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Memorias de una migrante

Diana Laurencich
Poesías 2007-2004
Argentina- España
Memorias de una migrante

I.Primera parte: Mi Vida ( de adelante para atrás)

Yo sé

Atrapasueños.

Miradas

Marilyn virtual.

A brazo partido

Desigualdad

Era tan fácil

Cumpleaños

Andar

Artritis reumatoide

Mudanza

II Segunda parte: Los Días

Día del niño

Vuelvo a ver

Invierno

Primavera y más primavera

Batallas

Hoy tormenta
III Tercera parte: Los Amores

Luna de Uga

Sin brillo

Archivo desconocido

Iván el terrible

IV Cuarta parte: Los Lugares

Eclipse

Homenaje

Invierno alemán

Kalima

La espuma de los días, ¿homenaje a B.Vian?

Viernes Disidente

Aterrizaje

Ambulatorio

Agua

África en frente

Testamento
)

Mi Vida (de adelante para atrás)


Yo sé

Sé lavar platos

sé pintar

sé hacer blogs

sé estudiar.

Sé limpiar un culo,

de viejo o bebé.

sé maquillar amigas como arlequines,

sé cuidar sobrinos e hijos,

sé usar la moladora y hacer decoupagge,

sé prender fuego

usar el horno

hacer comida.

Lavar zapatillas.

Lustrar zapatos.

Sé escribir

redactar

leer bien.

Word, illustrator,
painter, corel, flash.

Defragmentar discos,

limpiar virus.

Contar cuentos,

enseñar alemán.

Festejar cumpleaños,

recordar aniversarios.

Escuchar gemidos del otro lado,

hacer parir gatas

enterrar ratas.

Cuidar casas,

pintar muebles

dar conferencias

ponencias.

Diseñar power points,

hablar en radio y televisión.

Jugar al bowling

al pool,

mantenerme a flote en las piscinas.

Hacer poesía,

atender visitas.

Viajar en avión

en barco

en tren.
Apurarme si hay una cita

llegar primera o última

ser puntual, si lo amerita.

Pintar paredes,

grafittis, carteles.

Jugarme por amor,

soportar dolor.

Cambiar bombillas,

cuidar jardines ,

regar tumbas.

Enseñar historia,

lengua,

geografía.

Cuidar enfermos,

bancarme un golpe,

cuidar heridos,

escuchar testimonios

de violaciones,

desapariciones,

planificar vacaciones.

Hacer marqueting,

estrategias,

planes de cultura.

Hablar sobre Antonioni, Zanussi,


Fernando del Paso.

Sé qué escribió Borges,

qué es una chacarera,

un requiem,

un tumbao.

Una obra dodecafónica

tocar guitarra,

una zamba, una vidala.

Sé hacer galletitas

Gacetillas.

Hacer reiki a distancia,

masajes de cerca.

Sé sobre Man Ray y

los dadá,

sobre Duchamp,

medioambiente,

calentamiento global,

gestión cultural.

Hacer un colchón de arvejas

Como mi tía abuela,

milanesas,

coser muñecos y carteras

lavar sangre vieja.

Votar aquí
en el extranjero,

dormir en carpa ,

en castillos

hoteles cinco estrellas

pensiones de Valparaíso

hogares de Praga.

Sé que el color del Danubio no es azul,

sé viajar en camello por el desierto.

Tragar agua.

Tragar una pastilla sin agua.

Sé hacer un agujero con mecha para colgar un cuadro.

Sé cambiar cueritos de grifos.

Tender la cama de un hotel.

Pegar un grito.

-Me da desconfianza la gente que sabe de todo un poco-dijo él-. Me puse a llorar .

Nunca más, juré, contar lo que sé hacer.


Atrapasueños

Tengo un atrapasueños

en el ombligo de mi machito

en mis ojos vidriosos

en mi nuevo "deck".

Tengo mil esperanzas

de ver un glaciar

cristalino

algún día

en el alma del

tipo que se decida acompañarme.

El ying y yang rojo

de sangre nueva

golpea la ventana

cuando hay viento del sur.

El gris se lamenta

yo no.

El gris aúlla

yo no.

Yo miro
y espero

y digo,

fui mejor de

lo que pensaba.

Ya todo está concluído.


Miradas

Sentada en el colectivo miro.

Son ventanas al infierno .

Loli, la gran Loli, me dijo una vez:

-Si querés levantarte a un tipo,

clavale los ojos y sostené la mirada.

Esa noche te lo llevás a la cama.-

Debo darle la razón aunque sus ojos

ya estén clavados en otro mundo.

Murió de leucemia a los veintiocho años.

Jamás pude sostener la mirada de los tipos de los

que me enamoré .

Cuando pude, ya el amor había hecho estragos.

Leyó el antiguo idioma de mis pesares ancestrales,

los signos, los archivos del alma.

Ahora se baja la peregrina,

la devota,

la triste, el terrorista se queda.

Mira por la ventanilla

quizá confabula su próximo atentado.


La lluvia empaña los vidrios,

nos encierra a todos,

nos hace cómplices de asesinatos o distracciones.

Podemos mirar la nada.

A veces mejor que espiar el vacío de los otros.

Mis ojos de láser ,

Miran, escrutan, modifican direcciones,

como un cirujano,

nadie me sostiene nada.

Veo ojos huecos, apagados,

dolorosos o temibles .

Sólo la enamorada aquella,

sonríe, mirando la pantalla de su celular.


Marylin virtual

Un pensamiento

un rezo,

una llamada

un recuerdo.

La visión, el

entendimiento.

Comida lista,

una palmada en el hombro,

¿invitación a salir?

De mi encierro

de mi claustro

de mi tumba de tristeza.

Como una Marilyn virtual

con

su teléfono:

pido ayuda.
A brazo partido

Todavía conserva

los colores de la caída.

Los puedo ver.

Duele al estirarlo,

lo puedo mover,

parece un mármol.

Frío, blanco y violeta.

Lo puedo pintar.

La piel reseca

me la puedo lamer.

Chuparme los dedos

si me gusta la comida

y escribir mails con las dos manos

bañarme sin naylons

y sentir otra vez el sol

otoñal

calentando

mi brazo.
Desigualdades

Está nublado como a mí me gusta.

La ducha caliente relajó mi brazo.

La gata enroscada duerme a mi lado.

Me espera un largo día :

albañiles,

gasistas, plomeros, tareas escolares,

jardínería y comida,

psicólogo,

compras,

mails, diseños,

llamadas,

rehabilitación:

Mi brazo.

Mide unos cinco centímetros menos que el otro.

Estoy ajena al mundo.

Irán y Estados Unidos,

Kirchner y los finlandeses.

Muertos en las fronteras,

Muertos de sida,

Muertos de hambre.

Mi mente no cesa de compararse.


qué poco puedo hacer,

más que escribir.

Ayer fui al hospital ,

ví los dolidos rostros de los desposeídos.

De dignidad quiero decir.

Horas tras horas frente a una puerta

que abre al paraíso.

Los que están de este lado

Pueden esperar,

Saben esperar

Es en vano golpear.

Golpear la puerta de dios.

El que aparece tiene el poder,

con guardapolvo más poder.

De cualquier color.

Gastado o planchado.

Es mágico, cura, sana, salva.

Un verdadero chamán.

Aunque los desprecie desde su alopatía.

La ignorancia

duele más que la enfermedad.

Como la falta de libertad.


Un preso con la pierna enyesada hasta la ingle,

esperaba como yo, y

la maldita puerta cerrada.

Él escoltado por tres guardias,

con muletas y esposas.

Me miró con una mezcla de súplica y resentimiento.

Yo tenía un libro en la mano,

él, apenas podía estar sentado .

Sostenía sus

muletas.

Intenté imaginar su forma de dormir en la cárcel,

con un yeso tan enorme,

tan sucio, atado con algunos trapos para sostener

sus roturas.

Intenté imaginar su fuga.

No pude.

Los de uniforme que lo escoltaban

se reían mirando la pantalla

de un celular.
Era tan fácil

¿y si dejáramos de pensar

y nos convirtiéramos en las estrellas

que alguna vez hemos sido?

Apu Inti

Busqué en el Palinuro de México

leí a Molkas,

la muerte de mamá Clementine,

la visita al hospital,

el duelo a pedos flamígeros,

no encontré lo que buscaba y seguí.

Seguí buscando en mis sueños,

cartas,

recuerdos,

en una pared recién pintada,

sobre la pantalla azul del ordenador,

allá lejos en el medio del gris

de la kalima,

no había respuestas.

me acordé de Ampar y su

”leerás mucho sobre la a.r”

comenzó a doler mi espalda,

mis ojos a cerrarse,


la voz a enmudecer.

Balta vino desde su cama

con un nuevo libro entre sus manos.

Quería leerme cosas tontas:

lo hacían reír.

Lo mandé a dormir .

Esta noche, siendo ya las once y media

hora Argentina,

tres y media en España,

encontré lo que quería decir

pero no en un blog o un papel

sino en la oreja,

parecida a un duraznito

de un crío de diez años

que me espera ya dormido.

Gudnait.
Cumpleaños

4+3

tengo tanto para mostrar

para contar

para hacer

para decir

y tengo miedo.

Paralizante

abrumador

creo que son siete

los años que cumplí.

Espero la tarde

el circo

Baltasar haciendo el ángel

el sol entre las ramas peladas

de los árboles

quizá entonces

mejore mi ánimo

quizá aminore el miedo

y como Tom Hanks

en The Terminal

pueda ser fiel a mí misma.


Andar

Esperando el eclipse me quedaré

Un día más sentado aquí

En la penumbra de un jardín tan extraño

Soy metálico, en el jardín botánico

Radio futura

Caminé y caminé bajo la lluvia

los padrenuestros golpeando al viento

y el viento golpeando mi andar.

Un perro le ladraba asustado a mi rabia.

¿Adónde iba?

Quería apaciguar el fuego,

huía de la peste,

de la muerte,

de la sinrazón de mis acciones.

Hiroshima,

el gran hongo explotando en mi cabeza.

su desolación

su violencia y

mis ganas de golpear

hasta lastimarme los puños.


Algo, alguien.

Pero soy madre,

soy hija,

camino y camino

busco poder detenerme algún día,

sin lastimarme.

"hoy es un día en el que esperar el eclipse no es en vano",

dice la pintura.
Artritis reumatoide

Me gustaría que Palinuro

me explique eso.

Cómo terminan los que tienen la enfermedad.

Esas dos palabras, hoy , a veces,

me hicieron poner los ojos como

en la foto de

Zeta,

así de rojos y de cruzados

por finas venitas rojas.

Mi libro de homeopatía no habla

nada bien de eso.

Mi recuerdo se remonta a

un film de James Dean

en donde había una vieja vestida de negro,

¿era la madre?

con tules negros,

con polvos blancos,

con arrugas y deformidades.

¿Era artritis o se equivocó mi mamá

cuando me respondió en el silencio de

la sala de cine?

Pues nada,
hoy la artritis

no me deja descansar.
Mudanza

Como las serpientes

cambian de piel

yo cambio mi casa.

A esta nueva piel le faltan cosas

pero me gusta así,

sin adornos,

con el blanco de la luz

inundando todo.

Casa-taller-piel.
Los Días
Día del Niño

Dejaré de querer

-dijo un amigo-

dejaré de postear

-dijo un blogger-

yo de joder,

ellos de vivir.

Me quedé sin palabras,

viendo la muerte

de los niños,

mientras despacio,

revuelvo la leche

con chocolate,

para el mío.
Vuelvo a ver

Antes de dormir, antes de la lluvia,

del tranquimazín.

de la protesta airada del recuerdo.

Después del temblor,

del presentimiento confirmado.

Antes de la ardorosa pelea,

después de la dolorosa renuncia.

Mientras hay ruido a niño,

olor a niño. Sigo viva.

Y como un gato

la primera flor del ciruelo.

Audaz,

misericordiosa.

Un espejismo

de la primavera.
Invierno

Pronto acecha

y me gusta

tiene algo de filoso

algo de distante

y me gusta

duele y cambia

brilla y anestesia

otro invierno llega

y se va para siempre

después.
Primavera y más primavera

El jardín estalla,

de flores, de olores y pájaros.

La gata va a tener cría,

arrastra su panza por todos lados.

La vida vuelve a mostrar su magistral

engaño:

se tenía guardado lo mejor.


Batallas

Las batallas ganadas o perdidas

Aquí o allá,

En un blog ,

En el noticiario,

En la casa de al lado.

Quimera o Belerofonte

dice el guapo de Tom Cruise .

Yo digo Chechenia.

Más de 300 muertos

La mitad niños.

Belerofonte,

Ardides para sobrevivir,

Hoy no escribo,

Mañana duermo,

Pasado muero.

Ardides para soportar.

Septiembre,

La luz de septiembre en el sur es distinta al norte,

Como el blanco y el negro,

Y la frontera
Que cruzan

Los gastados.

Los intrusos del Al andalus.

Los que ya perdieron todo.

Ardides para sobrevivir.

Y una vela para unos cuantos niños que se

Preguntarán

¿Que fue lo que pasó?

¿No es acaso mi cumpleaños?


Hoy tormenta

El trueno, la gárgara

Y el plomo

Tres cuerpos acribillados

dice la radio.

Tanto escribir

los ojos rojos,

no ven el ratón pintado

en la bolsa de regalo.

Fue el día de la madre.

El perfume de los jazmines

de Marucha

reventando en mis latidos.

La conquista del desierto en sociales.

Genocidio, m’hijito,

Genocidio.

Tus armas son de papel

se doblan como estornudos.


Mamá no está loca hoy

le falta el rondodedron .

Le llora el techo.

La muerde el trueno.

Ayer pizza,

hoy tormenta.
* rondodendro: remedio homeopático para los que temen a las tormentas.

Los Amores
Lúa de Uga

Miércoles in de naigt...

siguen volviendo los mensajes

rechazados por el masterdiamanteposthotmail .

Intento de yahoo,

que ladydi quizá esté viva...

Esta noche te dedico la luna, lúa de Uga,

¿La has visto alguna vez?

¿La viste

en la ciudad donde duermen los camellos?

Lúa perra,

luna partida,

luna desértica

sobre el azul magritte profundo,

tan profundo que duele.

El azul de la lotería compartida.

Soy feliz,

fui feliz el lunes gracias a tu maravillosa nostalgia,


tu hoja roja, hierba roja, felicidad roja del 79.

Sin brillo

Qué desagradable a veces la luz de tu estrella

verla asomar sin brillo.

Un agujero negro.

Que desagradables los días de exilio,

los días de espuma, los de aborto, los días sin sol,

los días sin sol y tristes,

como los gatos tristes

como tus ojos

tristes,

chillando como los cuervos negros,

como los bronquios negros, el claroscuro negro

de Magritte.

Cuando ella se asoma no hay luz para mí.

Me duele su brillo a las seis de la tarde,

y me duele su brillo al levantarme

si presiento

que va a aparecer gloriosa en su cielo de invierno.

 
Lleva mi nombre y

sabe que lo puedo hacer mejor que ella.

Y no me deja.

No me deja sin embargo.

No me deja brillar.
Archivo desconocido

El maldito soundmon.exe

todavía esta aquí,

en el medio de mi notebook.

En mi escritorio virtual.

Marca algo que ni vos ni yo pudimos resolver.

Si vieras mi casa esta mañana,

no hubieses preguntado por qué no fui al aeropuerto.

Si vieras mi desorden

Si te doliera el cuerpo

y los deberes de madre

amontonados

te reclamaran,

no pedirías nada.

Sólo me hubieras dado el beso del cuento

y sería

tu princesa.
Aunque fuera solo un día.

Iván el terrible

Vi tus ojos de ciego

tus pantalones plateados

la bocina de tu acordeón.

La catedral vacía

huelga de basureros

era Munich

era gris.

Era la primavera

sin sol.

Y me enamoré de tus sonidos.


Los lugares
Eclipse

Hay fiesta en España hoy.

El eclipse anular viene a ocultarnos algo.

Quizá los cuerpos que quedaron anoche

colgados de las púas de Melilla.

Por las dudas, hay que mirar al sol

con gafas de soldador.

¿O de soldado?

*En Melilla se levantó una gran alambrada de seis metros de alto, para que los africanos no ingresen ilegalmente en España. Una noche más

de seiscientos decidieron hacerlo en masa. Muchos quedaron colgados de las púas quejándose, la TV mostraba al mundo lo que no se debe

hacer
Homenaje

Los que vuelan.

Niños, críos con hambre

en una ciudad argentina,

pintan con pétalos algunos pájaros,

algunos ángeles.

Los que vuelan,

por los que volaron ayer en Gaza,

con sus pequeñas alas,

sin llegar a saber

que el mundo en el que nacieron y murieron

es más ancho que una absurda bomba.


Invierno alemán

Hay olor a bosque

Él me dice-¿no te importa que me muera?

Me hace reír,

Casi se cae de la escalera

por apurado.

Casi se cae.

como el chico de La Ciénaga

que se cayó.

Y se mató.

-Si que me importa.

Por qué lo decís?-

-Y, si no me mirás!

Dale Má!

Están Los Trece esperando,

En un dvd, en un bolsillo del bolso.

Tan pequeña puede ser mi felicidad.

Brad Pitt ,el estafador de mis buenos

momentos.

Tan verde puede ser el bosque

de mi recuerdo
En Locham.

En el banco del bosque donde

llorábamos los dos.

Camino a Gräfelfing.

Llorábamos vos y yo.

Vos buscás el mango

yo busco que mi viejo

vuelva atrás en el tiempo

que mi vida

vuelva atrás en el tiempo.

Oler el bosque

el que queda cerca de Gräfelfing

con el banco en el medio.

Entre los árboles

que todavía tienen perfume.

Las lágrimas se deslizan más suaves

cuando uno huele bien.

Como los dedos por las axilas

de nuestro hijo

que se puso talco después de lavarse

y parece un bebé.

Tan lejos el amor

de su sonrisa infantil.
Tan lejos el enterito celeste

tejido al crochet

y el olor del pañal

meado.

Peinate -le digo-

-Para qué- Contesta subido a la

soberbia de sus once años

con rollers nuevos

en los pies.

-No sé, para mantenerte limpio...

como cuando ...

Su mirada me devuelve las palabras al

fondo de la garganta.

¡Para qué?

Nunca ya va a volver a ser bebé

aunque sus axilas todavía lampiñas

parezcan afirmar lo contrario.

El contestador en alemán

me trae el perfume

de mi sótano, de mis sábanas

de mi bunker.

Madera y plumas.

Juventud.
Un retrato de mi sobrina

sonriendo con su capuchita blanca

en la repisa.

Tenía meses, cuando

todavía no sabía mentir.

No hablaba para adentro.

Lo que daría hoy por dar cuerda al reloj

para que atrase

y volver a la cantina

del Finanzamt

a romper los cincuenta platos todos de una vez.

¿Cuánto daría por no saber decir jabón en alemán?

Lavate las manos. Las tenés sucias.

De tiempo.

De vida.

De desdén.
Kalima

La Kalima de mañana es perder el horizonte,

ver quizá,

un barquito en el medio del gris.

Algo de

cielo en el mar.

Un preludio de muerte calma,

tranquila.

Ahora un velero pasa rápido, marcando una grieta,

los contornos no existen, todo se hace

pesado.

Hasta el alma.

Al mediodía la luz me ciega repercutida

miles de veces en las arenitas que vuelan.

Por la tarde el azul del cielo se hace dorado

y me tranquiliza.

Ya pasó otro día más.

* kalima, o calima: es un fenómeno que se da en la zona del Sahara y las Islas Canarias, cuando vuela la arena del desierto miles de

kilómetros y llega a las Islas .


La espuma de los días , ¿en honor a Boris Vian?

El flamenco me acunaba los sábados a la noche

desde Radio Nacional,

recién llegada a la isla,

en la tristeza del  primer

destierro sin retorno imaginado.

El viento soplaba entre las palmeras.

Sabía que ese no era mi destino,

El Por qué

me arañaba el cerebro todas las noches.

Los cantaores con sus ayes me contestaban, y así

me dormía, tapando voces que no quería escuchar,

gritos que no quería oír

e historias que quería

olvidar.

Sabía,

como siempre lo supe, que lo que nos hace

bien dura poco.


Viernes disidente

Hay olor a plastilina en la casa.

Mi hijo desparrama sus verdes y pegotea los magentas de chicle.

Recuerdo los moldes de tortitas,

antes eran de metal.

Y los sábados grises por la mañana.

Argentina.

Rutas argentinas hasta el fin.

El cura tercermundista - nos decían- era pelado y flaco,

hablaba de los demonios que uno lleva adentro,

gloria in excelsis Deo.

El órgano de San Rafael ahuecaba más miedo,

el mal,

gloria in excelsis.

Nuestra voz aguda cantando el Gloria,

sería por Pascua,

Pascua de Resurrección...

¿Dónde estoy?

¿Un puerto en una isla?

Lejos del Mediterráneo.

Del Río de la Plata,


la ciénaga infame que lo vuelve todo gris,

hasta los corazones de los que la habitamos alguna vez.

¿Algún crucero llega hasta aquí?

Sí. Vendrá el Queen Mary.

El Queen Mary y las Alfombras de Sal de los

conejeros.

Los pobres de España

trabajando en las alfombras .

de los ricos del Norte.

Espiándolos.

Ofreciendo hasta lo que no tienen.

Apestan los pobres. Apestan los ricos.

¿Pero quién a qué?

Unos a sudor de Alfombra de Sal.

Otros a animal.

Argentina.

Un tren la atraviesa veintidós horas hacia el norte.

El olor de las naranjas y los gritos a media noche me despiertan.

-¿Paraguay?

-No, m´hijita, no, la república indómita de la Mesopotamia,


tierra roja y río hirviente,

Paraná.

Caldo dónde uno puede refrescarse

cuando afuera la solidez llega a los 45 grados.

-¿Y los Jesuitas?

-Allá, más arriba.

Más arriba del recuerdo,

después de un bus con aire acondicionado y el vestido

helado, pegado y helado.

Regreso a Alemania.

El vestido a rayas amarillas y blancas.

De lino. Y el colgante marroquí.

Me lo regaló una amiga

en mi última navidad de Munich.

Ese año vi por vez primera a Jethro Tull en el Olímpico.

Gloria in Excelsis Jethro y su buree.

Tenía hojitas de parra adentro,

el colgante, tenía hojitas

algo verde era...

De Turquía o Grecia.

De donde trajo el Retsina con el que

brindamos por mi vuelta.

Y me regaló un conjunto blanco,


de blusa y falda.

Blanco, de lino blanco.

La blusa la manchó mamá la noche que agonizó.

Después la lavé con Skip y la guardé en el cajón que olía a limpio.

La falda me la olvidé en algún pueblo.

Hacía rato que no escuchaba a Disidenten

hacía rato que no me recordaban

lo que perdí.

Dónde estará la Palladium ahora.

Dónde los tambores del africano que producía Peter Gabriel.

¿No vendía Inglaterra por una libra?

Mi memoria, ¡mierda!, la he perdido.

A veces pienso que es mejor,

que por algo la perdí.

Era linda cuando bailaba.

Tenía un mechón de cada color.

Rojo, blanco, negro.

Y un gran futuro por delante.


Ahora estoy en un puerto lejano.

Esperando un crucero que nunca va a venir.


Aterrizaje

Estuve metida en la kalima de la tarde.

Entre la sordina del aterrizaje que bloquea las voces

y la luna.

Una bola loca traslúcida rosa

desangrada por grandes nubes violetas.

Debajo de ellas

la costa africana.

Desde arriba era inmensa

hasta la nada.

Después bajé al mundo con un bono de Spain Air

descontándome su retardo en mi próximo vuelo.

Al tocar la pista de la isla volcánica

vi un avión gris, pesado y triste:

Las Reales Fuerzas Armadas Noruegas

dándole la espalda al mar.

Metidas entre la kalima y la noche.

Más o menos como yo.


Ambulatorio

Prozac.

Bendito y poderoso.

Hoy sonó mágico en los labios de la doctora Perdomo,

Dolores Perdomo,

-Alivios Perdomo-, ironizó Baltasar-.

Rita y su muleta. Tito y su tristeza.

Valdi y su eterno viaje a Barcelona.

Casi otra amenaza, pero él no lo sabe.

Prozac, contra mujeres lelas,

Contra la idiotez humana.

Escudo contra los males de este mundo.

Llega el Prozac a mi vida.

¿Que será de mí?

Ayer tuve un sueño muy feo :

Mi siam, meine zwilinge,

con los ojos abiertos decía:

-No quiero estar en la cama 9184,

esto es muy importante-,

casi una clave.


Yo tengo un número en el camisón comprado en el mercadillo de Macher.

Un camisón amplio, de gorda, amplio, de enferma mental amplia.

La vida quizá sea el desespero de la mirada de Ale

-No quiero estar en una cama 9184,

Esto es muy importante-.

Ella se movía en mi sueño,

O yo lo creía así.

Un mal sueño.

Una cama,

Un hospital,

Un camisón

Y el Prozac.
Agua
En Asturias y Girona,

en New Orleans, en Guatemala,

en la selva,

en el vientre de los hinchados que

no sabían nadar,

en el tsunami

que la inglesita

gritó a tiempo

y que los animales previeron.

Agua para no morir de sed,

para enjuagar los ojos

de los que lo vieron todo,

la que no llega,

agua bendita

para muchos,

indiferente para otros,

vida o muerte

para la gran mayoría

de hijos

que habitan este sediento mundo

para los que en estos días


perdieron bajo el agua lo que tenían,

mientras yo reía.
África enfrente

África,

un camisón blanco de hospital, con un número.

paseándome por la casa con olor biodegradable.

Ulises me dijo :-pegó en el poste

,eso no es gol, pensé yo.

Siempre pego en el poste y nunca la entro.

Todo está tan negro hoy,

sólo mi camisón es blanco, con un número.

quién sabe la loca que lo habitó,

yo ingenua me lo pongo feliz.

Lo compré por dos euros en la rotonda de Macher,

Me acompañó la de culo gordo.

Mirando por su ventana veía a los pájaros blancos

Sólo a ese árbol volvían, sólo en ese árbol

de toda la isla podían sobrevivir,

En la noche los espiaba


durmiendo, como yo blancos

en la noche,

gordos como yo,

abrigados y temerosos como yo,

abrazados a su árbol como yo abracé a mi nogal antes de venir.

Barcelona.

El lugar donde quiero ir,

el lugar de los antiguos amantes.

El lugar de un posible atentado

el lugar dónde fui feliz setenta y dos horas

el lugar frío pero lleno de amor

como aquí nunca tuve.

África en frente,

saharauis llegando en pateras con el miedo en la voz,

en cayucos, destrozados como yo por el miedo inmigrante,

Que te tumba las venas.

-Quiero volver a Kenia, cuando voy a volver a Kenya- me preguntaba hoy Alí.

-¿A descansar, a jugar entre leones,

A sentirme dueño de la tierra?-.

África en frente.

El dolor en el pecho, dormir como el tipo ese


de la portada Del País.

Un saharahui

arropado por un guardia civil,

en vez de condenarlo lo abrazó,

Quiero ese abrazo.

Quiero que me digan tenés que dormir

la receta es dormir

y olvídate lo que viste

los gritos y susurros

lo que escuchaste

lo que no gritaste.

Y más.

Tenés tiempo para jugar con tu crío

y más.

Vas a volver a ver a tu papá,

una vez más,

una vez más,

Ver Ezeiza y abrazar.

Dolor y más dolor.

¿Qué se puede hacer sino tratar de olvidar hasta el propio cuerpo?

Dolor y más dolor.

Mi hijo al lado tan profundamente dormido.


Testamento

(Para mi hijo , por si nunca volvemos)

Tenía una bicicleta de media carrera,

que me regaló Valdi con un moño rojo,

en Mar Del Plata.

Unas cuantas fotos blanco y negro,

que me sacó un amigo Gringo en Uruguay.

Un video de Baltasar cumpliendo un año.

Comía asado como un animalito, había globos y alegría.

Y familia.

Creo que está en Buenos Aires.

Tenía un premio de dos pasajes a Mallorca.

Vencieron ya.

Tengo una buena amiga en Guatemala, cerca de Antigua,

sus hijos me recuerdan con amor ,

fui un personaje raro en su infancia de Concordia.

Tengo otra buena amiga en Perú,


la Uribe,

aunque es colombiana y con 18 años de haberse enfriado en Europa.

Anita, decía “quiú” cuando atendía,

y el vinagre doblaba los huesos de los conejos que se comía cuando tenía hambre,

después con ellos hacía esculturas en París.

Después conoció a David, que rodaba Munich

sobre su bicicleta y llevaba una sonrisa tranquila,

hasta el día que desde el Max Planck lo retornaron a servir a su país:

Matemática pura para un matemático.

Otra preciosa, Silvia,

que escuchaba a Calamaro,

mientras me hablaba de cómo batalla el salmón para parir o desovar,

ya no recuerdo.

A ella la envidiaba cuando no la conocía,

se había quedado con mi primer novio.

A una la perdí por el camino, siempre supe que así terminaríamos, aunque fue la mejor

compañera de andanzas en nuestros veintitantos.

Y la última buena amiga que me queda,

más lejos de lo que deseo,

nacida en Lima,

criada en Brasil,
educada en Miami y

descorazonada en Alemania.

Mi fiel y triste Ani.

Ani “Maraña” le decía.

No me olvido de los amigos,

pero los amigos siempre fueron

ex o posibles amantes,

así que mejor no nombrarlos

y dejarlos en paz, ellos saben quienes son.

Tengo a mi amiga Mona,

a quien le dejo el libro Valor para Cambiar.

El Sólo por Hoy es para Baltasar.

Tengo un perro negro en el medio del corazón clavado,

que abandoné en Mar Del Plata cuando debí partir.

Creo que todavía nos buscamos, aunque sólo sea en sueños.

Tengo una Machintosh, que se lo dejé en guarda a mi sobrino ,

me dijeron que no anda màs.

Tenía guardada en un cajón verde, de un escritorio que perteneció a mi hermano,

una carta con cincuenta Deutsche Mark,


llegó a poco de nacer mi hijo.

Era de Frau Hallasz,

la húngara que rivalizaba con Marlene Dietrich,

y que nos dedicó su libro :Deadly Carrousell,

allí cuenta como salvó del exterminio nazi a cinco judíos.

Tengo diez o quince pinturas en Perú,

en la galería de Collado,

amigo de la cantora de rancheras en un Gräfelfing nevado.

Ella quería saber como era la navidad con frío.

Pilar. Pilar Pomposini.

Veinte en la casa del diseñador del Museo de Arte Contemporáneo

de Chile el otro día encontré su nombre: Gatica.

Veinticinco pinturas en el Museo de Arte Contemporáneo, Aryentain,

dos o tres , no lo recuerdo, en la colección of Latinamerican Art de Essex ,

una o dos en Austin, Texas,

y otro par en Brasil, Campinas,

Museu Carlos Gomes.

Algunos libros de arte correo,

en una caja bordeaux de bombones de Lion D’Or,

así como algunas fotos de mi vida y la de Baltasar,

de Valdi y mis sobrinos.

No sé que es lo que no fue descuartizado en el reparto de los recuerdos.


Había también recuerdos de Humberto Nilo,

que provocó tanto jaleo y movilizó tantos MAIL ART

cuando lo echaron de la Universidad de Chile.

Tengo un libro de Mori Ponsowy,

anaranjado y finito,

que se me prendió en el alma junto a un disco, Umani,

que siempre me hace llorar.

Tenía libros que no se encuentran,

libros que me han robado,

otros que se han perdido.

Por eso ahora me premian en las bibliotecas.

Tengo discos que doy por perdidos,

discos que me han sacado a punta de pistola en la cabeza.

Por eso ahora me hice pirata.

Tengo cajas de Tranquimazin,

Tranxilium,

Dormicún,

Rohipnol,

Prozac,
Lexotanil,

Valium ,

Rivotril

y tantas otras

que aumentarán los contenedores de cartón reciclado.

Las pastillas me las llevo puestas.

Tenía collares valiosos y de los otros,

pulseras de oro, con dijes, uno de la torre Eiffel,

que nadie pudo arrebatar en ningún tren de la línea Sarmiento.

Muchos cuadernos escritos con retazos de mis tristezas.

Una preciosa postal que dice, NO TRABAJES TANTO; que pueden poner en mi epitafio,

aunque sacándole el NIKE MADRID.

Tengo gente que me quiso, me quiere y me querrá.

Tengo gente que me quiso, me odia y pasará de mí.

Tengo guardados despechos de amor que no pudieron ser.

Aunque sabiéndolo desde el principio,

siempre me encajeté con hombres equivocados.

Tengo mi dignidad, aunque no se bien para que me sirvió.

Tengo un padre viejo, viajero, en quién sabe dónde,


que me quiere a pesar de mis 41 años.

Tengo un hijo al que le debo estar viva,

tiene el flequillo recién cortado,

un lunar en la mejilla izquierda

y mucho malhumor por las mañanas

y mucha alegría por las tardes.

También tuve el amor de un hombre,

que no supimos traducir,

así que no pudimos entender,

así pues, que lo perdimos.

Todo lo demás,

no vale nada.

Noviembre 2004- España.

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