Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
C U E S T I O N E S:
A fs. 248/250 el Sr. Juez de grado resuelve: 1. Hacer lugar a la demanda de
reivindicación entablada por Nelly Josefa Martino contra Gastón Iglesias Arregui y/u
ocupantes sobre reivindicación; 2. Condenar al demandado a restituir el inmueble dentro
del término de quince días de quedar firme la presente sentencia; 3. Imponer las costas del
juicio al accionado vencido; 4. Diferir la regulación de honorarios de los profesionales
intervinientes para la oportunidad en que obren en autos pautas para tal fin.
Expresa que “el a quo ha considerado para su sentencia sólo un aspecto o
requisito para acceder a la acción de reivindicación –que es el título- (cuya suficiencia
negamos en el tercer agravio).”
Sostiene que “la actora nunca tuvo la posesión, es decir, la actora perdió –
ante la posesión de mi mandante- el ‘derecho de poseer’, pues la posesión fue ejercida
desde 1987 por mi parte, casi treinta años. Durante ese largo tiempo ha ejercido la
posesión mi mandante –sin título- pero como se ha afirmado en el conteste como dueño.”
Alega que “la prescripción enunciada no confronta con la perpetuidad del
dominio (arts. 1941 y 1942 C.C.C.N.). Ello, es así, porque la actora –titular del inmueble-
hubiere conservado la propiedad del inmueble aún no realizando sobre el mismo actividad
alguna y su derecho no se hubiere extinguido por el mero transcurso del tiempo. Pero, en
el caso de autos, mi parte ha realizado sobre el inmueble actos posesorios superando el
plazo legal y con los requisitos exigidos por la ley.”
Sostiene luego que “la Señora Martino no tenía la posesión, el inmueble es
poseído por mi mandante, quien no siendo titular del derecho se comportó como tal, es
decir, de esa conjunción de posesión y tiempo nació, por decisión legal, un verdadero
derecho a favor del poseedor –mi mandante-.”
Sostiene al respecto que “en estos actuados la demandada ha aportado
otras pruebas que no fueron valoradas e incluso mencionadas en la sentencia.” Y que “el a
quo ha dejado de interpretar y valorar el plexo de pruebas aportadas por el demandado
que coadyuvan a la resolución de esta litis.”
Así, expresa que “el a quo desconoce la prueba informativa dirigida a ARBA
donde consta el nombre, apellido y domicilio de mi poderdante (fs. 217) donde surgen dos
conclusiones: 1). Mi mandante recibía a su nombre las boletas de pago de impuestos
hasta por lo menos el 2008 y por lo tanto, en principio no lo era la señora Martino; y 2). Y
por otra parte, demuestra que su obligación de pago de impuestos provinciales no lo
realizó periódicamente como intenta hacer valer, sino en los últimos años no prescriptos.
Sin dejar de mencionar que a fs. 147/150 ARBA informa deuda, es decir, abonó los
impuestos no prescriptos sólo para este reclamo.”
Destaca las respuestas a las posiciones cuarta, octava, novena, décimo
tercera, décimo cuarta, décimo quinta y décimo séptima y sostiene que “de las respuestas
dadas por la señora Martino surge el claro reconocimiento de los actos posesorios
realizados por mi parte, que resultan a la luz valiosas y confirman, no sólo el conteste de la
demanda, sino también la declaración testimonial. Es decir, esta prueba sumada a las
pruebas restantes producidas, proporciona el fundamento para rechazar la pretendida
acción de reivindicación por parte de la actora.”
3. En su último agravio sostiene que “la actora acompaña una fotocopia
certificada de una pretendida escritura pública, con la inscripción hecha manuscrita que
dice ‘vendido’.”
Aduce que “el instrumento que acompaña no es instrumento público, pues
no es ni testimonio de la pretendida escritura pública ni copia de la misma, ya que solo se
trata de una fotocopia certificada por otro escribano que no es el aducido otorgante de la
operación escrituraria. Este instrumento glosado, carece de las calidades que el
ordenamiento jurídico otorga a los instrumentos públicos.”
Señala que “con esa cuestionada copia acompañada con la demanda, (mi
parte negó la autenticidad de la misma) se evade un requisito elemental para entablar la
acción reivindicatoria. Hubiere resultado indispensable el acompañamiento del testimonio
de la escritura o la copia que según marca el reproducido artículo 299 el código tiene que
ser expedida por el escribano otorgante de la escritura, según dice la contraparte el
escribano Calzada y no una fotocopia que no cumple con el requisito que marca la
legislación invocada. Solo el actor ha pedido informe sobre la titularidad registral y ha
omitido el acompañamiento de un testimonio o copia emitida por el escribano otorgante de
la escritura que se invoca y mi parte desconoce expresamente.”
Ello sentado, y como tiene dicho la Suprema Corte de Justicia Provincial,
cabe puntualizar que …el ejercicio de la acción reivindicatoria requiere justificar, por un
lado, el título que da derecho sobre la cosa, por otro, la pérdida de la posesión y posesión
actual del reivindicado, y, finalmente, que la cosa que se reivindica sea susceptible de ser
poseída (conf. C. 90.755, sent. de 19-VIII-2009). (C 103.445, sent. del 24 de noviembre de
2010).
Siendo ello así, resulta manifiesta la falta de legitimación de la actora (art.
345 inc. 3 CPC), por lo que no cabe sino revocar la sentencia, rechazándose la demanda
de reivindicación promovida (arts. 2789, 2792 y concs. Cód. Civ.; hoy art. 2256 CCyC).
A la misma cuestión planteada el señor juez Doctor Loiza votó en igual
sentido por análogos fundamentos.
A la misma cuestión planteada la señora jueza Doctora Issin votó en igual
sentido por análogos fundamentos.
A la misma cuestión planteada la señora jueza Doctora Issin votó en igual
sentido por los mismos fundamentos.
S E N T E N C I A