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Localización
Irradiación
El dolor irradiado al hipocondrio derecho y zona subescapular es típico del
cólico biliar y la colecistitis.
El “dolor en cinturón” sugiere pancreatitis o marcada distensión gástrica o
intestinal.
El dolor irradiado a la espalda es característico de procesos bilio-
pancreáticos, úlcera péptica con penetración o perforación, patología
renoureteral o vertebral, o un aneurisma de aorta.
La irradiación a la región inguinal es propia del cólico nefrítico, también del
aneurisma de aorta disecante.
Carácter o calidad del dolor es con frecuencia difícil de precisar, particularmente
cuando el paciente es poco colaborador, presenta deterioro cognitivo, hipoacusia;
o se muestra poco colaborador por la sensación dolorosa que experimenta, o por
la necesidad de contestar una y otra vez a las mismas preguntas formuladas por
distintos médicos o estudiantes.
La palpación del abdomen debe realizarse con especial cuidado, comienza por un
lugar alejado de la zona problema, con el fin de no provocar una contractura
abdominal que dificulte la palpación de otras áreas. La sensibilidad y especificidad
de los signos de irritación peritoneal (dolor intenso tras la descompresión brusca
del abdomen, hipersensibilidad desencadenada por la tos o los movimientos
bruscos, contractura abdominal y dolor significativo al percutir el área
comprometida), es variable en los diferentes estudios. Algunos autores abogan por
suprimir la maniobra de descompresión abdominal (conocida también como signo
de Blumberg), cuando el contexto clínico es claramente sugestivo de peritonitis,
por considerar que aquella no hace sino incrementar el malestar del enfermo,
suscitando recelo y desconfianza para ulteriores exploraciones. La aparición de
dolor tras una percusión suave sobre el área del problema o tras algunas
maniobras simples como la tos o la caída de los talones sobre el suelo (signo del
talón), a menudo proporcionan información suficiente y menos traumática.
Aunque poco sensibles, las maniobras del psoas, del obturador y de Rosving
presentan una buena especificidad para el diagnóstico de apendicitis.
El signo del obturador se presenta con dolor en la región apendicular al rotar hacia
adentro el miembro inferior derecho flexionado.
El examen del recto puede revelar una impactación fecal como causa responsable
de los síntomas abdominales en un paciente anciano. Aunque tradicionalmente se
ha dado un gran valor al tacto rectal para identificar un “apéndice inflamado”, su
sensibilidad es ciertamente baja, encontrándose en menos de la mitad de los
casos de apendicitis. La apendicitis retrocecal puede ser una excepción a esta
regla. Resulta obligada una exploración ginecológica en toda mujer en edad fértil
que presenta un cuadro abdominal agudo. Una proporción considerable de casos
de dolor abdominal agudo en sus etapas iniciales no muestran mayores signos al
examen físico; en una situación de este tipo y en ausencia de signos de alarma,
resulta aconsejable mantener al enfermo en un área de observación y repetir el
examen clínico algunas horas después.