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14 PERGOU

Se cumplen 150 años de la muerte de Nikolai Gogol (1809-1852)

El gran impulsor del realismo ruso


IKOLAI Vasílievich Gógol dichas de la población (o más ampliamen­

N empezó a abrirse camino en el


ámbito literario ruso con un
volumen de relatos en el que
algunos elementos realistas asomaban en­
tre una narrativa mayoritariamente perte­
te, la injusticia social o universal).
Además de narrador, Gógol también fue
autor teatral. En este género, su obra prin­
cipal es El inspector, estrenada en 1836.
Su representación provocó nyjnerosas crí­
neciente a la corriente romántica. El libro, ticas y el descontento del poder zarista, ya
titulado Veladas en un caserío de Dikanka que la obra, a partir de una acción desa­
y publicado en 1832, estaba formado por rrollada en una pequeña ciudad, eviden­
cuatro relatos de gran bucoHsmo ambien­ ciaba, de forma satírica, la corrupción bu­
tados en !a vida ucraniana (Gógol había rocrática de Rusia. La prudencia y el mie­
nacido en el pueblo ucraniano de Soró- do llevó a Gógol a abandonar su país (vi­
chintsi). La buena acogida de la obra su­ vió en diversos lugares, sobre todo en Ro­
puso la publicación, ese mismo año, de ma), al que regresó en 1848 (se instaló en
' tina segunda parte de la misma, integrada Moscú, donde moriria cuatro años des­
por otros cuatro relatos del mismo estilo pués).
que los anteriores. Fue durante los años que se ausentó de
En 1834 apareció Mirgorody continua­ Rusia cuando escribió la que seria su obra
ción de las Veladas en un caserío de Di- cumbre, la novela Almas muertas. Conci­
kanka\ el autor sigue evocando la vida bió la obra con el propósito de describir al
ucraniana y combinando lo realista (cada hombre ruso por entero, con toda la varie­
vez más presente) con lo romántico. El li­ dad de virtudes y defectos de éste. La obra
bro estaba compuesto por cuatro novelas debía tener, de acuerdo con la idea inicial,
cortas, entre ellas Tarás Bulbo (rehecha en tres partes, pero sólo vio la luz la primera.
una segunda y definitiva versión publica­ Su publicación, en 1842, provocó en la so­
da en 1842), narración histórica centrada ciedad rusa una impresión más fuerte que
en la vida de los cosacos ucranianos. El inspector. La primera parte de la nove­
El paso decidido hacia el realismo se la, que revela ¡os defectos de los rusos,
produjo en los relatos que formaban el vo­ ofi’ece una imagen de la Rusia de su tiem­
lumen Arabescos, publicado en 1835. po caracterizada por la degradación moral
Esos cuentos forman parte de una serie de y económica. Gógol emprendió la escritu­
narraciones que tienen como ubicación a ra de la segunda parte del Almas muertas
San Petersburgo (Gógol se trasladó a la con el objetivo de reflejar un paso transi­
entonces capital del imperio ruso en 1828, torio de lo negativo del hombre ruso hacia
y allí vivió, exceptuando algún corto pe­ las virtudes, que centrarían la tercera par­
riodo, hasta 1836). En ellos, Gógol ofrece te de la obra. Nunca inició esa tercera par­
una imagen de dicha ciudad llena de bana­ te, y de la segunda sólo se conservan cin­
lidades, miserias y corrupción. co capítulos.
A la serie de relatos petersburgueses Nikolai Gógol Gógol ejerció ima influencia determi­
pertenece también la novela corta El ca­ nante en los narradores rusos de la segun­
pote (1842), considerada como el punto da mitad del siglo XIX. Fue el gran im­
de partida de la novela rusa del siglo XIX, pulsor del realismo y el punto de partida
y de la que Fiodor Dostoievski dijo lo si­ Gogól fu e el punto de partida del realismo crítico en la literatura rusa.
guiente: “Todos hemos salido de El ca­ Ese impulso es el que predominaría en el
iro te de Gógor. del realismo crítico en la literatura rusa futuro en dicha literatura.
El libro refleja la indiferencia del siste­
ma burocrático imperial ruso ante las des- Roberto Ruiz de Huydobro

Elogio a la pluma
^ L arte del bien escri­ existen, por fortuna, seres que se años ha ido creando series-ho-

E bir, como el del buen


comer o mejor vivir,
J requiere de cierta dis-
^ ciplina, que se va adquiriendo a
medida que fijamos unos objeti­
inclinan por rescatar la pluma.
Los que no utilizaron la de ave,
imaginan con dificultad a un
Cervantes, un Molière o im Sha­
kespeare, tres gargantúas de las
menaje limitadas, con nombres
como Hemingway, Christie,
Wilde, Voltaire, Poe, Proust...,
dirigidas a esos hombres y muje­
res que aman el sosiego y huyen
vos, determinamos consciente­ letras, desprendiendo partes de de la prisa cotidiana, refugiándo­
mente un tiempo y un desarrollo. su ser, de su personalidad más se en la calma y el placer que
No se trata de escribir de cual­ íntima con trazos de artista, de aporta este inigualable objeto
quier manera, aunque sí de cual­ hombre-creador, sobre vitela y para escribir, admirar y mostrar.
quier tema, uniendo letras, luego por medio de este instrumento. Esta madre del bolígrafo nos
sílabas que se convertirán en pa­ ¿Cómo hubieran creado E l Qui­ permite reflexionar más mien­
labras y éstas en ñ ^ e s... jote, L ’Avare o Hamlet, respecti­ tras liamos letras, mientras desli­
En no muy lejanas épocas se vamente, de no ser gracias a este zamos suavemente el plumín y la
creaban asépticos cuademiüos objeto que fue, como se ha di­ tinta fluye por el folio blanco in­
para repetir hasta la saciedad es­ cho, la principal herramienta de maculado, mientras va dejando
túpidas fí'ases hechas, pensando escritura durante alrededor de un hilo en el papel, inspirador
en corregir caligrafías o estanda­ 1.300 años? para Martín Garzo. Las hay que
r iz a r personales modos de escri­ La pluma estilográfica o el in­ han firmado suculentos contra­
bir. Por desgracia, no se enseñó a vento de Lewis Waterman, de fi­ tos, tratados. Constituciones,
disfhitar de la escritura, a mover nales del XIX, en sustitución de textos religiosos, sentencias con­
la mano al ritmo que marcaban la de ave, es el clásico sofistica­ denatorias..., o algunas de las
la mente y el corazón, despacito do que incorpora depósito de tin­ obras literarias más importantes
y con buena letra. Había que ta y llega a presentar multitud de de todos los tiempos, porque la
aprender rápido para escribir acabados y ricos materiales. Se mano y la pluma forman el ma­
mucho siempre, sin reparar en entiende, por ello, que cuente trimonio perfecto. Si la escritura
personalidades. con todo un séquito de devotos, es un arte que conserva las hue­
Frente a la prisa del día a día, a que forman hasta selectos clubs llas de la lengua oral, la escritura
^ t p nuevas tecnologías, que nos de coleccionistas. Montblanc, con pluma es, además, el gran
"nievan a tocar más las teclas del por ejemplo, tiene muy presente deleite.
ordenador que un objeto de es­ en sus colecciones a grandes es­
critura, en esta era del e-mail. critores. Así, desde hace diez Abraham de Amézaga

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