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I. PRIMERA TENTACIÓN
v.1 “fue llevado por el Espíritu al desierto, para ser tentado por el diablo”
Después de bautizados, nuestros problemas no desaparecen.
Satanás intenta destruir nuestro pacto hecho con Dios y lo hace por medio de: problemas y
tentaciones.
Para sentir la necesidad de buscarlo y depender de Él. Las pruebas nos ayudan a crecer, fortalecer...
v.2 “Y después de haber ayunado cuarenta días y cuarenta noches, tuvo hambre”.
v.5 “Entonces el diablo le llevó a la santa ciudad, y le puso sobre el pináculo del templo”.
Lo llevó a un templo para tentarlo. ¿Puede el diablo llevar a alguien al templo? El diablo no respeta
personas ni lugares.
A veces somos utilizados para criticar, murmurar, mostrar errores, etc...
v.6 “y le dijo: Si eres Hijo de Dios, échate abajo; porque escrito está: A sus ángeles mandará acerca de
ti, y, en sus manos te sostendrán, para que no tropieces con tu pie en piedra”.
“Si eres Hijo de Dios”.
Otra vez, Satanás quiere que Jesús demuestre que es Hijo de Dios. Satanás diciéndole: “Si eres el
Hijo de Dios, ¿por qué tienes que exponerte al peligro de este mundo caído? ¿Qué haces aquí?”
Suena familiar. Si tú eres un hijo de Dios, ¿Por qué...? A nadie tienes que probarle que eres hijo de
Dios, sólo tienes que creerlo.
“Échate abajo”.
Satanás puede instar, pero no puede obligar a pecar. Satanás le dijo a Jesús “Échate abajo”, no podía
arrojarle”. El tentador no puede nunca obligarnos a hacer lo malo. No pude dominar nuestra mente,
a menos que la entreguemos a su dirección.”
CONCLUSIÓN
Jesús venció por la sumisión a Dios y la fe en él. “Someteos pues a Dios...” Santiago 4:7,8
Satanás tiembla y huye delante del alma más débil que busca refugio en ese nombre poderoso.
Jesús dejó todo esto por nosotros, que no sólo se desterró de las cortes celestiales, sino que por
nosotros corrió el riesgo de fracasar y de perderse eternamente. Entonces arrojaremos nuestras
coronas a sus pues y elevaremos este canto: ¡Digno es el Cordero que ha sido inmolado...!
(Apocalipsis 5:12)