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C U A D E R N I L L O DE ACT I V I D A D E S
........................ALUMNO
GRADO
º
Lengua
.........................
APRENDER CON TODOS
Tareas de acompañamiento
para alumnos y alumnas
de 4to. y 5to. grado
MINISTRO DE EDUCACIÓN
Prof. Alberto Estanislao Sileoni
SECRETARIA DE EDUCACIÓN
Prof. María Inés Abrile de Vollmer
s o y ...
o
Nombre y apellido
Grado
Escuela
Localidad
Provincia
Lengua 5º
natural con actividades como la ganadería y la agricultura; la tala de
bos- ques y selvas; la construcción de obras como rutas, represas,
puentes; la explotación minera y petrolera y la contaminación
ambiental.
• Caza y comercio de animales: la caza comercial (de ballenas y 7
yacarés); la caza deportiva (de pumas y cauquenes); la caza de "plagas"
(pumas y zorros); la caza por subsistencia; la pesca.
• Introducción de especies exóticas: el ganado ha contagiado
enfermedades a la fauna silvestre, y ha desalojado a especies de
su ambiente natural.
Cómo salvarlas
Las direcciones de Fauna nacional y provinciales junto con
organizaciones sociales (ONG), hacen acuerdos para proteger especies.
Además de prohibirse su caza se crean reservas ecológicas para
conservar los ambientes naturales.
Algunas especies son protegidas y luego se busca reinsertarlas en su
hábitat. El oso hormiguero gigante, por ejemplo, está siendo reintroducido en
Corrientes. Hay programas para proteger y reintroducir al huemul, al yaguareté,
al tatú carreta, al tapir y al ciervo de los pantanos, entre otros.
••• Después de leer la noticia...
Volvamos a leer el título y subtítulo:
Lengua 5º
Los títulos nos ayudan a anticipar qué tema o temas se tratan en el texto.
Los títulos siempre comienzan con mayúscula.
Lengua 5º
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4. Anota al menos tres actividades del hombre que amenazan o ponen
en peligro a los animales.
s títulos siempre comienzan con mayúscula. Revisa si escribiste correctamente los títulos de los recuadros.
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Chebez registró detalladamente las especies en riesgo. Misiones, Buenos Aires y Salta aparecen como las provincias co
“Un hombre registró detalladamente las especies en riesgo. Tres son las provincias
con mayor número de especies amenazadas.”
Lengua 5º
11
H
“ ubo una época en que el yaguareté -o tigre americano- habitaba
el Río Negro, en Argentina. Hoy quedan sólo unos 250 ejemplares acorralados en las Yungas de Salta y Jujuy, parte de
El loro Pelado
Un cuento de Horacio Quiroga
Había una vez una bandada de loros
que vivía en el monte.
De mañana temprano iban a comer
choclos a la chacra, y de tarde comían
naranjas. Hacían gran barullo con sus
gri- tos, y tenían siempre un loro de
centinela en los árboles más altos, para
ver si venía alguien.
Los loros son tan dañinos como la
lan- gosta, porque abren los choclos
para pico- tearlos, los cuales, después
se pudren con la lluvia. Y como al mismo
tiempo los loros son ricos para comerlos
guisados, los peo- nes los cazaban a
tiros.
Un día un hombre bajó de un tiro a
Las imágenes del cuento son un loro centinela, el que cayó herido y
de
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un buen rato antes de dejarse agarrar. El peón lo llevó a la
casa, para los hijos del patrón; los chicos lo curaron porque
no tenía más que un ala rota. El loro se curó muy bien, y se
amansó completamente. Se llamaba Pedrito. Aprendió a
dar la pata; le gustaba estar en el hombro de las personas
y les hacía cosquillas en la oreja.
Vivía suelto, y pasaba casi todo el día en los naranjos y
eucaliptos del jardín. Le gustaba también burlarse de las
galli- nas. A las cuatro o cinco de la tarde, que era la hora
en que tomaban el té en la casa, el loro entraba también en
el come- dor, y se subía por el mantel, a comer pan mojado
en leche. Tenía locura por el té con leche.
Lengua 5º
Decía: "¡Buen día, lorito! ¡Rica la papa! ¡Papa para
Pedrito!..." Decía otras cosas más
que no se pueden decir, porque los
loros, como los chicos, aprenden
con gran facilidad malas palabras. 13
Era, como se ve, un loro bien
feliz, que además de ser libre,
como lo desean todos los pájaros,
tenía también, como las personas
ricas, su five o clock tea.
Ahora bien: en medio de esta
felicidad, sucedió que una tarde de
lluvia salió por fin el sol después de
cinco días de temporal, y Pedrito
se
puso a volar gritando: —¡Qué lindo día, lorito!... ¡Rica, papa!...
¡La pata, Pedrito!... y volaba lejos, hasta que vio debajo de
él, muy abajo, el río Paraná, que parecía una lejana y
ancha cinta blanca. Y siguió, siguió volando, hasta que se
asentó por fin en un árbol a descansar.
Y he aquí que de pronto vio brillar en el suelo, a través
de las ramas, dos luces verdes, como enormes bichos de
luz.
—¿Qué será? —se dijo el loro— “¡Rica, papa!”... “¿Qué será
eso?”... “¡Buen día, Pedrito!”...
El loro hablaba siempre así, como todos los loros,
mezclan- do las palabras sin ton ni son, y a veces costaba
entenderlo. Y como era muy curioso, fue bajando de rama
en rama, hasta acercarse. Entonces vio que aquellas dos
luces verdes eran los ojos de un tigre que estaba agachado,
mirándolo fijamente.
Pero Pedrito estaba tan contento con el lindo día, que
no tuvo ningún miedo.
—¡Buen día, tigre! —le dijo— “¡La pata, Pedrito!”...
Y el tigre, con esa voz terriblemente ronca que tiene, le
respondió:
—¡Bu-en día!
—¡Buen día, tigre! —repitió el loro—. ¡Rica, papa!...
¡rica, papa!... ¡rica papa!...
Y decía tantas veces "¡rica papa!" porque ya eran las
cua- tro de la tarde, y tenía muchas ganas de tomar té con
leche. El loro se había olvidado de que los bichos del
monte no toman té con leche, y por esto lo convidó al tigre.
—¡Rico té con leche! —le dijo—. “¡Buen día, Pedrito!”...
¿Quieres tomar té con leche conmigo, amigo tigre?
Pero el tigre se puso furioso porque creyó que el loro se
reía de él, y además, como tenía a su vez hambre, se
quiso comer al pájaro hablador. Así que le contestó:
Lengua 5º
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Pero Pedrito no había muerto, sino que continuaba en su
cueva sin dejarse ver por nadie, porque sentía mucha
vergüen- za de verse pelado como un ratón. De noche
bajaba a comer y subía en seguida. De madrugada
descendía de nuevo, muy ligero, iba a mirarse en el espejo 15
de la cocinera, siempre muy triste porque las plumas
tardaban mucho en crecer.
Hasta que por fin un día, o una tarde, la familia sentada
a la mesa a la hora del té vio entrar a Pedrito muy tranquilo,
balanceándose como si nada hubiera pasado. Todos se
que- rían morir, morir de gusto cuando lo vieron bien vivo y
con lin- dísimas plumas.
—¡Pedrito, lorito! —le decían—. ¡Qué te pasó, Pedrito!
¡Qué plumas brillantes que tiene el lorito!
Pero no sabían que eran plumas nuevas, y Pedrito, muy
serio, no decía tampoco una palabra. No hacía sino comer
pan moja- do en té con leche. Pero lo que es hablar, ni una
sola palabra.
Por eso, el dueño de casa se sorprendió mucho cuando
a la mañana siguiente el loro fue volando a pararse en su
hom- bro, charlando como un loco. En dos minutos le contó
lo que le había pasado; un paseo al Paraguay, su
encuentro con el tigre, y lo demás; y concluía cada cuento,
cantando:
—¡Ni una pluma en la cola de Pedrito! ¡Ni una pluma!
¡Ni una pluma!
Y lo invitó a ir a cazar al tigre entre los dos.
El dueño de casa, que precisamente iba en ese
momento a comprar una piel de tigre que le hacía falta
para la estufa, quedó muy contento de poderla tener gratis.
Y volviendo a entrar en la casa para tomar la escopeta,
emprendió junto con Pedrito el viaje al Paraguay.
Convinieron en que cuando Pedrito viera al tigre, lo
distraería charlando, para que el hom- bre pudiera
acercarse despacito con la escopeta.
Y así pasó. El loro, sentado en una rama del árbol,
charla- ba y charlaba, mirando al mismo tiempo a todos
lados, para ver si veía al tigre. Y por fin sintió un ruido de
ramas partidas, y vio de repente debajo del árbol dos luces
verdes fijas en él: eran los ojos del tigre.
Entonces el loro se puso a gritar:
—¡Lindo día!... ¡Rica, papa!... ¡Rico té con leche!...
¿Quieres té con leche?...
El tigre enojadísimo al reconocer a aquel loro pelado
que él creía haber muerto, y que tenía otra vez lindísimas
plumas, juró que esta vez no se le escaparía, y de sus ojos
brotaron dos rayos de ira cuando respondió con su voz
ronca:
—¡Acer-cá-te más! ¡Soy sor-do!
El loro voló a otra rama más próxima, siempre charlando:
Lengua 5º
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Un loro es herido de un disparo por un peón.
, y se amansó completamente. Se llamaba Pedrito. Aprendió a dar la pata; le gustaba estar en el hombro de las personas y les ha
ba también burlarse de las galli- nas. A las cuatro o cinco de la tarde, que era la hora en que tomaban el té en la casa, el loro entra
aprendió a hablar.
que no se pueden decir, porque los loros, como los chicos, aprenden con gran facili- dad malas palabras.
18tenía también, como las personas ricas, su five o clock tea.”
pájaros,
Explica por qué Pedrito era, como se dice en el cuento, un loro bien feliz.
4. Aquí copiamos el momento en que Pedrito y el tigre se encuentran
por primera vez. Subraya con color las frases que dice Pedrito.
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— ¡Buen día, tigre! —le dijo— ¡La pata, Pedrito!...
Y el tigre, con esa voz terriblemente ronca que tiene, le
respondió: 19
—¡Bu-en día!
—¡Buen día, tigre! —repitió el loro—. ¡Rica, papa!. ¡rica,
papa!... ¡rica papa!...
Y decía tantas veces "¡rica papa!" porque ya eran las
cua- tro de la tarde, y tenía muchas ganas de tomar té con
leche. El loro se había olvidado de que los bichos del
monte no toman té con leche, y por esto lo convidó al tigre.
—¡Rico té con leche! —le dijo—. ¡Buen día, Pedrito!...
¿Quieres tomar té con leche conmigo, amigo tigre?
Pero el tigre se puso furioso porque creyó que el loro se
reía de él, y además, como tenía a su vez hambre, se
quiso comer al pájaro hablador. Así que le contestó:
—¡Bue-no! ¡Acérca-te un po-co que soy sor-do!
El tigre no era sordo; lo que quería era que Pedrito se
acercara mucho para agarrarlo de un zarpazo. Pero el loro
no pensaba sino en el gusto que tendrían en la casa
cuando él se presentara a tomar té con leche con aquel
magnífico amigo. Y voló hasta otra rama más cerca del
suelo.
—¡Rica, papa, en casa! —repitió gritando cuanto podía.
—¡Más cer-ca! ¡No oi-go! —respondió el tigre con su
voz ronca.
El loro se acercó un poco más y dijo:
—¡Rico, té con leche!
— ¡Más cer-ca toda-vía! —repitió el tigre.
El pobre loro se acercó aún más, y en ese momento el
tigre dio un terrible salto, tan alto como una casa, y alcanzó
con la punta de las uñas a Pedrito. No alcanzó a matarlo,
pero le arrancó todas las plumas del lomo y la cola entera.
No le quedó una sola pluma en la cola.
— ¡Tomá! —rugió el tigre—. Andá a tomar té con leche. ”
5. ¿Por qué el tigre le dice a Pedrito que es
sordo?
Lengua 5º
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6. ¿Por qué el tigre quiso comer a Pedrito?
eunirte con un compañero o compañera que esté reali- zando esta tarea y ensayar el diálogo entre los personajes. Uno puede hac
Lengua 5º
21
11. El adjetivo
e la cocinera. ¡Pobre, Pedrito! Era el pájaro más raro y más feo que puede darse, todo pelado, todo rabón y temblando de frío. ¿C
La lorita , , , .
Los loritos , , .
, , , .
Las loritas
13. El artículo
En algunos casos los sustantivos llevan delante un artículo: el, la, los, las. Los artículos indican el género y número del sus-
Por ejemplo: el tigre / los tigres / la tigresa / las tigresas
niño
m
choclos
ru
peones
noche
Lengua 5º
y fina. Tiene patas cortas y fuertes, con cinco dedos en las delanteras y cuatro en las traseras que finalizan en uñas cur- vas y retr
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Anota los adjetivos que describen cada una de las partes del cuerpo
del yaguareté:
Orejas
Cuerpo
Cuello
Cola
Patas
Pelo
Actividad 3
Conociendo a Horacio Quiroga
Lengua 5º
El cuento “El loro pelado” forma parte del libro “Cuentos de la Selva”, que
escribió Horacio Quiroga en el año 1918.
24 Vamos a conocer a este autor, que escribió cuentos para grandes y
chicos, y que vivió gran parte de su vida en la selva misionera.
Horacio Quiroga
Un escritor de la selva
Horacio Silvestre Quiroga nació el 31 de diciembre de
1878 en la ciudad de Salto, Uruguay. Su padre era
argentino y su madre uruguaya.
Siempre fue muy inquieto y curioso. Desde joven
demostró un enorme interés por la lectura, la química, la
fotografía, la mecánica, el ciclismo y la vida de campo.
En 1901 viajó a la provincia de Misiones en una
expedición a las ruinas de San Ignacio. A Quiroga le gustó
tanto el monte, el rojo de la tierra y el sonido de los
animales que decidió com- prar un terreno y construir su
casa. Allí vivió con su esposa, Ana María Cirés y nacieron
sus dos hijos: Eglé y Darío.
Desde pequeños los niños se acostumbraron a la vida
en la selva. La niña aprendió a criar animales silvestres y el
niño a usar la escopeta, a manejar una moto y a navegar
solo en una canoa. De estas vivencias surgieron cuentos
como "El loro pelado" y otros que forman parte del libro
“Cuentos de la selva”.
Quiroga cazaba, navegaba el río Paraná y trabajaba la
tie- rra. Era un verdadero hombre de la selva. Tenía un
taller lleno de herramientas y allí pasaba horas. Arreglaba
su canoa, cepi- llaba sus remos, hacía sus desinfectantes,
y extraía anilinas de las plantas para teñir su ropa.
Actualmente puede visitarse en San Ignacio una réplica
de su primera casa, un bungalow con horcones, armazón,
techo y piso de madera. Es un sitio histórico en el que
pueden verse objetos que formaron parte de la vida cotidiana
del escritor.
Horacio Quiroga murió en Buenos Aires el 19 de
febrero de 1937.
Algunos de sus libros más conocidos son: “Cuentos de
la selva”, “Anaconda”, “Cuentos de amor de locura y de
muer- te”, “La gallina degollada y otros cuentos” y “Los
desterrados”.
Después de leer la biografía…
Lengua 5º
mación está organizada en oraciones y
25
rmado por una o más oraciones, el comien- zo se indica con un espacio llamado sangría, y termina con un punto y aparte.
Párrafo 1:
silvestres y el niño a usar la escopeta, a manejar una moto y a navegar solo en una canoa. De estas vivencias surgieron cuentos com
Párrafo 2:
a le gustó tanto el monte, el rojo de la tierra y el sonido de los animales que decidió com- prar un terreno y construir su casa. Allí vivi
4. Relaciona y responde:
¿Por qué crees que el título de la biografía es “Un escritor de la selva”?
Nombre de su hija
Nombre de su hijo
Nombre de su esposa
Provincia argentina en la que vivió
Río por el que navegaba
6. Álbum de fotos
Horacio Quiroga en la selva misionera
Lengua 5º
Escribe una oración para acompañar cada una de las fotos. Puedes
contar quién o quiénes aparecen en la imagen, dónde están, qué
hacen; puedes tomar ideas de la biografía.
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Te presentamos como ejemplo la siguiente foto:
Foto A
Foto B
Foto C
Lengua 5º
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Foto D
Lengua 5º
Recuerda que cada oración comienza con mayúscula y termi- na con punto.
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Revisa con tu maestra o maestro las oraciones que escribiste. Te ayu-
dará a corregirlas si es necesario.
7. El verbo
Te presentamos un fragmento de la biografía de Horacio Quiroga que
ya leíste. En ella están señalados los verbos.
a. Era un verdadero hombre de la selva. Construyó en su casa un taller y allí pasaba horas, arreglaba su canoa, cepi- llaba su
Los verbos son palabras que nombran acciones (viajar, comer, salir), procesos (crecer, vivir) o estados (estar, ser).
Leyendo un verbo, nos damos cuenta si se realizó en el pasado, si sucede en el presente o sucederá en el futuro.
8. Completa las grillas vacías, escribiendo el infinitivo (el nombre del
verbo) o los cambios de tiempo (pasado, presente o futuro) según
corresponda:
Lengua 5º
30 bailo
soñar sueño
cocino
corro
vivir vivo
9. Análisis de oraciones
Señala el verbo en cada oración. Luego señala el sujeto.
Las tres oraciones tienen el mismo sujeto: Horacio Quiroga. Lo que cambia es el predicado, lo que se dice de
Lengua 5º
Tú curaste Ustedes curaron
• El loro .
• El loro y el patrón .
• El niño .
• Los niños .
11. Completa las siguientes oraciones con un sujeto que quede bien.