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ABECEGRAMAS

¿Conocéis los abecegramas?

¿Conocéis los abecegramas?

Son oraciones en las que cada una de sus palabras se disponen en orden


alfabético; la primera comienza con la letra a, la segunda con la b, y así
sucesivamente.

Es una práctica ya utilizada siglos atrás por ilustres personajes como Miguel de
Cervantes. Una de las obras más destacadas de la literatura española, El Quijote
de la Mancha, incluye en uno de sus capítulos un abecegrama donde se describe
las cualidades que debe tener un enamorado:

(...) vive con contento y satisfación de que, ya que caíste en el lazo amoroso, es el
que te aprieta de valor y de estima, y que no solo tiene las cuatro eses* que dicen
que han de tener los buenos enamorados, sino todo un abecé entero: si no,
escúchame, y verás como te le digo de coro. Él es, según yo veo y a mí me
parece, agradecido, bueno, caballero, dadivoso, enamorado, firme, gallardo,
honrado, ilustre, leal, mozo, noble, honesto, principal, quantioso, rico y las eses
que dicen, y luego, tácito, verdadero. La x no le cuadra, porque es letra áspera; la
y ya está dicha; la z, zelador de tu honra.
Rióse Camila del abecé de su doncella (...)

Sin embargo, esto no es sólo un juego de célebres genios de la literatura, sino que
con un poco de ingenio cualquiera puede ser capaz de crear su propio
abecegrama. Pese a su dificultad, es una buena idea para que los niños puedan
aumentar su vocabulario y a la vez practiquen el abecedario.

Abecegramas: fitness literario (I)
o cómo ejercitar la escritura a ritmo de abecedario

Por César Sánchez


Peso mis palabras en balanzas hechas con tela de araña.

Villiers de L'Isle-Adam (1838-1889)

Para mejorar la escritura, nada mejor que ejercitarla día a día. ¿Que no dispones
de tiempo? ¡No te preocupes! Puedes ejercitarla escribiendo textos cortos:
abecegramas, por ejemplo. En este artículo te explico qué es un abecegrama y
cómo lo puedes hacer servir a modo de ejercicio de fitness literario.

Un abecegrama es un texto cuyas palabras están dispuestas en orden


alfabético según su letra inicial. Es decir: en un abecegrama, la primera palabra
empieza por a, la segunda por b, la tercera por c, etc.

A continuación tienes un ejemplo de abecegrama:

Ayer, bajo cientos de espadas, fui grácilmente herido, ¡infieles!, jefes kuwaitíes los
más, ninguna ñoñería. Oídme: ¿por qué? Ruido sordo te urdí, viva Wisconsin:
xilófonos y zapatos adquirí baratos con dos euros. Fin.

Lo habitual, al escribir un abecegrama, es empezar por la a y llegar hasta la z,


pero nada nos impide ir más allá de la z y dar una segunda vuelta al alfabeto, o
dos vueltas más, o las que sean. En el ejemplo, yo he seguido hasta la f de la
segunda vuelta. También podemos empezar por una letra que no sea la a (la e,
por ejemplo), o avanzar en orden alfabético inverso: z, y, x...

Escribir un abecegrama te servirá para practicar, por ejemplo, la búsqueda de


sinónimos: si has llegado hasta, por ejemplo, la s, y ves que ahora, para
continuar la frase, te iría perfecto un sustantivo que tienes pensado, pero que
empieza por una letra que no es la t, puedes tratar de encontrar un sinónimo que
empiece por t.

Aprovecho para recordar, aunque no haga falta, que el alfabeto español consta de
27 letras, que son: a, b, c, d, e, f, g, h, i, j, k, l, m, n, ñ, o, p, q, r, s, t, u, v, w, x, y, z.
Si lo deseas, puedes incluir en tu abecegrama palabras para los dígrafos ch y ll, e
incluso para los dígrafos gu y qu. Por el quinto dígrafo del castellano, rr, no has de
preocuparte, ya que no existen palabras que empiecen por él.

No te resultará difícil ir escogiendo cada palabra de manera que la secuencia


resultante tenga un mínimo de sentido, aunque ya verás que la cosa se complica
un poco al llegar a ciertas letras, como la k, la ñ, la w o la x, ya que no hay tantas
palabras que empiecen por ellas. Por ejemplo, para la x tenemos xenófobo/a,
xenón, xerografía, xilófago/a, xilófono, y pocas más.

Si quieres, puedes recurrir a palabras del inglés o de cualquier otro idioma, o


nombres propios, de ciudades de otros países, por ejemplo, siempre que la
secuencia siga teniendo un mínimo de coherencia. Por ejemplo, para la x, puedes
incluir el nombre de alguna población mexicana de las muchas que hay que
empiezan por esa letra. También puedes usar acrónimos o nombres de marcas
comerciales o, incluso, inventarte palabras, si te ves capaz de ello.

Y si en alguna letra te atascas del todo, siempre puedes saltártela, y arreglado,


que por más que el texto resultante no pueda ser considerado ya un abecegrama
íntegro, habrás practicado igual la escritura, que de eso se trata.

¿Te animas a escribir un abecegrama? ¿Eres capaz de dar dos vueltas al


abecedario? ¿Y tres? ¿Y cuatro?

Aquí tienes otro ejercicio de fitness literario.

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