La noción de realidad se refiere a aquello que dispone de
una existencia verdadera o auténtica, en oposición a lo que acontece en el plano de la imaginación o de la fantasía. Objetivo, por su parte, es lo que se refiere a un objeto en sí mismo, dejando de lado los pensamientos, los sentimientos y las emociones propias de la persona. El concepto de realidad objetiva se vincula a los objetos y sujetos que tienen existencia física (material), más allá de lo que un sujeto conozca o sepa de ellos. La realidad objetiva, por lo tanto, existe aún cuando no tengamos conocimiento de ello. Una mesa de madera que se encuentra dentro de una casa tiene una existencia real, pertenece a la realidad objetiva. No importa que una, cinco, cien o un millón de personas no tengan idea de su presencia allí: la mesa existe objetivamente. Es posible decir que la realidad objetiva puede ubicarse en el espacio y en el tiempo, siendo cuantificable y susceptible de medición. Esta realidad es independiente del individuo: siempre se trata de la misma, más allá de quien la perciba. Si retomamos el ejemplo de la mesa de madera, podría decirse que, en un momento específico (el martes 10 de diciembre de 2014 a las 11 horas, por ejemplo), se encuentra en un determinado lugar (en una vivienda de la Calle 58 al 520 de la ciudad de San Marcos). Esta existencia objetiva va más allá del observador, que puede ser cualquier persona (Juan, Marta, Ricardo, John, Alexis, Jennifer…).