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Enfermedades de los Peces (2)

Para entender los problemas que generan las enfermedades de los peces, se deben manejar dos elementos: comprender el medio
ambiente acuático y la experiencia. Entendemos como experiencia la suma de los conocimientos teóricos elementales y la capacidad
de establecer un diagnóstico correcto.

Vamos a dar por cierto que el acuarista comprende el medio ambiente acuático y que efectúa controles regulares sobre la calidad del
agua (medición de amoníaco, nitritos, pH, etc.). Partimos de la base de que el ambiente en que viven sus peces es aparentemente
correcto y que realiza cambios de agua con regularidad. También debemos dar por cierto que no se han introducido nuevos peces sin
ser sometidos a cuarentena.

Si todas estas medidas destinadas a prevenir no fueron suficientes y uno o varios de los peces se han enfermado, debemos pasar al
siguiente paso, o sea a diagnosticar la enfermedad. Para que eso sea posible trataremos de explicar los síntomas y patología de las
enfermedades bacterianas más comunes.

Podredumbre bacterial de las aletas.


Hace apenas 50 años que Schäperclaus señaló por primera vez esta enfermedad, conocida en los países de
habla inglesa como Tail Rot o Fin Rot.
 A partir de ese momento se han realizado estudios e investigaciones, fundamentalmente sobre su etiología,
y no siempre se ha llegado a opiniones coincidentes.
Esto es así porque en la etiología de la podredumbre bacterial de aletas confluyen una serie de factores
ambientales y una importante cantidad de agentes microbianos. 

Normalmente deben darse estas dos condiciones para que se desencadene la enfermedad, la cual puede atacar a un individuo o
convertirse en epizootia. 
El Dr. Daniel Carnevia (obra citada al pie), menciona la epizootia de Texas que produjo 750.000 muertes en la estación de piscicultura
comercial, a lo largo de toda la cadena de estanques (Toole & Tiller, 1864).

Es difícil diagnosticar la bacteriosis de aletas en los inicios de la enfermedad. Esto es así porque apenas existen síntomas visibles,
como no sea un ligero enturbiamiento del borde de una o más aletas. Por lo general esta enfermedad comienza en la aleta caudal.
Este enturbiamiento parece tener dos etapas diferentes: 
1º una ligera opacidad poco perceptible, que por lo general se manifiesta  en un pequeño sector del borde de la aleta afectada.
2º un enturbiamiento, ligeramente blanquecino, que abarca un sector más grande o todo el borde de la aleta atacada.
En el primer caso se debería al inicio de la colonización del organismo por parte de las bacterias; en el segundo se trataría de una
defensa del organismo ante el ataque.
Sea como fuere, este es el momento en que más fácilmente se puede remitir la enfermedad ya que los tejidos aún no han sido
deteriorados en profundidad y una simple desinfección de la zona afectada suele ser suficiente. Ver Tratamiento, más abajo.

En poco tiempo el enturbiamiento se va convirtiendo en una línea bien marcada, definidamente blanquecina, que abarca el tejido
blando del borde de la aleta. Esta línea no es otra cosa que la desintegración del tejido atacado a lo que se suma un aumento de
secreción epitelial y conjuntivo que produce el propio organismo.

A partir de esta etapa la enfermedad puede tomar dos cursos paralelos: 


>El proceso de colonización comienza a progresar destruyendo no sólo los tejidos blandos, sino los radios cartilaginosos de la aleta,
de modo que la aleta se va disolviendo poco a poco hasta quedar resumida a un muñón;

> A la colonización original, generalmente producida por Pseudomonas fluorescens y Aeromonas


liquefasciens, se le suman Mycobacterium sp. y Myxobacterias del género Cytophaga columnaris y otras.
Por otra parte, los tejidos necrotizados servirán de hospedaje para hongos de los géneros Saprolegnia y 
Achyla. 
Las Myxobacterias que son colonizadores secundarios, con el transcurso del tiempo pasan a ocupar un
lugar preponderante dado su poder de destrucción de proteínas. Mycobacterias son las responsables de
enfermedades tales como tuberculosis (ver fotos izquierda y más abajo).
Una vez que la colonización destruyó la aleta y se localiza en el pedúnculo caudal, la enfermedad se torna
muy difícil de remitir ya que para ese entonces estará colonizado el torrente sanguíneo dando lugar a una
Riñón con septicemia. 
Mycobacterium sp. Estudios realizados durante los últimos 30 años han demostrado que la enfermedad se propaga por el agua
y por el contacto entre el tejido infectado y uno sano. 

Si bien hemos mencionado algunos aspectos de la etiología de la enfermedad, hay un aspecto que dejamos para tratar ahora. Según
todas las experiencias e investigaciones, para que se desencadene una podredumbre bacterial de las aletas es necesario que se
quiebre el equilibrio entre las defensas del organismo y la población omnipresente de bacterias, hongos y otros
organismos. Es decir que se tienen que crear condiciones favorables para que las bacterias facultativas se conviertan rápidamente
en patógenas.
Se ha comprobado que la mayoría de los peces dejan de producir o disminuyen sensiblemente su producción de anticuerpos con la
disminución de la temperatura. Aún los peces tradicionalmente de aguas frías como Carassius auratus, disminuyen notoriamente o
dejan de producir anticuerpos IgM por debajo de los 12º C, casi la misma temperatura que las carpas. En los peces tropicales, pese a
que hay muy poca información al respecto, se produce esa disminución con variantes térmicas según las especies. Las experiencias
realizadas con Pterophyllum scalare marcan un límite de 19º C y en Mollys negros ( Poecilia latipinna) en 16º C. Por otra parte, el Dr.
Carnevia  expone que en el P. scalare las bajas temperaturas inhiben la secreción mucosa por un lado y la inmunidad celular
superficial por el otro.

Por lo tanto si un pez se encuentra en un ambiente con temperatura por debajo de sus requerimientos, deja de producir anticuerpos,
reduce sus defensas epiteliales y -por lo menos en el caso del P. scalare- pierde la inmunidad celular superficial. De ahí a un ataque
bacteriano (o de cualquier otro organismo) hay muy poco espacio.

Otros factores para que se produzca una enfermedad bacterial pueden ser:
> pH excesivamente bajo o excesivamente alcalino.
> Heridas no desinfectadas generalmente producidas por roces contra superficies duras, riñas entre peces, maniobras al manipularlos
con la red, etc.
> El Dr. Amlacher por un lado y Reichenbach-Klinke por otro, mencionan que la falta o escasez de ácido fólico (antianémico) favorece
la baja resistencia a las bacterias.
> La superpoblación de bacterias dentro del acuario (exceso de materia orgánica en descomposición) y el contagio por introducción
de peces infectados, son tal vez las causas más comunes.

Tratamiento
Aunque Schäperclaus no recomienda la pincelación sobre las zonas afectadas porque las tinturas suelen
dañar los tejidos del pez, el autor de ésta nota ha obtenido resultados satisfactorios en el tratamiento de
casos individuales (en particular peces de porte medio a grande) mediante la utilización de iodo orgánico
(Povidona-iodo, solución con la marca Pervinox o similares) diluido en partes iguales en agua destilada y en
varios casos utilizándolo puro (sin diluir). Los peces así tratados (en las primeras etapas de la enfermedad) se
colocaron en acuarios de cuarentena a temperatura máxima según la especie que se tratara y con agua
perfectamente limpia.
> Cuando la enfermedad se comenzaba a tratar en una etapa un poco más avanzada, se obtuvieron
resultados favorables mayores al 50% con oxitetraciclina ( Terramicina) disuelta previamente en agua tibia y
colocada directamente en el acuario contaminado a razón de 500 mg. cada 50 litros de agua, renovándose
1/3 del agua cada 24 hs y repitiendo la medicación durante cinco días.
Quiste de > En casos más severos, cuando el deshilachamiento de las aletas se encontraba aún más avanzado, se
Tuberculosis  utilizó con éxito el agregado de cloramfenicol (Chloromicetyn de Parke Davies o similares) en la comida a
en riñón. razón de 1 mg. por gramo de alimento (o sea 250 mg. en 250 gramos de pasta). Debemos reconocer que, en
nuestro caso, muchas veces hemos suministrado sobredosis sin que se hayan notado alguno de los
problemas que se suelen señalar en la literatura. Sin embargo teóricamente sería lógico suponer que, en particular en pecílidos, la
sobredosis de cloranfenicol debería producir por lo menos una esterilidad temporal. Este tipo de alimentación debe suministrarse
durante tres días consecutivos.

Los tratamientos actualizados


>La Enrofloxaxina (Producto de venta exclusivamente en veterinarias) a razón de 1 ml de
solución inyectable cada 100 litros de agua, diluidos directamente en el acuario es la medicación
que recomendamos. En nuestro caso utilizamos Enrofloxacina de diversas marcas comerciales
con excelentes resultados en casos bastante avanzados (incluyendo los ataques de Aeromonas 
en Symphysodon sp. y Myxobacterias). La dosis se repite a las 48 horas. La Enrofloxacina se
extrae mediante una jeringa provista de aguja (desinfectando la tapa y la aguja con alcohol
puro), y se puede agregar directamente en el acuario o diluirlo previamente en un recipiente
Colonia de Aeromonas sp. adecuado para luego distribuirlo en el acuario. El Dr. Carlos Moreno (Salta) recomienda la
vistas al microscopio. utilización simultánea de Tripaflavina al 1% (1 gramo cada 100 litros) como antiinflamatorio. El
autor de esta nota ha observado que la Tripaflavina produce efectos fotofóbicos en los peces,
por lo que deberá mantenerse el acuario con muy poca luz mientras dure el tratamiento. Ver
nuestra nota El ojo de los peces que será de mucha utilidad al acuarista. Por otro lado, toda manipulación de tripaflavina debe
realizarse con cuidado puesto que al menos uno de sus componentes es altamente cancerígeno.

Durante los tratamientos debería desconectarse todo tipo de filtros reemplazándolos por difusores de aire. Finalizado el tratamiento se
reemplazará diariamente 1/3 del agua del acuario durante los siguientes cinco o seis días, incorporando a partir del tercer día un filtro
con carbón activado hasta que desaparezca por completo cualquier residuo de los medicamentos empleados. Durante el reemplazo del
agua se debe producir un sifoneo profundo, extrayendo el agua desde abajo de las placas succionando por los tubos (o picos)
extractores. Debajo de las placas se habrá depositado una importante cantidad de biomasa que de no extraerse será caldo de cultivo
para bacterias anaeróbicas.

Existen otros medicamentos posibles de ser utilizados, los cuales se exponen en otra página de este Web (ver
Enfermedades2>Tablas). Sin embargo, hasta el  momento la Enrofloxacina no ha generado resistencias, lo cual lo convierte en el
producto más recomendable.

El mejor tratamiento es siempre la prevención: alimentación buena y variada, higiene y control de la calidad de agua, son los puntos a
tener en cuenta por el aficionado. En este caso serán excepcionales los casos de enfermedades. La cuarentena de los peces nuevos es
también fundamental para evitar contagios.

BIBLIOGRAFÍA:
Amlacher, Erwin. Manual de Enfermedades de los Peces . Edit. Acribia, España, 1964
Carnevia, Daniel. Podredumbre Bacteriana de las Aletas. Enciclopedia Técnica A.U.D.A., Montevideo, Uruguay (s/f)
Conroy, David A. Las Enfermedades de los Peces y su Curación. Edit. Vida Acuática, Barcelona, España, 1974
Huet, M. Tratado de Piscicultura; Mundiprensa, Madrid, España, 1978 
Petracini, Roberto A. Enfermedades Bacterianas en Peces Ornamentales; Ediciones El Acuarista, Bs. As., Argentina, 1979
Reichembach-Klinke, H. - H. Claves para el Diagnóstico de las Enfermedades de los Peces ; Adit. Acribia, Zaragoza, España, 1976
Sarig, S. Diseases of Fishes; Ed. T.F.H., Neptune City, N.J., U.S.A., 1972
Sorín, Saúl  (S. S. Aries) Acuarama Nº 9-Enfermedades; Ediciones Littec, Buenos Aires, Argentina, 1972

Enfermedades de
los peces
Saprolegnia, 
Achyla 
(y otros hongos)
 
Saprolegnia sp. 
Vista de hifas al microscopio.

Ictiosporidiosis - Branquimicosis

Para ver las fotos ampliadas, debes hacer "clic" sobre ellas.

Cuando se inicia una enfermedad producida por hongos se manifiestan en los peces del mismo modo que cualquier otra enfermedad:
con un cambio de actitud. Es decir que se produce una modificación en el comportamiento normal. Poco después, y aunque poco
visibles en un primer momento, aparecen modificaciones localizadas. Esto significa que en el lugar del cuerpo donde se han
localizado los hongos, aparecen signos que con el transcurrir del tiempo se hacen muy evidentes.

Solamente para ilustrar a quienes no tienen ninguna experiencia en materia de fungosis, podemos decir que un hongo inicia el
proceso como si fuera una microscópica semilla. Se incrusta en el cuerpo y comienza a desarrollar raíces que penetran la piel de los
peces. En una etapa más avanzada crece hacia el exterior del cuerpo, pero sus raíces se encuentran profundamente extendidas en el
interior. Si el proceso no es detenido, esas supuestas raíces atacan más tejidos y los órganos internos, destruyéndolos. En esta etapa
tan avanzada no es posible salvar la vida del pez, ya que la muerte sobreviene por destrucción necrótica.

Los hongos son integrantes del Reino Fungi. Los hongos acuáticos en particular han sido clasificados a veces como integrantes del
Reino Vegetal y otras veces como integrantes del Reino Animal. Posteriormente se aceptó la propuesta de Whitaker y se le adjudicó
un Reino propio (ver Biología 1). Sea como fuere, la diferencia fundamental entre un hongo y otros animales o vegetales, reside en
la forma de nutrirse. Al no poseer clorofila no pueden producir su propio alimento (mediante la fotosíntesis) utilizando materia
inorgánica (sales minerales, CO 2). Los animales, a diferencia de los vegetales, consumen alimento previamente elaborado, sea en
forma de vegetales o de otros animales. Los hongos, al no ser productores ni consumidores de alimento elaborado, se nutren
degradando y absorbiendo materia orgánica sin vida (o sea que son saprofitos). Al fin y al cabo esa es la función para la que están
destinados dentro del equilibrio establecido por las leyes de la naturaleza. Su potencial para degradar materia orgánica muerta les
permite descomponer sustancias complejas, tales como la celulosa, la queratina, la quitina y la lignina, que son indigeribles para
otras formas superiores de vida. Es decir que sin la existencia de los hongos, nuestro planeta, con el transcurso de los siglos, sería
inhabitable por las formas de vida actuales.

Los hongos acuáticos son organismos saprófitos facultativos por naturaleza y si en algún momento se convierten en parásitos
patógenos, lo hacen alimentándose de tejidos previamente destruidos o dañados por otras causas (lastimaduras, algún
ataque de parásitos o bacterias, agresión de la mucosa de los peces por agua o temperatura inadecuada, etc). En la literatura
especializada se comenta muy a menudo que en acuarios con abundancia de desechos orgánicos (o sea materia orgánica muerta) la
excesiva cantidad de hongos existentes para degradar dichos desechos, puede transformarlos en organismos patógenos. Los
biólogos tienden a desestimar este argumento y parecen tener razón. Lo que en realidad parece ocurrir es que junto a los
abundantes hongos existe una importante colonia de bacterias, y si sumamos a esto otros elementos, tales como exceso de
amoníaco, de nitritos y la consecuente merma en el oxígeno, nos encontramos con un ambiente agresivo que reduce la defensa de
los peces y deteriora su mucosa protectora. De ahí a un ataque bacteriano no hay más que un paso. Sobre el ataque bacteriano
sobrevendrá, inevitablemente, la acción micótica.

Si bien existen más de 35 especies de hongos acuáticos, cuando nos referimos a enfermedades solemos hacer mención a uno o dos
Géneros como causantes de enfermedades. En realidad para el acuarista no es muy importante saber cómo se denomina
científicamente el organismo que está atacando a sus peces. Más bien le interesa cómo resolver el problema. Así que, para no
agregar más nombres a los ya bastante complicados en uso, diremos que los más comunes son Saprolegnia y Achyla. A los efectos
prácticos tampoco es muy importante saber qué hongo está atacando a los peces ya que los síntomas y la terapéutica le son
comunes a todos ellos.

Para comprender cómo se produce un ataque por hongos que afecte a más de un pez (epizootia), debemos comprender su proceso
biológico. Por lo tanto antes de emprenderla con las distintas formas en que se manifiestan, analizaremos su biología en general.
Quien no haya leído antes sobre el tema, verá que no es tan aburrido como parece.

Los hongos son omnipresentes en el medio ambiente. Su finalidad de limpieza fue expuesta más arriba y también se explicó que al
aumentar la cantidad de materia orgánica en descomposición aumenta la población fúngica como una respuesta natural
(¡afortunadamente!)
Poseen un cuerpo fructífero compuesto por cientos de filamentos (ramificados o no) que surgen del mismo lugar. Esos filamentos se
llaman hifas y contienen todas las estructuras reproductivas, las cuales pueden ser sexuales o asexuadas. Cuando un hongo ataca los
tejidos de un pez automáticamente genera estructuras reproductivas nuevas como una respuesta al nuevo ambiente. Esas
estructuras reproductivas nuevas que son asexuadas y se desarrollan en las terminaciones de las hifas se denominan esporangios.
Germinan muy rápido y comienzan a liberar esporas muy móviles que dispersan el hongo y generan nuevas infecciones. Si nosotros
comparamos las esporas con “semillas”, podríamos decir que el hongo original ha “sembrado” por todo el acuario cientos y cientos
de semillas que comenzarán a germinar en tejidos orgánicos muertos o dañados. La cantidad de esporas producidas dependerá del
Género y/o especie de hongo que se trate.

Cuando se infiltra en el cuerpo de un pez (por lo general por causa de una lastimadura, un debilitamiento o destrucción de la
mucosa, etc) se inicia el proceso de crecimiento al que ya comparamos con una semilla. Introducida la espora en el epitelio comienza
a desarrollar micelios estructuras vegetativas de los hongos comparables a raíces. A medida que penetran en los tejidos que utilizan
para nutrirse los van necrotizando. Hasta aquí el proceso es poco visible ya que el lugar afectado sólo muestra una ligera opacidad,
que de no mediar una atenta observación puede pasar desapercibida. Sin embargo el pez afectado habrá modificado su
comportamiento y eso nos llevará a observar detenidamente el cuerpo.
Entre 24 y 48 horas después comenzará el crecimiento del hongo hacia el exterior, momento en que las hifas se hacen visibles al ojo
como pequeñas manchitas blancas o blanquecinas. Transcurrido más tiempo comenzarán a adquirir la forma de copos algodonosos
(en el caso de Saprolegnia) o largos filamentos como delgadas hebras de lana (cuando se trata de Achyla).
Para ese entonces los micelios habrán necrotizado una vasta extensión de los tejidos y, según la localización del hongo, pueden
haber necrotizado también algún órgano vital, haciendo imposible la recuperación del pez.

Saprolegnia es también responsable del recubrimiento algodonoso que suele cubrir los huevos
infértiles, que, de no tomarse medidas, pasarán a atacar también los huevos sanos. Esta es una
de las razones por las que se recomienda en algunos casos esterilizar el agua, desinfectar a los
reproductores y los elementos introducidos en los acuarios de desove. En otros casos la
recomendación incluye incorporar algún funguicida poco después de finalizado el desove.

Tratamiento de la fungosis. Saprolegia y Achyla.

Dorso de un pez con


Existen en el comercio una buena cantidad de medicamentos preparados para combatir
Saprolegnia avanzada
fungosis. Pero si el acuarista desea experimentar su propia medicación, damos seguidamente
algunas soluciones prácticas.

En la primera fase del desarrollo del hongo

1. Topicaciones locales con una solución de dicromato de potasio al 1% (un gramo en 100 ml. de agua hervida y entibiada).
Se aplica a temperatura del agua del acuario.
2. Topicaciones con una solución de permanganato de potasio al 10% (10 gramos en 100 ml. de agua hervida y entibiada).
Se aplica igual que el anterior.
3. Medicar el agua del acuario con Azul de Metileno purísimo a razón de 1 gramo cada 100 litros de agua, acompañando este
tratamiento con balneaciones (baños) de 15 minutos en una solución de 15 gramos de sal gruesa por litro de agua.

En la segunda fase (al hacerse visibles las hifas)

1. Medicar en acuario enfermería con 1 gramo de tripaflavina cada 100 litros de agua, oscureciendo el acuario (la tripaflavina
produce fotofobia). Por otro lado, toda manipulación de tripaflavina debe realizarse con cuidado puesto que al menos uno
de sus componentes es altamente cancerígeno.
2. Si existe una epizootia (que afecta a muchos o todos los peces), deberán retirarse del acuario los ornamentos, elementos
decorativos, mangueritas, rocas y proceder a medicar con un funguicida comercial o 1 mg. de verde de malaquita por cada
10 litros de agua, durante tres días. Los elementos retirados se desinfectan con una solución de cloro (lavandina o lejía
doméstica) a razón de un pocillo de café cada 5 litros de agua. Las plantas se desinfectarán con permanganato o
dicromato de potasio (como se indica más arriba) dejándolas algunas horas en remojo, luego de lo cual se enjuagan en
agua corriente y se las deja en un recipiente bien iluminado hasta el momento de introducirlas nuevamente en el acuario.
Se las puede dejar con un desinfectante suave o bajo goteo fuerte de agua corriente de red (que contiene cloro).
3. Toda vez que sea posible, además de la medicación en el acuario, se deberá pincelar la zona afectada con alguno de los
productos ya indicados, o con una solución de bactericida comercial o Pervinox solución (Povidona-Iodo)  diluidos 1 en 1.
Luego introducir el o los peces en el acuario medicado.
4. Para tratamiento de huevos contaminados se puede recurrir a una solución de Yoduro de Potasio a razón de 0,5 gramos
cada 10 litros de agua (1 gramo cada 20 litros). El Colargol® es también indicado para este fin utilizado 1 gramo por cada
100 litros de agua en baños de 6 a 12 horas, luego de lo cual se lo puede suprimir fácilmente con un filtro de carbón
activado.
5. En todos los casos deberá tratarse el acuario con algún antibiótico, ya que como dijimos antes, las fungosis
suelen producirse por ataques bacterianos previos. Esta es una de las razones por las que algunos acuaristas recomiendan
tratar con Tetraciclina (Terramicina) los acuarios con peces atacados por hongos. Se utilizarán 500 mg. cada 50 litros de
agua, repitiendo a diario, previo cambio parcial del agua, durante tres a cinco días. Los antibióticos no eliminan los hongos,
salvo aquellos simbióticos con algunas bacterias. Por lo tanto se debe medicar funguicida y bactericida al mismo tiempo.

En nuestra Tabla de Terapéutica (Ver Tabla C) se indican otros tratamientos. Consideramos importante que bajes estas tablas, las
imprimas y las tengas como material de consulta permanente: te serán de utilidad muchas veces.
Branquiomicosis.

Las enfermedades micóticas de las branquias son producidas generalmente por Branchiomyces sanguinis y ocasiona
Branchiomyces demigrans pertenecientes, como Saprolegnia y Achyla a la Clase
Los efectos de un ataque fúngico a las branquias suelen ser devastadores y afortunadamente son poco comunes en a
branquias son el instrumento que permite tomar oxígeno del agua, pero también desprender el CO 2 de la sangre, en el
de respirar (Ver Branquias). Deterioradas las branquias se produce el doble efecto de intoxicación por CO 2 y necrotiza
órganos vitales por falta de oxígeno para la función oxido

Estadísticas más o menos actuales han demostrado que en 24 horas mueren el 95% de los peces afectados por Branch
En 48 horas la mortalidad llega al 100%. Como la visualización del hongo por medio de sus hifas comienza 24 horas
iniciada la necrotización de las branquias, a esta altura es poco y nada lo que podemos hacer. Por lo tanto es imp
observemos los síntomas previos (o sea la modificación del comportamiento) y diagnostiquemos acer
Estos síntomas le son comunes a otras afecciones de agallas menos fulminantes ( boqueo agitado en la superficie,
acelerada,
La mayoría de los funguicidas comerciales tienen también una cierta acción antiparasitaria, por lo que si en lugar de
branquias nos encontramos ante una afección parasitaria, podremos demorar su desarrollo con la misma
Para efectuar un diagnóstico correcto no tenemos otro recurso que la observación visual de las branquias auxiliados co
Para ello habrá que levantar el opérculo con un objeto adecuado, sin filos ni rebabas, y observar las branquias con la
cuentahílos y auxiliados por una luz en ángulo de 45º. Según los peces esto podrá llevarnos dos o tres intentos antes de
Hay peces que se pueden observar colocándolos en un plato o bandeja con un poco de agua y otros que deberán ser a
para una observación correcta. Dependerá del tamaño y estado general d
En caso de ser necesario el uso de anestésicos, se puede utilizar alguno de los recomendados en nuestra Tabla C (últi
colocando los peces en un recipiente adecuado y agregando el anestésico en la dosis indicada en cada caso. Una vez
actividad metabólica podrá ser manipulado para la observación, teniendo la precaución de hacerlo con las manos mojada
de mantener el cuerpo fuera del agua no más que 20-30 segundos. Luego de ese tiempo deberá ser sumergido nueva
evitar la deshidratación de la mucosa. Los peces se recuperarán rápidamente una vez introducidos en agua sin
Si se trata de un ataque por hongos veremos los filamentos branquiales destruidos, mostrándose como si estuvieran disu
trata de parásitos, afortunadamente serán fáciles de distinguir de inmediato porque se adhieren a las branquias y son b
(Ver
La medicación será la indicada para fungosis y cuanto antes se aplique mayores posibilidades de curación existirán. Inme
después de detectar la presencia de este hongo, el o los peces afectados deben ser trasladados a un acuario enfermería.
inmediato se desinfectará el acuario y los peces supuestamente sanos, utilizando 1 gramo de permanganato de potas
litros de agua en peces tropicales o el doble de ésta dosis en peces de agua fría. Esta desinfección durará 90 minutos
cual se retiran los peces del acuario, se duplica la dosis de permanganato y tras 30 minutos se renueva totalmen
Habrá que estar muy alerta ante la posible aparición de los síntomas descriptos en peces supuestamente sanos, ante lo c
repetir todo el procedimiento.

Ictiosporidiosis.

Ichthyophonus hoferi es un hongo interno descubierto por Hofer en 1893. Se lo denominó hoferi en homenaje a quien lo
Posteriormente recibió la denominación de Ichthyosporidium hoferi (ichthyo=pex + osporidium=oospora). Exteri
manifiesta por un adelgazamiento, cambio de color, etc., síntomas que pueden confundirnos en el diagnóstico por ser
otras afecciones. La confirmación sólo será posible mediante disección y estudio de los órganos
Como los peces enfermos liberan esporas con sus excrementos, es posible que el acuario se contamine rápidamente si n
la precaución de aislar al pez enfermo ante el menor síntoma. De no resultar Ichthyosporidium es aislamiento no será d
de permanecer en el acuario comunitario un pez enfermo las consecuencias pueden ser im
Esta enfermedad no reconoce cura, al menos con los medicamentos comunes para peces. En cambio es posib
diseminación mediante el uso de funguicidas para controlar la proliferación de esporas en el acuario antes de que ataque
peces.
enfermedades 
bacterianas (2)

   a. Tuberculosis
Corte histológico (quistes de tuberculosis) b. Ascitis infecciosa

[Introducción | Tuberculosis | Ascitis infecciosa o Septicemia (SHB) ]

  Otras enfermedades bacterinas: Exoftalmia | “Hongos” de boca       

Introducción.

Si bien las enfermedades bacterianas atacan por igual a peces para consumo o peces ornamentales, los tratamientos y la medicación
pueden resultar diferentes. En esta página nos referimos a los tratamientos para peces ornamentales, dejando la opción de
responder consultas referidas a peces para consumo por medio de nuestro correo. Por lo tanto nos referiremos a las enfermedades
bacterianas más comunes en acuarios, exceptuada la bacteriosis de aletas que se trata en otra página.

En relación al diagnóstico y tratamiento de enfermedades de los peces en general y las bacteriosis en particular, debemos mencionar
que basamos nuestros conocimientos teóricos en los extraordinarios trabajos de Schaperclaus (director en aquel momento del
Departamento de Ictiopatología y Acuicultura del Instituto Pesquero de la Academia de Ciencias Agronómicas de Berlín) y los
aportes de otros ictiopatólogos como Reichenbach-Klinke y Amlacher que han realizado estudios muy completos. 
Sobre las terapéuticas, sin rechazar los aportes de estos grandes investigadores, nos basamos por un lado en la bibliografía más
contemporánea y por otro en nuestra propia experiencia y la de muchos amigos (aficionados y profesionales) que han debido lidiar
en factorías, criaderos y depósitos mayoristas con las más diversas enfermedades.

Dada la escasez de recursos para investigación que desde siempre afectó a nuestro país (y que se ha agudizado en los últimos 15
años), no podemos menos que admirar a muchos anónimos y, por lo general, autodidactas “ictiopatólogos” argentinos. En general
todos estos investigadores más o menos espontáneos, provienen de otras disciplinas. Algunos de la rama veterinaria, otros de la
biología marina o de la medicina y, finalmente, la mayoría, simplemente acuaristas aficionados o criadores profesionales.
No queremos omitir los esfuerzos (casi milagros) que se realizan en la Universidad del Comahue, Universidad de La plata y otras
dependencias universitarias con los magros recursos disponibles. Por lo general esos esfuerzos recaen sobre las espaldas de algunos
voluntariosos que reemplazan con esfuerzos y sacrificios personales la falta de recursos.
A todos y cada uno de ellos les recordamos que este sitio Web, con todas sus limitaciones, es un espacio abierto y disponible para
que den a conocer sus experiencias y, por qué no, sus opiniones.

Phyllum……...Schizofita……..(Bacterias).
Si bien las bacterias son seres unicelulares sencillos, son capaces de producir grandes daños en el organismo. Su tamaño puede
variar de 0,1 micra ( µ) a un máximo excepcional de 0,5 a 0,10 micras. Carecen de núcleo pero poseen ácidos nucleicos difundidos
por el citoplasma o, en algunos casos, unidos a nucleoides (pequeños nodulitos). Usualmente son clasificadas en el Reino Vegetal por
sus paredes celulares rígidas y bien definidas (sobre la actual ubicación de bacterias en la escala zoológica ver nuestra página de
Biología 1: La célula). Esas paredes celulares, en algunas especies, contienen celulosa. De acuerdo a su forma se las clasifica en tres
grupos fundamentales:
bacilos (en forma de bastón)
cocos (en forma esférica)
espirilas (en forma helicoide)
Se pueden presentar aisladas, en grupos de dos o formando largas cadenas, aunque también forman racimos (esto depende de la
especie y de las condiciones del medio ambiente)
Excepto las bacterias fotosintéticas, que no son materia de esta nota, carecen de clorofila y por ese motivo se las considera
relacionadas con los hongos, más aún porque en algunas formas pueden encontrarse caracteres transicionales entre las bacterias y
los hongos.
La mayoría de las bacterias son heterótrofas con excepción (destacable por cierto) de las formas fotosintéticas y quimioautotróficas.
Estos temas se analizan en nuestra serie Biología, capítulo Nutrición.

Como cualquier otra célula puede o no tener flagelos para movilizarse. Pueden poseer un solo flagelo (en cuyo caso se denomina
monotroica, como en el caso de la bacteria del cólera), puede contar con un penacho de dos o más flagelos (en este caso se
denominan lofotrica) o tener la superficie totalmente cubierta (como en el bacilo de la tifoidea, en cuyo caso se las denomina
peritrica). Cuando los flagelos o los penachos se ubican en un polo, se denomina flagelos polares. Si se encuentran en ambos polos,
serán flagelos bipolares.
La forma más habitual de reproducirse en asexual, por simple división. Algunas pocas especies se reproducen sexualmente. La
formación de esporas en las bacterias no se considera en la mayoría de los casos como un modo de reproducción, sino como una
adaptación protectora contra las condiciones desfavorables del medio, tales como la luz ultravioleta, temperaturas elevadas,
sustancias químicas perjudiciales, etc.
Entre las bacterias estrictamente aeróbicas (que requieren oxígeno molecular para sus funciones vitales) y las bacterias anaeróbicas
(pueden crecer en ausencia completa o casi completa de oxígeno molecular), existen un amplio número de especies con los más
diversos requerimientos de oxígeno.
Para finalizar, y pese a que una cantidad de bacterias parásitas son capaces de perjudicar a otros seres vivos, es innegable la función
vital que cumplen en la naturaleza. Una de esas funciones es la degradación de la materia orgánica muerta. Así participan como un
eslabón fundamental en el uso cíclico de los diferentes elementos en los sistemas biológicos, tales como el ciclo del nitrógeno, del
carbono y otros. Dentro del ciclo del nitrógeno las bacterias fijan este elemento transformando este gas a nivel de amoníaco o
nitrógeno amino, lo que hace aprovechable un elemento (que de otro modo sería tóxico) para todas las formas de vida.

Bacterias……..parásitas.
Ciertas bacterias son causantes de enfermedades en el hombre, plantas y animales diversos. La tuberculosis, meningitis, tifus, etc.
son producidas por bacterias específicas. En muchos casos la enfermedad es producto de las toxinas invasoras que producen
envenenamiento. Si bien todos los seres vivos evolucionados producen anticuerpos contra los ataques bacterianos, existen casos en
los cuales esa producción se debilita, es insuficiente o inadecuada. Por lo general la producción de anticuerpos forma parte de la
información genética, del mismo modo que existen bacterias que atacan organismos determinados. Cuando la información genética
no incorpora la producción de un determinado anticuerpo y el organismo es atacado, se produce un desequilibrio entre el comienzo
de la producción del anticuerpo necesario y el avance de la enfermedad. En estos casos las enfermedades bacterianas suelen ser
muy dañinas.
De todos modos siempre que se produce una ruptura del equilibrio y se produce una enfermedad bacteriana, debieron existir causas
externas que lo hayan favorecido.
Las causas más frecuentes en acuarios son:
1. Condiciones inadecuadas para los peces (medio ambiente)
2. Lesiones en alguna parte del cuerpo que permitan la iniciación del proceso
3. Contagio de ejemplares enfermos (por lo general de peces introducidos sin cuarentena previa).

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Tuberculosis
  La tuberculosis pisciaria es una de las enfermedades más temibles en acuarios y, en particular, en
criaderos y factorías. Los síntomas externos son similares a la ictiofoniasis (producida por el hongo
interno Ichthyosporidium hoferi, que reconoce también la denominación de Ichthyophonus hoferi). Por
ese motivo es fácil equivocar el diagnóstico. La confirmación deberá realizarse mediante frotis.
Lo síntomas visibles son:
-adelgazamiento interno (los peces parecen tener el vientre hueco)
-el dorso del pez adquiere una “forma de cuchillo”, el vientre adquiere forma de quilla.
-inapetencia, decoloración.
-deformidades en la columna vertebral y las mandíbulas.

Para la investigación deberá recurrirse a peces vivos, tomando muestras de los diversos órganos
internos: bazo, riñón, hígado, corazón, cámara ocular. La vejiga natatoria cuando está afectada
adquiere un color blanco. La observación se realizará a 80-600 aumentos. Si aparece una necrosis
amarillo-castaño, deberán obtenerse frotis de los órganos necrotizados y observarlos a 1300 x, previo
fijarlos en cuatro partes de agua y una parte de formalina.
Quiste tuberculoso Si se desea obtener mayor información sobre las técnicas de la investigación, puede solicitarse por
en riñón. correo electrónico (referencia RAP-ME-103). Sobre la tinción en Ictiopatología de bacterias en frotis, la
referencia es RAP-ME-041).
El agente causal de la tuberculosis en los peces es Mycobacterium spp.(piscium), un bacilo gram-positivo ácido resistente cuyo
tamaño puede variar entre 2 y 12 µ. La identificación positiva puede realizarse confirmando con el “ Manual de Bergey”, en el cual se
ha incorporado y borrado un par de veces la especie piscium de Mycobacterium. De todos modos, a los efectos prácticos, existen
diferencias notables entre ictiofoniasis y tuberculosis, ya que la primera es una enfermedad producida por hongos y en la segunda
son fácilmente reconocibles los bastoncitos (bacilos largos).
La enfermedad se contagia de un pez a otro. Los enfermos suelen mostrar apatía antes de que se evidencia alguna modificación
localizada o síntomas externos. Suelen agruparse en los rincones del acuario.
En los peces de acuario la enfermedad puede aparecer lentamente y manifestarse de diversas maneras, tales como:
1. En los Poecílidos, en particular en Poecilia reticulata (Lebistes) se manifiesta como una forma de tisis o raquitismo. Suele atacar
con preferencia a las hembras después de varios partos y por lo general en forma aislada.
2. Formación de nódulos en los Carassius y otros ciprínidos.
3. Formaciones tuberculosas en los anabántidos, en particular Macropodus.
4. Ascitis en Betta sp.
5. Formaciones tuberculosas en cíclidos
6. Exoftalmia en los Danios.
Besse (citado por Amlacher), expone que ciertas familias de peces de acuario tienen mayor sensibilidad a la tuberculosis que otras.
Así, en orden decreciente, los más sensibles serían:
Anabántidos, Caracínidos (en particular Hyphessobrycon flammeus y Pristella riddlei), Aterínidos (Melanotaenia sp), Ciprinodóntidos,
Ciprínidos, Poecílidos, Cíclidos y Centrárquidos.
Si bien no existe una terapéutica eficiente y mucho menos satisfactoria, las experiencias realizadas con Kanamicina parecen ser las
más efectivas en el tratamiento de la tuberculosis. Los mejores resultados, aunque no muy alentadores, se obtuvieron agregada al
alimento a razón de 3 mg. por gramo de peso del pez, durante catorce días. Agregado a eso, baños de un día (día por medio) en 20
mg. de Kanamicina cada litro de agua.
La Aureomicina en baños renovados cada 48 hs también tuvo resultados positivos de entre un 30 y un 50% utilizada a razón de 26-
30 mg. por litro de agua. Una combinación de Kanamicina en el alimento y Aureomicina en los baños, puede ser adecuada para
peces de gran porte, tales como cíclidos.

En todos los casos deben aislarse de inmediato los peces enfermos trasladándolos a un acuario de enfermería.
Aún si no se tratara de tuberculosis es aislamiento impedirá, en gran medida, la propagación de cualquier enfermedad contagiosa.

Tanto en los peces como en cualquier otro animal, la tuberculosis es una enfermedad que sobreviene por contagio o por condiciones
ambientales deficientes (en particular falta de higiene o hacinamiento).
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Ascitis infecciosa (Síndrome septicémico)

Las manifestaciones ascíticas son sólo una de las formas que reconoce esta enfermedad y que prácticamente ataca a los ciprínidos,
en particular del género Carassius y anabántidos del género Trichogaster. En realidad la aparición del síndrome septicémico en
peces tropicales suele devenir a otras enfermedades bacterianas, tales como la podredumbre de aletas (ver nota al respecto) o la
tuberculosis.
Según Amlacher se reconocen tres formas básicas en las que se presenta la Ascitis infecciosa (a la que también podemos identificar
como Septicemia hemorrágica, “peste roja”, eritrodermatitis o viremia primaveral):
1. Forma ulcerosa crónica.
2. Forma ascítica aguda
3. Forma latente.

1. La forma ulcerosa crónica se manifiesta por la formación de úlceras en la piel y los músculos. El color de esas úlceras es,
de afuera hacia adentro: negro, blanco, rojo. A veces se acompañan de escamas levantadas, deshilachamiento y desgarro
de aletas. Cuando se manifiesta de esta forma, por lo general los órganos internos se encuentran intactos y no se
encuentra líquido en la cavidad visceral.
A partir de esta forma puede pasar a subaguda y aguda.
2. La forma ascítica aguda es definida por Amlacher de la siguiente manera:
”Exoftalmia (o por el contrario, ojos hundidos). Ano inflamado y prolapsado. Líquido maloliente, amarillento o acuoso
sanguinolento, en la cavidad abdominal; o gelatina formada por coagulación del líquido ascítico. En otros casos, líquido
acuoso, claro, inodoro. El intestino puede estar inflamado (hiperémico) y fino como papel. Hígado amarillo, amarillo-
parduzco, amarillo-gris, gris-verdoso o de color verde espinaca; algunas veces con manchas amarillas o blancas; otras con
hiperemias puntiformes. El riñón, a menudo, de consistencia pastosa; el bazo, hinchado, a veces. A estos síntomas pueden
agregarse, inicialmente, los descritos para la forma ulcerosa crónica, Glicoceno hepático, negativo; glucemia, unos 30 mg
%, pero con frecuencia baja hasta reducirse a vestigios (14 mg %)...”
3. Referente a la forma latente, diremos que no es fácil diagnosticarla con seguridad, ya que exteriormente no presenta
síntomas visibles. Tomando las citas del mismo autor, menciona que:
”Según la experiencia que tenemos hasta ahora, podemos subdividirla así:
a) Forma subaguda. Exteriormente no presenta ningún síntoma; si lo hay, existe una pequeña cantidad de líquido en la
cavidad visceral. Hígado verde espinaca, amarillo o la coloración normal. Escaso olor ascítico. Glicoceno hepático, positivo,
débilmente positivo o negativo. Glucemia, normal o por debajo de lo normal (valor medio 60 mg por 100). Banda de
Weltmann, alargada.
b) Forma seca. Sin síntomas externos. Nunca hay líquido en la cavidad visceral. Fuerte olor ascítico, claramente
perceptible. Hígado, la mayoría de las veces, de aspecto normal, pero casi siempre con adherencias a la cavidad visceral.
Glicoceno hepático, débilmente positivo o negativo. Nivel glucémico desconocido”.

Para quienes no tienen la oportunidad de establecer diagnósticos por microscopio,


resulta muy difícil detectar la forma latente, pero si tenemos en cuenta que el
comportamiento suele ser similar al de un pez afectado, debemos tener presente
cualquier modificación en el comportamiento, en particular una natación apática y débil
y una permanencia inactiva en un rincón del acuario.
Para quienes se interesen en la técnica de la investigación y diagnóstico por
observación microscópica, pueden solicitarlo por e-mail (referencia Am-ME 120).

Schaperclaus definió el agente causal como Pseudomonas punctata typus ascitae. Por
otra parte, además de ésta, es posible que se produzca una forma de septicemia
hemorrágica viral producida por el virus SHV , la cual es poco o nada frecuente en
acuarios. En acuarios tropicales no se han reportado casos, seguramente porque se
  trata de virus cuya temperatura óptima de desarrollo está por debajo de los 20º C.
 Diversas formas en que se manifiesta Otro virus identificado como VPC (o SVS) sería el responsable de la viremia primaveral
la Ascitis infecciosa (Eritrodermatitis). de las carpas y su temperatura óptima de desarrollo es 8º C..
Fotos© Dr.Enrique Zarzuelo Junto a Pseudomonas punctata typus ascitae, pueden encontrarse otras formas o tipos
de Pseudomonas que son mucho menos patógenas.
Reichenbach-Klinke y otros autores atribuyen la Ascitis infecciosa a agentes diversos, pudiendo en algunos casos ser producida por
Pseudomonas, en otros por Aeromonas y las más de las veces por la conjunción de ambas, más Vibrio spp. y Myxobacterias.
Es decir que nos encontramos ante una enfermedad que reconoce diversos agentes causales y de rápida propagación.
Tratamiento. Inmunidad.
La mejor terapéutica es, sin dudas, la prevención. Someter a cuarentena a los peces nuevos nos dará cierta seguridad ante el caso
de portadores. Mantener la higiene en el acuario evitará la multiplicación bacteriana y el mejoramiento de las condiciones de los
peces para generar anticuerpos. Por último, evitar las caídas de temperatura, en especial las producidas bruscamente, ya que en
tales casos se detiene la formación de anticuerpos IgM. Esto es particularmente importante en los peces jóvenes, que deben ser
mantenidos dentro del rango de temperatura óptima para cada especie en particular (por lo general, entre 25 y 27º C para los peces
tropicales), por lo menos por 20 días. Los peces jóvenes de aguas frías, deben permanecer el mismo tiempo pero a temperaturas
de 23-25º C. En estos casos formarán anticuerpos suficientes para enfrentar la enfermedad, pese a lo cual no deben descuidarse las
medidas preventivas.
En el caso de que la enfermedad ataque a un solo ejemplar, lo más recomendable será sacrificarlo para evitar la propagación. Para
factorías o criaderos de peces existen en el mercado internacional alimentos medicados, elaborados específicamente para tratar la
Ascitis.

El tratamiento en acuarios ornamentales se limita a la utilización de Cloranfenicol agregados al alimento y en baños (250 mg.
cada 15 litros) o, para peces de consumo, estreptomicina en inyección intraperitoneal (5-10 mg. por cada 150 gramos de peso del
pez).
La terapéutica más actualizada impone el uso de Enrofloxacina (solución inyectable al 10%) a razón de 1 ml. cada 100 litros de agua.
La aplicación debe repetirse a las 48 horas. Posteriormente se procede a la renovación parcial de agua, tal como se indica para otros
tratamientos.
En caso de no observarse mejoría, se debe repetir la aplicación, pero por lo general no es necesario.

Sobre el particular recomendamos bajar las tablas de diagnóstico, agentes causales y terapéutica, cuyos vínculos se encuentran al
pie de esta página.

Enfermedades 
de los Peces 4

  

Gyrodactyllus vastator 
Gusano parásito Parásitos 
(microfotografía) (protozoos 1)

Las fotos pueden verse ampliadas haciendo "clic" sobre ellas.

Entre las enfermedades más comunes en acuarios se encuentran las producidas por parásitos. Son parásitos los responsables de
“puntos blancos”, “opacidad de la piel” y otras formas de enfermedades. También son parásitos los responsables de la enfermedad
del “agujero en la frente” del discus y de la “enfermedad del neón”. Hay parásitos externos (que atacan piel y/o agallas) y parásitos
internos (que atacan órganos vitales).

Dentro del grupo de pequeños (y no tan pequeños) animales parásitos, encontramos los Protozoos, que se diferencian entre sí por
los instrumentos que utilizan para movilidad y por la forma de reproducirse. A ellos dedicaremos la primera parte de esta serie.

En esta misma página:


Oodinium

 Protozoos.
Existen protozoos que se nutren como parásitos y otros que no. Entre los últimos tenemos una abundante cantidad de protozoos que
se utilizan como uno de los primeros escalones de la cadena alimenticia. En el caso de los peces, muchos protozoos microscópicos
forman parte del primer alimento para alevines que globalmente denominamos “infusorios”. Algunos protozoos podrían ser
clasificados como vegetales por poseer clorofila.
Los protozoos son unicelulares (una única célula). Esas células pueden estar provistas de cilios o flagelos, determinándose así si el
protozoo el cilíado o flagelado. Cilios o flagelos son los medios de locomoción de que se valen para movilizarse. Más información
sobre este tema puede solicitarse por e-mail (referencia RAP-N-391).
Por su parte los esporozoarios o mixosporidios se diferencian, además, por su sistema de reproducción (se multiplican por
desdoblamiento celular) y por ser parásitos intracelulares. Su nutrición se produce por ósmosis. Todos los miembro de esta Clase son
parásitos y los diferentes géneros y especies fueron encontrados en individuos de todos los Phyllum animales. El nombre deriva del
hecho de que las esporas son estados conspicuos (o fundamentales) de sus ciclos vitales. Las esporas de estos diminutos animales
son células con cubiertas especiales protectoras que soportan condiciones ambientales extremas: altísimas o muy bajas
temperaturas, humedad elevada o sequía, presión atmosférica alta o baja, etc. Esto, junto al hecho de ser intracelulares (que se
introducen en las células) y multiplicarse por simple desdoblamiento celular, los hace enemigos muy peligrosos para los peces (y para
todos los animales vivos, incluso en hombre). Por ejemplo, cuatro especies del Género Plasmodium son los responsables de la
malaria, utilizando al mosquito Anopheles como huésped para completar su ciclo vital. Más información sobre este tema puede
solicitarse por e-mail (referencia RAP-N-393).

Ichthyophthirius multifiliis

La enfermedad más común en los acuarios (tanto o más que enfermedades bacterianas) es sin
. dudas el “punto blanco”.
Esta producida por Ichthyophthirius multifiliis un protozoo cilíado que normalmente es
tolerado por los peces y que, mediante frotis y análisis microscópico, puede localizarse en
muchos peces sanos (ornamentales o no). De hecho conviven en equilibrio hasta que algún
factor externo rompe ese equilibrio y el parásito reactiva su ciclo vital. Es decir que es un
parásito oportunista, ya que hasta ese momento permanecía en reposo o nutriéndose en semi
letargo. 
   Estado avanzado de
Mientras el parásito permanece enquistado en el cuerpo de un pez puede ser considerado
ictiophthyriosis.
indestructible con los medicamentos convencionales ya que el propio pez construye un recubrimiento de mucosa epitelial que aísla el
parásito del agua. En este caso sólo será posible combatirlos mediante un producto que sea asimilado por ósmosis (o por ingestión,
agregado a algún alimento).En los finales de la década del 70 la firma Dainippon Pharmaceutical de Osaka, Japón, produjo un
preparado denominado Furanace-P, cuya droga activa era el Nifurpirinol, un nitrofurano desarrollado exclusivamente para peces.
Tras 10 años de producirlo, por considerarlo poco rentable ante la necesidad de renovar patentes mundiales, su fabricación se
descontinuó. Furanece-P fue el único medicamento conocido que era lo más parecido a una panacea universal, ya que era 100%
eficaz contra puntos blancos en cualquier etapa de su desarrollo. Pero también era efectivo contra septicemia y otras enfermedades
bacterianas, hongos internos y externos, parásitos de agallas, etc.
En la actualidad con la marca Furanace la firma Abbot de Estados Unidos produce el Nifurpirinol bajo patente de Dainippon, pero los
resultados prácticos obtenidos no son los mismos.
De este modo, en la actualidad no existe un medicamento capaz de actuar sobre el parásito enquistado.

Por esa razón, cuando aparezcan los primeros síntomas de actividad, o sea ni bien se evidencian los
primeros “puntos blancos” (el lugar donde se los localiza más fácilmente es en las aletas), debemos
medicar el acuario y acelerar el ciclo del parásito mediante el aumento de la temperatura. Esto último
los estimula a desprenderse de la piel  y esparcirse por el acuario, momento en el cual el medicamento
es efectivo.
Por otro lado, las sustancias que componen los medicamentos tienden a degradarse por acción del
tiempo y por estar en contacto con la luz y el agua. Esto hace necesario repetir diariamente la dosis de
medicamento, al menos por una semana o hasta que se observe la desaparición de quistes durante
dos o tres días consecutivos. En el caso de que se utilicen medicamentos comerciales, deberán
Microfotografía del seguirse las indicaciones del fabricante.
quiste. En algunos peces (como por ejemplo en Jack Dempsey Blue), los puntos blancos no se visualizan a
simple vista y con ayuda de una lupa apenas se distinguen.

En caso de que sea necesario consultar la etiología, morfología y bionomía de Ichthyophthirius multifiliis  puede solicitarse
información por e-mail (referencia RAP-ME-204).

La mayoría de los productos que en la actualidad se fabrican para combatir “puntos blancos”, son a base de verde de malaquita y
otras sustancias. Deberá tenerse en cuenta que ciertos peces resultan particularmente sensibles al verde de malaquita (entre ellos
muchos tetras, barbus, besadores, algunos cobítidos como Botia, ramfíctidos, tetragonopteridos y otros). Por lo tanto al aplicarse
esta medicación por primera vez en un acuario deberá observarse, durante las dos horas posteriores, la reacción de los peces. Si
manifiestan síntomas de intoxicación se procederá de inmediato a la renovación de entre un tercio y la mitad del agua, hasta
comprobar que los peces vuelven a su respiración normal. En casos de dudas sobre la sensibilidad o no, se recomienda colocar uno o
dos peces en un recipiente y aplicar la medicación en la dosis indicada. Si no se observan síntomas de intoxicación podrá medicarse
el acuario general.

Tratamiento.
En algunos peces que soportan altas temperaturas, suele ser suficiente elevar a 30º C la temperatura del agua para que el parásito
libre muera y el enquistado se desprenda aceleradamente de la piel. Este es el tratamiento recomendado por el criador Héctor
Luzardo, para los ejemplares juveniles de Blue Dempsey (o Jack Dempsey Azul), pese a que soportan perfectamente tratamientos
químicos.

Ya hemos mencionado que el verde de malaquita es el medicamento básico que se viene empleando a
partir de experiencias realizadas entre 1959 y 1961 por diversos investigadores. Ajustes en las dosis y
combinaciones con otros productos lo hacen menos tóxico y más efectivo.
El problema apareció cuando al aplicarse en peces para consumo humano (carpas y truchas) se
comprobó que los peces adultos así tratados no resultaban aptos para alimentación humana. 
A partir de ese momento quedó limitado para tratamientos de alevines y ejemplares jóvenes.
El verde de malaquita fue prohibido en medicamentos para humanos hace ya muchos años.
En cuanto a los peces ornamentales, no existe ningún problema en utilizarlo ya que, en dosis adecuadas
y eventualmente potenciado con otros productos, termina destruyendo el citocromo c del parásito, al
tiempo que ejerce una acción estimulante para que abandone rápidamente la piel (Deufel, 1960 y
  I. multifiliis Amlacher, 1961).
 (microfotografía)
Por otro lado las observaciones de aficionados al acuarismo con tetra cardinal y otros peces de aguas
ácidas, permitieron comprobar que Ichthyophthirius multifiliis no puede sobrevivir en aguas con pH
  muy bajos. Wagner (1960) hizo la demostración práctica de que a pH 5,5 los quistes mueren,
interrumpiendo el proceso de infestación. Este sería el motivo por el cual ciertos peces amazónicos
(como los tetras), están libres de este parásito en su ambiente natural y al mismo tiempo son mucho
más proclives a enfermarse de “ictio” cuando se los coloca en un ambiente inadecuado, ya que carecen
de defensas contra el parásito en su información genética.

Otra ayuda al tratamiento de peces infectados para consumo, fue la comprobación que los parásitos
libres mueren al cabo de 36-72 horas si no logran encontrar un huésped a quien parasitar. Trasladando
Compara el dibujo con  cada 12 horas los peces de un recipiente o estanque a otro y sin necesidad de medicar, los peces
la microfotografía  quedan libres de parásitos al cabo de 84 horas. Otro tanto ocurre con los peces de acuario.
para la identificación
microscópica
Sin duda que al aficionado acuarista le resulta mucho más práctico y económico dirigirse a un comercio del ramo, adquirir un
medicamento contra puntos blancos y resolver el problema rápidamente. Consultando con el proveedor respecto a los peces y su
resistencia al tratamiento, se podrán evacuar dudas, no obstante lo cual siempre que se aplique un medicamento por primera vez en
un acuario (como ya mencionamos) deberá observarse la reacción de los peces durante al menos las dos horas siguientes.

Algunos aficionados y la mayoría de los criaderos (y sin dudas, todas las factorías), cuentan con su propio laboratorio y el arsenal de
drogas para tratar enfermedades.
Para ellos y para los que desean practicar un poco de alquimismo, hemos elaborado nuestras tablas de diagnóstico y tratamientos, a
las que se accede haciendo clic más abajo. Tanto para el criador profesional como para el comerciante o el aficionado, estas tablas
serán materia de consulta permanente, por lo que sugerimos bajarlas a un archivo y luego imprimirlas.
Las siguientes medicaciones son indicadas para puntos blancos en acuarios ornamentales y también en piscicultura en gran escala.

En nuestra Tabla C (Terapéutica) se encontrarán otras soluciones a gran escala.


a. Sulfato o Clorhidrato de Quinina.
Se disuelve 10 gramos en 1 litro de agua destilada, como solución madre. Se guarda en un lugar fresco y oscuro.
De esa solución se aplican 3 dosis (una cada 12 horas) de 10 ml. por cada litro de agua del acuario. Al cabo de 36 horas tendremos
una concentración de 30 mg. de quinina por litro de agua.
Esta solución puede producir temporalmente esterilidad en los peces y dañar las plantas. Éstas últimas se retirarán del acuario y se
desinfectan con una solución de vinagre (una taza de té en 5 litros de agua), manteniéndolas así durante tres días.

b. Mercurocromo. Para tratar acuarios de agua fría.


Se disuelven 2 gramos en 100 ml. de agua destilada como solución madre. Guardar en lugar fresco y oscuro.
Para medicar se aplica una gota cada dos litros de agua, con temperatura inferior a 25º C. No exceder la dosis.
c. Verde de malaquita.
Se disuelven 4 gramos en 1 litro de agua (solución al 0,40%). Se aplica a razón de 1 gota por litro de agua del acuario, repitiendo a
diario hasta tres días después de desaparecidos los síntomas.
A esta solución se le puede adicionar 0,04% de quinina y 0,05% de acriflavina (tripaflavina) para darle mayor efectividad. La
acriflavina actúa como antiinflamatorio y produce fotofobia, por lo que el acuario debe permanecer con poca luz (ver El Ojo de los
Peces).
Ya hemos mencionado que toda manipulación de tripaflavina debe realizarse con cuidado
puesto que al menos uno de sus componentes es altamente cancerígeno.

Tabla A Tabla BTabla C


 Diagnóstico  Agente causal  Tratamiento

Oodinium sp. 

Los protozoos de éste Género se presentan de una forma muy similar a “ictio” y se produce por medio
de quistes, del mismo modo que el anterior. Su tamaño es menor y el aspecto de los peces
  contaminados se diferencia bastante de los atacados por puntos blancos.
La piel de los peces atacados presenta una apariencia de “entalcado” por centenares de pequeñísimos
puntitos de 0,013 mm (130µ). De hecho se la menciona como "Velvet" o "enfermedad del terciopelo".
Esta pulvurulencia se puede presentar de color amarillo rojizo (color del óxido de hierro) si el agente
causal es Oodinium limneticum. Cuando el causante es Oodinium pillularis la coloración es blanco
grisácea. En cualquiera de ambos casos el comienzo de la enfermedad puede pasar desapercibido por
lo que deberá ponerse atención a cualquier modificación en el comportamiento de los peces. Por otra
parte al iniciarse el proceso puede confundirse el diagnóstico con el inicio de una fungosis dada la
opacidad inicial de la zona afectada, que puede hacer pensar en un ataque de Saprolegnia.
Al igual que Ichthyophthirius, este protozoo tiene en su ciclo una fase de parasitismo durante la cual se
localiza en la piel, aletas y ocasionalmente en las branquias de los peces seguida de una etapa
posterior de enquistamiento durante la cual se produce una serie de divisiones internas que generan
   
de 32 a 64 dinosporas en O. Pillularis y hasta 256 en O. Limneticum. Las divisiones se realizan en
Oodinium pillularis
múltiplos de 32. La fase final del ciclo es la natación libre por medio de sus flagelos, en búsqueda de
(enquistado en la piel)
un pez hospedador en el cual reiniciar el proceso.

Como todo parásito se nutre de materia orgánica viva, fijándose al epitelio mediante un citostoma
(con apariencia de raíces). En tal circunstancia secreta enzimas que llegan a disolver parcialmente
los tejidos, apareciendo pequeños nódulos de color blancuzco.
En condiciones normales las dinosporas libres recién desprendidas del quiste no sobreviven más
de 36 horas, por lo que en el caso de incorporarse plantas nuevas al acuario, bastará tenerlas 48
horas en cuarentena para asegurarnos de no introducir este protozoo al acuario.
No ocurre lo mismo con los peces, ya que pueden portar el parásito durante mucho tiempo a la
espera de condiciones favorables para reproducirse.

Terapéutica.
  Pez atacado por Oodinium La medicación en los acuarios de agua dulce es la misma que se utiliza para combatir “ictio”. En
sp. los acuarios marinos (no usar con invertebrados) la terapéutica debe necesariamente ser
diferente, por lo que se recurrirá a aplicar 1,6 mg. de sulfato de cobre puro por cada litro de agua.
Esta terapéutica también da buenos resultados en acuarios de agua dulce si se le adiciona cloruro de sodio a razón de una cucharada
sopera (15 gramos) cada 10 litros de agua.
Después de usar cobre en acuarios de agua dulce, si no se desea renovar el agua al finalizar el tratamiento, puede aplicarse ácido
tánico al éter (una cucharadita de té al ras cada 50 litros). Entre 36 y 48 horas después se aplicará un filtro con carbón activado para
eliminar la coloración oscura del agua.
En los acuarios marinos la solución es diferente, pues si bien la dosis indicada se encuentra dentro de los parámetros tolerados por
los peces, el proceso de reducción del cobre es muy lento. Deberá medirse la concentración con un test de cobre y si es mayor a lo
recomendable, deberá cambiarse parcialmente el agua hasta llegar a niveles aceptables. Reiteramos que los invertebrados
marinos no toleran la presencia del ión cobre en dosis aun mucho menores que las indicadas.

Puede solicitarse información adicional sobre Etiología, morfología y bionomía de Oodinium por e-mail (referencia RAP-ME-152);
Histología e histoquímica (referencia RAP-ME-153)

   Microsporidios y Myxosporidios

Además de Plistophora hyphessobryconnis (de quien hablamos en otra página), existen otros protozoos tan Enfermedades
peligrosos como Plistophora, pertenecientes al  Orden de los Microsporidios o al Orden de los Myxosporidios. de los peces
Antes de continuar, y tal como mencionamos en varias oportunidades, no sólo hay diferentes opiniones entre los Una serie de
acuaristas en lo referente a la clasificación y taxonomía del Phyllum Protozoa. También las hay entre los notas de Roberto
especialistas, ya que algunas veces aparecen en los Phyllum vegetales, otras en los Phyllum animales y Petracini
finalmente hay casos en que aparecen en ambos. Por eso mismo no podemos tener la certeza si pertenecen o no
a un Orden u otro, una Familia u otra, etc.
Sin embargo, parece que los taxonomistas contemporáneos han optado por seguir el criterio de agrupar estos
organismos microscópicos en el nuevo Reino Monera, terminando con la gran discusión.  Insistimos también que
a los efectos de la acuariofilia esas precisiones no revisten mayor importancia.  

En acuariofilia, piscicultura y acuicultura los protozoos de la  Clase Cnidosporidios que se localizan en peces son:  

Myxosporidios:  

Myxoxoma cerebralis, que por lo general se encuentran en la vesícula biliar y otros tejidos de peces marinos y  
de agua dulce, Myxobolus sp., Henneguya sp., Hoferellus sp., Myxidium sp., Thelohanellus sp.
 
Microsporidios:

Nosema sp.,  Guglea sp., Plistophora sp. Dermocystidium sp.,  Ichthyopthirius multifliis, Chilodonella cyprini y
Trichodina domerguei. Estos tres últimos se analizan en otra página.

Myxoxoma cerebralis es el agente causal de la enfermedad conocida como "torneo" que, cuando se presenta,
asola las factorías de truchas para consumo. Se reproduce por esporas que permanecen libres en el agua en
busca de huésped y como regla general siguen el esquema reproductivo y parasitario de Plistophora sp. Se
localiza prefentemente en la vesícula biliar.
La literatura especializada no menciona una cura efectiva contra esta enfermedad, por lo que lo más apropiado Myxidium giardi
es mantener medidas preventivas extremas. En peces ornamentales la enfermedad del "Torneo" es pocas veces 
observada en factorías de carpas o Carassius. La única manera de que se propague la enfermedad es
 
introduciendo ejemplares contaminados o esporas libres en el agua, de modo que si se somete a cuarentena a
los ejemplares nuevos y se utiliza agua de napas subterráneas (en lugar de aguas de cursos naturales)   no
debería existir posiblidad de contaminación.  
Las utilización de aguas naturales deberá ser limitada a aquellas previamente esterilizadas por radiación
ultravioleta, adaptándose las instalaciones a tales efectos.

Myxobolus sp.  (Causante de la enfermedad bubónica)


El autor no cuenta con experiencia personal sobre este esporozoo, ya que no ha tenido la oportunidad de
trabajar sobre peces afectados. Por lo tanto nos remitimos a la bibliografía existente, la cual es bastante escasa. 
Según Amlacher (Taschenbuch der Fischkrankheiten, editora VEB Gustav Fischer, Verlag Jena -1961-;
traducido como "Manual de Enfermedades de los Peces", Editorial Acribia, España, 1964), la mixoboliasis es
conocida desde 1870 en barbus de todas las edades.  Su tamaño sería de 10 x 12 µ. En el comienzo de la
Myxoxoma
enfermedad se notarán alteraciones en los músculos, formándose bubones de color amarillento del tamaño de
cerebralis
una cabeza de alfiler. Los músculos se reblandecen como si fueran gelatinosos. Los movimientos del pez se
tornan  dificultosos, la piel pierde su brillo y se desprenden escamas. En los lugares donde se produce la
descamación aparecen hemorragias. Los nódulos son duros en un principio, pero más tarde se ablandan hasta  
romperse, momento en el cual vacían su contenido en el exterior. Inevitablemente se producen infecciones
bacterianas secundarias, los peces se fatigan, nadan haciendo eses y, finalmente, mueren. Las mayores pérdidas
se producen en las estaciones del año más calurosas, en invierno no se ven peces enfermos. Myxobolus sp.ataca   
también los órganos internos y forma bubones (nódulitos) en peritoneo, intestino, corazón, hígado y riñones.
La enfermedad se puede encontrar todavía en las zonas de los ríos donde haya barbus. Algunas especies de
 
Henneguya también producen una enfermedad bubónica.
Todas las referencias bibliográficas sobre esta enfermedad indican que no es curable y, por lo tanto, al no existir
tratamiento, sólo son aptas las medidas preventivas.
En la ilustración, Myxobolus mülleri, según un dibujo de Reichenbach-Klinke.

Henneguya sp.
Nos encontramos ante otra enfermedad en la cual el autor no cuenta con experiencia práctica por no haber
tenido contacto con peces enfermos. Para informar al visitante tomamos aquí la referencia del autor mencionado
en el párrafo anterior.
Henneguya psorospermica (ilustración de la izquierda, perteneciente a Reichenbach-Klinke) produce quistes
blancos en forma oval localizados en las branquias y se manifiesta con preferencia en los lucios.
Del mismo modo que en Myxobolus las esporas se fijan en las células del hospedante, liberan el esporozoíto en  Myxobolus sp.
el interior de la célula, dentro de la cual se divide en dos, crece y, por división, después de ser encapsulado por
el tejido conjuntivo del hospedante, forma un quiste. Se originan macrogametos y microgametos, que copulan y
dan lugar a la formación de pansporoblastos. En esos pansporoblastos  se originan dos esporas que presentan  
en su interior un embrión ameboide. El tamaño de las esporas es de 8-16 µ x 8-9 µ (según la especie, en
Myxobolus) a 30-40 µ x 7-8 µ (en Henneguya psorospermica). 
Los peces afectados no tienen comportamientos atípicos en las primeras etapas del desarrollo de la enfermedad,
aún en casos en que los ataques son intensos, abarcando el 50% del epitelio respiratorio. Según Amlacher no se
comprueban bajas inmediatas.
Las partes afectadas de los órganos responden, frente a los ataques en masa, con encapsulamiento conjuntivo
que forma un quiste. En esta etapa se puede observar una falta absoluta de reacción.
Por tratarse de una enfermedad que no reconoce terapéutica y teniendo en cuenta que puede extenderse con
cierta facilidad, deberán extremarse las medidas de prevención. 
Este tipo de enfermedades no aparecen casi nunca en factorías para consumo bien atendidas y mucho menos
aún en acuarios y factorías de peces ornamentales. Para quien desee obtener información adicional sobre la
etiología, morfología y bionomía de estos Cnidosporidios, puede solicitarla por e-mail (referencia RAP-ME-179).

Hemos mencionado estos tres ejemplos típicos como referencia de los síntomas y eventuales posibilidades de
diagnóstico. Los cuadros clínicos, evolución de la enfermedad y posibilidades de diagnóstico de los restantes
Microsporidios o Myxosporidios mencionados, son similares.
 
Henneguya
psorospermica
Enfermedades de los peces
 
     Hexamita hyphessobryconnis Parásitos 2
(microfotografía) (Hexamita y Plistophora)

Ir a: Plistophora

Hexamita (x Octomitus) symphysodonis (Enfermedad del discus)

Más información sobre Hexamita: Ver Enfermedad del discus

Phyllum: Protozoa (Protozoos)


  Clase: Flagellata (flagelados)

No es muy importante a los efectos prácticos saber si un protozoo determinado pertenece o no a cierta categoría taxonómica.
En realidad muchas autoridades en la materia no se han puesto de acuerdo en eso. Lo que realmente importa en el caso del
acuarista es, mediante el diagnóstico y medicación adecuada (si la hay), evitar la muerte de los peces.
Lo que mencionaremos rápidamente es que dentro del Phyllum Protozoa existen varias Clases, las cuales de alguna manera nos
permiten identificar el grado de peligrosidad, su ciclo vital y, conociendo eso, el tipo de medicación y el momento en que esa
medicación es efectiva.

Como ya se ha mencionado al tratar Ichthyophthirius multifiliis , causante de la enfermedad de los


puntos blancos, hay etapas de enquistamiento en las cuales no siempre es posible combatir la
enfermedad. Conociendo el ciclo, es decir las diferentes etapas en el desarrollo de cada parásito en
particular, podremos saber cuál es el momento adecuado para combatirlo y cuáles son los métodos a
utilizar.

En el caso de Hexamita nos encontramos con un protozoo no tan bien conocido por los ictiopatólogos,
ya que, en el caso de Hexamita symphysodonis las primeras referencias datan de 1960, cuando se
  popularizó la importación de Discus y aparecieron los primeros casos. Hexamita intestinalis (=H.
Hexamita intestinalis  salmonis) por su parte es conocida (como Octomitus truttae) desde mucho antes  por tratarse de un
(según Reichenbach-Klinke) protozoo extendido en salmones y otros peces para alimentación humana.

En 1961 Amlacher (Taschenbuch der Fischkrankheiten , editora VEB Gustav Fischer), menciona
observaciones realizadas por él en Symphysodon discus en el año 1959. De esas observaciones dedujo que se
trataba de una nueva especie de octomitos y propuso denominarla Octomitus symphysodoni.
Habiendo autopsiado un discus enfermo, encontró que a diferencia de la especie O. intestinalis (que sólo
parasita la vesícula biliar) este protozoo flagelado fue encontrado en el corazón y en el hígado. En éste
último órgano en tan grandes proporciones que “...daba la impresión de que el tejido hepático se
movía en la preparación obtenida...”. También fue localizado en otros discos en el intestino y en la
vesícula biliar.
Para ese entonces ya se sospechaba que ciertos flagelados que viven en el intestino pueden convertirse
en parásitos hemáticos y Amlacher pudo comprobar la localización en sangre de quien posteriormente se
denominaría Hexamita Hexamita en symphysodonis.
Sin duda nos encontramos intestinos. ante un parásito peligroso, cuyos síntomas visibles aparecen cuando la
enfermedad está avanzada y cuyo diagnóstico precoz es casi imposible sin un estudio de los órganos internos.
Existen algunas experiencias que permitirían pensar que se trata de un parásito propio de algunos miembros de la familia
Cichlidae, no sólo por haber sido descriptos a partir de ser localizados en discus, en C. severum y en P. scalare. Amlacher mismo
inoculó con material patológico un acuario poblado con Nannacara anomala y tras un mes encontró los parásitos diseminados por
diversos órganos.
El autor de esta nota realizó (en 1974 y 1976) experiencias con Barbus, tetra Serpae, Metynnis sp. y Xiphophorus maculatus y
después de 30, 45 y 60 días ninguno de ellos mostró síntomas de contaminación externos ni en los órganos que supuestamente
debían estar afectados (bazo, riñón, hígado, intestino, etc.). 
La intención de las experiencias era contar con material contaminado para experimentar con Metronidazol, una droga con la cual
unos amigos españoles habían obtenido éxito. En esa época no sólo era difícil (y muy costoso) para quien escribe obtener
ejemplares de Symphysodon sp., también era difícil encontrar ejemplares contaminados, por lo que resultaba complicado cualquier
intento. Para fines de 1976 ya existían confirmaciones sobre la efectividad del uso de Metronidazol (con la marca Flagyl), por lo
que no se repitieron los experimentos, quedando como saldo a confirmar, el hecho de no haberse contaminado ninguno de los
peces pese a la inoculación positiva de Hexamita symphysodonis en los acuarios.

Los primeros síntomas externos con los que se evidencia Hexamita symphysodonis no difieren de los que se presentan con otras
enfermedades: oscurecimiento del cuerpo, inapetencia, aislamiento y falta de reacción.
Recién se puede confirmar el diagnóstico ante la presencia de la mancha en la frente que, en una primera etapa, aparece como
una opacidad y posteriormente como un agujero. Por esto recibe el nombre de enfermedad del agujero en la frente.

Si se está dispuesto a sacrificar un ejemplar mediante autopsia, se confirmará el diagnóstico por los siguientes signos:
a. Oscurecimiento de los órganos afectados, llegando a una pigmentación casi negra en algunos casos. 
b. Presencia en la sangre del protozoo
c. Necrotización del riñón, hígado y/o bazo.
Observación al microscopio confirmarán o no la presencia de Hexamita. (Ver ilustración del título de página)
Durante casi 15 años fue el gran temor de los aficionados a los discos pues no se conoció cura hasta que un par de aficionados a
los peces españoles (estudiantes de biología) dieron a conocer sus experiencias con Flagyl. 
No tenemos información ni experiencia personal de tratamientos de Hexamita intestinalis con Metronidazol. Si hemos utilizado en
varias oportunidades este producto con Hexamita symphysodonis.
Para H. intestinalis Amlacher sugiere el agregado de Tripaflavina al 0,1% agregado al alimento, ya que en el tratamiento de
truchas afectadas esta dosis parece haber remitido sensiblemente la enfermedad. Como se menciona en otras notas de esta web,
toda manipulación con tripaflavina debe realizarse con cuidado puesto que al menos uno de sus componentes es altamente
cancerígeno.
Por su parte Bellet acredita que el agregado de calomelanos (2 gramos por Kg. de alimento, durante 4 días), es útil en el
tratamiento de la hexamitosis de la trucha.

Terapéutica.

La terapéutica se indica en nuestra página “Enfermedad del Discus” (versión resumida). El único medicamento para peces indicado
para Hexamita es Hexa-ex, elaborado por la firma Hilena (subsidiaria de Tetra), de Alemania.  Los productos a base de
Metronidazol se obtienen en las farmacias. Ver nuestra página ya citada.

Plistophora hyphessobryconnis. (Enfermedad del neón)

Phyllum: Protozoa (Protozoos)


  Clase: Sporozoa (Microsporidios )
    Familia: Nosemátidos

Todos los miembros de la Clase Sporozoa (Microsporidios) son parásitos. Nos encontramos aquí ante otra enfermedad de difícil
tratamiento. Los textos especializados consideran incurable la plistoforiasis. En nuestra página dedicada a los tetras se mencionan
dos productos desarrollados en Argentina (1972) y Alemania (1976?) para tratar esta enfermedad.
Aquí nos referimos a los síntomas y terapéutica y para quien desee obtener información adicional sobre la etiología, morfología y
bionomía del protozoo, puede solicitarla por e-mail (referencia RAP-ME-197).
Por lo general la enfermedad se manifiesta por una decoloración en la banda luminosa de los tetras iridiscentes, aunque también
ataca otros tetras y peces como “cebritas” (Brachidanio rerio). Esa decoloración comienza como manchas que se van extendiendo
a lo largo de la línea lateral, afectando la masa muscular, lugar donde se hospeda el protozoo.
Otro síntoma destacable fue observado por Thieme: los peces afectados no “duermen” durante la noche, nadando incesantemente
en lugar de reposar cerca del fondo.
También es observable (como en otras enfermedades) un aislamiento de los enfermos que se separan del cardumen, una natación
irregular, a veces hacia atrás. Casi simultáneamente, y por encontrarse en una etapa avanzada la infestación, puede observarse
que el pez nada en forma oblicua, con la cabeza hacia arriba, intentando mediante movimientos más o menos bruscos recuperar
su posición. Adelgazamiento y abdomen hundido junto a decoloración de la banda luminosa indican sin lugar a dudas la presencia
de Plistophora hyphessobryconnis y la sola sospecha amerita un inmediato aislamiento de todos los ejemplares sospechosos de
estar contaminados.

La confirmación del diagnóstico se puede realizar con microscopio a 120 aumentos, pudiendo
 
utilizarse como material tanto el conservado en formalina como vivo y fresco. Los parásitos se
encuentran con preferencia en los músculos troncales, aunque se los ha localizado en riñones,
intestino y otros órganos. Por aplastamiento y por disociación se toman las muestras de dichos
músculos, en los cuales se deberían visualizar los pansporoblastos en abundancia (Thieme contó
hasta 2.000 en un corte transversal del cuerpo). Pueden compararse con la ilustración si se tienen
dudas.

Plistophora Decíamos más arriba que se han localizado pansporoblastos en los riñones, de modo que al liberar
hyphessobryconis las esporas de su interior, son expelidas por la orina hacia el medio ambiente, dejando abierta la
(microfotografía) posibilidad de un contagio masivo. Mientras las esporas permaneces libres parece ser el momento
más indicado para intentar alguna medicación. No habiéndose divulgado las fórmulas comerciales,
sugerimos la utilización de media dosis de  verde de malaquita (atención: los tetras son muy sensibles a este producto) o
Cloruro cúprico, en cualquiera de las formas sugeridas en nuestra Tabla C (Terapéutica). Lo más indicado de todos modos, es
tomar medidas de prevención evitando introducir peces contaminados, evitar las bajas temperaturas (que facilitan el desarrollo de
esta enfermedad) y aislar de inmediato los peces sospechados de estar afectados.
Ignoramos si en la actualidad se expende en los comercios Neón cure (de Quimiaquarium, Argentina) o Plistopur (de Sera,
Alemania), los que parecen ser indicados para el tratamiento de la enfermedad.
Cuando se trata de pequeñas cantidades de peces, y teniendo en cuenta el ciclo reproductivo, podría resultar acertado cambiarlos
de recipiente cada 12 horas, tomando la precaución de que las condiciones del agua sean similares entre un recipiente y otro.

El recipiente vaciado se desinfecta con una solución fuerte de cloro y tras enjuagarlo bien quedará listo para recibir los peces
doce horas después, previo preparar el agua mediante un acondicionador coloidal y eventualmente aplicar una dosis de algún
antiparasitario (controlar la toxicidad).

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Pansporoblastos: formaciones redondas, agrupadas (3 a 30) por lo general en nidos. Miden de 28 a 30µ.  
Ordinariamente están cubiertas por tejido conjuntivo en forma de cápsula producido por la acción defensiva muscular. En su
interior contienen las esporas que miden entre 4-6µ de largo por alrededor de 3µ de ancho. Cada espora da lugar a la formación
de un nuevo pansporoblasto, auto infestando al pez. Las temperaturas bajas parecen favorecer su desarrollo.

Enfermedades 7

Gusanos…parásitos:
  Gyrodactylus  y
Dactylogyrus vastator (microfotografía) Dactylogyrus

En esta misma página: Dactylogyrus

Introducción.

Puedes ver las fotos ampliadas haciendo "clic" sobre la imagen

Dentro del grupo que, en general, denominamos parásitos, los hay desde unicelulares hasta organismos complejos similares a un
insecto. De hecho, hay insectos parásitos de los peces que analizamos e ilustramos en otra parte de este mismo sitio Web.
Aquí nos referimos a dos parásitos que sin ser microscópicos, tampoco son tan grandes como para confirmar el diagnóstico sin
auxilio de una lupa, excepto para quienes hayan tenido alguna experiencia con ellos. Se trata de los Géneros Gyrodactylus y
Dactylogyrus que forman parte de los helmintos o gusanos. Existen varios tipos de gusanos parásitos que afectan a toda clase de
animales incluyendo al hombre. Los hay planos (Platelmintos) y cilíndricos (Nematodos). Estos últimos están representados por unas
10.000 especies, y excepto por los insectos, son el Phyllum de animales pluricelulares más extendido en el planeta, pues se
encuentran representados en cantidades fantásticas en aguas dulces o marinas y en el suelo. Si bien existe un número bastante
grande de especies que viven libres, la mayoría de los gusanos se han adaptado a la vida como parásitos, tanto de plantas como
animales.

Es decir que nos encontramos ante uno de los cuatro grupos de especies dominantes en el planeta, siendo los otros tres los
artrópodos, los protozoos y los humanos.
 

Gyrodactylus spp.

Phyllum: Platyhelmintes (Gusanos planos)


Clase: Trematodes (Trematodos)
Orden: Monogena (Trematodos monogenésicos)
Género: Gyrodactylus
Especie/s: elegans y medius

Los trematodos parásitos de los peces son varios. Los hay parasitarios de la piel y las branquias, que son poseedores de uno o más
pares de ganchitos utilizados para fijarse. Algunos trematodos en estado larvario son encontrados en órganos internos, piel,
branquias, ojos, músculos y hasta en la sangre.
Los trematodos monogésicos parásitos de los peces son siempre localizados en la piel y branquias y su reproducción se produce en
el mismo pez parasitado o pasando por el estado larval de libre natación, que busca nuevos huéspedes para parasitar. En uno de sus
extremos poseen los ganchos de fijación y uno o varios huesos pequeños dentro de los cuales calza otro (acetábulos) que utilizan
con la misma finalidad que los ganchos.
La ingesta de alimento la producen por succión utilizando una ventosa.

Gyrodactylus se localiza en el tegumento de los peces, pudiendo atacar en cualquier parte del cuerpo, incluyendo los ojos. No son
muy visibles los síntomas externos sino hasta muy avanzada la enfermedad, por lo que estamos ante un caso en que la
observación del comportamiento de los peces es fundamental.

En etapa avanzada se observa turbidez de la piel y algunas zonas, fuertemente invadidas, presentan un enrojecimiento. En los ojos
puede presentarse una opacidad generalizada o parcial, según el grado de invasión del parásito.

La literatura especializada suele mencionar la existencia de una segunda especie presente con
cierta frecuencia en acuarios: Gyrodactylus medius cuyas dimensiones citadas son entre un cuarto
y medio milímetro, mientras que el más común Gyrodactylus elegans mide el doble (entre 0,5 y
0,8 mm), medidas suficientemente grandes como para ser observados a simple vista y mejor aún
con el auxilio de una lupa.
Con microscopio a 60-120 aumentos o menos es posible efectuar un diagnóstico cierto, ante la
posible presencia de otros parásitos de la piel menos comunes y a los cuales se debe medicar de
modo diferente.
Para ello debe tomarse material fresco ya que Gyrodactylus abandona rápidamente los peces
muertos.
    Gyrodactylus elegans Comparando la observación con la ilustración (muy difundida en publicaciones de acuarismo), no
se tendrán dudas sobre ante quién nos encontramos. Aún si se tratara del bastante parecido
Dactylogyrus y nos confundiéramos en el diagnóstico, la medicación a utilizar es semejante por lo
que podremos tener éxito igualmente. Casi seguramente si el parásito se localiza en las branquias se trata de Dactylogyrys, mientras
que su pariente cercano se localiza con preferencia en el cuerpo.

Terapéutica.

La utilización de preparados a base de formalina, sulfato de cobre (o algunos organoclorados para el caso de factorías de peces
ornamentales) son recomendables. Sugerimos consultar la Tabla C (Terapéutica) y utilizar la medicación más apropiada para cada
necesidad. Al pie de página se encuentran los vínculos.

Para quienes necesiten informarse sobre la etiología, morfología y bionomía de Gyrodactylus la podremos enviar por e-mail
(referencia RAP-ME-219).

Dactylogyrus vastator (Foto encabezado de página)


Phyllum: Platyhelmintes (Gusanos planos)
Clase: Trematodes (Trematodos)
Orden: Monogena (Trematodos monogenésicos)
Género: Dactylogyrus
Especie: vastator

Síntomas.
Como en el caso anterior, los síntomas no son visibles en una primera etapa de la infestación. Recién cuando el proceso está
avanzado se observa un engrosamiento de los bordes branquiales y los opérculos un poco abiertos.
Sin embargo el comportamiento del pez debe ser necesariamente anormal desde un principio por cuanto se le dificulta la respiración,
se le irritan las láminas branquiales y tiende a frotarse en busca de desprenderse del parásito.
Con el auxilio de una lupa (o mejor aún, de un microscopio de hasta 120 aumentos) se puede
confirmar el diagnóstico. Aunque es posible hacerlo a simple vista cuando se cuenta con alguna
experiencia. Utilizando las ilustraciones que acompañan estas notas será sencillo efectuar un
diagnóstico y decidir el curso del tratamiento a seguir.
Para observación microscópica puede utilizarse material conservado en formol al 10%, colocando la
muestra en un portaobjeto con una gota de agua y utilizando entre 60 y 120 aumentos. Para
muestra será suficiente un corte de filamentos branquiales contaminados.

Terapéutica.
  Dactylogyrus vastator

Se procede en forma similar a Gyrodactylus, utilizando cualquier preparado comercial o los indicados en nuestra Tabla C
(Terapéutica).  
En peces ornamentales ambas enfermedades se encuentran presentes en mayor proporción entre los Carassius, por lo que al
introducir ejemplares nuevos a un acuario, si se tiene alguna duda sobre la presencia del parásito, será aconsejable desinfectarlos
con un baño desinfectante a base de formol al 40% (una gota por litro durante algunas horas), o utilizando una taza de café llena de
vinagre en cinco litros de agua, observando la reacción de los peces por posible intoxicación. Al introducirlos en el acuario será
recomendable agregar previamente al agua una solución mucoprotectora (acondicionadores coloidales).

Información adicional no contenida en este informe puede solicitarse por e-mail (referencia RAP-ME-220)

Enfermedades de los peces 9  


  Parásitos externos
Copépodo en filamento branquial poco comunes en acuarios

[Argulus | Diplozoon | Ergasilus | Lernaea | Piscicola | Tenias | Trichodina ]

Introducción.

Existen innumerables parásitos de mayor o menor tamaño que ocasionalmente atacan a los peces de acuario.
Muchos de ellos, en particular los gusanos helmintos, requieren de un hospedador intermedio en su ciclo vital.

Afortunadamente la mayoría de los peces reproducidos en cautividad suelen ser exóticos, es decir originarios de biotopos muy
distantes, lo cual hace casi imposible que en un ambiente tan diferente encuentren el huésped intermedio que necesitan (por lo
general un ave u otro animal). Por esta razón muchos peces ornamentales han perdido los parásitos que por millones de años los
han acompañado en su existencia.

El peligro de contaminación se limita a los parásitos que no requieren de huésped intermedio y a la introducción de peces nativos en
factorías próximas a sus biotopos. En acuarios, salvo que el huésped intermedio sea un caracol, otro pez o algún organismo acuático
compatible, difícilmente se produzcan contaminaciones, aunque pueden recibirse ocasionalmente ejemplares contaminados
provenientes de su ambiente natural.

Los grandes parásitos externos son localizables con cierta facilidad a excepción de algunos que en su etapa larval puedan hospedarse
en lugares poco visibles. El autor tuvo varias experiencias de pequeños Argulus parasitando branquias en Metynnis, tetra Serpae y
otros peces provenientes de los cursos naturales. En alguna oportunidad fueron hallados en la garganta, lugar del que es difícil
extraerlos sin dañar al pez afectado. En esos y en otros casos de contaminación puede recurrirse a una terapéutica específica, la cual
se detalla en nuestra Tabla C, cuyo vínculo se encuentra al pie de página.

Para referirnos a estos parásitos prescindiremos de seguir un orden taxonómico, el cual aquí no tiene demasiado sentido.
La mayoría de los parásitos están incluidos en nuestra Tabla B (Agente causal) y los síntomas (por modificaciones localizadas) se
mencionan en la Tabla A, razón que hace innecesario, referirnos con mayores detalles.

De todos modos trataremos de evacuar rápidamente las consultas y aportar detalles específicos a quienes lo necesiten por medio del
correo electrónico de consultas.

  Argulus
Parásito externo muy visible, algunas especies miden hasta 13 mm. y parasitan cualquier parte del
cuerpo. 
Conocido como "garrapata" o "piojo" de los peces, se adhieren mediante sus dos ventosas y
valiéndose de sus extremidades. Tienen una trompa provista de un instrumento picador formado
por dos mandíbulas y por las maxilas que se ubican entre ambos ojos, bien visible en las fotos de
Argulus foliaceus, la izquierda.
"garrapata" más común
(vista  ventral) Esta trompa contiene una glándula productora de toxinas que
está rodeada por un tubo que se introduce en la herida y sirve
como instrumento suctorio de la sangre y jugos tisulares.
Peces ornamentales de porte pequeño pueden perecer por acción de las toxinas. Cuando
Argulus spp. abandona el cuerpo de los peces, busca superficies verticales y planas para
querochar entre 30 y 200 huevos.
Las heridas causadas por sus patas que no dejan de moverse durante la fijación en el pez,
produce un desprendimiento de la mucosa y tejido epitelial, quedando el pez expuesto al ingreso
de enfermedades secundarias,  por lo general por acción de bacterias y hongos. Según Amlacher,
la picadura de Argulus spp.Vista ventral del cuerpo puede transmitir el agente causal de ascitis infecciosa o, al
menos, favorecer su invasión. entero
de A. foliaceus

TERAPÉUTICA.
En casos individuales será suficiente tomar el pez parasitado y apretar firmemente el parásito adherido al cuerpo con una pinza de
punta fina o pinza de depilar SIN TIRAR. Al morir apretado el parásito soltará sus patas y ventosas, pudiendo ser retirado sin dañar
al pez. Utilizando un desinfectante (Povidona-Iodo) al 50% se limpiará la herida del cuerpo.
En casos de ataques masivos, cosa muy poco probable en acuarios, se procede a desinfectar el estanque o acuario con
Hexaclorocicloexano (Gammexane) (ver Tabla C -Tratamiento Nº 47)

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Diplozoon

La curiosa biología de éste trematodo hace que la mayoría de las veces se lo localice en su forma dupla, es
decir, la unión de dos ejemplares que crecen y se desarrollan juntos.
Esta unión se produce por medio del acetábulo ventral (huesecillo en el que encastra otro) de uno en la
protuberancia dorsal de otro. Uno de los más comunes es Diplozoon paraduxus, pero en Barbus silvestres
Diplozoon procedentes de países asiáticos, hemos localizado ejemplares que por la información de que disponíamos en
paradoxus ese momento podría tratarse de Diplozoon barbi, descrito por Richenbach-Klinke, cuyas dimensiones variaban
entre 0,7 y 1,1 mm. Estos ejemplares no estaban unidos de la forma conocida, sino por sus acetábulos
ventrales y poseían varias ventosas situadas en fila.  Ocasionalmente encontramos individuos sin unir de tamaño muy pequeño
(entre 0,3 y 0,5 mm) y en estado larval.
Estos parásitos se localiza fundamentalmente en las branquias, lugar donde producen pustulencias opacas de color blanco-grisaceo.
Son visibles a simple vista o con auxilio de una lupa. La observación microscópica puede hacerse con hasta 120x, pero por lo general
no es necesaria para confirmar el diagnóstico.
Diplozoon es difícil de desprender de las branquias. Suelen ceder más o menos rápidamente ante la presencia de formalina (baños de
corta duración de 1 ml. de formol en 2 litros de agua durante 7 minutos).
Otros tratamientos se indican en nuestra Tabla C de Terapéutica, cuyo vínculo se encuentra al pie de página

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 Ergasilus

Entre los crustáceos parásitos en acuarios solemos encontrar aisladamente a Ergasilus sieboldi y con menos
frecuencia otras especies del mismo Género.
Según Richenbach-
Si bien externamente no presentan síntomas visibles, se trata de parásitos que atacan las branquias y Klinke
producen un malestar muy intenso en los peces. En ataques avanzados se produce un adelgazamiento del
pez que puede ser confundido con otros síntomas. Levantando los opérculos se pueden llegar a distinguir a  
simple vista o con ayuda de una lupa. La confirmación al microscopio deberá realizarse a 40-120x de modo
que habrá de obtenerse una muestra, cortando filamentos branquiales y trasladándolos en agua hasta el
portaobjetos del microscopio. Su tamaño puede variar según la especie, pero normalmente son de 1 mm. La
única especie citada de menor tamaño es Ergasilus boettgeri Reichenbach-Klinke, cuyas dimensiones
reportadas son 0,63-0,75 mm de largo por 0,03 de ancho. y que se suele encontrar, según el autor citado,
en las branquias de peces ornamentales del Género Poecilia (Mollis).

La apariencia externa de Ergasilus no difiere mucho de un Cyclops sp. y su biología tampoco. Desovan a
plena agua y pasan por una etapa de nauplio. Los machos viven 14 días y mueren luego de soltar los
espermatóforos. Son reotácticos positivos (nadan contra corriente), siendo esa la forma de parasitar al
ubicarse trás los opérculos y nadar contra la corriente de agua que produce la respiración del pez. De este Ergasilus sieboldi
modo los peces de natación más lentas o que permanecen quietos durante algún tiempo son los más fáciles
de atacar.

El tratamiento, además de los indicados en la Tabla C puede realizarse con formalina (2,5 ml. de formol 40% en  10 litros de agua
durante 30 minutos)

  Lernaea

Los crustáceos pertenecientes a la especiee Lernaea cyprinacea suelen ser encontrados en peces ornamentales
con mayor frecuencia que sus parientes de los Géneros  Argulus y  Ergasilus. Aunque las demás especies de
éste Género también son parásito de peces, por lo general son encontrados en peces marinos.

Conocido popularmente como el "gusano con ancla", recibe esa denominación por los intrumentos de fijación,
en forma de ganchos. El autor lo ha encontrado en ejemplares adultos de Geophagus balzanii procedentes de
Corrientes (Argentina), los cuales se adquirieron en un mayorista de plaza que los tenía en sus depósitos desde
hacía más de 30 días. Los parásitos se encontraban enquistados profundamente en los músculos laterales de los
peces. Del tegumento, sobresalía gran parte del cuerpo que se hallaba bajo una cubierta bastante rígida de 5 a
7 mm. de diámetro, profundamente enquistada. Los tratamientos con diferentes producto no dieron resultado   Lernaea
alguno, por lo que en este caso optamos por anestesiar a  los peces y desprender la cubierta rígida del quiste, cyprini
utilizando una aguja hipodérmica, con lo que se hizo visible el cuerpo del parásito de 16 a 19 mm. de longitud. (adherida al
En uno de los ejemplares contamos 43 Lernaea. cuerpo)
Los peces, tras un par de semanas de diferentes tratamientos habían experimentado un adelgazamiento
notorio, carecían de apetito y presentaban síntomas de otras enfermedades (infecciones bacterianas, fungosis).  
Tras desprender las formaciones y sumergir los peces en una solución de formol+sulfato de cobre, algunas
Lernaea se desprendieron del cuerpo y otras pretendían introducirse más profundamente en el tejido muscular.
Al cabo de dos días los peces quedaron libres de parásitos recuperándose en un 100% al cabo de 30 días.
La terapéutica utilizada fue 1 gota de formol por litro de agua más una gota de solución saturada de sulfato de
cobre cada 4 litros de agua. Una vez eliminadas, se procedió a un tratamiento con Furanace-P (producto de
origen japonés disponible para nosotros en aquel momento) para combatir la fungosis y bacteriosis
secundarias. 
El tratamiento para peces marinos deberá realizarse en un acuario enfermería.
La mayoría de los autores sugieren la utilización de insecticidas para el tratamiento, método que parece ser
efectivo aún en casos como el comentado más arriba. Ver Tabla C.
  Lernaea
cyprini
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Piscicola  

Nos encontramos ante un gusano parásito muy visible y a quien reconocemos universalmente con el nombre de sanguijuela.
En acuarios es casi inexistente por lo evidente de su presencia y la fácil identificación. En factorías resulta más difícil erradicar y por
lo general debe recurrirse a métodos de desinfección masiva.
Una sanguijuela puede llenarse de sangre en 48 horas, lo que indica su peligrosidad en peces de acuario, que por lo general son de
porte pequeño.
Los tratamientos más adecuados se indican en la Tabla C. 

Tenias
 
  Los cestodos intestinales suelen producir grandes daños en las factorías de peces para consumo y también
en los criaderos y factorías de peces ornamentales. Las tenias se difunden ampliamente y abarcan en su
función parásita todos los grupos animales incluyendo a los humanos. Se supone que más de un tercio de la
población humana mundial convive permanentemente con alguna especie de tenia en su organismo.
En peces ornamentales la contaminación casi siempre se produce por medio del tubifex. Éste último ingiere
los embriones en su etapa de oncósfera (es decir dentro del huevo). En el intestino del Tubifex continúa el
proceso de desarrollo atravesando el intestino y ubicándose en la cavidad visceral. Según Amlacher se han
encontrado hasta 10 larvas de 2 mm. de longitud en una sola lombriz. Al ingerir los peces el tubifex
continúa el desarrollo y se convierten en un gusano sexualmente maduro. Pone sus huevos en otoño y se
  Capillaria sp.    desprende del pez.
Gusano parásito de El tratamiento debe ser a base de tenicidas, agregados en la comida. No habiendo siempre disponibles
los intestinos. tenicidas para peces, lo más próximo sería la utilización de antiparasitarios para pequeños animales, tales
como cachorros de gatos o perros, mezclados en la comida en la misma proporción indicada por el
fabricante para los animales. Es decir, si se indica 1 gramo por Kg. de peso, se aplicará 1 gramo por kilogramo de comida, repitiendo
la dosis las veces que sea necesario según indicaciones del fabricante del producto.
En factorías de peces para consumo o peces ornamentales puede recurrirse al Di-n-butil-óxido de zinc a razón de 25 gramos cada
100 Kg. de alimento seco, administrando esta comida durante dos días. Richenbach-Klinke recomienda Mansonil (500 gramos cada
100 Kg. de alimento) o Yomesan (0,1 a 0,15 mg por Kg. de alimento). Ambas son marcas comerciales de productos para piscicultura.
Pueden consultarse otros productos en nuestra Base de Datos. 
En los criaderos de peces ornamentales donde se utiliza Tubifex debería realizarse periódicamente un tratamiento anti-tenia ya que
seguramente los peces se encuentren contaminados.

Trichodina

  Trichodina domerguei puede considerarse, como otros parientes cercanos, un protozoo ciliado de la debilidad. Pocas veces se
localizan en peces sanos, fuertes y bien alimentados. 
Es un nadador veloz que utiliza sus cilios para imprimir a su cuerpo un movimiento rotativo. Su cuerpo, con forma de campana en su
vista lateral, es plano en la vista inferior.  Se distingue un macronúcleo característico (ver ilustración).

Aunque no está perfectamente establecido el régimen nutricional del parásito, siempre se lo localiza en
tejidos destruidos, por lo que se puede suponer que se alimenta de restos epiteliales, muchas veces
producidos por otros parásitos. Puede atacar cuerpo y agallas y no se diferencia demasiado de otros
parásitos similares si no se utiliza un microscopio a 120x. 

Síntomas.
La piel puede adquirir una tonalidad blanco-grisácea que se presenta en pequeños sectores o en manchas
más grandes, no habiendo diferencia con el síntoma que presentan los peces afectados de Ichthyobodo
(Costia) o Chilodonella.
  Trichodina Tanto en el diagnóstico como el tratamiento terapéutico, se procede como con Costia ( Icthyobodo necatrix)
domerguei o Chilodonella. Aún tratándose de Trichodinella, Tripartiella o Dipartiella , parásito muy similares a
Trichodina, se procede del mismo modo. Ver tratamiento
Es curioso comprobar que en algunos acuarios comunitarios sólo se observa parasitosis por Trichodina en determinadas especies de
peces, mientras que otros no son atacados. Introducidos ejemplares de la misma especie afectada, en poco tiempo se contaminan
mientras las especies diferentes siguen limpias.

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