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Tema 1:

La iniciativa emprendedora
1. INTRODUCCIÓN

En este tema nos adentraremos en el apasionante mundo del emprendimiento.


Reflexionaremos además sobre los diferentes factores que influyen a la hora de
emprender un negocio, los mitos en relación al acto emprendedor, las cualidades que
necesitas y las ventajas y desventajas de ser tu propio jefe.

2. LA AVENTURA DE EMPRENDER

El Diccionario de la RAE define emprender como “acometer y comenzar una obra, un


negocio, un empeño, especialmente si encierran dificultad o peligro”. Por tanto, parece
consustancial al hecho de emprender un negocio el que éste nos suponga dificultad y
que en algún momento del proceso tengamos que asumir riesgos.

Emprender no es una decisión fácil y tampoco es una situación que esté al alcance de
todas las personas: algunas no emprenderán por falta de recursos económicos, otras
por no tener una idea clara del proyecto empresarial, otras por tener aversión al
riesgo, etc.

El caso es que la aventura de emprender parece una opción reducida a unos pocos.
Actualmente se estima que en torno al 10 por ciento de las personas que tienen una
idea emprendedora consiguen hacerla finalmente realidad. Este simple dato
estadístico nos puede dar una breve referencia del tortuoso camino que se puede
realizar.

El proceso de poner en marcha no debe ser una decisión tomada a la ligera. Debe ser
fruto de un análisis exhaustivo de nuestros recursos económicos, nuestra idea de
negocio, un plan de viabilidad, un conocimiento de nuestro mercado y nuestra
clientela y sobre todo estar formado en nuestro sector del mercado. De la suma de
todos estos factores más otros que no controlamos (la situación económica del país,
de tu entorno más directo, de la competencia, de variables relativas a los clientes, etc.)
dependerá el resultado exitoso o fallido de nuestra aventura.

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3. FACTORES QUE INTERVIENEN EN LA DECISIÓN DE EMPRENDER

Son varios los factores que determinan la decisión de emprender. Nombraremos a


continuación los más importantes agrupándolos en las categorías de personales,
socioculturales y socioeconómicos.

Factores personales:

Son los relativos a tu personalidad, tus recursos, valores, tus necesidades, deseos,
objetivos, etc.

En primer lugar conviene considerar tu personalidad. Emprender requiere en


ocasiones, un “salto al vacío”, renunciar a la seguridad de una nómina y un ingreso
estable. ¿Estás dispuesto a asumir ese margen de incertidumbre? No todas las
personas tienen capacidad para manejar bien el estrés que se asocia a la creación de
un proyecto empresarial.

¿Te consideras una persona creativa? Emprender requiere innovar casi


continuamente, saber leer los cambios de tu mercado y adaptarte a ellos, llegar mejor
a los clientes, adelantarte a sus necesidades, etc. por lo que además requiere que
tengas capacidad de visión.

Igualmente requiere que seas, innovadora y con iniciativa, capaz de crear nuevos
productos o servicios que te diferencien de la competencia.

También es preciso que tengas un alto grado de perseverancia. Difícilmente las cosas
salen bien a la primera vez y se suele afirmar que un proyecto empresarial comienza a
consolidarse a partir de los tres años de vida. ¿Estás dispuesto a realizar ese esfuerzo?

Por otro lado, tienes que considerar tus recursos, aquello en lo que posees
habilidades, conocimientos, experiencias, etc. Se trata en definitiva en identificar
“¿qué es lo tuyo?”, aquello en lo quieres un apasionado o un especialista.

Es vital analizar tu formación ya que es un requisito indispensable estar cualificado en


el ámbito profesional al que te vas a dedicar. Además, debes contemplar la educación
y la formación como un proceso que vas a desarrollar de manera continua durante
toda tu vida adulta. No basta hacer una formación “de mínimos” ya que necesitas
reciclarte y especializarte en tu profesión y adaptarte a los cambios continuos que se
irán produciendo en ella.

Un especial apartado de interés debe ser, sin duda, considerar tus valores vitales. Son
los principios fundamentales que guían tu vida y te motivan a hacer las cosas que
haces a diario. Nos pasamos la vida tratando de satisfacer nuestros valores y en cierto
sentido, nuestra calidad de vida, nuestro bienestar y en definitiva, nuestra felicidad,
está directamente relacionada con el grado en que satisfacemos nuestros valores.

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Pero, ¿sabes cuáles son tus valores? Una vez los has identificado, ¿consideras que te
ayudan o te dificultan emprender? Si tus valores son por ejemplo, libertad,
independencia y aprendizaje podemos decir a priori que te ayudan a emprender ya
que los vas a poder satisfacer a través de un proyecto emprendedor. Si por el contrario
tus valores son paz, tranquilidad y seguridad debes anticipar que en un primer
momento el hecho de emprender puede ir en contra de estos valores. Tal vez cuando
el proyecto esté consolidado los satisfagas, pero la experiencia parece decir que al
principio emprender tiende a generar sobresaltos emocionales y cierta sensación de
inseguridad.

Y como uno de los aspectos motivacionales más importantes están tus necesidades,
tus deseos, tus objetivos profesionales y vitales. En función de estos objetivos decidirás
tal vez emprender. Tal vez sueñas ser tu propio jefe, tener autonomía en tu trabajo,
decidir cuando trabajas y la forma en que se realizan los procesos en tu empresa.

Factores socioculturales:

Estos factores se refieren al entorno en el que vives. ¿Cómo considera la sociedad


española a los que emprenden? Existe el mito del emprendedor como “mártir” que se
ve sometido a una fiscalidad excesiva y que apenas tiene beneficios. En cierto sentido
podemos decir que en España existe mayoritariamente una cultura de preferencia por
el trabajo estable o “fijo” que desencadena el interés por el estudio y preparación de
oposiciones y de poca o baja preferencia por el empleo autónomo.

Sin embargo, vivimos una etapa de cambios en los que tras la crisis económica y la
lenta recuperación del trabajo se está produciendo un cambio de paradigma, aunque
lo cierto es que son por causas no deseadas e involuntarias. Así, las personas
desempleadas de edades superiores a los 45 años, tras constatar las dificultades para
reinsertarse en el mercado laboral se ven abocadas a iniciar una carrera profesional
por cuenta ajena, al carecer de expectativas de ser empleados por una empresa. Se
empuja a ser emprendedor a la fuerza.

Factores socioeconómicos:

Sin duda el momento económico influye a la hora de emprender o no. La situación


económica en cada momento diferente estimula cierto tipo de negocios y desincentiva
otros (por ejemplo, durante la época de bonanza económica las actividades ligadas a
la construcción: inmobiliarias, material y equipamiento de viviendas se veían
estimuladas, mientras que en época de crisis se incentivas los comercios ligados a los
productos de segunda mano)

A nivel institucional también influyen las políticas públicas de apoyo al espíritu


emprendedor, la existencia o no de medidas fiscales que estimulen el

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emprendimiento, las subvenciones, la política de protección en caso de cese de la
actividad, el acceso a financiación, etc.

A nivel individual influye también influye de una manera directa y determinante tus
recursos económicos y tu nivel actual de ingresos. Pese a que puedes no requerir una
gran inversión para iniciar tu actividad, es conveniente tener un margen de ahorros en
los que poder apoyarte durante el inicio de la actividad hasta que se generen y
consoliden los ingresos.

4. PRESUPOSICIONES SOBRE EL EMPRENDIMIENTO

En relación al emprendimiento existen ciertas presuposiciones o creencias que


conviene analizar. Veamos algunas a continuación:

- Los emprendedores nacen, no se hacen:

Aunque es cierto que nacemos con ciertas dotes o cualidades el emprendedor tiene
que formarse en el ámbito al que va a dirigirse. La necesidad de especialización y los
cambios que ocurren en el mercado requieren un continuo reciclaje. No basta el stock
de recursos con los que naces.

- Cualquier persona puede comenzar un negocio:

Literalmente puede ser cierto, dar de alta un negocio está al alcance de todos. Se trata
de una serie de trámites burocráticos, pero el sentido de la frase va más allá. De lo que
se trata no es de iniciarlo, sino mantenerlo y consolidarlo. Se requiere de un nivel de
esfuerzo y de voluntad, así como de capacidad de gestión que no está al alcance de
cualquiera. El indicador de mortalidad empresarial en España para el año 2015 es claro
en ese sentido: solamente sobrevive a los cinco años de actividad el 29 por ciento de
las empresas.

- El emprendedor es independiente, completamente autónomo.

Puede tomar decisiones libremente pero depende para gestionar su actividad de


relaciones eficaces con los proveedores, clientes y otros posibles colaboradores.

- El emprendedor está sujeto a gran tensión y estrés.

Si bien es cierto que emprender lleva tensión, preocupaciones y estrés no conlleva un


estrés muy diferente del que pueden tener otras profesiones por cuenta ajena. Por
otro lado, el emprendedor tiene la gran ventaja de estar liberado de una fuente de
estrés de la que se suelen quejar el resto de trabajadores que es la de tener un
superior. El emprendedor no tiene jefe.

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- El emprendedor tiene que ser una persona joven, llena de energía.

La edad no es determinante en modo alguno. La edad media del emprendedor en


España está en torno a los 36 años y ha trabajado durante una década por cuenta
ajena. La edad podría incluso considerarse como una ventaja ya que normalmente se
asocia a mayor madurez y experiencia.

- Emprender requiere disponer de dinero.

No necesariamente es así. Existen actividades que no requieren un nivel de inversión


muy importante. Lo que es prioritario es controlar el flujo de ingresos y gastos (la
tesorería). Es común entender los ingresos como un beneficio y se olvida así que los
ingresos de un día permiten pagar los gastos de los días o las semanas siguientes.

- Los emprendedores son personas que no temen al riesgo.

Falso, no tiene nada que ver. Las personas que no temen al riesgo son las temerarias,
no las emprendedoras. Normalmente el emprendedor siente el mismo miedo que
quienes no emprenden. La única diferencia es que los emprendedores a pesar el
miedo deciden dar el paso. Se informan y valoran el riesgo y finalmente lo asumen.

- Un emprendedor con talento tiene el éxito asegurado en dos años.

Totalmente falso. En primer lugar el talento puede ser condición necesaria pero no
suficiente para alcanzar el éxito o al menos la supervivencia económica. Existen más
factores como la situación económica del país, el sector del mercado al que te diriges y
la competencia. Se estima además que la consolidación del proyecto se produce a
partir del quinto año.

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5. LAS CUALIDADES DEL EMPRENEDOR

Ser emprendedor requiere una serie de cualidades o características tanto personales


como sociales. Comentamos a continuación las más importantes:

Cualidades personales:

Iniciativa:

- Proponer ideas y planes de acción.

Creatividad:

- Tener facilidad para imaginar ideas y proyectos nuevos.


- Proponer soluciones originales.
- Saber analizar e investigar.

Autonomía:

- Funcionar sin necesidad de una supervisión inmediata.


- Tomar iniciativas y decisiones por sí mismo.
- Confiar en los propios recursos y posibilidades.

Perseverancia:

- Dar prueba de constancia y tesón en aquello que se emprende.


- Mantener el impulso frente a las adversidades.

Sentido de la responsabilidad:

- Tendencia a cumplir las obligaciones contraídas consigo mismo y con el grupo.

Capacidad para asumir riesgos

- Predisposición a actuar con decisión ante situaciones que requieren cierto


arrojo por la dificultad que entrañan.

Capacidad de visión

- interpretar la información actual para predecir su evolución futura.


- Entender las señales del mercado que informan de cambios.

Innovación

- Dar soluciones nuevas y diferentes.

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Cualidades sociales:

Líder:

- Motivar a los demás para que se impliquen en la relación de proyectos

- Influir en los demás para que aporten sus cualidades, conocimientos y


habilidades al equipo

- Influir en los otros y contar con sus cualidades personales, conocimientos y


habilidades.

Colaborativo:

- Tener capacidad para trabajar en estrecha colaboración con otros,


compartiendo objetivos y métodos de actuación.

Comunicativo:

- Tener facilidad para darse a entender y entender a los demás.


- Predisposición para establecer fácilmente relaciones interpersonales.

6. ¿VALE LA PENA EMPRENDER? VENTAJAS E INCONVENIENTES.

Debes ser consciente de que la decisión de emprender acarrea una serie de ventajas y
desventajas que debes analizar antes de dar el paso definitivo. A continuación se
enumeran las más importantes.

VENTAJAS:

Autonomía:

Es una de las primeras ventajas que nos vienen a la cabeza a la hora de ser
emprendedor. Se refiere a la capacidad para tomar sus propias decisiones sin
necesidad de rendir cuentas a nadie. El emprendedor no tiene jefe. Esta autonomía se
manifiesta de diversas formas: decide el horario, la forma de trabajar, las personas con
las que colabora, la distribución de su tiempo, etc.

Niveles de ingresos:

El emprendedor no tiene un límite de ingresos fijo, éstos irán determinados por la


marcha de su negocio. No tiene un tope establecido por su salario, como en el caso
del trabajador por cuenta ajena. Su remuneración depende de la evolución de su
negocio y puede ser mayor que la que obtendría trabajando por cuenta ajena.

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Desarrollo y satisfacción personal y profesional

El emprendedor lucha por su negocio por lo que tiene que tratar de mejorar
diariamente para sobrevivir a la competencia. Tiene que dar lo mejor de sí mismo,
formarse, capacitarse y afrontar nuevos retos, desarrollar nuevos productos y
servicios. Estas circunstancias provocan que el emprendedor deba salir de su “zona de
confort” y ello conlleva un amplio desarrollo de habilidades tanto a nivel personal
como profesional.

El emprendedor es consciente del grado de mejoría que experimenta, sabe que se está
desarrollando y ello genera mayores cotas de satisfacción.

Flexibilidad en el tiempo:

Aunque emprender supone que aumente la carga horaria de dedicación profesional se


generalmente se dispone de mayor flexibilidad. En algunos casos se puede decidir de
manera totalmente autónoma cuando se inicia y se finaliza la jornada laboral por lo
que se puede compatibilizar mejor con la vida personal. Además, según se va
desarrollando la actividad profesional se puede ir contratando personal que supone
una liberación de horas de trabajo para el emprendedor o su redistribución hacia otro
tipo de tareas.

Estabilidad en el empleo

En el contexto laboral actual el “trabajo para toda la vida” como empleado parece
desaparecer, en favor de una mayor movilidad laboral. Se prevé que los trabajadores
prestarán sus servicios en diferentes empresas y en diferentes ocupaciones.

La persona que trabaja por cuenta propia no está exento de la incertidumbre sobre el
futuro ni tiene garantizado su negocio, pero la continuidad o no de su actividad
dependerá exclusivamente de su capacidad para hacer rentable su actividad y no de
otro tipo de decisiones.

Trabajar en lo que a uno le gusta.

Al decidir iniciar tu proyecto empresarial has tenido la oportunidad de elegir aquello a


lo que dedicarte, para lo que tienes más facilidad, lo que se te da bien, en definitiva lo
que te gusta. De esta forma, al emprender te estás dedicando por entero a una
actividad que disfrutas lo que incrementa notablemente un aspecto ya comentado
como es la satisfacción

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DESVENTAJAS:

Mayor dedicación

Emprender te va a llevar un mayor número de horas de trabajo. En especial al principio


cuando tienes que hacerte un hueco en el mercado, darte a conocer y comenzar con
tus clientes.

Tu vida social, sobre todo al principio se resiente, no tienes tiempo para otra cosa que
no sea trabajar. Además es muy común que esa mayor dedicación genere hábitos
dañinos para tu salud, menos horas de descanso, mala alimentación, etc.

Riesgo económico

Este es uno de los puntos que más asustan a los futuros emprendedores: la posibilidad
de tener pérdidas económicas.

Al inicio del proyecto los ingresos son escasos, pero los gastos siempre están presentes
(pago del alquiler, compra de mercancía, impuestos, etc.). Si no se dispone de
capacidades de gestión y una auténtica visión de negocio nuestros ahorros o nuestro
patrimonio se puede ver afectado.

Esta situación se ve agravada por las difíciles condiciones de acceso a la cobertura


social en caso de cierre de la actividad: es complicado acceder a una prestación por
desempleo y se generan unas pensiones inferiores a las que se obtienen por cuenta
ajena.

Mayores preocupaciones.

Esa mayor dedicación y la posibilidad de incurrir en pérdidas económicas son una carga
adicional para tu mente. Y eso constituye un desgaste que si no gestionas
adecuadamente puede acarrear ansiedad, estrés y angustia. Emprender en ocasiones
es una montaña rusa de emociones.

Ahora no puedes desconectar como cuando trabajas por cuenta ajena y llegas de la
oficina o de la tienda que pertenece a otra persona. Las preocupaciones aparecen y
llenan tu mente: esperas que el proveedor traiga la mercancía en el plazo que te dijo,
que los clientes se interesen por tu producto, tener efectivo para pagar los impuestos
el mes que viene, etc.

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Incertidumbre

Es la palabra que mejor define la situación del emprendedor. Conforme el negocio se


vaya consolidando esta incertidumbre puede ir desapareciendo en cierta medida pero
lo cierto es que siempre te manejarás en ella. En los inicios la incertidumbre es
máxima. Se depende de uno o pocos clientes por lo que la posibilidad de perderlos es
una amenaza constante. Además, en un entorno tan cambiante como el actual
deberás ser capaz de adaptarte y sobrellevar de la mejor manera posible ese vértigo
que genera la incertidumbre.

7. BIBLIOGRAFIA:
- Empresa e Iniciativa Emprendedora. Eneko Martinez Goikolea. Santillana
- Empresa e Iniciativa Emprendedora. Eva Asensio y Beatriz Vázquez. Paraninfo
- Empresa e Iniciativa Emprendedora. Eugenia Caldas, Reyes Carrión y Antonio
Heras. Editex
- www.infoautonomos.com

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