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HOMINUS CAPAX DEI

“El hombre es por naturaleza y por vocación, un ser religioso”,


evidentemente el ser humano, por ser creatura de Dios, tiene la capacidad y
necesidad de retornar hacia Él, por ende, todas sus acciones son con base al
deseo de quien lo creó, pues va en su búsqueda para encontrar la felicidad, por lo
tanto, su corazón estará inquieto hasta encontrarse con Él, esto es señal de su
llamado a trascender a lo divino.

“El hombre está hecho para vivir en comunión con Dios”. Cuando el ser
humano actúa de tal manera que canaliza sus fines para sí mismo, es en razón a
que su inteligencia y voluntad están orientados hacía un bien propio, sin embargo,
eso no se queda ahí, más bien, es la clave para buscar un bien común que
conduzcan sus fines a Dios como fin último.

Existen varias formas de conocer a Dios, una de ellas por medio de las
creaturas, esto es, Dios se manifiesta por medio de su creación para dar a
entender que hay un ser omnipresente y, entonces, lograr afirmar la existencia de
ese Dios que es el principio y fin de la existencia misma. Consecuentemente es el
lenguaje efectivo para mostrar que nada es por casualidad, sino que alguien lo
originó y es Dios.

La iglesia enseña que el único Dios verdadero, puede ser conocido a través
de sus obras, esto es, por medio de su creación, de la asistencia al ser humano y
de las manifestaciones extraordinarias, se ensalza el nombre del creador por ser
el motor de todo.

Finalmente, el hombre considera que, habiendo un Dios, somos, de lo


contrario, nada existiría, entonces, se concluye que, mientras el hombre tenga
como centro de su vida a Dios, es la forma en la que retornará hacia Él, de lo
contrario, nada tiene sentido, el sujeto se disuelve paulatinamente en su egoísmo
y se va al vacío.

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