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Informe de Investigación

Tema: Ley y Ética en Psicología

Autora: Ana Paola Gordillo L.

Tutora: Glenda Salomé Luzuriaga Tapia

Paralelo: 100
Ley y Ética en Psicología

Introducción

La relación que existe entre la psicología y psiquiatría, y el ámbito legal o


jurídico es estrecha, y se basa en que ambas disciplinas tratan de explicar el
comportamiento humano. Existen dos puntos en donde estas disciplinas
coinciden, y se fundamentan recíprocamente. El primer punto de contacto tiene
que ver con el ámbito de la psicología y la psiquiatría Jurídica, que tiene como
objeto la aplicación de conocimientos y herramientas, para un mejor
entendimiento del comportamiento de un individuo dentro del ámbito legal.

El segundo punto donde conectan ambas disciplinas, se refiere


específicamente a la mala práctica del profesional de la salud mental, que
puede darse de distintas maneras, las cuales serán especificadas más
adelante.

Desarrollo

Como ya se dijo en un principio, la psicología y la psiquiatría en relación al


ámbito legal, ayudan a explicar, y en algunos casos a predecir, ciertos
comportamientos.

En este sentido, se puede decir que el profesional de la salud mental puede ser
requerido en un proceso jurídico cuando existen problemáticas relacionadas
con: la credibilidad de un testigo judicial; la culpabilidad o inocencia de un
acusado; la capacidad de un acusado para enfrentar un proceso judicial; la
posibilidad de otorgar o suprimir la patria potestad de un menor, en función de
la capacidad o incapacidad de uno o ambos padres de mantener las
condiciones necesarias para el buen desarrollo infantil; la responsabilidad de
acusar a personas cuando se trata de casos de abuso.

Si bien, el testimonio de un psicólogo o un psiquiatra dentro de un proceso


judicial es, muchas veces, de gran importancia pueden encontrarse algunos
factores que pueden interferir en la validez del testimonio y en la decisión final
del juez. Uno de estos es el hecho de que un psicólogo no puede predecir el
comportamiento futuro de un acusado en términos de peligrosidad, lo único que
puede determinar es el estado mental del acusado en el momento de cometer
un determinado delito. Así también, en cuanto a la conducta anterior que
motivó el delito, el psicólogo solo puede suponer e inferir, mediante una
entrevista al acusado, y datos previamente recolectados. En este caso, si el
procesado se presenta en un estado no alterado de la personalidad, este
testimonio puede no funcionar.

En el caso que se refiere a otorgar o suprimir la patria potestad, también es


posible que el testimonio psicológico no sea del todo objetivo, ya que no
existen parámetros para medir la capacidad de una persona para ejercer la
maternidad o la paternidad de manera correcta, es así que en este caso
siempre se buscará el bienestar y estabilidad del menor.

En algunos casos, un juez puede pedir la opinión de un psicólogo o un


psiquiatra, basado solamente en datos bibliográficos del sujeto sin entrevistarlo.
En este caso se trata solamente de una opinión objetiva sobre datos
recolectados, no de un diagnóstico como tal.

En lo que se refiere a la ética profesional del psicólogo o psiquiatra, pueden


presentarse tres problemas: La honestidad y la imparcialidad, en primer lugar,
en lo que se refiere a las fuentes de información que utilizará el profesional, en
este sentido puede verse influenciado por el cliente. En segundo lugar, se
refiere a la responsabilidad que tiene el profesional de presentar la información
de la forma más objetiva y sincera posible. Y por último se encuentra la
confidencialidad, que se refiere a que el psicólogo solo expresará lo permitido y
autorizado por el cliente.

Por último, el profesional de la salud mental puede verse involucrado en una

demanda por mala práctica profesional. El término “mala praxis” o mala

práctica profesional, se refiere a cuando el profesional de la salud mental,

haciendo uso de sus conocimientos y herramientas, perjudica o daña al cliente

de alguna manera. Esta puede darse de tres formas: imprudencia, negligencia

e impericia. Cualquiera de estas formas puede causar un perjuicio importante

para el cliente, derivando en una demanda por mala praxis. Se conoce como
perjuicio a alguna consecuencia dañina provocada por acciones del terapeuta.

Se clasifican en:

 Explotación

 Incompetencia

 Impericia

 Negligencia

 Imprudencia temeraria

 Ausencia de información

 Publicidad engañosa

 Formación insuficiente

 Ruptura del pacto de confidencialidad

 Abandono

 Discrimiación

Para prevenir una mala práctica profesional, el psicólogo o psiquiatra deberá


estar en constante formación y actualización, y ser lo más objetivo y veraz
como sea posible.

Conclusión

Una vez explicada la relación que existe entre la psicología o psiquiatría con el
ámbito legal, se puede concluir que el profesional de la salud mental deberá
actuar siempre en honor a la verdad, accionando de forma honesta en pro del
bienestar del cliente, y de sí mismo.

Referencias bibliográficas

Franca-Tarragó, O. (2008). Etica para psicólogos. España: Desclée de


Brouwer.
Psicología forense: ¿Qué hace un psicólogo forense? | VIU. (2020).
Recuperado el 22 de Noviembre de 2020, de
https://www.universidadviu.com/psicologia-forense-psicologo-forense/

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