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La historia Guaraní en el territorio boliviano, comienza con tres grandes corrientes migratorias
conocidas, la que entró desde el Mato Grosso. Por territorio Chiquitano, hasta Río grande; la que
vino por el Chaco hasta la Cordillera; y la que ingresó desde el Río Paraná y entró por el Río
Pilcomayo. La razón de estas migraciones podría haber sido la búsqueda mítica del ivy imaraä o la
tierra sin Mal; también se señala el interés por encontrar metales en las tierras altas. Estudiosos
del tema calculan que estas migraciones se realizaron alrededor del año dos mil D.C.. Los
españoles tomaron contacto con los Guaraní por el año 1521; a partir de entonces se dieron
diferentes tipos de relación, desde el enfrentamiento y guerras, hasta evangelización y alianzas
esporádicas. Los Guaraní fueron famosos por resistir a la conquista, tanto ante los incas como
contra los españoles. También se los consideró como extremadamente belicosos con las tribus y
pueblos que no fueran parcialidades suyas y aparecieran en medio de su camino de
desplazamiento nómadas, hacia el norte, donde parecían dirigirse en pos de la realización del mito
ancestral. Las grandes aldeas que encontraron los primeros españoles que los contactaron, tenían
campos cultivables de maíz. Antes de los españoles los Guaraní habían encontrado a los Chané,
grupo de lengua Arawak, a quienes dominaron mestizándose con sus mujeres de ahí provienen los
Guaraní actuales de Izozog.
En 1854 Luis de Fuentes, fundador de Tarija, se propone exterminar a los Chiriguano, porque estos
habían estado cometiendo asaltos, rapiñas y muertes a los colonos recién asentados en el valle. En
diciembre del mismo año, la Audiencia de Charcas, en nombre de Su Majestad, declaró
nuevamente la guerra a los Chiriguano, poniendo a la cabeza de la misma al Gobernador y Capitán
General de Santa Cruz, Lorenzo Suárez de Figueroa. Finot, afirma que, en el año 1954, este
Gobernador nombró a uno de los Caciques Chiriguano "Capitán General" de los Chiriguano, quien
se constituyó en el protector de las primeras entradas de los religiosos, como el P. Gerónimo de
Andión y Diego de Samaniego. Fueron muchas las entradas de los religiosos que querían pacificar y
convertir a los indígenas e impedir las acciones militares de los españoles.
En 1607, se realizó el intento de los jesuitas Samaniego y Oliva; en el año 1609 la historia colonial
registra que un grupo de Chiriguano salió hasta la ciudad de Chuquisaca, para pedir que les dieran
sacerdotes, para que les enseñen la fe católica, lo que parece que era más para obtener objetos
elaborados con metales y otros. Recién en 1631 se volvió a tener contactos con los Chiriguano,
contacto, en el que dieron muerte a los sacerdotes, Gregorio de Bolívar, Juan Sánchez, y Luis de
Jesús. Durante el siglo XVII, los jesuitas y durante el siglo XVIII los franciscanos entablaron con los
Chiriguano una relación difícil, en la que por momentos los religiosos eran bien recibidos para
luego ser desterrados o muertos en algunos casos, o eran simplemente rehuidos o buscados y
rogados para que se naturalicen entre los Chiriguano.
En el siglo XIX, la historia Chiriguana está llena de sucesos graves, de matanzas de blancos y de
matanzas de indígenas. Las estancias ganaderas empezaron a extenderse con el apoyo de los
militares republicanos sobre los territorios Guaraní, que incluso los españoles habían terminado
respetando. Batallones de Chiriguanos participaron en la guerra de la independencia, con el
ejército del Gral. Manuel Belgrano y también con los grupos guerrilleros de Juana Azurduy de
Padilla.
Uno de los dos grandes enfrentamientos contra el Estado lo protagonizaron en 1875. El segundo y
final en 1882, con el levantamiento de Apiaguaiqui-Tumpa, cacique mayor de todos los Chiriguano,
considerado "Hombre-Dios", el Estado envió al ejército, el que, con armas de fuego, prácticamente
término con los Chiriguano que pudieron "cazar", sublevados o no, diezmando y dispersando a la
población indígena de un modo tan brutal que recién desde hace no más de veinte años, está
empezando a recuperarse de esta catástrofe racista. Desde la derrota de Kuruyuki los Chiriguano
siguieron siendo víctimas sociales de los ganaderos y hacendados que comenzaron a
empatronarlos y esclavizarlos por su excelente mano de obra y su perfecto conocimiento de la
región.
La guerra del Chaco los sorprendió entre dos frentes de guerra internacional, siendo que ellos
pertenecían a una misma "nación" Guaranítica, con sus raíces en el Paraguay, pero su vida y
convivencia familiar en Bolivia, hecho que término dividendo sus estructuras sociales.
SUB TEMA No. 2
La comunidad Guaraní festeja el año nuevo o Ara Pyau el 21 de septiembre ya que para los Mbya
la llegada de la primavera simboliza el renacer. A la ceremonia fueron invitados los empresarios
que comparten espacio en las 600 hectáreas de Iguazú y el Gobierno provincial fue representado
por el el ministro de Derechos Humanos, Edmundo Soria Vieta junto a la comunidad de Fortín
Mbororé y cerca de 2000 aborígenes que participan de la fiesta por el renacer y el florecimiento de
las especies.
Los aborígenes quienes reciben la visita de ancianos y ancianas de diferentes comunidades los
cuales elevan oraciones y hacen rituales a la naturaleza, posibilitando a los más jóvenes conocer
sus tradiciones y la transmisión del idioma. Según la tradición de los Mbya el origen del mundo fue
en medio de la noche originaria. Ñamandú, el padre, se irguió desde los pies y convirtió sus brazos
y manos en ramas que agitaba al viento. Una corona de flores rodeó su cabeza mientras
revoloteaba el colibrí, el pájaro primero. Ñamandú habló y de su palabra nacieron los dioses,
padres de los hombres: Jakairá, Karaí, Tupá y Ñamandú Py’a Guachú. Luego desplegó la tierra y la
bóveda celeste a la que sostuvo con cuatro palmeras pindó azul, al Este, Oeste, Norte y Sur,
agregando otra en el centro: Inmediatamente creó la selva y puso en ella a la cigarra, creó los ríos
y les dio el renacuajo, creó el mundo subterráneo y al tatú que fue el primero en llegar hasta él y
creó la noche donde reina la lechuza.
Más tarde entregó a cada Dios creado su palabra y una facultad sobre las cosas: dio a Tupá el agua
y lo fresco, a Karaí el fuego y el calor, a Jakairá la niebla y el humo, a Ñamandú Py’a Guachu el
coraje. Por fin con parte de la niebla creó a los hombres y ordenó a Karaí que les pusiera algo de
fuego en el corazón y a Tupá que les cediera un poco de frescura. Rápidamente les dio a los
hombres sus leyes para que aprendieran y las cumplieran. Cumplida su tarea, se retiró a
descansar.
En esta fiesta se exponen platos típicos, música, bailes rituales, y otras actividades para compartir
entre los integrantes de diversas comunidades. Donde más allá de la fiesta se permite conocer las
tradiciones y el idioma, mantenerlo, y preservar la cultura de nuestros pueblos originarios.
2.2.- RITUALES. -
2.3.- COSTUMBRES. –