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¿De qué trata la cristología?, ¿del Cristo que vivió en Nazaret hace mucho tiempo, o del Cristo que
vemos hoy? Sin lugar a dudas, el Cristo que vemos hoy depende de cómo entendamos al Cristo que
vivió cuando “vino el cumplimiento del tiempo” y a este se lo halla en la Biblia, mediante un correcto estudio
del registro que él nos dejó para conocerlo. En la actualidad hay muchas corrientes de pensamiento respecto
a Cristo y su ministerio.
El presente trabajo tiene por objetivo fundamental presentar a Cristo como es visto en el libro de
Apocalipsis en concordancia completa con el resto de las Escrituras. Así, se verá a Jesús en siete aspectos,
los cuales de manera progresiva nos darán luces sobre su persona.
I. Apocalipsis presenta a Cristo en perfecta relación con Dios el Padre
El apóstol Juan, autor del Apocalipsis menciona inspiradamente: “porque de tal manera amóDios al
mundo que ha dado a su hijo único…”[1] (Jn. 3:16, Biblia de Jerusalén) entregando así un conocimiento
valioso para el discípulo cristiano: Dios Padre y Dios Hijo actúan en íntima relación. Es el Padre quien da, en
perfecta concordancia mutua, al Hijo. Dios el Padre viene al mundo y se revela mediante el hijo, Cristo dijo:
“El que me ha visto a mí, ha visto al Padre…” (Jn. 14:9).
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Texto Declaración
Ap. 1: 6 “y nos hizo reyes y sacerdotes para Dios, su padre…
Ap. 5:9 “y con tu sangre nos has redimido paraDios, de todo linaje y lengua y pueblo y
nación;
Ap. 5:10 y nos has hecho para nuestro Dios reyes y sacerdotes, y reinaremos sobre la
tierra.”
En estos tres casos, Cristo realiza su acciónpara Dios. El texto griego utiliza la expresión tw/|
qew/|, es decir para Dios, el artículo dativo masculino singular tw/| siempre coloca a Dios como el objeto
indirecto de la acción de Cristo ya que son dirigidas a/para él. Cabe recalcar que estos tres textos se dan
siempre dentro del contexto de la redención hecha posible mediante la sangre de Cristo: un versículo
anterior a 1:6, en referencia a Cristo se expresa: “al que nos amó y nos lavó de nuestros pecados con su
sangre”, sólo después el texto menciona “y nos hizo reyes y sacerdotes para Dios su padre. El mismo caso
se da en 5:9 y 10: “y con tu sangre nos has redimido para Dios … y nos has hecho para nuestro Dios reyes
y sacerdotes”. Así, Apocalipsis permite tener una conexión entre el Padre que da a su Hijo para salvar al
mundo (Jn. 3:16) y el Hijo quien nos redimió con su sangre para el Padre que lo envió (Ap. 1:6; 5:9,10).
Como se puede apreciar, algunos de estos títulos se dan en más de una ocasión. En estos títulos o
designaciones podemos encontrar algunas características atribuidas a Jesús:
El Cristo Pre-existente
Hay tres declaraciones que pueden ayudar a comprender la naturaleza pre-existente de Cristo:
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Texto Declaración
1:17 yo soy el primero y el último…”
2:8 “el primero y el postrero…”
22:13 “Yo soy el Alfa y la Omega,
el principio y el fin,
el primero y el último”
Estos textos son categóricos en afirmar la supremacía de Cristo, supremacía sobre toda fuerza
existente y supremacía en el tiempo. Cristo es “ el Alfa y la omega”, no existe nada antes de él ni después
de él. La característica pre-existente en estos textos del apocalipsis es singular, ya que son declaraciones
absolutas, no tienen límite, Cristo es el primero y el último en todo, a la vez esto muestra a un Cristo que no
fue creado, de lo contrario no fuera “el principio”, se relaciona de esta manera con la declaración de Juan
1:3 “todas las cosas por él fueron hechas”.
Cristo no fue hecho, estar “en el principio” implica todo lo anterior a una creación por alguien que
previamente existe.
Cristo es el Testigo fiel del Padre, como se vio en el capítulo anterior. Nótese la palabra fiel, Cristo
no es una revelación “a medias”, él es la fiel revelación de Dios, el fiel testigo de Dios. Es verdadero en
testimonio y en sendero a seguir (Jn. 14:6). Cristo aparece en Apocalipsis 19 como el jinete Fiel Verdadero,
se lo muestra así porque ha sido fiel en cumplir la promesa de su advenimiento, sus palabras y su revelación
del Padre son en todo en un cien por ciento fidedignas, es verdadero porque triunfó[3] y “está listo a cumplir
todas las promesas de salvación y vida eterna que les hizo”.[4]
Respecto a Cristo como sacrificio por los pecados de la humanidad, se verá más adelante con mayor
detalle. No obstante la identificación aquí como “el que vivo y estuve muerto” no da opción para interpretar
mas que el personaje que se encuentra en este contexto (Ap. 1 y 2) es Cristo mismo, pues nadie más cumple
con tal requisito. Cristo aparece como primogénito de los muertos no porque fue el primero en resucitar sino
porque todos resucitan en él, así Apocalipsis mediante este pequeño pasaje toca también el tema de la
resurrección no sólo de Cristo sino de todo creyente que hemos sido rescatados por “el que nos amó”.
En estas siete muestras, la frase repetida es “yo conozco”, esta es la traducción que la versión Reina-
Valera 1960 le atribuye al verbo griego Oi=da,que por estar en forma indicativa perfecta (1 pers. Singular)
sería traducida literalmente como: “yo heconocido”. Además son estas siete ocasiones las únicas en las que
el libro de Apocalipsis utiliza la forma verbal Oi=da,,,siendo exclusiva para indicar el conocimiento que Cristo
(quien redacta a las iglesias) tiene hacia ellas.
El texto griego utiliza en estos casos la conjunción ou=n (2:5, 16; 3:3), traducida como “por
tanto…” para introducir la recomendación y en el caso de los textos donde no se encuentra esta
conjunción, se utiliza siempre un verbo imperativo: gi,nou pisto.j(se fiel, 2:10),krath,sate(reténlo,
2:25),gi,nou grhgorw/n(se vigilante, 3:2),kra,tei o] e;ceij(retén lo que tienes, 3:11),zh,leue(célate, se
celoso, 3:18. El último texto dice directamentesumbouleu,w soi, que traducido es “te aconsejo”. Cristo
brinda su consejo con autoridad.
De esta manera el Apocalipsis presenta a Cristo también como el consejero de su iglesia, quien la
dirige, gobierna y sabe en qué flaquea para así darle el consejo necesario para que esta continúe con el
ministerio que él le encomendó.
En el original griego hay dos palabras que están casi siempre presentes: avlla. “pero”, conjunción
adversativa y el verbo e;ceij “tienes”, que indica que es lo malo que determinada iglesia posee o tiene. En
todos estos casos, Cristo está señalando una característica negativa de cada iglesia, su debilidad, la que
lógicamente debe cambiar.
Las acciones están dadas siempre en primera persona, es decir, es Cristo mismo quien asegura la
promesa o recompensa a sus hijos: le daré, guardaré, confesaré. Si se hace memoria de las circunstancias
por las cuales la iglesia pasó, estas promesas de recompensa tienen un sentido único ya que son un aliento
para aquellas personas que permanecieron en las vacías filas de la fidelidad a Dios, no obstante la entrega
sincera de muchos cristianos significó sacrificio, desprecio y aun humillación, es aquí donde las promesas
de Cristo son completamente propicias y alentadoras para su Iglesia.
De esta manera, Apocalipsis 2 y 3 también habla de Jesús, de un Jesús preocupado, identificado a
plenitud con su iglesia, alguien que tiene dominio sobre ella y la conforta a través de las edades para que
esta se siga considerando como su “especial tesoro“ o la “niña de sus ojos.
IV. Cristo como Divinidad
Primero se verán las evidencias textuales directas a favor de la divinidad de Cristo y, por último, se
realizará un paralelismo entre algunas declaraciones donde Cristo y Dios Padre aparecen en igual
circunstancia.
De esta manera se halla en la expresión: “han venido a ser de nuestro Señor y de su Cristo” la idea
de que la misma posesión del universo y los reinos del mundo que tiene Dios (el Señor) la posee también
Cristo, en igualdad al Padre. “…El Señor Dios Todopoderoso es el templo de ella, y el Cordero”, De la misma
manera el texto mismo plantea un paralelismo de igualdad en Dios Padre y Jesús. “La gloria de Dios la
ilumina, y el Cordero es su lumbrera…”, habla también de una misma función. “El trono de Dios y del
Cordero” testifica esto mismo. Este principio bíblico debe ser entendido correctamente para presentar a
Jesús como debe ser.[13]
Como se ha apreciado la relación de actos paralelos y únicos para la deidad que son atribuidos a
Dios Padre tanto como al Hijo, por lo que, Apocalipsis declaró una vez más que el Hijo Jesucristo, es
miembro de la Deidad trina, tan igual como el Padre o el Espíritu Santo.
. Apocalipsis no puede dejar de hacer referencia al acto central de Dios por sus hijos, sino que lleva
al lector a sumergirse en una comprensión más completa. Apocalipsis en toda su extensión vuelve a repetir
lo que había dicho ya el apóstol Pedro: “sabiendo que fuisteis rescatados de vuestra vana manera de vivir,
la cual recibisteis de vuestros padres, no con cosas corruptibles, como oro o plata, sino con la sangre
preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación, ya destinado desde antes de la
fundación del mundo, pero manifestado en los postreros tiempos por amor de vosotros” (1 P. 1:18-20)
A continuación se presentan los textos de estudio respecto a este tópico, se ha hecho un énfasis
(cursiva) para el énfasis:
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Texto Declaración
1:5 Al que nos amó y nos lavó de nuestros pecados con su sangre
5:5 “… … ha vencido para abrir el libro y desatar los sellos”
5:6 “un Cordero, de pie, como inmolado”
5:9 “y cantaban un nuevo cántico, diciendo: Digno eres de tomar el libro y de abrir
sus sellos; porque tú fuiste inmolado
y con tu sangre nos has redimido para Dios, de todo linaje y lengua y pueblo y
nación;
5:10 “y nos has hecho para nuestro Dios reyes y sacerdotes, y reinaremos sobre la
tierra.”
5:12 “el cordero que fue inmolado …”
7:10 “y clamaban a gran voz, diciendo: La salvación pertenece a nuestro Dios que
está sentado en el trono, y al Cordero.”
7:14 “Éstos son los que han salido de la gran tribulación, y han lavado sus ropas, y
las han emblanquecido en la sangre del Cordero”
12:11 “Y ellos le han vencido por medio de la sangre del Cordero y de la palabra del
testimonio de ellos, y menospreciaron sus vidas hasta la muerte.”
13:8 “Y la adoraron todos los moradores de la tierra cuyos nombres no estaban
escritosen el libro de la vida del Cordero que fue inmolado desde el principio
del mundo.”
14:1 “Después miré, y he aquí el Cordero estaba en pie sobre el monte de Sion, y
con él ciento cuarenta y cuatro mil, que tenían el nombre de él y el de su Padre
escrito en la frente.”
14:4 “Éstos son los que no se contaminaron con mujeres, pues son vírgenes. Éstos
son los que siguen al Cordero por dondequiera que va. Éstos fueron
redimidos de entre los hombres como primicias para Dios y para el Cordero;”
19:13 “Estaba vestido de una ropa teñida en sangre…”
21:27 “No entrará en ella ninguna cosa inmunda, o que hace abominación y mentira,
sino solamente los que están inscritos en el libro de la vida del Cordero.”
La sangre de Cristo
A excepción de una, todas las veces que se usa el sustantivo griego para sangre ai-ma en voz
dativa (ai[mati), se refieren a la sangre de Cristo derramada a favor de la humanidad (1:5; 5:9; 8:7; 19:13).
Mediante esto, Apocalipsis permite que el lector sea dirigido a Hebreos 9:22 “Y casi todo es purificado, según
la ley, con sangre; y sin derramamiento de sangre no se hace remisión.” Y a las palabras de Cristo en Mt.
26:28: “porque esto es mi sangre del nuevo pacto, que por muchos es derramada para remisión de los
pecados”. Continuando con esta línea de pensamiento y teniendo en cuenta expresiones como: “y con tu
sangre nos has redimido para Dios” y “Al que nos amó y nos lavó de nuestros pecados con su sangre” (AP.
1:5; 5:9) Apocalipsis presenta a Cristo como el Redentor[14] prometido en el Antiguo Testamento, y a quien
gracias a su sangre derramada en nuestro favor, hoy podemos ser salvos.
Es imposible leer el Apocalipsis sin percibir en su mensaje el reino de Dios pronto a llegar.
Apocalipsis es uno de los libros de la Biblia que da más base respecto a esta verdad, verdad que se
constituye en el alivio de muchos de los que viven en esta tierra.
Los textos bíblicos que se muestran a continuación muestran a Cristo como el Rey del reino de Dios
y la promesa para sus hijos, la cursiva es del autor:
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Texto Declaración
5:10 “y nos has hecho para nuestro Dios reyes y sacerdotes, y reinaremos sobre la
tierra.”
11:1 “El séptimo ángel tocó la trompeta, y hubo grandes voces en el cielo, que
decían: Los reinos del mundo han venido a ser de nuestro Señor y de su
Cristo; yél reinará por los siglos de los siglos.”
12:10 “Entonces oí una gran voz en el cielo, que decía: Ahora ha venido la salvación,
el poder, y el reino de nuestro Dios, y la autoridad de su Cristo; porque ha sido
lanzado fuera el acusador de nuestros hermanos, el que los acusaba delante
de nuestro Dios día y noche.”
15:3 “Y cantan el cántico de Moisés siervo de Dios, y el cántico del Cordero,
diciendo: Grandes y maravillosas son tus obras, Señor Dios Todopoderoso;
justos y verdaderos son tus caminos, Rey de los santos.
19:7-8 “gocémonos y alegrémonos y démosle gloria; porque han llegado las bodas del
Cordero, y su esposa se ha preparado. Y a ella se le ha concedido que se
vista de lino fino, limpio y resplandeciente; porque el lino fino es las acciones
justas de los santos.
19:16 “Y en su vestidura y en su muslo tiene escrito este nombre: REY DE REYES Y
SEÑOR DE SEÑORES.”
22:5 “…Dios el Señor los iluminará y reinarán por los siglos de los siglos ”
El Reino de Dios
Todo rey consta de un reino. Cristo, el Rey del apocalipsis tiene el suyo. Apocalipsis 22:3-5 “Y ya no
habrá más maldición; y el trono de Dios y del Cordero estará allí, y sus siervos le servirán. Ellos verán su
rostro, y su nombre estará en sus frentes. Y ya no habrá más noche, y no tendrán necesidad de luz de
lámpara ni de luz del sol, porque el Señor Dios los iluminará, y reinarán por los siglos de los siglos.” Ésta es
la manera como el apocalipsis se dispone a terminar, habiendo presentado en sus partes iníciales la verdad
de un reino de Dios existente y culminando con la presentación de los redimidos formando parte de este
reino divino, esta parte constituye la realización de la esperanza que une a los cristianos, esperanza que se
verá consumada en aquel glorioso momento en que se vea a Cristo venir coronado de gloria, momento que
será objeto del siguiente capítulo de estudio.
Conclusión
Se concluye esta investigación declarando que a Cristo se le debe de dar el valor y el lugar que le
corresponde en las Escrituras. Cristo es Divino, así como el Padre, Apocalipsis lo muestra como un Dios de
amor, interesado sumamente en su pueblo, a través de las edades el se manifestó y aun hoy lo hace.
Apocalipsis muestra a un Cristo glorificado, quien es Rey de reyes y Señor de señores, esta verdad
no fue algo contrario ni obstáculo para que Jesús venga a morir y a ser “inmolado” por nosotros, no obstante
el esta presto a venir con toda su majestad. No hay refutación en contra de la Biblia, todo lo que se necesita
es estudiarla, descubrir al Maestro allí… vendrá por añadidura.
Concluimos haciendo alusión a las palabras de Juan: “Sí ven Señor Jesús”, pues él es nuestra
esperanza.
[3] Gilberto M. Lear, Discursos sobre el libro de Apocalipsis(Barcelona: CLIE, 1984), 184.
[4] Mario Veloso, Apocalipsis y el fin del mundo (Buenos Aires: ACES, 1999), 188.
[5] La cursiva es del autor.
[6] Josh McDowell, Evidencia que exige un veredicto: Evidencias Históricas de la fe Cristiana. Traducido por
René A. M. (Miami: Vida, 1982), 96.
[9] Ibid.
[11] Alfredo López Amat, Jesús el Ungido (Madrid: Sociedad de educación de Atenas, 1991), 125.
[12] Miguel Nuñez, Cristología: Decubriendo al Maestro (Lima: Ediciones Fortaleza, 2006), 34.
[13] Como se dijo en la introducción, El Cristo que entendemos en la Escritura es el Cristo que debe ser
presentado. Ver: Wolfhart Pannenbog,Fundamentos de Cristología (Salamanca: Ediciones Sígueme, 1974), 29.
[14] Ray Summers, Digno es el Cordero. Traducido por Alfred Lerín (s.l.: Casa Bautista de Publicaciones,
1977), 181.
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