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ISSN: 0378-0473
revistakanina77@gmail.com
Universidad de Costa Rica
Costa Rica
ABSTRACT
Two prayers, a contribution of the magic variety of folklore which are provided by two Costa Rican informants,
are offered here: one is aimed to chase the witches away and the other to ask for Christ’s protection, as a fair judge.
Both pieces are considered as folk acts because they are popular, collective, functional, traditional, anonymous and
plastic. The latter characteristic is corroborated by another two prayers also addressed to the fair judge and belon-
ging to the Peruvian and Honduran folklore. These prayers contain magic-superstitious allusions, require rituals to
reach efficacy and enrich the traditional prayer book and Costa Rican cultural legacy. Once they become permanent
by means of the written word, they will not disappear from the national collective memory and will be saved from
oblivion.
Key Words: folklore, magic, witchery, superstition, divine protection, rituals.
la familia y, después de lanzarles unas cuantas Me diré las los ocho gozos, los siete coros,
palabrotas a las brujas, rezaba en voz alta la ocho: las seis candelas, las cinco
siguiente oración: llagas, los cuatro evangelios,
las tres Marías, las dos tablas
“Las trece palabras que le dijo Nuestro Señor a de Moiséis, las casas santas
San Juan de Jerusalén donde Dios puso
sus pies. Amén. Me diré la
Me diré la una: que puede el sol más que la una, que puede el sol más que
luna. la luna.
Me diré las dos: las dos tablas de Moiséis 2, Me diré las los nueve meses, los ocho
las casas santas de Jerusalén nueve: gozos, los siete coros, las seis
donde Dios puso sus pies. candelas, las cinco llagas,
Amén. Me diré la una, que los cuatro evangelios, las
puede el sol más que la luna. tres Marías, las dos tablas de
Me diré las tres: las tres Marías, las dos tablas Moiséis, las casas santas de
Jerusalén donde Dios puso sus
de Moiséis, las casas santas
pies. Amén. Me diré la una,
de Jerusalén donde Dios puso
que puede el sol más que la
sus pies. Amén. Me diré la
luna.
una, que puede el sol más que
la luna. Me diré las diez: los diez mandamientos,
los nueve meses, los ocho
Me diré las los cuatro evangelios 3, las
gozos, los siete coros, las seis
cuatro: tres Marías, las dos tablas de candelas, las cinco llagas,
Moiséis, las casas santas de los cuatro evangelios, las
Jerusalén donde Dios puso sus tres Marías, las dos tablas de
pies. Amén. Me diré la una, Moiséis, las casas santas de
que puede el sol más que la Jerusalén donde Dios puso sus
luna. pies. Amén. Me diré la una,
Me diré las cinco llagas, los cuatro que puede el sol más que la
las cinco: evangelios, las tres Marías, las luna.
dos tablas de Moiséis, las casas Me diré las las once mil vírgenes, los
santas de Jerusalén donde Dios once: diez mandamientos, los nueve
puso sus pies. Amén. Me diré meses, los ocho gozos, los siete
la una, que puede el sol más coros, las seis candelas, las
que la luna. cinco llagas, los cuatro evan-
gelios, las tres Marías, las dos
Me diré las seis: las seis candelas,las cinco
tablas de Moiséis, las casas
llagas, los cuatro evangelios,
santas de Jerusalén donde
las tres Marías, las dos tablas
Dios puso sus pies. Amén. Me
de Moiséis, las casas santas diré la una, que puede el sol
de Jerusalén donde Dios puso más que la luna.
sus pies. Amén. Me diré la
Me diré las los doce apóstoles, las
una, que puede el sol más que
doce: once mil vírgenes, los diez
la luna.
mandamientos, los nueve
Me diré las los siete coros, las seis meses, los ocho gozos, los
siete: candelas, las cinco llagas, siete coros, las seis candelas,
los cuatro evangelios, las las cinco llagas, los cuatro
tres Marías, las dos tablas de evangelios, las tres Marías, las
Moiséis, las casas santas de dos tablas de Moiséis, las casas
Jerusalén donde Dios puso sus santas de Jerusalén donde Dios
pies. Amén. Me diré la una, puso sus pies. Amén. Me diré
que puede el sol más que la la una, que puede el sol más
luna. que la luna.
232 Káñina, Rev. Artes y Letras, Univ. Costa Rica. XXXI (1): 229-237, 2007 / ISSN: 0378-0473
Me diré las las trece palabras que le dijo 3. Los ocho gozos también manifiestan un
trece: Nuestro Señor a San Juan, referente confuso. “Los Gozos” pertene-
los doce apóstoles, las once cen a la devoción a la Virgen María y a
mil vírgenes, los diez manda- san José, su esposo; son siete y mencionan
mientos, los nueve meses, los
ocho gozos, los siete coros,
circunstancias en que ambos experimenta-
las seis candelas, las cinco ron alegrías5.
llagas, los cuatro evangelios,
las tres Marías, las dos tablas Las diferencias numéricas podrían
de Moiséis, las casas santas obedecer a la necesidad del autor de cambiar el
de Jerusalén donde Dios puso número de varios motivos religiosos a fin de poder
sus pies. Amén. Me diré la
acomodarlos dentro de la oración. Por eso, redujo
una, que puede el sol más que
la luna. en uno la cantidad de las velas del candelabro
israelita y la cifra de los coros celestiales6
Trece rayos tiene el sol. Trece rayos tiene la luna. para obtener el seis y el siete respectivamente;
¡Que reviente el diablo y las brujas por su mala además, aumentó también en uno el número de
fortuna!” “los gozos”, acaso por desconocer temas cuyos
números coincidieran con el seis, el siete y el
La oscura referencia a temas vétero ocho. Sin embargo, esta hipótesis muestra un
y neotestamentarios impide explicarlos talón de Aquiles evidente: el conocimiento de
precisamente; solo es posible aventurar teorías la “menorah” no está difundido entre el pueblo.
sobre ellos. En cambio, la tradición religiosa popular conoce
1. Las casas santas de Jerusalén donde bien “Los Gozos”. La cita de esta devoción
Dios puso sus pies. El Dios aludido ¿es corrobora lo dicho: el autor la incluyó aunque
Yahvé o Jesucristo? Puede ser Dios Padre tuvo que incrementarle el número.
porque el imaginero cristiano4 a menudo Asimismo, podría pensarse que, en algún
lo representa como un anciano de luenga momento de la existencia de la plegaria, quizá
barba blanca que podría, en sentido figu- debido a la repetición constante que le permitió
rado, posar sus pies en las moradas de la conservarse, alguien (una o varias personas en
Ciudad Santa. De aludir a Jesús, esta cita circunstancias y momentos diversos) cambió el
coincidiría con el objetivo primordial de número de varios asuntos religiosos citados y
la oración. Mediante su presencia divina, así continuó rezándose. El pueblo sencillo no
las casas jerosolimitanas que visitó (la de se detiene a fijarse en tales minucias frente a la
Simón el leproso, la del romano Jairo, la necesidad perentoria de ahuyentar de la casa a
de Lázaro y sus hermanas, entre otras) los malos espíritus.
quedarían libres de malos espíritus. Y la La referencia a los nueve meses -los
plegaria se propone, cabalmente, expulsar del período prenatal de Jesús- manifiesta la
de los hogares a seres indeseables como candorosidad del pueblo que, en sus necesidades,
las hechiceras. invoca un proceso meramente biológico en busca
2. Las seis candelas tal vez denoten los brazos del auxilio divino. Asevera la informante que “no
del candelabro ritual hebreo o “menorah” fueron nueve meses cualquiera porque fueron los
(que pueden ser siete o más) donde se del embarazo de la Virgen”.
colocan sendas candelas, para iluminar Prueba del ingenio popular es la forma de
incontables festividades religiosas judías exponer la palabra número once. Sin problema
en las cuales el rito impone la presencia alguno, el autor pasa del once al once mil (las
de la luz. El número disminuye quizás por once mil vírgenes) por una sola causa: esta era
el apremio de acomodar algunas cifras la única cifra útil y la incluyó, sin detenerse a
dentro de la oración, como se explica en pensar en el salto cuantitativo que significa pasar
líneas siguientes. de las decenas simples a las de millar. De nuevo,
QUESADA: Dos aportaciones del folclor mágico 233
una peccata minuta inocua para el rezador Desde tiempos inmemoriales, el número
pueblerino. trece ha estado envuelto en cierta aura misteriosa.
Otra manifestación de la sencillez del Es signo de mal augurio para quienes lo creen la
pueblo costarricense (después de todo está docena del diablo; su mención es tan nefasta que,
conformado por labriegos sencillos) se revela en los rascacielos de algunos países, no se le
en la extendida creencia en una cantidad exacta adjudica este número a ningún piso y en muchos
de vírgenes en el cielo: once mil, ni una menos hoteles, se excluye al numerar las habitaciones.
ni una más y cree en ellas aunque su hiperbólico Por el contrario, para otros es de buena suerte y
jamás lo cambian por otro número; en síntesis,
número le impida conocer el nombre de cada
no se percibe como un número cualquiera. Su
una.
presencia le confiere a la oración un matiz del
La reiteración del sintagma que puede el
todo supersticioso. Para incluirlo, se aumentó
sol más que la luna y la cita del número trece la cantidad de lo dicho por Jesús durante las
insertan la plegaria dentro del mundo mágico- horas de su agonía, solo el número, porque sus
supersticioso. palabras, consignadas en los textos evangélicos,
La cláusula comparativa aparece desde el no guardan relación numeral (son siete) ni
inicio del rezo y se repite trece veces con el fin de conceptual con lo expuesto en el rezo. Además,
recordar a las brujas la preeminencia del sol, luz se afirma que tanto el sol como la luna tienen
por antonomasia, sobre la luna, protectora de sus trece rayos y la cita de este aserto, desprovisto
aquelarres y cómplice de sus fechorías nocturnas. de base científica, solo puede justificarla el halo
Según cree el vulgo, dichas entidades maléficas mágico atribuido al número trece.
duermen en el día porque la luminosidad solar El carácter cíclico de la oración se obtiene
lastima sus ojos, acostumbrados a las tinieblas agregando la cláusula Me diré la una, que puede
dentro de las cuales ven con absoluta nitidez. el sol más que la luna después del enunciado de
Comparten esta aptitud con el gato, animal los temas religiosos cuyas cantidades coinciden
relacionado con ellas desde siempre por su índole (o se obligan a coincidir) con el número que les
noctámbula y misteriosa. El sintagma repetido corresponde dentro de un orden creciente en la
actúa como conjuro para ahuyentarlas y otorga escala de 1 a 13. Mediante un juego agilísimo,
funcionan, a la vez, una escala numérica
a la oración la cadencia de letanía, típica de los
ascendente y otra descendente: se utiliza un
ruegos.
orden progresivo cuando los rezadores se “dicen”
La plegaria contiene dos pares de rimas: las trece “palabras” y un orden regresivo al citar
Jerusalén - amén y una - luna. El número car- de nuevo los contenidos religiosos pertenecientes
dinal uno se emplea con género femenino (una) a cada palabra “dicha”. Un ejemplo contribuirá a
para concordar con el sustantivo “palabra”. Por aclarar los dos movimientos.
razones prácticas y muy inteligentes, el autor
desechó el ordinal (primera), que sería el propio Escala ascendente Escala descendente8
pues indica números sucesivos, a fin de obtener Me diré las cinco las cinco llagas, los cuatro
la rima perfecta con el empleo del cardinal. Este evangelios, las tres Marías, las dos
recurso mnemotécnico es muy útil para aprender tablas de Moisés, etc.
textos porque facilita el recuerdo de los concep- Me diré las seis las seis candelas, las cinco llagas, los
tos y, en consecuencia, su expresión. Así se han cuatro evangelios, las tres Marías,
las dos tablas de Moisés, etc.
conservado innumerables plegarias a lo largo de
generaciones. Un ejemplo sumamente ilustrativo Me diré las siete los siete coros, las seis candelas,
las cinco llagas, los cuatro
de la afirmación anterior es otro hecho folclórico, evangelios, las tres Marías,
el “rezo del Niño”: los rezadores dicen de memo- las dos tablas de Moisés, etc.
ria el rosario, aumentado con otras oraciones y
jaculatorias, cantan los villancicos y terminan Este doble mecanismo opuesto es explicado
con el largo canto del “Alabado”7. por la mentalidad popular. La informante asegura
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que “ese jueguito de al revés y al derecho no les tu madre, te pido que caminés siempre conmigo. El
gusta a las brujas porque las marea” y, al sentirse justo Juez me acompañe por caminos y veredas para
siempre. Amén.”
indispuestas, se alejan presurosas.
La superstición se evidencia, además, Para obtener todo lo solicitado, se requiere
en la práctica ritual ineludible de colocar los escribir el texto de la plegaria en un papel y
cuchillos entrecruzados detrás de la puerta colocarlo en el lado izquierdo del pecho “para
de la habitación donde rezaba la familia. Se
que proteja más de cerca el corazón”, aconseja la
les prohibía terminantemente a los miembros
informante. El énfasis concedido a esta práctica
abandonarla sin importar lo que oyeran, pues la
ritual permite advertir que el pueblo deposita su
cruz los amparaba contra el mal personificado en
fe en el papel, convertido en escudo contra las
las brujas. También esparcían mostaza por todos
asechanzas del mal.
los cuartos y colocaban limones ácidos partidos
en cruz y saturados de sal. Para espantar a las
brujas, la sal es imprescindible porque, cuando
salen a causar daño, dejan la piel (el pellejo,
Realidad folclórica de las plegarias
como dice la informante) en la casa9 y, si tocaran
sal, les escocería mucho el cuerpo porque está en Las dos oraciones deben considerarse
carne viva. verdaderas expresiones folclóricas porque son:
2. Se desvían del camino de las devociones 1. Perú contiene más conceptos históricos
populares legitimadas por la religión y teológicos errados que Costa Rica;
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Honduras no presenta ninguno. Esta dis- El texto empieza con el verbo “Magnificat” en la
paridad se debe, sin duda, a la disímil traducción latina del evangelio según Lucas (Cfr.
Luc, I, 46 - 55).
extensión de cada plegaria.
2. Perú coloca múltiples intercesores entre
2 y 3 En todo el texto, se respeta la pronunciación de las
Jesús y los seres humanos; Costa Rica, informantes para conservar el sabor a pueblo.
solo las lágrimas de María, justamente
su Patrona; Honduras no interpone
4 La fe hebrea no concibe a Yahvé con figura alguna;
mediadores. es un Dios incorpóreo, intangible.
3. Perú y Honduras aluden al sacramento
de la eucaristía; Costa Rica no, aunque 5 La devoción se llama “Los siete dolores y gozos
su pueblo adora fervientemente este mis- de...”. Menciona siete momentos de alegría y siete
terio. Sirvan como ejemplo la piedad y de tristeza, vividos por los padres de Jesús.
el esplendor con que celebra la fiesta de
Corpus Christi. 6 Los coros celestes son ocho: ángeles, arcángeles,
4. Perú menciona espíritus y aparecidos; tronos, virtudes, potestades, dominaciones, queru-
Costa Rica y Honduras no, a pesar de lo bines y serafines.
arraigado de estas creencias en ambos
pueblos. 7 La escala descendente llega hasta la primera “pala-
bra” de las trece (una) por imperativo de la conso-
5. Los apóstrofes siguientes a la invocación nancia con el nombre luna.
difieren en algún grado: rey de reyes
(Costa Rica), rey de los cielos y de la tierra 8 El “Alabado”, canto que se entona de rodillas,
(Honduras), rey de reyes y señor de los refiere la vida entera de Jesús. Termina con la triple
señores (Perú). invocación Alabado sea el Santísimo Sacramento
del altar y María concebida sin pecado original y su
El análisis de las tres plegarias homónimas esposo san José, por toda la eternidad.
comprueba con certeza el carácter plástico de los
hechos folclóricos: sus detalles varían entre los 9 Esta actividad mágica es conocida como viaje
países de origen; sin embargo, en todas la esencia astral.
permanece inalterable.
Las dos oraciones provistas por las infor- 10 El nombre del país identifica la oración perteneciente
mantes cartaginesas constituyen verdaderas rea- a su folclor.
lidades folclóricas, aportadas por la variedad
mágica de la sabiduría popular, que enriquecen
el devocionario tradicional, específicamente, y Bibliografía
el acervo cultural costarricense en general. Sin
duda, la fijación de sus textos mediante la escri-
Alegría, Ciro. 1971. El mundo es ancho y ajeno.
tura evitará que desaparezcan de la memoria
Madrid: Aguilar S.A.
colectiva nacional, diluidas en el olvido por la
muerte de las informantes cuyas voces, hoy
silentes, las salvaguardaron durante generaciones Aretz, Isabel. 1967. Manual de folklore
como tesoro de inapreciable valor para la identi- venezolano. Caracas: Ediciones del
dad costarricense. Ministerio de Educación.
Chang Vargas, Giselle y González Vásquez, Manzanares, Rafael. 1960. Por las sendas del
Fernando. 1981. Cultura popular folklore. Tegucigalpa. (Sin datos).
tradicional: fundamento de la identidad
nacional. San José: Ministerio de Cultura,
Peña Hernández, Enrique. 1968. Folklore de
Juventud y Deportes.
Nicaragua. Managua: Editorial Unión.