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E.

El significado de engendrado
¿En qué sentido fue «engendrado» Cristo?
(1) El Nacimiento Virginal. Es claro por el historial del nacimiento virginal que Cristo, el eterno Hijo de
Dios, se hizo hombre por el milagro de ser engendrado por el Espíritu Santo. Creo que una traducción
correcta de Lucas 1:35 sería «El Espíritu Santo vendrá a ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su
sombra; por tanto, lo que es nacido será llamado santo. [Él es] el Hijo de Dios». En Mateo 1:18 se dice
que Cristo fue engendrado «por el Espíritu Santo». La enseñanza de la Escritura se resume en el Credo
Apostólico en las palabras «concebido del Espíritu Santo, nació de la virgen María». El nacimiento virginal
de Cristo fue un milagro obrado por la Tercera Persona de la Trinidad, por el cual la Segunda Persona de
la Trinidad, el eterno Hijo de Dios, tomó para sí mismo una naturaleza humana, de tal manera que «se
hizo hombre». En este sentido Cristo fue engendrado en el curso de la historia humana en un tiempo y
lugar determinado. Este engendramiento no fue el origen de su Ser. La preexistencia de Cristo se
presume constantemente por toda la Biblia.
(2) Se llama a Cristo «el primogénito» (o «el primero engendrado») de los muertos en Colosenses 1:18 y
Apocalipsis 1:5. Esta metáfora significa que Cristo es el primero que resucitó de entre los muertos en
forma o cuerpo inmortal. Otras personas resucitadas de la muerte, como Lázaro, fueron resucitados a una
vida física normal. Cristo es el primero en levantarse al otro lado de la muerte, para no morir más.
(3) En el Salmo 2:7 tenemos las palabras «Yo publicaré el decreto; Jehová me ha dicho: Mi Hijo eres tú;
Yo te engendré hoy». Que estas palabras están en forma de revelación y declaración y no tienen
referencia a engendrar literalmente en el sentido de comenzar literalmente la existencia de la persona,
debe ser evidente por varias razones. (a) El elemento mesiánico en el segundo salmo aparece en el
cuadro de la coronación de un rey. (b) El Rey es una persona que existe antes de hacerse la revelación
declaratoria «Mi hijo eres tú». (c) Es una persona a quien Dios pondrá sobre el santo monte de Sión (v.
6). Por estas y otras razones, tenemos que entender las palabras «Yo te engendré hoy», no en el sentido
literal «Yo he causado que existas hoy» sino en el metafórico: «Hoy, en este día, he declarado y revelado
que tú eres mi hijo».
Con esta interpretación están de acuerdo las distintas citas que del Salmo 2:7 se hacen en el Nuevo
Testamento (Hch 13:32, 33; Heb 1:5; 5:4–6). Al predicar en la sinagoga de Antioquía de Pisidia, Pablo
dijo: «Y nosotros también os anunciamos el evangelio de aquella promesa hecha a nuestros padres, la
cual Dios ha cumplido a los hijos de ellos, a nosotros, resucitando a Jesús; como está escrito también en
el salmo segundo: Mi hijo eres tú, yo te he engendrado hoy» (Hch 13:32, 33). Aun Thayer, un unitario, en
su léxico, bajo gennao dice: «… formalmente para mostrarle [a Cristo] como el Mesías, a saber, por la
resurrección: Hechos 13:33.» Es evidente entonces que Pablo consideró la resurrección de Jesús de los
muertos como una parte definida del sentido de la declaración en el Salmo 2:7.
Pablo expresa el mismo pensamiento en forma diferente en Romanos 1:3, 4: «Acerca de su Hijo, quien
llegó a ser un descendiente de David según la carne, y quien fue designado como el Hijo de Dios con
poder, según el Espíritu Santo, por la resurrección de personas muertas, Jesucristo nuestro Señor». Aquí
es muy evidente el pensamiento de que la resurrección es declaratoria de la eterna filiación de Cristo. En
cuanto a la forma plural de la palabra nekron, «personas muertas», no estoy seguro si Pablo quiere que
pensemos de la resurrección de Cristo como relacionada con la resurrección dc otros al mismo tiempo,
como se narra en el pasaje algo oscuro de Mateo 27:52, 54, o si debemos entender el plural en el sentido
genérico y no literal. La última interpretación parecería indicada —prima facie— por el uso de la palabra
en Hechos 17:31, 32, «por cuanto ha establecido un día en el cual juzgará al mundo con justicia, por
aquel varón a quien designó, dando fe a todos con haberle levantado de los muertos. Pero cuando oyeron
lo de la resurrección de los muertos, unos se burlaban, y otros decían: Ya te oiremos acerca de esto otra
vez». En este punto, Alford dice: «Tal vez aquí, «cuando oyeron de la resurrección de muertos», a saber
la de Cristo, nekron siendo genérico. Pero las mismas palabras aparecen en […] [1 Corintios 15:12
«¿Cómo dicen algunos entre vosotros que no hay resurrección de muertos?»]; así que preferiría tomarlas
aquí como inferencia de la posibilidad general de la resurrección de los muertos como una doctrina de
Pablo, del caso que menciono».
Me inclino a pensar, sin embargo, que las palabras «de los muertos» en Hechos 17:32 no son genéricas,
y que no quieren decir que los oyentes meramente infirieron la resurrección de los muertos de la mención
de un caso por Pablo, sino más bien que ellos tomaron la referencia de Pablo al juicio futuro, aparte de su
mención de la resurrección de Cristo, como involucrando una resurrección de muertos para juicio.
Si este es el caso en Hechos 17:31, 32, tenemos que recurrir al hecho del plural en Romanos 1:4 como
un caso de un uso literal del plural. Alford piensa que el significado es «la resurrección de los muertos,
considerado como un hecho realizado en la de Cristo». Por supuesto que esto es posible, pero me inclino
a pensar que en Romanos 1:3, 4 Pablo, en su uso del plural, pensaba en la resurrección de los santos
mencionada en Mateo 27:52.
Pero cualquiera que sea el significado del plural en Romanos 1:3, 4, es indiscutible que Pablo consideró
la resurrección de Cristo como demostrativa y declarativa de su filiación eterna y divina, en el sentido del
Salmo 2:7 interpretado por Pablo en Hechos 13:31, 32.
El autor de la Epístola a los Hebreos dos veces cita el Salmo 2:7 como declarativo de la exaltada filiación
eterna de Cristo, sin conectar la exaltación a un evento particular. En el capítulo 1 leemos: «¿A cuál de
los ángeles dijo Dios jamás: Mi hijo eres tú, yo te he engendrado hoy?» (v.5). Más tarde, al hablar del
sumo sacerdocio, dice: «Y nadie toma para sí esta honra, sino el que es llamado por Dios, como lo fue
Aaron. Así tampoco Cristo se glorificó a sí mismo haciéndose sumo sacerdote, sino el que le dijo: Tú eres
mi Hijo, yo te he engendrado hoy. Como también dice en otro lugar: Tú eres sacerdote para siempre,
según el orden de Melquisedec» (Heb 5:4–6).
Así estamos justificados en decir que el engendramiento del Hijo a que se refiere en el Salmo 2:7, como
lo interpreta el Nuevo Testamento, no es una generación literal de su Ser en ningún sentido de la palabra,
sino que es una referencia a la revelación declaratoria de Dios de la eterna filiación divina, en particular
de la resurrección de Cristo de entre los muertos.
(4) La palabra «primogénito», prototokos, se aplica varias veces a Cristo en el Nuevo Testamento. En
Lucas 2:7 se refiere a su nacimiento virginal, y en Colosenses 1:18 y Apocalipsis 1:5 se le llama
«primogénito de los muertos». Estos casos son perfectamente claros.
En Romanos 8:29 leemos: «Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen
hechos conforme a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos». Otra
vez en Hebreos 1:6 leemos: «Y otra vez, cuando introduce al Primogénito en el mundo, dice: Adórenle
todos los ángeles de Dios.» En estos dos casos el sentido de la palabra «primogénito» es claramente «el
que tiene la preeminencia, que tiene todos los derechos y privilegios del primogénito». De acuerdo a la
costumbre judía, el primogénito ocupaba el lugar sobresaliente de prominencia. Tal interpretación
satisface completamente el sentido de la palabra en Romanos 8:29 y Hebreos 1:6. No hay en estos dos
pasajes ningún pensamiento ni sugerencia de que Cristo jamás haya sido engendrado o nacido en
sentido literal. No hay ni la más mínima sugerencia de que su Ser personal haya tenido un principio.
Sencillamente él es el que tiene el lugar de preeminencia, los derechos del primogénito, en el eterno
programa de Dios.
Otro caso en que este mismo sentido se considera probable es en Colosenses 1:15 donde se dice de
Cristo que es «prototokos de toda creación». La mayoría de los estudiantes de la Biblia consideraría que
la palabra significa que él es el primogénito en el mismo sentido de Romanos 8:29 y Hebreos 1:6. Sin
embargo, como se nota en el margen de Nestlé, Erasmo marcó la palabra con un acento en la penúltima
sílaba más bien que en la antepenúltima. El estudiante del griego sabe por supuesto, que el asunto del
lugar del acento es una cosa de opinión editorial, no una cosa del texto original. Cuando se acentúa esta
palabra en la antepenúltima sílaba tiene un sentido pasivo, «primogénito», pero cuando se acentúa en la
penúltima, tiene el sentido de «el que engendra o produce». En este caso debemos traducirlo «él es el
original quien ha engendrado o producido cada cosa creada». Este sería el mismo pensamiento que se
encuentra en Juan 1:3 y Hebreos 1:2, donde se declara que Cristo es el Creador.
Se hace objeción a esta interpretación de Colosenses 1:15 sobre la base de que la palabra tiene el uso
colateral en el sentido de una madre que da a luz un niño de su propio cuerpo. Se dice que no se puede
pensar de la creación bajo tal figura, porque esto sugiere cl panteísmo. Noto la fuerza de la objeción. No
obstante, me parece que la objeción tiene contestación. Creación se describe en Hebreos 11:3 por las
palabras «haber sido constituidas las edades [griego] por la palabra de Dios». No me parece que es una
metáfora demasiado rara al pensar de Cristo como el original que produjo (o engendró) la creación, o
creer que esta figura gramatical necesita suscitar la idea de panteísmo. Estas palabras en Colosenses
1:15 se siguen por la cláusula explanatoria del versículo 16: «Porque en él fueron creadas todas las
cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean
dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él».
Entonces sugiero que prototokos en Colosenses 1:15 significa «el que originalmente produjo (o
engendró)». Si esta sugerencia no es correcta, la alternativa es «el que tiene los derechos del
primogénito», y nuestra tesis de que «primogénito» no tiene referencia al origen o fuente de
su existencia se mantiene.

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