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DONALD JOSÉ DIX PONNEFZ

Magistrado ponente

SL5020-2019
Radicación n.° 62659
Acta 39

Bogotá, D. C., seis (6) de noviembre de dos mil


diecinueve (2019).

La Sala decide los recursos de casación interpuestos


por LUIS ALFONSO BELTRÁN MURCIA y ESMERALDAS Y
MINAS DE COLOMBIA – ESMERACOL S.A., contra la
sentencia proferida por la Sala Laboral del Tribunal
Superior del Distrito Judicial de Bogotá D.C., el 28 de
febrero de 2013, en el proceso que instauró el primero
contra la sociedad recurrente.

I. ANTECEDENTES

Luis Alfonso Beltrán Murcia llamó a juicio a la


sociedad accionada, a fin de que se declarara que entre las
partes existió un vínculo laboral a término indefinido
originado en la ‹‹desnaturalización de los contratos de
prestación de servicios suscritos››; cuyo extremo inicial fue el
1 de marzo de 1993 o ‹‹subsidiariamente, desde el día que se

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demuestre en la etapa procesal correspondiente, y el 18-12-


2009, inclusive, como extremo final››.

Como consecuencia de lo anterior, solicitó que se


condenara al pago de la ‹‹indemnización por terminación sin
justa y legal causa››, las cesantías y sus intereses, las
vacaciones, las primas y el recargo por trabajo nocturno en
dominicales y festivos, la indemnización moratoria del
artículo 65 del CST, la sanción por no consignación de
cesantías consagrada en el artículo 99.3 de la Ley 50 de
1990; la indemnización por no pago de las cotizaciones al
Sistema General de Seguridad Social, subsidiariamente que
se cancele a las entidades pertinentes, lo adeudado por
aquel concepto, los perjuicios morales por el
‹‹cercenamiento›› de todos sus derechos prestacionales al
‹‹ocultarse la verdadera relación laboral bajo el disfraz de
simples contratos de prestación de servicios››, lo extra y ultra
petita; intereses e indexación y las costas procesales.

Como fundamento de sus pedimentos, señaló que


celebró varios contratos de prestación de servicios médicos
que se desarrollaron desde el 2001 a 2008, con unos
honorarios que fluctuaron entre $3.600.000 y $12.000.000,
cancelados de forma periódica y uniforme, no obstante que
su remuneración final fue de $18.000.000 y que su último
vínculo se extendió desde el 1 de junio al 30 de noviembre
de 2009, que ejerció sus labores sin ‹‹interrupción›› en la
oficina y en el horario establecido por la accionada (f.° 128 a
134; 138 a 142).

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Esmeraldas y Minas de Colombia – Esmeracol S.A., al


contestar, se opuso a las pretensiones incoadas y enfatizó
que la relación que ató a las partes fue mediante contratos
de prestación de servicios médicos; negó todos los hechos,
pero aclaró que el demandante solo suscribió un contrato
laboral que inició el 18 de marzo de 1991, que finalizó por
renuncia, del 1 de octubre de 1992 y fue liquidado por la
empresa, el 10 de noviembre del mismo año; agregó que
Luis Alfonso Beltrán Murcia ejerció como médico en la
operadora de Cozcuez; que no se mantuvo dicho acuerdo
laboral, pues mediante la Circular 03 del 18 de julio de
1980, no se permitía que las personas con vinculaciones de
esta naturaleza ‹‹tuvieran relaciones comerciales o
societarias con la entidad››; que fungió como ‹‹socio plantero››.

En su defensa propuso las excepciones de inexistencia


de la relación laboral; prescripción de las pretensiones;
inexistencia de la obligación; carencia de causa; cobro de lo
no debido; y, falta de legitimación en la causa por pasiva (f.°
152 a 169).

II. SENTENCIA DE PRIMERA INSTANCIA

El Juzgado Trece Laboral del Circuito de Bogotá D.C.,


en fallo del 22 de enero de 2013 (f.° 283, 284 CD), absolvió
a la accionada de todas las pretensiones e impuso costas al
demandante.

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III. SENTENCIA DE SEGUNDA INSTANCIA

La Sala Laboral del Tribunal Superior del Distrito


Judicial de Bogotá D.C., al conocer de la alzada del
demandante, en decisión del 28 de febrero de 2013 (f.° CD
293, 294 a 296), resolvió:

PRIMERO: REVOCAR la sentencia recurrida para en su lugar


declarar la existencia de una relación laboral entre el señor LUIS
ALFONSO BELTRÁN MURCIA Y ESMERALDAS Y MINAS DE
COLOMBIA ESMERACOL S.A. vigente entre el periodo
comprendido entre el 3 de septiembre de 2003 y el 30 de
noviembre de 2009 conforme a lo ya señalado.

SEGUNDO: CONDENAR a la demandada ESMERALDAS Y


MINAS DE COLOMBIA ESMERACOL S.A. a pagar a favor del
señor Luis Alfonso Beltrán Murcia las siguientes sumas de
dinero:
a. La suma de $10’743.333,33 por concepto cesantías.
b. La suma de $116.416,67 por concepto de intereses a las
cesantías
c. La suma de $1’058.333,33 por concepto de prima de
servicios
d. La suma de $1’500.000 por el periodo comprendido entre el 3
de septiembre de 2008 y el 2 de septiembre de 2009; y por la
suma de $366.666,67 desde el 3 de septiembre de 2009 hasta
el 30 de noviembre de 2009 por concepto de vacaciones.
e. La suma de $100’666.667,67 por concepto de sanción por no
consignación de cesantías consagrada en la Ley 50 de 1990.
f. El pago de aportes a la seguridad social por los tiempos en los
cuales se declaró la existencia de la relación laboral, es decir,
desde el 3 de septiembre de 2003 hasta el 30 de noviembre de
2009 y conforme a la liquidación que efectúen las
correspondientes administradoras de pensiones y prestadoras
de salud.
g. El pago de los intereses moratorios a la tasa máxima de
crédito de libre inversión certificada por la Superintendencia
Financiera, hasta cuando el pago de lo adeudado se verifique
efectivamente, intereses que se calcularán sobre las sumas
debidas por conceptos de salarios y prestaciones en dinero.

TERCERO: DECLARAR parcialmente probada la excepción de


prescripción y declarar no probadas las demás excepciones
propuestas por la demandada conforme a lo dicho.

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CUARTO: DECLARAR no probadas las demás excepciones


propuestas por la demandada.

QUINTO: REVOCAR la condena en COSTAS impuesta en


primera instancia al señor LUIS ALFONSO BELTRÁN MURCIA,
para en su lugar condenar en costas en esta instancia a las
demandadas ESMERALDAS Y MINAS DE COLOMBIA
ESMERACOL S.A.

SEXTO: ABSOLVER en lo demás por las razones expuestas en


el presente proveído.

Y aclarar que el pago de los aportes a la seguridad social en


cuanto a pensiones y salud son en la proporción que a cada uno
le corresponde según la ley.

SÉPTIMO: No imponer costas en esta instancia.

En lo que interesa al recurso extraordinario, estimó


que el problema jurídico se centraba en establecer ‹‹si existe
o no contrato de trabajo, aplicando el principio de contrato
realidad entre las partes y como consecuencia de ello,
verificar la procedencia de las condenas reclamadas por el
demandante››.

Aludió a los elementos esenciales del contrato de


trabajo previstos en el artículo 23 del CST, modificado por
el art. 1 de la Ley 50 de 1990 y enunció las pruebas así:

- Contrato de prestación de servicios suscrito entre el señor


Luis Alfonso Beltrán Murcia y la empresa demandada desde
el 30 de mayo de 2001 hasta el 30 de marzo del 2009.
- Copia del libro donde se lleva el registro de los días que
tenían como compensatorios en los años 2001 al 2006.
- Copia de la planilla de control de asistencia que llevaba la
empresa por los años 2004 a 2006.
- Solicitud elevada por el actor a la gerente general de la
empresa donde pedía elementos para el departamento
médico.
- Copia del contrato a término indefinido suscrito el 15 de
marzo del 91 y con fecha de iniciación de labores el 18 de
marzo de ese mismo año.
- Copia de la carta de renuncia presentada por el actor con
fecha del 14 de octubre de 1992.

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- Relación de estado de contratos de servicios del actor desde


abril de 2001 y noviembre de 2009.
- Copia de los comprobantes de egreso expedidos por
ESMERACOL S.A.
- Contrato de prestación de servicios suscrito entre el 1º de
abril de 2009 y el 30 de noviembre de 2009 entre las partes.
- Planilla de pago de autoliquidación y aportes a salud a
Cafesalud EPS de trabajadores dependientes.
- Circular Número 3 del 18 de julio de 1980, donde prohíben a
los trabajadores de ESMERACOL S.A. que tenían contrato
laboral tener relaciones comerciales con la empresa.

Señaló que se practicó interrogatorios de parte, tanto


al actor, como al representante legal de la accionada y,
luego de aludir a su contenido, se refirió al testimonio de
Tomás Uribe Murcia Barrera, Reynel Cortés y Jeison
Mateus y afirmó que,

El análisis conjunto de todas las pruebas recaudadas dentro del


proceso, lleva a concluir a la Sala que en efecto existió la
prestación personal del servicio por parte del señor Luis Alfonso
Beltrán Murcia, en ejercicio de su cargo como médico desde el 30
de mayo de 2001 hasta el 30 de noviembre de 2009, al servicio
de la demandada, suficiente para presumir el contrato de trabajo
y obligar a la demandada a desvirtuar tal presunción.

(…)

Por el análisis de esta Corporación, la labor desempeñada por el


actor sí tenía que ver con el cumplimiento del objeto social de la
empresa y ello es así por cuanto la empresa desarrollaba
actividades que crean riesgos como la explotación material y
productos derivados de la actividad minera, transformación y
comercialización de los minerales extraídos.

Transcribió la cláusula primera del contrato de


prestación de servicios, esto es, el objeto, de lo que infirió
que la disponibilidad allí prevista, según la cual debía
atender urgencias que se presentaran las 24 horas del día,
implicaba que el demandante no podía manejar su tiempo a
su libre albedrío y agregó:

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[…] por el contrario, dependía de lo que se presentara en el


momento, pues lo característico de las urgencias es que no se
sabe en qué momento puede ocurrir el evento; lo que acarreaba
que el señor Luis Alfonso Beltrán Murcia tuviera que estar no sólo
pendiente, sino también disponible del llamado que se hiciera
para atender la situación y además, porque de no hacerlo
hubiera tenido que responder por la ausencia injustificada en el
lugar de trabajo como se acaba de ver de la cláusula, como
también lo señala la Ley mencionada, sin que sea relevante que
pudiera elaborar su propia agenda, programando citas médicas
a horas determinadas, lo cierto era que tenía que atender las
urgencias que se presentaran. Y además atender la comunidad
de Coscuez, no por iniciativa de él, sino porque la misma
empleadora así lo disponía.

Coligió que la existencia de una prohibición de


sostener vínculos comerciales con los trabajadores, no
impedía que se erigiera un contrato de trabajo ante la
evidencia de los elementos constitutivos y, al respecto
arguyó,

El permiso de la empresa para explotar o participar de la


actividad económica de la misma, que en este caso, dicho sea de
paso, no aparece determinado y menos probado, aunque hubiera
confesado el demandante en el interrogatorio de parte las
circunstancias de tiempo, modo y lugar en que se desarrolló, y si
dicha comercialización se efectuó con la autorización de la
empresa tendría entonces como consecuencia el incumplimiento
del contrato, pero no la desaparición de éste. (Subrayas fuera de
texto)

Observó que no se probó la calidad de socio y que se le


dio trato de trabajador cuando se le concedían descansos
mensuales; con relación a la continuidad de los servicios
expresó:

[…] que entre las partes se suscribieron contratos como antes se


señaló con una sola interrupción, en efecto, desde el 1º de
febrero del 2002 hasta el 2 de septiembre de 2003, no se
suscribió contrato alguno, sólo hasta el 3 de septiembre de 2003,
obra prueba del contrato de prestación de servicios, es decir, tuvo
una interrupción de 200 días sin que se hubiera probado la
prestación del servicio por ese lapso. Coinciden las documentales
aportadas por ambas partes, o sea, en sendas documentales

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brilla por su ausencia la prueba del trabajo en los mencionados


200 días.

Además, no hay prueba alguna que demuestre que con


anterioridad al 30 de mayo de 2001 se haya prestado el servicio,
pues las documentales dan cuenta que la relación inició el 30 de
mayo de 2001 y de las testimoniales no se puede establecer lo
solicitado en la demanda; pues no son claros en informar la
fecha en que iniciaron las labores y no como lo solicitó el actor
desde el 1º de marzo de 1993 al 18 de diciembre de 2009.
(Subrayas fuera de texto)

Con relación a las fechas de iniciación y finiquito,


sostuvo que ‹‹se tendrá en cuenta la relación laboral
demostrada sin solución de continuidad a partir del 3 de
septiembre de 2003 al 30 de noviembre de 2009›› y, como
‹‹asignación básica para liquidar se tomará el valor total del
contrato (sic) por los meses de vigencia del mismo››.

Frente a la excepción de prescripción, precisó que la


demanda fue presentada el 23 de julio de 2012; que de
conformidad con los artículos 488 del CST y el 151 del
CPTSS había lugar a declararla parcialmente probada
respecto de los derechos exigibles con anterioridad al 23 de
julio de 2009, en este orden liquidó las primas de servicios;
pero las vacaciones a partir del 3 de septiembre de 2008.

Respecto de las cesantías afirmó ‹‹se procederá a


condenar su pago por cada año laborado (…) y teniendo en
cuenta que la prescripción para ellas corre es a partir de que
se termina el contrato de trabajo››, las calculó desde el 2003

Se abstuvo de imponer condena por tiempo


suplementario, festivos y recargos, en la medida que el

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actor no indicó las fechas en que fueron laborados ni aportó


prueba de que efectivamente se hubiesen causado.

En cambio, condenó a la sanción por no consignación


de cesantías de los años 2003 a 2009, toda vez que se
encuentra demostrado que el empleador no canceló valor
alguno por este auxilio, cálculo que se realizó de
conformidad con las ‹‹directrices trazadas›› por la CSJ en
‹‹sentencia del 11 de julio de 2000››, cuando señala que la
falta de consignación de una anualidad ‹‹genera la mora
hasta el momento que ocurra la satisfacción de esa parte de
la prestación, aun cuando las anualidades posteriores sean
debidamente depositadas en el fondo››, la que cuantificó en
$100’666.667,67.

Absolvió de la indemnización por despido injustificado


y arguyó: ‹‹no aparece prueba alguna sobre la real
desvinculación arbitraria y unilateral por parte de la
demandada con el demandante, carga probatoria que recaía
sobre este último››; respecto a las cotizaciones al SGSS
confirió al actor el plazo de 10 días para que señalara las
administradoras a las cuales la sociedad convocada debía
consignarse los aportes; que al tratarse de sumas
destinadas a conformar el capital de su pensión de vejez,
resultaban imprescriptibles.

Sobre la indemnización moratoria, señaló que al


trabajador no le asistía el derecho al pago de un día de
salario por cada día de retardo,

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[…] sino, a los intereses moratorios a partir de la terminación del


contrato de trabajo a la tasa máxima de crédito de libre
asignación certificada por la Superintendencia financiera.

De tal suerte que la presentación oportuna, entiéndase dentro de


los 24 meses siguientes a la terminación del contrato con la
reclamación judicial da al trabajador el derecho de acceder a la
sanción moratoria de un día de salario por cada día de mora
hasta por 24 meses, calculados desde la ruptura del nudo del
trabajo. Y a partir de la iniciación del mes 25 contado desde esa
misma ocasión hace revocar en su cabeza el derecho a los
intereses moratorios en los términos precisados por el legislador.

(…)
De conformidad con el aparte jurisprudencial antes transcrito
teniendo en cuenta que la terminación de la relación laboral
ocurrió el 30 de noviembre de 2009 y la demanda se presentó
hasta el 23 de julio de 2012.

El actor dejó transcurrir más de 24 meses como exige la norma


para el reconocimiento de la indemnización moratoria, de manera
que al actor se le reconocerán intereses moratorios a la tasa
máxima de crédito de libre asignación certificada por la
Superintendencia Financiera hasta cuando el pago de lo
adeudado se verifique efectivamente, intereses que se calcularán
por concepto de salarios y prestaciones en dinero.

En concordancia con lo expuesto, no había lugar a la


indexación; que no procedían los perjuicios morales, al no
obrar prueba que los demostrara.

IV. RECURSO DE CASACIÓN DE ESMERALDAS Y


MINAS DE COLOMBIA S.A.

Interpuesto por la accionada, concedido por el


Tribunal y admitido por la Corte se procede a resolver.

V. ALCANCE DE LA IMPUGNACIÓN

Solicita de la Sala,

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[…] la CASACIÓN de la sentencia acusada en cuanto revocó la


decisión de primer grado y como consecuencia de ello, a las
condenas que impuso a mi mandante para que, en sede de
instancia se CONFIRME el proveído del A- quo. En subsidio,
solicito CASACIÓN PARCIAL de la sentencia impugnada en lo
atinente a la revocatoria del fallo de primer grado y a la condena
por las sanciones moratorias que impuso, para que al actuar
como Tribunal de Instancia, confirme las absoluciones que
impartió el A- quo en relación con las sanciones por mora
previstas en los artículos 65 del C.S.T y 99 de la ley 50 de 1990.

Sobre costas se habrá de resolver en concordancia con el


resultado del proceso.

Negrilla del original.


Con tal propósito formula un cargo por la causal
primera de casación, que fue replicado.

VI. CARGO ÚNICO

Es propuesto al siguiente tenor,

La violación que se denuncia se produce por la vía indirecta y por


aplicación indebida de los artículos 19, 23, 24, 27, 64,65 (29 de
la ley 789 de 2002) 127,186, 249, 306 del C.S.T. Art 1 de la ley
52 de 1975. Art 99 de la ley 50 /90, Art 1494,1495, 1498,
1626,1627 C.C.; Art 53 Constitución Nacional; Art 8 de la ley 153
de 1887, Art 2, 17, 22 de la ley 100 de 1993.

Enlista como errores evidentes de hecho:

1. No dar por demostrado, estándolo, que entre las partes del


presente proceso se suscribió un contrato de prestación de
servicios profesionales.
2. Concluir en forma contraria a la realidad que la sola
afirmación y prueba de haberse prestado de manera personal el
contrato de prestación de servicios fue suficiente para determinar
que existía contrato laboral.
3. Dar por demostrado, sin estarlo, que el actor prestó sus
servicios, bajo subordinación de la demandada.
4. No tener por demostrado, estándolo que quien en la
realidad de la ejecución del contrato de prestación de servicios
profesionales impuso la discrecionalidad y autonomía en el
tiempo para desarrollarlo, fue el propio demandante LUIS
ALFONSO BELTRÁN MURCIA.

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5. No dar por demostrado, estándolo, que el trato dado por la


demandada al actor fue siempre el de un médico con contrato de
prestación de servicios profesionales independiente.
6. No dar por demostrado, estándolo, que el actor tenía pleno
conocimiento, entendimiento y capacidad que el contrato que
desarrollaba era de prestación de servicios, hasta el punto que
nunca, durante el término que perduró la prestación del servicio
realizó reclamación alguna por prestaciones sociales o de
afiliación a seguridad social.
7. No dar por demostrado estándolo que el actor tenía pleno
conocimiento y claridad que su contrato era de prestación de
servicios, y bajo tal entendimiento, se afilió como independiente,
al sistema de Seguridad Social.
8. Dar por demostrado, no estándolo que al actor se le daba
trato de trabajador, cuando se le daban los descansos pactados
en el contrato de prestación de servicios profesionales.

9. No dar por demostrado estándolo que el actor ejercía como


socio de la demandada en la explotación y comercialización de
esmeraldas en varias ocasiones y que ello le impedía contratar
laboralmente con ésta, no obstante, la propia confesión del actor
al absolver interrogatorio de parte sobre tal circunstancia.
10. No dar por demostrado estándolo que solo, quienes no
tuvieran la calidad de trabajadores, podían ser socios de la
demandada en la explotación y comercialización de esmeraldas.
11. Dar por demostrado, no estándolo, que la cláusula contenida
en el contrato de prestación de servicios sobre disponibilidad de
24 horas, desnaturalizaba la esencia del contrato, dejando de
lado que dicha disponibilidad, solo era para casos de urgencia,
los cuales además fueron muy esporádicos.
12. Dar por demostrado, no estándolo, que la subordinación del
actor se materializaba, porque el objeto social de la empresa por
las actividades que desarrollaba, tenían directa relación con las
actividades que eran objeto del contrato de prestación de
servicios del actor.
13. No dar por demostrado estándolo, que quien disponía de la
elaboración y disposición de las agendas de atención a
funcionarios y otro personal, era el propio actor.

Como pruebas mal apreciadas enlista,

a. Contratos de prestación de servicios, obrantes a folios 5 a 42.


b. Certificado de existencia y representación legal de la
demandada en cuanto al objeto del contrato (folios 2 a 4).
c. Documental denominada compensatorios, obrante a folios 44
a 86.
d. Controles de registro de asistencia, obrantes a folios 88 a 108.
e. Comunicaciones del actor a la demandada, solicitando
medicamentos y elementos para la atención en el consultorio
médico, obrantes a folios
109 a 121.

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f. Memorando teniendo como referencia "último aviso por


incumplimiento de funciones, obrante a folio, dirigido al actor,
obrante a folio 122.

Y como no apreciadas,

a. Formulario del Registro único Tributario- DIAN, obrante a folio


176.
b. Relación de estado de contratos de servicios, obrante a folios
177 a 180.
c. Comprobantes de egreso, por medio de los cuales se
cancelaban honorarios al actor, obrantes de folios 181 a 224.
d. Afiliaciones a seguridad social (salud) por parte del actor,
como independiente, obrante a folios 263 a 272
e. Certificación de salida de almacén por préstamo de equipo al
socio plantero LUIS ALFONSO BELTRÁN, para explotación de
minas de esmeraldas, obrante a folio 273.
f. Circular # 3 de Julio 18 de 1980, sobre prohibición a personal
con contrato de trabajo de tener relación comercial dentro y fuera
de la empresa, obrante a folio 274.

Afirma que la presunción de que trata el artículo 24


del CST, es susceptible de ser desvirtuada; y, que en el sub
lite se demostró que la prestación personal del servicio
estuvo regida por contratos de naturaleza civil; frente a los
cuales el demandante no presentó objeción, tampoco
reclamó prestaciones sociales o afiliaciones a seguridad
social porque ‹‹tenía claridad de la relación contractual que
suscribió››.

Refiere a la cláusula primera de los contratos (f.º 5 a


42) y afirma que el fallador ‹‹le hace decir a dicha cláusula lo
que en verdad no dice››; que debió interpretarse en
consonancia con lo afirmado por el representante legal y el
testigo Jhonson Mateus Salazar, en el sentido que la
disponibilidad de 24 horas era referida solo a casos de
urgencias, los cuales eran esporádicos, ‹‹de pronto uno o dos
por mes y meses en que no había ninguna urgencia, sino
atenciones normales a funcionarios y habitantes de la zona››.

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Adicionalmente,

[…] dicha disponibilidad de 24 horas, quedó desacreditada con


las versiones del representante legal al absolver interrogatorio de
parte, al señalar como el demandante, disponía de su tiempo,
hasta el punto de satisfacer su gusto por el juego de cartas y
cachos, lo cual hacía en el lugar denominado chacaros" . Lo
anterior, fue corroborado por el testigo REINEL CORTES, al
absolver interrogatorio, quien señaló que, al doctor Beltrán, "le
gustaba mucho el juego de cartas, lo cual hacía en una plaza
fuera de las instalaciones de la mina, denominado "chacaros".
Recordemos que todas las anteriores declaraciones las hicieron
bajo la gravedad del juramento. Por ende la interpretación
errónea que hace el Tribunal, sobre el contrato de prestación de
servicios, relacionado con el tema de la disponibilidad de 24
horas del actor, y que por ello, según el Tribunal desnaturalizó el
contrato queda desecha y demuestra el error en que incurrió
éste.

Sostiene que también se equivocó el Tribunal al


afirmar que del objeto social de la demandada se infería la
subordinación, lo que conllevó que apreciara erróneamente
el certificado de existencia y representación de la compañía
(f.º 2 a 4) y que se alejó ‹‹irracional y protuberantemente›› de
los principios generales que rigen la actividad probatoria,
‹‹pues si bien efectivamente el objeto social de la empresa es
la explotación material y comercial de los productos
derivados de la actividad minera ello no puede ser
fundamento de una subordinación››. Discurre:

[…] aceptar que el objeto social de una empresa crea tácita o


automáticamente el elemento de la subordinación, es crear una
nueva Jurisprudencia alejada de la sindéresis jurídica y la
debida argumentación y desconocer el acervo probatorio. Por
ende, de no haberse interpretado erróneamente tal objeto social
para concluir en una presunta subordinación hoy no estaríamos
en esta acción extraordinaria que ha prescrito el legislador pues
teniendo en cuenta que se estaba discutiendo un presunto
contrato realidad y que la esencia de tal figura esta en probar
fehacientemente tal elemento, que ‹‹la demandada no logro (sic)

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probar››, pero que el Tribunal te da otro entendimiento totalmente


alejado de la realidad probatoria.

Expone que el Colegiado incurrió en una errónea


interpretación de la documental denominada
‹‹compensatorios›› (f.° 44 a 86), al aseverar que al
demandante se le trataba como trabajador, cuando se le
‹‹daban los descansos usuales por esto››, lo que significa,

[…] inaplicar los mandatos de la interpretación integral, bajo las


reglas de la sana critica, y hacerle decir a dicha documental lo
que no dice y ni siquiera se percata, ya que en primer lugar,
dicha documental, es apócrifa, pues el hecho que haya una
relación de nombres con presuntas firmas, no lo quita dicha
característica de apócrifo pues no se sabe de dónde proviene, no
está con papelería de la demandada, no está firmada por su
representante legal, o cualquier directivo de manejo y/o
confianza, por ende, no se puede afirmar que proviene de la
demandada. Además, su redacción es genérica, pues no dice
nada diferente a una relación de nombres y firmas, no determina
aspectos de tiempo, fechas concretas, es decir, no existen
detalles específicos por tanto, ¿cómo considerar esta documental
como prueba de una presunta subordinación?

Manifiesta que se dejó de apreciar un conjunto de


pruebas, las cuales habrían permitido inferir que se
materializó un nexo por prestación de servicios
independiente y no, ‹‹las conclusiones indebidas a las que
llegó››, en cuanto concluyó que se trataba de uno laboral:

Aparece el Rut del demandante (folio 176) como profesional


independiente, lo cual se puede apreciar al código que le entrega
la DIAN, al momento de su registro y ello lo hacen quienes
pretenden prestar servicios independientes, ya que además es
un requisito para el pago de honorarios, de acuerdo a las nuevas
disposiciones del Régimen Tributario, aspecto que no analizó, y
ni siquiera se pronunció el Tribunal Superior en su fallo.

Igualmente aparecen la foliatura denominada "Comprobantes de


egreso” folios (181 a 224), los cuales de haberse analizado e
interpretado bajo las reglas de los principios que rigen la

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actividad probatoria, son suficientes para demostrar como el


demandante al pasar sus cuentas de cobro por honorarios, se le
cancelaban y de ello se dejaba constancia con los respectivos
comprobantes de egreso, de lo cual nunca hizo requerimiento
alguno o presento queja de dicha modalidad de pago, lo cual
acredita el hecho que era plenamente consciente que ejercía un
contrato de prestación de servicios y que su remuneración era
por honorarios.

La parte actora durante la vigencia de sus contratos de


prestación de servicios profesionales, le mantuvo a mi mandante
la convicción de estar ligada por un contrato civil y por eso, todos
los elementos contables relacionados con los cobros de sus
servicios y los pagos correspondientes se hicieron bajo la forma
civil y con el carácter de honorarios, como se puede constar con
tales documentos (Comprobantes de egreso), todos naturalmente
presentados y suscritos por el actor, lo cual acredita que a éste
siempre se le considero, como un prestador de servicios
independientes, máxime al ejercer una profesión liberal, como la
medicina, pues en su desarrollo y al no existir contrato de trabajo
la única figura para cancelar la contraprestación de dichos
servicios era bajo el pago o cancelación de horarios, elemento
propio de un real contrato de prestación de servicios, adicionado
a que el demandante nunca reclamo durante el término que
perduro la ejecución de su prestación de servicios que, se le
cancelaran prestaciones sociales y nunca lo hizo, simplemente
porque era consiente que era un prestador de servicios
profesionales independiente.

Aduce que en el mismo sentido, erró al dejar de


apreciar las planillas de pago al SGSS (f.º 263 a 272) y citó
a propósito el artículo 4 de la Ley 797 de 2003, que
modificó al art 17 de la Ley 100 de 1993 y la sentencia CSJ
SL 18 mar. 1994, rad. 6261. Además,

[…] el Tribunal, dejó de lado el análisis de tales ordenamientos


normativos y conductas del demandante, de su afiliación al
Sistema de Seguridad Social como profesional independiente,
asunto que igualmente, fue confesado por el actor al absolver
interrogatorio de parte, en donde además tuvo que ser requerido
por el Juez de instancia, para que concretará lo atiente a sus
pagos y aportes al sistema de Seguridad Social como
independiente, que pretendía desconocer, tratando de engañar al
operador jurídico de tales afiliaciones, pero que ante tal
reconvención y el recordatorio del operador Jurídico que se
encontraba bajo la gravedad del juramento, confiesa que
efectivamente hacia aportes a Salud como independiente, lo cual

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16
Radicación n.° 62659

corrobora la documental señalada y que se anexo con la


contestación de la demanda sobre tal tópico.

Menciona también el folio 273, en el cual consta el


préstamo que se le efectuó al actor de un equipo para la
explotación minera y que aquella transacción no se habría
realizado de ser un trabajador, pues desde 1980 existía la
prohibición a los subordinados de tener relaciones
comerciales con la empresa. Igualmente, se habría
desconocido la Circular nº. 3 julio 18 de 1980 (f.º 274), en
la que se comunica a todo el personal la prohibición de
llevar a cabo ese tipo actividades, mientras ‹‹fueran
trabajadores››.

Indica que en el interrogatorio de parte, el actor


confesó que fue socio de la empresa, para lo cual se unió
con miembros de la parte administrativa, y califica de
‹‹absurda›› e ‹‹inconcebible›› la conclusión del sentenciador
según la cual no aparecía demostrada la forma en que se
dio dicha ‹‹comercialización›› con la empresa.

Argumenta que se dio una confesión sobre la relación


comercial entre las partes enfrentadas, con todos los
requisitos del artículo 195 del CPC; permitida de
conformidad con los medios de prueba enlistados en el
artículo 175 ibídem; vínculo ratificado por el testigo
Jhonson Mateus Salazar, quien en su declaración manifestó
bajo la gravedad del juramento que el actor tenía cortes de
explotación en el sitio denominado Los Micos, con varios
‹‹socios cortes (sic) que duraban hasta dos y tres años de
explotación››. Adiciona,

SCLAJPT-10 V.00
17
Radicación n.° 62659

[…] de haberse apreciado el documento señalado de manera


sistemática con los otros medios de prueba, en especial la
declaración de parte bajo la gravedad del juramento del
demandante en donde confesó dicha vinculación comercial, se
podría y se llega a la conclusión que efectivamente el
demandante, desarrollaba un contrato de prestación de servicio
profesionales independiente, aunado que la parte actora no
probó ni siquiera en aras de discusión por qué razón, si tenía
presunto contrato de trabajo, y habiendo prohibición que, los
trabajadores tuvieran vínculos comerciales de explotación con la
empresa, por qué razón a éste, si le permitieron hacerlo, acaso
era el único excepcionado de aplicar la directriz al respecto, pero
si así fuese, nunca lo probaron y no lo probaron, porque
simplemente el demandante no era trabajador como tal de la
demandada, sino un simple contratista, relación contractual
regida por las normas civiles, aspectos no valorados por el
Tribunal.

Y añade,

Por otra parte , si aparentemente hubo algún error en cuanto a la


concepción de la naturaleza jurídica de la relación que existió
entre las partes, que solamente se acepte como hipótesis, que
ello fue inducido por el propio demandante dado sus afiliaciones
a seguridad social , la circunstancia de tener relaciones
comerciales de explotación de minería que solo podían hacer
quienes no eran trabajadores y cuentas de cobro, periódicas que
pasaba el actor y que se le cancelaban mediante comprobantes
de egreso, hasta el punto que tal como lo declaro el testigo
REINEL CORTES, al actor se le hacían abonos a sus contratos.

Concluye que la inferencia de un contrato de trabajo


es un ‹‹yerro monstruoso›› que conduce al quebrantamiento
del fallo.

VII. RÉPLICA

Afirma el opositor que ‹‹no aparece por ningún lado un


ataque frontal, directo, veraz y contundente a las soportadas
y fundadas conclusiones del ad quem››; que no demostró
cómo los presuntos yerros llevaron al quebrantamiento de
la ley sustancial; no destruyó el mérito probatorio que el

SCLAJPT-10 V.00
18
Radicación n.° 62659

Tribunal le asignó a las pruebas y que lo llevaron, con base


en el principio de la primacía de la realidad, a dar por
establecido la verdadera relación laboral; que el Juzgador
realizó un ‹‹adecuado, legal e íntegro proceso valorativo del
universo probatorio acopiado››; que no debe perderse de vista
‹‹que la "forma" no está por encima de la "sustancia"››; que no
constituye argumento el hecho de que el trabajador jugara
‹‹cartas y cachos›› en el sitio de labores; y que todos las
probanzas enlistadas por la empresa no son idóneas para
desvirtuar la relación laboral; que lo expresado en dicho
escrito corresponde a alegaciones de instancia.

VIII. CONSIDERACIONES

Consideró el fallador que entre las partes existió una


relación laboral, vigente entre el 3 de septiembre de 2003 y
el 30 de noviembre de 2009, circunstancia que dedujo de lo
que aparecía pactado en la cláusula primera del contrato de
prestación de servicios, relativa a la disponibilidad 24 horas
y la prestación de servicios a favor de la comunidad; así
como de la ausencia de prueba de la calidad de socio
alegada por la empresa.

Con relación a los contratos, el juez de segundo grado


tuvo como uno de los sustentos de la decisión la cláusula
primera, en la que se preceptúa:

Primero. Objeto. El contratista se obliga para con la contratante a


adelantar labores de servicios médicos profesionales prestados
mediante consulta y al personal adscrito a ESMERACOL S.A. y a
la comunidad del corregimiento de Coscuez, que lo solicita con la
dirección administrativa de la compañía, atender las 24 horas
del día en los casos de urgencia y en el horario normal de las

SCLAJPT-10 V.00
19
Radicación n.° 62659

consultas normales, prestará el servicio de pequeña cirugía


cuando se presente el caso de urgencia o remitirá a los centros
asistenciales más cercanos, responderá en los casos de
negligencia, ética, ausencias injustificadas en su lugar de
trabajo.

El colegiado concluyó que la disponibilidad de 24


horas al día para la atención de urgencias, tal como allí se
acordó, era contraria al libre albedrío para el manejo del
tiempo, propio de los contratos de prestación de servicio.
Resaltó el hecho que ‹‹de no hacerlo hubiera tenido que
responder por la ausencia injustificada en el lugar de
trabajo››.

Ningún dislate es atribuible a la valoración del


fallador, pues en efecto, no se deslinda de la realidad fáctica
tangible en el proceso, según la cual su vinculación con la
empresa le restaba autonomía en la forma que debía
prestar sus servicios médicos. Dicha dependencia de la
empresa se corrobora con el memorando visible a folio 122,
incluido en la acusación, en el cual la convocada le llama la
atención en los siguientes términos:

MEMORANDO
PARA: DR. LUIS ALFONSO BELTRÁN MURCIA
MÉDICO ESMERACOL S.A.
DE: JUNTA DIRECTIVA
ASUNTO: ÚLTIMO AVISO POR INCUMPLIMIENTO DE
FUNCIONES

En atención a las constantes quejas de la Comunidad, sobre la


falta de presencia del señor médico de la Empresa en las
instalaciones de la Administración y teniendo en cuenta los
reiterados llamados de atención en repetidas ocasiones, la Junta
Directiva se permite dar un último aviso al Doctor Luis Alfonso
Beltrán sobre la necesidad en el cumplimiento integral de sus
obligaciones laborales.

SCLAJPT-10 V.00
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Radicación n.° 62659

La reincidencia en estas faltas de ausencia y evasión al cargo


acarrearán su destitución inmediata.

[…]

Como se observa, la profesión médica no podía ser


ejercida de manera autónoma como lo afirma la recurrente,
sino que debía adherirse a las condiciones y lugares de
atención previstos por la empresa, lo cual se advierte en los
contratos suscritos y en el memorando del cual se alega
indebida valoración.

Este último documento, no fue parte de las


consideraciones del fallador como soporte fáctico de su
fallo, no obstante, la pieza documental, antes que refutar
las inferencias a que llegó, permite ratificarlas en la medida
que da cuenta del férreo control que ejerció la compañía
sobre la labor del accionante.

Por su parte, lo que se aprecia del certificado de


existencia y representación de la accionada (f.º2 a 4); los
compensatorios y controles de asistencia (fs.º44 a 108); y,
las comunicaciones entre las partes relativas a
requerimientos de elementos médicos (f.º109 a 121), nada
refutan a la conclusión del fallador, según la cual no existió
la autonomía predicable de los contratos de prestación de
servicios.

Se memora aquí que las conclusiones derivadas del


análisis de las evidencias en el proceso son producto de la
libre formación del convencimiento del fallador, en virtud de
lo dispuesto en el artículo 61 CPTSS, de manera que para

SCLAJPT-10 V.00
21
Radicación n.° 62659

edificar un ataque en sede extraordinaria debe demostrarse


la comisión de un error protuberante u ostensible.

Se acusa a la sentencia de falta de valoración del RUT


de Esmeracol (f.° 176); la relación de estado de contratos
visible a folios 177 a 180; los comprobantes de egreso, por
medio de los cuales se cancelaban honorarios al actor (f.°
181 a 224); las afiliaciones a seguridad social en ‹‹salud›› por
parte de Beltrán Murcia como independiente (f.° 263 a 272);
la certificación de salida de almacén por préstamo de
equipo para explotación de minas de esmeraldas al ‹‹socio
plantero››, que se aprecia (f.° 273); y la Circular n.º 3 de julio
18 de 1980, sobre prohibición a personal con contrato de
trabajo de tener relación comercial dentro y fuera de la
empresa (f.°274).

Con relación al RUT, no se argumentó su incidencia o


trascendencia en la decisión y cómo el presunto error por
su no apreciación conllevó al quebranto normativo
endilgado, tal como se ha exigido de vieja data en
sentencias como CSJ SL 10 feb. 2009, rad. 30568.

Frente a los documentos adosados de folio 177 a 180


180 ‹‹ESTADO DE CONTRATO DE SERVICIOS››, observa la Sala que
no reúnen los requisitos del artículo 252 del CPC, ya que no
existe certeza sobre la persona que los hubiere elaborado,
manuscrito o firmado, tampoco permiten evidenciar un
vínculo entre las partes y, es tal su informalidad que ni
siquiera cuentan con algún logo o signo distintivo; de

SCLAJPT-10 V.00
22
Radicación n.° 62659

manera no constituyen una prueba apta en la casación del


trabajo.

Sobre los comprobantes de egreso por medio de los


cuales se cancelaban los honorarios al demandante y las
afiliaciones a seguridad social como independiente, estima
la Sala que no se desprende nada diferente de su contenido,
esto es, los pagos por su labor y la afiliación a salud, que no
su autonomía e independencia en el ejercicio de sus
labores.

Así las cosas, estima la Sala que resulta


intrascendente la falta de valoración de dichas piezas, ya
que fueron otros medios los que llevaron a la convicción del
juez colegiado de la existencia de una relación de trabajo.

Respecto de la certificación de salida de almacén por


préstamo de equipo para explotación de minas de
esmeraldas al ‹‹socio plantero››, que se aprecia a folio 273
basta con señalar que el documento se encuentra fechado
el 5 de diciembre de 2000, es decir, en un momento ajeno al
periodo de relación laboral declarado en la sentencia, por lo
tanto, el análisis del mismo resulta fútil.

Por último, frente a la Circular n.º 3 de julio 18 de


1980, que establece la prohibición al personal con contrato
de trabajo, de tener relación comercial dentro y fuera de la
empresa, obrante a folio 274, no es cierto que se haya
pasado por alto en la sentencia, pues el ad quem consideró
que la existencia de dicha prohibición, no impedía que se

SCLAJPT-10 V.00
23
Radicación n.° 62659

celebrara un contrato de trabajo ante la evidencia de los


elementos constitutivos y, al respecto señaló:

El permiso de la empresa para explotar o participar de la


actividad económica de la misma, que en este caso, dicho sea de
paso, no aparece determinado y menos probado, aunque hubiera
confesado el demandante en el interrogatorio de parte las
circunstancias de tiempo, modo y lugar en que se desarrolló, y si
dicha comercialización se efectuó con la autorización de la
empresa tendría entonces como consecuencia el incumplimiento
del contrato, pero no la desaparición de éste

De modo que a partir de la documental en comento, se


concluyó que: i) no estaba demostrada la participación en
actividades comerciales y ii) que las mismas serían
compatibles o no impedían que el contrato de trabajo se
configurara.

Aún en gracia de discusión, debe reiterarse que acorde


con la jurisprudencia de esta Corporación, la calidad de
socio de la Empresa no descarta ni ratifica la condición de
trabajador, sino que debe analizarse el vínculo en concreto,
la voluntad de las partes y la forma en que se ejecutan las
labores a efectos de identificar la existencia de un eventual
contrato laboral. En similares términos razonó la Corte en
la sentencia CSJ SL 1 ago. 2012, rad.43605, de modo que
inane resulta, descender al análisis de la confesión del
interrogatorio de parte absuelto por el demandante, sobre el
vínculo comercial con la empresa.

Así las cosas, la calificación del juez de apelaciones no


resulta ‹‹absurda›› e ‹‹inconcebible›› como se tacha en el

SCLAJPT-10 V.00
24
Radicación n.° 62659

recurso, y los yerros que se endilgan a la providencia no se


verifican, por lo que el recurso no prospera.

Las costas del recurso extraordinario, en virtud de que


la acusación no salió avante y hubo réplica son a cargo de
la Empresa recurrente. Se fija como agencias en derecho, la
suma de $8.000.000.oo que se incluirá en la liquidación
que se practique conforme lo dispone el art. 366 del CGP.

IX. RECURSO DE CASACIÓN DE LUIS ALFONSO


BELTRÁN MURCIA

Interpuesto por el actor, concedido por el Tribunal y


admitido por la Corte, se procede a resolver.

X. ALCANCE DE LA IMPUGNACIÓN

Pretende el recurrente que la Corte

[…] la casación parcial de la sentencia de 2a instancia ya


referida, en cuanto (i) a los extremos de la relación laboral que
dio por demostrada con base en el principio de realidad laboral
entre el 03-09-2033 (sic) y el 30-11-2009 y a su irreal suspensión
por 200 días, cuando la demanda perseguía que fuera declarada
ininterrumpidamente entre el 01-03-1993 y el 18-12-2009 (ii) y
su incidencia en las pretensiones planteadas en la demanda a
las que accedió; (iii) declaró parcialmente probada la excepción
de prescripción y, (iv) en lo que respecta a las demás
pretensiones del libelo que negó, incluida la indemnización
moratoria del artículo 65 del CST y, en sede de instancia, se
revoque la decisión de la instancia en lo desfavorable a la
demandante y, en su lugar, se acceda a todas las pretensiones
del libelo inicial e imponga las costas de las instancias y del
recurso extraordinario a la parte demandada.

Negrillas del original.

SCLAJPT-10 V.00
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Radicación n.° 62659

Con tal propósito formula tres cargos por la causal


primera de casación, que no fueron replicados.

XI. CARGO PRIMERO

Lo formula en los siguientes términos:

La sentencia acusada incurrió en violación indirecta, por la


indebida aplicación de los artículos 9, 13, 14, 43, 57 ordinal 4,
65, 127, 186, 189, 249, 253, 306 del Código Sustantivo del
Trabajo, y artículos 1602, 1603 y 1618 del Código Civil, en
concordancia con el artículo 19 del Código Sustantivo del
Trabajo, en conexión con el Preámbulo (orden Justo) y los
artículos 1, 2 (protección de los derechos de las personas), 25 y
53 de la Constitución que se concretan en figuras como la
irrenunciabilidad de los derechos laborales (arts. 14, 142 y 340
CST), y la garantía de su pago oportuno e íntegro (arts. 59-1, 57-
4, 65, 134, 136, 140 y 149).

La violación se habría suscitado como consecuencia de


los siguientes yerros:

5.1.1 No dar por demostrado, estándolo, los reales extremos de


la relación laboral que existió entre las partes, esto es, como
inicial el 01-03-1993 y como final el 18-12-2009, dando por
establecido, sin estarlo, que ella surtió solamente entre el 3 de
septiembre de 2003 y el 30 de noviembre de 2009, aclarándose
que el demandado aceptó que el extremo final fue el último de
diciembre de 2009 en tanto le pagó al trabajador su salario. Y
respecto del inicial, existe prueba testimonial del propio
Administrador de la demandada, que el actor llegó a laborar en
el mes de marzo de 1993, testigo que si bien no precisa el día ni
el salario, tales ítems bien pueden extraerse de otras probanzas
como se explica más adelante.

5.1.2 Unido al anterior, no dar por probado, habiéndolo sido, que


existe prueba que demuestra que con anterioridad al 30-05-2001
el actor prestó el servicio y que entre las partes, desde el 01-03-
1993 existió una relación laboral.

5.1.3 Dar por establecido, sin estarlo, que la relación laboral


sufrió una interrupción de 200 días, entre el 10-02-2002 hasta el
02-09-2003, lapso que, según dijo, las partes no suscribieron
contrato alguno, ni se demostró la prestación personal del

SCLAJPT-10 V.00
26
Radicación n.° 62659

servicio, lo que no es cierto, menos que las probanzas


documentales arrimadas por ambas partes coincidan en ello; por
el contrario, en lo que coinciden es que dicha interrupción no
existió.

5.1.4 No dar por probado, habiéndolo sido, que a partir de que al


trabajador se le asignó una jornada laboral con disponibilidad
las 24 horas del día, laborando 20 y descansando 10, era
evidente la demostración del trabajo realizado en horas
diferentes a las inmersas en la jornada laboral, para lo cual no
eran necesarias otras pruebas.

Alega que fueron erróneamente apreciadas:

El escrito de contestación de la demanda (fs. 152 a 169), prueba


erróneamente apreciada por el ad quem, defecto que lo llevó a
no dar por demostrado, estándolo, que el demandado aceptó
expresamente que los extremos de la relación fueron los
señalados en la demanda, esto es, del 01-03-1993 al 18-12-
2003.

Los testimonios de Tomás Uriel Murcia Barrera y


Jhonson Mateus Salazar.

Como ‹‹pruebas inapreciadas›› enlista,

La obrante a folios 15-16 y 233-234 del informativo, relativo a la


prueba (contrato) de la relación laboral que existió entre las
partes, contrato cuyo lapso fue del "...01 de febrero de 2003 al
30 de mayo de 2003...", prueba invalorada por el ad quem, que
el demandado no tachó de falsa.

-La que reposa a folios 177 a 180 del informativo, prueba


allegada por el propio demandado, que da cuenta de los pagos
que entre el "09 ABR /01 A 08 JUL/01", del "10 JUL /01 A 09
OCT /01", del "10 OCT/01 A 09 ENE/02" y del "10 ENE/02 A 09
FEB /02", se le hicieron al demandado como contraprestación a
sus servicios, así como los comprobantes de pago obrantes a
folios 208 (Julio 31 de 2003), 209 (Junio 17 de 2003), 210 (Marzo
21 de 2003), 214 (Julio 14 de 2003), 216 n y 217 (septiembre 16
de 2001, cancelación total contrato desde Julio 10 a octubre 09
de 2001), 218 (Septiembre 23 de 2002, abono a contrato del 03
de septiembre a octubre 02 de 2002), que demuestra plenamente
que no es cierto que entre el 10-02-2002 y el 02-09-2003, existió
una interrupción de la relación laboral de 200 días, como lo dijo
el ad quem, y que tampoco es cierto el extremo final fijado en la
sentencia pues como se tiene de ésta probanza, la relación

SCLAJPT-10 V.00
27
Radicación n.° 62659

laboral estuvo vigente en el mes de diciembre de 2009, y por ello


el empleador canceló lo correspondiente a este mes, como se
tiene de los folios 181, pruebas invaloradas por el ad quem.

- La documental de folio 17-18 y 235-236 del informativo,


relativa a la prueba de la relación laboral que existió entre las
partes, contrato cuyo lapso fue del "...01 de abril del 2003 al 30
de septiembre de 2003...” prueba invalorada por el ad quem,
que el demandado no tachó de falsa.

- La vista a folio 19-20 del informativo, relativa a la prueba


de la relación laboral que existió entre las partes, contrato cuyo
lapso fue del "...7 de Julio de 2003 —al- 7 de noviembre de
2003... prueba invalorada por el ad quem, que el demandado
no tachó de falsa.

- La que milita a folios 110-111 y 273 del informativo,


pruebas documentales que demuestran que al 02-05-2001 y al
05-12-2000, el actor ya laboraba como médico al servicio de la
demandada, lo que evidencia que el extremo inicial fijado por el
ad quem (30-05-2001) no resulta coherente con lo probado,
pruebas invaloradas por el Tribunal, que el demandado no
tachó de falsa.
- La que existe a folio 113 del informativo, prueba
documental que demuestra que al 11-04-2002, et actor laboraba
como médico al servicio de la demandada, lo que demuestra de
paso que no es cierto que entre el 10-022002 y el 02-09-2003,
existió una interrupción de la relación laboral de 200 días,
prueba invalorada por el ad quem, que el demandado no tachó
de falsa.

- La prueba del folio 117 del informativo, consistente en


certificación emanada de la demandada, donde hizo constar que
el actor "...trabaja (...) desde el día 02 de septiembre del año
2002 a la fecha... esto es, al 29-01-2003, en coherencia con la
que obra a folio 231-232 relativa al contrato con vigencia entre el
"03 de septiembre de 2002 al 02 de enero de 2003", probanzas
que de paso demuestran que no es cierto que entre el 10-02-2002
y el 02-09-2003, existió una interrupción de la relación laboral de
200 días, prueba invalorada por el ad quem, que el
demandado no tachó de falsa.

- La vista a folios 113 a 127 del informativo, prueba


documental consistente en el "inventario elementos de consultorio
médico", suscrita entre las partes, que da cuenta que la relación
laboral tuvo vigencia hasta el 18-12-2009, fecha en la cual mi
mandante hizo entrega de los elementos a su cargo, lo que
demuestra de paso que no es cierto que el extremo final sea el
30-11-2009, prueba invalorada por el ad quem, y que el
demandado no la tachó de falsa.

SCLAJPT-10 V.00
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Radicación n.° 62659

Afirma que ‹‹por no haber apreciado estas probanzas, el


Tribunal no dio por demostrado, estándolo, que los extremos
de la real relación laboral que existió entre las partes fueron
los indicados en la demanda›› del 1 de marzo de 1993 al 18
de diciembre de 2009, ‹‹sin ninguna interrupción››; que en la
contestación del líbelo se reconoció que, sí trabajó el mes de
diciembre de 2009, sobre lo cual señala:

5.3.1.1.1 El conjunto probatorio evidencia que el extremo


final no fue el 30-11-2009 que erradamente fijó el ad
quem, pues como se tiene de la contestación al hecho 2.6 de la
demanda, la demandada aceptó y confesó expresamente que el
"...médico LUÍS ALFONSO BELTRÁN MURCIA (...) también prestó
los servicios médicos —en- el mes de diciembre de 2009 servicios
que le fueron cancelados como se tiene de las pruebas
arrimadas, atrás referidas como erróneamente valoradas o
inapreciadas. La contundencia de este error no requiere más
consideraciones.

Adicionalmente, se habría también expresado en la


respuesta a la demanda inicial, que la vinculación existió
desde 1993 y,

[…] en adelante comenzó a tener relaciones comerciales con


ESMERACOL S.A. como socio plantero en la explotación minera...
" […] al volverse socio plantero (...) el señor BELTRÁN permanecía
más en lo concerniente a la extracción de esmeraldas (...) no
cumplía órdenes pues era autónomo en su profesión de médico y
colocaba sus consultas a las horas que él dispusiera. Es de
anotar que no hubo continuidad en los contratos de prestación de
servicios.

Subrayado del original.

Asevera que el Tribunal no dedujo de tal manifestación


que, a partir del 1 de octubre de 1992, fecha de terminación
de la primera relación laboral, comenzó su vinculación
como médico bajo la figura de contratos de prestación de
servicios, circunstancia que se respaldaba con la

SCLAJPT-10 V.00
29
Radicación n.° 62659

declaración de Tomás Uriel Murcia Barrera. En el mismo


sentido habría depuesto el testigo Jhonson Mateus Salazar,
quien sostuvo que en 1997, cuando llegó a trabajar, él ya se
hallaba vinculado, de modo tal que,

[…] no puede, en mi respetuoso criterio, la Sala Laboral de


Casación, apadrinar la errada conclusión del Tribunal, según la
cual no hay prueba alguna que demuestre que con anterioridad
al 30-05-2001 se haya prestado el servicio, pues la evidencia se
impone, ya que demostrado quedó, por el propio dicho del
referido administrador de la demandada, valga reiterar, que el
actor llegó en et mes de marzo de 1993 a trabajar, extremo inicial
que no puede ser desconocido bajo el argumento de que el testigo
no precisó el día exacto en que ello ocurrió, pues tal extremo bien
puede fijarse a partir del 1º de abril de 1993 (si no se acepta que
fue el 01-03-1993), que es el primer día del mes siguiente al que
dice el testigo (administrador de la demandada) llegó el médico a
trabajar, declaración que no significa ni nada menos ni nada
más que él fue contratado por la empresa en el mes de marzo de
1993.

Sostiene que de la cuantía de la remuneración por el


periodo comprendido entre 1993 y 2001, era posible
inferirse del primer contrato laboral que finiquitó en 1993,
según los documentos adiados de folios 173 a 175, de
donde se leía que devengó $100.000 mensuales, ‹‹valor a
partir del cual, puede hallarse el salario para el año 1993 y
subsiguientes, bajo los mismos parámetros que se utilizan
para la actualización o indexación de la moneda o de las
condenas judiciales o (ü) de otro, de los datos salariales
suministrados››. Agrega que la demandada aportó
documentos (f.º 177 ss) de donde se extracta que la
remuneración en 2001 fue de $3’600.000.

Asegura que la empresa era la obligada a aportar los


documentos que daban cuenta de las vinculaciones vigentes
entre los años 1993 y 2001, así como los pagos efectuados y

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Radicación n.° 62659

que la omisión de allegarlos, constituía una conducta que


no es ‹‹fiel›› a la justicia.

Afirma que no existió la supuesta interrupción entre el


10 de febrero de 2002 y el 2 de septiembre de 2003, ya que
en los documentos obrantes de folios 177 a 180, se da
cuenta de los pagos que le realizó en ese periodo y, en lo
referente al trabajo nocturno, dominicales y festivos
argumenta,

El ad quem a pesar de que hizo primar el principio de realidad


laboral sobre las formas, en este punto dejó de apreciar
adecuadamente los ficticios "contratos de prestación de servicios
profesionales" que la demandada celebró con el demandado, de
donde brota en forma innegable que el horario impuesto, como
bien lo dijo el Tribunal, era de 24 horas diarias de
disponibilidad, laborando 20 días al mes y descansando 10,
aspecto que no apreció, por lo cual llegó a la conclusión que se
refuta, afirmando que en este aspecto no existe prueba alguna,
documentos o contratos que no fueron tachados ni redargüidos
de falsos; por el contrario, fueron expresamente aceptados por la
demandada.

La sola disponibilidad de 24 horas por 20 días, descansando 10,


demuestra que el actor tenía que (a) laborar horas extras diurnas
(b) horas extras nocturnas (c) y en dominicales y festivos (d) por
imposición del empleador, horario de disponibilidad que nunca le
fue remunerado, remuneración que en justicia se merece, en
primer lugar, por implicar un esfuerzo humano y, en segundo,
con fundamento en el principio que enseña que "el que se
beneficia paga": si la demandada se benefició como apenas es
lógico con dicha disponibilidad, debe remunerar a mi mandante
el tiempo que estuvo disponible a su servicio.

Concluye,

En ‹‹definitiva la sentencia en casación›› le dio la espalda a la


realidad, a la verdad verdadera, lo que no se acompasa con {a
justicia material ni con la simplemente formal, dejando de lado
que no solo el Estado sino primordialmente el Derecho están
vivamente interesados en que las decisiones de los jueces
acompasen con la realidad, como bien lo dijera la Sala Civil de la
Corte en sentencia de casación de octubre 30 de 2000,
expediente 5830, Ponente (…) Tampoco se puede dejar de lado
que el verdadero compromiso de la Justicia es la búsqueda de la

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Radicación n.° 62659

verdad para decisiones justas, aspectos que no se pueden


predicar de la sentencia recurrida extraordinariamente.

XII. CONSIDERACIONES

El Tribunal tuvo por probada una relación laboral


desde el 3 de septiembre de 2003 hasta el 30 de noviembre
de 2009; sostuvo que no existía prueba de vinculaciones
anteriores al primer extremo temporal y que desde el 1 de
febrero del 2002 hasta el 2 de septiembre de 2003, se
presentó una interrupción, al no haber suscripción de otros
contratos; que no se demostró la realización de trabajo
suplementario, horas extras o la causación de cualquier
tipo de recargos.

El recurrente considera que existen suficientes


elementos de prueba para acreditar el nexo existente desde
el 1 de marzo de 1993 hasta el 18 de diciembre de 2009; la
inexistencia de la interrupción mencionada en el fallo; y del
trabajo suplementario, nocturno y festivo llevado a cabo.

Para corroborar que el extremo inicial de la relación se


ubicó el 1 de marzo de 1993, señala que dicha
circunstancia habría sido confesada en la contestación de la
demanda. Cita la respuesta que se trae a continuación,

[…] desde el año 1993 en adelante comenzó a tener relaciones


comerciales con ESMERACOL S.A. como socio plantero en la
explotación minera... " […] al volverse socio plantero (...) el señor
BELTRÁN permanecía más en lo concerniente a la extracción de
esmeraldas (...) no cumplía órdenes pues era autónomo en su
profesión de médico y colocaba sus consultas a las horas que él

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Radicación n.° 62659

dispusiera. Es de anotar que no hubo continuidad en los


contratos de prestación de servicios. (f. 155)

Agrega que las constancias de la remuneración que


presuntamente recibió en esos periodos debió ser aportada
por la demandada, o en su defecto podía ser elucidada por
el Juzgador teniendo en cuenta, ‹‹los mismos parámetros
que se utilizan para la actualización o indexación de la
moneda o de las condenas judiciales […]››.

Como se aprecia, las pruebas mencionadas resultan


irrelevantes para derruir la conclusión fáctica del fallador,
según la cual, no existía evidencia de la prestación de
servicios por el lapso anterior al 30 de mayo de 2001, ya
que la manifestación planteada en la contestación, se limita
a reconocer el vínculo comercial que sostuvo con el
accionante, sin que la misma revista la forma y requisitos
de una confesión en los términos del artículo 195 del CPC.,
pues ninguna consecuencia adversa apareja con respecto a
la accionada.

Tampoco era dable inferir el valor de la remuneración,


presuntamente devengada en el periodo comprendido entre
los años 1993 y 2001, a partir de lo percibido en épocas
pretéritas o ulteriores, ya que un razonamiento semejante
no se acompasa con el deber probatorio que atañe a las
partes en el proceso.

Referente a lo expresado en la contestación respecto al


reconocimiento de labores efectuadas y remuneradas en el
mes de diciembre de 2008, tampoco se deduce un yerro

SCLAJPT-10 V.00
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Radicación n.° 62659

ostensible del fallador al no ofrecer claridad de la fecha


exacta en que pudo culminar la vinculación, razón por la
cual, la señalada en la sentencia, el 30 de noviembre de
2009, no se aparta de la realidad que arrojan las
probanzas. De lo hasta aquí dicho, no se observa defecto
alguno de entidad suficiente para infirmar los extremos que
tuvo por probados el sentenciador.

En lo concerniente a la inexistencia de interrupción de


la prestación de los servicios, entre el 10 de febrero de
2002, y el 2 de septiembre de 2003, que estaría demostrada
con los pagos recibidos en aquel periodo que se registran en
los documentos adiados de folios 177 a 180 ‹‹ESTADO DE
CONTRATO DE SERVICIOS››, debe iterarse como se explicó en el

análisis del recurso interpuesto por la empresa, que no es


una prueba calificada en casación del trabajo.

Para rebatir lo decidido con relación a las horas extras,


dominicales y recargos, se refirió a las consideraciones del
mismo fallador que dio por establecido que existía una
disponibilidad de 24 horas por parte del accionante.
Concluye: ‹‹La sola disponibilidad de 24 horas por 20 días,
descansando 10, demuestra que el actor tenía que (a) laborar
horas extras diurnas (b) horas extras nocturnas (c) y en
dominicales y festivos (d) por imposición del empleador,
horario de disponibilidad que nunca le fue remunerado […]››.

Como se aprecia, ninguna prueba calificada es


señalada por el recurrente ni mucho menos se hace
mención de los presuntos yerros fácticos que advertidos en

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Radicación n.° 62659

la sentencia, conllevaban al quebrantamiento de la ley


sustancial. Cabe recordar que el reclamo de horas extras,
dominicales y festivos, tiempo suplementario y recargos,
debe estar acompañado de la prueba de la prestación real y
efectiva de los servicios por dichos lapsos, tal como se ha
reiterado por esta Corporación, como por ejemplo en la
providencia CSJ SL1064-2018.

En consecuencia, el cargo no prospera.

XIII. CARGO SEGUNDO

Es formulado de la siguiente forma,


La sentencia viola directamente-por interpretación errónea el
artículo 65 del CST modificado por el 29 de la Ley 789 de 2002,
en conexión con el 9, 13, 14, 16, 43, 57 ordinal 4º del Código
Sustantivo del Trabajo, y artículos 1613, 1614 y 1626 del Código
Civil, todos ellos conjugados con el Preámbulo (orden Justo) y los
artículos 1º , 2º (protección de los derechos de las personas), 13,
25, 29 y 230 y el principio de favorabilidad del art. 53 de la
Constitución que se concreta en figuras como la irrenunciabilidad
de los derechos laborales (arts. 14) y la garantía de su pago
oportuno e íntegro (arts. 59-1, 57-4, 65, 134, 136, 140 y 149),
anotándose que si bien todas estas normas no fueron citadas
expresamente en el fallo, si fueron aplicadas implícitamente por
el ad quem.

Luego de referirse al fundamento que tuvo el colegiado


para negar la indemnización moratoria, se refirió a los
argumentos de las aclaraciones de voto y arguyó que la
recta interpretación del precepto normativo informaba que
el plazo que debía tenerse para reclamar tal indemnización
era el plazo trienal previsto en las normas generales. A
propósito, argumenta,

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Radicación n.° 62659

[…]con claridad solar refulge que la reclamación judicial


(demanda) presentada antes de que prescriban los derechos (o
después de que opere la prescripción en el evento de que el
empleador de alguna manera acepte la pretensión), esto es,
dentro de los primeros 24 meses o después de ellos y hasta el
36, siempre tendrá derecho el trabajador a quien se le adeudan
salarios y prestaciones, a que su empleador le cancele, un día de
salario por cada día de mora por los primeros 24 meses y a
partir del 25 los intereses moratorios, como se extrae con
absoluta facilidad del canon en cita 26 Ese es el fiel juicio de
inteligencia que emana de su textura. No hay otro que lo sea. Y,
por ende la interpretación que soportó la decisión del Tribunal, se
muestra, reitero, contra-legem e ilógica, pues por ningún lado
dicho canon establece que solo habrá lugar a la sanción en el
evento de que la demanda sea formulada dentro de los 24
primeros meses y que no lo habrá cuando sea presentada
después de dichos 24 meses. Eso no lo dice, resultando ser
producto de una simple añadidura hermenéutica judicial.

Agrega:
En ese orden, claro es que el Tribunal desconoció el artículo 29
de la Ley 780 de 2002 que modificó el 65 del C.S.T., error de
inteligencia que hace prospero éste cargo, pues no tuvo en cuenta
que tales normas ordenan el pago de la indemnización moratoria
a razón de un día de salario por cada día de mora respecto de
los salarios y prestaciones sociales adeudadas, solo hasta por
24 meses contados desde la fecha de culminación del contrato de
trabajo, pues a partir de la iniciación del mes 25 lo que se
generan son intereses moratorios.

XIV. CONSIDERACIONES

Por la vía interpuesta no existe discusión de que la


relación que ató a las partes finalizó el 30 de noviembre de
2009 y que la demanda fue presentada el 23 de julio de
2012, es decir, trascurridos más de 24 meses.

Esta Corporación ha sostenido que la sanción que


procede, en aquellos casos que el trabajador deja
transcurrir el lapso de 24 meses luego de la finalización, sin
dar inicio a su demanda, es la condena a intereses
moratorios. En providencia CSJ SL 3274-2018 se reiteró:

SCLAJPT-10 V.00
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Radicación n.° 62659

Con esta aclaración, le concierne a la Corte dilucidar si el juez ad


quem transgredió el artículo 65 del Código Sustantivo del
Trabajo, habida cuenta que luego de transcurridos 24 meses
contados desde la extinción del vínculo laboral sin que el
trabajador hubiese presentado su demanda, la única sanción
admisible consistía en el pago de los intereses moratorios.

Al punto, el numeral 1.º del artículo 65 del Código Sustantivo del


Trabajo, modificado por el artículo 29 de la Ley 789 de 2002,
prevé:

[…]

En torno a esta disposición, esta Sala de la Corte ha adoctrinado


que la sanción moratoria por el pago deficitario o impago de los
salarios y prestaciones está sometida a dos reglas: (1) cuando el
trabajador interpone la demanda laboral dentro de los 24 meses
siguientes a la fecha de terminación del contrato de trabajo, el
empleador debe reconocer una sanción equivalente a un día de
salario por cada día de retado hasta por 24 meses, vencidos los
cuales se causan intereses moratorios a la tasa máxima de
créditos de libre asignación certificados por la Superintendencia
Financiera hasta la fecha en que se verifique el pago; (2) si, por el
contrario, la demanda se promueve después de 24 meses de
haber finalizado el contrato de trabajo, el empleador solo puede
ser condenado al pago de intereses moratorios a la tasa máxima
de créditos de libre asignación certificados por la
Superintendencia Financiera causados a partir de la rescisión
del vínculo.

De modo tal que, sin más disertaciones, debe


señalarse que no erró el juez colegiado en la hermenéutica
que correspondía al citado artículo 65 del CST, en torno a la
sanción aplicable al empleador en mora.

Por lo expuesto, el cargo no prospera.

XV. CARGO TERCERO.

Aduce que el fallador,

[…] incurrió en violación directa, por interpretación errónea de los


artículos 488 del Código Sustantivo del Trabajo, 145 y 151 del

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Radicación n.° 62659

Código Procesal del Trabajo y de la Seguridad Social, lo que lo


condujo a la infracción directa de los artículos 16 de la ley 446
de 1998, 8º de la ley 153 de 1887, 2341 en conjunción con el
1613, 1614, 1626, 1627 y 1649 inciso 2º y 1653 del C. Civil y
del Preámbulo Constitucional y los artículos 13, 29, 48, 53 inciso
3 228 y 230 de la Constitución Política.

Sostiene que se interpretó de manera errónea las


disposiciones que regulan la prescripción trienal de las
acreencias laborales, en la medida que el cómputo del
tiempo, debía efectuarse a partir del momento que los
derechos se hacían exigibles. Citó la sentencia CE 26 mar.
2008, rad. 2002-00244-01 (2152-06), y agrega,

Como se observa, el término de prescripción de tres años se


cuenta desde que la obligación se hace exigible pero debe
tenerse en cuenta que en el contrato de prestación de servicios, el
derecho surge desde el momento en que la sentencia lo
constituye a favor del contratista junto al restablecimiento
traducido en el pago de la suma indemnizatoria, porque previo a
la expedición de la sentencia que declara la primacía de la
realidad laboral sobre la contractual, no existe ningún derecho a
favor del contratista de prestación de servicios emanado de un
vínculo laboral, con lo que resulta, que es imposible que se pueda
predicar la prescripción de un derecho que no ha nacido a la vida
jurídica.

Razona que la exigibilidad de los derechos deviene de


la declaratoria judicial y que no se presenta antes de la
sentencia, por lo que no debía contabilizarse la
prescripción.

XVI. CONSIDERACIONES

El Juez Colegiado consideró que las acreencias


causadas con anterioridad al 23 de julio de 2009, estaban
prescritas, conclusión que obtuvo a partir de lo preceptuado
los artículos 488 del CST y el 151 del CPTSS.

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Radicación n.° 62659

El censor alega que existe un equivocado


entendimiento de las normas que regulan la prescripción,
ya que el cómputo del tiempo que prevén aquellas debe
realizarse a partir de la exigibilidad de la obligación y, esta
última solo estaría dada al momento de la sentencia.

Por la senda seleccionada, no está en discusión la


terminación de la relación el 30 de noviembre de 2009, ni la
fecha de interposición de la demanda el 23 de julio de 2012;
así como de que haya presentado una reclamación anterior.

Se debe señalar que de vieja data se tiene por


establecido, que se aplica la prescripción del artículo 151
del CPTSS y 488 del CST, bajo el entendido que las acciones
que emanan de las leyes sociales del trabajo prescriben en
tres años desde que la obligación se haya hecho exigible
(CSJ SL-2662-2019).

Así mismo, siendo el petitum principal la declaratoria


de una relación de trabajo con base en el principio de
primacía de la realidad, la decisión que acoge dicha súplica
es meramente declarativa, es decir permite el
reconocimiento de los derechos, antes ocultos bajo el manto
formal de contratos de prestación de servicios.

De modo que al no ser constitutiva del derecho, se


entiende que cada una de las acreencias que surgen de la
declaratoria del contrato laboral, se causan de acuerdo con
el estatuto del trabajo, sin que sea dable trasladar su

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exigibilidad al momento al que se profiere la decisión


judicial.

Sin costas dado que no hubo réplica.

XVII. DECISIÓN

En mérito de lo expuesto, la Corte Suprema de


Justicia, Sala de Casación Laboral, administrando justicia
en nombre de la República y por autoridad de la ley, NO
CASA, la sentencia dictada el 28 de febrero de 2013, por el
Tribunal Superior del Distrito Judicial de Bogotá D.C.,
dentro del proceso ordinario laboral seguido por LUIS
ALFONSO BELTRÁN MURCIA contra ESMERALDAS Y
MINAS DE COLOMBIA –ESMERACOL S.A.

Costas como se indicó.

Cópiese, notifíquese, publíquese, cúmplase y


devuélvase el expediente al Tribunal de origen.

DONALD JOSÉ DIX PONNEFZ

JIMENA ISABEL GODOY FAJARDO

JORGE PRADA SÁNCHEZ

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