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LA PAREJA EN CRISIS

Belén Pizarro de la Fuente; psicóloga sanitaria; terapeuta gestalt y terapeuta sistémica. Miembro
equipo CEFA.

Crisis y estabilidad en la pareja, un difícil equilibrio

La estabilidad en la pareja es algo difícil de conseguir hoy en día. Vivimos en la sociedad del
cambio, algo que percibimos especialmente en el mundo laboral. Los sucesivos cambios de pues-
to, de empresa, de sector, incluso de ciudad y de país son algo que está a la orden del día. Cada
cambio implica una adaptación a algo diferente y una cierta ruptura con algo previo. Ocurre que
algunos cambios no son siempre elegidos o a mejor: salarios ajustados, horarios exigentes y des-
plazamientos “forzados” son algo de nuestro cotidiano laboral. Estos implican un deterioro en
nuestra calidad de vida, algo que inevitablemente afecta a nuestras relaciones.
Para una persona, para una pareja y para una familia, el aporte salarial, la disponibilidad de tiem-
po y de una cierta estabilidad permite construir en el presente y proyectar hacia un futuro indivi-
dual y en pareja. Sin embargo, hoy en día, la disponibilidad de tiempo o la estabilidad económica
son bienes escasos. Estas y otras carencias representan límites claros a nuestra capacidad de
construir y crecer tanto personalmente como en relación.

Nuevos modelos de pareja

Ante esta agitación social, la pareja aparece como refugio de las inseguridades de la vida. Sin
embargo hemos de añadir que la pareja como institución también está en crisis. Actualmente asis-
timos al derrumbe de la familia tradicional; un modelo de vida que abre el paso a otras formas de
vivir, tras maneras de consolidar construir la vida en común.
La aparición de otros modelos de vida en pareja nos ha posibilitado una mayor libertad en la ca-
pacidad de elegir pareja y la manera de vivirla. Sucede aún así que las separaciones y los divor-
cios continúan siendo igual de devastadores. Siguiendo la tesis de Robert Neuburger podemos
valorar que las infidelidades, las diferencias y rupturas probablemente no son un signo de desinte-
rés en la relación de pareja sino más bien una consecuencia de la gran incertidumbre que soste-
nemos hoy en día. Parece que la relación de pareja se inscribe como ese lugar de seguridad, de
acogimiento y realización. La pareja aparece en nuestro imaginario como un espacio de acogi-
miento y crecimiento personal, de pertenencia y construcción de la intimidad, y de génesis de pro-
yectos vitales frente a un mundo en constante cambio. Quizá las relaciones de pareja nos inter-
esan más que nunca pero las necesidades y expectativas que ha de satisfacer, son tan altas que
no hacen más que aumentar la presión en el día a día y por lo tanto el riesgo de decepción, con-
flicto y ruptura.

La terapia individual y de pareja ofrece la oportunidad de abordar la complejidad de conflictos, de


crisis y nos brinda la oportunidad de aprender sobre las relaciones afectivas y sobre nosotros
mismos. La terapia nos ofrece la posibilidad de, ante las dificultades, recuperar la capacidad de
encontrar soluciones creativas.

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