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El español difiere mucho de las demás lenguas romances por la abundancia de los
arabismos en su léxico. Aunque evolucionó del latín vulgar como los otros romances y su
vocabulario es mayormente de procedencia latina, el segundo elemento más importante del
léxico español es de origen árabe. Es la consecuencia de la convivencia de los árabes y los
cristianos ( y judíos ) en la Península Ibérica que duró más de ochocientos años.
En la época de la entrada de los musulmanes, el latín y su cultura estaban muy
empobrecidos y la civilización árabe, al contrario, se mostraba muy poderosa, sobre todo en
los siglos IX y XII. Los hispanos no pudieron imponer su idioma y cultura a los nuevos
invasores igual como lo hicieron con los godos. Al revés, el árabe se convirtió en la lengua de
la cultura y los habitantes de la Península que se encontraban bajo el dominio musulmán,
tenían que aprender el árabe. Obviamente se conservaba el uso del latín en la escritura y la
lengua románica se utilizaba en el ambiente familiar.
Aunque existía una gran resistencia de los mozárabes1, la decadencia ya era más fuerte.
Sobre todo de parte de los jóvenes cristianos se notaba una gran obedecencia y muy rápida
adaptación a la cultura árabe. « Enamorados de la erudición musulmana, sólo se deleitaban en
los versos y las fábulas árabes, sólo leían los libros de los infieles, así que desconocían los
textos latinos, olvidando su propio idioma.»2
Así que para los árabes no era difícil propagar su cultura y religión, y con ellas también su
idioma. Además, como la civilización árabe era mucho más poderosa y superior a la
hispánica, trajo nuevos conocimientos en todas las esferas de la vida humana. Con estas
realidades nuevas entraba la lengua árabe poco a poco en la romance, ya que no existían
palabras para llamar las cosas nuevas en la lengua peninsular. De ello se desprende que el
árabe influjo en el español sobre todo en su elemento léxico y también en la toponimia,
donde se nota mucho su herencia.
Los estudios comprueban que hay unos ochocientos arabismos en el español que con sus
derivados llegan hasta cuatro mil. Es obvio, que con la Reconquista y la expulsión de los
árabes de la Península Ibérica, muchos arabismos desaparecieron, cayeron en desuso o fueron
sustituidos por las palabras españolas. Los especialistas calculan que el número de los
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arabismos actualmente utilizados es entre doscientos y cuatrocientos vocablos, y varía según
el área. En Andalucía, por ejemplo, podemos encontrar más palabras de procedencia árabe
que se utilizan hasta hoy, que en el norte de la Península.
Existen varios estudios sobre los arabismos. El más antiguo diccionario de arabismos es el
Compendio de algunos vocablos arábigos introducidos en la lengua castellana de Federico
López Tamarid. Un inventario de todas las palabras de origen árabe elaboró B.J. Aldrete en su
Del origen de la lengua castellana. La obra fundamental en esta esfera fue el Glossaire des
mots espagnols et portugais dérivés de l´arabe de Dozy y Engelmann. Luego aparecieron las
obras importantes de B.E.K Neuvonen, Los arabismos del español en el siglo XIII ( Helsinki,
1941 ) ; Glosario mozárabe de M. Asín Palacios y Contribución a la fonética del hispano-
árabe y de los arabismos en el ibero-románico y el siciliano de A. Steiger.
Como la última obra fundamental se considera el Diccionario de arabismos y voces afines
en iberorromance de Federico Corriente, en que se apoya mucho este trabajo. A pesar de
estas obras importantes, los estudios sobre este tema aún escasean y el catálogo de arabismos
todavía no está completo y depurado.
Este trabajo se dedica a los arabismos pertenecientes a los campos semánticos de la flora,
agricultura, alimentación y vivienda, ya que no era posible de establecer un inventario
completo de las voces arábigas en el castellano por la insuficiencia del espacio, pero tampoco
era el objetivo de este estudio. No aparecen solamente las voces del uso actual, que han
sobrevivido hasta hoy, sino que están incorporados también los arcaismos y las voces
anticuadas, porque las podemos hallar hasta hoy en varias fuentes literarias.
Este trabajo plantea también la situación sociocultural y étnica de la Península Ibérica antes
y después de la llegada de los árabes, sin entrar en detalles, pero con la intención de
proporcionar un punto de vista complejo sobre la evolución de la España musulmana y
acercar la situación sociolingüística en la Península bajo el dominio musulmán.
2
I. EL CONTEXTO HISTÓRICO
En el año 218 a.J.C. penetraron en la Península los romanos y con ellos su idioma
hablado – el latín vulgar. Durante la conquista de Hispania, este idioma evolucionó siendo
usado por los habitantes indígenas que lo aceptaron poco a poco.3 La zona del país vasco de
hoy no fue romanizada, aunque se supone que el bilingüísmo – por lo menos en el círculo de
la gente culta – existía ya en la época romana. La mayor parte del territorio vasco no aceptó
el castellano antes que en los siglos XVI – XX.
Aparte de la influencia indígena sobre el latín, este idioma subió influjos de nuevas
generaciones de colonizadores viniendo de diferentes partes del Imperio Romano. Al latín
hablado en la antigua Hispania ( y a los dialectos procedentes de él ) lo llamamos – el
romance. Para distinguirlo del romance de otros territorios, por ejemplo del romance italiano,
galico..., podemos utilizar el término – iberorromance4.
En la evolución del iberorromance que sigue podemos distinguir tres fases, llamadas según
los que habitaban la Península en aquella época :
3 El bilingüismo existió evidentemente hasta el siglo I de nuestra edad, en los letreros latinos en Asturias
aparecen nombres propios indígenas hasta el siglo IV de nuestra edad, R.LAPESA, Historia de la lengua
española, Gredos, Madrid, 1992, pág. 58 ; según R. Menéndez Pidal, la romanización de Aragón del norte
hasta Andorra terminó en el siglo VI, es decir, ya en la época visigótica.
4 Según Carlo Tagliavini.
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3. El romance mozárabe que incluye la época desde la llegada de los primeros árabes
en 711 hasta el auge de la Reconquista, es decir la conquista de Granada en 1492.
El mozárabe era la lengua de los cristianos romanos que vivían bajo el dominio de los
árabes . La palabra española mozárabe viene del árabe musta´rib = ´el que se parece al árabe´,
´«arabizado»´. En aquella época los árabes respetaban el idioma y la religión de los
mozárabes. Los mozárabes podían construir sus propios templos y profesar las ceremonias
religiosas, tenían sus propios obispos etc. La situación cambió con la invasión de los
Almorávides berberiscos en el último cuarto del siglo XI donde se producieron las
persecuciones graves de los cristianos.
El idioma de los mozárabes ya no era unificado, normalizado sino ya se notaba una
diferenciación dialectal evidente. Álvaro Galmés de Fuentes distinguió cinco dialectos :
toledano, valenciano, murciano, sevillano y granadino. Sin embargo, se supone que los
mozárabes portugueses también tenían su propia variante.
La ocupación árabe de la Península Ibérica duró casi 800 años. Los árabes llamaron
a la parte de la Península ocupada por ellos «Alandalús».5
Desde el punto de vista político, la existencia de Alandalús suele dividirse en cinco fases6
:
5 Acepto en este trabajo la forma gráfica de Federico Corriente, quien explica que esta es la pronunciación
correcta del topónimo en todo el árabe occidental.
6 Todas estas fases tratamos más en detalle en la parte histórica del estudio que sigue a esta.
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por el advenimiento de la dinastía de los Almorávides, una secta islámica fanatizada. Los
Almorávides significaron una salvación temporal para la España musulmana, pero mediante
la violencia y brutalidad. En esta época empieza una incompasiva persecución de los
cristianos, mozárabes y judíos. Pronto se enfrentaron con otra secta berberisca de procedencia
marroquí, los Almohades. Estos fanáticos se apoderaron de todas las taifas y lograron muchos
éxitos sobre los cristianos, sin embargo, su progreso fue parado por la coalición cristiana en la
batalla de Las Navas de Tolosa en 1212. Los bereberes fueron expulsados de la Península y la
Reconquista se hallaba en su fase final.
5. LOS NASRÍES DE GRANADA ( 1231-1492 ) : Los cristianos penetran en el
territorio andaluz, conquistan Córdoba, Sevilla, pero la extinción final de los musulmanes no
viene antes que en el año 1492, cuando fue conquistada Granada por los Reyes Católicos.
5
2. BREVE HISTORIA DE LA ESPAÑA MUSULMANA
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entonces por los bizantinos. La conquista del norte de África y del Egipto fue uno de los
principales objetivos de los árabes.
El territorio enmarcado por Tripoli al este y el Atlántico al oeste se llamó al-Magrib ( el
Oeste, es decir, el norte de África ), y se dividió en tres partes : Magrib próximo ( al-Magrib
al-adnā ) de Tripoli a Bujía ; Magrib medio (al-Magrib al-awsaŃ ) de Bujía a los montes Taza
; y Magrib lejano ( al-Magrib al aqşā ) de los montes al Atlántico.10
Entre 639-641, el ejército árabe conquistó Egipto e intentó extenderse más al oeste, pero al
final, por la crisis en Medina, tardaron los árabes casi 60 años en controlar el área de Libia al
océano Atlántico. Hasta entonces, la islamización había ido a la par de la conquista del norte
de África, pero surgió un problema, llamado los bereberes,que se resistieron a la dominación
árabe. A pesar de todo, los árabes tomaron Cartago y avanzaron hasta Tánger y el Océano
Atlántico, donde fueron parados por las tribus bereberes. A pesar de la detención del avance
árabe y los problemas del gobierno en Damasco, el ejército del califa ´Abd al-Malik
conquistó, al final, todo el Magrib y su éxito más importante fue la fundación de Túnez.
Muza, el gobernador de Ifrīqiyah11, tomó Tánger y eligió a Tāriq como su gobernador.
Dominando ya todo el norte de África, Muza emprendió la conquista de España, que se
encontraba en una crisis socioeconómica de la que se enteraron los árabes.
La conquista de la Península fue una rápida victoria. Muza mandó un grupo de 500 hombres
a una misión de exploración. Este grupo encabezado por Tārif ocupó con facilidad el sur de la
Península ( por eso la ciudad de Tarifa lleva su nombre ). Después del éxito de esta empresa
mandó Muza a Tāriq, su lugarteniente, con un ejército de nueve mil bereberes. Éste, después
de cruzar el mar, desembarcó en una fortaleza a la que dio su nombre – Chabal Tāriq, es decir,
Gibraltar, convirtiéndola en la base de todas sus operaciones y desde allí continuó hacia el
norte.12 Tāriq se mostró imparable, al avanzar hacia norte con el objetivo de conquistar
Toledo, se apoderó de varias ciudades en camino, al final llegó a la capital completamente
abandonada. Aparte de los judíos no había nadie. El éxito de Tāriq fue enorme, pero pronto
desembarcó allí Muza, envidioso de su botín y conquistó a numerosas ciudades. Al final se
unió a Tāriq y combinando sus fuerzas se dirigieron a varios puntos. En 713, conquistaron
Zaragoza, Barcelona, Lérida y Narbona, avanzaron más al norte y al cruzar los Pirineos,
llegaron hasta Avignon y Lyon. Allí, sin embargo, encontraron una fuerte oposición y
volvieron al noroeste de la Península y conquistaron allí León y Galicia. Así que, Muza y
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Tāriq dieron una nueva e importante dimensión al Estado islámico.
El imperio islámico era regido por la dinastía Omeya, que pertenecía a la tribu Quraysh.13 El
nuevo territorio llamado Alandalús por los árabes, se convirtió en una provincia de este
imperio. Para España la conquista significó el inicio de una historia nueva y un nuevo punto
de partida para la vida y el pensamiento del país. Éste fue el momento muy importante en la
historia de España, porque dos sociedades completamente distintas con diferentes hábitos,
culturas y religiones se unieron y al final consiguieron, y con éxito, a formar una nueva
civilización. Puede parecer que la sociedad española no resistió mucho en aceptar la presencia
de la población conquistadora y su situación mejoró en comparación con la dominación
visigoda. Mucho más problemas con adaptarse a la nueva situación tenían los conquistadores.
El primer gobernante del nuevo territorio islámico fue el hijo de Muza, ´Abd al-´Azīz, un
soberano muy capaz y ambicioso que continuó con la conquista de la Península e hizo de
Sevilla su capital. Sin embargo, tuvo suficientes dificultades con sus compatriotas árabes, que
lo acusaron de una exagerada parcialidad a favor de los cristianos.Al final fue ejecutado.
Su muerte presentó graves problemas para la dinastía omeya, agravándolos la simultánea
crisis en Damasco. Alandalús se quedó sin gobernador. Más tarde, el ejército nombró a un
sobrino de Muza ( Ayyūb ), el cual fue reemplazado muy pronto por un funcionario
nombrado por el gobernador del norte de África. Ayyūb, sin embargo, trasladó la capital de
Sevilla a Córdoba, que era un punto mucho más estratégico. Tras la muerte del último,
Alandalús no encontró ningún gobernante, que fuera capaz de mejorar su situación. Además,
las interminables luchas de árabes contra árabes, árabes contra bereberes empeoraban la
situación y facilitaban así la Reconquista, iniciada ya por el rey de Asturias, Alfonso I ( 739-
756 ). Los carolingios de Francia se aprovecharon de los problemas internos entre los árabes y
mientras, reconquistaron una gran parte del territorio musulmán. Pero al final, llegó ´Abd al-
Rahmān I ( 756-788 ), que salvó la situación y dio a Alandalús una época de gloria y
esplendor. A sus veintiseis años se convirtió en emir y fue un político admirado hasta por sus
enemigos, pacificó el país, rechazó a los cristianos al norte, se enfrentó con Carlomagno14,
embelleció la capital de Córdoba con varios edificios y jardines, inició la construcción de la
mezquita de Córdoba y era un excelente poeta. Podemos decir que ´Abd al-Rahmān salvó a la
España musulmana. Tras la muerte del gran emir, siguieron las luchas por la sucesión entre
sus tres hijos, que duraron casi un año. Uno de ellos, Hishām, gobernó un cierto tiempo y lo
siguió su hijo Al-Hakam, un gobernador temido. Durante su gobierno estalló la guerra civil y
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la economía de Alandalús fue precaria. En el trono siguió el hijo de Al-Hakam, ´Abd al-
Rahmān II ( 822-852 ), un excelente militar, administrador y poeta, que volvió el país a la paz
y prosperidad. Hizo venir mercancías e invitó a la gente culta del Oriente. Entre sus hechos
importantes hay que incluir también la amplificación de la mezquita de Córdoba y la
construcción de otras (Jaén, Sevilla). Sus éxitos fueron interrumpidos por dos epidemias de
hambre y una catastrófica inundación en 850. El país se encontró de nuevo en una situación
de desequilibrio económico y desintegración política, sobre todo después de la muerte de este
gobernante. Al trono lo sucedió su hijo Muhammad, el cual tuvo que enfrentarse con varias
dificultades durante su gobierno. Sobre todo con los banditas que aparecieron en aquel
entonces y uno de ellos, Ibn Hafsūn, dominaba, durante una época, casi todo el sur del país y
tenía mucho apoyo de parte de los habitantes de Alandalús. Al final se convirtió al
Cristianismo. En esta situación caótica, empezaron a independizarse algunos reinos cistianos
apoyados por los carolingios de Francia. El primero fue el reino de Asturias y allí nació la
ideología nacionalista que permaneció viva durante muchos siglos.
El que logró pacificar a los rebeldes fue ´Abd al-Rahmān III, pero tuvo que enfrentarse con
un doble peligro de los dos rumbos, del norte la amenaza cristiana, sobre todo de León y de
Navarra, y en el sur surgió el peligro del movimiento llamado shī´í15, pero ´Abd al-Rahmān
III detuvo sus avances.
Este soberano musulmán hizo de Alandalús un país unificado y equilibrado. Córdoba de
aquel entonces era una ciudad lujosa y brillante, considerada como un centro político e
intelectual del país y comparada a menudo con Constantinopla o Bagdad. La tradición
musulmana considera a este emir como uno de los mejores gobernantes de la historia
islámica.16
Con los sucesores de ´Abd al-Rahmān, su hijo, al-Hakam II, y luego su nieto entró el país y
la dinastía omeya en una época de un declive total, porque los dos advinieron al trono con
15 Un movimiento de los fātimíes, que pretendían ser los únicos gobernantes de toda la comunidad islámica y en
el siglo X establecieron un estado islámico más poderoso de este siglo.
16 Véase pg. 42, Anwar G.Chejne, Historia de España musulmana
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poca edad y no fueron capaces de gobernar el país, aunque al-Hakam II fue un hombre muy
culto y de una formación excelente. Los dos confiaban demasiado en sus funcionarios y al
final, el visir Ibn Abī ´Āmir se apoderó del país e inició así la caída del poder político árabe
en la Península.
El visir, apoyado por la madre del emir, quiso conseguir para sí un poder absoluto y se unió
con los bereberes. Se deshizo, poco a poco, de todos sus enemigos y asumió el nombre de al-
Mansūr, conocido en la historia de España como Almanzor ( en árabe significa ´el victorioso´
). Hay que reconocer que fue un político excelente, un gran gobernante de Alandalús, pero a
la vez una persona demasiado cruel. A parte de sus méritos políticos, es el creador de muchas
obras públicas. Se dice que fue un hombre muy religioso, que siempre conservaba una copia
del Corán escrita por él mismo.17
A su hijo ´Abd al-Malik (al-Muzaffar), ya le faltaba la gran personalidad de su padre, pero
aún así fue un gobernador muy capaz manteniéndo siempre unas relaciones amistosas con el
califa, mientras que su hijo, ´Abd al-Rahmān, que se presentó en 1008, perdió todo el respeto
con la familia de los omeya. Fue él quien condujo a los āmiríes hasta el trágico final. Uno de
sus caprichos fatales fue emprender una expedición contra los cristianos del norte y ellos le
contestaron. Así llevó a los āmiríes hasta la ruina y empezó así el período más crítico y
sangriente en la historia de Alandalús.
El califa se puso muy en contra de los bereberes y estos le contestaron, se juntaron con
Sancho García de Castilla, marcharon contra Córdoba y se apoderaron de Toledo. Pronto
entró en Córdoba Sulaymān (de origen bereber) y se hizo califa, pero no se dio cuenta del
odio hacia los bereberes de parte de los habitantes de Córdoba y el último āmirí, Muhammad,
marchó contra él con un ejército cristiano e inició así unas verdaderas matanzas entre los
cristianos y los bereberes. Los bereberes, sin embargo, se extendían más y más en el sur de
Alandalús. Sulaymān se apoderó de nuevo del título de califa, pero no fue capaz de facilitar la
paz al país y pronto fue vencido por uno de los miembros de la nueva dinastía de los
hammūdíes, con la que inicia la nueva era en la historia de la España musulmana.
Los hammūdíes remontaban sus orígenes hasta ´Alí, el yerno del profeta Mahoma. ´Alí, el
fundador de la dinastía, entró en Córdoba más con el objetivo de gobernar sus asuntos y muy
pronto lo consiguió. ´Alí se mostró como un gobernador muy justo en los asuntos de los
extremistas, no favoreciendo a nadie, no haciendo diferencias entre los bereberes, árabes o
´āmiríes. Sin embargo, muy pronto fue amenazado por los omeyas y fue obligado de dejar de
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ser imparcial, buscando un apoyo entre los bereberes, así se hizo enemigo del resto de la
población y fue muerto. El peligro omeya no disminuyó tras su muerte y la situación de
Córdoba seguía siendo crítica.
La gente de Córdoba, desilusionada por el gobierno de los hammūdíes, hizo subir al trono a
los omeyas otra vez, cambiaron dos, pero ni uno de ellos sabía enfrentarse con los problemas
y sus gobiernos duraron muy poco tiempo. Córdoba se encontró sin califa de nuevo y se
desencadenó una guerra civil muy sangrienta.
Al ver que ninguna de las dinastías es capaz de recuperar la paz y la prosperidad del país,
los notables de la ciudad se unieron, abolieron el califato y lo reemplazaron por un consejo de
gobierno.
A la caída del califato no se resolvió ningún problema, al contrario. Los líderes bereberes,
´āmiríes, eslavos y árabes se hicieron más fuerte y cogieron una postura independiente. Cada
uno de los líderes pertenecía a una familia o tribu – de ahí la denominación de Tawā´if,
singular Tā´ifah, taifas, lo que en español quiere decir una tribu.18
La situación se quedó muy confusa, porque cada uno de los jefes intentaba gobernar con
autonomía y luego dividió su territorio entre sus hijos que, por supuesto, también intentaban
ser autónomos. Así que resultó, que el país fue dividido entre más de veinte estados y no
existían fronteras fijas. Además, la independencia de cada uno de los jefes consistía en la
fidelidad de tribu y no en una conciencia nacional basada en la cultura nacional, religión e
idioma. Los jefes de los estados luchaban entre sí apoyándose en los musulmanes igual que
en los cristianos. Esta situación llegó hasta la pérdida del sentimiento religioso y las
relaciones entre los cristianos y musulmanes, que hasta aquel entonces convivían, digamos
armoniosamente, empezaron a empeorarse. La situación era precaria en el caso de los
mozárabes19 y mudéjares20, porque estos eran sospechados por los dos lados, sin la
posibilidad de una integración completa. Esta situación se convirtió en una intolerancia
11
religiosa mutua. En Alandalús, en esta época aumentó el número de los eruditos que
contribuyeron a la idea de que los gobernantes eran enemigos de Dios y sembradores de
corrupción.21
Todos los gobernadores competían entre sí, concentraban en sus cortes las élites
intelectuales de aquella época. Cada uno tenía a su propio ejército, construían mezquitas,
palacios de lujo, baños públicos. Resulta que en esta época de tensiones sociales floreció
mucho la cultura del país.
Merced a las eternas luchas entre los gobernantes, ninguno de ellos se preocupó bastante por
los cristianos, que hasta entonces, fueron bastante desorganizados, sin embargo, se
aprovecharon de la situación bajo el reino de Fernando I, el rey de Castilla y León ( 1037-
1065 ), que dio un empuje muy importante a la Reconquista. En 1062, conquistó el reino de
Toledo y al año siguiente, el de Sevilla, convirtiéndose con el tiempo en el gobernante más
poderoso de la Península. Su territorio fue dividido entre sus hijos. Uno de ellos, Alfonso VI,
llegó a ser el principal gobernante cristiano.
En aquella época, los gobernantes musulmanes ya se sentían bastante amenazados por los
cristianos, sin embargo, a causa de las luchas constantes entre ellos mismos, no eran capaces
de enfrentarse con los cristianos como una fuerza unida. Además, todo esto coincidió con la
ascensión de los Almorávides en el norte de África, invitados por los gobernantes de ahí a que
les prestaran ayuda en nombre de Islam.22 Eso significó el fin del gobierno de los reinos de
taifas.
Es casi imposible determinar un número preciso de Estados que existían en aquel entonces
en Alandalús. Los más importantes eran distribuidos entre los ´āmiríes, árabes y bereberes.
Los principales son : los ´āmiríes y sus clientes eslavos. De los árabes o andaluces lo fueron
los Chahwar de Córdoba ; los ´abbādíes de Sevilla, los cuales eran los más poderosos de los
reinos de taifas y extendieron su poder en todas direcciones ; los Hūd de Zaragoza,
adquiriendo jurisdicción sobre Huesca, Tudela y Calatayud. De los reinos bereberes los más
importantes fueron : los Dhū-l-Nūn de Toledo ; los Al-Aftas de Badajoz y los Zīríes de
Granada.
En conclusión, el siglo XI fue desastroso para los musulmanes, tanto en España como en el
resto de la cuenca del Mediterráneo. Los decisivos acontecimientos prepararon el camino para
la primera Cruzada de 1098, convocada por el Papa Urbano II en Clermont. Las cruzadas
hicieron blanco en el corazón del mundo islámico en Siria-Palestina. Si en el siglo X, los
21 M. Asín Palacios, en al-Andalus, 2, 1934, 35-37; cfr. ´Inán, Duwal, pgs. 404 y sgs.
22 Véase pg.57, Anwar G. Chejne, Historia de España musulmana.
12
musulmanes fueron los dueños absolutos del Mediterráneo, la situación general en el siglo XI
marcó un creciente poder occidental. Los reyes de taifas de Alandalús se convirtieron en
tributarios de Fernando I y de su hijo Alfonso VI, quienes llegaron hasta Sevilla. Pero el
momento más importante para los andaluces fue, cuando Alfonso VI tomó la importante y
estratégica ciudad de Toledo en 1085. Fue este acontecimiento que desniveló el equilibrio de
fuerzas en la Península. Poderosas fuerzas externas empezaron a influir en la vida de
Alandalús, y, ya en 1064, los catalanes, caballeros franceses, normandos, y otros extranjeros,
comenzaron a aparecer con frecuencia en las guerras entre cristianos y musulmanes de
Alandalús.23
La orden religiosa de Cluny permitió intervenir muy a menudo en los asuntos de la
Península, mientras que el papado gozaba de una creciente influencia. Al mismo tiempo, los
musulmanes de Sicilia sintieron un peligro creciente de parte de los Normandos. La conquista
normanda duró hasta 1091 y llevó al cabo el poderío musulmán en la isla.
Sin embargo, llegaron los Almorávides y se apoderaron del norte de África y alargaron así
la vida de Alandalús, aunque temporalmente. A fines del siglo ocuparon los reinos de taifas
uno tras otro. Empezaron con Málaga en 1090 y terminaron en Mallorca en 1115.
13
fuerzas cristianas y después de la conquista de Toledo por los cristianos en 1085, al-
Mu´tamid, el gobernante de Sevilla, pidió ayuda a los Almorávides. Estos desembarcaron
muy pronto en la Península y en 1086 triunfaron en la batalla de Sagrajas sobre Alfonso VI.
Esta batalla suele ser sobrevalorada, ante todo de parte de los historiadores musulmanes, sin
embargo, no podemos dudar de su importancia para los musulmanes.
Así los campesinos y primitivos Almorávides penetraron en las cortes de los reinos de taifas
y se enfrentaron con la vida cultural brillantísima que se llevaba en ellas, porque todos estos
reinos destacaban por la presencia de mucha gente culta, se cultivaban allí prosa y poesía de
un nivel muy alto, música, se dedicaban a las ciencias. Se llevaba allí una vida de lujo y
refinada.
El emir almorávide, Yūsuf, marchó contra Toledo y el rey Alfonso VI, pero no tuvo éxito.
Así que retrocedió volviendo rumbo Granada, que tomó y lo mismo hizo con Málaga. Luego
volvió a Marruecos, pero su ejército se quedó en la Península y conquistó paulatinamente
todos los reinos de taifas. En primer lugar se apoderaron del reino de Sevilla en 1091, en el
mismo año capitularon los reinos de Almería y Murcia, el año siguiente Alcira, Denia, Jativa.
Entre 1092-1094 ocuparon Valencia, aunque no la conquistaron. Al contrario, en 1094,
conquistaron Badajoz y en 1110 dominaron Zaragoza, más tarde Mallorca.
Así que, los bereberes, los Almorávides, unificaron Alandalús, en cuyo caso no se podía
hablar de unión desde la muerte de Almanzor. Los Almorávides eran gobernantes muy agiles
y flexibles, que se adaptaban rápido, pero en España siempre se consideraban como un
elemento ajeno. A veces falló el poder central y aparecieron los reinos de taifas de los
Almorávides o de los Almohades. Los Almorávides eran reformistas religiosos y se dedicaron
a los asuntos religiosos, sobre todo a la defensa y difusión del Islam. Las reformas de estos
nómadas dieron un gran poder a los clérigos musulmanes, su forma del Islam era muy poco
tolerante, hasta bruta, eran muy afanosos y estrictos en cuanto a la religión. Dejaron huellas
muy importantes, sobre todo en la literatura, donde apareció una forma de poesía
abundantemente cultivada en aquella época, llamada zéjel. También destacaron en la esfera
del arte, donde dejaron unos magníficos monumentos.
La España de aquella época fue dividida en dos partes muy contradictorias : la España
cristiana y la España musulmana, que se enfrentaron en el siglo XI. A este enfrentamiento lo
llamamos Reconquista en la historia. La Reconquista consistía en la expulsión de los
musulmanes de España y duró varios siglos.
El hecho el más importante fue la reconquista de Toledo y su reintegración en el territorio
cristiano en 1085. En Aragón comenzó Reconquista por la ocupación de Barbastro en 1064 y
14
en Cataluña por la ocupación de Tarragona en 1095.
En el siglo XII surgió un peligro para los Almorávides en África bajo el nombre de los
Almohades. Al final superaron a los Almorávides y empezaron a marchar contra España. En
1144 conquistaron Almería y fundaron los reinos de taifas de los almohades. Desde esta
fecha, los podemos considerar como dueños de la España musulmana. Existen varios
monumentos que documentan los éxitos españoles de los bereberes, entre ellos, por ejemplo :
la fundación de Gibraltar en 1160 en el lugar de un puerto, luego la fortificación de Sevilla,
Badajoz y Cáceres. Son autores de la construcción de Alcázar y Torre de Oro en Sevilla.
En cuanto a la cuestión lingüística : en la época de los Almorávides se hablaba un dialecto
árabe y los dialectos romances estaban en la fase de declive.
En la primera mitad del siglo XII, aparecieron muchos reinos de taifas, llamados segundas
taifas, que habían roto la unión del territorio musulmán. Sin embargo, los Almohades
lograron la unificación en la segunda mitad del siglo XII y a principios del siglo XIII. En
1146 conquistaron Marrakech, la capital de los Almorávides y siguió la época de un gran auge
del Islam en Europa, sin embargo, el abismo entre los musulmanes y cristianos se agravó aún
más.
Lo cierto es que el aporte de estas dinastías bereberes en la esfera del arte, cultura y ciencias
fue enorme. Mencionemos la poesía de Aben Guzmán, los éxitos del médico llamado
Avenzoar o el pensamiento del gran filósofo Ibn Rushd ( Averroes ).
En el siglo XII, la Reconquista ya registraba numerosos éxitos e inició la empresa de las
Cruzadas. La primera dirigida a Zaragoza en 1101 fracasó completamente, pero la de 1140
liberó a Mallorca de los musulmanes. Empezaron las expediciones a la Tierra Santa.
En el siglo XIII, la Reconquista fue llevada al cabo y dejó a los musulmanes solamente el
reino de Granada, que no interesó mucho a los cristianos, ya que su gobernante fue vasallo del
rey de Castilla. El último momento para los Almohades llegó el 16 de julio de 1212 en la
batalla de Las Navas de Tolosa. La victoria de los cristianos fue evidente y abrió a los
cristianos el camino hacia el Estrecho de Gibraltar. La batalla significó un desastre fatal tanto
para la economía musulmana, como para los musulmanes mismos, porque fueron obligados
de abandonar las ciudades de la Península y perdieron sus bienes y hogares. Muchos de ellos
escaparon a Granada o África.
El dominio de los musulmanes fue prorrogado por la dinastía de los Nasríes en Granada,
pero en el año 1232, uno de sus miembros Ibn al-Ahmar se proclamó el dueño de todo
Alandalús y causó así su disolución total. De esta situación se aprovecharon los reyes
cristianos y en el año 1246, Ibn al-Ahmar entregó el reino de Jaén a Fernando III. Ibn al-
15
Ahmar siguió como rey del reino de Granada. En 1248, los musulmanes fueron obligados de
abandonar Sevilla. Lo único que quedó a los musulmanes eran los reinos de Granada y el de
Niebla, el último conquistado 1262 por Alfonso X el Sabio. El reino de Granada se quedó en
el poder musulmán hasta su conquista por los Reyes Católicos en 1492, el año en que termina
la historia musulmana en la Península Ibérica.
Resumen:
La invasión musulmana de la Península Ibérica inició en el año 711. Desde esta fecha, el
dominio islámico se extendió sobre la mayor parte de España. Los musulmanes dominaban
todas las esferas de la vida cotidiana : política, economía, agricultura, religión, y se
mostraron superiores a la población romance sobre todo con su cultura oriental brillantísima.
Todos los centros culturales más importantes hasta aquel entonces quedaron bajo la influencia
musulmana más de cuatro siglos, muy aislados de los centros cristianos del Norte. El árabe se
convirtió en la lengua cultural principal de la Península Ibérica. El latín, por supuesto, nunca
había desaparecido de la Península, pero con el árabe empezó allí la época del bilingüísmo.
La población cristiana del territorio dominado por los musulmanes había sido arabizada
muy pronto. A esta población cristiana arabizada, la llamamos ´mozárabe´.
El latín y toda la cristiandad sufrieron una derrota muy fuerte con el gobierno de
Almanzor, el gobernante, que hizo florecer la cultura islámica en la Península y la llevó a su
auge. Sin embargo, tras su muerte, los papeles cambiaron. El dominio de los musulmanes en
manos de los reinos de taifas significó un declive total para el Islam en España, alejado por un
cierto tiempo por los Almohades y los Almorávides. Con estas dos dinastías bereberes
empieza el período de una gran emigración de los mozárabes.
El fin del dominio musulmán en la Península ya resultó inconvertible en aquel entonces y
los mismos musulmanes «colaboraron» en la Reconquista con los cristianos.
16
II. LA SITUACIÓN SOCIOLINGÜÍSTICA
DE LA PENÍNSULA IBÉRICA
TRAS LA INVASIÓN MUSULMANA EN 711
25 Hay que tener en cuenta de que los invasores , ya al entrar en la Península, estaban en vía de convertirse en
bilingües en bereber y árabe. ( También la presencia del bereber en Alandalús fue estudiada por Corriente y
otros especialistas aunque resulta que los berberismos en el andalusí son casi ausentes, igual que en el
iberorromance, sin embargo el bereber afectó mucho el idioma en algunos rasgos fonéticos, morfosintácticos
y léxicos.)
26 F. Corriente Córdoba, Revista Española de Lingüística, 26, 1, pp. 1-13.
17
Los dialectos árabes resultan así dominantes en la Península del siglo IX – X y se pueden
diferenciar dos haces dialectales en cuanto al uso oral : el mozárabe o el romandalusí27, una
especie del romance local y el andalusí, resultante de los dialectos árabes en interacción con
el mozárabe. El andalusí era mucho más favorecido socialmente que el «inferior» mozárabe.
Al final, el andalusí hizo desaparecer al mozárabe a fines del siglo XII. La siguiente época es
la del monolingüísmo árabe en las zonas islámicas de la Península y persiste hasta la
liquidación de ellas. Podemos decir que esta situación se prorroga con los mudéjares y los
moriscos hasta el siglo XVII, en el que se produjo su expulsión.
De esta situación se desprende que las lenguas iberorromances28 se diferencian del resto de
las lenguas romances de Europa.29
Junto a la influencia directa hubo también una indirecta debida a las razones comerciales y
militares. Igual que a la literatura, ya que los europeos conscientes de la superioridad de la
cultura musulmana hicieron traducir algunas obras que consideraban fundamentales.
27 Federico Corriente rechaza el término mozárabe en este caso aunque se utiliza desde los primeros trabajos
elaborados sobre este tema, propone y él mismo utiliza el término el romandalusí y dice que el dialecto
mozárabe no era utilizado solamente por los cristianos, sino también por los musulmanes y los judíos.
Además argumenta que está documentado que el término ´mozárabe´ sólo y en principio a los cristianos de la
región de Toledo. El glotónimo ´romandalusí´no es aceptado con mucho entusiasmo por la mayoría de los
especialistas en la materia, sin embargo, empieza a usarse por abandonar al anterior. Algunos de los
especialistas proponen el romance andalusí.
28 Con la excepción del vasco en que los arabismos son solamente casos raros y penetraron hasta allí de
Navarra y del castellano. La situación se debe a no penetrar allí los mozárabes merced a la cristianización
muy tardía.
29 Con la excepción de las lenguas suritálicas que fueron directamente expuestas a la influencia árabe.
18
♦ los arabismos procedentes de las traducciones por razón de no poder encontrar un
equivalente latín o romance, dejando así la palabra en árabe.
Desde la Baja Edad Media, varios autores se dedicaban al problema de la interferencia árabe
con el iberorromance. Las observaciones hechas en la Edad Media adquieren mucha más
extensión en la Edad Moderna, y contribuyen a ellas especialistas y lexicólogos tales como
Alonso del Castillo, López Tamarid, Diego de Urrea, Guadix, Covarrubias, Aldrete y
Martínez Marina y en el año 1869 cristalizan en la publicación del Glossaire des mots
espagnols et portugais dérivés de l´arabe de R. Dozy y W.H. Engelmann, el cual se convirtió
en un punto de partida para muchos artículos y libros dedicados a este tema, hasta la
publicación del Diccionario de arabismos y voces afines en iberorromance en 1999 por el
islamista de la Universidad de Zaragoza Federico Corriente. Este diccionario sirvió de punto
de partida y una de las fuentes más importantes para este estudio.
Los arabismos que podemos encontrar en el castellano no proceden directamente del árabe
clásico en el caso de los arabismos directos, sino del dialecto andalusí. En el caso de los
indirectos son los dialectos neoárabes utilizados en el norte de África.
1.a. En el caso de los arabismos directos, los trasmisores fueron, los mozárabes y más
tarde los los mudéjares y los moriscos. La trasmisión en este caso se pasó sin alteraciones
fonémicas de las voces arábigas. Los cambios se produjeron en la fase del tránsito de los
arabismos al iberorromance porque había que sustituir ( u omitir en raros casos ) los fonemas
árabes desconocidos y al adaptarlos a la morfosintaxis romance.
1.b. La situación es aún más difícil en el caso de los arabismos indirectos, ya que éstos
pudieron penetrar al castellano del catalán o aragonés, pero también del portugués, francés,
provenzal o algún dialecto itálico, lo que obviamente requiere una doble adaptación. Hay que
19
contar con una doble adaptación también en el caso de los arabismos penetrantes en el español
a través de las traducciones o adaptación culta.
En esta parte vamos a mencionar solamente los rasgos más característicos del árabe para
tener más o menos la idea por qué se produjeron algunos cambios. No vamos a entrar en
detalles porque no es el objetivo de este estudio.
2.a. FONOLOGÍA
2.a.a. A diferencia del sistema vocálico romance, el árabe es característico por un sistema
triangular y muy sencillo frente al pentavocálico en el romance. Los tres fonemas vocálicos
del árabe son /a/ , /i/ y /u/, teniendo cada uno de ellos alófonos dependiendo eso del entorno
consonántico y silábico. Claro que oídos por un romanófono, suelen ser identificados con su
propio sistema fonémico. El sistema vocálico árabe se caracteriza por tres rasgos distintos :
cantidad, grado de abertura y localización, mientras que en el sistema vocálico romance falta
el rasgo de cantidad, que desapareció ya en la fase del latín clásico.
La situación de los vocales es bastante complicada y deberíamos tener mucho más espacio
para tratarla en detalle.
20
como /t/, /δ/ como /d/, /s/ como /ŝ/ ( grafemas c o ç, modernamente c y z ) y /z/ como /ź/
(modernamente c y z ), /γ/ como /g/, /q/ como /k/ ; las aspirantes velar /x/, faringal /h/ y
laringal /h/ son transcritas entre f o h.30.
2.a.c. Como ya hemos dicho más arriba, el árabe andalusí había sustituido, con el tiempo,
el rasgo fonémico de cantidad vocálica por el acento que, como lo demuestran los estudios, no
tiene en los dialectos árabes carácter fonémico.
2.a.e. Hablando de las alteraciones fonemáticas, hay que tener en cuenta siempre la
variación dialectal o de parte de la lengua donante ( el árabe, o mejor dicho, el andalusí ) o de
la receptora ( el iberorromance, en nuestro caso concretamente, el castellano ), y los
fenómenos lingüísticos como fonotaxis y contaminación lingüística que complican
considerablemente el panorama de resultados.32
2.b. MORFOLOGÍA
Hace falta darse cuenta de que los trasmisores de los arabismos en el caso del castellano
eran mayormente los mozárabes, gente poseedora de la prestigiosa cultura árabe, superior a la
latina en aquel entonces, gente, en la mayoría de los casos, trilingüe, dominando el andalusí,
el mozárabe ( el romandalusí ) y alguno de los dialectos romances. Frente a ellos, los
21
hablantes del romance que no eran ni bilingües.
Los mozárabes pudieron traer una cantidad importante del léxico, pero raramente algunos
rasgos morfosintácticos que resultaban demasiado difíciles y excesivamente exóticos para la
población de la Península Ibérica.
2.b.a. A pesar de esta situación hay un rasgo típicamente árabe en el sistema morfológico
castellano.
Es el morfema productivo /+ í/. En las voces como : baladí o jabalí. A veces seguido de la
marca del femenino : sandía.
Es utilizado para crear sustantivos o adjetivos, aunque en la mayoría de los casos se trata de
las voces relacionadas con el mundo islámico – p.e.: marroquí, tunecí, paquistaní, yemení y
otros. La única excepción es el adjetivo alfonsí, aunque cercano también de la temática
islámica.
2.b.b. Hay que fijarse en una cantidad enorme de arabismos en la categoría gramatical de
sustantivo española y una escasez de ellos en otras categorías gramaticales, sobre todo las de
adjetivo y verbo. Sin embargo, Lapesa dice que es un universal lingüístico que se observa en
mayor o menor medida en todos los casos de las lenguas en contacto, pero sobre todo en los
casos en que, simultáneamente, el contacto implica el dominio de una cultura sobre otra,
como sucedió en la Península Ibérica durante toda la Alta Edad Media, ya que los nuevos
objetos e instituciones se imponen con sus nombres sustantivos en la lengua donante, mientras
que para sus propiedades y acciones suele haber adjetivos y verbos aproximadamente
adecuados en la lengua receptora, o bien se derivan de aquéllos.33
2.b.c. Hay algunos pocos adverbios y preposiciones de procedencia árabe en el castellano
como por ejemplo : hasta, de balde, de marras, abés. Algunas interjecciones como : guay,
ojalá.
2.c. SINTAXIS
2.c.a. El rasgo sintáctico que más llama la atención es, sin duda, la presencia del artículo
árabe / al + /, en la gran mayoría de los casos defuncionalizado y siempre considerado como
una marca de origen árabe. Podemos hallar numerosos casos de restitución del artículo34 en
22
casos de palabras donde nunca hubo tal artículo. Por ejemplo en la palabra altramuz que
procede del andalusí attarmús.
El artículo definido aparece en la mayoría de las palabras incorporadas al castellano durante
la primera época de la dominación árabe, porque se trataba de un ingreso de tipo popular-oral.
María Angélica Millar de la Universidad de Chile distingue dos tipos de consonantes árabes
: lunares35 y solares36. Si la palabra empieza con una de las lunares, la /l/ del artículo
mantiene su valor fonético, por ejemplo las palabras : albóndiga<al-bunduqa , almacén<al-
majzan.
Si comienza con una de las consonantes solares, la /l/ aparece asimilada a la consonante
inicial correspondiente, la asimilación da origen a la geminación, la cual, sin embargo, es
simplificada en todos los arabismos, en los que no se trata de /rr/. Como ejemplo podemos
citar palabras : aceite < az-zayt, azúcar < as-sukkar, arroz < ar-ruzz.
Como han demostrado los estudios sobre este tema, este fenómeno es presente solamente en
el caso de los arabismos del castellano y en rara medida en los del catalán y portugués. Según
Corriente, se constata ausencia absoluta de algo parecido en otras situaciones de interferencia
con el árabe ( como suditálico, turco y persa ). Muchos especialistas explican este fenómeno
como la consecuencia de la interferencia del bereber, lengua nativa de la mayoría de los
primeros invasores. Como explica Corriente, el bereber carece de artículo determinado y no
ignora el del árabe, sino lo identifica fonética y funcionalmente con sus prefijos, de lo que se
desprende una fuerte tendencia de los berberófonos, aprendiendo el árabe, a utilizar los
sustantivos siempre con artículo.37
35 Las consonantes lunares son : /e/, /b/, /ŷ/, /h/, /j/, /،/, /g/, /f/, /q/, /k/, /m/, /h/, /w/, /y/.
36 Las consonantes solares son : /t/, /t/, /d/, /d/, /r/, /z/, /s/, /š/, /s/, /d/, /t/, /z/, /l/ y /n/.
37 R.Cano: Historia de la lengua española, F.Corriente: El árabe en la Península Ibérica, p.200.
23
admite Corriente, sus casos son mucho más escasos de lo que se suele proponer.38 Hay que
darse cuenta de que estos calcos y modismos pertenecen más bien a los altos registros del
idioma, puesto que sus trasmisores, los mozárabes, tenían prestigio socio-cultural, pero no
formaban la mayor parte de la masa popular, ya que no pudieron influir en tanta medida en el
funcionamiento de esta parcela del idioma.
3.a. Hay que constatar que los arabismos, tras su integración al iberorromance, se
comportan, desde el punto de vista gramatical, como las voces romances y son sometidos a la
misma evolución semántica y fonética que los otros.
3.b. Teniendo en cuenta el punto de vista morfológico, hay que mencionar un fenómeno
muy interesante en cuanto a los arabismos. En el árabe hay una pobreza de sufijos
derivacionales, a pesar de este hecho, los hablantes del mozárabe aplicaron en el léxico árabe,
el sistema de sufijos romances extensivamente rico y apareció así una cantidad de híbridos de
la raíz arábiga con un sufijo romance, hasta utilizar los sufijos que etimológicamente no
existían. Podemos citar los ejemplos como : albóndiga < albúnduq , zahón < sāq y otros.
3.c. En el campo léxico–sémantico, los arabismos son estudiados de la misma manera que
los vocablos romances, a pesar de este hecho, los estudios escasean en este terreno. Los
arabismos ya fueron distribuidos cronológicamente, geográficamente, fueron agrupados en
campos semánticos. Hoy ya no se puede negar que desde la Edad Media, el número de
arabismos disminuyó considerablemente en el castellano, pero a pesar de este hecho, forma
una parte muy importante en el léxico de este idioma.
38 No teniendo en cuenta el refranero, donde, por supuesto, se traducen proverbios árabes enteros.
24
4. EL ELEMENTO ÁRABE EN EL ESPAÑOL
Hoy podemos constatar con tranquilidad que no existe lengua sin préstamos en su léxico. La
transmisión de las palabras de una lengua a otra es un fenómeno natural y general del
desarrollo lingüístico. Debido al rápido desarrollo de los diferentes factores de la vida
nacional, las lenguas nacionales hoy día ya no son autosuficientes con las expresiones de las
fuentes autóctonas, y por esta razón cada idioma recibe los vocablos extranjeros, sobre todo
los del uso internacional.
El caso del castellano difiere mucho de otros idiomas romances merced a la presencia árabe
en la Península Ibérica durante casi ocho siglos ( 711 – 1492 ). Resulta que el castellano es
mucho más rico en arabismos que cualquier otra lengua. La influencia árabe en el léxico y la
cultura españoles fue muy profunda. Según W. Wartburg39, « l´invasion arabe introduit un
nombre considérable de nouveaux mots et donne aux parlers ibéroromans une teinte
d´exotisme, une teinte orientale, en face des autres parlers romans occidentaux »40.
Mientras que Europa occidental fue dominada por las tribus de procedencia romana o
germánica y por el Cristianismo, en Siria, Persia, el Norte de África y Sicilia fueron dispersas
las tribus de Arabia fanatizadas por la nueva religión proclamada por Mahoma – el Islam, que
llevó a sus creyentes a la empresa llamada la guerra santa. Los árabes no tardaron mucho en
conquistar España y una gran parte de Francia. Así empezaron a convivir dos civilizaciones y
culturas completamente diferentes en el mismo territorio.
Los árabes se mezclaron con la población indígena porque no trajeron mujeres y bajo el
dominio árabe apareció una nueva población de los mozárabes que se convirtieron en
conservadores de la cultura y el saber cristianos.
Es cierto, que el superestrato árabe fue el más importante después del latín en el caso del
castellano hasta el siglo XVI. «Sumando todo el léxico más los topónimos, logramos un
número superior de cuatro mil formas. Los arabismos léxicos cuya etimología está
identificada comprenden unas 850 palabras españolas sobre las que se han formado unas 780
derivadas. Sus variantes formales son muy numerosas, lo mismo que los vocablos de aspecto
árabe, cuya filiación concreta no ha sido aún establecida. Añádese más de un millar de
topónimos seguros y casi quinietos probables.»41
25
El elemento árabe es, después del latino, el más importante del vocabulario español.42 Con la
penetración de los árabes en la Península Ibérica, penetraron también la ciencia y la cultura
árabes, extranjeras pero en muchos sentidos superiores a las occidentales. Por este motivo
tomó la lengua una multitud de préstamos del léxico árabe, que se extendió más tarde
también a otras lenguas europeas. Algunos lingüistas calculan que su porcentaje en el español
es, aproximadamente, de un 8% ( unos 850 arabismos castellanos simples que con sus
derivados llegarán a unos 4 000 )43. Hasta hoy se descubren nuevos elementos árabes
presentes en el castellano. K. Baldinger comenta también que cada préstamo árabe tiene su
propia historia, en la mayoría de los casos tan compleja, que a veces hay que seguir hasta
llegar a conocer la época y el medio social y lingüístico en que se realizó el préstamo. «En las
zonas en que el Islam y el Cristianismo estuvieron en estrecha relación, esto es, en España y
Sicilia, no se limitaron los préstamos a términos científicos de Filosofía, Medicina,
Matemáticas, Astrología y Astronomía, Química y Alquimia, campos en que los árabes
estaban mucho más avanzados que el Occidente, sino que se extienden también a la lengua
cotidiana ; hallamos nombres de objetos de uso diario, objetos de la casa, de la calle, de los
caminos, de la vida campesina, que son de procedencia oriental»44.
Sobre todo la ciencia adoptó del árabe muchos términos. Por ejemplo las matemáticas deben
a los árabes grandes progresos. Dieron lugar a algoritmo = cálculo numérico y guarismo.
Propagaron la numeración india, y con ella el empleo de un signo para indicar la ausencia de
cantidad ; el signo en cuestión se llamó sifr "vacío" de donde viene el español cifra. Iniciaron
además el álgebra. En la alquimia los árabes fueron constantes investigadores : instrumentos
como el alambique, la alquitara y la redoma, términos tan usuales como alcohol y álcali
hablan de sus esfuerzos para obtener el elixir y la piedra filosofal. De la medicina y farmacia
árabes provienen los términos nuca, bazo, járabe, alquermes, y muchos nombres de plantas
medicinales45.
España floreció con la entrada de los musulmanes porque éstos trajeron una brillantísima
cultura y una ciencia muy desarrollada y superior a la romana de aquel entonces. Córdoba se
convirtió en el centro de esta cultura musulmana y la vida resultaba mucho más cómoda.
También florecieron las siguientes esferas que dejaron su herencia en el léxico español :
26
un número muy alto de términos proporcionó la guerra : aceifas ( expediciones anuales
contra los cristianos ), adalides, adarga, adarve, alazán, albarda, alfanje, alférez, algaras,
aljaba, atahar, atalaya, añáfil, jaeces, jáquima, jinete, tambor, zaga, etc. ;
astronomía : auge, acimut, cenit, nadir ;
los términos de agricultura, puesto que los árabes eran hábiles agricultores, de allí, las
palabras : acequia, aceituna, alberca, alcachofa, algarroba, almunia, alquería, alubia,
arcaduz, berenjena, chirivía, noria, zanahoria, etc. ;
aparecieron productos desconocidos en el Occidente hasta aquel entonces : azafrán, azúcar,
algodón ;
también hay arabismos en el campo semántico de flora : alhucema, almoraduj, jara,
retama, etc ., que se solían usar en alternancia con las palabras románicas ;
nombres de árboles : acebuche, alerce, almez...;
las palabras referentes a las actividades de comercio y tráfico : aduana, alhóndiga,
almacén, almoneda, almayal, almotacén, arancel, arrelde, cahíz, maravedí, tarifa, zoco ;
pesos y medidas : arroba, azumbre, fanega, quintal ;
el campo semántico incluyendo palabras refiriéndose a la vivienda : ajimez, ajuar, albañal,
albañil, alcantarilla, alcoba, alcuza, aldea, alfombra, almirez, almohada, arrabal, azotea,
azulejo jofaina, tabique, taracea ;
administración : albacea, alboroque, alcalde, alguacil ;
artesanía y sus productos : albornoz, alfarero, alfiler, babucha, badana, barragán, jarra,
jubón, marfil, taza, tiraz ;
muchos arabismos hallamos en el campo semántico de labor : albayalde, alcaller, alfarer,
alfiler, aljófar, almagre, arracada, azogue, azufre, badana, barragán, guadamacil, fustán,
jarra, marfil, margomar, recamar, tahalí, tarea, taza, tiraz, etc. ;
las voces que designan la alimentación : albóndigas, alcorza, alcuzcuz, alfeñique, almíbar,
arrope...;
los árabes vestían : albornoces, aljubas, almejías, babuchas, borceguíes, jubones,
zaragüelles...;
las actividades del ocio y la oración : adufe, ajedrez, albogue, alminar, almuédano, azar,
tahúr ;
los nobles musulmanes se dedicaban a la caza igual que los señores cristianos : alcándar,
alcaraván, alcotán, borní, neblí46, sacre ;
46 El origen de esta palabra puede ser latín, la etimología propuesta por Meyer-Lübke es n i b u l u s , que en el
hispanoárabe cruzó con l e b l í o n e b l í , la palabra se aplicaba a una clase de halcones, R. Lapesa,
27
costumbres jurídicas e instituciones que adoptaron los españoles de los árabes : albalae,
alcabala, alcalde, alguacil, almojarife, zalmedina.
Además, por el árabe pasó a lenguas europeas un buen número de voces procedentes de
varias lenguas. Los árabes las adaptaron a su fonética, el mismo procedimiento ocurre con los
arabismos en el castellano, se adaptan a la fonética española. Estas voces son de origen
sánscrito, por ejemplo ajedrez y alcanfor. Del persa vienen azul, escarlata, jazmín, naranja,
escabeche ; hay muchos helenismos entre ellos : ámbix > alambique, chymeia > alquimia,
drachmé > adarme, óryza > arroz, sikelós > acelga, zizyphon > azufaita ; y abundan las
palabras latinas : castrum > alcázar, ( malum ) persicum > albérchigo, modius > almud.
La mayor parte de los préstamos árabes en el castellano forman parte del inventario de la
terminología profesional, y los hallamos en varias disciplinas científicas. La ciencia,
especialmente las matemáticas, la medicina y la astronomía, deben a los árabes grandes
progresos. Los árabes dieron lugar a algoritmo y guarismo y en el campo semántico de la
ciencia hay mucho vocabulario árabe : en química ( alcaloide, bencina, boro, cafeína... ) ;
matemáticas ( álgebra, algoritmo ) ; zoología ( gacela, marabú, papagayo, varan … ) ;
meteorología ( monzón ) ; geografía ( acimut ) ; geodesia ( alidada ) ; astronomia ( cenit ,
nadir ) ; medicina ( alcalosis, cafeísmo ) ; botánica ( alcana, cafeto, azafrán, tamarindo ) ;
mineralogía ( azurita, marcasita ) ; etc.
Los arabismos también se encuentran en otras ramas como por ejemplo : la industria textil
( algodón, mohair ) ; metalurgia ( amalgamar ) ; arquitectura ( alcoba, almimbar, alminar )
; comercio ( tara ) ; historia ( mameluco, nabab ) ; música ( añafil ) ; etc.
Del precedente inventario se nota claramente que los arabismos son abundantes en el
vocabulario español y remontan casi todas las esferas de la vida humana. Sin embargo, se
trata casi exclusivamente de la categoría gramatical de substantivo. En el caso de los
adjetivos, verbos, partículas e interjecciones podemos constatar lo contrario y hablar de una
escasez.
Hay muy pocos adjetivos de origen árabe en el léxico español : baladí, baldío, gandul,
horro, mezquino ; algunos designan el color : añil, azul, carmesí.
Las interjecciones como hala, guay, ojalá también son de origen árabe.
Los arabismos casi no penetraron en las voces que expresan los sentimientos y las
emociones, porque los cristianos apoyaron aquí los términos latinos.
28
Los más influidos por los árabes eran por supuesto los mozárabes, los cuales, aunque al
principio aún profesaban el cristianismo, a veces ya escribían en árabe y solían tomar
nombres árabes. Había muchos casos que en vez de anteponer el patronímico romance,
anteponían ibn = ´el hijo´ al apellido paterno. Así aparecieron los apellidos como Benavides,
Benigómez.
Resulta que, al avanzar la Reconquista, los mozárabes eran ya fuertemente islamizados, los
mudéjares y los moriscos conservaban sus costumbres y creencias y practicaban su religión.
El arzobispo don Raimundo fundó la célebre Escuela de traductores y en Toledo, en el corte
de Alfonso el Sabio conviven sabios judíos, conocedores de la ciencia árabe al lado de la élite
cristiana.
La influencia árabe también podemos hallar en otro fenómeno lingüístico, porque hay
palabras o expresiones en el español, completamente románicas en cuanto al origen y la
evolución formal, pero parcial o totalmente arabizadas en su contenido significativo. Por
ejemplo la palabra infante se concretó a significar ´hijo de noble´, ´hijo de rey´ apoyándose en
el árabe walad ´hijo´, ´niño´ o ´heredero del trono´.
Una vez adoptadas las prácticas religiosas o sociales musulmanas por la vida española, se
han reproducido con palabras romances las fórmulas árabes correspondientes. Sobre todo en
47 El poeta más extraordinario de la España musulmana – Rafael Lapesa, Historia de la lengua española
29
el caso de las bendiciones y las exclamaciones religiosas como : «que Dios guarde», «que
Dios mantenga», «bendita sea la madre que te parió», el «si Dios quiere».48
El influjo árabe también se nota en expresiones de uso corriente. Por ejemplo, muy a
menudo se utilizan en el español coloquial los números redondos para expresar algo ´infinito´
: cien, mil, diez mil. Se supone que este fenómeno es de procedencia árabe, porque se usa en
esta lengua con el mismo valor. Lo mismo pasa con las locuciones como una y mil veces, una
y cien veces.
El influjo árabe podemos notar también en las narraciones españolas, porque muchas de
ellas empiezan con la expresión era una vez... o había una vez que significa ´en otro tiempo´,
´antaño´. Los estudios demostraron que se trataba de calco de kana marra ´érase una vez´, que
sirve de inicio en muchas narraciones árabes.
CONCLUSIÓN
En la época desde la entrada de los árabes en la Península Ibérica hasta el siglo XI, los
arabismos penetraron sin obstáculo y amenaza. La situación cambió en la Edad Media,
cuando el árabe tuvo que enfrentarse con el latinismo culto, pero su influencia persistía muy
fuerte todavía. Sin embargo, la cultura musulmana de la Edad Media ya estaba en la época de
declive y ya no podía competir con la cultura del Renacimiento europeo. Tras la expulsión de
los musulmanes de la Península, una gran parte de los arabismos no resistió la competencia de
términos romances y desaparecieron del lenguaje hablado o se utilizaban solamente en el
ambiente campesino, ya que los árabes siempre se concentraban mucho en el campo y no
tanto en las ciudades.
Sin embargo, hay que reconocer que una gran cantidad de ellos permanecieron vivos en el
español y en el portugués y es uno de los rasgos más importantes que caracterizan el léxico de
estos dos idiomas frente a los demás romances.
30
5. TOPONIMIA DE ORIGEN ÁRABE EN LA PENÍNSULA IBÉRICA
Una abundancia entre los topónimos árabes presentan los hidrónimos formados con la
palabra w a d ´río´, que, en general, se pronunciaba gwad, pero en el suroeste también
podemos encontrar la variante od : Odiel, Odemira, Odeleite... en Portugal.
Los ejemplos con la palabra ´río´son : Guadalupe ´río del lobo´, en este caso se trata de un
híbrido.
Guadarrama : wādi – rambla ´río de arena´
Guadalajara : wādi-al-hadžara ´río de piedras´
Guadalquivir : ´río grande´
Guadalaviar : wādi-al-abiad ´río blanco´ y muchos más.
Los hidrónimos formados con guad abundan sobre todo en Andalucía, en Málaga, Jaén,
Córdoba...etc.
31
Jabalambre en Teruel etc.
Muchos de los topónimos árabes están compuestos del plural árabe b e n i ´hijos de …´ :
Benicasim ´hijos de Casim´,
Benibrahim, Beniatjar, Benihumeya, etc.
Las familias también podían ser españolas, como lo indican los nombres :
Benillup, Benicarló, Beniferri...
Algunos de los topónimos están formados de la misma palabra en singular a b e n o b e n
´hijo de...´ :
Abenójar, Abenzuete, Albarracín < Aben Razin, Benaocaz, Benalua, Benamahoma...
Otros topónimos de procedencia árabe : Alhambra, Alfambra ´la roja´, Alhama ´fuente
termal´, Albaida, Albelda ´la blanca´ y muchos más.
32
III. LAS VOCES ARÁBIGAS EN EL ESPAÑOL PERTENECIENTES
A LOS CAMPOS SEMÁNTICOS DE
FLORA, AGRICULTURA, ALIMENTACIÓN Y VIVIENDA
33
mozárabe, la transmisión de la palabra del persa o del iranio a través del árabe. Sin embargo,
todas estas ideas son especulaciones y posibles variantes poco seguras.
Aparecieron derivados de este vocablo tales como : acebuchal ´un bosque pequeño de
acebuche´; acebucheno ; acebuchina ´fruto del dicho árbol, aceituna acebuchal´.
ACELGA, ´una especie de hierba jardinera o de una hortaliza que puede ser blanca o
negra´.
Su origen consiste en ár. sílqa pero éste tomado del gr. Σιχελός , lo que significa ´siciliano´,
dice Corominas que es un epíteto que en el griego se aplicaba a una clase de acelga.
F. Corriente también menciona su origen griego de sikelé que a través del árabe silqan
penetró al andalusí assílqa, de donde acelga.
ADELFA, ´planta´.
Del ár. dáfla, que viene del griego rododafine ´rosa´ y ´laurel´, porque tiene la flor como el
rosal y la hoja como el laurel.49
ALBARICOQUE,
Del ár. birqûq, barqûq.
34
Esta palabra probablemente viene del griego πραιχόχιου, la cual tomada del latín
praecoquum dio en el ár. cl. burqūq, de donde en el and. albarqūq, lo que nos dio
albaricoque.
«Todo el mundo parece estar de acuerdo sobre esta etimología de la voz árabe. Sin embargo
Pernot indicó la dificultad que presenta el neogr. verikokko, cuya v no puede explicarse
partiendo de la b- árabe. Ahora bien, según Bally βερεχόχχτιου ´albaricoque´ sale en
Artemidoro de Éfeso ( S. II d. C. ) y βερίχοχχον íd. en los Geoponica ; según el CGL II,
257.16, figura βερέχοχχα ´ciruela´ ( ac. que también tiene el ár. barqûq), en el glosario muy
antiguo del seudo-Cirilo, transmitido por un misionario del siglo VII. Sin embargo, también
es un hecho que πραιχόχιου se encuentra en Dioscórides, y que, según el testimonio formal de
este autor antiguo, es préstamo del latín persica praecocia. No es fácil conciliar los dos hechos
contradictorios ; a no ser que admitamos que el cambio de p- en b- se debe al griego ( por
alguna contaminación ) y no al árabe, o que del latín pasó primero a otra lengua semítica que
cambiase p- en b-, y de esta lengua al griego».50
ALBARRAZ, ´hierba piojera con efectos medicinales que se utiliza contra los piojos´.
Del ár. hább ar-rá´s, lo que quiere decir ´grano de la cabeza´.
ALCACHOFA, ´una planta hortense cuyas brácteas carnosas son comestibles antes de
dasarrollarse la flor´.
La voz viene del hispanoárabe haršûfa o huršûfa, del ár. háršafa, con el significado de
´cardo comestible´.
Se puede tratar de un vocablo primitivamente ajeno al castellano, como lo sugiere la
35
existencia de varios sinónimos : alcaucil, cardo arrecife, alcanería. El uso del primero en
Argentina, Bolivia y otras partes de América puede indicar que alcachofa es palabra tardía en
castellano. El paso de rš a rč ( luego simplificado en ch castellana ), que es normal en
Valencia y Sur de Cataluña, pero inesperado en Castilla, sugiere un antiguo catalanismo,
natural en una planta huertana.51
*ALCANERÍA, ´alcachofa´.
La variante procedente del ár. magrebí qan-nārîya. Parece ser término propio del árabe de
los beréberes.
ALCAPARRA, ´una mata espinosa, con espinas retorcidas y hojas semejantes a las del
membrillo, cuyo fruto se parece al del olivo, se abre y descubre una flor blanca, dentro de la
cual tiene granos rojos parecidos a los de granada´. Más conocido bajo el nombre italiano
cappari.
El padre Guadix está convencido de que la palabra es de origen ár., pero la etimología que
presenta ya es menos convincente.
Covarrubias no atribuye a la palabra ningún origen árabe excepto el artículo al- , mientras
que Corominas la considera de origen mozárabe que, sin embargo, lo tomó del latín, pero
tampoco excluye su origen árabe.
36
Simonet comprueba que el vocablo existe también en persa y en griego, de donde pasó al
latín. Y del italiano pasó al francés y alemán etc.
Aparecieron derivados tales como : alcaparro, alcaparrón, caparrón.
*ALCOHELA, ´una especiede hierba medicinal de la que se sacaba un agua negra que se
utilizaba para los objetivos medicinales´.
Conocida también bajo el nombre de endibia o endivia.
Proviene del mozárabe kuhájla, diminutivo femenino de ákhal ´negro´, ´negrilla´, por el
color de la semilla.
ALHELÍ, ´una flor cultivada en los jardínes por su agradable aspecto y olor´.
Del hispanoárabe hairî.
Hoy se utiliza la variante hailî en el Noroeste de África y puede ser que por influencia
española.53
37
ALHEÑA, ´una especie de arbusto cuyas hojas se reducen en polvo, el cual se utiliza para
teñir´.
Del hispanoárabe hínna, procedente del ár. hinnâ´.
En el castellano medieval podemos encontrar la forma más corriente de aquel entonces
alfeña.
Existe un derivado de este vocablo : alheñar.
ALHOLVA, ´una planta o arbusto conocido en el latín bajo el nombre foenum graecum´.
Diego de Urrea está convencido de que su origen consiste en el verbo halebe ´dar leche´, y
eso porque se saca de su harina un líquido blanco semejante a la leche que se utiliza como un
remedio.
Del ár. húlba.
38
Dozy dice que viene de la palabra halîfa cuyo significado, entre otros, es califa ´sucesor del
Profeta´ que tomamos del verbo ár. que significa ´suceder´. Puede que hayan llamado así a las
cañas que no cortaron el primer año, las dejaron crecer hasta el segundo año y las llamaron
sucesoras.
Es una de las etimologías posibles de este vocablo, sin embargo ninguna de ellas es cierta.
ALMEZ, ´un tipo de árbol conocido infructuoso, de una madera muy firme, de la cual se
fabrican instrumentos musicales´.
Del ár. máis.
Existen derivados como : almeza ´fruto de almez´ , almecina, almecino.
ALPICOZ, ´cohombro´.
Del ár. alfocoz.
Llamaban así a cohombro en la tierra de Murcia.
39
ALTRAMUZ, ´una planta conocida que da granos amargos, que se vuelven dulces después
de echarlos en agua.
Del ár. túrmus, que viene del griego θέρµος.
ALUBIA, ´judía´.
Del ár. lūbiyâ, de origen persa.
Según Dozy y Eguílaz era muy popular en el Reino de Murcia y La Mancha, pero en otros
regiones se utilizaban las palabras castellanas : judías, frijoles, habichuelas.
ALLOZA, ´almendruco´
Del ár. láuza, lo que significa ´almendra´.
Existen derivados : allozar, allozo.
40
La etimología de la voz no es completamente segura, pero parece que es un arabismo. El
padre Guadix y Tamarid la ponen entre los arabismos.
El padre Guadix presenta la siguiente etimología posible : dice que consta de aaxara - ´diez´
+ ba - ´con´ + xarr - ´mal´ , lo que en conjunto significaría algo como ´diez con mal´.
Covarrubias no menciona ninguna etimología, solamente remite a Tamarid.
54 Según Neuvonen
41
zahr y significa ´flor en general´, ´flor de azahar´. La palabra zahr procede de la raíz verbal z-
h-r, lo que vale ´lucir´, ´ser hermoso´, ´florecer´.
AZÚMBAR, ´almea´.
Viene del árabe súnbul, lo que significa ´valeriana´, ´espicanardo´.
BADIÁN o BADIANA, ´planta parecida al anís que en el latín lleva nombre Magnolia
stellata´.
A través del ár. penetró al francés o italiano del neopersa bādyāne que significa ´anís´.
Se trata de un tecnicismo contemporáneo utilizado en botánica.
BAMBÚ, ´una especie de caña tropical, muy fuerte y flexible, utilizada en construcción de
viviendas, muebles y armas procedente de India, en el lat. se llama Bambusa arundinacea´.
De origen sánscrito vambha, a las lenguas romances traída por los portugueses del neopersa
banbu.
42
BERBERÍS o BÉRBERO(S), ´una especie de espino´.
Del neoár. barbarís que significa ´de origen oscuro´.
BERENJENA, ´planta solácea con flores y hojas grandes que produce un fruto ovalado,
comestible, de piel morada y fina´.
En el latín existe bajo el nombre ´Solanum melongena´.
La voz procede del sánscr. bhand/tākī, de donde pasó por el neops. bātingān al neoár.
bādinjānah y de allí el and. badinjána.
El aragonés y el catalán conservan el artículo aglutinado que falta en el cs. : albergina en
ct. y alberchina en ar.
Existe un derivado en el cs. : berenjenal ´el campo donde se cultivan berenjenas´.
43
Córdoba, aunque tales variedades no son mencionadas en los tratados botánicos andalusíes,
como tampoco el higo cordobí.55
ESTRAGÓN, ´un tipo de hierba que se utiliza como especias, en el latín lleva nombre
´Artemisia dracunculus´.
Aunque la palabra es de procedencia griega, a las lenguas romances vino a través del
neoár. tarxūn procedente del siriaco tarxon de origen griego, de la palabra drákon.
Al español vino del francés.
55 F. Corriente : Diccionario de arabismos y voces afines en iberorromance, edición de 2003, pg. 293.
56 Vasmer 1996: II 165.
44
Existen derivados en el castellano : jazminero y jazmíneo.
JUDÍA, ´alubia´.
Según Corriente, no existe el supuesto étimo árabe del DRAE, judiyā y, aunque no está
documentado, es posible que se trate del gentilicio conocido, cond que los botánicos
distinguían a menudo en neoár. ciertas variedades de plantas.57
LILA, ´un arbusto con flores de color morado oscuro o morado claro´.
Procede del ár. līlak, de origen indio derivado del sánscrito nīla, con el significado ´azul
oscuro´.
A las lenguas iberorromances llegó del francés.
Hoy llamamos lila, el color morado claro.
MADROÑO, ´un tipo de planta que produce frutos del mismo nombre´, ´Arbutus unedo´.
45
Del mozár. matrón con sufijación aumentativa {+ OÑO}.
Existen derivados : madroñal, madroñero, madroñuelo.
PISTACHO, ´un tipo de árbol que produce frutos del mismo nombre´.
Es la forma moderna del mismo fruto seco llamado antiguamente alfóstigo.
La voz es de origen iranio pistag, que pasó al ár. cl. y dio fustuq, en el and. fústaq y con el
artículo ár. {AL} > alfústaq, de aquí la forma antigua.
QUIF, ´hachís´.
Procede del ár. marroquí kif y este del ár. cl. kayf, que se traduce como ´buen humor´.
46
*RIBES, ´grosella´.
Del ár. rībās. La voz utilizada más bien en el catalán.
47
Existe un derivado : toronjo.
ZANAHORIA,
Del and. safannáryah, con cierta corrupción del griego.
La variante mallorquí es casi fiel a la forma original : safannária.
48
2. EL CAMPO SEMÁNTICO DE LA AGRICULTURA
El campo semántico de la agricultura también es muy rico en arabismos, ya que los árabes
eran agricultores muy hábiles y habían enriquecido esta esfera de la vida humana no
solamente con su léxico. Este campo semántico incluye 34 voces.
ACEQUIA,
del ár. sâqiya, lo que es el participio activo del verbo sáqà ´regar´. En el castellano antiguo
hubo variante cequia, sin aglutinación del artículo árabe, usual sobre todo en Aragón y
Murcia.
ALBACORA, ´breva´, ´el higo temprano de la higuera, porque el higuero da dos frutos´ (
en latín ficus praecox ).
Del ár. bākûra, que obtenemos del adjetivo bākûr, lo que significa ´precoz´. Covarrubias
confirma el origen arábigo de la palabra, pero con la raíz hebrea.
Existe la variante murciana de la voz sin integración del artículo ár. bacora.
ALBERCA, ´un estanque artificial´, ´un depósito de agua que se utiliza en la agricultura
para regar los huertos ´.
Del ár. bírka ´estanque´.
Alberca también es muy usado como topónimo.
49
*ALBUDECA, ´una especie de melón o sandía, muy aguoso y soso´.
Del ár. buttáiha, diminutivo de battîha y significa algo como ´sandía o melón de mala
calidad´.
Covarrubias añade que esta palabra no es propiamente castellana, sino catalana y se
utilizaba en los reinos de Cataluña y Valencia, y que la forma castellana para este fruto era
BADEA.
Covarrubias también opina que el origen es hebreo, del verbo bada, cual equivalente en el
latín era mentiri y eso porque nos engaña al parecerse tanto a un melón.
50
Otros ven su origen en la raíz hebrea.
ALQUERÍA, ´aldea´.
El ár.cl. qaryah dio en el and. alqaríyyah.
51
ARROZ
No todos están convencidos del origen árabe de la palabra. El padre Guadix la considera
arábiga pero Covarrubias por ejemplo no afirma ni la /a/ como el artículo arábigo y dice que
más parece ser la letra radical porque arroz se dijo oryza del latín y éste del griego.
Corominas, al contrario está convencido del origen árabe y dice que viene del ár. ruzz.
Existen testimonios de que el arroz se cultivaba en el sudeste de la Península Ibérica ya desde
el siglo VII, pero que se extendió tan sólo con la invasión musulmana.
Otro argumento es que en portugués se dice arroz y en el catalán arròs, mientras que en el
francés riz y en el italiano riso, que proceden ciertamente del griego.
También existe la variante roz en el inventario aragonés.
52
ciudad de donde se traían estos productos.
Del lt. damascus, que procede del nombre arameo de la dicha ciudad.
*GUILLA, ´cosecha´.
Del ár. cl. gallah que dio en el and. gilla.
53
Procede del and. ja´farí, pero tampoco se puede excluir la posibilidad de que viene de
ša´rí. Corriente había verificado que ambas posibilidades figuran en los tratados de botánica
andalusíes.
54
3. EL CAMPO SEMÁNTICO DE LA ALIMENTACIÓN
El campo semántico de alimentación también incluye una cantidad de arabismos, son 43.
ACEITE,
ya el padre Guadix menciona su origen árabe, puesto que en todas las lenguas romances se
ha conservado la denominación latina OLEUM, excepto el castellano y el portugués, sin
embargo en el castellano antiguo existía la forma romance olio ; en el castellano antiguo
llevaba -z-. Corominas considera su origen como semiculto y su carácter semiartificial por la
posible amenaza de homonimia con ojo, sin embargo muy pronto se generalizó como un
arabismo. El padre Guadix ve su origen en la palabra ár. zeyt que significa ´olio´ y Diego de
Urrea le da su terminación del verbo zeytum que significa ´ser saludable, dar salud´.
Existen muchas derivados de esta palabra : aceitera, aceitero, aceitoso, enaceitar, aceituna,
aceituní.
Los nombres latinos oliva, olivo siguieron viviendo junto a los arabismos, con predominio
del arabismo como nombre del fruto y de olivo como nombre del árbol.60
ACEMITE, Guadix : ´lo más remolido de los afrechos o salvados que salen de la harina´,
´la flor de harina´.
Del ár. samîd, lo que significa ´flor de harina´. Covarrubias, igual que Corominas
mencionan el probable origen griego de la voz ár. y eso de άζύµη ´sin levadura, sin fermento´.
Juan López de Velasco y Francisco López Tamarid ponen la palabra también entre los
arabismos.
ACÍBAR, ´ zumo de una hierba de un sabor amargo que se cultiva para propósitos
medicinales´
Otra variante del nombre para llamar a esta hierba proviene del latín a través del griego y es la
foma más conocida : aloe.
La voz arábiga viene del ár. síbar.
AJONJOLÍ, ´una especie de semilla, que los latinos habitualmente llamaban ´sésamo´´.
Del ár. ğon-ğolíl, ğulğulín.
55
Algunos lingüistas le agregan a la palabra el origen índico, sin embargo consideramos esta
palabra como un arabismo. La forma en -líl, de pronunciación incómoda, se asimiló a los
numerosos arabismos en -í.61
ALCUZCUZ, ´una especie de pasta o fideos que se fabrican a mano produciéndo fideos
minúsculos que se parecen a hormigas´. Plato típico de países árabes.
56
Del ár. kuskus.
Diego de Urrea, igual que el padre Guadix acuden al mismo origen.
El padre Guadix dice que la palabra es corrompida del verbo cazcace, verbo que vale
´redondear pelotilla sobre la palma de la mano´.
Diego de Urrea ve su origen en el verbo quesquese ´arrollar con la palma de la mano´,
haciendo así granitos menudos que se parecen a hormigas.
*ALEJIJA, ´puches que se hacen con cebada quebrantada y medio molida, cocida con
agua y sal´.
Del ár. dašîša ´cebada sin acabar de moler´.63
ALFEÑIQUE, ´una suerte de pasta dulce hecha de azúcar que se tomaba en los casos de
las enfermedades pectorales para desinfectar la garganta´.
Del ár. fānîd ´especie de dulce de azúcar´, la voz ár. procedente del persa pānîd.
57
*ALMODROTE, ´una especie de salsa compuesta de ajo, queso, aceite y otros
ingredientes´.
Palabra seguramente mozárabe. Los lingüistas suelen repetir que viene del latín moretum,
pero sin dar explicaciones fonéticas.
El padre Guadix incluye la voz entre los arabismos, pero sin darnos una etimología
convincente.
Corominas admite la alteración del latín, sin embargo insiste en el origen mozárabe de la
palabra. Dice que más bien parece ser un mozarabismo de motról o motród, equivalente del
sinónimo castellano morteruelo.
58
AZÚCAR
La voz castellana viene del árabe súkkar que, sin embargo, procede en definitiva del original
índico.
Del mismo origen es el portugués açúcar, el gallego zucre, el catalán sucre del cual
procede la palabra francesa sucre y el italiano zucchero que dio origen al alemán zucker.
En el español antiguo podemos hallar la variante con el grafema ç.
CAFÉ, ´semilla del cafeto´, ´bebida que se prepara del dicho fruto´.
A las lenguas romances vino del turc. kahve, que procede del ár. qahwah cuyo significado
original es ´vino´.
Al castellano pasó del it. o del fr.
Existe una cantidad de derivados como p.e.: cafeína, cafeinómano, cafelito, cafetal,
cafetalero, cafetear, cafetera, cafetería, cafetero, cafetín, cafeto, cafetucho, caficultor,
caficultura.
*CANDE, ´azúcar´.
Del sánscr. khanda, que significa ´polvo de azúcar´penetró al neops. como kand y de allí al
ár. qand.
La voz apareció en el cs. ya en el s. XIV.
Existe un derivado en el cs. : candiel.
59
CUZCUZ, véase ALCUZCUZ más arriba.
FIDEOS, ´una especie de pasta, hoy filiforme,65 que se utiliza especialmente para la
preparación de sopas´.
Corominas considera la voz como un híbrido romance basado en una raíz ár., Corriente,
sin embargo, niega esta teoría, admitiéndo, que se puede tratar de un híbrido, pero formado
sobre el verbo and. fád yifíd con el significado ´servir, aprovechar´ con un sufijo romance de
nombre verbal, que se entiende como ´aprovechamiento´ el que se haría de harina sobrante de
otros menesteres, convirtiéndola en pasta seca.66
JARABE, ´una bebida dulce, a menudo destinada para curar algunas enfermedades´.
Originalmente del ár.cl. šarāb, que dio en el and. šaráb con el significado ´bebida´.
También podemos encontrar las variantes jarope y jarapote, con el significado de ´jarabe´.
La última variante admitida por DRAE como la de Andalucía, Aragón y Navarra.
Existen derivados como : jarabear, jaropear, jaropeo, jarapotear.
60
Muy a menudo se prepara en forma de figuritas diversas´.
La etimología de esta palabra es bastante complicada, ya que hay una cantidad de sus
variantes en varias lenguas indoeuropeas. Existe una abundancia de testimonios que remiten a
un origen oriental, aunque la documentación en árabe es escasa, casi ninguna.
Hay diversas propuestas en cuanto a la etimología de esta voz : se puede tratar de un
neoarabismo halāwah marzabāniyyah con el significado de ´dulce de marqués´, pero existe
solamente una documentación muy moderna en el sirio, de la que se podría hablar en el caso
del italiano marzapane.
También se podría tratar de etimología popular a partir de masa y pan, partiéndo del
origen griego y logrando así el resultado en el and. mačpát, que ya está documentado como
´bizcocho o galleta seca´, pero también ´una sustancia tierna´, como es el mazapán.
*RATAFIA, ´un licor hecho de frutas, sobre todo cerezas o guindas, y canela, todo
adobado en aguardiente´.
Corominas sugiere su origen de Antillas francesas, pero Corriente niega su opinión,
argumentando, que probablemente pasó de Cataluña al Sur de Francia, y de allí a las Antillas
por emigrantes.
Corriente está convencido de su origen ár., porque, tratándose de frutas y especias, podría
considerarse como postre. El étimo puede ser rafisah, una de sus variantes berberizadas es
tārfist. De estas dos variantes se puede formar un metatético ratafisa y de aquí ya es fácil,
61
según Corriente, explicar todas las variantes romances de la voz.
SÉSAMO, ´un tipo de semilla, también conocida como ajonjolí´, ´Sesamum indicum´.
La voz es del origen latín y griego, pero estas lenguas lo han tomado de lenguas semíticas,
parece que del arameo šumšum o contracción de šaman šammi ´aceite vegetal´.
SORBETE, ´helado´.
Del ár. šarbah pasó al tur. serbet y de aquí lo tomó el italiano, de donde pasó al castellano.
62
4. EL CAMPO SEMÁNTICO DE LA VIVIENDA
Este campo semántico es el menos rico en arabismos de los cuatro campos estudiados.
Hay 29 voces arábigas pertenecientes a este campo.
ALBAÑAL, ´cloaca´.
Probablemente del étimo bālūah, el cual, sin embargo, no está documentado en los
dialectos occidentales. Se supone entonces una hibridación en el mozárabe.
ALBAÑIL,
del ár. bannā´ apareció en el and. albanná ´constructor´.
Existen derivados : albañilear, albañilería, albañila.
ALCOBA, ´dormitorio´.
Del ár. qubbah que dio el and. alqúbba.
ALDEA,
Del ár. day´ah, lo que dio en el and. addáy´a.
Existen siguientes derivados en el español : aldeano, aldeanismo, aldehuela, aldeón,
aldeorrio
63
Probablemente del ár. hayyiz ´espacio vacío´, que dio en el and. alháyz. En el caso de este
étimo surgen dudas fonéticas. También puede proceder del ár. fésha ´espacio´.
ALFOMBRA,
del ár. occ. hanbal que dio en el and. alhánbal.
También existen variantes alombra y alhombra.
Existen derivados como : alfombrar, alfombrero, alfombrista, desalfombrar.
ALMOHADA,
Del and. almuxádda procedente del cl. mixaddah.
Hay derivados de esta palabra como : almohadado, almohadilla.
ALMIREZ, ´mortero´.
El and. almihrás procede del cl. mihrās.
ARRABAL, ´suburbio´.
Del ár.cl. rabad dio en el and. arrabád.
Hay un derivado : arrabalero.
*ATAIFOR, ´un plato hondo o mesa baja que utilizaban los musulmanes´.
Viene del ár. taifûr que significa ´plato grande y hondo o mesa baja y redonda´.
Podemos hallar varios testimonios del uso de la voz en las funtes literarias de la época
musulmana en la Península.
AZOTEA, ´terraza´.
68 Véase pg. 140, Sebastián de Covarrubias Horozco, Tesoro de la lengua castellana o española, ed. 2006.
64
Del and. assutáyyah, diminutivo de sáth procedente del cl. sath.
*BELEZ, ´vasija´.
Parece ser mudejarismo procedente del andalusí balhíss, que significa ´algo que suena´.
65
Corominas dice que es un latinismo, pero todos los estudios conducen a un étimo andalusí
del qásςa, procedente del ár. cl. qisςah con el significado de ´escudilla, gamella, artesa´.
Se trata de un término folclórico y establecer su etimología resulta bastante difícil.
Las propuestas sobre el origen griego de la palabra se mostraron inadmisibles.
Corriente lo presenta en su Diccionario de arabismos.
En el castellano hay varios derivados de la voz : cazolada, cazoleja, cazoleta, cazolero,
cazoletar, cazolón y cazuela.
*GARRAFA, ´botella´.
Procede de la raíz ár. g-r-f con el significado ´sacar agua´, de la que se formó el nombre
garrāfah para llamar varias vasijas.
También la forma italiana caraffa parece proceder del neoár., merced a los frecuentes
comercios con Marruecos.
Corriente sugiere la procedencia semántica de la voz ár. qarah con el significado de
´calabaza´, ya que este fruto antes servía de vasija en el Norte de África.
JOFAINA, ´palangana´.
Del cl. jufaynah, diminutivo de jafnah.
TAZA, ´una especie de recipiente usado para tomar bebidas, sobre todo café o té.´
66
Seguro procede del and. tássa de las variantes clásicas tassah o tašt.
Existen derivados como el diminutivo tacita o el aumentativo tazón.
El presente capítulo incluye las voces de procedencia árabe de los mismos campos
semánticos que el capítulo anterior, con la diferencia de que aquí están incorporadas
solamente las voces actualmente utilizadas y vivas en el español moderno.
Para averiguar el uso actual de las palabras sirvieron de consulta los diccionarios comunes
como DRAE, SALAMANCA, MARÍA MOLINER y otros.
67
alcaparra, ´planta que produce frutos semejantes a pequeños higos´
alcaucil, ´alcachofa silvestre´
alerce, ´una especie de cedro´
alficoz, ´cohombro´
algazul, ´planta propia de las estepas´
alhelí, ´planta crucífera de jardín de diversos colores´
alheña, ´planta oleácea muy alta´
alholva, ´planta leguminosa´
alhucema, ´espliego´
alhuceña, ´planta crucífera de hojas vellosas´
aliaga, ´planta labiada´
almez, ´árbol de género Celtis´
almirón, ´diente de león´
almoraduj, ´mejorana´
almorta, ´planta leguminosa´
alpicoz, ´cohombro´
altramuz, ´planta leguminosa´
alubia, ´judía´
allozo, ´almendro silvestre´
amapola, ´planta silvestre´
arrayán, ´arbusto oloroso´
arzolla, 1. planta blanquecina, 2. almendruco
azafrán, ´hierba utilizada como especias´
azahar, ´flor del naranjo´
azucena, ´planta liliácea´
azufaifa, ´fruta pequeña´
azúmbar, ´planta alismácea´
badián, ´un tipo de árbol del Oriente´
bambú,´planta graminácea´
bellota, ´fruto de la encina´
berberís, ´agracejo´
berenjena, ´planta solanácea hortense´
bergamota, ´variedad de lima o pera´
biznaga, ´zanahoria silvestre´
68
estragón, ´planta de color amarillento usada como especias´
hachís, ´substancia extraída del cáñamo indio´
jara, ´una especie de planta´
jazmín, ´una especie de árbol con un olor típico´
jengibre, ´variedad de especias de un olor específico´
judía, ´alubia´
lila,´arbusto oleáceo de flores blancas o entre azul y rosa´
lima, ´fruto cítrico´
limón,´fruto cítrico de color amarillo´
madroño, ´un tipo de planta que produce frutos del mismo nombre´
magarza, ´planta utilizada por las mujeres al dar a la luz´
nenúfar, ´flor que crece en el agua´
nochizo, ´una especie de avellano silvestre´
palmiche, ´fruto de palmito´
pistacho, ´un tipo de árbol que produce frutos del mismo nombre´
quif, ´hachís´
quina, ´un tipo de planta´
retama, ´flor del castaño´
sandía, ´un tipo de melón, rojo por dentro y muy jugoso´
tabaco, ´Nicotiana tabacum´
támara, ´palma datilera´
tamarindo, ´una especie de dátil´
toronjil, ´una especie de hierba´
toronja, ´cítrico de sabor amargo´
zanahoria, ´verdura conocida´
69
alberca, ´depósito artificial de agua´
albérchigo, ´variedad de melocotón o albaricoque´
alcacer, ´cebada verde´
alcandía, ´una especie de cereal, semejante al maíz´
alfalfa, ´hierba de forma de trébol´
algarroba, ´fruto de algarrobo´
algodón, ´producto de algodonera´
almocafre, ´herramienta de agricultura´
alquería, ´aldea´
arcaduz, ´recipiente, cañería´
arroz, ´planta muy cococida´
azarbe, ´cauce que recoge agua sobrante´
damasco, ´una especie de albaricoque o cierta tela´
espinacas, ´planta comestible´
naranja, ´fruto cítrico´
noria, ´ingenio para elevar agua´
aceite
acemite, ´un tipo de sopa, papilla´
acíbar, ´zumo de aloe´
ajonjolí, ´sésamo´
albóndiga, ´carne picada con especias hecha en forma redonda´
alcaravea, ´planta usada como condimento´
alcuzcuz, ´ comida típica árabe´
alfeñique, ´un tipo de golosina´
almíbar, ´cocimiento de azúcar en agua´
arrope, ´mosto cocido´
atún, ´pescado muy usado en la cocina mediterránea´
azúcar,
café,
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caviar,
cebiche, ´plato de mariscos crudos en salsa de limón y especias´
cuzcuz, véase alcuzcuz
escabeche, ´adobo hecho con aceite, vinagre, sal y hierbas aromáticas´
fideo, ´pasta de sopa´
jarabe, ´bebida dulce´
julepe, ´medicina compuesta de jarabe y substancias medicinales´
mazapán, ´variedad de turrón hecho con almendras y azúcar´
moca, ´clase superior de café´
mojí, ´golosina de mazapán´
rabazuz, ´extracto de regaliz´
regaifa, ´pan de hogaza con aceitunas molidas´
sésamo, ´un tipo de semilla´
sidra, ´bebida fermentada hecha de manzana´
seviche, véase cebiche
sorbete, ´helado´
tabea, ´un tipo de chorizo´
yogur, ´leche fermentada´
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azotea, ´terraza´
azulejo, ´baldosín esmaltado´
barraca, ´vivienda rústica´
cazo, ´recipiente de cocina´
jabalcón, ´madero ensamblado en otro vertical´
jofaina, ´palangana´
sofá, ´un tipo de asiento´
tabique, ´pared delgado´
taza, ´recipiente para tomar café o té´
zafra, ´un tipo de vasija´
APÉNDICE
an. = andaluz, and. = andalusí, ant. = antiguo, ár. = árabe, aram. = arameo, ber. = bereber,
cl = clásico, cat. = catalán, cs. = castellano, dim. = diminutivo, ed. = edición, editado, eg .=
egipcio, esp. = español, fr. = francés, gr. = griego,hispanoár. = hispanoárabe, iberorrom. =
iberorromance, lat. = latín, mar. = marroquí, mod. = moderno, mozár. = mozárabe, neoár. =
neoárabe, neops. = neopersa, port. = portugués, sánscr. = sánscrito, tur. = turco.
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CONCLUSIÓN
El presente estudio está dedicado a los arabismos en el español. Hemos elegido cuatro
campos semánticos : flora, agricultura, alimentación y vivienda, ya que no era posible
elaborar un inventario de todos los arabismos, porque éstos alcanzan todas las esferas de la
vida humana y forman el segundo elemento más importante del léxico español después del
latín.
El objetivo de este trabajo no era solamente presentar un inventario de los arabismos
pertenecientes a dichos campos semánticos, sino plantear un punto de vista complejo sobre
esta materia. Acercar la historia de la España musulmana en sus diferentes fases, la situación
sociolingüística de la Península Ibérica bajo el dominio musulmán y acercar así la época de
bilingüísmo en que se encontró España en aquel entonces. Es obvio que no penetraban
solamente puros arabismos, sino se formaban híbridos o aparecían palabras de procedencia
latina a las que se anteponía el artículo aglutinado árabe ( almendra ). La situación se debía a
una brillantísima cultura y erudición de los nuevos invasores, que superaba a la latina que, en
aquel entonces, se encotraba en la fase de declive.
Los árabes introdujeron muchas cosas nuevas en la Península en todas las esferas de la
vida humana, y estas realidades nuevas había que nombrar de alguna manera. Como en el
romance no existían tales palabras, en la mayoría de los casos, se aceptaron las voces
arábigas. Los arabismos se adaptaban a las reglas fonéticas del español, como suele pasar en
el caso de las lenguas en contacto.
De los cuatro campos semánticos que hemos estudiado en este trabajo, el más rico en
arabismos es el de la flora. Mayormente, se utilizan estas palabras hasta hoy, aunque como
términos técnicos o con diferente sentido semántico. En el campo semántico de la agricultura
también podemos hallar muchas voces árabes y además, estos dos campos pueden penetrar
uno en el otro, así que, no se puede determinar un número preciso de voces pertenecientes a
uno de estos dos campos. Los campos semánticos de la alimentación y la vivienda ya no son
tan ricos en arabismos, pero incluyen muchas palabras que se utilizan hasta hoy. En el caso de
los arabismos la cuestión del uso actual es discutible, ya que hay palabras que ya no se
utilizan generalmente, porque fueron sustituidas por sus equivalentes españoles, pero se
pueden usar en ciertos dialectos peninsulares, sobre todo en Andalucía.
En este trabajo hemos intentado de proporcionar un inventario más o menos complejo,
según los estudios más modernos, porque en algunos diccionarios etimológicos no aparecen
ciertas palabras como arabismos, aunque ya se ha comprobado su etimología árabe, y en el
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caso de algunas palabras, se presenta su etimología árabe aunque la palabra no procede de
esta lengua.
En la última parte del estudio hemos separado los arcaismos de los arabismos actualmente
utilizados en el español moderno, lo que hemos averiguado en los diccionarios comunes de
uso actual como DRAE o MARÍA MOLINER.
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REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
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Berlin, Akademie Verlag ( traducción cs. con el título de La formación de los dominios
lingüísticos en la Península Ibérica, Madrid, Gredos, 1963 ).
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Minnessota Press, ( traducción esp. Vila, P.: Historia de la España musulmana ).
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Calpe.
Dozy, R. y Engelmann W.H., 1869 : Glossaire des mots espagnols et portugais dérivés
de l ´arabe, Leiden ( reimp. Amsterdam, Oriental Press, 1940 ).
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Guadix, D. de, 2005: Recopilación de algunos nombres arábigos que algunos árabes
pusieron a algunas ciudades y a otras muchas cosas, Gijón, Trea.
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vol. VI / 1, Tübingen.
Maíllo, F., 1991 : Los arabismos del castellano de la Baja Edad Media, Salamanca, U.
de Salamanca
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hasta el siglo XI ), Madrid, Espasa – Calpe.
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