ISSN: 1390-1249 revistaiconos@flacso.org.ec Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales Ecuador
DAdamo, Orlando; García Beaudoux, Virginia; Slavinsky, Gabriel
Argentina: de la crisis de 2001 a un nuevo presidente Iconos. Revista de Ciencias Sociales, núm. 17, septiembre, 2003, pp. 146-150 Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales Quito, Ecuador
Número completo Sistema de Información Científica Más información del artículo Red de Revistas Científicas de América Latina, el Caribe, España y Portugal Página de la revista en redalyc.org Proyecto académico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abierto Argentina: de la crisis de 2001 a un nuevo presidente Orlando D’Adamo1, midad para cualquiera que tomara las riendas Virginia García Beaudoux2 del gobierno y estaba, además, enmarcada y Gabriel Slavinsky3 dentro de otra: una crisis económica de una hondura sin precedentes en la historia del país. El cargo de vicepresidente también se Antecedentes de la elección presi- encontraba vacante desde la renuncia de Car- dencial 2003 en argentina los Álvarez en octubre de 2000. Tal como lo prevé la Constitución Nacional, asumió la je- La renuncia del presidente Fernando De la fatura de la Nación el presidente provisional Rúa el día 20 de diciembre de 2001, no sólo del Senado, quien convocó a una sesión ex- significó el final de La Alianza como proyec- traordinaria de la asamblea legislativa en la to político4, sino que ubicó al régimen demo- que se designó a Adolfo Rodríguez Saá, go- crático en su zona de mayor riesgo luego de la bernador de la provincia de San Luis. Duran- restauración democrática de 1983. La crisis te su efímera presidencia, declaró el default - institucional de inusitada gravedad esta vez cesación de pagos con los organismos inter- no fue protagonizada por los militares, como nacionales de crédito- ya que, a su criterio, era tradicional en la historia política argenti- debía darse prioridad a la situación de emer- na, sino por una movilizada y demandante gencia argentina. Renunció el 30 de diciem- sociedad civil. bre de 2001, denunciando la falta de apoyo Esta crisis institucional trajo aparejado el de gobernadores. Fue una renuncia con claras severo problema de una cuestionable legiti- vistas al futuro, sabiendo que se presentaría a elecciones y competiría por un mandato legi- timado por la ciudadanía. 1 Universidad de Buenos Aires y Universidad de Belgra- no, Argentina. El 1 de enero de 2002 asumió Eduardo 2 Universidad de Buenos Aires y Universidad de Belgra- Duhalde como presidente interino. Prestó ju- no, Argentina. ramento el primer día del año como quinto 3 Universidad de Buenos Aires, Argentina. presidente de la Argentina en trece días. La 4 La Alianza como fuerza política fue el producto de la sociedad civil estaba expectante y dominada unión de lo que, hasta ese momento, habían constitui- por la incertidumbre. De perdedor electoral do dos partidos políticos diferenciados: la Unión Cívi- ca Radical (UCR) y el Frente para un País Solidario en 1999 a presidente, el ex gobernador de la (FREPASO). A partir de esa conjunción, a pesar de ser Provincia de Buenos Aires se ocupó, según una coalición, la Alianza se presentó como un partido sus propias palabras, de “apagar incendios”. político en el escenario político y electoral, si se define Su mandato fue establecido hasta el 10 de di- al partido político como un grupo identificado por una etiqueta oficial que presenta candidatos a cargos ciembre de 2003 pero, pese a lograr una muy públicos a las elecciones (Sartori, 1980). leve y tensa estabilidad social, le faltaba la le- gitimidad necesaria para continuar hasta la que dentro de su partido era muy fuerte. fecha fijada y se encontraba jaqueado por las Marchas y contramarchas ocuparon las pági- presiones internas de su propio partido polí- nas de los periódicos, sin despertar el interés tico. Todo ello lo obligó a adelantar las elec- de la ciudadanía que miraba el capítulo de las ciones para el 27 de abril de 2003. internas como uno más que ponía en eviden- Pese a su carácter de presidente de transi- cia a una clase política más preocupada por ción, Duhalde tomó algunas medidas que sus propios intereses que por los del país. El cambiaron el rumbo de los acontecimientos: Partido Justicialista realizó los congresos co- devaluación, “pesificación” de la economía y nocidos como “de Parque Norte” y “de La- acuerdo con el FMI. Con la inclusión en el nús” para definir si se convocaba o se recha- Ministerio de Economía de Roberto Lavagna, zaba ir a internas. Finalmente, se vieron trun- pudo concluir su mandato con relativa calma, cadas. El 24 de enero el congreso nacional del controlar razonablemente las variables de la PJ las anuló y aprobó el sistema de neolemas economía y generar los consensos mínimos mediante el cual autorizó a tres candidatos - que permitieran llegar a un proceso electoral, Carlos Menem, Néstor Kirchner y Adolfo aunque con ciertas turbulencias y de alta Rodríguez Saá- a participar directamente en complejidad: por primera vez el Partido Justi- la elección general. cialista se presentó dividido y con tres candi- Al mismo tiempo, en medio de una pro- datos diferentes. funda y aguda crisis de identidad y luego del La elección se configuró así como la única fracaso estrepitoso de la administración De alternativa, en un momento clave, para defi- La Rúa, la centenaria UCR debió articular nir el rumbo de una nación en crisis. Escena- elecciones internas para seleccionar su candi- rio de instituciones golpeadas y representan- dato. Ellas fueron las peores de la UCR en su tes políticos carentes de todo viso de legitimi- larga vida política: agresividad, antagonismo dad. En esas condiciones se arribó a la elec- exacerbado y acusaciones de fraude caracteri- ción presidencial de 2003, veinte años des- zaron al proceso de selección de candidatos, pués de iniciar el tránsito por la democracia. a tal extremo que recién concluyó en marzo Los partidos tradicionales llegaron a esta últi- de 2003 cuando se definió el último distrito ma elección en las mismas condiciones que el restante. electorado: divididos y fragmentados. Además de los tres candidatos justicialistas La situación del justicialismo fue la más y el radical, aparecieron otros dos protagonis- paradigmática. Duhalde buscaba un candida- tas que adquirieron peso propio: Ricardo Ló- to para poder auspiciar y volcarle los benefi- pez Murphy, ex Ministro de Defensa del pre- cios de su gran “aparato” político. Su objetivo sidente De la Rúa y fugaz Ministro de Econo- era uno y claro: vencer a Carlos Menem. Ini- mía de su administración; y Elisa Carrió, cialmente apoyó a Juan Manuel De La Sota - también ex militante radical y comprometida gobernador de la Provincia de Córdoba- y, fi- en cruzadas anticorrupción ya desde el go- nalmente, se dirigió a una de las pocas alter- bierno de Menem. Ambos armaron su propia nativas que le quedaban: Néstor Kirchner, estructura como actores ajenos a conflictos gobernador de Santa Cruz, quien se había au- partidistas. López Murphy optó por una toproclamado candidato meses antes. campaña fuertemente basada en el marketing El tiempo transcurría sin que se supiera si político y en una hábil estrategia de propa- se realizaría la interna Justicialista. Duhalde ganda. Por el contrario, Elisa Carrió eligió ca- sabía que si Menem ganaba la interna era al- si no hacer publicidad política, resumiéndola tamente probable que tuviera que ponerle la a esporádicas presencias en mítines y algunos banda presidencial. Menem, a su vez, conocía pocos spots televisivos y afiches callejeros que la interna lo favorecería, ya que entendía que estaba muy afianzado entre sus votantes y litante. Si bien se continúa votando a los grandes partidos, no se lo hace de manera consistente. Como señala Rosendo Fraga, “los votantes son menos cautivos, son más in- dependientes. Los candidatos importan más que los partidos. Hay un electorado que está más desideologizado y pensando más en solu- ciones concretas que en grandes principios” (en Fundación Konrad-Adenauer, 2000:44). El número de votantes estables declina y el voto comienza a depender de otras instancias, como la campaña o el candidato. En términos generales, podría afirmarse que durante los primeros meses de la campa- ña para las elecciones presidenciales de 2003, el electorado demostró casi nulo interés por los comicios dado que se percibía a la elección como el espacio en el que el Partido Justicia- lista dirimiría su frustrada interna a nivel na- cional. Pero la publicación de sondeos de opi- nión que indicaban que un tercer candidato, proveniente de otra fuerza política, tenía chances de llegar al ballottage, actuó como disparador del interés del electorado. Ese au- mento del interés en ese contexto no debe sorprender: desde hace décadas son numero- Elecciones y campaña 2003 sos los estudios realizados en diferentes partes del mundo que avalan la hipótesis de que a La crónica presentada se enmarca en un pro- mayor competencia partidaria percibida, ma- ceso que, en las últimas décadas, indica que yor la probabilidad de obtener altas tasas de en Argentina se ha producido una observable interés y participación en el proceso electoral progresiva erosión de las identidades partida- (Milbrath & Goel, 1981; Agger, Goldrich & rias e ideológicas, que ya no actúan como de- Swanson, 1964; McDonough 1971). terminantes del voto en la misma proporción En Argentina es posible observar que en en que lo hacían en décadas anteriores. De ese las elecciones recientes “los votantes han de- modo, se ha producido un “corrimiento valo- mandado bienes menos celestiales y más te- rativo que se verifica hoy en día en la red mo- rrenos: estabilidad económica, honestidad tivacional del voto” (Martínez Pandiani, pública, mejor educación y mayor seguridad” 2001:81). Se registra un constante retrai- (Waisbord, 1996:220). En esa transformación miento del voto cautivo y un in crescendo del cultural, los partidos políticos ven disminuida denominado “electorado volátil” o “voto flo- mucha de su capacidad de movilización, ten- tante”, voto que cambia de sentido de elec- diendo los votantes, cada vez más, a votar por ción a elección, de la franja de votantes inde- -o en contra- de una persona en lugar de por pendientes. Ello constituiría un indicador de un partido o programa (Manin, 1998). Dado que el voto de tipo partidario, aunque conti- el cada vez mayor peso de los votantes inde- núa existiendo, ya no resulta suficiente para pendientes, tanto los dos candidatos del PJ garantizar el resultado final de las elecciones con chances de llegar a la segunda vuelta con el caudal del voto alineado, de base o mi- -Carlos Menem y Néstor Kirchner-, como el tercero en discordia -Ricardo López Murphy- de la Nación. Diversos interrogantes se plan- , pusieron a sus partidos a trabajar a modo de tearon al considerar que el flamante manda- “catch all” (Kirchheimer, 1966, 1980), com- tario había asumido con poco más de 22% de pitiendo por el centro ideológico del electora- legitimidad si se considera el resultado electo- do, motivando una forma proselitista más ral de la primera vuelta. El fantasma de la in- centrada en personas que en partidos, menos gobernabilidad o ausencia de condiciones fa- apegada a doctrinas. En el caso de López vorables para la acción de gobierno que difi- Murphy, inclusive, su partido Recrear Argen- cultarían la activi- tina, creado sobre la hora y solo ocho meses dad y capacidad antes de los comicios, podría calificarse casi gubernamental Aún cuando es prematuro de “partido virtual” o “partido light” (Mazzo- (Alcántara, 1994), definir el estilo de liderazgo leni, 1996: 200), esto es, como aquel tipo de parecía cernirse de Kirchner, todo indica partidos que apuntan a votantes sin vincula- nuevamente y ace- que habría un "estilo K": ción, que cuentan con una red laxa de apoyos, char al sistema po- que utilizan técnicas de marketing dirigido, lítico argentino. aparece decidido a ocupar realizan operaciones de encuestas generaliza- Sin embargo, los el centro de la escena política, das, apuntan cuidadosamente a los segmentos resultados de diver- ejecutivo y frontal. de votantes seleccionados, tienen un estilo sos sondeos de opi- profesional, hacen uso excesivo de la publici- nión realizados La Argentina, un país donde dad en televisión y de la imagen de su líder. desde la fecha de hay más jefes que líderes, Los resultados dieron como perdedor al asunción hasta la aguarda con ansiedad tercer candidato y dejaron en carrera a los dos actualidad, revelan y esperanza la definición justicialistas que encabezaban la intención de la presencia de voto en las encuestas. La fórmula Menem- muy altos niveles del "estilo K". Romero obtuvo 24.45% de los votos, el bino- de optimismo en mio Kirchner-Scioli 22.24% y López las expectativas de Murphy-Gómez Diez 16.37%. De ahí en la ciudadanía tanto más, la campaña electoral correspondiente a con referencia a la la segunda vuelta con miras al truncado ba- persona del presi- llottage, dado que Menem decidió desertar dente Kirchner co- faltando tan solo cinco días, se transformó en mo a la capacidad una critical election (Burnham, 1970) o elec- de su administra- ción que giró casi en torno a un único eje, ción para gestionar que desplazó a un segundo plano a los demás problemas centrales de la agenda pública y issues: la división social “menemismo- anti- controlar las variables de la economía. La ma- menemismo”. yoría de las personas se manifiesta satisfecha con el resultado de la elección, avalando la presunción de que el nuevo presidente cuen- Resultado de las elecciones y estilos ta con una fuerte legitimidad a pesar del trun- de liderazgo presidencial cado final electoral ausente de ballottage. Asi- mismo, es significativa la cantidad de ciuda- Siguiendo los principios vigentes en la Cons- danos que opina que Kirchner será un buen titución, la renuncia de Menem al ballottage, presidente, lo que indica que cuenta también fundada en los resultados de sondeos que lo con una alta aprobación inicial y un muy daban como seguro perdedor de la contienda buen nivel de imagen positiva5. frente a una aplastante victoria de su rival, posicionó automáticamente a Néstor Kirch- 5 Ver, por ejemplo, los resultados del sondeo “Expecta- ner como ganador de la elección y presidente tivas para la Argentina Asociadas al Nuevo Gobierno”, frontera Una importante variable que resta por de- Bibliografía velar es cuál será el estilo de liderazgo caracte- rístico del nuevo primer mandatario. Si recor- Agger, Robert, Daniel Goldrich y Bert Swanson, damos a los presidentes argentinos desde la 1964, The Rulers and the Ruled: Political Power and Impotence in American Communities, Wiley, restauración democrática, se perciben dife- New York. rentes estilos de liderazgo. Alfonsín no logró Alcántara, Manuel, 1994, Gobernabilidad, crisis y superar el destino de casi todos los líderes cambio, Centro de Estudios Constitucionales, transicionales: la misma transición que lideró Madrid. terminó por devorarlo. Carlos Menem, caris- Burnham, Walter, 1970, Critical Elections and the mático, transgresor, pragmático, tan audaz Mainspring of American Politics, Norton, New como frívolo, no escapó a la suerte de los lí- Cork. deres personalistas: generó el antimenemismo Fundación Konrad Adenauer, 2000, Trastienda de que, una década más tarde, le pasaría una cos- una elección. Campaña Presidencial Argentina tosa factura. El liderazgo de Fernando De la 1999, Temas, Buenos Aires. Rúa podría definirse como ausente. Apenas Hermann, Margaret, 1986, “Ingredients of Leaders- fue presidente, nunca líder. Eduardo Duhal- hip”, en M. Hermannn, editor, Political Psycho- de rompió las reglas de la transición y si ella logy, Jossey-Bass, San Francisco. Kirchheimer, Otto, 1966, “The transformation of no lo devoró fue porque desde el inicio se de- Western European party systems” en J. La Pa- finió como transicional. Fue el clásico “líder lombara, M. Weiner, editores, Political Parties bombero” (Hermann, 1986) frente a un in- and Political Developments, Princeton University cendio; siendo su rasgo principal su capaci- Press, Princeton, N.J. dad de maniobra política, generar poder y Kirchheimer, Otto, 1980, “El camino hacia el parti- consensos. Apagado el incendio, su liderazgo do de todo el mundo”, en K. Lenk, F. Neumann, no se extinguió. Así llegamos al actual presi- editores, Teoría y sociología críticas de los partidos dente, Néstor Kirchner. Aún cuando es pre- políticos, Anagrama, Barcelona. maturo definir su estilo de liderazgo presi- Manin, Bernard, 1998, Los principios del gobierno re- dencial, todo indica que habría un “estilo K”: presentativo, Alianza, Madrid. aparece en estos primeros días decidido a Martínez Pandiani, Gustavo, 2001, Marketing Polí- ocupar el centro de la escena política, ejecuti- tico, Ugerman Editor, segunda edición actualiza- vo y frontal. Busca darse a conocer frente a un da, Buenos Aires. Mazzoleni, Gianpietro, 1996, “Patterns and effects of electorado que iba a votarlo más que a elegir- recent changes in electoral campaigning in Italy” lo, así como también enviar mensajes claros a en D. Swanson, P. Mancini, editores, Politics Me- ciertos actores políticos y estratégicos dentro dia and Modern Democracy. An international study y fuera de su partido, no sólo para mostrarse of innovations in electoral campaigning and their como un líder autónomo con la intención de consequences, Praeger, Westport, Connecticut. desestimar las críticas que recibió durante la McDonough, Peter, 1971, “Electoral Competition campaña que lo posicionaban como títere de and Participation in India”, en Comparative Po- Duhalde, sino también tratando de ocupar el litics No. 4, pp. 77-87. lugar de iniciador de una diferente concep- Milbrath, Lester y M.L. Goel, 1981, Political Parti- ción de cómo hacer política. La Argentina, cipation, University Press of America, Boston. un país donde hay más jefes que líderes, Sartori, Giovanni, 1980, Partidos y sistemas de parti- aguarda con ansiedad y esperanza la defini- dos. Vol. 1, Alianza Universidad, Madrid. ción del “estilo K”. Waisbord, Silvio, 1996, “Secular Politics: The Mo- dernization of Argentine Electioneering” en D. Junio de 2003 Swanson, P. Mancini, editores, Politics, Media and Modern Democracy. An International Study Centro de Opinión Pública de la Universidad de Belgra- of Innovations in Electoral Campaigning and no -COPUB-, en www.onlineub.com. También en Their Consequences, Praeger, Connecticut. Diario La U, 10 de junio de 2003, pp. 5.