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La breve vida del bebé Theresa, una niña que nació sin cerebro y cuyo drama conmovió a
todo Estados Unidos….
Análisis.
En este caso la paciente Theresa no tiene ningún tipo de voluntad pues está muerta
cerebralmente, lo cual indica que su cuerpo funciona con ayuda artificial, no tendrá
sentimientos, sueños, imaginación, ideas de la realidad, pero si puede donar sus órganos a
una persona que si tiene voluntad. Entonces desde nuestro punto de vista la donación de sus
órganos es totalmente acertada.
Ahora bien, en los Estados Unidos, los casos de anencefalia se detectan durante el
embarazo y son abortados; de los que no son así, la mitad nacen muertos. Cada año, unos
300 nacen vivos, y comúnmente mueren a los pocos días. La historia Theresa no sería
notable salvo por la petición que hicieron sus padres de donar voluntariamente los órganos
para trasplante.
Posición 1: Estar viva no iba a significar ningún bien para ella. Estar vivo es un beneficio
sólo si permite a desarrollar actividades y tener pensamientos, sentimientos y relaciones
con otras personas, entre otras. A falta de tales cosas, la mera existencia biológica no tiene
valor. En consecuencia, a pesar de que Theresa podría seguir viva unos cuantos días más,
eso no le haría ningún bien.1
Para concluir, tenido en que en Florida para ese entonces no existía legislación para tal
caso, estaríamos en un evento desafortunado para sus padres y médicos, nos encontramos
en un tipo penal, como el homicidio, aunque hay unas posturas que cree que a veces hay
excepciones justificadas para tal situación. La pregunta es, entonces, si tomar los órganos
de Theresa debería verse como una excepción a la regla, aun sabiendo que de todos modos
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https://litteranova.com/2017/11/07/la-bebe-theresa/
va a morir pronto y tomar sus órganos por lo menos haría algún bien a otros. Cualquiera
que acepte esto considerará falsa la premisa principal del argumento. Suele ser incorrecto
matar a una persona para salvar a otra, pero no siempre lo es. Entonces, parece que el
argumento en favor de trasplantar los órganos de Theresa es más fuerte que estos
argumentos en contra.2
Análisis.
En nuestra opinión, estamos de acuerdo en la cirugía, puesto que las dos niñas finalmente
morirán si seguían de esa manera. Decidir que las dos mueran porque así nacieron, no es
posición juiciosa y coherente, mejor hacer todo lo posible para salvar a la que más
oportunidades de vivir seria lo lógicamente moral. Desde luego la vida es una sola, pero si
se puede salvar una de ellas, se estará demostrando moralmente podría ser justificada tal
acción, desde el punto de vista que si las dos siguen así morirán, pero se realiza la cirugía
una podría vivir. No se trata de matar, solo se trata de darle la oportunidad a la podría tener
una vida sin sufrimiento.
Dicho de otra manera, hay ocasiones en que las personas se ve abocadas a tomar decisiones
difíciles, donde no es posible trazar una frontera clara entre lo correcto y lo incorrecto,
decisiones que ponen a prueba convicciones morales que afectan a sentimientos, como las
de sus padres y demás. Entre tanto, estamos de acuerdo con la decisión del Alto Tribunal
quienes decidieron que se realice la cirugía con el objetivo de salvar a Jodie, aunque muera
Mary, desde este punto de partida sale a flote la problemática que ocurre con frecuencia
cuando se plantean como principios de ética la que sólo son reglas morales de determinadas
creencias convirtiéndola en los problemas éticos casi sin resolver.
Una cuestión que causan problemática es quién decide en este caso con el ánimo de poder
salvar la vida de una de las niñas el alto tribunal fue quien tomó la decisión más allá de las
creencias de sus podres. Entonces el Estado, a través de los organismos, puede y debe
intervenir en defensa de un bien jurídico que considera superior a otro. En este caso, el
derecho a la vida.3
Por otra parte, se considera que debe existir compatibilidad entre el deber del Estado de
protección a la vida y otros principios como la dignidad humana, así: “cuando existen
argumentos médicos razonables de los que se infiere que la muerte vendrá en poco tiempo,
lo que se pondera es morir dignamente y vivir sin calidad. Si no fuera así, la vida se
convertiría en un deber y por tanto su ejercicio dejaría de ser una garantía
constitucionalmente legítima. Incluso, si los derechos se convierten en obligaciones, la
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https://litteranova.com/2017/11/07/la-bebe-theresa/
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https://elpais.com/diario/2000/09/25/opinion/969832803_850215.html
idea misma de Estado Social y Democrático de Derecho carecería de contenido”. Bajo
nuestra consideración, creemos que los médicos obran en función de su deber profesional,
haciendo todo lo que está a su alcance para preservar la vida de los pacientes y no se
encuentra dentro de su radio de acción, continuar una vida que ha sido cargada
naturalmente con la insuficiencia biológica que tenía Mary. Así que, dicha cirugía, a la luz
del ordenamiento jurídico, se llevó a cabo acorde a la moral y a la ética.
Análisis.
Tomando como perspectiva nuestra condición de ser humanos, dilucidaremos sobre este
evento en el cual tener a un hijo en la condición de parálisis cerebral es extremadamente
difícil y complejo. Pero en nuestra opinión consideramos que seriamos incapaz de quitarle
la vida a uno de nuestros hijos.
Después de la lectura de este caso pareciera que la niña Tracy, concluimos que solo tenía
condiciones biológicas para vivir, su organismo funcionaba normalmente, pero no actividad
cerebral, entonces quitarle la vida se podría pensar como un acto de compasión, pero en
ningún caso como sucedieron los hechos, es por eso que el padre cometió un grave crimen
(homicidio), por lo tanto, no nos parece en este sentido un acto de piedad o compasión. Esta
es una historia que roza los límites, tanto de la ética como de la desesperación. Pero ¿hasta
qué punto somos dueños de la vida de otro?, ¿cómo se podría saber si esa niña preferiría
vivir o no? Es prácticamente imposible saberlo.
Si miramos desde una óptica de códigos éticos que están determinados por cualquier
creencia religiosa muchos de nosotros coincidimos este acto como un homicidio, la misma
creencia alegaría que esa niña debería haber vivido, aun sabiendo sus pésimas condiciones
de vida.
Referente a la parte legal, estamos de acuerdo que nadie tiene la libertad de terminar la vida
de otra persona, caso que, si ocurrió en este caso particular, donde su padre decide terminar
la vida de su pequeña hija, no buscando otra salida que no atentara lo más sagrado de todos
los derechos.