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Qué es el Evangelio:

El evangelio es un conjunto de 4 libros contenidos en el Nuevo Testamento


en donde narra la vida, enseñanza y milagros de Jesucristo. La palabra
evangelio es de origen latín “evagelium” y, esta a su vez proviene del griego
“evanghélion”, la misma esta compuestos por 2 vocablos “ev” que significa “bien” y
“angelos” que expresa “mensajero”, por lo tanto, significa “buena nueva o mensaje
feliz”.
Los 4 libros que forman el Nuevo Testamento son de los evangelistas Lucas,
Mateos, Juan y Marcos, los cuales son conocidos como los evangelios
canónicos y, en cada celebración eclesiástica es compartido con los creyentes
uno o varios capítulos con el fin de razonar la vida de Jesucristo y las enseñanzas
que dejó. Asimismo, no existe una idea clara sobre la redacción de los evangelios,
es decir, si fueron escritos en arameo o griego, lo que se tiene es una gran certeza
es que los evangelios no fueron compuestos por ellos mismos ya que los
evangelistas correspondían de una clase humilde y, por lo tanto, no sabían leer ni
escribir, más si fueron asentados por algunos seguidores de Jesús, personas bien
educadas e instruidas.
En consecuencia de lo indicado anteriormente, se puede observar en los
evangelios discordancia con los hechos redactados, por ejemplo: “en el libro de
Juan indica que Jesús aún no había ascendido al cielo 2 días después de su
muerte, en cambio, en el libro de Lucas expresa que Jesús estaría en el mismo
día de su muerte con el ladrón en el paraíso”, también, se observa una confusión
geográfica de la zona de Judea y Galilea, es por ello, que se deduce que los 4
libros no fueron escritos directamente por ellos ni por discípulos directos de Jesús.

Por otro lado, para los católicos, evangelio no sólo significa los 4 libros que relata
la vida, enseñanza y sacrificio de Jesús para ofrecer a la humanidad la salvación,
es también la buena noticia de transformar la vida del individuo que escucha
“la palabra del Señor” por medio de la lección que deja cada una y del compromiso
que adquiere el creyente de cumplir lo enviado por el Señor.
No obstante, cada evangelio representa de manera diferente la vida de Jesús,
el evangelio de Mateo presenta a un Jesús como rey a los Judíos; el evangelio de
Marcos muestra un Jesús como siervo a los romanos; asimismo, en el evangelio
de Lucas se puede observar un Jesús como un hijo de hombre a los griegos y, por
último, en el evangelio de Juan recoge la enseñanzas, acciones de Jesús así
como su muerte y resurrección, observando a un Jesús como el verbo encarnado
a todos los hombres.
Evangelios sinópticos
Los evangelios sinópticos son los 3 evangelistas (Marcos, Mateo y Lucas) que
presentan una similitud en la narración de la vida de Jesucristo y acontecimientos,
pudiendo ser leídos paralelamente, tal como lo indica la palabra sinópticos: “syn”
significa “juntos” y “opsis” expresa “visión”. Debido a ello, existe el problema
sinóptico lo cual hace referencia a la relación entre ellos y, a su discordancia ya
que los libros Mateo y Lucas poseen gran similitud en comparación con el
evangelio de Mateo.
Con el fin de solventar las diferencias y semejanzas entre los evangelios se
desarrolló varias teorías, actualmente existe “la teoría de las 2 fuentes” aún no
comprobada, indica que el libro Marcos fue el evangelio más antiguo y sirvió de
modelo para Mateos y Lucas, de ello se deriva la gran similitud entre los 3 libros,
más este postulado no es del todo correcto ya que existe entre los evangelios de
Mateos y Lucas hechos o situaciones similares que no presenta el libro de Marcos.
En relación a esta problemática, se ha atribuido una “fuente Q” que se considera
un conjunto de enseñanzas o dichos de Jesús, sin la presencia del elemento
narrativo y, de esto se deriva que es el material común que posee los evangelios
de Mateos y Lucas y, por ende, no puede encontrarse en el evangelio de Marcos.
A su vez, el evangelio Juan fue el último en ser escrito en el cual se observa una
gran diferencia con los evangelios mencionados anteriormente.
Para una mejor comprensión, la “fuente Q” proviene del alemán “quelle” que
significa “fuente”, fue formulada en los años 1900, se deriva de uno de los
fundamentos actuales de la escuela moderna del Evangelio. Asimismo, la “fuente
Q” pudo haber sido redactado en arameo y, posteriormente ser traducido en
griego, pero como fue dicho anteriormente, no existe una idea clara del idioma en
el cual fue redactado los libros.

Evangelios apócrifos y evangelios canónicos


Los evangelios apócrifos son escritos durante los primeros siglos del
cristianismo, relacionado con la vida y enseñanza de Jesús, pero no fueron
admitidos para formar parte del canon o libros del Nuevo Testamento. En
cambio, los evangelios canónicos son los evangelios de Mateos, Marcos, Juan y
Lucas aceptados por las comunidades cristianas con el fin de formar parte del
canon o libros del Nuevo Testamento.

¿Qué es el evangelio?
¿Qué es el evangelio? Quizá no hay pregunta más fundamental
que los cristianos, particularmente los evangélicos, podamos
hacernos. Recientemente planteé esta pregunta en mi muro de
Facebook y recibí una gran variedad de respuestas. Algunos me
dijeron que el evangelio es “buenas noticias”, otros que el
evangelio es “amor”, unos más que el evangelio es “Jesús murió
por mis pecados”, y aun otros que el evangelio es “Jesús”. 

¿Por qué una variedad tan amplia de respuestas a una pregunta


aparentemente sencilla y ciertamente elemental para la fe
cristiana? Creo que el asunto radica en que entendemos de
maneras diversas la misma pregunta. En realidad todas las
respuestas que recibí son correctas y reflejan una parte del
mensaje evangélico. Sin embargo, cada una de ellas contesta
desde diferentes perspectivas. Por ello propongo tres formas de
contestar esta pregunta que nos ayudarán a tener una
comprensión más integral del término.

1. El evangelio es una buena noticia.


Cuando preguntamos “¿qué es?” acerca de cualquier cosa, lo
hacemos de dos maneras distintas, por lo menos. En primer
lugar, podemos estar preguntando qué tipo de cosa es. Y en
segundo lugar, podemos estar preguntando cuál es el contenido. 

Por ejemplo, si yo pregunto: “¿Qué es un pastel?”, podría estar


preguntando qué tipo de cosa es un pastel (es un alimento), o de
qué está compuesto un pastel (de harina, betún, frutas, etc.). En
este primer punto trataremos de contestar qué tipo de cosa es el
evangelio.

La palabra evangelio proviene de un término griego que


significa “buenas noticias”. Así, el evangelio es un anuncio, un
mensaje, una noticia; de hecho, una muy buena noticia. Esa es la
razón por la que no hablamos del evangelio como un objeto o
algo tangible. Se trata de un mensaje de carácter urgente, bueno
en su naturaleza y divino en su origen.

Ese es el tipo de cosa que es el evangelio: es una buena noticia.


2. El evangelio es Jesús.
Ahora bien, ¿cuál es el contenido del mensaje? ¿Cuál es la
noticia que se nos proclama en el evangelio? 

Cuando el apóstol Pablo menciona por primera vez el evangelio


en la carta a los Romanos, nos dice que el mensaje proviene de
Dios (“el evangelio de Dios” en el v. 1) y que es:

“Es el mensaje acerca de Su Hijo, que nació de la descendencia


de David según la carne, y que fue declarado Hijo de Dios con
un acto de poder, conforme al Espíritu de santidad, por la
resurrección de entre los muertos: nuestro Señor
Jesucristo”, Romanos 1:3-4.

Después de esto, Pablo continúa describiendo su propio


ministerio en términos del evangelio. Es importante observar
que no hay ninguna mención del ser humano en esta
descripción. Cuando de dar una síntesis del evangelio se trata,
Pablo se enfoca en lo central y nos dice que el evangelio es
acerca de Jesús. Todavía más, nos dice que es el mensaje de la
persona y obra de Jesús el Hijo de Dios, particularmente en el
período comprendido entre su nacimiento y su resurrección. 

Algo similar sucede en 1 Corintios 15, en donde Pablo presenta


otro resumen del evangelio, y lo hace en los siguientes términos:

“Porque yo les entregué en primer lugar lo mismo que recibí:


que Cristo murió por nuestros pecados, conforme a las
Escrituras; que fue sepultado y que resucitó al tercer día,
conforme a las Escrituras”, 1 Corintios 15:3-4.
Una vez más es importante destacar que, aunque en este caso
hay una mención del beneficio que el ser humano obtiene de la
obra de Cristo (más de esto abajo), no obstante, el énfasis sigue
siendo Jesús. Aquí Pablo enfatiza particularmente la muerte y
resurrección de Jesús.

De manera que la buena noticia, el mensaje que se nos anuncia


en el evangelio, es una persona: Jesús el Hijo de Dios. En el
evangelio se nos anuncia quién es esa persona y qué es lo que ha
hecho, principalmente en su encarnación, muerte, y
resurrección. Jesús el Señor es la buena noticia, Él es el gran
mensaje que proclamamos. Él es el contenido del evangelio. 

Consideremos, asimismo, las palabras de Jesús para describir el


reino de Dios:

“El reino de los cielos es semejante a un tesoro escondido en el


campo, que al encontrarlo un hombre, lo vuelve a esconder, y de
alegría por ello, va, vende todo lo que tiene y compra aquel
campo”, Mateo 13:44.

El reino que Jesús inaugura en las vidas de los hombres por


medio del evangelio es un tesoro. Un tesoro tan valioso que vale
la pena dejarlo todo para encontrar alegría solo en Él. Ese tesoro
consiste en Cristo mismo. Él es el premio. Él es galardón.

El evangelio es una buena noticia, y esa buena noticia es una


persona y lo que esa persona ha hecho. Jesús es el evangelio.
3. El evangelio es el poder de Dios para
salvación.
Habiendo dicho lo anterior, la pregunta que resta es, ¿cómo se
relaciona ese evangelio con nosotros? Si el evangelio es un
mensaje que se le anuncia a los seres humanos, ¿qué beneficio
obtenemos nosotros en él?

Pablo responde a esto en Romanos 1:16 cuando dice:

“Porque no me avergüenzo del evangelio, pues es el poder de


Dios para la salvación de todo el que cree, del Judío
primeramente y también del Griego”.

Así como el evangelio es una noticia, y su contenido es la


Persona de Jesús, también es —a los seres humanos pecadores—
el poder de Dios para salvación. Dios nos anuncia en el
evangelio que la obra de Jesús es una obra de redención
suficiente para cubrir la culpa por nuestros pecados, trasladarnos
a su reino, y transformarnos en sus hijos amados. Dios se da a sí
mismo en el evangelio a los hombres, en la persona de su Hijo,
para venir y salvarnos gratuitamente de todo el mal que
merecemos justamente.

Sin embargo, el evangelio nos anuncia que el beneficiarse de la


obra salvífica de Dios en Cristo requiere del instrumento de la
fe. Es por ello que en el versículo 17 de Romanos 1, Pablo dice:
“Porque en el evangelio la justicia de Dios se revela por fe y
para fe, como está escrito: MAS EL JUSTO POR LA FE
VIVIRA”. Dios requiere de los hombres que se vuelvan de su
pecado y confíen en la persona y obra de Jesús a fin de que
reciban todas las bendiciones que Él ha ganado, y que nos son
anunciadas en el evangelio.

Cuando los hombres se arrepienten y creen en el evangelio, el


reino de Dios es establecido en sus corazones. Ellos son librados
de la ira y del poder del pecado, y Dios se entrona como Rey y
Señor sobre sus vidas. Por eso Marcos describe así la
proclamación de Jesús al inicio de su ministerio terrenal:

“Después que Juan había sido encarcelado, Jesús vino a Galilea


predicando el evangelio de Dios. ‘El tiempo se ha cumplido’,
decía, ‘y el reino de Dios se ha acercado; arrepiéntanse y crean
en el evangelio’”, Marcos 1:14-15.

Entonces…
¿Qué es el evangelio? El evangelio es una buena noticia, la
mejor noticia de todas. El evangelio es la persona y obra
(particularmente la encarnación, muerte, y resurrección) de
Jesús de Nazaret, el Hijo de Dios. El evangelio es el poder de
Dios para salvar pecadores, librándolos de las consecuencias
eternas y del poder del pecado.

Jesucristo es el centro de este mensaje. Él es el origen y el fin de


esta buena noticia. Es por él y para su gloria que proclamamos el
evangelio. Y de manera extraordinaria se nos ofrece la
maravillosa bendición de conocer a este Jesús cuando
escuchamos, entendemos, y creemos este evangelio. 

¡Gracias a Dios por tan grande noticia!

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