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Todos hemos dicho alguna vez de alguien… “cómo miente, seguro que es

un mentiroso compulsivo”. Sin embargo, ¿cuál es la diferencia entre una


persona que miente y un mentiroso compulsivo? ¿Todas las personas que
mienten padecen de trastorno de pseudología fantástica (es decir, mentira
compulsiva)? ¿En qué punto radica la diferencia? ¿Qué rasgos suelen tener
en común este tipo de personas?
Todas las personas, a lo largo de nuestra etapa vital, hemos dicho alguna
mentira. Ésta se utiliza con una función, ya sea obtener un beneficio (“he
estudiado todo el día, ahora puedo salir”), evitar una consecuencia
negativa (“estoy enfermo, no puedo ir a trabajar“), las llamadas mentiras
piadosas para evitar, en cierta medida, dañar a alguien (“no eres tú, soy
yo”) u ofrecer una imagen positiva (“estaba a punto de llamarte”), así
como evitar conflictos: “tienes razón”. Éstas son algunas de las razones
por las que la gente utiliza la mentira como una manera de relacionarse en
la vida cotidiana.
Es importante aclarar que una persona que miente no padece por ello un
trastorno, por lo tanto, ¿en qué punto podemos considerarlo como tal?
La mitomanía (también llamada pseudología fantástica o mentira
compulsiva) fue descrita por primera vez por Dupré (1900) como una
tendencia patológica a inventarse episodios de su propia vida, tratándose de
una entidad clínica específica, aunque actualmente es considerada como un
síndrome o conjunto de síntomas más que un trastorno en sí mismo.
Las personas que padecen mitomanía o mentira compulsiva son aquellas
que sin una causa específica inventan hechos o narraciones fantaseadas a
causa de una necesidad afectiva. Estas personas se valen de la mentira en
situaciones cotidianas en las que no es necesario hacerlo, y no como fin
para conseguir ningún objetivo o cambio, a diferencia de una mentira
simple. En múltiples circunstancias pueden contar historias o aventuras en
cierto modo probables y cercanas a la realidad. También acostumbran a
mezclar detalles falsos y hechos reales en su narración, por lo que en
muchas ocasiones resulta complicado dudar acerca de la veracidad de sus
relatos, y pueden finalmente no ser capaces de distinguir entre sus fantasías
y la realidad.
Con el tiempo aprenden a creérselas, dándoles una categoría social de
realidad, perdiendo el dominio de sus propias mentiras. Cuando se les
confronta acerca de ellas, la persona tiende a generar nuevas fantasías. No
pueden dejar de mentir, volviéndose adictas a ello, ya que utilizan este
medio como forma de comunicación y para relacionarse con los demás.
Algunos de los ejemplos más famosos son: Enric Marco, que afirmó ser
víctima del régimen nazi, llegando a estar años en un campo de
concentración, dedicando su vida a dar diversas conferencias a lo largo del
mundo relatando su experiencia. También Alicia Esteve, que afirmaba estar
presente en el atentado del 11 de septiembre, llegando a representar a una
asociación de víctimas de los atentados de las torres gemelas.  En ambos
casos se descubrió que mentían.

¿Por qué mienten estas personas?


Las motivaciones varían en función de cada persona y las experiencias que
ha vivido; sin embargo, sí existen ciertos rasgos que suelen ser comunes,
como una falta de aceptación de su propia realidad, siendo personas con
una baja autoestima, utilizando la mentira como un modo de huir de ella,
sustituyéndola por una ficción más deseable para esa persona. En los casos
expuestos anteriormente, utilizan la mentira como un medio para construir
una nueva identidad.
Por lo general, la mentira compulsiva es común en alguno de los siguientes
cuadros clínicos:

 Personalidad histriónica: aquellas personas que sienten la necesidad


de ser el centro de atención, con cambios rápidos a nivel emocional,
que utilizan la teatralización y expresión exagerada de las emociones.
Normalmente, en sus relatos son protagonistas (héroes o víctimas) en
temas relacionados con la sexualidad.
 Personalidad antisocial: personas impulsivas, con presencia de
irritabilidad o agresividad y con ausencia de remordimiento e
incumplimiento por las normas sociales. En sus fantasías, los relatos
tendrían como objetivo la justificación de su propia conducta u
ocultación de un delito.
 Síndrome de Munchausen por poderes: en el que el individuo inventa
o induce síntomas; tanto a sí mismo como a los demás, obteniendo así
un rol de enfermo o incluso llegando a provocar enfermedades reales
en otros.
 Personalidad límite: relaciones personales inestables, inestabilidad
del yo, impulsividad y con presencia crónica de sensación de vacío.
Suelen utilizar la mentira para aumentar su autoestima e idealización.
 Personalidad narcisista: personas caracterizadas por ideas de
grandeza, necesidad constante de admiración, falta de autoestima y
déficit empático. Las fantasías tienen como base éxito ilimitado, amor
idealizado, brillantez o belleza irreal.
Por tanto, ni alguien que dice muchas mentiras padece un trastorno ni tiene
por qué tratarse de una persona mentirosa compulsiva. Todos hemos
empleado la mentira en alguna ocasión, con el objetivo de obtener un
beneficio. Sin embargo, los mentirosos compulsivos no pueden evitar hacer
de la mentira su modo de interacción con la realidad, sin ninguna
expectativa de beneficio personal o ganancia asociada, como ocurriría con
la simple mentira.
En la mayoría de estos casos, estas personas no solicitan voluntariamente
apoyo psicológico; o si lo hacen, es por otros motivos.

REFERENCIAS

 Casas, R. y Zamarro, M. (1990). La mitomanía en la clínica actual. A


propósito de un caso clínico. Revista de la Asociación Española de
Neuropsiquiatría. 10 (34), 345-353.
 Oliveros, S. (2017). Mitomanía o pseudología fantástica, la vida en
un mundo paralelo. Recuperado
de: https://www.grupodoctoroliveros.com/mitomania-o-pseudologia-
fantastica-la-vida-en-un-mundo-paralelo.
 Dithrich, C. W. (1991). Pseudologia fantastica, dissociation, and
potential space, in child treatment. International journal of psycho-
analysis, 72, 657-667.
 Dike, C.C, Baranoski, M. y Griffith, E.E. (2005). Pathological lying
revised. Journal of the American Academy of Psychiatry and the Law
Online. 33(3), 342-349.

La pseudología fantástica se caracteriza por el arte de mentir de modo


fluido con aires de grandiosidad para crear un personaje más aceptado por
la sociedad. El paciente es conocedor de sus mentiras, aunque finalmente
termina por aceptarlas e integrarlas en su realidad. Vive por y para la
mentira. El beneficio que el pseudologo obtiene es el ser cuidado, es decir
el rol de enfermo. El diagnostico no es fácil y podemos errar al sospechar
estados disociativos, simulación o psicosis indiferenciadas en las formas
más abigarradas. Es por ello que presentamos el siguiente caso clínico.
Paciente de 52 años recientemente divorciado de su tercer matrimonio.
Trabaja como funcionario. Antecedentes psiquiátricos consta T. adaptativo
tras divorcio hace tres meses. Acude solo, por iniciativa propia, a los
servicios de urgencias a altas horas de la madrugada. En urgencias
se muestra tranquilo, consciente, orientado, verbaliza ansiedad aunque con
escasa resonancia, con discurso perseverante, en ocasiones mutista con
latencia en respuesta. Habla de logros conseguidos, pero sin ánimo
expansivo ni contenido delirante. muestra conducta inadecuada. En planta
de hospitalización explica lo sucedido en los días previos centrado en las
relaciones sentimentales. Nos comenta sus múltiples hazañas como “He
cazado una cabeza de búfalo”. Se observa que muestra habilidades
manipulativas con el personal y pacientes realizando comentarios de falsas
agresiones. Habla de falsos méritos de la familia “mi hija va a estudiar en
Houston”. La familia refiere que el paciente tiene habilidad para mentir
desde la adolescencia más acentuada en el último año, ocasionándole
problemas en la relación con iguales. Conclusión: El paciente presenta
una personalidad premórbida histriónica con hábitos mitómanos que
tras crisis vital han desencadenado la presentación de pseudología
fantástica. El tratamiento indicado fue terapia cognitivo conductual,
reforzando aspectos funcionales del paciente y aceptando situación
sentimental actual, no se observa mejoría con fármacos.

Mentiroso compulsivo o mitómano: ¿Cómo dejar de mentir?

¡Qué levante la mano quien no haya dicho alguna mentirijilla en


algún momento de su vida! Puede que, por no molestar a
alguien, por evitar preocupaciones o simplemente por conseguir
algún objetivo concreto. Todos, absolutamente todos, en alguna
ocasión hemos mentido sin necesidad de ser un mentiroso
compulsivo.
No obstante, es importante establecer la diferencia que existe
entre haber mentido alguna vez de manera esporádica y aquellas
personas que sufren mitomanía. O lo que es lo mismo, aquellos
que son mentirosos compulsivos.
Mitomanía: La enfermedad de los mentirosos compulsivos
La mitomanía o enfermedad de los mentirosos es un síndrome
poco conocido, pero que presentan más personas de las que
cabría pensar. Sin embargo, a día de hoy, no es considerado un
trastorno psicológico.
¿QUÉ ES LA MITOMANÍA?
La mitomanía es la necesidad irremediable de decir mentiras ,
muchas de estas, sin un sentido o motivación concreta. En
consulta un paciente me contaba:
El otro día mentí sobre lo que había comido. ¿Por qué? no lo
sé. Es como que te acostumbras a no decir la verdad, sobre
todo, porque piensas que la verdad no está bien y te inventas
algo rápido.
La mentira compulsiva se acaba convirtiendo en un
automatismo mental cuando llevamos mucho tiempo
transformando la realidad. En un principio la mentira suele ser
para lograr reconocimiento o éxito social, con el tiempo se
convierte en un problema.
Síntomas de la enfermedad de mentir
Debemos diferenciar las mentiras piadosas que a veces
utilizamos como último recurso para salir del paso, de las
mentiras compulsivas o lo que se conoce como trastorno
mentiroso compulsivo. De hecho, un estudio de la Universidad
de Massachusetts determinó que en torno a un 60% de la
población miente durante una conversación. Pero claro, no es lo
mismo decirle a nuestra amiga que está guapa con ese vestido
que tanto le gusta para evitarle un disgusto, que crear una
historia inverosímil e increíble que no nos la creamos ni
nosotros.
La mitomanía va un paso más allá. Se puede definir como la
tendencia a fabular o a transformar la realidad al contar una
situación. Los mentirosos patológicos suelen ser personas
inseguras con  miedo al rechazo , con una baja autoestima y
que normalmente carecen de habilidades sociales .
Una persona mentirosa compulsiva no solo inventa situaciones
que no han ocurrido, sino que es miente en cuanto a su edad, sus
experiencias pasadas, su profesión, su familia, Llega incluso un
momento en que no discierne entre lo verdadero y lo inventado.
¿MENTIROSOS PATOLÓGICOS?
Se trata de personas que son capaces de mentir compulsivamente
para intentar llenar su vacío emocional. Sería algo así como “mi
vida está vacía y con mis mentiras intento llenarla ”. Cuentan a
los demás aquello que les enorgullece. Sus relatos no esconden
la vida que tienen, sino la vida que desearían tener . Se trata
de una especie de estrategia para eludir la realidad y
conseguir el respeto o la aprobación de otras personas. Debajo
de esas mentiras se puede observar un deseo excesivo de llamar
la atención.
Tras la primera mentira, aparece la segunda, luego la tercera y
así sucesivamente. Lo cual desencadena una historia totalmente
estructurada para el mentiroso patológico. Ya lo afirmaba
Alexander Pope, poeta británico, cuando decía que “ el que dice
una mentira no se da cuenta del trabajo que emprende, pues
tiene que inventar otras mil para sostener la primera ”. Las
mentiras se convierten en un hábito, una especie de círculo
vicioso del que es muy difícil salir.

¿Por qué las personas mienten?


Seguro que te has hecho esta pregunta miles de veces, que
razones tiene un mentiroso compulsivo para mentir. La mentira
en cierta forma, es una estrategia para la vida. Sin embargo, el
problema comienza cuando esta acapara gran parte de la misma.
En ese sentido, la razón por qué las personas mienten tiene
mucho que ver con el miedo y la vergüenza.
LA MENTIRA COMO MECANISMO DE DEFENSA
Detrás de la mayoría de las películas (sobre todo de las
infantiles) se esconde una enseñanza para los más pequeños. Y
por qué no, también para los adultos. Es posible que todos
conozcamos la película de Pinocho. En ella el protagonista, una
marioneta en forma de niño que cobra vida, miente para
protegerse.
Es decir, utiliza el mentir compulsivamente como una especie de
mecanismo de defensa . Esto ocurre en muchas ocasiones con
los más pequeños. A partir de los 4 años, los niños para evitar
regañinas o castigos, echan alguna mentira piadosa. Qué
casualidad que ese jarrón que tanto le gustaba a mamá lo haya
roto el perro justo cuando él estaba jugando con la pelota.
¿Y cómo se daban cuenta los demás? Porque supuestamente en la
película, cuando se miente la nariz crece. Aunque parezca algo
imposible, no resulta tan descabellado. Investigadores de la
Universidad de Granada han descubierto que la nariz delata a
aquellos que mienten. No es que crezca, sino que cambia de
temperatura.
Solemos identificar a un mentiroso compulsivo patológico
cuando por ejemplo cambia sus historias constantemente o
exagera mucho los detalles. Se observa una distorsión de la
realidad frecuentemente. A pesar de que en un principio se
busque un beneficio inmediato llega un momento en que esto se
cronifica y las mentiras se producen sin motivo aparente.
¿Existen los niños mentirosos compulsivos?
En primer lugar, hay que dejar claro que es completamente
normal que los niños mientan, así que como padres o madres. no
debemos asustarnos si nuestro hijo nos miente.
De hecho, es que es que aprender a mentir es una habilidad
básica para la vida.
Sin embargo, de cara a que de adultos no se desarrollen el
problema de la mentira compulsiva, es importante que desde
pequeños les brindamos un espacio de apertura y acogida donde
se pueden contar las cosas sin juicio.
Concluyendo, no existen los niños mentirosos compulsivos ,
existen los adultos potencialmente mentirosos compulsivos.
Tratamiento de los mentirosos compulsivos

Hay varios refranes que hablan sobre las mentiras. Por ejemplo,
“las mentiras tienen las patas muy cortas ” y “se pilla antes a un
mentiroso que a un cojo”. Las personas que son engañadas
acaban dándose cuenta de las situaciones inventadas y mostrando
gran desconfianza. Aristóteles expresó que “ el castigo del
embustero es no ser creído, aun cuando diga la verdad ”. Por eso
la mentira en sí misma no es solo el único peligro que se corre al
mentir, sino la posibilidad de que te vuelvan a creer.
Ellos mismos no serán conscientes de que debajo de sus mentiras
existe un problema de fondo. A pesar de no considerarse un
trastorno - el DSM-V, Manual Diagnóstico y Estadístico de los
Trastornos Mentales no lo recoge - es una situación que conlleva
un gran desajuste. De ahí la importancia de familiares y amigos
de confrontarle buscando la reflexión y el posterior
reconocimiento del problema.
CÓMO DEJAR DE MENTIR COMPULSIVAMENTE
Lo ideal es buscar ayuda profesional de un psicólogo
especializado. El tratamiento más efectivo se da a través de la
terapia cognitivo-conductual . En un primer momento sería vital
mejorar y realzar la autoestima para que la persona mentirosa
compulsiva no sienta la necesidad de inventar situaciones y se
sienta segura y satisfecha con su vida. Tras ello lo ideal es
consolidar sus habilidades sociales y aprender técnicas de
resolución de conflictos.
Si os interesa el tema recomiendo ver la película “Mentiroso
Compulsivo” (1997) protagonizada por Jim Carrey. En ella su
protagonista, un abogado, miente de manera exagerada tanto en
su vida profesional como personal.
CÓMO AYUDAR A UN MENTIROSO COMPULSIVO
Las relaciones con una persona que sufre la enfermedad de
mentir compulsivamente no es nada sencilla. Uno de los mayores
problemas, es que es complicado distinguir cuando la persona de
verdad tiene un problema y cuando simplemente es un o una cara
dura.
Las personas mentirosas compulsivas, mienten sobre todo ante la
vergüenza de mostrarse tal y cómo son. De manera qué, la mejor
forma de ayudar a un mentiroso compulsivo, es teniendo
paciencia y transmitiendo un mensaje de aceptación a esa
persona.
Referencias bibliográficas:
 Casas Rivera, R., & Zamarro Arranz, M. L. (1990). La
mitomanía en la clínica actual. A propósito de un caso
clínico. Revista de la Asociación Española de
Neuropsiquiatría., 10(34), 345-344.
 Gluck-Vanlaer, N. (2000). Trastornos de la
personalidad. EMC-Tratado de Medicina, 4(1), 1-8.
Mitomanía: la mentira puede convertirse en una enfermedad
La mitomanía es un trastorno patológico que consiste en falsear la
realidad como vía de escape para obtener aprobación o admiración.
Explicamos más detalladamente esta patología en el artículo.

La mitomanía o mentira patológica, término acuñado por Anton Delbrueck,


y posteriormente utilizado por  Ernest Dupré, puede definirse como la
expresión de acontecimientos inventados no del todo improbables, de cuyo
relato el autor obtiene una ventaja.

Literalmente procede de “mythos”, palabra griega que significa mentira y


de “manía” o compulsión.
Dentro de las personas que padecen este trastorno, algunas llegan a admitir
que mienten, por lo que tienen conciencia de hacerlo. Sin embargo, en otros
casos no ocurre así.
Lo característico de estas personas es que las mentiras no son consecuencia
de encontrarse en una situación especialmente comprometida o en que
exista presión social, a modo de excusa para hacer lo que uno quiere, en
lugar de lo que quieren los demás evitando enfrentamientos.

Nadie nace mentiroso, se trata de una forma de adaptación al ambiente. La


mitomanía, en este sentido, puede relacionarse en cierto modo con la
denominada pseudología fantástica, bastante frecuente en los niños, e
incluso con los “falsos recuerdos”, entendiendo por tales experiencias de
sucesos que nunca ocurrieron, pero que la persona que los cuenta cree que
han tenido lugar. Una especie de mentira, a veces sobre la base de las
propias fantasías, contada tantas veces que se convierte en verdad para el
sujeto que la cuenta.

Adicción a mentir

Podría decirse que la adicción a mentir es precisamente lo que diferencia a


un mitómano de un mentiroso.
Cuando un mentiroso usa una mentira tiene una finalidad. Trata de
protegerse, defenderse…

Cuando un mitómano miente, no existe una motivación específica. En la


mayoría de las ocasiones, el mitómano miente sin que exista ningún tipo de
necesidad para ello. Es como si sintieran como reales cosas que no lo son, o
se creyesen sus propias mentiras y las viesen como realidades.

Consecuencias de la mitomanía

Mentir compulsivamente, no resulta inocuo. Por un lado, mentir con


frecuencia puede ser un síntoma de una enfermedad mental. Pero además,
las constantes mentiras generan en el entorno una falta de confianza. Lo
que tiene como grave consecuencia que repercute en las relaciones, las
amistades y la familia del mitómano.
Sin embargo, no se trata de un trastorno incurable. Para su tratamiento, la
psicoterapia o ayuda psicológica parece la mejor opción. Si bien, es
extremadamente raro que el tratamiento comience a iniciativa del
mitómano.

Los especialistas apuntan como posibles causas de la mitomanía:

 La mentira es para el mitómano una especie de refugio


frente a la realidad.
 Insatisfacción.
 Gracias a las mentiras, la persona mira su situación con
otros ojos. Se ve engrandecido/a.
 Pueden sufrirse trastornos de la personalidad. Como
trastorno límite de la personalidad o trastorno de personalidad
narcisista. En especial, personas superficiales o frívolas,
inconstantes e irresponsables.
 Pueden sufrirse otro tipo de enfermedades mentales.
 Necesidad de afecto, aprobación o admiración.
 Necesidad de llamar la atención.
 Las mentiras pueden también mostrar al mitómano como
una víctima constante.
 Entornos en los que la realidad y las apariencias no van
de la mano.
 Como en la mayoría de los problemas de comportamiento,
otra causa de la mitomanía puede ser la autoestima baja.
Algunos mitómanos exageran las cosas buenas en su vida, otros las cosas
negativas. Por ello, el conocimiento de la historia personal de la persona
puede ayudar a identificar patrones mentira.

Mitomanía: síntomas, causas y tratamiento


Por Terapify: Psicólogos en línea / Mitomanía / 23 comentarios

La mitomanía también se conoce como pseudología fantástica. Es un


problema al que se le debe prestar atención.

Es un trastorno psicológico que consiste en una conducta repetitiva del acto


de mentir.

Por medio de sus mentiras, el mitómano busca beneficios inmediatos. 


Tales beneficios pueden ser la admiración o la atención.

De igual forma, es necesario saber que las mentiras de un mitómano se


originan espontáneamente.

Una mitómana miente con la finalidad de evitar un castigo, o justificar una


impuntualidad o incumplimiento.

La mitomanía es una conducta adictiva, se adquiere por repetición, y es


reforzada con la impunidad o atención que se logra.

Un estudio determinó una prevalencia de casi 1 mitómano de cada 1.000


menores de edad y 10 de cada 100 en la etapa adulta.
En la Universidad del Sur de California, una investigación reveló que en un
40% de los casos de mitomanía, las personas presentan epilepsia y
antecedentes traumáticos o de infección.

La ayuda de un psicólogo online o de uno presencial, será positiva para


superar este tipo de trastorno.

Síntomas de la mitomanía

La mitomanía es un trastorno psicológico cuyos síntomas puedes


identificarse con un poco de consciencia sobre sí mismo.

Tan solo debes prestar atención a los siguientes signos:

 Niveles de ansiedad elevados cuando se presentan las


condiciones ideales para mentir.
 Pensamientos frecuentes que incitan a mentir.
 Dificultad para resistir el impulso de mentir.
 Satisfacción cuando no se descubren las mentiras.
 Baja autoestima
 Pocas habilidades sociales
Además de estos síntomas, se puede identificar a una persona con este
trastorno porque progresivamente va incrementando la magnitud de sus
mentiras.

También se debe tener en cuenta que la mitomanía puede ser parte de otros
problemas mentales, y que se presente junto a otras adicciones.

Es por ello que, ante la presencia de los síntomas mencionados, se acuda a


un especialista para que establezca el diagnóstico y correspondiente
tratamiento.

Causas de la mitomanía

Las causas de la mitomanía se han estudiado en los últimos años desde


ciencias como la biología.

Un estudio publicado en el British Journal of Psychiatry, establece que una


de las causas de la mitomanía es un desequilibrio neurológico.
El estudio establece que los mitómanos tienen un incremento de materia
blanca del cerebro.

Según el Journal of Neuropsychiatry and Clinical Neurosciences, los


mitómanos sufren de disfunción hemitialámica derecha.

También hay causas psicológicas como la baja autoestima, que los lleva a
buscar atención.

Tratamientos para la mitomanía

Para combatir la mitomanía se necesita reeducar la percepción de la


realidad del paciente. Y esto requiere tanto de la ayuda de un psicólogo
como del compromiso del paciente.

Una desventaja es que el mitómano no reconoce su problema. Por lo tanto,


no busca la ayuda profesional o se inventa mentiras para no asistir a
consultas.

El tratamiento más efectivo es la psicoterapia. Para lo que se necesita la


participación de un psicólogo online o convencional.
Hay tratamientos a base de psicofármacos, que deben ser suministrados
exclusivamente por un especialista. Por lo general estos tratamientos
dependen de la presencia de síntomas de otros tipos de trastornos
psicológicos.

En caso de presentar algunos de los síntomas de la mitomanía, no dudes en


consultar a un profesional.

La ayuda a tiempo te permitirá librarte de las consecuencias de este


trastorno de la personalidad.

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será de mucho beneficio para tus amigos.
 Cómo ayudar a un mentiroso compulsivo

 Valoración: 4,7 (3 votos) 3 comentarios

Por Zoraida Luque. 3 febrero 2020

¿Convives con alguna persona que dice mentiras? ¿Te hace sentir estúpida
cuando te cuenta historias que sabes que no son ciertas? ¿Te has
preguntado si se debe a una enfermedad? En Psicología-Online te contamos
todo lo relacionado con los mentirosos compulsivos para que sepas cómo
tratar y ayudar a un mentiroso patológico.
También te puede interesar: Cómo eliminar pensamientos obsesivos
compulsivos
Índice
1. Qué es un mentiroso compulsivo: características
2. ¿Por qué miente un mentiroso compulsivo?
3. Cómo tratar a un mentiroso compulsivo
4. Cómo ayudar a una persona mitómana
Qué es un mentiroso compulsivo: características
Las personas que tienen tendencia patológica a mentir o mentirosos
compulsivos se conocen como mitómanos. La mitomanía no está
contemplada en el DSM como un trastorno aislado ni como una
enfermedad, pero tienen síntomas de diversas patologías.
Cómo es un mentiroso compulsivo
Las personas mentirosas compulsivas presentan las siguientes
características:
 Los mitómanos son conscientes de que mienten y lo hacen
generalmente sin pensar en las consecuencias que puedan tener sus
mentiras.
 Suelen mentir sobre su vida, sus logros, su trabajo, su
economía, sus relaciones sociales… incluso en cuestiones sobre las
que en realidad no necesitan mentir.
 No es fácil identificarlos porque elaboran historias bastante
realistas y añaden muchos detalles. Son capaces de contar una
misma historia de forma diferente a personas diferentes para que sea
más creíble.
 Además, acaban creyendo sus propias mentiras y se
ofenden cuando alguien las pone en duda.
 Sin embargo, las mentiras son mentiras después de todo y
cuando pasa el tiempo su versión de la historia puede cambiar
debido al olvido. Es entonces cuando empezamos a sospechar. A
veces, incluso nos incluye en sus historias y eso sí que nos hace
darnos cuenta de que no son reales.
 Los mentirosos compulsivos se diferencian de los psicóticos
en que, aunque se dejen llevar por sus historias de fantasía, saben,
en el fondo, que están mintiendo.
 Suelen ser personas que no están a gusto con ellas mismas,
con cómo son y con sus circunstancias.
¿Por qué miente un mentiroso compulsivo?
El fin último de un mentiroso compulsivo es huir de una realidad que no
le gusta. Detrás d elos relatos inventados de un mitómano o mitómana hay
4 razones principales:
 Crean historias en las que ellos son como les gustaría ser. Se
protegen de la realidad con historias en las que aparecen como
valorados, trabajadores, ingeniosos, suertudos y otras características
deseables.
 Mienten para reclamar atención y recibir admiración por
parte de quienes le rodean.
 Los mentirosos mienten para evitar algo o excusarse, pero
los mitómanos lo hacen para quedar como personas extraordinarias
y no pueden parar de hacerlo. La mentira les proporciona placer y
satisfacción. Es por esto por lo que se asocia con las adicciones.
 Además la mentira reduce la ansiedad que le provoca el
fracaso, por lo que la conducta de mentir se refuerza
constantemente. Sin embargo, existen formas más adaptativas para
gestionar y superar el miedo al fracaso.
Cómo tratar a un mentiroso compulsivo
Las personas que conviven o se relacionan asiduamente con un mentiroso
compulsivo son los primeros en darse cuenta de lo que ocurre. Su primera
reacción es sentirse engañados, por lo que se rompe la confianza entre
ambos. Los mitómanos suelen perder sus relaciones sociales por este
motivo.
Si tienes que convivir con una persona así, seguro que te preguntas cómo
tratar a un mentiroso patológico. Cuando enfrentas a un mitómano con
su mentira, este se va a enfadar. Puede que invente mil historias más para
explicar esa que no te crees, que te diga que te lo va a demostrar y eso
nunca pase o que te suelte un “no puedo creer que no te fíes de mi” y se
retire ofendido evitando así hablar del tema. La cuestión es que no se suele
conseguir nada, por lo que te quedan dos opciones:
 Puedes disfrutar de tu relación con esa persona, pensando que
es un tipo peculiar y disfrutando de sus historias fantásticas. Eso
sí, no esperes sinceridad. Nunca sabrás si te está mintiendo o te
dice la verdad y es agotador pasarse la vida comprobándolo. Si el
mitómano es tu pareja puede que te aporte otros beneficios, como
amor, cariño, estabilidad económica… Pero en general la falta de
confianza acaba rompiendo las parejas.
 La otra opción, que es la habitual, es alejarte de esa
persona. Sus historias empiezan a aburrirte y sientes que te trata
como a un/a ingenuo/a por lo que poco a poco empiezas a prestarle
cada vez menos atención. Esto os va distanciando y suele acabar en
el fin de la relación. Si el mentiroso compulsivo es tu familiar,
probablemente lo evites y no cuentes con él para tomar decisiones
importantes, dado que no te puedes fiar.
Cómo ayudar a una persona mitómana
El mitómano no deja de ser un adicto a la mentira, pero difícilmente lo va a
reconocer.
Si eres una persona influyente para él o ella puedes y debes intentar que
acuda a un profesional. Probablemente su vida ya haya sufrido las
consecuencias de su adicción en forma de abandono, así que cabe la
posibilidad de que quiera recuperar su entorno social y acepte buscar
tratamiento.
Solo un profesional podrá descartar que su comportamiento se deba a otro
trastorno (también necesario de tratar) y le ayudará a salir de su adicción.
La terapia apropiada en estos casos es la cognitivo-conductual.
Ayudar a un mentiroso compulsivo no es tarea fácil, pero tampoco
imposible. A continuación, tienes 10 consejos sobre cómo ayudar a una
persona mitómana:
1. Hazle saber que te das cuenta de sus mentiras.
2. Explícale cómo te sientes cuando alguien te miente.
3. Ponte en su lugar para intentar comprenderle y así poder
ayudarle mejor.
4. Sé asertivo/a cuando hables con él o ella del tema en cuestión.
Aquí encontrarás Técnicas para desarrollar la capacidad de la
asertividad.
5. Alértale de lo que podría ocurrir si descubren sus mentiras.
6. Alaba sus cualidades reales cuando tengas ocasión. Los
mentirosos compulsivos son inseguros y no tienen un buen
autoconcepto.
7. Explícale que sin mentiras evitaría la ansiedad y el miedo a
ser descubierto.
8. Pídele que se ponga en tu lugar y te cuente cómo se sentiría si
la situación fuera a la inversa.
9. Ayúdale a confeccionar una lista de los pros y los contras de
mentir. (Ganarán los contras).
10. Ofrécele tu colaboración y apoyo cuando decida acudir a un
profesional.

Técnicas para desarrollar la capacidad de la asertividad

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Por Héctor Linares Deza. Actualizado: 16 marzo 2018

Olga Castanyer Mayer-Spiess en su libro “La asertividad, expresión de una


sana autoestima” nos menciona 3 técnicas para desarrollar la capacidad de
la asertividad. Estas son la reducción de la ansiedad, algunas técnicas a la
hora de discutir y una reestructuración cognitiva.
En el siguiente artículo de Psicología-Online te vamos a explicar
las técnicas para desarrollar la capacidad de la asertividad en tu día a
día.
También te puede interesar: Cómo desarrollar la inteligencia
emocional
Índice
1. Técnicas para desarrollar la capacidad de la asertividad
2. Consejos para tratar con una persona hostil
3. Conclusiones
Técnicas para desarrollar la capacidad de la asertividad
Olga Castanyer Mayer-Spiess en su libro “La asertividad, expresión de una
sana autoestima” nos menciona 3 técnicas:
Técnicas de Reducción de ansiedad
Para reducir la ansiedad de forma física, existen dos técnicas que son
complementarias entre sí: la relajación y la respiración. Dentro de la
relajación encontramos dos tipos: la Relajación Progresiva (muscular) de
Jacobson y el Entrenamiento Autógeno de Schultz.
Técnicas de asertividad para discusiones
 Técnica del disco rayado: se trata de repetir el mismo
argumento una y otra vez, de forma paciente y tranquila sin entrar
en discusiones.
 Banco de niebla: se le da la razón a la otra persona, pero
evitando entrar en mayores discusiones. Se le dice en un tono de voz
calmado y convincente transmitiéndole a la otra persona que lleva
parte de razón en lo que dice.
 Aplazamiento asertivo: se pospone la discusión para otro
momento donde se controle más la situación.
 Relativizar la importancia de lo que se discute: se trata de
hacer ver que a veces es más importante no entrar en discusión y
comprender que ésta no lleva a ningún lado. Por ejemplo,
interrumpir una discusión con algún comentario del tipo "Quizás
esta discusión no tiene tanta importancia como le estamos dando".
 Técnica de ignorar: no se le sigue la discusión al otro pero a
través del lenguaje verbal y no verbal se le trasmite que no es una
desconsideración el ignorar el tema de discusión.
 Técnica de diferenciar un comportamiento de un modo de
ser: se le hace ver al otro que aunque incluso uno pueda haber
cometido un error, eso no implica que es una mala persona. Por
ejemplo, "Aunque hoy haya llegado tarde, eso no quiere decir que
sea impuntual".
 Técnica de la pregunta asertiva: se parte de la idea que la
crítica del otro es bien intencionada (aunque no lo sea). Se le hace
una pregunta para que nos clarifique lo que hemos hecho mal y
cómo podemos hacerlo bien. Por ejemplo: "Cómo quieres que
cambie para que esto no vuelva a ocurrir".

La reestructuración cognitiva
La reestructuración cognitiva es un método terapéutico de intervención con
la finalidad de procurar al cliente recursos suficientes para hacer su vida
más fácil frente a los problemas o conflictos que surgen a diario.
En la reestructuración cognitiva el terapeuta utiliza diferentes métodos para
cambiar esos pensamientos negativos haciendo que el cliente se dé cuenta
del tipo de cogniciones o lenguaje empleados que está usando para que
pueda modificarlos.
Con este método se le enseña al cliente la manera de identificar esas
creencias irracionales (Como por ejemplo "Cierta clase de gente es vil,
malvada e infame y que deben ser seriamente culpabilizados y castigados
por su maldad" o "Es más fácil evitar que afrontar ciertas responsabilidades
y dificultades en la vida") para que finalmente sean capaces de hacerlo por
sí mismos y mejorar así su calidad de vida. La finalidad última de la terapia
es la de dar al sujeto las herramientas necesarias para que se defienda ante
las inclemencias de la vida de forma saludable.

Consejos para tratar con una persona hostil


El Doctor Joaquín Pérez Férriz en su libro “Curso Comunicación Y
Desarrollo Personal” nos menciona “tips” de cómo realizar peticiones y
cómo tratar con una persona hostil:
Cómo realizar peticiones
 Cuando pidas algo, no lo hagas “a cambio” de otra cosa (es
decir, no aceptes ni realices chantajes morales o emocionales).
 No te justifiques ni te humilles ante el otro, pero tampoco le
coacciones o le hagas chantaje emocional.
 Considera que mereces lo que pides.
 Mantén siempre la calma y el autocontrol.
 Exprésate con claridad, sin rodeos.
 Si recibes una negativa, di que comprendes las razones del
otro. Si lo crees necesario y conveniente, vuelve a intentarlo en los
mismos términos.
Ante un interlocutor hostil
 No ser reactivo, es decir, no acalorarse ni seguir el juego en
las conversaciones alteradas. Permanecer sereno.
 No aceptes entrar en el juego de las conversaciones negativas
o malintencionadas.
 No contraargumentes ni lleves la contraria. Las
conversaciones malintencionadas no buscan llegar a acuerdos
mutuos, sino que pretenden manipular y desestabilizar.
 Si te critican abiertamente, puedes usar dos tácticas, según lo
requiera la situación: Pedir al otro que critique concretamente tus
actuaciones, no a ti mismo. Admitir la crítica de manera serena y
despreocupada. Es decir, admitir tan sólo que dicha crítica “puede
ser” cierta, lo que implica asimismo que “puede no ser” cierta con lo
cual no cedemos y mantenemos la calma.
 No te tomes las negativas, los reproches o las críticas de
manera personal. Evitarás resentimientos inútiles.
 Ante un interlocutor agresivo o enfadado, condúcele discreta
pero firmemente a que se centre en “los hechos”, en lo que
realmente ha sucedido, no en las personas.
 Propón buscar soluciones en torno a los hechos, no en las
personas. Los hechos pueden cambiarse, las personas que son más
difíciles de cambiar, y nosotros no somos quién para cambiar a
nadie.
 Salva siempre la dignidad del otro, evitarás su resentimiento y
su venganza.
Formulación Ternaria: Secuencia para aplicar la conducta
asertiva
La Asertividad se suele aplicar generalmente en tres pasos bien
diferenciados:
 Centrarse en exponer los hechos y los datos. En esta fase no
exponer sentimientos, opiniones o razonamientos de ningún tipo.
 Exponer claramente lo que tú deseas. Aclara todas tus
razones, tus motivos personales y tus sentimientos.
 Di claramente y sin rodeos lo que esperas que haga el otro.
Conclusiones
1. La asertividad es una habilidad, una capacidad de
autoafirmar con seguridad y con sencillez y fuerza lo que quiero y
lo que pienso, los propios derechos, sin dejarse manipular y sin
manipular a los demás.
2. La persona no-asertiva o inhibida no defiende los derechos e
intereses personales. Respeta a los demás, pero no a sí mismo. La
persona agresiva defiende en exceso los derechos e intereses
personales, sin tener en cuenta los de los demás. Las personas
asertivas conocen sus propios derechos y los defienden, respetando
a los demás, es decir, no van a "ganar", sino a "llegar a un acuerdo".
Yo gano/Tú ganas.
3. Llevando un autoregistro, se tendrá evidencia objetiva sobre
los cambios que se van experimentando en nuestra persona. Si no se
realizan las anotaciones regularmente, se tendrá que confiar en la
memoria y ésta es un método de auto-observación muy inexacto, tal
y como han demostrado múltiples investigaciones.
4. Olga Castanyer nos menciona 3 técnicas para desarrollar la
capacidad de la asertividad: la relajación y la respiración, las
técnicas de asertividad para discusiones y la reestructuración
cognitiva.

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