-
que freudiano de las obras de arte. A menudo sencia y la ausencia en el orden simbólico, pue-
se entiende que algunas de las obras de Freud de decirse que en lo simbólico la ausencia tiene
implican que el psicoanálisis es un metadis- la misma existencia positiva que la presencia.
curso, un relato maestro que proporciona una Esto es lo que le permite a Lacan decir que "la
llave hermenéutica general, capaz de abrir los nada" (le rien) es en sí misma un objeto {un ob-
secretos hasta entonces irresue\tos de las obras jeto parcial) (S4, 184-5).
literarias; en cambio, es imposible leer a La- Es en tomo a la presencia y la ausencia del
can como si pretendiera algo parecido. A jui- l'ALO como el niño aprehende simbólicamente
cio de Lacan, si bien el psicoanálisis puede la diferencia sexual.
aprender algo sobre Ja literatura, o utilizar
obras literarias para ilustrar algunos de sus
métodos y conceptos, es dudoso que la crítica AZAR (CHANCE, CHANCE)
literaria pueda aprender algo del psicoanálisis.
Por lo tanto, él rechaza la idea de que una cri- Freud ha sido a menudo acusado de crudo
tica literaria que haga uso de conceptos psi- determinismo, puesto que ningún lapsus o
coanalíticos pueda denominarse "psicoanálisis error, aunque parezca insignificante, es atri-
aplicado", puesto que "el psicoanálisis es sólo buido al azar. Por cierto, él escribió: "Creo en
aplicado, en el sentido propio del término, co- el azar externo (real), es cierto, pero no en
mo tratamiento, y en consecuencia a un sujeto acontecimientos accidentales internos (psíqui-
que habla y escucha" (Ec, 747). cos)" (Freud, 1901, 257).
Lacan expresa la misma creencia en sus
propios términos: el azar, en el sentido de pu-
AUSENCIA (ABSENCE, ABSENCE) ra contingencia, sólo existe en lo real. En el
orden simbólico no hay nada que sea puro
El orden simbólico se caracteriza por la azar.
oposición binaria fundamental entre la ausencia En el seminario de 1964, Lacan emplea la
y la presencia (S4, 67-8). distinción trazada por Aristóteles entre dos ti-
En el orden simbólico, "nada existe sino so- pos de azar para ilustrar esta diferencia entre lo
bre un, fundamento supuesto de ausencia" (S, real y lo simbólico. En el segundo libro de la
392). Esta es una diferencia básica entre lo sim- Física, donde se examina el concepto de causa-
bólico y lo real; "No hay ninguna ausencia en lidad (véase CAUSA), Aristóteles explora el pa-
lo real. Sólo hay ausencia si uno sugiere que pel del azar y !a fortuna en la causalidad. Dis-
podría haber una presencia allí donde no está" tingue dos tipos de azar: el automaton, que se
(S2, 313) (véase PRIVACIÓN). refiere a los acontecimientos azarosos en el
Como lo demostró Roman Jakobson con su mundo en general, la tyché, que designa el azar
análisis de los fonemas, todo fenómeno lingüís- en cuanto afecta a agentes capaces de acción
tico puede caracterizarse totalmente en los tér- moral.
minos de la presencia o ausencia de ciertos Lacan redefine el automaton como "la red
"rasgos distintivos". Para Lacan, el juego del de significantes", situándolo de tal modo en el
fortlda, descrito por Freud en Más allá del orden simbólico. El ténnino viene entonces a
principio del placer (Freud, l 920g), es una designar los fenómenos que parecen azarosos
oposición fonemática primitiva que representa pero que son en verdad la insistencia del signi-
el ingre.~o de! niño en el orden simbólico. Los ficante en la determinación del sujeto. El auto-
sonidos emitidos por el niño, O/ A, son "un par 1na1on no es verdaderamente arbitrario: sólo lo
de sonidos modulados sobre la presencia y la real es verdaderamente arbitrario, puesto que
ausencia" (E, 65), y estos sonidos están relacio- "lo real está más allá del automaron" (SI 1,
nados "con la presencia y la ausencia de perso- 59).
nas y cosas" (E, 109, n. 46). Lo real está alineado con la tyché, que La-
Lacan observa que la palabra es "una pre- can redefine como "el encuentro con lo real".
A..:ar
La tyché designa entonces la incursión de lo real orden simbólico. Es el golpe en la puerta que in-
en el orden simbólico: a diferencia del automa- terrumpe un sueño, y en un nivel más doloroso,
ton, que es la estrucrura del orden simbólico que es un trauma. El acontecimiento traumático es
determina al sujeto, la tyché es puramente arbi- el encuentro con lo real, extrínseco a la signifi-
traria, está más allá de las determinaciones del cación. ·
42
r
43
Bejahung
Saussure (E, 149). En este contexto, la barra es ta afirmación primordial, Lacan emplea !a
Ja línea horizontal que separa el significante del misma palabra alemana utilizada por Freud,
significado en el algoritmo saussureano (véase Bejahung (afirmación) (Ec, 387; véase Freud,
la figura 18), y representa la resistencia inhe- 1925h). Mientras que la negación tiene que ver
rente a la significación, que sólo se atraviesa en con lo que Freud llamaba "el juicio de existen-
la metáfora. Lacan encuentra placer en el hecho cia", la Bejahung denota algo más fundamental,
de que en francés, barre es anagra1na de arbre a saber: el acto primordial de la simbolización
(árbol), puesto que, precisamente, Saussure en sí, la inclusión de algo en el universo sim-
ilustra con un árbol su propio concepto del sig- bólico. Sólo después de que una cosa ha sido
no (E, 154). simbolizada (en el nivel de la Behajung) se le
No mucho después del artículo de 1957 en puede atribuir o no el valor de la existencia (ne-
el que el término apareció por primera vez, en gación). Lacan postula una alternativa básica
el seminario de 1957-8 Lacan continóa usando entre la Behajung y el mecanismo psicótico que
la barra para tachar sus símbolos algebraicos S después denominó FORCLUSIÓN; la primera de-
y A, de una manera que recuerda la práctica de signa la inclusión primordial de algo en lo sim-
Heidegger con la palabra "ser" (véase Heideg- bólico, mientras que la forciusión es un rechazo
ger, 1956). La.baqa ~ar~ce tachando la S para primordial a incluir algo (el Nombre-del-Padre)
producir$, el "sujel.O barraQo". En este caso ta en ese mismo orden simbólico (S3, 82).
bgu:ra -representa la divl"sión del sujeto por el
lenguaje1 la ESCISIÓN. Mientras que antes de
1957 la S designa al sujeto (por ejemplo, en el BIOLOGÍA (BIOLOGIE, BIOLOGY)
esquema L), desde ese año en adelante S desig-
na el significado, y la$ representa al sujeto (c;!i-
La obra de Freud está llena de referencias a
vidido). La barra es usada también para tachar la biología, que él consideraba un modelo de ri-
la A (el gran Otro) y producir la .nota~ión alge-
gor científico sobre el que podía basar la nueva
ciencia del psicoanálisis. Lacan, sin embargo, se
braica del "Otro barrado'', !}... No obstante, La-
can continúa usando ambos .Signos en su álge- opone con energía a cualquier intento de cons-
bra (por ejemplo en el grafo del deseo). El Otro
truir el psicoanálisis sobre un modelo biológico;
barrado es el Otro en cuanto está castrado, es sostiene que la aplicación directa al psicoanáli-
incompleto, marcado por una falta, y en tanto sis de conceptos biológicos (o etológicos/psico-
opuesto al Otro completo, consistente, no cas- lógicos), como el de ADAPTACIÓN, es inevitable-
trado, un A no barrado, que no existe. mente engañosa y oblitera la distinción esencial
entre NAWRALEZA y cultura. Según Lacan, esas
En 1973 la barra tacha el artículo definido
La cuando precede al sustantivo femme (mu- explicaciones bio\ogizantes de la conducta hu-
jer), como en la célebre frase de Lacan J,di mana ignoran la primacía del orden simbólico
femme n'existe pas ("¡/a mujer no existe"). El en la existencia de los hombres. Lacan ve este
artículo definido indica universalidad y, al ta-
"bio!ogismo" en Ja obra de los psicoanalistas
que han confundido el deseo con la necesidad, y
charlo, Lacan ilustra su tesis de que la femini-
dad es resistente a todas las formas de genera-las pulsiones con los instintos, conceptos que él
lización (véase S20, 68). insiste en diferenciar.
Además de estas funciones, la barra puede Esta argumentación es evidente desde los
también interpretarse como el falo simbólico primeros escritos psicoanalíticos de Lacan. Por
(que en sí mismo no está nunca barrado), como ejemplo, en su ensayo de 1938 sobre la familia
el símbolo de la negación en las fórmulas de larechaza cualquier intento de explicar las estruc-
sexuación (véase Dlf'ERENCIA SEXUAL) y como turas familiares sobre la base de datos pura-
el "rasgo unario" (véase JDENTIRCACIÓN). mente biológicos, y sostiene que la psicología
humana es regulada por complejos, y no por
instintos (Lacan, 1938, 23-4).
BEJAHVNG (BEJAHVNG, BEJAHVNG) Por otra parte, sostiene que este rechazo del
reduccionismo biológico no contradice a Freud,
En su "Respuesta al comentario de Jean sino que constituye un retomo a la esencia de
Hyppolite sobre la 'Verneinung' de Freud" su obra. Cuando Freud utilizó modelos biológi-
(Lacan, 1954b), Lacan describe un acto primor- cos, lo hizo simplemente porque la biología era
dial de afinnación que es lógicamente anterior en su época el paradigma del rigor científico en
a cualquier acto de NEGAClóN. Para designar es- genera!, y porque las ciencias conjeturales no
44
Biología
habían logrado entonces el mismo grado de Sin embargo, si bien Lacan rechaza siste-
exactitud. Sin duda Freud no confundía el psi- máticamente todas las formas de rcduccionis-
coanálisis con la biología ni con ninguna otra mo biológico, también refuta la posición cultu-
ciencia exacta, y cuando tomaba conceptos bio- ralista que ignora por completo la pertinencia
lógicos (como por ejemplo el de pulsión) los de la biología {Ec, 723). Si !a "biologiiación"
reelaboraba de un modo tan radical que se vol- se entiende correctamente (es decir, no como la
vían totalmente nuevos. Así, el concepto de reducción de los fenómenos psíquicos a una
instinto de muerte "no es una cuestión de biolo- cruda determinación biológica, sino como dis-
gía" (E, 102). Lacan expresa su idea con una cernir el modo preciso en que los datos biológi-
paradoja: "La biología freudiana no tiene nada cos impactan en el campo psíquico), Lacan está
que ver con la biología" (S2, 75). totalmente a favor del pensamiento biologizan-
Lo mismo que Freud, él emplea conceptos te (&, 723). Lo demuestra con la mayor clari-
tomados de la biología (por ejemplo imago, dad el hecho de que apele a ejemplos tomados
dehiscencia), y los reelabora en un marco total- de la etología animal para demostrar el poder
mente simbólico. Quizás el ejemplo más signi- de las imágenes como mecanismos desencade-
ficatívo en tal sentido sea el concepto lacaniano nantes; de allí las referencias de Lacan a palo-
del FALO, que Lacan concibe como significante, mas y langostas en su explicación del estadio
y no como órgano corporal. De modo que, del espejo {E, 3), y a los crustáceos en su expli-
mientras que Freud piensa et complejo de cas- cación del mimetismo (S 11, 99) (véase GES-
tración y la diferencia sexual en los témúnos de TALT).
la presencia y !a ausencia del pene, Lacan los De modo que, en su explicación de la dife-
teoriza en términos no-biológicos, no-anatómi- rencia sexual, Lacan sigue a Freud en el recha-
cos (la presencia y ausencia del falo). Éste ha zo de la dicotomía falsa entre "anatomía o con-
sido uno de los principales puntos de atractivo vención" (Freud, 1933a, SE XXII, 114). Lo que
de la teoría lacaniana para algunas autoras fe- a Lacan le interesa no e~ privilegiar uno u otro
ministas, que la han visto como un modo de término, sino mostrar de qué modo ambos inte-
construir una explicación no-esencialista de la ractúan de manera compleja en el proceso de la
subjetividad generizada. asunción de una posición sexual.
e
CADENA SIGNIFICANTE, CADENA "los eslabones de un collar que es eslabón en
DEL SIGNIFICANTE (CHAfNE otro collar hecho de eslabones" (E, 153).
SIGNIFIANTE, CHAfNE DU
SIGNIFIANT; SIGNIFYING CHAIN) Por una parte, la idea de linealidad sugiere
que la cadena significante es la corriente de la
Lacan emplea de modo creciente el término palabra, en la cual los significantes se combi-
"cadena" a partir de la década de 1950, siempre nan según las leyes gramaticales (en relaciones
con referencia al orden simbólico. Al principio, que Saussure llama "sintagmáticas", y que La-
en 1956, no habla de la cadena significante si- can, siguiendo a Jakobson, sitúa en el eje meto-
no de la cadena simb6/ica, con lo cual designa nímico del lenguaje). Por otro lado, la idea de
una línea de descendencia en la cual está inscri- circularidad sugiere que la cadena significante
to cada sujeto incluso antes de su nacimiento y es una serie de significantes vinculados por
después de su muerte, y que incluye incons- asociaciones libres, sólo una senda a través de
cientemente en su destino (Ec, 468). En ese la red de significantes que constituye el mundo
mismo año se refiere a Jii "cadena del discurso" simbólico del sujeto (Saussure llama a estas re-
(S3, 261). laciones "asociativas", y Lacan, siguiendo a Ja-
En 1957 Lacan introduce la expresión "cª=-- kobson, las ubica en el eje metafórico del len-
dena significante" para referirse a una serie d~ guaje). En realidad, la cadena significante es
SIGNIRCANTES vinculados entre sí. Una cadena ambas cosas. En su dimensión diacrónica es li-
significante nunca puede estar completa, pues- neal, sintagmática, metonímica; en su dimen-
to que siempre es posible añadir a elia otro sig- sión sincrónica es circular, asociativa, metafó-
nificante, ad infinitum, de un modo que expre- rica. Las dos dimensiones se cruzan: "No hay
sa la naturaleza etem.i"'del deseo; por eSta en efecto ninguna cadena significante [cadena
razón, el deseo es metonímico. La cadena es diacrónica] que no tenga, corno adherida a la
siempre metonímica en la producción de senti- puntuación de cada una de sus unidades, una
do; la significación no está presente en ningún articulación completa de contextos pertinentes
punto de esa cadena, sino que el sentido "insis- [cadena sincrónica] suspendidos, por así decir,
te" en el movimiento de un significante a otro. 'verticalmente', desde ese punto" (E, 154). De
(véase E, 153). este modo Lacan combina en un concepto los
A veces Lacan habla de la cadena signifi- dos tipos de relaciones ("sintagmáticas" y
cante en metáfon1s lineales, y otras veces en "asociativas") que según Saussure existen entre
metáforas circulares. los signos, aunque para Lacan estas relaciones
no se establecen entre signos sino entre signifi-
Linealidad cante5.
tate", reviviendo un verbo inglés obsoleto con Lacan. Aparece primero en el contexto de la
un sentido casi tél.:nico; véase SI, 146 y nota). cuestión de la causa de líl psicosis, que es una
Fue adoptado por Lacan en 1948 para referirse preocupación central en su tesis de doctorado
a los efectos imaginarios de la IMAGEN ESPECU- (Lacan, 1932). Él vuelve a este tema en 1946,
LAR (véase E, 18), y a partir de entonces apare- convirtiendo la causa de ia locura en la esencia
ció regularmente en su obra. El doble sentido misma de toda causalidad psíquica. En el ensa-
de! ténnino francés indica perfectamente la na- yo de 1946 reitera su idea anterior de que se
turaleza ambigua del poder de la imagen espe- necesita una causa específicamente psíquica
cular. Por una parte, tiene el significado de "ac- para explicar la psicosis; no obstante, también
ción 'j efecto de cautivar'', con lo cual expresa cuestiona la posibilidad de definir "lo psíquico"
el poder seductor, de fascinación, de la imagen. en los ténninos de una simple oposición al con-
Por otra parte, también transmite la idea de cepto de materia, y esto lo lleva, en 1955, a
"captura'', que evoca el poder más siniestro de desprenderse de la noción simplista de "psico-
la imagen de apresar al sujeto en una fijación génesis" (S3, 7).
discapacitante. En la década de 1950 Lacan comienza a
abordar el concepto de causalidad en sí, y sos-
tiene que hay que situarlo en el límite entre lo
CÁRTEL (CARTEL, CARTEL) simbólico y lo real; implica "una mediación en-
tre la cadena de símbolos y lo real" (S2, 192).
El cártel es la unidad de trabajo en la que Sostiene que el concepto de causalidad, que
f,.acan basó su ESCUELA de psicoanálisis, \a apuntala todas las ciencias, es en sí mismo un
Ecole Freudienne de Psychanalyse (EFP), y la concepto no científico; "la noción misma de
mayoría de las asociaciones lacanianas conti- causa[ ... ] se establece sobre la base de una
núan organizando el trabajo en cárteles hasta el apuesta original" (S2, 192) .
. día de hoy. En el seminario de 1962-3, Lacan sostiene
El cártel es esencialmente un grupo de estu- que e! verdadero sentido de la causalidad debe
dio fonnado por tres a cinco personas (aunque buscarse en el fenómeno de la angustia, pues la
Lacan considera que cuatro es el número ópti- angustia es la causa de la duda. A continuación
mo) más un supervisor (llamado el "plus-uno", vincula esto al concepto de OBJETO a, que es
en francés plus-un) que modera el trabajo gru- ahora definido como causa del deseo, y no ya
pal. Se crea un cártel cuando un grupo de per- como aquello hacia lo cual el deseo tiende.
sonas deciden trabajar juntas con un aspecto En 1964 Lacan utiliza la tipología aristoté-
particular de la teoría psicoanalítica que les in- lica de las causas para ilustrar la diferencia en-
teresa, y a continuación se registra en la lista de tre lo simbólico y lo real (véase AZAR).
cárteles de la escuela. Aunque la participación Al volver al tema de la causalidad en su se-
en cárteles desempeña un papel importante en minario de 1965-6, traza distinciones entre la
la formación de los analistas lacanianos, estos magia, la religión, la ciencia y el psicoanálisis,
grupos no sólo incluyen miembros de la escue- sobre la base de sus relaciones con la verdad
la. Por cierto, Lacan acogía de buen grado el como causa (véase Lacan, I 965a).
intercambio de ideas entre los analistas 'j los Por otra parte, Lacan juega con la ambigüe-
e~tudiosos de otras disciplinas; veía el cártel dad del ténnino, puesto que La causa, además
como una estructura que serviría para alentar de ser "lo que provoca un efecto", es también
este intercambio. "aquello por lo cual uno lucha, que uno defien-
Al organizar el trabajo investigativo en tor- de". Lacan se ve claramente a sí mismo como
no a una unidad pequeña como el cártel, Lacan luchando por "la causa freudiana" (el nombre
esperaba evitar los efectos de la masificación que dio a !a escuela fundada en 1980), aunque
que consideraba parcialmente responsables de en esa lucha sólo se puede ganar cuando uno
la esterilidad de la Internationa! Psycho-Analyt- comprende que la causa del inconsciente es
ical Association (IPA). siempre "una causa perdida" (S 11, 128).
mente que existe un tipo específico unificado, sujeto de la ciencia (Ec, 858), Lacan está di-
homogéneo, del discurso que puede denomi- ciendo que el psicoanálisis no se basa en la
narse "científico". Este discurso, según Lacan, apelación a una experiencia inefable o a un re-
se inició en el siglo XVII {Ec, 857), con la lámpago intuitivo, sino en un proceso de diálo-
inauguración de la física moderna (Ec, 855). go razonado, incluso cuando la razón enfrenta
Para Freud, la ciencia (en alemán Wissens- su límite en la locura.
chaft, palabra con asociaciones muy distintas) Aunque Ja distinción entre ciencias huma-
era uno de los más altos logros de la civiliza- nas y ciencias naturales quedó perfectamente
ción, y se oponía a las fuerzas reaccionarias de establecida a fines del siglo XIX (gracias a la
la REL!GlóN. La actimd de Lacan respecto de la obra de Dilthey), ella no aparece en los escri-
ciencia es más ambigua. Por un lado, critica a tos de Freud. Lacan, por otra parte, le presta
la ciencia moderna por ignorar la dimensión mucha atención. Pero en lugar de hablar de
simbólica de la existencia humana y de tal mo- "ciencias humanas" (expresión que a Lacan le
do alentar al hombre moderno a "olvidar su disgusta intensamente; véase Ec, 859) y "cien-
subjetividad" (E, 70). También compara la cias naturales", Lacan prefiere referirse a
ciencia moderna con una "paranoia plenamente "ciencias conjeturales" (o ciencias de la subje-
realizada", en el sentido de que sus construc- tividad) y "ciencias exactas". Mientras que las
ciones totalizadoras se asemejan a la arquitec- ciencias exactas tienen que ver con el campo
tura de un delirio {Ec, 874). de los fenómenos en el que no hay nadie que
Por otro lado, estas críticas no apuntan a la use un significante (53, 186), las ciencias con-
ciencia per se, sino a su modelo positivista. La- jeturales .~on fundamentalmente distintas, por-
can considera que el positivismo es en realidad que se refieren a seres que habitan el orden
una desviación respecto de \a "ciencia verdade- simbólico. Sin embargo, en 1965 Lacan pro-
ra", y su propio modelo de la ciencia le debe blernatizó la distinción entre ciencias conjetu-
más al racionalismo de Koyré, Bachelard y rales y exactas.
Canguilhem que al empirismo. En otras pala-
bras, para Lacan, lo que caracteriza un discurso La oposición entre ciencias exactas y conjetura-
como científico es un alto grado de formaliza- les no puede seguir sosteniéndose desde el momento
en que la conjetura es susceptible de un cálculo
ción matemática. Esto es lo que está detrás de exacto {probabilidades) y la exactitud se basa sólo en
sus intentos de formalizar la teoría psicoanalíti- un formalismo que separa los axiomas y leyes de los
ca en los términos de diversas fórmulas mate- símbolos agrupantes.
máticas (véase MATEMÁTICAS, ÁLGEBRA). Estas (Ec, 863)
fónnulas también encierran otra característica
del dbcurso científico (quizá la fundamental a En el siglo pasado, la física proporcionó un
juicio de Lacan), que consiste en que debe ser paradigma de rigor para las ciencias exactas en
transmisible (Lacan, l 973a, 60). comparación con el cual las ciencias conjetura-
Lacan sostiene que la ciencia se caracteri- les parecen vagas, pero la llegada de la lingüís-
za por una relación particular con la VERDAD. tica estructural restableció el equilibrio, al pro-
Por un lado, la ciencia trata (ilegítimamente, a porcionar un paradigma igualmente exacto para
juicio de Lacan) de monopolizar la verdad co- las ciencias conjeturales. Cuando Freud tomó
mo su propiedad exclusiva (Ec, 79); por la términos de otras ciencias, lo hizo siempre de
otra (corno él mismo lo sostuvo más tarde), la las ciencias de la naturaleza (principalmente de
ciencia se basa en realidad en una forclusión la biología. la medicina y la termodinámica),
del concepto de la verdad como causa (Ec, porque ésas eran las únicas ciencias que en su
874). época proporcionaban un modelo de investiga-
La ciencia se caracteriza asimismo por una ción y pensamiento rigurosos. Lacan difiere de
particular relación con el SABER, en cuanto tie- Freud por importar sus conceptos principal-
ne como fundamento la exclusión de cualquier mente de las "ciencias de la subjetividad" (so-
acceso a ese saber por medio de la intuición; bre todo de la LINGüls11cA), y alinear la teoría
por lo tanto, exige que toda búsqueda de saber psicoanalítica con ellas, y no con las ciencias
siga sólo el camino de la razón (Ec, 831). El de la naturaleza. Dice Lacan que este cambio
sujeto rnodcmo es el "sujeto de la Ciencia", en de paradigma está en realidad implícito en !as
el sentido de que esta ruta exclusivamente ra- propias reformulaciones por Freud de los con-
cional al saber es ahora un presupuesto común. ceptos que había tornado de las ciencias natura-
Al sostener que el psicoanálisis opera sólo al les. En otras palabras, siempre que Freud toma-
49
l
Código
ba conceptos de la biología, los reforrnulaba vamente un estatuto científico para esta disci-
tan radicalmente que creaba un paradigma to- plina (Ec, 863).
talmente nuevo y por completo ajeno a sus orí- Pero a partir de ese momento Lacan co-
genes biológicos. Con esto, según Lacan, Freud men:zó a cuestionar cada ve:z más esta concep-
se anticipó a los descubrimientos de lingüistas ción del psicoanállsis como ciencia. Ese mismo
estructurales modemos como Saussure, y los año sostuvo que el psicoanálisis no es una cien-
textos freudianos pueden entenderse mejor a la cia sino "una práctica" con "vocación científi-
luz de estos conceptos lingüísticos. ca" (Ec, 863), aunque también en 1965 habló
¿Es el psicoanálisis una ciencia? Freud fue de "la ciencia psicoanalítica" (Ec, 876). En
absolutamente e,-;plícito al afirmar el estatuto 1977 ya era más categórico:
científico del psicoanálisis: "Si bien se trató
originalmente del nombre de un particular mé- E! psicoanálisis no es una ciencia. No tiene esta-
todo terapéutico -escribió en 1924-, ahora se ruto científico -sólo lo aguarda y lo espera-. El psi-
ha convertido también en el nombre de una coanálisis es un delirio -un delirio del que se espera
que produzca una ciencia ...-. Es un delirio científi-
ciencia: Ja ciencia de los procesos mentales in- co, pero esto no significa que la práctica analítica
conscientes" (Freud, 1925a, SE XX, 70). No siempre produzca una ciencia.
obstante, también insistía en el carácter singu- (Lacan, 1976-7; seminario del 11 de
lar del psicoanálisis, que le reservaba un lugar enero de 1977; Omicar?, 14,4)
apane: "Toda ciencia se basa en observaciones
y e,-;periencias a las que se llega por medio de Sin embargo, incluso cuando formula estos
nuestro aparato psíquico. Pero, puesto que enunciados, Lacan no abandona el proyecto de
nuestra ciencia tiene como su objeto ese mismo formalizar la teoría psicoanalítica en términos
aparato, la analogía termina alh~' (Freud, lingüísticos y matemáticos. La tensión entre el
1940a, SE XXIII. 159). La cuestión del estatu- formalismo científico del MATEMA y la profu-
to del psicoanálisis y su relación con otras dis- sión semántica de !alengua (lalangue) constitu-
ciplinas también ha atraído una considerable ye uno de los rasgos más interesantes de la
atención de Lacan. En sus escritos de pregue- obra tardía de Lacan.
1Ta, el psicoanálisis es visto en términos cientí-
ficos sin ninguna reserva (por ejemplo, Lacan,
1936). No obstante, después de 1950 la actitud CÓDIGO (CODE, CODE)
de Lacan con respecto a esta cuestión se hizo
mucho más compleja. Lacan toma el ténnino "código" de la teoría
En 1953 sostuvo que, en la oposición entre de la comunicación de Roman Jakobson, quien
la ciencia y el ARTE, el psicoanálisis puede ubi- presenta su oposición "código versus mensaje"
carse del lado del arte, con la condición de que como equivalente a la trazada por Saussure en-
la palabra "arte" sea entendida en el sentido tre /angue y paro/e. No obstante, Lacan esta-
que se le atribuía en la Edad Media, cuando se blece una distinción imponante entre los con-
llamaban "anes liberales" a la aritmética, la ceptos de LENGUAJE y código (véase E, 84). Los
geometría, la música y la gramática (Lacan, códigos son el ámbilo de la comunicación ani-
J953b, 224). Sin embargo, en la oposición en- mal, no de la comunicación intersubjetiva.
tre ciencia y religión Lacan sigue a Freud, y Mientras que los elementos de un lenguaje son
afinna que el psicoanálisis tiene más en común SlGNIF!CANTES, los elementos de un código son
con el discurso científico que con el discurso índices (véase fND!CE). La diferencia funda-
religioso: "El psicoanálisis no es una religión. mental consiste en que entre un índice y su re-
Procede a partir del mismo estatuto de la Cien- ferente hay una relación fija biunívoca (de uno
cia" (SIL 265). a uno), que no existe entre un significante y un
Si, como sostiene Lacan, la ciencia sólo se referente, o entre un significante y un significa-
constituye como tal aislando y definiendo su do. Debido a la relación biunívoca de índices y
particular objeto de indagación (véase Lacan, referentes, \os códigos carecen de lo que Lacan
1946, donde dice que el psicoanálisis ha esta- considera el rasgo fundamental de los lengua-
blecido realmente la psicología sobre un basa- jes humanos: el potencial para la ambigüedad y
mento científico al proporcionarle un objeto el equívoco (véase Lacan, 1963b).
adecuado de indagación, la JMAGO [Ec, 188]), Lacan no siempre fue consecuente con esta
entonces, cuando él aisló en 1965 el OBJETO a oposición de código y lenguaje. Por ejemplo,
como objeto del psicoanálisis, reclamó efecti- en el seminario de 1958-9, al presentar la célu-
so
r
Complejo
Ja elemental del grafo del deseo, designa un sino también como su extensión, pues el cogi-
punto como el código, y ese punto es también to no sólo encierra en sí la ecuación falsa "su-
el lugar del Otro y de la batería de significan- jeto = yo = conciencia" a la que Lacan se opo-
tes. En este caso, está claro que el término "có- ne, sino que también centra la atención en el
digo" es usado con el mismo sentido que el tér- concepto de SUJETO, que Lacan quiere conser-
mino "lenguaje", a saber: para designar el var. De modo que el cogito contiene dentro de
conjunto de significantes de los que dispone el sí las semillas de su propia subversión, al plan-
sujeto. tear un concepto de la subjetividad que socava
el concepto moderno del yo. Este concepto de
la subjetividad se refiere a lo que Lacan deno-
COGIT6 (COGJTO, COGITO) mina "el sujeto de la ciencia": un sujeto al que
se le niega todo acceso intuitivo al conoci-
Las obras de Lacan abundan en referencias miento y se le deja solamente la razón como
a las célebres frases de Descartes: Cogito ergo senda al saber (Ec, 83 l; véase Ec, 858).
sum ("Pienso, por lo tanto existo"; véase Des- Al oponer el sujeto al yo Lacan propone
cartes, 1637, 54). Esta frase (a la que Lacan se que el sujeto del cogito cartesiano es en reali-
suele referir sencillamente como "el cogito") dad uno y el mismo sujeto del inconsciente. De
viene a representar, en la obra de Lacan, la filo- modo que el psicoanálisis puede operar con un
sofía completa de Descartes. La actitud de La- método cartesiano, avanzando desde la duda·
can respecto del cartesianismo es extremada- hasta la certidumbre, con la diferencia crucial
mente compleja, y aquí sólo podemos resumir de que no parte del enunciado ''pienso", sino de
algunos de los puntos más importantes. la afirmación "eso piensa" (fapense) (Sl 1, 35-
l. En un nivel, el cogito representa el con- 6). Lacan reescribe la frase de Descartes de di-
cepto occidental moderno del YO, basado como versos modos, como por ejemplo: "Pienso don-
lo está en los conceptos de la autosuficiencia y de no soy, por !o tanto soy donde no pienso"
autotransparencia de la CONCJENClA, y de la au- (E, 166). También emplea el cogito para distin-
tonomía del yo (véase E, 6). Aunque Lacan no guir entre el sujeto del enunciado y el sujeto de
cree que el concepto occidental moderno del yo La El'<lJNC!AC!ÓN (véanse Sil, 138-42, y $17,
haya sido inventado por Descartes ni por nin- 1844).
gún otro individuo, sostiene que vio la luz en la
época en que Descartes escribía (entre media-
dos del siglo XVI y principios del XVII), y que COMPLEJO (COMPLEXE,COMPLEX)
Descartes lo expresó con una particular clari-
dad (véase S2, 6- 7). De modo que, aunque este El término "complejo"' ocupa un lugar im-
concepto del yo le parece tan natural y eterno portante en la obra de Lacan anterior a 1950,
al hombre occidental de la actualidad, es en en la cual aparece en un vínculo estrecho con la
realidad un constructo cultural relativamente L"IAGO. Mientras que la !mago designa un este-
reciente; su apariencia eterna-natural es de he- reotipo imaginario relacionado con una perso-
cho una ilusión producida por retroacción (S2, na, el complejo es una constelación completa
4-5). de imagos interactuantes; es la interna\ización
Lacan dice que la experiencia del trata- de las primeras estructuras sociales del sujeto
miento psicoanalítico "nos lleva a oponemos a (por ejemplo, las relaciones entre los diversos
cualquier filosofía que derive directamente del actores de su ambiente familiar). Un complejo
cogito" (E, l; véase S2, 4). El descubrimiento envuelve múltiples identificaciones con todas
del inconsciente por Freud subvierte el concep- las imagos interactuantes, y de tal modo pro-
to cartesiano de la subjetividad, porque refuta porciona un guión en concordancia con el cual
la ecuación "sujeto =yo = conciencia". Una de el sujeto es llevado a "interpretar, como único
las principales criticas lacanianas a la psicolo- actor, el drama de los conflictos" entre los
gía del yo y a la teoría de las relaciones objeta- miembros de su fanúlia (Ec, 90).
les es que estas escuelas traicionaron el descu- En su obra de preguerra Lacan dice que la
brimiento freudiano, volviendo al concepto conducta humana no puede explicarse en fun-
prefreudiano del sujeto como un vo AUTÓNOMO ción de datos biológicos porque la psicología
(52, 11). de los hombres se basa en los complejos, que
2. En otro nivel, las ideas de Lacan no sólo son productos totalmente culturales, y no en
pueden verse como una subversión del cogito, Il'STINTOS naturales. No obstante, si bien traza
51
r
Complejo de castración
este contraste explícito entre complejos e ins- sido cortado (Freud, 1908c). De modo que e!
tintos, también reconoce que Jos complejos se Corilplejo de castración es e! momento en el
pueden comparar con los instintos en cuanto que una teoría infantil (todos tienen pene) es
representan la inadecuación instintiva (insuffi- reemplazada por otra (las mujeres han sido cas-
sance vita/e, insuficiencia vita!) del infante hu- tradas). Las consecuencias de esta nueva teoría
mano, y sostiene que los complejos son apunta- infantil son diferentes en varones y niñas. El
lados por funciones biológicas tales como el varón teme que su propio pene sea cortado por
destete {Lacan, 1938, 32-33). el padre (angustia de castración), mientras que
En 1938, Lacan identifica tres "complejos la niña se ve como ya castrada (por la madre), e
familiares", cada uno de los cuales es la huella intenta negarlo o compensarlo procurándose un
de una "crisis psíquica" que acompaña a una hijo como sustituto del pene (envidia del pene).
"crisis vital". El primero de estos complejos es El complejo de castración afecta a ambos
el complejo del destete (complexe du sevrage). sexos porque su aparición está estrechamente
Tomando la idea de un "trauma del destete", vinculada a la fase fálica, un momento del de-
primero desarrollada por René Laforgue en la sarrollo psicosexual en el que la criatura, sea
década de 1920, dice Lacan que, por más tarde varón o niña, sólo conoce un órgano genital, el
que el destete se produzca, siempre es percibi- masculino. Esta fase es también denominada de
do por el infante como realizado demasiado organización genital infantil, porque representa
pronto. el primer momento en que !as pulsiones parcia-
les se unifican bajo la primacía de los órganos
Sea traumático o no, el destete deja en la psique genitales. De tal modo anticipa la organización
humana una huella pennanente de la relación bioló- genital propiamente dicha que surge en la pu-
gica que interrumpe. Esta crisis vital es en efecto
acompañada por una crisis psíquica, sin duda la pn- bertad, cuando el sujeto tiene conciencia de los
mera cuya solución tiene una estructura dialéctica. órganos sexuales masculinos y femeninos (véa-
(Lacan, 1938, 27) se Freud, 1923e).
Freud sostenía que el complejo de castra-
Después del complejo del destete viene el ción está estrechamente vinculado al COMPLEJO
complejo de la intrusión (complexe de /'intru- DE EDIPO, pero que su papel en este último
sion), que representa la experiencia del niño complejo es diferente en el varón y la niña. En
cuando comprende que tiene hermanos. Tiene el caso del varón, el complejo de castración es
entonces que enfrentar el hecho de que ya no es el punto de salida del complejo de Eciipo, su
el objeto exclusivo de la atención de sus pa- crisis tenninal; debido al miedo del varón a la
dres. El tercero y final complejo familiar es el castración (a menudo provocado por una ame-
CO)..!PLEIO DE EDrPO. naza) el niño renuncia a desear a la madre, y de
Después de su aparición en el artículo de tal modo entra en el período de la latencia. En
1938, Jos términos "complejo del destete" y el caso de la niña, el complejo de castración es
"complejo de la intrusión" desaparecieron casi e! punto de entrada en el complejo de Edipo;
por completo de la obra de Lacan (hay una bre- representa el resentimiento de la niña con la
ve referencia a ellos en 1950, pero poco más; madre, a la que culpa por haberla privado del
Ec, 141). Sin embargo, el complejo de Eciipo pene, Jo que la lleva a reorientar sus deseos li-
siguió siendo un punto de referencia funda- bidinales, desde la madre hacia el padre. Debi-
mental y constante, con el complemento de un do a esta diferencia, en e! caso de la niña e!
interés creciente, desde 1956 en adelante, por complejo de Edipo no tiene ninguna crisis ter-
el COMPLEJO DE CASTRACIÓN. minal definitiva comparable con la del varón
(Frcud, I 924d).
Freud llegó a ver el complejo de castración
COMPLEJO DE CASTRACIÓN como un fenómeno universal, arraigado en un
(COMPLEXE DE CASTRA TION, "rechazo a la feminidad" básico (Ablehnung der
CASTRATION COMPLEX) Weiblichkeit). Se lo encuentra en todo sujeto, y
representa el último límite al que puede llegar el
Freud describió el complejo de castración tratanliento psicoanalítico (Freud, l 937c),
en 1908, sosteniendo que el niño, al descubrir Lacan, que habla más a menudo de "castra-
la diferencia anatómica entre los sexos (la pre- ción" que de "complejo de castración", no e¡¡a-
sencia o ausencia del pene) supone que esta di- mina mucho este complejo en sus primeros tra-
ferencia se debe a que el pene de la mujer ha bajos. Le dedica unos pocos párrafos en su
52
T
Complejo de castración
artículo sobre la familia, donde sigue a Freud al De esta descripción del complejo de Edipo
afirmar que la castración es primero y princi- surge con claridad que Lacan utiliza el término
palmente un fantasma de mutilación del pene. "castración" para referirse a dos operaciones
Lacan vincula este fantasma a toda una serie de diferentes:
fantasías de desmembramiento corporal que se
originan en la imagen del cuerpo fragmentado; Castración de la madre
esta imagen es contemporánea del estadio del
espejo (de los seis a los dieciocho meses), y só- En el primer tiempo del complejo de Edipo
lo mucho más tarde es1os fantasmas de des- "la madre es considerada por ambos sexos co-
membramiento se refunden en torno al fantas- mo poseedora del falo, como la madre fálica"
ma específico de la castración (Lacan, 1938, (E, 282). Al promulgar el tabú del íncesto, en
44). el segundo tiempo, el padre imaginario es visto
El complejo de castración sólo llegó a de- como privándola de este falo. Lacan dice que,
sempeñar un papel prominente en la enseñanza estrictamente hablando, esto no es castración
de Lacan a mediados de la década de 1950, so- sino privación. Sin embargo, él mismo utiliza a
bre todo en el seminario de 1956-7, en el cual menudo estos términos de modo intercambia-
se identifica la castración como una de las tres ble, hablando de la privación de la madre y
formas de "falta de objeto", siendo las otras la también de su castración.
frustración y la privación (véase FALTA). A di-
ferencia de la frustración (que es la falta imagi- Castración del sujeto
naria de un objeto rea!) y la privación (que es
la falta real de un objeto simbólico), la castra- Ésta es la castración propiamente dicha, en
ción es definida por Lacan como la falta sim- el sentido de ser un acto simbólico que incide
bólica de un objeto imaginario; la castración no sobre un objeto imaginario. Mientras que la
se refiere al pene como órgano rea! sino al FA- castración/privación de la madre que se produ-
LO imaginario (S4, 219). De modo que Lacan ce en el segundo tiempo del complejo de Edipo
saca y eleva la explicación del complejo de niega el verbo "tener" (la madre no tiene el fa-
castración de la dimensión de la simple biolo- lo), la castración del sujeto en el tercer tiempo
gía o anatomía: "Es insoluble por cualquier re- niega el verbo "ser'' (el sujeto debe renunciar a
ducción a datos biológicos" (E, 282). su intento de ser el falo para la madre). Al re-
Siguiendo a Freud, Lacan dice que el com- nunciar a tratar de ser el objeto del deseo de la
plejo de castración es el pivote en tomo al cual madre, el sujeto renuncia a un cierto goce que
gira todo el complejo de Edipo (S4, 216). No nunca se recupera, a pesar de todos los intentos
obstante, mientras que Freud sostiene que estos de hacerlo: "La castración significa que debe
dos complejos están articulados de distinto mo- ser rechazado el goce para que pueda ser alcan-
do en varones y niñas, para Lacan el complejo zado en la escala invertida (I' échel/e renversée)
de castración denota el momento final del com- de la ley del deseo" (E, 324). Esto se aplica por
plejo de Edipo en ambos sexos. Él divide el igual a varones y niñas: esta "relación con el
complejo de Edipo en tres "tiempos" (Lacan, falo[ ... ] se establece con independencia de la
1957-8, seminario del 22 de enero de 1958). En diferencia anatómica de los sexos" (E, 282).
el primer tiempo, el niño percibe que \a madre En un nivel más cercano a la base, el térmi-
desea algo que está más allá de la criatura mis- no "castración" puede también referirse no a
ma -a saber, el falo imaginario--, y trata enton- una "operación" (el resultado de una interven-
ces de ser el falo para la madre (véase tASE ción por el padre imaginario o real) sino a un
PREEDIPICA). En el segundo tiempo interviene el estado de falta que ya existía en la madre antes
padre imaginario para privar a la madre de su del nacimiento del sujeto. Esta falta es evidente
objeto, promulgando el tabú del incesto; en en el deseo de ella, que e! sujeto percibe como
sentido estricto, esto no es castración sino pri- deseo del falo imaginario. Es decir que el suje-
vación. La castración sólo se realiza en el ter- to comprende en una etapa muy temprana que
cero y último tiempo, que representa la "diso- !a madre no es completa y autosuficiente en sí
lución" de! complejo de Edipo. Es entonces misma, ni está totalmente satisfecha con su ni-
cuando interviene el padre real, demostrando fio (el sujeto mismo), sino que desea alguna
que realmente tiene el falo, de modo que el ni- otra cosa. Ésta es la primera percepción que
ño se ve obligado a abandonar sus intentos de tiene el sujeto de que el Otro no es completo si-
ser el falo (S4, 208-9, 227). no que tiene una falta.
53
Complejo de Edipo
Ambas formas de castración, la de la madre menta con relación a sus progenitores; el sujeto
y la del sujeto, enfrentan a este último con una desea a un progenitor y entra en rivalidad con
elección: aceptar la castración o negarla. Lacan el otro. En la forma "positiva" de este comple-
dice que sólo aceptando (o "asumiendo") la jo, el progenitor deseado es el del sexo opuesto
castración puede el sujeto alcanzar un cierto al del sujeto, y el del mismo sexo es el rival. El
grado de normalidad psíquica. En otras pala- complejo de Edipo aparece en el tercer allo de
bras, la asunción de la castración tiene un vida, y declina en el quinto, cuando el niño re-
"efecto nonnalizador". Este efecto nonnaliza- nuncia al deseo sexual dirigido a sus prog"enito-
dor debe entenderse en términos de psicopato- res y se identifica con el rival. Freud decía que
logía (estructuras y síntomas clínicos) y de todas las estmcturas psicopatológicas pueden
identidad sexual. rastrearse hasta una disfunción del complejo de
Edipo, al que en consecuencia caracterizó co-
La castración y las estructuras clínicas mo "complejo nuclear de las neurosis". Aun-
que Ja expresión no apareció en Jos escritos de
En la raíz de todas las estructuras psicopa- Freud hasta 1910, se pueden encontrar huellas
tológicas está el rechazo de la castración. No de su origen en obras muy anteriores, y en ese
obstante, puesto que es imposible aceptar Ja aíio de 1910 ya había signos de la importancia
castración totalmente, nunca se alcanza una po- central que iba a adquirir en toda la teoría psi-
sición completamente "normal". Lo más cerca- coanalítica de allí en adelante.
no a esa posición de normalidad es la estructu- Lacan aborda por prim~z el complejo
ra neurótica, pero incluso en ella el sujeto aún de Edipo en su artículo d 193 sobre la fami-
se defiende de la falta en el Otro, reprimiendo lia, donde sostiene que es e !timo y más im-
su conciencia de la castración. Esto impide que portante de los tres "complejos familiares"
el neurótico asuma plenamente su deseo, ya (véase coMPLruO). En ese momento, su descrip-
que "es la asunción de la castración lo que crea ción del co..'!!Q!_ajo_ el_~ Ed_ipo_ n9 _djf!ei:.e__g!"._ta de
la falta sobre la cual se instituye e! deseo" (Ec, Freud;_ la "tínica originalidad consiste en que
852). Una defensa contra la castración más ra- stibraya la relatividad histórica y cultural de es-
dical que la represión es la renegación, que es- te complejo, basándose en ¡ndicaciones toma-
tá en las raíces de la estructura perversa. El ~i das de los estudios antropológicos de Mali-
cótico toma el camino más extremo; repudia nowski y otros (LacaJJ..J938, 66).
por completo la castración, como si nunca hu- En la década de· 195.0 Lacan comienza a de-
biera existido (SI, 53). Este repudio de lacas- sarrollar su propia concepción del complejo de
tración simbólica lleva al retomo de la castra- Edipo .. Aunque Siempre sigue a Freud en cuan-
ción en lo real, por ejemplo en la forma de to a considerarlo como el complejo central en r
alucinaciones de desmembramiento (como en el inconsciente, comienza a disentir en algunos ~'',.
el caso del Hombre de los lobos; véase S 1, 58- puntos importantes. El más destacado es que, a _.f¿
9), o incluso de automutilación de los órganos juicio de Lacan, tl._sujeto si_en:ip~e ge~ea a_la Qr/
genitales reales. madre, y el padre es siempre el rival, con inde- -...
pendencia de que la criatura sea va!ón o ni~a.
La castración y la identidad sexual En consecuencia, en la descripción lacaniana el
sujeto masculino y el sujeto fernenin.o expe-
Sólo asumiendo !a castración (en los dos rimentan el complejo de Edipo de maneras ra-
sentidos) puede el sujeto adoptar una posición dicalmente a.simétricas (véase DIFERENCIA SE-
sexual de hombre o de mujer (véase DIFEREN- XUAL).
CIA SEXUAL). Las diferentes modalidades de re- Para Lacan, el complejo de Edipo es la es-
chazo de la castración encuentran expresión en tructura criangular paradigmática, que contrasta
las diversas formas de perversión. con todas las relaciones duales (pero véase el
párrafo final de esta entrada). La función clave
del complejo de Edipo es entOiiCes la del PA~
COMPLEJO DE EDIPO (COMPLEXE DRE, el tercer término que transforma la rela-
D'íEDIPE, OEDIPUS COMPLEX) ción dual entre la madre y el niño en una es-
tructura triádica.
El complejo de Edipo fue definido por De modo que el complejo de Edipo no es
Freud como un conjunto inconsciente de de- nada menos que el pasaje desde el orden imagi-
seos· amorosos y hostiles que el sujeto experi- nario al orden simbólico, "la conquista de la re-
54
Complejo de Edipo
!ación simbólica como tal" (S3, 199). El hecho puede simplemente engañar el deseo de lama-
de que el pasaje a lo simbólico se realice a tra- dre con la semejanza imaginaria de un falo:
vé~ Ji;: una dialéctica sexual compleja significa tiene que presentar algo en lo rea!. Pero el ór-
que e! sujeto no puede tener acceso al orden gano real de la criatura (sea varón o niña) es
simbólico sin enfrentar el problema de la dife- desesperadamente inadecuado. Esta sensación
rencia sexual. de inadecuación en potencia ante un deseo ma-
En El Seminario, Libro V, Lacan analiza terno omnipotente que es imposible aplacar da
este pasaje de lo imaginario a IO simbólico, origen a la angustia. Só!o la intervención del
identificando tres "tiempos" del complejo de padre en los tiempos siguientes del complejo
Edipo, en una secuencia de prioridades lógicas de Edipo puede proporcionar una solución real
más bien que cronológicas (Lacan, 1957-8, se- a esta angustia.
minario del 22 de enero de 1958). El segundo "tiempo" del complejo de Edi-
En el primer tiempo, el complejo de &lipo po se caracteriza por la intervención del padre
se caracteriza por el triángulo imaginario de la imaginario. El padre impone la ley al deseo de
madre, el niño y el falo. En el seminario ante- la madre, al negarle acceso al objeto fálico y
rior de 1956-7, Lacan llama a este triángulo prohibirle al sujeto el acceso a la madre. Lacan
"triángulo preedípico" (véase FASE PREEDÍPICA). se refiere a menudo a esta intervención como a
No obstante, sea que este triángulo se conside- "la castración" de la madre, aunque señala que,
re preedípico o como un momento del comple- estrictamente hablando, la operación no es de
jo de Edipo en sí, el punto principal sigue sien- castración sino de privación. Esta intervenció"n
do el mismo, a saber: nunca hay una relación es media"da~pu-r· e1.-diSCi.irSo de la madre; en
puramente dual entre la madre y la criatura, ni otras palabras, lo importante no es que el padre
siquiera antes de la intervención del padre, sino real ingrese e imponga la ley, sino que esta ley
que siempre existe un tercer témúno, el falo, sea respetada por la madre misma en sus pala-
un objeto imaginario que la madre desea más bra~ y sus acciones. El sujeto ve ahora al padre
allá del niño mismo (S4, 240-1). Lacan sugiere como rival que dispµta con él el deseo de la
que la presencia del falo imaginario como ter- madre.
cer término en el triángulo imaginario ind[ca El tercer "tiempo" del complejo de Edipo
que el padre simbólico ya está funcionando en está marcado por la intervención del padre real.
este tiempo (Lacan, 1957-8, seminario del 22 Al demostrar que él tiene el falo, y no lo inter-
de enero de 1958). cambia ni lo da (S3, 319), el padre real castra
De modo que e.n el primer tiempo del com- al niño, en el sentido de hacerle imposible que
plejo de Edipo el niño comprende que tanto él persista en tratar de ser el falo para la madre; es
como la madre están marcados por una falta. inútil que compita con el padre real, porque és-
La madre está marcada por la falta, puesto que te siempre gana (S4, 20B-9, 227). El sujeto es
se ve que es incompleta; si no fuera así, no de- liberado de la tarea imposible y provocadora de
searía. El sujeto también está marcado por una angustia de tener que ser el falo, cuando com-
falta, puesto que no satisface completamente el prende que el padre Lo tiene. :i;:~to le penuite al
deseo de la madre. El elemento faltante en am- sujeto identificarse con el padre. En esta identi-
bos casos es el FALo imaginario. La madre de- ficación secundaria (simbólica), el sujeto tras-
sea el falo que le falta, y (de confonnidad con ciende la agresividad intrínseca en la identifica-
Ja teoría hegeliana del DESEO) el sujeto trata de ción primaria (imaginaria). Lacan sigue a
convertirse en el objeto del deseo de ell!J.t trata Freud en cuanto sostiene que el superyó se for-
de ser el falo para la madre y obturar la falta ma a partir de esta identificación edípica con el
materna. En este punto, la madre es omnipo- padre (S4, 415).
tente y su deseo es la ley. Aunque esta omni- Puesto que lo simbólico es el reino de la
potencia puede verse como amenazante desde LEY, y como el complejo de Edipo es la con-
el principio, la sensación de amenaza se inten- quista del orden simbólico, tiene una función
sifica cuando las propias pulsiones sexuales normativa y nonna\izadora: "El complejo de
del niño comienzan a manifestarse (por ejem- Edipo es esencial para que el ser humano pue-
plo, en la masturbación infantil). Esta emer- da acceder a una estructura humanizada de lo
gencia de lo real de la pulsión introduce una real" (S3, 198). Esta función normativa debe
nota discordante de angustia en el triángulo entenderse con referencia a las estructuras
imaginario antes seductor (S4, 225-6). El niño clínicas y también a la cuestión de Ja sexuali-
enfrenta ahora la comprensión de que él no dad.
55
T
Comunicación
técnica. Por un lado, muchos sostenían que las que Lacan concuerda con los analista~ que sos-
manifestaciones contratransferenciales eran el tienen que el análisis didáctico debe procurarle
resultado de elementos no completamente ana- al profesional la capacidad para trascender to-
lizados en el analista, y que por lo tanto esas das sus reacciones afectivas al paciente, Sin
manifestaciones debían reducirse a un mínimo embargo, Lacan rechaza absolutamente este
mediante un análisis didáctico más COP1pleto. punto de vista, y lo descarta como un "ideal es-
Por otro lado, algunos analistas de la escuela toico" (S8, 219). El análisis didáctico no lleva
kleiniana, Paula Heimann en primer término, al analista más allá de la pasión, y creer esto
sostenían que el analista debe guiarse al inter- supone pensar que todas las pasiones provienen
pretar por sus propias reacciones contratransfe- del inconsciente, una idea que Lacan rechaza.
renciales, tomando sus propios sentimientos En todo caso, cuanto mejor analizado esté el
como indicadores del estado anímico del pa- analista, más probable es que se enamore fran-
ciente (Heimann, 1950). Mientras que el pri- camente o sienta una franca aversión por el o la
mer grupo consideraba la contratransferencia analizante (S8, 220). Entonces, si e! analista no
como un obstáculo para el análisis, el último la actúa sobre la base de estos sentimientos, ello
veía como una herramienta útil. no se debe a que el análisis didáctico haya dre-
En la década de 1950 Lacan presenta la nado sus pasiones, sino a que le ha otorgado un
contratransferencia como una RESISTENCIA, co- deseo que es incluso más fuerte que esas pasio-
mo un obstáculo que obstruye el progreso de la nes, un deseo que Lacan llama DESEO DEL ANA-
cura psicoanalítica. Lo mismo que todas las re- LISTA (S8, 220-1).
sistencias a la cura, la contratransferencia es en Por lo tanto, Lacan no rechaza enteramente
última instancia una resistencia del analista. Él la posición de Paula Heimann. Acepta que los
define entonces la contratransferencia como "la analistas tienen sentimientos respecto de sus
suma de los prejuicios, pasiones, perplejidades pacientes, y que a veces el analista puede di-
e incluso de la información insuficiente del rigir mejor !a cura si reflexiona sobre esas reac-
analista en un cierto momento del proceso dia- ciones. Por ejemplo, si Freud hubiera meditado
léctico" de la cura (Ec, 225). un poco más sobre sus sentimientos respecto de
Lacan se remite a dos de los historiales de la joven homosexual, podría haber evitado in-
Freud para ilustrar lo que quiere decir. En 195 I terpretar el sueño de esa paciente como un
toma el caso Dora (Freud, 1905e), y dice que la mensaje dirigido directamente a él (S4, 108).
contratransferencia de Freud tenía las raíces en
su creencia de que la heterosexualidad es natu- Nadie ha dicho nunca que el analista no debe
ral y no normativa, y en la identificación de él experimentar sentimientos respecto de su paciente.
Pero no sólo tiene que saber no ceder a ellos, mante·
con Herr K. Agrega Lacan que estos dos facto- nerlos en su Jugar, sino también cómo usarlos ade-
res fueron los que determinaron que Freud ma- cuadamente en su técnica.
nejara mal la cura y provocara la "transferencia (SI, 32)
negativa" que llevó a Dora a la interrupción del
tratamiento (Lacan, 195la). De modo que, si la contratransferencia es
En 1957 Lacan realiza un análisis similar condenada por Lacan, ello se debe a que él no
de la cura por Freud de la joven homosexual la define en función de los afectos experimen-
(Freud, 1920a). Entiende que, al interpretar el tados por el analista, sino como el fracaso de!
sueño de la mujer como expresivo de un deseo analista en el uso adecuado de tales afectos.
de engañarlo, Freud se estaba centrando en la En la década de 1960 Lacan se vuelve muy
dimensión imaginaria de la transferencia, y no crítico del término "contratransferencia". Dice
en la dimensión simbólica (S4, 135). Es decir que supone una relación simétrica entre el ana-
que Freud interpretó el sueño como algo dirigi- lista y el analizante, pero la transferencia no es
do a él personalmente, y no como algo dirigido de ningún modo una relación simétrica. Cuan-
al Otro. Lacan considera que Freud lo hizo por- do se habla de la posición del analista, el em-
que la niujer le resultaba atractiva y porque se pleo de la palabra "contratransferencia" resulta
identificaba con el padre de esta paciente (S4, al mismo tiempo engañoso e innecesario; basta
106-9). Una vez más, la contratransferencia de con referirse a los diferentes modos en que
Frcud llevó la cura a un final prematuro, aun- analista y analizante están implicados en Ja
que en este caso fue Freud quien decidió po- transferencia (SS, 233). "La transferencia es un
nerle término. fenómeno en el cual el sujeto y el psicoanalis1a
Podría parecer que de estos ejemplos surge están incluidos por igual. Dividirlo en ténninos
58
T
Cuaternario
"mito individual" (otra referencia a Lévi- que se manifiesta en las "imágenes de cas-
Strau~s) del neurótico, Lacan señala que "den- tración, emasculación, mutilación, desmem-
tro del neurótico hay una situación de cuarteto" bramiento, dislocación, evisceración, devora-
(Lacan, l 953b, 231 ), y añade que es!e cuarteto miento, estallido del cuerpo", que acosan !a
puede demos1rar las particularidades de cada imaginación humana (E, 11). Estas imágenes
caso de neurosis con más rigor que Ja tradicio- aparecen típicamente en los sueños y asocia-
nal tematización triangular del complejo de ciones del analizante en una fase particular de
Eclipo (Lacan, 1953b, 232). Llega a la conclu- la cura, a saber: el momento en que surge su
sión de que "todo el esquema Edipo tiene que agresividad en la transferencia negativa. Este
ser reexaminado" (Lacan, l953b, 235). Así, momento es un importante signo temprano de
además de los tres elementos del complejo de que la cura progresa en la dirección correcta,
Edipo (la madre, el hijo, el padre), Lacan habla es decir, hacia la desintegración de la unidad
a menudo de un cuarto elemento; a veces dice rígida del yo (Lacan, 1951b, 13).
que este cuarto elemento es la MUERTE (Lacan En un sentido más general, e! cuerpo frag-
1953b, 237; S4, 431), y otras veces que es el mentado no designa sólo las imágenes del cuer-
FALO (S3, 319). po físico, sino también cualquier sens_?ción de
En 1955 Lacan compara la cura psicoanalí- fragmentación y de falta de unidad: "El [el su-
tica con e! bridge, "un juego para cuatro juga- jeto] es originalmente una colección incipiente
dores" (E, 139; véase E, 229-30). El mismo de deseos -allí tienen el verdadero sentido de
año describe u11 cuaternario constituido por una la expresión cuerpo fragmentado" (S3, 39).
estructura triádica más un cuarto elemento (la Cualquiera de estas sensaciones de falta de uni-
LETRA) que circula entre los otros tres (Lacan, dad amenaza la ilusión de síntesis que constitu-
1955a). ye e! yo.
Otras estructuras cuaternarias importantes Lacan emplea también la idea del cuerpo
que aparecen en la obra de Lacan son el ESQUE- fragmentado para explicar cienos síntomas tí-
MA L (que tiene cuatro nodos), las cuatro pul- picos de la histeria. Cuando una parálisis histé-
siones parciales y sus cuatro objetos parciales rica afecta a una extremidad, no respeta la es-
cocrcspondientes, y los cuatro discursos (cada tructura fisiológica del sistema nervioso sino
uno de los cuales tiene cuatro símbolos asigna- que refleja el modo en que está dividido el
dos a cuatro lugares). Lacan enumera asimismo cuerpo en una "anatomía imaginaria". De esa
"cuatro conceptos fundamentales del psicoaná- manera, el cuerpo fragmentado se revela "en el
lisis" (Lacan, 1964a), y habla del SfNTHOME co- nivel orgánico, en las líneas de fragilización
mo un cuarto anillo que impide que se separen que definen la anatomía fantasmática, tal como
los otros tres del Nuoo BORROMEO (los tres ór- se presenta en los síntomas esquizoides y es-
denes de lo real, lo simbólico y lo imaginario). pasmódicos de la histeria" (E, 5).
ANÁIJSIS). El principio, o "punto de entrada en cura ya no se realiza cara a cara, sino con el
la situación analítica", es un contrato o "pacto" ana!izante tendido en el diván y el analista
entre analista y analizante, que incluye el sentado detrás de él, fuera de su campo de vi-
acuerdo de este último en cumplir con la regla sión (el diván no se emplea en la cura de pa-
fundamental. A continuación de la consulta ini- cientes psicóticos). A medida que el analizante
cial, se realizan una serie de entrevistas preli- asocia libremente, elabora los significantes
minares cara a cara, que tienen varios propósi- que lo han determinado en su historia y es im-
tos. Primero, permiten constituir un síntoma pulsado por el proceso mismo del habla a arti-
propiamente psicoanalítico, en lugar de la vaga cular algo de su deseo. Éste es un proceso di-
conexión de motivos de consulta que suele lle- námico que involucra un conflicto entre una
var el paciente. Segundo, dan tiempo para de- fuerza que impulsa el tratamiento (véase
sarrollar la transferencia. Tercero, penniten que TRANSFERENCIA, DESEO DEL ANALISTA) y otra
el analista determine si se trata realmente o no fuerza opuesta que bloquea el proceso (véase
de una demanda de análisis, y también que ge- RESISTENCrA). La tarea del analista consiste en
nere una hipótesis sobre la estructura clínica dirigir el proceso (no en dirigir al paciente), y
del analizante. en volver a ponerlo en movimiento cuando se
Después de las entrevistas preliminares, la atasca.
61
r
Desde sus primeros trabajos, Freud ubicó el La psiquiatría define habitualmente los de-
concepto "defensa" en el núcleo de su teoría de lirios como creencias falsas, firmes e incorregi-
las neurosis. Se llama defensa la reacción del bles, incongruentes con información de que se
yo a ciertos estímulos interiores que percibe co- dispone y con las creencias del grupo social del
mo peligrosos. Aunque má" tarde Freud postu- sujeto (véase American Psychiatric Associa-
ló la existencia de diferentes "mecanismos de tion, 1987, 395; Hughes, 1981, 206). Los dell-
defensa" además de la REPRESIÓN (véase Freud, Iios son el rasgo clínico central de la PARANOIA,
1926d), dejó en claro que la represión es singu- y pueden ir desde ideas simples hasta redes
lar, en el sentido de que es constitutiva del in- complejas de creencias (denominadas sistemas
consciente. Anna Freud intentó clasificar algu- delirantes).
oos de estos mecanismos en su libro The Ego En términos lacanianos, al paranoico le fal-
and the Mechanisms of Defence ( 1936). ta el NOMBRE-DEL-PADRE, y el delirio es el in-
Lacan es muy crítico del modo en que An- tento de llenar el agujero que ha dejado en el
na Freud y la psicología de! yo interpretan el universo simbólico la ausencia de este signifi-
concepto de defensa. Sostiene que lo confun- cante primordial. De modo que no constituye la
den con el concepto de RES!STRNCtA (Ec, 335). "enfermedad" en sí, sino, por el contrario, el in-
Por esta razón pide cautela, y prefiere no cen- tento del paranoico por curarse, por sustraerse
trar en tomo a la defensa su idea de la cura al derrumbe del universo simbólico mediante
psicoanalítica. Cuando discute la defensa, la una formación sustitutiva. Como lo comentó
opone a la resistencia: mientras que las resis- Freud en su obra sobre Schreber: "Lo que to-
tencias son respuestas imaginarias transitorias mamos como producción patológica, la forma-
a intrusiones de lo simbólico, y están del lado ción delirante, es en realídad el intento de recu-
del objeto, las defensas son estructuras simbó- peración, la reconstrucción" (Freud, 191 lc, SE
licas más permanentes de la subjetividad (a las XII, 71).
que Lacan denomina habitualmente FANTASMA, Lacan subraya la importancia del delirio, y
y no defensa). Esta distinción trazada entre la de que se preste mucha atención a ~u relato
resistencia y la defensa difiere mucho de la por el propio paciente psicótico. El delirio es
que utilizan otras escuelas psicoanalíticas (en una forma de discurso, y en consecuencia hay
los casos en que de algún modo la plantean); que entenderlo como "un campo de significa-
esas escuelas tienden a considerar las defensas ción que ha organizado un cierto significante"
como fenómenos transitorios, y las resistencias (S3, 121). Por esta razón, todos los fenómenos
como más estables. delirantes "se clarifican con referencia a las
Para Lacan, la oposición entre deseo y de- funciones y la estructura de la palabra" (S3,
fensa es dialéctica. En 1960 sostuvo que, lo 310).
mismo que el neurótico, el perverso "se defien- La construcción delirante paranoide puede
de en su deseo", puesto que "el deseo es una tomar muchas formas. Una forma común, el
defensa (déjense), una prohibición (déjense) "delirio de persecución", gira en torno al Otro
que veda ir más allá de cierto límite en el goce" del Otro, un sujeto oculto que maneja los hilos
(E, 322). En 1964 añade: "Desear involucra del gran Otro (el orden simbólico) y controla
una fase defensiva que lo hace idéntico a no nuestros pensamientos, conspira contra noso-
querer desear" (SI 1, 235). tros, nos vigila, etcétera.
63
T
Demanda
significa que depende de sus progenitores má~ las defensas del yo (E, 5). Incluso hasta 1950
que otros animales, y por un tiempo má~ pro- toma en serio conceptos genético~ tales como
longado. el de "fijación objeta[" y "estancamiento del
Lacan sigue a Freud al destacar la impor- desarrollo" (Ec, 148). No obstante, a principios
tancia de la dependencia inicial del cachorro de Ja década de 1950 comienza a adoptar una
humano respecto de la madre. La originalidad posición ex;tremadamente crítica respecto del
de Lacan reside en el modo en que llama la geneticismo, por diversas razones. Primero, el
atención sobre "el hecho de que esta dependen- geneticismo presupone un orden natural del de-
cia es mantenida por un mundo de lenguaje" sarrollo sexual y no toma en cuenta la articu-
(E, 309). La madre interpreta los gritos del be- lación simbólica de la sexualidad humana,
bé como hambre, cansancio, soledad, etcétera, ignorando de ta! modo las diferencias funda-
y determina retroactivamentc su sentido (véase mentales entre las pulsiones y los instintos. Se-
PUNTUACIÓN). El desamparo del niño contrasta gundo, se basa en un concepto lineal del TIEM-
con la omnipotencia de la madre, que puede de- PO, concretamente contradictorio con la teoría
<:idir si satisfará o no las necesidades de la cria- psicoanalítica al respecto. Finalmente, da por
tura (S4, 69, 185). El reconocimiento de este sentado que la síntesis final de la sexualidad es
contraste genera un efecto depresivo en el niño tanto posible como normal, mientras que para
(54, 186). Lacan esa síntesis no existe. Por lo tanto, mien-
Lacan utiliza también el concepto de de- tras que la psicología del yo y la TEORÍA DE LAS
samparo para ilustrar la sensación de abandono RELACIONES OBJETAL!lS proponen el concepto
y destitución subjetiva que siente el analizante de un estadio final del desarrollo psicosexual
en el FIN DE ANÁLISIS. "En el fin de un análisis en el cual el sujeto llega a una relación "madu-
didáctico el sujeto debe conocer y llegar al do- ra" con el objeto, descrita como relación geni-
minio y al nivel de la experiencia del desorden tal, Lacan rechaza totalmente estas ideas. El di-
absoluto" (57, 304). El fin de análisis no es en- ce que ese es1ado de completud y madurez
tonces concebido por Lacan como la realiza- finales no es posible, porque el sujeto está irre-
ción de alguna plenitud beatífica, sino todo Jo mediablemente escindido, y la metonimia del
contrario, como un momento en el que el sujeto deseo es indetenible. Además, Lacan señala
se concilia con su soledad total. Sin embargo, que "el objeto que corresponde a una etapa
mientras que el infante puede confiar en el au- avanzada de la madurez instintual es un objeto
xilio de la madre, el analizante en el fin de aná- redescubierto" (S4, 15); la denominada etapa
lisis "no puede esperar la ayuda de nadie" (S7, final de madurez no es más que el encuentro
304). Si esta concepción de la cura psicoanalíti- con el objeto de las primeras satisfacciones del
ca parece particularmente ascética, esto es lo niño.
que Lacan desea que parezca; como él mismo Lacan cuestiona la lectura genetícista de
dice, el psicoanálisis es "una prolongada asce- Freud, describiéndola como una "mitología de
sis subjetiva" (E, 105). la maduración instintiva" (E, 54). Sostiene que
las diversas "etapas" o "fases" analizadas por
Freud (oral, anal y genital) no son fenómenos
DESARROLLO (DÉVELOPPEMENT, biológicos observables que se desarrollen natu-
DEVEWPMENn ralmente, como las etapas del desarrollo senso-
rial y motor, sino "estructuras obviamente más
La PSICOLOGÍA DEL YO presenta al psicoaná- complejas" (E, 242). Las etapas pregenitales no
lisis como una forma de psicología evolutiva, o son momentos ordenados cronológicamente del
psicología del desarrollo, subrayando la evolu- desarrollo del niño sino estructuras esencial-
ción en el tiempo de la sexualidad del niño. Se- mente intemporales, que se proyectan retroacti-
gún esta interpretación, Freud muestra de qué vamente sobre el pasiido; "son ordenadas en la
modo progresa e\ niño a través de las fases pre- retroacción del complejo de &tipo" (E, 197).
genita\es (oral y anal) hasta la madurez de la Lacan descarta entonces todos los intentos de
etapa GENITAL. obtener pruebas empíricas de la secuencia de
En sus primeros trabajos, Lacan parece las fases psicosex.u!lles mediante "la denomina-
aceptar esta lectura evolutiva de Freud (que él da observación diJCcta del niño" (E, 242); y po-
denomina "geneticismo"), por lo menos en la ne énfasis en la reconstrucción de tales etapas
cuestión del orden genético de los tres "com- en el análisis de adulto: "Es comenzando con la
plejos familiares" (Lacan, l 938) y en cuanto a experiencia del adulto como debemos abordar,
65
1
Desconocimiento
retroactivamente, nachtriiglich las experiencias continuo de devenir, pero este proceso es ame-
supuestamente originales" (SI, 217). En 1961, nazado, y no favorecido, si se le impone un mo-
Lacan concibe las fases pregenitales corno for- d<::lo fijo "providencial"' del desarrollo genético.
mas de DE/\-IANDA. Lacan sostiene que "en psicoanálisis, la historia
La compleja relación entre la emergencia es una dimensión diferente de la dimensión del
cronológica de los fenómenos y la secuencia desarrollo, y es una aberración tratar de reducir
lógica de las estructuras es también ilustrada la primera a la última. La historia sólo procede
con referencia a la cuestión de la adquisición fuera de ritmo con el desarrollo" (Ec, 875).
del lenguaje. Por un lado, los psicolingüistas ¿Qué hay que hacer entonces con las dos
han descubierto un orden natural de desarrollo, grandes "fases" que dominan Ja enseñanza de
en el cual el infante progresa a lo largo de una Lacan, el estadio del espejo y el complejo de
secuencia de etapas predeterminadas biológica- Edipo? El estadio del espejo está claramente re-
mente {balbuceo, seguido de la adquisición de lacionado con un acontecimiento que se puede
fonemas, después de palabras aisladas, y a con- ubicar en un momento específico de la vida del
tinuación de oraciones de complejidad crecien- niiio (entre los seis y dieciocho meses), pero es-
te). Pero a Lacan no le interesa esta secuencia te acontecimiento sólo le interesa a Lacan por-
cronológica, puesto que ella sólo trata de "la que ilustra la estructura esencialmente intempo-
emergencia, propiamente hablando, de un fenó- ral de la relación dual; es esta estructura lo que
meno" (S l, 179). Lo que le interesa a Lacan no constituye el núcleo del estadio del espejo. (Re-
es el fenómeno (la apariencia externa) del len- sulta interesante observar que la palabra france-
guaje, sino el modo en que el lenguaje posicio- sa stade puede entenderse tanto en ténninos
na al sujeto en una estructura simbólica. Con temporales como espaciales, es decir, como una
respecto a esto úhimo, Lacan señala que "el ni- "etapa" o un "estadio", en el sentido de "recin-
ño ya tiene una apreciación inicial del simbolis- to deportivo".) De modo análogo, mientras que
mo del lenguaje" mucho antes de poder hablar, Freud ubica el complejo de Edipo en una edad
"mucho antes de la aparición exteriorizada del específica "(entre el tercero y el quinto año de
lenguaje" (SI, 179; véase SI, 54). Pero la cues- vida), Lacan concibe este complejo como una
tión de cómo se produce esta "apreciación ini- estructura triangular intemporal de la subjetivi-
cial" de lo simbólico es casi imposible de teori- dad. Se sigue de esto que para Lacan tiene poco
zar, puesto que no se trata de la adquisición interés preguntarse cudndo exactamente se
gradual de un significante tras otro sino de la constituye el yo, o cuándo entra el niño en el
entrada, en ténninos "todo o nada", en un "uni- complejo de Edipo -cuestiones que han suscita-
verso" de significantes. Un significante es .un do tantas controversias entre las otras escuelas
significante sólo en virtud de su relación con psicoanalíticas-. Lacan admite que "el yo se
otros significantes; por lo tanto es imposible constituye en un momento específico de la his-
adquirirlo de modo aislado. La transición a lo toria del sujeto" (SI, 115) y que en cierto mo-
simbólico es siempre una creación ex nihilo, mento se forma el complejo de Edipo, pero no
una discontinuidad radical entre un orden y le interesa indagar exactamente cuándo se pro-
otro, y nunca una cuestión de evolución gra- ducen esos hechos. Para el psicoanálisis no tie-
dual. Esta última expresión le resulta a Lacan ne importancia saber cuándo entra el niño en el
particularmente desagradable, y advierte a sus orden simbólico. Lo único que importa es que
discípulos que "se cuiden de ese registro del antes de que lo haga es incapaz de hablar, y por
pensamiento conocido como evolucionismo" lo tanto inaccesible para el psicoanálisis, y que
(S7, 213); él prefiere describir el cambio psí- después de haberlo hecho todo lo anterior a ese
quico con metáforas de creación ex nihilo. momento es transformado retroactivamente por
La oposición de Lacan a los conceptos de el sistema simbólico.
desarrollo y evolución no se basa en la negación
del cambio psíquico en sí. Por el contrario, La-
can insiste en la historicidad de la psique, y con-
sidera la restauración de la fluidez y el movi-
rulento psicológicos como meta de la cura
psicoanalítica. Su oposición al concepto de de-
sarrollo sólo refleja la desconfianza que le pro- La palabra francesa méconnaissance corres-
vocan todos los modelos normativos del cambio ponde aproximadamente a los ténninos ingle-
psíquico; el sujeto está envuelto en un proceso ses "misunderstanding" (incomprensión) y
66
T
Deseo
seo humano, antropogénico [ ... ]es como en última fundamenta! es el de desear incestuosamente a
instancia una func<ón del deseo de ''reconocimiento". la madre, el Orro primordial (57, 67).
(Kojeve, 1947, 6) 4. El deseo es siempre "el deseo de alguna
otra cosa" (E, 167), puesto que es imposible de-
A continuación Koji::ve sostlene (siempre sear lo que uno ya tiene. El objeto de deseo es
siguiendo a Hegel) que, para lograr el reconoci- continuamente pospuesto, por lo cual el deseo
miento deseado, el sujeto tiene que arriesgar su es una METONIMIA (E, 175).
propia vida en una lucha de puro prestigio (véa- 5. El deseo surge originalmente en el cam-
se AMO). El hecho de que el deseo es esencial- po del Otro, es decir, en el inconsciente.
mente deseo de ser el objeto del deseo de otro El punto más importante que se desprende
queda claramente ilustrado en el primer "tiem- de la frase de Lacan es que el deseo es un pro-
po" del complejo de Edipo, en el que el sujeto ducto social. No es el asunto privado que pare-
desea ser el falo para la madre. ce ser sino que siempre se constituye en una re-
2. El sujeto desea qua Otro (E, 312): es de- lación dialéctica con los deseos percibidos de
cir que el sujeto desea desde el punto de vista otros sujetos. La primera persona que ocupa el
de otro. El efecto de esto es que "el objeto del lugar del Otro es la madre, y al principio el ni-
deseo humano[ ... ] es esencialmente un objeto ño está a merced del deseo de ella. Sólo cuando
deseado por algún otro" (Lacan, 1951b, 12). Lo el Padre articula el deseo con la ley, mediante
que hace deseable un objeto no es ninguna cua- la castración de la madre, queda el sujeto libe-
lidad intónseca de la cosa en sí sino simple- rado de su sujeción a los caprichos del deseo de
mente el hecho de que es deseado por otro. El ella (véase COMPLEJO DE CASTRACIÓN).
deseo del Otro es entonces lo que hace a los
objetos equivalentes e intercambiables; esto
"tiende a reducir la importancia especial de DESEO DEL ANALISTA (DÉ.'SJR DE
cualquier objeto particular, pero al mismo tiem- L 'ANALYSTE, DES/RE OF THE
po saca a luz la existencia de objetos innumera- ANALYST)
bles" (Lacan, 195lb, 12).
Esta idea también proviene de la lectura de La frase "deseo del analista" es una expre-
Hegel por Kojf:ve; dice Kojf:ve que "el deseo sión ambigua que en la obra de Lacan parece
dirigido hacia un objeto natural sólo es humano oscilar entre dos significados:
en la medida en que es 'mediado' por el Deseo
de otro dirigido hacia el mismo objeto: es hu- Un deseo atribuido al analista
mano desear lo que los otros desean, porque
ellos lo desean" (Kojf:ve, 1947, 6). La razón de Así como el analizante le atribuye un saber
este hecho vuelve al punto anterior en cuanto a al analista, también le atribuye deseo. Por lo
que e! deseo humano es deseo de reconoci- tanto, el analista no es sólo un SUJETO SUPUESTO
miento; al desear lo que desea otro, puedo ha- SABER sino también un "sujeto que se supone
cer que el otro reconozca mi derecho a poseer que desea". Por lo tanto, la expresión "deseo
ese objeto, y de tal modo lograr que el otro re- del analista" no se refiere a! deseo real de la
conozca mi superioridad sobre él (Kojf:ve, psique del analista sino al deseo que el anali-
1947,40). zante le atribuye.
Este rasgo universal del deseo es especial- En el curso de la cura, la tarea del analista
mente evidente en la histeria; histérico es al- consiste en hacer imposible que el analizante
guien que sostiene el deseo de otra persona, esté seguro de saber qué es lo que el analista
que convierte el deseo de otro en el suyo pro- quiere de él; el analista debe asegurarse de
pio (por ejemplo, Dora desea a Frau K. porque que su deseo "siga siendo una x" para el anali-
se identifica con Herr K., y de tal modo se 7,ante (SI J, 274). De este modo, el deseo que
apropia del deseo percibido de él; S4, 134; véa- se le supone al analista se convierte en la fuer-
se Freud, 1905e). Por lo tanto, lo que importa za impulsora del proceso analítico, puesto que
en el análisis de una histérica no es descubrir el mantiene al analizante trabajando, tratando de
objeto de su deseo sino descubrir el lugar desde descubrir qué es lo que el analista quiere de él;
el cual ella desea (el sujeto con el que ella se "el deseo del analista es en última instancia lo
identifica). que opera en psicoanálisis" (Ec, 854). Al pre-
3. El deseo es deseo del Otro (juego con la sentar al analizante un deseo enigmático, el
ambigüedad de la preposición "de"). El deseo analista ocupa la posición del Otro, al que el
'
Deslizamiento/Deslizarse
sujeto le pregunta Che vuoi? ("¿Qué quieres cadas, y Lacan simboliza este hecho trazando
de mí?"), con el resultado de que en la transfe- una harra entre ellos en e! algoritmo saussurea-
rencia emerge el fantasma fundamental del su- no {véase la figura 17, pág. 178). El significado
jeto. se desliza, y estos deslizamientos bajo la barra
del algoritmo saussureano generan un movi-
Un deseo propio del analista miento continuo {E, 154), un movimiento que
es sólo temporariamente detenido por los PUN-
El otro sentido de la frase "deseo del ana- TOS DE ALMOHAD!l.LADO. Cuando no hay sufi-
lista" se refiere al deseo que debe animar al cientes puntos de almohadillado, como en la
analista en el modo de dirigir la cura. Es más ps1cos1s, el deslizamiento de la significación es
fácil de definir en términos negativos que en interminable, y los sentidos estables se disuel-
términos positivos. No se trata por cierto de un ven totalmente.
deseo de lo imposible (S7, 300). Tampoco es
un deseo de "hacer bien" o "curar"; por el con-
trario, es "un no-deseo de curar" (S7, 218). No DIALÉCTICA (DIALECTIQUE,
es el deseo de que el analizante se identifique DIALECTIC)
con el analista; "el deseo del analista[ ... ] tien-
de hacia una dirección que es la opuesta exacta El término "'dialéctica" se originó en Ja An-
a la identificación" {Sil, 274). El analista no tigüedad griega; para los griegos designaba (en-
desea esa identificación, sino que en la cura tre otras cosas) un procedimiento discursivo en
emerja la verdad propia y singular del anali- el cual se interroga al oponente en un debate de
zante, una verdad que es absolutamente distin- un modo tal que se sacan a luz las contradiccio-
ta de la del analista; el deseo del analista es en- nes de su discurso. Ésta es la táctica que Platón
tonces "un deseo de obtener una diferencia atribuye a Sócrates, quien en la mayoría de los
absoluta" {S 11, 276). Con este sentido de "un diálogos comienza por reducir a su interlocutor
deseo propio del analista" Lacan quiere situar a un estado de confusión y desamparo. Lacan
la cuestión del deseo del analista en el corazón lo compara con la primera etapa de la cura psi-
de la ética del psicoanálisis. coanalítica, en la que el analista fuerza al anali-
¿Cómo llega el analista a ser guiado por el zante a enfrentar las contradicciones y lagunas
deseo propio de su función? Según Lacan, esto de su relato. No obstante, así como Sócrates
sólo se logra por medio de un análisis didácti- procedía a continuación a extraer la verdad de
co. El requerimiento esencial, la condición sine los enunciados confusos de su interlocutor,
qua non para convertirse en analista, es pasar también e! analista procede a extraer la verdad
uno mismo por una cura analítica. En el curso de las asociaciones libres del analizante (véase
de este tratamiento habrá una mutación de la SS, 140). Lacan dice que "el psicoanálisis es
economía del deseo en el aspirante; su deseo una experiencia dialéctica" (Ec, 216), puesto
será reestructurado, reorganizado (SS, 221-2). que el analista tiene que comprometer al anali-
Sólo si esto sucede podrá funcionar propiamen- zante en una "operación dialéctica" (SI, 27S).
te como analista. Sólo por medio de "un proceso dialéctico ince-
sante" puede el analista subvertir las discapaci-
tantes ilusiones de permanencia y estabilidad
DF.SLIZAMIENTOffiESLIZARSE del yo, de la misma manera que los diálogos
(GUSSEMENTJGUSSER, SUP) socráticos (Lacan, 195lb, 12).
Aunque la dialéctica se originó entre los fi-
Lacan emplea el verbo "deslizarse" (y el lósofos griegos, su predominio en la filosofía
sustantivo correspondiente, "deslizamiento") moderna se debe a la revitalización del concep-
para describir Ja relación inestable que existe to en el siglo XVIII por los idealistas poskan-
entre el significante y el significado. Estos tér- tianos Fichte y Hegel, quienes concibieron la
minos subrayan entonces el diferente modo de dialética como una tríada de tesis, antítesis y
concebir la SIGN!F!CACióN en Saussure y Lacan; síntesis. Para Hegel, la dialéctica es tanto un
para Saussure la significación era un vínculo método de exposición como la estructura mis-
estable entre el significante y el significado, pe- ma del progreso histórico. En la Fenomenolo-
ro para Lacan es una relación inestable, fluida. gfa del espírilu (1S07), Hegel describe el pro-
Resulta imposible establecer un lazo estable, de greso de la conciencia hacia el saber absoluto
uno a uno, entre los significantes y los signifi- por medio de una serie de confrontaciones en-
70
T Diferencia sexual
-- --
3x <!>X 3X <!>X
Vx <!>X Vx <!>X
s
S($-)~
--.a
µ{
<1>~
mujer son 3x<flx (=no hay ninguna x ~no mino "discurso" de un modo ligeramente dis-
esté sometida a la función fálica) y 'ixtllx tinto, aunque sigue subrayando la INTERSUBJETI-
(=para no toda x la función fálica es válida). VIDAD. En adelante el.lbJniru;i.~~fie.r.eJI '.'un
Esta última fórmula ilustra la relación de la l¡¡,z.o_ ..s~i.iü .b.as.ad.o_eu_ el_k:ng.ua$" (S20, 21).
MUJER con la lógica del no-todo. Lo más sor- L~ºª-_n_id~ntific¡i__ ~\l.lllW_JipQS_J.lQ_SiQ.lJ:.~. s\e_ @~o
prendente es que cada par de proposiciones que sQ..cllL cuatro articulaciones posibles de la red
están a uno y otro lado de! diagrama parecen simbólica que regula las relaciones intersubjeti-
contradecirse entre sí: "cada lado es definido vas. Estos "cuatro discursos" son el discurso
por una afirmación y también una negación de de tamo, e1-dTScUfSO de· ·¡i llii.ivei.Sidíl'J,-eí~dis~
la función fálica, una inclusión y una exclusión curso de la histérica y el_ discurso d~.l ª-nalista.
del goce absoluto (no-fálico)" (Copiek, 1994, Lacan representa cada uno de estos cuatro dis-
27). Sin embargo, entre los dos lados no hay cursos por un algoritmo; cada algoritmo contie-
ninguna simetría (ninguna relación sexual); ne los cuatro siguientes símbolos algebraicos:
uno y otro lado representan los modos radical-
mente distintos en que la RELACIÓN SEXUAL Si== el significante amo
puede fallar {S20, 53-54). S2== el saber (le savoir)
$ == el sujeto
a = plus de goce
DISCURSO (DISCOURS, DISCOURSE)
Lo que distingue entre sí los cuatro discur-
Siempre que Lacan emplea el término "dis- sos es la posición de estos símbolos. En los al-
curso" (y no, por ejemplo, "palabra") lo hace goritmos de los cuatro discursos hay cuatro po-
para subrayar la naturaleza transindividual del siciones, cada una de las cuales es designada
lenguaje, el hecho de que la palabra siempre con un nombre diferente. Los nombres de las
implica a otro sujeto, un interlocutor. De modo cuatro posiciones pueden leerse en la figura 3;
que Ja célebre fónnula lacaniana "el incons- Lacan denomina de distinta manera estas posi-
ciente es el discurso del otro" (que aparece por ciones en diferentes puntos de su obra, y nues-
primera vez en 1953, y más tarde se convierte tra figura está tomada del seminario de 1972-3
en "el inconsciente es el discurso del Otro") de- (S20, 21).
signa el inconsciente como el efecto sobre el Cada discurso se define escribiendo !os
sujeto de la palabra que le es dirigida desde cuatro signos algebraicos en posiciones dife-
otra parte, por otro sujeto que ha sido olvidado, rentes. Conservan el mismo orden, de modo
por otra localidad psíquica (la otra escena). que cada discurso es simplemente el resultado
En 1969 Lacan comienza a emplear el tér- de hacer girar a los símbolos un cuarto de vuel-
Discurso
el agente e! otro
1
la verdad < - -- " producción
~-•'"<'·~
Figura 3. La estructura de los cuatro discursos
Fuente: Jacques Lacan. La Sémmaire. Li~re XX, Encora,
est. por Jacques-Alain Millar, Paris, Seull, 1975.
ta. La posición de arriba a la izquierda ("el bajo es un excedente (a) del que el amo trata de
agente") es la dominante, y define el discurso. apropiarse.
Además de los cuatro símbolos, cada algoritmo ELdi;;curso .de _la _.universidad___s_e__ prodm:e
incluye una flecha que va del agente al otro. haciendo girar un cuarto .de vuelta .eLdis.curso
Estos cuatro discursos aparecen en la figura 4 d!-:l amo (en sentido contra.ci.o..aLde las agujas
(tomada de S 17, 31). .del.reloj). La posición dominante.l!S..ucupada
En 1971, Lacan propone que la posición del IJ.2r el saber. ~..S:tQ_ilµ_~\ra el _her;_hQ__<\e__ql!~ de_trás
agente es también la posición del SEMBLANTE. de taj_qlJ_Lo§__j_n_~n.to_s_9-e _ir;n.Q~r \l_n saber apa-
En 1972 inscribe dos flechas en las fórmulas, r~!!temente "neutral" al _otro siempre puede lo-
en lugar de una; una flecha (que denomina "im- calizarse un intento de dominio (dominio del
posibilidad") va del agente al otro, la otra fle- sii.ber, y dominio del otro al que se imparte este
cha (bautizada "impotencia") va de la produc- saber). El discurso de la universidad representa
ción a la verdad (S20, 21). la hegemonía del saber, particularmente visible
El .discurso del AMo..eul. Jilsi:;ur,$º-..b..á~ifQ en la modernidad en la forma de hegemonía de
del qu~ <;ietiv¡¡.n_los otros tres. l,_ll_p_osic.i1!!11!9- la ciencia.
minante es ocµpada Por el sig1,1jf¡c_ll!1lt1.."ª!):).Q El discurso de la_h_is.térica $t< Ql;i_tiene tam-
(Si), que representa al sujeto ($) para o_tr_o .sig- bién..haciMJl.Q g_ira:r un_cuarto de vuo:;lt~ el dis-
nificante o, más precisamente, para_ t9_clo.~ los curso del amo, pero en el mismo.sentido. de las
otros significantes (S2); no obstante, en esta a_g_~i~s_ del _r.~lQj. No es simplemente "lo que di-
operación significante hay siempre un exce- ce una histérica", sino un cierto tipo de laz_o SQ-
dente, el OBJETO a. La idea es que todos los in- clfil s__n_ e!_c_uaJ_pued_e ip.sclj.birse cualquier suje-
tentos de totalización están condenados al fra- JQ.,__~Qslc:ión dominante es. ocupada por el
caso. El discurso del amo "oculta la división sajel.u.diridido~elsíntruna. Este discw:so es el
del sujeto" (S17, 118). También ilustra clara- qq!;_ señala el camino hacia el saber (Sl7, 23).
mente la estructura de la dialéctica del amo y el La cura psicoanalítica involucra "la introduc-
esclavo. El amo (S¡) es el agente que pone a ción estructural del discurso de la histérica me-
trabajar al esclavo (S 2); el resultado de este tra- diante condiciones artificiales"; en otras pala-
"'s'
~~ s2 S2 --'1 a
j s, j
a s,
74
Discurso
bras, el analista "histeriza" el discurso del pa- el analista, en el curso de la cura, tiene que con-
ciente (Sl7, 35). vertirse en la causa del deseo del analizante
El discurso del analista se obtiene haciendo (SIS, 41). El hecho de que este discurso es el
girar un cuarto de vuelta el discurso de la histé- inverso del dbcurso del amo subraya que, para
rica (del mismo modo que Frcud desarrolló el Lacan, el psicoanálisis es una práctica esencial-
psicoanálisis dando un giro interpretativo al mente subversiva que socava todos los intentos
discurso de sus pacientes histéricas). La g¡,¡~i de dominación del otro y de dominio del saber.
.ción del agente, el analista en la cura, es ocupa- (Más información sobre los cuatro discursos
da por el objeto_a; esto ilustra el hecho de que puede encontrarse en Bracher y otros, 1994.)
75
T
''
T
''
Enunciación
prefiere traducir al francés el enunciado freu- ci~~· Lacan afinna que la fuente de la palabra
diano como "Lb. oil c'e1ait, peut-on dire, lil oil rlo es el yo, ni la conciencia, sino el inconscien-
s'etait ... c'est mon devoirque je vienne aitre" te; el lenguaje pro\liene del Otro,.y la idea d_e
("Allí donde ello era, puede decirse, allí donde que "YO" soy amo de mi discurso es sólo una
se era [ ... ] es mi deber que yo venga a ser") (E, ilusión .. La misma palabra "yo" <Je) es ambi-
129, traducción modificada; Ec, 417-18; véase gua; como SHTFTER, es un significante que actúa
también E, 299-300; Sl 1, 44). Según este modo como sujeto del enunciado, y también un índice
de ver, el fin de análisis es entonces una espe- que designa, pero no significa, al sujeto de la
cie de "reconocimiento existencial" de los de- enunciación (E, 298). De modo que el sujeto
terminantes simbólicos del propio ser, un reco- está escindido entre estos dos niveles, dividido
nocimiento del hecho de que 'íú eres esto" en el acto mismo de articular el "yo" que pre-
('íú eres esta cadena simbólica, y no más") senta la ilusión de unidad (véase SI!, 139).
(Sl, 3).
procedimiento muy distinto, que Lacan deno- ÁLGEBRA lacaniana, y los vectores muestran !a
minó PASE. El pase fue instituido por Lacan en relación estructural entre esos símbolos. Los es-
1967, como medio para verificar el fin de análi- quemas pueden verse como la primera incur-
sis, y constituye el rasgo más original de la sión de Lacan en el campo de la TOPOLOGIA.
EFP. Otro rasgo original de la EFP fue la pro- E! primer esquema que aparece en la obra
moción de la investigación en pequeños grupos de Lacan es también el que él más usó. Este es-
de estudio denominados CARTELES. quema es designado "L" porque se asemeja a la
En los afios finale5 de la EFP prevaleció lambda mayúscula del alfabeto griego (véase la
una intensa controversia sobre el pase y otras figura 5, tomada de Ec, 53). Lacan introdujo
cuesliones (véase Roudinesco, 1986). En 1980 este esquema en 1955 (S2, 243), y él ocupó un
Lacan disolvió la EFP, y en 1981 creó una nue- lugar central en su obra por unos pocos años.
va institución en su lugar, la École de la Cause Dos años después, Lacan reemplazó esta
Freudiennc (ECF). Algunos de los miembros versión del esquema por una "forma simplifica-
originales de la EFP siguieron a Lacan a ta da" nueva (figura 6, tomada de Ec, 548; véase
ECF, mientras que otros se sumaron a diversos E, 193).
grupos. Algunos de estos grupos existen aún, lo Aunque el esquema L tiene muchas lecturas
mismo que la ECF. posibles, su finalidad principal es mostrar que
la relación simbólica (entre el Otro y el sujeto)
está siempre bloqueada en cierta medida por el
ESQUEMA L (SCHÉMA L, SCHEMA L) eje imaginario (entre el yo y la IMAGEN ESPECU-
LAR). Como tiene que atravesar Ja imaginaria
Los diversos "esquemas" que comenzaron a "pared del lenguaje", el discurso del Otro llega
aparecer en la obra de Lacan en la década de al sujeto en una forma interrumpida e invertida
1950 son intentos de formalizar por medio de (véase COMUNICACIÓN). El esquema ilustra en-
diagramas ci.erto~ Aspectos de la teoría psicoa- tonces la oposición entre lo imaginario y lo
nalítica. Todos ellos constan de algunos puntos simbólico, tan fundamental en la concepción
conectados por vectores. Cada punto del esque- lacaniana del psicoanálisis. Esto tiene impor-
ma es designado por alguno de los símbolos del tancia práctica en Ja cura, puesto que el analista
"'--
(yo) a O O @otro
Figura 5. EsqLJema l
Fuente: Ja~ques Lacan, Écrits, Paris, Seuil. 1966.
T'
Estadio del espejo
s _________ ~
,.,__ _ _ _ _ _ _ _ _ A
debe habitualmente intervenir en el registro rio básico del esquema L, en el que se basan.
simbólico, y no en el imaginario. De modo que No obstante, a diferencia de éste, que le sirve a
el esquema también muestra la posición del Lacan como punto de referencia constante en el
analista en Ja cura: período de 1954-7, los otros esquemas apare-
cen una sola vez en sus textos. Los últimos (los
Si uno quiere posicionar al analista en este es- esquemas de Sade) son de 1962, cuando los es-
quema de la palabra del sujeto, puede decir que está quemas en general ya habían dejado de desem-
en a!gún lugar en A. Por lo menos debe estarlo. Si
peñar un papel importante en el discurso de La-
entra en el acopiamiento de la resistencia, que es pre-
cisamente lo que se le enseña que no haga, entonces can, aunque puede decirse que ellos tendieron
habla desde a' y se verá a sí mismo en el sujeto. las bases para su trabajo topológico más riguro-
(S3, 161-2) so de la década de 1970.
infante humano de su pariente animal más cer- experimentado .. so111_0 t;pJiR~O FRA.GM,ENTl\Qo;
cano, el chimpancé. El niño de seis meses difie- este ·contraste es primero sentido por.~! infante
re_ del chimpancé-de-la misma:.edi(fjmrque"-cl como una rivalidad con su propia imagen, por-
primero que<;J¡i fascinado con sl!:rx..f'!-.sio en el es- que la completud de la imagen_ámt:"ri;iza al suje-
pejo, y lo asume jubilosamcfiléC6ñio.Su._pr9_pia to con la fragmentaciól}; el ~~~9-ig Q.d._<;;s_P,ejo
imagen, mientras que el chimpancé comprend~ suscita de tal modo una tensión l!g~°'si.va entre
rápidamente que la imagen es ilusoria y pierde el sujeto y Ja Ít_nagen {véase AGRESJVIDAD).1'.iirli""
interés en ella. resolver esta tensión agresiva, ~l .~l!i!<!º ;;_e__tc_len-_
El concepto lacaniano de estadio del espejo tific~ <'.ºn !_a imagen; esta _identif'jc_a_9~a:
(a diferencia de! "test del espejo" de Wallon) es ria Col!-_ Jo s~~ejante es lo que da fo~_¡¡l ys¿,
mucho más que un simple experimento: repre- El momento de la identificación, en el que el
senta un aspecto fundamenta! de la estructura sujeto a?¡(_J_111e SI.! imagen como propia, es descri-
de la subjetividad. Mientras que en 1936-49 to por_L_<!\;_llJl como un momento de júbilo (E,
Lacan parece verlo como una etapa que puede 1), porque conduce a una sensación imaginaria
ubicarse en un momento específico del cfesarro"- de dorfühiü;-"é! júbilo [del niño} se debe ¡¡--su
llo del niño, con un principio (a los seis meses) triunfo imaginario al anticipar un grado de
y ·un -fin (a !Os dieciocho meses) (véase E, 5), coordinación muscular que aún no ha logrado
cuando este período termina ya encontramos en realidad" (Lacan, 195lb, 15; véase Si, 79).
signos de que el concepto se está ampliando. A No obstante, este júbilo puede ser también
principios de la década de 1950 Lac_a_n ya no lo acompañado por una reacción depresiva, cuan-
considera simplemente un momento diliViaa do el niño compara su propia sensación preca-
del infante, sino que también lo ve como repre- ria de donúnio con la omnipotencia de la madre
sentativo de una estructura permanente _de la (Ec, 345; S4, 186). Esta identificación también
subjetividad, paradigma del_orden _ij.IAGINARIO; involucra al yo ideal, que funciona como una
es _un es.ta!jj_o (stade) en e! cual el sujeto es per- promesa de totalidad futura y sostiene al yo en
manentem~nte captado y cautivado por su pro- la anticipación. ·
pia imagen; E! estadio del espejo demuestra que el yo es
el producto del DESCONOCIMIENTO e indica el si-
[el estadio del espejo es] un fenómeno al cual le asig- tio donde el sujeto se aliena de sí mismo. Re-
no t1n valor doble. En primer lugar, tiene valor tüstó- presenta la introducción del sujeto en el orden
rico pues señala u11 mome11to decisivo del desarrollo
menta! del niño. En segundo lugar, tipifica una rela- imaginario. No obstante, tiene también una di-
ción libidinal esencial con la imagen del cuerpo. mensión simbólica importante. El orden sim-
(Lacan, 195lb, 14) bólico está presente en la figura de! adulto que
lleva o sostiene al infante. Inmediatamente des-
A medida que Lacan desarrolla el concepto, pués de haber asllmido jubilosamente su ima-
el énfasis va cayendo menos en el "valor histó- gen como propia, el niño vuelve la cabeza ha-
rico", y más en el valor estructural. En 1956 di- cia este adulto, quien representa al gran Otro,
ce: "El estadio del espejo está lejos de ser un como si le pidiera que ratificara esa imagen
mero fenómeno que se produce en el desarrollo (Lacan, 1962-3, seminario del 28 de noviembre
del niño. Ilustra la naturaleza conflictiva de la de 1962).
relación dual" (S4, 17). El estadio del espejo está también estrecha-
El estadio de! espejo describe la formación mente relacionado con el narcisismo, como se
del YO a través del proceso de la identificación: advierte con claridad en la historia de Narciso
el yo es el resultado de identificarse con la pro- (en el núto griego, Narciso se enamora de su
pia IMAGEN ESPECULAR. La clave de este fenó- propio reflejo).
meno está en el carácter prematuro de la cría
humana: a los seis meses, el bebé carece toda-
vía de coordinación. No obstante, su sistema ESTRUCTURA (STRUCTURE,
visual está relativamente avanzado, lo que sig- STRVCTURE)
nifica que puede reconocerse en el espejo antes
de haber alcanzado e! control de sus movinúen- Cuando Lacan emplea el término "estructu-
tos corporales. La criatura ve su propia imagen ra" en Slls primeros trabajos de la década de
como un todo (véase GESTALT), y la síntesis de 1930, se refiere a las "estructuras sociales", por
esta imagen genera una sensación de contraste las cuales entiende un conjunto específico de
con la falta de coordinación del cuerpo, que es relaciones afectivas entre los miembros de la fa-
82
1
1
milia. El niño percibe estas relaciones mucho
más profllndamente que el adulto, y las intema-
iiza en el COMPLEJO (Ec, 89). El término sirve
como una percha en la que Lacan puede colgar
Estructura
estructura. Aunque no está claro cuánto dura al sentimiento de culpa del ana!izante? Por cier- ¡
este período, se afirma que después de él la es- to, no diciéndole que él no es realmente culpa- 1
tructura clínica queda fijada para siempre, y re- ble, ni intentando "suavizar, mitigar o atenuar"
sulta imposible cambiarla. Por ejemplo, ni la sus sentimientos de culpa (S7, 3); tampoco ana-
cura ni ningún otro tipo de tratamiento puede lizándolos y haciéndolos desaparecer como una 1
que el analista debe tomar en serio el sen- Primero, la ética tradicional gira en tomo al
timiento cte culpa del analizante, pues en el concepto del Bien, y propone diferentes "bie-
fondo, siempre que el analizante experimenta nes" que compiten entre sí por la posición de
culpa, ello se debe a que, en algún punto, ha ce- Bien Supremo. Pero la ética psicoanalítica ve el
dido en su deseo. "Desde un punto de vista Bien como un obstáculo en la senda del deseo;
analítico, lo único de lo que uno puede ser cul- en psicoanálisis "es necesario un repudio radi-
pable es de haber cedido en su deseo" (S7, cal de un cierto ideal del bien" (S7, 230). La
319). Por lo tanto, cuando el analizante se pre- ética psicoanalítica rechaza todos los ideales,
senta con un sentimiento de culpa, la tarea del incluso los ideales de "la felicidad" y "la sa-
analista consiste en descubrir d6nde el anali- lud"; el hecho de que la psicología del yo los
zante ha cedido en su deseo. haya adoptado !e impide pretender que es una
Segundo, ¿cómo ha de responder el analista forma de psicoanálisis (S7, 219). Por lo tanto,
a la moral patógena que actúa a través del su- el deseo del analista no puede ser "curar" o
peryó? Podría parecer que la concepción freu- "hacer bien" (S7, 218).
diana de la moral como fuerza patógena impli- Segundo, la ética tradicional ha tendido
ca que el analista simplemente tiene que ayudar siempre a vincular el bien al placer; el pensa-
al analizante a liberarse de las coacciones mo- miento moral se ha "desarrollado a lo largo de
rales. Sin embargo, aunque esa interpretación las sendas de una problemática esencialmente
pueda encontrar algún respaldo en obras ante- hedonista" (S7, 221). Pero la ética psicoanalíti-
riores de Freud (Freud, 1908d), Lacan se opone ca no puede adoptar ese enfoque, porque la e:i;-
firmemente a ella, y prefiere el Freud más pesi- periencia psicoanalítica revela la duplicidad del
mista de El ma/es1ar en la cullura (Freud, placer; hay un límite al placer y, cuando ese lí-
1930a); sostiene categóricamente que "Freud mite se atraviesa, el placer se convierte en do-
no era en modo alguno un progresista" (S7, lor (véase GOCE).
183). De modo que el psicoanálisis no es sim- Tercero, la ética tradicional gira en torno a
plemente un ethos libertino. "el servicio de los bienes" (S7, 314) que ante-
Se diría que esto enfrenta al analista con un pone el trabajo y una existencia segura y orde-
dilema moral. Por un lado, no puede simple- nada a las cuestiones del deseo; le dice a la
mente alineafl)e con la moral civilizada, puesto gente que haga aguardar a sus deseos (S7, 315).
que esta moral es patógena. Por otro lado, tam- La ética psicoanalítica, por otro lado, fuerza al
poco puede adoptar simplemente un enfoque li- sujeto a enfrentar la relación entre sus acciones
bertino opuesto, que de tal modo sigue estando y su deseo en la inmediatez del presente.
en el campo de la moral (véase S7, 3-4). Podría Después de su seminario sobre la ética de
parecer que la regla de la neutralidad le ofrece 1959-60, Lacan continúa ubicando los interro-
una salida de este dilema, pero de hecho no es gantes éticos en el corazón de Ja teoría psicoa-
así, pues Lacan señala que no existe ninguna nalítica. Interpreta el sol/ de la célebre frase de
posición éticamente neutral. Por lo tanto, el Freud, Wo es war, sol/ [ch werden ("Donde
analista no puede evitar las cuestiones éticas. era ello, debo ser yo", Freud, l 933a, SE XXII,
En todo modo de dirigir la cura hay implí- 80} como un deber ético (E, 128) y sostiene
cita una posición ética, sea que el an;i.lista lo que el estatuto del inconsciente no es ontoló-
admita o no. Esa posición ética del analista es gico sino ético (S 1 J, 33). En la década de
más claramente revelada por el modo en que 1970 cambia el énfasis de la ética psicoanalíti-
formula la meta de la cura (S7, 207). Por ejem- ca, que pasa del interrogante del actuar ("¿Has
plo, las formulaciones de la psicología del yo actuado de acuerdo con tu deseo?") al interro-
sobre la adaptación del yo a Ja realidad impli- gante de la palabra; se convierte entonces en
can una ética normativa (S7, 302). En oposi- una ética del "bien decir" (l'éthique du Bien-
ción a ella, Lacan comienza a formular su pro- dire) (Lacan, 1973a, 65). No obstante, más
pia ética analítica. que una oposición esto representa, como lo
La ética analítica de Lacan relaciona la ac- hemos señalado, sólo una diferencia de énfa-
ción con el deseo (véase ACTO). Lacan la resu- sis, puesto que para Lacan decir bien es en sí
me en una pregunta: "¿,Has actuado de confor- mismo un acto.
midad con el deseo que te habita?" (S7, 314). Lo que separa el psicoanálisis de la SUGES-
Él contrasta esta ética con la "ética tradicional" TIÓN es fundamentalmente una posición ética;
(S7, 314) de Aristóteles, Kant y otros filósofos el cimiento del psicoanálisis es un respeto bási-
morales, en varios terrenos. co por el derecho del paciente a resistirse a la
85
Existencia
dominación, mientras que la sugestión conside- 179). Ésta es la existencia del sujeto del incons-
ra tal resistencia como un obstáculo que hay ciente, S, que Lacan de~crlbe como una "exis-
que aplastar. tencia inefable, estúpida" (E, 194).
Este segundo sentido del término "existen-
cia" es exactamente opuesto a la existencia en
EXISTENClA (EXISTENCE, el primer sentido. Mientras que la existencia en
EXISTENCE) el primer sentido es sinónimo del SER en el uso
lacaniano, la existencia en el segundo sentido
El término "existencia" es erppleado por se opone al ser.
Lacan de diversos modos (véase Ziztik, 1991,
136-7). Lacan acuñó el neologismo ex-sistence para
expresar la idea de que el núcleo de nuestro ser
Existencia en lo simbólie-0 (Kem unseres Wesen) es también radicalmente
Otro, extraño, externo (Ec, 11). El sujeto está
Este sentido de la existencia debe enten- decentrado, su centro está fuera del mismo, es
derse en el contexto del examen por Freud del ex-céntrico. Laean habla también de la "ex-sis-
'1uicio de existencia", mediante e! cual se afir- tencia (Entste/lung) del deseo en el sueño" (E,
ma la existencia de una entidad antes de atri- 264), puesto que el sueño no puede representar
buirle cualquier cualidad (véase Freud, J925h, el deseo salvo distorsionándolo.
y BEJAHUNG). Sólo lo que está integrado en el
orden simbólico "existe" plenamente en este
sentido, puesto que "no existe ninguna reali- EXTIMIDAD (EXTIMITÉ, EXTIMACY)
dad prediscursiva" (S20, 33). Por esto dice La-
can que "la mujer no existe" (Lacan, 1973a, Lacan acuñó el térnúno extimité, aplicando
60); el orden simbólico no contiene ningún el prefijo ex (de exterieur, "exterior") a la pala-
significante de la feminidad, y por lo tanto la bra francesa intimité ("intimidad"). El neolo-
posición femenina no puede ser plenamente gismo resultante, que puede traducirse como
simbolizada. "extimidad", expresa bien el modo en que el
Es importante observar que, en el orden psicoanálisis problematiza la oposición entre lo
simbólico, "Nada existe salvo sobre un funda- interno y lo externo, entre contenedor y conte-
mento asumido de ausencia. Nada existe salvo nido (véase S7, 139). Por ejemplo, lo real está
en la medida en que no existe" (Ec, 392). En tanto dentro como fuera, y el inconsciente no
otras palabras, todo lo que existe en el orden es un sistema psíquico puramente interior sino
simbólico sólo existe en virtud de su diferencia una estructura intersubjetiva ("el inconsciente
con todo lo demás. Fue Saussure quien primero está fuera"). Asimismo, el Otro es "algo extra-
lo señaló, al sostener que en el lenguaje no hay ño a mí, aunque está en mi núcleo" (S7, 71).
términos positivos, sino sólo diferencias (Saus- Además, el centro del sujeto está fuera; el suje-
sure, 1916). to es ex-céntrico (véase E, 165, 171). La es-
tructura de la extimidad se expresa perfecta-
La existencia en lo real mente en la topología del TORO y de la BANDA
DE MOEBIUS.
En este sentido, sólo existe lo que es impo- E! concepto de extimidad ha sido desarro-
sible de simbolizar: la Cosa imposible está en llado adicionalmente por Jacques-Alain Miller
el núcleo del sujeto. "Hay en efecto algo radi- en su seminario de 1985-6 (véase el resumen de
calmente inasimilable al significante. Es sim- este seminario y otros artículos relacionados en
plemente la existencia singular del sujeto" (S3, Bracher y otros, 1994).
86
F
Como ya hemos observado, Lacan utiliza El falo imaginario que circula entre la ma-
habitualmente el término "pene" para designar dre y el niño sirve para instituir !a primera dia-
el órgano biológico real, y reserva la palabra léctica en la vida de !a criatura; aunque ésta es
"falo" para las funciones imaginaria y simbóli- una dialéctica imaginaria, prepara el camino
ca de ese órgano. Pero no siempre mantiene es- que conduce a lo simbólico, puesto que se hace
te uso, y ocasionalmente emplea la ex.presión circular un elemento imaginario casi como si
"fa!o real" para referirse al órgano biológico, o fuera un significante (el falo se convierte en un
las expresiones "falo simbólico" y "pene sim- "significante imaginario"). Las formulaciones
bólico" como si fueran sinónimas (S4, 153). lacanianas sobre el falo imaginario en el semi-
Esta aparente confusión y este deslizamiento nario de 1956-7 son acompañadas por la afir·
semántico ha llevado a algunos comentadores a mación de que el falo es también un objeto
sostener que la supuesta distinción entre el falo simbólico (S4, 152) y de que el falo es un sig-
y el pene es en realidad muy inestable, y que nificante (S4, 191). La idea del falo como sig-
"el concepto de falo es la sede de una regresión nificante es retomada y elaborada en el semina-
hacia el órgano biológico" (Macey, 1988, 191). rio de 1957-8, y en adelante se convierte en el
Si bien el falo imaginario y el falo simbóll· elemento esencial de la teoría lacaniana del fa-
co son examinados más extensamente por La- lo. El falo es descrito como "el significante del
can que el falo real, él no ignora por completo a deseo de! Otro" (E, 290) y como el significante
este último. Por el contrario, el pene real tiene del goce (E, 320).
un papel importante en el complejo de Edipo Estas ideas son enunciadas de modo más
del varón, pues precisamente a través de él se definitivo en el ens~yo titulado "La significa-
hace sentir la sexualidad en la masturbación in- ción del falo" (Lacan, I958c):
fantil; esta intrusión de lo real en el triángulo
preedípico imaginario es lo que transforma ese El falo no es un fantasma, si por esto entendemos
88
T Falta
un efecto imaginario. Tampoco es como tal un objeto troversias. Las objeciones al concepto lacania-
(parcial, interno, bueno, malo, etcétera). Menos aún no pueden clasificarse en dos grupos principa-
es e! órgano, pene o clftoris, que simboliza[ ... ] El fa-
les.
lo es un significante[ ... ] Es el significante destinado Primero, algunas autoras feministas (por
a designar como un todo los efectos del significado.
(E, 285)
ejemplo Grosz, 1990) han sostenido que la po-
sición privilegiada que Lacan le otorga al falo
Mientras que el complejo de castración y el significa que se limita a repetir !os gestos pa-
complejo de Edipo giran en tomo al falo imagi- triarcales de Freud. Otras feministas han defen-
nario, la pregunta por la diferencia sexual gira dido a Lacan, sosteniendo que su distinción en-
en torno al falo simbólico. El falo no tiene nin- tre el falo y el pene proporciona un modo de
gún significante femenino que le corresponda; explicar la diferencia sexual irreductible a la
"el falo es un símbolo para el que no hay ningún biología (por ejemplo, Mitchell y Rose, 1982).
correlato, ningún equivalente. Se trata de una La segunda objeción principal al concepto
cuestión de asimetria en el significante" (53, lacaniano del falo es la fonnulada por Jacques
176). Tanto el sujeto masculino como el feme- Derrida (Derrida, 1975), de la que se han hecho
nino asumen su sexo a través del falo simbólico. eco otros autores. Derrida dice que, a pesar de
A diferencia del falo imaginario, el falo sim- las protestas lacanianas de antitrascendentalis-
bólico no puede negarse, pues en el plano mo, el falo aparece como un elemento trascen-
simbólico una ausencia es una entidad tan posi- dental y opera como una garantía ideal del sen-
tiva como una presencia (véase E, 320). Incluso tido. ¿Cómo podría haber un "significante
de la mujer, que carece de falo simbólico en privilegiado" --se pregunta Derrida-, si todo
cierto sentido, puede decirse que también lo po- significante es definido sólo por sus diferencia~
see, puesto que no tener lo simbólico es en sí con los otros significantes? En otras palabras,
mismo una forma de tener (S4, 153). A la inver- el falo reintroduce la metafísica de la presencia;
sa, la asunción del falo simbólico por el hombre Derrida la denomina "logocentrismo", y con-
sólo es posible sobre la base de la asunción an- cluye que, articulando el logocentrismo con el
terior de su propia castración. falocentrismo, Lacan ha creado un sistema de
A continuación, en 1961, Lacan afirma que pensamiento falogocéntrico.
el falo simbólico es lo j:¡Ue _agaryce _en el lugar
de la falca del significante en el Otro (S8, 278-
81). No es ningún significante ordinario sino la FALTA (MANQUE, IACK)
presencia real del deseo en sí (58, 290). En
1973 dice que el falo simbólico es "el signifi- En la obra de Lacan, el término "falta"
cante que no tiene significado" (S20, 75). sie_mpre está relacionado con el DESEO. ESUna
En el álgebra lacaniana el falo simbólico se falta que causa el surgimiento del deseo (véase
escri~_tli-.. No obSta-nte, Lacan les advierte a sus S8, 139). Sin embargo, {a naturaleza precisa de
dlSCípulos que podrían perder de vista la com- lo que falta varia en el curso de su enseñanza.
plejidad de este símbolo si lo identifican senci- Cuando el término aparece por primera
llamente con el falo simbólico (SS, 296). Este vez, en 1955, la [alta designa primero y erin_ci-
símbolo se entiende más correctamente como palmente una falta de SER (en este punto hay
designación de "la función fálica" (SS, 298). A estrechos paralelos con Sartre, véase Sartre,
principios de la década de 1970, Lacan incor- 1943). Lo que se desea es el ser mismo. "El de-
pora este símbolo de la función fálica en sus seo es una relación del ser con la falta. La falta
fórmulas de la sexuación. Utilizando la Lógica es la falta de ser, propiamente hablando. No es
de los predicados para articular los problemas la falta de esto o aquello sino la falta de ser pcir
de la diferencia sexual, idea dos fórmulas de la lo cual el ser existe" (S2, 223). Lacan vuelve a
posición masculina y dos fórmulas de la posi- este tema en 1958, cuando dice que el deseo es
ción femenina. Estas cuatro fónnulas giran en la metonimia de la falta de ser (manque a ¿tre;
tomo a la función fálica, que en este caso equi- Sheridan traduce "want to be" [anhelar ser], y
vale a la función de la castración. Schneidcrman, "want of being" [anhelo de serj;
véase E, 259). La falta de ser del sujeto es "el
Críticas a Lacan núcleo de la experiencia analítica" y "el campo
mismo en el cual se despliega la pasión del
Entre todas las ideas de Lacan, su concepto neurótico" (E, 251). Lacan contrasta la falta de
del falo es quizá la que ha suscitado más con- ser, relacionada con el deseo, con la falta de te-
89
Fantasma
- ¡1
Figura 7. Tabla de los tirés tipos de falta de objeto
Fuente: Jacques Lacan, Le Sérr¡inaire. Uvre IV. La relation d'ob¡et,
est- por Jacques-Alai~ Mlller, París, Seuil, 1994.
ner (manque il avoir) que se relaciona con l~ concepción del fantasma es insostenible en la
demanda (Ec, 730). j teoría psicoanalítica, puesto que no se considera
En 1956 la fª\!a pas~ a designar la falta de que la realidad sea un dato no problemático que
un objetq. Lacan diferencia tres tipos .de falta,_ sólo cabe percibir de un único modo objetiva-
seg[l}fa_riatu~.leza d61 objeto faltante, como se fI\.ente correcto; para el psicoanálisis, !a realidad
ve en la figura 7 (tomada de S4, 269): en sí misma es construida discursivamente. Por
Entre estas tres fonnas de falta, la castra- lo tanto, el cambio de idea de Freud en 1897 no
ción es la más importante desde e! punto de significa negar la veracidad de todos los recuer-
vista de la experiencia analítica, y la palabra dos de abuso sexual, sino el descubrimiento de
"falta" tiende a convertirse en sinónimo de cas- la naturaleza fundamentalmente discursiva e
tración (véase COMPLEJO DE CASTRAC!ÓI'). imaginativa· de la memoria; los recuerdos de
En 1957, cuando Lacan introduce el sím- acontecimientos pasados reciben continuamente
bolo algebraico del Otro barrado (1/.), la falta nuevas formas en concordancia con !os deseos
pasa a designar la falta de un significante en el inconscientes, al punto de que los síntomas no
Otro. Aparece el símbolo S(I/.) para designar se originan en supuestos "hechos objetivos" si-
"el significante de la falta en el Otro": Por inás no en una dialéctica compleja en la cual el fan-
significantes que se añadan a la cadena sighifi- tasma desempeña un papel vital. De modo que
cante, ella es siempre incompleta; 1(: fil.Ita Freud emplea el término "faQ_~m_ª"- para desig-
siempre el significante que podría coinpletarJa. nar una escena que se presenta a la Imaginación
Este "significante que falta" (que se escribe -1 y que dramatiza un deseo inconsciente. El suje-
en el álgebra \acaniana) es constitutivo del su- to invariablemente desempeña un pape! en esta
jeto. escena, incluso cuando esto no sea evidente. La
escena fantasmatizada puede ser consciente o
inconsciente. Cuando es lnconsciente, el analis-
FANTASMA (FANTASME, FANTASY) ta debe reconstruirla sobre la base de indicios
(véascFreud, 1919e).
El concepto de fantasma (en inglésfantasy, Si bien Lacan acepta las formulaciones de
pero escrito phanta.ry en la Standard Edition) es Freud sobre la importancia del fantasma yacer-
centra! en la obra de Freud. Por cierto, el origen ca de su cualidad visual como guión que esce-
del psicoanálisis está vinculado al reconoci- nifica el deseo, él pone énfasis en la función
miento por Freud en 1897 de que los recuerdos protectora. Compara la EScEl'A fantasmatizada
de seducción son a veces producto del fantas- con la imagen detenida sobre una pantalla cine-
ma, y no huellas de un abuso sexual real. Este matográfica; así como es posible detener la pe-
momento crucial en el desarrollo del pensa- lícula en un cierto punto para evitar una escena
miento freudiano (a menudo denominado de traumática que viene a continuación, también la
modo simplista "abandono de Ja teoría de la se- escena fantasmatizada es una defensa que vela
ducción") parece implicar que e! fantasma se la castración (S4, 119-20). El fantasma se ca-
opone a la realidad, que impide percibirla de racteriza entonces por una cualidad fija e in-
modo correcto, que es un producto puramente móvil.
ilusorio de la imaginación. Sin embargo, esa Aunque el "fantasma" sólo aparece como
90
Fase preedípica
término significativo en la obra de Lacan desde Aunque Lacan reconoce el poder de la ima-
1957 en adelante, e! concepto de un modo rela- gen en el fantasma, insiste en que no se debe a
tivamente estable de DEFENSA es evidenle desde una cualidad intrínseca de la imagen en sí, sino
antes (véase, por ejemplo, la observación de al lugar que ocupa en una estructura simbólica;
1951 sobre "los modos permanentes mediante la estructura es siempre "una imagen puesta a
los cuales el sujelo constituye sus objetos"; Ec, trabajar en una estructura significante" (E,
225). Este concepto está en las raíces de la idea 272). Lacan critica la explicación kleiniana del
lacaniana del fantasma y de la concepción laca- fantasma porque no toma totalmente en cuenta
niana de la estruc1ura clínica; uno y otra son esta estructura simbólica, y por lo tanto se que-
concebidos como modos relativamente estables da en el nivel de lo imaginario; "cualquier in-
de defenderse de la castración, de la falta en el tento de reducir [el fantasma] a la imaginación
Otro. Cada estructura clínica liene entonces que [... ]es una equivocación pennanente" (E, 272).
distinguirse por la manera particular en que En la década de 1960, Lacan dedica todo un
emplea una escena fantasmatizada para velar la año de su seminario a examinar lo que él deno-
falta en el Otro. El fantasma neurótico, que La- mina "la lógica del fantasma" (Lacan, 1966-7),
can formaliza con el materna($ O a), aparece subrayando una vez más la importancia de la
en el grafo de! deseo como la respuesta del su- estructura significante.
jeto at deseo enigmático del Otro, un modo de
hacer la pregunta sobre qué es lo que el Otro
quiere de mí (Che vuoi?) (véase E, 313). El FASE PREEDÍPICA (STADE
materna se lee como "el sujeto barrado en rela- PRÉ<EDIPIEN, PREOEDIPAL PHASE)
ción con el objeto". El fantasma perverso in-
vierte esta relación con el objeto, y por lo tanto La fase preedípica es el periodo de desarro-
se formaliza como a O$ (Ec, 774). llo psicosexual anterior a la formación del COM-
Aunque el materna ($ O a) designa la es- PLEJO DE EDIPO. El término aparece muy tarde
tructura general del fantasma neurótico, Lacan en la obra de Freud, en el contexto de su exa-
proporciona también fórmulas más específicas men de la sexualidad femenina (Freud, 1931 b).
para el fantasma del histérico y el neurótico ob- Antes de Lacan, la fase preedípica se repre-
sesivo (S8, 295). Si bien estas diversas fórmu- sentaba habitualmente como una RELACIÓN
las indican los rasgos comunes de los fantas- DUAL entre la madre y el niño, antes de que
mas de quienes comparten la misma estructura cualquier tercer término pudiera mediarla. Sin
clínica, el analista debe también prestar aten· embargo, Lacan dice que ese enfoque tiene la
ción a los rasgos singulares que caracterizan el desventaja de hacer este concepto impensable
guión fantasmático particular de cada paciente. en la teoría psicoanalítica. El psicoanálisis trata
Estos rasgos únicos ex.presan el modo de GOCE exclusivamente con la estructura, lo que exige
peculiar del sujeto, aunque de una manera dis- un mínimo de tres términos, y por lo tanto una
torsionada. La distorsión evidente en el fantas- fase preedípica representada como una relación
ma lo signa como una formación de compromi- puramente dual "no puede concebirse en térmi-
so; el fantasma es lo que le permite al sujeto nos analíticos" (C, 197). El niño nunca está
sostener su deseo (SI 1, 185; Ec, 780) y tam- completamente solo con la madre, puesto que
bién "aquello por lo cual el sujeto se sostiene a siempre hay un tercer término ($4, 240-1).
sí mismo en el nivel de su deseo que desapare- En consecuencia, cuando Lacan habla de
ce" (E, 272, las cursivas son nuestras). una fase preedípica, no la presenta como una
Lacan sostiene que más allá de la miríada de relación dual sino como un triángulo (S4, 81).
imágenes que aparecen en los sueños y en otras El tercer elemento del triángulo preedípico, que
partes, hay siempre un "fantasma fundamental" media la relación dual entre la madre y el hijo,
que es inconsciente (véase SS, 127). En el curso es el FALO, un objeto imaginario que circula en-
de la cura, el analista reconstruye el fantasma tre ellos en una serie de intercambios. En el se-
del analizante con todos sus detalles. Sin embar- minario de 1957-8 Lacan habla de este triángu-
go, el tratamiento no se detiene allí; el analii.an- lo imaginario, no como de una fase preedípica,
te debe continuar hasta "atravesar el fantasma sino como del primer "tiempo" del complejo de
fundamental'' (véase Sil, 273). En otras pala- Edipo.
bras, Ja cura debe producir alguna modificación Sea que se lo describa como preedípico o
del modo de defensa fundamental del sujeto, al- como un momento del complejo .de Edipo en sí,
guna alteración en su modo de goce. el triángulo imaginario de madre, niño y falo
91
Fetichismo
aparece cuando el infante percibe una falta en conducta sexual, definiendo el fetichismo como
la madre. El niño comprende que la madre no una Pl2RVERS1ÓN sexual en la cual la excitación
queda completamente satisfecha con él solo, si- depende de modo absoluto de la, presencia de
no que desea alguna otra cosa (el falo). un objeto específico (el fetiche). Esta es !a defi-
La criatura trata entonces de ser el falo para nición que Freud y la mayoría de los otros estu-
la madre, lo que lo lleva a un juego seductor de diosos de !a sexualidad adoptaron en adelante,
señuelos, en el cual el niño "no está nunca real- El fetiche es por lo general un objeto inanima-
mente en el lugar donde está, y no está nunca do, por ejemplo un zapato o una prenda interior.
completamente ausente del lugar donde no es- Frcud sostenía que el fetichismo (conside-
tá" (S4, 193; véase S4, 223-4). En el seminario rado una perversión casi exclusivamente mas-
de 1956-7 Lacan analiza el caso de Ju anito culina) se origina en el horror de! niño ante la
(Freud, 1909b) y muestra que, por un cierto castración femenina. Confrontado con la falta
lapso, este juego es satisfactorio para el niño; de pene de la madre, el fetichista reniega esta
dice que en ese paraíso preedípico no hay nada falta y encuentra un objeto (el fetiche) como
intrínseco que le ponga fin (S4, 226). Sin em- sustituto simbólico del pene faltante (Freud,
bargo, en cierto punto interviene alguna otra I927e). En el primer enfoque por Lacan del te-
cosa, que introduce en el juego una nota discor- ma del fetichismo, en 1956, sostiene que se tra-
dante de angustia. Esta "alguna otra cosa" es el ta de un área de estudio particularmente impor-
primer despertar del deseo, que se manifiesta tante, y lamenta que sea desatendida por sus
en la masturbación infantil (S4, 225-6). Tal in- contemporáneos. Subraya que la equivalencia
tervención del órgano real transforma el trián- entre el fetiche y el FALO materno sólo puede
gulo imaginario en un juego mortal, una tarea entenderse con referencia a las transformacio-
imposible en la cual el niño cae por completo nes lingüísticas, y no a "vagas analogías en el
víctima del deseo arbitrario de la madre devora- campo visual", como por ejemplo la compara-
dora omnipotente (S4, 69, 165). El niño sólo ción entre las pieles y el vello púbico (Lacan,
puede ser salvado de este juego mortífero por la 1956b, 267). En apoyo de esta argumentación,
intervención del padre como cuarto término, el cita el análisis realizado por Freud de la frase
padre que legítimamente reclama la posesión "Glanz auf der Nase" (véase Freud, 1927e).
del falo, sobre la base de una ley simbólica. En los años siguientes, mientras Lacan de-
Para Lacan, el interés de la fase preedípica sarrolla su distinción entre el pene y el falo, po-
no reside sólo en su función de preparar el ca- ne énfasis en que el fetiche es un sustituto de
mino para el complejo de Edipo, sino también este último, y no del primero. También amplía
en el hecho de que todas las perversiones se el mecanismo de la RENEGAClÓN, haciendo de él
originan en ella (S4, 193). La PERVERSIÓN siem- la operación constitutiva de la perversión en ge-
pre involucra algún tipo de identificación con neral, y no sólo de la perversión fetichista. No
otro término del triángulo edípico, sea la ma- obstante, conserva la idea freudiana de que el
dre, el falo imaginario, o ambos, como en el fe- fetichismo es una perversión exclusivamente
tichismo. n1asculina (Ec, 734) o, por lo menos, extrema-
damente rara entre las mujeres (S4, 154).
En el seminario de 1956-7, Lacan elabora
FETICHISMO (FÉTICH/SiWE, una importante distinción entre el objeto fetiche
FETISHISM) y el objeto fóbico; mientras que el fetiche es un
sustituto simbólico del falo faltante de la ma-
El ténnino "fetiche" adquirió una amplia di- dre, el objeto fóbico es un sustituto imaginario
fusión en el siglo XVIII, en el contexto del es- de la castración simbólica (véase FOBIA). Lo
tudio de las "religiones primitivas", como de- mismo que todas las perversiones, el fetichismo
signación de un objeto inanimado de culto tiene sus raíces en el triángulo preedípico de
(etimología que Lacan considera importante; madre-hijo-falo (S4, 84-5, 194). No obstante,
SS, 169). En el siglo XIX, Marx tomó la pala- es único en el sentido de que involucra al mis-
bra para describir el modo en que, en las socie- mo tiempo la identificación con la madre y con
dades capitalistas, las relaciones sociales adop- el falo imaginario; por cierto, en el fetichismo
tan la forma ilusoria de relaciones entre cosas el sujeto oscila entre estas dos identificaciones
("fetichismo de la mercancía"). Fue Krafft- (S4, 86, 160).
Ebing quien, en la última década de ese mismo El enunciado de Lacan de 1958 en cuanto a
siglo, aplicó por primera vez este término a la que el pene "adquiere el valor de un fetiche"
92
Filosofía
para las mujeres heterosexuales, plantea unas te a algunas obras de Platón, sobre todo El ban-
cuestiones interesantes (E, 2Q0). En primer lu- quete. al que dedica una gran parte de su semi-
gar, invierte la concepción freudiana del feti- nario de 1960-1.
chismo; en lugar de ser el fetiche un sustituto
simbólico del pene real, el pene real puede con- Aristóteles
vertirse en un fetiche al sustituir al falo simbó-
lico ausente en !a mujer. En segundo término, Lacan ei;amina la tipología aristotélica de la
cuestiona la afirmación (realizada tanto por causación en su seminario de 1964 (véase
Freud como por Lacan) de que el fetichismo es AZAR), y la lógica aristotélica en el seminario
extremadamente raro entre mujeres. Si el pene de 1970-1.
puede considerarse un fetiche, el fetichismo es-
tá sin duda más difundido entre las mujeres que Descartes
entre los hombres.
En la obra de Lacan abundan las referencias
a Descartes, puesto que considera la filo~ofía
FILOSOFÍA (PHILOSOPHIE, del coarro como resumen del núcleo mismo de
PHILOSOPHY) Ja psicología del hombre moderno (S2, 6). El
concepto lacaniano del sujeto supone al mismo
Freud consideraba la filosofía como una de tiempo al sujeto cartesiano (en su intento de pa-
las grandes instituciones culturales, junto con el sar de la duda a la certidumbre) y también la
arte y la religión, el sello de un estado de la ci- subversión de ese sujeto.
vilización altamente dcsauollado. Pero veía la
relación entre la filosofía y el psicoanálisis en Kant
términos ambiguos. Por un lado, le acreditaba a
ciertos filósofos (por ejemplo Empédocles y Es la filosofía mora! de Kant (la Crítica de
Nietzsche) que hubieran anticipadO "de ufr ffiodo la razón práctica) Jo que más le interesa a La-
puramente intuitivo lo que los psicoanalistas can, y la examina extensamente en su semina-
sólo llegaron a descubrir mediante investiga- rio sobre la ética (1959-60) y en su ensayo
ciones laboriosas (Freud, 1914d, SE XIV, 15- "Kant con Sade" (1962). Utiliza el imperativo
16). Por otra parte, criticó repetidamente a los categórico de Kant para arrojar luz sobre el
filósofos por equiparar la psique con ia con- concepto freudiano del superyó.
ciencia, ei;cluyendo de este modo el incons-
ciente sobre una base puramente apriórica Hegel
(Freud, 1925e [1924], SE XIX, 216-17), y ade-
más asemejó los sistemas filosóficos a los deli- Lacan asistió a una serie de conferencias
rios paranoicos (Freud, 1912-13; SE XIII, 73). sobre Hegel imp_artidas por Alexa!ldre Koji::ve
En la obra de Lacan hay también una rela- en 1933-9 en Ja Ecole des Hautes Etudes (estas
ción ambivalente entre el psicoanálisis y la fi- conferencias fueron más tarde reunidas y publi-
losofía. Por una parte, Lacan opone el psicoa- cadas por Raymond Queneau; véase Koji::ve,
nálisis a las explicaciones totalizadoras de los 1947). La infl1,1encia de esas conferencias sobre
sistemas filosóficos (S l, 118-19; SI l, 77), y la obra de Lacan, sobre todo en los primeros
vincula !a filosofía al discurso del AMO, lo in- trabajos, fue inmensa, y siempre que Lacan se
verso del psicoanálisis (S20, 33). Por otro la- remite a Hegel en realidad tiene en mente la
do, la obra de Lacan está llena de referencias lectura hegeliana de Koji::ve. De Hegel, Lacan
filosóficas; por cierto, éste suele considerarse toma (entre otras cosas) el énfasis en los modos
uno de los rasgos que distinguen a Lacan de dialécticos del pensamiento, el concepto de AL-
otros pensadores psicoanalíticos. Los filósofos MA BELLA. la dialéctica del AMO y el esclavo, y
con más frecuencia citados por él son los si- la dis1inción entre el DESEO animal y el DESEO
guientes. humano.
Platón Heidegger
Lacan compara a menudo el método psi- Lacan llegó a tener una amistad personal
coanalítico con los diálogos socráticos (véase con Heidegger; lo visitó y tradujo algunas de
DlALÉc11CA). También se refiere específicamcn- sus obl'a.S. La influencia de Heidegger en la
93
Fin de análisis
obra de Lacao es visible en las discusiones me- Lacan concibe este punto final de diversos
tafísicas sobre el SER, y en la distinción entre la modos.
PALABRA plena y la palabra vacía. 1. A principios de la década de 1950, el fin
de análisis-es descrito como "el advenimiento
Éstos son sólo los filósofos a los que Lacan de una palabra verdadera y la comprensión por
se remite con mayor frecuencia; también ex:a- el sujeto de su historia" (E, 88) (véase PALA-
mina la obra de muchos otros, como San Agus- BRA). "El sujeto [ ... ] comienza el análisis ha-
tín, Spinoza, Sartre, etcétera. blando de sí mismo sin hablarle a uno, o ha-
La obra de Lacao aborda muchas escuelas blándole a uno sin hablar de sí mismo. Cuando
filosóficas y áreas de indagación. En sus prime- puede hablarles a ustedes sobre él mismo, el
ros trabajos se inclina hacia la fenomenología, análisis habrá concluido" (Ec, 373, n.l). El fin
y en 1936 presenta incluso una "descripción fe- de anállsis es también descrito como conciliar-
oomenológica de la experiencia psicoanalítica" se con la propia condición de mortal (E, 104-5).
(Ec, 82-5), pero más tarde se opone por com- 2. En 1960 Lacan describe el fin de análisis
pleto a esa escuela, y en 1964 realiza una críti- como un estado de angustia y abandono, y lo
ca a la Fenomenología de la percepción de compara con el DESAMPARO del infante humano.
Merleau-Ponty (Sil, 71-6). En la medida en 3. En 1964 lo describe como e! punto en el
que el psicoanálisis aborda interrogantes onto- que el analizante ha "atravesado el fantasma ra-
lógicos, Lacan lo alinea con el MATERIALISMO, dical" (SI 1, 273) (véase FANTASMA).
contra todas las formas de idealismo. Lacan en- 4. En la última década de su enseñanza, ca-
cara también la epistemología y la filosofía de racteriza el fin de análisis como la "identifica-
la CIENCIA, con un constante enfoque racionalis- ción con el sinthome", y como "saber qué hacer
ta, oo empirista. con el sinthome" (véase SlNTHOME).
Más informaciooes sobre la relación de La- Todas estas formulaciones comparten la
can con la filosofía pueden encontrarse en Ju- idea de que el fin de análisis involucra un cam-
raoville (1984), Macey ( 1988, cap. 4), Ragland- bio en la posíción subjetiva del ana!izante (su
Sullivan (1986) y Samuels (1993). "destitución subjetiva"), y uo cambio corres-
pondieote eo la posicióo del analista (la pérdida
de ser [dés¿1re] del analista, la caída del analis-
FIN DE ANÁLISIS (FIN D'ANALYSE, ta desde la posición de SUJETO SUPUESTO SA-
END OF ANALYS/S) BER). En el fin de análisis, el analista es reduci-
do a un mero resto, un puro OBJETO a, causa del
En "Análisis terminable e interminable", deseo del analizante.
Freud examina la cuestión de si es posible con- Puesto que Lacan dice que todos los psicoa-
cluir un aoá!isis, o bien todos los análisis son nalistas tieoen que haber ex:perimentado el pro-
necesariamente incompletos (Freud, 1937c). La ceso de la cura desde el principio al fin, el fin
respuesta de Lacan a este interrogante es que de análisis es también el pasaje desde la condi-
resulta por cierto posible hablar de la conclu- ción de analizaote a la de analista. "La verdade-
sión de un análisis. Aunque no todos los análi- ra tenninación de uo análisis'', por lo tanto, no
sis son llevados hasta su término, la cura es un es ni más ni menos que lo que "los prepara pa-
proceso lógico que tiene un fio, y Lacan desig- ra convertirse en analistas" (S7, 303).
na este punto final con la expresión "fin de aná- Eo 1967 Lacan introdujo el procedimiento
lisis". del PASE como medio para atestiguar el fin del
Puesto que muchos aoálisis se interrumpen propio análisis. Con este procedimiento Lacan
antes del fio, se plantea la pregunta de si pue- esperaba evitar los peligros de coosidcrar el fin
den coosiderarse exitosos. Para responder, es de análisis como una ex:perieocia inefable, casi
necesario distinguir entre el fin de análisis y la mística. Esa concepción es aotitética al psicoa-
meta del tratamiento psicoanalítico. La meta de nálisis, que consiste sobre todo en poner las co-
la cura es llevar a! analizante a articular la ver- sas eo palabras.
dad sobre su deseo. Cualquier análisis, aunque Lacan critica a los psicoanalistas que han
sea incompleto, puede considerarse ex:itoso visto el fin de análisis en términos de identifi-
cuando alcanza esa meta. La cuestión del fin de cación coo el analista. En oposición a esta con-
análisis consiste entonces en algo más que sa- cepción, La can sostiene que "el cruce del plano
ber si la cura ha alcanzado o no su meta; se tra- de Ja ideotificación es posible" (Sil, 273). Ir
ta de si ha llegado o no a su punto final lógico. más allá de la identificación no es sólo posible,
94
Fobia
sino también necesario, pues de otro modo no la relación con la madre, y que los caballos re-
se trata de psicoanálisis sino de sugestión, que presentaban al padre, que el niño temía que lo
es la antitesis del psicoanálisis; "la corriente castigara (Freud, 1909b).
fundamental de la operación analítica es el Lacan, en su seminario de l 956-7, realiza
mantenimiento de la distancia entre el yo -la una lectura detallada del caso de Juanito, y pro-
identificación- y el a" (SI 1, 273), pone su propia concepción de la fobia. Siguien-
Lacan también rechaza la idea de que el fin do a Freud, subraya la diferencia entre fobia y
de análisis involucra la "liquidación" de la angustia: la angustia aparece primero, y la fobia
transferencia (véase Sl 1, 267), Esta idea se ba- es una formación defensiva que convierte \a an-
sa en una mala comprensión de la naturaleza de gustia en miedo, concentrándola en un objeto
la transferencia, según la cual ésta es un tipo de específico (S4, 207, 400). Sin embargo, en lu-
ilusión susceptible de trascenderse. Tal concep- gar de identificar el objeto fóbico como repre-
ción es errónea, porque pasa totalmente por al- sentante del padre (según la idea de Freud), La-
to la naturaleza simbólica de este fenómeno; la can sostiene que Ja característica fundamental
transferencia es parte de la estructura esencial del objeto fóbico es que no se limita a represen-
de la palabra. Aunque la cura analítica supone tar una persona, sino a distintas personas suce-
la resolución de la particular relaci6n transfe- sivamente (S4, 283-8). Lacan señala los modos
rencia/ establecida con el analista, la transfe- muy diversos en que Juanito describe los caba-
rencia en sí subsiste después del fin de análisis. llos temidos en diferentes momentos de su fo-
Otras concepciones erróneas del fin de aná- bia; por ejemplo, en cierto momento el niño te-
lisis que Lacan rechaza son e! "fortalecimiento me que un caballo lo muerda, y en otro que un
del yo'', la "adaptación a la realidad" y la "feli- caballo caiga (S4, 305-6). En cada uno de estos
cidad". El fin de análisis no es la desaparición momentos, continúa Lacan, el caballo represen-
del síntoma, ni la cura de una enfennedad sub- ta a una persona distinta de la vida de Juanito
yacente (por ejemplo, la neurosis), puesto que (S4, 307). De modo que el caballo no funciona
el análisis no es esencialmente un proceso tera- como equivalente de un significante único, sino
péutico sino una búsqueda de la verdad, y la como un significante que no tiene un sentido
verdad no es siempre benéfica (S 17, 122). unívoco y es desplazado sobre diferentes signi-
ficados sucesivos (S4, 288).
Sostiene Lacan que Juanito desarro!ló la fo-
FOBIA (PHOBIE, PHOBIA) bia a los caballos debido a que su padre real no
intervino como agente de la castración, que era
En psiquiatría se define usualmente la fobia su ro! propio en el CO~PLEJO DE EDIPO (S4,
como miedo extremo a un objeto particular 212). Cuando ia sexualidad del niño comienza
(por ejemplo un animal) o a una cierta situación a hacerse sentir en la masturbación infantil, el
(por ejemplo salir de casa). Quienes padecen triángulo preedípico (madre-niño-falo imagina-
una fobia experimentan ANGUSTIA si tropiezan rio) se transforma, y deja de ser fuente de goce
con el objeto fóbico o se encuentran en la situa- para convertirse en algo que provoca angustia.
ción temida, y crean "estrategias de evitación" La intervención del padre real habría salvado a
para que esto no suceda. Tales estrategias de Juani10 de esta angustia, al castrarlo simbólica-
evitación pueden volverse tan elaboradas que la mente, pero en au~ertcia de esra intervención, el
vida del sujeto queda severamente restringida. pequeño se ve obligado a encontrar un sustituto
La más importante contribución de Freud al en la fobia. La fobia emplea un objeto imagina-
estudio de las fobias tuvo que ver con un niño rio (el caballo) para reorganizar el mundo sim-
al que bautizó "Juanito". Poco después de su bólico del niño, y de tal modo ayudarlo a pasar
quinto cumpleaños, Juanito desarrolló un vio- del orden imaginario al orden simbólico (S4,
lento miedo a los caballos, y se resistía a salir a 230, 245-6, 284). Lejos de ser un fenómeno pu-
la calle por temor a encontrarse con uno. En su ramente negativo, la fobia convierte en pensa-
historial de Juanito, Freud distinguió la apari- ble, vivible, una situación traumática, mediante
ción inicial de la angustia (no vinculada a nin- la introducción de una dimensión simbólica,
gún objeto) y el miedo siguiente, centrado es- aunque ésta sea sólo una solución provisional
pecíficamente en los caballos. Sólo este último (S4, 82).
constituía la fobia propiamente dicha. Freud in- El objeto fóbico es entonces un elemento
terpretó que la angustia era la transformación imaginario que puede funcionar como signifi-
de la excitación sexual suscitada en Juanito por cante al ser utilizado para representar todos los
95
Forclusión
elementos posibles del mundo del sujeto. Para SE X, 115). Por otra parte, en la misma obra,
Juanit0, el caballo, en diferentes momentos, re- Freud aisló una particular forma de neurosis
presenta a su padre, su madre, su pequeña her- cuyo síntoma central es una fobia. A esta nueva
mana, sus amigos, a él mismo, y además mu- categoría diagnóstica la denominó "histeria de
chas otras cosas (S4, 307). En el proceso de angustia", para diferenciarla de la "histeria de
desarrollar todas las permutaciones posibles en conversión" (que antes Freud denominaba sen-
tomo al "cristal significante de su fobia", Juani- cillamente "histeria"). De modo que las obser-
to pudo agotar todas las imposibilidades que vaciones de Freud son, como decimos, ambi-
bloqueaban su pasaje desde lo imaginario a lo guas; implican que la fobia puede ser un
simbólico, y de tal modo encontrar una solución síntoma y también una entidad clínica subya-
a lo imposible, recurriendo a una ecuación sig- cente. La misma ambigüedad reaparece en La-
nificante (E, 168). En otras palabras, una fobia can, donde la cuestión se reformula como una
desempeña exactamente el mismo papel que alternativa entre la fobia como síntoma o como
Claude Lévi-Strauss les asigna a los mitos, sólo ESTRUCTURA. Usualmente, Lacan sólo diferen-
que en el nivel del individuo, y no en el de la cia dos estructuras neuróticas (la histeria y la
sociedad. Lo importante en el mito -dice Lévi- neurosi~ obsesiva), y describe la fobia como un
Strauss- no es algún significado "natural" o síntoma (no como una estructura) (S4, 285).
"arquetípico" de los elementos aislados que lo Sin embargo, hay también lugares en su obra
constituyen, sino el hecho de que, aunque esos donde enumera la fobia como una tercera for-
elementos, combinados y recombinados, cam- ma de neurosis, además de la histeria y la neu-
bian de posición, las relaciones entre las po- rosis obsesiva, lo cual implica que hay una es-
siciones son inmutables (Lévi-Strauss, 1955). tructura fóbica (por ejemplo, E 321); en 1961
Esta reiterada recombinación de los mismos (éste es un caso) describe Ja fobia como "la for-
elementos permite enfrentar una situación im- ma más radica! de neurosis" (SS, 425). La cues-
posible articulando por turno todas las diferen- tión no se resuelve hasta el seminario de 1968-
tes formas de sU imposibilidad (S4, 330). 9, donde Lacan sostiene que
¿Cuáles son las consecuencias prácticas de
la teoría de Lacan para el tratamiento de sujeto~ No se puede ver en ella [en la fobia] una entidad
que parecen fobias? En lugar de limitarse a de- clínica, sino una platafonna giratoria de empalme, al-
sensibilizar al sujeto (como en la terapia con- go que hay que elucidar en sus relaciones con aque-
llo hacia lo cual usualmente tiende, a saber: los dos
ductista), o a proporcionarle una explicación grandes órdenes de la neurosis, la histeria y la obse-
del objeto fóbico ("el caballo es tu padre"), la sionalidad, y también el empalme que realiza con la
cura tiene que apuntar a ayudar al paciente a perversión.
elaborar todas las diversas permutaciones que (Lacan, 1968-9, citado en Chamama, 1993, 210)
involucra el significante fóbico. Al ayudar al
sujeto a desarrollar su mito individual de acuer- De modo que, según Lacan, !a fobia no es
do con sus propias leyes, la cura le hace posible una estructura clínica que esté en el mismo nivel
agotar finalmente todas las posibles combina- de la histeria y la neurosis obsesiva sino una vía
ciones de los elementos significantes, y de tal de acceso que lleva a una u otra, y que también
modo disolver la fobia {S4, 402). (Debe tener.;e tiene ciertas conexiones con la estructura per-
presente que el examen por Lacan del caso de versa. El vínculo con la perversión puede verse
Juanito solo aborda explícitamente la cuestión en las semejanzas entre el fetiche y el objeto fó-
de las fobias infantiles, y deja abierto el interro- bico, que son por igual sustitutos simbólicos de
gante de si esas observaciones se aplican tam- un elemento que falta, y sirven para estructurar
bién a las fobias de adultos.) el mundo circundante. Además, tanto la fobia
Como el propio Freud lo señaló en su histo- como la perversión surgen de dificultades en e!
rial de Juanito, en las nosografías psiquiátricas pasaje desde el triángulo preedípico imaginario
las fobias !1º tenían asignada ninguna posición hasta el cuaternario simbólico e<lfpico.
definida. El intentó remediar esta incertidum-
bre, pero la solución que propuso caía en una
cierta ambigüedad. Por un lado, puesto que se FORCLUSIÓN (FORCLUSION,
pueden encontrar síntomas fóbicos tanto en su- FORECLOSURE)
jetos neuróticos como psicóticos, Freud sostuvo
que las fobias no podían considerarse "un pro- Desde su tesis de doctorado en 1932, una
ceso patológico independiente" (Freud, 1909b, de las búsquedas centrales que anima !a obra de
96
Forclusión
Lacan es la de identificar una causa psíquica DEL-PADRE (un significante fundamental) (E,
específica de la rs1cos1s. A lo largo del aborda- 217). De este modo Lacan puede combinar en
je de este problema, reaparecen constantemente una sola fónnula los dos temas que antes ha-
dos temas. bían dominado sus pensamientos sobre la cau-
salidad de la psicosis: la ausencia del padre y el
La exclusión del PADRE concepto de Verweifung. Esta fórmula perma-
nece en el núcleo de! pensamiento de Lacan so-
Ya en 1938 Lacan relaciona el origen de la bre la psicosis en el resto de su obra.
psicosis con una exclusión del padre de la es- Cuando el Nombre-del-Padre está forclui-
tructura familiar, y con la consecuente reduc- do para un sujeto en particular, deja un agujero
ción de ésta a las relaciones madre-hijo (Lacan, en el orden simbólico que es imposible de lle-
1938, 49). Más adelante, cuando Lacan diferen- nar; se puede entonces decir que el sujeto tiene
cia el padre real, el padre imaginario y el padre una estructura psicótica, aunque no presente
simbólico, especifica que es la ausencia del pa- ninguno de los signos clásicos de la psicosis.
dre simbólico la vinculada a la psicosis. Antes o después, cuando el Nombre-del-Padre
forcluido reaparezca en lo real, el sujeto no po-
El concepto freudiano de Verwerfung drá asimilarlo, y el resultado de esta "colisión
con el significante inasimilab\e" (S3, 321) será
Freud utiliza el término Verwerfung (tradu- la "entrada en la psicosis" propiamente dicha,
cido como "repudiation" en la Standard Edi- típicamente caracterizada por el desencadena-
tion) de diversos modos (véase Laplanche y n1iento de ALUCINACIONES, DELIRIOS, o unas y
Pontalis, 1967, 166), pero Lacan se centra en otros.
uno de ellos en particular, a saber: como desig- La forclusión debe distinguirse de las ope-
nación de un mecanismo de defensa específico, raciones de la REPRESIÓN, la NEGACIÓN y ia PRO"
distinto de la represión (Verdriingung), en el YECCIÓN.
cual "el yo rechaza la idea incompatible junto
con su afecto y se comporta como si la idea Represión
nunca se le hubiera hecho presente al yo"
(Freud, 1894a, SE III, 58). En 1954, basándose La forclusión se diferencia de la represión
en una lectura del historial del Hombre de los en cuanto el elemento forcluido no está enterra-
lobos (véase Freud, 1918b, SE XVII, 79-80), do en el inconsciente sino expulsado de él. La
Lacan identifica la Verwerfung como el meca- represión es la operación que constimye la neu-
nismo específico de la psicosis, en el cual un rosis, mientras que la forclusión es la operación
elemento es rechazado fuera del orden simbóli- que constituye la psicosis.
co, exactamente como si nunca hubiera existido
(Ec, 386-7; SI, 57-9). En esa oportunidad La- Negación
can propone varios modos de traducir el mismo
término Verwerjung al francés: reject (rechazo, La forc!usión se diferencia de la negación
desestimación), refus (rechazo, repulsa) (S l, en cuanto no involucra ningún juicio de exis-
43), y retranr:hement (supresión) (Ec, 386). Só- tencia inicial (véase BEJAHUNG). Micntr.is que la
lo en 1956 Lacan llegó a proponer el término negación supone negar algunos elementos cuya
forc/usion (que se emplea en el sistema legal existencia ha sido previamente registrada, con
francés; en inglés esforeclosure) como la ~e la forclusión todo ocurre como si el elemento
jor traducción de Verweifung (S3, 321). Esta forcluido nunca hubiera existido.
es la palabra que Lacan continuó empleando en
el resto de su obra. Proyección
En 1954, cuando Lacan se vuelve por pri-
mera vez hacia el concepto freudiano de Ver- La forclusión es un mecanismo específica-
weifung en su búsqueda de un mecanismo es- mente psicótico, mientras que para Lacan la
pecífico de la psicosis, no está exac1amente proyección es puramente neurótica. Con la pro-
claro qué es lo repudiado; puede ser la castra- yección, el proceso se dirige de adentro hacia
ción, la palabra misma (SI, 53), o "el plano ge- afuera, mientras que en la forclusión el elemen-
nital" (S l, 58). Lacan encuentra una solución a to forcluido retoma desde afuera. Freud lo ha-
este problema a fines de 1957, cuando propone bía advertido en "Puntualizaciones psk:oanalíti-
que el objeto de la forc\usión es el NOMBRE- cas sobre un caso de paranoia" (191 lc), donde,
97
Formaciones del inconsciente
de Freud traicionada por la IPA. La lectura de bernados por la inflexiblemente efectiva preo-
Freud en el original alemán le permitió a Lacan cupación freudiana por mantener su rigor pri-
descubrir elementos que habfan sido oscureci- 111ordial" (E, 116). En otras palabras, si bien la
dos por una traducción pobre e ignorados por lectura de Freud por Lacan puede ser tan par-
otros comentadores. Gran parte de la obra de cial como la de cualquier otro, en e! sentido de
Lacan está asociada con comentarios detallados que privilegia ciertos aspectos, a juicio de La-
de textos específicos de Freud y llena de nume- can esto no justifica que todas las interpretacio-
rosas referencias a otros analistas, cuyas ideas nes de Freud se consideren igualmente válidas.
Lacan refuta. Por lo tanto, para poder entender De modo que las declaraciones de lealtad y las
a Lacan se necesita una comprensión minucio- acusaciones de traición formuladas por Lacan
sa de las ideas de Freud, y también del modo en no pueden verse como una mera estrategia retó-
que esas ideas fueron desarrolladas y modifica- rica. Tienen, por cierto, una función retórico-
das por los otros analistas (los "posfreudianos") política, en cuanto al presentarlo como "más
a los que Lacan critica. Estas ideas constituyen freudiano" que nadie le permitieron desafiar el
el telón de fondo contra el cual Lacan elabora monopolio efectivo del legado freudiano del
su propio "retomo a Freud". que la IPA aún disfrutaba en la década de 1950.
Sin embargo, con sus afirmaciones Lacan re-
Lo que ese retomo [a Freud] involucra para trú clama explícitamente el mérito de haber desme-
no es un retomo de lo reprimido, sino tomar la antíte- nuzado una lógica coherente de los escritos de
sis constituida por la fase de la historia del movi- Freud que nadie había percibido antes que él.
miento psicoanalítico posterior a la muerte de Freud,
demostrando lo que e! psicoanálisis no es, y buscan-
do con ustedes los medios para revitalizar aquello
que ha continuado sosteniéndolo, incluso en la des- FRUSTRACIÓN (FRUSTRATION,
viación[ ... ] FRUSTRATION)
(E,116)
La palabra inglesa "frustration" adquirió
No obstante, la obra de Lacan en sí no tiene una prominencia creciente en ciertas ramas de
el aspecto de un retomo a la ortodoxia, implíci- la teoría psicoanalítica en la década de 1950,
to en la expresión "retomo a Freud", pues el junto con un cambio del énfasis, que pasó del
modo en que Lacan lee a Freud y el estilo de triángulo edlpico a la relación madre-hijo. En
exposición son tan originales, que parecen con- este contexto, la frustración se entendía en ge-
tradecir la modesta afinnación de que él es sólo neral como el acto mediante el cual la MADRE le
un comentador. Además, si bien es cierto que niega al niño el objeto que satisfaría una de sus
Lacan vuelve a los textos reales del propio NECESIDADES biológicas. Algunos analistas pen-
Freud, también es cierto que escoge aspectos saban que frustrar al niño de este modo era un
específicos del legado conceptual freudiano, importante factor de la etiología de la neurosis.
privilegiando algunos conceptos a expensas de "Frustration" es también el término em-
otros. Podría entonces sostenerse que Lacan no pleado en la Standard Edition para traducir la
es más "fiel" a la obra de Freud que los freudia- palabra alemana Versagung empleada por
nos a los que critica por haber traicionado el Freud. Si bien este último término no se desta-
mensaje del maestro; lo mismo que ellos, La- ca mucho en la obra de Freud, forma parte de
can elige y elabora ciertos temas, y desatiende su vocabulario teórico. A primera vista parece-
o reinterpreta otros. Por lo tanto, el psicoanáli- ría que Freud examina la frustración del modo
sis lacaniano quedaría mejor descrito como una que acabamos de describir. Por ejemplo, sin
forma "posfreudiana" del psicoanálisis, junto duda atribuye a la frustración un lugar impor-
con la psicología del yo, el psicoanálisis klei- tante en la etiología de los síntomas, y dice que
niano y la teoría de las relaciones objetales. "fue unafrustraci6n lo que enfermó al pacien-
Pero no es así como el propio Lacan ve su te" (Freud, 1919a, SE XVII, 162). Por lo tanto,
obra. Él dice que en los textos de Freud opera cuando Lacan dice que "frustración" es un tér-
una lógica más profunda, una lógica que los ha- mino "sencillamente ausente de la obra de
ce coherentes a pesar de las aparentes contra- Freud" (S3, 235), lo que él entiende que es el
dicciones. Lacan sostiene que su lectura de concepto freudiano de Versagung no corres-
Freud, y sólo la suya, saca a luz esta lógica, y ponde a la idea de la frustración que acabamos
nos muestra que "las diferentes etapas y cam- de exponer. Lacan sostiene que quienes han
bios de dirección" de la obra de Freud "songo- teorizado el concepto de frustración de este
99
Frustración
100
G
descarta como completamente ajena a la teoría y sigs.). En otras palabras, cuando un animal
psicoanalítica. Para él, la idea de una madurez percibe la imagen unificada de otro miembro
y síntesis psicosex.ual final, que es lo que impli- de su especie, responde de ciertos modos ins-
ca este concepto de "amor genital", es una ilu- tintivos. Lacan da muchos ejemplos (tomados
sión que pasa completamente por alto "las ba- de la etología) de estas respuestas instintivas a
rreras y humillaciones" (Emiedrigungen) tan imágenes (por ejemplo, E, 3), pero su principal
comunes incluso en la relación amorosa más interés está en el modo en que la guestalt fun-
realizada" (E, 245). No e¡¡iste nada que sea una ciona con los seres humanos. Para los seres hu-
relación objeta! posambivalente. manos, la imagen corporal es también una
El concepto de amor genital está claramen- guestalt que produce respuestas instintivas, es-
te vinculado a la "ob!atividad", ténnino utiliza- pecialmente sexuales, pero su poder es más que
do por algunos psicoanalistas para designar una instintivo: constituye el poder cautivante esen-
forma madura de amor, en la cual uno ama al cial de la IMAGEN ESPECULAR (véase CAPTA-
otro por lo que es, y no por lo que pueda dar. CIÓN). En estadio del espejo, el yo se fonna por
Lacan es tan crítico del concepto de oblatividad identificación con la guestalt unificada de la
como lo es del concepto de amor genital, y lo imagen corporal. Sin embargo, la unidad imagi-
considera una forma de moralismo y una trai- naria del yo es constantemente amenazada por
ción al descubrimiento analítico del objeto par- el miedo a la desintegración, que se manifiesta
cial (S8, 173-4). Sostiene que e[ concepto de en imágenes de CUERPO FRAGMENTADO; estas
oblatividad tiene poco que ver con la genitali- imágenes representan lo opuesto a la guestalt
dad y mucho más en común con el erotismo unificada de la imagen corporal.
anal. Ateniéndose a la equiparación freudiana
de las heces con un regalo, dice Lacan que la
fórmula de la oblatividad ("todo para el otro") GOCE (JOUISSANCE, JOUISSANCE)
demuestra que es una fantasía del neurótico ob-
sesivo (S8, 241). La palabra francesajouissance significa bá-
sicamente "goce", pero tiene una connotación
sexual ("orgasmo") de la que carece el término
GUESTALT (GESTALT, GESTALT) inglés "enjoyment'', y por lo tanto la mayoría
de las ediciones en inglés de Lacan la dejan sin
"Gestalt" es una palabra alemana que de- traducir (aunque después se ha señalado que la
signa la pauta o todo organizado. que tiene pro- palabra ''jouissance" figura en realidad en el
piedades distintas de las de sus componentes Shorter Oxford Englüh Dictionary; cf. Macey,
aislados. El estudio experimental de la guestalt 1988, 288, n. 129). Como lo observa Jane Ga-
se inició en 1910 con la investigación de ciertos llop, mientras que "orgasmo" es un sustantivo
fenómenos de la percepción. y condujo a una que tiene plural, Lacan siempre emplea jouis-
escuela de pensamiento conocida como "psico- sance en singular, y precedido por el artículo
logía guestáltica", basada en un concepto holís- definido (Gallop, 1982, 30).
tico de la mente y el cuerpo, y que además su- Este término no aparece en la obra de La-
braya la importancia psicológica de la can hasta 1953, e incluso entonces no se desta-
presentación corporal. Estas ideas constituye- ca particularmente (E, 42, 87). En los semina-
ron la base de la terapia guestáltica, tal como la rios de 1953-4 y 1954-5 él emplea el término
han desarrollado Paul Goodman, Fritz Peris y ocasionalmente, por lo general en el contexto
Ralp Hefferline. de la dialéctica hegeliana del AMO y el esclavo:
Cuando Lacan se refiere a la guestalt, habla el esclavo se ve obligado a trabajar a fin de
específicamente de un tipo de pauta organizada, proporcionar objetos para el goce del amo (S 1,
la imagen visual de otro miembro de la misma 223; S2, 269). De modo que hasta 1957 esta
especie, que es percibida como un todo unifica- palabra parece designar sólo la sensación go-
do. Esta imagen es una guestalt porque tiene uo zosa que acompaña a la satisfacción de una
efecto que no puede generar ninguna de las par- necesidad biológica como el hambre (S4, 125).
tes componentes tomadas aisladamente; este Poco después las asociaciones sexuales se
efecto consiste en que actúa como "mecanismo vuelven más aparentes; en 1957, Lacan usa el'·
disparador" (en francés déclencheur), que de- término para referirse al goce de un objeto se-/
sencadena ciertas respuestas instintivas, como xual (Ec, 453) y a los placeres de la masturba-
por ejemplo la conducta reproductiva (SI, 121 ción (S4, 241); en 1958 e;\plicita el sentido de
102
1 Grafo del deseo
"goce" como "orgasmo" (Ec, 727). (Para una Existen también fuertes afinidades entre el
descripción más completa de la evolución de concepto lacaniano de goce y el concepto freu-
este término en la obra de Lacan, véase Ma- diano de LIBIDO, como se advierte con claridad
cey, !988, 200--S.) en la descripción por Lacan del goce como una
Sólo en 1960 desarrolló Lacan su oposición "sustancia corporal" (S20, 26). Al coincidir
clásica entre goce y placer, una oposición que con la afirmación de Freud en cuanto a que
alude a la dhtinción hegeliana/kojeveana entre hay sólo una libido, que es masculina, Lacan
Genuss (goce) y Lust (placer) (cf. Kojeve, 1947, sostiene que el goce es esencialmente fálico;
46). El principio de placer funciona como un lí- "El goce, en la medida en que es sexual, es fá-
mite al goce. Es una ley que le ordena al sujeto lico, lo que significa que no se relaciona con el
"gozar lo menos posible". Al mismo tiempo, el Otro como tal" (S20, 14). Sin embargo, en
sujeto intenta constantemente transgredir las 1973 Lacan admite que hay un goce específi·
prohibiciones impuestas a su goce, e ir "más camente femenino, un "goce suplementario"
allá del principio de placer". No obstante, el re- (S20, 58) que está "más allá del falo" (S20,
sultado de transgredir el principio de placer no 69), un goce del Otro. Este goce femenino es
es más placer sino dolor, puesto que el sujeto inefable, pues las mujeres lo experimentan pe-
sólo puede soportar una cierta cantidad de pla- ro no saben nada sobre él (S20, 71). Para dife-
cer. Más allá de este límite, el placer se convier- renciar estas dos formas de goce, Lacan intro·
te en dolor, y este "placer doloroso" es lo que duce un símbolo algebraico para cada una: Jqi
Lacan denomina goce: "el goce es sufrimien- designa el goce fálico, mientras que JA desig-
to" (S7, 184). El término "goce" expresa enton· na el goce del Otro.
ces perfectamente la satisfacción paradójica que
el sujeto obtiene de su síntoma o, para decirlo
en otras palabras, el sufrimiento que deriva de GRAFO DEL DESEO (GRAPHE
su propia satisfacción (la "ganancia primaria de DU DÉSIR, G_RAPH OF DESIRE)
la enfermedad" en los términos de Freud).
La prohibición del goce (el principio de El grafo del deseo es una representación to-
placer) es inherente a la estructura simbólica pográfica de La_ i;:structura del deseo. Lacan lo
del lenguaje, en virtud de la cual "el goce está desarrolló por primera vez en El Seminario, LJ.
prohibido para aquel que habla, como tal" (E, bro V (Lacan 1957-8) para ilustrar la teoría psi-
319). La entrada del sujeto en lo simbólico está coanalítica del chiste (véase Freud, 1905c).
condicionada por cierta renuncia inicial al goce Reaparece en algunos de los seminarios que si-
en el complejo de castración, en el que ese su- guieron (véase Lacan, 1958-9 y 1960-1), para
jeto renuncia a sus intentos de ser el falo imagi- después desaparecer casi totalmente de la obra
nario para la madre; "La castración significa de Lacan. Adopta diversas formas, aunque la
que el goce debe ser rechazado para poder al- más conocida es la que incluye el artículo "La
canzarlo en la escala invertida [l'échelle ren· subversión del sujeto y Ja dialéctica del deseo"
versée] de la ley del deseo" (E, 324). La prohi- (Lacan, 1960a). En ese ensayo Lacan construye
bición simbólica del goce en el complejo de cl..fil_afo cj.el deseo en cu_atro etapas. La primera
Edipo (el tabú del incesto) es entonces, paradó- es la "c1\ula elemental" (figura 8; véase E,
jicamente, la prohibición de algo que es ya im- 303).
posible; es decir que funciona para mantener la La línea horizontal representa la CADENA
ilusión neurótica de que el goce sería alcanza- s10NÍFicANTE diacrónica; la curva en herradura
ble si no estuviera prohibido. La prohibición representa el vector de la intencionalidad del
misma crea el deseo de transgredirla, y el goce sujeto. La doble intersección de estas dos líneas
es por lo tanto fundamentalmente transgresor ilustra la naturaleza de la retroacción: el mensa-
(véase S7 ,cap. 15). je, en el punto denominado s(A) en el grafo
"pULSIÓN DE MUERTE" es el nombre dado al completo es el PUNTO DE ALMOHADILLADO de-
deseo constante del sujeto de irrumpir a través terminado retroactivamente por la particular
del principio de placer hacia la COSA y hacia un puntuación que le ha asignado el Otro, A. El
cierto exceso de goce; el goce es entonces "la sujeto nútico prelingüístico de la necesidad pu-
' senda hacia la muerte" (SI7, 17). Puesto que ra, indicado por el triángulo, debe atravesar los
I las pulsiones son intentos de irrumpir a través desfiladeros del significante, lo que produce al
del principio de placer en búsqueda de goce, to· sujeto dividido,$.
da pulsión es una pulsión de muerte. No se pretende que las etapas intermedias
103
Grafo del deseo
S'
s
S(/..J ($00
Goco Castración
¡goa) d
s(AJ A
Significante
m i(a)·
v,,
l(A)
'
Figura 9. El grafo del deseo. Grafo completo
Fuente: Jacques Lacan. ltcrits. Paris, Seuil, 1%6
del grafo del deseo demuestren una evolución o va del significante a la voz) es la cadena signi-
desarrollo temporal, puesto que este grafo exis- ficante consciente, el nivel del enunciado. La
te siempre como un todo; son simplemente re- cadena superior (que va del goce a la castra-
cursos pedagógicos utilizados por Lacan para ción) es la cadena significante en el inconscien-
ilustnir la estructura del grafo completo (figura te, el nivel de la ENUNCIACIÓN. De modo que Ja
9: véase E, 315 y Ec, 817). estructura está duplicada: la parte superior del
En el grafo completo no hay una sino dos grafo está estructurada exactamente como la
cadenas significantes. La cadena inferior (que parte inferior.
H
ticulan en torno a una "anatomía imaginaria" entre la histeria y la feminidad. Por cierto, la
que carece de relación con la estructura real del mayoría de los histéricos son mujeres, así como
sistema nervioso (véase Lacan, 195 lb, 13). No la mayoría de los neuróticos obsesivos son
obstante, aunque Lacan examina la sintomato- hombres.
logía de la histeria vinculándola a la imago del La estructura del deseo, como deseo del
CUERPO FRAGMENTADO (E, 5), no define la histe- Otro, aparece en la histeria con más claridad
ria como un conjunto de síntomas sino como que en cualquier otra estructura clínica; el his-
una ESTRUCTURA. Esto significa que un sujeto térico es precisamente alguien que se apropia
puede no pre~entar ninguno de los síntomas del deseo del otro identificándose con él. Por
corporales típicos de la histeria y no obstante ejemplo, Dora se identifica con Herr K., toma
ser diagnosticado como histérico por un analis- como suyo propio el deseo que percibe en él,
ta lacaniano. el desear a Frau K. ($4, 138). Sin embargo, se-
Lo mismo que Freud, Lacan considera la gún también lo demuestra el caso Dora, la his-
histeria como una de las dos principales formas térica sólo sostiene el deseo del Otro con la
de NEUROSIS (la otra es la NEUROSIS OBSESIVA). condición de no ser ella el objeto de ese deseo
En el seminario de 1955-6 desarrolla la idea de (Ec, 222); la histérica no soporta ser tomada
que la neurosis tiene la estructura de una pre- como objeto del deseo porque eso haría revivir
gunta, y que lo que diferencia la histeria de la la herida de la privación (S 17, 84). Es esta re-
neurosis obsesiva es la naturaleza de esa pre- lación privilegiada entre la estructura del deseo
gunta. Mientras que la neurosis obsesiva tiene y la estructura de la histeria lo que explica que
que ver con la pregunta por la existencia del su- Lacan le haya dedicado tanta atención a esta
jeto, en la histeria el sujeto se pregunta por su estructura clínica, y que en la década de 1970
posición sexual. Este interrogante puede formu- haya desarrollado la idea de que en !a cura es
larse como "¿soy un hombre o una mujer?" o, necesario "histerizar" al analizante. Como es-
más precisamente, "¿qué es una mujer?" (S3, tructura clínica, la histeria debe distinguirse
170-5). Esto vale para los histéricos de ambos del concepto lacaniano de DISCURSO de la his-
sexos (S3, 178). Lacan reafirma entonces la an- térica, que designa una forma particular de la-
tigua idea de que existe una vinculación íntima zo social.
106
1
'
IDEAL DEL YO (IDÉAL DU MOi, orden simbólico, y por lo tanto anticipa Ja iden-
EGO-IDEAL) tificación secundaria (edípica) (S 1, 141), o bien
es un producto de esa identificación (Lacan,
En tos escritos de Freud hay tres términos 157-8). El yo ideal, por otro lado, se origina en
entre los cuales resulta difícil discernir una dis- la imagen especular del estadio del espejo; es
tinción sistemática, aunque tampoco son senci- una promesa de síntesis futura hacia la cual
Uamente empleados como intercambiables: son tiende el yo, la ilusión de unidad que está en la
ellos "ideal del yo" (lch-Idea[), "yo ideal" base del yo. El yo ideal siempre acompaña al
(Ideal /ch) y superyó (Über-lch). Sin embargo, yo, como un intento incesante de recobrar la
Lacan sostiene que estas tres "formaciones del omnipotencia de la relación dual preedípica.
yo" son conceptos totalmente distintos y que Aunque fonnado en la identificación primaria,
por lo tanto no deben confundirse entre sí. el yo ideal continúa desempeñando un papel
En sus escritos de preguerra, a Lacan le in- como fuente de todas las identificaciones se-
teresa principalmente establecer una distinción cundarias (E, 2). En el álgebra lacaniana, el yo
entre el ideal del yo y el superyó, y no se refie- ideal se escribe i(a), y el ideal del yo l(A).
re al yo ideal. Aunque tanto el ideal del yo co-
mo el SUPERYÓ están relacionados con la decli-
nación del complejo de Edipo, y los dos son IDENTIFICACIÓN (IDENTIFICATION,
productos de la identificación con el padre, dice IDENTIFICATION)
Lacan que representan aspectos diferentes del
rol paterno dual. El superyó es una instancia in- En la obra de Freud, el ténnino "identifica-
consciente cuya función consiste en reprimir el ción" designa el proceso por el cual un sujeto
deseo sexual que suscita la madre, mientras que adopta como suyos uno o más atributos de otro
el idea[ del yo ejerce una presión consciente en sujeto. En sus escritos más tardíos, a medida
favor de la sublimación, y proporciona las que Freud desarrollaba la idea de que el yo y el
coordenadas que le penniten al sujeto asumir superyó se construyen sobre la base de una se-
una posición sexual como hombre o mujer (La- rie de identificaciones, el concepto de identifi-
can, 1938, 59-62). cación llegó finalmente a designar "la opera-
Después de la guerr-<1, Lacan cuida más de ción en sí por la cual se constituye el sujeto
diferenciar el ideal del yo y el yo ideal (en fran- bumano" (La planche y Pon ta lis, 1967, 206). Se
cés, moi idéa[). (Obsérve~e que en cierto mo- trata por lo tanto de un concepto de importancia
mento, en 1949, Lacan usa el término je-idéal central en la teoría psicoanalítica, pero que
para traducir el Jdeal-lch freudiano [E, 2]; no también suscita importantes problemas teóri-
obstante, pronto abandona esta práctica, y en e! cos. Uno de tos principales, con el que luchó el
resto de su obra usa la expresión moi idéal.) En propio Freud, es ta dificultad para establecer la
el seminario de 1953-4, desarrolla el MODELO relación precisa entre la identificación y el ob-
óPTlco para distinguir estas dos formaciones. jeto de amor.
Sostiene que el ideal del yo es una introyección Este concepto de identificación ocupa una
simbólica, mientras que el yo ideal es la fuente posición igualmente importante en la obra de
de una proyección imaginaria (véase S8, 414). Lacan. Éste pone un énfasis especial en el pa-
El ideal del yo es el significante que opera co- pel de la imagen, y define a la identificación
mo ideal, un plan intemalizado de la ley, la como "la transfonnación que ~e produce en el
guía que gobierna la posición del sujeto en el sujeto cuando asume una imagen" (E, 2). "Asu-
107
Imagen especular
1
mir" una imagen es reconocerse en ella, y apro- damentc limitada, y toma un único rasgo [nur
piarse de la imagen como si fuera uno mismo. einen einzigen Zug] de la persona que es su ob-
Desde sus primeras obras Lacan distingue jeto"' (Freud, 192lc, SE XVIII, 107). Este "ras-
la identificación imaginaria de la identificación go único" o "rasgo unario" (del francés, trait
simbólica. unaire, que las traduciones inglesas de Lacan
1. La identificación imaginaria es el meca- vierten diversamente como "unbroken /ine" [lí-
nismo por el cual se crea el yo en el ESTADIO nea llena], "single stroke" [trazo único] o "uni-
DEL ESPEJO; pertenece absolutamente al orden tary trait" [rasgo unitario]) es considerado por
imaginario. Cuando el infante ve su reflejo en Lacan un término simbólico primordial que se
el espejo, se identifica con esa imagen. La introyecta para producir el ideal del yo. Aun-
constitución del yo por identificación con algo que este rasgo puede originarse como signo, se
que está fuera del sujeto (e incluso contra el su- convierte en significante al ser incorporado en
jeto) es lo que "estructura al sujeto como un ri- un sistema significante (S8, 413-14). En 1964
val de sí mismo" (E, 22), y por lo tanto involu- Lacan vincula el rasgo unario al primer signifi-
cra agresividad y alienación. El estadio de! cante (S 1), y lo compara con la muesca que ha-
espejo constituye la "identificación primaria'', y ce el hombre primitivo en una estaca para sig-
da origen al YO IDEAL. nificar que ha matado a un animal (Sil, 141,
2. La identificación simbólica es la identifi- 256).
cación con el padre en la etapa final del COM- Lacan se opone con firmeza a ciertos auto-
PLEJO DE EDIPO, que da origen a la formación res (por ejemplo, Balint) que entienden el FIN
del IDEAL DEL YO. Por medio de esta identifica- DE ANÁLISIS como identificación con el analista;
ción secundaria el sujeto trasciende la agresivi- por el contrario, él insiste en que no sólo "es
dad inherente a la identificación primaria (E, posible atravesar el plano de la identificación"
23), de modo que puede decirse que la identifi- (S 11, 273), sino también en que ésta es una
cación secundaria representa una cierta "nor-. condición necesaria del verdadero psicoanáli-
ma\ización libidina\" (E, 2). Aunque esta iden- sis. De modo que el fin de análisis es concebido
tificación es denominada "simbólica", no deja por Lacan como la destitución del sujeto, un
de ser una "identificación secundaria" (E, 22), momento en el que las identificaciones del su-
que sigue el modelu de la identificación prima- jeto son cuestionadas de un modo tal que ya no
ria y, en consecuencia, como todas las identifi- resulta posible mantenerlas como antes. Sin
caciones, tiene algo de imaginaria; sólo se la embargo, si bien el fin de análisis no consiste
denomina "simbólica" porque representa el precisamente en identificarse con el analista,
completamiento del pasaje del sujeto al orden dice Lacan que es posible hablar de una idenli-
simbólico. fieación en esa etapa, pero con otro sentido: la
Las ideas de Lacan sobre la naturaleza de la identificación con el síntoma (véase S!N1HOME).
identificación simbólica sufrieron cambios
complejos en el curso de su obra. En 1948 ve la
identificación simbólica en términos de "intro- IMAGEN ESPECULAR (/MAGE
yección de la imago del progenitor del mismo SPÉCUIAIRE, SPECULAR IMAGE)
sexo" (E, 22), mientras que en 1958 ha pasado
a verla en términos de identificación con el pa- Cuando Lacan habla de la imagen especular
dre real en el tercer tiempo del complejo de se refiere a! reflejo del propio cuerpo en el es-
Edipo. pejo, a la imagen de uno mismo que es simultá-
En 1961 Lacan describe la identificación neamente uno mismo y OTRO (el "pequeño
simbólica como una identificación con el signi- otro"). Es identificándose con la imagen espe-
ficante. Encuentra respaldo para esta idea en el cular como el infante comienza a construir su
catálogo de lo~ tres tipos de identificación que YO en el ESTADIO DEL ESPEJO. Incluso cuando no
Freud presenta en el capítulo 7 de Psicología hay ningún espejo real, el bebé ve su conducta
de las masas y análisis del yo (Freud, 192Ic). reflejada en los gestos imitativos de un adulto o
En los primeros dos tipos (con un objeto amo- de otro niño; estos gestos imitativos permiten
roso o con un rival), el sujeto puede expresar a que la otra persona funcione como imagen es-
menudo la identificación desarrollando pura y pecular. El ser humano es totalmente cautivado
simplemente un síntoma idéntico al que padece por tal imagen: ésta es la razón básica del poder
la persona con la que él se identifica. En estos de lo imaginario en el sujeto, y explica por qué
casos, "la identificación es parcial y extrema- el hombre proyecta esta imagen de su cuerpo
108
1 Imaginario
en todos los otros objetos del mundo que lo ro- Sin embargo, la oposición entre lo imagina-
dea (véase Lacan, l 975b; véase CA?TACIÓN). rio y lo simbólico no significa qu<:: !u imagina-
Hay ciertas cosas que no tienen ninguna rio carezca de estructura. Por el contrario, lo
imagen especular, que no son "especulariza- imaginario está siempre ya estructurªdq pof·¿¡
bles": el falo, las zonas erógenas y el OBJETO a. orden simbólico. Por ejemplo, en su examen -
del estadio del espejo, en 1949, Lacan habla de
las relaciones en el espacio imaginario, que im-
IMAGINARIO (IMAGINA/RE, plican una estructuración simbólica de ese es-
IMAGINAR Y) pacio (E, 1). La expresión "matriz imaginaria"
también implica un imaginario estructurado por
El empleo por Lacan del término "imagina- lo simbólico (Ec, 221), y en 1964 Lacan discu-
rio" como sustantivo data de 1936 (Ec, 81). te de qué modo el campo visual está estructura-
Desde el principio esta palabra estuvo asociada do por leyes simbólicas (SI 1, 91-2).
con ilusión, fascinación y seducción, y se rela- Lo imaginario envuelve también una di-
cionó específicamente con la RELACIÓN DUAL mensión lingUística. Mientras que el significan-
entre e\ YO y la IMAGEN ESPECl:LAR. Sin embar- te es la base del orden simbólico, el SIGNIFICA-
go, es importante obseiV&-qUeSí6ien lo imagi- DO y la SIG1'1FICACióN forman parte del orden
nario siempre retiene la connotación de ilusión imaginario. De modo que el lenguaje tiene as-
y señuelo, no es sencillamente sinónimo de "lo pectos simbólicos y también imaginarios; en su
ilusorio", en cuanto esto último implica algo in- aspecto imaginario, el lenguaje es "el muro del
necesario y sin consecuencias (Ec, 723). Lo lenguaje" que invierte y distorsiona el discurso
imaginario está lejos de no tener consecuen- de1 Otro (véase ESQUEMA L).
cias; sus ef~tos son poderosos en lo real, y no Lo imaginario ejerce un poder cautivante
se trata de algo que pueda ser sencillamente sobre el sujeto, un poder fundado en el efecto
descartado o "superado". casi hipnótico de la imagen especular. Lo ima-
Desde 1953 en adelante, el ORDEN imagina- ginario arraiga entonces en la relación derSiiJé-
rio se convirtió en uno de los tres que constitu- to_ con su propio cuerpo (o más bien,, con la
yen el esquema tripartito central del pensa- imagen de su cuerpo). Este poder de cautivar y
miento laeaniano, opuesto a lo simbólico y lo capturar es a! mismo tiempo seductor (lo ima-
real. La base del orden imaginario sigue siendo ginario se manifiesta sobre todo en el plano se-
la formación de! yo en el ESTADIO DEL ESPEJO. xual, en formas tales como la exhibición sexual
Puesto que el yo se forma por identificación y los rituales del cortejo; Lacan, I 956b, 272) y
~!).__el _semejante. o la--lmagen especular, la discapacitante: aprisiona al sujeto en una serie
IDENTIFICACIÓN es un aspecto _importante del or- de fijaciones estáticas (véase CAPTACIÓN).
den imaginario. El yo y el semejante forman la Lo imaginario es la dimensión del sujeto
relación dual prototípica, y son intercambia- humano más estrechamente vinculada a la eto-
bles. &ta relación por la cual se constituye el logía y la psicología animal (S3, 253). Todos
ego mediante la identificación con el pequeño los intentos de explicar la subjetividad humana
otro significa que e! yo, y el orden imaginario en términos de psicología animal se ven por
en sí, son ambos sedes de una ALIENACIÓN radi- consiguiente limitados a lo imaginario (véase
cal: "la alienación es constitutiva del orden NATURALEZA). Aunque lo imaginario representa
imaginario" (S3, 146). La relación dual entre el el punto de contacto más íntimo entre la subjeti-
yo y el semejante es fundamentalmente narci- vidad humana y la etología animal (S2, 166), en
sista, y el NARCISISMO con~tituye otra caracte- este caso no se trata de una simple identidad; en
rística del orden imaginario. El narcisismo es los seres humanos, e! orden imaginario está es-
siempre acompañado por una cierta AGRESIVI- tructurado por lo simbólico, y esto significa que
DAD. Lo imaginario es el reino de la imagen en "en el hombre, la relación imaginaria se ha des-
la imaginación, el engai'io y e! señuelo. Las viado [del reino de la naturaleza]" (S2, 210).
principales ilusiones de lo imaginario son las Lacan tiene una desconfianza cartesiana
de totalidad, síntesis, autonomía, dualidad y, respecto de la imaginación como instrumento
por sobre todo, semejanza. De modo que lo cognitivo. Lo mismo que Descartes, él insiste
imaginario es el orden de la~ apariencias super- en la supremacía de la intelección pura, que no
ficiales que son los fenómenos observables, en- dependa de imágenes, como el único modo de
gañosos, y que ocultan estructuras subyacentes; llegar a un conocimiento cierto. Esto es lo que
los afectos son fenómenos de ese tipo. está detrás de su empleo de figura<; topológicas,
rno
lmago
que no se pueden representar en la imagina- nado con la palabra COMPLFJO. En 1938 Lacan
ción, para explorar la estructura del inconscien- vincula cada uno de los tres complejos familia-
te (véase TOPOLOG!A). Esta desconfianza res- res a una imagen específica: el complejo del
pecto de la imaginación y los sentidos ubica destete, a la imago del pecho materno; el com-
firmemente a Lacan del lado del racionalismo, plejo de la intrusión con la imago del semejan-
y no del empirismo (véase CIEN"CIA). te, y el complejo de Edipo con la imago del pa-
Lacan acusó a las principales escuelas psi- dre (Lacan, 1938). En 1946 Lacan dice que, al
coanalíticas de su época de reducir el psicoaná- formular el concepto de imago, el psicoanálisis
lisis al orden imaginario: esos psicoanalistas le ha proporcionado a la PSICOLOGÍA un objeto
hacían de la identificación con el analista la propio de estudio. estableciéndola de tal modo
meta del análisis, y reducían la cura a una rela- sobre un basamento verdaderamente científico:
ción dual (E, 246-7). Para Lacan, esto era una "es posible[ ... ] designar en la imago el objeto
traición completa al psicoanálisis, una desvia- propio de la psicología, exactamente en la mis-
ción que sólo podía haber generado una cre- ma medida en que la noción de Galileo del
ciente alienación del sujeto. Contra tal reduc- punto material inerte formó la base de la física"
cionismo imaginario, Lacan dice que la esencia (Ec, 188).
del psicoanálisis consiste en el uso de lo simbó- Mientras que para Jung y Klein las imáge-
lico. El empleo de lo simbólico es el único mo- nes tienen efectos positivos y negativos por
do de desalojar las fijaciones discapacitantes de igual, en la obra de Lacan gravitan con firmeza
lo imaginario. El analista sólo puede obtener un hacia lo negativo; son elementos fundamental-
punto de apoyo en Jo imaginario transformando mente engañosos y destructores. Lacan habla
las imágenes en palabras, del mismo modo que de la imago del CUERPO FRAGMENTADO, e inclu-
Freud trataba al sueño como un acertijo gráfico so imagos unificadas, como por ejemplo la
(rebus): "Lo imaginario es sólo descifrable si se imagen especular, son meras ilusiones de totali-
lo traduce a símbolos" (Lacan, 1956b, 269). Es- dad que introducen una agresividad subyacente.
te uso de lo simbólico es el único modo que tie- "El primer efecto de la imago que aparece en el
ne el proceso analítico de "atravesar el plano de ser humano es un efecto de alienación subjeti-
la identificación" (SI 1, 273). va" (Ec, 181, cursivas del original).
Después de 1950, el término "imago" desa-
parece casi por completo del vocabulario •eóri-
!MAGO (/MAGO, /MAGO) co de Lacan. No obstante, las ideas básicas de-
sarrolladas alrededor de ese concepto en los
Originalmente introducida en la teoría psi- escritos anteriores continúan desempeñando un
coanalítica por Jung, en 1911, la palabra latina papel importante en el pensamiento lacaniano,
imago ya había llegado a ser convencional en articuladas en torno a otros términos, principal-
la terminología del psicoanálisis cuando Lacan mente "imagen".
inició su formación como psicoanalista en la
década de 1930. Esta palabra está claramente
relacionada con "imagen", pero se pretende INCONSCIENTE (INCONSCIENT,
que subraye la determinación subjetiva de la UNCONSCIOUS)
imagen; en otras palabras, incluye tanto los
sentimientos como una representación visual. Aunque el término "inconsciente" ya había
Las imagos son específicamente imágenes de sido utilizado por autores anteriores a Freud, en
otras personas {Jung habla de las imagos ma- las obras de éste adquiere un significado com-
terna, paterna y fraterna); sin embargo, no re- pletamente original, y se constituye como el
sultan de experiencias puramente personales si- concepto más importante.
no que son prototipos universales que pueden Freud diferenciaba dos usos de esta palabra
actualizarse en la psique de cada individuo. (Freud, 1915e). Como adjetivo, simplemente
Actúan como estereotipos que influyen sobre el designa los procesos mentales que no son mate-
modo que el sujeto tiene de relacionarse con ria de la atención consciente en un momento
los otros, quienes son percibidos a través de las dado. Como sustantivo (el inconsciente, das
lentes de estas diversas imagos. Unbewusste), designa uno de los sistemas psí-
El ténnino "imago" desempeña un papel quicos que Freud describió en su primera teoría
central en los escritos de Lacan ante-riores a de la estructura mental (el "modelo topológi-
1950, en los que aparece estrechamente relacio- co"). Según esta teoría, la mente está dividida
110
1 Inconsciente
en tres sistemas o "localidades psíquicas": el enfoque lingüístico al sostener que la razón por
consciente (Cs), el preconsciente (Pes) y el in- la cual tl ing>i:1scie11.te está estructuradn..c.om.o
consciente (Ics). El sistema inconsciente no es un lenguaje .es4ue "só_lo ¡;:aptamos el incons-
lo que está fuera del campo de la conciencia en ciente cuando finalmente es explicado, en esa
un momento dado, sino lo que ha sido radical- parte de él que se articula al pasar a palabras"
mente separado de la conciencia por la repre- (S7, 32).
sión y no puede entrar en el sistema consciente- Lacan d.escribe también el inconsciente.co-
preconsciente sin distorsiones. mo un diScurso: "El inconsciente es el discurso
En la segunda teoría freudiana de la estruc- d~l. Otro" (Ec, 16; véase orao). Esta fórmula
tura mental (la "teoría estructural"), la mente enigmática, que se ha convertido en una de las
está dividida en tres "instancias": el yo, el su- máximas lacanianas más célebres, puede enten-
peryó y el ello; ninguna de estas instancias derse de muchas maneras. Quizá su sentido
coincide con el inconsciente, puesto que incluso más importante sea que "hay que ver en e! in-
el yo y el superyó tienen partes inconscientes. consciente los efectos de la palabra sobre el su-
Antes de 1950, Lacan emplea el término jeto" (S 11, 126). Más precisamente, _el incons-
"inconsciente" principalmente en su forma ad- ciente es el efecto del SIGNJRCANTE sobre el
jetiva, lo cual hace que sus primeras obras les sujeto, en cuanto el significante es lo reprimido
resulten particularmente extrañas a quienes es- y lo que retorna en las formaciones del incons-
tán más familiarizados con los escritos de ciente (síntomas, chistes, parapraxias, sueños,
Freud. Pero en la década de 1950, cuando inicia etcétera). Todas las referencias al lenguaje, la
su "retomo a Freud", el término aparece con palabra, el discurso y los significantes ubican
más frecuencia como sustantivo, y Lacan sub- cla!arrieñ:té el inconsciente en el orden de lo
raya cada vez más la originalidad del concepto SlMBóuco. Por cierto, "el inconsciente está es-
freudiano, señalando que no se trata meramente tructurado como una función de lo simbólico"
de lo opuesto a la conciencia: "Una gran canti- (S7, 12). El inconsciente es la determinación
dad de efectos psíquicos que son con toda legi- del sujeto por el orden simbólico. '
timidad designados como inconscientes, en el El inconsciente no es interior; por el con- ..
sentido de que excluyen las caracteñsticas de la trario, puesto que la palabra y el lenguaje son
conciencia, carecen sin embargo de cualquier fenómenos intersubjetivos, el inconsciente es
relación con el inconsciente en sentido freudia- "transindividual" (E, 49); por así decirlo, el in-
no" (E, 163). También insiste en que el incons-.¡ consciente está "fuera". "Esta exterioridad de
ciente no puede ser simplemente equiparado a lo simbólico en relación con el hombre es la
"lo que es reprimido". noción misma del inconsciente" (Ec, 469). Si
Dice Lacan que el concepto de inconsciente el inconsciente parece interior, éste es un efec-
fue muy mal interpretado por la mayoría de los to de lo imaginario, que bloquea la relación en-
seguidores de Freud, quienes lo redujeron a ser tre el sujeto y el Otro e invierte el mensaje del
"meramente la sede de los instintos" (E, 147). Otro.
Contra este pensamiento biologista, él sostiene Aunque el inconsciente es especialmente
qu.e. '.'el inconsciente no ~primordial ni instin- visible en las formaciones del inconsciente, en
tual" (E, 170), sino Pri.mariament<; lingüístico. realidad "no deja ninguna de nuestras acciones
Resume esta idea en su célebre fórmula "el in- fuera de su campo" (E, 163). Las leyes del in-
consciente está estructurado como un lenguaje" consciente, que son la repetición y el deseo, tie-
(S3, 167; véase LENGUAJE, ESTRUCTURA). El nen tanta ubicuidad como la estructura misma.
análisis que realiza Lacan del inconsciente en El inconsciente es irreductible, de modo que la
términos de estructura sincrónica es comple- meta del análisis no puede ser hacer consciente
mentado por su idea del inconsciente que se lo inconsciente.
abre y cierra en una pulsación temporal (SI!, Además de las diversas metáforas lingüísti-
143, 204). cas de las que Lacan se sirve para conceptuali-
Algunos psicoanalistas han objetado el en- zar el inconsciente (discurso, lenguaje, pala-
foque lingüístico lacaniano del inconsciente, bra), también concibe el inconsciente en otros
sobre la base de que es manifiestamente restric- términos.
tivo, y de que el propio Freud excluía del in-
consciente la representación de palabra (S7, 44; Memoria
sobre la refutación por Lacan de estas objecio-
nes, véase COSA). El propio Lacan restringe su El inconsciente es también una especie de
111
1
indice
memoria, en el sentido de una historia simbóli· mientras que el lenguaje está compuesto de sig-
ca de Jos significantes que han determinado al nificantes. Esto explica que lus cú<ligos carez-
sujeto en el curso de su vida: "lo que le enseña- can de los rasgos más importantes del lenguaje:
mos al sujeto a reconocer como su inconsciente su potencial para la ambigüedad y la equivoci-
es su historia" (E, pág. 52). dad. La oposición entre significante e índice se
complica por la existencia de ciertos significan-
Saber tes que también funcio11an como índices: son
los llamados SH.IFTERS.
Puesto que es una articulación de signifi-
cantes en una cadena significante, lo incons-
ciente es una especie de saber (simbólico). Más INSTINTO (INSTINCT, INSTINCT)
precisamente, es un "saber desconocido".
Lacan sigue a Freud en la distinción que és-
te traza entre instintos y PULSIONES, y critica a
ÍNDICE (INDICE, INDEX) quienes, siguiendo en cambio a Strachey, oscu-
recen esta diferenciación al emplear la misma
En la tipología de los SIGNOS creada por palabra inglesa "instinct" para traducir los dos
Charles S. Peirce, el estudioso de la semiótica términos que usa Freud, lnstinkt y Trieb (E,
norteamericano, el índice es un signo que tiene 301).
una "relación existencial" con el objeto que re- El de "instinto" es un concepto puramente
presenta (por ejemplo, el índice es siempre es- biológico (véase B!OLOGIA), propio del estudio
pacial o temporalmente contiguo al objeto). de la etología animal. Mientras que los anima-
Peirce contrasta el índice con el símbolo, que, lo les son impulsados por instintos (relativamente
mismo que el signo en la concepción de Saussu- rígidos e invariables, y que implican una rela-
re, se caracteriza por la ausencia de toda cone- ción directa con el objeto), la sel!;ualidad huma-
xión necesaria con su objeto. Por ejemplo, el na es una cuestión de pulsiones (muy variables,
humo es un índice del fuego, y las manchas ro- y que nunca alcanzan su objeto). Aunque Lacan
jas son un índice de diversas enfermedades, co- emplea a menudo el término "instinto" en la
mo por ejemplo el sarampión (Peirce, 1932). primera parte de su obra, después de 1950 esta
En el discurso de Lacan, el término "índi- palabra aparece menos, y él prefiere en su lugar
ce", funciona en oposición a "sIGNIRCANTE" (y reconceptuahzar la noción de instinto en térmi-
no, como en la filosofía de Peirce, en oposición nos de NECESIDAD.
a "símbolo"). Lacan concibe el índice como un Desde sus primeros trabajos, Lacan critica
"signo natural'', en el cual hay una correspon- a quienes tratan de entender la conducta hu-
dencia unívoca fija entre signo y objeto, (a di- mana en términos de puro i11stinto, y aduce
ferencia del significante, que no tiene ningún que esto implica suponer una relación armo-
vínculo fijo con ningún significado). Esta opo- niosa entre el hombre y el mundo, relación
sición entre índice y significante apuntala las que de hecho no existe (Ec, 88). El concepto
siguientes distinciones trazadas en la obra de de instinto da por sentado algún tipo de cono-
Lacan. cimiento directo innato del objeto, un conoci-
miento que tiene casi un carácter moral (Ec,
Los conceptos psicoanalítico y médico 851). Contra tales ideas, Lacan insiste en que
del SÍNTOMA hay algo inadecuado en la biología humana,
un rasgo que ét indica en las frases "insufi-
Mientras que en medicina el síntoma es ciencia vital" (insuffisance vita/e) (Ec, 90) e
considerado un índice de la enfennedad, en "insuficiencia congénita". Esta inadecuación,
psicoanálisis no es un índice, sino un signifi- evidente en el desamparo del infante, se com-
cante (E, 129). Por lo tanto, en psicoanálisis no pensa por medio de los COMPLEJOS. El hecho
hay ningún vínculo fijo de "uno a uno" e11tre de que la psicología humana esté dominada
los fe11ómenos patológicos y la estructura sub- por complejos (a su vez determinados entera-
yacente. mente por factores culturales y sociales), y no
por instintos, significa que cualquier explica-
CóDIGOS (animales) y lenguaje (humano) ción de la conducta humana que no tome en
cuenta los factores sociales es en sí misma
Los códigos están compuestos de índices, inútil.
Interpretación
tas interpretaciones eran conjeturas informadas que sus interpretaciones se estaban volviendo
sobre lo que las pacientes habían omitido en su menos efectivas. En particular, el síntoma per-
relato de los acontecimientos que condujeron a sistía incluso después Je que el analista hubiera
la formación de los síntomas. Por ejemplo, en ofrecido interpretaciones exhaustivas.
una de las primeras interpretaciones que regis- A fin de explicar este fenómeno, los analis-
tró, Freud le dijo a una paciente que e!la no ha- tas se volvieron hacia el concepto de RESISTEN-
bía revelado todos los motivos de! intenso afec- CIA, sosteniendo que no basta ofrecer una inter-
to que demostraba a los hijos de su empleador, pretación del sentido inconsciente del síntoma,
agregando: "Veo que usted está realmente ena- sino que es también necesario librarse de la re-
morada de su empleador, el director, aunque sistencia del paciente para que éste adquiera
quizá sin ser consciente de ello" (Freud, l985d, una conciencia plena de ese significado (véase
SE 11, 117). El propósito de la interpretación Strachey, 1934). Pero Lacan propone una expli-
era ayudar a la paciente a tomar conciencia de cación diferente. Dice que la eficacia decre-
sus pensamientos inconscientes, ciente de la interpretación después de 1920 se
El modelo de interpretación fue establecido debió a un "cierre" del inconsciente que los
por Freud en La in1erpretaci6n de los sueños propios analistas habían provocado (S2, 10-11;
(Freud, l 900a): aunque sólo concernían explí- SS, 390). Entre otras cosas~ Lacan culpa a la
citamente a los sueños, los comentarios de creciente tendencia de la primera generación de
Freud sobre la interpretación realizados en esta analistas a basar más sus interpretaciones en el
obra se aplican por igual a todas las otras for- simbolismo (a pesar de las advertencias en con-
maciones del inconsciente (parapraxias, chistes, trario de Freud), con lo cual habían vuelto al
síntomas, etcétera). En el segundo capítulo del método de interpretación prepsicoanal.ítico,
libro, el método psicoanalítico de interpretación "decodificador". Esto no sólo redujo las inter-
es diferenciado del método "decodificador" por pretaciones a fórmulas establecidas sino que los
el empleo de la asociación libre: una interpreta- pacientes adquirían pronto la capacidad de pre-
ción psicoanalítica no consiste en atribuir signi- decir con exactitud lo que el analista diría sobre
ficados a un sueño en virtud de sus relaciones cualquier síntoma o asociación particulares que
con un sistema preexistente de equivalencias, ellos proclujeran (Lacan comenta irónicamente
sino relacionándolo con las asociaciones del que éste "es seguramente el truco más molesto
propio soñante. Se sigue que una misma ima- que se le puede hacer a un adivino"; Ec, 462).
gen puede tener significado muy diferentes si Las interpretaciones carecían de importancia y
aparece en sueños de distintas personas. Aun de valor de shock.
cuando más tarde\Freud llegó a reconocer la Otros analistas habían reconocido antes que
existencia de un "simbolismo" onírico (es de- Lacan los problemas causados por el hecho de
cir, reconoció el hecho de que algunas imáge- que Jos pacientes estaban cada vez más familia-
nes tienen un sentido universal fijo, además de rizados con la teoría psicoanalítica. No obstan-
su sentido singular para el soñante individual), te, la solución que ellos proponían a este pro-
siempre sostuvo que la interpn:tación debe con- blema era que "el excesivo saber del paciente
centrarse primordialmente en el sentido particu- debía ser reemplazado por más saber del analis-
lar; y previno contra la sobrestimación de "la ta" (Ferenczi y Rank, 1925, 61). En otras pala-
importancia de los símbolos en la interpreta- bras, exhortaban al analista a elaborar teorías
ción de los sueños" (Freud, 1900a, SE V, 359- incluso más complejas, para mantenerse a un
60). paso por delante del paciente. La solución que
Muy pronto en la historia del movimiento Lacan propone es distinta. Lo que se necesita,
psicoanalítico, la interpretación se convirtió en dice, no son interpretaciones de complejidad
la herramienta más importante del analista, su creciente, sino un modo distinto de encarar toda
medio primordial para lograr efectos terapéuti- la interpretación. Por lo tanto, llama a una "téc-
cos. Puesto que se sostenía que los síntomas nica renovada de interpretación" (E, 82), que
eran la expresión de una idea reprimida, se pen- cuestione los supuestos básicos subyacentes en
saba que la interpretación curaba el síntoma al el modelo de interpretación clásico del psicoa-
ayudar a! paciente a tomar conciencia de su nálisis.
idea. No obstante, después del período inicial Las interpretaciones clásicas por lo genera!
en el cual el ofrecimiento de interpretaciones consistían en atribuir a un sueño, un síntoma,
pareció alcanzar efectos notables, en la década una parapraxia o una asociación, un significado
de 1910-20 los analistas comenzaron a advertir que el propio paciente no les daba. Por ejem-
114
1 plo, la interpretación podía tomar la forma de:
"Lo que usted realmente quiere decir con este
síntoma es que desea tal cosa". El supuesto
Intersubjetividad
116
L
~imból_ico. En 1969 desan:olla un concep.to del se deje desviar hacia una actitud empática basa-
n1scuRs_Q f:P!TI-_9_1.1,na_e~pe_cie d~
laz9 soci¡¡\. da en una comprensión imaginaria del conteni-
4. Desde 1971 en adelante, el pasaje de Ja do (el significado).
LINGOlsTicA a la matemática como paradigma Se suele entender erróneamente qu,e para
de la cientificidad es acompatíado por la ten- Lacan el lenguaje es sinónimo del orden simbó-
dencia a subrayar la poesía y la ambigüedad del lico. No es así. Lacan dice que el lenguaje tiene
lenguaje, según se advierte en el creciente inte- una dimensión simbólica y una dimensión ima-
rés de Lacan por el "lenguaje psicótico" de Ja- ginaria: "hay algo en la función simbólica del
mes Joyce (véase Lacan 1975a; 1975-6). El discurso humano que no puede eliminarse, y es
propio estilo de Lacan refleja este cambio, y su el papel desempeñado en él por lo imaginario"
discurso se puebla aún más densamente con (S2, 306). La dimensión simbólica del lenguaje
juegos de palabras y neologismos. Lacan acuña es la del significante y de la palabra verdadera.
el témiino lalangue (con el artículo definido la La dimensión imaginaria es la del significado,
y el sustantivo langue) para designar los aspec- la significación, y la palabra vacía. El ESQUEMA
tos no-comunicativos del lenguaje que, jugando L representa estas dos dimensiones del lengua-
con la ambigüedad y la homofonía, generan una je por medio de dos ejes que se cruzan. El eje
especie de goce (820, 126). El ténnlno "lengua- A-S es el lenguaje en su dimensión simbólica,
je" se vuelve entones opuesto a lalangue o "!a- el discurso del Otro, el inconsciente. El eje
lengua". Lalengua es como el sustrato caótico imaginario a' -a es el lenguaje en su dimensión
primario de la polisemia con el que está cons- imaginaria, el muro del lenguaje que interrum-
truido el lenguaje, casi como si el lenguaje fue- pe, distorsiona e invierte el discurso del Otra.
ra una superestructura ordenada que se asienta En las palabras de Lacan, "el lenguaje está allí
sobre ese sustrato: "el lenguaje está sin duda tanto para encontrarnos en el Otro, corno para
hecho de !alengua. Es una elucubración del sa- impedir drásticamente que lo comprendamos"
ber sobre !alengua" (820, 127). (82, 244).
La importancia que el psicoanálisis lacania- Lacan distingue entre lenguajes -y cón1aos.
no atribuye al lenguaje se considera por lo ge- A diferencia de los códigos, en el lenguaje no
neral su rasgo más distintivo. Lacan critica el hay ninguna correspondencia estable de uno a
modo en que otras formas de psicoanálisis (co- uno entre signo y referente, ni entre significado
mo el psicoanálisis kleiniano y la teoría de las y significante. Es esta propiedad del lenguaje lo
relaciones objetales) tienden a minimizar la im- que genera la ambigüedad intrínseca de todo
portancia del lenguaje y a subrayar la "comuni- discurso, ambigüedad evidente en las formacio-
cación no-verbal" del analizante (su "lenguaje nes del inconsciente, que sólo pueden interpre-
corporal", etcétera), a expensas de su palabra. tarse jugando con la homofonía y otras formas
Según Lacan, éste es un error fundamental, por de equívoco (!'equivoque) (véase INTERPRETA-
tres razones principales. CIÓN).
Primero, toda comunicación humana está
inscrita en una estructura lingüística; incluso el
"lenguaje corporal" es fundamentalmente, co- LETRA (LETTRE, LETTER)
mo la misma expresión lo dice, una forma de
lenguaje, con los mismos rasgos estructurales. Las frecuentes referencias de Lacan a "la
Segundo, la meta de Ja cura es articular la letra" deben verse en el contexto del estudio del
verdad de! propio deseo en palabras, y no en LENGUAJE realizado por Saussure. En su Curso
ningún otro vehículo; la regla fundamental del de lingüística general 8aussure privilegia el
psicoanálisis se basa en el principio de que la lenguaje hablado sobre el escrito, basándose en
palabra es el único camino para esta verdad. que el primero aparece antes, tanto en la histo-
Y tercero, la palabra es la única herramien- ria de !a humanidad como en la vida del indivi-
ta con la que cuenta el analista; en consecuen- duo. La escritura es concebida como una mera
cia, un analista que no comprende de qué modo representación de segunda mano de! lenguaje
operan la palabra y el lenguaje tampoco entien- hablado, y el SIGNIFICANTE se piensa como una
de al psicoanálisis en sí (véase E, 40). imagen puramente acústica, y no gráfica (Saus-
Una consecuencia del énfasis lacaniano en sure, 1916).
el lenguaje es la recomendación de que el ana- Cuando Lacan toma la obra de Saussure en
lista preste atención a los rasgos formales de la !a década de 1950, la adapta libremente a sus
palabra del analizante (los significantes), y no propios fines. Entonces concibe la letra, no co-
118
1 mo mera representación gráfica de un sonido,
sino como la base material del lenguaje mismo:
"Llamo letra al soporte material que el discurso
mo la escritura están situadas en el orden de lo
real, y por lo tanto comparten la falta de senti-
do, dice Lacan que la letra es lu que uno lee, en
Loy
concreto toma del lenguaje" (E, 147). La letra tanto opuesto a lo escrito, que no está destinado
es entonces conectada con lo real, un sustrato a ser leído (S20, 29). La escritura está también
material que apuntala el orden simbólico. El conectada con la idea de !a formalización y los
concepto de materialidad implica para Lacan la maternas; Lacan habla de sus símbolos alge-
idea de indivisibilidad y también la idea de lo- braicos como "letras" (S20, 30).
calidad; la letra es por lo tanto "la estructura El concepto lacaniano de la letra es el tema
esencialmente localizada del significante" (E, de una crítica realizada por Jacques Derrida
153; véase 520, 30) (véase MAlERlALISMO). (1975) y dos de sus seguidores (Lacoue-Labart-
Como elemento de lo rea!, la letra en sí ca- he y Nancy, 1973). Lacan se refirió a esta últi-
rece de sentido. Lacan lo ilustra remitiéndose ma obra en su seminario de 1972-3 (S20, 62-6).
(como lo había hecho Freud; véase Freud
1913b, SE XIII, 177) a los jeroglíficos del an-
tiguo Egipto, durante tanto tiempo indescifra- LEY (LO/, LA W)
bles para los europeos. Hasta que Champollion
pudo descifrarlos sobre la base de la Piedra de Las discusiones de Lacan sobre la "ley"
Rosetta, nadie entendía esas inscripciones (que Lacan a menudo escribe con L mayúscula)
enigmáticas, pero era sin embargo claro que deben mucho a la obra de Claude Lévi-Strauss
estaban organizadas en un sistema significante (véase especialmente Lévi-Strauss, 1951). Co-
(Sl, 244-5; véase S, 160). Del mismo modo, el mo en Lévi-Strauss, la Ley no es en Lacan un
significante persiste como una letra sin sentido fragmento de legislación particular, sino los
que marca el destino del sujeto y que él debe principios fundamentales que subyacen en to-
descifrar. Un buen ejemplo es el caso del das las relaciones sociales. La ley es el conjun-
Hombre de los lobos, en el cual Freud observó to de principios universales que hacen posible
que la letra sin sentido V reaparecía con mu- la existencia social, las estructuras que gobier-
chos disfraces en la vida del paciente {Freud, nan todas las formas de intercambio social, sea
1918b). el acto de regalar, las relaciones de parentesco
Como lo demuestra el ejemplo del Hombre o las fonnación de pactos. Puesto que la forma
de los lobos, la letra es esencialmente lo que re- básica del intercambio es la comunicación en
torna y se repite; constantemente insiste en ins- sí, la ley es fundamentalmente una entidad lin-
cribirse en la vida del sujeto. Lacan ilustra esta güística: es la ley del significante:
REPETICIÓN con referencia al relato La carta ro-
bada, de Edgar Allan Poe (Poe, 1844). Jugando esta !ey, entonces, se revela con claridad suficiente
con el doble sentido de la palabra francesa "let- como idéntica a un orden de lenguaje. Pues sin nomi-
naciones de parentesco, ningún poder puede instituir
lre", que también significa "carta", Lacan pre- el orden de preferencias y tabú:es que ligan y tejen el
senta la narración de Poe sobre un documento hilo de! linaje a través de las sucesivas generaciones.
escrito (una letra) que pasa por varias manos, (E,66)
como metáfora del significante que circula en-
tre diversos sujetos, asígnando una posición pe- Esta estructura legal-lingüística no es ni
culiar a quien quiera es poseído por él (Lacan más ni menos que el orden simbólico en sí.
I955a). En ese mismo ensayo, Lacan postula Siguiendo a Lévi-Strauss, dice Lacan que la
que "una letra [carta] siempre llega a su desti- ley es esencialmente humana; es la ley lo que
no" (Ec, 41). separa al hombre de los otros animales, al regu-
En vista de! papel de la letra en el incons- lar las relaciones sexuales que, entre los anima-
ciente, el analista no debe concentrarse en el les, no están reguladas; la ley humana es "la
sentido o la significación del discurso de un Ley primordial[ ... ] que a! regular los vínculos
analizante, sino puramente en sus propiedades matrimoniales superpone el reino de la cultura
formales; tiene que leer la palabra del analizan- al de una naturaleza abandonada a la ley del
le como si fuera un texto, "tomar literalmente" apareamiento. La prohibición del incesto es so-
(prendre a la lettre). Hay por lo tanto una estre- lamente su pivote subjetivo" (E, 66).
cha conexión entre la letra y la escritura, una Es el PADRE quien impone esta ley al sujeto
conexión que Lacan explora en su seminario de en el COMPLEJO DE EoIPO; la agencia paterna (o
1972-3 (S20, 29-38). Aunque tanto la letra co- función paterna) no es más que el nombre de
119
Libido
121
M
En la descripción que da Freud del COMPLE- Según Freud, el deseo de la mujer de tener
JO DE EDJPO, la madre es el primer objeto amo- un hijo tiene sus raíces en la envidia al pene del
roso del niño. Sólo la intervención del PADRE, a hombre. Cuando la niña comprende por prime-
través de la amenaza de castración lo obliga a ra vez que no tiene un pene, se siente privada
renunciar a desear a la madre. En \a obra de de algo valioso, e intenta compensar esta falta
Melanie K.lein el énfasis pasó del papel del pa- obteniendo un niño como sustituto simbólico
dre a la relación pregenital madre-hijo, descrita del pene que le ha sido negado (Frf:ud, 1924b).
.como una relación sádica en la cual el niño fan- Lacan sigue a Freud, y dice que el hijo siempre
tasea ataques resentidos al cuerpo de la madre, representa para la madre un sustituto del falo
y a continuación teme la retaliación. simbólico que a ella le falta (véase PRIVACIÓN).
En sus escritos de preguerra Lacan alude Sin embargo, Lacan subraya que este sustituto
varias veces a la obra de Melanie K.leh1, y des- nunca satisface realmente a la madre; su deseo
cribe los fantasmas canibalistas de devorar a del falo persiste aun después de tener el hijo. El
la madre y ser devorado por ella. Dice que el niño pronto comprende que él no satisface
primero de los complejos familiares es el completamente el deseo de la madre, que el de-
complejo del destete, en el cual la interrupción seo de ella apunta a algo que está más allá de
de la relación simbiótica con la madre deja él, y por lo tanto trata de descifrar ese deseo
una huella permanente en la psique del niño. enigmático: tiene que elaborar una respuesta a
También describe la pulsión de muerte como la pregunta "Che vuoi?" ("¿,Qué quieres de
un anhelo nostálgico de retornar a esta rela- mf?"). La respuesta que el niño encuentra es
ción de fusión con el pecho materno (Lacan que la madre desea el falo imaginario. Entonces
1938, 35). trata de satisfacer el deseo de la madre identifi-
La concepción de la madre como una fuer- cándose con el falo imaginario (o identificán-
za absorbente que amenaza devorar al niño es dose con la madre fálica, la madre imaginada
un tema constante en la obra de Lacan de allí como poseedora del falo). En este juego de "ser
en adelante (véase S4, 195; S17, 118). Lacan o no ser el falo", el niño está completamente a
dice que el niño tiene que desprenderse de la merced del deseo caprichoso de la madre, de-
relación imaginaria con la madre para entrar en samparado ante la omnipotencia de ella (S4,
el orden social: si no logra hacerlo, resulta al- 69, 187). Sin embargo, esta sensación de impo-
guna de varias peculiaridades que van desde la tencia puede no suscitar mucha angustia al
fobia hasta la perversión. Puesto que el agente principio; durante cierto tiempo, el niño experi-
que ayuda al niño a superar el apego primario menta sus intentos de ser el falo como un juego
a la madre es el padre. puede también decirse de seducción relativamente satisfactorio. Sólo
que estas peculiaridades resultan de un fracaso cuando comienzan a agitarse las pulsiones se-
de la función paterna. En consecuencia, gran xuales (por ejemplo, en la masturbación infan-
parte de la obra de Lacan apunta a cambiar el til), y se introduce de tal modo un elemento de
énfasis de la teoría analítica, que estaba en la lo real en el juego imaginario, la omnipotencia
relación madre-hijo (lo preedípico, prototipo de la madre comienza a provocar una gran an-
de lo imaginario), para restituirlo al rol del pa- gustia en el hijo. Esta angustia se manifiesta en
dre (el complejo de Edipo, prototipo de lo sim- imágenes de ser devorado por la madre, y sólo
bólico). la resuelve la intervención del padre real, que
123
Materna
castra al niño en el tercer tiempo del complejo Los maternas forman parte del ÁLGEBRA Jaca-
de Edipo. niana_
Aunque el término "materna" no es introdu-
La madre: real, simbólica e imaginaria cido por Lacan hasta principios de la década de
1970, las dos fónnulas más a menudo designa-
Lacan sostiene que es importante distinguir das con10 maternas datan de 1957. Estas fórn1u-
la madre real, la madre simbólica y la madre las, creadas para designar puntos del GRAFO DEL
imaginaria. DESEO, son el materna de la pulsión ($O D), y
La madre se manifiesta en lo real como la el materna del fantasma($ O a). El paralelo es-
cuidadora primaria del infante. Éste es incapaz tructura! entre estos dos maternas es claro: am-
de satisfacer sus propias necesidades, y por lo bos están compuestos por dos símbolos alge-
tanto depende absolutamente de un Otro que lo braicos unidos por un romboide (el símbolo O,
cuide (véase DESAMPARO). La madre es en pri- que Lacan denominapoinroit, punzón o cuño)
mer lugar simbólica; sólo se vuelve real al frus- y encerrados por paréntesis. El romboide sim-
trar la demanda del sujeto (véase FRUSTRACIÓN). boliza una relación entre los dos símbolos, rela-
Cuando la madre atiende al infante, brin- ción ésta que incluye "envolvimiento-desarro-
dándole los objetos que satisfarán sus necesida- 1\o-conjunción-diyunción" (E, 280, n. 26).
des, estos objetos adquieren pronto una función Lacan dice que los maternas "no son signi-
simbólica que eclipsa por completo su función ficantes trascendentes; son los índices de una
real; los objetos son vistoS como regalos, mues- significación absoluta" (E, 314). Han sido
tras simbólicas del amor de la madre. Final- "creados para transmitir ciento y una lectura
mente, es la presencia de la madre la que atesti- diferentes, una multiplicidad admisible en tan-
gua este amor, aunque el!a no traiga ningún to lo hablado pennanezca atrapado en su álge-
objeto real. En consecuencia, la ausencia de la bra" (E, 313). Están construidos de modo tal
madre se experimenta como un rechazo trau- que resistan a cualquie.r.intento de reducirlos a
mático, una pérdida de su amor. Freud descri- una significación unívoca, y le impidan al lec-
bió de qué modo el niño intenta superar esa tor una comprensión intuitiva o imaginaria de
pérdida simbolizando la presencia y la ausencia los conceptos psicoanalíticos; \os maternas no
de la madre con juegos y lenguaje (Freud, deben comprenderse sino usarse. De este mo-
!920b). Lacan considera que esta simboliza- do, constituyen un núcleo formal de la teoña
ción primaria representa los primeros pasos del psicoanalítica que podría transmitirse íntegra-
niño en el orden simbólico (54, 67-8). Lama- mente; "Uno por cierto no sabe lo que signifi-
dre que le interesa a la teoría psicoanalítica es can, pero son transmitidos" (520, 100).
sobre tOOo la madre simbó!lca, la madre en su
papel de Otro primordial. Es ella quien introdu-
ce al niño en el lenguaje, al interpretar los gri- MATEMÁTICAS (MATHÉMATIQUES,
tos de la criatura y de tal modo determinar re- MATHEMATICS)
troacrivamente su sentido (véase PUNTUACIÓN).
La madre se manifiesta en el orden imagi- En su intento de teorizar la categoría de lo
nario con algunas imágenes. Una imagen SIMBÓLICO, Lacan adopta dos enfoques básicos.
importante que ya hemos mencionado es la de El primero consiste en describirla en términos
la madre devoradora que está en las raíces de la tomados de la LINGÜÍSTICA, empleando un mo-
angustia. Otra importante imagen materna es la delo del lenguaje inspirado en 5aussure, como
de la madre fálica, la madre imaginada como un sistema de significantes. El segundo enfo-
poseedora del falo imaginario. que intenta una descripción en términos toma-
dos de las matemáticas. Los dos enfoques son
complementarios, puesto que tratan por igual
MATEMA (MATHEME, MATHEME) de describir sistemas formales con reglas preci-
sas, y ambos demuestran el poder del signifi-
El término "materna" es un neologismo que cante. Aunque en la obra de Lacan se advierte
Lacan deriva de la palabra "matemática", pre- un pasaje general desde el enfoque lingüístico
sumiblemente por analogía con la palabra "mi- (que predominó hasta la década de 1950) al en-
tema", acufiada por Claude Lévi-Strauss para foque matemático (dominante en la década de
designar los constituyentes básicos de !os siste- 1970), ya en los años '40 podemos encontrar
mas mitológicos (véase Lévi-Strauss, 1955). huellas del enfoque matemático (por ejemplo,
124
Materialismo
materialidad del signifi1;ante, esta materialidad preocupación del psicoanálisis, sino \o que está
es singular en muchos modos, el primero de los totalmente fuera del psicoanálisis.
cuales es que el significante no soporta la parti-
ción" (Ec, 24). El significante, en su dimensión
material, el aspecto real del signifi1;ante, es la METÁFORA (MÉTAPHORE,
LETRA. Es el "materialismo del significante" la- METAPHOR)
caniano lo que lo lleva a dar "una definición
materialista del fenómeno de la conciencia" Se define habitualmente la metáfora como
(S2, 40-52). un tropo en el cual una cosa es descrita compa-
Las afirmaciones de Lacan en cuanto a que rándola con otra. pero sin enunciar explícita-
su teorfa del significante es materialista son mente la comparación. Un ejemplo clásico es la
cuestionadas por Derrida, quien sostiene que el frase "Julieta es el sol", con la cual 5hakespea-
concepto lacaniano de la letra deja traslucir un re describe la belleza radiante de Julieta compa-
idealismo implícito (Derrida, 1975). rándola con el sol, pero no indica la compara-
ción mediante el empleo de la palabra "como".
No obstante, el uso del término por Lacan
MEMORIA (MÉMOIRE, MEMORY) debe poco a esta definición, y mucho a la obra
de Roman Jakobson, quien, en un importante
El término "memoria" es utilizado en la artículo publicado en 1956, estableció la oposi-
obra de Lacan de dos modos muy distintos. ción entre metáfora y METONL.\f!A. Sobre la base
l. En la década de 1950, la memoria es en- de una distinción entre dos tipos de afasia, Ja-
tendida como un fenómeno del orden simbóli- kobson distinguió dos ejes fundamentalmente
co, relacionado con la CADENA SIGNIFICANTE. Se opuestos del lenguaje: el eje metafórico, que
vincula a los conceptos de REMEMORACIÓN y re- tiene que ver con la selección de los ítemes lin-
cuerdo, y se opone a la reminiscencia imagina- güísticos y pennite su sustitución, y el eje me-
ria. tonímico, que es el de la combinación de esos
Lacan deja en claro que su concepción de la ítemes (tanto secuencial como simultáneamen-
memoria no es biológica ni psicológica: "La te). La metáfora corresponde a las relaciones
memoria que le interesa al psicoanálisis es to- paradigmáticas de Saussure (que se mantienen
talmente distinta de aquella de la que hablan los in absentia), y la metonimia a las relaciones
psicólogos cuando nos exhiben sus mecanis- sintagmáticas (que se mantienen in praesentia)
mos en un ser animado en un experimento" (Jakobson, 1956).
(53, 152). Para el psicoanálisis, la memoria es Lacan, lo mismo que muchos otros intelec-
la historia simbólica del sujeto, una cadena de tuales franceses de la época (por ejemplo, Clau-
significantes eslabonados. una "articulación de Lévi-5trauss y Roland Barthes), adoptó rápi-
significante" (57, 223). Algo es memorable y damente Ja reinterpretación por Jakobson de la
memorizado sólo cuando está "registrado en la metáfora y la metonimia. El mismo año de la
cadena significante" (S7, 212). En este sentido, publicación del artículo seminal de Jakobson,
el inconsciente es una especie de memoria (S3, La can se refiere a él en su seminario, y comien-
155), puesto que "lo que nosotros Je enseñamos za a incorporar la oposición planteada en su re-
al sujeto a reconocer como su inconsciente es lectura lingüística de Freud (véase S3, 218-20,
su historia" (E2, 52). 222-30). Un año más tarde dedica un ensayo
Los fenómenos asociados con la memoria completo a un análisis más detallado de dicha
que más le interesan al analista son los momen- oposición (Lacan, 1957b).
tos en que algo falla en el rec:uerdo. y el sujeto Siguiendo la identificación de Jakobson de
no puede recordar una parte de su historia. El la metáfora con el eje sustitutivo del lenguaje,
hecho de que él puede olvidar, de que un signi- Lacan la define como la su8titución de un signi-
ficante puede ser elidido de la cadena signifi- ficante por otro (E4, 164), y proporciona la pri-
cante, es lo distintivo del sujeto psicoanalítico mera fórmula de la metáfora (E, 164; figura 10).
(S7, 224). Esta fónnula debe leerse como sigue. A la
2. En la década de 1960, Lacan Je reserva al izquierda de la ecuación, fuera de los parénte-
ténnino "memoria" un significado biológico o sis, Lacan escribe f S, la función significante,
fisiológico; concibe la memoria como una pro- es decir el efecto de la SlGNIFICACióN. Entre pa-
piedad orgánica (Ec, 42). La memoria no desig- réntesis escribe S' /S. lo que significa "la susti-
na ya la historia simbólica del sujeto, que es la tución de un significante por otro". En el
126
Metáfora
'
Figura 10. Primera fórmula de la metáfora
Fuente: Jac:ques lacan, Écrjts, París, Seuil, 1966.
La idea que está detrás de esta formulación La REPRESIÓN y los síntomas neuróticos
más bien oscura es que en el lenguaje hay una
resistencia intrínseca a la significación (resis- Dice Lacan que Ja represión (la represión
tencia simbolizada por la barra en el algoritmo secundaria) tiene la estructura de una metáfora.
saussureano). El sentido no aparece espontá- El "objeto metonítnlco" (il significante elidido,
neamente sino que es el producto de una opera- S' en la fórmula anterior) es reprimido, pero re-
ción específica que cruza la barra. La fónnula torna en el sentido excedente (+) producido en
está destinada a ilustrar la tesis de Lacan de que la metáfora. El retorno de lo reprimido (el sín-
esta operación, la producción de sentido, que toma). por lo tanto,- ti'ene' iarñbléll ·1a estructura
Lacan llama "significación", sólo es posible de una metáfora; por cierto, Lacan afirma que
' gracias a la metáfora. De modo que la metáfora "el síntoma es una metáfora" (E, 175, cursivas
' es el pasaje del significante al significado, la del original).
') creación de un nuevo significado.
En un artículo escrito unos meses después La condensación
(E, 200), Lacan presenta otra fórmula de la me-
táfora (figura 11). Lacan sigue a Jakobson al vincular la dis-
La explicación de esta segunda fórmula por tinción entre metáfora y metonimla a los meca-
el propio Lacan dice lo siguiente: nismos fundamentales del trabajo del sueño,
descrito por Freud. No obstante, él difiere de
' las S son significantes: x la significación desconoci-
da, y sel significado inducido por la metáfora, que
Jakobson en cuanto a la naturaleza precisa de
este paralelo. Mientras que para Jakobson la
consiste en la sustitución en la cadena significante de metonimia está vinculada tanto al desplaza-
S' por S. La elisión de S', representada aquí por la
barra que la tacha, es la condicióu del éxito de la me- miento como a la condensación, y la ¡;netáfora
táfora. con la identificación y el simbolismo, Lacan
(E, 200) conecta la metáfora con la condensación, y la
' metonimla con el desplazamiento (véase Ja-
Lacan emplea este concepto de la metáfora kobson, 1956, 258). A continuación Lacan di-
en diversos contextos. ce que, así como el desplazamiento es lógica-
s $'
•
$' X
127
Metáfora paterna
mente anterior a la condensación, también la como revelación de que iba a ser e! fundador
metonimia es la precondición de la metáfora. de una raza. En el verso que cita Lacan ("Su
gavilla no era avara ni rencorosa"), la sustitu-
La pulsión anal ción metafórica de "Booz" por "su gavilla"
produce un efecto poético de SJGNIFICACióN
En su artículo "Sobre las trasposiciones de (S3, 218-25; véase S4, 377-8; E, 156-8; SS,
la pulsión. en particular del erotismo anal'', 158-9). La paternidad es entonces el tema de
Freud demuestra que el erotismo anal está es- este poema (su contenido) y también es intrín-
tw::hamente vinculado a la posibilidad de susti- seca a Ja estructura de la metáfora en sí. Toda
tución -por ejemplo, la sustitución de las heces paternidad involucra una sustitución metafóri-
por dinero (Freud, 1917c)-. Lacan se basa en ca, y viceversa.
este señalamiento para conectar el erotismo La frase "metáfora paterna" es introducida
anal con la metáfora: "El nivel anal es el lugar por Lacan en 1957 (S4, 379). En 1958 continúa
de la metáfora -un objeto por otro, dar las he- elaborando la estructura de esta metáfora; ella
ces en lugar del falo-" (SI 1, 104). supone la sUS!iiU.Cíófl-de un .Sijinifi6Wit:.i~l el~-..
seo d_e Ja madre) por otro (el-Nombre~de1'-Pa
La IDENTIFICACIÓN d_re) (véase figura 12; E, 200).
De modo que Ja metáfora paterna designa el
La metáfora es también la estructura de la carácter metafórico (es decir, sustitutivo) del
identificación, puesto que ésta consiste en susti- propio COMPLFJO DE EDIPO. Es la metáfora fun-
tuirse uno mismo por otro (S3, 218). damental de la que dependen todas las signifi-
caciones: por esta razón, toda significación es
El AMOR fálica. Si el Nombre-del-Padre está forciuido
(como en la psicosis), no puede haber metáfora
El amor está estructurado como una metá- paterna, y por lo tanto tampoco ninguna signifi-
fora, puesto que involucra la Operación de sus- cación fálica.
titución. "Es en la medida en que la función del
erastés, el amante, que es el sujeto de la falta,
viene en lugar de. reemplaza a, la función del METALENGUAJE (METALA.NGAGE,
erómenos, el objeto amado, que produce la sig- METALANGUAGE)
nificación de! amor" (SS, 53).
"Metalenguaje" es el término técnico con el
que se designa en lingüística cualquier forma
METÁFORA PATERNA (METAPHORE de lenguaje utilizada para describir las propie-
PATERNELLE, PATERNAL METAPHOR) dades del lenguaje. Roman Jakobson incluye la
función de metalenguaje en su lista de las fun-
Cuando. en 1956, Lacan comenzó a abor- ciones del lenguaje (Jakobson, 1960, 25).
dar detalladamente los tropos METÁFORA y me- La primera referencia de Lacan al metalen-
tonimia, el ejemplo que tomó para ilustrar la guaje aparece en 1956, cuando se hace eco de
estructura de la metáfora fue un verso del poe- la idea de Jakobson sobre la función metalin-
ma de Victor Hugo titulado Booz endormi gual de todo lenguaje: "Todo lenguaje implica
(Hugo, 1859-1883, 97-9). Este poema vuelve un metalenguaje, es ya un meralenguaje de su
a narrar la historia bíblica de Ruth y Booz; propio registro" (S3, 226).
mientras Ruth duerme a los pies de él, Booz Unos años más tarde, en 1960, dice exacta-
sueña que de su abdomen crece una gavilla, mente lo opuesto, al afirmar que "ningún meta-
128
Metonimia
lenguaje se puede hablar" (E, 311). Lo que La- ción entre metonimia y METÁFORA (Jakobson,
can parece querer decir con esta observación es 1956).
que, puesto que todo intento de fijar el sentido Siguiendo a Jakobson, Lacan vincula la
del lenguaje debe realizarse en el lenguaje, no metonimia al eje combinatorio del lenguaje,
hay huida posible del lenguaje, ningún "afue- opuesto al eje sustitutivo. Por ejemplo, en la
ra". Esto recuerda las ideas de Heidegger sobre oración "Yo soy feliz", la relación entre las pa-
la imposibilidad de salir de "la casa del lengua- labras "yo" y "soy" es metonímica, mientras
je". También se asemeja al tema estructuralista que la posibilidad de reemplazar "feliz" por
de "j/ n 'y a rien hors du texte" ("no hay nada "triste" depende de la relación metafórica entre
fuera del texto"), pero no es lo mismo; Lacan estos dos términos.
no niega que hay un más allá detrás del lengua- En su obra más detallada sobre el tema (La-
je (lo real), sólo que dice que este más allá no can, 1957b), Lacan define la metonimia como
es de un tipo que finalmente pueda anclar el la relación diacrónica entre un significante y
sentido. En otras palabras, no hay ningún signi- otro en la CADENA SJGl'IFICANTE. La metonimia
ficado trascendental, el lenguaje no tiene nin- tiene entonces que ver con los modos en que
gún modo de "decir la verdad sobre la ver- los significantes pueden combinarse/vincularse
dad" (Ec, 867-8). La misma idea se expresa en en una cadena significante (relaciones "hori-
la frase "no hay ningún Otro del Otro" (E, zontales"), mientras que la metáfora se refiere a
31 l); si el Otro es la garantía de la coherencia los modos en que un significante de una cadena
de! discurso del sujeto, la falsedad de esa ga- significante puede ser sustituido por otro signi-
rantía queda revelada por el hecho de que el ficante en otra cadena (relaciones "verticales").
propio garante carece de una garantía de ese ti- Juntas, la metáfora y la metonimia, constituyen
po. En el contexto clínico, eslo significa que no el modo de producción de la significación.
hay ningún metalenguaje de la transferencia, Lacan proporciona una fórmula de la meto-
ningún punto externo a la transferencia desde el nimia (E, 164; figura 13).
cual ella podría ser finalmente iti.terpretada y Esta fórmula tiene que leerse como sigue.
"liquidada". En el miembro de la izquierda de la ecuación,
fuera del paréntesis, Lacan escribefS, la fun-
ción significante, es decir, el efecto de signifi-
METONIMIA (MÉTONYMIE, cación. Dentro del paréntesis encontramos
METONYMY) S ... S', el vínculo entre un significante y otro
en una cadena significante. En el miembro de
La metonimia se define habitualmente co- la derecha de la ecuación está S, el significan-
mo un tropo en el cual se utiliza un ténnino pa- te, y s, el significado, además de(-), la BARRA
ra designar un objeto al que no se refiere lite- del algoritmo saussureano. El signo "" se lee
ralmente, sino con el que está estrechamente "es congruente con". De modo que la fórmula
vinculado. Este vínculo puede ser de contigiii- completa dice: "La función significante de la
dad ffak:a (como cuando se dice "tiene calle" conexión del significante con el significante
para dar a entender que alguien conoce la ciu- es congruente con el mantenimiento de la ba-
dad), pero no necesariamente (por ejemplo, rra". Esta fórmula está destinada a ilustrar la
cuando "No he leído a Shakespeare" significa tesis de Lacan de que en la metonimia se man-
"No he leído nada escrito por Shakespeare"). tiene la resistencia de la significación, no se
Sin embargo, el empleo de este término por cruza la barra, no se produce ningún significa-
Lacan debe poco a esta definición, apane de la do nuevo.
noción de contigüidad, inspirada en la obra de Lacan emplea este concepto de la metoni-
Roman Jakobson, quien estableció una oposi- mia en una variedad de contextos.
129
Mirada
Espejo
cóncavo
con aparatos ópticos tales como el microscopio cavo. El espejo cóncavo produce una imagen
o la cámara fotográfica. Lacan también utiliza real de un florero invertido, oculto a la vista por
aparatos ópticos en varios puntos de su obra: una caja, que se refleja en el espejo plano y
por ejemplo, se vale de la cámara fotográfica produce una imagen virtual. Esta imagen vir-
para proporcionar "una definición materialista tual sólo es visible para un sujeto que se ubica
del fenómeno de la conciencia" (S2, cap. 4). dentro de un cierto campo visual.
Dice Lacan que la óptica es un modo útil de Lacan utiliza este modelo para ilustrar di-
encarar la estructura de la psique porque las versos puntos. Los más importantes son el rol
imágenes desempeñan un papel importante en estructurante del orden simbólico y la función
la estructura psíquica (SI, 76). Sin embargo, lo del IDEAL DEL YO.
mismo que Freud, previene que ese enfoque l. El modelo óptico ilustra el modo en que
nunca podrá proporcionar más que analogías la posición del sujeto en el orden simbólico
rudimentarias, puesto que las imágenes ópticas (representada por el ángulo del espejo plano)
no son el mismo tipo de imágenes que constitu- determina la manera en que lo imaginario se ar-
yen el objeto de la investigación psicoanalítica. ticula con lo real. "Mi posición en lo imagina-
Por tal razón, Lacan pronto reemplaza las imá· rio[ ... ] sólo es concebible en la medida en que
genes ópticas por figuras topológicas destina- uno encuentra una guía más allá de lo imagina-
das a impedir la captura imaginaria (véase TO- rio, en el nivel del plano simbólico" (SI, 141).
POLOGÍA). Pero realiza el mismo comentario De modo que el modelo óptico ilustra la impor-
insertado por Freud respecto de sus propios tancia primordial del orden simbólico en la es-
modelos ópticos: "necesitamos la asistencia de tructuración de lo imaginario. La acción de la
ideas provisionales" (Freud, 1900, 536). cura psicoanalítica puede compararse con la ro-
El primer modelo óptico aparece en 1954 tación de un espejo plano, que modifica la posi-
(es la versión reproducida en la figura 14, to- ción del sujeto en lo simbólico.
mada de SI, 124), y reaparece posteriormente 2. El modelo óptico ilustra también la fun-
en "Observación sobre el informe de Daniel ción del yo ideal, representado en el diagrama
Lagache" (1958b), en el seminario sobre la como la imagen real, en oposición al ideal del
transferencia (1969-1) y en otros lugares. Se yo, que es la vía simbólica que gobierna el án-
trata básicamente de un experimento óptico gulo del espejo y por lo tanto la posición del
realizado con un espejo plano y un espejo eón- sujeto (SI, 141).
131
Muerte
MUERTE (MORT, DEATH) libertad del hombre y también "el Amo absolu-
to" (Kojeve, 1947, 21). El papel de la muerte es
El ténnino "muerte" aparece en diversos crucial en la dialéctica hegeliana del AMO y el
contextos en la obra de Lacan. esclavo, en la cual aparece íntimamente vincu-
J. La muerte es constitutiva del orden sim- lada al deseo, puesto que el amo sólo se afinna
bólico, porque el símbolo, al ocupar el lugar de para los otros por medio de un deseo de muerte
la cosa que simboliza, es equivalente a la muer- (E, 105). De Heidegger, Lacan toma la idea de
te de esta última: "El símbolo es la muerte de la que la existencia humana sólo adquiere sentido
cosa" (E, 104). Asimismo, el "primer símbolo" en virtud del límite finito establecido por la
de la historia humana es la tumba (E, 104). Só- muerte, de modo que el sujeto humano es en
lo en virtud del significante tiene el hombre ac- sentido estricto "un ser-para-la-muerte"; esto se
ceso a su propia muerte y puede concebirla: corresponde con la idea lacaniana de que el
"Es en el significante, y en cuanto el sujeto ar- analizante debe llegar a asumir, a través del
ticula una cadena significante, que se topa con proceso analítlco, su propia condición mortal
el hecho de que puede desaparecer de la cadena (E, 104-5).
de lo que él es" (57, 295). El significante tam- 4. En su comparación de la cura psicoana!f-
bién l!eva al sujeto más allá de la muerte, por- tica y el juego del bridge, Lacan describe al
que "ya lo considera muerto, por naturaleza lo analista en la posición del "dummy" (en fran-
inmortaliza" (53, 180). La muerte en el orden cés, le mort, el muerto). "El analista interviene
simbólico está relacionada con la muerte del concretamente en la dialéctica del análisis pre-
Padre (es decir, con el asesinato del padre de la tendiendo que está muerto [... ] Hace presente
horda en Tótem y tabú; Freud, 1912-13); el pa- la muerte" (E, 140). El analista se "cadaveriza"
dre simbólico es siempre un padre muerto. (se corpsifiat).
2. En el seminario de 1959-60, La é1ica del 5. La pregunta que constituye la estructura
psicoanálisis, Lacan habla de la "segunda de la NEUROSIS OBSESIVA concierne a la muerte;
muerte" (una frase que acuña con referencia a es el interrogante de si "estoy muerto o vivo"
un pasaje de la novela Julieta, del marqués de (53, 179-80).
5ade, en el cual uno de los personajes habla de
una "segunda vida"; véase Sade, 1797, 772, ci-
tado en S7, 211). La primera muerte es la MUJER (FEMME, WOMAN)
muerte física del cuerpo, una muerte que pone
fin a la vida humana pero no a los ciclos de co- La descripción freudiana de la DIFERENCIA
rrupción y regeneración. La segunda muerte es SEXUAL se basa en la idea de que existen ciertas
la que impide la regeneración del cuerpo muer- características psíquicas que pueden denomi-
to, "en el punto en que son aniquilados los ci- narse "masculinas", y otras que se pueden 11a-
clos mismos de las transformaciones de la natu- mar "femeninas", significativamente diferentes
raleza" (S7, 248). El concepto de segunda entre sí. Sin embargo, Freud se niega constan-
muerte es utilizado por Lacan para formular temente a definir los términos "masculino" y
ideas sobre diversos temas: la belleza (S7, 260; "femenino'', aduciendo que son conceptos fun-
la función de la belleza es revelar la relación dacionales y que la teoría psicoanalítica puede
del hombre con su propia muerte: S7, 295); la utílizarlos pero no dilucidarlos (Freud, I 920a,
relación directa con el ser (S7, 285), y el fantas- 5EXVIII, 171).
ma sádico de infligir un dolor perpetuo (57, Un rasgo de esa oposición es que estos dos
295). La frase "espacio del entre-dos-muertes" términos no funcionan de modos exactamente
(l'espace de i' entre-deux morts) originalmente simétricos. Freud toma la masculinidad como
acuñada por un discípulo de Lacan (véase 57, paradigma; afuma que hay sólo una libido, que
320), es recogida por el maestro para designar es masculina, y que el desarro11o psíquico de la
"el espacio en el cual se consuma la tragedia" niña es al principio idéntico al del varón, y sólo
(S8, 120). diverge posterionnente. La feminidad es enton-
3. La muerte desempeña un papel importan- ces lo que diverge del paradigma masculino, y
te en los sistemas filosóficos de Hegel y Hei- Freud !a considera una región misteriosa, inex-
degger, y Lacan se abreva en ambos para su plorada, un "continente negro" (Freud, 1926e,
teorización del papel de la muerte en psicoaná- SE XX, 212). El "enigma de la naturaleza de Ja
lisis. De Hegel (a través de Kojeve) Lacan to- feminidad" (Freud, 1933a, SE XXII, 113) preo-
ma la idea de que la muerte es constitutiva de la cupa a Freud en los últimos escritos, y lo lm-
132
Mujer
pulsa a hacerse la célebre pi:egunta: "¿Qué tiene también que "no hay ninguna simboliza-
quiere Ja mujer?" (véase Jones, 1953-7, vol. 2, ción del sexo de la mujer como tal", puesto que
468). La masculinidad es algo dado evidente de no hay ningún equivalente femenino del "sím-
por sí; la feminidad es un espacio de misterio: bolo altamente prevalente" que constituye el fa-
lo (S3, 176). Esta asimetría simbólica obliga a
El psicoanálisis no trata de describir qué es una la mujer a tomar la misma ruta que el varón pa-
mujer (tarea que difícilmente podría realizar), sino ra atravesar el complejo de Edipo, es decir,
que indaga cómo llega a ser, cómo se desarrolla una
mujer a partir de un nii'io con una disposición bise- identificarse con el padre, lo cual resulta más
xual. complejo para ella, puesto que se le requiere
(Freud, 1933a, SE XXII, 116). que base su identificación en la imagen de un
miembro del otro sexo (S3, 176).
Con la excepción de unas pocas observa- Lacan vuelve a la cuestión de la feminidad
ciones sobre la función de la MADRE en los en 1958, en un ensayo titulado "Ideas directivas
complejos familiares (Lacan, 1938), los escri- para un congreso sobre la sexualidad femenina"
tos preguerra de Lacan no abordan el debate so- (Lacan, 1958d). En este artículo observa las im-
bre la feminidad. Los enunciados ocasionales passe~· que han acosado a las discusiones psi-
acerca del tema que encontramos en la obra de coanalíticas sobre la sexualidad femenina, y di-
Lacan a principios de la década de 1950 apare- ce que la mujer es el Otro tanto para los
cen recubiertos con términos derivados de hombres como para las mujeres: "El hombre
Claude Lévi-Strauss; las mujeres son vistas co- aquí actúa como el rodeo por el cual la mujer se
mo objetos de intercambio que circulan a la convierte en este Otro para ella misma, talco-
manera de signos entre los grupos de parentes- mo es este Otro para él" (Ec, 732).
co (véase Lévi-Strauss, 1949b). "En el orden El aporte más importante de Lacan al deba-
real, las mujeres sirven [,,. l como objetos para te sobre la feminidad se produce tarde en su
los intercambios requeridos por las estructuras obra, lo mismo que en el caso de Freud. En su
elementales del parentesco" (E, 207). Dice La- seminario de 1972-3, Lacan postula el concep-
can que es precisamente el hecho de que la mu- to de un GOCE específicamente femenino que
jer es empujada a la posición de un objeto de va "más allá del falo" (S20, 69); este goce es
intercambio lo que constituye la dificultad de la "del orden del infinito", como el éxtasis místi-
posición femenina: co (S20, 44). Las mujeres pueden experimen-
tarlo, pero no saben nada sobre él (S20, 71).
Para ella, hay algo insuperable, digamos inacep- También en este seminario Lacan retoma su
table, en el hecho de estar ubicada en la posición de fórmula polémica presentada por primera vez
un objeto en el orden simbólico, al cual, por otro la-
do, ella está enteramente sometida, no menos que el en el seminario de 1970-1, "la mujer no eltlste"
hombre. (lafemme n'existe pas; Lacan 1973a, 60), y la
(S2, 262) refrasea como "no hay La mujer" (il n'y a pas
Lafemme; S20, 68). Según surge con claridad
El análisis que realiza Lacan del caso Dora en el original francés, lo que Lacan cuestiona
expone la misma idea: lo inaceptable para Dora no es el sustantivo "mujer" sino el artículo de-
es su posición como objeto de intercambio en· finido que lo precede. En francés, el artículo
tre el padre y Herr K. (véase Lacan, 1951a). Es- definido indica universalidad, y ésta es pre-
tar en esta posición de objeto de intercambio cisamente la característica de la que la mujer
significa que la mujer ''tiene una relación de se- carece; las mujeres "no se prestan a la gener'!.-
gundo grado con este orden simbólico" (S2, lización, ni siquiera a la generalización falo-
262; véase S4, 95-6). céntrica" (Lacan 1975b). En consecuencia, La-
En 1956 Lacan recoge la asociación tradi- can tacha el artículo definido cuando precede
cional de !a lflSTERIA con la feminidad, y sostie- a! término femme, así como tacha la A para
ne que la histeria no es otra cosa que la cues- producir el símbolo del Otro barrado, pues, lo
tión de la feminidad misma, la pregunta que mismo que la mujer, el Otro no existe (véase
puede formularse como "¿Qué es una mujer?". BARRA). Para ir a fondo, Lacan habla de la mu-
Esto vale tanto para los histéricos varones co- jer como "no toda" (pas-toute; S20, 13). A di-
mo para las histéricas (S3, 178). El témúno ferencia de la masculinidad, que es una fun-
"mujer" no designa aquí alguna esencia bioló- ción universal fundada en la excepción fálica
gica sino una posición en el orden simbólico; es (la castración), la mujer es un no-universal que
sinónimo de "posición femenina". Lacan sos- no admite ninguna excepción. La mujer es
133
Mujer
l
comparada con Ja verdad, puesto que compane a si hay que ver a Lacan como un aliado o un
con ella la lógica del no-todo (no hay todas las enemigo de su causa. Algunas consideran que
mujeres; es imposible decir "toda la verdad") sus teorías proporcionan una descripción incisi-
(Lacan, 1973a, 64). va del patriarcado y un modo de cuestionar las
En 1975 Lacan dice que "una mujer es un concepciones fijas de la identidad sexual (por
síntoma" (Lacan, 1974-5, seminario del 21 de ejemplo, Mitchell y Rose, 1982). Otras sostie-
enero de 1975). Más precisamente, una mujer nen que su concepción de! orden simbólico
es un síntoma de un hombre, en el sentido de reinstala el patriarcado como algo dado trans-
que una mujer sólo puede entrar en la economía histórico, y que el privilegio asignado al falo se
simbólica de los hombres como un objeto fan- remite a repetir la misoginia que se le atribuye
tasmático (a), causa del deseo de ellos. al propio Freud (por ejemplo, Gallop, 1982;
Las observaciones de Lacan sobre la mujer Gros, 1990). Véanse muestras representativas
y la sexualidad femenina se han convertido en del debate en Adams y Cowie (1990) y Bren-
foco de controversia y debate en la teoría femi- nan (1989). Para una descripción lacaniana de
nista. Las feministas se han dividido en cuanto la sexualidad femenlna, véase Leader (1996).
134
N
contaban las obsesiones (ideas recurrentes), los Lacan llama también la atención sobre el
impulsos de realizar acciones que al propio su- modo en que la pregunta del neurótico ohsesivo
jeto le parecían absurdas, abominables o ambas acerca de la existencia y la muerte tiene conse-
cosas, y los "rituales" (acciones repetidas com- cuencias en su actitud respecto del tiempo. Esta
pulsivamente, como controlar o lavarse). Si actitud puede ser de perpetua vacilación y pos-
bien Lacan también considera que estos sínto- posición mientras aguarda la muerte (E, 99), o
mas son típicos de la neurosis obsesiva, dice considerarse inmortal porque uno ya está muer-
que \a expresión no designa un conjunto de sín- to (S3, 180).
tomas sino una ESTRUCTURA subyacénte que Otros rasgos de la neurosis obsesiva que
puede o no manifestarse en los síntomas típica- Lacan comenta son el sentimiento de culpa y la
mente asociados con ella. De modo que el suje- estrecha vinculación al erotismo anal. Con
to bien puede no presentar ninguno de los sín- respecto a este último, Lacan observa que el
tomas obsesivos típicos, y no obstante ser neurótico obsesivo no sólo transforma sus ex-
diagnosticado como neurótico obsesivo por un crementos en regalos y sus regalos en excre-
analista lacaniano. mentos, sino que se transforma en excremento
Siguiendo a Freud, Lacan clasifica la neu- a él mismo (S8, 243).
rosis obsesiva como una de las principales for-
mas de NEUROSIS. En 1956 desarrol!a la idea de
que la neurosis obsesiva, lo mismo que la HIS- NOMBRE-DEL-PADRE
TERIA (de la cual Freud dijo que la neurosis ob- (NOM-DU-PkRE,
sesiva es un "dialecto"), consiste esencialmen- NAME-OF-THE-FATHER)
te en una pregunta que el ser le plantea al
sujeto (S3, 174). La pregunta que constituye la Cuando la expresión "el nombre del padre"
neurosis obsesiva tiene que ver con la contin- apareció por primera vez en la obra de Lacan, a
gencia de la propia existencia; es la pregunta principios de la década de 1950, no tenía ma-
sobre la MUERTE, que puede formularse como yúsculas y se refería en general al papel prohi-
"¿Ser o no ser?'', "¿Estoy muerto o vivo?'', o bitivo del PADRE como quien establece el tabú
bien "¿Por qué existo?" (S3, 179-80). La res- del incesto en el complejo de Edipo (es decir, el
puesta del obsesivo es trabajar febrilmente para padre simbólico): "Es en el nombre del padre
justificar su existencia (lo que también da testi- donde debemos reconocer el soporte de la fun-
monio de la especial carga de culpa que el ob- ción simbólica que, desde la aurora de la histo-
sesivo experimenta); el obsesivo realiza algu- ria, ha identificado su persona con la figura de
nos rituales compulsivos porque piensa que le la ley" (E, 67).
permitirán huir de la falta en el Otro, de la cas- Desde el principio Lacan juega con la ho-
tración del Otro, que en el fantasma suele re- mofonía de le nom du pire (el nombre del pa-
presentarse como un desastre terrible. Por dre) y le "non" dupi!re (el "no" del padre), pa-
ejemplo, en el caso de uno de los neuróticos ra subrayar la función legislativa y prohibitiva
obsesivos de Freud, el conocido como Hombre del padre simbólico.
de las ratas, el paciente había desarrollado ri- Unos añOs más tarde, en el seminario sobre
tuales elaborados que ponía en obra para recha- las psicosis (Lacan, 1955-6), !a expresión apa-
zar el miedo a que se infligiera un castigo terri- rece con mayúsculas y guiones; toma un signi-
ble a su padre o a su amada (Freud, 1909d). ficado más preciso:(e'I Nombre-del-Padre es el
Estos rituales, tanto en su forma como en su significante fundam'ental que permite que la
contenido, llevaron a Freud a trazar paralelos significación proceda normalmente. Este signi-
entre la estructura de la neurosis obsesiva y la ficante fundamental otorga identidad al sujeto
estructura de la religión, paralelos éstos que (lo nombra, lo posiciona en el orden simbólico)
Lacan también observa. y también significa la prohibición edípica, el·
Mientras que la pregunta histérica tiene que "no" del tabú del incestoj Si este significante ;
ver con la posición sexual del sujeto ("¿Soy un está forcluido (no incluido en el orden simbóli-
hombre o una mujer?"), el neurótico obsesivo co), el resultado es una PSICOSIS.
repudia este interrogante, rechaza a ambos se- En otra obra sobre la psicosis (Lacan, 1957-
xos, no se considera ni varón ni mujer: "El ob- Bb), Lacan representa el complejo de Edipo co-
sesivo no es precisamente de [un sexo] ni del mo una metáfora (la METÁFORA PATERNA), en la
otro -se podría decir que es de ambos a la vez" cual un significante (el Nombre-del-Padre)
(S3, 249). reemplaza a otro (el deseo de la madre).
138
1 Nudo borromeo
NUDO BORROMEO (NOEUD (S20, 112). En sentido estricto, sería más ade-
BORROMÉEN, RORROMEAN KNOD cuadü dt"cir que l"Sta figura es una cadena y nü
un nudo, puesto que intercünecta varias hebras,
Las referencias a los nudos se pueden en- mientras que un nudo está fonnadü por una sü-
contrar en la obra de Lacan ya en la década de la hebra. Aunque para formar una cadena bo-
1950 (por ejemplo, E, 28 l), pero sólo a princi- rromea se necesita un mínimo de tres hebras o
pios de los años '70 comenzó él a examinar los anillos, no hay un límite superior: la cadena se
nudos desde el punto de vista de sus propieda- puede ampliar indefinidamente añadiendü ani-
des topológicas. El estudio de la teoría de los llos, sin que pierda por ello su cualidad borro-
nudos marca un importante desarrollo de la TO- mea (es decir que si se corta cualquier anillo,
POLOOfA lacaniana; del estudio de las superficies toda la cadena se separa).
(la banda de Moebius, el toro, etcétera) pasó al Lacan aborda por primera vez el nudo bo-
ámbito mucho más complejo de las topologías rromeo en su seminariü de 1972-3, pero la dis-
de los nudos. La topología es vista cada vez más cusión más detallada al respecto aparece en el
como un modo radicalmente no-metafórico de seminario de 1974-5. Allí emplea el nudo bo-
explorar el orden simbólico y sus interacción mmeo para (entre otras cosas) ilustrar la inter-
con lo real y lo imaginario; no se limita a repre- dependencia de los tres órdenes (el real, el sim-
sentar la estructura: la topología es esa estructu- bólico y el imaginariü), e indagar qué es lo que
ra. En este período avanzado de su obra, hay un estos tres órdenes tienen en común. Cada anillo
tipo de nudo que pasa a interesarle a Lacan más representa un ürden, de modo que ciertos ele-
que cualquier otro: el nudo borromeo. mentos pueden ubicarse en las intersecciones.
El nudo borromeo (figura 15), así llamado En el seminario de 1975-6, Lacan describe
porque se lo encuentra en el escudo de armas la psicosis como un nudü bürrümeo desatado, y
de la familia Borromeo, es un grupo de tres ani- postula que en algunüs casüs esto se puede im-
llos eslabonados de tal modo que, si se corta pedir añadiendo un cuarto anillo, el SINTHOME,
uno cualquiera de ellos, los tres se separan que mantiene juntoS a los otros tres.
mo las tres instancias del modelo estructural lo imaginario, porque no puede asimilarse me-
de Freud. Sin embargo, están primordialmente diante la identificación. Lacan equipara esta al-
vinculados al funcionamiento mental, y juntos teridad radical con el lenguaje y la ley, de mo-
cubren todo el campo del psicoanálisis. do que el gran Otro está in5crito en e! orden de
Aunque estos tres órdenes son profunda- lo siml,!ólico. Por cierto, el gran Otro es lo sim-
mente heterogéneos, cada uno de ellos debe de- bólicO en Cuiinto está particularizado para cada
finirse con referencia a los otros dos. Su inter- sujeto. El Otro es entonces otro sujeto, en su al-
dependencia estructural es ilustrada por el nudo teridad radical y su singularidad inasimilable, y
borromeo, en et cual el corte de cualquiera de también el orden simbólico que media la rela-
los tres anillos determina que también los otros ción con ese.otro sujeto.
dos se separen. -· No obstante, el significado de "el Otro co-
mo otro sujeto" es estrictamente secundario
respecto del sentido de "el Otro como orden
otro/OTRO (autre/AUTRE, simbólico"; "e\_.Qtro debe en primer lugar ser
other/OTHER) considerado un lugar, el lugar en el cual está
constituida la palabra" (S3, 274). Sólo es posi-
El "otro" es quizás el término más comple- ble hablar del Otro como un sujeto en un senti-
jo de la obra de Lacan. Cuando comenzó a em- do secundario, en el sentido de que un sujeto
plearlo, en la década de 1930, no se destacaba puede ocupar esa posición y de tal modo "en-
mucho, y se refería sencillamente a las "otras camar" al Otro para otro sujeto (S8, 202).
personas". Aunque Freud utiliza el concepto, al Al sostener que la palabra no se origina en
hablar de der Andere (la otra persona) y das el yo, ni siquiera en el sujeto, sino en el Otro,
Andere (la otredad), Lacan parece en realidad Lacan subraya que Ja palabra y el lenguaje es-
haberlo tomado de Hegel, a cuya obra fue in- tán más allá del propio control consciente; vie-
troducido por una serie de conferencias impar- nen de otro lugar, desde fuera de la conciencia,
tidas po_r Alexandre Kojeve en la Éco\e des y ppr lo tanto "el inconsciente es el discurso
Hautes Etudes en 1933-9 (véase Kojeve, 1947). de! Otro" (Ec, 16). Al concebir al Otro como
En 1955 Lacan traza una distinción entre un lugar, Lacan alude al concepto freudiano de
"el pequeño otro" ("el otro") y "el gran Otro" una localidad psíquica, en el cual el incons-
("el Otro") (S2, cap. 19), distinción que sigue ciente es descrito como "la otra escena" (véase
ocupando un lugar central en el resto de su ESCENA).
obra. De allí en más, en el álgebra lacaniana, el Es la madre quien primero ocupa la posi-
gran Otro es designado A (mayúscula, por la ción del gran Otro para el niño, porque es ella
palabra francesa Autre), y el pequeño otro apa- quien recibe el llanto y los gritos primitivos de
rece como a (minúscula bastardilla, por la pala- la criatura, y retroactivamente los sanciona co-
bra francesa autre). Dice Lacan que tener pre- mo un mensaje particular (véase PUNTUACIÓN).
sente esta distinción es fundamental en la El complejo de castración se constituye cuando
práctica analítica: el analista debe estar "total- el niño descubre que este Otro no es completo,
mente imbuido" de la diferencia entre A y a (E, que en el Otro hay una FALTA. En otras pala-
140), para poder situarse en el lugar del Otro, y bras, en el tesoro de los $ignificantes constitui-
no en el del otro (Ec, 454). dos por el Otro siempre falta un significante. El
1. El pequeño otro es el otro que no es real- rrútico Otro completo (que se escribe A en el
mente otro, sino un reflejo y proyección del YO álgebra lacaniana) no existe. En 1957 Lacan
(razón por la cual el símbolo a puede represen- presenta gráficamente a este Otro incompleto
tar al pequeño otro y al yo, intercambiablemen- tachando con una BARRA el símbolo A, para
te, en el ESQUEMA L). Es simultáneamente el SE- producir !/.; por lo tanto, otro nombre del Otro
MEJA.i'ITE y la IMAGEN ESPECULAR. De modo que incompleto, castrado, es e! "Otro barrado".
el pequeño otro está totalmente inscrito en el El Otro es también "el Otro sexo" (S20,
orden imaginario. Para un examen más detalla- 40). El Otro sexo es siempre la MUJER, para su-
do del desarrollo del símbolo a en la obra de jetos masculinos y femeninos por igual: "El
Lacan, véase OBJETO a. hombre aquí actúa como el rodeo por el cual la
2. El gran Otro designa la alteridad radical, mujer se convierte en este Otro para sí misma
la otredad que trasciende la otredad ilusoria de cuando es este Otro para él" (Ec, 732).
143
1
p
Palabra
el psicótico no llega ni a esto; por cierto, es la en cuanto a quién es realmente el padre biolóil-
ausencia del padre simbólico lo que caracteriza co ('"pater semper incenus est', mientras que
la esencia de la estructura psicótica (véase FOR- la madre es 'cenissima'"; Freud, 1909c, SE IX,
CLUSlóN). 239), sería más preciso decir que el padre real
es el hombre del que se dice que es el padre
El padre imaginario biológico del sujeto. El padre real es entonces
un efecto del lenguaje, y con este sentido debe
El padre imaginario es una imago, un com- entenderse aquí el adjetivo "real": lo real del
puesto de todos los constructos imaginarios que lenguaje, y no lo real de la biología (SI?, 147-
el sujeto erige en el fantasma en torno a la figu- 8).
ra del padre. Esta construcción imaginaria a El padre real desempeña un papel crucial en
menudo tiene poca relación con el padre tal co- el complejo de Edipo; es él quien interviene en
mo es en la realidad (S4, 220). El padre imagi- el tercer "tiempo" como el que castra al niño
nario puede construirse como un padre ideal (véase COMPLEJO DE CASTRACIÓN). Esta inter-
(SI, 156; E, 321), o lo opuesto, como "e! padre vención salva al niño de la angustia precedente;
que ha jodido al chico" (S7, 308). En la prime- sin ella, el niño necesita un objeto fóbico como
ra forma, el padre imaginario es el prototipo de sustituto simbólico del padre real ausente. La
!as figuras divinas de las religiones, un protec- intervención del padre real como agente de la
tor omnipotente. En el 'otro papel, el padre ima- castración no equivale sencillamente a su pre-
ginario es el padre terrorífico de la horda pri- sencia física en la familia. Como surge del caso
mordial que impone el tabú del incesto a sus de Juanito (Freud, J909b), el padre real puede
hijos (véase Freud, 1912-13), y el agente de la estar físicamente presente y sin embargo no in-
PRIVACIÓN, el padre al que la hija culpa por ha- tervenir como agente de la castración (S4, 212-
berla privado del falo simbólico, o su equiva- 221). A la inversa, la intervención de! padre
lente, un niño (S4, 98; véase la figura 7, y S7, real puede ser experimentada por el niño aun-
307). Pero con las dos apariencias, sea como que aquél esté físicamente ausente.
padre ideal o como cruel agente de la priva-
ción, el padre ideal es considerado omnipotente
(S4, 275-6). La psicosis y la perversión involu- PALABRA (PAROLE, SPEECH)
cran, de diferente modo, una reducción del pa-
dre simbólico al padre imaginario. El término francés paro/e le presenta con-
siderables dificultades al traductor inglés, por-
El padre real que en su idioma no tiene equivalencia. En al-
gunos contextos corresponde al ténnino inglés
Si bien Lacan es totalmente claro al definir "speech", y en otros queda mejor traducido por
lo que entiende por padre imaginario y padre "word".
simbólico, sus observaciones sobre el padre "Palabra" se convierte en uno de los más
rea! son totalmente oscuras (véase, por ejem- importantes ténninos de la obra de Lacan desde
plo, S4, 220). Su única formulación inequívoca principios de la década de 1950. En su célebre
es que el padre real es el agente de la castra- "Discurso de Roma", Lacan denuncia el modo
ción, el que realiza la operación de la castracióÍt en que la teoría psicoanalítica contemporánea
simbólica (S 17, 149; véase la figura 7 y S7, ha desatendido el papel de Ja palabra en el psi-
307). Aparte de esto, Lacan proporciona pocas coanálisis, y aboga por un foco renovado en la
claves sobre lo que entiende por "padre real". palabra y el LENGUAJE (Lacan, 1953a).
En 1960 lo describe como aquel que "efectiva- El empleo por Lacan del ténnino "palabra"
mente ocupa" a la madre, el ''Gran Jodedor" debe poco a Saussure (cuya oposición entre
(S7, 307), e incluso llega a decir, en 1970, que "palabra" y "lengua" aparece reemplazada en la
el_padre real es el espermato;::oide, aunque in- obra de Lacan por el par ''palabra/lenguaje"), y
mediatamente ñiodera este enunciado con la está mucho más determinado por referencias a
observación de que nadie se ha pensado nunca la antropología, la teología y la metafísica.
a sí mismo como hijo de un espennatozoide
(SI 7, 148). Sobre la base de estos comentarios, AntropologÍa
parece posible r;le;cir que el padre real es el pa-
dre biológico del suj.eto. Sin embargo, puesto El concepto lacaniano de la palabra como
qU.e siempre hay algún grado de incertidumbre un "intercambio simbólico" que "vincula a lo~
1'6
'1
i Palabra fundaote
!
seres humanos entre sC' (SI, 142) ha sido clara- está alienado de su deseo; en la palabra vacía
mente influido por la obra de Mauss y Uvi- "el sujeto parece hablar en vano sobre alguien
Strauss, especialmente por el análisis de estos que[ ... } nunca puede volverse uno con la asun-
autores sobre el intercambio de regalos. Vemos ción de su deseo" (E, 45).
entonces que las interpretaciones de Freud son Una de las tareas del analista que escucha a!
descritas como "un presente simbólico de pala- analizante consiste en discernir los momentos
bra, grávido de un pacto secreto" (E, 79). El en que surge la palabra plena. La palabra plena
concepto de la palabra como pacto que asigna y la palabra vacía son los puntos extremos de
roles tanto al emisor como al receptor es for- un continuum, y "entre estos dos extremos se
mulado en la elaboración lacaniana de la PALA- despliega toda una gama de modos de realiza-
BRA FUNDANTE. ción de la palabra" (S \, 50). La meta del trata-
miento psicoanalftico es articular la palabra
Teología plena, y éste es un trabajo duro; puede ser que
articular la palabra plena resulte muy penoso
En la obra de Lacan, la palabra adquiere (E, 253).
también connotaciones religiosas y teológicas, La palabra vacía no equivale a la mentira;
en términos derivados de las religiones orienta- por el contrario, la mentira suele revelar la VER-
les (E, 106-107) y asimismo de la tradición ju- DAD sobre el deseo de modo mucho más com-
deocristiana (E, 106). En 1954 Lacan examina pleto que muchos enunciados sinceros (véase
la palabra con referencia a De locutionis signi- S 11, 139-40). Nunca es posible expresar en la
ficatione, de San Agustín (SI, 247-60). Lo mis- palabra toda la verdad del propio deseo, debido
mo que las pronunciadas por Dios en el Géne- a una fundamental "incompatibilidad entre el
sis, la palabra es una "invocación simbólica" deseo y la palabra" (E, 275); "yo siempre digo
que crea, ex nihilo, "un nuevo orden del ser en la verdad; no toda Ja verdad, porque no somos
las relaciones entre los hombres" (SI, 239). capaces de decirla. Decirla toda es material-
mente imposible" (Lacan, l 973a, 9). De modo
Metafísica que la palabra plena no es la articulación en pa-
labras de toda la verdad sobre el de~eo del suje-
Lacan se basa en la distinción de Heidegger to, sino la palabra que articula esta verdad tan
entre Rede (discurso) y Gerede (habladuría) pa- plenamente como es posible en un momento
ra elaborar su propia distinción entre la "pa- particular.
labra plena" (paro/e pleine) y la "palabra La palabra es el único modo de acceso a la
vacía" (paro/e vide) (véase E, 40 y sigs.). La- verdad sobre el deseo; "sólo la palabra es la
can traza por primera vez esta distinción en clave de esa verdad" (E, 172). Además, la teo-
1953, y aunque ella deja de desempeñar un pa- ría psicoanalítica sostiene que sólo un tipo par-
pel importante en su obra después de 1955, ticular de palabra conduce a esta verdad: una
nunca desaparece por completo. La palabra ple- palabra sin control consciente, conocida como
na articula la dimensión simbólica del lenguaje, asociación libre.
mientras que la palabra vacía articula su dimen-
sión imaginaria, la palabra del yo al semejante.
"La palabra plena es una palabra llena de senti- PALABRA FUNDANTE (PAROLE
do. La palabra vacía es una palabra que sólo FONDANT, FOUNDING SPEECH)
tiene significación" (Lacan, 1976-7; Omicar?,
n. 17/18, 11). La expresión "palabra fundante" surge en la
La palabra plena es también denominada obra de Laca11 en la época de su creciente inte-
"palabra verdadera", puesto que está más cerca rés por el LENGUAJE, a principios de la década
de la verdad enigmática del deseo del sujeto: de 1950 (véase Lacan, 1953a). El punto sobre
"La palabra plena es una palabra que apunta a, el que Lacan llama la atención al emplear esta
que fonna, la verdad tal como queda estableci- frase es el modo en que la PALABRA puede
da en el reconocimiento de una persona por transfonnar radicalmente tanto a quien habla
otra. La palabra plena es una palabra que hace como a quien la recibe en el acto de ia emisión.
acto" (SI, 107). "La palabra plena, en efecto, es Los dos ejemplos favoritos de Lacan al respec-
definida por su identidad con aquello sobre lo to son las oraciones 'Tú eres mi amo/maestro
que se habla" (Ec, 381). (maftre)" y "Tú eres mi mujer", que sirven para
En la palabra vacía, por otro lado, el sujeto posicionar al hablante como "discípulo" y "es-
147
Paranoia
l
poso", respectivamente, En otros términos, el nocimiento es en sí mismo paranoico (E, 2, 3,
aspecto crucial de la palabra fundanle es que oo 17). El proceso de la cura psicoanalítica induce
sólo transforma al otro sioo que también trans- una paranoia controlada en el sujeto humano
forma al sujeto (véase E, 85). "La palabra fun- (E, 15).
dante, que envuelve al suje10, es todo lo que lo
ha constituido, sus padres, sus vecinos, la es-
tructura total de su comunidad, y no sólo lo ha PASAJE AL ACTO (PASSAGE A L'ACTE,
constüuido como símbolo, sino que lo ha cons- PASSAGE TO THE ACT)
tituido eo su ser" (S2, 20). Lacan se refiere a Ja
misma función de la palabra como "palabra La frase "pasaje al acto" proviene de la psi-
electiva" en el seminario de 1955-6, y como quiatría clínica francesa, que la utlliza para de-
"palabra votiva" en el seminario de 1956-7. signar los actos impulsivos de naturaleza vio-
Lacao juega con la homofonía, entre tu es lenta o criminal que a veces indican el inicio de
ma "1€re ("tú eres mi madre") y tuer ma mi!re un episodio psicótico agudo. Como la frase
("matar a mi madre") para ilustrar el modo en misma lo indica, se supone que estos actos
que la palabra fundante dirigida al otro puede marcan el punto en que el sujeto pasa de una
revelar un deseo asesino (E, 269). idea o intención violentas al acto correspon-
diente (véase Laplanche y Pontalis, 1967, 5).
Puesto que estos actos se atribuyen a la acción
PARANOIA (PARANOIA, PARANOIA) de la psicosis, la ley francesa absuelve de re~
ponsabilidad civil a quienes los cometen (Che-
La paranoia es una fonna de PSICOSIS carac- mama, 1993,4).
terizada principalmente por DELIRIOS. La expe- A medida que las ideas psicoanalíticas se
riencia de Freud con el tratamiento de paranoi- difundían en Francia en la primera mitad del si-
cos era limitada, y su trabajo más extenso sobre glo XX, se volvió común que los analistas fran-
el tema no fue el registro del curso de un trata- ceses emplearan la expresión "pasaje al acto"
miento sino el análisis de las memorias escritas para traducir el término Agieren utilizado por
de un paranoico (un juez llamado Daniel Paul Freud: es decir, como sinónimo de ACTING OUT,
Schreber) (Freud, 191 lc). Es en esta obra don- Sin embargo, en su seminario de 1962-3 Lacan
de Frcud presenta su teoría de que la paranoia establece una distinc!ón entre estas expresio-
es una defensa contra la homosexualidad, sos- nes. Si bien ambas son últimos recursos contra
teniendo que las diferentes formas de delirio la angustia, el sujeto que realiza un acting out
paranoico se basan en distintos modos de negar todavía permanece en la ESCENA, mientras que
la oración "Yo (un hombre) lo amo a él". el pasaje al acto supone una salida total de la
El interés de Lacan por la paranoia es ante- escena. El acting out es un mensaje simbólico
rior a su interés por el psicoanálisis; fue el te- dirigido al gran Otro, mientras que un pasaje al
ma de su primer trabajo importante, su tesis de acto es una huida respecto del Otro, hacia la di-
doctorado (Lacan, 1932). En ese texto Lacan mensión de lo real. El pasaje al acto es una sali-
discute el caso de una mujer paranoica a quien da de la red simbólica, una disolución del lazo
denomina "Aimée'', y a !a que diagnostica co- social. Aunque según Lacan el pasaje al acto no
mo sufriendo una "paranoia de autocastigo" necesariamente implica una psicosis subyacen-
(paranoi"a d'autopunition), una nueva categoría te, entraña de todos modos una disolución del
clínica que él mismo proponía, Volvió al tema sujeto; por un momento, el sujeto se convierte
de la paranoia en su seminario de 1955-6, de- en puro objeto.
dicado a un sostenido comentario sobre el caso Para ilustrar lo que quiere decir, Lacan se
Schreber. Lacan considera que la teoría de remite al caso de la joven homosexual tratada
Freud sobre las raíces homosexuales de la pa- por Freud (Freud, l 920a). Freud dice que la jo-
ranoia es inadecuada, y en lugar de ella propo- ven caminaba por la calle con la mujer que
ne su propia teoría de la FORCT.USJÓN como me- amaba cuando la descubrió el padre, que le di-
caoismo específico de la psicosis. rigió una mirada colérica. lomcdiatamente des-
Lo mismo que todas las esaucturas clínicas, pués, ella corrió a arrojarse al foso de una línea
la paranoia revela ciertos rasgos de la psique de tranviaria. Dice Lacan que este intento de suici-
un modo particularmente vívido. El yo tiene dio fue un pasaje al acto; no un mensaje dirigi-
una estructura paranoica (E, 20), porque es Ja do a nadie, puesto que la simbolización se ha-
sede de una alienación paranoica (E, 5), El co- bía vuelto imposible para la joven. Confrontada
l Perversión
con el deseo del padre, ella se sintió consumida le). Sólo implicaba el reconocimiento de que el
por una angu~tia incontrolable, y reaccionó de análisis personal había llegado a su conclusión
modo impulsivo identificándose con el objeto. lógica, y de que esa persona podía extraer de
Entonces cayó (en alemán, niederkommt) como esa experiencia un saber articulado. De modo
el objeto a, el resto de significación (Lacan, que el pase no tenía que ver con una función
1962-3, seminario del 16 de enero de 1963). clínica sino con una función docente; se supo-
nía que daba testimonio de la capacidad del pa-
sante para teorizar su propia experiencia de ta
PASE (PASSE, PASS) cura, y por lo tanto para contribuir al saber psi-
coanalítico.
En 1967, tres años después de haber funda- Jacques-Alain Miller comenta que es im-
do su ESCUELA de psicoanálisis (la École Freu- portante distinguir entre l) el pase como proce-
dienne de Paris, o EFP), Lacan instituyó un dimiento institucional (según la descripción
nuevo tipo de procedimiento (Lacan, 1967). Es- que acabamos de dar) y 2) e! pase como la ex-
te procedimiento se denominaba "pase", y con- periencia personal del fin del propio análisis, e!
sist(a esencialmente en un marco institucional pasaje de analizante a anali.~ta, que podía ser
destinado a permitir que las personas dieran atestiguado por "el pase" en el primer sentido
testimonio del fin de su análisis. La principal del término (MiUer, 1977).
idea que estaba detrás era la concepción laca- En la década de 1970, la institución del pa-
niana de que el FIN DE ANÁLlS!S no es una expe- se se convirtió en foco de una intensa contro-
riencia casi mística, inefable, sino que, de versia dentro de la EFP. Mientras que algunos
acuerdo con el principio básico del psicoanáli- respaldaban las ideas de Lacan en cuanto a que
sis, tiene que articularse en el lenguaje. el pase realizaba importantes aportes al saber
El procedimiento era el siguiente: la perso- del fin de análisis, otros lo criticaban que crea-
na que aspiraba al pase (le passant, el pasante), ba desacuerdos y era impracticable. Estos deba-
hablaba a dos testigos (les passeurs, los pasa- tes se acaloraron aún más en los años finales de
dores), que debían estar en análisis en ese mo- la EFP, antes de que Lacan disolviera su Escue-
mento, sobre su propio análisis y su conclusión; la en 1980 (véase Roudinesco, 1986). Entre las
esos dos testigos a continuación, y por separa- diversas organizaciones lacanianas que existen
do, reiteraban esta descripción ante un jurado actualmente, algunas han abandonado la pro-
de siete personas (algunas de las cuales ya ha- puesta de Lacan, mientras que muchas otras
bían realizado con éxito su propio pase). El ju- conservan la institución del pase como una par-
rado decidía, sobre la base de los dos relatos, si te central de su estructura.
debía otorgarle el pase al candidato. No había
criterios preestablecidos que guiaran al jurado,
puesto que el pase se basaba en el principio de PERVERSIÓN (PERVERSION,
que cada análisis es único. Si el candidato tenía PERVERSION)
éxito, se le acordaba el título de A.E. (Analy~·te
de l'École). A los candidatos que fracasaban no Según la definición de Freud, era perver-
se les impedía volver a intentar el pase si de- sión toda fonna de conducta sexual que se
seaban hacerlo. desviaba de la norma de cópula genital hetero-
El pase pretendía ser el medio para obtener sexual (Freud, l 905d). Sin embargo, esta defi-
el reconocinúcnto de la Escuela al final del nición es problematizada por las propias ideas
análisis personal. No era un procedimiento de Freud sobre la perversión polimorfa de 1oda
obligatorio; que un analista decidiera intentarlo la sexualidad humana, que se caracteriza por la
o no dependía por completo de él mismo. No ausencia de un orden natural dado de ante-
era un título para ejercer el análisis, puesto que mano.
"la autorización de un analista sólo puede venir Lacan supera esta impasse de la teoría freu-
de él núsmo" (Lacan, 1967, 14) (véase FORMA- diana al definir la perversión, no como una for-
CIÓN DE LOS ANALISTAS y ANÁLISIS DIDÁCTICO). ma de conducta, sino como una ESTRUCTURA
Tampoco significaba el reconocimiento por la clínica
Escuela del estatuto de analista del núembro;
este reconocinúento se otorgaba por otro me- ¿Qué es Ja perversión? No es simplemente una
dio, totalmente independiente, y correspondía aberración en relación con criterios sociales, una
al título de A.M.E. (Analyste Membre de /'Éco- anomalía contraria a las buenas costumbres, aunque
Perversión
este registro no esté ausente, ni es algo atípico según problema de las perversiones consiste en con-
criterios naturales, es decir que menosprecie en ma- cebir de qué modo el niño, en su relación con la
yor o menor medida la finalidad reproductiva de la madre[ ... ] se identifica con el objeto imagina-
unión se1rnal. Es otra cosa en su estnictura misma. rio del deseo [de ella; es decir, el falo]" (E,
(Sl, 221)
197-8). A esto se debe que el triángulo imagi-
nario preedípico desempeñe un papel tan im-
La distinción entre actos perversos y estruc- portante en la estructura perversa. En las per-
tura perversa implica que, si bien hay ciertos versiones, el falo sólo puede funcionar velado
actos sexuales estrechamente asociados con (véase el examen por Lacan del papel del velo
estructuras perversas, es también posible que en el fetichismo, el transvestismo, la homose-
tales actos sean realizados por sujetos no-per- xualidad y el exhibicionismo; S4, 159-63).
versos, e igualmente posibles que un sujeto per-
verso nunca realice tales actos en la realidad. La PULSIÓN
También implica una posición universalista;
mientras que la desaprobación social y la in- La perversión e~ también un modo particu-
fracción a las "buenas costumbres" pueden ser lar que tiene el sujeto de situarse en relación
lo que determina que un acto en particular sea con la pulsión. En la perversión, el sujeto se si-
perverso o no, ésta no es la esencia de la estruc- túa como objeto de la pulsión, como el medio
tura perversa. Una estructura perversa sigue para el goce del otro (Sl 1, 185). Esto implica
siendo perversa incluso cuando los actos aso- invertir la estructura del FANTASMA, razón por la
ciados con ella sean socialmente aprobados. cual la fórmula de Ja perversión aparece como
Por lo tanto, Lacan considera que la homose- a O$ en el primer esquema de "Kant con Sade"
xualidad era una perversión incluso cuando se (Ec, 774), o sea, como el materna del fantasma
la practicaba en la Antigua Grecia, donde era invertido. El perverso asume la posición del ob-
ampliamente toterada (S8, 43). (Esto no se de- jeto-instrumento de una voluntad-de-goce que
be a que la homosexualidad o cualquier otra no es suya propia sino del gran Otr0. El perver-
forma de sexualidad sea naturalmente perversa; so no realiza su actividad para su propio placer,
por el contrario, la naturaleza perversa de la ho- sino para el goce del gran Otro. Encuentra goce
mosexualidad depende por completo de que in- precisamente en esta instrumentación, en traba-
fringe los requerimientos normativos del com- jar para el goce del Otro; ''el sujeto se hace aquí
plejo de &iipo [S4, 201]. Lacan critica a Freud el instrumento del goce del Otro" (Ee, 320). Por
por olvidar a veces que la importancia de la he- ejemplo, en la escopofilia (también llamada es-
terosexualidad en el mito de Edipo es una cues- coptofilia), que comprende el exhibicionismo y
tión de normas y no de naturaleza [Ec, 223). La el voyeurismo, el perverso se ubica como el ob-
neutralidad de! analista le prohíbe tomar parti- jeto de la pulsión escópica. En e! sADISMo/MA-
do respecto de esas normas; más bien que de- SOQUISMO el sujeto se sitúa como objeto de la
fenderlas o atacarlas, el analista trata sólo de pulsión invocatoria (S 11, 182-5). El perverso es
exponer su incidencia en la historia del sujeto.) la persona en quien la estructura de la pulsión
Lacan caracteriza la estructura perversa de se revela con mayor claridad, y también la per-
dos modos principales. sona que lleva al límite el intento de ir más allá
del principio de placer, "va tan lejos como pue-
F.J FALO y la RENEGAC!ÓN de en la senda del goce" (E, 323).
A la observación de Freud en cuanto a que
La perversión se distingue de las otras es- "las neurosis son el negativo de las perversio-
tructuras clínicas por la operación de la renega- nes" se le ha atribuido a veces el sentido de que
ción. El perverso reniega la castración; percibe la perversión es sólo la expresión directa de un
que la madre carece de falo, y al mismo tiempo instinto natural que en la NEUROSIS está reprimi-
se niega a aceptar la realidad de esa percepción do (Freud, I905d, SE VII, 165). Pero Lacan re-
traumática. Esto es más evidente en el FETICHIS- chaza por completo esta interpretación (S4,
MO (la "perversión de las perversiones"; S4, 113, 250). En primer lugar, la pulsión no debe
194), en el que el fetiche es un sustituto simbó- concebirse como un instinto natural que pueda
lico del falo faltante en la madre. Sin embargo, descargarse de un modo directo; no existe el
esta relación problemática con el falo no es ex- grado cero de satisfacción. En segundo térmi-
clusi.va del fetichismo, sino que se extiende a no, como surge con claridad de las observacio-
todas las perversiones (S4, 192-3). "Todo el nes anteriores, la relación del perverso con la
150
l Principio de placer
pu!sión es tan compleja y elaborada como la El principio de placer es uno de los "dos
de! neurótico. Desde el punto de vista del desa- principios del funcionamiento mental" postula-
rrollo genético, la perversión está en el mismo dos por Freud en sus escntos metapsicológicos
nivel que la neurosis; ambas han alc~nzado el (el otro es el PRINCIPIO DE REALIDAD). El princi"-
tercer "tiempo" del complejo de Edipo (S4, pio de placer ap_u.nta.exclusivamente aevltar el
251). Por lo tanto, la perversión "presenta tanta displacer y_ obtener placer. -
riqueza dimensional como [una neurosis], la En la obra de Lacan en¿ontramos la prime-
misma abundancia, los mismos ritmos, las mis- ra discusión amplia de este principio en el se-
mas etapas" (S4, 113). Esto significa que la ob- minario de 1954-5. Allí lo compara con un dis-
servación de Freud debe recibir una interpreta- positivo homeostático que intenta mantener la
ción distinta: la perversión está estructurada de excitación en el nivel funcional más bajo {$2,
un modo inverso al de la neurosis, pero está 79-80). Esto concuerda con la tesis de Freud en
igualmente estructurada (S4, 251). cuanto a que el displacer está relacionado con
Mientras que la neurosis se caracteriza por el aumento de las cantidades de excitación, y el
una pregunta, la característica de la perversión placer con su reducción. Lacan opone el princi-
es la falta de pregunta; el perverso no duda de pio de placer {que bautiza como "tendencia res-
que sus actos sirven al goce del Otro. Por ello es titutiva") a la pulsión de muerte (la "tendencia
extremadamente raro que un sujeto perverso pi- repetitiva"), de acuerdo con la idea freudiana
da análisis, y en los pocos casos en que lo hace, de que Ja pulsión de muerte está "más allá del
no se debe a que trate de cambiar su modo de principio de placer" (S2, 79-80).
goce. Esto quizás explica por qué muchos psicó- En 1960 Lacan desarrolla lo que pronto se
logos han dicho que la cura psicoanalítica no es convierte en un concepto importante de su
adecuada para los sujetos perversos, una línea obra: la idea de una oposición entre el placer y
de pensamiento compartida incluso por algunos el GOCE. El goce es entonces definido como una
analistas lacanianos, que comparan Ja certidum- cantidad excesiva de excitación, que el princi-
bre del perverso con la del psicótico, y sostienen pio de placer intenta impedir. El principio de
que el perverso no puede asumir la posición de placer es visto como una ley simbólica, un
"alguien que no sabe" ante un "SUJETO SUPUESTO mandamiento que puede fonnularse como "Go-
SABER" (Clavreul, 1977). Pero la mayoría de los za lo menos posible" (por esto Freud lo deno-
analistas lacanianos no son de esta opinión, minó originalmente "principio de displacer";
puesto que contradice totalmente la del propio véase Freud, 1900a, SE, V, 574). El placer es la
Lacan. En el seminario de 1956-7, por ejemplo, salvaguarda del estado de homeostasis y cons-
dice Lacan que el sueño de la joven homosexual tancia que el goce amenaza continuamente con
tratada por Freud fue una clara manifestación de destruir y traumatizar.
transferencia en un sujeto perverso ($4, 106-7;
véase Freud, l 920a). Asimismo, en el seminario La función del principio de placer, en efecto, es
de 1960-1 el principal ejemplo de transferencia conducir al sujeto de significante a significante, ge-
nerando tantos significantes como se necesiten para
que Lacan presenta es el de A\cibfades, a quien mantener lo más baja posible la tensión que regula el
claramente considera un perverso (véase E, 323; funcionamiento total del aparato psíquico.
"Alcibíades no es por cierto un neurótico"). De (S7,119)
modo que a juicio de Lacan los sujetos perver-
sos pueden tratarse en el mismo nivel que los En otras palabras, el principio de placer es
neuróticos, aunque, desde Juego, habrá diferen- la prohibición del incesto, "lo que regula la dis-
tes problemas en la dirección de la cura. Una tancia entre el sujeto y das Ding" (S7, 69; véa-
consecuencia importante es que la cura de un se COSA). Cuando e! sujeto transgrede esta
sujeto perverso no establece como su objetivo la prohibición, se acerca a la Cosa, y entonces su-
eliminación de la conducta perversa. fre. Puesto que son las pulsiones las que le per-
miten al sujeto transgredir el principio de pla-
cer, se sigue que toda pulsión es una PULSIÓN
PRINCIPIO DE PLACER (PRINCIPE DIO MUERTE.
DE PIAISIR, PLEASURE PRINCJPLE) El principio de placer está relacionado con
la prohibición, la ley y la regulación, de modo
Aunque. Lacan utiHza la palabra "placer" que se encuentra claramente del lado de lo sim-
por sí misma, siempre se refiere al principio de bólico, mientras que el goce está del lado de lo
placer, y nunca a una sensación. real. El principio de placer no es entonces "nin-
151
Principio de realidad
'
la compulsión de REPETICIÓN, que, en los térmi- tres tipos de "falta de objeto": la privación, la
nos de Freud, es precisamente lo que va más frustración y la castración (véase FALTA). Cada
allá del principio de placer. Por cierto, en algu- uno de estos tipos de falta está ubicado en un
nas descripciones lacanianas el principio de orden diferente, es generado por un distinto ti-
placer parece casi idéntico a la compulsión de po de agente, y supone un tipo diferente de ob-
repetición: "La función del principio de placer jeto. La privación se define como la falta en lo
es hacer que el hombre busque siempre lo que real de un objeto simbólico (el falo simbólico).
tiene que encontrar de nuevo, pero que nunca E_l ag~nte que genera esta falta es el padre ima-
obtendrá" (S7, 68). g1nano.
La privación constituye el intento de Lacan
por teorizar con más rigor el concepto freudia-
PRIN<';IPIO !)E REALIDAD (PRINCIPE no de castración femenina y envidia del pene.
DE REAL/TE, REALITY PRINCIPLE) Según Freud, cuando los niños comprenden
que algunas personas (las mujeres) no tienen
Según Freud, la psique está al comienzo to- pene, se produce un momento traumático con
talmente regulada por el PRINCIPIO DE PLACER, efectos distintos en el varón y la niña (véase
que busca experimentar satisfacción mediante COMPLEJO DE CASTRACIÓN). Mientras que el ni-
la investidura alucinatoria--del reCiít!fdo de una ño desarrolla miedo a que le corten el pene, la
satisfacción anterior:PeiO el sujeto descubre niña envidia al varón la posesión del miembro,
pronto que las alucinaciones no alivian sus ne- que ella ve como un órgano sumamente desea-
cesidades, y se ve entonces-obffgado a "iliu: für- ble. La niña culpa entonces a la madre por ha-
ma a una concepción de las circunstancias reJ- berla privado de él, y reorienta sus afectos ha-
les del mundo externo" (Freud, 191 lb, SE XÍI, cia el padre, con la esperanza de que él le
219). De tal modos~ introduce un nuevo "prin- proporcionará un niño como sustituto simbóli-
cipio del funcionamiento mental", el "principio co del pene que le falta (Freud, l924d).
de realidad", que modifica el principio de pla·- De modo que la privación se refiere a la fal-
cer y fuerza al sujeto a tomar rutas indirectas a ta de pene en la mujer, que es sin duda una falta
la satisfacción. No obstante, como ta me_ta final en lo real. Sin embargo, por definición, "lo real
del principio de realidad sigue siendo la satis- es pleno"; en lo real en sí nunca hay falta, y por
facción de las pulsiones, puede decirse que "el lo tanto "la idea de privación [ ... ] implica la
reemplazo del principio de placer por el princi- simbolización del objeto en lo real" (S4, 218).
pio de realidad no implica deponer el principio En otras palabras, cuando el niño percibe el pe-
de placer, sino salvaguardarlo" (Freud, 1911 b, ne (un órgano real) como ausente, esto se debe
SE XII, 223). a que tiene la noción de que el pene tendóa que
Desde muy pronto, Lacan se opuso a lo que estar allí de algún modo, lo que supone introdu-
él denomina "una concepción ingenua del prin- cir lo simbólico en lo real. Entonces, Jo que fal-
cipio de realidad" ( 195 lb, 11). Es decir que re- ta no es el órgano real, pues, biológicamente
chaza toda descripción del desarrollo humano hablando, la vagina no está imcompleta por ca-
basada en una idea inequívoca de la "realidad" recer de pene; lo que falta es un objeto simbóli-
como algo dado objetivamente y evidente de co, el falo simbólico. Su naturaleza simbólica
por sí. Lacan subraya la posición de Freud en es confirmada por el hecho de que puede ser
cuanto a que el principio de realidad está en úl- reemplazado por un nifio en el inconsciente de
tima instancia al servicio del principio de pla- la mujercita; como dice Freud, al mitigar su en-
cer: "El principio de realidad es un principio de vidia del pene con el deseo de un hijo, la niña
placer de acción diferida" (S2, 60). De modo "se desliza, podóamos decir que a lo largo de
que Lacan cuestiona !a idea de que el sujeto tie- las líneas de una ecuación simbólica, desde el
ne acceso a medios infalibles para distinguir la pene hasta un beb6" (Freud, i 924b, SE XIX,
realidad del FA..'ITASMA. La "realidad no está a!lí 178-9).
como para que nos demos de cabeza contra las Freud dice que la nifiita culpa a la madre de
sendas falsas por las que nos lleva el funciona- haberla privado del pene. Pero Lacan sostiene
miento del principio de placer. En verdad, ha- que se considera agente de la privación al padre
cemos la realidad a partir del placer" (S7, 225). imaginario. Estas dos descripciones no son ne-
152
l
1
'
cesariamente incompatibles. Aunque al princi-
pio la niña esté resentida con la madre por ha-
berla privado del pene, y se vuelva hacia e! pa-
Psicoanálisis
•·tcoria psicoanalíúca" para referimo~ al psicoa-la de teoría psicoanalítica que ha crecido en tor-
nálisis como un cuerpo teórico. no a \a obra pionera de la psicoanalista austría-
Lacan se formó inicialmente con10 psiquia- ca Melanie Klein (1882-1960). Nacida en Vie-
tra, y recurrió al psicoanálisis como auxiliar dena, Klein se estableció en Inglaterra en 1926, y
su investigación en psiquiatría. Esto Jo llevó a pennaneció allí el resto de su vida. El psicoaná-
formarse como psicoanalista en Ja década de lisis kleiniano comenzó a emerger como escue-
1930. En adelante, hasta su muerte en 1981, la distintiva de teoría psicoanalítica en la déca-
ejerció como analista y se consagró al desarro- da de 1940, en oposición al grupo que se reunió
llo de la teoría psicoanalítica. En ese proceso, en tomo a Anna Freud después de que ésta se
Lacan construyó un modo sumamente original instaló en Londres. No obstante, sólo después
de discutir el psicoanálisis, que al mismo tiem- de la guerra otros psicoanalistas empezaron a
po reflejaba y determinaba una manera original ser conocidos como "kleinianos" y a desarrollar
de conducir la cura. En tal senlido es posible un cuerpo sustancial de pensamiento kleiniano.
hablar de una fonna específicamente lacaniana Entre estos analistas se cuentan Hanna Sega!,
de cura. Pero Lacan no admite haber creado Herbert Rosenfe!d, Wilfred Bion y (más tarde)
una fonna distintivamente "lacaniana" de psi- Donald Meltzer.
coanálisis. Por el contrario, cuando describe su Junto con las otras dos escuelas de teoría
propio enfoque de la disciplina habla sólo de psicoanalítica no-lacaniana (la PSICOLOGÍA DEL
"psicoanálisis", dando por sentado que su pro- YO y la TEORÍA DE LAS RELACIONES OBJETALES),
pio enfoque es la única forma auténtica de psi- el psicoanálisis k\einiano constituye un punto
coanálisis, la única verdaderamente alineada de referencia principal para Lacan, contra el
con el modo de ver del propio Freud. Por consi- cual ét propone su propia lectura de Freud. Las
guiente, a juicio de Lacan, las tres principales críticas de Lacan a Klein son por !o tanto im-
escuelas no-lacanianas de teoría psicoanalúica portantes para comprender !a originalidad de la
(el PSICOANÁLISIS KLF1NIANO, la PS!COLOG!A DEL posición del francés. Si bien aquí no podemos
YO y la TEORfA DE LAS RELACIONES OB1ETALES) mencionar todas esas críticas, resumimos como
son por igual desviaciones respecto del psicoa- sigue algunas de las principales.
nálisis auténtico, desviaciones cuyos errores, el l. Lacan critica a Klein por poner demasia-
retomo a Freud del propio Lacan, está destina- do énfasis en !a madre y desatender el papel del
do a corregir. (Véase FREUD, RETORNO A.) padre (por ejemplo, Ec, 728-9).
Desde el principio mismo, Lacan sostiene 2. Lacan critica a Klein por teorizar el FAN-
que la teoria psicoanalítica es un modo de dis- TASMA totalmente en el orden imaginario. Este
curso científico, y no religioso (véase CIENCIA),enfoque es erróneo, dice Lacan, puesto que no
con un objeto específico. La aplicación de con- toma en cuenta la estructura simbólica que
ceptos desarrollados en la teoría psicoanalítica apuntala todas las formaciones imaginarias.
a otros objetos no se puede considerar "psicoa- 3. Lacan disiente de la concepción kleinia-
na del desarrollo temprano del complejo de
nálisis aplicado", porque la teoría psicoanalítica
no es un discurso amo general, sino la teoría de Edipo. Para él, todo debate sobre la fec!la preci-
una situación específica (Ec, 747). El psicoaná- sa del complejo de E<lipo es fútil, puesto que no
lisis es una disciplina autónoma; puede tomar se trata primordialmente de una etapa del desa-
conceptos de muchas otras disciplinas, pero es- rrollo sino de una estructura pennanente de la
to no significa que dependa de ninguna de subjetividad. (En la medida en que el complejo
ellas, puesto que reelabora esos conceptos de de Edipo puede ubicarse en el tiempo, según
un modo singular. De modo que no es una ra- Lacan no sería tan precoz como lo sostiene
ma de la PSICOLOGÍA (520, 77), ni de la medici- Klein. Mientras que Klcin parece casi negar la
na, ni de la ALOSo~·fA (520, 42) ni la LINGÜISTI-existencia de una fase preedípica, Lacan sostie-
CA (520, 20) ni es tampoco, por cierto, una ne que existe.)
forma de psicoterapia (Ec, 324), ya que su me- 4. Estrechamente vinculadas al punto ante-
ta no es "curar" sino articular la verdad. rior están !as diferencias de Lacan respecto de
"las incursiones de Melanie Klein en las áreas
preverbales de! inconsciente" (Lacan, 1951,
PSICOANÁLISIS KLEINIANO 11). Para Lacan, no hay ningún área preverbal
(KLEINIAN PSYCHOANALYSIS) del inconsciente, puesto que éste es una estruc-
tura lingüística.
Se llama psicoanálisis kleiniano a la escue- 5. Lacan critica el estilo interpretativo de
154
1
1
Psicología del yo
Klein por ser particularmente brutal. Con refe- "Lo psicológico, si tratamos de aferrarlo con la
rencia al joven paciente ("Dick") de! que habla mayor flnneza posible, es lo etológico, es decir,
Klein en su artículo sobre la formación de los el todo de la conducta del individuo biológico
símbolos (Klein, 1930), Lacan observa que en relación con su ambiente natural" (S3, 7).
"el!a le asesta el simbolismo con total brutali- Esto no sigrúfica que no pueda decir nada sobre
dad" (SI, 68). los seres humanos, pues los seres humanos son
Sin embargo, decir que Lacan critica total- también animales, pero en cambio no puede de-
mente a Klein sería simplificar en exceso. Los clr nada sobre lo que es singularmente humano
desacuerdos de Lacan con el psicoanálisis klei- (aunque en algún momento Lacan sostiene que
niano son por lo menos tan grandes como sus la teoría del yo y del narcisismo "amplían" la
desacuerdos con la psicología del yo y con la investigación etológica moderna; Ec, 472). De
teoría de las relaciones objetales, pero sus co- modo que la psicología es reducida a leyes ge-
mentarios sobre Klein no se caracterizan por el nerales del comportamiento que se aplican a to-
mismo tono excluyente que se pone de mani- dos los animales, incluso a los seres humanos.
fiesto en sus acerbas críticas a los analistas de Lacan rechaza "la doctrina de una discontinui-
esas otras escuelas. Sin duda considera que el dad entre la psíco\ogía animal y la psicología
psicoanálisis kleiniano es superior a la psicolo- humana, que está muy lejos de nuestro pensa-
gía del yo, y elogia el hecho de que Ernest Jo- miento" (Ec, 484), pero también rechaia vigo-
ncs haya tomado partido por Melanic Klein rosamente la teoría conductista según la cual
contra Anna Freud (Ec, 721-2). Dice también esas mismas leyes generales del comportamien-
que Melanie Klein es sin duda más fiel a Freud to bastan para explicar todos los fenómenos psí-
que Anna Freud en cuanto a la teoría de la quicos humanos. Sólo el psicoanálisis, que des-
transferencia (S8, 369). cubre la base lingüística de la subjetividad
En sus escritos anteriores a 1950 hay mu- humana, es adecuado para explicar los fenóme-
chas alusiones a la obra de Klein sobre la rela- nos psíquicos específicamente humanos.
ción madre-hijo y las diversas imagos que ope- En la década de 1960 la dis1ancia entre el
ran en el fantasma. Después de 1950, Lacan psicoanálisis y la psicología aparece subrayada
elogia a Klein por la importancia que atribuye a adicionalmente en la obra de Lacan. Él sostiene
la pulsión de muerte en la teoría psicoanalítica que la psicología es esencialmente un instru-
(aunque su propio modo de concebir la pulsión mento de "explotación tecnocrática" (Ec, 851;
de muerte difiere notablemente del de Klein), y véase Ec, 832), que la dominan las ilusiones de
por desarrollar el concepto de OBJETO PARCIAL totalidad y síntesis. NATURALEZA e instinto, au-
(aunque, una vez más, las formulaciones laca- tononúa y autoconciencia (Ec, 832). El psicoa-
nianas de este concepto difieren mucho de las nálisis, por otro lado, subvierte esas ilusiones
de Klein). acariciadas por la psicología, y en este sentido
"la enunciación freudiana no tiene nada que ver
con la psicología" (Sl7, 144). Por ejemplo, la
PSICOLOGÍA (PSYCHOLOGJE, más preciada ilusión de la psicología es "la uni-
PSYCHOWGY) dad del sujeto" (E, 294), y el psicoanálisis sub-
vierte esta noción al demostrar que e\ sujeto es-
En sus escritos anteriores a 1950, Lacan ve tá irremediablemente escindido o "barrado".
la psicología y el psicoanálisis como disciplinas
paralelas que pueden fertilizarse recíprocamen-
te. Aunque es muy crítico de las inadecuacio- PSICOLOGÍA DEL YO (PSYCHOWGIE
nes conceptuales de la psicología asociacionis- DU MOi, EGO-PSYCHOLOGY)
ta, dice Lacan que el psicoanálisis puede
ayudar a construir una "psicología auténtica", Desde su desarrollo en la década de 1930, la
libre de esos errores, proporcionándole concep- psicología del yo ha sido la escuela dominante
tos vei:-daderamente científicos, como los de del psicoanálisis en la INTERNATIONAL PSYCHO-
™AGO y COMPLEJO (Lacan, 1936). ANAL YTICAL ASSOClATION (IPA). Se funda prin-
Sin embargo, desde 1950 en adelante se ad- cipalmente en el modelo estructural freudiano
vierte una tendencia gradual pero constante a de la psique, propuesto por primera vez en El
disociar el psicoanálisis de la psicología. Lacan yo y el ello (1923b). Este modelo comprende
comienza por sostener que la psicología se limi- tres instancias: el ello, el YO y el superyó. Pues-
ta a comprender la psicología animal (etología): to que el yo desempeña un papel crucial como
155
l'
Psicosis
n1ediador entre las demandas conflictivas del Freud llegó a aceptarse globalmente una distin-
ello instintivo, el superyó moralista y la reali-ción básica entre la psicosis y la NEl'ROS1s; se-
dad externa, se comenzó a prestar más atención gún esta distinción, la psicosis designaba las
a su desarrollo y estructura. El libro de Anna formas extremas de enfermedad mental, y Ja
Freud titulado El yo y los mecanismos de defen- neurosis Jos trastornos menos graves. Esta dis-
sa (1936) fue una de las primeras obras casi to- tinción básica fue recogida y desarrollada por el
talmente centradas en el yo, y la tendencia que- propio Freud en varios trabajos (por ejemplo,
dó establecida con firmeza en La psicología del Freud, I924b y 1924e).
yo y el problemo. de la adaptación, de Heinz El interés de Lacan por la psicosis es ante-
Hartmann (1939), que es ahora considerado el rior a su interés por el psicoanálisis. Por cierto,
texto fundamental de la psicología del yo. La lo que condujo a Lacan a !a teoría psicoanalítica
psicología del yo fue llevada a Estados Unidos fue su investigación para la tesis de doctorado,
por Jos analistas austríacos que emigraron a fi- que trataba sobre una psicótica a la que él llamó
nes de la década de 1930, y desde principios de "Aimée" (véase Lacan, 1932). Se ha observado
los años '50 ha sido la escuela dominante de a menudo que la deuda de Lacan con esta pa-
psicoanálisis, no sólo en Estados Unidos sino ciente recuerda la deuda de Freud con sus
también en toda la IPA. Esta posición !e ha per- primeras pacientes neuróticas (también muje-
mitido presentarse como heredera del psicoaná- res). En otras palabras, mientras que el primer
lisis freudiano en su forma purista, cuando en abordaje freudiano del inconsciente se realiza a
realidad existen diferencias radicales entre algu-través de la neurosis, el primer enfoque lacania-
nos de sus principios y la obra de Frcud. no pasa por la psicosis. También se ha compa-
Durante gran parte de su vida profesional, rado con frecuencia el estilo escrito y hablado
Lacan cuestionó la pretensión de la psicología de Lacan, torturado y a veces casi incomprensi-
del yo de ser la verdadera heredera del legado ble, con el discurso de los pacientes psicóticos.
freudiano, aunque el analista del propio Lacan, Sea lo que fuere lo que pensemos de tales com-
Rudolph Loewenstein, había sido uno de lós paraciones, está claro que los exámenes de la
padres fundadores de esa corriente. Después de psicosis realizados por Lacan se cuentan entre
que Lacan fue expulsado de la IPA en 1953, los aspectos más significativos y originales de
quedó en libertad de expresar abiertamente sus su obra.
objeciones a la psicología del yo, y durante el La discusión más detallada de la psicosis
resto de su vida desarrolló una crítica sostenidapor Lacan aparece en ~u seminario de 1955-6,
y poderosa. Es imposible comprender adecua- titulado simplemente Las psicosis. Es allí donde
damente gran parte de la teoría lacaniana sin re- expone los que llegaron a ser los principales
mitirse a las ideas de la psicología del yo que principios del enfoque lacaniano de la LOCURA.
Lacan contrasta con las suyas. Lacan cuestionó La psicosis es def}rú¡Ja_ C91)1Q ~na d_e las .tres ES-)
todos los conceptos centrales de la psicología TRUCTURAS clínicas, caras:t~~zad¡i. por_ la_?~~
del yo, como los de ADAITACJóN y de YO AUTÓ- ción de la FORC1:YSI~~/En esta dpetac1ón, el"-
NOMO. Sus críticas a la psicología del yo suelen NOMBRE-DEL-PADRE ir6' es integrado en el uni- ·.
estar entretejidas con sus críticas a la IPA, que verso simbólico del psicótico (es "fcircluidó"), ·
estaba dominada por esta particular escuela de con el resultado de que en el orden simbólico
pensamiento. Lacan las presenta a ambas -a la queda un agujero. Hablar de un agujero en e! j
psicología del yo y a la IPA- como "antítesis" orden simbólico no equivale a decir que el psi- -
del verdadero psicoanálisis (E, 116), y dice que cótico no tiene inconsciente: por el contrario, en
fueron irremediablemente corrompidas por la 1-ª...P§icosis "el inc?nscie~~e }".AfiÍ. presente pero
cultura de Estados Unidos (véase FACTOR e). En no fiinClOñ~'" (S3·, ·208). De modo que füestrüc:
virtud de la vigorosa crítica lacaniana, son po- tura i)SícótiCa resulta de una cierta disfunción
cas las personas que hoy aceptan sin reparos las del complejo de Edipo, una falta en )l!fµ..n.1<,i,9_n
pretensiones de la psicología del yo de identifi- E_l~~!?-ª.i más específicamente, eñ-1a- psicosis la
carse como "el psicoanálisis clásico". función paterna se reduce a la imagen del padre
(IQ.Si.mb.9Jü;_o_e:s .r~ducido a lo imagil!ario).
PSICOSIS (PSYCHOSE, PSYCHOSIS) En el psicoanálisis lacaniano es importante
distinguir entre psicosis, que es una estructura
El término "psicosis" surgió en psiquiatría clínica, y fenómenos psicóticos tales como el
en el siglo XIX como designación de Ja enfer- DELIRIO y la ALUCINACIÓN. Para que aparezca un
medad mental en general. Durante la vida de fenómeno psicótico se requieren dos condicio-
156
l'
Psicosis
nes: ~ ~ujeto debe tener una estí1:1_Ct],l_r_~.PSic{lt\ cosis latente (S3, 15). Ésta es la razón por la
ca, y el NoffiOre~J-Piidre-Hene- que ser "llama- cual los analistas lacanianos suelen seguir la re-
ao--en oposición Simbólica al Sujeio''. (l~:;-2T7). comendación de Freud de iniciar el tratamiento
En ausencia de Ja primera cOridición, ninguna con una serie de entrevistas cara a cara (Freud,
confrontación con el significante paterno lleva- 1913c, SE XII, 123-4). Sólo cuando el analista
rá a fenómenos psicóticos. Un neurótico nunca está razonablemente seguro de que el paciente
puede "volverse psicótico" (véase 53, 15). En no es psicótico se le pedirá que se tienda en el
ausencia de la segunda condición, la estructura diván y que asocie libremente.
psicótica permanece latente. Es entonces con- Esto no significa que los analistas lacania-
cebible que un sujeto tenga estructura psicótica nos no trabajen con pacientes psicóticos. Por el
y sin embargo nunca desarrolle delirios ni ex- contrario, han trabajado mucho en el tratamien-
perimente alucinaciones. Cuando se Cl.!l!IP.l~!_l to de la psicosis. Pero el método difiere sustan-
ambas condiciones, la psicosis se "desencade- cialmente del que se usa con pacientes neuróti-
na", la psicoSiS latente-se. mamfi_eSca en -allli:ifiik cos y perversos. El propio Lacan trabajó con
cioiies, delirios, o unas y _Q!r_o__;¡, pacientes psicóticos, pero ha dejado muy pocos
Lacan basa sus argumentos en una lectura comentarios sobre la técnica que empleaba; más
detallada del caso Schreber (Freud, 191 lc). Da- bien que establecer un procedimiento técnico,
niel Paul Schreber era un juez de la Corte de se limitó a discutir las cuestiones preliminares a
Apelaciones de Dresde que escribió un relato cualquier cura de ese tipo (Lacan 1957-8b).
de sus delirios paranoicos; el anállsis de esos Lacan rechaza el enfoque de quienes limi-
escritos con.stituye el aporte más importante de tan su análisis de la psicosis al orden imagina-
Freud al estudio de la psicosis. Lacan dice que rio; "nada se puede esperar del modo en que es
la psicosis de Schreber fue desencadenada por explorada la psicosis en el nivel de lo imagina-
su imposibilidad de procrear y su elección para rio, puesto que el mecanismo imaginario es lo
una posición importante en el poder judicial; que le da a la psicosis su forma, pero no su di-
estas dos experiencias lo enfrentaron con la námica" (53, 146). Sólo concentrándose en el
cuestión de la paternidad en lo real, y de tal orden simbólico puede Lacan señalar el ele-
modo llamaron el Nombre-del-Padre en oposi- mento detenninante fundamental de Ja psicosis,
ción simbólica al sujeto. a saber: el agujero en el orden simbólico causa-
En la década de 1970 Lacan reformula su do por la fon::lusión y el consiguiente "apri-
enfoque de la psicosis en tomo a la noción del sionamiento" del sujeto psicótico en lo imagi-
NUDO BORROMEO. Los tres anillos del nudo re- nario. Es también este énfasis en el orden
presentan los tres órdenes, el real, el simbólico simbólico lo que lleva a Lacan a valorar por so-
y el imaginario. Mientras que en la neurosis es- bre todo los fenómenos lingüísticos de la psico-
tos tres anillos están eslabonados de un modo sis: "Ja importancia atribuida a los fenómenos
particular, en la psicosis se sueltan. No obstan- del lenguaje en la psicosis es para nosotros la
te, esta disociación psicótica puede a veces evi- lección más fructífera" (S3, 144},
tarse con una formación sintomática que actúa Los fenómenos del lenguaje más notables
como un cuarto anillo y mantiene juntos a los en la psicosis son !os trastornos del lenguaje, y
otros tres (véase SINTHOME). Lacan dice que su presencia es una condición
Lacan sigue a Freud al sostener que, si bien necesaria para cualquier diagnóstico de psicosis
la psicosis es de gran interés para la teoría psi- (S3, 92). Entre los trastornos del lenguaje sobre
coanalítica, está fuera del campo del método los que Lacan llama la atención se encuentran
clásico de la cura psicoanalítica, que es sólo las holofrases y el empleo profuso de neologis-
apropiada para la neurosis: "emplear la técnica mos, que pueden ser palabras totalmente nue-
que [Freud] estableció fuera de la experiencia a vas acuñadas por el psicótico, o palabras ya
la cual se aplicaba [es decir, la neurosis] es tan existentes que el psicótico redefine (Ec, 167).
estúpido como afanarse con los remos cuando En 1956 Lacan atribuye estos trastomos del
el bote está sobre la arena" (E, 221). Con los lenguaje a la falta en el psicótico de una canti-
sujetos psicóticos, el método clásico de la cura dad suficiente de PUNTOS DE ALMOHADILLADO,
psicoanalítica no sólo es inadecuado, sino que lo cual significa que la experiencia psicótica se
incluso está contraindicado. Por ejemplo, La- caracteriza por un deslizamiento constante del
can señala que la técnica del psicoanálisis, que significado bajo el significante. Esto constituye
involucra el empico del diván y la asociación un desastre para la significación; hay una conti·
libre, puede fácilmente desencadenar una psi- nua "cascada de los retoques del significante,
157
1
Pulsión
de la que procede el desastre creciente de lo real de la pulsíón no es una meta mítica de sa-
imaginario, hasta que se alcanza el nivel en el tisfacción completa, sino volver a su senda cir-
cual significante y significado se estabilizan en cular, y la fuente real del goce es el movimien-
la metáfora delirante" (E, 217). Otro modo de to repetitivo de este circuito cerrado.
definir este fenómeno consiste en decir que es Lacan les recuerda a sus lectores que'Freud
"una relación entre el sujeto y el significante en definió la pulsión como un montaje compuesto
su dimensión más fonnal, en su dimensión co- por cuatro elementos diséontinuos: el empuje,
mo puro significante" (S3, 250). Esta relación el fin, el objeto y Ja fuente. Por lo tanto, la pul-
del sujeto con el significante en su aspecto pu- sión no puede concebirse como "algo dado fi-
ramente formal constituye "el núcleo de la psi- nal, algo arcaico, primordial" (S 11, 162); es un
cosis" (S3, 250). "Si el neurótico habita en el constructo totalmente cultural y simbólico. De
lenguaje, el psicótico es habitado, poseído, por este modo Lacan vacía el concepto de pulsión
el lenguaje" (S3, 250). de las persistentes referencias a la energética y
Entre las diversas fonnas de psicosis, la PA- la hicirá,ulica que aparecen en la obra de Freud.
RANOIA es la que más le interesa a Lacan, mien- 'J,acan inco1pora los cuatro elementos de la
tras que la esquizofrenia y la psicosis maníaco- pulsión a su teoría del "circuito" pulsional. En
depresiva son muy pocas veces abordadas par este circuito, la.puisión se origina en 'c1!1~.~ona
él (véase S3, 3-4). Lacan sigue a Freud al man- erógena, gira en torno al objeto ·y vuelve a la
tener una distinción estructural entre la para- zona erógen¡,L Este circuito está estructurado
noia y la esquizofrenia. por las tres voces gramaticales:
fusión completas, y sostiene que la primacía de del yo son en sí mismas sexuales. Esto lo con-
la zona genital, si acaso se la logra, es siempre duce a reconceptualizar el dualismo pu\sional
sumamente precaria. Cuestiona en consecuen- como una oposición entre las pulsiones de vida
cia la noción, formulada por algunos psicoana- (Lebenstriebe) y las pulsiones de muerte (To-
listas después de Freud, de una pulsión genital destriebe).
en la cual las pulsiones parciales estarían com- Lacan considera que es importante conser-
pletamente integradas de manera armoniosa. var el dualismo freudiano, y rechaza el monis-
2. Dice Lacan que las pulsione:i son parcia- mo de Jung, quien sostenía que todas las fuer-
les, no en el sentido de que sean partes de un zas psíquicas pueden reducirse a un concepto
todo (de una "pulsión genital"), sino porque só- único de energía psíquica (SI, l 18-20). Sin em-
lo representan parcialmente la sexualidad; no bargo, Lacan prefiere reconceptualizar este
representan la pulsión reproductiva de la sexua" dualismo en los ténninos de una oposición en-
lidad, sino sólo la dimensión del goce (Sll, tre lo simbólico y lo imaginario, y no entre dis-
204). tintos tipos de pulsión. De modo que, para La-
Lacan identifica cuatro pulsiones parciales: can, todas las pulsiones son pulsiones sexuales,
la oral, la anal, la escópica y la invocante. Cada y toda pulsión es una PULSIÓN DE MUERTE, pues-
una de estas pulsiones es especificada por un to que toda pulsión es excesiva, repetitiva, y en
diferente objeto parcial y una diferente zona última instancia destructiva (Ec, 848).
erógena, tal como lo muestra la figura 16. Las pulsiones están estrechamente relacio-
Las dos primeras pulsiones se.. relacionan nadas con el DESEO; unas y otras se originan en
con la demanda, mientras que el segundo par se el campo del sujeto, como opuestas a la pulsión
relaciona con el deseo. genital, la cual, si acaso existe, encuentra su
En 1957, en el contexto del grafo del deseo, forma del lado del Otro (SI 1, 189). Sin embar-
Lacan propone la fórmula($ O D) como MATE- gO, "pulsión" no es sólo otro nombre del deseo:
MA de la pulsión. Esta fórmula se lee como si- las pulsiones son los aspectos parciales en los
gue: el sujeto barrado en relación con la de- cuales el deseo se realiza. El deseo es uno e in-
manda, el fading del sujeto ante la insistencia diviso, mle.ntras que las puisiones SOn maiiifes-
de una demanda que persiste sin ninguna inten- taciones parciales del deseo.
ción consciente de sostenerla.
A través de las diversas reformulaciones de
la teoría de las pulsiones en la obra de Freud, se PULSIÓN DE MUERTE (PULSION
mantiene como rasgo constante un dualismo DE MORT, DEATH DRJVE)
básico. Al principio este dualismo es concebido
en los ténninos de una op9sición entre las pul- Aunque desde muy pronto en Ja obra de
siones sexuales (Se.xualtriebe) y las pu!siones Freud aparecen sugerencias del concepto de
del yo (lchtriebe), o pulsiones de autoconserva- pulsión de muerte (Todestrieb), sólo en Más
ción (Selbsterhaltungstriebe). Esta oposición se allá del principio de placer ( l 920g) el concep-
ve cuestionada cuando Freud va comprendien- to se articula plenamente. Freud estableció una
do, en el periodo de 1914-20, que las pulsiones aposición fundamental entre las pulsiones de
159
l;
Punto de almohadillado
vida (Eros), concebidas como una tendencia bien que con la naturaleza; sostiene que la pul-
hacia la cohesión y la unidad, y las pulsiones de sión de muerte "no es una cuestión de biología"
muerte, que operan en la dirección opuesta, (E, 102) y que tiene que distinguirse del instin-
deshaciendo conexiones y destruyendo las co- to biológico a retornar a lo inanimado (S7, 211-
sas. No obstante, las pulsiones de vida y las 12). ,
pulsiones de muerte no se encuentran nunca en Otra diferencia entre la pulsión de muerte
estado puro, sino siempre mezcladas, fusiona- lacaniana y el concepto de Freud surgió en
das en diferentes proporciones. Por cierto, 1964. Freud oponía la pulsión de muerte a las
Freud sostuvo que, de no ser por esta fusión pulsiones sexuales, pero ese año Lacan afirmó
con el erotismo, la pulsión de muerte eludióa que la pulsión de muerte no es una pulsión se-
nuestra percepción, puesto que en sí misma es parada, sino un aspecto de todas las PlJLSJONES.
muda (Freud, 1930a, SE XXI, 120). "La distinción entre pulsión de vida y pulsión
Este concepto de pulsión de muerte ha sido de muerte es verdadera en cuanto pone de ma-
uno de los más polémicos entre los introduci- nifiesto dos aspectos de la pulsión" (S 11, 257).
dos por Freud, y muchos de sus discípulos lo Por consiguiente, "toda pulsión es virtualmente
rechazaron (por considerarlo meramente poéli- una pulsión de muerte" (Ec, 848), porque 1) to-
co, o una injustificable incursión en la metafísi- da pulsión persigue su propia extinción; 2) toda
ca), pero el propio Freud continuó reafirmándo- pulsión envuelve al sujeto en la repetición, y 3)
lo durante el resto de su vida. Entre las escuelas toda pulsión es un intento de ir más allá del
no-lacanianas, sólo el psicoanálisis kleiniano principio de placer, hasta el reino del goce ex-
toma este concepto en serio. Lacan sigue a cesivo, en el que es experimentado como sufri-
Freud al reafinnar la puhión de muerte como miento.
idea central en el psicoanálisis: "ignorar el ins-
tinto de muerte en su doctrina es entender mal
la doctrina en su totalidad" (E, 301). PUNTO DE ALMOIIADILLADO (POINT
En las primeras observaciones de Lacan so- DE CAPITON, POINT DE CAP/TON)
bre la pulsión de muerte, de 1938, la describe
como una nostalgia por la armonía perdida, un La expresión francesa point de capiton apa-
deseo de volver a la fusión preedípica con el rece traducida de diversos modos en las edicio-
pecho materno. cuya pérdida queda marcada en nes en inglés de la obra de Lacan, como "quil-
la psique por el complejo del destete (Lacan, ting point" (punto de acolchado) o "anchoring
1938, 35). En 1946 vincula la pulsión de muer- point" (punto de anclaje). Para evitar la confu-
te a la tendencia suicida del narcisismo (Ec, sión resultante de estas diversas traducciones,
186). Al asociar la pulsión de muerte con la fa- dejamos en inglés el original francés, que de-
se precdípica y con el narcisismo, estas prime- signa literalmente la puntada que atraviesa de
ras observaciones ubicaban dicha pulsión en el lado a lado los almohadillados. Esas puntadas
ámbito de lo que Lacan más tarde denominó el son los Jugares donde "la aguja del colchonero
orden imaginario. ha trabajado para impedir que una masa infor-
Pero cuando comienza a desarrollar su con- me de material de relleno se mueva libremente"
cepción de los tres órdenes (imaginario, simbó- (Bowie, 1991, 74). Del mismo modo, los pun-
lico y real), en Ja década de 1950, no sitúa la tos de almohadillado son los lugares en que "se
pulsión de muerte en lo imaginario sino en lo atan entre sí significante y significado" (S3,
simbólico. Por ejemplo, en el seminario de 268). Lacan introduce esta expresión en su se-
1954-5 sostiene que la pulsión de muerte es minario de 1955-6 sobre las psicosis, para ex-
simplemente la tendencia fundamental del or- plicar el hecho de que, a pesar del deslizamien-
den simbólico a producir REPETICIÓN: "El ins- to continuo del significado por debajo del
tinto de muerte es sólo la máscara del orden significante (véase DESLIZAMIENTO), en el sujeto
simbólico" (S2, 326). normal (neurótico) hay sin embargo ciertos
Este cambio también señala una diferencia "puntos de fijación" entre el significado y el
con Freud, para quien la pulsión de muerte es- significante, donde el deslizamiento se detiene
1aba estrechamente vinculada a la biología, y temporariamcnte. Se necesita un mínimo de ta-
representaba la tendencia fundamental de todo les puntos para que "una persona sea llamada
ser vivo a volver a un estado inorgánico. Al normal", y "cuando no están establecidos, o ce-
ubicar con firmeza la pulsión de muerte en lo den", el resultado es una PSICOSIS (S3, 268-9).
simbólico, Lacan la articula con la cultura, más Esto ayuda a explicar que en la experiencia psi-
160
l
Puntuación
cólica "el significante y el significado se pre- relación madre-hijo, y la relación entre anali-
senten en una forma completamente dividida" zante y analista. En la primera de estas situa··
(S3, 268). cienes, el bebé, que aún no ha adquirido el ha-
El punto de almohadillado es entonces el bla, sólo puede articular sus necesidades en una
punto de la cadena significante en el que "el especie muy primitiva de DEMANDA, sobre todo
significante detiene el movimiento de otro mo- llorando o gritando. No hay modo de saber con
do interminable de la significación" (E, 303), y seguridad si un llanto expresa hambre, dolor,
produce la ilusión necesaria de un sentido fijo. cansancio, miedo, o alguna otra cosa, y no obs-
Puesto que la cadena significante tiene una di- !ante la madre lo interpreta de un modo particu-
mensión diacrónica y una dimensión sincróni- lar, determinando retroactivamente su sentido.
ca, lo mismo sucede con el punto de almohadi- La puntuación es una de las formas que
llado. puede tomar la intervención del analista; al
1. La dimensión diacrónica del punto de al- puntuar el discurso del analizante de un modo
mohadillado reside en el hecho de que la comu- inesperado, el analista puede alterar retroactiva-
nicación es siempre un efecto retroactivo de la mente el sentido deliberado de la palabra del
PUNTUACIÓN. Sólo cuando la oración se ha com- analizante: "cambiar la puntuación renueva o
pletado queda retroactivamente determinado el trastorna" el sentido fijo que el analizante ha
sentido de las primeras palabras. Esta función atribuido a su propia palabra (E, 99). Esa pun-
es ilustrada en la célula elemental del GRAFO tuación es un modo de "demostrarle al sujeto
DEL DESEO, en la cual el punto de almohadillado que dice más que lo que piensa que dice" (S 1,
es la intersección superior izquierda entre el 54). El analista puede puntuar el discurso del
vector S-S' y e! vector D-$. analizante mediante el simple recurso de repe-
2. El aspecto ·sincrónico es la METÁFORA, tírselo (quizá con una diferente entonación o en
por la cual el significante cruza ta barra hasta el otro contexto). Por ejemplo, si el analizante di-
significado. "La estructura sincrónica [del pun- ce Tu es mu mi!re ("Tu eres mi madre"), el ana-
to del almohadillado] está más oculta, y es esta lista puede repetir esa expresión de un modó
estructura la que nos lleva a la fuente. Es la me- que saque a luz su homofonía con la frase Tuer
táfora" (E, 303). ma mere ("Matar a mi madre") (E, 269).
Como alternativa, el analista puede también
puntuar la palabra del analizante con un mo-
PUNTUACIÓN (PONCTUATION, mento de silencio, o interrumpiéndolo, o dando
PUNCTUATION) por tenninada la se~ión en un momento oportu-
no (véase E, 44).
Puntuar una CADENA SIGNIFICA.VTE es produ- Esta última fonna de puntuación ha sido
cir sentido. Antes de la puntuación, hay simple- fuente de polémica en toda la historia di:ol psi-
mente una cadena de discurso; es el oyente/re- coanálisis lacaniano, puesto que contraviene la
ceptor quien puntúa este discurso y de tal modo práctica tradicional de la IPA, que estipula
sanciona retroactivamente el sentido particular sesiones de una duración fija. La práctica laca-
de una declaración. La puntuación de la cadena niana de las sesiones de duración variable o es-
significante es lo que crea la ilusión de un sen- candidas (en francés, séances scandées, erró-
tido fijo: "la puntuación, una vez insertada, fija neamente denominadas "sesiones breves" por
el sentido" (E, 99: véase PUl'TO DE ALMOHADI- los críticos) se convirtió en una de las princi-
LLADO). Esto es esencial en la estructura de la pales razones aducidas por la IPA para excluir
COMUNICACIÓN, en la cual "el emisor recibe su a Lacan cuando la SFP negociaba su reconoci-
propio mensaje del receptor", y queda ilustrado miento a principios de la década de 1960.
en la "célula elemental" del GRAFO DEL DESEO. Hoy en día, la técnica de la puntuación, so-
La operación de puntuación puede ejempli- bre todo como se expresa en la práctica de las
ficarse con dos situaciones que tienen una im- sesiones de duración variable, continúa siendo
portancia fundamental para el psicoanálisis: la un rasgo distintivo del psicoanálisis lacaniano.
\
\ '
(opuesta a las funciones corporales imaginarias y en la distinción que también Freud traza entre
y simbólicas). Pur cjc111plu, el padre real es el realidad n1aterial y realidad psíquica (Freud,
padre biológico, y el falo real es el pene físico, I900a, SE V, 620).
en tanto opuesto a las funciones simbólica e
imaginaria de este órgano. Incognoscible/racional
A lo largo de su obra, Lacan emplea el con-
cepto de lo real para dilucidar algunos fenóme- Por un lado, lo real no puede ser conocido,
nos clínicos. puesto que va más allá de !o imaginario y lo
simbólico; es, como la cosa en sí kantiana, una
ANGUSTIA y trauma x incognoscible. Por otro lado, Lacan cita a He-
gel cuando dice que lo real es racional y lo ra-
l;eo real_ e,'l el objeto de_la a_ng1,1stia; no tiene cional es real, con lo cual implica que lo real es
ninguna mediación posible, y es por lo tanto''!<\ susceptible de cálculo y lógica.
o_bje\Q__es_e!J.cia! q).!e_ya 110.es_un obiet_o_, sin9 e_se A partir de la década de 1970 se puede dis-
algo _enfrentado con lo cual todas las palabras cernir en la obra de Lacan un intento de resol-
cesan y todas las categorías fracasan, el objeto ver esta indeterminación, remitiéndose a una
de la angustia por excelencia" (S2, 164). Lo distinción entre lo real y "la realidad" (por
que ~e presenta en la forma de trauma es el en- ejemplo, Lacan define la realidad como "la
cue11tro que falta .con este o!>jeto real (S 11, 55). mueca de lo real", en Lacan, 1973a, 17; véase
Es la ryché que está "más allá del autonwton también S17, 148). En esta oposición, lo real
[simbólico]" (SI l, 53) (véase AZAR). aparece firmemente ubicado del lado de lo in-
cognoscible e inasimilable, mientras que "la
ALUCINACIONE$ realidad" designa las representaciones subjeti-
vas que son un producto de articulaciones sim-
. Cuando algo no puede i11tcgrarse en.el or- bólicas e imaginarias (la "realidad psíquica" de
den simbólico, como en la psicosis, puede vol- Freud). Sin embargo, después de introducida
ver en lo real en forma de alucinación (S3, esta oposición, Lacan no la mantiene de un
321). modo consistente o sistemático, sino que osci-
Los comentarios precedentes rastrean algu- la entre momentos en los que ella aparece con
nos de los principales usos que da Lacan a la claridad y otros en \os que él vuelve a su cos-
categoría de lo real, pero ellos están lejos de tumbre anterior de usar de modo intercambia-
abarcar toda~ las complejidades de este térmi- ble los términos "real" y "realidad".
no. De hecho Lacan se toma el trabajo de ase-
gurar que el orden de lo real sigue siendo el
más elusivo y misterioso de los tres, habla de él REGRESIÓN (RÉGRESSION,
menos que de los otro5 y lo hace sede de una REGRESSION)
indeterminación radical. De modo que nunca
está completamente claro si lo real es externo o Freud introdujo el concepto de regresión
interno, o si es incognoscible o sujeto a razón. en La interpretación de los sueños para expli-
car la naturaleza visual del soñar. Basándose
Externo/interno en un modelo tópico que concibe la psique co-
mo una serie de sistemas distintos, Freud decía
Por una parte, la expresión "lo real" parece que durante el dormir se bloq_i:ea J~_i:_qgr~siya~_
implicar una noción simplista de realidad obje- mente el acceso a la actividad_inotrii:, lQ.cual
tiva externa, sustrato material que existe por sí fuerza a loS-penSii.mientoS a de~Ia.Zfilse rcii:e_--
mismo, independientemente de cualquier ob- sivamente a través__de estos· sistemas haGi?- el
servador. Por otro lado, esta concepción "inge- sistema de la percepción (Freud, 1900a SE V,
nua" de lo real es subvertida por el hecho de 538-55). Más tarde agregó a esta sección un
que lo real también incluye cosas tales como pasaje que distinguía entre esta regresión de ti-
las alucinaciones y los sueños traumáticos. Lo po tópico, lo que entonces denominó regresión
real está entonces tanto dentro como fuera (S7, temporal (en la que el sujeto vuelve a fases an-
118; véase EXTIMIDAD). Esta ambigüedad refle- teriores de desarrollo) y la regresiónfonnal (el
ja la que ya estaba implícita en el empleo por el empleo de modos de expresión menos comple-
propio Freud de dos palabras alemanas para re- jos) (Freud, l900a, SE V, 548 (pasaje añadido
ferirse a la "realidad" (Wirklichkeit y Realitiit), en 1914]).
l
Relaclón dual
Según Lacan, e! concepto de regresión ha cero es el gran Otro, que media todas las re-
sido uno de los peor entendidos de la teoría psi- laciones duales imaginarias. La ilusión de re-
coanalítica. En particular, critica la concepción ciprocidad en la relación dual imaginaria con-
"mágica de la regresión", según la cual ésta es trasta con lo simbólico, que es el reino de la
un fenómeno real, en el cual el adulto "real- "no-reciprocidad absoluta" (Ec, 774). El com-
mente regresa, retorna al estado de un niño pe- plejo de Edipo es la estructura triangular para-
queño, y empieza a gemir". En este sentido, "la digmática, puesto que el Padre es introducido
regresión no existe" (52, 103). En lugar de esta como un tercer término en la relación dual en-
concepción errónea, Lacan dice que la regre- tre la madre y el niño. El pasaje edípico de una
sión debe entenderse primero y principalmente relación dual a una estructura triangular no es
en un sentido tópico, que es como la entendía otra cosa que el pasaje del orden imaginario al
Freud cuando introdujo el término en 1900, y orden simbólico. Por cierto, el concepto mismo
no en un sentido temporal (véase TIEl.lPO). En de estructura involucra un mínimo de tres tér-
otras palabras, "hay regresión en el plano de la minos: "Hay siempre tres términos en la estruc-
significación y no en el plano de la realidad" tura" (Sl, 218).
(S2, 103). De modo que la regresión ha de con- La oposición entre las díadas imaginarias y
siderarse "no en el sentido ins.tintivo, ni en el las tríadas simbólicas se complica Con la discu-
sentido de resurgencia de algt> anterior", sino sión que realiza Lacan de la "tríada imaginaria"
como "la reducción de lo simbólico a lo imagi- (E, 197; S4, 29). La tríada imaginaria constitu-
nario" (S4, 355). ye el intento lacaniano de teorizar la ETAPA
En la medida en que puede decirse que la PREEDIP!CA en términos que no sean los de una
regresión tiene un sentido temporal, no supone mera relación dual, y designa el momento pre-
que el sujeto "retroceda en el tiempo", sino más cedente al complejo de Edipo en el que un ter-
bien una rearticulación de ciertas DEMA.'IDAS: cer elemento (el falo imaginario) circula entre
"la regresión -no demuestra nada más que un re- la madre y el infante. Cuando el padre intervie-
tomo al presente de los significantes usados en ne en el complejo de Edipo es posible verlo co-
demandas para las cuales hay una prescripción" mo un tercer elemento (entre la madre y el ni-
(E, 255). Por ejemplo, la regresión a la etapa ño) o como un cuarto elemento (que se suma a
oral debe entenderse como la articulación de la madre, el niño y el falo). Por esta razón La-
demandas orales (la demanda de ser alimenta- can escribe que en el complejo de E<lipo "no se
do, evidente en la demanda al analista de que trata de un triángulo de padre-madre·hijo sino
proporcione interpretaciones). Lacan reafirma de un triángulo (padre)-falo-madre-hijo" (S3,
la importancia de la regresión en el tratamiento 319).
psicoanalítico, cuando se la entiende en este Una de las críticas que con más frecuencia
sentido, y sostiene que la regresión a la etapa dirige Lacan a la teoría psicoanalítica de su
anal, por ejemplo, es tan importante que ningún época es que constantemente omite teorizar el
análisis que no la haya encontrado puede consi- papel de lo simbólico, y de tal modo reduce el
derarse completo (S8, 242). encuentro psicoanalítico a una relación dual
imaginaria entre analista y analizante. Él dice
que este error es lo que hay detrás de toda una
RELACIÓN DUAL (RELATION serie de malentendidos de la teoría (véase E,
DUELLE, DUAL RELATION) 246). En particular, reduce la cura a un encuen·
tro de "yo a yo", el cual, debido a la agresivi-
La dualidad y las relaciones duales son ca- dad inherente a todas las relaciones duales ima-
racterísticas esenciales del orden imaginario. ginarias, a menudo degenera en una "pelea a
La relación dual paradigmática es la que existe muerte" entre analista y analizante, una lucha
entre el YO y la L.\1AGEN ESPECULAR (a y a'), que de poder "con los cuchillos desenvainados"
Lacan analiza en su concepto del ESTADIO DEL (véase AMO).
ESPEJO. La relación dual se caracteriza siempre Contra esta concepción errónea, Lacan in-
por ilusiones de semejanza, simetría y recipro- siste en la función de lo simbólico en el proce-
cidad. so analítico, que introduce al Otro como tercer
En contraste con la dualidad del orden ima- término del encuentro. "Es dentro de una rela-
ginario, el orden simbólico se caracteriza por ción de tres ténninos y no de dos como tene·
triadas. En el orden simbólico todas las relacio- mosque formular la experiencia analítica" (SI,
nes envuelven no dos sino tres ténninos; el ter- 11). En lugar de ver la cura como una lucha de
Relación sexual
poder en la cual debe superar la resistencia del 2. No exi5te ninguna reciprocidad o sime-
paciente, lo cual no es psicnanálisis sino suges- tría entre las posiciones masculina y femenina,
tión, el analista tiene que comprender que tanto porque el orden simbólico es fundamentalmen-
él como el paciente están por igual sometidos al te asimétrico; no hay ningún significante de la
poder de un tercero: el lenguaje en sí. mujer que corresponda simétricamente al modo
El rechazo de la dualidad por Lacan puede en que se simboliza el sexo ma.'óculino. Un solo
también verse en su elección de esquemas triá- significante, el FALO, gobierna la relación entre
dicos, en detrimento de los esquemas dualistas: los sexos (E, 289). De modo que no hay ningún
"todas las relaciones bilaterales llevan siempre símbolo para una relación sexual asimétrica:
estampado el estilo de lo imaginario" (Lacan, "la relación sexual no puede escribirse" (S20,
1956b, 274). Por ejemplo, en lugar de la tradi- 35).
cional oposición binaria entre lo que es real y lo 3. La relación entre hombres y mujeres no
que es imaginario, Lacan propone un modelo puede ser armoniosa: "la más desnuda rivalidad
tripartito de real, imaginario y simbólico. Otros entre hombres y mujeres es eterna" (S2, 263).
de tales esquemas triádicos son las tres estructu- E! amor no es más que una ilusión destinada a
ras clínicas (neurosis, psicosis y perversión); las reemplazar la ausencia de relaciones armonio-
tres formaciones del yo (ideal del yo, yo ideal y sas entre los sexos (sea presentado en términos
superyó); la triada naturaleza-cultura-sociedad; míticos, como en El banquete de Platón, o en
etcétera. No obstante, como para contrarrestar términos psicoanalíticos, como en el concepto
esta tendencia, Lacan también ha subrayado la de Balint de amor GENITAL).
Importancia de los esquemas que envuelven 4. Las pulsiones sexuales no se dirigen ha-
cuatro elementos (véase CUATERNARIO). cia una "persona total", sino hacia OBJETOS PAR-
CIALES. No hay por lo tanto ninguna relación
sexual entre dos sujetos, sino sólo entre dos su-
RELACIÓN SEXUAL (RAPPORT jetos y un objeto (parcial). Para el hombre, el
SEXUEL, SEXUAL RELATIONSHIP) objeto a ocupa el lugar de la compañera faltan-
tc, lo que produce el materna de la fantasía
Lacan propuso por primera vez su célebre (S O a); en otras palabras, la mujer no existe pa-
fórmula "il n'y a pas du rapport sexuel" en ra el hombre como un sujeto real, sino sólo co-
1970 (véase Lacan 1969-70, 134), y la reiteró mo un objeto del fantasma, causa del deseo de
en su seminario de 1972-3 (S20, 17). Esta fór- él (S20, 58).
mula suele traducirse como "no hay relación 5. La mujer no puede funcionar sexualmen-
sexual", lo que resulta engañoso, puesto que, te qua mujer, sino sólo qua madre: "la mujer
por cierto, Lacan no niega que la gente tenga comienza a funcionar en la relación sexual sólo
sexo. La fórmula podría traducirse mejor como como madre" (S20, 36).
"no hay ninguna relación entre los sexos", sub- 6. Como algo arraigado en lo real, el sexo se
rayando de este modo que Lacan no se está re- opone al sentido, y "el sexo, al oponerse al sen-
firiendo primordialmente al acto de la cópula, tido, también por definición está opuesto a la re-
sino a la cuestión de la relación entre la posi- lación, a la comunicación" (Copjec, 1994, 21).
ción sexual masculina y la posición sexual fe-
menina. La fórmula condensa algunos puntos
del enfoque lacaniano de la cuestión de la DIFE- RELIGIÓN (RELJGION, REUGION)
RENCIA SEXUAL.
l. No existe ninguna relación directa, inme- Freud renunció a la religión judía de sus pa-
diata, entre las posiciones sexuales masculina y dres (aunque no a su identidad judía) y se con-
femenina, porque el Otro del lenguaje está en- sideraba ateo. Aunque a su juicio las formas
tre ellas como un tercero (S20, 64). "Entre los monoteístas de religión eran signos de un esta-
seres humanos varones y mujeres no existe nin- do altamente desarrollado de civilización, tam-
guna relación instintiva", porque toda la sexua- bién pensaba que todas las religiones son barre-
lidad está marcada por el significante (Lacan, ras que obstaculizan el progreso cultural, y
1975b). Una consecuencia es que no resulta po- sostenía que había que abandonarlas a favor de
sible definir la perversión con referencia a una la CIENCIA. Para Freud las religiones eran inten-
forma supuestamente natural de la relación se- tos de protegerse del sufrimiento mediante "una
xual (como lo hizo Freud). La heterosexualidad refundición delirante de la realidad", y llegaba
no es ni natural ni normativa (Ec, 223). a la conclusión de que "tienen que clasificarse
166
Renegación
Repetición
de la realidad" (Freud, 1940a, SE XXIII, 201). holungszwang) aparece en Más allá del princi-
La coexistencia en el yo de estas dos actitudespio de placer (l 920g). donde la vincula al con-
contradictorias con respecto a la realidad con-cepto de PULS!ÓN DE MUERTE. Freud postula la
duce a lo que Freud denomina "la escisión del existencia de una compulsión básica a repetir,
yo" (véase ESCISIÓN). como e11:plicación de ciertos hechos clínicos,
Sí bien el empleo del término por Freud essobre todo la tendencia del sujeto a exponerse
perfectamente coherente, él no lo diferencia una y otra vez a situaciones angustiantes. Es un
con rigor de otras operaciones relacionadas. La-
principio básico del psicoanálisis que una per-
can lo elabora en los términos de una teoría sona se ve condenada a repetir algo cuando ha
exacta, relacionándolo y contrastándolo especí-olvidado los oógenes de la pulsión, y que la cu-
ficamente con las operaciones de la REPRESIÓN ra psicoanalítica puede romper el ciclo de las
y la FORCLUSIÓN. Mientras que Freud sólo había repeticiones ayudando al paciente a recordar
vinculado la renegación a una forma de PER- (véase ACTING OUT).
VERSIÓN, Lacan hace de ella la operación fun- En las obras de Lacan anteriores a 1950, el
damental de todas las formas de perversión. Y concepto de repetición aparece vinculado al de
mientras que Freud también había asociado la COMPLEJO: una estructura social intemalizada
renegación con la psicosis, Lacan la limita ex-que el sujeto vuelve a escenificar repetida y
clusivamente a la estructura de la perversión. compulslvamcnte. En esa época Lacan suele
La renegación es la operación fundamental en traducir el término Wiederholungszwang em-
pleado por Freud como automatisme de répéti-
la perversión, así como la represión y la forclu-
sión son las operaciones fundamentales en la tion, una expresión tomada de la psiquiatría
neurosis y la psicosis, respectivamente. De mo-francesa (Pierre Janet, Gaetan Gatian de Clé-
do que, en la descripción de Lacan, la renega- rambault).
ción es un modo de responder a la castración Si bien Lacan nunca abandona por comple-
del Otro; el neurótico reprime la comprensión to la expresión "automatismo de repetición", en
de la castración, pero el perverso la reniega. la década de 1950 usa cada vez más el término
Lo mismo que Freud, Lacan afirma que la "insistencia" (en francés, instance) para referir-
renegación es siempre acompañada por el reco- se a la compulsión de repetición. La repetición
nocimiento simultáneo de lo que se reniega. El es entonces definida como la insistencia del sig-
perverso no es sencillamente ignorante de la nificante, o la insistencia de la cadena del signi-
castración; al mismo tiempo la conoce y la re- ficante, o la insistencia de la letra (l'instance de
niega. Si bien originalmente, en la obra de la /ettre); "La repetición es fundamentamente la
Freud, el término "renegación" designa sólo un insistencia de la palabra" (S3, 242). Ciertos sig-
lado de esta operación (e! lado de la negación),
nificantes insisten en retomar a la vida del suje-
para Lacan pasa a designar ambos lados: la ne- to, a pesar de las resistencias que los bloquean.
gación y el reconocimiento simultáneos de la En el ESQUEMA L, la repetición/insistencia está
castración. representada por el eje A-S, mientras que el eje
Freud relaciona la renegación con la per- ala' representa la resistencia (o "inercia") que
cepción de la ausencia de pene en la mujer; La-se opone a la repetición.
can la relaciona con la comprensión de la au- En la década de 1960 la repetición es rede-
sencia de FALO en el Otro. En la descripción finida como el retorno del goce, un exceso de
lacaniana, la percepción traumática es la com- goce que vuelve una y otra vez para transgredir
prensión de que la causa del deseo es siempre los límites del PRINCIPIO DE PLACER y buscar la
una falta. La renegación tiene que ver con esa muerte (S 17, 51).
comprensión; consiste en que no se acepta el La compulsión de repetición se manifiesta
deseo causado por una falta, es la creencia en en la cura analítica a través de la TRANSFEREN-
que el deseo es causado por una presencia (por CIA, por la cual el analizante repite en su rela-
ejemplo, el fetiche). ción con el analista ciertas actitudes que carac-
terizaron sus relaciones anteriores con los
padres y otras personas. Lacan pone mucho én-
REPETICIÓN (RÉPÉTITION, fasis en este aspecto simbólico de la transferen-
REPETITION) cia, diferenciándolo de su dimensión imagina-
ria (los afectos de amor y odio) (SS, 204). Sin
La más importante discusión por parte de embargo, señala que, aunque es posible que la
Freud de la compulsión de repetición (Wieder- compulsión de repetición se ponga de manifies-
l
Resistencia
Resistencia
y sostiene que conduce fácilmente a un estilo la resistencia (como Freud por la resistencia de
"inquisitorial" de análisis, que ve las resisten- Dora). "La resistencia del paciente es siempre
cias como basadas en la "mala voluntad funda- la propia resistencia de ustedes, y cuando una
mental" (Sl, 30) del paciente. Dice Lacan que resistencia tiene éxito, ello se debe a que uste-
de tal modo se pasa por alto la naturaleza es- des [los analistas} están hundidos hasta el cue-
tructural de ta resistencia, y se reduce el análi- llo, porque entienden" (S3, 48). De modo que
sis a una relación dual imaginaria (véase E, 78; el analista debe cumplir la regla de la neutrali-
Ec, 333 y sigs.). Él acepta que la cura psicoana- dad y no dejarse arrastrar por los señuelos que
lítica involucra el "análisis de las resistencias", le tiende el paciente.
pero sólo con la condición de que esta expre- 2. Es el analista quien provoca la resistencia
sión se entienda correctamente, en el sentido de al empujar al analizante: "No hay ninguna re-
"saber en qué nivel hay que dar la respuesta" sistencia por parte del sujeto" (S2, 228). La "re-
(S2, 43). En otras palabras, lo crucial es que el sistencia es el estado presente de una interpreta-
analista pueda distinguir entre las in1ervencio- ción del sujeto. Es la manera en que, en ese
nes primordialmente orientadas hacia lo imagi- momento, el sujeto interpreta e! punto en que
nario, y las orientadas hacia lo simbólico, y está [ ... ] simplemente significa que él [el pa-
además sepa cuáles son las apropiadas en cada ciente] no puede moverse más rápido" (S2,
momento de la cura. 228). La cura se basa en el principio de que al
A juicio de Lacan, la resistencia no es una no forzar al paciente, la resistencia se reduce al
cuestión de mala voluntad del anaHzante; Ja re- mfnimo irreductible. De modo que el analista
sistencia es estructural e inherente al proceso debe evitar todas las formas de sugestión.
analítico. En última instancia, se debe a una La fuente de la resistencia está en el yo: "En
"incompatibilidad [estructural] entre el deseo y sentido estricto, la resistencia del sujeto está
Ja palabra" (E, 275). Por lo tanto, hay un cierto vinculada al registro del yo, es un efecto del yo"
nivel irreductible de resistencia que nunca se (S2, 127). De modo que la resistencia pertenece
puede "superar"; "después de la reducción de al orden imaginario, no al nivel del sujeto: "del
las resistencias, queda un residuo que puede ser lado de Jo reprimido, del lado inconsciente de
lo esencial" (S2, 321). Este "residuo" irreducti- las cosas, no hay resistencia, sólo hay una ten-
ble de resistencia es "esencial", porque precisa- dencia a repetir" (S2, 3Zl). Ilustra este hecho el
mente el respeto a este residuo es lo que dife- ESQUEMA L: la resistencia es et eje imaginario a-
rencia e! psicoanálisis de Ja SUGESTIÓN. El a ',que obstaculiza la palabra insistente del Otro
psicoanálisis respeta el derecho del paciente a (que es el eje A-S). Las resistencias del yo son
resistir a la sugestión, y por cierto valora esa re- señuelos imaginarios, por los que el analista de-
sistencia: "Cuando la resistencia del sujeto se be tener la cautela de no dejarse engañar (véase
opone a la sugestión, es sólo un deseo de man- E, 168). De modo que "fortalecer el yo" nunca
tener el deseo del sujeto. Como tal, habría que puede ser la meta de un análisis, como lo pre-
ubicarla en las filas de la transferencia positiva" tende la psicología del yo, puesto que sólo sirve
(E, 271). para aumentar Ja resittencia.
Pero Lacan señala que, si bien el analista no Lacan también critica a la psicología del yo
puede y no debe tratar de superar todas las re- por confundir el concepto de resistencia con el
sistencias (S2, 228), puede minimizarlas, o por de DEFENSA. No obstante, la distinción que traza
lo menos no exacerbarlas. Lo logra reconocien- Lacan entre una y otra idea difiere del enfoque
do la parte que él mismo desempeña en la resis- al respecto del psicoanálisis anglo-norteameri-
tencia del analizante, pues "no hay otra resis- cano. Lacan dice que la defensa está del lado
tencia al análisis que la del propio analista" (E, del sujeto, mientras que la resistencia está del
235). Esta afirmación debe entenderse de dos lado del objeto. Es decir que, mientras que las
modos. defensas son estructuras simbólicas relativa-
l. La resistencia del analizante sólo puede mente estables de la subjetividad, las resisten-
obstruir la cura cuando responde a una resisten- cias son fuerzas más transitorias que impiden
cia del analista o la suscita; por ejemplo, cuan- que el objeto sea absorbido en la cadena signi-
do el analista se ve arrastrado por el señuelo de ficante.
170
1
SEMBLANTE (SEMBLANT,
SADISMO/MASOQUISMO (SADISMEI SEMBLANCE)
MASOCHISME, SADISMIMASOCHISM)
La idea de que las apariencias son engaño-
Los términos "sadismo" y "masoquismo" sas recorre toda la obra de Lacan; se trata de un
fueron acuñados por Krafft-Ebing en 1893, concepto estrechamente relacionado con la
m
1
Semejante
oposición filosófica clásica entre la apariencia sostiene que el objeto a es un "semblante del
y Ja esencia (véase Sl !, 103 y sigs.). La distin- ser" (S20, 84), que el amor se dirige a un sem
ción entre lo imaginario y lo simbólico también blante (S20, 85) y que el goce es sólo evocado
implica esta oposición entre apariencia y esen- o elaborado sobre la base de un semblante
cia. Lo imaginario es el reino de los fenómenos (S20, 85).
observables que actúan como señuelos, mien-
tras que lo simbólico es el reino de las estructu-
ras subyacentes que no pueden ob~ervarse pero SEMEJANTE (SEMBLABLE,
sf deducirse. COUNTERPART)
Esta oposición da forma a toda indagación
científica, cuyo presupuesto básico es que el El término "semejante" desempeña un pa-
científico tiene que tratar de penetrar, a través pel importante en la obra de Lacan desde la dé-
de la falsa apariencia, hasta la realidad oculta. cada de 1930, y designa a las otras personas en
De modo análogo, en el psicoanálisis, como en quienes el sujeto percibe una semejanza con él
la ciencia, "sólo quien escapa de las falsas apa- mismo (principalmente una semejanza visual).
riencias puede lograr la verdad" (S7, 310). No El semejante desempeña un papel importante
obstante, la falsa apariencia en psicoanálisis es en el complejo de intrusión y en el ESTADIO DEL
diferente de la falsa apariencia en las ciencias ESPEJO (que están ellos mismos estrechamente
naturales. Para el científico natural, la falsa interrelacionados).
apariencia (por ejemplo, un bastón recto que El complejo de intrusión es uno de los tres
parece quebrarse cuando se introduce hasta la "complejos familiares" que Lacan discute en su
mitad en agua) carece de la dimensión del en- artículo de 1938 sobre la familia, y aparece
gaño deliberado, razón por la cual Laean dice cuando el niño comprende por primera vez que
que el axioma de la ciencia natural es la creen- tiene hermanos, que otros sujetos como él parti-
cia en un Dios honesto, no engañador (S3, 64). cipan en la estructura familiar. El énfasis está
Pero en las ciencias conjeturales y en el psicoa- en la semejanza: el niño se identifica con sus
nálisis, siempre se encuentra el problema de hermanos sobre la base del reconocimiento de
que la falsedad de la apariencia puede deberse la similitud corporal (que, desde luego, depen-
al engaño. de de que entre el sujeto y ellos haya una dife-
Lacan emplea dos palabras para referirse a rencia de edad relativamente pequeña). Es esta
las falsas apariencias. "Apariencia" es la usa- identificación la que da origen a la "imago del
da en las discusiones filosóficas sobre esencia semejante" (Lacan, 1938, 35-9).
y, precisamente, apariencia. El término "sem- La imago del semejante es intercambiable
blante" es menos técnico, pero adquiere una con la imagen del cuerpo propio del sujeto, la
creciente importancia en la obra de Lacan con L\.IAGEN ESPECL"LAR con la cual el sujeto se
el transcurso de los años. Aparece ya en 1957 identifica en el estadio del espejo, y conduce a
(por ejemplo, Ec, 435; S4, 207), y es utilizado la formación del yo. Este carácter intercambia-
varias veces en el seminario de J 964 (SI!, ble es evidente en fenómenos tales como el
107), pero hasta principios de la década de TRANS111v1SMO, e ilustra el modo en que el su-
1970 no llega a ocupar un lugar importante en jeto constituye sus objetos sobre la base de su
el vocabulario teórico lacaniano. Al principio yo. Sólo es posible identificarse con la imagen
Lacan lo usa para abordar cuestiones tales co- del cuerpo de otra persona en la medida en que
mo la sexualidad femenina, que es caracteriza- es percibido como similar al propio cuerpo, y a
da por una dimensión de mascarada (véase Ri- la inversa, el semejante só!o es reconcido como
viere, 1929). Más adelante emplea el término un yo separado, identificable, proyectando so-
para caracterizar los rasgos generales del or- bre él el propio yo.
den simbólico en sus relaciones con !o imagi- En 1955 Lacan introduce una distinción en-
nario y lo real. Dedica su seminario de 1970-1 tre "el gran Otro" y "el pequeño otro" (u "otro
a "un discurso que no fuera semblante"; allí imaginario"), reservando esta última expresión
sostiene que la VERDAD no es simplemente lo para el semejante y la imagen especular. El se-
opuesto de la apariencia, sino que no tiene so- mejante es el pequeño otro porque no es verda-
lución de continuidad con el!a; la verdad y Ja deramente otro; no constituye la alteridad radi-
apariencia son como las dos caras de una ban- cal representada por el Otro, sino el otro en
da de Moebius, que de hecho constituyen una cuanto es similar al yo (de allí la intercambiabi-
sola cara. En su seminario de 1972-3, Lacan lidad de a y a' en el esquema L).
172
1
Seminario
esto también afecta a su propio ser, puesto que los términos de la tipología de los SIGNOS de
él no puede "permanecer solo en el campo de Peirce, los shifters eran tratados como índices
juego" (E, 228). Por lo tanto, "es sin duda en la puros (véase ÍNDICE). Sin embargo, siguiendo la
relación con e! ser donde el analista tiene que propia argumentación de Peirce (Peirce, 1932,
encontrar su nivel de operación" (E, 252). La- 156-73), Jakobson sostiene que los shifters en
can dice 1ambién que en el curso de la cura el realidad tienen un significado general único;
analista se ve sometido a ruta progresiva pérdi- por ejemplo, et pronombre personal "yo" siem-
da de ser (en francés, désétre), al ser gradual- pre significa "la persona que dice yo". Esto
mente reducido a la condición de mero objeto convierte al shifter en un "símbolo". Jakobson
del analizante. llega a la conclusión de que los shifters combi-
En las discusiones lacanianas sobre el ser se nan funciones simbólicas e indexicales, y "per-
advierte una clara influencia de las ideas de tenecen por lo tanto a la clase de los símbolos
Martin Heidegger (véase Heidegger, 1927). El indexicales" (Jakobson, 1957, 132). De este
ser pertenece al orden simbólico, puesto que és- modo, Jakobson cuestiona la posibilidad de una
te es "ia relación con el Otro en la cual el ser gramática exenta de contexto, puesto que la
encuentra su estatuto" (E, 251). Esta relación, E:-IUNCIACióN aparece codificada en el enuncia-
al igual que el Otro en sí, está marcada por una do en sí. Además, puesto que la gramática está
falta (manque), y el sujeto está constituido por implicada en la palabra, la distinción lengua/
esta falta de ser (manque-ii-étre), que da origen palabra también queda cuestionada (véase Ca-
al deseo, un anhelar-ser (manque-ii-étre); de tan, 1987, 234-7). Siguiendo a Jakobson, Lacan
modo que el deseo es esencialmente un deseo emplea el ténnino "shiftef" (en inglés), o "tér-
de ser. mino-índice", como también lo llama (E, 186),
Cuando Lacan opone el ser a la EXISTENCIA, para demostrar la naturaleza problemática e in-
se refiere a la existencia en lo real, que contras- decidible del "yo" (je). No obstante, mientras
ta con la función simbólica del ser. Algo puede que Jakobson (siguiendo a Peirce) define el
ser sin existir, cuando es construido a partir de shifter como un símbolo indexical, para Lacan
la palabra pero no encuentra correlato en lo real es un significante indexical. Esto problematiza
(por ejemplo, el Otro cómpleto). A la inversa, la distinción entre enunciación y enunciado.
algo puede existir sin ser, como la "existencia Por un lado, como significante forma sin duda
inefable, estúpida" del sujeto, que no puede ser parte del enunciado. Por el otro, como índice es
completamente reducida a una articulación sig- claramente parte de la enunciación. Esta divi-
nificante (E, 194). sión del yo no es meramente ilustrativa de la
Lacan acuña el neologismo parlétre con el escisión del sujeto; es esa escisión. "Por cierto,
sustantivo étre (ser) y el verbo parler (hablar) el yo de la enunciación no es el mismo yo del
para subrayar su idea de que el ser se constitu- enunciado, es decir, el shifter que, en el enun-
ye en y a través del !enguaje. Un ser humano es ciado, lo designa" {Sil, 139). Lacan también
por sobre todo un ser hablante. define como shifter la partícula francesa ne (E,
298).
Significado
por Lacan implica una referencia directa al con- "significado" (el efecto de sentido en sí) tien-
cepto saussureano, y pasa del orden simbólico den a superponerse.
al orden imaginario. Saussure reserva el ténni- A fines de la década de 1950, Lacan es-
no "significación" para !a relación entre el s10- tablece una oposición entre significación y
N!f-lCANTE y el SIGNIFICADO; se dice que cada sentido. La diversidad de modos en que estos
imagen sonora "significa" un concepto (Saus- términos han sido traducidos al inglés crea di-
sure, 1916, 114-17). Para Saussure, la significa- ficultades al lector de Lacan en esa lengua.
ción es un vínculo indestructible; el significan- La significación es imaginaria y ámbito de
te y el significado son tan inseparables como la PALABRA vacía; el sentido es simbólico, y
las dos caras de una hoja de papel. ámbito de la palabra plena. (Más tarde, en la
Lacan dice que la relación entre significan- década de 1970, Lacan no ubica el sentido en el
te y significado es mucho más precaria; ve la orden simbólico, sino en la conjunción de lo
BARRA que los separa en el algoritmo saussu- simbólico y lo imaginario; véase la figura 15).
reano (véase la figura 18, pág. 184) como re- Las interpretaciones psicoanalíticas van contra
presentación de una ruptura, de una "resisten- la significación, y tienen que ver con el sentido
cia" a la significación, y no de un vínculo (E, y su correlato, el sin-sentido. Aunque la signifi-
164). En primer lugar, el significante es lógica- cación y el sentido se oponen entre sí, están por
mente anterior al significado, que constituye un igual relacionados con la producción de goce.
mero efecto del juego de los significantes. En Lacan lo indica acuiíando dos neologismos:
segundo término, incluso cuando se producen signiflance (con la palabra signiflcation [signi-
significados, ellos constantemente se deslizan ficaciónj y jouissance (goce]): véase E, 259;
(véase DESLIZAMIENTO) debajo del significante; S20, 23), y jouis-sens (conjouissance [goce] y
lo único que detiene este movimiento, tempora- sens [sentido]).
riamente, fijando el significante al significado
por un breve momento, y generando la ilusión
de un sentido estable, son los PUNTOS DE ALMO- SIGNIFICADO (SIGNIFIÉ, SIGNIFIED)
HADILLADO. En La obra de Lacan, la significa-
ción no es un vínculo estable entre el signifi- Según Saussure, el significado es el ele-
cante y el significado, sino un proceso: el mento conceptual del SIGNO. No es el objeto
proceso por el cual el juego de los significantes real designado por un signo (el referente), sino
produce la ilusión del significado a través de una entidad psicológica que corresponde a ese
los tropos que son la metonimia y la metáfora. objeto (Saussurc, 1916, 66-7).
La significación es metonímica porque Para Saussure, asimismo, el significado tie-
"siempre se refiere a otra significación" (S3, ne el mismo estatuto que el SIGNIFICANTE; am-
33). En otras palabras, el sentido no se encuen- bos constituyen lados iguales del signo. Lacan,
tra en ningún significante, sino en el juego en- por su lado, afinna la supremacía del signifi-
tre los significantes a lo largo de la cadena sig- cante, y sostiene que el significado es un mero
nificante, y es por lo tanto inestable; "es en la efecto del juego de los significantes, un efecto
cadena de los significantes donde el sentido in- del proceso de significación producido por la
siste, pero ninguno de sus elementos consiste metáfora. En otras palabras, el significado no
en la significación de la cual es en ese momen- está dado, sino que es producido.
to capaz" (E, 153). De modo que la concepción lacaniana se
La significación es metafórica porque supo- opone a la concepción expresionista del lengua-
ne cruzar la barra, el "pasaje del significante al je, según la cual los conceptos existen en un es-
significado" (E, 164). La metáfora fundamental tado preverbal antes de ser c¡¡pre~ados en el ve-
de la cual depende toda significación es la me- hículo material del lenguaje. En contraste,
táfora paterna, y toda significación es por lo Lacan sostiene la prioridad (lógica, no cronoló-
tanto fálica. gica) del elemento material del lenguaje.
En el álgebra lacaniana, la significación se
designa con el símbolos -como en la anotación
s(A), que indica uno de los principales nodos SIGNIFICANTE (SIGNIFIANT,
en el grafo del deseo-. También el significado SIGNI1''IER)
se escribes, lo que sugiere que para Lacan el
término "significación" (el proceso por el cual Lacan toma el término "significante" de la
se produce el efecto de sentido) y el ténnino obra del lingüista suizo Ferdinand de Saussure.
1
Signo
Esta palabra no había sido usada por Freud, se escrihe S1) representa al sujeto para todos los
quien no conocía el libro de Saussure_ Según o/ros significantes (qne se escriben S2). No
este último, el significante es elemento fonoló- obstante, ningún significante puede significar
gico del SIGNO; no el sonido en sí, sino la ima- al sujeto.
gen mental de ese sonido. En los términos de Aunque el término "significante" está au-
Saussure, el significante es la "imagen acústi- sente de la obra de Freud, su empleo por La-
ca" que significa un SIGNIACADO {Saussurc, can concentra la atención en un tema recurren-
1916, 66-7). te de los teJ\tOs freudianos. Los ejemplos que
Saussure sostiene que el significado y el da Freud de interpretaciones psicoanalíticas
significante son interdependientes, pero para constantemente ponen en foco rasgos lingüísti,
Lacan el significante es primario y produce el cos puramente fonnales. Por ejemplo, analiza
significado. El significante es en primer lugar su propia imposibilidad de recordar el nombre
un elemento material sin sentido que forma "Signorelli" dividiendo la palabra en segmen-
parte de un sistema diferencial cerrado; este tos formales, y siguiendo los vínculos asociati-
"significante sin el significado" es denominado vos de cada uno de ellos (Freud, 1901, cap. 1).
por Lacan "significante puro", aunque se trata De modo que la insistencia de Lacan en que el
aquí de una precedencia lógica, y no cronológi- analista preste atención a los significantes de
ca. "Todo significante real, como tal, es un sig- la palabra del analizante no es en realidad una
nificante que no significa nada. Cuanto más el innovación técnica sino un intento de teorizar
significante no significa nada, más indestructi- el método freudiano en términos más rigu-
ble es" ($3, 185). Son estos significantes indes- rosos.
tructibles sin sentido los que determinan al su- Si bien es cierto que cuando Lacan habla
jeto; los efectos del significante sobre el sujeto de los significantes a menudo se refiere a lo
constituyen el inconsciente, y por lo tanto cons- que otros llamarían sencillamente "palabras",
tituyen también la totalidad del campo del psi- estos dos términos no son equivalentes. Tam-
coanálisis. bién pueden funcionar como significantes uni-
De modo que para Lacan el lenguaje no es dades de lenguaje más pequeñas que las pala-
un sistema de signos (como lo era para Saussu- bras (morfemas y fonemas) o más grandes que
re), sino un sistema de significantes. Los sig!Ú- las palabras (frases y oraciones), y además
ficantes son las u!Údades básicas del lenguaje, y pueden hacerlo entes no-lingüíslicos. por ejem-
están "sometidos a la doble condición de ser re- plo objetos, relaciones y actos sintomáticos
ducibles a elementos diferenciales últimos y de (S4, 288). La única condición que caracteriza a
combinarse según las leyes de un orden cerra- algo como significante es, para Lacan. que esté
do" (E, 152). Con la frase "reducibles a ele- inscrito en un sistema en el que adquiere valor
mentos diferenciales últimos'', Lacan sigue a exclusivamente en virtud de su diferencia con
Saussure al afirmar el carácter fundamental- los otros elementos del sistema. Es esta natura-
mente diferencial del significante. Saussure di- leza diferencial del significante lo que implica
ce que en el lenguaje no hay términos positivos que nunca pueda tener un sentido unívoco o fi-
sino sólo diferencias (Saussure, 1916, 120). Y jo (S4, 289); su sentido varía según la posición
con la fr<1se "combinarse según las leyes de un que ocupa en la estructura.
orden cerrado'', Lacan afirma que los signifi-
cantes se combinan en cadenas significantes si-
guiendo las leyes de la metonimia. SIGNO (SIGNE, SIGN)
El significante es la unidad constitutiva del
orden simbólico, porque está esencialmente re- Lacan define el signo como lo que "repre-
lacionado con el concepto de ESTRUCTURA; "la senta algo para alguien'', en oposición al S!GNI-
noción de estructura y !a de significante pare- RCANTE, que es ·10 que representa a un sujeto
cen inseparables" (53, 184). El campo del sig- para otro significante" (Sl l, 207).
nificante es el campo del Otro, que Lacan llama Al abordar el concepto de signo, Lacan ubi-
"la bateria de los significantes". ca su obra en estrecha relación con la ciencia
Lacan define el significante como "lo que de la semiótica, que ha crecido rápidamente en
representa a un sujeto para otro significante", el siglo XX. En la semiótica pueden discernirse
en oposición al signo, que .. representa algo pa- dos líneas principales de desarrollo: la línea eu-
ra alguien" (S 11, 207). Para ser más preciso, un ropea, asociada con Ferdinand de Saussure (y
significante (denominado significante amo, que que el propio Saussure bautizó con el nombre
177
Signo
Significado
==-'
Significante S
- ..__,
178
Simbólico
BARRA entre significante y significado ya no re- sustantivo. Se convierte entonces en uno de los
presenta unión sino la resistencia inherente a la tres ÓRDENES que seguirán siendo centrales en
significación. Para Lacan, este algoritmo define el resto de su obra. Entre estos tres órdenes, el
"la topografía del inconsciente" (E, 163). simbólico es el esencial para el psicoanálisis;
2. Según Peirce, el signo es algo que repre- los psicoanalistas son fundamentalmente "pro-
senta un objeto para alguien que lo interpreta fesionales de la función simbólica" (E, 72). Al
(el ténnino "objeto" puede en este caso signifi- hablar de "la función simbólica", Lacan deja en
car una cosa física, un hecho, una idea, u otro claro que su concepción del orden simbólico
signo). Peirce divide los signos en tres clases: debe mucho a ia obra antropológica de Claude
"símbolos" "índices" e "iconos"· estos distin- Lévi·Strauss (de quien toma esa expresión;
tos tipos de 'signos difieren por el i'nodo de rela- véase Lévi-Strauss, l949a, 203). En particular,
cionarse con el objeto. El símbolo no tiene nin- Lacan recoge de Lévi-Strauss la idea de que el
guna relación "natural" o necesaria con el mundo social está estructurado según ciertas le-
objeto al que se refiere, sino que está vinculado yes que regulan las relaciones de parentesco y
a él por una regla puramente convencional. El el intercambio de presentes (véase también
ÍNDICE tiene una ''relación ellistencial" con el Mauss, 1923). El concepto de presente, y el de
objeto que representa (el índice es siempre es- circuito de intercambio, son entonces funda-
pacial o temporalmente contiguo al objeto). El mentales para la concepción lacaniana de lo
icono representa un objeto exhibiendo su fonna simbólico (S4, 153-4, 182).
por vía de la semejanza. Las distinciones que Puesto que la forma básica de intercambio
traza Peirce entre iconos, Indices y símbolos es la comunicación en sí (el intercambio de pa-
son analíticas y no mutuamente excluyentes. labras, el presente de la palabra; S4, 189), y co-
Por lo tanto, un signo casi siempre funciona en mo los conceptos de LEY y ESTRUcnIRA son im-
una variedad de modos; los pronombres perso- pensables sin el LENGUAJE, lo simbólico es en lo
nales, por ejemplo, son signos que operan tanto esencial una dimensión lingüística. De modo
simbólica como indexica\mente (véase Peirce, que todo aspecto de la experiencia psicoanalíti-
1932, 156-73; Burks, 1949). ca que tenga estructura lingüística pertenece al
Lacan recoge la concepción del índice de orden simbólico.
Peirce para trazar una distinción entre la visión Sin embargo, Lacan no equipara sencilla-
psicoanalítica del síntoma y su visión médica, y mente el orden simbólico con el lenguaje; por
también para distinguir entre los códigos (ani- el contrario, e\ lenguaje, además de la dimen-
males) y los lenguajes (humanos). Desarrolla sión simbólica, involucra también las dimensio-
asimismo el concepto de índice según la orien- nes imaginaria y rea\. La dimensión simbólica
tación establecida por Roman Jakobson con la del lenguaje es la del SIGNIACANTE; ésta es una
noción de SHJFTER, para diferenciar el sujeto del dimensión en la cual los elementos no tienen
enunciado y el sujeto de la enunciación. existencia positiva, sino que están puramente
constituidos por sus diferencias mutuas.
Lo simbólico es también el ámbito de la al-
SIMBÓLICO (SYMBOLIQUE, SYMBOLIC) teridad radical al que Lacan designa como el
Otro. El INCONSCIENTE es e! discurso de este
El ténnino "simbólico" aparece como adje- OTRO, y por lo tanto pertenece totalmente al or-
tivo en los primeros escritos psicoanalíticos de den simbólico. Lo simbólico es el reino de la
Lacan (por ejemplo, Lacan, 1936). En esas Ley que regula el deseo en el complejo de Edi-
obras tempranas, la palabra está asociada con po. Es el reino de la cultura en tanto opuesto al
referencias a la lógica simbólica y a las ecua- orden imaginario de la naturaleza. Mientras que
ciones empleadas en física matemática (Ec, lo imaginario se caracteriza por relaciones dua-
79). En 1948 dice que los síntomas tienen un les, lo característico de lo simbólico son estruc-
"sentido simbólico" (E, 10). Hacia l 950, el tér- turas triádicas, porque la relación intersujetiva
mino ha adquirido matices antropológicos, co- es siempre "mediada" por un tercer término, el
mo cuando Lacan elogia a Marce! Mauss por gran Otro. El orden simbólico es también el rei-
haber demostrado que "las estructuras de la so- no de la MUERTE, de la AUSENCIA y de la FALTA.
ciedad son simbólicas" (Ec, 132). Lo simbólico es tanto el PRINCIPIO DE PLACER
Estas diferentes acepciones se combinan en que regula la distancia a Ja Cosa, como la PUL-
una categoría única en 1953, cuando Lacan em- S!óN DE MUERTE, que va "más allá del principio
pieza a emplear la palabra "simbólico" como de placer" por medio de la repetición (S2, 210);
179
Sinthome
de hecho, "la pulsión de muerte es sólo la más- nálisis debe penetrar más allá de lo imaginario
cara del orden simbólico" (S2, 326). y trabajar en el orden simbólico.
El orden simbólico es completamente autó- El concepto lacaniano de lo simbólico se
nomo: no es una superestructura determinada opone diametralmente al "simbolismo" . de
por la biología o la genética. Es completamente Freud. Para Freud, el símbolo era una relación
contingente con respecto a !o real: "No hay nin- biunívoca relativamente fija entre el sentido y
guna razón biológica, y en particular ninguna la forma, lo que se corresponde más con el con-
razón genética, que explique la exogamia. En el cepto lacaniano del Í.'ID!CE (véase Freud, 1900a,
orden humano estamos tratando con la emer- SE V, cap.6, sección E, sobre el simbolismo en
gencia completa de una nueva función, que los sueños). Pero para Lacan lo simbólico se
abarca el orden completo en su totalidad" (S2, caracteriza precisamente por la ausencia de
29). De modo que, aunque puede parecer que cualquier relación fija entre significante y sig-
lo simbólico "surge de lo real" como algo dado nificado.
de antemano, esto es una ilusión, y "no se debe
pensar que los símbolos provienen verdadera-
mente de lo real" (S2, 238). SINTHOME (S/NTHOME, SINTHOME)
El efecto totalizador, omniabarcativo, del
orden simbólico lleva a Lacan a hablar de lo El ténnino sinthome es, como lo señala La-
simbólico como un universo: "En el orden can, una forma arcaica de la palabra más re-
simbólico la totalidad es denominada un uni- ciente symptóme (síntoma). Lacan introdujo es-
verso. El orden simbólico adquiere desde el te ténnino en 1975, como título de su seminario
principio su carácter universal. No se constitu- de 1975-6, que al mismo tiempo continúa la
ye trozo a trozo. En cuanto Hega el símbolo, elaboración de su topología, amplía el foco an-
hay un universo de símbolos" (S2, 29). No se terior del seminario en el NUDO BORROMEO, y
!rala por lo tanto de una transición gradual y constituye una exploración de los escritos de
continua desde lo imaginario a lo simbólico; James Joyce. Por medio de esta coincidentia
estos dominios son completamente heterogé- oppositorum (que une la teoría matemática con
neos. Una vez que ha aparecido el orden sim- la trama intrincada del texto joyceano), Lacan
bólico, crea el sentido que siempre ha estado redefine el síntoma psicoanalítico en los térmi-
allí, puesto que "encontramos absolutamente nos de su topología final del sujeto.
imposible especular sobre lo que lo precedió si l. Antes de la aparición del sinthome, dife-
no es mediante símbolos" (S2, 5). Por esta ra- rentes corrientes del pensamiento lacaniano
zón, estrictamente hablando es imposible con- conducían a distintas inflexiones del concepto
cebir el origen del lenguaje, y mucho menos lo de s!NTOMA. Ya en 1957 se dice que el síntoma
anterior, razón por la cual lo concerniente al está "inscrito en un proceso de escritura" (Ec,
desarrollo está fuera del campo del psicoaná- 445), lo que implica una concepción diferente
lisis. de la que considera el síntoma como un mensa-
Lacan critica el psicoanálisis de su época je cifrado. En 1963 Lacan afinna que el sínto-
por olvidar el orden sin1bólico y reducirlo todo ma, a diferencia de! acting 0111, no reclama in-
a lo imaginario. A su juicio, esto no es nada terpreración; no es en sí mismo un llamado al
menos que una traición a las ideas básicas de Otro, sino un puro goce que no se dirige a na-
Freud: "El descubrimiento de Freud es el del die (Lacan, 1962-3, seminario del 23 de enero
campo de los efectos, en la naturaleza del hom- de 1963; véase Miller, 1987, l l). Estos comen-
bre, producidos por su relación con el orden tarios anticipan la transfonnación radical del
simbólico. Ignorar este orden simbólico es con- pensamiento de Lacan, implícito en este pasaje
denar el descubrimiento al olvido" (E, 64). de la definición lingüística del síntoma como
Dice Lacan que sólo trabajando en el orden significante, al enunciado, en el semlnario de
simbólico puede el analista producir cambios 1974-5, de que "el síntoma sólo puede definirse
en la posición subjetiva del analizante; estos como e! modo en que cada sujeto goza del in-
cambios generarán también efectos imagina- consciente, en la medida en que el inconsciente
rios, puesto que lo imaginario es estructurado lo detennina" (Lacan, 1954-5, seminario del 18
por lo simbólico. El orden simbólico es el de- de febrero de 1975).
terminante de la subjetividad, y el reino imagi- De modo que el síntoma, antes concebido
nario de imágenes y apariencias es sólo un como un mensaje que es posible descifrar con
efecto de lo simbólico. Por lo tanto, el psicoa- referencia al incon~cicnte "estructurado como
180
Síntoma
un lenguaje", pasa a ~er considerado huella de relación especial con el lenguaje, su remodela-
una particular modalidad del goce del sujeto; ción "destructiva" como sinthome. la invasión
este cambio culmina con la introducción del del orden simbólico por el goce privado del su-
término sinthome. El sinthome designa enton- jeto.
ces una formulación significante que e~tá más Uno de los juegos de palabras de Lacan,
allá del análisis, un núcleo de goce inmune a la synth-homme, implica este tipo de autocreación
eficacia de lo simbólico. Lejos de pedir alguna "artificial". Lacan insiste en que su abordaje de
"disolución" anaHtica, el sinthome es lo que la escritura de Joyce no es "psicoanálisis apli-
"permite vivir" al proporcionar una organiza- cado", La teoría topológica no es meramente
ción singular del goce. De modo que la tarea concebida como otro tipo de descripción repre-
del análisis, según una de las últimas definicio- sentacional, sino como una forma de escritura,
nes lacanianas del fin de análisis, es llevar a la una praxis que apunta a figurar lo que escapa a
identificación con el sinthome. !o imaginario. En esa medida, más que un obje-
2. El pasaje teórico de la lingüística a la to- to o "caso" teórico, Joyce se convierte en un
pología, que marca el período fina! de la obra saint homme ejemplar que, al rechazar cual-
de Lacan, constituye el verdadero estatuto del quier solución imaginaria, pudo inventar un
sinthome como inanalizable, y constituye un nuevo modo de usar el lenguaje para organizar
problema de exégesis que va más allá de la di- el goce.
ficultad habitual que plantea la densa retórica (Autor de este artículo: Luke Thurston)
\acaniana. El seminario de 1975-6 amplía la
teoría del nudo borromeo, que el afio anterior
había sido propuesto como estructura esencial SÍNTOMA (SYMPTÓME, SYMPTOM)
del sujeto, al añadir el sinthome como cuarto
anillo a la tríada de lo real, lo simbólico y lo En medicina, los síntomas son las mani-
imaginario, con lo cual se mantiene unido un festaciones perceptibles de una enfermedad
nudo que constantemente amenaza con des- subyacente que de otro modo podría seguir no
hacerse. Este nudo no se ofrece como modelo detectada. El concepto de síntoma se afirma
sino como descripción rigurosamente no-meta- entonces sobre una distinción básica entre su-
fórica de una "topología ante la cual la imagi- perficie y profundidad, entre los fenómenos
nación fracasa" (Lacan, 1975-6, seminario del (objetos que se pueden experimentar directa-
9 de diciembre de 1975). Puesto que el sentido mente) y sus causas ocultas, que no se pueden
ya figuraba en el nudo, en la intersección de to experimentar, sino que hay que inferir. Una
simbólico y lo imaginario (véase la figura 1), se distinción similar opera en la obra de Lacan,
sigue que la función del sinthome (intervenir en la cual los síntomas se diferencian siempre
para anudar lo real, lo simbólico y lo imagina- de las ESTRUCTURAS. Esta distinción tiene la
rio) está inevitablemente más allá del sentido. ventaja de que trasciende la oposición entre su-
3. Lacan fue un entusiasta lector de Joyce perficie y profundidad, puesto que se sostiene
desde su juventud (véanse las referencias a Joy- que las estructuras se encuentran tan "en la su-
ce en Ec, 25 y S20, 37). En el seminario de perficie" como los síntomas mismos. Es la es-
1975-6, la escritura de Joyce es leída como un tructura clínica del paciente (neurosis, psicosis
extenso sinthome, un cuarto término cuya adic- o perversión) lo que constituye el foco real del
ción al nudo borromeo de RSI le permite al su- psicoanálisis, y no sus síntomas; en consecuen-
jeto mantenerse unido. Enfrentado en su niñez cia, el fJN DE ANÁLISIS tiene que concebirse en
con la no-función/ausencia (carencia) radical términos estructurales, y no como curación de
del Nombre-del-Padre, Joyce logró evitar la los síntomas.
psicosis desplegando su arte como suplencia, En la obra de Lacan, la palabra "síntoma"
como cordel suplementario en el nudo subjeti- se refiere por lo general a los síntomas neuróti-
vo. Lacan pone el foco en las "epifanías" juve- cos, es decir, a las manifestaciones perceptibles
niles de Joyce (experiencias de una intensidad de la neurosis, y no de las otras estructura~ clí-
casi alucinatoria que después eran registradas nicas (pero véase una excepción en E, 281). Por
en textos enigmáticos, fragmentarios) como lo tanto, las manifestaciones de la psicosis, co-
instancias de una "forclusión radical", en la mo las alucinaciones y los delirios, no son ha-
cual "lo real forcluye el sentido" (seminario del bitualmente llamadas síntomas sinofenómenos,
16 de marzo 1976). El texto joyceano -desde la mientras que la perversión se manifiesta en ac-
epifanía hasta Finnegan's Wake- entraiía una tos perversos. La meta del psicoanálisis laca-
181
Sublimación
niano no es la remoción de los síntomas neuró- la cual la carne o función es tomada como ele-
ticos, puesto que cuando un síntoma neurótico mento significante" (E, 166). La intención de
desaparece por lo general Jo reemplaza otro. Lacan es que esta descrlpció11 st:a lomada lite-
Esto es lo que distingue al psicoanálisis de to- ralmente: "si el síntoma es una metáfora, no .es
das las otras formas de terapia. una metáfora decirlo" (S, 175).
Lacan sigue a Freud al afirmar que los sÚ!to- 4. En el GRAFO DEL DESEO, que aparece por
mas neuróticos son formacione§...del.i.nrn!l~i~U;.. primera vez en el seminario de 1957-8, el sínto-
te, y que siemp"C-e conSiliuyen una transacción ma es descrito como un mensaje. En 1961 Lil-\ .. -
éñiie dos deseos conllictivos. La originalidad de can dice que el s_fu!9ma l.'.S un mensaje enigmá- ·\ -)
Lacan reside en que entiende los síntomas neu- tico que el sajelo pi~.n!!a __Cl!!~-t<.s_J!.!] mensaje \\ .o---
róticos en términos lingüísticos: "~! sJn¡9_¡pa ."¡e opaCO-(¡iie\•íene de lo real, en lugar de reconG----,
resuelve enteramente en un análisis del lengua- cerio como propio (S8, 149).
je, porque el síntoma ·está en Sí mismo .~Struclu~ Desde 1962 en adelante se advierte en la
rada como un lenguaje" (E, 59). obra de Lacan una tendencia gradual a apartar-
En el curso de su obY.a, Lacan identifica el se de la concepción lingüística del síntoma y
síntoma con diferentes rasgos del lenguaje. acercarse a un enfoque que lo ve como puro
l. En 1953 dice que el síntoma es un SIGNI- goce que no puede ser interpretado. Este cam-
FICANTE (E, 59). Esto diferencia la conc-e¡JCiOn bio conceptual culmina en 1975 con Ja intro-
psicoaña!liica del síntoma respecto del enfoque ducción del ténnino SINTHOME.
médico, en cuanto este último no 19'.~ra
como un significante sino como uU~NDICE j~.
129; véase 52, 230). Una consecuehCiade tal SUBLIMACIÓN (SUBUMATION,
distinción es que, en lo que concierne a la teo- SUBUMATION)
ría psicoanalítica, ningún sínto_l!l.ª nel!rótico ri_e-_
ne un sentido universaT, pueSto que e5 el pro- En la obra de Freud, la sublimación es un
dueto de una hist<iria singular del SUjeio del g__Ue proceso en·el cual la libido es canalizada en ac-
se trata. A pesar de sus apilrenteS séiñeJari:ZaS, tividades aparentemente no-sexuales, ta!es co-
todcJITciS síntomas neuróticos s_g_q singular~. mo la creación artís!ica y el trabajo intelectual.
Otra consecuencia es que no hay ningún víncu- La sublimación funciona entonces como una
Jo fijo de "uno a uno" entre los síntomas neuró- válvula de escape socialmente aceptable para el
ticos y la estructura neurótica subyacente; nin- exceso de energía sexual que de otro modo se-
gún síntoma neurótico es en sí mismo histérico ria descargada en formas socialmente inacepta-
u obsesivo. Esto significa q1,1_e, !11.lentras que un bles (conducta perversa) o en síntomas neuróti-
médico puede llegar a un dia_gnóStíéo a parlir cos. La conclusión lógica de este modo de ver
de los . .sí11t9_m-aS-que· p~~e~~-3: e1 ~1ente, u~ _ es que la sublimaci?n completa significarla el
analista lacaniano no puede Oetenninar si un fin de toda perversión y de toda neur0sis. No
pacieiite neurótico eS histéricO--µ_:Qb§~iVO ba- obstante, muchos puntos quedan sin aclarar en
sándose exclusi".amentc en su_s sínto!.1!-ªª'- Por la descripción freudiana de la sublimación.
ejemplo, el analista no diagnosticaiáal pacien- Lacan retoma el concepto en su seminario
te como obsesivo sólo porque presente ~ínto- de 1959-60. Sigue a Freud al subrayar como
mas obsesivos típicos (acciones rituales, con- básico el reconocimiento social, puesto que
ducta compulsiva, etcétera). A la inversa, ese puede decirse que las pulsiones han sido subli-
analista puede muy bien atribuir una estructura madas en la medida en que se las ha desviado
obsesiva a un paciente que no presenta ninguno hacia objetos socialmente valorados (S?, 107).
de los síntomas típicos de la neurosis obsesiva. Es esta dimensión de los valores sociales com-
EI analista lacaniano sólo llega a un diagnóstico partidos lo que le permite a Lacan ligar el con-
de histeria o neurosis obsesiva identificando la cepto de sublimación con su examen de la ética
pregunta fundamental que anima la palabra del (véase S?, 144). Pero la descripción lacaniana
neurótico. de la sublimación también difiere de la de
2. En 1955, Lacan identifica el síntoma con Freud en algunos puntos.
la SIGNIRCACIÓN: "El síntoma es en sí mismo, 1. La descripción freudiana implica que es
de lado a lado, significación, es decir, verdad, posible !a sexualidad perversa como forma de
verdad que toma forma" (S2, 320). satisfacción directa de la pulsión, y que la su-
3. En 1957 el síntoma es descrito como una blimación sólo es necesaria porque esta fonna
METÁFORA: "siendo el síntoma una metáfora en directa está prohibida por la sociedad. Pero La-
182
Sugestión
can rechaza el concepto de un grado cero de sa- mientras el paciente se encontraba en estado
tisfacción (véase Ziiek, 1991, 83-4), sostenien- hipnótico, el médico le "sugería" que el sínto-
do que la perversión no es sencillamente un ma iba a desaparecer. Tomando esta indicación
medio natural bruto de descargar la libido, sino de los psiquiatras franceses Charco\ y Bem-
una relación altamente estructurada con las pul- heim, Freud comenzó a emplear la sugestión
siones que, en sí mismas, ya de antes, son fuer- para tratar a pacientes neuróticos en la década
zas lingüísticas y no biológicas. de 1880. Pero el método le resultó cada vez
2. Mientras que Freud creía que la sublima- más insatisfactorio, de modo que finalmente
ción completa era posible para algunas perso- abandonó la hipnosis y desarrolló el psicoanáli-
nas particularmente refinadas o cultas, Lacan sis. Las razones de esta insatisfacción de Freud
dice que "la sublimación completa no es posi- son por lo tanto fundamentales para compren-
ble para el individuo" (S7, 91). der la naturaleza específica del psicoanálisi~.
3. En la descripción de Freud, la sublima- Ahora bien, entrar en una discusión detallada
ción involucra la reorientación de la pulsión ha-
de esas razones va más allá del alcance de este
cia un objeto diferente (no sexual). Pero para artículo. Bástenos decir que en la obra ulterior
Lacan lo que cambia no es el objeto sino su de Freud el término "sugestión" llegó a repre-
posición en la estructura del fantasma. En otrassentar todo un conjunto de ideas que él asocia-
palabras, la sublimación no supone dirigir Ja ba con la hipnosis y que en consecuencia se
pulsión hacia un objeto diferente, sino cambiar oponen diametralmente al psicoanállsis.
la naturaleza del objeto al que la pulsión ya de Siguiendo a Freud, Lacan emplea la palabra
antes se dirigía, un "cambio del objeto en sf', "sugestión" para designar toda una gama de
algo que resulta posible porque la pulsión está desviaciones respecto del verdadero psicoanáli-
"ya de antes profundamente marcada por la ar- sis (desviaciones a las que Lacan también llama
ticulación del significante" ($7, 293). La cuali-"psicoterapia"), entre las cuales las siguientes
dad sublime de un objeto no se debe entonces a son tal vez las más destacadas.
alguna propiedad intrínseca del objeto mismo, l. La sugestión incluye la idea de dirigir al
sino que es simplemente un efecto de la posi- paciente hacia algún ideal o algún valor moral
ción del objeto en !a estructura simbólica del (véase ÉTICA). En oposición a esto, Lacan les
fantasma. Para ser más específicos, la sublima- recuerda a los analistas que su tarea es dirigir el
ción reubica un objeto en la posición de la co- tratamiento y no dirigir al paciente (E, 227).
SA. La fónnula lacaniana de la sublimación es Lacan se opone a cualquier concepción del psi-
entonces que "eleva un objeto [ ... ] a la digni-coanálisis como un proceso normativo de in-
dad de la Cosa" ($7, 112). fluencia social.
4. Lacan sigue a Freud al vincular la subli- 2. Hay también sugestión cuando la RESIS-
mación a la creatividad y el ARTE, pero compli- TENCIA del paciente es vista como algo que el
ca este enunciado al asociarla también con la analista tiene que liquidar. Esta idea es comple-
PULSIÓN DE MUERTE (S4, 431). Varias razones tamente extraña al psicoanálisis -dice Lacan-,
pueden aducirse como explicación. Primero, el puesto que el analista reconoce que en la es-
concepto de pulsión de muerte es en sí mismo tructura de la cura hay intrínseco un cierto resi-
visto como producto de la sublimación del pro- duo de resistencia.
pio Freud (S7, 212). Segundo, la pulsión de 3. En la sugestión, las interpretaciones de!
muerte no es sólo una "pulsión de destrucción", terapeuta se orientan en tomo a \a significación,
sino también "una voluntad de crear desde ce- mientras que el analista orienta sus interpreta-
ro" (S7, 212-13). Tercero, el objeto sublime, alciones en tomo al sentido y su correlato, el sin-
ser elevado a la dignidad de la Cosa, ejerce un sentido. Mientras que en la psicoterapia se trata
poder de fascinación que en última instancia de evitar la ambigüedad y los equívocos del
conduce a la muerte y la destrucción. discurso, precisamente con esta ambigüedad
prospera el psicoanálisis.
La sugestión tiene una estrecha relación con
SUGESTIÓN (SUGGESTION, la TRANSFERENCIA (E, 270). La transferencia su-
SUGGESTION) pone que el analizante le atribuye un saber al
analista; la sugestión es e! nombre de un modo
En la psiquiatría francesa del siglo XIX, la particular de respander a esa atribución. Dice
palabra "sugestión" designaba el empleo de la Lacan que el analista debe comprender que él
hipnosis para remover síntomas neuróticos; sólo ocupa la posición de alguien que el ana\i-
183
Sujeto
zante presume que sabe, y no engañarse cre- inconsciente. Dice Lacan que esta distinción
yendo que realmente posee el saber que se !e puede rastrearse en Frcud: "[Frcud] describió
atribuye. De este modo, el analista puede trans- Das !ch und das Es para mantener esta distin-
formar la transferencia en "un análisis de la su- ción fundamental entre el sujeto verdadero del
gestión" (E, 271). Por otro lado, hay sugestión inconsciente y el yo en tanto constituido en su
cuando el analista asume la posición de alguien núcleo por una serie de identificaciones alie-
que rea/mente sabe. nantes" (E, 128). Aunque la cura tiene efectos
Lo mismo que Freud, Lacan ve en la hipno- poderosos sobre et yo, el psicoanálisis opera
sis el modelo de la sugestión. En Psicología de primordialmente sobre el sujeto.
las masas y análisis del yo, Freud demuestra Lacan juega con los diversos sentidos de la
que el hipnotismo hace que e! objeto converja palabra "sujeto". En lingüística y lógica, el su-
con el ideal del yo (Freud, 1921). En térmlnos jeto de una proposición es aquello de lo que se
lacanianos, se puede decir que el hipnotismo predica algo (véase Lacan, 1967, 19), y tam-
supone la convergencia del yo y el objeto a. El bién es lo opuesto al "objeto". Los matices filo-
psicoanálisis involucra exactamente lo contra- sóficos de este último témllno le penniten a La-
rio, puesto que "lo fundamental de la operación can subrayar que su concepto del sujeto tiene
analítica es el mantenimiento de la distancia en- que ver con los aspectos del ser humano que no
tre el yo -la identificación- y el a" (S 11, 273). pueden (o no deben) objetivarse (reificarse, re-
ducirse a la condición de cosa), ni tampoco es-
tudiarse de modo "objetivo". "¿A qué llama-
SUJETO (SUJET, SUBJECn mos un sujeto? Muy precisamente, a lo que, en
el desarrollo de la objetivación, está fuera del
El ténnino "sujeto" está presente desde los 9_bjeto" (SI, 194).
primeros escritos psicoanalíticos de Lacan Las referencias al lenguaje pasan a dominar
(véase Lacan, 1_932), y a partir de 1945 ocupa el concepto lacaniano del sujeto a partir de me-
una posición central en su obra. Éste es un ras- diados de la década de 1950. Lacan distingue el
go lacaniano distintivo, puesto que la palabra sujeto del enunciado y el sujeto de la ENUNCIA-
no forma parte del vocabulario teórico de CIÓN, para demostrar que, puesto que el sujeto
Freud, sino que está más asociada con los dis- es esencialmente un ser hablante (parlitre), es-,
cursos filosófico, jurídico y lingüístico. tá necesariamente dividido, castrado, escindido·
En los ensayos de Lacan anteriores a la (véase ESCISIÓN). A principios de la década de.
guerra, el término "sujeto" parece equivaler a 1960 define el sujeto como lo que es represen-
"ser humano" (véase Ec, 75); también es utili- tado por un significante para otro significante;
zado para designar al analizante (Ec, 83). en otras palabras, el sujeto es Ul!__efec!Q _grjj~p- ¡
En 1945 Lacan distingue tres tipos de suje- guaje (Ec, 835). -~
tos. Primero, está el sujeto impersonal, indepen- Además de su lugar en lingüística y lógica,
diente del otro, el puro sujeto gramatical, el su- el ténnino "sujeto" tiene también acepcione5 fi-
jeto noético, el "se" de "se sabe que". Segundo, losóficas y jurídicas. En el discurso filosófico,
está el sujeto reciproco anónimo que es total- designa la autoconciencia individual, mientras
mente igual y ree1nplazab!e por cualquier otro, que en el discurso jurídico, en francés, "stUet"
y que se reconoce como equivalente al otro. significa también "súbdito", es decir, alguien
Tercero, está el sujeto personal, cuya singulari- sujeto al poder de otro, por ejemplo, al poder
dad se constituye mediante un acto de autoafir- del soberano. El hecho de que la palabra tenga
mación (Ec, 207-8). Lo que está en el foco de la estas dos acepciones ilustra perfectamente la te-
i) obra de Lacan es siempre el sujeto en esta terce- sis lacaniana sobre la detenninaclón de la con-
ra acepción, el sujeto en su singularidad. ciencia por el orden simbólico: "el sujeto es un
1 En 1953 Lacan establece una distinción en-
tre el sujeto y el Yo; esa distinción será una de
sujeto sólo en virtud de esta sujeción al campo
del Otro" (S2, 188). En el discurso jurídico, el
las fundamentales que sostiene en el resto de su ténruno también designa al soporte de la ac-
obra. Mientras que el yo forma parte del orden ción: el sujeto es quien puede ser considerado
imaginario, el sujeto es prute de! orden simbóli- responsable de sus ACTOS.
co. De modo que no equivale simplemente a la Las connotaciones filosóficas del término
sensación consciente de agencia, que es una son particularmente subrayadas por Lacan, que
mera ilusión producida por e\ yo, sino al in- lo vincula con la filosofía cartesiana del co-
consciente; el "sujeto" de Lacan es el sujeto del G!TO:
Sujeto supuesto saber
En el término sujeto[ ... ] yo no designo e! sus- pone que sabe existe en algún lado, hay transfe-
trato vivo que necesita este fenómeno del sujeto, ni rencia" (SI l, 232). Esta definición subraya que
ningún tipo de sustancia, ni ningún ser que posea sa- es la suposición por el analizante de un sujeto
ber en su pathos [ ... ]ni siquiera algún \ogos encar- que sabe lo que inicia el proceso analítico, y no
nado, sinD al sujeto canesiano, que aparece en el mo-
mento en que se reconoce la duda como certidumbre. el saber que tiene realmente el analista.
(Sl 1, 126) La frase "sujeto supuesto saber" no designa
al analista mismo, sino una función que el ana-
El símbolo del sujeto, la letra S, se nombra lista puede llegar a encamar en la cura. Sólo
en francés con una voz homófona al Es freudia- cuando el analista es percibido por el analizan te
no (véase ELLO); según l.acan, este hecho ilus- como encarnando esta función puede decirse
tra que el verdadero sujeto es el sujeto del in- que se ha establecido la transferencia (S 11,
consciente. En 1957 Lacan tacha esa letra, para 233). En este caso, ¿qué tipo de saber se presu-
producir el símbolo SI, el "sujeto barrado", con me que tiene el analista? "Se supone que sabe
lo cual indica que el sujeto está esencialmente aquello de lo cual nadie puede huir, en cuanto
dividido. él lo formula: muy sencHlamente, la significa-
ción" (Sil, 253). En otras palabras, se suele
pensar que el analista sabe el sentido secreto de
SUJETO SUPUESTO SABER las palabras del analizante, las significaciones
(SUJf<.'T SUPPOSÉ SA VOIR, que desconoce la persona misma que habla. Só-
SUBJECT SUPPOSED TO KNOW) lo esta suposición (la suposición de que el ana-
lista es alguien que sabe) determina que detalles
La expresión su.jet supposé savoir (que a de otro modo insignificantes (gestos fortuitos,
menudo se abrevia S.s.S.) es difícil de traducir observaciones ambiguas) adquieran retroactiva-
al inglés. Sheridan la vierte como "subject sup- mente un sentido especial para el paciente que
posed to know", y ésta es la forma adoptada en "supone".
la mayoría de las obras en illglés sobre Lacan. Pllede ocurrir que el paciente suponga que
No obstante, Schneiderman propone la traduc- el analista es un sujeto que sabe desde e! primer
ción alternativa "supposed subject of know/ed- momento de la cura, o incluso desde antes, pe-
ge" (supuesto sujeto del saber), pues sostiene ro a menudo la transferencia tarda algún tiempo
que lo supuesto es el sujeto, y no el saber (Sch- en establecerse. En tal caso, "cuando el sujeto
neiderman, 1980, vii).l entra en análisis, está lejos de asignar al analis-
La frase es introducida por Lacan en 1961, ta este lugar [el de sujeto supuesto saber]"
para designar la ilusión de autoconciencia (en ale- (SI l, 233); es posible que al principio el anali-
mán Selbstbewusstsein) transparente para sí mis- zante vea al analista como un bufón, o que re-
ma en su acto de saber (véase CONCIENCIA). Esta tenga información para mantener al analista en
llusión, que se genera en el estadio del espejo, es !a ignorancia (SI 1, 133). Sin embargo, "incluso
cuestionada por el psicoanálisis. El psicoanálisis al analista cuestionado se le atribuye en algún
demuestra que el SABF.R no puede ubicarse en nin- momento una cierta infalibilidad" (S 11, 234);
gún sujeto particular, sino que es de hecho inter- antes o después, algún gesto fortuito del analis-
subjetivo (Lacan, 1961-2, seminario del 15 de no- ta es tomado por el analizante como signo de
viembre de 1961). alguna intención secreta, de algún saber oculto.
En 1964 Lacan retoma la expresión al defi- En ese punto, el analista ha pasado a encarnar
nir la TRA-'llSFERENCIA como la atribución de sa- al sujeto supuesto saber; se ha establecido la
ber a un sujeto: "En cuanto el sujeto que se su- transferencia. El fin de análisis llega cuando el
analizante deja de suponerle saber al analista,
de modo que éste cae de la posición de sujeto
supuesto saber.
l. Quienes companen el punto de vista de Schnci- La frase "sujeto supuesto saber" también
derman 'ue!en emplear en castellano la expresión "suje- subraya el hecho de que lo que constituye la
to supuesto a! saber". En realidad, la frase acuñada "su-
posición singular del analista es una relación
jeto supuesto saber'', lo mismo que otros términos
técnicos, no es una traducción sino una transcripción li-
particular con el saber; el analista advierte que
teral. Esta constrocción es normal en francés. pero en hay una escisión entre él y el saber que se le
castellano resulta anómala. La traducción correcta en atribuye. En otras palabras, el analista debe
castellano de esa e~presión, en sí misma correcta en comprender que él sólo ocupa la posición de al-
franoés, es "sujeto que se supone que sabe"' [T.] guien en quien el analizante presume un saber;
185
superyó
no debe engañarse y creer que realmente posee sulta de la identificación edípica con el padre,
el saber que se le atribuye. El analista debe pero también se remite a la tesis de Melanie
comprender que, del saher qoe le atribuye el Klein sobre los orígenes matemos de una fonna
anallzante, él no sabe nada (tacan, 1967, 20). arcaica de superyó (tacan, 1938, 59-60) ..
Sin embargo, el hecho de que el sustento prin- Cuando tacan vuelve al tema en su semi-
cipal del proceso analítico sea un saber supues- nario de 1953-4, ubica el superyó en el orden
to, y no el saber que realmente tiene el analista, simbólico, en tanto opuesto al orden imagina-
no significa que éste pueda contentarse con no rio del yo: "el superyó está esencialmente si-
saber nada; por el contrario, dice Lacan que los tuado dentro del plano simbólico de la palabra"
analistas tienen que emular a Freud y convertir- (SI, 102). El superyó tiene una estrecha rela-
se en expertos en cuestiones culturales, litera- ción con la ley, pero esta relación es paradóji-
rias y lingüísticas. ca. Por un lado, la ley como tal es una estructu-
tacan observa que, para el analista, el ana- ra simbólica que regula la subjetividad, y en
lizante también es un sujeto supuesto saber. este sentido impide la desintegración. Por otra
Cuando el analista le explica la regla funda- parte, la ley del superyó tiene un carácter "in-
mental de !a asociación libre, en realidad le es- sensato, ciego, de pura imperatividad y simple
tá diciendo: "Vamos, dígalo todo, todo será tiranía" (S 1. 102). De modo que "el superyó es
maravilloso" (Sl7, 59). En otras palabras, el a la vez y al mismo tiempo !a ley y so destruc-
analista le dice al ana\izante que se comporte ción" (SI, 102). El superyó surge de una mala
como si supiera de qué se trata, con lo cual lo comprensión de la ley, de las brechas en la ca-
instituye como sujeto supuesto saber. dena simbólica, y llena estas brechas con un
sustituto imaginario que distorsiona la ley (véa-
se E, 143; cf. las observaciones casi idénticas
SUPERYÓ (SURMOJ, SUPEREGO) de Lacan sobre la censura: "la censura está
siempre relacionada con lo que, en el discurso,
El ténnino "superyó" no aparece hasta muy se vincula a la ley en cuanto ésta no es entendi-
tarde en la obra de Freud, introducido en El yo da", S2, 127).
y el ello (Freud, 1923b). En ese texto Freud Más específicamente, en ténninos lingüísti-
presentó su denominado "modelo estructural", cos, "el superyó es un imperativo" (SI, 102).
en el cual la psique aparece dividida en tres ins- En 1962 Lacan sostiene que este imperativo no
tancias: el YO. el ELLO y el superyó. No obstan- es otro que el imperativo categórico kantiano.
te, el concepto de instancia moral que juzga y El imperativo específico del que se trata es el
censura al yo puede encontrarse en la obra de mandato "¡Goza!"; el superyó es el Otro en
Freud mucho antes de que localizara estas fun- cuanto el Otro le ordena al sujeto gozar. El su-
ciones en el superyó·. por ejemplo, en su con- peryó es entonces la expresión de la voluntad
cepto de censura. de goce, que no es la propia voluntad del sujeto
El primer examen del superyó realizado por sino la voluntad del Otro, quien asume la forma
Lacan aparece en su artículo sobre la familia del "Supremo Ser-en-el-Mal" de Sade (Ec,
(Lacan, 1938). AUí diferencia claramente el su- 773). El superyó es una "figura obscena, feroz"
peryó del IDEAL DEL YO, ténninos que Freud pa- (E, 256), que impone una "moral insensata,
rece utilizar de modo intercambiable en El yo y destructiva, puramente. opresiva, casi siempre
el ello. Dice Lacan que la función primaria del antilega!" al sujeto neurótico (SI, 102). El su-
superyó es reprimir el deseo sexual dirigido a la peryó está relacionado con la voz, y por lo tan-
madre en Ja resolución del complejo de Edipo. to con la pulsión invocatoria y con el SADISMO/
Siguiendo a Freud, sostiene que el superyó re- MASOQUISMO.
186
T
mas del primer año de su seminario público do) ha sido el empleo por Lacan de las sesio-
11953-4). En el cuarto año del seminario, titu- nes de duración variable (en francés, séunces
i'ado "La relación de objeto" (Lacan, 1956-7), scandées), que la Internatíonal Psycho-Analy-
Lacan no discute la escuela británica de la teo- tical Association (IPA) consideró causa sufi-
ría de las relaciones objetales (Balint, Fair- ciente para no aceptarlo como miembro. No
bairn, Guntrip, etcétera), sino Ja escuela fran- obstante, centrarse exclusivamente en esta
cesa (Maurice Bouvet). práctica particular supone pasar por alto otras
interesantes dimensiones clínicas de !a teoría
del tiempo lógico, como por ejemplo el modo
TIEMPO (TEMPS, TIME) en que el concepto lacaniano de "el tiempo pa-
ra comprender" puede arrojar !uz sobre la con-
Uno de los rasgos más distintivos del psi- cepción freudiana de la elaboración. (Véase
coanálisis lacaniano es su enfoque de la Forrester, 1990, cap. 8.)
cuestión del tiempo. En términos amplios, el El concepto lacaniano de tiempo lógico an-
abordaje de Lacan se caracteriza por dos im- ticipa !as incursiones de Lacan en la lingüística
portantes innovaciones: el concepto del tiempo saussureana, que se basa en la distinción entre
lógico, y el énfasis en la retroacción y en la an- los aspectos diacrónico (temporal) y sincrónico
ticipación. (atemporal) del lenguaje. De allí la creciente
importancia que, a partir de la década de 1950,
Tiempo lógico le asigna Lacan a las ESTRUCTURAS sincrónicas
o intemporales, más bien que a las "fases" evo-
En su artículo titulado "El tiempo lógico" lutivas. De modo que cuando Lacan emplea la
( 1945), Lacan quita base a las pretensiones de palabra "tiempo" habirualmente hay que enten-
intemporalidad y eternidad de la lógica, al de- derla como una estructura, un estado sincróni-
mostrar que ciertos cálculos lógicos incluyen co relati.vamente estable, y no como un mo-
una inevitable referencia al tiempo. No obstan- mento fugaz diacrónico. De modo análogo,
te, el tipo de temporalidad involucrada no es cuando habla de "los tres tiempos del complejo
especificable con referencia al reloj, sino en sí de Edipo" el ordenamiento se basa en priorida-
misma producto de ciertas articulaciones lógi- des lógicas, y no en una secuencia cronológica.
cas. Esta distinción entre el tiempo lógico y el El cambio no es visto como un movimiento
tiempo cronológico apuntala toda la teoria de gradual o suave a lo largo de un continuum, si-
la temporalidad de Lacan. no como el abrupto pasaje de una estructura
El hecho de que el tiempo lógico no sea discreta a otra.
objetivo no significa que se trata simplemente El énfasis de Lacan en las estructuras sin-
de un sentimiento subjetivo; por el contrario, crónicas o intemporales puede verse como un
tal como lo indica el adjetivo "lógico", es una intento de explorar el enunciado de Freud so-
estructura dialéctica precisa que puede formu- bre la no-existencia del tiempo en el Incons-
larse con rigor en ténninos matemáticos. En el ciente. No obstante, Lacan modifica esta con-
artículo de 1945, Lacan dice que el tiempo ló- cepción con su propuesta de 1964 en el sentido
gico tiene una estructura tripartita, cuyos tres de que e! inconsciente sea caracterizado en los
momentos son: 1) el instante de la mirada; 2) ténninos de un movimiento temporal de aper-
el tiempo para comprender; 3) el momento de tura y cierre (S 11, 143, 204).
concluir. Por medio de un sofisma (el proble- '
ma de los tres presos), Lacan muestra que esos Retroacción y anticipación
tres momentos no están construidos en térmi-
nos de unidades cronométricas objetivas, sino Otras formas de psicoanálisis, como la psi-
como una lógica intersubjetiva basada en una cología del yo, se basan en una concepción li-
tensión entre aguardar y precipitarse, entre la neal del tiempo (como se advierte, por ejem-
vacilación y la urgencia. El tiempo lógico es plo, en el énfasis en una secuencia lineal de
entonces "el tiempo intersubjetiva que estruc- fases del desarrollo que el niño atravies·<1 natu-
tura la acción humana" (E, 75). ralmente; véase DESARROLLO). Pero Lacan
La idea lacaniana del tiempo lógico no sólo abandona por completo esa concepción lineal
es un ejercicio de lógica; tiene también conse- del tiempo, puesto que en la psique el tiempo
cuencias prácticas para la cura. La más célebre puede actuar igualmente en sentido inverso,
de estas consecuencias (históricamente hablan- por retroacción y anticipación.
188
Topología
can, l973b). Subraya que la topología privile- las figuras topológicas, véase Granon-Lafont
gia la función del cone, puesto que el corte es (1985).
lo que distingue una transformación discouli-
nua de una transformación continua. Ambos ti-
pos de transformación desempeñan un papel en TORO (TORE, TORUS)
la cura. Como ejemplo de transformación con-
tinua, Lacan menciona la BANDA DE MüEBlUS; El toro es una de las figuras que Lacan ana-
así como uno pasa de un lado al otro al seguir liza en su estudio de la TOPOLOGIA. En su forma
la banda sin interrupciones, 1ambién el sujeto más simple, es un anillo, un objeto tridimensio-
puede atravesar el fantasma sin dar un salto rrú- nal que se obtiene tomando un cilindro y unien-
tico desde adentro hacia afuera. Como ejemplo do sus dos extremos (figura 19).
de transformación discontinua, Lacan también La primera referencia de Lacan al toro data
se remite a la banda de Moebius, la cual, cuan- de 1953 (véase Ec, 105), pero sólo comienza a
do se realiza un corte longitudinal por el medio figurar de modo prominente en su obra a partir
se convierte en un solo anillo con propiedades del abordaje de la topología en la década de
topológicas muy diferentes; tiene dos lados en 1970. La topología del toro ilustra ciertos ras-
lugar de uno. Así como el corte opera una gos de la estructura del sujeto.
transformación discontinua en la banda de Una característica importante del toro es
Mocbius, también una interpretación eficaz del que su centro de gravedad cae fuera de su volu-
analista modifica la estructura del discurso del men, así como el centro del sujeto está fuera de
analizante de un modo radical. él; el sujeto está descentrado, es excéntrico.
Mientras que el ESQUEMA L y los otros es- Otra propiedad del toro es que "su exterio-
quemas producidos en la década de 1950 pue- ridad periférica y su exterioridad central consti-
den verse como la primera incursión de Lacan tuyen una región única" (E, 105). Esto ilustra el
en la topología, las formas topológicas sólo ad- modo en que el pslcoanálisis problematiza ta
quieren prominencia ·cuando, en la década de distinción entre el "adentro" y el "afuera" (véa-
1960, él dirige su atención hacia las figuras del se EXTIMIDAD).
TORO, la banda de Moebius, la botella de Klein
y el cross-cap (véase Lacan, 1961-2).
Más tarde, en la década de 1970, Lacan TRANSFERENCIA (TRANSFERT,
aborda et ámbito más complejo de la teoría de TRANSFERENCE)
los nudos, especialmente el NUDO BORROMEO.
Para una introducción al empleo por Lacan de El término "transferencia" aparece primero
.·., ...
·: ·.: .:. ':. .,:. :,-,~.\\"::7: ·. -~ ;'.'.:.,:.~.; ": .';',':~·.:·.:· .
Figura 19. El toro
'90
Transferencia
en la obra de Freud como un nombre más del sino en la estructura de una relación intersubje-
desplazamiento del afecto desde una idea a otra tiva. Esta definición estructural de la transfe-
(véase Freud, l900a, SE V, 562), pero más rencia permanece como tema constante en el
adelante pasa a referirse a la relación del pa- resto de la obra de Lacan; él sistemáticamente
ciente con el analista a medida que se desarro- sitúa la esencia de la transferencia en lo simbó-
lla en la cura. Esta acepción se convierte pronto lico y no en lo imaginario, aunque está claro
en el significado central de la palabra, y es el que tiene poderosos efectos imaginarios. Más
sentido que habitualmente se le atribuye en la ádelante Lacan observará que, si bien la trans·
teoría psicoanalítica actual. ferencia suele manifestarse con la apariencia de
El empleo de un término especial para de- amor, primero y principalmente se trata de
signar la relación del paciente con el analista se amor al saber.
justifica por el carácter peculiar de dicha rela- Lacan vuelve al tema en su seminario de
ción. En un principio, Freud se sintió impresio- 1953-4. En esa oportunidad no recurre a tér-
nado por la intensidad de las reacciones afecti- minos tomados de la dialéctica hegeliana, sino
vas de la paciente-médico, en el tratamiento de de la antropología del intercambio (Mauss,
Anna O. por Breuer en 1882; a su juicio, la pa- Lévi-Strauss). La transferencia está implícita
ciente transfería al médico ideas inconscientes en el hábito de habla, el cual supone un inter-
(Freud, l895b). Al desarrollar el método psi- cambio de signos que transforman al emisor y
coanalítico, primero consideró que la transfe- al oyente:
rencia era exclusivamente una RESISTE..'ICIA que
impedía la rememoración de recuerdos reprimi- En su esencia, la transferencia eficaz que esta-
dos, un obstáculo al tratamiento que era necesa- mos considerando es sencillamente e! acto de habla.
rio "destruir" (Freud, J905e, SE VII, 116). Pero Cada vez que un hombre le habla a otro de un modo
auténtico y pleno hay, en el verdadero sentido, trans-
gradualmente modificó este modo de ver, lle- ferencia, transferencia simbólica -algo que tiene lu-
gando a concebir la transferencia también como gar y que cambia la naturaleza de los dos seres pre·
un factor positivo que ayuda al progreso de la sentcs.
cura. El valor positivo de la transferencia reside (Sl, 109)
en el hecho de que proporciona un modo de
confrontar la historia del analizante en la inme- En el seminario del año siguiente continúa
diatez de la relación presente con el analista; en elaborando la naturaleza simbólica de la trans-
el modo de relacionarse con el analista, el ana- ferencia, que identifica con la compulsión a re-
lizante inevitablemente repite relaciones ante- petir, la insistencia de los determinantes simbó-
riores con otras figuras, especialmente las de licos del sujeto (S2, 210-11). Este aspecto de la
los progenitores. Es!a naturaleza paradójica de transferencia debe distinguirse del imaginario,
la transferencia, que al mismo tiempo obstacu- que es el de las reacciones afectivas de amor y
liza la cura y la impulsa hacia adelante, quizá agresividad. Con esta distinción entre los as-
contribuya a ex.plicar que en la teoría psicoana- pectos simbólicos e imaginarios de la transfe-
lítica actual haya tantas concepciones diferentes rencia Lacan proporciona un modo útil de en-
y opuestas al respecto. tender la función paradójica de este fenómeno
El pensamiento de Lacan sobre la transfe- en la cura psicoanalítica. En su aspecto simbó-
rencia atravesó varias etapas. El primer aborda- lico (REPETICIÓN) contribuye al progreso de la
je detallado del tema es "Intervención sobre la cura al revelar los significantes de la historia
transferencia" (Lacan, 1951), en el cual descri- del sujeto, mientras que su aspecto imaginario
be la transferencia en términos dialécticos to- (amor y odio) actúa como resistencia (véase S4,
mados de Hegel. Critica a la psicología del yo 135; S8, 204).
por definirla en términos de AFECTO: "La trans- Lacan retoma la cuestión en el octavo año
ferencia no se refiere a ninguna propiedad o de su seminario (Lacan, 1960-l), titulado senci-
afecto misteriosos, e incluso cuando se revela llamente ''La transferencia". Allí utiliza El ban-
bajo la apariencia de la emoción, sólo adquiere quete de Platón para ilustrar la relación entre el
sentido en virtud del momento dialéctico en el analizante y el analista. Alcibíades compara a
cual se produce" (Ec, 225). Sócrates con una caja sin adornos que encierra
En otras palabras, Lacan dice que, aunque un objeto precioso (en griego, ágalma); así co-
la transferencia a menudo se manifiesta en for- mo Alcibíades le atribuye a Sócrates un tesoro
ma de afectos particularmente fuertes, como el oculto, el analizante ve en el analista su objeto
AMOR y el odio, no consiste en tales emociones, de deseo (véase OBJETO a).
191
Transferencia
en cualquier otra interpretación, el analista debe las de la transferencia positiva'', sobre la base
utilizar todo su arte para decidir si y cuándo ha que mantiene la dirección de la cura).
de interpretar, y sobre todo tiene que evitar que Aunque Lacan habla ocasionalmente de
lo que dice sirva exclusivamente a la interpreta- CONTRAlRANSFERENCIA, por lo general prefiere
ción de la transferencia. También debe saber no emplear este ténnino.
qué es exactamente lo que busca con esa inter-
pretación: no rectificar la relación del paciente
con la realidad, sino mantener el diálogo analí- TRANSITIVISMO (TRANSITIVISME,
tico. "¿Qué significa interpretar la transferen- TRA.NSITIVISM)
cia? No otra cosa que llenar el vacío de este
atolladero con un señuelo. Pero si bien puede El transitivismo, un fenómeno descubierto
ser engañoso, este señuelo cumple un propósito por Charlotte Bühler (véase E, 5), designa un
al volver a poner en marcha todo el proceso" tipo especial de IDENTIFICACIÓN observada a
(Ec, 225). menudo en la conducta de los niños pequeños.
Al describir la transferencia como "positi- Por ejemplo, un niño puede pegarle a otro de
va" o "negativa'', Lacan adopta dos. enfoques la misma edad en el lado izquierdo de la cara,
diferentes. Siguiendo a Freud, emplea a veces y a continuación tocarse el lado derecho de su
estos adjetivos para designar la naturaleza de propio rostro y gritar por un dolor imaginado.
los afectos; la "transferencia positiva" es en es- Para Lacan, el transitivismo ilustra la conjun-
te sentido el afecto amoroso, y la "transferencia ción del yo y el otro, inherente a la identifica-
negativa'', el afecto agresivo (Ec, 222). Pero a ción imaginaria. La INVERSIÓN (entre izquierda
veces Lacan toma los ténninos "positivo" y y derecha) es una prueba adicional de la fun-
"negativo" para referirse a los efectos favora- ción especular.
bles o desfavorables de la transferencia sobre la El transitivismo es también evidente en la
cura (véase E, 271, donde Lacan dice que cuan- paranoia, en la cual el ataque y el contraataque
do la resistencia del analizante se opone a la su- aparecen ligados "en una equivalencia ii.bsolu-
gestión, esa resistencia debe "ubicarse en las fi- ta" {Lacan, 195lb, 16).
V
debe sacar a luz y descanar para descubrir la tífico" (sigue este caso la indicación de Bcnt-
verdad; por el contrario, el analista tiene que to- ham, véase S7, 12). De modo que para Lacan
marlas en cuenta (véase SEMBLANTE). "ficción" corresponde al término freudiano
Konvention, convención (véase Sil, 163}, y
La verdad, el error y los actos fallidos tiene más en común con la verdad que con la
falsedad. Por cierto Lacan dice que la verdad
El psicoanálisis ha demostrado que la ver- está estructurada como una ficción (E, 306; Ec,
dad sobre el deseo es a menudo revelada por 808).
actos fallidos (parapraxias; véase ACTO). Las
complejas relaciones que existen entre la ver- La verdad y lo REAL
dad, los actos fallidos, el error y el engaño son
evocadas por Lacan en una frase típicamente La oposición que Lacan traza entre la ver-
elusiva, cuando él describe "la estructuración dad y lo real data de sus escritos anteriores a la
de la palabra en busca de la verdad" como guerra (por ejemplo, Ec, 75), y es retomada en
"error que emprende la fuga en el engaño y es diversos momentos: "Estamos acostumbrados
recapturado por el acto fallido" (SI, 273). a lo real. Reprimimos verdad" (E, 169). No
obstante, Lacan sei'La\a también que la verdad
La verdad y la ficción es similar a lo real; es imposible articular la
verdad total, y "precisamente debido a esta im-
Lacan no emplea la palabra "ficción" en el posibilidad, la verdad aspira a lo real" (Lacan,
sentido de "falsedad" sino de ''constructo cien- I973a, 83).
y
Las citas o menciones de los Escritos hacen referencia a la edición original francesa
(Écrits, Pruis, Seuil, 1966) o a su traducción (parcial) al inglés (Écrits: A Selection, trad. de
Alan Sheridan, Londres, Tavistock, 1977). La inicial "Ec" remite a la versión francesa, y la
inicial "E", a la versión en inglés.
La tabla siguiente indica las páginas correspondientes en una u otra edición a los textos
citados, que aquf se registran con sus títulos en castellano. A partir de las páginas indicadas
en las remisiones, esta tabla permite identificar el Escrito del que se trata en cada caso.
Páginas de la edición
en inglés (E)
1-7 "El estadio del espejo como formador de la función del yo .. " (1949)
8-29 "La agresividad en psicoanálisis" (1948)
30-113 "Función y campo de la palabra y el lenguaje en psicoanálisis" (1953a)
114-145 "La cosa freudiana ... " (1955c)
146-178 "La instancia de la letra ... " (1957b)
179-225 "De una cuestión preliminar a todo tratamiento posible de la psicosis" (l 957-8b)
226-280 "La dirección de la cura ... " (1958a)
281-291 "La significación del falo" ( 1958c)
292-325 "Subversión del sujeto y dialéctica del deseo ... " (1960a)
Páginas de la edición
francesa (Ec)
Para evitar los anacronismos creados por el sistema de referencia de Harvard, las obras de
Jacques Lacan son enumeradas por fecha de redacción. Las obras de otros autores aparecen
según la fecha de su primera publicación.
Los números de tomo y página de las referencias a las obras de Freud corresponden a
The Standard Edition ofthe Complete Psychological Works aj Sigmund Freud, compilación
de James Strachcy, 24 volúmenes, Londres, Hogarth Press y el Institute of Psycho-Analysis.
A estas obras completas corresponde la abreviatura SE. Las letras agregadas a las fechas de
las obras de Freud provienen de la bibliografía incluida en el tomo XXIV de la Standard
Edition.
Para una bibliografía más completa de las obras de Lacan, remitimos al lector a Dor
(1983).
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