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Ha sido nominado al Foro Económico Mundial como miembro del comité para el
futuro de Internet y la República de Corea le nominó para participar y ser
representante de investigaciones de vanguardia y estudios de casos sobre Internet
de las Cosas en ITU Telecom World, United Nations. Diferentes gobiernos,
multinacionales y firmas internacionales de consultoría e investigación confían en
la visión de Scott sobre el futuro de la tecnología emergente.
El segundo libro de Scott, ‘La raza humana: cómo los humanos pueden sobrevivir
en la edad robótica’ (2018), explora la inminente pérdida de empleos por la llegada
de la Cuarta Revolución Industrial y su consecuente implementación de la
inteligencia artificial y la robótica y su impacto en la desigualdad, el aumento de los
ingresos en el populismo y el nacionalismo que se extienden por todo el mundo.
“Para sorpresa de algunos, las tecnologías disruptivas rara vez trabajan de forma
aislada”, cuenta, describiendo la relación entre IoT y la nueva revolución industrial.
“Es la convergencia entre estas tecnologías lo que realmente impulsa la
innovación”. Ambas, tanto la industria como IoT, son dos caras de la misma
moneda en el ámbito de la innovación.
IoT juega un papel crítico de varias formas, explica Amyx. “La primera es su
capacidad para cuantificar objetos animados e inanimados para construir una
matriz de información en tiempo real. Esto quiere decir que, del propio ecosistema,
los recursos naturales, edificios, automóviles, ciudades y hogares, generaremos
un gran volumen, variedad y velocidad de información”. Estas, según el
entrevistado, son las 3V del Big Data. Profundizando en este tema, debemos
también empezar a hablar sobre las aplicaciones.
Además de la relación entre IoT, la inteligencia artificial y data science, hay que
mencionar el cambio a redes distribuidas y descentralizadas. Amyx provee dos
ejemplos: “Las cadenas televisivas como NBC, ABC y CBS representan el
paradigma “de uno hacia muchos” que ofreció un medio centralizado de
distribución de contenido para las masas. Hoy nos ubicamos más allá de la red y
el cable para llegar al streaming en tiempo real y al contenido generado por el
usuario, con un modelo de creación y distribución “de muchos para muchos”.
Amyx considera importante comprender que tanto la cuarta como las siguientes
revoluciones industriales serán tanto buenas como malas. En sus palabras,
depende de a qués egmentos de población nos enfoquemos. “Como hemos visto
entre varias industrias, la tecnología trata de escatimar costes. A través del
tiempo, como hemos visto desde con la secuenciación del genoma hasta los
discos duros, los costes marginales disminuyen a una fracción minúscula de lo
que fue en un principio. “Esto es un gran beneficio para la sociedad”, clarifica.
El experto discute esto en su obra The Human Race: How Humans Can Survive in
the Robotic Age. En ella, el autor explora la pérdida de trabajos que trae la
inteligencia artificial, la robótica y el impacto que tienen en la desigualdad de
ingresos alrededor del mundo. “Para el 2030, se espera que la automatización
impulsada por inteligencia artificial desplace entre el 50% y el 80% de la fuerza
laboral humana. Cuando el ritmo de convergencia de las tecnologías
exponenciales alcanza una pendiente casi vertical, la tendencia a desplazar seres
humanos se vuelve imparable, explica.