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LA encíclica
DEL

PAPA LEÓN XII


CONTKA

LA INDEPENDENCIA DE LA AMÉRICA ESPAÑOLA,

POR EL DIPUTADO DK TALCA

MIGUEL LUIS AMUNATEGUL

SANTIAGO DE CHILE.
IMPRENTA NACIONAL, CALLE DE LA MONEDA, NÚ31. 46.

— IS7-Í —
LA ENCÍCLICA

DEL

PAPA LEÓN XII

CONTRA

LA INDEPENDENCIA DE LA AMERICA ESPAÑOLA,

POR EL DIPUTADO DE TALCA

MIGUEL LUIS AMUNATEGUI.

/ ñA

SANTIAGO DE CHILE.
IMPRENTA NACIONAL, CALLE DE LA MONEDA, NÚM. 46.

— 1874 —
I
I

I
LA encíclica del PAPA LEOÑ XII

Contra la Iiidependciicia <le la América Espjiuola por el Diputado de


Talca iMisucl Luis Amuuátegui.

Se trataba en la CAniiira de diputadus acerca de intenta hacer odiosas ambas potestades, eclesiástir

la separación de la ig-lesia i el estado. i civil,» i que se veian


«la formación de esas juntas
Con este motivo, hacia al objeto de la discusión salir, a la manera de langostas devastadoras, de un

manifestar los o-ravísimos inconvenientes, i aun f>Tan- tenebroso pozo, i de las cuales no dudaba afirmar
<les males, que la injerencia de lu autoridad eclesiás- con San León j)a}»a, que se concentraba en ellas,
tica i del clero en las luchas i)oliticas trae a los in- como en una inmunda sentina, cuanto hai i ha ha-
tereses del principio íelijioso. bido de mas sacrilego i blasfemo en todas las sectas
Para ello, recordé que la autoridad eclesiástica i heréticas.»
el clero, j)or atoiulcr a ventajas puramente temj)ora- Para remediar tantos tan horribles males, León
i

les,han apadrinado en diversas ocasiones con el ma- XII exhorta encarecidamente a los arzobispos i obis-
yor em])eño i d(>cision causas mui mundanas, que la pos de América «a que se dediquen a esclarecer an-
oj)inion jeneral, ilustrada por el curso de los acon- te sus greyes las augustas i distinguidas cualidades
tecimientos, ha condenado como dañosas o injustas. que caracterizaban a su mui amado hijo Fernando,
iS'aturalmente la autoridad eclesiástica i el clero rei católico de la Esj)aña, cuya sublime i sólida vir-

se han echado encúnuí con esto procedimiento res- tud le hacia anteponer al esplendor de su grandeza
¡)onsabili(lades desagradables; aun andando el tiem-
i el lustre de la relijion i felicidad de sus subditos; i

])0,por el deseo de evitar una vergüenza, se han es- a esponer a la consideración de todos, los ilustres «
forzado en vano jior negar la efectividad de los he- inaccesibles méritos de aquellos españoles residentes
clujs. en Europa que hablan acreditado su lealtad, siemj)rft
La
conclusión que yo deducía de estos anteceden- constante, con el sacrificio de sus intereses i de sus
tes era que los representantes del princi])io relijioso vidas en obse([uio i defensa de la relijion i de la jio-
debian abstenerse cuidadosamente de tomar j)arte testad lejítima.»
activa en las disensiones civiles. Según puede observarse, era imposible asimilar
Entre los varios ejcmj)Ios (pie cité para demostrar de una manera mas terminante, de como lo hacia el
esta tesis, fué uno el de una encíclica que el papa papa en aquella encíclica, la causa de la relijion, i
León XII espidió el L'4 de setiembre de 18Ü. la causa del rei de Es{)aña en Europa i en Anu''rica.
El ])ontífice empieza en esc escrito por calificar La encíclica de León XII era la continuación de
«de rebelión, que habia reducido a la mas dejdora- la bula de Alejando VI.
ble situación, tanto al estado como a la iglesia», En mas de tres siglos, la santa sede no habia va-
la revolución de la independencia hispano-amorica- riado de opinión acerca de este punto.
na; i adviértase que le daba este calihcativo preci- El diputado de San F'ernando, señor don Enriípu'
samente cuando ese acontecimiento, uno de los mas Tocornul, haciéndose el órgano de sus oorrelijioiui-
grandiosos del siglo XIX, iba ya tocando a su con- rios políticos, ha aseverado espresa i categóricanien-
sumación. t;^ que la encíclica míe se dice espedida i>or León
Lamenta anuu'gíuuení;' «la impuuidiiíl con nuo XII el ÜI de sctitMunre de '[^'24 en favor de la do-
corre desenfreno i la licencia de los malvados?,
el minación de Fernando VII sobre este continente, i

«la pro])agacion del contajio de libros i folletos in- r>n contra de la independencia hispano-americana.

cendiarios en los que se deprimen, menosprecian se i os un docuTuento falsificado.


- 4 —
.Me ])r()j)()ii}^ti (li'Miostríir on osla inoiiujria (|ii(> lii Lo cierto fu(j (juo Pío Vil, por nnn do .sus últi-
üscnioii del señor 'l'ororiial os (•(im[il('faiu(Mit(' crró- mas providencias, nondiró vicario apostólico en Chi-
ni>n. lecon las facultados (pie el caso rocpioria a .Monse-
ñor Juan ALizi, a (puon juntamente promovió ul
arzobispado de /''¡/Íjk/x i» jnirtihits in/idrliutn.
:"()iitr()V('r.sia, iiiijiorta iiiikIio l*ero al mismo tiom|io (pie la santa sede accedía
iijur l)icii la at(>ii('ii>n para dar a cada mM-ho i a cada a la petición (jue el g-obiorno chileno le liabiji diriji-
dociimciilo la si^-iiilicacioii (¡uc le corrcsjtdiHh», i no do jtor con(hicto del señor Cii'id'uog-os, exijió do (iste
otra arbitraria. la mas terminante declaración de (pie no h(> (ronsi-
-Me jiarocc (jiic en caso do (juc tratamos, no se
el doraria el envío del vicario aiiostólico como un signo
lian distin^juido liicn los actos pontificios (|U(' toca- do hostilidad a la corte Ai^ ^ladrid.
lian ])uraiu(Mitc u lo espiritual, aquellos (pie j)ert(!-
i L(''ase lo (pKí el señor (iionfueg-os escribía, entre
iiocian a lo tein])oral. otras cosas, con fecha L'S do junio de 182;i al secre-
Ademas, menester no coniíindir las fechas.
os tario (l(í estado cardenal ('onsalví.
rs'o se debe arg'umentarcontra la efectividad de «línosta ocasión, jiara siempre mas asog-urar al
lo que sucedió en tal año, aleí^ando lo (pie sucedió santo jiadro
i a V. E. sobre el buen (''xito d(í hts ])a-
en los años nrocedentet;, o en los años sif^niientes. tornalos jirovidencias de Su Santidad respecto d<i
El j)a])a Ji(>()n XIT, como muchos otros indivi- sus hijos ospiritualos do Chile, teng-o el lionor de
duos colocados en altas posiciones, no si<^'uió una repetir a V. E. K. en hi forma mas leal i mas solem-
línea do conducta constantemente invaria])Io. ne las jiromcsas ya hechas de que las ju'iblicas ci- i

Los o-randes acontecimientos quo se realizaron en viles autoridades de ( 'hile respetarán al vicario apos-
l'^uropa on Am(''rica intluyoron naturalmente sobre
i tólico en el libre ejercicio de la espiritual ecl(!siás-
i

las resoluciones que íut'' ;Mf()})títndo. tica jurisdicción", i ftun(;a pedirán al mismo ning-una
Lo primero que debe hacerse es osttuliar la dis- cosa quo pueda c()mj)rometer a la santa sede a Su i

posición do ánimo on que el papa se hallaba hacia Santidad en las relaciones políticas que ha de con-
la época on quo espidió la encíclica de setiombro, servar con las domas naciones.»
])or(pie la üjacion de esto dato ])node servir mucho El cardenal Aníbal dolía Gong-a propuso jiara se-
para apreciar la verosimilitud del acto en cuestión. cretario del vicario apostólico al canónig-o don Juan
El cardenal Aní])al dolía (iong-a, qup tomó el María Mastai, el mismo que ha ll(>g;ado a ser Pío IX,
nombre de León XII, íiu'; elejido el 2d de setiembre a quien el cardenal, sog'un este i'iltimo lo dice, «ama-
de lS-2:]. ba mucho.»
El nuevo j)ontííico empozó su g-obicrno con una Pío Vil aco])tó la recomen(Uw-ion.
medida favorable a los intereses relijiosos de la Habiendo fallecido este jiapa sin que hubieran
Amiírica, i especialmente do Chile, })ero no a los alcanzado a emprender el viaje jiroyectado el arzo-
j)olit.icos. bispo Muísi i síis acompañantes, León XII estaba
Hacia entóneos mucíios años que la santa sedo, oblíg'ado, por decirlo así, a llevar adelante una deci-
a causa de la revolución, no atendía al remedio de sión que habia ajirobado, i ])ara cuyo desem[)cñü
l;is necesidades espirituales de los católicos del con- había desig-nado a u» protejido suyo.
tinente americano. Efectivamente, confirmó a Muzi los j)odercs quo
Esta ])rescindencia en el cum]ilimiento de sus mas le había dado el difunto pontífice.
im])eriosüs deleres, i en la jestion desús nog'ocios La carta en que el papa León XII' comunicó es-
mas vitales, era una de las ma_y(jres pruebas de ad- ta determinación al g-obierno chileno lleva la fecha
hesión que la santa sede })odia haber dado a la do- de 3 de octu])re de 1823, i tiene es-ta dirección: Al
minación de la metrópoli. amado hijo llaman Freiré, actual Supremo Divec-
Sin embarg'o, parece que una conducta semejante for de la llcpúMica de Chile.
atormentaba la conciencia de alg'unos de los directo- «I por el alto concepto (lue tenemos de la fideli-
de la ig-lesia. dad i respeto de esos pueblos fieles hacia la silla
En estas circunstancias, lleg-ó a Roma el canónig-o apostólica i a Nos, que la })r€sidimos por la volun-
señor don Ig"iacioCienfuogos, enviado por el director tud del Señoí, dice León XII, nos jirometemos con
supremo de Chile jeneral don líernardo O'Hig-g-ins toda segairidad que dicho arz.obisi)o, que representa
])ar:i esponer las necesidades eclesiásticas que se es- nuestra persona,, sea recibido con las deuwjsti'acio-
})erimontaban en nuestro pais, i solicitar que se les nes de obsequio i benevolencia que corresponden; i
aplicase el debido remedio. ademas encuentre en lüs-majisíradoslosaiusilios que
Las re])resentaciones del ájente chileno que, mi- pueda necesitar })ara el desem¡)eño de su carg-o, es-
tigúranse como se mitigaran, envolvían un justísimo tando por ütra parte persuadidos que este mismo,
carg'o contra la poca ateucioa que la santa sede, cuya ciencia, integTÍ(&,tl prudencia tenemos bien
i

j)or comj)lacor al g'obierno. es})aúol, jirostaba a los conocidas, llenará los deberes de su ministerio de
asuntos es-pirituales de América, produjeron una nn modo (jue se merezica la común estimación i con-
muí viva i penosa im})resion en algunos do los direc- fianza, atrayéndose los afectos i obsequios de esos
tores de la ig'lesia, i {)artícuhirmente en el cardenal pueblos.. Mas, ponpie sabemos, amado hijo, que al
Consalvi, secretario de estado del papa Pió VIL presente os halláis a la cabeza del g-obiorno en ese
Los ])reIados a quienes me reliero, ])or muchos estado, os le recomendamos encarecidamente, sin
(]ue fueran sus deseos de coadyuvar al mantenimien- que nos quede la menor duda de que corresponde-
to del im])erio español en América, c-onsideraron réis a nuestra esperanza, seg'un vuestro amtu- a la
que no era agraviar a la metrópoli, ni atacar los de- relijion católica.»
rechos de lista, el conceder alg'una atención a las León XII concluía dando «ctm todo su afecto la
iiocesiJades espirituales de los católicos his])ano- apostólicabendición» a su amado hijo el director
auiericanos, liasta entonces sumamente descuidadas supremo llamón Freiré.
dú'sde la revolución. Como cualquiera lo notará, el papa se limitaba a
rooonoccr el "liedlo indubitablo do la existencia de 0.4. su vuelta al palacio Quirinal, Su Santidatí
<,'-()l)ieriio independiente en Chile, sin pronunciar- dijo al cardenal íylermont Tonnern!:
)iii

se iil)S()hitaineiit(! acerca del derecho. —((Vuestra Eminencia ha oído sin dud.a g;ritar:
Sin eiiibarí>-(), deho confesar con franqueza (juc / Viva el Pnpn! i yo digo con todo mi corazón tam-

esto mismo liahria dis<^ustado en alto <;-rado al ^o- bién / Vicn el rei de Francia!»
l)i('rno de Madrid si por aquellos (lias so hubiera lia- Jjas fiestas ejecutadas en Roma ])ara celebrar la
Ihido en situación (!<; fijarse en el asunto; pero ])re- recu¡)eracion del jxxler absoluto ])or Fernando \'I[
cisamente entóneos los absolutistas españoles, apo- se prolongaron durante varios dias.
yados por un ejército de ochenta mil franceses a las Alg'o mas tarde, Looh XII hizo todavía una es-
órdenes del diiipie de An<>-ulema, estaban en la l*e- pléiiílida manifestación d(! sim¡)atías al duque d(i
ninsula ocu])ados en a])licar el g-olpe de g'racia a los Ang-ulema, restaurador del antig-uo ivjimen en la
lil)erales, i de escarmenturlos j)ara (pie en lo sucesivo Península, (jbseipiiándobí un somlírero una es})ada. i

no tornaran a mostrarse poco satisfechos del despo- La santa sedo había acostumbrado hacer reg'alos
tismo mas brutal. de (!sta especie solo a los mas ilustres vencedores dií
los turcos, tales comodón .luán de Austria, .Juan
A los pocos (lias do haberse firmado el breve de Eujenio de Saboya.
Sobieski, el ])ríncip(>
í]de octubre de ]S'2'-i en que se nombraba vicario
apostólico en Chile al arzobispo de Filipos, esto es,
Así, León XII oípuparaba a los españoles parti-
darios de la constitución de 1812 con los mas im-
el 1(3 de aípiel mes, un con'eo estraordinario venido
})lacables enemig'os del cristirinisnio.
de Paris entregó a las seis de la tarde al embajador
de Francia en Ivoma un jdieg-o en (¡uc se le comu- Los hechos citados revelan muí a las claras que
el nuevo pontífice se proponía injerirse, tanto en los
nicaba (|ue el ri'jimen absoluto habia obtenido el
mas espl(''ndi(l() triunfo, i que Fernando VII queda- asuntos relijiosos, como en los esclusivamentc mun-
ba libertado de los constitucionales. danos.
I en efecto, estaba persuadido de que los inton^-
El regocijo (pie esta noticia j)roduJo en la socie-
ses de la relijion se hallaban estrechamente lig-a(b)s
dad oficial do la capital del mundo católico i'né es-
tremado. con los del ab.solutismo i de lo que so denominaba
la lejitimidad de los g'-obiernos, o sea el derecho di-
El pa¡)a León XII sobresalió por las manifesta-
res do su contentamiento.
vino de los reyes.
El embajador de Francia invitó a Su Santidad Con fecha 4 de junio de 1824, escribió a Luis
])ara (jue asistiese a un ^'e JJcion (pie debia cantarse
XVIII una carta muí curiosa, en la cual acusaba a
en la ig-lesia ])arr()quial de San Luis de los France- todos los g-obiernos anteriores de babor mostrado in-
ses en celebración de aquellos faustos sucesos. diferencia v(^lijiosa, i de haber g-uardado considera-
El })apa, aunque recien recobrado do una enfer- ciones políticas^ a los jirotestantes i -a los liberales. A
meda(i, aceptó g-ustoso la invitación. continuación, el ])apa es})resabii francamente el deseo
Mitintras tanto, el embajador francés determinó de que el rei elijiese por colaljoTtidores a hombres
diferir la fiesta para dar tiempo a que lleg"ara la cuya piedad fuese taii ])robada, como sus talentos
princesa de Luca, hermana def rei de Esj)aña, que ])oííticos, ])ara que en su reino, la relijion refiorecicse

deseaba hallarse en ella, i (pie no podia estar en Ko- con todo su esplendor.
ma hasta el 24 de octubre. Para que })ue(lan apreciarse dobidameiite las ten-
JOsta tardanza de unos pocos dias pareció excesi-
dencias retr(')gTadas do León XII, es ])recis() recordar
va al papa, que esperimentaba la mayor impacien- que el minis-torio francos a que tildaba de demasia-
cia de hacer una demostración publicado su júbilo. do liberal era el de Villele.
En consecuencia, el santo padre se a])resuró a Luis XVIÍI, ofendido de semejante pretensión.
ordenar que se cfintara por su cuenta, el lí) de octu- contost(> al pa])a con fecha 20 de julio, haciendo
l)re un solemnísimo 7e Dtiim en la basílica de San alusiones picantes a los informes poco ilustrados
.Juan de Letran, la primera del mundo cristiano, por- que habían cng-añado la })iedad de Su Santidad.
(|ue os la sedo d( 1 soberano pontífice. Lo espuesto sobra para dar a conocer el proj)ósito
Era afpioUa la primera ctTomonia pública en la que tenia León XII de apoyar con todas sus fuer-
cual se ])resental a León XII desde su elección i co- zas el absolutismo jxdítico, í|we consideraba favora-
ronación. ble a la causa de la iglesia católica.
Ello fué (pie el Paj)a se adhirió conij)lacientem»n-
«El testualmente el Moniteur Jh'wer-
paj)a, dice
te a los {danés de la confederación de monarcas ab-
ítcJ, número (51.'}, fecha fi de novienxbre de 18'J."}, de
solutos, cimocida en la liititoria con el nombre de
donde estracto estas noticias, entímó en la basílica,
t^aitta ÁVunixa.
de la cual no habia aun tomado posesión, el himno
esto lo bacía saber al g-obierno (io Chile, una
I
de acción de g-rncias por los beneficios señalados que
persona (pie tenia ('omisión de observarlo, i (pie es-
la Providencia concedía a la rolijion i a la societlad
taba en situaí.'ion de saberlo.
con la libertad del rei de Esj)aña i de su familia.
Léase el oficio que sig-uo:
((Desjíuos del 'I't; Dmm, el jmjuí (lió la bendición
del Santo Sacramento, lo (pie conmovió mucho todos
"Lkoac'IOiX chii.]:.\a. — lír.serrado. —
El señor
milli^tr(J ])lenipoíenciario (ío la liepública de Colom-
los corazones.
bia me acaba de dirijir el oficio siguiente: En este —
«Su Santidad invitó }>ara (pie lo
acom[>íiuasen a momento acalxj de vocibir de Madrid una comunica-
la ida i a la vuelta en uno de los cocinas de su [)ala- ción a que ])resto la mayor coiiiianza, (pie contiene, i

(io al cardenal (üormont Tonnerre, francés, i al eur- entre otros artículos, uno relativo a Chile, que me"
donal Bardesi de Azara, español. El ])adre común ha parecido niervfo la ateurton do US. Por él, se —
de todos los fieles ha (|uerido por esto hacerles co- me asegura (jue el obispo de Santiag'o, señor don Jo-
nocer (pie la Providencia, salvando la España, i pro- sé Santiag'o liodríguez Zorrilla se ha procurado me-
tejiendo la Francirt, esparcía sus bendiciones solire f
éíios de comunicación coa el g-obieruo de Fernando
t ida la cristiandad. Vil, i dirijo c(<ustanteeiiente comunicaciones para,
— n—
el consejo df Iiuliiis i puní el ))a])ii, (|iici(''iiilosc dr mociones de esos países, (pie (¡m aniarg-as han si-
las usurpiicioiics i (Icsnircs (\\u' le inliiMf el vicmio do para niiesfni corazón, no lial)reis cesado (hí inspi-
iipoKtólico, i pidiendo (ni(> se le Iliuni> ¡i l{oinii, i rar a vuestra grei el justo firme odio (ron (juc (h-be
i

si» !(• (hijo a él lihrc (d cjiTcicio de sus fnncioncs. mirarlas. Sin endiargo, por cuanto hacomos en este
101 iiji>ntti (l(d ()))isp() (>n Madrid (>s un ndijioso do-
mundo las voces d(d (pie es Dios de paz, (pie al na-
i

minico licnnano suyo, (pío tainhicn dirij.)" comnni- cer para redimir al jénero humano de la tiranía de los
cacioiics a Uonia ])oi- la nnnciatura, clamando pol- demonios, (piiso anunciarlo a los hombres jior medio
los remedios (pie dice puede ai)licar la antoridad sus áujeles, lii-moH creido jtropio (lelasapost(')licas
(I(>

de la silla nposti'dica u tamaños csí-ándalos.


importancia de cortar estas relaciones ciand(>sri-
La — iunciones ((jue, auuípie sin meroirerlo, nos compoten)
excitaros mas en (!sta carta a no perdonar esfuerzo
nus o ilejítimas do al^iunos eclesiásticos amori- para dosarraig'ar destruir comi)lotament(! la cizaña
i

ricanos con el <>-o))iorno de Fernando Vil, con la i de alborotos sediciones que el hombríf onemig'o Hom-
i

curia romana, es mayor que nunca en las circuns- bro (>n esos ]iais(!s. Fácilmente l(igTar(!Ís tan santo
tancias actuales ])or la humillación servilidad a i objeto, si cada uno de rosotros demuestra a sus ovo-
(pío tienen reducida la santa sede las ])ot(>ncias do jas, con todo el celo que ¡moda, los terribles graví- i

Europa (pío favorecen las pr(>tensiones do nuestro simos ])(MJuicios de la rebídion, sijiresonta las sing-u-
común onomifi'o, por tanto me ha parecido ipie no
i
laros virtudes de nuestro carísimo hijo en .Jesucristo,
del)ia perder momouto en trascribir a US. este avi- Fernando, vuestro rei católico, j)ara ípiien nada hai
so para (pie hag-a do ('1 el uso (pie estimo convouion- mas precioso, que larelijiou i la felicidad do sius súíi-
to. —
Tonj^o el honor do trasmitirlo a VÜ. para ípio ditos, i íinalment(; si los ponéis a la vista los subli-
se sirva elevarlo al conocimiento dol supremo direc- mes e inmortales ejemplos que han dado a hi Eu-
tor. — Dios o-uarde a US. muchos años. Londres, — ropa los españoles (]ue dos])rociaron vidas bienes

i

l'J do marzo do ISOo. 3/ai'¡(ino de J'Jgítña. Señor para dosmostrar su invencible adhesión a lafé, su i

^linistro do Uelaciones Estoriores.» lealtad hacia el soberano. Procurad, pues, venerables


El conocimiento que se tenia en Chile de la adhe- hermanos e hijos queridos, corres])on(ler g-ustíjsos a
sión del ])a¡)a a las doctrinas de la Santa Alianza nuestras paternales exhortaciones i d(ísoos;i recom -i.-
liizo que muchos, como se sabe, sostuvieran de ])a-
dando con el mayor ahinco la fidelidad a vuestro mor
lahra i ])or escrito (pie el arzobispo Muzi era un narca, haced el mayor servicio a los pueblos (jue es
ájente de aquella famosa li<>-a. tan a vuestro cuidado, i acrecentad el afecto í^u
I
í

Por mi parte, mi limito a recordar esto rumor, sin vuestro soberano i Nos os profesamos; i vuestros
afirmar ni nog-ar lo que pudiera haber en v\ de ver- afanes i trabajos log-rarán j)or i'iltimo en el cielo la
dad, porque no he estudiado el j)unto con la co- reconi])ensa de Aquel que llama bienaventurad(js o
rros])ondiente detencioa. hijos de Dios a los ])acíficüs. Entre tanto, vene-
Prescindiendo de este incidente, que no hace a rables hermanos e hijos (jueridos, aseg'urándoos el
mi objeto, lo cierto e indubitable era que la polí- éxito mas completo en tan ilustre i fructuoso empe-
tica de León XIÍ se encaminaba francamente a apo- ño, os damos con el mayor amor nuestra aj)óstolica
yar los g-obiernos monárquicos i absolutos^ que con-
sideraba los mas
propicios al catolicismo.
bendición. —Dado en Roma, en Santa María la Ma-
yor, con el sello del Pcscad(jr, el dia .'30 de enero de
Siendo esto así, ;por qué podría asom])rar que 1810. De nuestro ¡jontificado, el décimo sesto."
recomendase a los arzobisjios obispos de la Amé- i
El obispo del Cuzco don frai Josc'- Caliste de Ori-
rica Española adopción de una conducta que él
la huela fué quien dio a conocer esta encíclica de Pío
mismo practicaba sin disimulación de ninguna es- Vil en una pastoral que corre imj)resa en Lima el
]>ecie' año de 1820.
¿Aquel prelado era también falsificador de bu-
las;'
León XIÍ no ])odia tener reparo
para conformar- Por mi parte, no teng-o motivos i)ara inferirle ta
se a sus inclinaciones simpatías espidiendo la en-
i
maña injuria.
cíclica de 24 de setiem])re de 1824 contra la inde- Al contrario, teng-o noticias de documentos pon-
]iendeneia de la América Española i en favor de la tificiosen que Pió Vil manifiesta el mas eutrañable
.sumisión a la soberanía de Fernando Vil, puesto afecto a Fernando VII, i que ])or lo tanto sirven ])a-
que su antecesor Pió Vil habia estendido otra seme- ra confirmar la autenticidad de la encíclica de 181 (i.
jante. Léase en com])rübacion de este aserto la sig-uien^r
Paso a copiar el testo de este seg'undo documento, te cartaque se halla rej)roducida en el número 3(1,
elcual maniñesta que la santa sede fué constante- tomo 2 de la Gaceta del Gulñerno de Chile, denomi-
mente adversa a la emancipación del nuevo mundo. nada vulgarmente OcK-cta del llei.
"Anuestros venerables liermanos arzobisjjos i ''Carísimo hijo_nuestro en .Jesucristo, salud i apos-
obispos, i a los queridos hijos del clero de la América Se han confirmado los sentimien-
tólica bendición.
sujeta al reí católico de las Españas. tos de jenerosa ])iedad que han movido el real co-
razón de V. M., como se manifiesta cuando deseoso
"^PIOPAPA VII. de hacer un bien disting-uido a la relijion de Jesu-
cristo, lia resuelto V. M. restablecer en si;s dominios
''Venerables hermanos, e hijos queridos, salud i ln Compañía de .Jesús. Damos a V. M. las mas afec-
nuestra apostólica bendición. Aunque nos separan in- tuosas ü-racias })or la copia que nos ha enviado de
mensos espacios de tierra i de mares, nos es bien co- su real decreto, i mucho mas \)ov la filial deferencia
nocida vuestra piedad i vuestro celo en la práctica i que V, M. manifiesta a nuestros conseios. Pueda el
])redicacioa de la relijion santísima que profesa- Padre de las misericordias derramar su bendición
mos. I como sea uno de sus mas hermosos i prin- sobre esta relijiosa disposición de V. M., i hacer que
cipales preceptos el que prescribe la sumisión a las cada dia prospere mas su reinado para el bien de
autoridades superiores, no dudamos que en las con- sus fidelísimos vas-dllos, i principalmente de la ig-le-
sia,, lie lii cual, con tiiutii consuelo
gluria propia ¡ o-i lo rucfro i encarg-o, lo que el celo i justificación
inioítro s(; nianiíie.sta \ . M.
ou sus esta-
el deti'iisor de Su Santidad os encomienda, contribuyendo por
dos. Mosotros rcjgrtuios rogareiiKJS incesantemente
i cuantos medios os dicte vuestra prudencia a que se
¡ al Sefior ipie derrame sol>re la real jiersona de V'.M. restablezca la debida obediencia i entera traiupuli-
sus «iracias celestial«'s para cimentar cada dia mas a dad de esas provincias."
\ M. en las máximas que le hacen un reí verdade-
.
La autenticidad de la encíclica de 24 de setiem-
ramente católico en sumisión a Isi santa sede i en bre de 1824 se halla, juies, certificada por el testi-
su afecto al padre de todos los üeles, pudiendo en- monio de todtjs los miembros del consejíj de Indias
tre tanto aseji'urar a V. M. ([ue nosotros le amamos i del mismo rei Fernando Vil, testimonio que apa-

con la mayor ternura, que con la mayor efusión de


i reció publicado en el periódico oñcial de la monar-
nuestro coraíson damos a \ M. i a toda su real f"u-
. quía.
uiilia nuestra paternal apost(jlicii bendición. Dado — Puede pensarse decirse cuanto mal se (piiera
i

en lloina, en Santa ]\laria la Mayor, el dia 2 de ju- del rei Fernando VII i de sus co;isejeros de Indias;
lio del uño de 1810. De nuestro pontiticado año IG. })ert)me parece que nadie ])uede razonablemente
— Pío Pupa Vliy pretender que fuesen farsantes hasta el e.stremo de
iSo aquel (jue tanto amaba a
era estruño (¡uc proclamar a los cuatro vientos del modo mas espre-
Fernando aconsejara liispauo-americanos que
a los so i solemne que el ])apa habia espedido una encí-
jiermanecieran siuuis')s a un monarca tan ilustre i clica sin que realmente lo hubiera practicado así.
tan católico. Fernando VII era un mal rei i un mal hombre;
VX papa León XII esj)Ovimeiituba f»or su j)arte el pero no nn falsificador vulg-ar de firmas.
misnui profundo alecto u la monarquía española i u ^•I qué se habrían jiropuesto él i sus consejero.-*

la persona del rei Fernando. con cometer una superchería que habría sido tan
l']l nuncio residente en Madrid lo declaraba así infame como necia.?*

(^spresamente en una nota (\\w dirijió al g'obierno Era claro que nopoilian coHseg'uir con ella nadií,
de España el l'J de junio de LS'J4, i con la cual re- absolutamente nada.
mitía una encíclica del papa, paia el clero de ese Si la encíclica hubiera sido falsa, el nuncio de Su
})aís. Santidad en Madrid habría protestado sin tardanza.
Se lee en esa nota la sifj;-uicnte frase, que es Yo querría que el señor diputado Tocornal ex-
mui si<i'niíicativa: hibiera el desmentido qiu? ese alto fancionario debió
«Habiendo Su Santidad sido elevado a la silla de- dar inmediatamente-, sin ])érdida de un minuto.
San Pedro al mismo tiempo que la Divina Provi- El señor dí])u'tado Tocornal parece creer que un
dencia elijió })ara rom])er las cadenas que lig-aban soberano ])uede impunemente falsificar cuando le
al católico nK)narca, parece que la restauración del conviene la firma de otro.
Irono español está relacionada con su pontificado. La esplicacion de un silencio tan inconcebible
Por esta causa, no ])ue(le niéno.s de sentir un ínteres que el señor Tocornal ha tratado de dar, es entera-
])aiticular por la restauración de un soberano i de mente absurda.
una luición, (li<;-nos bajo todos conce])tosde f^'ozar la En Madrid i en toda España, ha dicho el señor di-
])az i tranquilidad de que les había privado larg'o putado, se forjaban entonces toda especie de noticias
tiempo el espíritu turbulento de lu presente edad.» falsas sin que fuese a nadie lícito el contradecirlas.
(,hieda manifestado que la corte i>()ntifícia tenia Oreo que siicediera así.
id subuiíino dfl España por uno de sus sostenes mas Pero ^'esas noticias falsas aparecian autorizadas
firmes i decididos. con el testimonio de los consejeros de Indias, con i

I como esa corte no re])nraba en mezclar la reli- la firma del rei Fernando.^
jion con la política, es facilísimo de concebirse (jue Pero ;esas noticias falsas consistían en atribuir a
prestara u ese sol>erano todo el apoyo moral ])osil)le, los monarcas estranjeros i al papú documentos a[)ó-
.sin fijarse en los inconvenientes (jue tal {irocedí- crifos.''

luiento podia tener para lo futuro. Comprendo que los ])articulares no tuviesen liber-
tad de refutar las noticias ipie el g'obierno deseaba
Jíl jiióves 10 de febrero de 182."), la (Uicetn de (jue circulasen.
JÜlatiñd, periódico oficial do la monarquía españo- Pero jse hallaban en la misma situación los em-
la, dnT)a n luz en la sección destinada a los artículos bajadores de las otras naciones cuando había la au-
de oficio, ia síf»'uiente real cédula: dacia de imputar a sus soberanos lo que no liabian
^^ PJt Ilei. Muí reverendos arzol)is])os i reveren- escrito, i cuando el autor de la imputación eru nada
dos de las ií>-lesias metropolitanas i catedra-
obis])o.s menos queel rei mismo de Esj)añaí*
les de ainhas Américas, islas adyacentes i de Filipi- Pues, yo me atrevo a asegurar al señor Tocornal
nas. C'onforniúndoine con lo que mi supremo conse- que si la encíclica de 24 de setiembre de 1824 hubie-
jo de las Indias espuso en consulta de (5 de noviem- ra sido realmente apócrifa, i si a ])esar de esto hubie-
bre j)róxirno pasado, fui servido remitirle una carta ra sido publicada como verdadera ])or el rei mismo
encíclica del actual sumo pontífice León XI f, cuvo en la (ídzetd. de Madrid^ el nuncio no habria per-
tenor i el de su traducción es el sig-uiente." manecido un solo instante en esa corte, a menos de
Aipií se insertaba el testo de la encíclica de 24 de (pie se le hubiera dado la mas es]»léndida estre])i- i

setiembre de 1824. tosa satisfacccion; i le a^zTeg'o todavía (pie todo el


Por último, el rei Fernando VII se es¡)resaba de cuei*])o dijdomático habria ajtoyado las reclamacio-
esta manera: nes del nuncio.
"\ ista la preinserta encíclica en el referido mi ;Se figura el señor Tocornal (pie un nnuiarca ])ue-
consejo de las Indias, he resuelto comunicárosla ])ara de así no mas, como acto de poco momento, falsifi-
que, haciendo saber su contenido a los cabildos de car la firma de todo un papa.'
vuestras r(>sj)e(;tivas ig-lesias i demás individuos del ¡A'aya si tal acontecimiento habria retuni))ado des-
clero reg-til&r i secular, pong-ais en práctica, como de un estremo del mundo civilizado hasta el otro!
— 8 -
Si Fonmiulo \'n Imhicni tenido lii iiiMnlfiicia de l>adic de todo á lo» fich.'.'i ha confciidí
]
•ii'io .su rcprewcittíi-
roiiH'tcr t'I ntciitado (|U(' lo siipoiKí el scfior diinifu- cion en lu tierra, en virtud de su iiUNcricordia.
.-^in
di» 'l'ofonuil, f-i'(iii XII lialiiiii trniiiido desde «'1 \'ii- tomar en cu<'iita nuestra
i

¡ndigi.idaj. Con esto objeiu


lii'uiin, i i-oii solirado liiiidaiiiciito, hasta ((iic se le Im- ha podido a No.s (,ue oh cxhortcmo.s por nuchtros
Ictius
l>i*>radad(i la mas ('iiiii|dida satisfacuioii. a lili (lo que uode.sinayoÍH
en tan Haludnblo necesario i
J'll scfuir Tocdnial ud advertido (|ue aceptadas
lia pr(»pó.sitü, a ruja coiineciidoii tiene él
la segiiridad de
las circunstaiicias del hecho, es iiievitahle el admitir que se lililí diiijido ya todo» vuchtro.s cuidados, reio
uno de términos de esta alternativa: o Jicon XII
los ^;'|ué polrenio.i dceíro-j (pío «e
Inya ocultado a vuestro
fué efectivanuMite el autor dc! la encíclica de L'-í de couoeiiiiieiito celo,
reapccto de laa cnHna en que ul
i

setiend)re de IHl*4, lo (|ue yo sosten>^-o, o t'iié el con- presente d(bei.i anioncnlar a lo.s pueblos confiado.s
a
si'Mtidor de su dcshonrii, lo (jue me parece i¡nv. luidic vuestro cuidado? No obstante, c.i de nuestro deber
aceptin-;'i. confirmar a nuestros hermanos, al nií.smo tiempo que
Dado caso ^^u^\ como ])arec(! creerse, el nuncio re- a ellos foca oir con sumisión docilidad nuestra pala-
i

sidente en Madrid, jior miedo d<í las j^-aleras o del bra, i di.-culpar nuestra soücitud, en ca.so (pie os dijé-
presidio, no se huljiera atrevido a (d(!var la mas res- ramos algo que no sea necesario. Animados por c.-ta
petuosa protesta contra la falsificación de un docu- eoiifiiiiiza, osexhortamoH a (pie avivéis la gracia do
mento atrihuido al jjapa por el rei de España, Jahui Dios que existe en vosotros por la imposicíoa de iii;i-
X 1 1 del)ió halterio hecho desde su trono jtontificio. nos, a que colaboréis en el evaijelio .según la virtud
i

;() el jtontifice temia en lionia (juc le alcanzara de Dios. Ante todo, poned vuestro principal empeño
tand)ien el castiíí'o o la veng-anza de su juui predilec- en presen t:i ros como operario.», ¡iiteÜjente.s, dignos de
to hijo Fernando Vn.'* l:i aprobación de Dios, esponiendo eon exactitud la
iMiéntras tanto, el papa en vez de reclamar indif*-- palabra de verdad a vuestros gobernados, eualrjuiera
nado, como indudablemente lo hahria j)racticado en que .s(?a el grado que ocupéis. Apacentad el rebaño
la hipótesis del señor diputado Tocornal, accedió que Dios ha puesto a vuestro cuidado, no solo siu omi-
i-ustosísimo, nnii ])ocos meses después, a la solicitud cosa alguna de aquellas (pie son de vuestro cargo,
tir
del endtajador español en Roma j)ara (pie esj)idiera sino aumentando vuestra solicitud en el mayor grado
una encíclica (jue en lo sustancial era ima seyunda que fuere posible. En todos vuestros acto.'^, debéis pre-
eilicion de la de 18'24r. sentares como ministros del reí de paz Nuestro Señor
"A nuestros venerables hermanos los arzobispos i Jesucristo, de tal manera que encuentren aplicaciou
obispos; i a nuestros amados hijos, los demás ordi- en vosotros aquellas palabras: "¡Cuan hermosos hjs pies
narios que existen en los dominios de España. de h s que anuncian la paz!" Una vez preparados asi,
haced que las personas de toda edad i condición se
"león XII PAPA. instruyan en frecuentes leccíone?, cu lo que deben a
Dios, a sí nii.Muos i a los demás. Conviene que esos pue-
"\'enerables lievmanos i amados hijos: salud i
blos que se glorían del nombre de católicos aprendan
:i¡)Ostólicabendición. en vuestra enseñanza lo que deben sentir i hacer en
"El sing'ular ejemplo de amor a la relijion a la pa- el actual estado de cosa?, para que sean dignos del tí-
i

triadado por España parecía deber colocarla en si- tulo que asumen. Jesucristo ha querido que la cari-
tuación de g'üzar en tranquila paz del fruto de su vir- dad fea el signo que distinga a los suj-os de los demás.
tud i trabajo, en nnion de su mni amado rei, una "En esto," dice, "conocerán todos que sois m¡.g discí-
vez restablecido en sus dominios. Mas no ha suce- pulos: en que os amáis los unos a los otroa " De qu6

dido así; i esto nos ha causado un profundo dolor, e«pecíe debe ser esa caridad, nos lo enseñó el mismo

atendido nuestro especial afecto húeia aquel reino. Jesucristo, cuando al volver a los cíe'os dijo: "Te pido,
Deseábamos ardientemente que se nos presentara una o que aquellos que han de creer en mí sean
T>ii(Jie^

oportunidad en que pudiéramos prestarle nuestro todos como uno." Un bello ejemplo nos dejaron aque-
llos antiguos mortales que tuvieron la felicidad de fi-
ausilio,en la manera que fuese posible.
"A este deseo nuestro, ha correspondido la repre- gurar entre los primeros cristianos; de quienes dijo el
Jí^spíritu Santo: "En aquel gran número de creyentes
sentación que nos ha sido Lecha, a nombre de su so-
berano, por nuestro amado hijo el caballero Guillermo no había masque un corazón i una alma." Amonestad,
Curtoys, acreditado ante Nos i esta santa sede en el pues, a los fieles a fin de que vean si es posible dar
carácter de enviado extraordinario de nuestro carísi- con justicia el nombre de "católicos," es decir, "ver-
mo hijo en Jesucristo el rei católico Fernando. De la daderamente cristianos" a personas que se colocan a
juisnia manera que Nos, el ilustre príncipe manifiesta tanta distancia de las costumbres propias de los cris-
FU dolor al A'er que todavía aparecen en toda su fuerza tianos, cuanta es que hai entre la ira, el
la distancia

los odios, las desavenencias, la discordia i el desenfre- odio, la discordia venganza, i aquella unión íntima
i la

nado arrebato de los ánimos entre sus subditos, a pe- que debemos guardar con todos, según el precepto de
sar de que hace tiempo que aquel príncipe ha sido Jesucristo. I sí el vínculo de unión cristiana queda
arrancado de manos de los enemigos i devuelto al amor violado cuando una persona se aparta de la armonía
de su pueblo, por disposición de la Divina Providen- de voluntades, aunque sea con relación a otra persona
(ia. Ha creído del caso poner a nuestra vista esa si- de ínfima condición, i aunque sea con relación a un
tuación, aunjjue anteriormente no ha omitido ocasión enemigo, ¿qué diremos de aquellos que niegan la obe-
para exhortaros a que aunaseis con él vuestros esfuerzos diencia a ios gobernantes, o que se presentan con Ani-
a fin de estítiguir tan grave mal; i a pesar de que no mo contumaz i enemigo respecto do ellosí
abriga duda alguna de que vosotros abundáis como él, "Debéis, pues, inculcar a los pueblos la imperiosa
en el deseo de afianzar i conservar la salud publica, necesidad de que toda alma esté sometida a las po-
juntamente con la relijion misma, en virtud de vues- testades superiores, como dice el apóstol; que todos
tro deber pastoral. respeten las leyes, obedezcan a los majístrados, amen
"En consecuencia, ha solicitado que en tan grave i repelen a su rei, de cuya buena voluntad i solicitud
asunto se interpusiera la autoi'idad de Nos, a quteu el por el bien público deben estar seguros, pues de ello
^ 9 -
de las misericordias, por los méritos de su Hijo Naos-
es una clara prueba cala nuestra caria que a petición
(lo 6\ (liríjiínos a vosotros. Haced entender n los p-)e-
tro Redentor, que se digne dirijir al deseado tin vues-
tros cuidados trabajos; al mismo sicmpo os damos
lilos que nada es mas opuesto al órdcu i a la tranqui-
i i

lidad que disolver los vínculos de caridad cristiana;


el
nuestra bendición apostólica.
i quo a este respecto debeu ser solícitos eu conservar "Dado eu Roma, en San Pedro, bajo el anillo del
"la unidad del espíritu en el vínculo de la paz." Mas pescador, en 30 do agosto de 18li5, año 2." d« nuca
como la condición de la naturaleza liuiuana es tal quo, tro pontificado."
Jja precedente encíclica se halla insertada bajo el
aun conociendo las cosas que son de obligación, (jue-
dan éstas pospuestas maclias vccci a la satisfacción número 102 en la pajina 813 del primer tomo del bu-
itiana de sus pasiones, no debéis limitaros a enseñar larlo dtí León XII, que el señor diputado Tocornal

a los hoMilSres sus deberes: ca necesario que los iinpul tuvo la bondad do llevarme a la Cámara para que yo
.seis al cumplimiento de esos deberes, valiéndoos de
lo lejistrase.

todos aquellos nicdios que os sujiera el celo por la glo- La 30 do agosto de 1825, dirijida a
encíclica de
ria de Dios la salud de las almas, pero sin alejaros
i
los prelados de todos los d(nnÍ7i¡os de Espaüa, a<jbro
de la prudencia i de la mansedumbre del espíritu de cuya autenticidad el señor Tocornal no puede abrigar
Jesucristo. Los pueblos de España, con su conducta la menor duda, foruia perfecto juego con la do 24 do

admirable sin igual, lian manifjstado de cuánto es


i
setiembre do 1824, (jue se pretende tachar de apócri-
capaz el unüniínc consentimiento de una nación. Esa fa sin ningún fundamento medianamente sólido.

conducta antcri<n' os dará materia para amonestar a Supongamos que, como lo asevera el señor Tocor-
los pueblos respecto de la conducta quo ahora deben nal, Fernando VII hubiera autorizado con su sello i

ob ervar. con su firma una encíclica falsificada


"Nadie que no sea un malvado podrá desconocer ¿Cómo liabria tenido descaro para solicitar a los
que el oríjen de la discordia, do las defeccionjs;, de i pocos meses por conducto de su embajador en Roma,
todas las calamidades públicas se encuentra en los ma que el papa espidiera otra eucíclica análoga?
los libros. Debéis, pues, con toda la fuerza i peso de ¿Cómo León XII habria cometido la indignidad
vuestra palabra, alejar a Ic.-i pueblos de su lectura, ha- de acceder a tal petición después del agravio incalifi-
ciéndoles comprender que esa lectura os el mas fuues- cable que señor Tocornal pretende que so liabia in-
el

lo contajio de las costumbres, de la piedad, do la re ferido eu la corte de Madrid al padre de los fieles?
lijiun, de la paz, i do la quietud. Haciendo valer es Fernando Vil no habria necesitado pedir un docu-
tas consideraciones, i aquellas otras que os sujiera mento de (]uo tenia fábrica en su palacio.
vuestra prudencia como adecuadas para tranquilizar i León XII habria podido contestar que para qué se
reconciliar lo3 ánimos, dirijid vuestras exhortaciones le molestaba, cuando el rei sabia suplantar tau bien

a todos, }'a en público, ya en privado, ya personal la firma pcntiíicia sin que nadie se lo censurase.
mente por vosotros mi.MUOs, ya por medio de los coope-
radores en vuestro ministerio, aprovechando todas las El Pa})ii Loüu XII fué invitado directanicute a
circunstancias. Mas como la ciega i obstinada perver- ])rouunciurs8 sobre hi autenticidad de la encíclica d*'
sidad de tantas personas está uiauifestaudo elarameuto L'-l de .setiembre de 1824-, i estuvo niui distante de,
quo esos males sou un castigo de la justicia de Dios, neg'íivla.
iiflijido al jiucblo poreus pecados, poned vuestro prin- Mi erudito e ilustrado amigo Dieg-o Barros Ara-
cipal empeño cu que se eleven preces, se ejecuten na me ha llamado la atoncion acerca de dos heclio.s
obras de misericoidia, i se pracliijuen ejercicios pia- que sou decisivos eu la presente cuestión.
dosos de toda clase, tanto entre los eelesiáétieos per- i Vui a dar a conocer el primero de esos hecbo.s.
s:onas alejadas del siglo, sean hombres o mujeres, El presbítero señor don José Sallusti, uno de los
cuanto entre aquellos (jue viven eu el siglo. No omi- secretarios del arzobisi)0 Mu/i en su comisión a Clii-
táis cosa a'guna de aijuellas con las cuales el Señor le, dio a luz eu Roma el año de 1827 una relación
pueda aplacarse i mirar propicio a sn pueblo. de su viaje a América en cuatro volfimenes.
''Para conseguir este resultado, se os presenta una En el cuarto de estos volúmenes, pajina 11)0, in-
ocasión oportuna eu la induljencia del jubileo univer- serta uiui carta escrita desde Santing-o el 1(5 de se-
sal que vamos a esteuder a todo el orbe católico, una tiend)re de 1820 por el recoleto dominico frai Rai-
vez terminado el año, i cducluida su celcbracioa en mundo Arce,
Ivoma. Exhorte cada uno de vosotros a sus pueblos, Me parece ojjortuno coi»iur literalmente los si-
a íiu de quo desde luego se preparen para gozar de guientes trozos de esta carta (|ue se refieren a nues-
tan gran tesoro; que sepau lo que con este objeto de- tro asunto:
ben hajcr. Excitadlos con la predicación solemne de «Rolívar, por medio del vicario capitular de Tru-
la palabra de Dios, para que vuelvan al Señor cu sin-
jillo, provincia del gobierno de Lium,
escribió a
cera penitencia, puedan así conseguir el perdón de
i
"Cieufuegos para (pie i)or su iutennedio remitiese
sus pecados; aquella induljencia i relajaciün de las
i
una carhi a Monseñor (Muzi), cuando estaba en
peuas tranquilicen de antemano sus ánimos, dcpo
Montevideo. Rolívar lo instaba jiara que pasase al
iiiendo la ira, i perdonando todas las injurias recibi- con su garantía. Esta carta fué
Períi, i (jue pontase
das, imitando a Jesucristo que fue cubierto do opro-
enviada Cienfuegos en enero,o })rinc.i]iios de fe-
]»or
bios por nuestra salud.
brero, a Rueños Aires, i>ara (pie se pusiese en ma-
"Hé ahí, venerables hermanos, amados hijos, las
i nos de Monseñor en Montevideo.
»

cosas que hemos creido oportuno deciros. Si esas pa- «Cada dia me confirmo nuis en los motivos que
labras se graban cu los áoimos de los hombres, no de- espuse a Mons-t'ñor, haciéndole ver la conveniencia i
béis abrigar duda de que, estando todos sumisos i la necesidad que había de no alejarse del territorio
obedientes a su rei, procurarán con toda voluntad i amerieano sin dar luimeraínente parte a Su Santi-
empeño la conservación
i esplendor do la relijion del i dad de h) acaecido en Chile .Mngun mal ha-
estado. Todo esperamos de vuestra voluntad em-
lo i bria producido, ni habria suscitado ninguna }icrtur-
peño. Entre tanto, rogamos humildcuíentc al Padre bacion entre los umericanos, el breve de nuestro su-
— 10 —
mu pouiilifc Li'oii \1|, fiívoniMn u lim iiiti'r('.s.'.s ti'rior, dirijida a los obispos de
i
America, exhortán-
<lrl ifi di' J'iS|mriu, ni el iirotHHliinioiito citii ol linviiitln
dolos u sublevar el pueblo en lUvcu- de la Espaiia. la
• lo ('(ilojuliiu (s(MÍor (Ion Imihh-j,, 'i'^juda, ajciito del
cual sorpn^iulió i alarmó en grun manera al {3'ubier-
^•ul)icriiti d(« Coloiultiii en Ironía, t»l)lif>-u(l(> a nalir oii no mejicano,
lH*Jld(( los l'Istados JNuitiücio.s ñor orden de León «I'^Míl mt^sde junio, Hc |)ublicó esta encíclica eu
.Mi), Monseñor hubiese resuelto ir u Trujillo, o a
si
Kl Filántropo, diiu-io do Tumbico; el gobierno i
iilro luii'ar donde |iudi(>se ejcreer lilM-eniente su ju- iid'ormado d(í (ísta ]Miblicacion emito la circular de U
risdieeiou.i) de julio dirida a los prelados ordinai-ios regnilunís i
Sej;-un aj)arece de lo (|uo precede, el padre Arce, deja Itepública, enviándoles ejcnndaríís de la carta
i|Ue lial)ia venido de Koina eon el «r/.ohispo Mu/i, i ap('istoli(a, i manil'estándoles la falsedad i la malicia
M'HMl lo (pu- asegura Sallusti, o-ozalia de mucho eré-
había empleado el gobierno español para sor-
(|ue
tlito ron este personaje, estaha
profundamente con- m-ender el ánimo (l(( Su Santidad, hacerle cn-eríput i
veneido de autenticidad de la encíclica de Letm
la la reUjiíui católica se hallaba en un estado de
(h;ca-
XII, |)en.<ul)a (pie si Miizi no se huhiera retirado
i
denc.ia mayor (pie el (pie lu-esentabaen la desgracia-
de América, se hahria evitado la mala impresión
(pie da l'ispaña, cuando ]ior (;! contrario ninguna nación
¡upieHa jiieza produjo en el ánimo de h)s partidarios
católica podía mostrar al mund(j, tantj> (ui sus insti-
de la independencia.
tucí(mes, como en la marcha de su gobierno, jiruebiH
El presliítero Sallusti, dosjmes de insertar la car-
iiuis g-randes de su resjjeto consííieracion, n(j solo
i
ta del padre Arce, creyó de su delxM-
(puí
a,i>-rei>-a por los dog-mas sagrados i la Uioral evanjélica, sino
presentarla a Loou Xll traducida al italiano para también por las personas de sus ministros, conclu-
(pie conociera el esi)ír¡tu de lus íieles do Chile i de yendo, en fin, el gobierno por declarar a los j)relad(js
atrás partes de América.
(pie estaba seg-uro de (pie con sus luces i patriotismo
¡Si la encíclica de Qi de
setiembre de 1824 huhiera harían de modo (pie la nación no fuese víctima de
sido apócrifa, ;lmbría el
i)apa dejado de decirlo a las intríg-as estranjeras.
»Sullusti cuando este le mostró tratlucida
al italiano «Los prelados ordinarios contestaron alg-obiemo
l:i curta en (pie el
))a(lre Arce hablaba del desagrado ¡)rotestando del modo mas satisfactorio sus deseos
con (pie esa encíclica había sido recibida en Amé- de mantener nuestras instituciones; i lo mismo hi-
rica.''
cieron los de las comunidades relijíosas, cin'os docu-
81 el j)a])a huluera insinuado cualquiera protesta
mentos reunidos se en\aar(jn ])or el gobierno a nues-
contra la (>íectividad de la encíclica,
¿habría el i)res- tro encarg-ado en Roma, exhortándole a (pie hiciese
i)itero Sallusti callado esta importante circunstan- una es})osicion que justificase a la nación i a la igle-
cia.'
sia mejicana, ])rocurandü ])or todos los medios que
El completo silencio que los dos g-uardaron sobre
le sujiriesen su prudencia i el interés nacional, con-
t^ste asunto manifiesta que no tenían nada que decir
vencer el ánimo de Su Santidad.
contra la autenticidad de la encíclica.
«.Con fecha 10 de agosto de 182ü, nuestro envia-
Debe saberse qiie la obra de Sallusti fué revisada do de Londres dirijió al ])residente una carta escrita
el ano de Ití'JÚ en Florencia
})or un censor eclesiás- por Su Santidad el 29 (le junio, i'emitida por nues-
tico, 1 en Roma p.or cuatro
censores pontificios, se- tro ájente, a quien había sido entregada ])or mano
g-un se advierte en la última pajina de
ella; i que del vicario apostólico de aquella cai)ítal. Publicóse
esos cinco censores le pusieron su visto bueno
para esta carta en la Gaceta Entraordinarla del Gobier-
que se diera a la estampa, sin que uno solo dijera no, a causa de las ideas de justicia i beneficencia
I)uUibra contra la autenticidad de la encíclica que el
que contenia; i se mandó en seguida, a los prelados
señor Diputado Tocurnal cahfica ahora de apócrifa.
icabildos que se hiciesen rogativas por la salud de
Paso
a ocui)arme del seyundo de los hechos a Su Santidad i ])or el feliz resultado de nuestra em-
(jue he aludido.
bajada.
En 18Í7, el canónig-o señor don Mig-uel Ramos ((.En una ])alabra, el gobierno ha procurado lle-
Aripe, ministro de justicia i neg-ocios eclesiásticos
de nar en todasdas ocasiones los deberes que le impo-
Méjico bajo la ])residencia del señor don Guadalupe
nen la constitución i las leyes en todo lo que so re-
\ letona, informaba al congreso mejicano
sobre las fiere al establecimiento de las relaciones que deben
relaciones con Roma en los términos que
síg-uen: existir en razón de nuestra relijíon cristiana con el
«cLa nación mejicana, católica por su
constitución jefe visible de la Iglesia católica, para el bien i la
1 sus hábitos, viendo lo que sufria j)or
la interrup- gloria de la iglesia i de la nación mejicana.»
ción de las relaciones esi)írituales que
mátenla antes El documento oficial que acabo de cp])iar mani-
o(jn Roma, por medio de
la España, trató de resta- fiesta que tanto los gobernantes, como los prelados
blecerlas; con este objeto convocó en la capital
1
ordinarios i los superiores de las comunidades reli- .

lina junta eclesiástica compuesta de


los ai)oderados jiosas de Méjico, recibieron como auténtica la encí-
de todos los prelados diocesanos. Esta junta
i)rove- clica de 24 de setiembre de 1824, sin que les asalta-
jó a las necesidades mas urjentes del culto,
i ])re- se la mas lijera duda acerca de este particular.
paró las instrucciones que débian
dirijir la conducta Hubo mas todavía.
tle un enviado de la República cerca de Su Santi- El gobierno republicano de Méjico, por medio de
dad.
sus aj entes, informó al papa sobre las j)erturbacio-
«Continuando en consolidarse el orden, el o-oLier- nes que la encíclica habia producido en el clero i
no escoji'i en 1823 para esta misión
a M. F. fi. Váz- en los fieles.
quez; pero Ro j)udieron realizarse los fondos necesa-
Si la encíclica hubiera sfido apócrifa, León XIJ lo
rios para el viaje basta 182o i
Vázquez se hallaba- :
habría declarado en semejante ocasión.
en Bruselas el mes de octubre de 1820.
Habría sido para él un deber de honradez i de
«En este tiempo se i)ublicaba en La Gaceta de conveniencia, de cuyo cumplimiento no habria j)o-
3ludrid de 10 de jebrero de 1825 una encíclica
es- dido prescindir.
jtedula en Roma en el mes de de Ju-
setiembre del año an- Agrég-Tiese que ya por entonces las victorias

I
— 11 —
(le Avaciicho lm])ian anunciado al mundo que locoloca on ol número de los hijos de Jesucristo.
ilin i

la indepeiidencia de Iji América Española


debia te- (íEn ctianto a la imjjresion que este documento
nerse por hecho consumado; i que las pretensiones habrá hecho en el g^a1)inete de Madrid, no creo (pie
de reconípiista sostenidas por la metrói»oli eran com- haya sido mui satisfactoria ni agradable. Si como no
se puede dudar, todavía se sueña allí en j.lanes
de
pletamente quiméricas.
Todo estimulaba, pues, al pajta para (pie si la en- sumísiím i recouípiista, la bendición jxmtificia echa-
cíclica era falsa, lo es])resara con toda franqueza. da a los m(^jicanos, i los rueg-os a Dios j.ara (pie ins-
])íre al jefe (le su gobierno, no detien sonar
mui bien
.Sin emharfio, la santa sede se f>uardó nnii bien
de decir una .sola jialabra contra la autenticidad de en los oidos de la lejitimidad. Una nación bendita
la ancíclica.
por el papa, i un jefe insi)ira(lo por Dios, deben se
La contestación por Su Santidad al
remitida a los ojos de los católicos, formidables enemi',njs en
injustos.
])residento don a (jue aludía el caso de verse atacados por ojirescjres
(íua<lalu¡)e Victoria
señor liamos Arispe, se espresaba como sigue: «Como quiera que sea, Su Santidad ha obrado con
la ful-
"Hemos recibido con la mayor satisfacción la car- acierto i madurez, retractando indirectamente
de octu- minante encíclica a que tan victoriosamente ha res-
til que nos habéis dirijido con fecha del 30
mejicano. Sea cálculo, sea es])íri-
bre del año próximo ])asado los documentos adjun- pondido im
i
docto
tos. A'uestra constancia en la fe católica la venera- tu conciliador, sea deseo de estar bien con t*)dos, la
i

ción que i)rofesais a la silla apostólica os recomien- carta de León XII aljeneral VícToria es absoluta-
esclusivtjs (jue
dan en tanto grado a ?S os, que os colocamos con ra- mente incompatible con los])rinci¡)ios
])or base de su con-
zón entre los hijos de Jesucristo. En cuanto al afec- los monarcas aliados han {ornado
to que manitiestais a nuestra jtersona, i los sag-rados ducta desde la caída de
Napoleón, i de (pie se han he-
el año de
emblemas por los cuales nos prometéis de no dejar cho tantas ajjlícaciones ])rácticas, desde
meridionales de Europa. Qui-
nuncii de sostener la iglesia, vivid persuadido do que 1820, en las naciones
creencia \n)\i-
hemos visto esta ¡nanifestacion con estraordinario zas Su Santidad, sin separarse de esta
placer, i de que pedimos a Dios os ins})ire i os ayu- tica, ha creído (pie solo se
entiende con este hemis-
en cuyo caso, no
de en esta santísima determinación. Entre tanto, ferio, i que no debe rejír en otro,
puedo menos de confesar que ha sabido conciliar dies-
i en prenda de nuestro amor, os damos nuestra ben-

dición, no solo a Vos, sino a todos los mejicanos. tramente sus intereses con el sistema de las cortes
"Dado en San Pedro de Roma, el 09 de junio de europeas.
1825, año segundo de nuestro pontificado.—¿¿"o/i Los redactores de El liepertorw Amencano, que
eran, como se sabe, los señores don Andrés Bello i
don
Papa Xliy
El señor don José Joaqtiin de Mora hizo en El Juan García del Rio, hablaron en la entreg-a o tomo 4,
corresi)on(liente al mes de ag-osto de 182? sobre la
en-
Correo de Londres, núm. 2, tomo 1," fecha 1.° de
abril de 182G, interesantes i oportunos comentarios cíclicade 24 de setiembre de 1824, sobre el efecto
acerca de esta carta pontificia. que había producido en el ánimo del i)ueblo d<$
ella
a(pul
"Todos los buenos católicos, dice, deben ver con Méjico, i sobre las medidas que el g-obierno de
país se había visto obligado a tomar con motivo
do
satisfacción que el j)ontífice romano sig-iie aquel pre-
cepto de la sabiduría divina: Sapientis est mutare tan desagradable ocurrencia.
conaU'ium. Su Santidad, en su famosa encíclica de Hé aquí sus i)alabras:
setiembre de 1824, dirijida a los arzobispos i obis- "lios limites de nuestro periódico no nos permi-
pos de las iglesias metrój)olitanas i catedrales de am- ten trascribir sino una pequeña ])arte de lo que nos
bas Américas, islas adyacentes i Filipinas, lejos de parece mas díg-no de atención en la memoria del mi-
tener una opinión favorable de las nuevas ideas que nisterio de jus^ticía i neg-ocios eclesiásticos de Méji-
se han i)ropag-ado en aquellos ])aises, se quejaba de co, que está a carg-o del ilustre i sabio y)atriota Ra-
los ''^grandes ])erjuicios que resultan a la relijion món Arispe; pero ciñéndonos a los ])untos de interés
cuando desg-raciadamente se altera la tranquilidad de jeneral por su trascendencia a la })olítica de los otros
los pueblos"; i })or alterarse la tranquilidad de los estados americanos, empezaremos ])or uno de los
])ueblos. Su Santidad entendía romper el yugo de la mas delicados i esjúnosos, que es el de las relaciones
«i})resíon, i neg-arse a obedecer a una autoridad in- con la silla romana. Cortadas por la proclamación de
justa violenta, jmesto que el i'inico remedio (jue ha-
i independencia en 1821 las que por conducto (le
la
llaba para tamaña calamidad, era "que los obispos Esi)aña se tenían con la cabeza de la ig-lesia católi-
se dedicasen a ensalzar ante sus grej-es las augnistas ca, se fijó desde lueg-o la atención del g-obierno me-
i distinguidas cualidades que caracterizan a nuestro jicano en escojitar los mejores medios de establecer-
mui amado hijo Fernando, cuya sublime i sólida vir- las i arreglarlas, i al efecto se determinó enviar un
tud, etc., etc.'' ministro a Roma, que existe todavía, según cree-
«El sumo pontífice, a pesar de su infalibilidad, co- mos, en Bruselas, de donde debe seguir a su destino
noce ahora (jue se engañó de medio a medio en el luego que reciba las instrucciones (pie ]trepnra el
concepto que había formado de la revolución ameri- congreso. Uno de sus trímeros encargos fué dar a ]

cana. \a echa de ver (pie puede haber constancia entender a la corte de Roma el grado sumo de ¡>i-
'"
cu la fé católica, i veneración a la silla ajiostólica, en dit/nacion que había producido en toda la repubh-
(

aquellos (pie mantienen una oiiiníon mui diñn-ente ca, i esi)ccialmente en ks cuerpos i ]>reladoseclesiiis-
de la de Su Santidad sobre las augustas i distinguí- ticos, la famosa encíclica de 24 de setiembre de 18l4,
das cualidades, sublime i sólida virtud de Fernan- en (pie se exhortaba a los americanos a la sumisión
i

do. Ya recibe con satisfacción las muestras del afec- al rei de Esjniña; i se le mandó que hiciese llegar
to de los que pocos años hace miraba como cnomig'os; a manos de Su Santidad una formal i enérjica recla-
i aunque el presidente Victoria no ha merecido to- mación a nombre del gobierno de Mí'jico, manites-
davía (jue el jefe de la iglesia católica le dé el título tándole cuan injuriosa era aquella encíclica a la so-
de wni caro i anuido hijo, crí^o que ])odrá consolarse beranía i a la rí'lijiosa, moderada i ])acifica conducta
de esta j)crdida, si ccusiílora ([xxo el mismo i'cntíficc de la nación mejicana, i cuan ajena de la rolicitud
-^ lí -
del |Miiiti(ift' rumiiiiii, (|iii>, snlo sur|ir.'ii(liil,i |M,r lu.s "Esta carta so publicó cu cd poiio liou do Chilo íít-
iiilri;;us arterias del jinliicriK;
i
t«s|iuii(»l, piulia lialn-r tilulado l'U Corroo da J rauco do 3 do abril do 1821
tlii(li) soiucjaiitií paso.
IJii U".) (1(> ciicro de l,S:.'(i, tuiíi- en cuyo mimero, rtlírióndo.so (pajina lí>) el reuibi-^
\A\it enviado iiH'jieiiiio este iiii|toitaiiti' eiicaí i,
(«1
i miento (jao tuvo do aquel gobierno republicano el di-
011 lü de mavo tuvo (.oiiteslaeioii del cardenal
necrf- cho tíicurio apOHlólico, ao dice:
rio (le Su Suntidad."
—"Poco después de su llegada, jtasó a ver al señor
J'lsensado ])arefe hacer notar (lue los «cuok's Mo- miai.stro do catado p;,ia prciicuturlo sus creden-
ra, Helio (iarcía del kío no lialiian couceliido la ciales
i
Aconqiañado el supremo director del
menor duda acerca »le la autt>ncidad de l¡i encíclica cuerpo diploiuáiieo, tribunales i autoridades do todas
de 1(S1L'4-, (juo calificahaii iU\/'(ii/iti.sit. cla.ses fué introducido a la sala de cmbajadorc»
í'reo <|uc el señor Tocoraal convendrá couiui^-oen il sciior nunci.i, (páen prcs..nló al director h ipremo
tjue los tres sujetos mencionados no su hahrian las siguientes lelraj del
d(!- sumo pontíüc(.:— I siguo la
jado enjí-añar fácilmente hasta el estremo de aceptar caria:
como \erdadcra una pieza diplomática apócrifa. "Con grandes formalidades nos consta haber nido
'r<>ii(lré oca.sion de hacer ver (pie otro.v recibido
estadistas, por el gabinete pontiíieio el minintro do
iii-iiahuente distin^uiílos, procedien)n on este asunto aquella rcpi'ibüca señor don Jo.'ié Ignacio Cicnfargo'^,
mismo modo (pie los emincMites redactores del
tiel siendo tratado [lor Pío VII como los demás eaib.ija-
Conro (le Lóndrc-^ d-.i Jü Ju'pcrtor'w Amcrinoio.
i dorcs de príncipes citados h-jílimos.
i

segundo documento
es una carta circular o en-
"J'll
¥A plonipoloucinrio de Chile en Londres, señor don cíolica del mismo puntillee León XII a \ns arzobis-
iMariaiiüde .l\m»ña, es(MÍbiaa su gobierno lo (jue bi<rut: pos obispos do América, j)or consiguien.to a los ú¿
i
i

'•Don Jíduaido do AVeddcr, que dentro de tres dias Chilo, eu que lamentándose amargamcuto do la "de-
suldiá do esta corte oon destino a Chile, pondrá on plorable situación en que, tanto al estado, como a la
manos de US. un ejemplar dtd núm. 12 del periódico iglesia, ha venido a reducir la cizaña de la rebelión"
titulado Ocios de Eupunolts A)nt (/nulos, donde e.stán en aq\ieIlos países, esto es, su sepuracion de la metió-
insertos los breves del ])apa Lcon XEI sobre que poli "se promete que esclarezcan ante su greí las au-
los
obispos de América rcconiieudeu la obediencia u For gustas distinguidas cualidades que caracterizan, di-
i

uaudo VIT, sobro la rcniisiou de un vicario apostó- ce, a nuestro muí amado hijo Fernando, reí católico
i

lico a Chile, con las reflexiones que se hun creí Jo de las España?, cuya sublime
con- sólida virtud le hace i

v('nicnte.'=, ¡ u:ia esposiciou de lu salida de anteponer al Cfpleudor de su grandeza el lustre de la


dicho vi
eario de Chile.— Dios guardo a US. muchos año.'-.— relijiou i la felicidad de sus subditos."
Londres, mayo 12 de lS2ó.—M()icmo de E(jtma.— "Eáta encíclica so ha publicado en la Gacela de Ma-
Señor Ministro de líolacioues ]'I>teri(u-es." drid de 10 de febrero de 1825, inserta en una cart'i
Ya verá por esto el señor diputado Tocornal que del rei dirijida a todos los prelados do América.
e| señor don .3Liriauo do Egaña, cuyo sano juicio i cuya "Por el cotejo de ambos documentos, aparece: Lo
{)icd:id sincera i profunda será el primero en recono- primero, que Su Santidad cu 3 de octubre de 182:1,
cer, reputaba la encíclica do 1S21 tan auténtica como reconoció como Icjítimo el gobierno republicano do
el brcvode 3 de octubre de 1823, contra el cual Chile, por consiguiente su separación de la metrópo-
no i

puedo diiijirse objeción do ninguna especie. li, i el establecimiento de su república; porque a go-
Tendré oportunidad de niarnfestar nms adelante biernos ilejítimos, o no reconocidos como Icjítimo-», no
crn documentos ftiíacientes que el señor Egaña pcr- onvi.-iii embajadores loi? príneipfís, nila3 recibe;» de par-
si.'^tió siempie en la niibina mismísima opinión. te dc ellos. Lo segundo, que al cabo dc menos de uu
Me parece conveniente insertar las reflexiones del año, en 21 do setiembre dc 182d, en eso mismo estado
periódico titulado Ocios de Españoles Emigrados a que de Chile, igualmente que en los demás de América,
aiudia el señor Egaña, porque no son largas, porque asegura Su Santidad que "corre con imputddad el de-
i

c-ita revihta ha llegado a ser escasa. senfreno i la licencia de los malvados... salen a mane- i

Dejo la pylabra a los redactores de dicho perió ra dc langostas devastadoras, de un tenebroso pozo, esas
dico. juntas que se forman en la lobreguez de las tinieblas."
"Publicamns dos documento.'? de nuestro santísimo Lo tercero, que el remedio de que se promete un fe-
padre León XII, espedidos, uno a 3 de octubre de 1823, liz pronto resultado, es que reconozcan aquellos pue-
i

i otro a 24: de setiembre de 1824. blos por su rei al sólidamente virtuoso Fernando VII,
"JCl primero es una carta dirijida al supremo direc- esto es, que trastornen el actual gobierno que Su
tor de la República de Chile señor don Ramón Freiré Santidad acababa de reconocer como lejítimo, i true-
en la cual le reconoce como tal supremo director, le, quen las duras cadenas del sistema representativo por
i

da ese título, i comienza con las palabras de estilo: la amable libertad del mando de.'-pótico.
Dilecle Fili, salutem et apostolieam lenedict ioncm ^ aña- "Si el de reconocer la repúbli-
santo padre, antes
diendo luego: salemos^ amado hijo, que al presente os ca de Chüe,
de haber escrito aquella paternal i dul-
i

halláis a la cabeza dd gobierno en ese estado. Como a ce carta a su presidente i dc haber admitido su mi-
tal le da cuenta de liaber enriado eu predecesor un nistro plenipotenciario, i enviádole un vicario apos-
vicario apostólico que lo fuese en todo el estado de tólico, hubiera dirijido su encíclica a aquellos obis-
Chile; le anuncia que habia confirmado coa sn auto- pos, aun cuando algunos censurasen que la curia ro-
ridad todas las facultades confi'ridua ad mismo nuncio mana tome parte eu contiendas temporales de esta-
por su predecesor; le muestra ademas que esperaba dos ajenos, nunca pudiera ser notado de inconsecuen-
eot) toda seguridad que fuese recibido con las demos cia. Mas^ reconocer come estado lejítimo a aquella
traeiones de obsequio i benevolencia que correspon- república, i a renglón seguido infamarla, i exhortar
den, i que encontrase er> los majistrados los ausilios a los obispos a que contribuyan a que deseonczcan
que pudiese necesitar p;ira eí desempeño de su cargo. aquellos subditos la suprema autoridad de cuyo reco-
1 concluye: Mi amado hijo, os doi con todo mi afecto- la nocimiento les acababa de dar él mismo tan solemne
apostólic'i bendición. ejemplo, es conducta coutradlctoria, que solo puede
— 13 —
csplicarac por nna nueva políilca (JoscouociJa de la hermanos a entender couio arbitro en la partición dé
¡¿í'wia. su herencia, respondió: que no tenia autoridad para
"¿No se vé en este o;iso puoita en práctica lu doc- ello, con una especio de estrañeza oneamiuada sin du-

trina de liclirniiiio de <[iio la república espiritiiul, cu- da a dar a conocer mas notablemente que su jurisdic-
)'u supremo goboniador es ol i'upa, puedo oblij^nr a ción facultades no se eje rcitabuu sobro cosaii mate-
i

larepública temporal a que vario hu admiuibtracion, riales mundanas, sino sobre las espirituales i celes-
i

a <|ue deponga sus príncipes, e-jtablczca otros, cuan


i
tes. me oonsfiluit jndiceni aut divisorem snpcr vos'!
¿Q'iis

do lo cxije el bien espiritual? Con todo, el papa, (juo no tiene seguramente la ple-
"Obí'úrvese «jue la carta del papa al presidente de nitud de poder del divino fundador de la iglesia,
Chile es fecha a 3 do octubre de 18'23, cuando auu quiere intervenir sin ser rogado, espontáneamente i
iiopodia saberse en Ruma la c:iida del sistema coua- do propia autoridad, mocu propio, no ya en una causa
litucional do JOspaña, que fué a oO del anterior 8C- oscura particular, en una cuestión do familia, sino
i

licmbro, d¡a en (juo pasó el re4 desde C idiz al puerto en una causa importante grandiosa sobre los mayo-
i

de Santa María. I l.i encíclica a loa obispos do Amé res mas caros intereses temporale;», cu que se produ-
i

rica se espidió a -4 de setiembre de 1824, cuando cen, de una parte los títulos primitivos do la liber-
Chtabaya cu su plenitud, esto c«, en gran furor el man- tad la justicia, nunca perdidos por el linaje humano,
i

do absoluto, condonad ) p)r la lei fundamental del i se alegan de la otra los del poder i la conquista, que

reino. Tau obvias son, como espantosas, las reflexio- caducan i perecen con la fuerza que Í03 da i los bos-

nes a que da lugar la combinación de estas dos épocas lieuc. I ya bC ve, la dccisiou del pontífice no podia
con las do.s caras que cu ellas présenlo al mundo la ser dudosa entre la iudepcadeneia i la opresión, eutri
curia romana." los nuevos gobiernos lib'cs de la América del Sur, i

Antes de todo, importa a mi propósito hacer obscr- el gobierno ab.soluto de Fernando VLI. La razón o

\ar (jue los redactores de la revista denominada Oaos la justicia debían e.itar a favor de su amado hijo el

de ExpaJiüUs Eiiiigiados no tcuian ninguna duda acer- reí católico de las Empañas. Sin embargo, el ini¿mo
ca de la autenticidad de la encíclica de 21- do setiem- santo sadré, once meses antes, cuando este reí cató-
bre de 1824, i que la reputaban tau efectiva como el lico gobernaba constitucionalmoutc las Españas, ha-

breve de B de oetubie do 1823, con el cual la couipa- bla reconocido en cierto modo, i echado su apostóli-
raban. ca bendición, a la independencia americana en la per-
Se sabe que los redactores do aquel periódico, en- sona do don llamón Freiré, supremo director de la
tre (juienes se contaban lo3 señores don José Caiiga república de Chile, enviáadole uü nuncio con sus
Arguelles, don Joacjuin Lorenzo Villauueva, don Vi- correspondientes credenciales, i una carta dada cu
cente Salvíi, don Pablo Mcudibil, don Agustín Argue- Santa- 3Iaría la Mayor a 3 de octubre de 1823."
llo.", don Francisco Martínez de la Ilusa, eran hombres Antes de proseguir, debj llamar la atenciou sobre
mui icrios, uiui instruidos i mui esperimentadoscu los un error importante en que han incurrido, tnato el
negocios. autor del artículo de los O^ios, como el traductor do
Así su testimonio es tan valioso como el de les re- la obra de Tamburini.
dactores del Correo de Londres i de El Repertorio Los dos han confundido la cuestión rclijlosa la i

Americano. cuestión política, que la santa sede no separaba siem-


Ilabria sido en estremo difícil hacer que estadistas pre, como deberla haberlo hecho en cumplimiento do
de cí-ta categoría admitiesen como verdadero, en caso su deber, pero que a veces se empeñaba por distinguir.
do Bcr apócrifo, un dooiuucnto de lii Importancia do la La satisfacción de las necesidades opirituales do
encíclica de 21 de setiembre do 1824. los católicos hispano-americanos era una cosa esen-
El traductor español de la obra titulada Verdade- cialmente diversa del reconccimieuto de su iudepcn-
ra Idea de ¡a Suda Sede, por el presbítero don Pe- dcncia i soberanía.
dro Tamburini de Bre.scia publicaba el año de 182G La santa sede habría debido siempre atender so-
ideas cnleramentc análogas a las desenvueltas en mar- lícita al remedio de esas necesidades espirituales.
zo do 1825 en el núuiero 12 de los Ocios de Empaño- Pero era taata su adhesión a la causa española, que
Its Inmigrados. dejó trascurrir varios años sin cuidarse mucho de eiia.<;
''Cosa singular, decia, es que el mismo celo hipócri- aun cuando trató de satii-f icer algunas de las mas
i

ta de relijion que sirvió do pretesto a la conquista de preniiosaf!, procedió con timidez.


Amórica se quiera emplear ahora para volver a anu- Indudablemente, la santa sede habri.i deseado
dar los eslabones de una cadena, rota por I imano obrar de una manera diferente; mas el gobierno espa-
hercúlea de la ilustración, sacudida por los jenero
i ñol, que se proponía ejercer coacción sobre los rebel-
sos esfuerzos de los que di.«gutadamente la llevaban. des del nuevo mundo por medio de la carencia del
I no dejará de parecer estraño a los poco versados en rasto espiritual, se negaba a que proveyera los obis-
la historia eclesiástica, con Cipecialidod de la curia
i pados vacantes i a que tomase otras medidas análo-
romana, que lejos de atender ésta a los clamores i de- gas.
jnandas relijiosas de unos pueblos siempre líeles a la l>a santa gede, por no ofender al gobierno de la
lei de Jesucristo, no obstante las bárbaras atrocida- metrópoli, se sometía amenudo a estas cxijencias su-
des que a nombre de esta misma relijiou han come- mamente indebidas í cstremadamente dañosas a los
tido en ellos sus opresores, uo solo haya desoldó sus intereses relijiosos.
túplicas, sino repelido a los que venian a presentárse- Sin embargo, no se ocultaban a la corte pontificia
las, i tratado de mezclarse .';ecreta i públicameute en los funestos resultados que esta condescendencia inde-
sus diferencias políticas con ánimo de reducirlos nue- corosa podia traerle.
vamente a la antigua dominación. Así la santa sede habría estado mui dispuesta a
"A esto termiaa la encíclica de Su Santidad León no reconocer la independencia déla América Españo-
XII dirijida con fecha de 24 do setiembre de 1824 a lo, aun a trabajar porque la España volviera a con-
i

todos los reverendos obispos i arzobispos do la Amé- solidar su dominación en el nuevo mundo, con tal de
rica que fué española. lustado Jesucristo por dos que el gobierno español hubiera tolerado que ella ha-
— 14 —
biorn provisto los obisputlos vficanfcs i dictailo otras El gobierno español abusa1)a do la adhcHÍon di* la
lucdiilas cHiiiritualos on Iom paim-a sulilcvudos. Hanta nudo, llevando a mal que ésta atendiera n laH
M. Aitiiuil do Moiitor, el lii.storiudor, o mejor di- neooHidade» cHpiritualoH do los hi.><pnuo-amcricanoH.
cho el puiicjiriata de Lcon XI I, luí coiiHij^nado en su El papa habria debido obrar en ese caso, sin im-
obra el entriicto de una conv^r^ncion nuii ¡Dtercsniíte plorar la venia de nadie, como eran su derecho su i

que tuvieron a principios do 182 1 eso pupa i>\ cár-


i deber.
dena i Consalvi Hobre diferentes puntos <lo polítiíja. El breve do 3 de octubre do lH2'i la encíclica de
i

Fju osa eonforcucia, 8C trató acerca do los asuntos *21 de setiembre do 1S21 no so contradicen, pues, co-
do América. mo Cfjuivocadajucnto lo entcndian el autor del artícri-
]^Io he empeñado mucho, dijo Conpalvi, en obtener lo de los Ocio8 i el traductor de la obra de Tambu-
de las cortes españolas (¡uo nos dejasen proveer las rini.
sedes vacantes de América; pero no lobo cousoguido, Lo que había do cierto era que la f^anta sede se
poique (jucrian hacerflc un arma do nuestra absten- Lallaba mui embarazada para conciliai" su** profundas
ción para herir mas vivamente a los sublevados. M¡6t>- simpatías a la causa española con la obligación de con-
tras tanto, nosotros necesitábamos conservar en aque- ceder BUS atenciones maternales a los iusurrcctoa de
llas comarcas el catolicismo en toda su pureza. Si el América.
gobierno español nos hubiera permitido instituir obis- No seria temerario suponer que el dfseo de que ter-
pos on Colombia, en Méjico, en fin on las partes de mínase la revolución de las colonias españolas del nue-
donde fuesen pedidos, yo habria concedido a la Icjí- vo mundo a fin de verse libre de todas estas dificulta-
niidad treinta años para que se restableciese; pero po- des influyese, tanto como el de complacer a su mui
día llegar tiempo en que la España, impotente para amado hijo Fernando, para que ella espidiera la encí-
recobrar su dominación, nos hubiera dicho: me veo clica de 182L
forzuda a renunciar a mi soberanía; salvad vuestro Pero apenas la hubo lanzado, cuando
la Santa Se-
dogma como lo podáis. Entonces habria sido ya de- de esperimentó consecuencias que produse
las fatales
masiado tarde para liorna. Nuestros vicarios apostó- la intervención de la autoridad eclesiástica en los asun-
licos habrían hallado tantos metodistas, tantos presbi- tos políticos i mundanos.

terianos, tantos no sé quiénes, tantos nuevos adora- Los liberales de los dos mundos levantaron un gri-
dores del sol. como católicos. Por eso he mantenido to retumbante de indignación contra la encíclica.
vínculos de dependencia i de amor cutre liorna i todos Muchos de ellos, que eran buenos católioo"?, contri-
osos estados que se han separado violeutameuto de su buyeron con sus voces a formar ese coro de reproba-
metrópoli. ción i de censura.
Esta esposicion de doctrinas del cardenal Consal- En medio
del alboroto jeueral, hubo quienes procla-
vi por lo que toca a la revolución hispano-americana, maran conveniencia de que la América se separara
la
demás instructiva.
es por de Roma en lo relijioso, como se habia sepai'ado de
¿Qué es lo que aparece de ella? España en lo temporal.
La santa sede, según la revelación del secretario "Falta de espacio nos obligci a dejar las reflexiones
de Pío Vil, se hallaba mui distante de aplaudir, o de que excita este capcioso documento (la encíclica) pa-
aceptar siquiera la independencia de las comarcas del ra el número siguiente, decia don José Marí.i Blanco
nuevo mundo. White en JílMensaJero de Londres. Pero todo patriota
Habria concedido a la metrópoli hasta treinta años hispanoamericano verá que la independencia do su
para que procurase recuperar su poder, que declaraba país no estará completa basta que hayan cortado las
íejítimo. alas a la disimulada ambición de Roma."
Lo único que pedia era que se le dejase satisfacer Don Joaquín Lorenzo Villanueva sostuvo la mis-
las necesidades espirituales de los católicos america- ma opinión en un artículo inserto en el número 17,
EOP. correspondiente a agosto de 1825, de los Ocios de Es'
No gustaba a la santa sede llenar este deber mis- pañoles Emip-ados, en el cual defendió que no conve-
mo, por sagrado que fuera, sin el beneplácito del go- nía a la república ue Méjico celebrar concordato coa
bierno español. la corte de Roma.
Solo cuando ya no pudo aguardar mas sin inminen- Villanueva dice, entre otras cosas, lo que sigue:
te riesgo de que el catolicismo se arruinase en Amé- "El 24 de setiembre del año próximo 1824 espidió
rica, se decidió a corresponder a algunas de las reite- el actual pontífice León X^I una encíctica a los arzo-
radas solicitudes de los ñeles hispano americanos que bi.«pos i obispos de América, en que pintando los nue-
clamaban por el ausilio pontificio. vos gobiernos de ella como "azote" de la "indignación
El envío del arzobispo Muzi a Chile fué una de esas de Dios," i su separación de la metrópoli como obra
medidas inspiradas por el cardenal Consalvi para de "facciones." i a los que han contribuido a ella co-
mantener, como él decia, los vínculos de dependencia mo "inventores de novedades," aplicando a aquellos
i de amor entre Roma i la América Española. países lo de Jeremías: htnios aguardado el tiempo de la
Esta determinación, que no tenia ninguna signifi- medicina, i ha sobrevenido el espanto, los exhorta a que
cación política, estaba mui lejos de importar un reco- con "su influencia" contribuyan a la curación de esta
nocimiento de la independencia de Chile. peste. I se "promete" Su Santidad "un feliz i pronto
El papa se dirijia al director Freiré, porque era el resultado" sí los arzobispos i obispos a quienes dirije
gíberuante de hecho. la palabra, subditos ya de las nuevas repúblicas, "se
El arzobispo Muzi no traía nirgun carácter diplo- dedican a esclarecer ante su greí las augustas i distin-
mático. Era, no legado o nuncio, sino un siicple vica- guidas cualidades que caracterizan a su muí amado
rio apostólico. hijo Fernando, etc., etc.;" es decir, t-i a los subditos
Ninguna metrópoli habría tenido razón para dañe católicos de los gobiernos republicanos de América
por agraviada, porque se hubiera ejecutado un acto les predican la rebelión contra las autoridades esta-
de esta especie en una de sus colonias insurreccio- blecida.'^; si los exhortan a que quebranten el juramen-
cada. to de fidelidad que acaban de prestar a la suprema
— 15 -
municación del señor (h)n Eg-a ña fecha 1'2 do mayo
potestad tjuo se ha constituí Jo con aprobaciou i aplau-
8u j.:iicT:il do a^uoUas provincias." de 1825, sea \wv otro medio cual([uiera.
Villaiiucva so apoya cu el ojoiuplo do e4a CDCÍclica Adviértase que el señor líg-aña enviaba su corres-
pura seguir arguiaentuiido contra U celcbrai;¡oii Je un pondencia ¡)or la vía de Buenos Aires.
coiicorJiíto, i eu íuvor del cstableciiuiouto de iglesias Pero, eu fin, poco importa avcrig-uar el conducto
uacioiíalea. por donde le llegó la noticia.
El mismo autor dio a luz el año de 1827 un libro El hecho fué (pie la tuvo.
dcnouiiuaJo Juicio de la obra del señor arzobispo De- Entonces dirijió al <d>isT)0 señor don José Santiag'o
pradé intitulada Concordato de Me¡ico con Itoina^ cu el Rodrig-uez Zorrilla, el oficio que va a leerse:
que Jesenvuelve el mi.smo sistema. "El supremo director me ordena pasar a US. I.
El doctor mejicano don Servando Mier dosenvol- una cüi)ia de la encíclica, que se dice ser de nuestro
viú el año de \a'2'o ideas análog-as a las de Villa- santísimo ])adre León XII, i (jue se inq)rhnió en
nueva eu un discurso soljre la encíclica del pa])a la ({aceta de Madrid, de 10 de febrero del presente
Leou XI r, de (jue se hicieron cinco ediciones suce- año, después de haberse circulado a los reverendos
sivas. arzobispos i obispos de América. Ella manda a es-
La Iteci-'ita TJncicJopédica, ])eriódico que se daba tos prelados que, i)or los medios que estén a sus al-
a luz en Lóiulres esi)Iica como siyue el objeto i el cances, ])rocuren recolonizar estos países, sometién-
tema del discurso del doctor Mier. dolos a la obediencia de su amado hijo Fernando
"En varias diócesis de la república mejicana, se Vil, i (pie recomienden la relijiosida(l i heroicas
han tomado j)rovidencias i)ara cautelar a los iieles virtudes de los españoles residentes eu la Península.
contra la encíclica del j)apa León XII, tanto mas Seg-uramente que esta encíclica, o es apócrifa, o g-a-
íacil de refutar, cuanto apoyada en noticias falsas, nada i)ür los enemig-os de la América i de la huma-
uleg'a hechos contrarios a la verdad, i supone un nidad en alg-unos momentos de opresión a la silla
estado de cosas mui diferente del que los america- apostólica por los prínci})es de la Alianza, ¡La santa
nos tienen a la vista. sede mezclarse en neg-ocios temporales, i excitar a
"El doctor Mier, sacerdote mejicano (célebre por que dieziocho millones de habitantes sean sofocados,
su celo en la causa de Auu'rica, por los escritos con envilecidos i deg-oUados por la bárbara mano del
que la ha defendido años há, i jjor las persecuciones soldado español, o por disensiones civiles! ¡Qué ho-
que le suscitaron desde su juventud los fautores de rror! ¿Es esta la conducta del vicario de Jesucristo,
la servidumbre^ relijiosa i i)olítica) ha tratado esta éstos los princii)ios del evanjelio, cuya custodia le
materia con estension, i la ha desempeñado admira- leg-ó elAutor de nuestros días?
blemente, recordando a los fieles la verdadera au- "¡Ah, señor ilustrísimo! Es preciso que la fé esté
toridad de los sucesores de san Pedro, en quienes mas radicada, i que nos penetremos que los pontífi-
reconoce la preeminencia de honor i de jurisdicción ces son hombres espuestos al error i)ara que aquélla
sobre toda la iglesia, pero con las limitaciones que no vacile, compadeciendo la debilidad humana.
le han iuq)uesto el evanjelio i los antig-uos cánones. "Em{)eñarse en ])riviíejiar a los es})añoles resi-
El traza con erudición i vig'or los derechos respec- dentes en la Península es otro principio que podría
tivos de todas las ig-lesias, cada iina de las cuales, enervar la unidad de la Ig-lesia. ;Qué han hecho los
una vez j)rovista de obispos i sacerdotes^ encierra en americanos para que el ])adre universal de ella los
sí todos los elementos necesarios ])ara perpetuarse: desprecie o postérgale?
doctrina de la antig-üodaJ, i aobrc todo de aquella "En consecuencia de estos antecedentes, me or-
ig'lesia africana, cuA'a (lisei])lina sirvió de modelo a dena S.E. decir a US. I. (pie es de la mas estrecha
las de España i Francia. Si Roma se obstina, dice responsabilidad del gobierno tomar severas provi-
el doctor Mier, volveremos al estado primitivo, a dencias })olíticas para impedir a los malvados que al
aijuellas reylas lejítimas, que, como decia el gxan pretesto de la relíjion santa i de la referida encícli-
San León, inspiradas ])()r el es])íritu divino, i consa- ca, intentan atacar a los ig-norantes e incautos, ha-
g-radas })or la veneración ^del universo católico, no ciéndoles odiosa nuestra libertad ])olítica. Debe te-
pueden ser al>olidas por autoridad alg'una, i contra raerse que el resultado de tales disposiciones sea en
las cuales no hai espacio de tiempo que pueda esta- friar la devoción i res])eto a la santa sede, que
blecer prescripción.' síemj)re ha distinguido a los chilenos, i acaso otros
Como se ve, la encíclica de 24 de setiembre de males mayores, ])ero en manos de US. 1. estú evi-
1824 no fué un documento que pasara Jesapercibido. tarlos.
Por el contrario, produjo una verdadera conmoción. "US, I. conoce ((ue es enteramente fnera de las
Escritores mui eminentes se ocuparon en comen- atribuciones del i)ontificado mezclarse en negocios
tarla. temporales, que su reino no es de este mundo, i (juc
Algunos se fundaron en ella para defender la nece- la independencia de Chile en nada ha afectado el
cesiJaJ Je que lu América Española se separase de dogma i moralidad evajélica. También sabe US. 1.
liorna. (pie León XII ha tratado al g"obierno de Chile con
Si esa encíclica fuera apócrifa, según lo sostiene el las mismas distinciones (pie acostumbra con los
señor diputado Tocornal, ¿cómo se concebiria que la (híemas soberanos de Europa; i últimamente ol)-
santa soJe uo lo hubiera Jeolarado así, cuando con serva ig'ual conducta con el de Colombia. Si la
UDu sola palabra habría impuesto silencio a todos los encíclica es verdad, a mas de ser abusiva i anti-
que la atacaban? evanjélica, seria contradictoria a los jtrincipios (pie
Eijta conducta seria tan iucoDcebible oomo censu- han diriríjido públicamente al j)apa tratando con
rable. (Jhile i Colombia; es preciso, jmes, o confesar estas
consecuencias, o convenirnos en (¡ue es apócrifa.
"Si US. I., ]>ara evitar tantos males, instruye in-
El g'obierno de Chile tuvo conocimiento de la en- mediatatamente a los pueblos, haciéndoles ver las
cíclicade "24 de setiembre de Ití'2'4, sea por la co- verdades que van insinuadas, entonces el gobierno
— Ifi —
t rt'('ri:i imiiV'Osnrias sus iJiMvidciicins i his susnciulo- ducir en cspditu do la jonto ignorante o apocada.
el
i'iii; |)cro »Mi ciisn coiitrarit) no jiodrú ser imlitcnMitc do tantos años de j>rrtc-
Ilai todaviii ahora, desjuies
!i su ])riiiH'r (It'IxT, (ni(> (>s Iii triiiHniilidiul de his \nw- tiea en la civilización, persniías en quicnoH Hurto (Íce-
)il(ts, ciiva felicidad le ("stú (•(iiifia<la. lo el eni|»leo do arbitrios senicjantcs. ¿Qué auccduria
"Mü ordiMift tiindjjiai S. K pivívcnirlo (|ac no puo- ey ISl».'-)?
di' sor un suspenso «ccidcu-
oLsL-iculo hallarsü 118. [. V)\ célebre escritor urjcuitíno don Ignacio Ni.ñoz
faliucido del ojcroicio de sus funcioucs, puos siempre escribía en J'H Aryns de IluniOH Jiirs, ni'nn. 157, Íü-
es el (d)ispo do esta groi, su pastor i su padre, por cu- cha 8 de junio del año menciona lo, lo (|ao sigue acer-
yos tilulos debe sor el mas onipcñado en su bien; i so- ca do las consecuencias tjue podían resultar de la en-
bre lodo, (jno este es el mejor medio do apacentarla. cíclica:
"Con esta ocasión, lo ofroco a US. T. el IMinistro
(juo suscribo, su mnj'or consideración respeto. Dios i —
guardo a US. muchos año.». Santiago, jiili') '2^i
T. —
de IS'Jf). —
Ki'ibrica do S. K. Jtum do Dios ViaJ del
«liiira ve/, nos oeupüiiios de lu polilicu de v^Ul
Rio. —
Uustrísimo Señor Obispo de esta Diócesis."
corle europea, ¡loríjue ala verdad, iiunquc .'«¡^••lUí cdii
Según el señor diputado Tocornal, aparece del oíí
lidelidud los pa.so.s quo h; dcniareii hi Santa .Vlianzu,
cío procedente <|no el gobierno de Cliilc "no crcia en
fícuíí en sus i traHcojub-nciu niui poco de in-
.suc(!S(»s
la autenticidad de la encíclica."
rcresantí! ¡¡uoda nu-rcecr la atención de un es-
rjuc.
Me parece que el señor Tocornal sufre una niani- critor público, o la curio.sídad criterio de los lioin-
i
iie.Ma eijuivccueion.
bres ilu.strados. Pero una noticia (pie lialliiuio.s tra.-i-
VA oüoio fic limita a fijnv la siguiente alternativa:
ciitii (l(í una carta de de 17 de febrero en
]jS])iina
"Seguramente que esta encíclica, o es apócrifa, o ga-
A7 ConüdlucioHíd (le 1." de niaríío, nos Im llamado
nada por los enemigos de la Amórica do la liiimani- i
la atención en alf^'uu modo por la relación (jiie tiene
dad en algunos momentos de opresión a la silla apos-
con nuestra causa, i por lo (jue jmcde servir par.i
tólica por los príncipes do la Alianza."
fijar bien la.s ideas en ciertos hombres, a (piienes ]i()r
VA gobierno proponía la duda, pero no la resolvía.
(lo.sgTaeia los domina en sumo grado un resto de
Per el contrario, el contesto del oficio cstA hacien-
do ver que el gobierno so hallaba persuadido de que veneración hacía todo lo que en utru.s tiempos .se
nos consíji-naba como un oráculo, o como decisiones
la encíclica era verdadera,
estaba, srgun lo demostraré pronto.
como que cfoclivanicntc lo
infalibles. A (juellu corres] )on(leuciaaseg"ura — "que Su v

¿Qué fundamento serio tenia el gubierno para ase-


Santidad acababa de dirijír una carta encíclica a to-
verar que. el documente era falsificadu?
dos los arzobispos i übísi)os de América, ordenándo-
Ninguno. les (jue prediijuen sin cesar la necesidad de someter-

Si lo hubiera tenido, se habría apresurado a publi- se a la metrópoli.' —


El cürríísjjonsal concluye su car-

carlo, porque precisamente lo que le convenia era ta con estas curiosas palabras: "Xo es difícil j)rever
convencer a todos los católicos timoratos de que el el efecto de esta j)astoral, que no es ai)üyada ni \)vr

pontífice no habia condenado la causa de la indepen- navios (le línea, ni por algunos miles de soldados,
dencia hispano americana. ni por un número bastante de millones de jx^sos.'^
La única razón que alega es que la santa sede no "Es de notar que ya a la fecha de la carta citada,
debe mezclarse en asuntos temporales; poro el redac- se tenia en Madrid la noticia del viaje redondo de
tor del oficio sabia demasiado qüo una cspcrieucia de monseñor Muzi, {le feliz recordación, vicario apos-
tólico cerca de la república de Chile, i en ella se
«icios estaba demostrando una cosa contraria.
• • •

Para formar un juicio acertado sobre esto punto, liace referencia a la carg-a furiosa que El Lihfirid
es menester ademas tener presente que el gobierno de de Chile le descarg'ó a su ])artida. Como era reg-ular,
Chile se hallaba muí interesado en aparentar que creía va Su Santidad debía estar impuesto del recibimien-
falsa la encíclica, i en lograr que los demás lo creye- to hecho a su vicario i tendría también nuevas^pocí»

sen así. mas o menos exactas, del término que al fin calx'ia
situación política de la América Española era
La a su misión. Quizá todas estas circunstancias se han
todavía bastante espinosa. aglomerado, i dispuesto el es¡)írítu de Su Santidad
La lucha de la independencia no estaba aun defi ])ara dirijír su pastoral citada. De todos modos, ella
jiítívameute terminada. debe servirnos para abrir los (jjos, i no dejarnos se-
La bandera del monarca c?pañol flameaba todavía ducir con ciertos emisarios, solo porque los manda
en varios lugares, verbigracia, en Chiloé i en el casti- un rei o un papaj i también para C[ue juzguemos de
llo del Callao. la ])olítica de la corte de Roma del mismo modo que
La metrópoli estaba aprestando grandes espedicio- de la de Berlín, Austria, San Petersburgo, etc., etc.
nes para intentar la reconquista de sus £.ntiguas po- "Por lo que respecta a la recomendación que Su
sesiones en el nuevo mundo. Santidad hace a sus arzobispos i obisjjos de Améri-
Los caudillos de los independientes tropezaban con ca, esta no debe infundirnos temor alguno. Estos
muchas dificultades para constituir estos países. prelados deben saber que "¡)redicar en estos países"
Se estaba precisamente en ese período de anarquía la sumisión al rei de España, es lo mismo que "pre-
que suele venir deí-pues de las grandes revoluciones dicar en desierto, que es sermón perdido; i que el
iíOciales. que vivamente tomase sobre sí tal empeño, sacaría,
Los obispos i la mayoría del clero secular regular i a buen librar, lo que vulgarmente se dice del vcijro
no habían cesado de predicar que la insurrección con- del sermón: Los pies fríos i lo cabeza caliente.''
tra la metrópoli habia sido un atentado sacrilego, i Me parece (pie don Ignacio Núñez racioci-
que sus promotores eran unos impíos, unos herejes, naba con mucha sensatez cuando observaba que 1-a
unos ateos. encíclica sin ejércitos i sin escuadras no habia de
Dadijs estos antecedentes, ya se concibe la impre- impedir la con.sumacion de la independencia de la
gjon que la encíclica del jefe de la iglesia podía pro- América Española; pero, aunque todo esto fuera
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mili exacto, tamlñcn lo ora que la oncírlipa podia los nog-noios tomporaloíi.En este último caso, el po-
«liir oríjen a ]»erturhac-ioiios mus o menos {l(>])lora- der civil ha llevado quizá demasiado léjr»s la severi-
1)1('S, particulaniieutc on utiuollas críticas circuiis- dad, condenando, no solo la doctrina del )>a]ia, sino
tuncias. castig-ando también la inadvertencia de un escritor,
L(''asoromo ol historiador don ,lost'. Manuel sobre todo cuando se considera que ese misino gr,--
líostrepo, quo fue ministro do estado de Colombia, bierno, con una entereza (pie le honra, teniendo con-
leíiere en la IJ'ixforia de la llecolucion da ht. l\'ej)íi- fianza en sus ]»ro])ias fuerzas, ha publicado on se-
hUca de Cidombki, seg-unda edición, tomo ;}." i)áj. guida el mismo documento con sus comentarios."
4(3!), los efectos que ])rodu)o en aíjuella nación la He citado este artículo del Times, no solo para
encíclica do 18ÍJ4, sobre cuya autenticidad no ma- dar a conocer la primera impresión del g;obiorno do
níHesta la menor duda. l\Iéj ico cuando tuvo noticia do la encíclica, sino tam-

"Probablemente do la Santa Alianza, o


los ])asos bién ])ara hacer notar (pie un ])oriódico sienq)re tan
acaso mas bien de la .España, sujetaron a un veja- bien infornuido como el Times tenia la encíclica de,
men del santo padre al señor í<i-ijacio Tejada, minis- 134 de setiembre de 1824 [jor tan auténtica címio otra

tro de Colombia (>n Roma. Tuvo éste orden para sa- comunicación (pie por entonces ol ])apa había diriji-
lir do los Estados Pontitíci(JS, i se \ió})or tanto obli- do al rei de los Pai-ses Rajos.
li'ado a retirarse por al;^un tiempo a Florencia. El Don Lorenzo de Zavala, en su J'Jii-^íojo ]¡ixiá-
]iapa no se atrevía a dig-ustar a Fernando Vil, tra- rico de las Jtevol aciones de Méjico, tomo l,])ájina
tando con el ministro de las nuevas repúblicas ame- 31?, impreso on 1831, refiere iguabnonto el deseo
ricaiuis, i hasta se ])iiblicó en la Gaceta de Madrid (pie el g-obiorno tuvo de que no circulara la encíclica.
una encíclica del sumo potinco en (jue recomendaba "El decreto de falcultades estraordinarias dado
a los habitantes de las colonias españolas la obedien- l)ajo el pretosto de aseg-urar el sistema federal, dice,

cia sumisión al f^'íjbierno de la metrópoli.


i alarmó a los ])artidarios del centralismo, que entón-
"Divul<4-adas (pie fueron en Colombia estas noti- eos eran pocos, i estaban reducidos a la defensiva.
cias'de Roma, cau>5aron bastante alarma, excitadas El ministerio estaba dividido entre Alanian i Toran,
por los fanáticos. Dijeron que el pajja desaprobaba ([uo eran tenidos como de este partido, i Esteva i
la independencáa colond)iana,i ol o-obierno tpiese ha- Llave, que en realidad no habían sido, ni pert/ono-
])ian dado los ])ueblos; por consio-niente, que aquella cían mas que a sí mismos. Victoria usó do estas fa-
i éste eran opuestos a la santa relijion de Jesucristo. cultades con mucha ])arsimonia, o jtor mejor decir,
Varios ])redicadüres se valieron de tales argumentos no hizo uso de ellas. Poi'(pie aunque a un emigrado
]»ara desencadenarse contra los majistrados de la Re- español llamado J. M. Espinóla se lo obligó a salir
pública, a quienes pintal)an como herejes, masones e do la República, con notoria injusticia, i sin ning-una
im))íos. Daban causa para esto las imprudencias de causa, esta fué obra esclusiva del señor don Ig'uaciíj
¡ilg'unos altos empleados i personas notables, que Esteva, su ministro favorito, en odio de la ])ersona.
desde 1819 habían jiromovido en la ca])ital i en otras Publicaba en Tampico un jieriódico titulado El Fi-
ciudades la multiplicación de lójias de francmasones. lántropo, en que sostenía ])rincipios liberales. Por
Preocu})adüs acaso con la idea de que ])udíeran te- aquel ticm])o llog-ó a Méjico la encíclica de León XII
ner alguna utilidad las ridiculas ceremonias de aque- contra la indejjondencia de la América Española, i
llas asambleas, nada mas habían consog'uido que di— en favor de la dominación de í'ernando VI I, exhorta-
vovfírse a costa de alg-unos candidos neófitos. Sin- ciones que siem])re se deben (ís|)erar de aquel oríjen.
«Mubarg-ü, dieron ])úbulo i un protesto a las declama- La encíclica contenía poco mas o menos la doctrina
<'íones interminables do los predicadores, sobre todo de los pa])as comj)rendida en el sermón que, seg"un
en Bog'otá i Quito, ciudades que abrig-aban mayor el testimonio do Otón de Tlesing-a, predicó Adriano
número de fanáticos. Llegóse a temor una conjura- ÍV en el cam])o del emperador J'\^derico Rarbarro-
ción relijiosa, pues yu se hablaba en los pueblos de ja.
— "Derramar la sang-ro por mantener el ])0(ler do
restablecer la relijion católica a su ])rinutiva pureza, los prínci])Os no os cometer nn crimen; es veng-ar los
es decir, con la espada i el cañón. A fin do que pasara —
derechos del imperio." Espinóla ))ublicó aquel do-
laborrasca, fué necesario que el gobierno obrase con cumento ("[ue la política tímida del gvjbierno de Vic-
vig'or i enerjía. Alg'unos jjrodicadores fueron acusa- toria hubiera deseado se mantuviese oculto; ived
sados, reducidos a prisión i juzgados ])or sus discur- a(pií ol motivo de la espulsion de esto eniig-rado es-
sos sediciosos. Esta conduta rig-orosa re]>rímió su or- ])añol, cuya i)obreza i falta de recursos bastaran a
g'ullo e intolerancia, i dejaron de inflamar a los ])uc- preservarle de esto g-olpo.».
blos con sermones incendiarios.'' J\'o debería, })uos, asondjrar que alg'unos america-
Cuando el do Méjico tuvo noticia de la
g'oljierno nos intentasen hacer creer que la encíclica era fal-
encíclica, temió desdo lueg-o que sucediera en acjuel sificada.
]iais lo (pie acabamos de ver aconteció en Colombia. Es esta una tendencia natural de los (¡uo anhelan
A fin de o'^itarlo, se manifestó dispuesto a dcsple- impedir los malos efectos que puede traer a su causa
g'ar la mayor enerjía. un documento cínd(juicra.
Hé que insertaba el Times de Londres de
a(pií lo Acabamos de tener en Chile un ejemplo notable
8 de noviembre do 18l?5: de esto.
"Leemos en el periódico mejicano El Sol de 20 Alg'unos de los que se reputaban jterjudicados
úo ag-osto, que el editor do un diario titulado IJl Fi- con la abolición del fuero eclesiástico han sostenido
h'iutropo ha sido destorrado del territorio do la Repú- con no sé cuántos fundamentos (pie ora falso el ofi-
blica por haber dado a luz la nota encíclica d-el pa- cio del cardenal Antonelli on (luo declaraba (pn; no
]ia sin el permiso del poder ejecutivo. Así, como he- había inconvonionto j>or parte (le la santa sedo para
mos visto ya, la autoridad de la santa sede es des- que so dictara la disposición mencionada.
conociila, no solo ])or el rei de los Países Bajos, sobe- Del mismo modo habria podido suceder que los
rano ])rotostanto, sino también ])or un g'()l)ierno cató- g'obernantes chilenos de 182"), tomando por realida-
lico cüuio el de ^léjico, cuando intenta mezclarse en des sus deseos, so hubieran figurado que la encíclica
— 18 -
<li' IH'Jt (M-!i iipócrifn, por mus que fni'sc iiKtrnticn, ag-ravio al jefe de la ig-lesia católicii suponiendo
i
que
Mitii uutóiiticu; t) mejor diclio quo so lml>i(>niii ontor- liabia espedido una encíclica para exhortar
a Ion
/.lulo por j>orsii!ulirlo «sí u Ioh »1»>iiuis. fieles d(> AiiuTÍca a prestaran Humisa obedien-
i\\u\
8iii (Mulmr^-o, no lloiíuron t:ui lójos, i si- liinifaroii (-ia al reí Fernando, modelo de virtudes i
(lechudo
w iiulifiir iil ol)ispo Ko(lri;;u«'/- la altcnialivu, H(' (|U(i de las mas brillantíis cinilidades.
lii (Micíolicii i>ra, o apócril'u, o arraiu-uiiu al papa ])or (Jon efecto, a(pie| prelado no hizo otra cosa ou
loM (Miomijios (lo la AiiuTica. toda su vida pública qu(' practicar de palabra i dí>
l'il rti'ñor iliputado Tocornal convendrá (•oiinii"() obra lo mismo (pie nicomondaba la encícÜca de 21
esto es alp) miu diferente
iMi (j\ii' d(í "no creer en la de setiembre de 1824.
autenticidaii de la encíclica.» Ps'o H(! concibíí entóno(>s cómo podía
pensar que
El señor obispo don «losó Santia}>-o llodri<'-ii(>z se ofendía a la santa sed(( atribuv<''n(lole un docu-
Zorrilla dio la siguiente contestación al oficio del mento (!n (pie ella s(í limitaba a recomendar lo qu(!
ministro >'ial,coi»iado mas arriba: el señor Rodríguez, a (íjemido de todos
sus coleg-us
''Quedo con cuidado de estender, con la breve- del episco{)ado hispano-americano, había ejecutado
el
dad posible, lo permita el estado de mi salud, un si(!mpre.
i

edicto pastoral para publicarlo ])or la ])rensa, ad- Lo cierto l'u('; (pie el obispo de Santiag-o ae de-
i
^
vertir por este medio u mis annnlos diocesanos jó intimidar.
el
lam) (]ue se les intenta armar en el breve espurio Por entonces habia sido ya enviado do3 vece»
i

suplantado que 1'8. se sirve remitirme on cojjia, sin al destierro fiuira de su diócesis.
(pie se necesite mucliu crítica ])ara conocer Creia que los j)atriotas habían tenido intención
que es
aptu-rilb i un documento forjado ])ara inquietar a los de asesinarle en
1814, seg-un lo decia ul virrei del
pueblos, j)reveuirlos contraía cabeza de la Perú, en oficio de 12 de octubre de aípael año.
if>-le8Ía i
<>ntil)¡ar su celo i firme adhesión a este En el de 1825, se hallaba suspenso del ejercicio
centro de
unidad. Con este motivo, diré eu el edicto cuan- de sus funciones.
to me ]mrezca oportuno para el caso. Así lo Abrig-aba los mas vehementes temores de (pié el
])uede US. ase<^-urar a S. E. el señor Supremo Di- g-obierno le hiciera salir del
país, como realmente
rector en consecuencia de esta mi contestación a la sucedió alg-un(;s meses mas tarde.
apreciable nota de US. de 23 del corriente. Todo inclina, jmes, a aceptar que el verdadero
"Ofrezco a US. mil respetos i, rueg-o a Dios o-,iar- motivo que tuvo el obispo Rodrig-uez para decidir-
de su vida muchos años. —
Santiag-o, julio 25 de se, en la alternativa que proponía el ministro Vial
182o. Jo.U' Santiago, obispo de Santiai>-o. —
Señor del Rio, ])or el estremo de (pie la encíclica era a¡)ó-
Ministro de Estado, don Juan de Dios Vial del Rio." crifa, fué la dificultosa situación j)ersonal en que
El obispo Küdrig-uez calificó de "breve espurio i se hallaba coh)cado delante de un g-obierno que re-
sujdantado" la encíclica de 24 de setiembre de 1824. celaba con razón del patriotismo del ])relado, i que
Pero aquel prelado g-uardó el mas completo si- le vijilaba con la mayor desconfianza.
lencio sobre los motivos que tenia para lanzar esta De todos modos, cualquiera Cjue fuese la opinión
()l)ini()n, limitándose a decir que "no se necesitaba que el obisi)o Rodríg-ucz formó al })rincipio acerca
mucha crítica para conocer que el breve menciona- de la autenticidad de la encíclica, debió rectificarla
do era apócrifo, i un documento forjado para in- mas tarde, i convencerse de que el papa la habia
(¡uietar los pueblos, prevenirlos contra la cabeza de espedido, imesto que pasaron los meses i los meecí*
la ig-lesia i entibiar su celo i firme adliesion a este sin que nunca publicara el edicto pastoral que ha-
centro de unidad." bla ofrecido al g-obierno cliileno j)ara poner a sus
Lo que yo por mi parte me atrevo a observar, es amados diocesanos en g-uardia contra un fraude des-
(jue no se necesita mucha crítica para percibir que tinado a quebrantar la adhesión de éstos a la santa
el obispo Rodrig-uez trató de salir del paso como sede.
})rimero se le ocurrió, sin fijarse mucho en lo que La omisión de esta pastoral prometida fué una
decia. de las causas que aleg-ó mas tarde el g-obierno para
Admitamos que la encíclica hubiera sido realmen- justificar el estrañamiento del obispo.
te falsificada. Esta es la ocasión de suministrar dos pruebas
El objeto del fraude no habria sido nunca "el de irrefutables de que el g-obierno de Cliile tuvo siem-
prevenir a los pueblos contra la cabeza de la ig-lesia i pre la encíclica por auténtica, a ])esar de que, ])ür
entibiar su celo i firme adhesión a este centro de motivos muí obvios, se habria felicitado mucho de
uuidiid," como lo declara el obispo Rodrig-uez, sino que no lo fuera.
apoyarse eu la veneración que los americanos j)ro- Véase cuál es la primera.
fesaban al papa para procurar la reconquista de las Con fecha 24 de setiembre de 1825, el ministro
(|ue habían sido colonias de España. de relaciones esteriores don Joaquín Campino escri-
El falsificador de la encíclica, el cual, aceptada bía al ¡)leni])otenciario de Chile en Londres señor
esta estravag-ante hipótesis, habria sido indispensa- don Mariano de Eg-aña, lo que sig-ue:
blemente Fernando VII, el hijo predilecto de León "Quedo prevenido por la nota de US. núm. 45 de
XII, no podia tener ning-un interés de quitar sn 12 de mayo último que con don Eduardo Widder
prestijio a la santa sede, sino todo lo contrario. me remite US. un ejemplar del munero 12 del perió-
Asi el motivo que el obispo Rodrig-uez atribuía a dico titulado Ocios de los EspaTwUs Emigrados, que
la falsificación habria sido en todo caso completa- trata de la encíclica del santo padre, i de la salida
men-^e infundado, i aun absurdo. del nuncio apostólico de esta rejmblica.
No poilia pretenderse que la encíclica hubiera si- "Ag'uardo [)or momentos este interesante impreso,
do forjada ni por un luterano, ni por un masón, ni para sacar de él los estractos convenientes del artí-
])or un enemig-o cualquiera de la silla romana. culo que se contrae a estos objetos, a fin de que se
El obispo Rodríguez era ademas inconsecuente j)ublique ¡)or medio de los periódicos de esta capital,,
C()nsig'o mismo cuando insinuaba que se infería, un para disipar así las impresiones funestas qiie pudie-
— 19 —
se retirase irremisiblemente de Chile i de todo otro
ran Imoer en los Ánimos de algunos la encíclica i el
])untode América, ])or cuyo motivo no ])udo acceder
rei^TPso del iiuncio.
a las instancias (pie el Libertador Bolívar le hacia para
"Dinri g-uarde a US."
Perú, ni ])ermanecer tam]»oco en I\lontevi-
Este oficio es posterior a los que se halñan eam-
])asar al

l)ind() el mes de julio j.recedente entre el


ministro deo, en" donde hizo escala, como tantos se lo supli-
Vial del Rio obispo Rodrij^-uez. caron. Esta fué la inesperada, misteriosa e inesnli-
i el
cable d(>spedída del vicario Muzi, aunque no falta-
Era entonces claro que si el o-ohierno de Chile
hubiera concebido dudas siquiera de la autenticidad ron algunos que traslujesen o sospechasen en aípiel
<le la encíclica, no habría dejado de comunicarlas a
inismo entonces el verdadero motivo. Pero hoi que,
el jeneral Bolívar, con su espada, ha hecho en el
su j)leninotenciario.
contrario, se manifiesta alarmado de la fu- Píírú la última irrevocable declaración de indepen-
Por el
nesta impresión (pie a(]uel documento podía hacer dencia de la América, i hoi que no existe ya un sol-
en los ánimos de al;i-unos. dado español en ning-un punto del continente ame-
Paso ahora a mencionarla seg-unda de las pruebas ricano, ni Roma tiene por (pié g-uardar considi^ra-

a que he aludido. ciones a España, ni ésta, pretesto alg-uno para fun-


El ministro (,'ampino dio a luz el 4 de enero de dar sus reclamaciones. En tales circunstancias, repe-
18'20 un manifiesto ])ara justiñcar el estrañamiento timos, i cuando las urjentes necesidades de nuestra
del obispo Kodri<>uez. iglesia se han aumentado tanto con la necesaria e

Es raro que el .señor diputado Tocornal, que ha ci- inevitable sej)aracion del obispo, debemos es])erar
tado en su discurso una frase de este manifiesto, no que el beato j)adre se ¡¡restará fácilmente a nuestras
haya ñjado la atención en que dos frases mas ade- justas solicitudes, i ana quizá se anticipe oficiosa-
lante de aquella que copiaba, el ministro Campino mente a sacarnos de la situación ang-ustiada i difícil
declaraba que tenía por auténtica la encíclica de 24 en que' por tanto tiempo nos hemos hallado, i de la
de setiembre del8L'4 marcha escabrosa (pie ha debido tener la adminis-
Voi a re))roducir íntegro todo el trozo del mani- tración de los neg-ociüs relijiosos en el curso ¡h' la
fiesto que hace al caso])ara que el lector pueda juz- revolución."
g'ar con conocimiento de causa. Me parece que queda plenamente demostrado
"Los que han sentido lá separación del señor Ro- que, contra lo que aseveraba el señor dii)Utado To-
dríg-uez, no tanto por su persona, como por el inte- cornal, el g-o])ierno de Chile estaba mui convencido
rés de la relijion, cuando no quedaba alg'un otro de la autenticidad de la encíclica.
obispo en la República, deben encontrar el consuelo El efecto moral, primero de las batallas de Junin
i de A va cucho, i mas tarde de
la ocupación- de Chi-
en el mismo mal; ])ues debe esperarse que el sumo
pontífice, considerada nuestra situación, no retarde loé i de la rendición del castillo del Callao, neutra-
por mas tíemj)o el proveer de remedio a las nrjentes lizaron mucho las funestas consecuencias (pie la en-
cíclica de 24 de setiembre de 1824 habría
podiíh)
necesidades de nuestra ig-lesia. Sabemos por con-
ducto seg'uro (pie la retirada de Chile del vicario traer a la causa de los patriotas hispano-americanos.
apostólico Muzi no fué por la reforma intentada de Contribuvó también a ello el reconocimiento de
la inde])endencia de algunos de los nuevos
estados
h)s regulares, ni ])or el disgusto que afectó manifes-
*t^r de las personas (pie se le presentamn para la or- quo hizo la Inglaterra ])or influjo del ministro
denación (le obispos, ni ])or alg-iina otra queja o sen- Canning-.
timiento que hubiese tenido del g-obierno ae Chile; A
todo esto se agreg-ó todavía el espectáculo de la
fué solo por órdenes esi)resa3 que le vinieron para impotencia de la España para org-anizar espedicic-
retirarse, i el motivo de ellas fué el sig'uiente. Don nes serias destinadas a recobrar la dominación sobre
Antonio Várg'as i Lagmna, embajador que fué j)or sus })osesiones de la América.
muchos años del rei Carlos IV en Roma, suje- Se sabe que el triunfo es uno de los arg-umentos
to sumamente resj)etado i temido de los curiales mas poderosos ¡¡ara ('pie g-ran número de personas
en atpiella corte (i)rincíj)almentc porque ])or su ma- acaten de buena o de mala gana el hecho consuma-
no se ])ag'aba o no a muchos de ellos que g'ozaban do.
beneficios de España), éste fué remitido allí última- Así los partidarios de la independencia llegaron a
mente por el rei Fernando, siendo uno de sus prín- ser cada día mas i mas numerosos.
cijjales encargos el de reclamar contra la misión del La porción relativamente diminuta de ambos cle-
vicario Muzi, como el de im])edir se remitiesen otras ros que había dado su ajioyo a la revolución se au-
iguales a los demás estados de América, creyendo mentó de un modo mui considerable.
la corte de Madrid que aípiella conducta del pa])a Desde entonces se dejó de sostener en ]»i\blico (pie
debía dar un g-ran paso a la causa de la indcpendcu- la emancipación del nuevo mundo constituyese un
cía entre nuestros pueblos, i (d)rar de un modo po- acto de impiedad i de herejía.
íleroso contra la opinión e intereses de Es])aña. El Aplacados los disturbios que la encíclica de 24 de
embajador Várg-as fundaba sus reclamaciones en los setiembre de 1824 produjo al ]»rincipio en alg-unas
triunfos del ejército español en el Perú i su estado partes; dísipa(h)s los tenioros que inspiró luego (pie
]»odcro8o, en la certeza con que aniincíahS, la rccu- se tuvo noticia de ella, fué juzgada ])or la jenerali-
]»eraGÍon inmediata que la España log-raria de todos dad délos ciudadanos de las repúblicas hispano-ame-
estos países, ]>ara cuyo objeto decía disponerse gran- rícanas como corres])ondía serlo, hasta (pie se la en-
des espediciones, contando })ara ello con el ausilío tregó al olvido mas com])leto.
de la Santa Alianza, etc. El {)apa tuvo que ceder; El eminente luililicísta señor don José Victorino
i de ariuí vinieron hi encíclica a Ion obispo.s de Ame- Lastarria, en su obra titulada IftKtoria Co)istift(ciotin¡
rica, el rechazo del enviado de Colombia, la decla- del Medio Si(/lo, cuadro ¡5, párrafo 12, ha sf^ñalado i

ración de que la misión del vicario 3Iuzi liabia sido es})lica(lo la ineficacia de la encíclica de León XII.
ílel mismo jénero que las misiones a infieles, i últi- "Una real c(^dula, dice, llevó a los arzobispos i

mamente la orden para que, con pretesto o sin él. obispos de las iglesias metropolitanas i catedrales
— 20 —
<'*í iiml)íx-; Anirrioas, islán adyactMitos i de J'^ilipiíias niuM Kubbnadas; poro no so atrovÍH, o por lo monos
1:1 oiu'íclicu lihraila por el |)a|)a licoii \I F rniitra la doHoalia no proceder «in la aípiicrHceilciu del gobierna
iv\uluiú<)ii aiiHMÍi'aiia el L'4 di» sctiniilirc de IS'JÍ, oMpañol.
ano priimíPi» do su |>()ntificaíli). J'jH i'stci ilociiinciito, J'il plonipotonciario de o»í LóndroH, Hoñor
(.íluhí
(()nr('l)i(lt) 011 ol loni^uajo trcnico do la corU\ rnmaiia, don .Mariano do completar la relación dol
l'igañiivu ti

ai)aro(-ia honnanada
CDiHorvacinu o iucoluinidad
la lu'j'tstro AiiKit/, confirmando censurando las dispo-
i

do Josiioristo con la uooosidad


di' la lolijliMi sajiT.ida siciouíís atribuidas a la santa hoiU; por lo que tocidia
(1 rospoiar ol podor del oslado. I'll santo padro ni)
' a los nuevos estados d(í la América Jis]ianola,
.SI' (Itísdonaba do tratar ooiuo nhclioii la nnus ju.sta liéaso ol HÍguiont(! oficio:
d.' las causas." "Parece (pie ol sobcírano pontifico, desdo la fiíclia
VA soñor Jiastarria liaco un (>stracti) do la cucícli- d(í laencíclica de sotiondjríí (U; lo-JÍ, ha iidrado con
oa citando alj^'uuas do sus tVasos mas .si;^-MÍIi('ativas. un aspecto distinto el estado d(! los países indopon-
IjUO¡>() arroya lo (luo si;'*uo: dioiitos do América, habla con otro longuajf! d(;
i

"l'j.sta oontrihuido jxalorosanioii-


onciolica lialiria íupiol (pKí lo hicieron ontóncoK adoptar los a jen tos d(!
h- rotardar sin IVuto la rovoluoion amoricaiia;
1\ los i Eornando VII, i (h; la Santa Aliansíiv.
ai'tos d(>l partido fanático do lOspaña, roconiondados "J'll nuncio de su santidad en Madrid ha OHjnios-

como móritos jior ol papa, habrian toiiido muchos to formalmente al gobierno do S. M. (pn; el santo
inntadoros, si atortunainonto una ^Tan mayoría dol padr(> no jtuede nn'rar con abandono los intereses es-
cloro anioricano no hubioso acoptailo i apoyado con ])iritualos do los fieles en América, (pjo se veri on
i

.MUS (>sf"i]orzos la causa do la iudopondencia. la iK'cesidad de confirmar los obispos (pie le sean
'•Hó a(pií ol motivo por (pu'i osa coalición dol g'a- presentados ¡)or los gobiernos iiidej)ondiontes.
binoto do l{oma (.'on Fernando Vil no produjo otro "Pero lo (pie manifestará a US. aun mismo tiem-
resultado, (juo ol do mover ol celo de uno que otro ])() las intenciones do Su Santidad i ol estado de de-

prolado de la América, que ])i'ünto fueron víctimas gradación en que se halla l']spaña en el concepto úc:
»lo su propia lidídidad, porcpie lo.s nuevos <>'obiernos los gabinetes europeos es ol hecho siguiente, líacia
usaron con ellos de su autoriilad ]>ara inqiodirlos el un año (pie don Erancisco de Zea IJormúde/ estaba
onipleo de su ministerio en favor del pasado poder de ocuj)ando el ministerio de estado de España. VA per-
remando. tenecía al partido moderado, o por mejor decir no
'•Do esta manera quedó inutilizado o.ste recurso de era tan frenétícayiente cruel ni fanático como sus an-
la ])olitica del <;'abinete de Madrid, i condenado a la tecesores. En todo este tíem])o, se renovaban diaria-
execración de la historia, cpie no halla justificación mente las intrig-as j)ara sei)ararlo del ministerio; i
].tara aipiella coalición monstruosa en (juc la relijion entre ellas fué una de las ¡)rincipales la sublevación
.so pone al servicio de las pretensiones mas absurdas de Besiéres, ausiliada de los manejos.de la junta
del poder absoluto." apostólica })ara j)roclamar por reí al infiínte don
En los primeros meses del año do 182-'), varios de Carlos. Al fin el señor Zea ha sido destituido, i co-
l.is de Euroj^a empezaron a manifestarse
.í>-obiernos locado en su lugar el duque del Infantado. No obs-
iiíi'Hnados a reconocer como los de los Estados Uni- tante que la sei)aracion de un ministro es un nego-
dos del Norte i de I ng-laterra, la independencia de cio el mas llano í menos sujeto a la intervención pú-
Lis naciones hispano-anieju-icanos. blica de gobiernos estranjeros, Fornando VII los do-
El de la santa sedo no se contó entre ellos. be tan ])oca consideración, cpie los niinistros diplo-
En el liejlstro Anual da Norte América f^??«íí(?/ máticos residentes en Madrid dirijicron sus notas al
Ih'íjhtcr) correspondiente a 182G-1S27, jjuede leer- duque del Infantado exijíéndole una declaración so-
so una relación de la conducta que el g-obierno ])&- bre si esta mudanza del ministerio influiría en los
]»al observó en aquellas circimstancias solemnes. consejos del reí, i en cierto modo ínpugnando indi-
«Cuando la independencia de Sud- América, dice, rectamente la mecbda. Entre estas notas, es notable
ora asunto de neg-ociaciones entre la Espaila i los la del nuncio apostólico, que dice que Su Santidad
embajadores estranjeros en Madrid el año de 182.J, como soberano temporal adhiere a los sentimientos

se tomaron algunas medidas para asegurarse de los manifestados por los ministros de los otros sobera-
prói)Osito3 de la corte de Roma respecto a esta cues- nos, i repite que como padre es])íritual de los fieles
tión. En consecuencia, el nuncio del papa en Madrid, desea que el reí de Es¡)aña tome tales medidas que
(íomo aditamento a otras seguridades de la misma na- pongan al pontífice en disposición de ocurrir a las
turaleza, dirijió una nota al ministro Zea Bernindez, necesidades esj)irituales sobre (pie piden remedio los
en la cual, al ¡)aso que reservaba al papa la facili- países de la América; lo (pie es excitarle a (pie reco-
tad de maat?ucr relaciones con los americanos so- nozca la independencia.
bre materias puramente espirituales, declaraba de la "Yo confieso que no conviene con mis sentimien-
manera mas osplícita que la santa sede no reconocía, tos un lenguaje en (pie el papa quiere hacer distin-
ni reconocería por ningún medio la independencia de ción entre el principado temporal i la calidad de
la América Española, i que no baria a los
nuevos go- pastor de la iglesia de Jesucristo; i mucho menos
biernos concesión alguna, que pudiese perjudicar la cjiíe })ara atender a las necesidades de que es })adre,

soberanía delrei de España en esos paísís, ni daña- (lesee (pie Antes tome medidas el rei de España; jtero

ría de modo alguno sus derechos e intereses.» al menos demuestra que aquellos hijos de la iglesia

ItA relación (pie acaba de leerse manifiesta que la no son mirados ya bajo el aspecto que lo eran en
santa sede persistia aun el año de 1820 en la políti- la encíclica.

ca del cardenal Consalvi. "Dios guarde a US. muchos años. Londres, di- —
Daba a la corte de España la mas comjdeta segu- ciembre 15 de 1825. 3Ia)iano de Egaña. Al Se- —
ridad de no reconocer la inde})endencia de la Amé- ñor Ministro de Relaciones Esteriores.''
rica E.spañida. La observación del señor Egaña es irrejdicable.
urjencia que había ile que ella
ííei)resentaba la La santa sede se hallaba en el mas imperioso de-
atendiera a las necesidades espirituales de las coló ber de atender sin níns'una coasideracion de intere-
— 21 —
8es mundanos a las nccesidarles espirituales, por Voi a agrcg-ar todavía para mayor abundamiento
cavo remedio clanml)aa 1(js católicos liispano-ameri- alpninos otros.
caiios con las mas vivas i reiteradas instancias. El famoso teólog-o })eruano señor don Francisco
kSiu emhar'f^'-o, el j)apa Loon XII retardó hasta el de Paula Vijil menciona como auténtica la encícli-
21 de mavo de IS27 la institución de los arzobispos ca en su ol)ra titulada JJi'ftniüd, de Id Autoriddd de
i obispos que el gobionio de Colombia le Labia pre- loM f/obienw-s i de /ü^- í>¿'/.s/>í/.v, seL>iinda ])arte, tomo
sentado. 4, adición denominada liunquejo Ili-itúyico de la
Es bastante curiosa la parte de la alocución rela- Curia Rumana.
tiva a los neg-ocioá de la América Española que su Otro tanto hace el distingniido escritor coloml>ia-
¡Santidad pronunció en el consistorio celebrado en la no señor don José María •Sam¡)er, quien dice lo (pie
lecha ])oco antes mencionada. siji^ueen su Enaayo aohre l(i,s recolucioncx píditico!^
Hela aquí de ¡as repúblicas hispano-amcricanas, párrafo 12;
"Pero no solo teníamos que proveer a las ij>-lesias "La corte ])ontificia nos miró como rebeldes i ene-
de Alemania. Nuestro corazón nos recordaba cada mif^'os de la relijion, rechazándonos con asj)ereza du-
<lia con mayor aílicciíjn aquellas i^'lesias de las In- rante el g-obierno de León XI I; i si mas tarde con-
dias Occidentales, (¡ue en consecuencia de su dilata- sintió en celebrar concordatos i establecer relaciones
da privación de })astores, se hallal)an o])rimidas de formales i directas, fué ])or(pie comprendió la nece-
una fatal serie de males espirituales. Esperimentá- sidad de aseg'urarse ciertas ventajas."
baujos una amar<^-ura cada vez (pie lleji"al)an a nues- Mi a{)reciado amig'o lienjamin Vicuña Mackenna
tros oídos los clamores de los fieles que lamentaban dice lo (pie sig-ue en la obra titulada La Ilecolurion
el no tener quién les administrase el ])an de los san- de la Independencia del Perú desde 18Ü'J a 181U,
tos sacramentos; les instruyese en las máximas sa- cai)ítulo 4:
ludables de la fé de la relijion; celase la observan-
i
"La curia de Roma se colocó en verdad entre los
cia de los mandamientos de Diosde la if^'lesia; co-
i
mas encarnizados de la independencia de
eneinií>'()s
rrijiese a los ([ue erraban; cerrase la boca de los que
la América Española, a la que debia la g-ratitud de
hablaban cosas inicuas; i arrojase i destruyese los su mas profunda sumisión i del mas estenso consumo
lobos que les acechaban. Afectado ¡¡rotundamente
de bulas e iiidulj encías (pie el peculado ])apal en-
con la vista de tantas calamidades, recordando los contrara entonces en el vasto mercado católico. Pío
deberes de nuestro ofício ai)ostólico, i temiendo el VII en 1810 i su sucesor León XII en 1824, osando
divino juicio en que hemos de ser llamados a dar invocar la sublime i sólida virtud (palabras testuales
cuenta de la sang-re del rebaño que nos ha sido con- déla bula exhortatoria de León XI 1, fecha 24 de se-
fiado, hemos creído necesario pro])orcionar sin mas tiembre de 1824) de aquel sátiro coronado que fué
])érdi(la de reclama aíjuellades-
tiera])o el alivio (pie
el horror de su misma familia, i el asco de la noble
ji'raciada fiTei, a la cual tenemos en nuestro ])aternal
nación española, de Fernando VII, anateniatizarou
corazón. Hemos dado ])or tanto a arpiellas ig'lesias
a porfia la santa redención de los derechos i la,
obis])os adornados de ¡lastoral virtud, por cuya asis-
dignidad del ¡)ueblo americano, que dejaba de ser-
tencia sean prontamente ])aciñcadas. España liore-
el manso i g-ordo rebaño, cebado ¡)ara servir de fes-
cerá nuevamente, i jjroducirá frutos de eterna sal-
tín a los lobos disfrazados con la doble impostura de
vación. Estamos sefi'uros de que aplaiuliráu nuestra la ])úrpura rejia i del derecho divino."
])revisíon todos aquellos que tienen en su corazón la
Me parece oportuno recordar dos obras escritas
[¡reservación ni menos de la relijion, la justa disci-
]>ara defender ante los i)ueblos hispano-americanos
plina de las costumbres, i la benévola vijilancía de
los procedimientos de la santa sede.
la silla aj)ostólica."
En esas dos obras, no se dice una sola palal)ra con-
El precedente trozo de la alocución pontificia de
tra la autenticidad de la encíclica de 1824 que habia
21 de mayo de 18"J? llama la atención jior dos mo-
sido citada i recitada i)or los autores de los libros
tivos.
(pie esas dos obras se ¡)roponian refutar.
El ¡¡roclama la urjencia i la g'ravedad
pontífice
Es esta ocasión de ajilicar acpiel proberbio Quien
de necesidades esi)irituales que halñan de satis-
las
calla otorga.
facerse en América. ; Por (pié se había tardado tanto
en aplicarles rímiedio.' En 182?, se dio a luz en Londres una o])ra (pie
Hace esfuerzos manifiestos ])ara evitar el desa- lleva este título: Examen de la verdadera idea de
la santa sede que publicó don Pedro Tamburini yur
fíTado del g'obíerno es[)añül. ¿Era justo i convenien-
te que el jefe de los fieles mostrara una ¡¡reílilecciou
don Juan Vicente Polg-eni, traducido del español al

tan decidida^ trat:'iiulose de una contienda ¡juramen- italiano, por X.. quien la dedica a los pueblos libres
te ])oIítíca, trabada entre católicos i católicos.'' de América.
De lo es])uesto aparece (pie la santa sede se mos- Esta obra es la traducción en castellano de la es-
tró consecuente con las doctrinas, espresadas en la crita en italiano por Belg-eni en l?8opara refutar el

encíclica de 24 de setiembre de 1824, no solo desde libro de Tamburini.

antes, sino también alg'unos años des])ues de haber- Esta traducción fué hecha con el ol»jeto de defen-
la espedido, i esto último a pesar de los triunfos de- der a la santa sede ante los nuevos estados de la Amé-
cisivos (l(í los independientes en el nuevo mundo. rica I'lsjjañola, para quienes se acababa de traducir i

¿Cómo ])odria entonces juzjj-arse inverosímil (¡ue el pT.d)licar en castellano el libro de Tamburini.
l)ontífice León XII hubiera dado esa encíclica.'' Como debe recordarse, el traductor del libro de
Tainliuríni intercaló en el )>refacio una fuerte censu-
El testimonio de es(TÍtores de las tendencias mas ra, ([ue he reproducido ínteg-ra, contra la encíclic;i
variadas proclama la autenticidad de la encíclica de de León XII.
24 de setieml^re de la24. 8i este documento hubiera sido ajiócrifo, induda-
He tenido ya ocasión de citar a muchos de ellos blemente el traductor de Polg-eni habría tronado
en el cuerpo de esta memoria. contra una superchería tan indigua.
— 22 —
Miontrus tiinto, cao traductor )m ««•UíU'dmlo el mus de (Jretinoau Joly, L' E,jll'<e en face de la Uécolw
¡ii'ofwiulo silencio si)l)ro csU; piirliiMiliir. lian.
;, Por (jiió seria' A hi verdad, asíunbra qi e un huya ocultado a la
l'onjii») (istiihu convencido de (jiie la encíclica era clara iufelijencia del M(!nor Tocoriial la futileza de
cuinpNítauKMUe uiitéiitica. esta ()))jeci()n.
IjI teólofí'o Moreno |)iil)licó en IM)}] una
periuino Jndudablomentx; las encíclicas son firmadas por el
obra titulada: A'nstii/o xohruln Suprcmnciit di'l I'ajKi. j>apa, no por los canbínahis, la de 24 de setiem-
i
i

Se proponia particularmente retuLar las doctrinas bre de 1824 dí'bií') serlo por Jíííou XII.
i aseveraciones desenvueltas on la traducción do la J*ero seria preciso rpie el señor Tocornal so fijara
ubru de 'lajidjurini on los escritos lUí Villanuova.
i en que la carta pontificia de (pie se trata, era dirijida
¿Por (pió este autor no hal)laria contra la auten- a los nndados de la América EH|)an()la, (pie Fernan- i

ticidad (lo la encíclica do León XI 1/ do Vil no era uno de; esos prídaibjs.
IndudahlonuMite por la razón que impuso silencio Por consig-uiente, el pana debiu enviar a ese mo-
al traductor do Holg-oni. narca, no un (jeniplar (h; la encíclica firmado j>or su
He reservado para el último lup;-ar de esta enume- mano, sino una cojúa autorizada por su seci-etario.
ración una autoridad (pie es tan competente como Esta es la razón mui obvia por (|ue el (hicumento
irrecusable. intercalado en la real cédula de Fernando \'\\ no
Mi amigo Dieg-o Barros Arana, posee en su selec- aparece firmad(j })or León XII, sino por uno de sus
ta biblioteca, una obra titidada L' America un tinn- secretarios, el cardenal Albani.
j)o ft¡)aynno¡a riíjuardata solté Vaspetto relií/ioso I precisamente era éste a ipiien correspondía au-
del' ('poca del t^uo disruopri/neufo ¿sino al 184¿ por torizar la copia mencionada, ])orque León XII le en-
monseñor Cayetano BalutH, impresa eu Ancona el carg'(> la secretaria de los breves.
uño de 1844. Hé a(pií lo (|ue se lee en el Moniteur Unicersel,
Es preciso saber que monseñor Baluffi era un per- peri()dico oficial de la monar(|uia francesa, número
sonaje mui notable en la curia romana. 4? fecha 10 de febrero de 1824.
Fué arzobispo de Camerino de Bolonia, adminis-
i

trador de la silla episcopal de Treja, i emisario de la


"Italia. — Roma, 31 de enero. — El cardenal Alba-
ni deja la prefectura del Buono Gobernó (ministerio
santa sede en América, i especialmente en Nueva del interior), donde es reemplazado j)or
el car-
Granada. denal Cavalchini, i él pasa a la secretaría de los
Mas tarde fué promovido al cardenalato. breves."
Era un sujeto que estaba en los secretos del La segninda de las demostraciones del señor To-
pupa. cornal es tan débil, como la j)rimera
Conozco una nota dirijida al señor don Manuel Le dejo la palabra para que sea él mismo quien hi
V^icuña, en la cual le revela que Greg-orio XVI es- desenvuelva.
taba mui empeñado en declarar el dog-ma de la in- "La seg-unda demostración, dice, es que la tal en-
maculada Concepción de la Vírjen María. cíclica no se encuentra en el bulario de León XII,
Este cardenal se ha esforzado en la obra mencio- en donde están reunidos todos los actos de este pon-
nada por manifestar que la santa sede no fué hostil a tífice como jefe de la iglesia i como soberano de sus
lüs pueblos hispano-americanos; pero no ha preten- estados. Las encíclicas, las bulas, las concesiones,
dido, como el señor Tocomal, neg"ar la autenticidad los códig'os sobre administración i otras materias que
de la encíclica de León XII, cuya efectividad por el dictó ese papa, todo está refundido en este bulario.
contrario reconoce. "La encíclica traída por el señor Amunátegui,
Véase lo que dice acerca de ella en el prefacio: tiene fecha 4 de setiembre de 1824.
"La España, viendo que el Vaticano, en el libre "En el bulario se encuentran disposiciones del 1.°
ejercicio de su autoridad divina, no hería los dere- de setiembre, dos con fecha 5 relativas a la orden de
chos de su dominación, ya definitivamente perdida, Isabel la Católica en España, una de 21 de setiembre
se regocijaba con el hreve de 24 de setiembre de i otra del 24.
1824, cuyas palabras, respetando el orden de las re- "No necesitamos pasar mas adelante con la de-
públicas ya constituidas, se interponía con dulzura mostración. El papa León XII dictó una encíclica
entre los pueblos disidentes aun i despedazados, dán- con fecha 4 de setiembre de 1824, dice el señor Amu-
doles un consejo de reconciliación." nátegui. La encíclica no se encuentra en el bulario;
¿Qué podría el señor diputado Tocornal oponer al lueo"o es falsa."
testimonio del señor cardenal Baluffi? Pues yo hago este razonamiento opuesto, que me
parece elverdadero.
La encíclica de León XII no se contiene en el
Ya que he probado del modo mas fehaciente la bulario; luego el bulario es incompleto.
autenticidad de la encíclica de 24 de setiembre de I tal es la realidad de los hechos.
1824, me parece ileg-ada la ocasión de examinar las El señor diputado Tocornal se ha apoyado en una
objeciones que mi honorable contradictor ha formu- base enteramente errónea cuando ha aseverado que
lado contra esa autenticidad. los bularios comprenden todos los documentos pon-
La primera demostración de la falsedad de la en- tificios, cualesquiera que sean.
cíclica,ha dicho el señor Tocornal, es de ojo, de Esto no puede afirmarse con exactitud de ningu-
aquellas que están a la vista. no de los bularios publicados, i por lo tanto tampo-
Las encíclicas se firman por el papa, i no por los co del bulario de León XII.
cardenales. Todas estas colecciones son mui defectuosas.
La que se atribuye a León XII aparece firmada Yo podría presentar una larguísima lista de do-
por Jos^ cardenal Albani. cumentos pontificios de toda especie, sumamente
El cardenal secretario de León XII era el carde- importantes, que no han sido recopilados en los bu-
'

nal Bernetti, i no Albani, s^g:un aparece de la obra larios.


— 23 —
El padre Aj^ustin Tlieincr lia publicado como su- También he esplicado los motivos rpic tuvo (1

plemento a su conocida historia de (elemente XI obis|)0 Rodríguez j)ara salir de una situación difícil,
im volumen de cuatrocientjis pújinas en octavo, im- a(;ei)tando una simjile hipótesis, en la cual no se ra-

pre.socon tipo mni menudo, t«>do él Heno de breves tifi(;ó.

i cartas del mencionado papa, que nunca se hablan Por otra parte, no habría podido alegar ninguna
dado a la estampa. razón seria para fundar una opinión semejante.
Pero no (piiero alargarme sobre un punto que no La cuarta demostra<;ion del señor Tocornal forma
se presta a discusión. jixeg'o con las tres anteriores.

La colección de documentos pontificios que el se- Es constante, dice el señor Tocornal, (jue el papa
ñor Tocornal llevó a la Cámara tiene el siguiente se mostró dispuesto a satisfacer las necesidades es-
título: pirituales de los chilenos.
liullarü liomnni Continuatio >íummorton Pon- ¿I esto qué })rueoa'¿'

Hiicum Clementh XI
11, CUmentu XIV, Pii VI, ¿(U'mu) querría el señor Tocornal que el pastor su-
Ph VII, Leonh XII, FU VIII et G'rcf/oriiXVI, premo de la iglesia se hubiera negado a dejar sin
(Wisfitiitione.t, l¡tera.s in forma hrecis, eputolaíi ad cuidados es[)irituales a las ovejas de la grei hispano-
principes virox et olios atque alloquntiones eomple.c- americana (pie le dirijian las mas incesantes
i fervo-

tens, quns coJh'íjit nstjue ad pontijicatum Pii VIII rosas sú{)licas j)ara que acudiera en su ausilio?
udcocatus Andreius Uarberi. Lo que llama la atención es que León XII hubie-
Así este bulario contiene, no solo bulas i breves, ra vacilado tanto en responder al llamamiento.
sino también sim])les cartas. El pontífice no necesitaba jmvar de pastor espiri-
Sin embargo, el señor Tocornal no hallará en él, tual a los católicos hispano-americanos para mani-
por mas que lo rejistre, la (|ue León XII dirijió a festarse adicto a la causa de la metrópoli i trabajar
Luis XVII el -í lie junio de 1824:, de que he habla- por su triunfo.
do antes, i que nadie pone en duda. Esas dos cosas no eran contradictorias.
¿Cómo se pretendería que esa carta era apócrifa, La quinta demostración es digna de las prece-
porque no estaba en el bulario de liarberi? dentes.
Hai todavía en ese libro una omisión que es mas El gobierno español, dice el señor Tocornal, se
dí'cisiva en la cuestión, a lo menos para los hispano- oponía fuertemente a que la santa sede instituyera
americanos i para los chilenos. a los prelados que le pedían los hispano-americanos;
No aparece inserto en el bulario el breve de 3 de i sin embargo, ella los instituyó.
octubre de 1823 que sirvió de credencial al vicario Loraro fué que la santa sede no rechazara peren-
apostólico Muzi. toriamente una ])retension tan temeraria, i que en-
¿Sostendría el señor Tocornal por esta circunstan- trara en contemporizaciones sobre este asunto.
cia que este breve fué falsificado.'' ¿Recuerda el señor Tocornal cuándo León XII
Me parece que nó. instituyó los primeros obispos propuestos por los
Entre tanto, si quiere ser lójico, tiene que afir- gobiernos hispano-americanos?
marlo así, o que convenir que la omisión ile la en- En 1827.
cíclica en el bulario de Barberi no es motivo para Esta fecha sobra para contestar su objeción.
declararla a])ócrifa. El papa que tal hacia en materias esj)irituales no
Si hubiéramos de raciocinnr en loa dos casos con- pudo tener ninf^un inconveniente para espedir la
forme a la doctrina que ha sentadíj el señor Tocor- encíclica de 24: de setiembre de 1824.
nal, tcudfiamos que reconocer que el arzobispo de
Filipos fué un aventurero que vino a burlarse del Las pastorales espedidas por los arzobispos i
gobierno chileno, exhibiendo un breve falsificado; obispos de la América Española con motivo de los
Estoi cierto (jue el señor Tocornal no admitirá acontecimientos de la revolución de la independen-
esta consecuencia. cía, guardan la mas perfecta conformidad con las
Esto manifestará que el antecedente que ha to-
le doctrinas desenvueltas en la encíclica de León XI 1.
mado por base es enteramente erróneo. Los documentos a que aludo son mui conocidos de
No es exacto que los documentos pontificios no todos.
incluidos en el bulario sean apócrifos. Es este un dato que habría debido impedir el su-
Por lo demos se concibe íacilmente que los com- poner apócrifa la encíclica, a menos de tenerse prue-
piladores de la curia romana no se aj)resuren a in- bas mui fehacientes en contra de su autenticidad.
cluir en sus colecciones documentos que, como la Los prelados hispano-americanos manifestaron
encíclica de 1824, recuerdan una medida desacertada con Tin procedimiento unánime cuáles fueron las
i (jue nienoscal)au el j)restijio de la santa sede ante insj)iraciones que recibieron de Roma paradirijir
su
las naciones hispano-americanas. conducta en aquellas solemnísimas circunstancias.
Así, aun cuando fueran mucho menos los docu- Todos ellos lanzaron sus rayos mas terribles con-
mentos omitidos en los buhirios, seria mui es])licable tra los insignes varones a quienes las naciones
de
la íiüta de uno harto compromitente. este continente deben lo que ya son lo que lle<'-a-
i

La torcera demostración del señor Tocornal con- rán a ser con el tiempo.
'
°
siste en sostener que el gobierno de Chile re¡iutó ¿El paj)a recomendó alguna vez a sus venerables
falsificada la encíclica, i que el obispo señor don Jo- hermanos los arzobispos i obispos (pie no arrojaran
sé Siintiago Rodríguez Zorrilla hizo otro tanto. el p(>so de su autoridad sacerdotal
en una contienda
He discutido largamente este punto. puramente política trabada entre católicos i católi-
El gobierno de Chile no aseguró nunca que la en- cos?
cíclica fuese falsificada. ¡Jamas!
Hedado a conocer documentos en que se revela ¿Les reprobó alguna vez el ardor con que
se mez-
que siempre estuvo convencido de que ella era au- claban en acpiv'Ua lucha numdana.''
téntica. ¡Nunca!
- 24 —
Sin omliarp-o, purooo (|u<' ilt-hcriu liuKciIo licclio principalmente el ípie ademas de ¡¡rocnrar (lUe
lía; i

|i¡irii ([uc nii f()iii|ir(mi('li('nin «'I ¡ircslijio de lu rcli- en las escuelas i casas se a/ifenda de ¡tr opósito
di-
jion.
IVm'o on vf'z (le cxliurtiirloM ¡i la prcsciiuh'iicia oii
cho Catecismo, le leáis vosotros mismos en los
¡dos, sobre todo, las ijue sois ]mr>-oagb» vuestros
tem-
ffiSr
M
liiM (Iíhousíoik's civiles, l¡i curia loiiiaiia les onviaha la/reses^ esplicá mióles lección por
,(^'*/í^^w/,í.v' ^g^
encíclicas comk» las csiicilidas [xir I'io \'I1 i«n l'J dv. suerte (jue concluipiis siempre la esp¡i'min!W^¡)un(lo: ^
abril lie lí(l(i, i por JiCiin X 1 1 en 'Jl ile setieuihre Lo primero^ <¡ne la relijion pura, f((^m¡i ii'maculada
ilo IMIM. </ue profesamos, i nos manila amí^f^'^tijor-ir,
respe-
¡Ni»ilehe entonces estranarse ijue lus diocesanos tar i obedecer n la primera viaje. ' úl,^ ,jne es
la ile
obraran como lo hicieron. Dios JS uestro iSeñor, esa mis/na 'tuíf manda niie
101 obispo de Popavan, doctor don Salvador .Jinio- amemos, honremos, respetemos i obedezcamos a la
niv. Padilla conuinicaba a sns t'eli^-reses la eiu^íclicade scf/unda majestad, f/ue es la de lo" reip's. Lu sequn- -

Pío VII en lina i)astoral titulada i<obni la Obceca- do, como no ¡mede ser vc'rdaitcro, sólido
que. así
i'wn i J'Jíitrdctoa de /o.sp(trfi(/<irio.s(/<' Ja rebelión (la ni feliz un estado, i/iie no se J'Ade sobre nna
independencia liisjiauo-aniericana). verdadera i sólida relijion, tampofí^uede haber só-
El obispo electo de Cálanni, posteriormente del i
lida i verdadera relijion, en quien^Lm^halle amor,
Cuzco, don iVai José (Jalisto de Orihnela, en otra respeto obediencia ijidelidad^ a liiSj^Madcs .subli-
¡¡astoral hacia se^ínir de las si<^-nientes reHexiones la mes, son los soberanos. JjO ¿W^^Jk <////; nadie
<¡ue.
misma encíclica de Pió \lí. puede buen cri.stiano e hijo de Aos,^i) jáendoun
.ser
«Ahí tenéis, o venerables hermanos mios, el mayor btien subdito i /fiel vasallo de su ?-ei/jl'nMn ii^|uí, ct)n
estínndo con ipie fio del Señor, será vivísinnuinmte otras semejantes bellezas, la citada respetal)ilí~i¡ma
movido vuestro celo sacerdotal. Cada una de las cláu- carta.
sulas de nuestro santísimo padre, sef>-un dice el Fa-Io,- "\o he co})iado con mucho gusto, lo que acabáis
siástico (lOU) de las de Elias, ^'.v taia hacha e/irendida, de oír, ya ])or(pu> la práctica del estudio de tal Ca-
i él mismo es un rivofiuyo: ])erü como nuestro Elias *
tecismo, (jue rogando encargaba a(piel (jem|)lar jtre-
os de la lei nueva, sus hachas son otras tantas lum- lado, la intento i os la encargo muí de propósito: va
breras do fe i verdad; i su í"uer«'o no brota mas que también ])orque esas tres grandes Vordades, que él
liermosas dulces llannis de paz, i tierna caridad. llama máxima.^, son, si lo notáis bíei^ un excelente;
Aprovechaos, pues, de tan rico caudal, con que po- resumen, o recopilación de cuanto digo a todos esos
déis enriipux-er en ciencia, i })rohidad a cuantos tra- fieles en esta mi carta: un otro testinionio nada
i

téis. Servios de las reílexiones llenas de jjíedad, que vulgar, de que es incontestable i católica, no ai'bi-
juntó íi esta misma carta apostólica, el ilustrísimo traria i de antojo o humor, la doctrina que ministro;
señor obis})o de Poparan que antes cité. Tened ade- sí toda de Dios Nuestro Señor, i de su verdadera
mas siem])re a la-mano el Catecismo Ileal, i carta iglesia." V
]>astoral relativa a su enseñanza, que como en profe- Todos hechos espuestos, harto cloo^entes por
los
cía dio a luz el iltmo. i rmo. señor doctor don frai sí, solos, son otras tantas confirmaciones de la tni-
José Antonio de San Alberto, i-nsigne prelado de la tenticídad de la encíclica de León XÍL
santa ig-lesia metropoUtana de Charcas, cuando to- Sin embarco, algunas j)ersonas piad*<as que exa- *'

davía era obispo del Tucuman; cual si hubiera pre- minan este documento con toda serenidad, al caljo
visto, cuánta necesidad habría de ese sagrado antí- de un^cierto m'mip.ro- rl© nños, desjtues de reaI¡>jado.-<'" .

doto (que jn-cparú) en los dias miserabilísimos, que los sucosos, n.0 pueden persuadirse de que esa eneí
"^ -

sio'uieron sin mucha distancia a su santa muerte. En clica sea verdadera.


solas veinte lecciones de que consta el Catecicmo di- Pero, por desgracia, lo es, hasta no quedar aside-
cho, encontrareis cuanto en la materia nos ordenó ro para la menor duda.
el Señor en clase de vasallos, con respecto a nues- Esta incredulidad que se resiste a la evidencia es
tros reyes: lo que estos son para nosotros, particu- la mas rigorosa censura que puede pronunciarse ])or
larmente para los ecleciásticos, i sus especiales de- ])ersonas que no son sospechosas de la menor ani-
rechos sobre las Indias. La mencionada carta pasto- madversión al catolicismo contra la intervención de
ral, (pie salió de las manos de su bendito autor aho- la autoridad eclesiástica en las disensiones civiles.
ra treinta años, bastante tiempo después que el Ca- Es preciso mirarse en el es])ejo de la encíclica de .

tecismo /i'tYíZ, os liará palpar, que mas de veinte años León XII.
antes de estas infernales conmociones, ya trataba ¡No sea que mas tarde algunas cbsposiciones de
de obviarlas aquel vijilantísimo espía de la casa del la autoridad eclesiástica no jiermitan otra defensa
Señor. ipte la alegación insostenil)le de que lian sido_/alsifi-
"Rueg"Oos, pues, venerables hermanos míos, que cadasi
no dejéis caer a tierra ])alabra alg-una de la que os
dirijo, i que, animándoos del espíritu de aquel inmor-
Miguel Luis Amux.vtegui.
tal prelado, cumpláis cuanto él encargaba i ordena-
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