La iniciativa emprendedora
1. INTRODUCCIÓN
2. LA AVENTURA DE EMPRENDER
Emprender no es una decisión fácil y tampoco es una situación que esté al alcance de
todas las personas: algunas no emprenderán por falta de recursos económicos, otras
por no tener una idea clara del proyecto empresarial, otras por tener aversión al
riesgo, etc.
El caso es que la aventura de emprender parece una opción reducida a unos pocos.
Actualmente se estima que en torno al 10 por ciento de las personas que tienen una
idea emprendedora consiguen hacerla finalmente realidad. Este simple dato
estadístico nos puede dar una breve referencia del tortuoso camino que se puede
realizar.
El proceso de poner en marcha no debe ser una decisión tomada a la ligera. Debe ser
fruto de un análisis exhaustivo de nuestros recursos económicos, nuestra idea de
negocio, un plan de viabilidad, un conocimiento de nuestro mercado y nuestra
clientela y sobre todo estar formado en nuestro sector del mercado. De la suma de
todos estos factores más otros que no controlamos (la situación económica del país,
de tu entorno más directo, de la competencia, de variables relativas a los clientes, etc.)
dependerá el resultado exitoso o fallido de nuestra aventura.
1
3. FACTORES QUE INTERVIENEN EN LA DECISIÓN DE EMPRENDER
Factores personales:
Son los relativos a tu personalidad, tus recursos, valores, tus necesidades, deseos,
objetivos, etc.
Igualmente requiere que seas, innovadora y con iniciativa, capaz de crear nuevos
productos o servicios que te diferencien de la competencia.
También es preciso que tengas un alto grado de perseverancia. Difícilmente las cosas
salen bien a la primera vez y se suele afirmar que un proyecto empresarial comienza a
consolidarse a partir de los tres años de vida. ¿Estás dispuesto a realizar ese esfuerzo?
Por otro lado, tienes que considerar tus recursos, aquello en lo que posees
habilidades, conocimientos, experiencias, etc. Se trata en definitiva en identificar
“¿qué es lo tuyo?”, aquello en lo quieres un apasionado o un especialista.
Un especial apartado de interés debe ser, sin duda, considerar tus valores vitales. Son
los principios fundamentales que guían tu vida y te motivan a hacer las cosas que
haces a diario. Nos pasamos la vida tratando de satisfacer nuestros valores y en cierto
sentido, nuestra calidad de vida, nuestro bienestar y en definitiva, nuestra felicidad,
está directamente relacionada con el grado en que satisfacemos nuestros valores.
Y como uno de los aspectos motivacionales más importantes están tus necesidades,
tus deseos, tus objetivos profesionales y vitales. En función de estos objetivos decidirás
tal vez emprender. Tal vez sueñas ser tu propio jefe, tener autonomía en tu trabajo,
decidir cuando trabajas y la forma en que se realizan los procesos en tu empresa.
Factores socioculturales:
Sin embargo, vivimos una etapa de cambios en los que tras la crisis económica y la
lenta recuperación del trabajo se está produciendo un cambio de paradigma, aunque
lo cierto es que son por causas no deseadas e involuntarias. Así, las personas
desempleadas de edades superiores a los 45 años, tras constatar las dificultades para
reinsertarse en el mercado laboral se ven abocadas a iniciar una carrera profesional
por cuenta ajena, al carecer de expectativas de ser empleados por una empresa. Se
empuja a ser emprendedor a la fuerza.
Factores socioeconómicos:
A nivel individual influye también influye de una manera directa y determinante tus
recursos económicos y tu nivel actual de ingresos. Pese a que puedes no requerir una
gran inversión para iniciar tu actividad, es conveniente tener un margen de ahorros en
los que poder apoyarte durante el inicio de la actividad hasta que se generen y
consoliden los ingresos.
Aunque es cierto que nacemos con ciertas dotes o cualidades el emprendedor tiene
que formarse en el ámbito al que va a dirigirse. La necesidad de especialización y los
cambios que ocurren en el mercado requieren un continuo reciclaje. No basta el stock
de recursos con los que naces.
Literalmente puede ser cierto, dar de alta un negocio está al alcance de todos. Se trata
de una serie de trámites burocráticos, pero el sentido de la frase va más allá. De lo que
se trata no es de iniciarlo, sino mantenerlo y consolidarlo. Se requiere de un nivel de
esfuerzo y de voluntad, así como de capacidad de gestión que no está al alcance de
cualquiera. El indicador de mortalidad empresarial en España para el año 2015 es claro
en ese sentido: solamente sobrevive a los cinco años de actividad el 29 por ciento de
las empresas.
Falso, no tiene nada que ver. Las personas que no temen al riesgo son las temerarias,
no las emprendedoras. Normalmente el emprendedor siente el mismo miedo que
quienes no emprenden. La única diferencia es que los emprendedores a pesar el
miedo deciden dar el paso. Se informan y valoran el riesgo y finalmente lo asumen.
Totalmente falso. En primer lugar el talento puede ser condición necesaria pero no
suficiente para alcanzar el éxito o al menos la supervivencia económica. Existen más
factores como la situación económica del país, el sector del mercado al que te diriges y
la competencia. Se estima además que la consolidación del proyecto se produce a
partir del quinto año.
Cualidades personales:
Iniciativa:
Creatividad:
Autonomía:
Perseverancia:
Sentido de la responsabilidad:
Capacidad de visión
Innovación
Líder:
Colaborativo:
Comunicativo:
Debes ser consciente de que la decisión de emprender acarrea una serie de ventajas y
desventajas que debes analizar antes de dar el paso definitivo. A continuación se
enumeran las más importantes.
VENTAJAS:
Autonomía:
Es una de las primeras ventajas que nos vienen a la cabeza a la hora de ser
emprendedor. Se refiere a la capacidad para tomar sus propias decisiones sin
necesidad de rendir cuentas a nadie. El emprendedor no tiene jefe. Esta autonomía se
manifiesta de diversas formas: decide el horario, la forma de trabajar, las personas con
las que colabora, la distribución de su tiempo, etc.
Niveles de ingresos:
El emprendedor lucha por su negocio por lo que tiene que tratar de mejorar
diariamente para sobrevivir a la competencia. Tiene que dar lo mejor de sí mismo,
formarse, capacitarse y afrontar nuevos retos, desarrollar nuevos productos y
servicios. Estas circunstancias provocan que el emprendedor deba salir de su “zona de
confort” y ello conlleva un amplio desarrollo de habilidades tanto a nivel personal
como profesional.
El emprendedor es consciente del grado de mejoría que experimenta, sabe que se está
desarrollando y ello genera mayores cotas de satisfacción.
Flexibilidad en el tiempo:
Estabilidad en el empleo
En el contexto laboral actual el “trabajo para toda la vida” como empleado parece
desaparecer, en favor de una mayor movilidad laboral. Se prevé que los trabajadores
prestarán sus servicios en diferentes empresas y en diferentes ocupaciones.
La persona que trabaja por cuenta propia no está exento de la incertidumbre sobre el
futuro ni tiene garantizado su negocio, pero la continuidad o no de su actividad
dependerá exclusivamente de su capacidad para hacer rentable su actividad y no de
otro tipo de decisiones.
Mayor dedicación
Tu vida social, sobre todo al principio se resiente, no tienes tiempo para otra cosa que
no sea trabajar. Además es muy común que esa mayor dedicación genere hábitos
dañinos para tu salud, menos horas de descanso, mala alimentación, etc.
Riesgo económico
Este es uno de los puntos que más asustan a los futuros emprendedores: la posibilidad
de tener pérdidas económicas.
Al inicio del proyecto los ingresos son escasos, pero los gastos siempre están presentes
(pago del alquiler, compra de mercancía, impuestos, etc.). Si no se dispone de
capacidades de gestión y una auténtica visión de negocio nuestros ahorros o nuestro
patrimonio se puede ver afectado.
Mayores preocupaciones.
Esa mayor dedicación y la posibilidad de incurrir en pérdidas económicas son una carga
adicional para tu mente. Y eso constituye un desgaste que si no gestionas
adecuadamente puede acarrear ansiedad, estrés y angustia. Emprender en ocasiones
es una montaña rusa de emociones.
Ahora no puedes desconectar como cuando trabajas por cuenta ajena y llegas de la
oficina o de la tienda que pertenece a otra persona. Las preocupaciones aparecen y
llenan tu mente: esperas que el proveedor traiga la mercancía en el plazo que te dijo,
que los clientes se interesen por tu producto, tener efectivo para pagar los impuestos
el mes que viene, etc.
7. BIBLIOGRAFIA:
- Empresa e Iniciativa Emprendedora. Eneko Martinez Goikolea. Santillana
- Empresa e Iniciativa Emprendedora. Eva Asensio y Beatriz Vázquez. Paraninfo
- Empresa e Iniciativa Emprendedora. Eugenia Caldas, Reyes Carrión y Antonio
Heras. Editex
- www.infoautonomos.com