Al parecer el Covid 19 durará un buen periodo entre nosotros, lo peor que
podemos hacer como sociedad es escondernos en nuestros hogares a esperar que la ciencia actúe. Es por ello que la gran mayoría de peruanos está exigiendo la reactivación de la fase 4 y con esto, la reactivación de todos y cada uno de los sectores laborales. Claro está, cumpliendo los protocolos de bioseguridad, pero además, en mi opinión, se debe dar la libertad y responsabilidad del cuidado a los propios ciudadanos puesto que el gobierno ha fracasado rotundamente en sus estrategias de identificación y contención de los contagios por la pandemia. Terminada esta breve introducción a modo de resumen sobre mi sentir, planteo la siguiente interrogante: ¿Qué le pasará a nuestra economía post-pademia? Según el economista y ministro de trabajo en el segundo mandato del presidente Alberto Fujimori, Jorge González Izquierdo, “si no se controla la pandemia, no se puede reactivar la economía”. El economista saludó el sinceramiento de las cifras respecto a los contagios y decesos, pero también criticó al gobierno señalando lo siguiente: “durante los meses de cuarentena la respuesta del gobierno no ha sido satisfactoria, tanto a nivel epidemiológico como a nivel económico, y esa es la razón por la cual hoy día se está replanteando casi toda la estrategia para enfrentar el problema.” Y es que es muy cierto, se trató de priorizar la salud de la población en un principio y aún sin cumplir el primer objetivo, reanudaron la economía exponiendo a la población al contagio y a fin de cuentas no salvaron ni una ni otra. González Izquierdo también mencionó lo siguiente: “la estrategia de reactivación la está basando en un aumento fuerte de la inversión pública, porque si el sector privado no puede gastar mucho para eso está el estado, para comenzar a gastar lo que no puede el privado y reactivar la economía.” Además, desconfía que de hoy a diciembre se pueda gastar el 3% del pbi del país (declaraciones del primer ministro), específicamente por que el estado peruano no tendría la capacidad para gastar semejante cantidad de dinero. Otro reconocido economista peruano, Hernando Soto, ha emitido su opinión acerca de la economía durante y luego de la pandemia. En primer lugar, señala que la informalidad en el Perú está jugando un papel fundamental en la salud pública y economía del país, dando a entender que la causa del fracaso del confinamiento es justamente la necesidad de trabajar y en esa necesidad terminan optando por la informalidad, lo que da origen al comercio ambulatorio en las ciudades. Pero también es la misma informalidad una llave de acceso a la reactivación masiva de la economía, y uno se puede preguntar, ¿de qué manera los informales ayudarían a la economía, si son precisamente ellos quienes trabajan al margen de la ley? De Soto sugiere que se deben bajar las vallas para entrar en el mundo de la formalidad, es decir facilitar el cambio de informales a formales reduciendo los trámites y tiempos. Para finalizar, podemos resumir lo siguiente: el gobierno debe cambiar sus estrategias de reactivación de la economía y no dejarla morir por caprichos políticos, populistas o ideológicos. Los planes “arranca Perú” y “trabaja Perú” solo están creando puestos de empleo temporales y transitorios, y ahí no está la solución a mi parecer; si no que está en la correcta reanudación de todos los sectores laborales y facilitación del paso a la economía formal de los comerciantes informales, pero de la mano con un correcto planeamiento de contención del virus mediante la realización de pruebas moleculares y cumplimiento de protocolos estrictos de bioseguridad.