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PRINCIPIO DE IGUALDA.
Artículo 25°. Establece lo siguiente:
Todo acto dictado en ejercicio del Poder Público que viole o menoscabe
los derechos garantizados por esta Constitución y la ley es nulo; y los
funcionarios públicos y funcionarias públicas que lo ordenen o ejecuten
incurren en responsabilidad penal, civil y administrativa, según los casos,
sin que les sirvan de excusa órdenes superiores.
El referido artículo 25°, reafirma la obligación de los órganos del poder público
de respetar el pleno goce de los derechos humanos en el ejercicio de sus
postestades públicas trayendo como consecuencia la institucionalidad de sus
actos cuando violen o menoscaben algún derecho humano.
Esto quiere decir que en el caso de todo acto dictado en el ejercicio del Poder
Público que viole o menoscabe los derechos garantizados por esta constitución y
la ley, es nulo de toda nulidad, ya que de incurrir en la violación de los derechos
que garantiza él estado tendrán que pagar pena, ya sea civil, administrativa, penal
o según sea el caso.
El señalado artículo establece que sin importar quien seas o que rango
tengas, si cometes un acto ilícito o ilegal habrá consecuencias. Cuando un
funcionario, quien sea, reciba una orden que menoscaben los derechos de sus
semejantes tendrá consecuencias por incurrir en violación de los derechos
humanos de cualquier ciudadano de esta República y la misma acarrea sanciones
penales, civiles y administrativas.
Así las cosas, el funcionario público que presta o brinda un servicio; el mismo
debe ser eficiente a las personas, procurar la plena satisfacción de las
necesidades materiales de los ciudadanos, como una expresión concreta del
Estado social y de derecho al cual se hace referencia el artículo 2 de ésta
Constitución.