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LA PRAXIS DE JESUS

Según la exégesis actual, los evangelios no son documentos o


relatos biográficos de Jesús sino testimonios o confesiones de fe na-
cidas de la experiencia pascual de las primeras comunidades. Antes
de ser historia, los evangelios fueron proclamación de narraciones en
comunidad para hacer viva la presencia continua del Resucitado. Con-
secuentemente podemos afirmar que son también relatos de la praxis
prepascual y pascual llevada a cabo por Jesús, a quien «Dios ha hecho
Señor y Cristo» (Hech 2, 36). Los evangelios -afirma P. Grelot-
«son, por excelencia, documentos pastorales y la investigación exe-
gética en su conjunto tiene por finalidad esclarecerlos desde el punto
de vista de sus funciones pastorales» I . La experiencia previa y pos-
terior a la pascua es básica para entender los evangelios, redactados
para ayudar a la adhesión de la fe en Jesucristo, no para satisfacer la
curiosidad. Los exegetas afirman que poseemos suficiente información
sobre la actividad de Jesús de Nazaree. Esta actividad, relatada por
los evangelios como praxis, la estudio aquí como acción pastoral
paradigmática. Para ello examino algunos rasgos importantes de la
praxis de Jesús reflejados en su ministerio. No intento presentar la
totalidad de la figura de Jesús de Nazaret ni resumir en breves páginas
una cristología.

1. P. Grelot, Los evangelios y la historia, Barcelona 1987, 14. Cf. del mismo autor,
Exégese, théologie, pastorale: NRT 88 (1966) 3-13; 132-148.
2. Cf. J. Jeremias, Teología del Nuevo Testamento, I. Lo predicación de Jesús,
Salamanca 1974; H. Braun, Jesús. el hombre de Nazaret. y su tiempo. Salamanca 1975;
E. Kiisemann, Ensayos exegéticas, Salamanca 1978; G. Bomkamm, Jesús de Nazaret,
Salamanca 31982; Ch. Perrot, JeslÍs y la historia, Madrid 1982.
Historia 33
32 Teología Práctica

1. Cristologías pastorales deductivas


l. Cristología y acción pastoral
Las cristologías descendentes o deductivas de talante ontológico y
La fe se expresa de acuerdo a las imágenes que se dan de Jesucristo,
dogmático o de fundamento metafísico han dado lugar a una eclesio-
centro de la vida cristiana, de la acción pastoral y de la reflexión logía cerrada o a una Iglesia centrada en su problemática interna. Cristo
teológica. Ahora bien, las imágenes, representaciones y vivencias que se entiende como el Lagos o Verbo encamado, la segunda persona de
poseemos de Jesús o de Cristo dependen originariamente de la edu- la Trinidad. El punto de arranque es la divinidad de Jesús, a quien
cación cristiana familiar, catequesis parroquial, formación religiosa sólo se le comprende desde Dios: es consustancial al Padre. Estas
escolar, predicación dominical y cursos de formación teológica, lu- cristologías intentan explicar el modo de la unión hipostática y el
gares habituales de transmisión de diferentes interpretaciones de Je- proceso interno de la redención mediante la muerte satisfactoria de
sucristo o del cristianismo, sin olvidar el influjo de los lugares sociales Cristo. Los evangelios no son considerados primordialmente relatos
y factores culturales en donde se genera -o se rechaza- el pensa- sino pruebas del sistema doctrinal. Son cristologías con acento teórico
miento cristológico. En el fondo de toda vida cristiana y de cualquier preocupadas por el lenguaje teológico. Representan esta tendencia las
reflexión teológica late consciente o inconscientemente una determi- cristologías de los manuales teológicos del s. XIX y primera mitad
nada cristología. Evidentemente, a lo largo de la vida evolucionan las del s. XX 6 • Las cristologías descendentes han sido influidas por de-
imágenes y representaciones que tenemos de Jesús o de Cristo, que terminadas maneras de llevar a cabo la acción pastoral y, a su vez,
han sido y son variadas. Aquí me limito a señalar dos concepciones han impregnado el ministerio cristiano con categorías que han sido
cristológicas significativas: las que subyacen en la acción pastoral de internalizadas por el mismo pueblo cristiano. Señalemos como ejemplo
acuerdo a diferentes soteriologías y las que posee el pueblo cristiano, la resignación, la expiación y el poder.
fruto de la iconografía, catequesis y predicación o consecuencia de la En primer lugar, lo más característico e irrenunciable de Jesús de
misma acción pastoraP. Nazaret, que es la cruz, se ha convertido frecuentemente en justific
cación de la resignación. Según esta interpretación, Jesús es sustituido
por la imagen religiosa de la cruz, en tanto que la crucifixión no es
a) Imágenes de Jesús en la acción pastoral decisión de unos poderes concretos religiosos o políticos sino conse-
cuencia del pecado general de la humanidad o de la perfidia del pueblo
La acción pastoral desarrollada después de la segunda guerra mun- judío. Precisamente en el s. XIX, cuando emergen los movimientos
dial se ha manifestado básicamente de una doble manera, como pas- sociales de emancipación, se inculca en la Iglesia una imagen de Jesús
toral de cristiandad de talante conservador y como pastoral misionera obediente y resignado, sometido a los decretos del Padre. Toda rebeldía
de corte progresista. Ambas pastorales se corresponden con dos modos contra la explotación, reivindicación social o crítica de los poderes
de entender, a su vez, la cristología: de tipo descendente o desde establecidos es sinónimo de pecado. Al cristiano le toca obedecer y
arriba, de línea más conservadora, y de tipo ascendente o desde abajo, llevar la cruz.
de línea más aperturista4 • Examinemos los rasgos más sobresalientes En segundo lugar, la cruz ha justificado toda clase de sufrimientos,
de estas dos cristologías con sus implicaciones pastorales5 • tanto los naturales como los indebidos o injustos. El cristiano, a imi-
tación de Cristo, debe padecer. La idea del sacrificio expiatorio o de
3. Cf. L. Maldonado, Génesis del catolicismo popular, Madrid 1979, segunda parte la expiación de valor infinito lo envolvía todo. Por consiguiente, como
Una cristología popular, 175-221; S. Galilea - R. VidaJes, Cristología y pastoral popular, Dios ya está aplacado, no hay necesidad de que cambie la sociedad.
Bogotá 1974. Incluso la misa era entendida casi exclusivamente como santo sacri-
4. Cf. Ch. Duquoc, Jesús hombre libre, Salamanca 81990; id., Mesianismo de Jesús
y discreci6n de Dios, Madrid 1985. ficio, la mesa de la cena del Señor como altar y Jesús como víctima
5. Cf. A. Torres Queiruga, La cristología después del Vaticano JI, en C. Floristán- a causa de su función expiatoria.
J. J. Tamayo, (eds.), El Vaticano JI, veinte años después, Madrid 1985, 173-200; J. J.
González Faus, Acceso a Jesús, Salamanca 71991, especialmente el cap. 1; F. J. Vitoria
6. Excelente cristología de esta línea es, por ejemplo, la de W. Kasper, Jesús, el
Cormenzana, ¿Todavía la salvaci6n cristiana? El diseño soteriológico de cuatro cris-
Cristo, Salamanca 71989. Cf. también O. González de Cardedal, Jesús de Nazaret. Apro-
tologías actuales: ,<Jesús el Cristo», «El Dios crucificado», «Cristología desde América
ximac¡6na la cristología, Madrid.1975.
Latina» y «La Humanidad Nueva», 2 vol.
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En tercer lugar, la imagen de Jesús, bajo el título de Cristo-Rey, También las cristologías ascendentes han sido influidas por el que-
ha servido para justificar el poder de diversos regímenes políticos hacer pastoral y han influido en el mismo. Frente a una función con-
conservadores o incluso dictatoriales cuando el catolicismo era religión servadora de la figura de Jesús en la pastoral de cristiandad, ha surgido
de estado. La fiesta de Cristo-Rey, instaurada por Pío XI en 1925, una función liberadora del Salvador en la pastoral misionera o evan-
aparece en el contexto social y político de una Iglesia a la defensiva gelizadora, al poner el acento de la cristología en estos puntos: 1) el
frente a una sociedad laica, anticlerical, socialista y republicana. El reino de Dios o reino de los pobres, a cuyo servicio está Jesús; 2) el
catolicismo cobra una dimensión beligerante. Por el contrario, también Dios del reino, a quien se dirige Jesús como Abba, que es padre de
ha sido entendido Jesús de Nazaret como el revolucionario que instaura todos; 3) la muerte violenta de Jesús, consecuencia de su tenor de
el Reino de un modo violento. Jesús ha servido de justificación de vida, que le posibilita morir por nuestros pecados 10. Al descubrir la
guerras, cruzadas y guerrillas. Su imagen se ha puesto al servicio de pasión de Jesús por el Reino y su justicia, descubrimos que la muerte
un universalismo falso, de un pacifismo sospechoso o de una violencia
de Jesús no es glorificación de un sufrimiento sino consecuencia de
inadmisible. Sencillamente ha tenido una función legitimadora de cier-
la pasión por la justicia.
tos intereses económicos y políticos.

2. Cristologías pastorales genéticas b) Imágenes de Jesús en el pueblo cristiano

Las cristologías ascendentes o inductivas tienen en cuenta el pro- El pueblo cristiano ha confesado durante siglos su fe en Cristo sin
ceso genético que siguieron los apóstoles desde Jesús de Nazaret al mayor dificultad, aunque han variado a lo largo de la historia sus
Cristo resucitado. Tienen talante socio-político y se fundamentan en imágenes iconográficas y representaciones conceptuales de acuerdo a
una teología positiva, en una exégesis renovada de la Biblia y en un ciertos influjos culturales, afirmaciones conciliares, síntesis catequé-
aprecio de la evolución de la historia y de los problemas de la sociedad? tic as , rituales litúrgicos y libros devocionales. Se pueden entrever
Estas cristologías son sensibles a la dimensión social y política de los algunos rasgos propios de la cristología popular ll .
relatos evangélicos. Cristo se entiende desde el Padre y desde el Reino.
El punto de arranque es la humanidad de Jesús o el Jesús histórico
para llegar a su resurrección o hasta Dios, a quien revela. Importa 1. Un Jesús deducido de los evangelios literalmente entendidos
conocer la vida concreta de Jesús a partir de su humanidad y de su
propia historia humana. Son cristologías con acento práctico preo- Hasta los umbrales del Vaticano 11 el pueblo católico apenas co-
cupadas por el lenguaje pastora18 • Especial relieve tienen las cristo- noció la Biblia, cuyas ediciones se divulgaron en las décadas de los
logías escritas -en expresión de J. 1. González Faus- «desde los cuarenta y cincuenta, sin una adecuada catequesis. Hasta entonces se
que están abajo», denominadas latinoamericanas o de la liberación. conocía la Escritura como historia sagrada aprendida junto al catecismo
Relacionan la memoria de Jesús crucificado con la crucifixión actual o como pasaje evangélico escuchado en la misa mayor del domingo.
del pueblo y el mensaje evangélico liberador con la situación de Solamente tenían un cierto conocimiento bíblico los miembros de los
cautiveri09 • grupos bíblicos o de los movimientos apostólicos. Los evangelios han
sido entendidos por el pueblo, y en gran medida los entiende, como
7. Marcan un tránsito de un tipo de cristología a otro las obras de K. Rabner-M. relatos históricos que narran los hechos tal como sucedieron o como
Thussing, Cristología. Estudio sistemático y exegético, Madrid 1975; W. Pannenberg,
Fundamentos de cristología, Salamanca 1974; Ch. Duquoc, Cristología, Salamanca '1985; meras biografías de Jesús. Dentro del evangelio atraen poderosamente
D. Wiederkehr, Esbozo de cristología sistemática, en MS, III/I, 505-570. los milagros, que se aceptan al pie de la letra. No olvidemos que los
8. Representan esta tendencia las cristologías de J. Moltmann, El Dios crucificado, milagros impresionan al pueblo, quizá porque los necesita. A veces
Salamanca 21977 y de E. Schillebeeckx, Jesús. Historia de un viviente, Madrid 1981. el cristianismo se convierte en una religión de los milagros.
9. Cabe destacar aquí las cristologías latinoamericanas de L. Boff, Jesucristo el
Liberador, Santander 1980; J. Sobrino, Cristología desde América Latina, CRT, México , Jesús es para el pueblo el Señor de los milagros.
21977; id., Jesús en América Latina, Santander 1982; J. L. Segundo, El hombre de hoy
ante Jesús de Nazaret, 3 vol., Madrid 1982; y la española de J. 1. González Faus, La 10. Cf. J. Sobrino, Jesús de Nazaret, en CFP, 480-513.
humanidad nueva. Ensayo de cristología, Santander 61984. 11. Cf. J. 1. González Faus, Acceso a Jesús, Salamanca 71991, cap 1.
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2. Un Jesús 'que en el fondo es sólo Dios ejemplo es válido para arrepentirse y no pecar, comportarse de acuerdo
a los mandamientos, frecuentar los sacramentos, alcanzar una buena
El pueblo católico se dirige a Cristo como a Dios. Por medio del muerte y entrar en el cielo. En el fondo, la vida es ocasión de hacer
catecismo aprendió que Jesucristo nació de la Virgen por obra del méritos y de vivir en gracia.
Espíritu Santo y que tuvo desde niño conciencia plena de ser Dios Jesús es para el pueblo el Salvador de nuestros pecados.
mediante la ciencia infusa y la visión beatífica. Los ojos de Jesús son
ojos de Dios; Dios ve y actúa a través de Cristo, que no es del todo
hombre como nosotros. Su humanidad es mera apariencia. Recorde- 2. Modelos de Jesús en su praxis pastoral
mos que este modo de pensar fue propio de los docetas (o doketas)
del s. 11, es decir, de los aparentistas, quienes creían en la mera Para comprender la praxis de Jesús, examinemos en primer lugar
apariencia humana de Jesús como Dios. Karl Rahner afirmó que el los modelos de su comportamiento pastoral relatados por los evan-
pueblo católico, en el fondo, posee un «monofisismo latente» ya que gelios, teniendo en cuenta al mismo tiempo algunos datos sobre la
cree sólo en la naturaleza divina de Jesús. situación del judaísmo en tiempos de Jesús 13 •
Jesús es para el pueblo el Dios omnipotente y omnisciente.
Jesús es objeto de fe como resucitado. Al aplicarle varios títulos
esenciales que ya aparecen en los evangelios y que han sido acu-
ñados litúrgica y dogmáticamente -Cristo, Mesías, Señor, Sal-
3. Un Jesús que padece para darnos ejemplo
vador, Hijo de Dios -, tenemos el peligro de considerar accesorio
La primera imagen popular del crucificado fue gloriosa, al vene- el contorno histórico de' Jesús de Nazaret. Evidentemente, también
rarse la cruz como instrumento de victoria sobre la muerte, el pecado podemos caer en la tentación opuesta: reducir nuestra consideración
y el demonio. A partir del s. XI se propagan rápidamente en las iglesias pastoral al Jesús histórico, olvidando el acontecimiento de la pascua.
románicas las tallas de Cristo de tamaño natural, en madera o en Teniendo en cuenta estas dos exigencias, podemos examinar los
bronce. Junto al triunfo de Cristo, manifestado en la serenidad de su modelos de Jesús derivados de su actuación o de sus hechos y dichos.
rostro y en el sosiego de todo su cuerpo, aparece el sufrimiento del Con todo, recordemos que la figura de Jesús no se deja encerrar en
crucificado con rostro dolorido y ojos entornados, imagen del «varón marcos definidos y concretos, ya que «la personalidad histórica de
de dolores». Es el Dios sufriente de los campesinos pobres, de los Jesús -afirma Ch. Perrot- se nos escapa un poco en el momento
enfermos desamparados y de los esclavos sometidos. «Por eso el Cristo en que creemos que la hemos captado»14, aunque cabe destacar
sufriente y moribundo, marginado y condenado -afirma L. Maldo- algunos rasgos peculiares de su actividad.
nado-, se ha convertido en el centro de la religión de los oprimidos» 12.
Jesús toma la cruz, se sacrifica, sufre como ninguno. Es modelo de
paciencia, resignación y obediencia. A menudo, los sufrimientos se a) Jesús no fue «sacerdote» del templo
interpretan como castigo de Dios o voluntad divina y como conse-
cuencia del pecado original, al ser todos hijos de padres desobedientes. La ley religiosa judía o la Torah fue custodiada e interpretada en
Jesús es para el pueblo el Nazareno, el Crucificado. primer lugar por los sacerdotes; después lo sería también por los es-
cribas. En concreto el sumo sacerdote, custodio de la ley y del templo,
presidía el sanedrín y el culto. Su dignidad era tan elevada como su
4. Un Salvador que expía los pecados y nos da el cielo nivel económico, a causa de los ingresos que producía el templo. En

Para el pueblo católico, el mundo equivale a valle de lágrimas o 13. Cf. J. Jeremias, Jerusalén en tiempos de Jesús. Estudio económico y social del
a desastre que termina con la muerte, a partir de la cual hay salvación. mundo del NT, Madrid 1977; H. Guevara, Ambiente político del pueblo judío en tiempos de
Jesús, Madrid 1985; E. Schürer, Historia del pueblo judío en tiempos de Jesús, 2 vo1s.,
Jesús nos abrió las puertas del cielo al perdonarnos como Dios. Su Madrid 1985; A. Pau1, El mundo judío en tiempos de Jesús, Madrid 1982; Ch. SauInier-
B. Rolland, Palestina en tiempos de Jesús, Estella 1979 (Cuadernos Bíblicos, 27).
12. L. Ma1donado, Génesis del catolicismo popular, o. c., 196. 14. Ch. Perrot, Jesús y la historia, o. c., 119.
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tiempos de Jesús, por apetencias del cargo, el sumo sacerdote se se hizo semejante a los que sufren, llegó a la muerte por amor de la
hallaba sometido al dominador romano. Su puesto era acaparado por justicia y se entregó con fidelidad a Diosl 5 •
cuatro familias de neta orientación saducea. Lógicamente era un per- Como consecuencia podemos deducir que la confianza del cristiano
sonaje impopular. Para ayudar a llevar a cabo su función estaban los no debe ponerse en las instituciones ni en las ritualidades, sino en la
jefes de los sacerdotes, familiares o amigos suyos, encargados del cruz de Cristo como revelación del amor de Dios y reconciliación de
culto, del mantenimiento del templo y de la tesorería. Los sacerdotes la humanidad. El fasto de la ceremonias es inservible; lo esencial es
se ocupaban de los sacrificios. Al ser unos 7.000, se dividían en tumos Cristo, el único sacerdote. Dios no quiere el sufrimiento sino el amor,
semanales, salvo en las tres grandes festividades y peregrinaciones, no desea la muerte sino la vida. La liturgia cristiana no se reduce a
en las que intervenían todos. Fuera de algunas semanas de ocupación un ritual cristiano en el templo, sino que abarca toda una vida entregada
sacerdotal, el resto del tiempo lo dedicaban a otros oficios. El sacer- a los hermanos en espíritu y en verdad. Sólo bajo esta perspectiva se
docio era hereditario. comprende el sacerdocio de Jesús.
A lo largo de su vida pública, Jesús tuvo pocos contactos con los
sacerdotes, salvo en los momentos de la pasión. Ironizó las preocu-
paciones sacerdotales en la parábola del buen samaritano (Lc 10,31) b) Jesús no fue «escriba» de la ley
y atacó el lugar de los sacrificios en la escena denominada de la
«purificación» del templo, hecho que se encuentra en los tres sinópticos En tiempos de Jesús, escribas o doctores de la leyeran los intér-
(Mc 11,15-19; Mt 21,12-17; Lc 19,45-48) y en Juan (2,13-22). La pretes de la ley, encargados de explicarla y actualizarla, de acuerdo
expulsión de los mercaderes produjo asombro por la autoridad que a los nuevos tiempos o a los problemas planteados. Eran una mezcla
mostró Jesús. Puso en tela de juicio el templo, al menos como lugar de teólogos y de juristas. Al creer que se había terminado el tiempo
de sacrificios cruentos. Frente a la afirmación religiosa de que Dios de los profetas, los escribas se consideraban sus herederos hasta que
está presente en el templo, Jesús enseña que Dios está en todas partes, apareciese el profeta mesiánico de los últimos tiempos. Por esta razón,
pero de una manera privilegiada en la comunidad nueva de los dis- dar el título de profeta a Juan Bautista o a Jesús equivalía al reco-
cípulos (<<donde están dos o tres reunidos apelando a mí, allí en medio nocimiento de la llegada de los últimos tiemposl6. Recordemos que
de ellos, estoy yo», Mt 18,20) y en la caridad con los pobres (<<cada el judaísmo se hizo rabínico después de la destrucción del templo del
vez que lo hicisteis con uno de esos hermanos míos tan insignificantes año 70 y de la desaparición del sacerdocio ritual.
lo hicisteis conmigo», Mt 25,40). Jesús oró en el campo y en las Para ser escriba se necesitaban estudios largos y precisos, con
objeto de conocer la ley y las tradiciones orales. Se lograba el título
montañas. Para él no hay separación entre el espacio sagrado y el
hacia la edad de los 40 años. Los escribas llevaban vestidos especiales,
religioso, ya que todo es santo porque todo es creación de Dios. El
ocupaban la presidencia en cualquier reunión y eran saludados, hon-
templo nuevo será la humanidad resucitada porque la esencia del tem-
rados y apreciados por el pueblo. Su presencia era indispensable en
plo nuevo es la justicia del Reino.
diversos consejos y tribunales, incluso en el sanedrín. La mayoría eran
Sin embargo, sólo la carta a los Hebreos aplica a Cristo el título
de tendencia farisea caracterizada por su pureza ritual. Como guías
de «sacerdote» o «sumo sacerdote» con una doble condición: Jesús espirituales del pueblo, su cometido consistía en promover la fe en
no pertenece a la estirpe sacerdotal judía ya que fue seglar (7, 13-14), Dios y ayudar a cumplir su voluntad mediante las reglas de pureza
ni su culto es ritualista sino «en espíritu y en verdad» (In 4,23-24), ritual. De este modo el pueblo podía sentirse cerca de Dios sin la
ya que «se ofreció a sí mismo» en bien de la humanidad (5, 7-10). necesidad imperiosa del templo y de sus costosos sacrificios. Por esta
Jesús cumple la doble condición del ministerio sacerdotal: transmitir causa, cuando después de la catástrofe del año 70 desaparecen el
a los hombres la palabra de Dios y presentar a Dios los sacrificios de templo y el sacerdocio, los escribas o rabinos se convierten en los
los hombres, que se resumen en la entrega de la vida propia al servicio jefes religiosos del judaísmo.
de los hermanos. El sacerdocio de Jesús es único como único es su Según X. Léon-Dufour, Jesús aparece como un rabino; enseña
sacrificio. La muerte de Jesús no se lleva a cabo con la minuciosidad
de un ritual sagrado, sino con una entrega de amor total hasta la muerte, 15. Cf. A. Vanhoye, El mensaje de la carta a los Hebreos, Estella 1978.
verdadero culto a Dios. En resumen, JeslÍs es sumo sacerdote porque 16. Ch. Saulnier y B. Rolland, Palestina en tiempos de Jesús, o. c., 42.
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en las sinagogas, reúne discípulos y los educa en el estilo de las caridad, visto por sus discípulos como «mandamiento nuevo» (Jn
escuelas l7 • Los evangelios afirman que Jesús «enseñaba» a sus dis- l3, 14). En definitiva, Jesús es maestro cercano al profeta y al sabio:
cípulos y a la gente. Sin embargo, no es un escriba más aunque es un maestro carismático y autorizad0 20 •
algunos le dirigieron la palabra con el título respetuoso de rabbí
(que equivalía a decir hoy señor), puesto que «le faltaba -escribe c) Jesús fue «profeta» del reino
J. Jeremias- la condición fundamental para ser escriba: el estudio
teológico»18. Jesús no se limita a enseñar en ·las sinagogas sino que Según Ch. Perrot, «el profeta escatológico, esperado para los úl-
instruye en cualquier parte, al aire libre, en las plazas, a la orilla timos tiempos, anuncia el juicio de Dios y la inminencia del cambio
del mar. Entre sus discípulos hay mujeres y niños, pecadores y cósmico que señalará la venida del reino de Dios»21. De hecho, los
publicanos, campesinos y pescadores, es decir, gente sencilla. Jesús que se denominaban profetas en el judaísmo del s.I pretendían ser
enseñó de acuerdo a la tradición sapiencial judía por medio de P0:t~voces de Dios. y guías de movimie.ntos comunitarios del «despertar
parábolas, sentencias, instrucciones y controversias. rehgIOso» en medIO del pueblo. La figura del profeta en tiempos de
En realidad, Jesús no hizo la carrera de escriba ni fue considerado Jesús «vincula en tomo a sí -escribe R. Fabris- las aspiraciones de
por sus contemporáneos como tal. Sus oyentes vieron en él sus di- reforma y de renacimiento religioso (Qurnrán), así como las esperanzas
ferencias con los escribas más que sus semejanzas. Fue un maestro de liberación y de autonomía religiosa nacional en clave mesiánico-
que no enseñaba «como los escribas» sino con «autoridad» (Mc 1,22; política»22. Según el judaísmo sinagogal, el profeta estaba poseído por
Mt 7,29). Su autoridad deriva de sí mismo, no de la «tradición de los el Espíritu de Dios.
padres». Los evangelios señalan la distancia entre Jesús y la ley judía Jesús es denominado profeta solamente en los evangelios, nunca
o la torá. Según Marcos, hay una distancia total; para Mateo, Jesús en el resto del NT. Es aceptado como profeta por la opinión popular
es la nueva torá porque es el maestro nuevo que enseña y prescribe (Mc 6,15; Mt 21,11.46; Lc 7,16; 24,19; Jn 4,19; 6,14; 7,40). Sin
(Mt 28,19-20); Lucas presenta a Jesús como primera autoridad. El embargo, aunque los discípulos no lo denominan profeta con total
enfrentamiento de Jesús con la ley fue de tal manera que produjo claridad, las palabras y gestos de Jesús tienen un marcado acento
profético, como puede verse en las bienaventuranzas y en las teofanías
escándalo. La ley, que era de institución divina para los judíos, con-
del bautismo y de la transfiguración. De hecho fue detenido y con-
sistía en la recopilación de multitud de preceptos, decretos, mandatos
denado como falso profeta. Jesús mismo aceptó, al menos indirecta-
y estatutos que daban sentido a la conciencia del pueblo, a sus prác-
ment~, ser tenido como. profeta, al afirmar que poseía el pleno Espíritu
ticas, conductas y creencias. Se consideraba legislación de Moisés y de DIOS (Mc 3,28). EVldentemente Jesús no es profeta nacionalista ni
algunos la identificaban con la sabiduría plasmada en los libros sa- se inscribe en la línea apocalíptica. Es profeta escatológico, rechazado
pienciales. En tiempos de los macabeos muchos judíos murieron por y perseguido, que proclama la venida del reinado de Dios. En resumen,
defender la ley, especialmente cuando los romanos prohibieron la «es profeta -escribe Ch. Duquoc- porque, con una fidelidad absoluta
observancia del sábado, el rito de la circuncisión y la conservación de a s~ misión y con una libertad sin compromisos, anuncia las exigencias
las escrituras. radlcales de Dios, con plena lucidez sobre los acontecimientos indi-
«Jesús no fue un hombre sistemáticamente opuesto a la ley viduales y sociales»23.
_ afirma 1. 1. González Faus -. Fue un hombre liberado de la
ley» 19. Declara que la leyes insuficiente. La desautoriza en cuanto
a su autoridad, su contenido y su pretensión salvadora. A la ley
sucede la gracia y el propio Jesús, como se ve en el sermón del
monte (Mc 1 y Mt 5-7). No cambia, pues, Jesús unas leyes por
otras sino que proclama la libertad del nuevo mandamiento de la
20. R. Fabris, Jesús de Nazaret. Historia e interpretación, Salamanca 1985, 183.
17. X. Léon-Dufour, Los evangelios y la historia de Jesús, Madrid 31982,372. 21. Ch. Perrot, Jesús y la historia, o. c., 141.
18. J. Jeremias, Teología del NT, o. c., 98. 22. R. Fabris, Jesús de Nazaret, o. c., 178.
19. J.1. González Faus, La Humanidad Nueva. Ensayo de Cristología, o. c., 57. 23. Ch. Duquoc, Jesús, hombre libre, o. c., 45.
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3. Dimensiones de la praxis de Jesús en las tradiciones judías anteriores a Jesús. La idea de Dios como rey
es antigua en el pueblo judío, incluso anterior a la aparición de la
realeza en el s. XI antes de Cristo. Aunque desapareció la monarquía
a) Jesús y el reinado de Dios después de cinco siglos, los judíos esperaban que Dios vendría a reinar
en persona para implantar de verdad la justicia. Entonces Israel en-
En continuidad con el mensaje escatológico del Bautista, Jesús es
contraría su libertad e independencia, viviría en paz y prosperidad y
el profeta del reinado inminente de Dios. Los exegetas coinciden en
sería fiel a Dios. En tiempos de Jesús, el reinado de Dios incluía, por
afirmar que el centro del mensaje y de la actividad de Jesús es la
un lado, la libertad política frente a la opresión romana; por otro la
inmediata cercanía o llegada del reinado de Dios, junto a la conversión
justicia social, la paz y el bienestar; finalmente la fidelidad a Dios,
que Dios exige para que dicho reinado se ponga en práctica24 . Desde
el comienzo de su predicación, Jesús invita a la conversión diciendo: único Señor que debe gobernar a su pueblo.
«Se ha cumplido el plazo, está cerca el reinado de Dios. Enmendaos En resumen, la clave para comprender el reinado de Dios se
y tened fe en esta buena noticia» (Mc 1,15; Mt 4,17). «Lo verdade- cifra en la justicia real de Dios, no en el sentido romano de dar a
ramente último, lo que da sentido a la vida, actividad y destino de cada uno lo suyo según las leyes (favorecedoras a menudo del rico,
Jesús -afirma J. Sobrino- es el reino de Dios»25. La palabra y la. del que sabe o del que puede), sino como defensa de oprimidos,
obra de Jesús se concentran en el reinado de Dios, que para Marcos pobres, marginados e ignorantes. Ahí reside el escándalo del Reino,
es «evangelio» o «buena noticia», puesto que su llegada es salvación que no es de los poderosos sino de los desposeídos. Los protago-
de pobres, pecadores y enfermos. La misión de Jesús es proclamar nistas del reinado de Dios son los pobres, los que sufren, los so-
esta buena noticia. metidos, los perseguidos. Por esta razón Jesús los llama «dichosos»
La mayoría de los exegetas tiende a traducir el término griego o «bienaventurados» en el manifiesto del reinado de Dios (Mt 5,1-
basileia por reinado (acción de reinar) en lugar de reino (territorio), 11; Lc 6,20-23)28.
ya que de ese modo se expresa mejor su sentido dinámico, a saber, El reinado de Dios proclamado por Jesús, por una parte está pre-
el gobierno de Dios o la acción de su soberanía, en el sentido de que sente. Lo dice Jesús: «está a vuestro alcance» (Lc 17,21) Ó «en medio
«Dios realiza el ideal regio de la justicia, un ideal por el que cons- de vosotros», no dentro o «en vuestro interior» a modo espiritual, sino
tantemente se había suspirado, y que jamás se había realizado ple- en la realidad humana, corporal y material. Para mostrar que está
namente en la tierra»26. La expresión «reinado de Dios» aparece con presente, Jesús despliega una gran actividad liberadora, promueve una
frecuencia en los sinópticos (61 veces) y muy escasamente en Juan solidaridad fraterna y se sienta en la mesa común. No cabe, pues, una
(In 3, 3.5) o en los escritos de Pablo, que son ya cristológicos. Esto interpretación puramente espiritualista del reinado de Dios. Por otra
indica un desplazamiento del reinado de Dios predicado por Jesús a parte tiene dicho reinado dimensión futura. Aparecerá plenamente
Jesús Salvador predicado por la comunidad cristiana. El vocabulario cuando se termine el mundo pecador (Lc 17,26-30), cesen los sufri-
de la salvación (propio del judeocristianismo de tipo helenista) sus- mientos (Mt 11,5) Y sea superada la muerte (Lc 20,36). Esto significa
tituye al vocabulario del reino (propio del judeocristianismo más pa- que el reinado de Dios es escatológico: es de aquí y de allá, se encuentra
lestinense). «La salvación presente o futura en Cristo -afirma Ch. a caballo entre dos etapas, la presente y la final; no es, pues, extra-
Perrot- absorbe el anuncio de la inminente irrupción de la mano de terreno o extratemporal, ya que está presente aunque escondido en la
Dios en el mundo. Jesús no anuncia la salvación sino el reinado de realidad histórica. Tampoco cabe una interpretación imperialista del
Dios»27. reinado de Dios.
Para conocer en qué consiste el reinado de Dios proclamado por Finalmente, al ser el reino de Dios el supremo valor, «nos con-
Jesús es necesario tener en cuenta el sentido que tenía dicha expresión mina -afirma A. Pérez- a un cambio de valoración y de valo-

24. Cf. R. Schnackenburg, Reino y reinado de Dios, Madrid 1967. 28. Cf. J. Dupont, El mensaje de las bienaventuranzas, Estella '1985; F. Camacho,
25. J. Sobrino, Jesús en América Latina. Su significado para la fe y la cristología, La proclama del reino. Análisis semántico y comentario exegético de las Bienaventuranzas
Santander 1982, 135. de Mt 5,3-10, Madrid 1986; F. M. López-Melús, Las bienaventuranzas, ley fundamental
26. J. Jeremias, Teología del NT, Salamanca '1985, 122. de la vida cristiana, Salamanca 1988; Secretariado Nacional de Catequesis, Evangelio y
27. Ch. Perrot, Jesús y la historia, o. c., 187. catequesis de las bienaventuranzas, 2 vol., Madrid 1981.
44 Teología Práctica Historia 45

res»29. El arrepentimiento predicado por Jesús como condición de El segundo grupo está constituido por setenta discípulos; en algunas
la llegada del reinado no es cambio de mente o de ideas sino rea- versiones son setenta y dos. Tanto 70 como 72 son números que indican
lización de un modo de vida evangélico. Es conversión o cambio plenitud y perfección. Los discípulos son no israelitas o marginados,
de nuestro propio yo (de sus omnipotencias y narcisismos), de nues- designados asimismo por Jesús (Lc 10, 1), entre los que se encuentran
tras relaciones con nuestros prójimos (demasiado interesadas o do- «algunas mujeres» (Lc 8,2-3). Están representados todos ellos por
minadoras), de nuestras estructuras sociales y políticas (reducidas Leví (Lc 5,27-32); proceden de la «ecclesia ex gentibus» o del ju-
a poder y privilegios) y del mismo mundo de la naturaleza (alterada daísmo periférico. En las comunidades helenistas recibirán posterior-
por la explotación). En definitiva, «el reino de Dios -afirma J. mente nombre propio siete de ellos para indicar que se constituyen
Mateos- es una denominación teológica de la sociedad alternativa como grup033.
que Jesús propone a la humanidad»30. La comunidad «pre-pascual» de discípulos que formó Jesús es
Para comprender el sentido del reinado de Dios según Jesús, es modelo fundamental del nuevo pueblo de Dios o lugar teológico del
necesario interpretar correctamente las parábolas del Reino, ya que que se origina la Iglesia. Ante la inminente llegada del Reino, Jesús
constituyen el punto central de la predicación de Jesús de Nazaree 1 • reune al pueblo para constituirlo como nuevo pueblo de Dios. En
primer lugar Se origina por una llamada de Jesús. Al escoger a sus
discípulos, Jesús les da una gran libertad de las reglas tradicionales,
bY Jesús y sus discípulos les corrige en sus ambiciones respecto del mesianismo heredado y les
revela su relación con Dios como Padre y con el Reino universal de
Para llevar a cabo la tarea de anticipar la llegada del reinado de la justicia con el privilegio de los pobres y marginados. A su vez, los
Dios, Jesús «constituyó» a doce discípulos, a quienes «nombró após- elegidos reconocen a Jesús como Señor (creyentes), se agrupan en
toles» (Lc 6,13) para una doble tarea: formar fraternidad con El (co- tomo al Maestro, lo siguen y comparten su destino (seguidores) y
munidad de mesa) y misionar en su nombre (predicación y expulsión cambian de vida o de escala de valores: amor fraterno, actitud sin
de demonios) (Mc 3,13-18; Lc 6,12-16). Los apóstoles (enviados o doblez, reparto de bienes, servicio, etc. (están convertidos).
misioneros) constituyen el primer grupo entresacado del Israel insti- En segundo lugar la condición de ingreso se basa en el seguimiento
tucional (<<ecclesia ex circuncisione») o del Israel mesiánico bajo el (Mc 1,16-20; Mt 4,18-22; Lc 5,1-11). El ingreso en el grupo de los
símbolo del número Doce como nuevo Israel. De acuerdo a la arit-
discípulos de Jesús no es fácil, dadas las exigencias radicales que
mología religiosa de herencia babilónica, el número zodiacal doce era
entraña: dejar familia y profesión y renunciar a posesiones o patri-
perfecto; en el judaísmo doce eran las tribus de Israel. Según Lucas,
monio. Lo que Jesús recomienda es la disponibilidad absoluta para
apóstoles son únicamente los doce, a saber, los llamados por el Jesús
histórico mediante un gesto simbólico, enviados por su autoridad para proclamar el Reino, que lleva consigo el sufrimiento y la cruz. La
compartir el ministerio y ser en definitiva testigos de la resurrección. carta magna o constitución de la nueva comunidad se define por las
Según Pablo, el concepto de apóstol es más amplio; apóstoles son los bienaventuranzas. Discípulo no es sinónimo de alumno sino de se-
testigos de la resurrección, llamados por Dios en Jesucristo para una guidor, a saber, el creyente que se convierte y se adhiere a la persona
misión total que incluye a los gentiles. En sentido lato, afirma X. de Jesús hasta la entrega de la vida por amor. El joven rico del
Léon-Dufour, apóstoles son «los embajadores de Cristo resucitado, en evangelio tipifica la figura contraria a la del discípulo (Mc 10, 17-
los que se funda la Iglesia y que tienen autoridad (no superioridad) 22).
sobre las comunidades: la del servicio pastoral»32. En tercer lugar, los discípulos que siguen a Jesús forman grupo o
comunidad. De hecho son llamados de dos en dos. Se trata de constituir
29. Cf. A. Pérez, El reino de Dios como nombre de un deseo. Ensayo de exégesis de nuevo el pueblo de Dios, en cuyo interior está el Espíritu. Final-
ética: SalT 66 (1978/5) 404. mente, los discípulos de Jesús actúan como el Maestro en un mundo
30. J. Mateos, Nuevo Testamento, Madrid 1987, 1338. lleno de injusticias, que pretenden liberar.
31. Cf. F. Müssner, El mensaje de las parábolas de Jesús, Estella 1963; H. Kahlefeld,
Parábolas y ejemplos del evangelio, Estella 1967; L. Cerfaux, El mensaje de las parábolas,
Madrid 1972; C. H. Dodd, Las parábolas del reino, Madrid 1974; Grupo de Entrevernes, 33. Cf. J. Mateos, Los «Doce» y otros seguidores de Jesús en el evangelio de Marcos,
Signos y parábolas, Madrid 1979; 1. Jerernias, Las parábolas de Jesús, Estella 61981, Madrid 1982; J. Rius-Camps, Jesús, el pueblo de Dios y la Iglesia, según Lucas-Hechos:
32. X. Léon-Dufour, Diccionario del Nuevo Testamento, Madrid 1977, 105. MisAb (1986/5-6) 69-88.
46 Teología Práctica Historia 47

c) Jesús y Dios a) Los milagros


Las cristologías recientes coinciden en afirmar que la enseñanza y Jesús realizó diversas acciones en favor de enfermos o endemo-
la obra de Jesús de Nazaret se centran en dos realidades fundamentales niados, que a la luz de sus contemporáneos maravillaron y sorpren-
expresadas con los términos reinado de Dios, causa de todo su pro- dieron, atribuidas por sus enemigos al diablo y por sus discípulos a
yecto, y Abbá o Padre (Mc 14,36), apelativo cariñoso aplicado a Dios. Dios. Son los milagros de Jesús, a saber, acciones benéficas, gestos
Ambas categorías, además, son inseparables. «El Reino -afirma J. de liberación, donaciones gratuitas y muestras de legitimación37 . Re-
1. González Faus- da razón del ser de Dios como Abbá y la paternidad cordemos que el término griego thauma (correspondiente a milagro)
de Dios da fundamento y razón de ser al Reino»34. Así como el reinado no aparece en los evangelios. Para designar aquellos hechos admirables
de Dios no se entiende sin Dios, el Dios cristiano es ininteligible sin de Jesús se emplean las palabras «signos», «acciones poderosas» o
el Reino. Por consiguiente, por ser Jesús el sacramento del Padre en simplemente «obras».
el mundo, es él mismo aparición del reinado de Dios. Los 34 milagros narrados por los evangelistas suscitan hoy diversas
Jesús actúa con conciencia de ser de Dios, a quien llama Padre, reacciones. La primera es de aceptación. Tanto en el mundo antiguo
y tiene experiencia de Dios porque experimenta el Reino. Al designar como en el ámbito actual de la gente sencilla se cree con facilidad en
a Dios como Abbá (palabra aramea que casi no se atrevieron a traducir la intervención milagrosa de Dios, ya que se concibe la naturaleza
los cristianos de habla griega por el respeto que infundía), queda
como sistema abierto en el que cabe lo extraordinario. Se admite la
designado Jesús como «Hijo de Dios», como se observa en el episodio
intervención extraordinaria de Dios en la historia humana. Recordemos
de las tentaciones, en la muerte de Jesús y en la carta a los Hebreos.
que durante siglos la apologética ha utilizado los milagros del evangelio
Jesús tuvo una conciencia profunda de filiación, a saber, su conciencia
termina en Dios como Padre. Todo lo que es y tiene Jesús procede de como pruebas de la divinidad de Jesús o como acceso directo de la fe
Dios y a Dios se dirige. Por esta razón pretende que todos los hombres en Dios, único que puede hacerlos.
tengan una conciencia de relación semejante. «El mensaje central del La segunda reacción es de rechazo. No se admite el milagro como
Nuevo Testamento es, a la vez -afirma J. Vives-, la revelación del hecho extraordinario que rompe o altera las leyes conocidas de la
corazón paternal de Dios y la revelación de la exigencia de que vivamos naturaleza. Es un producto de sugestión colectiva. Incluso algunos
como hermanos: sólo cuando se asumen a la vez estos dos aspectos, creyentes piensan, dice Schillebeeckx, «que Jesús no hizo ninguno de
la revelación se hace humanizadora y liberadora; de otro modo, podría los milagros que le atribuyen los evangelios, sino que su persona es
ser más bien alienante»35. el milagro, milagro de un amor y de un perdón inmerecidos; eso es
lo que habrían querido mostrar tales leyendas de los milagros»38.
Recordemos que san Pablo no alude nunca a los milagros de Jesús.
4. La praxis de Jesús a través de sus acciones La tercera postura se caracteriza por una nueva valoración. Por
falta de conocimiento adecuado, un género literario evangélico, como
Según el evangelio de Marcos, las gentes afirman de Jesús cate- el de los milagros, se saca de su contexto o del horizonte interpretativo
góricamente: «Qué bien lo hace todo!» (Mc 7,37). Los Hechos relatan propio de los evangelistas y se lo desnaturaliza. En todo milagro hay
que Jesús de Nazaret «pasó haciendo el bien» (Hch 10,38): curó en- un «hecho bruto» (la ruptura de las leyes naturales) y un «signo»,
fermos, expulsó demonios, impartió el perdón y se sentó a la mesa cuyo sentido percibe la fe en orden a la edificación del reino. Las
de pobres, pecadores y discípulos 36 • Me detendré principalmente en acciones maravillosas de Jesús significan que el Mesías ha llegado,
tres acciones de Jesús: los milagros, el perdón y la comunidad de que está cerca el reinado de Dios. «Los gestos prodigiosos de Jesús
mesa, que al mismo tiempo son signos del reinado de Dios y de la -escribe R. Fabris- se colocan en un ambiente cargado de esperanzas
salvación.
37. Cf. Equipo «Cahiers Evangile», Los milagros del evangelio, Estella 1977 (Cua-
34. J. 1. González Faus, Acceso a Jesús, o. C., 46. dernos Bíblicos, 8); X. Léon-Dufour (ed.), Los milagros de Jesús, Madrid 21986; J. 1.
35. J. Vives, «Si oyerais su voz ... ». Exploración cristiana del misterio de Dios, González Faus, Clamor del reino. Estudio sobre los milagros de Jesús, Salamanca 1982;
Santander 1988, 154. J. Peláez del Rosal, Los milagros de Jesús en los evangelios sinópticos, Valencia 1984;
36. Cf. R. Dri, La utopía de Jesús, México 1984; J. M. Castillo - J. A. Estrada, El B. A. Dumas, Los milagros de Jesús, Bilbao 1984.
proyecto de Jesús, Salamanca 21987. 38. E. Schillebeeckx, Jesús. La historia de un Viviente, Madrid 1981, 164.
48 Teología Práctica Historia 49

religiosas, mantenidas por la gran tradición bíblica que alimentó los praxis de Jesús se muestra asimismo en el hecho frecuente de compartir
anhelos de una intervención liberadora de Dios en la historia de su la mesa con los discípulos (fraternidad), con los pobres (justicia) y
pueblo»39. Como anticipaciones del reino, los milagros son curaciones con los pecadores (misericordia). Precisamente el último gesto de Jesús
o vivificaciones que profetizan la vida definitiva en un mundo ame- fue un banquete de despedida, en el que «partió el pan y lo distribuyó»,
nazado por las sombras de la muerte. Todo signo se orienta hacia el actuando como anfitrión. En contraste con Juan «que ni comía ni
don de la vida o hacia la vida plena, que equivale al reino de Dios. bebía», Jesús «como y bebe», hasta tal punto que es tachado de «co-
En resumen, el milagro es signo mediador de fe y obra extraordinaria milón y borracho, amigo de recaudadores y descreídos» (Mt 11,18).
que señala la vinculación de Jesús con el Padre en la obra de la nueva En varios pasajes del evangelio se dice que Jesús se sentó a la mesa
creación. de pecadores, acto prohibido en el judaísmo. De este modo los ex-
cluidos por la legislación farisaica de la pureza legal eran introducidos
en la mesa de Dios y de los hombres. El trato de Jesús con Leví o
b) El perdón con la pecador¡¡. hace que se realice la conversión. En estos dos casos
Jesús es invitado al banquete.
El reinado de Dios llega a los pobres con la justicia y a los pecadores Hay otras comidas en las que Jesús es anfitrión, como ocurre con
con la misericordia. La actividad perdonadora de Jesús se comprende, el relato de la multiplicación de los panes, narrada por los cuatro
como su actividad milagrosa, a partir del reino de Dios. En tiempos evangelistas (Mt 14,14-21; Lc 9, 11b-17; Mc 8,1-9 y par.; Jn 6,1-
de Jesús, el judaísmo consideraba pecadores dos tipos de personas, 15); Marcos y Mateo cuentan este episodio dos veces con distintos
según refiere J. Jeremias: los que «menospreciaban notoriamente el matices, por exigencias culturales de los lectores. Jesús bendice el
mandamiento de Dios» y los que «ejercían profesiones despreciadas» pan, lo parte, lo da y manda distribuirlo. «El punto central del relato
(jugadores de juegos de azar, usureros, recaudadores de impuestos, -afirma E. Schillebeeckx- no es tanto el milagro, cuanto la ad-
publicanos y pastores) o tenían oficios que «conducían a la inmora- mirable abundancia que se da cuando Jesús invita a la mesa»41, es-
lidad» (prostitutas)40. El evangelio de Mateo resume el mundo judío pecialmente con los pobres que no tenían nada que comer.
de los pecadores con dos palabras: «recaudadores y prostitutas» (Mt Finalmente los evangelios de Lucas (24,28-31) y Juan (21,12-13)
21,31). El calificativo judío de pecador se fundaba más en una visión relatan comidas del Señor resucitado con sus discípulos, en el camino
sociológica que en un juicio espiritual. El pecador era un marginado de Emaús o a la orilla del mar. Jesús renueva la comunidad de mesa
de la sociedad por su propia culpa. prepascual, rasgo característico de su praxis evangélica de cara a la
Jesús predica la buena nueva a un mundo en pecado, no por la implantación del reinado de Dios. La última cena de Jesús tiene un
negación de Dios (los fariseos y saduceos Creían en Dios), sino por relieve especial por la cercanía de su muerte. En definitiva, la koinonia
el rechazo del reino de Dios. El reino de Dios llega cuando el pecador cristiana es comunión en el «cuerpo de Cristo» (1 Cor 10,16-17) Y
descubre la misericordia y el perdón de Dios. Dicho de otro modo, el servicio de ayuda mutua o comunión de hermanos.
pecado es perdonado con la aceptación de la venida del Reino.

5. Niveles de la praxis de Jesús


c) La comunidad de mesa
«Sin dejar un modelo perfectamente delineado de organización
Entre los judíos la comida compartida era sinónimo de comunidad comunitaria -afirma H. Echegaray-, Jesús lega a sus discípulos los
entre los hermanos y con Dios, pero también indicaba separación o principios básicos de una práctica alternativa, crítica con respecto al
exclusión de pecadores debido a las reglas de la no contaminación. sistema, que es la práctica del Reino y base de una vida común en
Para Jesús, la comida es lugar esencial de unión. Por eso compara el ecclesia»42. Esta hipótesis se descubre, sobre todo, en el evangelio de
reinado de Dios a una mesa compartida o a un banquete de bodas. La Marcos por ser el primer relato cristiano de la práctica mesiánica de

39. R. Fabris, Jesús de Nazaret, o. c., 144. 41. E. Schillebeeckx, Jesús, o. c., 196.
40. J. Jeremias, Teología del NT, o. c., 134. 42. Cf. H. Echegaray, La práctica de Jesús, Salamanca 1982, 182.
50 Teología Práctica Historia 51

Jesús, estructurado como «teología narrativa»43. H. Echegaray y C. b) Esperanza o práctica de los pies (nivel político)
Bravo descubren en la práctica de Jesús tres niveles: económico, po-
lítico y social, que se corresponden, según F. Belo, con tres gestos: El segundo nivel hace referencia a los pies, es decir, al camino de
de las manos, de los pies y de los ojos. A su vez M. Clévenot, en esperanza que recorren los seguidores de Jesús, que son sus discípulos.
continuidad con F. Belo, llama caridad a la práctica económica de Los evangelios narran la actividad de Jesús a lo largo de un itinerario,
las manos, esperanza a la práctica política de los pies y fe a la práctica en forma de subida, desde Galilea a Jerusalén. Este segundo nivel «se
ideológica de los ojos y de los oídos44 • Evidentemente, la aceptación expresa -dice H. Echegaray- a través de una manera de realizar la
de este modo de ver la práctica de Jesús no equivale a un acuerdo autoridad como diaconía de masas, como servicio implicando una
total con la «lectura materialista» de los evangelios en clave marxista, igualdad fundamental entre todos los hombres y como poder verdadero,
como lo han hecho F. Bello, M. Clévenot y R. Dri entre otros. Sen- es decir, basado en la justicia y equidad» 48. Lo contrario de esta práctica
cillamente puede aceptarse esta división porque responde a una posible es el poder y el dominio. Jesús propone a sus discípulos que no actúen
y legítima exégesis evangélica a partir de la práctica como categoría «como jefes de las naciones» que dominan e imponen sino que sean
servidores y den vida (Mc, 10,42-46) ya que todos son entre sí «her-
de la acción pastoral.
manos» (Mt 23,8-9). De acuerdo con C. Bravo, Jesús «critica seve-
ramente la situación de los poderosos; su concepción del reinado in-
minente de Dios implica provocativamente el final de los poderes
a) Caridad o práctica de las manos (nivel económico) políticos ajenos a Israel, pero también excluye un reinado nacionalista
de éste sobre las demás naciones: Jesús proclama el reinado directo
El primer nivel tiene relación con las manos, mediante las cuales de Dios en favor de los excluidos»49. Intenta, pues, esta práctica
Jesús curó a enfermos y repartió el pan a hambrientos, es decir, ayudó transformar las relaciones de poder. La Iglesia es comunidad de ser-
al pueblo en sus necesidades materiales básicas. Impresionada la gente vidores.
por los hechos de Jesús, se preguntaba: «Qué portentos son esos que
le salen de las manos?» (Mc 6,2). Para H. Echegaray, este primer
nivel de práctica mesiánica «es ciertamente el nivel de la vida concreta, c) Fe o práctica de los ojos y oídos (nivel ético-social)
el nivel económico, nivel de producción y de circulación de bienes» 45.
Frente a la acumulación individual o familiar, Jesús propone la do- El tercer nivel se refiere a los ojos o a la mirada. Según H. Eche-
nación, el reparto comunitario y la comunión con el pobre. Se observa garay, «corresponde al comportamiento ético-social»5o. Intenta trans-
esta práctica en el reparto del pan y en la transformación de los cuerpos. formar las interpretaciones o visiones ideologizadas del Dios del reino
Jesús educa a sus discípulos en actitud de donación con un amor y del reino de Dios. Ver con ojos de fe equivale a conversión o cambio
universal (Lc 6, 27-38). Por ejemplo, el rico cumple con la justicia de valores. Jesús propone a sus discípulos la dignidad de la persona
del reino cuando reparte sus bienes con los pobres. Así se realiza una humana, la justicia en la distribución de los recursos, la solidaridad
práctica solidaria que supone una ruptura con el sistema imperante. con los pobres y oprimidos, el respeto a la libertad del otro, la dis-
«Esta práctica de amor económico -afirma F. Belo- tiene un nombre posición a servir, la capacidad para soportar los conflictos y un amor
en la tradición mesiánica: la caridad» 46. «El signo que condensa su universal que supere todas las diferencias existentes entre los hombres.
propia entrega -escribe C. Bravo- será un pan compartido: eso es Frente al temor, Jesús suscita libertad; frente al miedo, confianza, y
él mismo: pan que se comparte para la vida» 47. La Iglesia es comunidad frente al egoísmo, generosidad. La Iglesia es comunidad de creyentes
de hermanos que lo comparten todo en Cristo. en Jesús y en su evangelio.

43. Cf. C, Bravo, Jesús, hombre en conflicto. El relato de Marcos en América


Latina, Santander 1986; F. Belo, Lectura materialista del evangelio de Marcos, Estella
1975; id., Una lectura política del evangelio, Madrid 1975.
44, M. Clevenot, Lectura materialista de la Biblia, Salamanca 1978, 196-199.
45, H, Echegaray, La práctica de Jesús, o, c" 183. 48. H. Echegaray, La práctica de Jesús, o. c., 184.
46. F, Be1o, Lectura materialista .. " o. c., 375, 49. C. Bravo, Jesús, hombre en conflicto, o. e" 261.
47. C. Bravo, Jesús, hombre en conflicto, o. e" 259-260. 50. H. Echegaray, La práctica de Jesús, o. c., 185.
52 Teología Práctica

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evangelio vivo. Kerigma y catequesis en el cristianismo primitivo, Madrid 1877; examinar el NT y de un modo particular los Hechos y las Cartas
E. SchiJIebeeckx, Jesús. La Historia de un Viviente, Madrid 1981; 1. Sobrino, apostólicas, especialmente las paulinas, teniendo en cuenta el judaísmo
Jesús en América Latina, Santander 1982. palestinense del primer siglo, así como los ambientes religiosos y
sociales helenísticos y romanos correspondientes a ese tiempo. En
Hechos prevalece el relato pastoral de la expansión de la Iglesia, no
exento de interpretaciones teológicas 1; en las Cartas cobra primacía
el contenido doctrinal paulino del cristianismo, sin olvidar su re-
lación con determinadas situaciones pastorales 2 • Sin embargo, al
ser escritas las cartas paulinas entre los años 50 y 60, Ycorresponder
los Hechos a los últimos años del s. 1, no conocemos bien el periodo
importante de los años 30 al 50, clave en la formación del cristia-
nismo primitivo. Evidentemente, no pretendo examinar aquí el ori-
gen del cristianismo en toda su amplitud sino deducir algunos cri-
terios pastorales relativos a la misión (servicio de la palabra), culto
(servicio sacramental), comunidad (servicio de la comunión) y cris

1. Cf. J. Dupont, Étude sur les Actes des Apotres, Paris 1967; Equipo «Cahiers
Evangile», Los Hechos de los Apóstoles, Estella 1979; M. Gourgues, Misión y comunidad
(Hech 1-12), Estella 1988 (Cuadernos Bíblicos, 60); J. Kürzinger, Los Hechos de los
Apóstoles, 2 vols., Barcelona 1985; J. Rius Camps, De Jerusalén a Antioquía. Génesis
de la Iglesia cristiana. Comentario linguístico y exegético a Hech 1-12, Córdoba 1989;
id., El camino de Pablo a la misión de los paganos (Hech 13-28), Madrid 1984; J. Roloff,
Hechos de los Apóstoles, Madrid 1984; A. Wikenbauser, Los Hechos de los Apóstoles,
Barcelona 31981; R. Aguirre, Lo Iglesia de los Hechos, Madrid 1989.
2. Cf. G. Bornkamm, Pablo de Tarso, Salamanca 31987; G. Eichholz, El evangefio
de Pablo, Salamanca 1977; J. A. Fitzmyer, Teología de san Pablo, Madrid 1975; J.
M. González Ruiz, El evangelio de Pablo, Madrid 1977; G. Kuss, San Pablo, Barcelona
1975; S. Lyonnet, San Pablo. libertad y ley nueva, Salamanca 1964; id., Apóstol de
Jesucristo, Salamanca 1966; G. Barbaglio, Pablo de Tarso y los orígenes cristianos,
Salamanca 1989.
54 Teología Práctica 55
Historia

tianos en la sociedad (servicio de compromiso). Antes de describir el judío y el helenístico-roman0 6 • Aunque los P?meros discípulos er~n
la acción pastoral de los primeros cristianos, veamos en síntesis el judíos de habla aramea y cultura semita, pronto mgresaron en la IgleSIa
mundo en donde apareció la Iglesia. fieles de cultura helenística y lengua griega que vivían en el marco de
un poderoso y organizado imperio romano, tanto judíos de la diáspora
como paganos. Se fundaron Iglesias en los núcleos urbanos corr~spon­
l. Momento histórico y espacio humano de la Iglesia primitiva
dientes a los centros económicos, a saber, Antioquía, Efeso, Connto y
Roma, y se extendieron las comunidades en Siria y Egipto.
a) Momento histórico

De acuerdo con muchos exegetas, «la mayor parte del NT -resume 1. Mundo helenístico-romano
R. E. Brown- fue escrita después de la muerte del último apóstol
conocido»3. Esto quiere decir que los escritos neotestamentarios co- En el momento que aparece la Iglesia primitiva, el vasto imperio
rresponden a un periodo más amplio que el de la estricta Iglesia apos- romano ocupaba prácticamente todo el Mediterráneo y se extendía por
tólica. Por eso hablamos aquí de Iglesia primitiva, periodo de tiempo muchas regiones del interior de Europa, Africa y Asia. Los ciudadanos
difícil de precisar. Según J. Hoffmann, «este periodo, que se inaugura romanos pertenecían mayoritariamente a la plebe, entre los que se
con la constitución de la primera comunidad cristiana en Jerusalén y encontraban los esclavos, reducidos a cosas pertenecientes a su dueño.
que llega hasta el momento en que se redactan los últimos escritos
El imperio estaba en manos de senadores, que el emperador divinizado
canónicos, es en realidad un periodo abierto que llega sin solución de
nombraba y destituía según su capricho o voluntad. El culto a los
continuidad hasta el tiempo de los primeros Padres Apostólicos del
emperadores fue en el judaísmo y en la Iglesia naciente causa per-
siglo II»4. En síntesis, suele dividirse este tiempo en tres etapas: Jesús
de Nazaret (6 a.e. - 30 d.C.), las comunidades (años 30-70) y la manente de conflictos.
redacción de los escritos (años 70-100 d.C.). Recordemos que el con- Pululaban diversidad de corrientes filosóficas. Cuando nació la
cilio de Jerusalén tuvo lugar hacia el año 50, que san Pablo escribió Iglesia, todavía conservaban una cierta lozanía las religiones antiguas
sus cartas entre los años 51 y 63, y que a partir del año 70, fecha de de la fecundidad y de la protección. Al menos existían innumerables
la destrucción de Jerusalén, se comienzan a redactar por entero los fiestas, lugares sagrados y santuarios en los que se ofrecía~ sacrificios
evangelios y las cartas apostólicas no paulinas. En el 135 los romanos a los dioses. Junto al culto tradicional florecían las práctIcas supers-
diezman la población judía a causa de una nueva sublevación. Por ticiosas, quizá para afrontar el fatalismo de la vida. También se de-
entonces, los cristianos ya se habían extendido en toda la cuenca senvolvían las denominadas religiones mistéricas, con ritos de inicia-
mediterráneas. Por ser esta etapa un tiempo de referencia, forma parte ción, que exigían a sus devotos un riguroso secreto.
del testimonio pastoral normativo del NT.

2. Mundo judío palestinense


b) Espacio humano
La tierra de Israel fue conocida en el s. 1 como Judea; después
Así como la acción de Jesús se circunscribió a Palestina, el cristia- del año 135 se llamó Siria palestina y finalmente Palestina. La Palestina
nismo naciente se extendió por todo el Mediterráneo, sobre todo el orien-
tal, en las orillas e interiores de los países que lo bordeaban. Dos son 6. CL J. Comby-J. P. Lemonon, Vida y religiones en el imperio romano en tiempos
los medios culturales en los que se desarrolló el cristianismo primitivo: de las primeras comunidades cristianas, Estel1a 1986; A. George - P. Grelot (e~s:),
Introducción crÍlica al NT, 2 vols., Barcelona 1983; H. Guevara, AmbIente pO[¡tICO
del pueblo judío en tiempos de Jesús, Madrid 1985; J. Jeremias, Jerusalén en tiemp~s
3. R. E. Brown, Las Iglesias que los apóstoles nos dejaron, Bilbao 1986, 14. de Jesús Madrid 31985; J. Leipoldt-W. Grundmann, El mundo del NT, 3 vol., Madnd
4. J. Hoffmann, La Iglesia y su origen, en Iniciación a la práctica de la teología, 1973-75;' A. Paul, El mundo judío en tiempos de Jesús, Madrid 1982; Ch. Saulnier-B.
Madrid 1985, IlI/2, 111. Rol1and, Palestina en tiempos de Jesús, Estel1a 1~79 (Cuadernos Bíblicos, 27); E.
5. Cf. E. Charpentier, Para leer el Nuevo Testamento, Estella 1981, 9-11. Schürer, Historia del pueblo judío en tiempos de Jesus, 3 vols., Madnd 1985.
56 Teología Práctica Historia 57

del tiempo de Jesús -formada por Judea, Samaria, Galilea y Perea- tes: fariseos, saduceos y esenios. Los fariseos eran legalistas y
estaba sometida militarmente al imperio romano desde el año 63 a. suficientes, frecuentaban el templo y cumplían meticulosamente con
C. y era regentada por la familia herodiana, odiada por el pueblo. la ley, tenían influjo en el pueblo, se oponían al sacerdocio saduceo,
Aunque el gobernador de Judea dependía del legado de Siria, en la creían en la resurrección y esperaban al Mesías; constituían el ala
práctica su autoridad era total. Residía en Cesárea, salvo en las grades liberal de la clase media. Los saduceos eran conservadores en lo
fiestas, que acudía a Jerusalén con una escolta. La justicia quedaba religioso y en lo cultural, pero debido a su nivel de vida se aco-
reservada en manos del sanedrín, salvo el derecho a la pena de muerte modaban al invasor romano y a las costumbres helenísticas; todo
(ius gladii), propio del gobernador. Los impuestos romanos eran re- lo centraban en el templo, lugar de culto y de negocio; representaban
caudados mediante unos arrendatarios llamados publicanos. La ley, los intereses de la nobleza seglar, de los terratenientes y de la
el templo y el cuita judío, junto al sanedrín y la circuncisión, fueron aristocracia sacerdotal. Los esenios, ignorados en los evangelios,
respetados por las autoridades romanas. Con frecuencia se suscitaban pertenecían a los movimientos proféticos, se oponían al templo y
polémicas a causa de la imagen imperial de las monedas y del pago a su sacerdocio y se caracterizaban por predicar la conversión, exigir
de los impuestos y tributos. En el fondo, los romanos sentían por los condiciones de ingreso en su seno, utilizar con abundancia baños
judíos desprecio y temor, desconfianza y odio. Eran manifiestas las y vivir en comunidad esperando la llegada del Mesías.
tensiones entre el poder romano y el nacionalismo judío, entre el Existían además en los movimientos mesiánicos grupos naciona-
mundo rural y el urbano, entre los pobres y la aristocracia rica y entre listas, como los zelotas, enormemente sectarios y fanáticos, que se
el judaísmo riguroso y el helenismo pagan0 7 • oponían a la dominación romana y a los judíos colaboracionistas con
Palestina era un país pequeño, agrícola, superpoblado y con pro- el invasor; desencadenaron la guerra contra los romanos en los años
blemas de mestizaje. Ocupaba, no obstante, un lugar estratégico entre 66-70. También destacan los movimientos del «despertar religioso»,
tres continentes; era una encrucijada de naciones entre Egipto y Me- como los bautistas, con esperanzas religiosas de salvación. «Antes de
sopotamia y cruce de civilizaciones procedentes del desierto y del la destrucción del templo -afirma Ch. Perrot-, el pueblo de Israel
Mediterráneo, de las montañas y de las llanuras a orillas del lago de estaba dividido en movimientos muy dispares, si bien los escribas,
Tiberíades. En la sociedad teocrática judía, profundamente jerarqui- llamados también rabinos o sabios y vinculados generalmente a los
zada, las clases sociales se diferenciaban claramente, aunque ahí no
grupos fariseos de pureza ritual, tenían gran influjo en la sinagoga»8.
se daba la misma esclavitud que entre los romanos. El dinero estaba
Los sacerdotes, escribas y ancianos ejercían funciones relevantes.
en manos de la aristocracia herodiana, de las grandes familias sacer-
Como descendientes de Aarón, los sacerdotes se ocupaban del culto
dotales y dellaicado saduceo. La mayor parte del pueblo era pobre;
en el templo con la ayuda de unos subalternos llamados levitas. Los
se ganaba la vida con dificultad, con oficios de ordinario despreciados.
Agobiados por los impuestos, vendían lo que tenían para cumplir con escribas eran juristas y peritos de la ley. Los ancianos eran «notables»
las exigencias de los tributos. Clamaban contra el injusto reparto de o personas destacadas, nobles de familias ricas; su influencia en el
las tierras. Entre los trabajadores del pueblo fue terrible el desempleo sanedrín era ya reducida en tiempos del NT.
cuando se acabaron la construcción del templo y la pavimentación de A partir del año 70 y hasta el 135 se observa una gran homoge-
las calles de Jerusalén. Hubo dos hambres espantosas, una bajo He- neidad en el judaísmo, que comienza a ser fundamentalmente rabínico
rodes el Grande y otra bajo el emperador Claudio (ca. 46/48 p. C.). (al desaparecer los sacerdotes y el templo) y posteriormente talmúdico
La condición de la mujer era netamente inferior a la del varón. (talmud es el conjunto de la ley oral judía puesta por escrito). Esto
Estaba excluida de la vida pública, no participaba activamente en el quiere decir que la sinagoga -etimológicamente equivale a asam-
culto y no podía ser testigo en ningún juicio. Se la asimilaba a los blea- ejerció un poderoso influjo posterior a la destrucción del tem-
niños o a los esclavos. Se ocupaba de los trabajos domésticos. plo. Cada comunidad judía tenía su sinagoga, edificio rectangular
Tanto en Palestina como en la diáspora, el mundo judío se edificado hacia Jerusalén. En un nicho se guardaban las escrituras,
componía de diferentes grupos. Flavio Josefa distinguió tres par- puestas en un cofre. El jefe de la sinagoga o presidente de la misma
tidos religiosos que dominaban las ideologías de las clases dirigen- era elegido por los «ancianos». Se ocupaba del culto sinagogal, que

7. Cf. R. Aguirre, Del movimiento de Jesús a la Iglesia cristiana, Bilbao 1987,27. 8. Ch. Perrot, Jesús y la historia, Madrid 1982, 79.
58 Teología Práctica Historia 59

transcurría como una liturgia de la palabra. La sinagoga desempeñó guiente, los discípulos de Jesús de Nazaret comienzan un proceso de
un gran papel en la vida religiosa y nacional de Israel. El año litúrgico conversión, mediante el cual se transforman en testigos de Cristo
judío se desarrollaba de sábado en sábado y a través de algunas grandes muerto y resucitado, al reflexionar las palabras y acciones de Jesús a
fiestas: pascua, pentecostés y tabernáculos. Además se hacía hincapié la luz de las Escrituras, en el contexto de los hechos de la pasión. De
en tres prácticas personales: la oración, la limosna y el ayuno. Evi- este modo llegan a la confesión de fe, cuyo enunciado más primitivo
dentemente, el rito por antonomasia de pertenencia era la circuncisión. es éste: «El Mesías murió por nuestros pecados, como lo anunciaban
las Escrituras, fue sepultado y resucitó al tercer día, se apareció a
Pedro y más tarde a los Doce» (1 Cor 15,3-5). Este mensaje, recibido
3. La diáspora judía y transmitido por Pablo, es denominado kerigma o evangelio, es decir,
buena noticia. Su formulación es anterior a los relatos de pascua y su
No es fácil conocer el origen de la diáspora, en el que seguramente contenido es un hecho de salvación. Al estar unido a la historia de
influyeron varias circunstancias como las deportaciones y exilios, el Jesús de Nazaret, Marcos llama asimismo a su relato evangelio. Esto
desarraigo socio-religioso, la superpoblación en Palestina y el comer- significa que el mensaje cristiano predicado no procede sólo de la fe
cio. En Oriente la lengua de los judíos fue el arameo y en Occidente pascual sino de la historia total de Jesús de Nazaret. Pero su núcleo
prevaleció el griego. En todas partes, aunque a veces con dificultad, central es la resurrección de Jesús. «Este acontecimiento -escribe E.
los judíos conservaron un estatuto de autonomía religiosa; en el imperio Lohse- no puede entenderse como un acontecimiento histórico ni
romano la religión judía era «religio licita». De hecho se agrupaban
describirse de una manera objetiva, sino que, por pertenecer al mundo
en tomo a los lugares de oración y de estudio de la ley; si no tenían
de la fe, sólo se puede proclamar en la predicación» 10 •
edificio se reunían al aire libre.
El judaísmo era marcadamente proselitista. Se daban con frecuen-
cia conversiones a causa del testimonio espiritual de una religión sin
sacrificios ni imágenes, con una elevada moralidad y un concepto b) La predicación del mensaje
profundo del Dios único, con reuniones de fieles fraternales y co-
munitarias. Sin embargo, se desataba a veces un odio increíble contra El kerigma o contenido de la predicación misionera de la Iglesia
los judíos, quizá debido a su nacionalismo, su solidaridad cerrada y primitiva se expresa como confesión de fe: Jesús de Nazaret, el cru-
su posición económica. Eran criticados por la circuncisión, la guarda cificado, ha sido resucitado por Dios. Dicho de otra manera, la re-
del sábado y las reglas de pureza legal en las comidas. Estos datos surrección de los muertos ha tenido lugar en Jesús de Nazaret el
son importantes a la hora de valorar la presencia cristiana en el imperio crucificado, que no es un muerto que vuelve a la vida terrena sino
romano como una secta judía más, y los conflictos que se dieron entre que su muerte abre paso a la nueva creación del reino de Dios. «La
judíos y cristianos o entre dos tendencias en las primeras comunidades experiencia pascual -afirma A.L. Descamps- se expresa en la pro-
cristianas: la judaizante y la helenística. mulgación de lo que puede llamarse una nueva versión del evange-
lio»ll. Jesús anuncia la llegada del Reino y los apóstoles predican la
muerte y resurrección de Jesús, en donde se revela la salvación de
2. La misión evangélica (servicio de la palabra) Dios.
Convencidos de la buena noticia, los apóstoles y discípulos se
a) El kerigma cristiano entregan a un ministerio de predicación acompañado de ciertos signos.
Los Hechos (1,8) relatan la expansión misionera en tres etapas: «Je-
Después de la muerte de Jesús inician sus discípulos una expe- rusalén» (cap. 3-7), «Judea y Samaría» (cap. 8-12) y «los confines de
riencia pascual, que los convierte en creyentes del resucitado y en la tierra» (cap. 13-28)12. Pedro es la figura dominante, tanto de la
predicadores misioneros 9 • Podemos imaginar que en el tiempo trans-
currido entre la crucifixión del viernes y la mañana del domingo si- 10. E. Lohse, Teología del NT, Madrid 1978, 84.
11. A.-L. Descamps, L'origine de l'institution ecclésiale selon le Nouveau Testa-
ment, en L'eglise: institution etfoi, Bruxelles 1979, 122.
9. Cf. X. Léon-Dufour. Resurrección de Jesús y mensaje pascual, Salamanca 41985. 12. Cf. M. Gourgues, Misión y comunidad (Hech 1-12), Estella 1988.
60 Teología Práctica Historia 61

primera etapa, caracterizada por los denominados discursos misioneros finitiva, el sacramento primero del cristianismo es la comunidad, es-
(Hech 2,14-36; 3,12-26; 4,8-12; 5,29-32; 10,34-43), como del se- pecialmente cuando está «reunida».
gundo periodo, en el que se describe la conversión del primer pagano Algunos comentaristas de los Hechos señalan la importancia que
al cristianismo (Hech 10,1-11-8). Pablo es el personaje central de la tienen el culto y la oración en la primera comunidad cristiana y en la
tercera etapa. maduración de la fe 15 . También se advierte en el evangelio de Lucas
El término misión deriva del verbo apostellein (enviar) o del sus- el valor de la oración de Jesús y de la celebración eucarística a propósito
tantivo apostollos (apóstol, enviado). Los apóstoles son enviados por del relato pascual (Lc 22,7-38), en el que se insertan palabras de Jesús
Jesús resucitado como «testigos» para que el evangelio llegue hasta en conexión con la experiencia litúrgica de la Iglesia primitiva 16 . Según
el fin del mundo. Esta actividad es denominada asimismo con los F. Montagnini, la Iglesia lucana, «tanto en su existir concreto (Hechos)
verbos «anunciar» y «proclamar». Recordemos que el primer acto de como en la fase que podemos llamar proyectiva (Evangelio), encuentra
Jesús consistió en «proclamar» (Mc), «enseñar» (Mt) o «testimoniar» su momento de inspiración en la experiencia litúrgica, particularmente
(Lc, Hech). Hoy nos sorprende la expansión misionera a través de la en la eucaristía»17. San Pablo corrobora esta impresión lucana al señalar
predicación. Recordemos, no obstante, la importancia que en el mundo en la primera carta a los corintios la importancia del bautismo y de la
religioso antiguo tenía la palabra, transmitida por heraldos, predica- eucaristía, con una advertencia: guárdese unión entre liturgia y vida
dores, profetas y carismáticos. En el caso concreto de la expansión o entre eucaristía y solidaridad con los pobres. Precisamente la primera
cristiana se observa que el medio elegido al principio por Pablo para eclesiología esbozada en los sumarios de los Hechos, como luego
predicar fue la sinagoga judía, lugar eminente de la palabra, al que veremos, procede de la reflexión sobre la asamblea eucarística o reu-
se añadió más tarde el ágora griega, sitio público de reunión. Por otra nión de los bautizados el primer día de la semana para celebrar la cena
parte, era aquél un mundo religioso con esperanzas de salvación. del Señor18 .

3. La celebración litúrgica (servicio sacramental) b) La cena del Señor

a) El culto como reunión La eucaristía fue denominada en sus orígenes «comida del Se-
ñor» (Pablo) o «fracción del pan» (Lucas). Comenzó como reunión
Como ha hecho notar E. Schweizer, siguiendo a G. Delling, lo en el nombre del Señor a través del símbolo de la comida, con una
más peculiar del culto cristiano neotestamentario es «definirse primaria doble dimensión: fraternidad de mesa que comparte bienes y rito
y fundamentalmente como un estar juntos en apretada asamblea» 13. eucarístico que hace real la comunión en Cris.to 19 . La comida co-
De ahí que para designar lo que hoy denominamos liturgia o cele- munitaria de la Iglesia primitiva «tenía por finalidad -escribe X.
bración, el NT utilice el término reunión y evite las palabras culto, Léon-Dufour- hacer vivir juntos a los creyentes y reforzar así su
sacrificio y sacerdocio, ya que el gesto cristiano principal se da en unidad y su cohesión. Además, debía permitir dar de comer a los
forma de reunión con una comida fraternaP 4 • La terminología del culto
es descartada en el NT por su origen pagano o judío. En todo caso, 15. Cf. J. Dupont, L'union entre les premiers chrétiens dans les Actes des Apotres:
NRT 91 (1968) 897-915.
culto «en espíritu y en verdad» (Jn 4,20-24) es la entrega personal de 16. CL H. Schürmann, Der Abendmahlsbericht Lk. 22,7-38 als Gottesdienstordnung-
Cristo hasta la muerte o la vida cristiana entera. La liturgia (de laos, Gemeindeordnung-Lebensordnung erlutert, Münster, 1960 2. ed.
pueblo y ergon, trabajo) es la obra o el servicio de Dios que se hace 17. F. Montagnini, La Iglesia primitiva: experiencia espiritual e interpretación teo-
presente en su pueblo reunido como asamblea de creyentes. En de- lógica, en R. Fabris (ed.), Problemas y perspectivas de las ciencias bíblicas, Salamanca
1983,409.
18. Cf. O. Cullmann, La fe y el culto en la Iglesia primitiva, Madrid 1971; S.
13. E. Schweizer - A. Díez Macho, La Iglesia primitiva, medio ambiente, organi- Lyonnet, La naturaleza del culto en el NT, en La liturgia después del Vaticano Il, Madrid
zación y culto, Salamanca 1974, 56. 1969.
14. Cinco veces utiliza san Pablo el verbo «reunirse» para describir brevemente la 19. Cf. M. Gesteira, La eucaristía, misterio de comunión, Salamanca 21991, es-
cena del Señor en las asambleas de Corinto (1 Cor 11, 17-34). pecialmente el cap. IV, La eucaristía y la Iglesia.
62 Teología Práctica Historia 63

hambrientos y no sólo por motivos humanitarios, sino también para primitiva termina su cometido con el bautismo, gesto fundamental de
dar forma a la Iglesia concreta»20. entrada en la comunidad de creyentes y acto por el cual el bautizado
En los comienzos del cristianismo la eucaristía se celebraba en el se asocia a la obra de Dios. Sin embargo, el bautismo no fue un gesto
contexto de una comida que se tenía «en las casas» (Hech 2,46) la típico de Jesús. Aunque Jesús fue bautizado por Juan e incluso bautizó
víspera del primer día de la semana. Aunque al principio no rompieron durante algún tiempo, se dedicó casi exclusivamente a proclamar el
los creyentes con la sinagoga, llegó un momento -con su expulsión evangelio del Reino sin utilizar el gesto ritual bautismaF3 • De hecho
del judaísmo- en que incorporaron a sus asambleas lecturas de la ley el término bautismo sólo aparece en dos ocasiones después de la muerte
y de los profetas, a las que siguieron los relatos de Jesús que darían del Bautista, cuando el mismo Jesús alude al baño de sangre en su
cuerpo a los evangelios. Es probable que se cantasen «salmos, himnos cruz (Mc 10,38) o a la inmersión en las aguas de su propia vida
y cánticos» (Ef 5,19) y que la plegaria de acción de gracias, origi- entregada (Lc 12,50). Podríamos decir con todo rigor que la vida de
nalmente judía, se ampliase con «súplicas y oraciones, peticiones y Jesús es un acto bautismal o que el bautismo tiene una significación
acciones de gracias» (1 Tim 2,1-2) y con la memoria de la última cena profundamente cristiana. «El origen del bautismo -afirma J.-J. von
de Jesús. Pablo escribió hacia el año 55 que había recibido «una Allmen - es el mismo que el de la cena: la muerte y resurrección de
tradición que venía del Señor» (1 Cor 11,23) a propósito de la Cristo» 24.
eucaristía21 . Con el tiempo, la cena del Señor y la comida fraternal se San Pablo sitúa al bautismo aparentemente en un segundo plano,
separaron sin que sepamos con exactitud los motivos. Quizá influyeron ya que se propone evangelizar y no bautizar, quizá para dar a entender
varias causas: el nuevo contexto cultural pagano en el que la comida que el rito bautismal no se da en su propio nombre o para mostrar que
no tenía el relieve que poseía en el ámbito palestino-judío, las tensiones no desea introducir grupúsculos propios (1 Cor 1, 14-17). Lo cierto es
que producía comer juntos ricos y pobres o, sencillamente, el creci- que para san Pablo el bautismo es un acontecimiento clave espiritual
miento del número de comensales22 . que transforma la personalidad del bautizado, al realizarse en él la
En el mundo grecorromano, las comidas -incluso las de ca- muerte y resurrección de Cristo. Para que no sea mero rito, al bautismo
rácter sagrado- tenían el peligro de terminar en orgías. San Pablo precede siempre la proclamación de la buena noticia, cuyo primer
llama la atención a la comunidad de Corinto por el peligro de con- efecto es la fe o la adhesión al mensaje, que se traduce en «agregarse
taminación pagana, al no ser solidarios los pudientes con los pobres a la comunidad» (Hech 2,47) o «adherirse al Señor» (Hech 5,14). «El
en la cena natural y al olvidar las exigencias del memorial cristiano bautismo -afirma J. Guillet- es algo muy distinto de un rito obli-
eucarístico. Antes de la cena se tenía el servicio de la palabra, en gatorio y fugitivo; es la respuesta personal al anuncio del evangelio,
donde se manifestaba una cierta efervescencia carismática, que po- es una relación nueva con Dios, es la purificación del corazón mediante
día asimismo olvidar la solicitud por los necesitados. En resumen, el perdón de los pecados, es un vínculo que une a los discípulos de
el rito eucarístico de la primitiva Iglesia, símbolo de la vida co- Jesús»25. Por esta razón el bautismo se daba al principio «en el nombre
munitaria, nunca se separa de la palabra que interpreta la vida de de Jesús» (Hech 2,38); después se utilizará la fórmula trinitaria. Aun-
Jesús el Cristo, ni del servicio a los pobres en la justicia que exige
que no poseemos datos precisos, es muy probable que entre la con-
la llegada del reinado de Dios.
versión primera y el bautismo transcurriese un cierto tiempo de pre-
paración.
c) El bautismo cristiano Según el NT, el bautismo se vincula al Espíritu, aunque difieran
en su explicación los Hechos y las cartas de Pablo. En Hechos no
Los convertidos por la predicación apostólica que aceptan la pa- coinciden siempre el acto bautismal y la donación del Espíritu, pero
labra son agregados a la comunidad por un baño de inmersión deno- se relacionan hasta tal punto que a los bautizados en Samaría por
minado bautismo (Hech 2,41). Es decir, la evangelización de la Iglesia Felipe les imponen las manos Pedro y Juan (Hech 8,14-17) Y a los

20. X. Léon-Dufour, Lafracción del pan. Culto y existencia en el NT, Madrid 1983, 35. 23. Cf. J. Guillet, De Jesús a los sacramentos, Estella 1987 (Cuadernos Bíblicos,
21. Cf. P. Jounel, La misa ayer y hoy, Barcelona 1988, 19-21. 57),37.
22. CL J. Aldazábal, La eucaristía, en D. Borobio (ed.), La celebración en la Iglesia 24. J.-J. von Allmen, Pastorale du bapteme, Freiburg-Paris 1978, 10.
n, Salamanca 1988, 255. 25. J. Guillet, De Jesús a los sacramentos, o. c., 42.
64 Teología Práctica Historia 65

bautizados en Efeso con el rito del Bautista Pablo les impone asi- e) La unción a los enfermos
mismo las manos (Hech 19,5-6). De este modo se unifican prácticas
bautismales neo testamentarias diferentes para dar a entender que el En el NT ocupa un lugar relevante la enfermedad, signo de un
bautismo es recepción del don del Espíritu a través de dos gestos poder enemigo que se opone al reinado de Dios 29 . De ahí la lucha de
relacionados entre sí: inmersión en el agua e imposición de manos. Jesús contra las enfermedades. Al perdonar a los enfermos, rompe
La relación entre bautismo y efusión de Espíritu es moti'lo de re- Jesús la nefasta dependencia entre pecado y enfermedad, y por medio
flexión de Pablo en varias ocasiones (Rom 6,3-5; 1 Cor 12.13; Gál de la expulsión de los demonios y de las curaciones inicia el comienzo
3,26-28; Col 3,9-11). del reinado de Dios. Esta acción caritativa de Jesús se fundamenta,
según san Mateo (8,17), en la afirmación de Isaías (53,5): «El tomó
nuestras dolencias y cargó con nuestras enfermedades». Frente al pe-
d) El perdón de los pecados cado y enfermedad, desgracias básicas humanas, Jesús propone la
conversión y la curación; de este modo llega la salvación de Dios por
«Que el bautismo confiere el perdón de los pecados -afirma G. medio de su Reino.
Barth- es una afirmación que puede seguirse a lo largo de todos los Los discípulos de Jesús, de acuerdo con el mandato de su maestro
escritos del cristianismo primitivo, y que lleva a que el perdón de los (Mc 16,18), proclaman la buena noticia del reino (Jesús ha vencido
pecados sea expresión consagrada en el mensaje bautismal»26. Sin a la muerte) y curan toda clase de dolencias y enfermedades (el reino
embargo, el perdón de los pecados en la Iglesia primitiva no se redujo de Dios está ya aquí). Pero las curaciones no son mágicas: presuponen
al bautismo, como puede advertirse en la primera carta de san Juan. la fe o la aceptación de que Jesús cura con el mismo poder de Dios.
De hecho, el perdón tiene una importancia capital en los evangelios, Son manifestaciones de la presencia activa del Señor resucitado o
como se desprende de varias escenas significativas: Zaqueo, adúltera, teofanías de Dios en su Reino. Hubo en la Iglesia, desde sus comien-
prostituta en casa de Simón, el hijo pródigo. En realidad, la metanoia zos, un «carisma de curación» o «don de curar» (1 Cor 12,9), cuyo
o conversión pertenece al mensaje central de Jesús y de todo el NT. significado es difícil de precisar. Lo que sí puede afirmarse es que el
Ya en el comienzo de los Hechos (2,37-38), la predicación de Pedro ministerio de los enfermos es esencial a la Iglesia desde sus mismos
concluye con el arrepentimiento, el bautismo y el perdón de los pe- comienzos.
cados. En la carta de Santiago (5,13-16) se menciona la unción con aceite
Después del bautismo, los cristianos pecadores podían asumir una en el nombre del Señor hecha por los responsables de la comunidad.
segunda conversión, aunque tenemos pocos datos de cómo se desa- Aquí se fundamenta el ministerio especial de la Iglesia con los enfer-
rrolló la reconciliación en la Iglesia primitiva27 . Evidentemente la mos como tarea estrictamente comunitaria, del que poseemos datos
Iglesia no es comunidad de santos sino de pecadores que cometen a muy primitivos. Para explicar su fundamento, puede observarse la
veces faltas graves. Para llegar al perdón, el cristiano debe convertirse analogía entre la curación de enfermos confiada por Jesús a sus di-
y hacer penitencia, sinónimo de confesión. «La confessio -afirma C. cípulos y el servicio de caridad con los dolientes recomendado por
Vogel- es una condición previa a toda verdadera plegaria, y en este Santiago a los presbíteros. Piénsese que en el judaísmo la visita de
sentido se realiza en las reuniones de la comunidad cristiana. sobre enfermos acompañada de oración era una práctica ejemplar. Al creer
todo antes de la celebración eucarística»28. En el caso de faltas leves que la enfermedad provenía de un pecado, la curación mostraría que
bastaba un arrepentimiento general sin confesión personal detallada. el perdón había llegado. En el texto aludido de Santiago, la eficacia
Para las faltas graves, el pecador era separado de la comunidad hasta viene de la oración más que de la misma unción.
cumplir una penitencia proporcionada a su pecado. La reconciliación En las primitivas comunidades cristianas se observan, respecto del
primitiva era retomo a la comunidad. dolor y de la enfermedad, dos hechos: 1) los relatos de curación de
la Iglesia apostólica son escasos en comparación con los contenidos
26. G. Barth, El bautismo en el tiempo del cristianismo primitivo, Salamanca 1986, 44. en los evangelios; 2) los enfermos ocupan un lugar importante en la
27. Cf. C. Vogel, El pecador y la penitencia en la Iglesia antigua, Barcelona 1968;
S. González, La penitencia en la primitiva Iglesia española, Madrid 1950.
28. C. Vogel, El pecado y la penitencia, en B. Hfuing (ed.), Pastoral del pecado,
EsteBa 1966, 228. 29. Cf. mi trabajo Celebraci6n de la liturgia con enfermos: Phase 158 (1987) 153-168.
66 Teología Práctica 67
Historia

comunidad a partir de la actitud de servicio, imprescindible en la creyentes esparcidos en comunidades por todo el mundo. Radicalmente
Iglesia. Es lógico que en el interior de las comunidades se desarrolle nace la Iglesia de la fe pascual o se congrega después de la pascua
pronto un ministerio de los enfermos, purificado de cualquier ingre- como comunidad, gracias a la resurrección de Jesús y a la efusión del
diente religioso pagano, dado el amplio uso que había de ritos mágicos Espíritu. Los miembros de la Iglesia se consideran el pueblo santo de
como remedio de desgracias y enfermedades. La ayuda al enfermo se Dios. Por esta razón se dan el nombre de «consagrados» (1 Cor 6,2),
deriva del ministerio de caridad, no del carisma de curación o sanación. «elegidos» (Rom 8,33) y «llamados» (Rom 1,6; 1 Pe 1,1). Con todo,
Lo que se busca no es el milagro físico sino la salud, en el sentido el nombre que prevalecerá será el de «cristianos» (Hech 11,26). Surge
total de la palabra, por medio de la presencia de Cristo. En todo caso, en la Iglesia de Antioquía y procede del exterior, ya que son vistos
la presencia cristiana ante el enfermo intenta hacer de la experiencia como creyentes en Cristo. Como afirma K. Stendhal, los cristianos
del sufrimiento una experiencia de fe, un acrecentamiento de esperanza son la Iglesia, no están en la Iglesia3l .
y un ejercicio de caridad. El gesto de ungir actualiza el bautismo,
junto a la fe recibida y significada.
b) La primera comunidad cristiana

4. La comunidad eclesial (servicio de comunión) La Iglesia, escribe J. Hoffmann, «es ante todo una realidad local:
nace y existe allí donde los hombres acogen el evangelio como buena
noticia de salvación para ellos, lo celebran, lo comparten y dan tes-
a) La Iglesia del Señor timonio de él»32. De un modo ciertamente fragmentario, esta realidad
es descrita por todos los documentos del NT, puesto que son escritos
Los judíos denominaban al pueblo de Israel con la expresión qahal de una u otra comunidad. Con todo, el texto eclesial más completo
Yahveh o asamblea de Dios reunida para celebrar el culto. En la versión corresponde a los Hechos, en el que se describe el ideal de la primera
del AT al griego, hecha en el s. III a.e. por unos helenistas conocidos comunidad de Jerusalén mediante tres sumarios (Hech 2,42-47; 4,32-
como los setenta, tradujeron aquella expresión por ekklesia o «con- 35 y 5,12-14). Según estos resúmenes, la vida comunitaria primitiva
vocación santa» del pueblo de Dios. No obstante, los judíos preferían tuvo estos rasgos: palabra apostólica y comunión fraterna (relaciones
denominar a su asamblea con el término sinagoga. En el mundo griego internas de la Iglesia) y fracción del pan y oraciones (relación de la
la palabra ekklesia significaba la «asamblea civil del pueblo» convo- comunidad con el Señor?3.
cado y reunido para elegir a sus representantes y aprobar las leyes.
Los cristianos, para distinguirse de los judíos y acentuar la univer-
salidad de su nueva asamblea, convocada por Dios en Jesucristo, la 1. La enseñanza de los apóstoles
denominaron ekklesia 30 • Según los historiadores del cristianismo pri-
mitivo, este término fue introducido por la comunidad cristiana de El término enseñanza (didajé) equivale aquí (Hech 2,42) a la ins-
lengua griega, cuando los creyentes tuvieron conciencia de que eran trucción o catequesis a los de dentro (en las casas), aunque también
el nuevo pueblo destinado a anunciar el Reino. puede incluir (Hech 5,28) la predicación a los de fuera (en el templo).
La realidad de la Iglesia comprende dos dimensiones: la convo- Lucas indica con la expresión «enseñanza de los apóstoles» el vínculo
cación de Dios hecha a los hombres por Jesucristo para la salvación, de la primera Iglesia - y de todas las Iglesias - con los testigos directos
y la congregación de los convocados para compartir los bienes de la y autorizados de la enseñanza y actividad del Señor. No olvidemos el
salvación. Por otra parte, el término ekklesia traduce tres realidades: papel que los Doce tuvieron en la dirección de la comunidad de Je-
la asamblea litúrgica convocada para celebrar la palabra de Dios y el rusalén. En toda comunidad es necesaria una autoridad como servicio
culto de la nueva alianza, la comunidad local de los cristianos que de coordinación, de animación y de unidad. En cualquier caso la
viven en un determinado lugar y la Iglesia universal de todos los palabra suscita la fe y la ilumina.

3l. Cf. K. Stendahl, Kirche im Urchristentums, RGG, IlI, 3. ed., 1Il, 1297-1304.
30. Cf. P. V. Dias - P. Th. Camelot. Historia de los dogmas, IIl/3a-b Eclesiología.
32. J. Hoffmann, La Iglesia y su origen, o. c., 123.
Escritura y patrística hasta san Agustín, Madrid 1978; A. Antón, La Iglesia de Cristo.
33. Cf. X. Léon-Dufour, La fracción del pan. Culto y existencia en el NT, Madrid
El Israel de la vieja y de la nueva alianza, Madrid 1977.
1983, 36-49.
,.,...'1'

68 Teología Práctica Historia 69

2. La koinonía templo» (Hech 2,46; 3,1; 16,16), lugar para ellos de oración más que
de sacrificios; eran fieles a las horas de la oración judía. Evidentemente
El término koinonía (de koinos, común) procede del verbo poner pronto se constituye la oración genuinamente cristiana, como lo mues-
en común o compartir; tiene varios significados. El principal se re- tran las primeras confesiones de fe, himnos y cánticos. El padrenuestro
laciona con los bienes materiales, pero también equivale a unión mutua es la señal de una diferencia entre la tradición judía y la cristiana en
en la fe y a unanimidad de sentimientos. Mejor dicho, la unión,es- el ámbito de la oración.
piritual exige la comunicación de bienes o, en casos especiales, los
bienes en común. Con palabras de M. Gourgues: «la fe constituye el
fundamento de la unidad comunitaria, la cual se realiza y se expresa c) Rasgos del movimiento comunitario primitivo
en el doble nivel de los espíritus y de la puesta en común de los
bienes»34. Al parecer, no se trata en la primera comunidad de vender 1. Es movimiento popular profético en relación a Jesús
todos los bienes para hacer una propiedad común (pobreza personal a
ultranza y acumulación comunitaria), sino que se pretende poner los Según G. Theissen, el movimiento cristiano primitivo fue fruto de
bienes propios a disposición de todos, para que no haya necesitados la actividad de predicadores o carismáticos itinerantes36 • El denominado
(lucha contra la pobreza u opción por los pobres). Una comunidad «movimiento de Jesús» aparece en Palestina como movimiento profético
cristiana se reconoce en cuanto tal cuando no hay indigentes entre sus de renovación, alineado con los movimientos bautistas. Surge después
miembros y cuando lucha para que no los haya en todo el mund0 35 . de la pascua del año 30. Cinco años más tarde es lapidado Esteban por
sus violentas críticas al templo, a los sacerdotes y a los sacrificios. A
partir del año 70 se advierte una transformación del judaísmo y un cambio
3. La fracción del pan profundo en el cristianismo, ya que los discípulos de Jesús son expulsados
de la sinagoga y se esparcen por todo el mundo conocido. Este movi-
Con la expresión «fraccin del pan» (Hech 2,42) se designa una miento se consolida pronto en forma de Iglesia.
práctica doméstica frecuente entre los primeros cristianos. Entre los El movimiento cristiano primitivo tiene algunos rasgos de lo que
judíos el pan redondo y plano era bendecido por el padre de familia, sociológicamente se llama «grupo pequeño» o simplemente «grupo».
quien lo partía y lo distribuía. Esto lo hizo Jesús varias veces en la También se asemeja a los movimientos populares de base. Recordemos
multiplicación de los panes, última cena y cena con los discípulos de que en el imperio romano de los tiempos del cristianismo primitivo
Emaús después de la resurrección. En los Hechos, la fracción del pan pululaban entre griegos y romanos variadas asociaciones voluntarias.
no es mera comida en común sino rito eucarístico, al que se unía Algunos estudios sociales del cristianismo primitivo han aplicado apre-
probablemente una comida. El hecho de que se celebrasen la eucaristía suradamente al primer modelo cristiano de comunidad las características
y el ágape en las casas significa que la comunidad era de talla familiar, actuales de secta3?, que hoy entendemos mejor como grupo. Se pueden
con posibilidad de comunicación interpersonal y ayuda mutua. Al- señalar algunos rasgos del cristianismo primitivo semejante a ciertos
gunos comentaristas opinan que este tipo de celebraciones era semanal, movimientos proféticos de renovación de base popular: emerge en tiempos
no diario. de crisis entre los marginados, se manifiesta como protesta social con
un profeta al frente, rechaza las imposiciones del sistema, intenta un
cambio profundo de estructuras, es radicalmente igualitario, ofrece mesa
4. Las oraciones compartida a los de dentro y exige de sus miembros una entrega radical.
La Iglesia primitiva se constituye en referencia total a Jesús, re-
El término en plural oraciones dice referencia a las plegarias li- conocido como Cristo y Señor, de tal modo que sus miembros se
túrgicas según la tradición judía y en especial a los salmos. Recordemos
36. Cf. G. Theissen, Estudios de sociología del cristianismo primitivo; Salamanca
que los cristianos de Jerusalén «frecuentaban a diario unánimes el 1985.
37. Cf. las siete características de la secta según R. Scroggs, en E. Schüssler Fiorenza,
34. M. Gourgues, Misi6n y comunidad, o. c., 47. En memoria de ella. Una reconstrucci6n teol6gicojeminista de los orígenes del cristia-
35. Cf. J. Dupont, Études sur les Actes des Apotres, o. c., 503-522. nismo, Bilbao 1989, 111.
70 Teología Práctica Historia 71

llamarán enseguida «cristianos». Los discípulos de Jesús ponen sus pertenecientes a la clase media. En las comunidades de Galacia in-
esperanzas en el reinado de Dios, algo radicalmente nuevo que se gresaron campesinos, pobres y esclavos, pero también personas libres.
espera con la intervención de Dios mismo en colaboración con el En otras ~omunidades se hicieron cristianos gentes del proletariado
esfuerzo de la humanidad entera. urb~no e mcl~so m.uje~es de la ~istocracia. Había, pues, hombres y
mUJeres, gen,tIles y JUdIOS de la dlaspora, cultivados e incultos, aunque
en su mayona eran personas sencillas de recursos modestos, entre las
2. Adopta una estructura doméstica y fraternal que no faltaban esclavos. La comunidad cristiana, afirma M. Legido
Según W. A. Meeks, «los lugares de reunión de los grupos pau- «es una fraternidad ecuménica, universal. Todos son hermanos. Y
linos, y probablemente de la mayoría de los otros grupos cristianos hermanados, están abiertos para acoger a todos, como hermanos. Esta
primitivos, fueron las casas privadas»38. El término casa significa en universalidad sucede desde los pobres. Las comunidades están encla-
hebreo y en griego, como en casi todos los idiomas, vivienda y hogar; vadas en el mundo de los pobres, más aún, están formadas en gran
la misma raíz hebrea equivale a edificar una casa y fundar una familia. parte por pobres. Pero los pobres no son sólo el lugar de inserción y
En la sociedad preindustrial, la casa era la célula básica por su arti- la mayoría de su composición. Son los primeros destinatarios de la
culación religiosa, configuración cultural y estructura económica. Pre- fraternidad, para que sean los primeros en servirla y edificarla de-
cisamente la palabra economía (de oikos y nomos) significa <<llorma sarticulando radicalmente este mundo» 41. '

de la casa». Por supuesto, en dicha sociedad patriarcal, el padre de


familia era su figura central como jefe o señor, junto con la mujer, 4. Padece tensiones y conflictos
hijos, criados, libertos, esclavos, huéspedes y propiedades. En el ju-
daísmo, la casa era lugar de transmisión de la fe y de celebración de El bilingüismo cultural primero y el pluralismo posterior no se
resue~ven fácilment~ en la unidad de la comunidad. Si difícil es poner
ciertos ritos religiosos, especialmente la cena pascual; la casa-hogar
era la célula más pequeña de la sinagoga. También entre los romanos los bienes en comun, no menos arduo es compartir entre todos el
había dioses familiares y culto doméstico. evangelio. Los hebreos querían seguir siendo fieles a sus tradiciones
judí~s: ;nientras que lo~ helenistas estaban dispuestos a la apertura de
Las comunidades cristianas primitivas aceptaron la casa como es-
tructura básica39 . Los primeros creyentes no poseían otro lugar de reunión. la mlSIOn con los gentIles. Hubo conflictos en algunas comunidades
j~~~ocristianas que intentaron imponer al principio la ley y la circun-
Con razón puede decirse que la comunidad cristiana primitiva era una
comunidad doméstica. De hecho los creyentes se reunían en las casas, ClSlon. Otras veces las tensiones procedían de rivalidades entre dis-
alrededor de una mesa, como «hermanos» entre sí porque se reconocían tintos protagonismos personales, ya que algunos se sobrevaloraban
«hijos» del mismo Padre. La fraternidad era la clave fundamental de su excesivamente. Recordemos que incluso san Pablo fue criticado como
funcionamiento. Las reuniones domésticas primitivas abarcaban un nú- propagandista visionario (1 Cor 9,1). En Corinto, a causa de la elo-
mero de personas no superior a unos 50 ó 60, limitado por las dimensiones cuencia de Apolo, hubo un enfrentamiento entre sus seguidores y los
del local, las posibilidades de la comunicación verbal y la realización de de Pablo. ~n resumen, hubo tensiones entre ricos y pobres, judíos y
p~ganos, gnegos y bárbaros, esclavos y libres, fuertes y débiles, sabios
la «cena d~!Seí?:gr»o «fracción del pan»40.
e Ignorantes, hombres y mujeres42 •

3. Acoge a toda clase de convertidos, preferentemente pobres


d) Unidad y variedad de comunidades primitivas
El primer núcleo de la comunidad de Jerusalén estaba formado por
trabajadores galileos que, por residir en Jerusalén, eran jornaleros. 1. La comunidad de Jerusalén
Pronto se añadieron helenistas, con nivel económico más elevado,
Conforme a los Hechos, la comunidad de Jerusalén, idealizada por
38. W. A. Meeks, Los primeros cristianos urbanos, Salamanca 1988, 132. Lucas en sus tres sumarios (Hech 2,42-47; 4,32-35 Y 5,12-16) como
39. Cf. R. Aguirre, Del movimiento de Jesús a la Iglesia cristiana, Bilbao 1987, norma o modelo utópico de la Iglesia posterior, es la primera comu-.
65-91; W. Vogler, Die Bedeutung der Urchristlichen Hausgemeinden für die Ausbreitung
des Evangeliums: «Theologische Literaturzeitung» 107 (1982) 786-794.
40. Cf. M. Legido, Fraternidad en el mundo. Un estudio de eclesiología paulina, 41. Ibid., 152.
Salamanca 21986, 151-153. 42. Ibid., 153.
72 Teología Práctica 73
Historia

nidad cristiana de la Iglesia43 • Surge vinculada a la comunidad judía (Hech 11, 19), gracias al exilio de los helenistas desde Jerusalén45 •
y sus miembros acuden a orar al templo, aunque tienen reuniones No se dirigieron ya a la sinagoga sino que «se pusieron a hablarles
propias en las casas (Hech 2,46). El nuevo grupo podía parecer l;In también a los griegos, dándoles la buena noticia del Señor Jesús»
grupo especial judío; de ahí que se le llamase «secta de los nazareos» (Hech 11, 20) con gran éxito; los fundadores terminaron por romper
(Hech 24,5.14; 28,22). De hecho fue una comunidad tradicionalista, con el judaísmo y sus prácticas. En Antioquía los creyentes fueron
apegada al templo y a la ley, tanto de la circuncisión como de la llamados por primera vez cristianos; dejaron de ser la «secta de los
prescripción de alimentos. Por esto no fue fácil la admisión del pagano nazareos». Los veteranos eran judea-cristianos y los nuevos pagano-
Camelia. Se diferenciaban de los otros judíos de Jerusalén porque cristianos. Esta comunidad, típicamente misionera, se convirtió en
tenían conciencia de la posesión del nuevo Espíritu de Dios. Se entraba punto de partida evangelizador. Además de «apóstoles», había en ella
en esta comunidad a través del bautismo «en nombre de Jesús» y se «profetas y maestros» (Hech 13,1), es decir, evangelizadores y ca-
participaba en la comida fraternal total, en la que se pronunciaba el tequistas. Desde Jerusalén enviaron a Bemabé, helenista convertido
relato de la institución eucarística. Jesús era en esta comunidad el en Jerusalén, para conocer la nueva situacin de la comunidad antio-
Mesías y el Señor. Los «doce» tuvieron en esta comunidad un papel queña (Hech 11,13). Al darse cuenta de la importancia de lo que
destacado sin que pueda precisarse. Pedro tuvo un lugar sobresaliente, observó, dio un buen juicio. En lugar de regresar a Jerusalén fue a
así como Juan. Pero el responsable de la comunidad fue Santiago, Tarso en busca de Saulo, convertido en el año 36, y lo asoció a su
«hermano del Señor», sobrio, austero, con cierta estrechez de espíritu; trabajo durante un año (Hech 11 ,26). En Antioquía había un conjunto
fue ejecutado durante la persecución de Herodes Agripa (el 41-44 p. de pequeas comunidades familiares que en ocasiones se reunían juntos
C.). Estos tres apóstoles son llamados «columnas de la Iglesia» (Gál como comunidad local. Su fundamento comunitario era una fe sólida.
2,9). Probablemente pedro abandonó Jerusalén después del concilio En realidad eran cristianos más auténticos que los de Jerusalén. El
celebrado allí y Juan fue misionero en otra región, ya que las comu- centro religioso de la comunidad antioqueña no era la espera del Mesías
nidades que se vinculan con este apóstol no tienen nada que ver con sino la proclamación de Cristo crucificado y resucitado por Dios. El
la capital judía. En la comunidad de Jerusalén existía, por herencia culto resplandeció sin las influencias judías del templo y aumentaron
sinagogal, la institución de los «presbíteros» (Hech 11,30; las conversiones. Aunque no se implantó en ella la comunidad de
15,2.4.6.22-23), que influyó posteriormente en toda la Iglesia44 • Poco bienes, su caridad cristiana universal se mostró en la colecta que
antes de estallar la guerra judía emigró la comunidad de Jerusalén hicieron por los hermanos de Jerusalén, empobrecidos por la penuria
hacia el Jordán. económica en tiempos de Claudia, entre los años 41 y 54 (Hech 11,29-
30). La entrega de la colecta se hizo por medio de Bemabé y Saulo
(Hech 11, 27-30); coincidió con la persecución de la comunidad de
2. La comunidad de Antioquía Jerusalén por Herodes Agripa hacia los años 41-4446 •

Antioquía, capital de Siria y encrucijada entre Oriente y Occidente,


era la tercera ciudad del imperio, después de Roma y Alejandría. Había 3. La comunidad de Corinto
en Antioquía una importante colonia judía, en sus escuelas florecía la
cultura griega y en las capas populares se habían extendido los cultos Corinto, capital de la provincia romana de Acaya, era una gran
mistérÍCos orientales. Contrastaba el ambiente cosmopolita y abierto ciudad situada entre dos mares, con dos puertos, centro de comuni-
de esta ciudad con la mentalidad de Jerusalén, nacionalista y cerrada. caciones y de comercio y escenario de lujos y de vida depravada.
La comunidad de Antioquía, primera fuera de Palestina, surgió hacia Junto a una alta burguesía existía un proletariado ocupado en los
el año 37 «con motivo de la persecución provocada por lo de Esteban» trabajos del puerto, en los talleres artesanales, en el comercio y en el

45. Cf. M. de Burgos, La comunidad de Antioquía de Siria: aspectos históricos Y.


43. Cf. A. Rodríguez Carmona, La comunidad primitiva de Jerusalén, en: «Cua- papel profético en los orígenes del cristianismo, en «Cuadernos Bíblicos», Valencia 1981,
dernos Bíblicos», Valencia 1981, l7-42. 42-63.
44. Cf. R. Aguirre, La Iglesia del NT y preconstantiniana, Madrid 1983. 46. Cf. J. Roloff, Hechos de los Apóstoles, Madrid 1984, 239-245.
Historia 75
74 Teología Práctica

servicio doméstic047 • Se encontraba en esta ciudad el templo de Afro- gentiles (Hech 17,4). La nueva comunidad, formada por gente muy
dita, lugar de prostitución sagrada, famoso por su inmoralidad. De modesta (2 Cor 8,1-2), inicia sus reuniones en casa de Jasón (Hech
hecho pululaban toda clases de doctrinas filosóficas y religiosas. Al 15,5.7). Como consecuencia del éxito obtenido, los judíos de la colonia
llegar Pablo a Corinto desde Atenas en el año 50 ó 51, se refugió en montan en cólera contra los nuevos predicadores (Hech 17,5-9). Pablo
casa de ?os judeo-cristianos, Aquila y Priscila, en cuyo taller trabajó y Silas abandonaron por prudencia la ciudad (Hech 17,1-9). Puede
como tejedor de lona. Luego se dedicó de lleno a la evangelización, que estuvieran estos dos misioneros allí unos dos o tres meses. Pre-
que llevó a cabo durante año y medio. Intentó misionar los sábados cisamente para exhortar a los conversos de Tesalónica les envió Pablo
en la sinagoga, pero terminó por romper con los judíos y se dedicó a desde Atenas hacia el año 52 una carta, primer documento del NT.
la conversión de los paganos en las casas modestas. La comunidad
que se formó, de extracción social pobre, era dinámica y rica en
carismas (8 Cor 1,5; 12,8). Los corintios daban importancia a los 5. La comunidad de Roma
discursos inspirados y a la glosolalia; algunos pasaban por alto la
inmoralidad. En aquel barullo de ideas y opiniones fallaba la caridad. La fundación de la comunidad de Roma es desconocida49 • Es po-
Aparecieron grupos y banderías que amenazan la unidad: los segui- sible que se originase por afluencia de judíos cristianos llegados de
dores de Cefas (Pedro), los de Pablo y los de Apolo. En la cena del Palestina antes del año 50. A causa del enfrentamiento entre judíos
Señor se humillaba a los pobres. Pablo les escribió varias cartas desde cristianos y judíos increyentes, fueron expulsados de Roma todos ellos
Efeso, en la primavera del año 56, recordándoles la tradición recibida por Suetonio, con lo cual se debilitó la comunidad romana de judeo-
y llamándoles al orden. cristianos, aunque luego regresaron después de la muerte de Claudia
en el 54. La mayoría de los cristianos de Roma eran de origen pagano,
aunque también había cristianos procedentes del judaísmo. De hecho,
4. Las comunidades de Macedonia había en Roma una colonia judía numerosa, influyente y floreciente,
con varias sinagogas. Lo cierto es que Pablo, después de misionar en
La evangelización de Macedonia, hacia el año 50, fue decisiva Asia Menor y Grecia, escribe en casa de Gayo una carta a los cristianos
para la misión de Pablo con sus ayudantes Silas y Timoteo. La co- de Roma (Rom 16,23; 1 Cor 1,14-15) hacia el año 58, para presentarse
munidad de Filipas fue la primera en Macedonia. Filipos fue al prin- y advertirles de su paso por la capital, en su proyectado viaje misionero
cipio asentamiento de una colonia militar romana; en el momento de hacia España (Rom 15,24.28). Ciertamente estuvo en Roma hacia el
la evangelización era un centro comercial, con religiosidades variadas año 60 o 61 (Hech 28,14). No consta de la llegada de Pedro a Roma,
y complejas. La misión comenzó en un lugar público de oración y a pero la tradición antigua sitúa allí a los dos apóstoles, que recibieron
orillas de un río. Se reunían en casa de Lidia de Tiatira, comerciante el martirio. Los cristianos de Roma formaban pequeñas comunidades
en géneros de púrpura y proslita acomodada, convertida al cristianis- de estilo doméstico.
mo. La comunidad de Filipos fue la primera comunidad cristiana en
Europa. Fue pequeña y pobre, pero ejemplar por su capacidad de
acogida, ya que compartió las fatigas de Pablo. Por eso fue la co- 6. Las comunidades de Galacia
munidad favorita del apóstol, con la que mantuvo relaciones cordiales.
De Filipos pasó Pablo en su segundo viaje de misión, hacia el 50, a Galacia es una región del Asia Menor, cuyo nombre se debe a las
Tesalónica -la Salónica actual-, en donde fundó otra comunidad48 • invasiones célticas que partieron de las Galias. Las comunidades de
Gal~cia fueron fundadas por Pablo al viajar de Jerusalén y Antioquía
Precisamente en Tesalónica, capital de la provincia romana de Ma-
cedonia y gran ciudad comercial, surgió la misión paulina (Flp 4,15). hacIa el Ponto y permanecer enfermo en dicha ciudad. Las comuni-
El evangelio fue predicado por Pablo y Silas en la sinagoga de Te- dades de los gálatas estaban formadas por paganos de origen bárbaro,
salónica durante tres sábados con poco éxito. Lo tuvo más entre los campesinos al servicio del emperador, de los nobles o de los sacer-

47. Cf. M. Legido, Fraternidad en el mundo, o. c., 122-123. 49. Cf. J. de Goitia, La Iglesia de Roma, Bilbao 1988; K. H. Schelkle, Anunciar
48. Cf. J. A. Ubieta, La Iglesia de Tesalónica, Bilbao 1988; L. M. Dewai1ly, La el evangelio de Dios. Comentario a la carta a los Romanos, Salamanca 1966; K. Kertelge,
joven Iglesia de Tesalónica, Madrid 1971. Carta a los Romanos, Barcelona 1973.
76 Teología Práctica Historia 77

dotes. Eran gente pobre con un gran espíritu de acogida. Lo demos- zados, no exigiéndoles la circuncisión sino algunas prescripciones
traron con Pablo recién llegado, pobre, débil y enfermo. Ocurrió que sobre los alimentos y medidas disciplinares; los representó Pedro antes
después de la visita que hizo Pablo a los gálatas, llegaron judaizantes del concilio de Jerusalén. 3) Los paganocristianos judíos de proce-
como predicadores del único cristianismo auténtico, según los cuales dencia, pero con mentalidad helenística y actitud abierta, que critican
Jesucristo no abolió la ley. La salvación puede llegar a los romanos la ley y el templo. Fueron representados por «los siete» y en especial
con tal de que sean circuncidados. Esta predicación hizo vacilar a los por Esteban. 4) ~os pag~~ocristianos o ~e~tiles ~e ~xtracción, que no
gálatas, a los que Pablo les escribió una carta lleno de indignación. tenían ninguna vlllculacIOn con las tradIcIOnes judJas. La postura de
los creyentes «helenistas» escandalizó a los cristianos «hebreos»; la
tensión creció con la admisión de gentiles por Pedro y la incorporación
5. Los cristianos en la sociedad (servicio de transformación) de Pablo a la comunidad. El denominado «concilio de los apóstoles»
o de Jerusalén del año 50 hizo posible el tránsito hacia la apertura y
«El concepto de mundo -escribe R. Schnackenburg- es extre- el universalismo, al no obligar a los paganos convertidos a someterse
madamente polivalente en el NT, como se advierte en especial en el al rito de la circuncisión y a la observancia de la ley. Esta decisión
evangelio de Juan»50. Hay pasajes en los que se afirma la bondad del zanjó una tensión existente entre la tendencia judeo-cristiana, de tipo
mundo y otros en los que se resalta su maldad. No es igual el mundo conservador, y la pagano-cristiana, más abierta y progresista, que
creado por Dios que el mundo como sociedad injustamente estructu- finalmente se impuso. Pero las tensiones no eran meramente culturales
rada. Jesús y los cristianos chocan con el mundo de la mentira, el sino que procedían de la discriminación de ayuda económica que los
odio, la injusticia, la opresión y el egoísmo. De hecho, el evangelio cristianos «hebreos» hacían a los cristianos «helenistas».
no propone la destrucción del mundo ni su reforma concreta política, La expansión misionera se llevó a cabo gracias al círculo helení~tico
sino que ofrece una alternativa al mismo. Por otra parte, lo que hoy de la comunidad primitiva en tomo a Esteban, al tener que emIgrar
llamamos dimensión social de la vida humana la vivían los primeros de Jerusalén por su actitud crítica frente a la ley judía y al templo. La
cristianos en su propia comunidad. Pero existía una conciencia personal buena noticia llegó por Samaria y Siria hasta Antioquía (segunda sede
y comunitaria de la «filantropía», es decir, de la ayuda a toda clase cristiana después de Jerusalén) y desde aquí a toda el área oriental del
de personas necesitadas, incluso a los enemigos.
Mediterráneo.
La admirable acogida de la primera comunidad por parte del pueblo
(Hech 2,43; 2,47; 4,33; 5,13) contrasta con la actitud hostil de las
a) Primera inculturación de la fe
autoridades. Lucas señala como factores de expansión la calidad de
vida evangélica y el testimonio contagioso de unidad que daban los
La misión apostólica se dirigió en primer lugar a los judíos de
Jerusalén, pero dado el carácter cosmopolita de la ciudad, incluyó creyentes. De ahí que el evangelio se extendiese rápidamente. Dadas
también a judíos de habla griega (helenistas) y a paganos simpatizantes al mismo tiempo las dificultades en ciertos medios judíos, el cristia-
del judaísmo (prosélitos). Esto supuso la existencia de varios grupos nismo pasó al mundo pagano. En resumen, la primera dificultad de
en la Iglesia primitiva: 1) los judeocristianos rigurosos o legales, de la Iglesia primitiva se manifiesta en la inculturación de la fe en idiomas
lengua aramea o hebrea, oriundos principalmente de Palestina, cons- y cosmovisiones diferentes.
cientes de que Israel era el pueblo de Dios de los últimos tiempos, Un segundo problema sobreviene cuando desaparecen los primeros
fieles a ciertos aspectos del judaísmo: ritmos de oración judía, calen- testigos y se retrasa la parusía. Es necesario entender la misión .con;o
dario de fiestas, prescripciones sobre la comida y el ayuno, liturgia actividad de la Iglesia sin apresuramientos, con llamadas a la paCIenCIa
sinagogal y circuncisión. Los representó Santiago «el justo», según y atenciones a las herejías, en el interior de una normatividad que se
Hegesip051. 2) Los judeocristianos adaptados, oriundos principalmente traduce en la regla de fe, el canon de las Escrituras y el ejercicio de
de la diáspora, que suavizan las exigencias de la ley entre los bauti- una autoridad reguladora.
Un caso particular de dificultad pastoral surge con el gnosticismo
50. R. SChnackenburg, El mensaje moral del Nuevo Testamento, n. Los primeros (del griego gnosis, conocimiento), que pregona un camino de salvación
predicadores cristianos, Barcelona 1991, 322. reducido a la propia experiencia personal, como aceptación del co-
51. Cf. P. V. Dias - P. Th. Camelot, Eclesiología, o. c., 43. nocimiento de un mundo exterior y superior y desprecio del mundo
78 Teología Práctica Historia 79

real, inferior, negativo, hostil y desgraciado. De este modo se anula fue deportado a Patmos. Los cristianos fueron acusados de «odio al
la historia y se desprecia la materia. Al no valorarse el cuerpo, no se género humano», de «ateísmo» al rechazar los dioses oficiales y de
entiende la resurrección de la carne ni la encamación de Dios en Jesús. «vida absurda y repugnante» (Tácito). El hecho de que el fundador
Representan la gnosis Simón Mago, Basílides, Marción y los mani- hubiese sido crucificado por la autoridad romana hacía del cristianismo
queos, quienes la transmiten a través de círculos secretos y escuelas algo inadmisible. Las persecuciones empezaron propiamente con Ne-
filosóficas. Secuela del gnosticismo fue el docetismo (del griego do- rón, hacia el año 64. Alternaron las persecuciones con periodos de
kein, semejar o parecer), según el cual Jesús no se encarnó de verdad, tranquilidad. A principios del s. III dio Severo el primer decreto contra
ni tuvo un cuerpo semejante al nuestro sino que era «aparente». Es los cristianos. La paz llegó con Constantino en el s. IV.
decir, ni sufrió, ni murió, ni resucitó. Sencillamente bajó del mundo
celeste para liberar a los hombres de este mundo y de su materia. El
primer padre apostólico que se opuso vigorosamente al gnosticismo y c) La Iglesia primitiva y la realidad política
docetismo fue Ignacio de Antioquía. Más tarde, a finales del s. 11,
intervino Ireneo de Lyon. Los cristianos, al extenderse rápidamente por el imperio romano,
constituyen, según Arístides, un cuarto grupo añadido a los bárbaros,
griegos y judíos. Hacia el año 200, según deducciones derivadas de
b) Primeras persecuciones Orígenes, los cristianos podrían ser entre un 5 y un 12% de la población
del imperi0 52 • Dado el incremento que tuvieron, desplazaron pronto a
Fieles a Jesús, que «tenía que padecer» (Lc 24,25), también los las demás religiones. Frente a la persecución, Justino (entre 155 y
discípulos tenían que «padecer mucho para entrar en el reino de Dios» 165) aboga por una cierta resistencia, y Atenágoras (hacia el 177)
(Hech 14,22). Desde el comienzo fue perseguida la primera comunidad solicita asistencia y protección públicas, justificadas por la tolerancia
por parte de los sacerdotes del templo y de la aristocracia saducea, ya imperial y la inocencia de los cristianos, quienes tiene derecho a existir
que los creyentes atentaban contra el orden político-religioso y contra como los demás pueblos.
las bases económicas de sustentación del sistema. De una parte so- Es manifiesto el convencimiento de la superioridad moral que
brevienen las tensiones internas y de otra surgen las persecuciones tienen de sí mismos los cristianos, como se advierte en sus apologías.
externas. La primera persecución se inicia hacia el año 34 cuando los Con todo, a pesar de rechazar los cristianos el modo de vida pagano,
apóstoles son obligados a comparecer ante el sanedrín por el contenido especialmente la inmoralidad pública y el culto al emperador, se adap-
de su predicación (Hech 5,21-33). Por consejo de Gamaliel fueron tan a ciertas cosmovisiones culturales helenísticas. La actitud de la
dejados en libertad. La persecución arrecia hacia el año 34 ó 35 con Iglesia es en principio positiva frente a la autoridad política, facilitada
la lapidación de Esteban, perteneciente a los siete helenistas, líder de quizá por la extracción de los cristianos de las capas sociales modestas,
uno de los grupos de la comunidad de Jerusalén, perseguido por su habituadas a la obediencia. Poco a poco rompen los creyentes la actitud
actitud subversiva, ya que criticaba abiertamente la ley y el templo. de «ghetto» o de linaje especial y adoptan una relación positiva con
Hacia el año 43 Herodes Antipas dio muerte a Santiago,el hermano el mundo, como se puede observar hacia finales del s. 11.
de Juan, y encarceló a Pedro, que logró huir. El otro Santiago, «her-
mano del Señor», quedó al frente de la comunidad, pero en el año 62
fue también lapidado. Por no sumarse los cristianos a la lucha de los
judíos contra los romanos de los años 66-70 fueron perseguidos. En
otras comunidades de ámbito helenístico y pagano también se susci-
taron persecuciones en la medida que los cristianos alteraban el orden
establecido, fundaban asociaciones ilícitas o se negaban a tributar culto
al emperador. Especialmente dura fue la persecución bajo Claudio en
la comunidad de Roma. El conflicto explotó cuando el cristianismo
fue visto como enemigo de la ideología imperial. Recordemos las
persecuciones de Domiciano hacia los años 81-96, tiempo en que Juan 52. ¡bid., o. c., 115.
80 Teología Práctica

BIBLIOGRAFIA 3
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al NT, Salamanca 1988; M. Legido, Fraternidad en el mundo. Un estudio de
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experiencia espmtual e Interpretación teológica, en R. Fabris (ed.), Problemas
y perspecti~as de las ciencias bíblicas, Salamanca 1983; E. Schüssler Fiorenza,
En memoria de ella. Una reconstrucción teológico-feminista de los orígenes
del cristianismo, Bilbao 1989; R. Schnackenburg, La Iglesia en el NT, Madrid
~965;. H. J. Schoeps, El judeo-cristianismo. Formación de grupos y luchas
intestinas en la cristiandad primitiva, AIcoy 1970; E. Schweizer - A. Díez
Al analizar las diversas imágenes y concepciones que la Iglesia ha
Macho, La Iglesia primitiva, medio ambiente, organización y culto, Salamanca tenido a lo largo de la historia, determinantes en su acción pastoral,
1974; G. Theissen, Sociología del movimiento de Jesús. El nacimiento del se comprueba que no siempre han sido idénticas o incluso coherentes
c:"is~ianismo. p:~mitivo, Santander 1979; id., Estudios de sociología del cris- con la totalidad de su misterio. En el occidente cristiano, por ejemplo,
tianismo primItIVO, Salamanca 1985; Ph. Vielhauer, Historia de la literatura se pasó de una Iglesia vivida como misterio y comunión en la anti-
cristiana primitiva, Salamanca 1991. güedad cristiana, a una Iglesia como imperio en los siglos IV y V,
institución sociológica y norma jurídica en la Edad Media, poder en
el Renacimiento, lucha en la Contrarreforma, triunfo en el Barroco,
sociedad en el tiempo de la Ilustración, institución jerárquica de sal-
vación en el Vaticano I y guía y maestra en el siglo XX hasta el
Vaticano 11. Nuevamente con el último concilio la Iglesia vuelve a ser
misterio, sacramento, comunión y comunidad'. Veamos las diferentes
concepciones de la Iglesia y de sus acciones pastorales a lo largo de
la historia.

1. Epoca primera: la acción pastoral de la Iglesia


en el imperio romano (s. l/-l/I)

a) Concepción de la Iglesia

A la luz del NT, la Iglesia se edifica en el mundo mediante el


Espíritu de Dios y el ejercicio de los diferentes servicios y carismas
de la comunidad de fieles. Como pueblo de Dios, la Iglesia es la
congregación de creyentes en Jesús resucitado que recibe la misión

1. Cf. H. Fries, Cambios en la imagen de la Iglesia y desarrollo histórico-dogmático,


en MS, IV/l, 231-296.
82 Teología Práctica Historia 83

del Espíritu del Dios de Jesús en orden a la evangelización, para la en el mundo del pueblo de Dios; dotada de cierta autonomía, vive en
conversión de judíos y gentiles. Al mismo tiempo que la comunidad comunión con las otras Iglesias, percibiendo y expresando así la rea-
cristiana se visibiliza en las Iglesias locales o particulares, es también lidad de la Iglesia universal que en ella se actualiza. La eclesiología
Iglesia universal, heredera del pueblo de Dios en el AT. Formada por de la antigüedad cristiana, basada en el concepto de la Iglesia como
los «llamados», «santos», «discípulos» y «hermanos», o simplemente misterio y comunión, es eclesiología comunitaria. Por todo esto, la
por los «cristianos», es el pueblo de Dios escatológico. En la Iglesia Iglesia local es el dato inmediato de la experiencia pastoral durante
de los tres primeros siglos no hay una concepción individualista sino los tres primeros siglos. Por otra parte, desde finales del s. Il, los
comunitaria de la realización de la vida cristiana. Los cristianos son cristianos tienen conciencia clara de la universalidad de la Iglesia, por
unos para otros, en cuanto portadores de Dios o de Cristo, compañeros su propia constitución y por extenderse hasta los extremos del orbe
de camino. Respecto de la actividad pastoral en un sentido amplio, entonces conocido.
tiene una gran influencia en los tres primeros siglos la concepción de
la Ecclesia Mater como mediadora de salvación, fundamental en el
desarrollo práctico de la vida cristiana, siendo ésta una función distinta b) Acciones pastorales
de la profética o litúrgica. Para Hipólito, la santidad se realiza en
común. La solicitud pastoral, que es comunitaria, es la realización de En la Iglesia primitiva, la proclamación de la fe en Jesús, el tes-
la fe y de la gracia bautismal en el seno de todo el pueblo cristiano. timonio de vida y la enseñanza de la palabra de Dios están en primer
La eclesiología de los Padres griegos y latinos centra su atención en plano. Lo decisivo es, en realidad, la llamada que suscita la Iglesia y
la unidad del género humano y de la Iglesia con Cristo y en el tema la exhortación que la mantiene en su vocación moral de santidad. El
paulino de la recapitulación de todo en éF. anuncio es la primera tarea de la comunidad, que culmina, después
Bajo la imagen de una virgen, la Iglesia aparece como guardiana de la fe y de la conversión, en el bautismo y en la eucaristía. Por esta
y protectora de la fe, siendo Cristo fuente de sus posibilidades y razón podemos afirmar que la edad postapostólica está penetrada pro-
deberes. El Señor engendra en su esposa, por la palabra y la acción fundamente por el valor santificador de la palabra y de la predicación.
sacramental, la vida eterna de Dios. «La Iglesia -afirma K. Dela- De ahí que la actividad pastoral de la Iglesia se centre en el anuncio
haye- recibe la visita de Cristo por la acogida de su palabra; pero del misterio de Cristo y en su celebración cultual. La predicación y
esa recepción sólo es garantizada y sellada por el bautismo, sobre el el culto sacramental, junto a las actividades complementarias de la
que se funda toda la vida sacramental»3. Convertida en madre fecunda, catequesis y reflexión teológica, polarizan el dinamismo de la co-
la Iglesia ejerce su acción pastoral como mediadora de verdad y de munidad cristiana.
vida. De este modo se conciben las acciones pastorales de la procla- La predicación misionera y la homilía litúrgica nacen con los após-
mación de la fe, la celebración sacramental y la solicitud por el rebaño, toles y discípulos, quienes reconocen al Señor como único profeta y
con la garantía de la paternidad divina, la maternidad eclesial y la maestro. «Junto a la institución apostólica -afirma J. Colson- apa-
cooperación de todo el pueblo creyente. De ahí la correspondencia, rece, ligada a ella y bajo su control, el suceso profético, ligado, dirigido
en el pensamiento patrístico primitivo, entre el ministerio de los res- y controlado por la institución apostólica, que tiene por misión con-
ponsables y la comunidad de los fieles. vencer y convertir al infiel y edificar la comunidad»4.
Todo esto revela que para la antigüedad cristiana la comunidad La predicación y catequesis primitivas, entrañablemente unidas,
local aparece realmente como una comunidad viviente y no como una son distintas según se trate de judíos o paganos convertidos. En el
estructura jurídica; presidida por el obispo y su presbiterio, la Iglesia caso de los judíos sigue pronto el bautismo. A los paganos hay que
local, por su dinamismo y vida cultual, sobre todo eucarística, repre- mostrarles la verdad del único Dios y la falsedad de sus dioses. Desde
senta la realización concreta de la fraternidad cristiana y la presencia finales del s. II aparece la instrucción en común, que posteriormente
daría origen al catecumenado. Los cristianos forman sus escuelas de
2. Y. Congar, De la communion des Églises a une ecclésiologie universelle en catequistas. La primera fue la de Alejandría a finales del s. n. Luego
L'Épiscopat et l'Église universelle, Paris, 1962, 228 ss. '
.3. K. Delahaye, Erneuerung der Seelsorgsformen aus der Sicht der frühen Patristik,
nacen otras en Antioquía, Cesarea, Edesa, Jerusalén, Roma y Cartago .
Frelburg 1958, 189; cf. en francés «Ecclesia Mate/'» chez les Púes des tro;s prem;ers
sieeles, Paris 1964. 4. J. Colson, Les fonct;ons ecclésiales aux deux premiers sieeles, Paris 1956, 358.
84
Teología Práctica
Historia 85

A pes~r de ~as. primit!~as influencias de los retóricos paganos, el ciones, a veces sangrientas? Durante los periodos de paz los cristianos
l~nguaJe es bIbhco. UtIhzan el sensus typicus respecto de Cristo yal evangelizan, hacen crecer las comunidades y desarrollan la teología y
fmal de la homilía hacen una doxología. '
el culto. A finales del s. I1I, la Iglesia es la fuerza espiritual más
El bautis~o se fi~a durante el s. n en la fiesta de la pascua, previa importante en el imperio romano.
u~a preparaCI?n b.autIsmal b~sada en la primitiva catequesis de las dos El centro de la Iglesia de los tres primeros siglos radica en la
vIas: De ord.marIO,. el bautIsmo primitivo, celebrado en los ríos se asamblea eucarística dominical, fruto de una conciencia profunda de
practIca por mmersIón (Didajé 7), con el significado teológico' de Iglesias. Los cristianos -afirma la Didajé (14,1)- deben reunirse
c?n.s:pultur~ ~ ~onresurrección en el nombre de Cristo. Según la Tra- para «partir el pan y dar gracias». Esto lo hacen en el día del Señor
dzclOn de ~lIpohto (c.omienzos del s. III), los adultos convertidos que de un modo festivo, ya que celebran la resurrección de Cristo. Durante
desean r~cIbIr ~l bautIsmo son recomendados por un padrino (sponsor)' los tres primeros siglos, la palabraecclesia equivale a asamblea li-
los candIdatos mgresan en el catecumenado después de un examen d~ túrgica o a los que tienen derecho a participar en la misma. La liturgia
su co?ducta. moral y permanecen en dicha institución unos tres años que celebra la comunidad cristiana primitiva recibe, como es natural,
Al mIsmo tIempo que un catequista les enseña la Escritura se com~ influencias de los ritos judíos y de los misterios paganos. Herencias
proJ?eten a llevar .una vida cristiana moral. En una fase ~osterior, hebreas son la liturgia de la palabra (lectura y homilía), la acción de
estnctament~ eclesIa!, los ~andidatos, transformados en electi o com- gracias (núcleo de las anáforas actuales), el oficio de la mañana y de
pet~~tes, reCIben la mmedIata preparación al bautismo y a la partici- la tarde con sus salmos correspondientes, el sanctus, amen, aleluya y
pacIOn en la asamblea eucarística6 • maranatha. Los misterios paganos tienen probablemente una influen-
En resumen, .e~ ~asgo pastoral más sobresaliente del s. In es el cia menor9 • El cristianismo añade abundantes elementos originales a
catec~,menad?, ~I~IdIdo en dos estadios: uno primero, largo, de ins- estas dos fuentes, y, sobre todo, una nueva significación, ya que la
~ruccI~n y eJercI~IO de vida cristiana; otro segundo de preparación liturgia cristiana es el culto de la nueva alianza, actualizada en el
mmedIata. ~l b.a,utIsmo. También adquiere en el s. III gran importancia misterio pascual.
la reconcIhacIOn, concebida. peni~encialmente de modo paralelo al Por ser la asamblea comunidad de «forasteros» (Heb 11, 13-16),
cat~cum~nado. J:Iay f~~rtes dIscusIOnes a propósito de las exigencias se denomina la comunidad cristiana parroquia, centro de toda la ac-
pemten~Iales, reIteraCIOn sacramental de la reconciliación y capacidad tividad pastoral. En el s. III hay comunidades-parroquias en las grandes
de perdon por p~rte de la Iglesia para ciertos pecados. ciudades e incluso en las zonas rurales, pero dependientes siempre del
. Los mas radIcales, como Tertuliano, Hipólito e incluso Orígenes obispo de la ciudad.
opI.n.an que los cristi~nos deben rechazar el servicio militar, la acep~
taCIO? de cargos púbhcos y el ejercicio de algunas profesiones paganas
re1a~I~~adas con los ~ircos. Si bien no se plantea explícitamente la c) Agentes del ministerio
abohcIOn de la e.sclavItud, el cristianismo transforma la condición de
los esclavos bautIzados por medio de una caridad efectiva, desconocida Los creyentes se distinguen de los no cristianos por la fe que los
entr~ !os paganos: La mayor parte de los creyentes pertenecen a los incorpora a Cristo a través del gesto bautismal y de la participación
humzllOres, es d~c~r, al pueblo sencillo. Precisamente, por su condición en la mesa fraternal y eucarística. Todos son discípulos del Señor y
mo?esta, los cnstIanos. son criticados por sabios y políticos paganos hermanos entre sí. Sus responsables, llamados al principio -en la
de Ignorantes: malos cIUdadanos, que aceptan el incesto y practican iglesia misionera de Antioquía- apóstoles, profetas y doctores, ter-
la antr~pofagIa y.en el fondo son ateos. Para salir al paso de estas minan por ser epíscopos, presbíteros y diáconos, verdaderos organi-
cal.u~mas se es~n.ben las apologías . .Junto a largos periodos de paz zadores de comunidades, cuya unidad se logra por medio del colegio
rehgIOsa, los cnstIanos de los tres pnmeros siglos conocen persecu- presbiteral, siendo su cabeza un epíscopo o delegado apostólico con

7. Cf. G. Ricciotti, La era de los mártires, Barcelona 21961; E. Schumacher, El


5 .. Cf. A. Turck •. Évangelisation et catéchese aux deux premiers si¿eles Par" 1962'
M. Du]aner, La parrm?age des adultes aux trois premiers sieeles de I'Église, P~s ;~62 ' vigor de la Iglesia primitiva, Barcelona 1957.
6. Cf. C. Flonstan, Para comprender el catecumenado, Estella 1989 es . l . 8. Cf. H. Chiiat, L'assemblée chretienne a l'age apostolique, Paris 1949.
cap. 6. ' peCla mente 9. Cf. Th. Klauser, Gesammelte Arbeiten, Münster 1974; id., Breve historia de la
liturgia occidental, Barcelona 1968.
87
86 Teología Práctica Historia

'cter colegial del


misión itinerante. Pero al principio ni el apóstol ni los componentes encionados, signo por otra par t e del cara
del colegio presbiteral son llamados sacerdotes; ciertamente, forman m 12

con todos los bautizados un pueblo sacerdotal, un sacerdocio santo. Presbiterado . . ., I 1 . ue


En todo caso, los diversos ministerios de la pnmlt1va ,g eSIa q
Los responsables son ministros del conjunto cristo-eclesial, cuya fun- 'an roliferado en un primer momento. sufren. -segun J. ~1US
ción es una diaconía que engloba todos los servicios. Cristo mismo hab! s~ «un proceso de progresiva imitacIón, ~~mero, de las .ms-
«dio a unos como apóstoles, a otros como profetas, a otros como ~::Cfones judías en lo que concierne a la organizaclon. de la comu?Idad
evangelistas, a otros como pastores y maestros, con el fin de equiparar 1 sus variadas funciones Y celebraciones, para termmar, despu.e,s, ~
a los consagrados para la tarea del servicio, para construir el cuerpo en férrea or anización a base de estereotipos, en q~e la funclOn I3a
de Cristo» (Ef 4, 11-12). ~~~o paso yaga la titula;idad y la celebración al ritualIsmo cultual>:, .
En este contexto era lógico que se acentuase, en cuanto a las Precisamente por entenderse la eucaristí.a.en el s. III desde l~dn~c\on
relaciones entre jerarquía y fieles, más lo que unía que lo que separaba, d culto más que desde el dinamismo m1Slonero de la comum a , os
en razón de las funciones ministeriales. Durante esta época el laicado l~cOS terminan por ser pueblo de los sacerdotes en lugar de pueblo
se corresponsabiliza intensamente de la vida eclesial, ya que las ce- enteramente sacerdotal 14.
lebraciones son participadas por todo el pueblo de los bautizados. Por
ejemplo, Clemente de Alejandría y Orígenes autorizaban a los caris-
máticos a oir confesiones, práctica que estará en vigor hasta bien 2. Epoca patrística: acción pastoral de la Iglesia
entrada la Edad Media; los laicos guardan y administran la eucaristía; en el imperio cristiano (s. IV-VII)
hasta el s. JII son ellos los que ejercen normalmente el ministerio de
la educación de la fe, participan en las asambleas de la comunidad, a) Concepción de la Iglesia
en las elecciones de los presbíteros y obispos y en la administración A artir del s. IV la Iglesia adquiere una m~e:,a fisonomía ~astoral
de los bienes eclesiásticos; en muchas diócesis existe para este fin un al de'~r de ser el cristianismo religión prohI~~da y convertIrse en
consejo de laicos, denominado seniores laici lO • Recordemos que junto reli i~n oficial o de Estado, previa la converslOn. del sober~~o, por
al grupo de «viudas» y de «vírgenes», destacan en el s. JII en Siria me8io de lo que tradicionalmente se llama el «edIcto de MIlan» ~~l
las «diaconisas», que reciben la imposición de manos, con un minis- año 313. En un par de décadas se pasa en la Iglesia de ~a persecuClOn
terio semejante al de los diáconos. violenta de Diocleciano (284-305) a la paz de ~onstantmo (30?-338!.
En realidad, el término laico, aunque fue usado una vez por Cle- H . 1 año 300 el cristianismo está establecIdo por todo el Impeno
mente (1 Clem 40,5) en relación al AT, es empleado escasamente en ro~~~~ incluso en sus provincias más alejadas, como es el c~so. de
el s. JI. En este tiempo la distinción no se hace dentro de la Iglesia, In late~a y España. Por otra parte, no es ya la fe asunto exc USIVO
como ocurrirá más tarde, sino entre la Iglesia y el mundo, entre cre- g
-como cn't'IC ab a Celso hacia el año 180- de cardadores de. lana,
yentes y no creyentes. Por otra parte, la misión es de todos. A partir zapateros y lavanderos, es decir, de .esclavos y. ~e pobres; a c~:a~~~~~
del s. JII, cuando ya se ha impuesto la tríada de obispos, presbíteros del s IV hay cristianos entre magIstrados, fIlosofos y gob .' 1
y diáconos, comienza a usarse el sustantivo laico. Se hace cada vez de pr~vincia. Pero al cesar la persecu~ión disminu~~n el m~~r.t0 y el
más patente la distinción entre «clérigos» y «laicos», de modo se- testimonio; se dan conversiones maSIvas y se debIlIt~ la I?IsIfn ~te.
mejante a la que existía en el judaísmo o en la sociedad civil entre catecumenado; se erigen nuevos templos y cobra pnma~Ia e cu o,
dirigentes y masa no cualificada o pueblo sencillo. El laico terminará crece la libertad de los cristianos y aparecen nuevos confhctos con. l~s
por ser el «illiteratus» o «idiota», secular o plebeyo, que pertenece al autoridades; retrocede la participación del pue?lo y ~obra p~edo.~m~o
pueblo, ya se entienda en oposición al clero o en cercanía del mismo 11 • el cuerpo sacerdotal. En definitiva, el Estado mtervlene en a VI a e
En cambio, kleros (en latín ordo) es la «porción del Señor» o el grupo . H b de la comunidad. Apuntes sobre el ministerio
dedicado a «las cosas del Señor», formado por la tríada de los ministros 12. J. 1. Gonzalez Faus, om res
eclesial, Santander 1989, 109. .' .• de los ministerios en el área siro-helenística: de
13. J. Rius Camps, DlVersifk~ClOn T as en Teología Y magisterio, Salamanca
10. Cf. Y. Congar, Jalones para una teología dellaicado, Barcelona 1962. Ignacio de Antioquía a las constlfUClOneS aposto IC ,
11. Cf. A. Faivre, Naissance d'une hiérarchie, Paris 1977; id., Les larcs aux origines
1987, !lO. , . r P' 1984 94
de I'Église, Paris 1984. 14. A. Faivre, Les lares aux origines de 1 Eg lse, ans "
88
Teología Práctica Historia 89

la Iglesia y la Iglesia se convierte en soporte ideológico del Estado. reuniones principales o escrutinios, los catecúmenos reciben instruc-
~u~que se habla de una «Iglesia constantiniana», en realidad el cris- ciones adecuadas. Pero poco a poco desciende el número de adultos
tIalllsmo se c?nvirt;ió en religión de estado con Teodosio en el año para el bautismo y crece el. d.e. infantes, aunque todavía ,se conservan
380 ..Constantm? dio en el 313 libertad de conciencia y permiso para las fechas clásicas de las VIgIlIas de pascua y pentecostes.
practIcar cualqUIer cuIto.
Mientras dura la época patrística, el cristianismo tiene un sello
La concepció.n eclesial .p~trística ~rranca del Pastor de Hermas, misionero por el cuidado que ponen los obispos en l~ ~rocl~~a~ión
que exp?ne la vIda al serVICIO de DIOS; se inspira en la admirable de la fe y el mantenimiento del catecumenado. La ~rac~Ica .I~turgI~a,
catequesI~ d~ la Didajé ~ .sigue las s~b~~s compilaciones litúrgicas de según nos muestra ya Hipólito, ha pasad~de una .I?SpI:~cIOn ~~IS­
las Constltuc~one~ apo~t~[¡cas y TradlclOn de Hipólito. Son ejemplares mática y de una gran variedad local a una CIerta codIfIcacIOn canon~~a
las Catequesls_mlstagoglCaS de Cirilo de Jerusalén tenidas en la cua- y uniformidad crecie~te. En el s. III la .mayor parted.e la pobl~cIOn
resma de los .anos 348 o 350; el De sacramentis et de fide de Teodoro romana aún habla gnego; pero ya comIenza en ese tIempo a. mtro-
de Mops~estIa e~tre los añ?s 388 y 392; el De catequizandis rudibus ducirse el latín, lengua definitivamente usada en el culto occIde~t,al
de A~ust~? de HIpona escnto hacia el año 400; el De sacramentis et desde el 380, tiempos del papa Dámaso. Contrari~me?t~ a la O!aCI~n
de mlste~lls de Ambr?sio de Milán a finales del s. IV; el Liber regulae posterior, individualista y subjeti~a,. a?stracta y pSIcologIca, la .1IturgIa
pastora[¡s de Gregono Magno en el s. VI y el De cognitione baptismi antigua tiene el sentido de la obJetIvIdad, muestra una especI~1 pre-
de Ildefonso de Toledo en el s. VII.
dilección por lo concreto y se expresa de un modo contemplatIvo.
La Iglesia es la mediadora de la salvación. La imagen de la solicitud En este tiempo patrístico, la palabra y la vida sacramental ~o son
pastoral es la madre o esposa que cuida de los hijos a los que ha
mera protección de la vida ética, como ocurre más tar.de, .SI~O su
engendrado c?n su palabra y ~acramento. Contribuyen poderosamente
verdadero fundamento. Para los Padres, ser santo es segUIr o urutar a
a ~s~e'pensamIento la gen~racIón.pa.trística de finales del s. 111: Ireneo,
HIpohto de ROI?a, Te~~hano, CIpnano, Clemente de Alejandría, Orí-
Cristo desde la palabra y la gracia sacramental; no es un ejercicio
ascético sino un quehacer profético y litúrgico. .
~enes y Meto~I~ de ~I!IPO: ~n la organización pastoral de la Iglesia
mfluye ~a ~dmIlllst~~CI?n clVll del imperio. Así surgen las diócesis y
La vitalidad pastoral de la Iglesia española es intensa en los sIglos
las provmcIas eclesIastIcas. Las parroquias nacen por necesidades ru- VI y VII debido a la situación d.e} reino visigod?; Son muchos los
obispos insignes por su preparacIOn y preocupacIOn p'a~toral, como
rales. En los s'. IV y V se crean en España y Francia parochiae con
sacerdotes PropIOS. Paciano de Barcelona Martín de Braga, Mazona de Menda, Leandro
e Isidoro de Sevilla, B~au1io de Zaragoza, Ildefonso y Julián de Tole??
Destacan en este tiempo las escuelas presacerdotales para la f?rmaCIOn
b) Acciones pastorales de clérigos, el gobierno interno de las ~i?cesis, las parr~qUIas como
filiales de la Iglesia episcopal y los concIlIOs generales: SI? emb~~?,
faIta en este tiempo espíritu misionero, hay una exceSIva mtromIsIOn
En los siglos IV y V. se convierten al cristianismo grandes masas
de paganos. Por este motIvo el acento de los escritos patrísticos recae de los poderes públicos en los asuntos eclesia~es, se .red~c~ a unos
sobre la fe. No ~ol.amente los Padres combaten las herejías, como lo
días el periodo catecumenal y decae el contellldo kengmatIco de la
hacen .I;en~o, ~Ipnano y Agustín, sino que exponen la doctrina de la
predicación 15.
salvacIOn SIgUIendo la narración bíblica. Como resumen de la fe de
est~ ép~~a tenemos los grandes símbolos, que mantienen la tradición
kengmatIca de la época apostólica. Tanto en Oriente como en Occi- c) Agentes del ministerio
dente hay excelentes predicadores, cuyas homilías se basan en la buena
nueva. Los Padres, que son al mismo tiempo responsable~?e la co~~nidad
El ~:tecumenado, ,reducido a la cuares~a, conoce una segunda y comentadores de la Escritura, tienen l~ preocupacIOn de edIfIcar el
e~pansIOn pero con smtomas de decadenCIa. La inscripción al co- pueblo de Dios con un concepto de IgleSIa que pretende mantener un
mIenzo ~~ la,c~aresma significa la entrada en el catecumenado como
15. Cf. J. Femández Alonso, La cura pastoral en la España romano-visigótica,
preparacIOn ultIma e inmediata. Durante este periodo, marcado por Roma 1955.
90
Teología Práctica
Historia 91

admirable equilibrio entre la jerarquía y los fieles, la catolicidad uni-


versal y la asamblea local, el poder del obispo de Roma y la asamblea política. En cuanto.ta~ implica,el. sacerdot~um y el imperium como d?s
de obispos, el valor objetivo sacramental y la importancia de la fe oderes rectores, SI bIen la maXIma autondad sobre el populus chns-
como conversión, el misterio cristiano y el poder secular. f¡anus la detenta el romano pontífice, a quien se some.ten dIrectamente
Sin embargo decae poco a poco el ministerio profético y la liturgia o «ratione peccati», según las teorías, todas las cuestIOnes temporales
queda anclada desde el s. VII en el latín, lengua que el pueblo ya no o incluso el mismo poder temporal 17 • • • •

entiende; las insignias y gestos imperiales son apropiadas por los obis- La lucha por la libertas ecclesiae ocupa caSI todo el pontIfIcado
pos y el papa, y las relaciones entre el clero y ellos laicos pierden su de Gregario VII (1.073-1085) .. «E:lyapado -afi~a ~. Co~gar- tuvo
carácter religioso y adquieren un sello jurídico. Pero todavía se man- éxito en sus tentatIvas y consIguIO una de s~s vIctonas mas transcen-
dentales. Por una parte, significó para la socIedad terrena, de un ~o?o
tienen algunas formas pastorales del laicado muy activas, como el
paradójico, el comienzo de su secularización y de su aut?nOmI~ JU-
catecumenado familiar y la predicación y confesión hechas por segla-
res. rídica. Por otra parte, la Iglesia volvió a recuperar s~. smg~!andad
como comunidad original, autónoma y plenamente es~~ntual» . Pero
El ministerio - según J. 1. González Faus - se estructura a partir
se llega a un excesivo juridicismo y a una concepcIOn del papado
del s. IV como «separación», «carrera» y «control» por un afán lógico
demasiado preocupado por el poder y la autoridad «super omnes gentes
de santidad, experiencia y supresión de abusos 16. Se dibuja la jerarquía
(hier-archia) como «poder sagrado» y aparece el laicado como «poder et regna». .
no sagrado» o profano; el ministerio es «estado» más que función. Con todo, no es fácil tipificar en esta éP?c~ flo.recIente l.as te~­
dencias eclesiológicas l9 • Al menos hay que. dI~tmgUlr.l~ ~clesIOlogIa
escolástica de la eclesiología curialesca, SI bIen es dIfICIl encuadrar
3. Epoca medieval: la acción pastoral de la Iglesia a los autores en una u otra línea. El hecho es que, a pesar ,de la
en la cristiandad (s. VIII-XV) fidelidad de ciertos teólogos y místicos, como Hugo de San VIctor,
Pedro Lombardo, Tomás de Aquino, Buenaventura y Bernar?o, a
una visión cristocéntrica, sacramental y espiritual de la. ~glesIa, lo
a) Concepción de la Iglesia que más incide en la conciencia eclesial de esta generacIOn son los
aspectos societarios y jurídicos de la I~lesia20. Predomina en e~te
La transición de la época patrística a la Edad Media se manifiesta tiempo una eclesiología de la congr~gatlO y ?e l~ po.t;stas, .es ?e~Ir,
pastoralmente por las implicaciones estatales que tiene la Iglesia du- se acentúa la concepción de la IglesIa como mstItucIOn socIOlogIca,
rante este tiempo, como se ve en el periodo que va de Isidoro de en el doble sentido de sociedad y de factor estructurante de la
Sevilla y Beda hasta la reforma del s. XI. En los nueve siglos que sociedad política21 . Recordemos que ~n los co~ienzos de la Edad
van del final del imperio romano hasta la aparición de los estados Media -invasiones, caída del impeno en Occ~~ente, tr.~ns~orma­
nacionales europeos, los pueblos nórdicos invaden el sur de Europa, ción de la cultura y de las instituciones, creaCIOn ecl~SIaStICa del
cuya población es cristianizada, al mismo tiempo que se extiende Sacrum Imperium-, es lógica la atención a la dimenSIón huma?~­
rápidamente el islamismo. Especial influjo tuvo Gregario Magno (590- visible de la Iglesia y a su misión h~s~órico-tem~o.ral, como CIVI-
604) mediante una reforma litúrgica importante con orientación pas~ lizadora y guardiana de los valores espmtuales, pohtIco~ y culturales
toral. .Con todo, la situación del pueblo en el s. IX era deplorable: no de la cristiandad. Se consideran enemigos de la fe hacIa afuera los
se entIende ya el latín, se desvía el sentido del culto, se individualiza musulmanes y hacia adentro los herejes; de ahí la importancia que
la penitencia, todos los bautismos son de infantes y la misa se hace cobran las cruzadas y la inquisición.
privada.
. Limitada la Iglesia al mundo occidental después de la ruptura entre 17. Cf. J. Rupp, L'idée de chrétienté dans la pensée pontificale des origines a
Onente y Roma (1054), el concepto de cristiandad tiene un matiz Innocent IlI, Paris 1939; F. Kempf, Papstum und Kaisertum bei Inocenz lII, Roma 1954.
claramente estatal o imperial. La christianitas, al menos hasta el s. 18. Y. Congar, Iglesia. lI. Historia de los dogmas, ~n .CFr, ~~L
19. Cf. H. de Lubac, Corpus Mysticum. L'Euchanstle et I Eg[¡se au Moyen Age,
XII, es entendida y vivida a la vez como realidad eclesiológica y
Paris 21949. . I l' I '
20. Cf. M. Useros, «Statuta Ecclesiae» y «Sacramenta EccleslOe» en a ec eslO oglO
16. J. r. González Faus, Hombres de la comunidad, o. c., 113. de Santo Tomás, Roma 1962. .
21. St. Jaki, Les tendences nouvelles de l'écclesiologle, Roma 1957, 192 ss.
92 Teología Práctica Historia 93

~n la perspectiva doctrinal, la realidad de la Iglesia, íntimamente príncipes cristianos. !--a Iglesia es soci~~ad cristia~a sometida a la
a~ocIada.al h~cho de la cristiandad, es entendida desde el punto de autoridad del papa. Solo el romano pontIfIce es conSIderado fuente de
vIsta socIetano como congregatio fidelium. Para muchos tratadistas toda determinación de la vida del pueblo cristiano.
de la época, el tema paulino de Corpus Christi no sugiere tanto la
realidad misteriosa de la Iglesia cuanto su dimensión sociológica
bajo el nombre de cristiandad, cuyos dos costados son el papa y el b) Acciones pastorales
emperador. La Iglesia como institución polariza la totalidad del
uni~~rso y de la c?~unidad humana, el orden temporal y el orden Pastoralmente hay que destacar en primer lugar la profunda in-
espIrItual de la cnstIandad. El Occidente es en realidad sociedad serción de la Iglesia en la comunidad humana de este tiempo. Con la
sacral cristiana. autoridad de sus pontífices y obispos, sus instituciones docentes, el
A medida que avanza la Edad Media se consolida la convicción ímpetu de las órdenes mendicantes y el apoyo de los príncip~s .~ris­
de que la misión de la Iglesia-institución es ordenar el mundo según tianos, la Iglesia-institución es promotora y sustentadora de cIvIlIza-
las leyes de Cristo; de ahí que la imagen patrística de Mater Ecclesia ción cristiana occidental. Ahora bien, más que cristianizar la sociedad
se susti~uya por la más imperial de Ecclesia regina, que pone de relieve se logra una intensa sacralización de la misma, en el sentido de que
la conCIencia de soberanía y dominio sobre la humanidad, lejos de la el mundo queda absorvido por la Iglesia, que, en el nombre y poder
persp~ctiva del misterio cristiano 22 • A pesar de la polémica de las recibido de Dios, es última instancia. El mundo no existe fuera de la
lllvestIduras, que representa el comienzo de la desacralización de la Iglesia sino en la Iglesia y según la Iglesia. . .
comunidad polític~ y del orden temporal, Gregorio VII reivindica para La predicación en este tiempo opera un cIerto cambIO, ya que nos
el papa un poder dIrecto sobre los asuntos específicos de la comunidad encontramos en una época de fe espontánea. No se insiste en la impor-
human~23. E~ta ideología ?ier?crática, que subsistirá con mayor o tancia de la palabra, del kerigma o de la fe. Decaen la predicación
men?r lllte.~sIdad h~sta BomfaclO VIII, se apoya en un doble principio: homilética y la práctica catequística, debido también en gran parte a que
la afIrmaclOn gelasIana de la sumisión de los reyes a los sacerdotes el clero, elegido por los príncipes, posee una mal~ preparación ex~gé~i~a
por motivos religiosos y la afirmación isidoriana de que el poder y teológica. Recordemos que en el s. XII ha culmlllado la. evangelIzaclOn
temporal24 está esencialmente influido por el bien común moral y de Europa con la conversión de los escandinavos y pruSIanos.
cristian0 • Aunque a partir del s. XI ya se diferencian mejor ecclesia La catequesis de adultos desaparece con el catecume~a~o: ~?S
ritos litúrgicos y la lengua latina, extraños, no favorecen la lllICIaClOn
y r~g~u~, el pap~ continúa afirmándose como árbitro supremo de la cristiana. Unicamente los padres, padrinos y familia transmiten do-
chrlstlan/tas, que llltegra tanto la comunidad eclesial como la sociedad mésticamente la fe, con la convicción elemental de que se trata sim-
política. La Roma pontificia se considera caput, fons et origo, fun- plemente de introducir a la juventud en una vid~ religiosa exi~t~nte.
damentum et basis, cardo de todo el ordenamiento cristiano y civil de Se pretende salvaguardar un mínimo, que conSIste en transmItir de
occidente.
memoria algunas fórmulas, como el credo, el padrenuestro y el de-
La preocupación de la Iglesia en este tiempo se centra básicamente cálogo" Se desenvuelven algunas alegorías imaginadas, poco bíbl~cas
en dos cuestiones: la organización sistemática de todo el material y probadas; se discuten problemas teológicos aislados y secundarlOS,
legislativo cristiano y la recepción del derecho romano en el derecho y los sucesos salvadores pierden valor. Desde Alcuino cambia osten-
canónico. De este modo se desarrolla a partir de Gregorio VII una siblemente la orientación de la piedad al perder su sello pascual y
eclesiol??ía del gobierno jerárquico y de la potestas del papa, tanto centrarse la devoción en el Cristo histórico del sufrimiento y de la
en relaclOn con la Iglesia universal como con el poder político de los cruz. Como reacción antiarriana se acentúa la divinidad de Cristo,
quedando en la sombra la humanidad histórica de Jesús. De ahí que
?2. A. Mayer, Evolución de la imagen de la Iglesia en la historia de la cultura la pastoral acuse un acento trinita:io más que histó~ico-sa~vífico. ~os
OCCIdental. en La Iglesia y el hombre de hoy, Madrid 1963, 99 ss.
métodos sistemáticos y especulatIvos de la teologIa medIeval se lll-
23. Y. Congar, Église et État ou pouvoir spirituel et pouvoir temporel, en Sainte
Égilse, Pans 1963, 397. troducen en la catequesis y en la predicación, convertida esta última
24. Cf. W. Ullmann, The Growth 01 Papal Gouvernement in the Middle Age, London en retórica eclesiástica.
1955; L. BUlson, Potestas und caritas. Die piipstliche Gewalt in Spiitmittelalter KOln Desde finales del s. VI hasta el s. XI se extiende una época de
1958. '
hegemonía litúrgica franco-germana. Las tradiciones galicana, romano-
94 Teología Práctica Historia 95

gelasiana y roma.fo1o-gregoriana entran en colisión y se produce una liturgia quienes rechazan la Iglesia-institución en nombre del evangelio, como
ll:n.a de cOmplejIdades y poco transparente. Triunfa la explicación ale- los disidentes religiosos al estilo de los valdenses, «pobres de Lyon»,
gonca .~e los texto.s ~ ?tos,. se deb~li!a la relación entre sacrificio y cátaros, etc. Un caso particular de reforma cristiana es el capitaneado
comumon, crece el mdIvIdualIsmo relIgIOSO, aumentan las devociones al por las -órdenes mendicantes de santo Domingo de Guzmán y de san
mar?~n de la liturgia, se clericaliza el culto y el pueblo permanece sin Francisco de Asís. La Inquisición nace hacia los años 1220-1230, con
partICIpar, como mudo espectador. El empobrecimiento de la catolicidad la idea de llevar a cabo una investigación (inquisitio) de los herejes para
del pueblo de Dios y la pérdida del dinamismo de las Iglesias locales aplicarles el «castigo requerido». Esto significa que la cristiandad fue un
fueron ca~sas de la decadencia litúrgica en occidente. Gregorio VII, con régimen totalitario y represivo que empleó la tortura y la pena de muerte
gran autonda? I?apal, m~tuv~ el latín como lengua litúrgica y extendió en contradicción con el espíritu del evangelio.
por ~o~a la cnstIandad la lIturgIa romana. No obstante, con la decadencia Las calamidades sufridas por la cristiandad en los siglos XIV Y XV
teologIca decayeron la liturgia y la predicación. en formas de epidemias, hambres y guerras, contribuyen a situar la muerte
Lo decisivo fue que al perder significación cristiana la predicación como centro obsesivo de la vida. Se difunden las «artes de bien morir»
y. ~a c~lebración litúr?ica, también se desvió la solicitud pastoral. La y se extienden las danzas macabras. «La angustia ante la muerte, la
dIOcesIs y la. p.arroqma, más que campos de misión, se convierten en preocupación por la salvación y la pérdida de confianza en la institución
centros admmIstradores de beneficios. Falta responsabilidad pastoral eclesial - afirma J. Comby - transforman la existencia cristiana»25.
en los sacerdotes. Como consecuencia crece la superstición y se incrementa la espiritualidad
La incipiente reflexión teológica, que había servido a la tarea individual cristiana, que se expresa en la denominada «devoción mo-
eminente ~~ la predicac~ón y de la catequesis, llega a ser el centro de derna».
pre~cupacIOn. de las naCIentes escuelas teológicas. En algunas interesa
el sIstem~ mas que el mensaje. y como la época es de fe, se elabora
la teologIa sacramental con toda prolijidad. En la piedad iriteresa más c) Agentes del ministerio
el sacramento que la palabra, para adorarlo de lejos más que para
comulgarlo. El clero en general está poco instruido, se pone al servicio La eclesiología de la potestas contribuye con otros factores a os-
de los ~eñores y predica mal. Hay ruptura entre pastores y teólogos, curecer la conciencia eclesial de los laicos como ciudadanos del mundo
que caSI se desconocen. La teología escolar, de tipo especulativo, no y miembros del pueblo de Dios, ya que se produce una clericalización
tIene contacto con el mundo pastoral.
de la Iglesia y una sacralización de la sociedad. Se advierte en esta
D~sde mitad del s. XII se impone la idea de la Iglesia como cuerpo época una disgregación de la conciencia comunitaria de la Iglesia según
de Cnsto; se habla del Corpus mysticum. Hay una evidente vitalidad en una doble manifestación: 1) las relaciones de la jerarquía con los
la~ escuelas te~lógicas de la recién nacida escolástica, las cruzadas am-
príncipes influyen negativamente en las relaciones de la jerarquía con
plIan y ~nturbIan el horizonte espiritual, surgen ciertos movimientos,
el pueblo; 2) el grupo de fieles pasa a ser considerado masa de súbditos
aunque mcompletos o. a .v~ces desviados de espiritualidad seglar, se
?esarro!lan los valores mdlVIduales y la sociedad aparece profundamente de ambos poderes, que dialogan entre sí más que con el mismo pueblo.
jer:.rrqmzada en ordenes, dentro de las cuales se crean gremios y pro- A la hora de diferenciar competencias, se introduce una línea divisoria
fesIOnes. entre los negotia saecularia, propios de los seglares, y los negotia
E:n el s. XIII, bajo el influjo de san Agustín, se considera a la ecclesiastica, propios de los clérigos. De ahí que los seglares tiendan
Igl:sIa c?mo conl5,regatio fidelium o universitas fidelium de quienes a considerar cada vez más los asuntos de la Iglesia como asuntos de
estan umdos. a Cnsto por la fe y el bautismo. Con santo Tomás, el los curas. Y cuando aparezca con el Renacimiento y el humanismo
tratad? de Cnsto como cabeza alcanza su plenitud, y el cuerpo místico un nuevo espíritu laico, los seglares bautizados se sentirán más ciu-
de Cnsto se estudia en su contexto cristológico y soteriológico. Pero dadanos de este mundo que miembros vivos de la Iglesia.
la~ luchas en el papado y entre el poder eclesiástico y el poder civil Otra consecuencia de la eclesiología medieval es el creciente proceso
onen~~n con exceso el pensamiento teológico, con descuido de la de centralización pontificia. Con la reforma gregoriana se incrementa la
atencIOn a la tarea pastoral. . actividad normativa del romano pontífice y se limitan las responsabili-
Con frecuencia la cristiandad es contestada por quienes no comparten
la fe como cimiento de la civilización occidental, como los judíos, y por 25. J. Comby, Para leer la historia de la Iglesia, Estella 1986, l, 189.
Historia 97
96 Teología Práctica

dades episcopales. La 0tención de dicha reforma es liberar a las Iglesias 4. Epoca moderna: acción pastoral de la Iglesia
loca~s y a toda la IglesIa de las intromisiones perniciosas de los príncipes en la Reforma y Contrarreforma (s. XVI-XVIl)
y. senores feu~ales, pero como contrapartida los obispos, con su comu-
rudad local, pIerden consistencia eclesial y misión original en su propio a) Concepción de la Iglesia
puebl~. El papa eS,de h~ch~ el obispo de una diócesis, la Iglesia universal;
los ObISpOS. s?n ~o~o vIcanos ~el papa, por quien han sido llamados in Antes de que Lutero llevase a cabo en el s. XVI la reforma pro- 6
partem SOllICl~dl"':ls'.l de qUIen reciben, por lo tanto, misión y oficio testante puede decirse que se había roto la unidad religiosa medievaF •
p~storal. ~a dIsocIacIOn entre los obispos y el papa es otro síntoma de Desde comienzos del s. XIV hasta finales del s. XV se pronuncian
dIsgregacIOn del espíritu de comunión eclesial. gritos contra el curialismo y clericalismo de Roma. Los esfuerzos de
~n hecho pastoral de singular relieve es la querella lamentable entre san Bernardino de Siena hacia el 1440 y de las órdenes mendicantes
medIcantes y sacerdotes seculares que acontece en los siglos XIII y XIV. se muestran insuficientes. La exaltación de la vida interior por encima
Frente al ~lero secular, q~e detenta la cura animarum ordinaria, diocesana de las instituciones jerárquicas manifiesta una débil conciencia eclesial.
y parr?~UIal, ,las nuevas ordenes mendicantes instauran un estilo de acción El nuevo humanismo exalta al hombre y el protestantismo de Lutero
apostohca m~s adaptado a las nuevas exigencias y en directa colaboración pone en crisis la necesidad y función del aparato institucional de la
y. dependencIa del romano pontífice. Se instalan en los suburbios de las Iglesia. La eclesiología de la institución es sustituida por una eclesio-
cIUdades, frecuentan las universidades, prestan su servicio a las grandes logía más espiritualista y personalista de la «sola fe», de la «sola
obra~ p~pales como las cruz~das o la inquisición y gozan de privilegios palabra de Dios» y del «solo sacerdocio universal de los fieles». De
~OntI~CIOS, como el de predIcar y confesar, incluso sin la previa auto- este modo, la reforma protestante sitúa la palabra por encima del
~z~cIon de los p.árro~os. Los te.ól.ogo~ del clero secular niegan la legi- sacramento, el sacerdocio de los fieles sobre el sacerdocio jerárquico
tlllllda~ y converuenCIa de e.ste ll11rusteno de los religiosos, que consideran y las iglesias locales en un plano superior a la Iglesia universalista de
contrano a la es~ctura epIscopal y presbiteral de la Iglesia y anárquico Roma. La atención se centra, por otra parte, en la promesa del perdón
por sus caractenstIcas supraparroquiales. de los pecados por los méritos de Cristo y en la fe que debe poseer
La raí~ de la con~o;ersia reside en visiones eclesiológicas diversas. 27
el fiel ante dicha promesa •
Los mendIc~te~ se sItuan en una perspectiva eclesial universalista: un Frente a la ruptura de la Iglesia provocada por la reforma protes-
solo pueblo cnstIano y una sola autoridad episcopal sobre todos los fieles tante en unos momentos de inseguridad teológica, débil religiosidad
que ~s, la del papa, de quie? reciben misión y oficio pastoral, sin vin~ y descontento del pueblo respecto del clero, el concilio de Trento
~ulacIOn alguna c?n la IglesIa l?cal. Por el contrario, los seculares man- (1545-1563) intenta ser punto de partida de la contrarreforma. No es
tIenen la perspectIva de la IglesIa local, llegando incluso a la afirmación posible restaurar la división creada, pero se intenta una revisión pro-
exag~rada del. derecho divino de los párrocos; el papa no tendría autoridad
funda dogmática y pastoral de la Iglesia. En realidad, el tridentino no
para mterverur en .la vida d~ las diócesis y parroquias, sino sólo para aborda explícitamente las cuestiones de Ecclesia a pesar de que la
salvaguardar la urudad eclesIal en caso de conflicto. controversia eclesiológica estaba planteada en toda su amplitud. Al-
. Es!a doble perspectiva eclesiológica fundamenta una doble crite- gunos han hablado de la laguna eclesiológica del concilio de Trento.
~olo~Ia past?ra~. Los mendicantes reconocen o perciben la insufi-
Con todo, la doctrina dogmática tridentina determina el desarrollo
CIenCIa del cr~t~no ~:clusivamente territorial como principio normativo posterior de la eclesiología católica y de la conciencia eclesial de los
de toda plamfIcacIOn pastoral; en cambio, los seculares quedan an-
clados en una pastoral de viejo cuño, vinculada al territorio o a lo que fieles 28 •
Trento especifica las líneas maestras de una eclesiología de la
moderna~ente se llamará «el principio parroquial».
Iglesia-institución de salvación al afirmar la transmisión eclesial de la
. ~os mtentos de independencia del estado respecto de la tutela
palabra revelada, la estructura sacramental de la justificación, la ins-
relIgIOsa y .la pr~tensión d~ e~ten?,er la ~glesia como comunidad de
creyentes sm eqUIpararla a mstItucIOn clencal, dio lugar al nacimiento
26. ef. R. García Villoslada, Raíces históricas del luteranismo, Madrid 1969.
de lo que s~ ,ha llamado. «el espíritu laico». De hecho hay un comienzo 27. ef. J. Lortz, Historia de la Reforma, 2 vols., Madrid 1964; A. Ganoczy, Calvin
de separaCI?n de IglesIa y estado, consecuencia de la exclusión del théologien de I'Église et du ministere, Paris 1964.
papa a partIr del s. XIV en la designación del emperador alemán. 28. ef. H. Jedin, Historia del Concilio de Trento, 5 vols., Pamplona 1972.
98
Teología Práctica
Historia 99

~it~ci~n.divina ~e los siete sacra~entos y la constitución jerárquica de


a g eSla, precIsamente en funcIón del ministerium verbi et sacra- y hasta entonces incontrolados. Como consecuencia de las decisiones
mentorum. de Trento se editan en 1568 el Breviarum romanum, en 1570 el Missale
En corresp?ndencia con estos datos y por reacción antiprotes- romanum, en 1596 el Pontificale romanum, en 1600 el Caeremoniale
~ant~, l.a ecleSI?l?gía postridentina pone el acento en el as ecto episcoporum y en 1614 er Rituale romanum. De este modo, el rito
InstItucIOnal y v~sI?le de la Iglesia. En esta línea, Roberto Belar~ino latino-romano se impone en la cristiandad occidental, con la ventaja
(l54~-1621), maXlmo representante de esta eclesiología define la de la unificación y la desventaja de la fijación. La congregación de
IglesIa por sus elementos institucionales como «la socied;d de hom- Ritos, fundada en 1588, se encarga de la custodia de los nuevos textos
br~s umdos por la profesión de la verdadera fe, la comunión de los en una época rubricista que ha durado hasta los umbrales del Vaticano
m~s~os sacramento,s y baj.o e~ gobierno de los legítimos pastores, 11. Se mantiene el latín frente a la decisión protestante de celebrar en
pnn~I~al~;nte del umco vlcar.IO de Cristo sobre la tierra, el romano la lengua del pueblo; se desarrollan las devociones populares al margen
P0n.tlfIce» . En .est~ perspectIva, no sólo es problemática la onto- de la liturgia; prevalece la devoción al Cristo eucarístico, con un
lOgIa de la Ig~e~I~ ,SInO que ni siquiera aparece como misterio. En ceremonial preciso en las procesiones eucarísticas y exposiciones del
efect~, la. defInICIO? .b~~arminiana de la Iglesia corresponde a la Santísimo; la liturgia de la palabra permanece en la sombra y se
expene~c.la de su ~IsIbIlldad, reducida a categorías sociológicas y minimiza la importancia de la fe en orden a la salvación. Los templos
no teologI~~s, al afIrmar que «la Iglesia es una comunidad de hom- del Barroco son como salones de actos, con palcos y galerías, pinturas
bres .tan vISIble y:palpable como la comunidad del pueblo romano y mármoles, con impresionantes retablos y coros, en oposición a la
el reInO de FrancIa o la república de Venecia»30. ' severidad protestante. Frente a la espiritualidad de los reformadores,
la pastoral católica gira en torno a la presencia real del santísimo
sacramento, la devoción a la Virgen, la misa como sacrificio y el
b) Acciones pastorales sacerdocio jerárquico.

Desde el punto d~ vista pastoral, la atención de la contrarreforma


se centra en las funcIOnes del ministerio jerárquico y en el opus ope- c) Agentes del ministerio
ra.tum ~e los sacram~nto.s. No se desconocen ni se niegan otros aspectos
illlstenosos y comumt~no~ de la Iglesia, pero lo que incide en el cam o Trento intenta una reforma del ministerio episcopal. Tanto en
pastor~l y en la conCIenCIa de los fieles es una imagen de la 1 1 ~ Oriente con la crisis arriana, como en Occidente con la crisis protes-
entendIda como institución e instrumento eficaz de la salvación ~;:~~ tante, el origen de las tensiones se debe a la falta de un episcopado
tuando ~obre todo su aspecto jerárquico. ' adecuado. Muchas diócesis carecen en el s. XVI de prelados auténticos
Es cIerto que Trento se preocupa de la reforma del pueblo cristiano por la intromisión interesada y bastarda de titulares laicos. Trento se
respecto de ~~ fe y las co~tumbres. Frente al peligro protestante, los preocupa de restaurar la misión espiritual del obispo. Frente al be-
Padr~s, concIlIares aconsejan prudencia en la lectura de la B 'bl' neficio, el concilio insiste en el oficio; pide control en el nombramiento
a~encIOn a la buena ?!"ientación de las devociones populares. ~oIaol de los obispos, exige integridad de costumbres en los altos eclesiásticos
vldemos que .~a ~ereJ!a Y sup~rstición preocupaban entonces honda- y destaca que los prelados sean «padres y pastores», no simples fun-
n:~nt~. ~ambIen Inq.u~e~ab~ ,la Ignorancia religiosa, por lo que el con- cionarios o administradores. El obispo debe residir en su diócesis para
CIlIO .InSIste en la IlllC!aCIOn cristiana, traza las bases de un ran poder ejercer la cura animarum como paterfamilias de su pueblo santo,
catecIsmo y dest~ca l~ Importancia de la institución familiar. g sin descuidar la visita pastoral. Su vida personal está en relación con
. ~~ re~o:m~ tndentma es decisiva en el campo litúrgico. La codi- su función, y su virtud con la dignidad recibida3l .
~lcacIO~ ~Itu.rglca e~ necesaria en este tiempo, dada la diversidad de En segundo lugar, Trento se preocupa de la reforma sacerdotal.
lIbros lIturglcos eXIstentes, frecuentemente desviados de la tradición Los Padres tridentinos reconocen que la disciplina eclesiástica se en-
cuentra gravemente desviada y que las costumbres del clero y del
.29. R. Belarmino, De controversiis christianae fidei adversus nostri tem . h
retlCos, Ingolstadt 1961, 1.3, c. 2, col. 137-138. pons ae-
30. ¡bid. 31. Cf. J. I. Tellechea, El obispo ideal en el siglo de la Reforma, Roma 1963; P.
Broutin, L'éveque dans la tradition pastorale du XVle siecle, Bruges 1953.
100 Teología Práctica Historia 101

pueblo se han corrompido. Desarraigados los sacerdotes de la Iglesia fundación de la Iglesia por Jesús, su constitución jerárquica y sus
local, s: ad~inistr~n las órdenes en cualquier parte, sin apenas control; funciones salvadoras. No se desarrolla la dimensión hacia afuera en
hay ~mIgraclOnes mcesantes en busca de mejores beneficios y se ha relación al mundo. Hay una oposición casi irreductible entre la Iglesia
perdIdo todo sometimiento a la obediencia jerárquica. Por este motivo y el mundo, entendido este'úl~imo como poderío y pr~sencia del I?al,
el primer principio de la reforma sacerdotal tridentina es constituir u~ autocomprendiéndose la IglesIa como obra y presenCIa de la santIdad
clero diocesano territorial e incardinado. Se prohíben los «clérigos de Dios. Así deben ser examinadas las condenaciones del Syllabus de
vagos» .y se manda que sólo el obispo diocesano imparta las órdenes Pío IX. Por último, la eclesiología postridentina descuida situar a la
con sene~a~. El orden sagrado, que es un sacramento múltiple, se Iglesia en la perspectiva de la historia de salva~ión .. Por esta raz~n
debe admIlllstrar por grados, pero quien reciba esta función deberá desconoce el pueblo la Biblia y no comprende la lIturgIa. En la IgleSia
estar convencido de que la recibe para los demás. predomina la estabilidad más que el desarrollo; parece una institución
Al destacar Trento el munus principalissimum de los obispos y del pasado, subsistente por asistencia divina, que un acontecimiento
sacerdotes, que es la predicación, se comienza a tener catequesis con en proceso de renovación; es Iglesia establecida más que Iglesia en
niños los domingos y días festivos. La catequesis de adultos se tiene edificación; más Iglesia desencarnada desde arriba que peregrina en
normalmente el domingo por la tarde. No olvidemos que el catecismo el mundo con la misión de encarnarse en la sociedad.
de L~tero se publica en 1529. De ahí que surgiesen por todas partes
catec~smos de acuerdo con el de san Pío V de 1566. Estos primeros
catecIsmos, de acuerdo con Trento, exponen la fe como comienzo de b) Acciones pastorales
salvación, siendo su estructura tradicional: símbolo, sacramentos de-
cálogo y padrenuestro. En 1560 se funda la Cofradía de la doctrina La reforma pastoral preconizada por el concilio de Trento no se
cristiana, cuyos miembros se comprometen a asistir asiduamente a la realiza del mismo modo en todas partes. Al mismo tiempo que decae
catequesis y a transmitirla a sus familiares.
la ciencia teológica en la época del Barroco y de la Ilustración, se
desvía la cura de almas basada en una pedagogía moral, en una obe-
diencia ciega a la jerarquía, en un sacramentalismo unilateral, en una
5. Epoca de la Ilustración y del Liberalismo: la acción pastoral enseñanza vaciada de contenido y en una piedad individualista. Los
de la Iglesia postridentina y vaticana (s. XVIII y XIX) métodos pastorales son todavía de la época de la fe espontánea, sin
tener en cuenta los cambios operados en la sociedad. El mundo in-
a) Concepción de la Iglesia dustrial obrero emerge en una época de oratoria hueca, culto desvi-
talizado e ininteligible, catecismo antropocéntrico, escolástica des-
F.rente a ~a eclesiología protestante, la pos tridentina enfatiza la nutrida de savia bíblica, absolutismo estatal y centros teológicos
IglesIa como. I~strument~ eficaz de salvación en virtud de los poderes alejados de la realidad social. La Iglesia, que se confunde con la
sa¡srados recIbIdos de Cnsto, poderes que se vinculan, en último tér- jerarquía, ejerce con fuerza la autoridad, y los seglares se limitan a
mmo, a los. sacramentos, cuya celebración asegura y revela siempre obedecer.
una presencIa pública, oficial y específicamente religiosa de la Iglesia La catequesis entra en el s. XVIII en una nueva fase, pero el interés
frente a la sociedad humana32 • se centra en la pedagogía, no en el contenido. Por parte del Estado se
. La eclesiología postridentina se mueve, en primer lugar, en un implanta la asistencia obligatoria a la catequesis, considerada como
clIma de confrontación polémica con el protestantismo. Es una ecle- clase de religión más que iniciación mistagógica. En este tiempo de
siología de diferenciación más que de integración, en la que la atención ilustración y racionalismo, el peligro intelectualistaes evidente, tanto
se centra en lo que separa y no en lo que une. A esta eclesiología en el catecismo como en la teología. Lo más positivo es el hallazgo
responde una pastoral de la diferenciación, centrada en defender y de la pedagogía activa. Hay intentos de renovación kerigmática en
preservar a los católicos de las herejías y contactos protestantes. En Alemania con Sailer mediante una profundización bíblica, y con Hir-
segundo lugar, se entiende la Iglesia hacia dentro. Sus ejes son la scher, quien desea centrar la catequesis en la historia de la salvación,
pero vence la catequesis neoescolástica, basada en una doctrina abs-
32. ef. L'ecclésiologie au X1Xe siecle, Paris 1960.
tracta, sin biblia ni liturgia, con un fuerte acento moral.
Historia 103
102 Teología Práctica

La formación pastoral de los sacerdotes es deficiente porque tam-


Hasta la renovación benedictina de Solesmes, el ministerio litúr-
bién lo es su preparación teológica, basada en los manuales ~po~o­
gico continúa estancado desde la fijación tridentina de la liturgia en
géticos. La Iglesia es estudiada en un trata~o de derec~o p~bhco
el latín, lengua que el pueblo no entiende. No sorprende, pues, que
eclesiástico en el que sólo intervienen la autondad del magIsteno, las
en este tiempo se predique durante toda la misa, salvo en los instantes
de la consagración. leyes canónicas y la jerarquía.
Los intentos de reforma de las disciplinas eclesiásticas fracasan
por falta de verdadera renovación en la savia profunda de la Iglesia.
Mientras el Estado es absolutista, los eclesiásticos se convierten en 6. Primera mitad del s. XX: la acción pastoral
meros funcionarios religiosos al servicio del sistema dominante. Los de la Iglesia, previa al Vaticana 11
poderes civiles, aunque abusivamente, hacen justicia con la distribu-
ción de los bienes eclesiásticos, ya que escasean obispos con sentido a) Renovación en los comienzos del siglo XX
social que se adelanten a las exigencias de los tiempos. Un retraso
enorme se origina en la pastoral social al reducirse la moral a una La renovación del pensamiento cristiano, tal como s~ ~resent~ en la
cuestión individual. El apostolado cristiano se clerical iza y el pensa- primera mitad del s. XX, tiene sus comienz?s en las dos ultImas decadas
miento de los teólogos -insensible a los problemas de la época- se del siglo pasado. Entre 1880 y 1900 empIezan, por una p~,e, las .re-
limita a repetir machaconamente la tradición mal entendida. novaciones bíblica, litúrgica y patrística, y, por otra, la renovaClOn tOmIsta
Después de la revolución francesa hay un intento de renovación y del pensamiento social. De hecho es san Pío ~ (1903-1914), con ~na
eclesiológica y pastoral bajo la influencia del romanticismo, pero se gran preocupación pastoral, el papa que a COmIenzos de nuestro SI~~O
esteriliza por la defensa a ultranza de la autoridad, sostenida por al- sienta oficialmente las bases de la renovación eclesial con su expreslOn
gunos tradicionalistas acérrimos frente a todo afán democratizador. El «revertimini ad fontes». Unos quince años más tarde, el protestante Karl
pensamiento pastoral, indeciso en sus fundamentos eclesiológicos des- Barth pronuncia otra consigna no menos decisiva: «reg~es~u~ ad verbum
de finales del s. XVIII hasta el s. XX, apenas influye en la rutinaria divinum». El renacimiento de la teología vuelve a COlllCI~, como ~n
cura de almas. En el s. XIX, al debilitarse la influencia de la Iglesia los grandes momentos medievales, con un «despertar evangeh~o», ~egun
en la sociedad secular, se buscan nuevos métodos pastorales mediante la expresión de Chenu. Los teólogos más notables de nuestro SIglo tIenen
cofradías y asociaciones que se preocupan sólo de la vida espiritual. sensibilidad pastoral al regresar a un contacto más. íntimo .co.n la palabra
Aunque surge un cierto catolicismo social, no siempre es compartido de Dios y a una adaptación más plena del pensamIento cnstIano con las
33
por los responsables de la Iglesia. exigencias del mundo moderno social • •
Sobrepasados en gran manera el s~bjetivismo '! racional~s?Io del
s. XIX, el mundo se abre en cierta medIda a las re~hdades espmt~ales.
c) Agentes del ministerio Con todo, a principios de nuestro siglo aún está pUjante el modernIs~~,
fruto de una crítica racionalista extrema, que, p~oduce grav~s cnSIS
La eclesiología postridentina desarrolla con preferencia la estruc- religiosas en algunos ambientes. Según la encIchca Pascen~l ~1907)
tura jerárquica y clerical de la Iglesia. En tanto que los sacerdotes son de san Pío X, el modernismo contiene los errores del agnoStICIsmo y
considerados sujetos de acción eclesial, los laicos se convierten en del inmanentismo. En definitiva, elimina el carácter sobrenat~ral y
meros objetos de dicha acción. La afirmación del principio jerárquico transcendente de la fe, del dogma y de l~ !glesia: Por ~ste motIv?, se
da a la acción pastoral cohesión, ortodoxia y disciplina, pero, como consideran peligrosas en el campo aI?ologetIco.la fIl~sofIa de lll: a~clOn:
contrapartida, se clericaliza la misión de la Iglesia y se fomenta in- el vitalismo, el subjetivismo morahsta y la fIlosofIa d~~ se~tImI~~to,
directamente la pasividad de los laicos. en el campo exegético se mira con reserva~ ~a concepclOn ~Isto~IcIs~a
Al ser una pastoral de autoridad, se acentúa el gobierno, control y evolucionista y en la enseñanza dogmatIca no se admIte mngun
y organización de la parroquia, sobre todo a través de actividades relativismo.
administrativas y burocráticas. Lo que importa es la ejecución de las
leyes, reglamentos y orientaciones, que vienen siempre de arriba, a 33. Cf. R. Aubert, La théologie aU milieu du ~e siecle, Toumai-Paris 1954; G.
Thils, Orientaciones actuales de la teología, Buenos Aires 1959.
través del Boletín oficial diocesano.
4
HISTORIA DE LA TEOLOGIA PASTORAL

Una de las características más sobresalientes de la teología en estos


últimos años es su dimensión pastoral y su consideración práctica.
Pero no ha sido fácil la intelección de lo que hoy se llama teología
pastoral o teología práctica. Durante mucho tiempo ha sido la moral,
sin la primacía de las grandes directrices de la caridad o del reino de
Dios, la que ha cobijado a la teología pastoral. También el derecho
canónico ha irrumpido en la cura de almas como si el código fuese la
principal fuente de dirección pastoral. Incluso en algunos momentos
las orientaciones pastorales se han derivado sin más de la práctica
parroquial. La teología dogmática, erigida en suprema disciplina, ha
considerado frecuentemente a la teología pastoral como un simple
corolario de su propio proyecto especulativo. Hasta constituirse la
teología pastoral como disciplina teológica, eclesiológica y práctica
han pasado doscientos años. Examinemos este recorrido.

1. Nacimiento de la teología pastoral

En el cuarto sínodo lateranense de 1215 se decretó que junto al


magister especializado en la enseñanza de las Escrituras hubiese otro
experto que educase al clero en el trabajo pastoral y en la praxis de
confesión. Para diferenciar esta tarea de la teología especulativa se la
denominó teología práctica. Este vocablo fue utilizado probablemente
por el jesuita Pedro Canisio (1521-1597), aunque las primeras apor-
taciones sobre esta materia son los manuales Theologiae practicae
compendium de J. Molanus en 1585 y Enchiridion theologiae pasto-
raUs et doctrinae necessariae sacerdotibus curam animarum admi-
nistrantibus del obispo auxiliar de Tréveris P. Binsfeld en 1591, «sobre
108
Teología Práctica Historia 109

la doctrina necesaria a los sacerdotes encargados de la cura anima- paises limítrofes. En España, el primer manual práctico ?e pastoral
rum». Ambas obras fueron editadas según el espíritu de la reforma conocido, como más adelante veremos, es el de L. A. Marm de 1805.
pastoral llevada a cabo por el concilio de Trento (1545-1563), basada La reforma de los estudios eclesiásticos hecha,por Rautenstrauch
en la reforma del clero, la renovación del ministerio episcopal y el pretendía que la teología ayudase a «formar dignos servidores del
lugar destacado de la parroquia en la acción pastoral. Con dichos evangelio, es decir, perfectos pastores», para que éstos, a su vez,
manuales se intentó ayudar canónicamente a los sacerdotes encargados formasen «excelentes cristianos», «buenos ciudadanos» y «verdaderos
de la cura animarum y de la administración de los sacramentos l. Mayor hombres». Se explica esta perspectiva en el ambiente cultural del siglo
importancia y difusión tuvo el Manuale parochorum de L. Engel, de las luces, caracterizado por el desarrollo de las ciencias positivas
publicado por primera vez en 1661, que llegó a lo largo de unos cien y los métodos históricos. Con la reforma se prologaron un año más
años a quince ediciones. En el s. XVII la theologia practica equivalía los estudios teológicos, que hasta entonces duraban cuatro para el
a theologia casuum. doctorado y dos para el sacerdote no titulado. En el quinto año se
Como nueva disciplina, la teología pastoral nació el 3 de octubre fijaron las «disciplinas prácticas», una de las cuales era la teología
de 1774 mediante un real decreto de la emperatriz María Teresa de pastoral, dividida en tres secciones: el deber ~e.la ~~señanza, el. de la
Austria (1740-1780), al aceptarse el plan de reforma de los estudios administración de los sacramentos y el de la edIfIcaclOn o del gobIerno.
eclesiásticos (»Proyecto para una mejor organización de las escuelas Pero en realidad, sólo la persona del pastor o sacerdote encargado de
teológicas») presentado por el canonista benedictino Stephan Rau- la cura de almas era objeto de estudio de la recién nacida teología
tenst~auch (1734-1785), entonces director de la facultad de teología pastoral. En esta asignatura, enseñada desde su nacimient,? en lengu.a
de VIena, después de haberlo sido anteriormente en la de Praga2 • El vulgar, no en latín, se incluyeron estos tratados: catequetIca, homI-
plan de reforma triunfó después de varios intentos comenzados en lética, ascética, retórica, liturgia y rúbricas. La teología pastoral nació
1752 por el jesuita Ludwig de Biel. Algunos historiadores fijan los con un sentido pragmático, no teológico, centrada clericalmente en la
años 1777 o 1778 como fechas más exactas del nacimiento de la enseñanza de los deberes del pastor de almas, considerado entonces
teología pastoral. De hecho, el manual Pastor bonus del profesor de funcionario espiritual del Estad04 •
Lovaina J. Opstraet, editado en latín en 1698, se tradujo al alemán en
1764 y se impuso como primer texto de teología pastoral en 1777,
por recomendación del mismo Rautenstrauch, a pesar de la prohibición 2. Desarrollo de la teología pastoral católica
de esta obra por el Santo Oficio debido a su tendencia jansenista3 • La
supresión de la Compañía de Jesús en 1773 permitió a la emperatriz
María Teresa constituir una comisión de reforma de los estudios ecle- a) Primera etapa: concepción pragmática, no teológica
siásticos sin que intervinieran jesuitas. Maria Teresa es la madre del
«emperador sacristán» José 11, del que proviene el denominado jo- La primera etapa de la teología pastoral transcurre en los finales
sefinismo, caracterizado por la servidumbre de la Iglesia al estado y del s. XVIII y comienzos del s. XIX, tiempo en donde predomina una
el sometimiento de los clérigos e instituciones eclesiales a la tutela del concepción absolutista del Estado como «servidor y protector de la
poder político. Se advierte en este tiempo la necesidad de establecer religión» y en el que se manifiesta una decadencia de las ciencias
unas normas prácticas para los sacerdotes encargados de la cura de eclesiásticas, puesto que «ni la filosofía escolástica -según M. Grab-
almas. De Austria pasó la nueva disciplina a Alemania y de ahí a los mann - tuvo la vitalidad de las corrientes medievales o de la escuela
española de los siglos XVI y XVII por no sincronizar con la recién
1. Cf. esta noticia en C. Noppel, Aedificatio Corporis Christi. Aufriss der Pastoral
nacida corriente mecánico-matemática, ni la teología especulativa, a
Freiburg 21949, 7. Cf. también P. Broutin, La Réforme pastorale en France au XV]]; su vez, acertó a insertar en sí misma una visión histórica, quizá por
siecle, Paris 1956. haber dado la espalda a las viejas e inagotables fuentes patrísticas»5.
2. Cf. J. Müller, Die Pastoraltheologie innerhalb des theologischen Gesamtkonzepts
von Stephan Rautenstrauch (1774) en F. Klostermann - R. Zerfass (eds.), Praktische
Theologie heute, München-Mainz 1974, 42-51. 4. Cf. A, Müller, Praktische Theologie Z,Wischen Kirche und Gesellschaft, en Prak-
tische Theologie heute, o. e" 15-26.
3. J. Opstraet, Pastor bonus, seu instar, officium, spiritus et praxis Pastorum, Me-
cheln 1689. 5. M. Grabmann, Geschichte der kathoUsche Theologie seit dem Ausgang der Vii-
terzeit, Frankfurt 1933, 207.
110
Teología Práctica
Historia 111

Tenemos, pues, una disciplina llamada teología pastoral, nacida de Después de la Escritura, el segundo fundamento es para Sailer la
un~ .escolástica ~e~adente, sin nervio teológico, exclusivamente prag- historia. Mejor dicho, la línea histórico-salvífica que va del génesis al
matlca y al serVICIO de una concepción estatal absolutista. apocalipsis. El cristianismo es para él acontecimiento, histori'a de sal-
. La teología pastoral tuvo un sello clerical y estatal hasta la primera vación. Desenmascara la estéril especulación de la escolástica de su
m}tad del s. XIX. Así se comenzó a enseñar en los teologados aus- tiempo y distingue claramente entre evangelio y escolástica, anuncio de
tnacos desde 1777. «El llamado rasgo josefinista de los primeros la palabra y teología de oficio. Le falta, sin embargo, una teología
teól~gos pastorales. -af~rma F. J. Calvo- fue exagerado por sus sistemática.
contmuadores. A dIstanCia de pocos años, aparecen una serie de ma- Sailer reacciona contra una concepción pastoral josefinista y con-
nuales de teología pastoral, marcados por el espíritu del proyecto de sidera al sacerdote ministro y colaborador de Cristo en la edificación
Rautenstrauch, que en aras de la Ilustración acentúan la obediencia de del cuerpo místico, no funcionario estatal. El sujeto. de la acc~ón
los clérigos a los príncipes»6. En resumen, la teología pastoral de esta pastoral no es simplemente el «encargado de la moral» cIUdadana smo
época es más arte que ciencia, receta canónica que teología, en función el «pastor» cristiano según el espíritu y la revelación de Cristo. No es
del clérigo, bajo un régimen católico absolutista. un empleado sino un sacerdote ~on vocación. . , . ,.
Intenta Sailer dar a la teologIa pastoral una maduracIOn CIentlfIca,
distinguiéndola de un conjunto de consej?s o de ~n apéndi~e mo~~l.
b) Segunda etapa: concepción bíblica e histórico-salvífica Le da visión científica dentro de la dogmátlca ecleSial. Esta onentacIOn
bíblica hace que se sobrepase la concepción antropocéntrica anterior.
En el siglo de las Luces o época de la Iluminación se inicia una Pero aunque Sailer corrige el concepto josefinista de la teología pas-
renovación, incluso en las ciencias eclesiásticas, favorecida por el toral, el pastor sigue siendo, para él, sujeto único de. la actividad
romanticismo alemán. A finales de dicho siglo funda A. Chr. Storr la pastoral. Identifica excesivamente el pastor con la Iglesia. .
escuela protestante de Tubinga, basado en la idea del reino de Dios. Para S ailer , el objeto de la teología pastoral es el estudIO de la
Renovación semejante sobreviene en la escuela católica de la misma continuación de la obra redentora de Cristo en la tierra o la acción de
ciudad, cuyo fundador es J. S. Drey (1777-1853). Pero el que da a la Iglesia. La teología pastoral es, por co~siguiente, la ciencia. que
tiene por objeto el ejercicio de las tres funcIOnes pastora!es; su f~n es
la teología past~ral un gran impulso es J. M. Sailer (1751-1832), quien
la formación completa de los pastores. Se trata de exammar l~ dIrec-
«se opone -afIrma F. X. Arnold- a la filosofía antropocéntrica de
ción, enseñanza y santificación del rebaño por el pastor, contmuador
s~ época, a las demostraciones especulativas y al delirio de abstrac- de la persona y obra de Cristo. El punto de vista no es, pu~s, ecle-
CIOnes de la escuela de Wolf, así como a la crítica kantiana de la siológico. De ahí el concepto de sacerdote como alter Chrzstus, ~e­
razón»~ .. Sailer busca en la época del tradicionalismo francés y del presentante de Dios en la tierra, mediador y dispensador de la gr.aCla.
rOI?antI~Ismo alemán un cristianismo viviente y una pastoral más ge- Esta misma orientación de Sailer se da en otros dos pastorahstas,
numa, sm el peso del josefinismo ni las influencias excesivas de la A. Schramm y P. Conrad, autores de destacados manuales de teología
Ilustra~ión~., Reflexiona sobre el contenido bíblico y kerigmático de pastoral, publicados en 1780 y 1789 resp~ctivamente. ~l. ~cen!o .an-
la predIcacIOn y rechaza una pastoral racionalista, moralista y utilitaria. tropocéntrico de la etapa anterior es corregIdo con una VIS IOn bIbhca.
Estudia la Escritura como fuente de la pastoral, basado en esta idea Se reflexiona sobre el pastor, no sobre el funcionario, ya que se parte
c~ntral: «Dios en Cristo, salvación del mundo en pecado». Hace gra- de la obra redentora de Cristo, no de las exigencias estatales, pero
vItar el centro de la pastoral en la proclamación de la fe. Su preocu- esta tendencia rezuma todavía un sello clerical.
pación, con descuido de la liturgia, se dirige a la predicación y ca~
tequesis del pastor de almas más que del profesor de religión. Del c) Tercera etapa: concepción eclesiológica
problema pedagógico del cómo, pasa Sailer al examen del qué o con-
tenido kerigmático. Hacia la mitad del s. XIX hizo A. Graf (1811-1867) una dura
crítica de la concepción pastoral anterior, excesivamente basada en el
6. F. J. Calvo, Teología Pastoral, en CFP, 719. pastor9 • Discípulo genial de J. A. Mohler y de J. S. Hirscher, y
7. F. X. Amold, Seelsorge aus der Mitte der Heilsgeschichte, Freiburg 1956, l33.
8. Cf. J. M. SaJler, Vorlesungen aus der Pastoraltheologie, München 1789. 9. Cf. A. Graf, Kritische Darstellung des gegenwartigen Zustandes der praktischen
Theol¿gie, Tübingen 1841.
112 Teología Práctica Historia 113

representante de la escuela de Tubinga, A. Graf postuló en 1841 una de tres tomos (1850-1857), divide la teología práctica en dos partes:
teología práctica con una orientación eclesiológica semejante a la el derecho canónico y la teología pastoral, mientras que para A. G:af
teol?gía pr.áctica protestante, ya existente. Recordemos que en 1811 el derecho canónico es un aspecto del gobierno pastoral de la IglesIa,
ha?Ia pubhcado e~ protestante Fr. Schleiermacher un importante tra- ya que la teología pastoral no se basa en el derecho sino ~n l~ esencia
baJo ~n el q~~ precIsaba el estatuto universitario de la teología práctica. de la Iglesia. Por esta razón, Amberger vuelve a clencahzar esta
La onentacIOn de ambos pastoralistas, en una interacción ecuménica asignatura, al centrarse en las actividades del pastor. De ahí que se
admirable, era semejante, pero A. Graf reconoce noblemente que «los vuelva al antiguo nombre de teología pastoral.
~rotestantes han hecho mucho más que los católicos, en estos últimos La desviación eclesiológica de la teología pastoral se ~ompru~ba
tIempos, en la elaboración científica de la teología práctica»lO A. Graf todavía más en la concepción de M. Berger (1822-1870), qUIen pubhca
es considerado hoy como el verdadero precursor de la moderna teología un manual en 1861, en el que se define nuestra asignatura como
práctica católica. «introducción científica del pastor en la recta administración de su
Según A. Graf, la teología práctica debe estudiar todos los factores oficio»I3. En realidad, la teología pastoral pierde no sólo su dimensión
eclesiales o no, que influyen en la edificación de la Iglesia. Afirm~ eclesiológica y teológica sino su exigencia científica, al reducirse a
que la Iglesia debe tener una conciencia científica de sí misma en una mera introducción de tipo práctico o a un manual de re~etas p~ra
cuanto qu~ se edifi~a en el futuro. Para comprender la teología prá~tica el pastor. No interesa ya la esencia de la Iglesia y sus aCCIOnes SInO
es necesano reflexIOnar sobre la Iglesia desde tres ángulos diferentes: la naturaleza del pastor y sus actividades.
a) su pasado, descrito por la teología histórica y las ciencias bíblicas' Esta concepción pastoral clerical, no eclesiológica, qu~ reaparece a
b) su esencia presente, sobre la que reflexionan la dogmática y l~ mediados del s. XIX, continúa hasta bien entrado nuestro sIglo actual en
m~ra!; c) su autoconstrucción en elfuturo, tarea propia de la teología
l4
los innumerables manuales de pastoral que se editan entonces • La teo-
practIca. Son"pue~, t~es aspectos: el histórico, el teórico y el práctico. logía pastoral se convierte poco a poco en una doctrina sobre la dirección
L~ teologIa practIca no nace, según A. Graf, del interés práctico espiritual, en tanto que la cura de almas es la suma de actividades de los
que tIene la teología, sino de la consideración fundamental sobre la clérigos. El contenido de la teología pastoral se deduce .una~ veces de
Iglesia al edificarse a sí misma. Con esto se rechaza la identificación las normas, rúbricas y leyes canónicas, y otras de la expenencIa co?creta
d~ la 5~010gía práctica con. un mero pragmatismo y se afirma su carácter de la cura de almas. En cualquier caso nos encontramos en este tIempo
cIentIf~co. ~. ~raf cambIa el nombre de t~ología pastoral por el de con una disciplina práctica sin categoría de cienc~a, pra~mática sin base
teologw practlca para hacer ver que el sUjeto o agente de la acción teológica, con una preocupación por las almas s~n sentI?o de la e~car­
apostó.lica es la Iglesia y no exclusivamente el sacerdote como pastor. nación y una visión fragmentada del apostolado SIn la rmrada ampha de
Del mIsmo Graf proceden las expresiones «acciones eclesiales» «edi- una pastoral de conjunto.
ficación del reino de Dios», «autoconstrucción de la Iglesia», e~c. De
este modo, Graf da un paso decisivo en la concepción científica
teológica y eclesial de la teología práctica, definida como «la con~ 3. Desarrollo de la teología práctica protestante
ciencia científica de la Iglesia que se auto-edifica de cara al futuro». a) Contribución de M. Lutero
Es, pues, según la escuela de Tubinga, una variante de la eclesiología 11.
Las primeras reflexiones sobre la teología práctica protestante son
d) Cuarta etapa: concepción clerical debidas a M. Lutero, para el cual «sola experientia facit theolo~um»,
experiencia que proviene de la fe en Cristo crucifi.cado, cont~mda en
La concepción eclesiológica de la teología práctica de A. Graf la «teología de la cruz». Solamente «vivendo, Immo monendo et
aunque fue aceptada en gran parte por su discípulo J. Amberger (1816~ damnando fit theologus, non intelligendo, legendo et speculando».
1889), sufrió un notable cambio I2 • J. Amberger, en una extensa obra
theologie, en HdPTh, 60-62 Y en F. X. Amold, Seelsorge aUS der Mitte der Heilsges-
10. Cf. W. Steck, Friedrich Schleiermacher und Anton Graf - eine okumenische chichte, o. e., 178 ss.
Konstellation Praktischer Theologie?, en Praktische Theologie heute, o. c., 27-41. 13. Cf. M. Berger, Pastoraltheologie, Regensburg 1861. ,
11. R. Marlé, Le projet de théologie pratique, París 1979, 72-75. 14. Entre 1850 y 1915 aparecen en alemán una docena de obras sobre teologla
12. Cf. el pensamiento de A. Graf en H. Schuster, Die Geschiehte der Pastoral- pastoral.
114
Teología Práctica Historia 115

Dicho de otro modo: «theologus no fit ni si id fiat sine Aristoteles»15. macher sostiene la idea de que la teología es «ciencia práctica» o «po-
Pa:a Lutero, «la verdadera teología es práctica, y su fundamento es sitiva», como la medicina y el derecho, ya que se dirigen estas tres
Cnsto, cuya m~erte aprehendemos por la fe»; según el refonnador, disciplinas hacia los «fines naturales» del pueblo. Para Schleiennacher,
los que no admIten este postulado hacen teología especulativa, que el principio contructor de la teología es la «conducta de la Iglesia», distinta
«es claramente cosa del diablo». En resumen, la teología práctica del «gobierno eclesiástico». Precisamente por su carácter de ciencia po-
luterana se ce~tra en la experiencia de la fe y en la predicación de la sitiva, la teología es un servicio en orden a una acción responsable. Según
p.alabra. El ?~Jeto de la teología no es para Lutero simplemente Dios V. Schurr, «Schleiennacher fue el primero en conceder a la teología
smo la relacIOn entre el hombre y Dios. Para evitar malentendidos con práctica el carácter de disciplina científica y en considerarla como raíz y
el término teología, Melanchton usó la expresión doctrina christiana. corona en la organización de las especialidades teológicas» 18. Desde
Este fue el parecer de muchos teólogos luteranos del s. XVI. entonces, y por influjo de este gran pastoralista protestante, se divide la
teología en sistemática, histórica y práctica. En esta última se estudia el
b) Fundamentación de Fr. Schleiermacher ministerio de la palabra (homilética y catequética), el ministerio de la
liturgia y la organización o administración de la Iglesia, de acuerdo a los
. I?~sp~és de Lutero, los protestantes apenas hicieron reflexiones tres oficios de Cristo.
sIgmfIcatIvas sobre la teología práctica hasta Fr. Schleiennacher
(1768-1834): considerado fundador de esta disciplina. Este gran teó-
logo, denommado «segundo reformador», publicó en 1811 un notable c) Evolución posterior de la teología práctica protestante
opúsculo, en donde salió al paso del cuestionamiento universitario de Después de Schleiennacher, y a lo largo del s. XIX, se mantiene
la teología ~ue habían hecho Kant en 1789 y Fichte en 1807, segun entre los protestantes el estatuto científico de la teología práctica. El
los cuales solo cabe la teología «laica» en la universidad moderna si sujeto de la acción apostólica no es ya el pastor sino la Iglesia o, si
se renuncia a la fe y a la revelación positiva 16. Schleiennacher sostuvo se quiere, la comunidad cristiana.
que la teología es verdadera ciencia al servicio de la «conducta de la Hay varios pastoralistas protestantes en este tiempo que desarrollan
Iglesia». Consideró que la teología práctica, que entonces se enseñaba una cierta teología sistemática práctica. Ph. K. Marheinecke (1780-
«se. relaciona?a más con los pequeños detalles que con las cuestione~ 1846) -rival de Schleiennacher en Berlín- sostiene que la teología
de. Iu:portancIa». ~?mo «ci~~cia positiva -escribió-, la teología es comporta dos dimensiones: una teórica y otra práctica; la teología
aSImIsmo un serVICIO: servICIO por la ciencia, pero ciencia ordenada práctica tiene por objeto la Iglesia; no es mera «técnica». Pero el gran
~ una acción responsable o disciplina que culmina en un saber prác- discípulo de Fr. Schleiermacher es C. 1. Nitzsch (1787-1868), para
tI~~»17. La .teología práctica es, según Schleiermacher, teoría del ser- quien el objeto de la teología práctica es la autoconstrucción de la
VICI.O. ecleSIal ~n la comunidad cristiana local o teoría de la respon- Iglesia. En tanto que la teología es, para Nitzsch, «scientia ad praxim»,
sabIlIdad ecleSial respecto de las acciones de la Iglesia en la sociedad la teología práctica es «scientia praxeos». Dicho de otro modo: la
Aunque divulgó la expresión teología práctica, en realidad este tér~ teología encuentra su plenitud en la teoría del ejercicio eclesial del
~ino de la teología protestante procede del teólogo holandés G. Voe- cristianismo, que es la teología práctica.
bus, del s. XVII. En los finales del siglo XIX destaca, asimismo, Chr. Palmer (1811-
En los comienzos del s. XIX, después de las guerras napoleónicas y 1875), quien se esfuerza en mantener el estatuto triple de nuestra
en pleno des~ol~o de los grandes sistemas filosóficos alemanes, se erige disciplina: teológico, científico y práctico. Con todo, muchos pasto-
la nueva umversIdad de Berlín. Allí, siguiendo a Schelling, Schleier- ralistas de este periodo son en realidad dogmáticos de la vida eclesial.
Con Chr. Achelis (1883-1912), autor de un importante manual de
15. Cf. la~ citas de Lutero, estudiadas por G. Ebeling, en M. Midali, Teologia teología práctica, se pretende volver a la vida concreta: el sujeto y
pastorale o pratica, Roma 1985, 24-25. M. Lutero editó en 1517 su obra titulada Disputatio objeto de nuestra disciplina es la Iglesia, la comunidad. Tennina por
contra scholasticam theologiam.
. 16. Cf. Fr. Schleiermacher, Kurze Darstellung des theologischen Studiums zum Behuf prevalecer lo empírico. Pero al acentuar lo práctico, paradójicamente
emlei~tender Vorlesungen, edición crítica de H. Scholz, Leipzig 1910. Ver G. Casalis
Schleiermacher et la réforme des études de théologie: EtThRel 59 (1984) 167-180 ' 18. V. Schurr, Teología pastoral en el siglo XX, en H. Vorgrimler - R. Vander
17. Cf. cita en R. Marlé, Le projet de théologie pratique, Paris 1979,55. . Gucht (eds.), La teología en el siglo XX, III, Madrid 1974, 323-324.
116
Teología Práctica
Historia 117

decae el interés sobre la teología práctica en detrimento de las otras


ciencias eclesiales. tiempo se había separado de la visió~ eclesi~lógica, q~e la cura ~e
almas era individualista y que se habla reducIdo la antIgua teolo~Ia
Así transcurren los comienzos del s. XX hasta la teología dialéctica
pastoral o práctica a una mera hodegética. Basado .en lo~, trabaJos,
de K. Barth (1886-1968), quien, al centrarse en la revelación, convierte
teológicos de J. A. Mühler y M. J. Scheeben y l~ onentacIOn ~e A.
la teología práctica en teología de la palabra o en teología kerigmática.
Graf, definió la teología pastoral como «la ensenanza ~el gobIerno
El centro de la teología no es lo meramente empírico sino la experiencia
pastoral, es decir, de la dirección y cuidad? de la IglesIa como c~­
inmediata e intensiva de la fe. Por eso, más que la esencia de las
munidad de creyentes o como pueblo de DIOS (1 Pe 2,10), a traves
cosas, lo que importa es el acontecimiento. Consecuentemente, el fin
de la dogmática es la predicación como suceso cristiano que se renueva de los órganos mediatos o inme~i~t?s estable~idos. por. Cri~to, su c.a?eza
constantemente. La liturgia apenas tiene importancial9. invisible»24. Considera la homIletIca y la lIturgIa CIenCIaS auxIlIares
de la teología pastoral y establece como te~cera parte ~e esta discipli?~,
Después de la segunda guerra mundial y en la década del Vaticano en el sentido de una solicitud pastoral estnctamente dIcha, la reflexIOn
n, la teología práctica protestante toma un mayor contacto con la realidad sobre la misión, la caridad y la acción católica. .
social del mundo y su secularización. Se estudian las relaciones entre
Frente a la clericalización de la acción pastoral, C. Noppel mtroduce
Iglesia, reino de Dios y mundo. Así, bajo la influencia de Tillich, el
al seglar como miembro activo en la edifIcació? del c~erpo místico, ~ero
pastoralista A. D. Müller desarrolla como teología práctica una teología
a través de su participación en el apostolado JerárqUlC?. La comurudad
de la cultura. AfIrma que la teología práctica es «el lugar teológico de
cristiana no es, pues, meramente pasiva frente a la actIvIdad del pastor,
la justa realización del reino de Dios en la Iglesia, y por la Iglesia en el
sino que posee la misión de edifIcar el cuerpo de Cristo.
mundo»20. E. Hertzch confronta la Iglesia «real» con la Iglesia «verda-
dera» , al21 aceptarla como cuerpo místico y analizarla como realidad
empírica O. Haendler desarrolla las relaciones entre la Iglesia y el
b) Etapa de la posguerra última mundial
ateísmo moderno. Sin embargo, la teología práctica protestante reciente
es teología de .la Iglesia o ciencia de la práctica eclesiaF2.
Al acabar la segunda guerra mundial se produce ~na int~nsa re-
novación de la teología pastoral en Alemania y FranCIa. HaCIa 1942
4. Renovación contemporánea de la teología pastoral católica comienza F. X. Arnold (1898-1969) sus estudios en tomo a la natu-
raleza e historia de la acción pastoral. Es heredero teológico en la
a) Etapa entre las dos guerras mundiales cátedra de Tubinga de los pensadores alemanes sobre la c,ura?e .almas.
Según Amold, la teología pastoral presupone. ~na ~e?logIa blblzca q~e
La renovación contemporánea de la teología y la aparición de investiga el «contenido y forma de la revelacIOn dlvma»; una ~~ologIa
diferentes movimientos cristianos de renovación ayudaron a concebir histórica que estudia la «evolución y los azares de }a r~vela:I?n y la
de un modo más eclesial, científico y teológico la teología pastoral o Iglesia en el ir y venir de la historia» y ~~a teologIa sl~tematlc~ q.ue
teología práctica. En vísperas de la segunda guerra mundial destacaron profundiza el «dogma y el ethos, el espmtu. y la esencI~ del cnstIa-
los p~stor~li~tas L. Bopp y C. Noppel, el primero en una línea psi- nismo»25. Esta asignatura no es mero recetano o corolano de la.dog-
cologlca rapldamente rebasada y el segundo con un contenido mayor mática, ya que posee un objeto propio constituido por las «acCIO?~S
de teología y eclesiología. C. Noppel publicó en 1937 su libro Ae- eclesiales», que consisten en la palabra, los sacramentos y la accI~n
dificatio Corporis Christi con el propósito de ofrecer un nuevo manual pastoral en un sentido amplio. En definitiva, la teología pastoral, .s,egun
3
de teología pastoraF • Vislumbró que la concepción pastoral de su F X. Arnold es «la doctrina teológica sobre las formas de aCCIOn de
l¡ Iglesia» o' teología de las acciones ecle.s}ales26 . Evidenteme?te,
19. V. Schurr, Teología pastoral en el siglo XX, o. c., 324-325. Amold entiende la Iglesia como «congregacIOn de todos los bau~Iza­
20. A. D. Müller, Grundriss der Praktischen Theologie, Gütersloh 1959. dos». Por eso afIrma que «los bautizados son fundamentalmente sUjetos
21. E. Hertzsch, Die Wirklichkeit der Kirche. Kompendium der Praktischen Theo-
lógie, 1, Tübingen 1956.
22. O. Haendler, Grundriss der Praktischen Theologie, Berlin 1957. 24. ¡bid.,!. "-
23. Cf. C. Noppel, Aedificatio Corporis Christi. Aufriss del Pastoral, Freiburg 1937' 25. F. X. Amold, Qué es la teología pastoral?, en id., Palabra de salvaclOn como
'1949. , palabra al tiempo, Estella 1966, 361.
26. ¡bid., 364.
118 Teología Práctica Historia 119

de la actividad de la Iglesia y portadores responsables de sus formas francés la traducción de la obra de F. X. Amold Di~nst am glauben,
de acción». La Iglesia, pues, se construye desde arriba, «por medio escribe Liégé un prologo importante so.bre el sentId? q~e pos~e. la
de Cristo», y desde abajo, «por la fe y el amor de sus miembros»27. teología pastoral. Ahí define dic~a maten a como «l~ ~l~~cla t~~I~gIca
Siguiendo las orientaciones de A. Graf, afirma Arnold que «la meta de la acción eclesial»34. Al expbcar esta breve de~mIclOn, LIege ~e­
de la teología pastoral es tanto de naturaleza científica como práctica; fiende el carácter científico, teológico y eclesiológIco de nuestra dIS-
comprende teológicamente a la Iglesia obrando pastoralmente y sus ciplina. De este modo establece una e~tre,cha relaci?n con el pen~a­
formas de acción en la palabra, el sacramento y la cura del almas»28. miento de Amold, del que se considera dISCIpul~ ~ ~illlgO. Pa~~ ~studIar
El eje radical de la pastoral es, para Amold, el principio divino-humano las divisiones de una teología pastoral, parte LIege de la mISlOn de la
fundamentado en Cristo. Esto significa que la acción pastoral incluye Iglesia, formulada en el mandato ~e. Cri~to a los a~~stoles \~t ~8,
la participación de Dios y del hombre. «La teología pastoral está, por 18-20). Concluye que se dan tres mImsteno~: el profetIco? el hturwco
tanto, subordinada y obligada a estos dos factores, en medio de los y el caritativo. También aboga por el e~t~dlO de unos pnmeros P~I?­
cuales la Iglesia ha de servir de mediadora: Dios y su revelación y el cipios que «la teología pastoral debe explIcItar a la lar~o de s~ reflexlOn
hombre en su situación concreta»29. De ahí que el pastoralista de sobre la acción eclesial: acción de Cristo en la IglesIa en vIrt?d d~ la
Tubinga distinga entre la mediación de la obra salvadora (Heilsver- misión»35. Los resume en estos tres: el cristológico, el e~leslOlóg~co
mittlung) y el proceso mismo de salvación (Heilsprozess). La acción y el de la unidad de misión. En uno de sus ?ltimos trabaJos3~escnbe
divina ocupa un primer puesto; la Iglesia cumple un humilde servicio la teología pastoral como «teoría de la praxIs de la IglesIa» .
o ministerio de fe y de amor instrumental-personal, sin ejercer un
dominio sobre los medios de salvación y sobre las personas30 . En
definitiva, el principio teándrico es fundamental en la acción pastoral. c) Etapa posconciliar
Con una visión semejante a la de F. X. Arnold en Alemania, el En la década de los sesenta recibió la teología pastoral ~n nu~,:o
francés P.-A. Liégé (1921-1979) parte de una recta concepción impulso, gracias al magisterio teológico de K. Rahner. L~ one~tacI~n
eclesiológica31 . Para justificar el ministerio eclesial, que se resume en pastoral de la teología, que se ~anifiesta con vigor graCIas al mflujo
«proponer la fe salvadora, conferir los sacramentos y suscitar comu- del Vaticano n, cristaliza en el Importante Handbuch der ~astoralt­
nidades de santidad», Liégé fundamenta la eclesiología en la cristo- heologie (manual de teología pastoral) elaborad? po: l~s mejores pa~­
logía. «La evangelización de las naciones es el oficio profético; bau- toralistas del momento, con el subtítulo: «teologIa practIc~ de la IgleSIa
tizarlas es el oficio sacerdotal; hacerles guardar los mandamientos es en su presente»37. Aunque esta obra había sido concebIda ~~t;: del
el oficio pastoral; oficios todos ellos que han de ser desempeñados en Vaticano n, responde a las exigencias pa~torales del ConCIbo . La
nombre de Cristo, que continúa presente en su obra»32. Basado en una teología pastoral tienen por o.bjeto l~ IgleSIa -no ?Ieramente ~l pas-
eclesiología viva, Liégé define en 1955 la teología pastoral como «la tor- y es reflexión que se dIferenCIa de la teologIa especulatIva, ya
reflexión sistemática sobre el conjunto del misterio de la Iglesia en el que se considera disciplina rigurosa y autónoma. En e~te manual se
acto vivido durante el tiempo de su crecimiento», o bien «la reflexión intentan exponer los fundamentos teológico~ de la accIó~ pastoral y
sistemática sobre las diversas mediaciones que la Iglesia realiza para explayar la actividad de la Iglesi~ en ,s~ conjunto, en .la bne~ de una
la edificación del Cuerpo de Cristo» 33. En 1957, al presentar al público teología práctica rigurosamente cIenufIca . Es. ~oncebIda aq~I la ~eo­
logía pastoral como ciencia de la autorr~ahz~~lOn de la IgleSIa (ob~eto
27. Ibid., 365. material), a la luz teológica de cada sItuaclOn actual de la IgleSIa y
28. F. X. Amold, Teología e historia de la acción pastoral, Barcelona 1969 , VII.
29. F. X. Amold, ¿Qué es la teología pastoral?, o. c., 366. 34. Está este texto en la segunda edición de F. X. Amold, Al servicio de la fe,
30. Cf. F. X. Amold, Pastoraltheologische Durchblicke, Freiburg 1965. En esta Buenos Aires 1963, 12.
obra se recogen sus tres trabajos importantes publicados en 1948, 1949 Y 1956.
31. Cf. P. A. Liégé, El misterio de la Iglesia, en Iniciación teológica, III, Barcelona 35. Ibid., 15. h h tI 1
36. Cf. P. A. Liégé, Positions de la théologie pastorale, en Rec ere es actue es, ,
1961, 253-313, que anticipa muchas perspectivas conciliares sobre la iglesia. La edición
Paris 1971, 51-72. d
original francesa es de 1954. Anteriormente había publicado Théologie de I'Église et 37. Cf. F. X. Amold - K. Rahner - V. Schurr - L. M. Weber (eds.), Handbuch er
probtemes actuels d'une pastorale missionnaire: MD 34 (1953) 5-19. Pastoraltheologie, 5 tomos, Freiburg 1964-1972.. ., .
32. P. A. Liégé, El misterio de la Iglesia, o. c., 271. 38. En 1961 se imprimió como manuscrito en Fnburgo de Bnsgov¡a, Plan und AufrlSS
33. P. A. Liégé, Pour une théologie pastorale catéchétique: RSPhTh 39 (1955) 5. eines Handbuches der Pastoraltheologie.
120
Teología Práctica Historia 121

~e! mundo (objeto formal). Fundamentalmente el Handbuch se iden- 1860)42. Tuvo abundantes ediciones el libro Tesoro del sacerdote del
tIfIca. con. una «eclesiología existencial». Pero más que definir una jesuita José Mach (la 10 edición es de 1889), corregido después por
doct~na, mtenta trazar los criterios de la renovación pastoral de la el P. Ferreres. Ya en el s. XX fueron muy utilizadas las obras p'ráctica
I?lesI~ en el ~~ndo. No pretende ofrecer recetas pastorales al clero, parroquial de Eduardo Genovés (Valencia 1914); Lo que puede un
smo cIrcu~scnblfSe a la reflexión crítica sobre la «autorrealización» cura hoy del Arcipreste de Huelva (Sevilla 1910), el manual de José
de la IglesIa en el presente y en el futuro. Esta obra difiere profun- Vilaplana Teología pastoral y práctica parroquial (Barcelona 1922)
damente40de la que publicó M. Pfliegler en 1962 39 o G. de Bretagne y el Curso de teología pastoral de Francisco Naval (Madrid 1925).
en !964 anclados en concepciones pastorales sobrepasadas. La teo- Tuvo una gran difusión la edición en castellano del Curso de teología
logIa. I?astor~l del manual ale~án se especifica por las exigencias y pastoral del francés V. Lithard (Barcelona 1932).
con~I~lOnamIentos deJa actualIdad y futuro eclesial analizados socio- En general todos estos manuales, especialmente los más antiguos,
teologIcamente. El sUJ~to de la a~ción pastoral es la Iglesia. Es, pues, tienen un concepto práctico de teología pastoral, son escasamente
este .manu~~ una especIe de «polItología de la Iglesia». Precisamente teológicos y se basan en una visión jurídica y clerical de la Iglesia.
su d.ImenslOn .eclesIal es su fuerza y debilidad. La Iglesia cobra ahí La teología pastoral es, por ejemplo, para V. Solano, la ciencia que
un~ Imp?rtanc,Ia excepcional. De ahí que sea de hecho una eclesiología ayuda a los párrocos a desempeñar «con el mayor celo todos sus
eXIstencIal, mas que un~ teología práctica. No llega a ser realmente deberes pastorales y públicos para que también se santifique la feli-
una te.~logIa de la praxIS de los cristianos o una ciencia teológica de gresía» (p. 15); para J. Vilaplana es «la ciencia que trata de la dirección
la acclOn41 •
de las almas mediante el ejercicio del ministerio parroquial» (p. 7);
para F. Naval es «la ciencia práctica que tiene por objeto el gobierno
exterior o público de las almas, junto con su alimentación, curación,
5. La teología pastoral española hasta el Vaticano II protección y defensa, en orden a su santificación y a su salvación
eterna» (p. 11) Y para V. Lithard, «la última parte de las ciencias
En España se publicaron .durante el siglo XIX algunos manuales eclesiásticas que tiene por objeto enseñar a los futuros sacerdotes y
de ~eologIa 'pas~oral, ya escntos directamente en castellano, ya tra- pastores de almas el modo de cumplir con exactitud sus propios de-
dU~Idos ordmanamente del francés. Uno de estos primeros manuales beres, antes de encargarse de algún ministerio» (p. 5-6). Todos estos
edItados se~ún las corrientes que se empezaron a dar en Europa a autores escriben con la preocupación de orientar la práctica parroquial
~onsecuencIa del d~creto ~e IY,laría Teresa de Austria, fue el del agus- y de trazar sabios avisos para la «dirección interna e individual» de
tmo Lorenzo Ant?~lO Man~, tIt~lado Instituciones de teología pastoral las almas. Afirman claramente -como piensa F. Naval- que no
o t~atado del ofiezo y .oblzf!aclone~ del párroco (Madrid 1805). En tratan de «formar simplemente buenos ciudadanos y óptimos gober-
realIdad no tuvo ~emasIada mfluencIa, ya que el estudio de la teología nantes», sino santificar las almas y conseguir su salvación eterna
pastoral como aSIgnat~ra comenzó entre nosotros a mediados del s. (p. 12).
XIX. En.la segunda mItad del siglo pasado se publicaron estas obras: Algunas de estas obras han tenido abundantes ediciones y se han
El cura ¡[ustra~o en orden a sus derechos y deberes por el párroco reeditado incluso en los años inmediatamente anteriores al Vaticano
d~ ~arbastro VI~~nte Solano (Barbastro 1848-1849); Apuntes para el 11. Así ha ocurrido con el manual ya citado de F. Naval, el de Alejo
reglmen ~e !a dlOcesis por san Antonio María Claret (Madrid 1857 y Sendra titulado Teología pastoral con práctica parroquial (Valencia
1865); B.lblzoteca del cura párroco por el párroco oscense Orencio 1954, 2 ed.), el de Salvador Rial revisado por Laureano Castán, Ma-
Santolana ~ Anoro (Huesca 1858) y Arte. pastoral o método para nual del buen pastor (Tarragona 1957, 5 ed.) y el de J. Blouet Teología
gobernar bIen una parroquia por el dominico Juan Planas (Barcelona pastoral, traducido del francés (Madrid 1960). Las definiciones que
dan Sendra y Rial de teología pastoral siguen la misma corriente que
39. Cf. M. Pfliegler, Teología pastoral, Barcelona 1966. los antiguos manuales de corte pragmático: tratan de los deberes del
40. Cf. G. de Bretagne, Pastoral fundamental, Madrid 1968.
41. El pensamiento pastoral de K. Rabner puede ser examinado, fuera del m I
42. En esta obra de J. Planas, de tres tomos, se dedican por ejemplo 35 páginas a
en K. Ra?ner - H. Vorgrimler, Diccionario teológico, Barcelona 1966, la voz P ~nuaz'
las relaciones del párroco con sus parientes y domésticos y 7 a la catequesis; por otra
527-528; Id., Teología pastoral, en E. Neuhiius1er - E. Góssmann, ¿Qué es teo~s o~a?,
Salamanca 1969, 345-528. ogla. , parte, mientras habla en 89 páginas de la primera comunión no hay una sola consagrada
a la misa.
122 Teología Práctica
n. TEOLOGIA
pastor en orden al gobierno de las almas. La Iniciación a la vida
pastoral de B. Martín Sánchez (Salamanca 1956) se resume en unos
«consejos prácticos a neopresbíteros» sin pretensiones teológicas.
La última etapa española preconciliar de la teología pastoral está
representada por la obra de C. Sánchez Aliseda (1914-1960), profesor
de Teología Pastoral y Liturgia de la Universidad Pontificia de Sala-
manca y fundador y primer director del Instituto Superior de Pastoral,
desde 1955 hasta su muerte en 1960, en accidente de tráfico. Las
aportaciones de Sánchez Aliseda, en una labor de divulgación, giran
en tomo al sacerdote como responsable de la pastoral; los laicos son
meros colaboradores del presbítero en la parroquia. El fin de la acción
pastoral es la salvación y santificación de las almas. En resumen, la
acción pastoral es -para Sánchez Aliseda- el estudio del quehacer
sacerdotal, siguiendo el ejemplo de Cristo sacerdote, profeta y rey,
para una mayor eficacia en la salvación de las almas43 •

BIBLIOGRAFIA
W. Birbaum, Theologische Wandlungen von Schleiermacher bis Barth.
Eine Enziklopiidische Studie zur praktischen Theologie, Tübingen 1963; F.
Dorfmann, Die Ausgestaltung der Pastoraltheologie zur Universitiitsdisziplin
und ihre Weiterbildung, Wien-Leipzig 1910; R. Füglister, Die Pastoraltheo-
logie als Universitiitsdisziplin. Eine historisch-theologische Studie, Basilea
1951; F. Klostermann - J. MülJer (eds.), Pastoraltheologie. Ein Entscheideder
Teil der josephinischen Studienreform 1777-1977, Wien-Freiburg-Basilea
1979; F. Klostermann - R. Zerfass (eds.), Praktische Theologie heute, Mün-
chen-Mainz 1974; W. Pannenberg, Teoría de la ciencia y teología, Madrid
1981; G. Rau, Pastoraltheologie. Untersuchungen zur Ceschichte und Struktur
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L. M. Weber (eds.), Handbuch der Pastoraltheologie, Freiburg 1964, l, 40-
92; E. Weinzierl y G. Griesl (eds.), Von der Pastoraltheologie zur Praktischen
Theologie 1774-1974, Salzburg-München 1975.

43. Cf. C. Sánchez Aliseda, El sacerdote y la acción pastoral, Madrid 1955; id.,
Pastoral de Jesús, Madrid 1958; id., Pastoral de urgencia, Madrid 1958; id., Parroquia
para todos. Madrid 1961.

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