Posteriormente, en los siglos XV, XVI y XVII, se verifica el
surgimiento de los Estados nacionales. Estos, al igual que la Iglesia Católica siglos antes, enfocan sus esfuerzos en concentrar el poder político y, nuevamente, una de las herramientas empleadas en este proceso de centralización fue el uso del Procedimiento Inquisitivo37. La mayoría de los nacientes países de Europa Continental adoptaron el Sistema Inquisitivo Canónico como su sistema oficial de persecución para materias seculares. Como se puede apreciar, existe un estrecho vínculo entre la forma de organización política del Estado y la estructura del proceso penal adoptado. En el caso de España, el Procedimiento Inquisitivo para materias seculares fue adoptado formalmente en la colección de leyes conocida como “Las Siete Partidas”, comúnmente atribuidas al trabajo del Rey Alfonso X, entre los años 1263 y 1265
El Procedimiento Penal Inquisitivo fue organizado sobre la base de
los mismos principios del Sistema Inquisitivo Canónico. No es el objetivo de este trabajo detenerse en una descripción detallada del modelo inquisitivo, pero sí interesa destacar algunas de sus características centrales, en cuanto ellas permiten explicar con especial fuerza algunos elementos característicos del sistema que ha regido en Chile y América Latina desde la colonia. Es así como Langbein, siguiendo a Schmidt, señala que dos principios cardinales e interconectados del sistema fueron el offizialprinzip (“el deber de los órganos estatales de conducir los procedimientos ex officio”42) y la Instruktionsmaxime (“referida al deber de esos órganos de investigar judicialmente por sí mismos Debido a que la averiguación de la verdad histórica se transforma en la finalidad del procedimiento penal, la confesión del imputado pasa a constituirse en el principal medio de investigación de aquella, ya que evidentemente resulta ser la fuente más directa de conocimiento de los hechos acaecidos, a tal punto que incluso se le llama “la reina de las pruebas”. Todo ello, sumado a la concepción ideológica preliberal que subyace al modelo, cuanto concibe al individuo como un objeto de la persecución penal estatal y no como un sujeto de derechos frente al Estado, lleva a la legitimación de la tortura como metodología de investigación indispensable para obtener la confesión y llegar así al esclarecimiento de la verdad EL PROCEDIMIENTO PENAL INQUISITIVO EN AMÉRICA LATINA EN EL PERÍODO COLONIAL Y EL SIGLO XIX. Como bien apunta Julio Maier, el punto de partida obligado en el estudio histórico del Sistema Procesal Penal en América Latina se encuentra en la legislación colonial española impuesta por dicho país a las colonias a partir del descubrimiento de América, ya que, en general, la legislación indígena preexistente a la conquista resultó irrelevante en el diseño de los sistemas legales del “nuevo mundo” La codificación del Proceso Penal en América Latina es, a su vez, tardía dentro del proceso codificador en la región. Usualmente, los primeros códigos dictados en los nuevos Estados fueron los códigos civiles y comerciales y, luego incluso después de otros, los códigos procesales penales. Chile y Perú representan buenos ejemplos de lo anterior. La principal influencia en esta nueva codificación fue la antigua legislación española, que era la legislación vigente con anterioridad a las reformas liberales introducidas en el siglo XIX, reformas que tenían como origen las ideas del proceso político y social derivado de la Revolución Francesa. Las ideas de la Revolución Francesa tuvieron un impacto significativo en la reconfiguración del Proceso Penal En conclusión, es posible afirmar que la mayoría de los países de América Latina adoptaron un modelo inquisitivo de rasgos bastante ortodoxos durante el siglo XIX, modelo que ya había sido objeto de una reforma profunda en Europa como consecuencia de las ideas liberales provenientes de la Revolución Francesa. Después del período de codificación, los países de la región mantuvieron las estructuras inquisitivas heredadas en la colonia y también la ideología básica que inspiró el desarrollo del sistema inquisitivo en la Europa medieval. Reformas sucesivas en el siglo XX introdujeron ciertos cambios cuya extensión dependió de diversas variables, pero que, en términos generales, no significaron el reemplazo del corazón del procedimiento penal inquisitivo. EL SISTEMA MIXTO EN AMÉRICA LATINA en la mayoría de países han estado vigentes códigos procesales que presentaban la estructura de un modelo mixto, reflejando en buena parte la estructura del código napoleónico de 1808, que concebía una primera fase del proceso denominada de Instrucción o sumario, que se caracterizaba por ser eminentemente secreta y realizada por un Juez con el fin de investigar todo lo relativo al delito cometido por el imputado y luego una segunda fase denominada plenario o de juicio, que se caracterizaba por ser oral, pública, continua y contradictoria y que tenía como objetivo fundamental dictar la sentencia sobre la culpabilidad o inocencia del procesado. Realmente en la práctica judicial de los países Latinoamericanos había imperado hasta antes del proceso de reforma procesal que actualmente se vive, el viejo Sistema Inquisitivo que en Europa Continental estuvo vigente en la Edad Media, es decir un modelo inquisitorial escriturario que por más de cinco siglos creó una cultura inquisitiva, que es la que aún prevalece y que es la que precisamente se trata de extirpar con la consolidación de un modelo diferente. EL SISTEMA ACUSATORIO EN AMÉRICA LATINA Además de la democratización de los países de la región Latinoamericana, las exigencias sociales de una mejor justicia, el interés de la comunidad internacional en el apoyo a la justicia penal y los retos que plantea la globalización internacional, no solo a nivel de los proceso económicos y financieros sino también, de la criminalidad que avanza internacionalmente a pasos agigantados con nuevas formas y procedimientos para comisión de ilícitos penales, consideramos como antecedentes de la reforma procesal penal una serie de cuerpos legales de carácter internacional que fueron suscritos y ratificados por los países del área iberoamericana como la Declaración Universal sobre Derechos Humanos en l948, el Pacto Internacional de Derechos Civiles Políticos en l966, la Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre en l948, y la Convención Americana sobre Derechos Humanos en l969, que junto con otros instrumentos y convenios internacionales y regionales hAdemás de la democratización de los países de la región Latinoamericana, las exigencias sociales de una mejor justicia, el interés de la comunidad internacional en el apoyo a la justicia penal y los retos que plantea la globalización internacional, no solo a nivel de los proceso económicos y financieros sino también, de la criminalidad que avanza internacionalmente a pasos agigantados con nuevas formas y procedimientos para comisión de ilícitos penales, consideramos como antecedentes de la reforma procesal penal una serie de cuerpos legales de carácter internacional que fueron suscritos y ratificados por los países del área iberoamericana como la Declaración Universal sobre Derechos Humanos en l948, el Pacto Internacional de Derechos Civiles Políticos en l966, la Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre en l948, y la Convención Americana sobre Derechos Humanos en l969, que junto con otros instrumentos y convenios internacionales y regionales
“SEGUIMIENTO DE LOS PROCESOS DE REFORMA JUDICIAL EN
AMÉRICA LATINA”. A. Reproducción de la Instrucción tradicional. Los juzgados de instrucción tradicionales fueron objeto de una crítica muy aguda por su modo de trabajo, el cual, en la práctica, constituía el centro del proceso penal inquisitivo y consistía en la acumulación de información respecto de cada uno de los casos, por medio de un expediente escrito. Estos expedientes eran en general tramitados de modo burocrático, por medio de la aplicación de una pauta de trámites sin que existiera un verdadero análisis de las características y de las necesidades de cada caso. PRINCIPIOS Y GARANTÍAS CONSTITUCIONALES QUE INFORMAN EL PROCESO PENAL GUATEMALTECO La Reforma Procesal Penal de Guatemala, en concordancia con la reforma que hoy día experimentan los países democráticos de América Latina, se basa en la materialización de los principios y garantías constitucionales que tienden a limitar el ejercicio del “ius puniendi” del Estado en protección de los ciudadanos, a quienes les ha sido vedada la posibilidad de resolver determinados conflictos por sí mismos, teniendo la obligación de someter sus controversias a los órganos jurisdiccionales, quienes tienen la exclusiva potestad de administrar justicia en nombre del Estado La defensa es un derecho inviolable en cualquier estado o grado del proceso. Mediante institutos especiales se les aseguran a los pobres los medios para actuar y defenderse ante cualquier jurisdicción PRINCIPIOS BÁSICOS Y GARANTÍAS CONSTITUCIONALES QUE INFORMAN EL PROCESO PENAL GUATEMALTECO. En atención a los postulados de la Constitución Política como norma suprema y al vínculo real que existe con el proceso penal vigente, se invalida de pleno derecho cualquier disposición que quiera ser aplicada en disminución, restricción o tergiversación de los derechos que la misma Constitución garantiza, así lo establece el último párrafo del artículo 44 constitucional, en esa misma dirección el primer párrafo del artículo 175 constitucional dice: “Jerarquía Constitucional. Ninguna ley podrá contrariar las disposiciones de la Constitución. Las leyes que violen o tergiversen los mandatos constitucionales son nulas ipso jure” y el artículo 204 del mismo ordenamiento constitucional establece: “Condiciones esenciales de la administración de justicia. Los tribunales de justicia en toda resolución o sentencia observarán obligatoriamente el principio de que la Constitución de la República prevalece sobre cualquier ley o tratado”. A estas tres normas la Corte de Constitucionalidad de Guatemala ha considerado como, los tres artículos constitucionales que con absoluta precisión destacan la “supremacía o superlegalidad constitucional JUICIO PREVIO Y DEBIDO PROCESO: Con el objetivo fundamental de garantizar a los ciudadanos que no existirá de parte del Estado el más mínimo abuso ni arbitrariedad judicial en la imposición de la pena, el artículo 12 de la Constitución Política de la República establece: “....Nadie podrá ser condenado, ni privado de sus derechos, sin haber sido citado, oído y vencido en proceso legal ante juez o tribunal competente y preestablecido.....” En el mismo sentido el Pacto de Derechos Civiles y Políticos de 1966 (Art. 14.1) y la Convención Americana sobre Derechos Humanos o Pacto de San José de 1969 (Art. 8), establecen la prohibición de condenar e imponer una sanción si previamente no ha tenido la oportunidad de defenderse dentro de un proceso debidamente establecido con anterioridad a la comisión del ilícito que se juzga.