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UNIVERSIDAD POLITÉCNICA SALESIANA

SEDE QUITO-CAMPUS SUR


INGENIERÍA EN MECATRÓNICA
CIENCIA Y TECNOLOGÍA

Alumna: July Ana Masache Apolo Fecha: 11/05/2020


¿Qué es la Patrística?
La filosofía cristiana se divide en dos: Filosofía Patrística o Filosofía de los Padres de la
Iglesia y la Filosofía Escolástica.
La filosofía patrística comprende la filosofía de los padres apostólicos, padres apologistas
y padres catequistas. Entre los denominados Padres de la Iglesia se consideran a san
Agustín, San Policarpo, san Justino, san Policarpo, san Irineo, Taciano, san Atanasio, san
Basilio el Grande, san Gregorio Nacianceno, san Juan Damaceno, san Hilario de Potiers,
san Jerónimo, san Ambrosio, Tertuliano, san Papías, Clemente Romano, Lactancia,
Atenágoras, Clemente Alejandrino, Orígenes, Justino Mártir, Minucia Félix y Hegestipo.
La filosofía patrística es el conjunto de dogmas o de verdades reveladas por Dios y que
fueron elaborados por los padres de la Iglesia. Entre los dogmas principales podemos
mencionar: a) existe un solo Dios, creador de todo; b) el hombre es creado por Dios; c) el
hombre está obligado a creer en alguna religión, d) la religión cristiana fue fundada por
Jesucristo, hijo de Dios, enviado por Dios Padre como Mesías, para salvar a los hombres
según habían anunciado los profetas hebreos.
Y es por la fe y no por la religión la que se acepta los dogmas de la Iglesia como verdades
indiscutibles, indemostrables e irrefutables. La fe es entendido en sus tres significados: a)
creer algo; b) creer a alguien; c) creer en alguien.
Con respecto a Dios hay tres tipos de creencia: 1) creer en Dios (fe vivencial), 2) creer a
Dios (fe testifical), 3) creer lo revelado por Dios (fe intelectual).
San Agustín de Hipona (354-430). Una de las más grandes figuras de la Patrística, el más
célebre de los Padres de la Iglesia latina, el fundador de la Filosofía de la Religión, de la
Filosofía de la Historia, de la antropología filosófica cristiana y el más influyente de la
teología occidental, con justa razón llamado “El Platón del Cristianismo”.
Su pensamiento influenció significativamente en el desarrollo de la teología cristiana y la
filosofía occidental, en el existencialismo cristiano y en el jansenismo.
San Agustín desarrolla sus tesis filosóficas sobre la verdad, Dios, la creación del mundo,
el alma, el bien y la Ciudad de Dios.
Frente a los escépticos que sostenían entonces “no existe la verdad; de todo se puede Comentado [U1]: No creen en una verdad objetiva,
dudar”, San Agustín refuta expresando “se puede dudar todo lo que se. porque todo es subjetivo, dependiendo del sujeto que
estudia y no del objeto estudiado.
Para san Agustín todo viene de Dios y todo va hacia él. Dios ilumina al hombre al dotarlo
de razón o de entendimiento (Dios es Luz). Dios es “lo que se antepone a todas las cosas”.
Dios es la Verdad completa y eterna, es la Sabiduría y la Salvación suprema. La creación
proviene de un acto libre de la voluntad de Dios. Todo lo creado por Dios es bueno. El
mal se origina en el apartamiento de Dios. El hombre es libre de hacer lo que Dios sabe
que hará libremente (predestinación humana). Sólo con Dios y a través de Dios el hombre
puede alcanzar la vida feliz. Dios está fuera del tiempo, el tiempo empezó con la creación
del mundo por Dios. El hombre fue creado por Dios, para Dios y hasta que su corazón
descanse en Dios.
En opinión de san Agustín la filosofía es amor a la sabiduría, es “amor a Dios”. La
filosofía tiene doble objeto de estudio: a) estudio de Dios, y b) estudio del Alma. En san
Agustín el alma tiene espiritualidad, es inmortal y está unida al cuerpo. El alma es
totalidad unitaria y viviente de la personalidad del hombre, el hombre es propiamente el
alma. No admite la reminiscencia, no acepta la teoría de la preexistencia de las almas. El
alma conoce la verdad porque se comunica con Dios (“iluminación” del alma por Dios).
Dios es el “sol” del alma, es decir la luz de nuestra inteligencia. El bien es la voluntad de
Dios y se da con la ley eterna; son las ideas eternas en la mente de Dios, las que
constituyen el fundamento del Conocer, del Ser y del Bien.
Referente a la Ciudad de Dios, San Agustín señala que en la vida del hombre siempre
habrá la lucha permanente entre la ley y las tinieblas, entre la ignorancia y la educación,
entre el bien y el mal y que a las finales el bien triunfará sobre el mal. Comentado [U2]: El bien es la voluntad de Dios, y esto
puedo contra todo.
En conclusión se conoce como Patrística al conjunto de escritos doctrinales de los
primeros siglos del cristianismo, cuya intención era definir el dogma, unificar las distintas
interpretaciones del cristianismo y promocionar la doctrina cristiana, en la mayoría de los
casos exponiéndola en un lenguaje filosófico que la hiciera aceptable para las clases cultas
del mundo grecorromano. Aunque la Iglesia Católica reserva el término “patrística” para
aquellos autores cuyas doctrinas son actualmente aceptadas por la Iglesia, a diferencia de
otros autores cristianos de la misma época que posteriormente fueron declarados herejes,
nosotros utilizaremos aquí el término como denominación del periodo, e incluiremos en
él a todos los autores cristianos, ya sean considerados ortodoxos o heterodoxos.
En sentido estricto, la Patrística pertenece al periodo antiguo de la filosofía, ya que se
desarrolla entre el siglo I y el V d.c. Pero dado que la filosofía medieval es
fundamentalmente filosofía cristiana, y dado que dicha filosofía tiene su base en la obra
de los autores de este periodo, sobre todo en la doctrina de S. Agustín, es preferible
estudiar la patrística junto a las escuelas filosóficas medievales, ya que forman un
conjunto orgánico bien diferenciado tanto de la filosofía grecorromana anterior (de la que Comentado [U3]: Fue un sistema de pensamiento
sin embargo, como veremos, la patrística toma muchos elementos) como de la filosofía enfatizado en la lógica, la empírica, la observación, y la
naturaleza del poder político y de la jerarquía. Tuvo
moderna posterior que, a partir del humanismo renacentista, deja de tener por tema central lugar desde el siglo VII antes de Cristo (a.C), hasta el
la teología, lo cual constituía una característica clave de la filosofía escolástica medieval. siglo V después de Cristo (d.C), aproximadamente.

¿Qué es el concilio?
Es una asamblea celebrada por la Iglesia católica con carácter general donde se convoca
a los obispos y superiores generales de órdenes religiosas, para tratar cuestiones sobre la
doctrina y de disciplina eclesiástica[1][2]. Fueron convocados originariamente por
los emperadores Bizantinos.
El término concilio proviene del latín concilĭum[2], que significa "asamblea" o
"congreso". Ecuménico, proviene del latín oikoumene, traducción a su vez
del griego οἰκουμένoν, que significa (mundo) habitado.
Los concilios ecuménicos se numeran del I al XXI, y se dividen en dos grupos: griegos y
latinos, según hayan tenido lugar en Oriente u Occidente. Los concilios griegos fueron
convocados por los emperadores de la época que, generalmente, los presidieron. Los
concilios latinos fueron convocados por los papas. Los concilios de la Iglesia Católica
Romana, deben ser convocados por el Papa y presididos por él o por un delegado suyo, y
en ellos habrá de estar representada una mayoría de los obispos de las provincias
eclesiásticas. Para la validez de sus acuerdos es preciso, como condición sine qua non, la
sanción del Sumo Pontífice Romano.
Desde 1054 este tipo de concilios sólo se celebraron en Occidente, por la Iglesia católica,
y sumaron otros doce concilios, siendo convocados en todos los casos por el papa y
participando todo el episcopado católico (concilios latinos). Otros concilios celebrados
alternativamente por la Iglesia ortodoxa no se incluirán en esta línea.
El último concilio ecuménico fue el Vaticano II ya que su sede fue la Ciudad del Vaticano.
La convocatoria la realizó Juan XXIII en 1959, iniciado por este mismo
en 1962[cita requerida] y fue clausurado por Pablo VI en el año 1965.
Los concilios nacionales o plenarios. Son convocados con autorización papal y en ellos
sólo participa el episcopado de un continente, estado o región.
Entre ellos están los concilios (nacionales) de Toledo, que
fueron juntas de prelados y magnates durante la dominación visigoda, que se celebraron
en dicha ciudad para tratar asuntos eclesiásticos y militares.
Los concilios provinciales. Son convocados por el obispo metropolitano de la diócesis
provincial correspondiente, se celebran periódicamente cada veinte años, y en ellos
participan los titulares de oficios eclesiásticos de la diócesis.
BIBLIOGRAFÍA:
https://ec.aciprensa.com/wiki/Concilio
https://sites.google.com/site/lafilosofia0414/filosofia-patristica

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