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Cuento No.

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Categoria 2:Estudiante de 8 a 11 grado

EL TELEFONO
Era uno de esos días en que casi no pasa nada. El teléfono sonaba incesante, pero en
esa oportunidad parecía un sonido con voz propia. ¡Cada repique hablaba con particular
osadía!.

-¡Aló!,..¡Hola Ana maría!,..¿Cómo estas? ¡Que casualidad! En este mismo momento


estaba pensando en ti lamiéndome un pedacito de tu dulce boca. A esta hora quiero que
sepas que hay alguien pensando en cosas buenas y dulces,...¡Pecando en la misma
incandescencia del mismo lado de tu amor!-

-Reconozco que me halagas, pero... ¡No lo entiendo! ¡Esto es imposible de creer! Suena
muy audaz y pícaro,...¡Es como una novela sin autor que se escribió sola!. Solo llamaba
para sentirte una vez más y para decirte que no he podido dormir siquiera pensando en
lo nuestro-la chica coqueteaba con el sabor de la mentira. Ana maría se encendía en
llamas y ardores, excitación y lujuria, en pasión y en muchos temores.

-Pues, si. Quizás tengas razón en no creerme, pero,...¿No es increíble advertir en ti el


amor único que diluye gota a gota tu existencia,... ¿ Lo recuerdas?-esa oración
estremeció aún más el corazón de la bella mujer, que ansiosa por el deseo y la
pretensión de amar, enjugaba sus lágrimas en un pañuelo arrugado y frío.
-Nuestro tormento algún día llegará al cauce que nos tiene reservado el destino y cuando
suceda el encuentro, nos separaremos agotados, pero felices de amarnos santiago ardía
de pasión.

-¡Gracias por este hermoso regalo que me prodigas en tu original estilo!-Ana maría moría
lentamente detrás del teléfono.

El hombre sentía que tenía la partida ganada y con donaire y apostura se erguía cual
torero cuando ve al animal en el suelo jadeando por un halo de vida.

-¡No me cansaré de repetirte que te amo y te deseo como antes a nadie. Eres especial
para mi. Como una de esas diosas que con su presencia, empachan y hechizan sin
recato e inclementemente al hombre elegido, para honrar el deseo y el exceso en un
pastel de dulzura y amor! Allí es donde el sacrificio y el sufrimiento se toman de las
manos para danzar el baile misterioso en el desenfreno sórdido de un amor prohibido y
también cuando las manos tiemblan sudorosas por el poder y el sortilegio de amar sin
limites.
Es una ansiedad y sed de lujuria que profanan lo aprendido, pero con una ternura que
impresiona y excita a soñar en la alcoba de nuestras vidas, que no hay nadie
más,...¡Solo nosotros amándonos!-

-¡Aló,....Aló,...¿Ana maría, estás allí?,...¡Aloooo!- santiago se estremeció y con todo el


horror del mundo, escuchó través del auricular, la sirena de una ambulancia que se hacía
más audible en la misma medida que su corazón tanto más se aceleraba.

-¡Aló,....¡Aló......,¡Aló.................

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