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Coddou, Marcelo (1978) "Complejidad estructural de El beso de la mujer araña" En: Revista
de literatura hispánica: Nº. 7, Artículo 3. Disponible en:
https://digitalcommons.providence.edu/inti/vol1/iss7/3
Ramos, Nicole 40.913.24
poniendo en marcha la subjetividad de los personajes, dado que las descripciones del
narrador quedan excluidas por su ausencia, obtenemos la objetividad, pero a la vez, la
voz y el pensamiento de los personajes exponen sus subjetividades.
“Toda nota es ruptura, suspenso (…) que viene a sumarse a los que matizan el
ritmo narrativo y el desarrollo de las ficciones dentro de la ficción”, señala Goddou, a
su vez, lo asemeja con el estilo folletinesco, proponiendo la interrupción de las notas al
pie como pausa necesaria para atrapar al lector en la lectura, recurso utilizado en este
género literario, cortado por entregas acudiendo al interés del público creando suspenso.
Estas notas al pie también amplían los parámetros conocidos sobre la utilización de
tales, dado que, en vez de hacer una aclaración correspondiente con el relato, introducen
textos ensayísticos sobre la homosexualidad. Goddou nos dice que se trata del autor
que, de manera sumamente sutil, se manifiesta.
Traslasierra tiene una narradora, Rebeca Schrader, la cual también está
atravesada por distintas voces narradoras, que aparecen casi sin consabidos. A su vez, se
cuenta la historia que ocupa a los personajes atravesada por la Historia de la segunda
guerra mundial, recurso que nos permitirá adentrarnos en la comprensión de los hechos
narrados.
“Andrés Rivera desarrolla entonces una poética de lo lindante, las fronteras
entre escrito y oral, entre historia e Historia, entre hijos y padres” 2 explica la crítica
Sequera. Rivera nos presenta un relato polifónico, y a su vez monólogo, introduciendo a
través la voz narradora distintas voces narradoras que asimismo tampoco sabemos a
quién narra, transitando por lo oral y lo escrito, entre cartas y diálogos tomados por
Rebeca.
La novela complejiza el presente de relato, llevándonos por distintos lugares,
tomando distintas voces que luego se aclara su lugar de enunciación, pero no siempre.
Como Sequera escribe: “Efectivamente, no tenemos precisiones en cuanto a ese
presente de narración”. Asimismo, las fronteras de las voces tampoco son precisas,
como la primera aparición de Rebeca Schrader, la judía de Varsovia, que no es la
Rebeca Schrader narradora. La novela pone en ausencia los rasgos que tradicionalmente
conocemos como guías necesarias para el lector, problematiza la comprensión de las
fronteras de las voces, los personajes, las relaciones.
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Sequera, Magali, “Andrés Rivera, una poética lindante”