Está en la página 1de 3

Los Puritanos

Martyn Lloyd-Jones.
El Estandarte de la Verdad, Edimburgo, Inglaterra, 2013. 592 págs.

Este volumen reúne, por primera vez, las diecinueve ponencias que el Dr. Lloyd-Jones dio en las
conferencias de Estudios Puritanos y de Westminster desde 1959 hasta 1978. Es conveniente
recordar que, como el día de su nacimiento había sido el 20 de diciembre de 1899, la edad del Dr.
Lloyd-Jones coincidía con los años del siglo XX; por ende, cuando dio la primera de estas ponencias
-el 16 de diciembre de 1959- estaba en vísperas de su sexagésimo cumpleaños, y cuando pronunció
la última iba a cumplir setenta y nueve años.

La Conferencia Puritana se reunía el martes y miércoles de la semana previa a la Navidad en


Westminster Chapel, Londres, habiéndose convocado por primera vez el 19 de diciembre de 1950.
Esta Conferencia se originó porque, a finales de los años cuarenta del siglo XX, entre un pequeño
grupo de estudiantes miembros de la Oxford Inter-Collegiate Christian Union (Unión Cristiana
Universitaria de Oxford) -una rama de Inter-Varsity Fellowship (IVF, en España GBU)-, comenzó a
aumentar el interés por los escritos de los puritanos ingleses. Fue sorprendente que surgiera en
ellos dicho interés, porque en aquel momento prácticamente no existían libros puritanos en
circulación y el movimiento evangélico al que ellos pertenecían se ocupaba comúnmente de otros
temas. Como aquellos estudiantes de licenciatura habían escogido autores tan difíciles de
encontrar como John Owen y Richard Baxter, sentían que estaban descubriendo las ruinas de algún
mítico El Dorado.

Fue al cruzarse los caminos de ellos con los del pastor de la londinense Westminster Chapel cuando
nació la idea de una Conferencia. Le conocieron en las reuniones y encuentros de Inter-Varsity
donde él era el orador, o por medio de su hija Elizabeth, también estudiante de licenciatura en Oxford
durante ese mismo período y miembro de la Unión Universitaria de esa ciudad. En los sermones del
Dr. Lloyd-Jones oyeron por primera vez a un ministro de Dios cuya enseñanza armonizaba
claramente con las doctrinas que habían comenzado recientemente a leer y descubrir, el cual
abogaba por seguir a la vez la perspectiva bíblica del pecado y de la gracia al tiempo que instaba a
los creyentes a hacer tal cosa. En su presentación del evangelio ponía a Dios en primer lugar, y la
necesidad de ser santos antes que cualquier promesa de felicidad. En vez de compartir el tipo de
evangelización que se enfocaba en ciertos esfuerzos particulares y específicos, y en determinados
métodos modernos, llamaba a la gente a una vida centrada en Dios, en la cual el ser testigos de
Cristo llegara a formar parte espontánea del comportamiento diario de todo cristiano. Con estas
prioridades, resultó evidente para aquellos estudiantes que habían encontrado a un predicador
moderno cuyas afinidades espirituales eran aquellas de una tradición mucho más antigua que el de
los evangélicos  de finales del siglo XX.

James I. Packer, uno de aquellos estudiantes de Oxford, llegó a Londres en 1948 para ser tutor por
un año de los alumnos de Oak Hill College, y asistía regularmente a Westminster Chapel, los
domingos por la tarde. Fue su amigo Raymond Johnston -respaldado probablemente por Elizabeth
Lloyd-Jones- quien primero solicitó al «Doctor» que dirigiera una nueva Conferencia bajo los
auspicios de Tyndale Fellowship (la rama teológica de Inter-Varsity). Puesto que ya existían varias
conferencias de Tyndale, la idea de una más centrada en los puritanos era novedosa y
probablemente recibiría escasa aceptación. Sin embargo, el Dr. Lloyd-Jones aceptó de buena gana.
El número de The Christian Graduate (El graduado cristiano) correspondiente a junio de 1950 publicó
un breve anuncio que decía: «Días 19 y 20 de diciembre: La contribución teológica distintiva de los
puritanos ingleses. Entre los oradores contaremos con el Rvdo. Dr. Martyn Lloyd-Jones». No se
nombraba a ningún otro conferenciante; y lo cierto es que para una conferencia que duraba dos días
no era fácil encontrar a un orador que compartiera aquel entusiasmo por los autores puritanos.

La primera Conferencia tuvo comienzos pequeños: solo veinte personas se reunieron en el salón de
Westminster Chapel, y J.I. Packer recuerda haber dado tres de las ponencias mientras que el Dr.
Lloyd-Jones se dedicaba a hablar acerca de los puritanos y de la seguridad de la fe. Sin embargo, la
contribución de Lloyd-Jones fue la mayor de todas. Presidió los períodos de discusión y las
sesiones que siguieron a cada una de las seis ponencias, la mayoría de las cuales fueron tan
valiosas como las ponencias mismas. Desde el comienzo, la Conferencia constituyó mucho más
que un mero interés intelectual acerca de los puritanos. Cada sesión comenzaba y terminaba con
oración y, a pesar del debate, en ocasiones bastante enérgico, el tenor distintivo se asemejaba más
al de una reunión de alabanza que a aquel de las aulas. «Los intereses de la Conferencia -escribió
Packer- son prácticos y constructivos, no solo académicos. Consideramos a los puritanos como
nuestros hermanos en Cristo que ahora comparten con nosotros, por medio de los libros, todo lo
bueno que Dios les concedió hace tres siglos. No solo nos planteamos la pregunta histórica de qué
fue lo que ellos hicieron y enseñaron, sino que inquirimos más bien hasta qué punto su exposición
de las Escrituras es correcta y cuáles son los principios bíblicos que dicha exposición nos
proporciona como guías para nuestra fe y nuestra vida propias en la actualidad.»

Durante los años cincuenta del siglo XX, el interés por los puritanos creció sensiblemente y, como
resultado de una combinación de influencias, James I. Packer, Raymond Johnston y otros antiguos
estudiantes de Oxford, escribieron artículos en Inter-Varsity y en The Christian Graduate. La
Biblioteca Evangélica permitió un acceso más fácil y directo a los libros más peculiares, y Ernest F.
Kevan, director del London Bible College, dio testimonio acerca del valor de aquellos antiguos
autores. En 1955 se publicó por primera vez la revista Banner of Truth, seguida de una edición a gran
escala de libros en 1957; y relacionado muy de cerca con cada uno de estos esfuerzos estuvo el
liderazgo y ministerio, semana tras semana, del Dr. Lloyd-Jones. En su discurso correspondiente a
la reunión anual de 1955 de la Biblioteca Evangélica, el «Doctor» dijo lo siguiente: «Hay otra cosa
extraordinaria que debo mencionar: tengo la impresión de que estamos asistiendo a un verdadero
avivamiento de interés por los puritanos, y contamos con un grupo de jóvenes que estudian
constantemente los escritos de aquellos. Anualmente, se lleva a cabo una Conferencia Puritana con
la asistencia de setenta personas, y la Biblioteca ha desempeñado un papel muy importante en este
asunto».

La historia cobra vida cada vez que el Dr. Martyn Lloyd-Jones aborda un determinado tema o
personaje, y sorprende la comprensión y el conocimiento que tiene de la historia de la Iglesia. Lejos
de compartir la idea de que toda enseñanza del pasado es inútil y está fuera de lugar, Lloyd-Jones
creía que el estudio de la historia resulta esencial para el bienestar de la iglesia de nuestros días.
Escritos en un estilo cautivador e inspirador, estos estudios siguen hablando con gran
discernimiento y pertenencia a la Iglesia del siglo XXI.

 E.V. Giró – Barcelona

1 COMENTARIO EN “LOS PURITANOS”

MAGDALENA HERRERA
en 20 abril, 2017 a las 21:43 dijo:

ME INTERESA CONSEGUIR EL LIBRO DE LOS PURITANOS. COMO PODRIA HACERLO

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus
comentarios.

También podría gustarte