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LA POLISEMIA DE LA PALABRA “CANON”

Roberto Carlos Mejía López

La palabra “canon” ha tenido –y tiene– cuantiosos significados dentro del español, tan
sólo en el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española tiene 19 acepciones
válidas para su uso. El uso más general de este vocablo se acerca a su origen, pues proviene
del griego Χανων (Kanṓn), cuyo significado podría entenderse como “regla” o “vara”, y
actualmente se le conoce así a ciertos preceptos, disposiciones o catálogos, así como
también suele hacer referencia a un modelo de características perfectas y a los pagos de
obligación periódica que gravan servicios o productos.
“Canon” también se emplea en la religión para designar a los libros que son
considerados como parte de la Escritura, la base del cristianismo, reglamentación que un
concilio de la Iglesia católica fija en relación al dogma, así como catálogo de las obras
sagradas para el culto católico, al libro que usa el obispo al dar misa y a la parte de la misa
que concluye con el rezo del Padre Nuestro. (de allí que se llamen Libros canónicos) y su
uso proviene de la regla de la ley que se utilizaba para determinar si un libro se ajustaba a
una norma.
Otro de los usos más importantes de “canon” se encuentra en la música, donde se le
llama así a una composición polifónica donde las voces se introducen de manera sucesiva,
cada una imitando al canto que le antecede. El canon cuenta con una voz original
denominada “propuesta” y, a una cierta cantidad de compases de distancia, comienzan las
voces que se conocen como “respuesta”. El canon más importante data de fines del siglo
XVII, con la autoría del compositor alemán Johan Christoph Pachelbel y con el título de El
Canon en Re mayor para tres violines y bajo continuo. Esta pieza tuvo aceptación tanto en
el ambiente académico como en el popular, y gracias a eso la aceptación del canon como
tipo de composición pudo ser posible.
Hasta la actualización de 2017, el DRAE acepta las siguientes acepciones:

1. m. Regla o precepto. ideal aceptado por los escultores egipcios


2. m. Catálogo o lista. y griegos.
3. m. Modelo de características perfectas. 5. m. Catálogo de autores u obras de
4. m. En arte, regla de las proporciones un género de la literatura o el
de la figura humana, conforme al tipo pensamiento tenidos por modélicos.
6. m. Der. Cantidad que paga 13. m. Mús. Composición de contrapunto
periódicamente el censatario al censualista. en que sucesivamente van entrando las
7. m. Der. Precio del arrendamiento voces, repitiendo o imitando cada una el
rústico de un inmueble. Canon conducticio. canto de la precedente.
8. m. Der. Cantidad periódica pagada a la 14. m. Rel. Decisión o regla establecida
Administración por el titular de una en algún concilio de la Iglesia católica sobre
concesión demanial. el dogma o la disciplina.
9. m. Der. Prestación pecuniaria 15. m. Rel. Catálogo de los libros tenidos
periódica que grava una concesión por la Iglesia católica u otra confesión
gubernativa o un disfrute en el dominio religiosa como auténticamente sagrados.
público, regulado en minería según el 16. m. Rel. Parte de la misa, que empieza
número de pertenencias o de hectáreas, sean Te ígitur y acaba con el paternóster.
o no explotadas. 17. m. Rel. Libro que usan los obispos en
10. m. Der. Percepción pecuniaria la misa, desde el principio del canon hasta
convenida o estatuida para cada unidad terminar las abluciones.
métrica que se extraiga de un yacimiento o 18. m. pl. derecho canónico.
que sea objeto de otra operación mercantil o 19. m. pl. Conjunto de normas o reglas
industrial, como embarque, lavado, establecidas por la costumbre como
calcinación, etc. propias de cualquier actividad. Torear
11. m. Econ. Cantidad de dinero que se según LOS cánones. Visitó a todos los
satisface por el uso de un proceso directivos de la empresa, como mandan
tecnológico o una marca. LOS cánones.
12. m. Impr. Tipo de caracteres gruesos,
equivalentes al cuerpo de 24 puntos.

El canon literario
La palabra “canon” dentro del campo de la literatura se utiliza para referirse a la
existencia de un modelo o una proporción ideal al momento de considerar las obras
literarias; o en otras palabras, el total de obras escritas y orales que aún hoy subsiste y de
las cuales se toman modelos para catalogar a creaciones más recientes. Una de las
desventajas que ha tenido este canon literario es el límite impuesto por distintos factores
(dígase tiempo, clima, etc.) por lo cual se va agotando la posibilidad de acceder a ciertas
obras, que se van perdiendo y dañando al pasar de la historia. Aún así, esa colección de
obras puede ser diversa y, también, se puede dar el caso de que distintos cánones convivan
en una misma época al mismo tiempo: canon oficial, canon accesible, canon personal,
canon escolar, canon crítico, etc.
Según la crónica general, la primera vez que se usó el canon para textos escritos se
refería al ámbito religioso en el siglo IV, cuando se definió qué obras pertenecían al canon
bíblico cristiano y cuáles se considerarían apócrifos. Gracias a esta clasificación fue posible
ver el lugar de poder que ejercía la institución que tomó esta decisión, la Iglesia romana, y,
a su vez, legitimó su autoridad; esta misma situación se encuentra también en los textos
literarios. Si se habla de un canon oficial, aquel que representa a toda una sociedad, las
instituciones que seleccionan los modelos a seguir provienen de distintos ámbitos (el
político, el educativo, el periodístico, el académico, etc). En el canon crítico no sucede lo
mismo, pues allí intervienen diversas formas sólo del campo intelectual. En el llamado
canon accesible, por otro lado, actúan tanto el mercado de comercialización de los libros
como las bibliotecas públicas y especializadas, esto con el objetivo de conseguir la difusión
de obras así como generar ganancias. Cabe señalar que la definición de los diferentes
cánones están vinculados con su contexto histórico, así como lo circunstancial y otras
variables que funcionan como criterio.

Fuentes consultadas
http://www.aportes.educ.ar/sitios/aportes/recurso/index?
rec_id=107380&nucleo=literatura_nucleo_ense%C3%B1anza
http://dle.rae.es/?id=7A4XonT
https://definicion.de/canon/
https://www.gotquestions.org/Espanol/canon-Escritura.html
Resumen de “Alrededores de la literatura hispanoamericana”
Roberto Carlos Mejía López

La nomenclatura del conjunto de obras de obras literarias escritas en castellano dentro de


territorios que antiguamente pertenecieron al Impero Español siempre ha generado
confusiones que ni los mismos diccionarios han podido aclarar. Dentro del diccionario
como fuera de él han surgido diferentes palabras adjetivas para nombrar a esos territorios (y
por ende también a las letras producidas en estos territorios) que antes eran de España, a los
que al día de hoy tienen al español como lengua oficial y co-oficial, y a los que, de la
misma manera, tienen una cantidad importante de gente que habla alguna lengua romance;
sin embargo, de una u otra manera, los conceptos designados terminan por abarcar más
territorio o por tener más significados, lo que en lugar de dar luz al asunto lo vuelve más
oscuro.
Para la producción literaria en español escrita en el continente americano , lo más
correcto sería usar el término “hispanoamericano” debido a que, además de tener una
definición histórica, posee una definición lingüística, pues designa la realidad básica y
determinante de la literatura: la lengua. La lengua es la realidad básica de la literatura
debido a que después de la muerte de ésta, su literatura seguirá existiendo e inclusive hasta
viva.
A menudo suele confundirse la vida de las letras de una lengua con la vida de la lengua
misma, no obstante, la vida de la lengua y de la literatura pueden tener un ciclo totalmente
independiente uno de otro. En el caso de literatura hispanoamericana, es posible afirmar
que a la par de que ésta comenzaba a formarse y transcurría su etapa primitiva, una especie
de infancia, la lengua española ya tenía amplia madurez: mientras la literatura
hispanoamericana nacía como un lento desprendimiento de la española, ésta ya había
consolidado su Siglo de Oro. Para que el nacimiento y evolución de las literaturas tuviesen
el reconocimiento necesario, se manifestaron durante el simbolismo francés, y fue así
cuando inició un diálogo entre la literatura hispanoamericana y la europea.
En algún momento de la historia de Hispanoamérica se comenzó a percibir un
patriotismo confuso y una oscura aspiración de separarse del Imperio Español por parte de
la sociedad criolla. Para esto, se buscó una filosofía política sembrada por los jesuitas (y
que ni su expulsión pudo detener) en fuentes ajenas al territorio. Esa filosofía que se
buscaba fue inspirada en la Revolución Francesa y en la Revolución de independencia de
los EE. UU., aunque su aplicación tuvo resultados diferentes a lo esperado.
El mismo sentimiento se presentó en la literatura, pero con doble efecto. Ya desde los
inicios de la hispanidad autores como Sor Juana Inés de la Cruz o Juan Ruiz de Alarcón
sentían que tenían algo de diferente, lo cual originó la creencia de la existencia de
literaturas nacionales, cosa que críticos literarios como Pedro Enríquez Ureña y Cintio
Vinter han apoyado con la disertación de los rasgos distintivos de la poesía mexicana como
de la cubana, respectivamente. No obstante, la literatura hispanoamericana se nutre a sí
misma debido a que constituye una sociedad dentro de otra sociedad y, por lo tanto, esas
literaturas llamadas “nacionales” se complementan entre sí, como ocurre en el caso del
poeta López Velarde, cuyo modernismo no se entiende sin la obra de Leopoldo Lugones, y
a su vez, Lugones no se entiende sin lo producido por Rubén Darío.
Una verdad innegable de la literatura, como ya se dijo anteriormente, es que la literatura
es testimonio de la lengua. En este sentido, ¿cómo podría distinguirse la literatura
hispanoamericana de la española? Esta tarea sería difícil y poco productiva, debido a que
los estilos, escuelas, y corrientes literarias, tanto de la literatura hispanoamericana como de
la española, han saltado fronteras para influir en la producción de otros países, gracias a que
no hay un lenguaje hispanoamericano diferente al español. Lo que sí se puede afirmar es
que la literatura producida en Hispanoamérica ha nutrido de estilos e influencias a la
literatura española; sin embargo, eso también pasa con la literatura inglesa gracias a que la
literatura refleja a una sociedad al mismo tiempo que la contradice.

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