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UNIVERSIDAD YACAMBÚ

VICERRECTORADO ACADÉMICO
FACULTAD DE CIENCIAS JURÍDICAS Y POLÍTICAS
DEPARTAMENTO DE ESTUDIOS GENERALES
CRIMINALÍSTICA Y MEDICINA LEGAL

TAREA SEMANA 11

EL ABORTO EN VENEZUELA
(ENSAYO)

Profesor: Pedro Juárez


Alumno: Gerardo García Rangel
CI: 11.246.886
Expediente: CJP-111-00047V
Sección: “B”
Correo: gerardogarciarangel@gmail.com

Barquisimeto, 22 de noviembre de 2014

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EL ABORTO EN VENEZUELA
(ENSAYO)
Sin duda el aborto ha sido una de las
situaciones que más polémica y discusiones ha
generado no solo en Venezuela sino en todos los
países del mundo. La percepción de este tema
pasa por diferentes enfoques: el enfoque médico, el
científico, el legal, el religioso, el social, el
educativo, y hasta el filosófico. Cada País ha tenido
diferentes historias, opiniones y legislaciones alrededor del aborto, y para este ensayo
nos enfocaremos en Venezuela.
El aborto como problema, definido como la muerte dolosa del feto dentro del
útero o su violenta expulsión del vientre materno con la posterior muerte del feto, ha
tenido en nuestro País profundos orígenes en los problemas sociales y educativos que
hemos venido sufriendo en la historia reciente, con el consecuente deterioro de los
valores y de la misma vida humana.
Desde el punto de vista legal, nuestra legislación lo considera como “ilegal”,
excepto cuando amenaza a la vida o la salud de la mujer, nuestro Código Penal lo
define como “aborto provocado”, y lo sanciona de acuerdo con el artículo 430 que
establece que “la mujer que intencionalmente abortare, valiéndose para ello de medios
empleados por ella misma, o por un tercero, con su consentimiento, será castigada con
prisión de seis meses a dos años”, y también sanciona con prisión a quien lo produzca
(a quien colabore con la mujer en la comisión de este delito), e igualmente impone
penas más duras si la mujer embarazada muere como resultado del procedimiento de
aborto.
Por otro lado, en Venezuela el aborto se presenta con una característica muy
particular y diferenciadora, ya que la mayoría de las mujeres que recurren a este
procedimiento se encuentran en edad adolescente. Por esta razón, el 24 de septiembre
de este mismo año el Comité de Naciones Unidas sobre los Derechos del Niño solicitó
a Venezuela que amplíe ley del aborto, argumentando que esta acción reduciría el alto
índice de mortalidad en adolescentes.
La petición de la Organización de las Naciones
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Unidas (ONU) establece que nuestro País debería modificar la del aborto para permitir
que las adolescentes interrumpan su embarazo con el fin de reducir el alto índice de
mortalidad entre ese grupo, el cual es uno de los más elevados de la región, y esto se
debe básicamente a la falta de acceso a procedimientos de aborto seguro por lo
restrictivo de nuestra ley penal, y además por la falta de información sobre el impacto
de los programas para reducir estos embarazos. Igualmente esta petición prevea
excepciones adicionales en caso de que el embarazo sea consecuencia de una
violación o de un incesto. Todo lo anterior debe ir acompañado de campañas de
concienciación entre los varones sobre la importancia de un comportamiento sexual
sano y las responsabilidades de la paternidad.
En mi opinión, esta problemática no tiene fácil solución. En principio porque tiene
sus orígenes en los complejos problemas sociales que actualmente estamos sufriendo,
sumado a un sistema educativo deficiente que no logra en su totalidad los objetivos
necesarios, sobre todo en el sector de menores recursos económicos donde el número
de embarazos adolescentes es bastante alarmante. En mi propia experiencia, durante
mis años de estudiante del liceo era casi imposible observar a una liceísta embarazada.
Hoy día es un tema que parece “normal” la gran cantidad de estudiantes embarazadas
que asisten a nuestros liceos.
La adaptación del marco legal penal tal como lo pide la ONU es una solución de
una sola dimensión, que busca básicamente disminuir el número de muertes de las
embarazadas adolescentes, pero no ataca en lo mínimo el problema de raíz, como lo
es la desastrosa pérdida de valores y deterioro del sistema educativo con el
consecuente y directo deterioro de nuestra sociedad.
Para los que tenemos un poco más de edad, el solo hecho de analizar algunas
de las canciones más populares que nuestros jóvenes escuchan, cantan y bailan a
diario, nos permite percibir de primera mano cómo los antivalores se han instaurado
profundamente en la mente y en el corazón de la juventud actual. Creo en el
modernismo, pero esto nada tiene que ver con la sociedad deprimida que
lamentablemente estamos viendo hoy en nuestra querida Venezuela.

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