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CONCLUSIÓN

En la presente investigación se establece la gran importancia y el alcance de los


beneficios que proporciona el Análisis de Modo y Efectos de Falla como una
herramienta para examinar todas las formas en que un producto o proceso pueda
fallar; además se hace una revisión de la acción que debe tomar para minimizar la
probabilidad de falla o el efecto de la misma.

Teniendo en cuenta que para la mayoría de los productos y procesos no es


económico llevar a cabo el AMEF para cada componente, se hace necesaria la
realización de los elementos críticos que deben ser sometidos al mismo.

Aunque el AMEF es muy valioso como una técnica de advertencia temprana, la


prueba definitiva viene dado por el uso del producto por parte del cliente. Sin
embargo, la experiencia de campo llega demasiado tarde, y es aquí donde resalta
la importancia de que ésta sea precedida por el AMEF para que las empresas
puedan simular el uso de sus productos y procesos en el área de trabajo.

Se puede concluir que un AMEF debe ser realizado antes de que una falla
potencial de diseño del producto o del proceso sea percibida o detectada. Puede
llegar a reducir o eliminar el riesgo de implantar cambios correctivos, los cuales
pudieran crear mayores complicaciones.

El AMEF puede ser un documento vivo, es decir, que está en constante


actualización para reflejar los cambios en el concepto al que se refiere, en la
medida en que se contemplan no sólo los aspectos técnicos, conforme a las
características y requerimientos propios de la herramienta. También es necesario
adaptar las interfaces organizacionales que incluyen la designación del equipo de
trabajo interdisciplinario para la realización del análisis, la integración de diferentes
áreas, así como la adaptación a las políticas globales y lineamientos de
implementación de mejoras.

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