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Los procesos térmicos para recuperación de crudo pesado han sido conocidos y
utilizados desde los años 50 del siglo XX. En los primeros años del siglo XXI, se
producen un aproximado de 2 millones de barriles por día mediante procesos
térmicos, principalmente por inyección de vapor en yacimientos pesados.
Dado que los yacimientos de crudo liviano y mediano están en su fase de madurez
y declinación, la producción de crudos pesados mediante procesos térmicos tendrá
un papel progresivamente protagónico para el suministro energético de la
humanidad.
La estimulación térmica con vapor, mejor conocida en inglés como "Huff &
Puff" (soplar y expulsar), es uno de los procesos térmicos utilizados para
incrementar la productividad de pozos en yacimientos de crudo pesado.
Se trató de hacer un barrido entre un pozo inyector y productor, pero debido a que
el yacimiento era somero, hubo una irrupción en superficie que obligó a parar la
prueba. Días después se trató de desmantelar el pozo inyector, el cual se vino con
alta producción de petróleo con flujo natural (se había iniciado por accidente la era
de la estimulación por vapor). El proceso tuvo éxito técnico y comercial desde el
principio y hasta el momento se le atribuye alrededor de un 50% del total producido
por métodos con vapor.
A diferencia del caso anterior, donde el proceso térmico es aplicado solo en pozos
productores (inyección de vapor y extracción de petróleo), la inyección continua de
vapor implica el desplazamiento de crudo desde pozos inyectores hacia los pozos
productores y por lo tanto entran en juego las consideraciones sobre control y
relación de movilidad entre el fluido inyectado y desplazado.
Dietz estableció en trabajos publicados a mediados de los años 70, que en procesos
de desplazamiento con vapor el mecanismo que gobierna la eficiencia volumétrica
no es la tradicional relación de movilidad entre los fluidos desplazado y desplazante,
si no por la relación de temperaturas entre el frente caliente de vapor y la
temperatura del fluido desplazado a condiciones de yacimiento, por tanto definió
una pseudo relación de movilidad que, para el caso de inyección continua de vapor,
es la 1/80 fracción de la relación de movilidad tradicionalmente calculada.
Dado que la viscosidad del crudo pesado supera los 500 cp., y la del vapor de agua
no supera el valor de 0,1 cp., la relación de movilidad supera los tres órdenes de
magnitud, es lógico que la misma siempre será desfavorable, incluso aplicando el
criterio de Dietz y tomando solo la fracción de 1/80, razón por la cual la eficiencia
volumétrica de barrido es usualmente baja en estos procesos térmicos. Los factores
de recobro se sitúan en el rango de 10 a 12% y las irrupciones de agua en los pozos
productores suceden relativamente de manera rápida y abundante.
Desde el punto de vista del balance energético, las pérdidas de calor a lo largo de
las instalaciones de superficie y de las paredes del pozo pueden ser considerables,
tanto que en promedio este proceso consume para efectos de generación y
transporte de vapor, el equivalente energético a uno de cada tres barriles de
petróleo producido, de hecho Dietz estima que a partir de un consumo de más de 4
toneladas de vapor para producir un barril de crudo (en inyección continua o
estimulación), se está inyectando más energía que la que se produce.
Para minimizar las pérdidas de calor a lo largo de la tubería y asegurar que llegue
a la formación el vapor con cierta calidad y no agua caliente (con lo cual se habría
perdido el calor latente que se desea transmitir), las aplicaciones tanto en inyección
continua como en estimulación Huff & Puff, se limitan a profundidades que no
superan los 4.000 pies. La Tabla 1, recoge algunas recomendaciones que orientan
sobre la viabilidad de proyectos de inyección de vapor.
El proceso se inicia inyectando vapor a través del pozo productor, con lo cual se
garantiza y acelera la generación de un área caliente entre ambos pozos,
posteriormente se inicia la inyección de vapor por el pozo superior. A condiciones
ideales se debe formar una cámara de vapor entre el pozo inyector y el productor,
que disminuye la viscosidad e incrementa la movilidad del crudo dentro de la misma.
Finalmente el crudo se mueve por segregación gravitacional desde la parte superior
de la cámara hacia abajo donde es recogido por el productor.
La primera prueba SAGD en campo fue registrada en el año 1987 en Fort McMurray,
estado de Alberta, Canadá. Desde entonces se ha incrementado paulatinamente la
implantación de proyectos SAGD en el estado de Alberta, donde se ubican los
grandes yacimientos de crudo pesado. Actualmente la producción mediante esta
tecnología alcanza casi los 200.000 BN/D de petróleo.
Fuente:
Intevep (2006).