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Nociones Basicas de Trabajo Social - Subrayado
Nociones Basicas de Trabajo Social - Subrayado
DE TRABAJO SOCIAL
NOCIONES BÁSICAS
DE TRABAJO SOCIAL
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ISBN-13: 978-84-16140-00-8
Depósito legal: M-23611-2014
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Objetivos
Introducción
1. Naturaleza y fundamentos del Trabajo Social
1. 1.1. Sujeto del Trabajo Social
1. 1.2. Objeto del Trabajo Social
1. 1.3. Relación objeto y sujeto en Trabajo Social
2. Definición del Trabajo Social
3. Principios del Trabajo Social
1. 3.1. Consideración individualizada
1. 3.2. Aceptación del usuario
1. 3.3. No enjuiciamiento del usuario
1. 3.4. Autodeterminación
1. 3.5. Confidencialidad
4. Objetivos del Trabajo Social
1. 4.1. Competencias del Trabajo Social
Resumen
Preguntas de revisión
Soluciones a las preguntas de revisión
Lecturas recomendadas
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Objetivos
Este capítulo intentará definir el Trabajo Social conectándolo con la Acción
Social, desprendiéndose las siguientes metas específicas de aprendizaje:
Introducción
Este capítulo no pretende hacer un recorrido histórico por el Trabajo Social
porque ya lo han realizado anteriormente numerosos autores, pero sí es con-
veniente referenciar los elementos y conceptos más emblemáticos que con-
tribuyeron a su surgimiento y desarrollo, para describir posteriormente las
nociones básicas donde se asienta la naturaleza, los principios y los objetivos
de una profesión dedicada a mejorar la calidad de vida de los ciudadanos.
Para acercarnos a los conceptos más relevantes del Trabajo Social es nece-
sario realizar una aproximación muy somera a los orígenes de la profesión. A
lo largo de la historia, las personas han intentado satisfacer sus diferentes y
complejas necesidades, pero muchas de ellas no han podido o no han sabido
solucionar sus problemas a lo largo de su ciclo vital, viéndose en la tesitura de
solicitar apoyo individual, familiar o institucional. Por este motivo, la ayuda
a la persona necesitada ha sido una constante a lo largo de la historia, siempre
vinculada al concepto de acción social, que ha ido evolucionando conforme
las sociedades se hacían cada vez más modernas y complejas.
La filantropía, como una forma de fomentar la solidaridad para el benefi-
cio de los demás; la caridad, como forma de hacer el bien por amor a Dios; y
la beneficencia, como conjunto de instituciones que la administración pone de
forma gratuita a disposición de los más necesitados para proporcionarles sus-
tento y desarrollo físico, han sido algunos ejemplos de acción social hasta lle-
gar a su sistematización en el primer cuarto del siglo XX. A partir de entonces,
se fue configurando una nueva profesión, denominada Trabajo Social, enten-
dida como la primera forma originaria y sistematizada del concepto de ayuda
a la persona necesitada.
Fue Mary Ellen Richmond (1861-1926) quien con sus publicaciones faci-
litó el ordenamiento sistemático de los procesos de ayuda. Fue una figura
clave para la elaboración de las primeras propuestas teórico-metodológicas
dirigidas tanto a la intervención social individualizada, como a la adquisi-
ción de una serie de competencias y habilidades imprescindibles para hacer
frente a los desafíos de aquellos años. Fue pionera de muchas cosas, entre las
que se encuentran la investigación social dirigida hacia el diagnóstico social,
la creación de instituciones para mejorar la vida de los más necesitados, o el
intento de reformar las leyes para facilitar los derechos de las mujeres y los
niños.
Su figura ha sido reconocida dentro del Trabajo Social, especialmente
por dos de sus obras, “Diagnóstico Social” y “Caso Social Individual”, que
aportaron la teorización de la profesión en sus orígenes. Este proceso estu-
vo acompañado también por las contribuciones que realizó la COS (Charity
Organization Society) durante largos años. En Inglaterra introdujeron un sis-
tema de ayuda sistemática individualizada que más tarde fue exportada a los
EEUU, donde comenzó su mayor expansión, tomando protagonismo la figu-
ra del Social Worker cuya actividad tuvo mucho reconocimiento dentro de la
sociedad inglesa y americana.
Analice qué tipo de ayuda o acción social se recibe en cada caso y cuál de ellas tiene mayor
sistematización, explicando el porqué.
1. Una persona sin hogar, se encuentra en la esquina de una gran ciudad, sentada en la calle
junto a sus pertenencias. A sus pies hay un cartel donde se puede leer el siguiente mensaje:
“por favor, una ayuda para comer”. Una mujer pasa y decide darle un par de monedas mientras
le dice ¡qué Dios le bendiga!
2. Elisa tiene 68 años. Lleva seis meses viviendo sola desde que su marido falleció. Se encuen-
tra triste y apenas sale de su domicilio, solo lo hace para comprar e ir al médico. Desde que su
marido no está con ella ha perdido la ilusión por la vida. Sus dos hijos están preocupados, pero
viven lejos y no pueden hacerse cargo de la situación. La casa está cada día más abandonada
y sucia. Los hijos han contactado con el Centro de Servicios Sociales para informarse de los
recursos disponibles para atender a su madre. La próxima semana una trabajadora social irá a
visitarla para conocer el estado en el que se encuentra Elisa. La profesional estudiará qué nece-
sita e iniciará la gestión de los recursos más apropiados a su situación.
Solución
Ambos casos son ejemplos de acción social, entendiéndola como forma de ayuda a la perso-
na necesitada. Pero las diferencias entre los dos son evidentes. El primer caso es un ejemplo
de caridad, una persona le entrega una limosna a otra por amor a Dios. No existe un diag-
nóstico previo de la situación, se desconoce el porqué la persona está en la calle pidiendo
ayuda, tampoco se ha realizado un seguimiento de la ayuda económica otorgada, no se sabe
dónde irá destinada…, no existe una sistematización ya que se trata de una ayuda puntual y
paliativa.
Analice qué tipo de relación interprofesional (individual, familiar, grupal o comunitaria) se des-
cribe en cada caso:
1. María no puede evitar llorar cuando habla de su hijo. La droga ha destrozado a la familia. La
trabajadora social permanece en silencio y deja que se desahogue. Pasados dos minutos rei-
nician de nuevo la conversación.
2. La trabajadora de un centro de mayores decide crear un taller de memoria porque varios
usuarios se han quejado de sus constantes olvidos cotidianos. El primer día de la actividad se
presenta ante los/as quince usuarios/as que han decidido participar en la actividad. Durante los
próximos tres meses compartirán dos días a la semana, una hora por cada sesión.
3. El trabajador social está hablando con Juana y Maite. Madre e hija tienen muchos proble-
mas de comunicación. El objetivo de la entrevista es intentar crear un clima cordial donde pue-
dan hablar tranquilamente para solucionar sus problemas, que han aumentado después de la
separación conyugal.
4. La trabajadora social está reunida con el técnico del ayuntamiento y tres representantes de
la asociación de vecinos para intentar planificar un proyecto futuro que les permita disponer de
una guardería en la localidad.
ciones suponen admitir que el/la usuario/a tiene capacidad de autoayuda, pue-
de incluso proporcionar apoyo a los que le rodean, y decidir por sí mismo su
futuro con autodeterminación.
Esta consideración activa del sujeto aleja la intervención profesional de la
dependencia institucional y de la pasividad del usuario, abogando por la parti-
cipación activa de cada persona en su propio cambio, eligiendo libremente el
destino hacia dónde desea enfocar su proyecto vital. El trabajador social desa-
rrolla su labor con y para el usuario, pero nunca en vez de él, al que se hace
partícipe y responsable en todo momento de sus necesidades y problemas, los
cuales deberán ser analizados y modificados conjuntamente si desea mejorar
su bienestar.
En este proceso de análisis y modificación de una situación determinada,
la comunicación entre los actores que interactúan para lograr la solución del
conflicto es transcendental. La relación que se establece entre ambos (usua-
rio y profesional) tendría que ser horizontal, asumiendo los compromisos que
les compete a cada uno de ellos, construyendo un trabajo conjunto en equipo,
facilitando una relación colaboradora, abierta y liberadora.
El Trabajo Social cree en la capacidad que tiene cada persona para liberar-
se de sus angustias o preocupaciones, con la finalidad de apoyarles a superar
por sí mismos los lastres económicos, sociales, físicos, emocionales o cultu-
rales que puedan dificultar su bienestar y la capacidad de promoción y creci-
miento personal. El usuario no es un mero consumidor de servicios, quiere y
desea ser el propio constructor de su futuro, solicitando asesoramiento profe-
sional para conseguirlo.
El usuario debe convertirse en un ser activo y responsable de su destino,
pero además debe aparecer como co-productor de conocimiento. La persona
puede ser a la vez productora y consumidora de servicios. Aún en su condición
de mero receptor de bienes y servicios incorpora, al menos, su poder como
contribuyente y consumidor. Como receptor de información y conocimientos
merece un tratamiento adecuado que no suponga una merma de sus derechos,
ni un daño para su autoimagen (Fernández, de Lorenzo y Vázquez, 2012: 495).
Sin embargo, para López-Cabanas y Chacón (2001: 18) “en Trabajo Social
el sujeto de conocimiento no solamente está constituido por la persona usua-
ria. La relación de actores o agentes que co-producen conocimiento, de una u
otra manera, está formada por investigadores profesionales, docentes y educa-
dores informales, ciudadanos en general, políticos y técnicos. A ellos hay que
añadir los medios de comunicación social, los movimientos sociales y asocia-
ciones, los grupos de interesados y/o afectados, las élites y grupos con poder,
las personas clave con influencia o relevancia social, la opinión pública y la
Administración pública”.
Intente contestar a la siguiente pregunta: ¿El objeto y sujeto del Trabajo Social pueden estar
unidos, o por el contrario se encuentran separados durante la intervención?
Solución
La relación entre objeto y sujeto constituye uno de los ejes fundamentales de discusión en el
desarrollo del conocimiento en Trabajo Social. Considerar o no esta relación supone estar entre
dos tendencias. Por un lado, la que sostiene que no hay relación entre objeto y sujeto, por lo
que los hechos derivan exclusivamente de la observación y la experimentación, donde los
acontecimientos se analizan de manera neutra y objetiva, acorde con el positivismo, al soste-
ner que el espíritu de la ciencia debe estar basado en la experiencia y la observación directa,
donde la realidad social se analiza con absoluta neutralidad. La segunda postura afirma que sí
existe relación entre ambos, en ella, los autores fenomenológicos sostienen que el positivismo
se centra solamente en lo que se manifiesta, dejando escapar la información que subyace y que
trata de entender la realidad social como la vive la persona a partir de la interpretación propia
del mundo que le rodea. Así pues, durante la intervención profesional ambas tendencias deben
ser consideradas, por lo que objeto y sujeto aparecen unidos con reflexividad, ya que ambos
pueden observarse e interpretarse a sí mismos, dando lugar a un juego de interacciones e inter-
subjetividades que también se deben tener en cuenta (Vázquéz, 2009:154).
Buscar una definición del Trabajo Social resulta complicado y complejo, pero
en los siguientes párrafos se intentará llegar a una definición global que aglu-
tine los elementos imprescindibles para poder elaborarla.
Según el Diccionario de Trabajo Social (Fernández, de Lorenzo y Váz-
quez, 2012: 515), el concepto de Trabajo Social ha sido considerado como
una profesión (Hamilton, 1984; Soydan, 2004; Vázquez, 2009), como un ser-
vicio o proceso de ayuda (Friendlander, 1968), como forma de educación
social (Kisnerman, 1990), como una acción profesional sistematizada, inten-
cionada y racional (Cáceres, Cívicos, Hernández y Puyol, 2009). También se
incorpora a este apartado, como institución, instrumento social, conjunto de
métodos (Richmond, 1922), ingeniería social (García y Melián, 1993), pro-
visión de recursos, comunicación y relación (Vázquez, 2009) o, incluso, un
arte (Richmond, 1917). Numerosos autores han definido el Trabajo Social
Utilizando algunas de las palabras que aparecen a continuación, elabore una definición de Tra-
bajo Social: profesión, ciencia, metodología, cambio, bienestar, técnicas, disciplina, conoci-
miento, necesidad, intervención, persona, calidad de vida, sociedad, funcionamiento, servicio,
empoderamiento, recursos, habilidades, medio, promoción, apoyo, asesoramiento y liberación.
Lea esta conversación que mantienen dos trabajadoras sociales en su centro y conteste a estas
preguntas: ¿Qué ocurre en ella?, ¿obran correctamente las profesionales?, ¿qué haría si estu-
viera en su situación?
—No me lo puedo creer…, cuando he entrado en el despacho y lo he visto sentado me ha
recordado a Manuel, un compañero de la universidad que falleció hace cuatro años por culpa
del consumo de heroína. Cuando el usuario me ha contado su historia, me he empezado a sen-
tir mal, incómoda, y creo que lo ha notado. He salido con la excusa de coger un impreso, ¿te
importaría atenderle tú?
—Tranquila, estas cosas pueden pasar, luego hablamos sobre ello para ver qué es lo que te ha
pasado y cómo te has sentido.
3.4. La autodeterminación
Este principio se puede definir “como la capacidad que tiene la persona para
decidir libremente sobre su propio destino”. Está directamente ligado a uno de
los objetivos profesionales, el empoderamiento de los/as usuarios/as, es decir,
posibilitarles las herramientas necesarias para solucionar por sí mismos sus
problemas y para que puedan decidir libremente sin presiones.
Cada persona dirige su destino, eligiendo el camino que considera más
idóneo en cada momento. En algunas ocasiones, la vida puede poner a las
personas en situaciones difíciles ante las cuales se bloquean, sintiéndose inca-
paces de tomar decisiones. En estos momentos es cuando se suele acudir a
un profesional para que les asesore sobre las posibles alternativas disponi-
bles, asumiendo que la responsabilidad final de la decisión siempre recae en
el propio usuario. El profesional será la persona formada y competente que le
impulse en el desarrollo de sus propias capacidades, movilizando los recur-
sos sociales como apoyo técnico. También debe facilitar al usuario toda la
información necesaria con una actitud colaboradora y orientadora, dejando un
margen de flexibilidad en la decisión final que este adopte.
La responsabilidad de su situación siempre debe recaer en el usuario, y no
en el profesional. El objetivo profesional no es el fomento de la dependencia
sino la libertad de decisión, pero desde una decisión asesorada y estudiada. El
trabajador social puede aconsejar, pero no coartar ni dirigir al usuario hacia lo
que personalmente estima más apropiado para él. En algunas ocasiones aún
sabiendo las consecuencias que una decisión pueda tener, hay que dejar elegir
libremente a la persona, respetándola y aceptándola.
Esta capacidad de libertad en la toma de decisiones tiene algunas dificul-
tades, ya que pueden darse algunos problemas que se deben tener en consi-
deración: cuando una decisión puede causar daños en la integridad de otra
persona, cuando se trata de una situación de incapacidad física o psíquica
diagnosticada, cuando haya incumplimiento de la leyes establecidas o trabas
institucionales que puedan derivarse del caso. Solamente en los casos anterio-
res, la persona sí tendrá limitaciones para obrar libremente.
Cuando se coarta la libertad de decisión de un usuario, se comete un acto
antiprofesional. Por otro lado, si se es meticuloso en el trabajo, si se ofrece la
información necesaria para la toma de decisiones, y si el trabajador es com-
prensivo, respetuoso y colaborador, se estará cumpliendo con el principio de
autodeterminación.
3.5. Confidencialidad
En las sociedades desarrolladas, donde la comunicación globalizada ocupa un
lugar destacado, la confidencialidad es uno de los requisitos que siempre se
debe respetar. Se podría pensar en lo importante que resulta mantener la pri-
vacidad de los aspectos que se consideran como íntimos en un caso, y en los
problemas emocionales que podrían derivarse si esta información privada y
confidencial transcendiera a espacios públicos. Las redes sociales, como twitter
o Facebook, han hecho cuestionarse todos estos pormenores, que aplicados al
ejercicio profesional cobran especial interés.
Durante la intervención profesional la persona puede facilitar información
privada e íntima, que deberá ser tratada confidencialmente. En algunos casos,
quizás sea el trabajador social la única persona que haya tenido acceso a esta
información, por lo que se debe ser respetuoso con el uso de su contenido,
salvaguardarlo, y alejarlo de posibles filtraciones. Por ejemplo; no dejar los
expedientes encima de la mesa, cerrar con llave los ficheros de las historias
sociales, no permitir el acceso de personas extrañas en los despachos donde
haya expedientes, no comentar información de un usuario en los pasillos o en
entornos públicos como las cafeterías o en el hall del trabajo, etc.
El usuario ha confiado en el profesional, se ha sincerado y lo que desea es
que esta información permanezca bajo secreto profesional. Por eso es nece-
sario cumplir con el principio de confidencialidad que requiere de discreción
y prudencia. Pero en algunas ocasiones, la propia trayectoria del caso puede
obligar a utilizar estos datos privados en reuniones de equipo. En ese caso,
se tendría que solicitar permiso al usuario, explicándole los motivos por los
cuales se tiene que facilitar esa información, y siempre velando por el bienes-
tar del interesado. La persona tiene que tener la certeza de que la información
no se divulgará sin su consentimiento. Aunque se dé por finalizado el caso o
fallezca la persona, siempre se mantendrá el secreto profesional.
Muchos de los dilemas éticos a los que hace frente el profesional están
relacionados precisamente con esta cuestión. Por ejemplo; si una usuaria
amenaza con el suicidio mientras comenta que esta información es confi-
dencial..., ¿se debería avisar a sus familiares? Si un usuario dice que tiene
VIH…, ¿se debería notificar este hecho en la reunión de equipo para conse-
guir el acceso a un centro residencial con mayor rapidez?, ¿este dato debe-
ría ponerse en el informe para facilitar el ingreso en una residencia? Ante
estas situaciones, el profesional aparte de aplicar los modelos de resolución
de conflictos éticos que se estudiarán en el siguiente capítulo, deberá guiar-
se por el sentido común y las intuiciones para determinar lo más apropiado a
cada situación (por ejemplo; solicitar permiso al usuario para usar una deter-
minada información y, si se duda, preguntar a otros trabajadores sociales, o
Lea esta conversación que mantienen dos trabajadoras sociales en su centro y las consecuen-
cias derivadas de no respetar el principio de confidencialidad.
[…] No sé si te has enterado, pero a Rosa le han suspendido de empleo y sueldo. El otro día
desayunando en la cafetería estaba comentando con una compañera uno de los casos de
menores que supervisa, con tan mala suerte que al lado estaba un familiar que lo escuchó todo.
Este puso una denuncia y Rosa ha tenido que abandonar el Centro de Servicios Sociales […].
A continuación se explican algunas de las funciones del Trabajo Social: ¿Cuáles son sociológi-
cas (autonomista-promocional/asistencialista-prestacional)?, ¿cuáles metodológicas?
1. El trabajador social durante la entrevista incide en la habilidad del usuario para buscar
empleo por sí mismo.
2. La trabajadora social de Cáritas gestiona una ayuda puntual para transporte de una perso-
na sin hogar.
3. La trabajadora social siguiendo los indicadores de valoración, determina que el programa de
atención a personas mayores, ha sido un éxito porque ha logrado reducir el número de ingre-
sos hospitalarios.
Solución:
1. Función sociológica (autonomista-promocional).
2. Función sociológica (asistencialista-prestacional).
3. Función metodológica.
1.
Capacidad para trabajar y valorar de manera conjunta con perso-
nas, familias, grupos, organizaciones y comunidades sus necesidades
y circunstancias.
1.1. Establecer relaciones profesionales con objeto de identificar la
forma más adecuada de intervención.
1.2. Intervenir con personas, familias, grupos, organizaciones y
comunidades para ayudarles a tomar decisiones bien fundamen-
tadas acerca de sus necesidades, circunstancias, riesgos, opcio-
nes preferentes y recursos.
1.3. Valorar las necesidades y opciones posibles para orientar una
estrategia de intervención.
2.
Capacidad para planificar, implementar, revisar y evaluar la prácti-
ca del Trabajo Social con personas, familias, grupos, organizaciones,
comunidades y con otros profesionales.
2.1. Responder a situaciones de crisis valorando la urgencia de las
situaciones, planificando y desarrollando acciones para hacer
frente a las mismas y revisando sus resultados.
2.2. Interactuar con personas, familias, grupos, organizaciones y
comunidades para conseguir cambios, promocionar el desarrollo
de los mismos y mejorar las condiciones de vida a través de la
utilización de los métodos y modelos de Trabajo Social, hacien-
do un seguimiento con regularidad de los cambios que se produ-
cen al objeto de preparar la finalización de la intervención.
2.3. Preparar, producir, implementar y evaluar los planes de inter-
vención con el sistema cliente y los colegas profesionales nego-
ciando el suministro de servicios que deben ser empleados y
revisando la eficacia de los planes de intervención con las per-
sonas implicadas con el objeto de adaptarlos a las necesidades y
circunstancias cambiantes.
2.4. Apoyar el desarrollo de redes para hacer frente a las necesidades y
trabajar a favor de los resultados planificados examinando con las
personas las redes de apoyo a las que puedan acceder y desarrollar.
2.5. Promover el crecimiento, desarrollo e independencia de las per-
sonas identificando las oportunidades para formar y crear gru-
pos, utilizando la programación y las dinámicas de grupos para
3.
Capacidad para apoyar a las personas para que sean capaces de
manifestar las necesidades, puntos de vista y circunstancias.
3.1. Defender a las personas, familias, grupos, organizaciones y
comunidades y actuar en su nombre si la situación lo requiere.
3.2. Preparar y participar en las reuniones de toma de decisiones al
objeto de defender mejor los intereses de las personas, familias,
grupos, organizaciones y comunidades.
4.
Capacidad para actuar en la resolución de las situaciones de riesgo
con las personas, así como para las propias y la de los colegas de la
profesión.
4.1. Establecer y actuar en la resolución de situaciones de riesgo pre-
via identificación y definición de la naturaleza del mismo.
4.2. Establecer, minimizar y gestionar el riesgo hacia uno mismo y
los colegas a través de la planificación, revisión y seguimiento
de acciones para limitar el estrés y el riesgo.
5.
Capacidad para administrar y ser responsable, con supervisión y
apoyo, de la propia práctica dentro de la organización.
5.1. Administrar y ser responsable de su propio trabajo asignando
prioridades, cumpliendo con las obligaciones profesionales y
evaluando la eficacia del propio programa de trabajo.
5.2. Contribuir a la administración de recursos y servicios colaboran-
do con los procedimientos implicados en su obtención, supervi-
sando su eficacia y asegurando su calidad.
6.
Capacidad para demostrar competencia profesional en el ejercicio
del Trabajo Social.
6.1. Investigar, analizar, evaluar y utilizar el conocimiento actual de
las mejores prácticas del Trabajo Social para revisar y actualizar
los propios conocimientos sobre los marcos de trabajo.
6.2. Trabajar dentro de estándares acordados para el ejercicio del
Trabajo Social y asegurar el propio desarrollo profesional utili-
zando la asertividad profesional para justificar las propias deci-
siones, reflexionando críticamente sobre las mismas y utilizando
la supervisión como medio de responder a las necesidades de
desarrollo profesional.
6.3. Gestionar conflictos, dilemas y problemas éticos complejos
identificando los mismos, diseñando estrategias de superación y
reflexionando sobre sus resultados.
6.4. Contribuir a la promoción de las mejores prácticas del Trabajo
Social participando en el desarrollo y análisis de las políticas que
se implementan.
Resumen
A través de distintos autores, el capítulo analiza la pluralidad de concepcio-
nes y definiciones del Trabajo Social, que enriquecen la naturaleza de la dis-
ciplina. Para intervenir ante cualquier situación de crisis (individual, grupal
o comunitaria), hay que reflexionar sobre el objeto del Trabajo Social que ha
evolucionado de acuerdo con los contextos geográficos e históricos donde
se ha desarrollado, y a las corrientes teóricas dominantes en el ámbito de las
ciencias sociales. Todas las teorías giran en torno a los problemas sociales,
las necesidades o las situaciones de malestar, que deben ser transformadas a
través de la intervención profesional. También se adentra en los cinco prin-
Preguntas de revisión
Lecturas recomendadas
Brau, J., y Abramovitz, M. (2010). The dinamics of social welfare policy. New York:
Oxford University Press.
Fernández, T. (2009). Fundamentos del Trabajo Social. Madrid: Alianza Editorial.
Fernández, T. (2011). Trabajo Social con casos. Madrid: Alianza Editorial.
Fernández, T., de Lorenzo, R., y Vázquez, O. (2012). Diccionario de Trabajo Social.
Madrid: Alianza Editorial.
Fernández, T., y Ponce de León, L. (2012). Trabajo Social individualizado: Metodo-
logía de intervención. Madrid: Ediciones Académicas.
Fernández, T., y Ponce de León, L. (2011). Trabajo Social con Familias. Madrid:
Ediciones Académicas.
Wilson, K., Ruch, G., Lymbery, M., y Cooper, A. (2008). Social Work: An introduc-
tion to contemporary practice. Nueva York: Pearson Longman.