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Resumen libro 1 HCA

Primer Módulo: El régimen colonial. Sus orígenes y evolución. Las bases de su


crisis.

Capítulo 1: El régimen colonial. De los orígenes a las reformas borbónicas.

Títulos a la dominación de las Indias

Isabel y Fernando capitularon con Colón en su carácter de reyes de Castilla y se


autotitularon “señores de los mares océanos”. Dispusieron que las Indias fuesen
incorporadas a la Corona de Castilla, dicha incorporación se formalizó en las Cortes
de Valladolid (1518), al ser reconocido y jurado como rey al nieto de los reyes, Carlos
I, hecho que inaugura el reinado de la dinastía de los Hasburgos en España (Casa de
Austria).
Por la incorporación, las Indias pasaban a ser “bienes realengos” (sometidos
directamente al dominio de la Corona).
El derecho de España al dominio de América provenía de 4 fuentes originarias: la
palabra divina, el descubrimiento, una guerra justa y la Bula de Alejandro VI.
En cuanto a la primera (la palabra divina), se ubican en las Sagradas Escrituras.
El segundo título invocado (el descubrimiento), era reconocido como título originario
de dominio por todas las naciones europeas de la época.
El tercer título (la guerra justa), era la emprendida contra los salvajes con el objeto de
dominarlos y adoctrinarlos en las enseñanzas del cristianismo.
El cuarto título estaba integrado por las Bulas Papales. El derecho internacional de la
época reconocía al Pontífice de Roma, en su carácter de jefe espiritual (y árbitro) del
orbe cristiano, la facultad de disponer de aquellas tierras que no eran parte de un
Estado cristiano, a fin de otorgar su dominio a un príncipe para que procediese a la
evangelización de sus habitantes.
Al tomarse conocimiento de los resultados del viaje de Colón, los Reyes Católicos, en
abierta puja con Portugal, recurrieron al Papa para asegurarse los derechos sobre las
tierras descubiertas y por descubrir. El Pontífice expidió un serie de Bulas relativas a
los nuevos territorios descubiertos, conocidas como Inter Coetera.
La primera de ellas, Bula de Donación, otorgaba a la Corona de Castilla “las islas y
tierras firmes descubiertas o por descubrirse”, en tanto no se encontraban en poder de
príncipes cristianos.
La segunda, Bula de Partición, concedía a la Corona castellana “todas las islas y
tierras firmes descubiertas o por descubrirse, situadas al occidente de una línea que
fuese de polo a polo y pasase 100 leguas más allá de las islas Azores y Cabo Verde”,
dicha demarcación es imprecisa, lo que llevó a ambas naciones (España y Portugal) a
suscribir el Tratado de Tordesillas (1494). En dicho tratado, la línea divisoria se
trasladó a 370 leguas marinas al oeste de la isla de Cabo Verde, estableciéndose que
las tierras situadas al occidente de la misma correspondían a Castilla, y las situadas al
oriente a Portugal.
El único título que Castilla pudo esgrimir con éxito frente al resto de las potencias
europeas fue el de la ocupación territorial efectiva.

Los organismos de gobierno radicados en la península

A fines del siglo XV no existía el Estado español. El matrimonio de Fernando de


Aragón e Isabel de Castilla dio lugar a una unidad de carácter dinástica entre ambos
reinos.

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La incorporación de los territorios americanos a la Corona de Castilla generó la pronta
necesidad de organizar los aparatos político-administrativos y económicos; organizar
los instrumentos para efectivizar el ejercicio del poder colonial en los territorios
descubiertos.
Sobre estas bases se crearon 2 organismos de gobierno que contemplaban las
nuevas condiciones creadas por el descubrimiento, pero antes es necesario estudiar
la institución máxima de gobierno instalada en la península: la Monarquía.

La Monarquía

El sistema político-administrativo del poder en el régimen colonial tenía su cabeza en


el propio monarca, que por esa razón era rey de España e Indias.
Las Cortes estaban integradas por los llamados “tres brazos”: la Alta Nobleza, el
Alto Clero y los representantes de las ciudades (los burgueses, los ricos
comerciantes, banqueros y financistas que generalmente carecían de títulos
nobiliarios pero que incluían en su seno también a miembros de la baja nobleza).
Los monarcas estaban obligados a respetar los denominados “fueros”, es decir, “la
regla jurídica especial y privilegiada, de excepción del derecho común y que sólo
obliga a las personas de determinada clase o vecinidad”; estos podían ser territoriales
y personales.
El advenimiento de los Reyes Católicos implicó una aceleración del proceso unificador
y paralelamente, el comienzo del afianzamiento del Estado absolutista. En lo político
se crearon una serie de organismos que como la Santa Hermandad hacía justicia y
mantenía el orden social en nombre del monarca, o el Consejo Real, integrado por
legistas que bosquejaron los lineamientos y bases del nuevo orden en el ámbito
jurídico.
También en el orden religioso se advierte el proceso unificador y centralizador (la
persecución de las llamadas herejías a través del Tribunal de la Santa Inquisición).
La expulsión de moros y judíos, que realizaban la mayor parte de las actividades
productoras de riqueza y su gasto en bienes suntuarios y las guerras, fueron las bases
de la futura decadencia española.
Fruto de este estancamiento económico se advierte en la incapacidad del Estado de
acometer grandes empresas por falta de capitales; el poder político descubrió que la
realización de sus planes expansionistas estaba estrechamente vinculada con la
posibilidad de hallar una vía de acuerdo con particulares que decidieran arriesgar sus
capitales en el sometimiento de los nuevos territorios. Reapareció en América la
institución del Adelantamiento.
Con la llegada al trono de Carlos I (Casa de Austria), se consolidaron los cimientos del
Estado absolutista pero con todas las características negativas ya señaladas: un
sistema en el que los “Grandes de España” disfrutaron y dilapidaron parasitariamente
las rentas de América.
Para los dominios americanos la institución que reflejó el espíritu de los Austrias fue el
Consejo Supremo de indias. Los Austrias consideraron a las Indias como dominios de
la Corona castellana, ya que el descubrimiento y parte de la conquista se llevaron a
cabo antes de que España se unificase estatalmente. Cuando se hizo necesario
recopilar la legislación indiana en la prelación de normas se recurrió primeramente a
las leyes vigentes en Castilla. Las tierras americanas no eran equiparadas a
provincias españolas, sino verdaderas colonias.
Con la llegada de los Borbones (Felipe V 1701) se puso en marcha un tremendo
esfuerzo por colocar a España a la altura de los tiempos y un proceso de cambios
cualitativos en el carácter de las instituciones indianas. Bajo los reinados de Felipe V,
Fernando VI, Carlos III y Carlos IV se realizaron las denominadas reformas
borbónicas que en el actual territorio argentino fueron de orden político (creación del

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Virreinato de Río de la Plata 1776), administrativo (Real Ordenanza de Intendentes
de Ejército y Hacienda – 1782) y económico (Reglamento de Libre Comercio- 1778;
instalación de la Aduana en Bs.As-1778; y creación del Consulado de Bs.As – 1794).

La casa de contratación

España creó 2 organismos en razón de las nuevas realidades y necesidades


emergentes del descubrimiento, conquista y ocupación de América; la primera de ellas
fue la Casa de Contratación. Esta era una institución de composición colegiada y de
carácter económico, creada en 1503 y que tuvo sede originariamente en Sevilla pero
más tarde fue trasladada a Cádiz, resultó ser el primer cuerpo administrativo creado
por España para fortalecer sus descubrimientos y es así como de simple casa de
comercio, llegó a convertirse en el eje de un sistema económico-administrativo
tendiente a la fiscalización total del comercio entre las metrópolis y colonias
(monopolio comercial), hasta que fue suprimida por Carlos IV en 1790. Hay que
destacar que para 1650 el tráfico comercial entre España y América era el más
importante del mundo.
Originariamente manejada por 3 funcionarios, desde 1584 se dispuso que la Casa de
Contratación se integrara con un presidente, 3 jueces letrados, un fiscal y 3 jueces
oficiales, que actuaban cada uno de ellos como tesorero, contador y factor
(designados todos por el monarca).
Llevaba el registro de los cargamentos que iban o llegaban de Indias; se encargaba
del fletamiento de los navíos y daba las instrucciones a sus capitanes; tenía poderes
de confiscación de oro y plata que no tuvieran registro; ejercía el control de la
emigración a Indias.
Cumplía funciones de carácter judicial, que eran ejercidas por los jueces letrados
(tribunal de comercio). Era competente para entender en los delitos cometidos en los
buques y almacenes de la institución.
Tuvo como anexos una Oficina de Hidrográfica y una Escuela de Navegación.

El consejo supremo de Indias

Este organismo de gobierno reflejaba el espíritu de los Hasburgos en el gobierno de


América, encuentra sus orígenes en el Consejo Real de Castilla. Después del
monarca, era la institución de más alto rango de las radicadas en España para el
gobierno y administración de las colonias americanas.
Es una institución de composición colegiada, que debía residir en la Corte (junto al
rey). Gozaba de la suprema jurisdicción sobre las Indias y estaba integrada por un
presidente y 5 ministros, que integraban la Cámara del Consejo (designados por el
monarca).
Los integrantes del Consejo estaban sujetos a variadas restricciones, en
consecuencia, debían ajustar su vida privada y pública de manera tal de no aparecer
pública o privadamente conectados patrimonial o familiarmente con los asuntos que
pudiesen llegar a su conocimiento.
Existía todo un conjunto de funcionarios de menor jerarquía que formaban parte de la
burocracia del Consejo, como el gran canciller, el fiscal del Consejo, el alguacil mayor,
el escribano de Cámara, etc. Para ordenar su funcionamiento el Consejo se dividía en
Salas.
Las funciones del Consejo de Indias se fueron delineando a lo largo del siglo XVI.
Estas funciones son:

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Funciones legislativas: todo lo relativo a la legislación indiana pasaba por el
Consejo, ya que proponía al rey las leyes, ordenanzas, etc, relativas a América, pero
quien legislaba era el monarca.

Funciones administrativas: eran variadas, pero con el correr del tiempo se fueron
especializando. Proponía al rey los funcionarios para América y entendía en todo lo
referente a las cuestiones de jurisdicción en Indias, se ocupaba de la fijación de límites
geográficos de los virreinatos, y dentro de éstos de los límites entre las provincias
mayores y menores, etc.

Funciones judiciales: éstas pueden clasificarse en funciones originarias o privativas


y en funciones de alzada o en grado de apelación. Originariamente o privativamente,
el Consejo de Indias entendía los llamados juicios de residencia y de visita.

Al juicio de residencia estaban sometidos todos los altos funcionarios de la Corona


residentes en América (virreyes, gobernadores) al finalizar su gestión.
El juez residenciador tomaba declaraciones, realizaba investigaciones relativas al
comportamiento del funcionario en cuestión y elaboraba un memorial con lo actuado y
sus conclusiones, el que elevaba al Consejo que era el que tomaba resoluciones.
Los funcionarios de menor jerarquía eran juzgados por la Real Audiencia con
jurisdicción en la zona.
El juicio de visita, podía realizarse en cualquier momento de la gestión del
funcionario ante denuncias generales o sospechas de abuso del poder. Este juicio
podía tener 2 características: general o especial.
Si tenía carácter general, se designaba un “juez visitador” que tenía facultades muy
amplias, incluso la de suspender en sus funciones a los inculpados.
En el caso de que tuviera carácter especial, se designaba a un “juez pesquisador”
para investigar sobre una determinada denuncia sobre un hecho en concreto en un
lugar concreto. Estos jueces tenían atribuciones informativas no pudiendo tomar
providencias por sí mismos como ocurría con el visitador.

Funciones eclesiásticas: las disposiciones que emanaban del Papado eran pasadas
en consulta al Consejo; aconsejaba y asesoraba al monarca en todas las cuestiones
emergentes del ejercicio del patronato.

Funciones militares: intervenía en la llamada “Junta de Guerra”, que disponía de las


fuerzas navales destinadas a la protección de las flotas comerciales en sus viajes a
América.

Funciones relativas a los primitivos habitantes del Nuevo Mundo: en el seno del
Consejo se debatieron todas las cuestiones relativas a los primitivos habitantes de
América, su sometimiento, su evangelización y el origen y justificación de los
“derechos” españoles a expropiar de sus tierras a los indios.

Las funciones del Consejo de Indias fueron notablemente mermadas a raíz de las
reformas borbónicas. La existencia del Consejo se prolongó hasta 1812, en que fue
suprimido por la Corte de Cádiz.

Los organismos de gobiernos radicados en América

El sistema de organización del poder colonial implantado por España en las Indias
respondía a la necesidad de la metrópoli de garantizar la extracción de las riquezas

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americanas en beneficio propio y paralelamente, mantener el control sobre la sociedad
asentada en el Nuevo Mundo.
Es factible distinguir 3 etapas fundamentales: la de la conquista y ocupación (se
identifica con la institución del Adelantamiento); la época de los Gobernadores (que
toma cuerpo con la primera organización político-administrativa dada a estos territorios
luego de estabilizada su ocupación) y la tercera que se construye a partir del
virreinato del Río de la Plata.
Deben ser consideradas también, la institución del Cabildo, la legislación de Indias, el
Real Patronato y la organización de la Justicia.

Los Adelantados

La toma de Granada (1492) implicó el fin del proceso bélico-político-religioso


alrededor del cual durante 7 siglos giró la vida de los pueblos ibéricos.
El Adelantamiento, será la primera institución creada para las cuestiones americanas
en la propia América. Se trata de una institución de orden típicamente feudal, que
reverdece en el Nuevo Mundo justo en el momento de su extinción en la península.
Esta institución se identifica temporalmente con la conquista del actual territorio
argentino y su ocupación a través de las corrientes pobladoras provenientes del Perú,
Chile y del Atlántico. Concluye aproximadamente en 1593 al quedar organizadas estas
regiones bajo el mando de los gobernadores.
El título de adelantado era de elevada jerarquía, sin llegar a tener carácter nobiliario.
El adelantado no era un funcionario de la Corona: era un particular que contrataba con
la Corona. Este contrato se denominaba “Capitulación” (estaba dividido en capítulos
donde se fijaban los derechos y obligaciones de ambas partes).
La principal obligación del adelantado consistía en financiar la expedición, ya que la
Corona carecía de medios financieros para estos emprendimientos. Muchas veces
detrás de la persona del adelantado se configuraban verdaderas “sociedades
comerciales” integradas por capitalistas.
El adelantado estaba obligado a conquistar tierras en nombre del rey y para la
Corona, fundar ciudades, proveer la conversión de los indios al cristianismo, etc.
En cuanto a sus derechos, consistían en la autorización para construir fortalezas de
piedra, la concesión de grandes extensiones de tierras y de encomiendas de indios, la
promesa de títulos nobiliarios y la participación en las ganancias que generara la
empresa (si las hubiese, se repartían 4/5 partes para el adelantado y 1/5 para la
Corona).
Al título de adelantado se agregaron otros. Estos títulos eran: Capitán General
(mando militar); Gobernador (poder político y judicial sobre el territorio) y Alguacil
Mayor (facultad de hacer efectivas las decisiones judiciales mediante su ejecución).

La época de los gobernadores

Las Indias fueron organizadas en virreinatos, los cuales comprendían provincias


mayores y menores, a cuyo frente se encontraba un virrey, una audiencia y un
gobernador respectivamente.
Los gobernadores no son “capitulantes”, sino que se trata de verdaderos funcionarios
administrativos de la Corona (seleccionados por el monarca a propuesta del
Supremo Consejo de Indias), los que ejercían sus funciones por un tiempo
determinado, gozaban de remuneración, estaban sometidos al juicio de residencia,
etc.
Los virreyes estaban facultados para designarlos en forma interina, siendo necesaria
la confirmación posterior del rey.

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Hasta el último tercio del siglo XVIII el actual territorio argentino estuvo bajo el mando
de gobernadores administrativos.
La primera organización político-administrativa que existió en la actual Argentina
estuvo compuesta por 2 provincias menores (la del Río de la Plata y la del Tucumán) y
un corregimiento (Cuyo). Estas formaban parte y dependían del Virreinato del Perú,
con sede en la ciudad de Lima.
La provincia del Río de la Plata emerge como consecuencia de la empresa acometida
por don Pedro de Mendoza. Dada la enorme extensión de esta provincia, en 1617 fue
dividida creándose 2 nuevas: la de Guayrá (más tarde Paraguay) y la nueva del Río
de la Plata, estando la sede de sus autoridades en Asunsión y en Bs.As,
respectivamente. La ciudad de Bs.As fue fundada con el fin de resguardar el flanco
atlántico del virreinato peruano.
La provincia del Tucumán fue creada en 1563.
El corregimiento de Cuyo fue creado en 1574.
Esta primera organización político-administrativa estuvo vigente hasta la creación de
las intendencias durante la etapa borbónica.
Cuando los gobernadores eran nombrados, se les expedían instrucciones en las que
se les hacia presente las particularidades del territorio que iban a administrar, que las
riquezas que hallaren pertenecían a la Corona, las que debían cuidar, y que debían
velar por la armonía entre los españoles y los indios (respetando a estos últimos).
Los gobernadores del Río de la Plata y del Tucumán estaban sometidos a la autoridad
del virrey de Lima. Los corregidores de Cuyo eran designados por los presidentes de
la Real Audiencia de la provincia mayor de Chile. Los gobernadores y corregidores
tenían su residencia en las ciudades principales de sus jurisdicciones.
Al título de gobernador que implicaba el mando político y judicial sobre el territorio,
se unía el de capitán general (mando militar). Hasta la sanción de las leyes de Indias
(1680), tenían facultades legislativas. Siempre estuvieron excluidos del manejo de los
fondos de la Real Hacienda.
A lo largo del siglo XVI, los gobernadores eran designados por tiempo indeterminado,
pero a partir del siglo XVII se designaba por 5 años a los que arribaban de España y
por 3 años a los ya radicados en América.
Entre las diversas facultades de los gobernadores, estaba la de nombrar ciertos
funcionarios; entre ellos merece destacarse:

Teniente general de la gobernación: en quienes delegaban su atención directa de


determinados asuntos.
Tenientes de gobernador: que ejercían las mismas funciones que el gobernador en
las ciudades subordinadas pero bajo el contralor de aquellos mandatarios.
Los gobernadores presidían los cabildos de las ciudades sedes de sus distritos
(ciudades principales) y los tenientes de gobernador, presidían los cabildos de las
ciudades subordinadas, pero no podían intervenir en sus deliberaciones ni votar, salvo
caso de empate. Estaban sujetos a una serie de prohibiciones; no podían casarse sin
licencia real, nombrar parientes en funciones gubernativas, etc.

Los cabildos

A diferencia de la colonización británica en el norte del continente, la radicación de los


españoles en esta parte del Nuevo Mundo fue básica y esencialmente urbana. La
ocupación del territorio, vencida la resistencia indígena allí donde la hubo, se
concretaba mediante la fundación de la ciudad. La fundación era un acto político
que significaba el designio (apoyado en la fuerza) de ocupar la tierra y afirmar el
derecho de los conquistadores. Por eso se perfeccionaba el acto político con un gesto

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simbólico: el conquistador arranca un puñado de hierba, da con su espada 3 golpes al
suelo, y finalmente reta a duelo a quien se oponga al acto de fundación.
A los primeros pobladores se les aseguraba en el Río de la Plata en el momento de la
fundación de la ciudad un solar de tierra en el ejido urbano, un lote para chacra y otro
mayor para la ganadería. Estas ciudades (que inicialmente tenían las características
de un “fuerte”) tenían una base humana y otra jurídica. La primera consistía en la
reunión de pobladores. La segunda era el cabildo (de ahí que son ciudad-cabildo).
Era obligación del adelantado fundar ciudades, y un paralelo privilegio el de designar a
los primeros integrantes del cabildo. En lo sucesivo y anualmente, los integrantes del
cabildo procedían a designar a sus sucesores. En la ciudad de Bs.As y en la de Santa
Fe, la renovación se realizaba el 1º de enero de cada año.
Los Cabildos tenían el privilegio de poder comunicarse directamente con la Corona a
fin de hacer peticiones y realizar presentaciones. No todos los habitantes de la ciudad
podían ser miembros integrantes del cabildo; para ello se debía gozar de la calidad de
“vecino”. Para tener la categoría de vecino se requerían 2 condiciones básicas:
- poseer solar de tierra.
- haber formado una familia.
Se requerían 2 condiciones de índole formal:
- la radicación permanente.
- estar inscripto en el registro o padrón de la ciudad en el que figuraban los
contribuyentes.

Ha existido una evidente confusión entre los cabildos abiertos y los llamados
congresos generales que como el realizado el 22 de Mayo de 1810 iniciaron el camino
de la emancipación e independencia de nuestro país; los cabildos abiertos de los
siglos XVI y XVII nunca pusieron en juicio la autoridad de los funcionarios
representantes de la Corona.
El cabildo se integraba con 3 categorías de funcionarios:
a) Dos alcaldes.
b) Los regidores (al principio designados por los cabildantes salientes, pero luego
se convirtieron en cargos vendibles a partir del siglo XVII).
c) Existían una serie de funcionarios especiales que participaban del cabildo,
pero que eran nombrados por el rey o el gobernador (a partir del siglo XVII
estos cargos se comenzaron a vender).

Los cabildos cumplían 2 funciones primordiales: se encargaban de la justicia de


primera instancia en lo civil y en lo penal, y se ocupaban de la administración de la
ciudad.
La función de impartir justicia fue desempeñada por los alcaldes, que eran de primer y
de segundo voto. No se exigía para ocupar este cargo conocimientos de carácter
jurídico, sino sólo saber leer y escribir; éstos no podían ser reelectos en forma
inmediata, ya que debían pasar 2 años para que pudiese volver a elegirse a la misma
persona. El cargo del alcalde fue siempre electivo, nunca se puso en venta.
El alcalde de primer voto entendía en las cuestiones de índole civil. El alcalde de
segundo voto entendía en las cuestiones de naturaleza penal, pero no podían
intervenir en materias de gobierno ni en las causas relativas a los fueros especiales.
Ambos resolvían las causas en primera instancia; sus fallos eran apelables ante la
Real Audiencia.
La autoridad judicial se hacía efectiva a través de la acción de los alguaciles mayores
(como los comisarios de la policía actual).
En materia de administración de justicia existieron los llamados alcaldes de la Santa
Hermandad o presbostes, que eran elegidos anualmente por los regidores salientes y

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que actuaban en cuestiones civiles de poca monta. Otros funcionarios del cabildo eran
el defensor de pobres y ausentes o el defensor de menores.
Las funciones de administración de la ciudad eran ejercidas por los regidores. El
cabildo cumplía las mismas funciones que hoy cumplen las municipalidades.
El cabildo tenía recursos para financiar sus actividades. Las finanzas capitulares se
integraban con los recursos denominados “propios” y “arbitrios”.
Los llamados “propios” comprendían los derivados del patrimonio mismo de la
ciudad (Ej: venta o locación de tierras comunales).
Los llamados “arbitrios” provenían del producido de ciertos gravámenes de carácter
impositivo que el cabildo estaba facultado para establecer (Ej: tasa de pesas y
medidas).
Las funciones de administración de la ciudad no se limitaban exclusivamente al ejido
urbano, la jurisdicción de cada ciudad-cabildo se extendía precisamente hasta donde
llegaba la jurisdicción de la ciudad-cabildo más próxima.
Entre los funcionarios especiales que integraban la institución capitular, y que debían
su nombramiento al rey o gobernador, merecen destacarse:

- El alférez real (encargado de llevar el estandarte de la ciudad en ceremonias


oficiales y en campañas militares).
- El alguacil mayor (encargado de ejecutar las decisiones judiciales y cuidar el
orden público).
- El fiel ejecutor (encargado de controlar los pesos y medidas utilizados por los
comerciantes minoristas, controlar el abastecimiento de los productos de
primera necesidad, etc).
- El procurador general (era el portavoz de la ciudad y quien formulaba las
peticiones de interés general ante las autoridades competentes).
- El sindico procurador (ejercía la representación jurídica de la ciudad ante el
rey).
- El mayordomo (funcionario encargado de la administración de los bienes de la
ciudad).
- El defensor de menores.
- El defensor de pobres y ausentes (encargado de la representación de los
ausentes y carentes de recursos).
- El maestro (encargado de impartir la enseñanza primaria).

En cuanto al funcionamiento de este organismo, se pueden distinguir 2 especies: el


cabildo cerrado y el abierto.
El cabildo cerrado era aquél donde alcaldes, regidores y algunos funcionarios
especiales se reunían y tomaban decisiones votación mediante; dentro de este tipo
se ubican los cabildos cerrados ordinarios y extraordinarios.
El cabildo cerrado ordinario era aquél que se reunía en los días prefijados para
atender los asuntos de mero trámite. El extraordinario, era aquél que se convocaba
para atender asuntos de urgencia.
Las reuniones debían realizarse en la Casa Capitular (el edificio del cabildo) estando
prohibido que se llevaran a cabo en la sede del poder político. Las reuniones eran
presididas por los gobernadores (o tenientes de gobernador en las ciudades
subordinadas), en ausencia de éstos, las reuniones eran presididas por los alcaldes,
pero no podían llevarse a cabo en ausencia de ambos.
El llamado cabildo abierto consistía en la reunión de todos los “vecinos”, para
deliberar sobre problemas de interés general.
Este cabildo abierto carecía de una legislación específica, pero funcionaba de
acuerdo a 3 reglas generales:

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a) Era necesaria la autorización del poder político para que pudiera ser
convocado (Ej: gobernador).
b) Los cabildantes estaban autorizados para cursar las invitaciones a los vecinos.
c) Los propios miembros del cabildo lo presidían.

Las reformas borbónicas recortaron las atribuciones del cabildo.

La legislación de Indias

El hecho de que las indias fueran incorporadas a la Corona de Castilla explica que el
derecho castellano fuese el que se proyectase desde España sobre estas comarcas
del Nuevo Mundo.
No siempre el derecho castellano era aplicable a ese nuevo nudo de relaciones de tipo
social, lo que dio lugar a una proliferación y acumulación de normas jurídicas que en
innumerables casos se contradecían entre sí.
El primer intento ordenatorio, en este caso de las leyes castellanas, se llevó a cabo en
tiempos de Felipe II (1567), que no produjo los efectos esperados. Por ello se procedió
a seleccionar y ordenar un grupo de leyes que pudiesen ser sancionadas oficialmente
como las únicas vigentes, así, en 1680 (bajo el reinado de Carlos II) se sancionó la
Recopilación de las Leyes de Indias. En la época de Carlos III se efectuó un nuevo
ordenamiento, conocido como Novísima Recopilación, que sancionada por Carlos IV
(1805) no llegó a regir en nuestro país.
El Derecho de Indias, reunió una serie de características:
- es casuístico.
- con tendencia a asimilar y uniformar.
- con gran minuciosidad reglamentaria.
- imbuida de un hondo sentimiento religioso y espiritual.

El reglamentarismo de los monarcas, el legislar para lo ideal y no para lo real, dio


origen a declarar que las disposiciones “se acatan pero no se cumplían”, lo que no
implicaba una desobediencia, sino un intento para que el rey revisase lo dispuesto.

La recopilación de leyes de los reinos de Indias

No se trata de un código. Está dividida en 9 libros, los que a su vez se dividen en 218
títulos. Contiene un total de 6380 leyes.
El Libro I trata de todo lo relativo a las relaciones entre el Estado y la Iglesia (Real
Patronato).
El Libro II está referido al funcionamiento del Consejo de Indias, de la Reales
Audiencias, etc.
El Libro III contempla los títulos de la Corona castellana sobre las Indias.
El Libro IV trata del régimen de las ciudades, comercio, etc.
El Libro V se ocupa de los límites geográficos de los virreinatos, gobernaciones, etc.
El Libro VI legisla sobre los aborígenes de América.
El Libro VII contempla las normas del derecho penal.
El Libro VIII trata del régimen de la Real Hacienda.
El Libro IX está dedicado a la Casa de Contratación.

El Real Patronato

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El Título VI del Libro I de la Recopilación de Leyes de Indias, trata sobre el Real
Patronato, derecho de la Corona “que no puede salir de ella en todo o en parte y por
gracia, merced, privilegio o cualquier otra disposición”
El Real Patronato es una institución de carácter religioso, regulada por el derecho
canónico y el derecho público, comprende las relaciones entre el Estado y la
Iglesia Católica.
Por esta institución, la Corona de Castilla tenía la prerrogativa de presentar a la Santa
Sede los candidatos para ocupar las altas dignidades eclesiásticas en América, así
como cobrar el “diezmo” (impuesto religioso), con la correlativa obligación de levantar
iglesias y contribuir a su sostenimiento económico.
En su carácter de “Patrono”, el rey estaba facultado para admitir nuevas órdenes
religiosas en América e inclusive, intervenir directamente en su organización, concedía
o negaba el pase de las Bulas, Breves y Rescriptos emanados de Roma.
A partir de los hechos de Mayo de 1810 el ejercicio del derecho de Patronato pasó a
los sucesivos gobiernos patrios.

Organización de la justicia. Las reales audiencias de Indias.

España y su sistema político desconocían el principio de la división y balance de


poderes, con la consiguiente independencia del poder judicial.
La administración de la cosa pública, la legislación y la justicia emanaban
directamente del monarca (fuente indiscutida del poder). Se gobernaba, legislaba y
hacía justicia “en nombre del rey”.
Tanto los virreyes, como los intendentes, y el Consulado tenían potestades de orden
judicial. La institución más importante relativa a la justicia en el Nuevo Mundo fue la
Real Audiencia (gobernaba con el virrey, en ausencia del virrey y aún contra el
mismo virrey).
La primera Audiencia que tuvo jurisdicción sobre el actual territorio argentino fue la de
Charcas (ubicada en el Alto Perú). En 1663 se estableció la primera Audiencia en la
ciudad de Bs.As, de efímera vida. En 1785, luego de creado el Virreinato, se instaló
nuevamente la Audiencia en Bs.As, la que subsistió hasta la reorganización de la
justicia llevada a cabo por el Primer Triunvirato (1812).
Tradicionalmente se han distinguido 3 clases de audiencias:

- Las Audiencias Virreinales (establecidas en las capitales de los virreinatos y


presididas por los virreyes que eran las de más jerarquías y gozaban de todas
las prerrogativas.
- Las Audiencias Pretoriales (establecidas en la ciudad principal y presididas
por el gobernador).
- Las Audiencias Subordinadas (a cuyo frente se encontraba un Presidente
Togado).

Se trataba de un organismo de composición colegiada, integrado por un presidente y


jueces letrados conocidos como “oidores”; la del Río de la Plata tuvo 5 oidores.
A fines del siglo XVIII se creó el cargo de Regente, encargado de presidir a la
Audiencia en lugar del virrey, quien jerárquicamente ocupaba en la burocracia colonial
un escalón inferior al de éstos.
En materia judicial, el presidente y los oidores integraban el máximo Tribunal de
Justicia en América.
La Real Audiencia era esencialmente un Tribunal de Alzada (de Apelaciones de
Segunda Instancia), ante el cual se resolvían una serie de recursos como el de
Apelación, Súplica, etc; en ciertos casos las resoluciones de las Audiencias eran
apelables ante el Supremo Consejo de Indias.

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La Audiencia de Indias tenía importantes funciones de carácter gubernativo. El
presidente y los oidores, fiscalizaban las altas funciones de gobierno, incluidas las del
virrey, mediante los Acuerdos Reales. Las resoluciones tomadas en estos “Acuerdos
Reales”, tenían un carácter que podría calificarse de obligatorio desde que el virrey, en
cuestiones de importancia y trascendencia se preocupaba generalmente en consultar
la opinión de la Audiencia antes de resolver. En caso de impedimento, muerte o
destitución del virrey, la Real Audiencia lo reemplazaba en forma interina.
Los oidores (designados por el rey) no tenían una limitación temporal, eran
“inamovibles”, sólo la voluntad del monarca podía destituir a los oidores en cualquier
momento.
Los integrantes de la Audiencia se encontraban sometidos a un estricto contralor de
su vida pública y privada, a fin de lograr la mayor imparcialidad posible en el ejercicio
de su gestión.

La economía colonial

En menos de un siglo, España conquistó y ocupó los territorios que integraron su


colosal imperio en este continente. De esa manera, se crearon 2 virreinatos, el de
Nueva España (México) y el del Perú, así como las gobernaciones mayores y
menores, etc. Se fijaron las bases del gobierno particular de las ciudades, la
administración de justicia, en cuya cúspide de dicha estructura piramidal se
encontraba el monarca.
La falta de desarrollo de la manufactura tradujo la imposibilidad de la metrópoli de
abastecer las crecientes demandas y necesidades de las colonias, debiendo recurrir a
la importación de mercancías de otras naciones europeas. En los siglos XVI y XVII, el
volumen de la producción textil daba las pautas del desarrollo económico de las
diversas regiones de Europa occidental. En estos tiempos, Inglaterra, Francia, etc,
daban los primeros pasos en materia de legislación protectora de sus manufacturas
textiles, en tanto que España se permitía el lujo de la libre importación en detrimento
de las manufacturas nacionales.
El oro y la plata llegados de América eran simplemente asentados en los libros
contables de la Casa de Contratación y pasaban al pago de las importaciones de
manufacturas elaboradas por otros países europeos, anclando a España en el atraso
y la dependencia.

La economía colonial en el actual territorio argentino

El actual territorio nacional, durante los siglos XVI, XVII y XVIII, fue uno de los menos
desarrollados del Imperio de España en América. Esto se explica por la carencia de
grandes centros mineros como en los casos de México y Perú o de una producción
destinada a la exportación. Desde el punto de vista económico, el actual territorio
argentino estaba fuera de los circuitos de gran producción y comercio de la época.
Desde la época colonial, se pueden advertir 2 grandes agrupamientos regionales y
económicos en el país: el Interior (dividido en Centro-Norte y Cuyo) y el Litoral.
El Centro-Norte se corresponde a la gobernación del Tucumán, fue la región de
mayor importancia durante la época colonial, por estar vinculada al gran centro
minero del Potosí, localizado en la actual Bolivia.
Toda producción del Centro-Norte, consistente en alimentos, ganado a pie, así como
artículos artesanales, estaba dirigida directamente y giraba en torno al consumo de las
minas altoperuanas.
Cuyo, producía vinos, alcoholes, etc; colocaba su producción en el Litoral y en el
Tucumán.

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El Litoral, que abarcaba el territorio de la gobernación del Río de la Plata, fue la región
más atrasada y menos poblada de la época colonial; las tribus del Litoral no conocían
la agricultura, eran nómades.
El período se caracteriza por la existencia de economías regionales autosuficientes.

El monopolio comercial. El contrabando

Uno de los elementos esenciales de la economía colonial consistió en un sistema


comercial asentado en el encauzamiento del oro y la plata americanas hacia la
metrópoli, con el fin de pagar las manufacturas adquiridas a una serie de países
europeo-occidentales, y su reciclaje hacia las colonias vía un puerto único en
España.
El tráfico comercial se efectuaba al principio a través de los puertos de Sevilla y Cádiz,
pero a partir de 1680 sólo por el puerto gaditano, dada las dificultades que presentaba
el puerto de Sevilla.
El sistema monopólico, regenteado como se sabe por la Casa de Contratación,
funcionaba a través de lo que se conoce como un sistema de “flotas protegidas”.
La realidad económica tenía que imponerse en definitiva al voluntarismo y los
estrechos intereses de los monopolios limeños, ya que los “efectos de Castilla” que
ingresaban por la vía del contrabando directamente a través de la zona del litoral eran
mucho más baratas que las llegadas por la vía legal. Esa realidad representó un papel
desequilibrante a favor de los incipientes núcleos comerciales porteños y del litoral,
hasta lograr ya en la etapa borbónica, la apertura del puerto de Bs.As al comercio
colonial.
El sistema monopólico sufrió sus primeros golpes gracias a la acción de los corsarios,
los piratas, etc. El sistema en sí jamás pudo recuperarse luego de la firma del Tratado
de Utrecht (que puso fin a la guerra de Sucesión Española; España se vio obligada a
ceder a Inglaterra el monopolio del tráfico negrero en las colonias).
El eje Lima-Potosí-Bs.As se terminaría inclinándose a favor de esta última; las
reformas borbónicas no hicieron más que homologar lo que era una necesidad
manifiesta.

La sociedad colonial

La jerarquización de la sociedad, sobre la base de la riqueza y de la pureza radical


son los ejes sobre los que giraron la vida de las instituciones de la colonia. Los
sometidos por la conquista fueron convertidos en vasallos de la Corona (obligados a
pagar tributo al monarca y utilizados como mano de obra barata).
La incorporación del negro africano completó el esquema social añadiendo otro
elemento étnico. Su condición social y jurídica fue diversa a la del indio.
Las denominadas “castas” pueden clasificarse en 5 grandes grupos:
1) Indios.
2) Mestizos (mezcla de blanco e indio).
3) Negros.
4) Mulatos (mezcla de blanco y negro).
5) Zambos (mezcla de indio y negro).

En esta sociedad de castas, los únicos que gozaban de la plenitud de los derechos y
privilegios eran los blancos, españoles europeos o españoles americanos (criollos),
los que constituían la elite social.
En cuanto a la sociedad asentada en el territorio de la actual Argentina se ha señalado
que no había en el Río de la Plata aristocracia de sangre ni títulos nobiliarios (salvo

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excepciones), no existía una verdadera aristocracia, debido a la falta de riquezas de
sus pobladores.
La elite rioplatense se conformó sobre la base de la explotación rudimentaria del
ganado y las ganancias obtenidas por el tráfico comercial; la elite del Tucumán y
Cuyo, se erigieron sobre la propiedad de la tierra y la masiva explotación de la mano
de obra indígena.

La situación social y jurídica del indio

La primer relación que se dio entre los peninsulares y los americanos fue del tipo
esclavista. Los conquistadores debían leer a los indios el llamado “Requerimiento”,
una especie de formulación jurídica que daba fundamento a los derechos españoles a
la conquista; según dicha formula, se afirmaba que San Pedro podía ubicar su trono
en cualquier parte del mundo y gobernar a todas sus gentes (cristianas o no) y de
hacer mención de la Bula de Donación del Papa Alejandro, los indios tenían un breve
espacio de tiempo para reconocer a sus nuevos gobernantes, bajo la amenaza de
llevar la guerra contra ellos.
Estabilizada la expropiación de las tierras americanas por parte de España, y luego de
la decisión de que los habitantes de América eran seres humanos puesto que
tenían alma, la relación entre conquistador y conquistados cambió sustancialmente;
por una Real Cédula (1530) se prohibió la esclavitud del indio.
La legislación emanada del Consejo Supremo de Indias, consideró al indio como
persona, vasallo libre del rey, que como tal debía pagar tributo a la Corona. Pero
dicha legislación, limitó la capacidad de los primitivos americanos, su situación en el
plano jurídico quedó equiparada a la de un menor de edad, un incapaz necesitado de
tutela legal.
Se creaba una contradicción entre la igualdad proclamada por la ley y la dependencia
impuesta por la vida; no era suficiente vencer y aprisionar a los indios para hacerlos
fieles vasallos del rey; había que convertirlos al cristianismo e incorporarlos totalmente
a la economía y a la sociedad del conquistador.
Existían diversas formas de explotación del indio:

El Repartimiento: fue consagrado mediante la Real Cédula. Los Indios eran


“repartidos” entre los españoles, debiendo trabajar forzosamente por un salario fijo en
dinero (pero posteriormente sería un salario en vestidos y otras cosas necesarias).
Los indios repartidos debían permanecer en las tierras dadas en propiedad al
conquistador; paralelamente el español quedaba sometido a una serie de obligaciones
respecto al indígena de orden feudal.

La Encomienda: tiene sus orígenes en el medioevo castellano. La encomienda


indiana consistía en la cesión que el monarca hacía a los conquistadores, en
retribución a los servicios prestados, con la obligación por parte del “encomendero” de
cuidar de los “encomendados”, habitar dicho territorio y armarse si fuese necesario
para su defensa. Los indios encomendados (que carecían de medios pecuniarios para
pagar tributo) satisfacían entonces mediante el trabajo en beneficio del encomendero.
Normalmente la encomienda cedía por el término de la vida del beneficiado y su
heredero. En el Tucumán y Cuyo, la encomienda tuvo gran desarrollo, en el Litoral fue
nula.

La Mita: se trataba de turnos obligatorios de trabajo que debían cumplir una parte de
los indios tributarios de una región. Existían varios tipos de mita; la mita minera
(Potosí, duraba 10 meses).

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El Yanaconazgo: los yanaconas eran indios nómades que no estaban sujetos a la
autoridad de un “curaca” (cacique inca). Luego de la conquista del Perú fueron
adjudicados a las españoles en calidad de sirvientes o peones. Su situación era
asimilable a la del siervo de la gleba de la etapa medieoval europea, no podían hacer
abandono de las tierras adjudicadas al conquistador (pasando con éstas a los
sucesivos propietarios).

Situación social y jurídica del negro

Dentro del sistema de castas, los negros constituyeron el grupo social de más baja
condición. La legislación establecía que les podían aplicar castigos corporales, pero
debían evitarse las contusiones y los derramamientos de sangre, ya que el negro
debía ser comprado y su precio era elevado.
El negro era, desde el punto de vista jurídico, considerado como una “cosa”, ya que
era el objeto del contrato de compraventa, se lo podía permutar, dar en alquiler, etc. El
negro podía ser esclavo o libre; su liberación podía ser otorgada mediante la “carta de
libertad” (dada por su propietario) o podía ser comprada por el mismo negro. En este
caso pasaba a la categoría de “liberto”.
En el Río de la Plata, los negros fueron utilizados en las tareas domésticas y en los
trabajos livianos de las estancias. En el Tucumán pasaron a suplir la mano de obra
indígena en las tareas agrícolas.

Capítulo 2: las reformas borbónicas.

Reformas políticas. Creación del virreinato del Río de la Plata

En el año 1740, ya bajo los Borbones, se creó el Virreinato de la Nueva Granada,


como medida defensiva ante la expansión británica en el área caribeña.
Las causas que impulsaron a la creación de un cuarto virreinato en el sur del
continente, pueden ser analizadas desde un doble punto de vista. Desde el orden
interno, que hacía a la efectiva administración y defensa de estos territorios; y desde
el orden externo, que se vincula estrechamente con la situación internacional en el
siglo XVIII y el papel que le tocaba a España jugar en la misma.
En la faz interna, el comercio estaba prácticamente en manos extranjeras a través del
contrabando.
En el plano internacional, España estuvo involucrada a todo lo largo del siglo XVIII en
una larga serie de guerras de índole comercial, particularmente con Inglaterra y su
aliada Portugal.
La creación del Virreinato de la Nueva Granada devino en el antecedente que hizo
viable la creación de un nuevo virreinato en el sur del continente, dada la imposibilidad
de hacer frente desde Lima a una adecuada defensa militar de la desembocadura del
Plata: por un lado el conflicto con Portugal y su presencia en la Banda Oriental, y por
las presiones de ingleses y franceses sobre las costas patagónicas.
En el año 1776 se crea Virreinato del Río de la Plata con sede en la ciudad de Bs.As.

Los Virreyes

Junto con la Real Audiencia, el virrey era la más alta autoridad colonial residente en
América.
El virrey era la personificación del monarca en América. El nombramiento de los
virreyes era atribución exclusiva del monarca, un privilegio real; durante la época de
los Austrias eran designados a propuesta del Consejo de Indias, pero la llegada de los

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borbones le restó a este organismo muchas atribuciones, por lo que comenzaron a ser
nombrados con intervención del secretario de Despacho Universal, y al ser
desdoblada la Secretaría por el secretario de Estado y Despacho Universal de Indias.
Al principio no tenía límite de duración, pero a partir del siglo XVII dicho término se fijó
en 3 años.
Todos los funcionarios en América estaban supeditados al virrey. Se les entregaba a
los nuevos virreyes instrucciones de gobierno a que debían ajustarse los
gobernadores, etc. Eran capitanes generales (mando militar).
Presidían en la Audiencia ubicada en la ciudad sede del virreinato, pero no tenían voto
en los Acuerdos Reales salvo que fuesen letrados; la creación del cargo de Regente
(1776) los eximió de esta tarea.
En caso de impedimento, ausencia, muerte, etc, del virrey, la Real Audiencia asumía
interinamente, a través del oidor más antiguo (decano); al crearse el cargo de
Regente era éste el que provisionalmente pasaba a ocupar el cargo.
Estaban sujetos a una serie de restricciones: no podían contratar, no podían casar a
sus hijos sin consentimiento del monarca, etc. Estaban sometidos al juicio de
residencia y de visita.

Reformas administrativas. La real ordenanza de intendentes de ejercito y


hacienda

El vasto conglomerado político creado en 1776 fue estructurado, en varias


circunscripciones administrativas que recibieron el nombre de Intendencias y
Gobernaciones Militares. El nuevo sistema respondía a los principios de los Borbones
(una organización destinada a acentuar el centralismo y el control estatal de la
actividad gubernativa), poniendo fin a la época de los gobernadores (iniciada por los
Hasburgos).
En reemplazo de las 2 viejas gobernaciones y del corregimiento de Cuyo, con más
territorios altoperuanos y del Paraguay, se crearon 8 unidades administrativas:
1) Intendencia de Bs.As (Bs.As, Santa Fe, Entre Ríos, Corrientes, etc).
2) Intendencia de Córdoba (Córdoba, La Rioja, Mendoza, San Luis y San Juan).
3) Intendencia de Salta del Tucumán (Catamarca, Tucumán, Santiago del
Estero, Salta y Jujuy).
4) Intendencia de Asunción del Paraguay.
5) Intendencia de Charcas.
6) Intendencia de Potosí.
7) Intendencia de Cochabamba.
8) Intendencia de La Paz.

Las 3 primeras corresponden al territorio argentino actual; las sedes de gobierno


estaban ubicadas en las llamadas ciudades principales (Bs.As, Córdoba y Salta).
Inicialmente Bs.As fue una “superintendencia”.
Existían 4 gobernaciones militares:
1) Montevideo.
2) Misiones.
3) Moxos.
4) Chiquitos.

Las gobernaciones militares dependían de las intendencias en cuyo distrito se


ubicaban.

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Apareció un nuevo funcionario, el Intendente, que suplió a los antiguos gobernadores
de los Austria. En el Río de la Plata se llamó a estas nuevas unidades administrativas
“gobernaciones-intendencias”, y a sus titulares “gobernadores-intendentes”.
Los gobernadores-intendentes tenían su sede de gubernativa en la ciudad principal de
la gobernación intendencia. Las funciones de éstos eran:

a) Justicia: en esta materia contaban con la asistencia de un “teniente letrado”,


que tenía competencia en lo civil y criminal dentro de la jurisdicción de la
ciudad principal de la gobernación-intendencia; éstos ocupaban el lugar del
gobernador-intendente en su ausencia.
b) Hacienda: en España, la máxima autoridad en esta materia era el secretario de
Hacienda. Este funcionario delegaba sus funciones en el virrey, que a su vez
las delegaba en el gobernador-intendente. Éste último contaba con el
asesoramiento de la Junta Provisional de la Real Hacienda; eran los
encargados del contralor de la recaudación tributaria.
c) Guerra: no tenían el mando militar (no eran capitanes generales), sólo se
ocupaban de abastecer y pagar a las tropas.
d) Gubernativas: sus atribuciones aquí eran similares a las de los gobernadores,
con el agregado que debían propender el desarrollo económico de sus distritos
e impulsar las obras públicas.

Se puede afirmar que el gobernador-intendente tenía las mismas atribuciones que el


antiguo gobernador de los Hasburgos, pero perdió el mando militar y ganó el manejo
de la Real Hacienda.
Respecto de las ciudades subordinadas desapareció el cargo de teniente
gobernador, creándose el cargo de Subdelegado de la Real Hacienda (que eran a la
vez comandantes de armas).
Con relación a los cabildos, éstos se vieron sometidos al control financiero y político
de los intendentes.
La idea borbónica de “refundación” del imperio estaba más acorde con la idea de una
segunda conquista. La primera conquista fue la de los indios; la segunda un intento de
controlar a los criollos
La Real Ordenanza de Intendentes de Ejército y Hacienda (1782) fue una constitución
política en virtud de la cual se une estrechamente el régimen de gobierno español con
el de América.

Reformas comerciales. El reglamento de libre comercio

Los borbones querían reconquistar económicamente a las propias colonias, para ello
debían recuperar el comercio de las manos extranjeras ejercidos a través del
contrabando.
El Reglamento de Libre Comercio de España e Indias (1778), produjo un acto
revolucionario, por éste, quedaron habilitados 14 puertos españoles y 19 puertos
americanos (entre los cuales se incluían los de Bs.As y Montevideo).
Establecía una serie de limitaciones:
1) Los extranjeros quedaban excluidos del circuito comercial, el que quedaba
reservado a los españoles.
2) El transporte de mercaderías debía realizarse en buques de bandera española.
3) La tripulación de estos buques debía estar compuesta al menos de 2/3 partes
de españoles.

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Con relación al Río de la Plata, se simplificó el sistema arancelario. Fueron eximidos
de derechos de entrada a España productos como las carnes saladas, las astas, el
sebo, y paralelamente, se redujeron los derechos de entrada de los cueros.
En el Río de la Plata, el Reglamento de Libre Comercio fue precedido por el “Auto de
Internación” del virrey Cevallos, quien dictó un auto inmortal declarando el libre
comercio del Río de la Plata con la península y las demás colonias, abriendo los
puertos a las naves mercantes españolas, etc. Este Auto de Libre Internación (1777),
significó la independencia comercial de Bs.As de Lima; ha sido considerado como
el paso previo y necesario a la independencia política de España.
La idea central de la reforma en el aspecto económico no era beneficiar a las colonias,
sino hacerlas producir más riquezas en beneficio de España. Los españoles europeos
continuaron monopolizando el comercio y la navegación transatlántica, mientras que
los americanos fueron oficialmente confinados al comercio colonial.
La apertura del puerto de Bs.As implicó 2 importantes consecuencias: la creación del
Consulado y la instalación de la Aduana y el Resguardo.

El consulado

El 30 de enero de 1794, mediante la Real Cédula suscripta por Carlos II se creó el


Consulado de Bs.As.
Eran miembros natos de esta institución los comerciantes, y sus funcionarios tuvieron
un doble carácter:
a) Actuaban como tribunal de justicia en los diferendos entre los comerciantes.
b) Actuaba como Junta Económica.

Estuvo integrado por los siguientes funcionarios:


- un prior
- 2 cónsules
- 9 conciliarios
- un contador
- un tesorero

Los primeros miembros del Consulado fueron designados por el monarca, pero para lo
sucesivo se dispuso que la elección de los integrantes se hiciese anualmente
mediante una denominada “Junta General de Comercio”.
El prior y los 2 cónsules conformaban el Tribunal de Justicia (conocía en los pleitos
entre comerciantes, etc).
La jurisdicción del Consulado se extendía a todo el territorio del virreinato.
La Junta Económica estaba integrada por todos los miembros del organismo, los que
debían reunirse al menos 2 veces al mes. Gracias a sus gestiones se construyó el
primer muelle del puerto de Bs.As, propició el establecimiento de industrias, etc.
El primer secretario del Consulado fue Manuel Belgrano.

La aduana y el resguardo

En el Río de la Plata, la Corona no obtuvo sus ingresos a través de una “casa de


moneda”, sino a través de una “casa de aduana”.
Instalada en 1778, la función de este organismo consistía en el cobro de derechos
de importación y exportación (las rentas emergentes del tráfico mercantil gravando
el ingreso y la salida de las mercancías en el puerto de Bs.As). La aduana porteña se
transformó en uno de los temas centrales de la política nacional hasta la definitiva
organización en 1862.

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En 1797 fue creado el Resguardo, organismo que fue separado de la aduana y cuya
función principal residía en la persecución del contrabando; dependió directamente
de la autoridad del virrey.

Capítulo 3: el régimen colonial. Bases de su crisis.

Un mundo en transformación

El mundo del feudalismo en Europa tuvo como núcleo de unificación ideológica a la fe


religiosa, a la religión. Europa ingresó en una obscura época de guerras de religión
que generaron ciclos de incertidumbres espirituales que condujeron inevitablemente a
la búsqueda de nuevos ideales de unificación, pero al margen de lo religioso. La razón
pasó a ocupar el lugar de la fe religiosa.
Del lenguaje del llamado “siglo de las luces” provienen conceptos tales como
“individuo”, “estado de naturaleza”, lo “público” y lo “privado”, etc; íntimamente
encadenados a la idea del Estado liberal de los siglos XVIII y XIX.
Estas profundas transformaciones que en los más diversos planos se produjeron en
los principales países de Europa occidental no alcanzaron su plenitud a la España
borbónica a pesar de los esfuerzos de los monarcas de esta dinastía y sus ministros
liberales, tendientes a sacar a la península del crónico estado de atraso,
estancamiento, etc.
Las clases dominantes de España no pudieron o no supieron o no quisieron ingresar
al proceso de la llamada Primera Revolución Industrial. A pesar del intento
reformista borbónico, España continuó siendo un país atrasado, de características
cuasi-feudales, donde una nobleza parasitaria y una Iglesia fundamentalista trabaron,
y evitaron la acción de una minoría de aristócratas y burgueses ilustrados.
Es claro que la “minoría ilustrada” de la corte borbónica poco o nada pudo hacer sin
una base social concreta de apoyo para remediar los males de aquella España sumida
en el atraso, la pobreza y el fanatismo religioso.
En el plano internacional, España quedó relegada a potencia de segundo orden y a la
zaga de la política de los Borbones franceses, merced al Pacto de Familia.
En 1788 falleció Carlos III y le sucedió en el trono su hijo, Carlos IV. El nuevo monarca
fue un hombre falto de carácter, un incapaz, que terminó siendo manejado por su
principal ministro, Manuel Godoy (que era el “favorito” de la esposa del rey, María
Luisa). El bajo pueblo odiaba a Godoy y en cierta medida despreciaba al rey.
Si bien en un principio se mantuvo la alianza con Francia, la muerte de Luis XVI en la
guillotina implicó el fin al Pacto de Familia y la guerra con la República Francesa, que
culminó con la derrota de España, y el Tratado de Basilea. La asociación con
Napoleón perduró hasta el colapso de la monarquía española ocurrida en 1808.
La teoría de la división y balance de poderes se erigirá en una de las bases
fundamentales del constitucionalismo liberal del siglo XIX.
La Primera Revolución Industrial fue una transformación de suma importancia que
tomo lugar en Inglaterra.
La transformación de la ciencia en tecnología, como la aplicación de la fuerza motriz
generada por el vapor del agua a la industria mediante calderas (industria hasta
entonces artesanal), implicó por un lado, un medio de generación de ganancias y
acumulación de capital y por el otro, un colosal aumento de la producción y
consecuente oferta de bienes.
Inglaterra fue el primer país en el cual la política internacional constituyo un
instrumento al servicio de los objetivos económicos de la Nación y del Estado, basado
fundamentalmente en un incontestable poderío naval que comenzó a tomar cuerpo a

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partir de la victoria de la flota de Isabel I contra la Armada Invencible de Felipe II
(1588).
En la séptima década del siglo XVIII se produjo otro acontecimiento de trascendencia:
la revolución norteamericana. La república federal norteamericana ejerció una
notable influencia en uno de los más importantes protagonistas de la revolución del
Río de la Plata durante la primera década de vida independiente: José Artigas.
No cabe dudas que la Revolución Francesa acarreó profundas transformaciones
políticas, económicas, sociales, culturales, etc, no sólo en Francia, sino que se
expandieron a todo el mundo occidental.
Se dice entonces, que Inglaterra y Francia son los pilares del Estado.

La política británica. Consecuencias de las invasiones inglesas (1806-1807)

La política inglesa respecto a las colonias españolas en Sud América no estaba


pensada para ser concretada a través de la conquista y ocupación militar de las
mismas (algo imposible de lograr). Su estrategia se tramaba a través de inducir y
apoyar su emancipación con el objeto de ganar un amplio y rico mercado donde volcar
sus exportaciones y obtener materias primas baratas.
Distintos planes fueron presentados al Gabinete de su Majestad Británica. El de
Francisco Miranda (el “precursor de la independencia de América”), decía que la sola
presencia de tropas inglesas en los principales puntos del imperio español en América
serviría como santo y seña para que los grupos criollos se alzasen contra la
dominación hispánica; aquellos planes nunca fueron puestos en práctica.
La toma de Bs.As no fue la resultante de una política deliberada y planificada por el
gobierno inglés, sino que fue el producto del impulso e imaginación del comodoro sir
Home Popham, de la Royal Navy.
Popham había sido designado por el gobierno británico para comandar la escuadra
naval que debía tomar y ocupar la ciudad de El Cabo (África del Sur, posesión de
Holanda). Popham había sido partícipe de algunos planes propuestos por Miranda, y
luego de recibir información sobre las débiles defensas de Bs.As, convenció a David
Baird (jefe de la expedición a El Cabo), para que le cediese una cantidad de soldados
que quedaron al mando de Beresford. Popham y Beresford se hicieron vela rumbo al
Plata, previo paso por la isla de Santa Elena; desde dicha isla, Popham informó al
gobierno inglés de la empresa que estaba a punto de acometer.
El 26 de junio de 1806 la tropa expedicionaria desembarcó en Quilmes, al otro día,
luego de una escaramuza, ocupó la ciudad de Bs.As. Esto produjo una serie de
consecuencias:

a) Consecuencias de índole militar: la precariedad de los medios militares con


los que contaba España para la defensa del virreinato y en particular, la ciudad
de Bs.As. La mayor parte de las tropas estaban destinadas a la defensa de la
frontera con el indio; la Corona carecía de medios financieros suficientes como
para sostener contingentes armados de consideración para la protección de la
desembocadura del Río de la Plata.

Producida la Reconquista de Bs.As, Santiago de Liniers (marino de origen


francés al servicio de España), junto con el Cabildo, abrieron un proceso de
militarización de la sociedad porteña. Esta militarización de la sociedad se debió la
permanencia de la flota británica al mando de Popham en la desembocadura del
río de la Plata a la espera de los refuerzos requeridos oportunamente al gobierno
inglés.

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En estas milicias así organizadas, los jefes eran elegidos por la tropa y los
comandantes por los jefes (de abajo hacia arriba); Cornelio Saavedra fue elegido
comandante del Regimiento de Patricios. Se trataban de milicias populares
(vecinos y no vecinos).

b) Consecuencias de carácter institucional: el abandono de Bs.As por parte


del virrey Sobremonte descargó sobre su cabeza una tremenda
impopularidad.

Los virreyes tenían expresas instrucciones de no dejarse tomar prisioneros bajo


concepto alguno desde que eran la representación del monarca en América,
además, Sobremonte carecía de los medios militares necesarios para defender la
ciudad. Los miembros del Cabildo quedaron como la principal autoridad remanente
en la ciudad de Bs.As.
Al día siguiente de la Reconquista, el Cabildo decidió convocar a un “congreso
general”. El 14 de agosto de 1806, dicho “congreso general”, reflejando un
reclamo unánime, solicitó al virrey Sobremonte que designara a Liniers capitán
general de la ciudad de Bs.As, y le delegara en la Real Audiencia la
administración y gobierno de la misma ciudad, a lo cual luego de unos días
Sobremonte accedió.
La Corte de Carlos IV no tuvo más alternativa que aceptar los hechos
consumados: en el mes de mayo de 1808 Santiago de Liniers fue designado
virrey con carácter interino.

c) Consecuencias de carácter económico: desde que Beresford carecía de


instrucciones de su gobierno respecto a la política a seguir luego de tomada la
ciudad de Bs.As, no podía ofrecer otra cosa que el libre comercio.

La ocupación británica procedió a rebajar los derechos de importación y


exportación. Así salió a la luz el beneficio que traía eliminar a España como
intermediaria en el comercio; era obvio que con el tiempo se llegaría a la
conclusión que también sería beneficioso eliminar su intermediación política.
Las conclusiones generales de 1806-1807 son:

1) Los habitantes de Bs.As pudieron advertir la ineficacia del aparato burocrático


virreinal de España en el Plata a los fines de su defensa.
2) Tomaron conocimiento de sus propias fuerzas y la posibilidad y ventajas de
utilizarlas en beneficio propio y no de la metrópoli.
3) La idea de monarquía constitucional o temperada al estilo inglés, comenzó a
tomar cuerpo en una parte de aquellos sectores que visualizaban la posibilidad
eventual de romper en términos políticos con España.
4) Los regimientos militares creados a consecuencia de la invasión británica
brindaron el elemento coercitivo necesario que cumplió roles fundamentales
en circunstancias claves del proceso político desarrollado posteriormente.
5) La cuestión de la libertad de comercio se va a transformar en uno de los ejes
centrales de la idea emancipadora.

El colapso de la monarquía española (1808)

Los graves sucesos que tomaron lugar en España en 1808, salvaron al Río de la Plata
de una nueva invasión británica que se preparaba en Irlanda al mando de Arthur
Wellesley. Los hechos en cuestión van a culminar con el colapso de la monarquía
española y la consecuente ruptura de la unidad imperial.

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Luego del 1805 la Gran Bretaña quedó como la señora de los mares, pero una serie
de victorias militares de Napoleón dejaron a Francia dueña del continente Europeo.
En medio de este empate técnico, separada Inglaterra del continente por el canal de
la Mancha, la invasión a la isla devenía imposible para el emperador de los franceses,
dado que carecía de la fuerza naval necesaria para transportar y proteger sus ejércitos
en el cruce marítimo.
Napoleón procedió a decretar el llamado “Bloqueo Continental” (el cierre de todos
los puertos europeos al comercio británico, lo que afectó tremendamente la economía
inglesa).
Para completar con total efectividad el bloqueo, Francia debía ocupar a Portugal, la
única aliada de Inglaterra en el continente. La España de Carlos IV y Godoy, accedió
en las exigencias de Napoleón de permitir el tránsito de los ejércitos imperiales por el
territorio español para alcanzar a Portugal.
La ocupación de Portugal por parte de los franceses no ofreció mayores dificultades y
la familia real portuguesa (la Casa de Braganza) hizo abandono de Lisboa bajo la
protección de la flota inglesa rumbo a Río de Janeiro, donde procedió a instalarse,
hecho que no debe tomarse a la ligera, puesto que el regente portugués, Don Juan
evitará la deslegitimación del poder de la Corona portuguesa.
Las tropas francesas además de penetrar en el territorio español procedieron a ocupar
plazas estratégicas en el norte del país. El torpe de Carlos IV, advirtiendo demasiado
tarde el juego de Napoleón, decidió huir de Madrid en marzo de 1808 con el objeto de
instalar la Corte en la ciudad de Cádiz. Sin embargo, Carlos IV y la familia real,
incluido Godoy, fueron detenidos en la localidad de Aranjuez a raíz de un motín
popular y militar. Carlos IV fue obligado a abdicar la Corona de España a favor de su
hijo Fernando VII. Carlos IV alegaba que la abdicación le había sido arrancada por la
fuerza (un acto nulo). La querella familiar adquirió características escandalosas y
fueron sus miembros inducidos a llevarla ante Napoleón (arbitro de Europa), para
darle solución. El emperador citó a la familia real española para que se reuniese con él
en la ciudad de Bayona, donde tuvo lugar la famosa “farsa”, donde Fernando devolvió
la Corona a su padre y éste último la cedió a Napoleón, quien tenía reservada la
corona para su hermano José. Aquí debe advertirse el objetivo de Napoleón: su
hermano José alcanzaba el trono ciñendo la corona de España e Indias; esa era la
manera pensada para adueñarse de las colonias americanas, ligadas por el vínculo de
pertenencia a la Corona española.
En los primeros días de mayo de 1808, el pueblo de Madrid se alzó contra los
invasores franceses. En las principales ciudades se formaron “juntas de gobierno”, las
que a poco tiempo confluyeron en una sola: la Junta Central de Gobierno de
España e Indias que instalada primeramente en Aranjuez, se trasladó más tarde
definitivamente a Sevilla
La Junta Central de Sevilla gobernaba en nombre y representación de Fernando, e
Inglaterra se había convertido en la aliada de España en la lucha contra el invasor.

De Liniers a Cisneros. Disolución del orden colonial en el río de la Plata. (1808-


1810)

La designación de Santiago de Liniers como virrey interino del Río de la Plata fue uno
de los últimos decretos firmados por Carlos IV.
En medio de la incertidumbre provocada por las noticias de la abdicación de Carlos IV
a la Corona, en el mes de agosto de 1808 llegó a Bs.As un visitante inesperado: el
marqués Sassenay, enviado especial del Emperador de los franceses ante el
virreinato del Río de la Plata.

23
Este representante diplomático traía consigo la documentación de los sucesos de
Bayona y consecuentemente, su misión consistía en obtener el reconocimiento y
jura de José I Bonaparte como legítimo monarca de España.
Santiago de Liniers decidió recibir al marqués de Sassenay públicamente (en
presencia de los miembros de la Real Audiencia, del Cabildo, etc), en dicha reunión se
rechazaron las pretensiones francesas, y se expulsó al enviado Sassenay de la
ciudad.
Liniers cometió 2 graves errores: el primero fue el de entrevistarse privadamente
con Sassenay, a quien le hizo conocer sus sentimientos contrarios a los de los oidores
y cabildantes. Su segundo error estuvo dado por un Manifiesto que hizo público el 15
de agosto por el que instaba a esperar el desenlace de la situación creada en la
metrópoli, para de esa manera “obedecer a la autoridad legítima que ocupase la
soberanía” (la posibilidad de aceptar un cambio de dinastía a favor de Bonaparte).
Hasta su reemplazo por Baltazar Hidalgo de Cisneros, el virreinato del Río de la Plata
vivió una serie de convulsiones que contribuyeron a acelerar el proceso de disolución
del orden colonial. Dos acontecimientos demuestran esto:

a) La escisión de Montevideo: Montevideo constituía una gobernación militar


dependiente de la Intendencia de Bs.As, de la autoridad directa del virrey.

La presencia del marqués de Sassenay en Bs.As trajo otras consecuencias


inesperadas; en efecto el gobernador militar de Montevideo, D´Elío, contra las
expresas disposiciones del virrey, arrestó al enviado de Napoleón cuando éste
regresaba a Francia. El gobierno militar de D´Elío estaba convencido de que
Liniers le había entregado mensajes secretos a Sassenay para el Emperador
durante el curso de la entrevista privada. Ante esa actitud de D´Elío, el virrey
interino, decidió relevarlo del mando.
De esta manera, Montevideo se convirtió en el centro de la oposición al virrey
Liniers, fuertemente sospechado por los españoles europeos de Bs.As de fidelidad
secreta a Napoleón.

b) El motín del 1º de enero de 1809

En el seno del Cabildo se agrupaba la oposición a Liniers por Martín Alzaga. La


separación de Montevideo alentó a los grupos que respondían a Alzaga en Bs.As
para llevar adelante un golpe de mano tendiente a destruir al cuestionado “virrey
francés”. El objetivo no era otro que el conformar una Junta de Gobierno manejada
por los españoles europeos en detrimento del elemento criollo.
Pero el movimiento fracasó porque las tropas del Regimiento de Patricios al mando
de Cornelio Saavedra, sostuvieron la autoridad del virrey. Como consecuencia del
fracaso, Alzaga y sus principales seguidores fueron deportados a Carmen de
Patagones.
El caos político creciente era conocido por la Junta Central de Sevilla gracias a
los informes de Casa Irujo, que determinaron la decisión de separar del cargo al
virrey a Santiago de Liniers y designar en su lugar a Baltasar Hidalgo de
Cisneros.
Cisneros llegó a Montevideo en el mes de julio de 1809 con precisas instrucciones
de erradicar la anarquía reinante. La autoridad de Cisneros no fue discutida y así
comenzó su administración como último virrey español del Río de la Plata.

Los actores sociales

24
La Revolución de Mayo es el producto de la decadencia de la metrópoli, de la crisis
que sufre la monarquía española en 1808 y de los acontecimientos que toman lugar
en el Río de la Plata a partir de las invasiones inglesas.
La lógica del proceso llevó necesariamente a lograr la prescindencia de la metrópoli
que trababa el contacto directo con los mercados de las naciones que avanzaban
aceleradamente hacia el capitalismo industrial y que estaban capacitadas para llenar
necesidades del mercado local.
Los principios volcados en la Declaración de los Derechos del Hombre y del
Ciudadano ayudaron a insertar a la Revolución de Mayo en la matriz común de los
procesos de transformaciones iniciados en el viejo continente.
Hacendados, comerciantes no ligados al monopolio de las casas de comercio
españolas (el componente material) y los intelectuales (el componente teórico)
constituyeron los primeros ingredientes básicos del bloque social que comenzó a dar
los primeros pasos tendientes a lograr las transformaciones que la sociedad
rioplatense de aquel tiempo comenzaba a reclamar.

Segundo módulo: la revolución de mayo. La primera junta, la junta grande y el


triunvirato ejecutivo (1810-1812)

Capítulo 1: la revolución de mayo. Sus representaciones

La junta central y la situación del virreinato rioplatense

En el mes de enero de 1809 se tomó conocimiento oficial en Bs.As de la constitución


de la Junta Gubernativa de España e Indias de Sevilla, la que gobernaba en nombre
y representación de Fernando VII pero sin asumir la soberanía y en el marco de
guerra contra el invasor francés.
La Junta Central dio la importante Real Orden del 22 de enero de 1809 por el que
declaraba que las Indias no eran “propiamente colonias o factorías como la de las
otras naciones, sino una parte integrante de la monarquía española”, que debían tener
representación nacional inmediata a su real persona y constituir parte de la Junta
Central Gubernativa del Reino por medio de sus correspondientes diputados. Las
Indias eran dominios de la Corona, pero esta elevación de los dominios de la Corona
a la categoría de provincias con derecho a representación en la propia Junta Central
traducía que América había dejado de ser colonia el 22 de enero de 1809 y, en
consecuencia, dejó de depender de España, por la sencilla razón de que formaba
parte integrante de ella.

El gobierno de Cisneros

Baltasar Hidalgo de Cisneros accedía a sus funciones sin más fuerza moral que la
lejana y debilitada influencia del gobierno vacilante de la metrópoli, ni más fuerza
material que el apoyo militar de D´Elío.
Llegaba con precisas instrucciones de la Junta Central de terminar con la Junta de
Montevideo por disolvente; hacer que Liniers se embarcase en forma inmediata
hacia España para ser residenciado; designar a D´Elío como inspector general de
todas las fuerzas militares del virreinato y desmovilizar y desarmar a los cuerpos
militares criollos creados como consecuencia de las invasiones inglesas.
Sin embargo, Cisneros dejó que Liniers eligiese un lugar de residencia fuera de Bs.As
(el cual se traslado a Córdoba), y dejó en suspenso la designación de D´Elío (algo
inaceptable para las milicias criollas). Pero sí, argumentando falta de recursos
financieros, redujo la cantidad de efectivos de los cuerpos militares.

25
En los meses de mayo y julio de 1809 tuvieron lugar los gravísimos acontecimientos
de Chuquisaca y La Paz, en el Alto Perú. El primero, una querella entre las
autoridades locales alrededor del reconocimiento de los derechos de la hermana de
Fernando VII, que invocaba ser la regente del reino frente a la vacancia del trono
español, terminó siendo violentamente reprimida por el rey de Perú. El segundo,
mucho más trascendente por sus proyecciones, ya que al deponer al gobernador-
intendente y crear una Junta Tuitiva tuvo tintes independistas, fue sofocado por las
tropas enviadas desde Bs.As por Cisneros.
La situación financiera era angustiante como consecuencia de la falta de tráfico
comercial con la metrópoli (también por la pésima administración de la hacienda
durante el gobierno de Liniers). Por ello se abrió el puerto de Bs.As al tráfico mercantil
con los ingleses. La libertad de comercio se abría paso en el Río de la Plata y se
transformaría en la doctrina oficial de los gobiernos que sucederían a partir del 25 de
mayo de 1810.
El 13 de mayo una fragata inglesa procedente de Gibraltar trajo la evidencia de la
invasión, la toma de Sevilla y Málaga, la caída de la Junta Suprema y la formación
en Cádiz del Consejo de Regencia. España parecía perdida.
Las noticias arribadas al Plata eran gravísimas: prisionero el rey Fernando VII, disuelta
la Junta Central de Sevilla que había designado al virrey Cisneros, la situación política
del mismo era insostenible.
La sagacidad política de Cisneros se destaca con toda nitidez así como sus
intenciones: ante la crisis general de España trataba de ganar tiempo y de evitar o
dificultar al máximo cualquier posibilidad de gobierno propio.
Pero Cisneros sabía perfectamente, que de nada valdrían las maniobras dilatorias sin
apoyo militar. Luego de una reunión con los principales jefes militares, Cisneros
convocó un Cabildo Abierto.
La idea de convocatoria a un Cabildo Abierto (que el virrey se apresuró en autorizar),
habría surgido de Juan José Lezica (alcalde de primer voto del cabildo porteño).

El congreso general del 22 de mayo de 1810

Obtenida la autorización del virrey, el cabildo de Bs.As el día 21 de mayo hizo


distribuir 450 esquelas por las que se invitaba a los vecinos a concurrir “sin etiqueta
alguna”; convoca destacar que sólo asistieron 251 vecinos (casi 200 invitados no
asistieron)
El número de asistentes es exiguo, de los habitantes de Bs.As (40.000-50.000), sólo
4.000 gozaban de la calidad de “vecinos”.
Todo fue cuidadosamente preparado, para recibir con comodidad a los invitados.
El Cabildo reitera los conceptos de Cisneros volcados en la Proclama del día 18 de
mayo relativos a las provincias interiores y al resto de los virreinatos, se hace hincapié
en que debían evitarse las “innovaciones o mudanzas”, en evitar “tocar extremos
peligrosos” y mantener el “respeto a los magistrados”; en no alterar el orden
constituido, no tocar la investidura virreinal o el espíritu de la ley (el orden colonial),
en definitiva un discurso preservador del orden imperante.
Una vez leída la Proclama del Cabildo, tomó la palabra en primer término el obispo de
Bs.As, don Benito Lué y Riega. El obispo no era bien mirado por los criollos por lo que
no constituye una casualidad de que su figura y sus palabras fueran criticadas.
Básicamente, Lué decía que “mientras hubiese quedado un solo vocal de la Junta
Central y arribase a nuestras playas, lo deberíamos recibir como a la soberanía”.
El alto prelado, se limitaba a defender la investidura del virrey Cisneros; sostuvo que
aunque la Junta Central de Sevilla se hubiese disuelto, esto no significaba el fin de la
autoridad de España en el Río de la Plata.

26
Le tocó al doctor Juan José Castelli, abogado porteño, refutar al obispo. Castelli puso
empeño en demostrar que desde que el señor infante don Antonio había salido de
Madrid, había caducado el Soberano Gobierno de España: que ahora con mayor
razón debía considerarse haber expirado, con la disolución de la Junta Central, porque
además de haber sido acusada de infidencia por el pueblo de Sevilla, carecía de
facultades para el establecimiento del Supremo gobierno de Regencia. Su discurso
fue coronado por vivas y aplausos de una parte de la concurrencia, los patriotas, así
como por el silencio de los españoles europeos.
Las premisas fácticas donde “puso empeño” el abogado patriota fueron:

a) El infante don Antonio de Borbón (otro de los hijos de Carlos IV), que había
presidido una fantasmagórica Junta de Gobierno creada por Fernando VII al
dejar Madrid rumbo a Bayona; desde ese momento preciso “había caducado
el Gobierno Soberano de España” encarnado en la monarquía.
b) La Junta Central de Sevilla gobernaba a nombre de Fernando VII sin
atribuirse soberanía; su caída y disolución implicaba necesariamente que no
existía ya forma de gobierno alguna en la península.
c) Los integrantes de la Junta Central carecían de facultades para crear un
Consejo de Regencia porque:

1) Sus poderes eran personales e indelegables, estaban facultados para


gobernar a nombre del rey prisionero de los franceses, pero no para
crear y/o transferir el ejercicio de dichas facultades a otro organismo
2) Los diputados de América no habían concurrido a la formación del
Consejo de Regencia.

La tesis de Castelli sólidamente elaborada parecía irrefutable. Sin embargo, varios


testigos de los hechos relatan que seguidamente tomó la palabra el fiscal de la Real
Audiencia, don Manuel Genaro Villota. Villota con gran habilidad había desarmado la
tesis de Castelli: era necesario escuchar la opinión de todas las ciudades del
virreinato y hasta tanto esto ocurriese debía respetarse y mantenerse la autoridad
del virrey Cisneros.
Las palabras de Villota enfriaron el ánimo de los patriotas; sin embargo, el debate no
estaba concluido. Otro abogado y profesor de Lógica del Real Colegio de San Carlos,
cerrará la brecha abierta por la intervención del señor fiscal de la Real Audiencia
(Villota), se trata de Juan José Paso. La intervención de Paso, basada en la gestión
de negocios ajenos, tendía a apuntalar la tesis de Castelli y descolocar a Villota, ya
que no había tiempo que perder. Bs.As estaba facultada para formar un gobierno
provisional e inmediatamente invitar a los demás pueblos del virreinato para que
concurriesen mediante sus representantes a integrar el gobierno definitivo.
De los 251 asistentes no votaron 26, la violencia estaba desatada dentro y fuera del
recinto capitular y era ejercida abiertamente contra los partidarios del virrey (el voto
era leído en voz alta públicamente).
Sólo 69 voluntades se expresaron a favor de la continuación del virrey Cisneros, las
otras 155 por su cesación. El resultado de la votación no ofrecía duda alguna:
Cisneros cesaba en el mando. Así lo expresa en el Acta Capitular del 23 de mayo.
Los integrantes del Cabildo se dispusieron a llevar adelante una maniobra tendiente a
desnaturalizar los resultados del 22 de mayo. Se forma una Junta formada por
asociados y presidida por el virrey. Esta Junta, que se constituyó el 24 de mayo luego
del juramento de regla, estaba integrada por Cornelio Saavedra, Juan José Castelli,

27
Juan Nepomuceno Solá y José Santos Incháurregui (3 españoles y 2 criollos, y la
resolución deja en esencia al virrey casi todas las facultades).
Pero los acontecimientos se precipitaron ante el rechazo de la maniobra por parte de
los patriotas y los regimientos criollos que se movilizaron en la noche del 24 y las
primeras horas del 25. La junta presidida por Cisneros renunció, con que la intentona
de los cabildantes quedó frustrada, dejando abierta las puertas para la erección del
primer gobierno patrio corporizado en la Primera Junta.

El acta capitular del 25 de mayo de 1810


En primer término, este documento refleja los sucesos acaecidos el 24 con motivo de
la constitución de la Junta de esa fecha. Seguidamente se procedió a la designación
de una nueva Junta, cuyos integrantes surgieron de las “Peticiones del Pueblo”
Una vez instalada la nueva Junta, su primera e ineludible obligación consistía en
organizar en el término de 15 días una expedición compuesta por 500 efectivos “para
auxiliar las provincias interiores del reino”. Esta expedición se costearía con los fondos
del ex virrey, fondos provenientes de la Real Hacienda Pretorial, etc.
En segundo término, el documento contiene un reglamento de 11 artículos redactados
apresuradamente y considerados como “la primera manifestación constitucional de
autonomía”.
Los miembros de la Junta debían prestar juramento de “usar bien y fielmente de sus
cargos, conservar la integridad de esta parte de los dominios de América a nuestro
Amado Soberano Fernando VII, y sus legítimos sucesores, y observar puntualmente
las leyes del reino”
Se podría afirmar que la idea de independencia en los hombres que integraban el
campo patriota en mayo de 1810 puede limitarse a la independencia de una España
dominada por los franceses.
La Junta era la depositaria de la suprema autoridad, si bien tenía carácter
provisional.
La propia Junta designaba a sus miembros en los casos de vacancia, pero el
Cabildo se reservaba el derecho de deponerla en caso de incumplimiento de sus
deberes.
Era obligación de la Junta velar por “el orden y la tranquilidad pública y seguridad
individual de todos los vecinos”.
Encontramos el principio de la separación y balance de poderes: la Junta ejercía los
poderes ejecutivo y legislativo, pero se inhibía de ejercer el poder judicial, “el que se
refundirá en la Real Audiencia”.
La Junta estaba obligada a publicar “todos los días 1º de mes un estado en que se
dé razón de la administración de la Real Hacienda”.
No podía la Junta “imponer contribuciones ni gravámenes al pueblo sin previa
consulta y conformidad del Cabildo”.
En tercer lugar, el acta contiene una disposición: debían despacharse órdenes a los
jefes del interior para que los cabildos de cada ciudad convocasen “por medio de
esquelas a la parte principal y más sana del vecindario, para que formando un
congreso, elijan a sus representantes, y éstos hayan de reunirse a la mayor brevedad
posible en esta Capital, para establecer la forma de gobierno que se considera más
conveniente”.
Los representantes de las ciudades del interior deberán tener poderes otorgados
legalmente en los que se constara “no reconocer otros soberano que Fernando VII y
sus legítimos sucesores, etc”.

El reglamento de la junta del 28 de mayo de 1810

28
Se estableció la residencia del Presidente en el Fuerte; la Junta se reunía en el mismo
en determinadas horas.
Se ordena la división funcional de las tareas de despacho en Departamentos de
Estado (Gobierno, Guerra y Hacienda), a cargo de los secretarios de la Junta, Mariano
Moreno y Juan José Paso.
Se inaugura el siguiente método para el tratamiento de los asuntos entrados: para los
de poca importancia o de urgente despacho, se precisaba la firma del Presidente
autorizada por el respectivo secretario; en asuntos de mediana importancia era
necesaria la firma del Presidente y la de 4 vocales; en los “asuntos de alto gobierno”
se precisaba la firma de todos los integrantes de la Junta Gubernativa.
Se establecía el derecho de petición, cualquier vecino podía dirigirse a cualquiera de
los miembros de la Junta, por escrito o verbalmente, “y comunicar cuanto crea
conducente la seguridad pública y la felicidad del Estado”.

Repercusiones inmediatas de la revolución (1810-1811)

Debido a la gran dimensión del reino, encontramos pocos puntos de coincidencia o


interés comunes a los “vecinos” de La Paz, Chuquisaca, Asunción, Santa Fe, etc.
Producidos los acontecimientos que llevaron a la formación de la Primera Junta, toda
esta gama de fuerzas antagónicas comenzaron a desatarse, llevando con el correr del
tiempo y paralelamente a la guerra de independencia, a las guerras civiles, que
culminaron con el advenimiento de 4 nuevas naciones en el territorio de lo que fuera
el virreinato del Río de la Plata.

Buenos Aires y la revolución

La Revolución de Mayo fue básicamente un movimiento urbano, concretado por un


bloque social emergente compuesto por los hacendados, los comerciantes no ligados
a los monopolistas metropolitanos y los intelectuales.
Con la llegada de las noticias oficiales de la creación del Consejo de Regencia, Bs.As
desconoció su reconocimiento como gobierno legítimo de España; pero los miembros
de la Real Audiencia juraron fidelidad al Consejo de Regencia secretamente. Ante
lo ocurrido, la Junta decidió tomar cartas en el asunto, expulsando del territorio del
virreinato a Cisneros y a los integrantes de la Audiencia.
Los miembros de Cabildo, sumergidos en las circunstancias, también juraron
fidelidad al Consejo de Regencia, por lo que de la misma manera, la Junta decidió
remover a casi todos los miembros del Cabildo.
La Junta extirpó a los elementos políticos discrepantes y aseguró su dominación en
Bs.As; pero para consolidarlo debía obtener de las ciudades del Interior el
reconocimiento de su autoridad; para ello recordemos a los 500 hombres de la fuerza
expedicionaria, que tenía por objeto la destitución de las burocracias virreinales del
Interior que no se plegasen pacíficamente al nuevo orden instaurado, para asegurar la
elección de diputados y así poder manejar el futuro Congreso que tenía que
establecer “la forma de gobierno más conveniente”.

El interior y la revolución

Santa Fe eligió para representarla a quien actuaba como diputado del Consulado, don
Juan Francisco Tarragona.
Fue en la gobernación-intendencia de Córdoba del Tucumán donde la resistencia a la
Junta tomó cuerpo.

29
Al tomarse conocimiento de los acontecimientos de Bs.As, y pese a las reiteradas
intimaciones de la Junta porteña, decidieron desconocerla y juraron obediencia al
Consejo de Regencia.
Cabe recordar que Liniers se encontraba en Córdoba, y esto preocupaba a Bs.As. Así
partió de Bs.As la expedición “auxiliadora”, compuesta de 1200 efectivos bajo el
mando de Francisco Ortiz de Ocampo; que resultó victoriosa. Los prisioneros fueron
enviados a Bs.As. La presencia de Liniers en Bs.As podía acarrear gravísimos
trastornos a la Junta. Fue Juan José Castelli, el encargado de ejecutar la sentencia:
en una paraje conocido como Cabeza de Tigre, el 26 de agosto de 1810, Liniers, el
gobernador-intendente Juan Gutierrez de la Concha, y otros fueron fusilados, sólo
salvo su vida el obispo Rodriguez de Orellana.
Luego de estos acontecimientos, el cabildo abierto de Córdoba eligió diputado al deán
Gregorio Funes; a la vez que los cabildo de Mendoza, San Luis, San Juan y La Rioja,
reconocieron la autoridad de la Junta y designaron diputados.
Salta, Jujuy, Catamarca. Tucumán y Santiago del Estero procedieron a acatar la
autoridad de la Junta y a designar diputados.
El desastre militar de Huaqui ocurrido en junio de1811 tuvo hondas repercusiones en
la Capital, la propia subsistencia de la Revolución quedó en peligro.
Al no obtener el acatamiento de la autoridad de la Junta por parte de Asunción por
vías diplomáticas, se envió una expedición militar a manos de Manuel Belgrano, la
cual fracasó.
En el mes de mayo de 1811 se produjo un movimiento por el que las autoridades
virreinales fueron derrocadas y se formó una Junta Patriótica, que en el mes de
octubre suscribió con el gobierno de Bs.As un “Tratado de Comercio y Federación”.
En síntesis, se pueden sacar las siguientes conclusiones sobre la repercusión de los
hechos de Mayo en el interior del virreinato:

1) Dio comienzo al proceso de desintegración territorial de la antigua


división política, que tendrá su culminación años después con la
erección de 4 naciones: la Argentina, el Uruguay, el Paraguay y Bolivia.
2) En las ciudades subordinadas de la gobernación-intendencia de Bs.As la
autoridad de la Junta fue prestamente acatada, pero hubo resistencia en
Córdoba del Tucumán, que luego tradujo el reconocimiento del gobierno
porteño, reconocimiento que se extendió a la gobernación-intendencia
de Salta del Tucumán.
3) El Alto Perú se convirtió en el escenario de una prolongada guerra contra
las autoridades españolas residentes en Lima.
4) La Banda Oriental del río Uruguay, devendrá en uno de los escenarios
fundamentales de nuestra historia, ya que fue allí donde el proceso
revolucionario adquirió características de neto orden republicano y
federal cono bases esencialmente populares, expandiéndose a la actual
Mesopotamia argentina, Santa Fe, Córdoba e incluso La Rioja, en
abierta oposición a las políticas centralizadoras desarrolladas desde la
Capital del antiguo virreinato.

Capítulo 2: la junta grande y el triunvirato. La crisis de 1812

Moreno y la misión del congreso

Moreno comienza el desarrollo de su pensamiento poniendo en evidencia la estrecha


relación entre lo militar y lo político: los triunfos de la expedición auxiliadora que
implicaban la caída de las burocracias virreinales eran el ingrediente previo y
necesario para la instalación del Congreso.

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Describe con sutileza las diversas corrientes que existen dentro del movimiento
revolucionario. Una vez reunido el Congreso, opina el Secretario de la Junta que los
Diputados debían tratar sobre “la suerte de uno de los pueblos que desean ser felices,
pero que no podían serlo hasta que un código de leyes sabias establezca la
honestidad de las costumbres, la seguridad de las personas, la conservación del
súbdito, los deberes del magistrado y los límites de la obediencia”.
Moreno llegó luego a la tarea central del Congreso: el dictado de la Constitución
política y al respecto reflexionaba: “no tenemos una constitución, y sin ella es
quimérica la felicidad que se nos prometa”.
El dictado de la Constitución implica un acto de soberanía incompatible con el
estado de pertenencia colonial.
Para Moreno, el Congreso soberano representativo de las ciudades cabeceras y
subordinadas situadas en el territorio virreinal debía dar la Constitución con la forma
de gobierno consecuente.
Moreno es consciente de que existe un soberano reconocido, Fernando VII, y debe
fundamentar también frente a la persona del monarca la facultad del Congreso de dar
la Constitución, argumentado que las Américas no se ven unidas a los monarcas
españoles por el Pacto Social.
Mariano Moreno, Secretario de Gobierno y Guerra de la Primera Junta Gubernativa en
La Gaceta de Bs.As, exponía su pensamiento acerca de las tareas que debía
avocarse el Congreso: para dictar la Constitución política, previamente era
necesario declarar su independencia desde que no se había conformado el pacto
social entre los pueblos americanos y los monarcas españoles.

La crisis del 18 de diciembre de 1810. Antecedentes

No todos los miembros de la Junta compartían el pensamiento de Moreno; el sector


más tibio (pero no por ello más lúcido) comprendió hacia donde conducían los
razonamientos políticos de Moreno: la reunión de los Diputados en Congreso
necesariamente debía debatir la espinosa cuestión de las relaciones con España, y
llegar a la declaración de la independencia. Y esto no era oportuno por Saavedra y los
grupos que lo rodeaban.
Gran Bretaña, aliado de España, no podía fomentar y/o apoyar movimientos
independistas en las posesiones de su aliada.
De esa manera se fue dando un natural y preciso reordenamiento de fuerzas en el
seno de la Junta (y alrededor de la misma) que eclosionarían el 18 de diciembre de
1810.
A Cornelio Saavedra, como Presidente de la Junta, le correspondía la Comandancia
de Armas, lo que reforzaba su autoridad frente al resto de los integrantes de aquel
cuerpo colegiado que fue la Primera Junta. El objetivo de Moreno no era otro que
eliminar y/o neutralizar la influencia de Saavedra en el gobierno. El famoso “brindis
de Duarte” (que intentaba colocar en la cabeza de Saavedra una corona) se convirtió
en excusa para la febril redacción del Decreto de Supresión de Honores, el que
provocó la división y consecuente enfrentamiento total entre las 2 facciones que
cohabitaban en el seno del Gobierno.
El Decreto condensa una serie de principios y aspiraciones que hacen al sistema
republicano de gobierno, y debe ubicarse en el marco del enfrentamiento ya público
entre Moreno y Saavedra por el control del poder. Concretamente, el “incidente
Duarte” fue aprovechado por Moreno y sus seguidores para acotar los poderes
militares del Presidente de la Junta.

La conferencia del 18 de diciembre de 1810

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En aquellos febriles días de diciembre de 1810, se encontraban en Bs.As 9 diputados,
entre ellos el déan de Córdoba, Gregorio Funes. La disputa entre las facciones de la
Junta entraba en su período más crítico y en camino de resolverse; aconsejados por
los partidarios de Saavedra, los diputados del interior solicitaron por escrito su
incorporación a la Junta, convirtiéndose el deán Funes en el portavoz del conjunto.
La incorporación de los diputados a la Junta tiene un solo objetivo: postergar “sine die”
la reunión del Congreso y evitar la discusión de los candentes tópicos que Moreno y
su facción habían puesto a la orden del día. No habiendo congreso, no habría
constitución ni independencia.
La reunión o conferencia entre los miembros de la Junta y los 9 diputados, tomó lugar
el 18 de diciembre de 1810. Las razones invocadas para avalar la incorporación
fueron:
1) La Capital no tiene títulos legítimos para elegir por sí sola gobernantes a que
las demás ciudades deben obedecer.
2) La Circular del 27 de mayo, en la que se había ofrecido expresamente a los
diputados que apenas llegasen tomarían una parte activa en el gobierno y
serían incorporados a la Junta.
3) La tranquilidad pública gravemente comprometida por un general y público
descontento con la Junta.

Se trataba de una maniobra de los elementos conservadores que habían conseguido


arrastrar a ella algunos miembros conspicuos pertenecientes al ala reformista, pero
que temían profundizar la revolución. Saavedra había sabido ganar voluntades y se
tomaba la revancha.
La votación fue favorable (incluso los 9 diputados votaron), y así se incorporaron a la
Junta los diputados.
En el mismo acto, el Secretario de Gobierno y Guerra (Moreno), presentó su renuncia
al cargo que ocupaba, la cual fue aceptada y como ya sabemos, falleció en marzo de
1811 en alta mar.
Aparece la Junta Grande con la incorporación de los diputados del interior a la
Primera Junta. El Congreso convocado mediante el Acta Capitular del 25 de mayo
quedó postergado por tiempo indeterminado.
La Junta Grande subsistió hasta septiembre de 1811. Durante su administración, creó
las Juntas Provinciales, el Triunvirato y dio el Reglamento Orgánico (división de
poderes).

Creación de las juntas provinciales

Las llamadas Juntas Provinciales, se erigen en la institución típica de la Junta Grande


(la voz “provincia” hace referencia a las gobernaciones-intendencias).
Se crearon 2 tipos de Juntas Provinciales:
1) Las Principales (ubicadas en la capital de cada provincia), y las Subalternas
(en cada ciudad de las que tengan o deban tener diputados en ésta).
2) Las Juntas Principales estarían integradas por 5 individuos (Presidente o
gobernador-intendente y 4 colegas elegidos por el pueblo); las Juntas
Subalternas estarían compuestas por 3 individuos (comandante de armas y 2
socios).
3) Tenían un carácter provisorio, “hasta la celebración del Congreso”.
4) En las Principales recaía toda la autoridad de la gobernación-intendencia; en
las Subalternas el conocimiento de “todo aquello en que entendían los
subdelegados de la Real Hacienda”.
5) Se abstenían de intervenir en lo judicial.

32
6) Debían velar por la seguridad, tranquilidad y unión de los pueblos.

a) Las Juntas Principales estaban subordinadas a la Junta Grande; y las


Juntas Subalternas a las Juntas Principales.
b) Los presidentes de las Juntas Provinciales eran nombrados y renovados
por la Junta Grande.

El experimento institucional tuvo escasa vida, ya que el Primer Triunvirato eliminó a la


Junta Provincial de Córdoba del Tucumán, la única que en tan breve tiempo había
llegado a conformarse.

El gobierno de los “hombres del interior”. Su crisis

Los partidarios de Moreno, por lo general hombres jóvenes, comenzaron a conspirar


contra las nuevas autoridades; contaban con el apoyo militar del coronel French, y se
propusieron la retoma de la conducción del movimiento revolucionario. El saavedrismo
creó una Comisión de Seguridad Pública que tenía por objeto velar, indagar y
pesquisar la conducta de quienes realicen reuniones secretas.
El 21 de marzo de 1811, en el Café de Marco, se fundó la Sociedad Patriótica, que
congregó a jóvenes. Sin embargo, los jóvenes morenistas, carecían de apoyaturas
sociales.
El movimiento de los días 5 y 6 de abril de 1811 dio como resultado, la separación de
los vocales morenistas y se designaron nuevos vocales; se concedieron a Saavedra
facultades extraordinarias, etc. A partir de este “golpe de estado preventivo” el
saavedrismo comenzó a gobernar sin oposición aparente.
En el mes de enero de 1811 se había instalado en Montevideo D´Elío, con el título de
virrey del Río de la Plata, discernido por el Consejo de Regencia.
En el mes de julio de 1811 llegaron a Bs.As las noticias del desastre militar de
Huaqui. Así se resuelve que Saavedra y Molina partan inmediatamente a reorganizar
las fuerzas. Esta medida de la Junta Grande fue un error político, puesto que sus
integrantes se quedaban en soledad desde que abandonaba Bs.As quien era único
sostén: Saavedra.
Los “Hombres del Interior” no fueron capaces de advertir en ese momento que ante
el desprestigio de la Junta, perdían a su principal y única apoyatura en la Capital. La
reacción porteñista no tardó en aparecer y una nueva institución surgiría: el
Triunvirato.

Creación del Triunvirato ejecutivo

El Cabildo se había transformado en el centro e instrumento de la oposición porteña.


Desde el mes de mayo de 1811 se debatía en torno a la controversía sobre la elección
de los 2 diputados de Bs.As que debían integrar el futuro Congreso; el Cabildo
sostenía que en la elección debían participar exclusivamente los vecinos, mientras
que la Junta por boca de Campana (nuevo Secretario, hombre de Saavedra) sostenía
que debía participar un espectro social más amplio.
Durante los días 17 y 18 de septiembre, la “parte principal y más sana de la población”
se agolpó en la Plaza de la Victoria exigiendo cabildo abierto, el que se llevó a cabo el
día 19 pese a la oposición de la Junta.
En dicha asamblea, fueron electos J.J.Paso y Chiclana, como diputados al futuro
Congreso. Se designaron 16 “apoderados del pueblo de Bs.As”, que tenían por
objeto enfrentar la gave situación político-militar por la que atravesaba la Revolución.
La debilitada Junta comenzó a retroceder y el 23 de septiembre de 1811 mediante un

33
Bando creó el Triunvirato Ejecutivo “con el objeto de concentrar el poder, teniendo
en consideración la celeridad y energía con que deben girar los negocios de la Patria y
las dificultades que ofrecía un organismo numeroso como la Junta Grande”
Este Triunvirato ejecutivo estaría compuesto por “3 vocales y 3 secretarios sin voto”
(quedando integrado por: J.J.Paso, Chiclana y Manuel Sarratea; como secretarios
quedaron: Pérez, Vicente López y Planes y Bernandino Rivadavia).
La Junta pasó a denominarse “Conservadora”, y estaría compuesta por los diputados
de los pueblos y provincias, en consorcio con los 2 suplentes que eligirá esta Capital.

El reglamento orgánico (división de poderes)

Ante los requerimientos del Triunvirato, la Junta Conservadora, por mano de Funes,
elaboró el Reglamento Orgánico. Por primera vez en el Río de la Plata aparece un
proyecto que tiende a concretar, una de las bases del constitucionalismo liberal: la
división y balance de los poderes.
Este Reglamento está estructurado en 3 secciones, correspondiendo la primera a la
Junta Conservadora, la segunda al Poder Ejecutivo y la tercera al Poder Judicial.
Entre otras cosas se establecen que: los diputados cesarían en sus funciones en el
momento de la apertura del Congreso; el poder ejecutivo sería ejercido por el
Triunvirato, etc.
Del texto de este Reglamento surge con claridad la voluntad política de la Junta de
mantener sujeto al Triunvirato bajo su poder; las funciones de la Junta cesaban al
momento de la apertura del Congreso, la autoridad del Triunvirato era provisoria y el
ejercicio de sus funciones duraban un año.

Fin de la junta grande o conservadora

El poder ejecutivo, en lugar de proceder a la publicación del Reglamento, lo pasa a


examen del Cabildo de Bs.As. El Cabildo era una corporación de carácter municipal,
sin más ni menos atribuciones que las de cualquier otro cabildo. El Cabildo de Bs.As,
dudoso de sus atribuciones convocó a los “apoderados” del pueblo para que
dictaminasen al respecto. El Triunvirato decretó la disolución de la Junta
Conservadora el 7 de noviembre de 1811.

El estatuto provisional de 1811

Disuelta la Junta Conservadora, el Triunvirato se dispuso a gobernar sin traba alguna


de las ciudades del interior. El 22 de noviembre de 1811 procedió a dictar el Estatuto
Provisional “de las Provincias Unidas del Río de la Plata a nombre de Fernando
VII”.
El Estatuto se encuentra precedido de un extenso exordio en el cual se explicaban las
razones que condujeron al derrocamiento de la Junta Conservadora y a la constitución
de un poder ejecutivo fuertemente centralista.
Está compuesto por 9 artículos (donde se establecen la “amovilidad” de los que
gobiernan, las facultades extraordinarias del gobierno, etc) y al mismo tiempo
anexaron los Decretos de Libertad de Imprenta (básicamente que todo hombre
puede publicar en la prensa sus ideas sin censura previa) y el Decreto de Seguridad
Individual (básicamente aseguraba las libertades individuales ante los abusos y los
excesos de los detentadores del poder); que regiría hasta la apertura del Congreso.

El reglamento de institución y administración de justicia.

34
Sancionado en el mes de enero de 1812, que implicó la supresión de la Real
Audiencia y su substitución por una Cámara de Apelaciones para los negocios
judiciales de suma importancia.
Esta Cámara de Apelaciones estaba integrada por 5 miembros, 3 letrados y 2 vecinos
legos. Los miembros eran nombrados por 2 años y entendían en todos los recursos
que por leyes y ordenanzas conocían las reales audiencias americanas. A diferencia
de la Real Audiencia, sólo gozaba de atribuciones de índole judicial y no de carácter
gubernativo.

La crisis del Triunvirato ejecutivo. Las asambleas de 1812 y el movimiento del 8


de octubre

Si bien sancionó una serie de decretos (como la creación de la escarapela; la


supresión del paseo del estandarte del rey; la prohibición de la introducción de
esclavos, etc), el régimen del Triunvirato fue una acabada expresión de la
arbitrariedad y del ejercicio del poder sin frenos y controles. Agudizó el centralismo
político reverdeciendo a la Real Ordenanza de Intendentes al recrear la gobernación-
intendencia de Bs.As como cuerpo separado del ejecutivo pero dependiente de él.
A lo largo de 1812, tomaron lugar una serie de acontecimientos que fueron los
determinantes de su caída, la que abrió una nueva etapa en la historias de las
instituciones: la Asamblea del Año XII.
El morenismo seguía activo particularmente en la faz ideológica, en el mes de enero
de 1812 se fundó la Sociedad Patriótica y Literaria (o Segunda sociedad
Patriótica), cuyo principal animador fue Bernardo de Monteagudo, cuyas palabras
(independencia, libertad, etc) llegaron a los oídos del Triunvirato.
El tono jacobino de la nueva sociedad, hicieron que el Primer Triunvirato enviase a un
“fiscal pesquisador” a las reuniones de la misma, por lo que las relaciones entre el
Ejecutivo y la Sociedad Patriótica prontamente se enfriaron y terminaron en un claro y
abierto enfrentamiento.
En el mes de marzo de 1812 arribó al puerto de Bs.As la fragata inglesa “George
Canning”, en la que viajaban el coronel José de San Martín, el alférez Carlos María
de Alvear entre otros. En efecto, los recién llegados conformaban la “Logia Lautaro”.
Los objetivos de la Logia Lautaro eran claros: declaración de la independencia y
organización del nuevo Estado mediante la sanción de una Constitución, por lo que
la simbiosis con la Sociedad Patriótica se dio de forma natural; la Sociedad Patriótica
se convirtió en el instrumento público de la Logia.
En el mes de marzo de 1812 cesaba en sus funciones el triunviro J.J.Paso, por lo que
se convocó a la Asamblea General, en la cual se designó en su lugar a Martín de
Pueyrredón, pero éste se encontraba en el norte, por lo que se decidió interinamente
al doctor José Miguel Díaz Vélez. Este interinato fue rechazado por el Triunvirato, ya
que la vacante en caso de ausencia de uno de los vocales, debía ser cubierta por uno
de los secretarios (Bernandino Rivadavia).
La Asamblea no dio a torcer el brazo, y se declaró soberana (su objetivo era la
declaración de la independencia de las Provincias Unidas).
La reacción del ejecutivo fue rápida: procedió a disolver la Asamblea. El Triunvirato
logró imponerse de momento, pero la Logia y la Sociedad Patriótica canalizaron el
creciente descontento y señalaron que “todavía no se había cumplido la promesa del
25 de Mayo (Congreso)”.
El poder ejecutivo se enredó en una serie de argumentaciones y anunció la próxima
convocatoria del Congreso General, sin fijarle fecha ni lugar, ya que previamente
debía reunirse una Asamblea Extraordinaria que sería la encargada de elaborar el

35
reglamento electoral, establecer el tiempo de duración del Congreso y ocuparse de las
relaciones exteriores.
Puede decirse que la batalla de Tucumán, desde el punto de vista político, significo
para el Triunvirato lo que la batalla de Huaqui para la Junta Grande: precipitaba su
caída desde el momento en que tomaron estado público las órdenes de Belgrano (jefe
del Ejército del Norte).
El 6 de octubre de 1812 se reunió la Asamblea General. Fue en esas circunstancias
que el vocal del Triunvirato, Chiclana, renunció a su cargo. El 8 de octubre, la Logia y
la Sociedad Patriótica (fuerzas militares y cívicas) acudieron a la plaza de la Victoria
y presentaron al Cabildo un violento petitorio que encabezaba Monteagudo.
En dicho petitorio se exigía la destitución de los miembros del Triunvirato, que el
Cabildo reasumiese el mando al solo efecto de formar un nuevo gobierno, que se
convocase inmediatamente una Asamblea General, etc.
De este movimiento cívico-militar, surgió el Segundo Triunvirato, integrado por
J.J.Paso, Rodriguez Peña y Antonio Alvarez Jonte. Debía reunirse la Asamblea
General, que constituiría el Tribunal Residenciador de todos los ejecutivos habidos
desde el 25 de mayo de 1810; los poderes de los diputados podrán ser extendidos.
Además, la Asamblea tendría a su cargo la redacción de una Constitución de
carácter provisorio.
El Segundo Triunvirato decreto de fecha el 24 de octubre de 1812, convocó a la
Asamblea; la “Soberanía” procedía a instalarse con las solemnidades del caso del 31
de enero de 1813.

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Resumen libro 2 HCA

La Asamblea del año XIII

Tiene un carácter doble, es constituyente y legislativa. Se instala formalmente el


31 de enero de 1813. Es el primero de nuestros cónclaves constituyentes, sus
sesiones se desarrollan en el consulado de Bs.As.
Sus objetivos (perfilados en el “decreto de convocatoria”) son la declaración de la
independencia y la organización del nuevo estado a través de una constitución
política. Sin embargo, la Asamblea no logró ninguno de sus objetivos y terminó
sus días en una profunda crisis. Su primer decreto fue el “Decreto de Instalación”,
sus disposiciones son:
a) Reside en la Asamblea “la representación y ejercicio de la soberanía de
las Provincias Unidas del Río de la Plata”; la personificación jurídica de las
ciudades componentes de las Provincias Unidas se declara “soberana”,
no reconoce autoridad o poder superior en el juramento que prestaron los
diputados al incorporarse al cuerpo deliberativo en el que no se hace
mención a la figura del “adorado Fernando”. Estamos frente a una
declaración no formal o fáctica de independencia.
b) Se designa como presidente de la Asamblea al diputado por Corrientes
Carlos María de Alvear y secretarios a Valentín Gómez y a Hipólito
Vieytes.
c) Se declara la inviolabilidad de la persona de los diputados.
d) El poder ejecutivo (2do Triunvirato) tiene un carácter interino, sus
miembros debieron prestar juramento de “reconocimiento” y obediencia a
la Asamblea como Autoridad Suprema.
e) Se ordena una serie de festividades a fin de celebrar “tan interesante
instalación”.

Las condiciones para llevar adelante los objetivos de la convocatoria de la


Asamblea (que no eran otros que los de la Logia Lautaro y la Sociedad Patriótica),
eran pues óptimas. Los disensos en el seno de la Logia Lautaro en cuanto a la
oportunidad de declarar la independencia frustraron el primero de los grandes
propósitos de su convocatoria.

Tendencias Internas

La elección de los diputados fue mayoritariamente digitado por la Logia Lautaro y


particularmente por la fracción más cercana a Carlos María de Alvear.
Tenemos a los “conservadores” (compuesta por Alvear y 6 más); los
“independistas” (formada por San Martín y sus amigos); a los “indecisos” o
“esclavos” a los que la Logia no daba parte. Así 2 tendencias tomarían cuerpo: una
mayoritaria “Alvearista” y otra minoritaria “Sanmartiniana”.
En el caso de Tucumán o Córdoba, no creían propicio el momento para declarar la
independencia.
La facción Alvearista, priviligearía la política exterior a la interior, poniendo atención
a los consensos que brindaba la diplomacia británica a través de su embajador (Lord
Strangford) ante la Corte portuguesa radicada en Río de Janeiro.
Alvear y su facción, la que terminaría por imponerse en la Asamblea luego del
rechazo de los diputados por la Banda Oriental y del alejamiento de San Martín de la

37
ciudad de Bs.As para hacerse cargo del Ejército del Norte, no estaban en contra de
la independencia del país, en realidad, su política conservadora llevaba a tomar un
compás de espera a las resultas de los acontecimientos europeos y así a acomodar
su política a los consejos de la diplomacia inglesa.
Por el contrario, San Martín opinaba que la política exterior debía emanar de la
interna y de la guerra de la independencia, únicamente después de declarada la
independencia era cuando el país debía actuar en la esfera internacional.
La convocatoria de la Asamblea tenía como principales motivos: la independencia y
sanción de una constitución (carácter constituyente); tuvo también carácter
legislativo, sancionó innumerables leyes y decretos que revelan esa indudable
voluntad independista, los cuales afirman los principios de soberanía y
nacionalidad, bosquejan las futuras bases jurídico-políticas de nuestra soberanía.
Esas leyes y decretos que afirman los principios de soberanía y nacionalidad, se
reflejan en el Decreto de Instalación, donde se declara depositaria de la soberanía
de las Provincias Unidas del Río de la Plata:
- Se establece que los representantes de “los pueblos” eran diputados de la
nación.
- Se otorgan premios y castigos por la defensa de la patria o por la
deserción de los deberes inherentes al ciudadano.
- Marcha nacional y su creación.
- Establecimiento del sello de la Asamblea (diseño actual del escudo de la
nación).
- Se sustituyen las armas del rey por las de la Asamblea.
- Acuñación de monedas de oro y plata.
- Fiesta cívica declarada el 25 de Mayo y “fiestas mayas”.

Leyes y decretos relativos a la organización de los poderes del Estado

El poder ejecutivo es delegado interinamente en las mismas personas que lo


administran con el carácter de Supremo (2do Triunvirato) y dependiente de la
autoridad de la Asamblea.
La Asamblea sanciona el Estatuto del P.E (Febrero 1813), el cual pasó a tener un
carácter más formal. Se le establecen facultades:
- Hacer ejecutar puntualmente las leyes y decretos soberanos y gobernar en
estado.
- Nombrar embajadores y cónsules, generales, secretarios, etc.
- Presentar a los obispos y prebendas de todas las iglesias del estado.
- Administrar rentas y ejercer la superintendencia de las fábricas de
moneda.

Reglamento de la Administración de Justicia

Proyectos constitucionales de la Asamblea del año XIII

La Asamblea fue convocada a los efectos de declarar la independencia y para que


“por medio de libres y legítimos representantes, vote y decrete la figura con que
debe aparecer en el gran teatro de las naciones”, organizar el nuevo estado
soberano mediante el dictado de la constitución.
La independencia no fue declarada, tampoco la constitución fue dictada, pero a
pesar de todo se dictaron 5 proyectos de constitución, no considerados por la

38
Asamblea, y que constituyen antecedentes mediatos de la constitución de 1853.
Son:
a) Proyecto de la “Comisión Oficial” (designada “ad-hoc” por el 2do
Triunvirato en noviembre 1812): establecía que las Provincias Unidas
del Río de la Plata “forman una república libre e independiente”, que la
soberanía del estado residía en el pueblo y que éste era “la reunión de los
hombres libres”. Establecía lo siguiente:
• El territorio comprendía las provincias de Bs.As, Córdoba, Salta,
Potosí, Chacras, Cochabamba, La Paz, la de Cuyo, Banda Oriental
y la del Paraguay.
• Territorio del virreinato platense
• La religión oficial era la católica (apostólica-romana?)
• El ejercicio del poder soberano de la república, reside en el
Congreso, en los depositarios del poder ejecutivo y en los tribunales
establecidos por la ley.
• El Poder Ejecutivo: es de naturaleza colegiada, denominado
Directorio. Sus miembros son electos por el Congreso en sesión
secreta y son amovibles, removidos cada 2 años.
• El Poder Legislativo: está estructurado por un sistema bicameral;
una cámara de representantes y otra de senadores; la elección es
mediante Asambleas electorales (indirectamente).
Como antecedente de la cuestión de la Capital de nuestro país, este
proyecto establecía: “al Congreso corresponde determinar el lugar de
sus sesiones y en el que haya de establecerse la silla del gobierno, el
cual ha de ser precisamente en Bs.As”.
• El Poder Judicial: se creaba una Corte Suprema de Justicia con
jurisdicción sobre todo el país; tribunales superiores de provincia en
cada una de ellas, jueces letrados en los partidos y alcaldes (jueces
legos) en las ciudades.

b) Proyecto de la “Sociedad Patriótica”: ésta diseñó una comisión a fin de


redactar un proyecto constitucional, la gran diferencia con los demás
proyectos es que:
• El Poder Ejecutivo: tenía naturaleza Unipersonal (título de
presidente).
• El Poder Legislativo: era bicameral, la elección de sus miembros
era indirecta.
• El Poder Judicial: se creaba un Supremo Poder Judicial
compuesto por 9 magistrados elegidos los más provectos de las
provincias. Cámara de apelaciones en las provincias y en cada
ciudad juzgados de 1era instancia.
El proyecto de la Sociedad Patriótica era fuertemente centralizador del
poder, “la Provincias Unidas forman un Estado indivisible”. La
administración de las ciudades es a través de municipalidades.

c) Tercer proyecto o proyecto anónimo o proyecto de la comisión


interna de la Asamblea: se desconoce el nombre o nombres de los
diputados que participaron en su redacción.
• El Poder Ejecutivo: al igual que el proyecto de la Comisión Oficial,
era confiado a un Directorio colegiado de 3 miembros.
39
• El Poder Legislativo: era bicameral; la elección indirecta.
• El Poder Judicial: no innovaba con respecto al proyecto de la
Comisión Oficial, salvo que denominaba a la Corte Tribunal
Supremo de Justicia.
d) El proyecto de Constitución Federal.
e) El proyecto de Constitución territorial para la Banda Oriental.

La totalidad de estos proyectos reconocen principios comunes. Se hacen al


constitucionalismo liberal del siglo XIX: la forma republicana de gobierno, la
consagración de los derechos individuales, la división y balance de poderes según
los enunciados de Montesquie; pero difieren en algo sustancial; los 3 primeros
(proyectos de la Comisión Oficial, Sociedad Patriótica y el 3ero) consagran la
dogmática constitucional de la Francia revolucionaria; la idea de “Estado único e
indivisible”, el proyecto de Constitución Federal, cuyas fuentes son las del
constitucionalismo norteamericano, reconoce la autonomía de las provincias.

Proceso de concentración del poder

A partir de septiembre de 1813, la Asamblea comenzó a perder sus iniciales


impetús.
Razones políticas internacionales y nacionales condicionan la nueva fase de la
historia de la Asamblea.
En Europa: Napoleón sufre una derrota en Rusia (1812), la guerra en la propia
España comenzaba a tornarse favorable a la alianza antifrancesa. José I Bonaparte
abandona Madrid. Rumores de que Fernando VII volvería a ocupar el trono
español.
En el orden interno: luego de los triunfos de Tucumán y Salta se asistió al fin de la
2da Campaña al Alto Perú con las derrotas de Vilcapugio y Ayohuma. La
situación en el Litoral, surge la Guerra Civil.
Bajo estos signos la Asamblea suspende sus sesiones, delega atribuciones y
facultades al Poder Ejecutivo para que obre con absoluta independencia, los plenos
poderes: “facultades extraordinarias”.
La Asamblea sólo se reuniría para tratar asuntos de suma necesidad y urgencia, así
creó una Comisión Permanente compuesta de 5 diputados; trataban casos de
gravedad pero, la realidad política indicaba que el motivo real, fue la preparación de
las circunstancias que conducirían a la instalación de un Directorio Unipersonal
(proyecto que impulsaba Carlos María de Alvear).
La opinión de la Logia Lautaro estaba dividida; la mayoría acepta el proyecto de
creación de un Directorio Unipersonal, en enero de 1814, a pedido del Supremo
Poder Ejecutivo la comisión permanente convocó a los diputados a sesionar, se
exige “la concentración del poder en una sola mano”.
Se crea un Poder Ejecutivo unipersonal, dando fin a la experiencia de ejecutivos
colegiados; éste tenía facultades extraordinarias, poder de los poderes, lo
denominan “Director Supremo de las Provincias Unidas del Río de la Plata” y lo
elegía la Asamblea, su duración era de 2 años. Se creaba un Consejo de Estado
(9 miembros) que aconsejaba y asesoraba al Director Supremo, éste debía siempre
consultar todo lo relativo al manejo de las relaciones exteriores.
Se reglamentan las funciones de secretarías, ministerios; en enero de 1814,
Gervasio Antonio de Posadas juró como “Director Supremo de las Provincias

40
Unidas del Río de la Plata” y tomó posesión del cargo; éste era tío de Alvear, quien
había impuesto su candidatura en el seno de la Logia.
El 2do Triunvirato en noviembre de 1813, ya había creado la provincia de Cuyo, que
comprendía a Mendoza (como ciudad cabecera), San Juan y San Luis, reduciendo
la gobernación-intendencia de Córdoba del Tucumán a su ciudad cabecera
(Córdoba) y la Rioja.
El Director Posadas dispuso la creación de la provincia Oriental del Río de la Plata,
con su ciudad principal en Montevideo, regida por un gobernador-intendente
designado desde Bs.As.
La situación en Europa era negativa, arrastró a las gobernaciones de Bs.AS a abrir
un frente negociador en Europa (misiones diplomáticas, logrando así una protección
respetable frente a las ambiciones de Fernando), se recurre al oportunismo político.

La misión de Sarratea

El 2do Triunvirato comisiona a don Manuel de Sarratea a la ciudad de Londres con


destino previo a Río de Janeiro, para entrevistarse con el embajador británico ante la
corte portuguesa, Lord Strangford, a fin de convencerlo de la utilidad y necesidad
para Inglaterra de designar agentes diplomáticos en Bs.As, lo que de lograrse
traduciría en los hechos el reconocimiento internacional del gobierno porteño y un
paso importante para asegurar la independencia.
Llegado a Londres, Sarratea, no fue recibido por el 1er Ministro, así fracasa
Sarratea en su misión, lo peor fue que la posible protección de la Gran Bretaña
ante las ambiciones de Fernando se perderían.

La misión de Manuel Belgrano y Bernandino Rivadavia

En búsqueda de protección, estos comisionados, llevaban un doble juego de


instrucciones: las públicas y las reservadas de acuerdo a las primeras, su 1er
destino era Río de Janeiro, y luego sí a Inglaterra, a obtener del gobierno británico
garantías suficientes para sus personas, se dirigían a Madrid para entrevistarse con
Fernando VII.
Las instrucciones reservadas entregadas a Rivadavia, quien recién podía tomar
conocimiento de ellas una vez arribados los comisionados de Londres, con
contenido de “simulación monárquica” de 1815. Su verdadero objetivo era: lograr “la
independencia política o al menos la libertad civil de estas provincias y su fin es
conseguir una protección respetable.

El negocio de Italia

Manuel de Sarratea estaba enfrascado en este negocio, y consistía en “una plan


para coronar como rey del Río de la Plata, Chile, Perú, al infante Francisco de Paula,
hijo menor de Carlos IV, residente en Roma.
El bizarro conde de Cabarrús, llegó a planear el secuestro del infante Francisco de
Paula para llevarlo de incógnito a Bs.As a fin de coronarlo, pero la firme oposición de
Sarratea terminó definitivamente con este asunto que marca el lento pero seguro
deslizamiento hacia la idea monárquica-constitucional en detrimento de las primitivas
posturas republicanas sostenidas desde 1810.

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Crisis política: Directorio (concentración del poder, pedido de autonomía de las
provincias). Creación de ellas sin autonomía, subordinadas.

Gobierno de Alvear. Fin de la Asamblea

Cuando asume Posadas, el Poder Ejecutivo, la situación interna era grave, las
derrotas de Vilcapugio y Ayohuma en el Alto Perú habían dejado el Norte abierto a
invasiones. San Martín se hace cargo del mando de aquel ejército, esperando
auxilios y refuerzos de Bs.As (que nunca llegaron), reorganizándolo en el Tucumán.
Las vanguardias realistas fueron sometidas a una “guerra de guerrillas” sostenida
por el gauchaje al mando del caudillo salteño Martín Miguel de Güemes.
Alvear consigue que su tío lo designe jefe del ejército de la Banda Oriental
desplazando así a José Rondeau, éste luego suple a San Martín en el ejército del
Norte.
En junio de 1814 la ciudad de Montevideo capituló y Carlos María de Alvear entró
triunfante en la ciudad, éste logra que su tío lo designe inspector general del ejército,
para tener bajo su mando a todas las tropas y disponer de ellas cuando lo quisiera.
Tras estos hechos, Posadas presenta su renuncia, en realidad esa renuncia fue
consecuencia directa de los acontecimientos del Norte y el disgusto generalizado de
la opinión pública por la misión de Belgrano y Rivadavia, enviados para postrarse
ante el “deseado Fernando” y sobre todo, la decisión adoptada por la Logia, de que
Alvear asumiera el mando. La Asamblea acepta la renuncia de Posadas y designa
Director Supremo de las Provincias Unidas el Río de la Plata a Carlos María de
Alvear, que se erigió un verdadero dictador, carente de autoridad y tratando de
ganarla a cualquier precio.
La represión a la creciente oposición no fue suficiente para que Alvear se mantenga
en el gobierno. Alvear decide dimitir ante la Asamblea como Director Supremo, pero
pretendió conservar el mando militar. En estas circunstancias, nuevamente el
Cabildo de Bs.As erigido en autoridad soberana, le exigió también la renuncia del
mando militar. Alvear parte al exilio, también es el fin de la Asamblea, disuelta por
orden del Cabildo de Bs.As.

Federalismo
La otra banda del Río Uruguay y la revolución

Tuvo características distintas a la revolución en Bs.As que fue esencialmente


urbana, consumada por minoría con apoyo de unidades militares como
consecuencia de las invasiones y el papel del Cabildo. Los revolucionarios porteños
eran parte de una elite, tanto intelectual como social y económica.
En la Banda Oriental del Río Uruguay, la revolución tuvo características que
implicaron la rebelión contra autoridades coloniales, “el Grito de Asensio”, y el virrey
D´Elio, fue rural y de masas, con el agregado de un jefe elegido popularmente, un
caudillo, José Artigas.

Los orientales y la Asamblea del año XIII

Luego de instalarse la Asamblea el 31 de enero de 1813, pasó orden al Triunvirato


para que se haga cargo de los representantes y su elección prevista en el Decreto
de Convocatoria. Esta orden llegó a la Banda Oriental que deberían reunirse para el
consenso popular, reunión que se llevó a cabo en el paraje “Tres Cruces”.

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Abierto por Artigas, quien se dirige a su pueblo y propone los 3 puntos “que deben
hacer el objeto de vuestra expresión soberana”:
- La soberanía particular de los pueblos será único objeto de la revolución
(reconocimiento de la autoridad soberana de la Asamblea)
- Elección de diputados para la representación (5 diputados se resolvió en
el Congreso de las Tres Cruces).
- Establecer una autoridad para restablecer la economía del país destruida
por la guerra e invasiones portuguesas (la idea de gobierno inmediato para
atender necesidades concretas del territorio oriental).

Instrucciones orientales del año XIII (instrucciones de Artigas)

Divididas en 3 pliegos:
- Instrucciones del Congreso de las Tres Cruces.
- Instrucciones de Artigas, propiamente dichas.
- Instrucciones del Cabildo de Soriano a su diputado.

Sus contenidos se dividen a 4 temas o cuestiones claves:

La cuestión de la independencia

Se pedirá la declaración de la independencia absoluta de estas colonias, absueltas


de toda obligación de fidelidad a la Corona de España y a la familia de Borbones y
toda conexión o implicancia con ellas deberá ser disuelta.
Sistema de confederación, división territorial del poder.
Estado Federal y el grado de autonomía de cada provincia es distinto.
Delegación de relaciones exteriores.
Apertura de nuevos puertos, libre navegación, comercio.
El gobierno Supremo extenderá negocios generales del estado, el resto es peculiar
al gobierno de cada provincia.
Libre circulación de bienes y personas.
Forma de gobierno republicana.

La cuestión de la forma del Estado

Apertura de nuevos puertos, aduana, división de poderes, garantías individuales;


éste es el sistema de confederación (estructuración y distribución territorial del
poder).

La cuestión de la forma del gobierno

Republicana, como ya se ha hecho mención, con el fin de conservar la igualdad,


libertad y seguridad de los ciudadanos y pueblos.

Las cuestiones de orden económico

Apertura de nuevos puertos y libre navegación de los ríos interiores (río


Uruguay y Paraná) por buques mercantes extranjeros. Condiciones favorables para
la cría de ganado y un puerto de aguas profundas son las que gozaba la Banda
Oriental.

43
Eliminación de los derechos de tránsito y de las aduanas interiores; libre circulación
de mercancías y personas; protección de las producciones nacionales.

Las instrucciones del año XIII en su conjunto tienen como fuente al


constitucionalismo norteamericano. El artiguismo formuló un verdadero proyecto de
país.

Proyecto de constitución federal

La confederación, llevaba el nombre de “Provincias Unidas de la América del


Sud”.
Crea un Poder Ejecutivo unipersonal, bajo el título de Presidente no existiendo el
cargo de vicepresidente, su mandato era de 2 años, la elección indirecta y por
sorteo.
El Poder Legislativo era bicameral (cámaras de representantes y senadores), la
elección indirecta para los representantes, en cuanto a los senadores, era de forma
directa (por el pueblo) y duraban 2 años.
El Poder Judicial plantea la distinción entre la justicia nacional o federal y la
provincial. El Congreso Federal erigía una Corte Suprema de Justicia y demás
tribunales.

La difusión del pensamiento federal

El rechazo de la diputación oriental por parte de la Asamblea se convirtió en el


detonante de la ruptura definitiva entre Artigas y la elite de Bs.As.
El jefe de ejército José Rondeau tenía órdenes expresas de formar un gobierno
adicto a la Asamblea en la Banda Oriental; así como la elección de nuevos
diputados ajenos a la órbita de Artigas, empujó a los artiguistas a abandonar el sitio
de Montevideo en enero de 1814, momento en que inicia la lucha política y militar
por el control de la Banda Oriental, también de la actual Mesopotamia y el Litoral
fluvial. El artiguismo comienza a expandirse a Corrientes y Entre Ríos,
instalándose allí gobiernos proclives al jefe oriental que desconocieron la autoridad
del Director Supremo y de la Asamblea.

Provincia de Santa Fe

La ciudad de Santa Fe, de acuerdo con la Real Ordenanza de Intendentes de


Ejército y Haciendo, se encontraba dentro del territorio de la gobernación-
intendencia de Bs.As en el carácter de ciudad subalterna.
Durante la época colonial, la ciudad había sido “puerto preciso”, todos los buques
que navegaban por el Río Paraná debían necesariamente anclar en su puerto y
pagar derechos, esto hacia un relativo progreso y bienestar de sus habitantes. La
eliminación de este sistema hizo caer a la ciudad bajo el control del puerto de Bs.As,
con el deterioro económico a partir de los hechos de mayo, la ciudad fue gobernada
por tenientes de gobernador designados desde la capital, incapaces de satisfacer en
medida alguna los intereses de los poblados de la ciudad.
Un grupo de destacados vecinos de la ciudad, a fines de 1814, decidieron solicitar
auxilios al jefe oriental.

44
En la Bajada ordena a uno de sus subordinados que avance sobre la ciudad de
Santa Fe; el teniente-gobernador no tuvo posibilidad de ofrecer resistencia alguna y
se retiró de la ciudad.
El 2 de abril de 1815 el Cabildo de Santa Fe, gobierno provisorio, designa
gobernador interino a Francisco.A.Candioti (amigo personal de Artigas). El día 26
de ese mes, su elección fue confirmada, Santa Fe se erigió como provincia
autónoma. Un cabildo en Córdoba acepta la renuncia del gobernador designado por
autoridades centrales y lo reemplazan por José Javier Díaz Vélez; el “sistema de
los pueblos libres” se había puesto en marcha, profundizando la crisis y marcando
el camino de la derrota de Alvear y del fin de la propia Asamblea.

La liga federal de 1815. El congreso de oriente

El bloque de las provincias litorales, con la incorporación de Córdoba y con


influencias que alcanzaban a la Rioja, se consolidó luego de los acontecimientos de
Fontezuelas (abril 1815), los que determinarían la caída de Alvear y el fin de la
Asamblea del año XIII.
Artigas, “protector de los pueblos libres”, convoca en junio de 1815 a las
provincias integrantes del protectorado a un Congreso en la localidad de Arroyo de
la China (actual concepción del Uruguay); se da así el “Congreso de Oriente” o del
“Arroyo de la China”, donde se constituye fácticamente una verdadera Liga Federal,
integrada por: Santa Fe, Entre Ríos, Corrientes, Córdoba, Banda Oriental y
Misiones; también tuvieron representación los pueblos indígenas.
En julio de 1815 presentan al Director substituto a Ignacio Alvarez Thomas, un
llamado “plan de concordancia” en el que se señalaban las bases de una unión
ofensiva y defensiva entre el nuevo gobierno de Bs.As y las provincias del
protectorado, y se resumían las aspiraciones autonómicas de las provincias que ya
son conocidas.
El gobierno porteño, avocado a la preparación de una fuerza armada al mando de
Juan José Viamonte, debía atacar y recuperar Santa Fe; Alvarez Thomas ni
siquiera se dignó en atender en forma personal a los diputación del bloque
Artiguista.
Ante el fracaso de las negociaciones, inevitablemente las hostilidades se reabrieron,
y las provincias integrantes del protectorado o Liga Federal, no asistieron al
Congreso de Tucumán, a excepción de Córdoba.

Estos acontecimientos de 1815 ponen al desnudo la primera crisis de fondo y el


proceso político iniciado en el mes de mayo de 1810.
El centralismo político originariamente republicano, pero que se irá hacia posturas
monárquicas-constitucionales y la república federal se constituyeron en los 2 polos
extremos que por vías de las armas se disputaron la conducción de las provincias
unidas.
Como ya se ha hecho mención a principios de 1815, comenzó su mandato de
Director Supremo de las Provincias Unidas, Carlos María de Alvear, en medio de las
resistencias de las provincias del Litoral a las políticas facciosas y centralizadoras de
la Asamblea, la desobediencia de los ejercicios y las amenazas del restaurado
Fernando VII de conquistar estos territorios, invadirlos por medio de las armas,
Alvear intentó gobernar con mano de hierro.
Así es como renuncia, el Cabildo de Bs.As, ante la acefalía de carácter nacional,
producto de la renuncia de Alvear y la disolución de la Asamblea, reasume con

45
carácter provisorio la autoridad soberana sobre las Provincias Unidas y procedió a
dictar resoluciones para la conformación de un nuevo gobierno provisional: 12
electores elegidos por vía del reglamento electoral elaborado por el Cabildo
porteño, designaron como Director Supremo provisorio al general José Rondeau,
pero como estaba ausente al mando del Ejército del Norte, se designa como
Director substituto al coronel Ignacio Alvarez Thomas.
Los 12 electores y los miembros del Cabildo nombran una “Junta de Observación”
compuesta por “hombres virtuosos” que tenía por principal cometido elaborar y
dar al nuevo gobierno un estatuto provisional.

Estatuto provisional de 1815

Algunos sostienen que este estatuto no es más que una copia del proyecto
constitucional de la Sociedad Patriótica de 1813. Sus fuentes son: Constitución de
Cádiz, Constitución de Venezuela, consagra la división tripartita de poderes:
- El Poder Legislativo: ejercido por la Junta de Observación hasta que el
Congreso General de las provincias determinase al respecto.
- El Poder Ejecutivo: confiado a un Director del estado, su duración era de
1 año. Del juramento que debía prestar surge que en cualquier momento la
Junta de Observación con el Cabildo podían destituirlo; sus facultades
tienen límites expresos.
- El Poder Judicial: ejercido por el Tribunal de recursos extraordinarios de
Segunda Suplicación.

El estatuto provisional de 1815 fue el fruto de una alianza contra natura entre el
federalismo del Litoral.
Las respuestas de las provincias al estatuto fue francamente negativa y de
rechazo.
Este estatuto dado por la Junta de Observación careció de consenso generalizado,
pero una serie de ciudades-cabildos y sus respectivas jurisdicciones dieron su
acuerdo a la convocatoria a un nuevo Congreso (Tucumán).
En el Congreso estuvieron representadas las ciudades-cabildos y sus jurisdicciones,
de Bs.As, Catamarca, Jujuy, La Rioja, Mendoza, Salta, San Juan, San Luis,
Santiago del Estero y Tucumán; también representantes altoperuanos (Charcas,
Chichas, Cochabamba).
Se destacan 3 claras corrientes internas: la diputación porteña, la diputación de
las provincias interiores y la diputación altoperuana.
No asistieron las que estaban bajo el protectorado o de la Liga Federal (Misiones,
Corrientes, Santa Fe, Entre Ríos, Banda Oriental), aunque si lo hizo Córdoba.
Se debe tener presente los constantes intentos de los porteños por invadir Santa Fe,
ocupando ésta no sólo se la substraía de la influencia del artiguismo, sino que los
“anarquistas” eran contenidos en el otro margen del Río Paraná a la par que se
aislaba a Córdoba; Santa Fe era un punto clave de las comunicaciones con el
centro del país (por tierra) y con Corrientes y Paraguay (por agua).

Instalación del Congreso

En Tucumán el 24 de marzo de 1816.


Los diputados llevaban instrucciones, ninguno relativo a la forma de gobierno y
estado.

46
Lo que sí es que era notoria la “Vocación Monárquica” y su intento de instalarla en el
Río de la Plata.
El Congreso ejerció funciones legislativas.
Se procede, a los fines de afianzar su autoridad, a la elección del Director de
Estado, designado como tal al diputado por San Luis, Juan Martín de Pueyrredón,
quien apoyó el plan liberador de San Martín, con fuerte oposición al ideario federal
del artiguismo.
La soberanía, sin embargo, seguía residiendo en el Congreso.

Situación internacional

Europa: luego de la caída de Napoleón definitiva, abrió al viejo continente a la


“restauración” y al “legitimismo”.
Absolutismo contra ideas liberales.
Creación de la Santa Alianza entre Rusia, Prusia y Austria (religión: ortodoxa,
protestante y católica).
Esto unido a los fracasos de la revolución en América; en México los realistas
arrasaron con todo.
La campaña al Alto Perú y el desastre militar de Sipe-Sipe y se rumorea el intento
portugués de invadir la Banda Oriental.
Localmente: la guerra civil: artiguismo y gobierno central.

La cuestión de la independencia

El tema primordial: la declaración de la independencia, luego de varios días de


sendos debates, los congresales decidieron por unanimidad pasar a deliberar sobre
la “libertad e independencia del país”.
San Martín, Belgrano y los principales jefes militares instaban al Congreso a poner
fin a esta situación absurda; San Martín: “es ridículo acuñar moneda, tener pabellón
y escarda nacional y por último hacer la guerra al soberano de quien se dice que
dependemos, y permanecer a pupilo de los enemigos..”
En la sesión pública del 9 de Julio de 1816, se procede a la declaración de la
independencia del rey Fernando VII, sus sucesores y metrópoliT

Fórmula empleada para la declaración de la independencia: de Fernando VII


(detentador de la Corona Española y legítimo soberano); sus sucesores (implicaba
a cualquier otro borbón o a cualquier otra dinastía que llegase al trono); metrópoli
(entendida como el estado español y su forma de gobierno y sin ningún tipo de
vínculo de pertenencia), y tras las noticias de la invasión portuguesa a la Banda
Oriental; el 19 de Julio de 1816, tras la propuesta del diputado Medrano, se agregó
a la fórmula de la independencia: “y de toda dominación extranjera”.
Quedó: “la declaración de la independencia del rey Fernando VII, sus
sucesores, la metrópoli y de toda dominación extranjera”.

Documentos históricos que hacen a la independencia Argentina

Son 4:
- El Acta de la sesión pública del 9 de Julio de 1816.
- El Acta de la sesión secreta del 19 e Julio de 1816.

47
- El Juramento que debían prestar los habitantes de las Provincias
Unidas.
- El Manifiesto dirigido a las naciones de fecha 25/10 de 1817, explicando
las razones móviles de la declaración de la independencia de “Fernando
VII, sus sucesores, la metrópoli y de toda dominación extranjera”.

La cuestión de la independencia requería reconocimiento.


La cuestión de la forma de gobierno fue la Vocación Monárquica-constitucional, ésta
cuestión tuvo 3 momentos definitivos:

- Monarquía Incasica: Belgrano concluye que la forma de gobierno más


conveniente para las Provincias Unidas era la monarquía Temperada o
Constitucional o Parlamentaria. Éste introduce el ingrediente “legitimista”
con la propuesta de llamar a la “Dinastía de los Incas por la justicia”, y el
que aspiraría al trono, descendiente de la Casa del Inca, Juan Bautista
Tupac Amarú, hermano del caudillo revolucionario.
Debe comprenderse que el rey Inca de Belgrano “reinaría” pero no
“gobernaría”, se pensaba establecer una prolongada regencia.
Estuvieron a favor entre otros San Martin y en contra (rechazo racial)
Tomás de Anchorena.

- Protectorado portugués: Pueyrredón, llegado a Bs.As el 29 de julio, tomó


comunicaciones de García y ordenó su transcripción para conocimiento de
los miembros del Congreso. El Congreso, solicita al Director del Estado la
defensa del territorio, y la unión con Artigas a través de una negociación; la
cual debía ser llevada a cabo por 2 comisionados, uno público ante el jefe
del ejército portugués (Lecor) y otro privado (ante la Corte de Río de
Janeiro).
La primera comisión (Terrada) debía exigir a Lecor el estricto cumplimiento
del armisticio celebrado con John Rademakeer. La segunda comisión
(Irigoyen) reglada por un doble juego de instrucciones (Reservadas y
Reservadisimas), las cuales colocaban en peligro la independencia del
país, por ello Pueyrredón se opuso a dichas instrucciones, impidiendo
que los comisionados cumplieran su misión.

- Protectorado francés: El ministro del restaurado rey de Francia (Luis


XVIII Borbón), el duque Richelieu, tenía conocimiento del clima favorable
a los proyectos monárquicos que existían en el Río de la Plata, y decidió
enviar a Bs.As a Hilare Le Monye, quien logró mantener una serie de
reuniones con Pueyrredón donde acordaron un gobierno monárquico,
las Provincias Unidas llegarían a ser una nación independiente. Se
propone como monarca, al duque de Orleáns, Luis Felipe, bajo la
protección de Francia.
El Directorio y el Congreso, designaron a José Valentín Gómez, para
negociar en Paris las bases y concretar la coronación. Éste es recibido
por el nuevo Ministro de Luis XVIII, Desolle, quien manifestó negativa por
Luis Felipe (duque de Orleáns), pero propuso en lugar a Carlos Luis de
Borbón y Parma, duque de Luca. El proyecto se canceló, cuando
Valentín Gomez recibió las instrucciones, el Directorio y el Congreso ya

48
no existían y con su disolución se aventaron para siempre los proyectos
monárquicos del Río de la Plata.

La labor constituyente del Congreso

a) Reglamento provisional de 1817: regresión al de 1815.


• Poder Legislativo: ejercido por el Congreso.
• Poder Ejecutivo: Director de Estado.
• Poder Judicial: sin novedades dignas de consideración.

b) La constitución de 1819: proyecto elaborado por una comisión designada


por el Congreso; sus fuentes son: Constitución federal de la Corte de
Cádiz (1812), Constitución Francesa (1791) y en el aspecto bicameral
del P.L en la Constitución Norteamericana. Se trata de una
constitución republicana desde que el P.E es desempeñado por un
Director del Estado, si bien era adecuable a la forma monárquica de
gobierno. Se trata de una república aristocrática. No entró en vigencia (si
bien fue jurada, nunca fue acatada por “los Pueblos”).

• Religión: católica-apostólica-romana.
• Poder Legislativo: bicameral (Cámara de Representantes y de
Senadores; se establecen las calidades necesarias para ser
diputados, se “exige: un fondo de 4 mil pesos al menos, o arte,
profesión u oficio útil”; sufragio calificado, se establece 1 diputado
cada 25.000 o que iguale el nº de 16.000; 4 años, renovada por
mitades cada 2 años); (el Senado, un senador por provincia, 3
senadores militares, un Obispo y 3 eclesiásticos; 12 años,
renovada por tercios cada 4 años).
• Poder Ejecutivo: Director de Estado; elección a cargo del
Congreso (indirecta), duraban 5 años (10 años si era reelecto), en
caso de acefalía (no existía vicepresidente), asumía el Presidente
del Senado.
• Poder Judicial: Alta Corte de Justicia, compuesta por 7 jueces y
2 fiscales con calidades exigidas.

Otra sección hace referencia a la declaración de derechos.


Poder centralizado.
Se establece que la soberanía reside en la Nación.
Las leyes no son eternas, forma de reforma flexible fácilmente adaptable a la
monarquía.

Apéndice de la constitución:
- Tratamiento: los 3 altos poderes reunidos tendrán el tratamiento de
“soberanía” y “soberano señor” por escrito.
- El Congreso de la Nación, compuesto de las 2 cámaras.
- Insignia: los del Congreso usaran un escudo de oro que diga Ley con
hojas de laurel.
- Los miembros de la Alta Corte vestirán de toga, un escudo de oro que diga
Justicia.

49
Resumen libro 3 HCA

Crisis de 1820

Luego del triunfo de San Martín en la batalla de Chacabuco, Pueyrredón aprovechó


para lanzarse contra las provincias del Litoral, en diciembre de 1817 fue invadida
Entre Ríos, pero las fuerzas directoriales fueron derrotadas por Ramírez el caudillo,
uno de los principales lugartenientes de Artigas.
Pueyrredón decide avanzar sobre Santa Fe, pero no lo logró; López obtuvo sus
primeras victorias.
En 1819 el régimen directorial atacó nuevamente a la “invensible”. Viamonte fue
derrotado.
Luego se forma el tratado de San Lorenzo, antes se había firmado un armisiticio con
Viamonte, éste firmado por López y Belgrano.
Pueyrredón renuncia, el Congreso designa a José Rondeau; Artigas, en
conocimiento de las tratativas para coronar al príncipe de Luca con el posible arribo
del ejército francés al Plata.
En enero de 1820, se sublevó en San Juan el batallón de Cazadores de los Andes,
provocando la caída de las autoridades Cuyanas, y el desconocimiento de la
autoridad del Congreso y del Directorio. Siguiendo las órdenes de Artigas, se rompió
el tratado de San Lorenzo, las fuerzas federales al mando de E.López y Ramírez
avanzaron sobre Bs.As.
El 1º de febrero de 1820, cerca de Pergamino, en Cañada de Cepeda:

1era consecuencia: Batalla de Cepeda:


- El Cabildo toma el mando, se disuelve el Congreso.
- Renuncia Rondeau (fin del régimen directorial).
- El Cabildo de forma provisoria, ya no como en 1810, 1812 o 1815, en
nombre de la provincia de Bs.As, como autónomo en derecho público.

2da consecuencia: desaparecen los proyectos monárquicos en el año 1820. Surge


un acuerdo republicano centralizado.

3er consecuencia: ahora sí, aparecen provincias como entes autónomos de


derecho público. Desaparecen las gobernaciones-intendencias de la Real
Ordenanza. La provincia de Santa Fe es la 1era que se da a sus propias:
constitución, institución, estatutos (antecedentes mediatos de la constitución de
1853).

4ta consecuencia: desaparece Artigas de la política rioplatense.

A partir del año 1820, no se va a conocer ni un trazo del estado nacional, no hay
estructura gubernamental; las provincias como entes autónomos de derecho público
se van a relacionar, a unirse a través de pactos.

La doctrina exige requisitos para los pactos preexistentes:


- Contraídos entre 2 o más provincias.
- Las que pactan deben considerarse como parte integrante de una Nación
(sostenida por la guerra de la independencia).

51
- Se debe convocar a un Congreso general en el cual asistan esas
provincias.

Tratado de Pilar
El Cabildo abierto del 16 de febrero de 1820 designó a los “representantes del
pueblo”; eran 12 que se erigieron en la Primera Junta de Representantes, quienes
van a elegir al primer “gobernador propietario” Manuel Sarratea (había logrado la
confianza de López y Ramírez y su nombramiento como gobernador se debería a tal
apoyo).
El 23 de febrero de 1820, suscriben: Sarratea (Bs.As), López (Santa Fe), Ramírez
(Entre Ríos).
Los temas que tocan son:
- Nacionalidad común, forma de estado (federación), convocatoria al
Congreso general para organizar el país bajo la forma federal.
- Paz entre las provincias y manera de efectivizarla.
- Sobre el régimen depuesto (todos los involucrados en el régimen
depuesto; Directores de Estado, ministros, congresalesTdeberían
responder en juicio público ante el tribunal).
- Sobre la navegación de los ríos interiores y el comercio entre las
provincias.
- Límites interprovinciales.
- Situación de la Banda Oriental y Artigas (frustrado, traicionado por sus
lugartenientes).
- Cláusulas secretas: brindar armas, municiones, por parte de Bs.As a
Ramírez y utilizarlas para combatir a los portugueses, en realidad fueron
empleadas contra Artigas.

La constitución de Santa Fe o estatuto

Entre su redacción se destacan varios puntos:


- Establece que todo americano era ciudadano de la provincia (no había
concepto de nacionalidad).
- La soberanía reside en el pueblo. El gobierno era ejercido por un
caudillo-gobernador. La manera de formar la soberanía era mediante
“comisarios” elegidos por el pueblo, y se designaban a los miembros del
cabildo.
- Los alcaldes y el Cabildo a cargo de la justicia.
- El caudillo-gobernador decidía todo (lleno de facultades): no invocaba
en materia de justicia.
- Sin división de poderes, no existe legislatura.

Organización de la provincia de Bs.As

No da constitución escrita, se organiza a través de leyes de rango constitucionales;


sistema constitucional abierto.
El órgano más importante es: la Legislatura.
El propio Cabildo convoca a un cabildo abierto y como ya se ha mencionado la Sala
de Representantes elige a Sarratea; la Legislatura establece la manera de elección
de representantes y su evolución: duplica la representación de 12 a 24 y de 24 a 48
(24 por Bs.As, y 24 por la Zona Rural, Campaña).

52
En el año XX apareció un nuevo factor social en las luchas políticas que había
estado ausente; la Campaña, áreas rurales de Bs.As, milicias rurales bajo el mando
de Rosas.
Leyes mediante se organiza:
- El Poder Ejecutivo: oriundo (nativo) provincial, duraba 4 años y se le
atribuía sus facultades.
- El Poder Judicial: en Bs.As desaparece el Cabildo (anacrónico, sin
funciones) al igual que en Luján. Se crean cargos de jueces (letrado, en
civil-penal) de 1ª instancia, se crean las municipalidades.

El Congreso convocado por el Tratado de Pilar no se llevó a cabo por la situación en


Bs.As, sino por la inestabilidad política, sucesiones de gobernadores.
Fuerte pelea por el poder en Bs.As entre:
- Partido del Orden (viejos Directores, fuertes en la Sala de
Representantes).
- Partido Popular (base del futuro partido federal porteño).

En septiembre de 1820 asume Martín Rodriguez (amigo de terratenientes). Rosas


venía parando los intentos de revelación por parte del Partido PopularTel gran
ministro: Rivadavia.

Tratado de Benegas

Del conflicto entre Santa Fe y Bs.As surge este tratado, por el cual se establece la
paz entre ambas provincias y se comprometen a enviar diputados a Córdoba.
Las cláusulas secretas:
- Bs.As se compromete a entregar 25mil cabezas de ganado a Santa Fe por
los daños a esa provincia.
- Santa Fe recibía de Bs.As 2mil pesos en metálico mensualmente.
- Santa Fe recibía de Bs.As el auxilio de 2000 efectivos militares, armas,
etc, para enfrentar a Ramírez (y sacarlo).

Nuevo Congreso en Córdoba

Llevado a cabo para hacer reconocer la independencia y para ser representantes de


una nación única y ser sujetos de derecho internacional.
Los portugueses invaden la Banda Oriental (la necesidad de organizar el país
para enfrentar guerras).
Discusión acerca de la instalación del Congreso.
Córdoba es un centro comercial y cultural (universidades), por eso Bs.As quería que
fuese en cualquier parte menos en Córdoba. Bs.As designa a 4 diputados enviados
forzosamente y, queriendo frustrar dicho congreso en Córdoba, le da una serie de
instrucciones a sus diputados:
- Que no acepten otro sistema que el de la unidad del poder (centralización).
- Mantener el statu quo del estado o de confederación, que beneficiaba a
Bs.As en relación al puerto y la Aduana.
- Y si se llega al régimen federal; sólo bajo la condición de “que las
provincias se unan a Bs.As”, sino sacarían a sus diputados.

53
- El número de representantes debía estar regido de acuerdo a la población
(no hay igualdad jurídica).

Frustrado el Congreso de Córdoba, al regresar Rivadavia de Europa; manda


nuevas instrucciones a los diputados allí en Córdoba. Pero en diciembre de 1821,
los diputados de Bs.As abandonan Córdoba.
Este congreso frustrado sólo produjo el Tratado de Postas y Correos para mejor
circulación de la correspondencia pública y privada entre las provincias.

Tratado del Cuadrilátero

Del 15 al 22 de enero de 1822, el cual lo forman Bs.As, Santa Fe, Entre Ríos y
Corrientes y que es firmado en Santa Fe.
- Se afirma la amistad y unión entre estas provincias.
- Se conforma una liga ofensiva-defensiva contra ataques exteriores.

En enero de 1822, los logros del Partido del Orden porteño:


• De la mano de Ramírez eliminaron a Artigas y de la mano de
Bustos y López eliminaron a Ramírez.
• Con el apoyo de la Campaña (Rosas y terratenientes, se
aseguraron el manejo de la provincia).
• Frustraron los intentos de cordobeses, de organizar un Congreso
fuera de la órbita porteña.
• Bs.As alinea a las provincias del Litoral.

Ante la necesidad (acelerada por la invasión de la Banda Oriental por parte de los
portugueses) de un nuevo Congreso, más allá de las objetividades.
Recordemos que en 1820 Artigas se retira a la Banda Oriental (batalla de
Tuacuarembó).
En 1821, el jefe de invasores portugueses convoca a un congreso en la Banda
Oriental apoyado por los terratenientes, y resuelve: que la Banda Oriental se
transforme en una provincia de ellos. El gobierno de Bs.As (Rodriguez) eleva
protesta, pero no fue escuchado; el rey Juan VI vuelve a Lisboa y traslada la corte;
deja a su hijo regente en Río de Janeiro, Pedro.
Grito de Impiranga (independencia de Brasil), las provincias cisplatinas pasan al
imperio de Brasil.
La negociación pacífica de la Banda Oriental; Gómez va a Río de Janeiro; el
emperador no acepta nada y fracasa su misión. La única salida era la guerra.
Se acelera un nuevo congreso, todas las provincias concuerdan en realizarlo;
Rivadavia presenta a la Legislatura de la provincia, un proyecto de ley para
concretar un congreso.
La representación será de 1 diputado cada 15 mil habitantes; todos optaron para
que se lleve a cabo en Bs.As.
La situación de la Banda Oriental se tensaba cada vez más, ya estaba en el borde
de la guerra.
En diciembre de 1824, el nuevo Congreso General Constituyente de las
Provincias del Río de la Plata comienza a sesionar y se instala.
Se eligen a Presidente (Fúnes) y Secretario (Vélez Sarsfield), reunidos en Bs.As (la
situación era crítica, la Banda Oriental es invadida y no se la va a devolver).

54
El Congreso debía definir su finalidad; Acosta, diputado por Corrientes, presentó al
Congreso un proyecto: “la Ley Fundamental”, fundado en el pacto de ley perpetua
(E.E.U.U), recorta las “alitas federales”; ratifica la unión de las provincias; el
Congreso es y se declara constituyente (constitución) y tiene carácter legislativo
(leyes).
Abarca legislativamente sobre muchos aspectos antes de su entrada en vigor debe
ser aprobada por todas y cada una de las provincias.
Hay un reconocimiento al hecho federal (provincias autónomas); se crea un Poder
Ejecutivo Nacional de carácter provisorio encomendado a la provincia de Bs.As,
sus atribuciones son: manejo de relaciones exteriores, representación nacional
hacia fuera (la razón era debido a que la guerra con el Brasil era insostenible).
Durante 1825, el Congreso rige cuestiones internacionales:
- Tratado con Inglaterra (potencia hegemónica del mundo) en el mes de
febrero, es un tratado de amistad-comercio-navegación; porque
reconoce la independencia de las Provincias Unidas del Río de la Plata.
Se le otorga a los residentes de Inglaterra la libertad de culto.
- Bolivia: otro acontecimiento, la batalla de Ayacucho 1825; los alto
peruanos declaran su independencia, Bolivar libertador.

Guerra con el imperio del Brasil

En 1825, terratenientes de la Banda Oriental financiaron la expedición de los 33


Orientales, que culminó con una serie de victorias militares sobre las tropas del
Brasil.
El 25 de agosto 1825, los Orientales se reúnen en “el Congreso de la Florida”,
donde la Banda Oriental es parte integrante de las Provincias Unidas del Río de la
Plata.
La reacción frente a este hecho es que el emperador del Brasil declara la guerra.
Surge la necesidad de ejército: “ley mediante”, las milicias provinciales pasan al
Estado Nacional.
Se crea un Banco Nacional (emisión de moneda). Empréstito (garantías de tierras).
El Congreso duplica la representación: ahora 1 diputado cada 7.500 habitantes.

El Partido Unitario

Aparece como tal luego de la caída del Congreso. El divorcio entre los
representantes de las provincias y éstas.
En 1825, tras las crisis, las Heras por Bs.As, argumenta que le es imposible el
manejo de los asuntos exteriores y los provinciales, renuncia, el Congreso rechaza
su renuncia; Bedoya (diputado por Córdoba) propone un proyecto de ley: creación
de un Ejecutivo Nacional Permanente, pero quedó diferido por falta de recursos
financieros.
A principios de 1826 se vuelve a presentar ese proyecto y se argumenta lo mismo
que en el gobierno de las Heras, al que se opone Manuel Moreno, quien decía que
se estaba pensando una constitución y no se tenía en cuenta a las provincias
(violación a la Ley Fundamental).
Luego de deliveraciones, el texto legal fue aprobado, y establecía que la elección del
Poder Ejecutivo era del Congreso, ejercido por un ciudadano con el título de
“Presidente de las Provincias Unidas del Río de la Plata”

55
Sus atribuciones son las que establezcan las leyes y la de los anteriores
gobernadores.
Se crean ministerios.
Rivadavia (con la 1era ley de presidencia) asume el 8 de febrero de 1826 como
“Presidente de las Provincias Unidas del Río de la Plata”. En su famoso discurso
reclama un centro común, establecer la “capital” (2 ley).
En el “Congreso 1824~1827” se discute la forma de estado para la república.
Lo grave de la 2da ley, era que borraba del mapa a las provincias, liquida
instituciones (violación a la Ley Fundamental).
La ciudad de Bs.As se establece como Capital, las provincias quedan bajo el
mando del presidente del Congreso; no mas gobernadores, legislatura, tribunal.
La Aduana y las instituciones de Bs.As pasan a ser nacionales, provocándose así la
ruptura del Partido del Orden. Estas leyes aprobadas por la mayoría absoluta;
hubo resistencias porque el territorio más rico quedaba bajo la jurisdicción del
Presidente del Congreso (todo nacional), se pierde la recaudación de la aduana, se
establecen impuestos para los grandes terratenientes, al romperse el Partido del
Orden, se van uniendo a los federales.
El Congreso va a impedir que las provincias retiren a sus diputados. Se da el
proceso de disolución del Congreso (guerra civil en el interior).
Se crea una Comisión de Negocios Constitucionales en abril de 1825, para que
elaborase y presentase un proyecto de constitución. Aprobada en general y luego
artículo por artículo. Mansilla, expresó que la cuestión de la forma de Gobierno
(republicana) ya no admitía discusión, pero quedaba pendiente la forma de Estado
(federal o unitario).
El Congreso sanciona una “ley de consulta”; un sondeo para saber la forma de
estado que querían las provincias.
Se fue imponiendo, a pesar de que en un principio era se por mayoría la unidad de
régimen.
Alberdi “las provincias descubrieron que canjearon la autoridad de España por la de
Bs.As”.
La Comisión de Negocios Constituyentes argumentó que era mejor la unidad de
régimen, porque:
a) La despoblación de las provincias (número de reducidos
habitantes, jamás podrían mantener una representación
conveniente).
b) El asilamiento (la distancia entre ciudades conspiraba contra la
forma federal).
c) La pobreza de las provincias (falta de recursos, incapaces de
autonomía).
d) Falta de organización de los poderes propios de un componente
del Estado federal (lo poco que han avanzado las provincias en 6
años de separación).
e) La falta de ilustración (la masa de general de sus habitantes
carece de aquella instrucción, que demanda el gobierno federal
para el desempeño de los deberes públicos).
f) Las circunstancias morales del país.

Constitución de 1826

56
Su base es la constitución de 1819. No tiene preámbulo, está dividido en
secciones, capítulos:
- Nación y su culto: libre, tolerancia, la oficial es la católico-apostólica-
romana.
- Ciudadanía: los ciudadanos tienen derechos políticos (elegir y ser
elegidos), excluía y suspendía los derechos de ciudadanía por la
condición de doméstico a sueldo, jornalero, soldado, notoriamente
vago. El 95 % de la población caía en esta caracterización. Manuel
Dorrego se pronunció fuertemente contra la discriminación social y política
y exclamó: “la peor de las aristocracias, es la aristocracia del dinero”.
- Se conceptualiza la forma de gobierno y de estado “forma representativa
republicana, consolidada en la unidad de régimen”.
- Poder Legislativo: bicameral (representantes y senadores; los primeros
elegidos directamente por el pueblo, y duraban 4 años, renovada por
mitad cada 2 años; el senado, eran 2 por provincia y 2 por la capital,
elección indirecta, duración 9 años, renovado por tercio cada 3 años).
- Poder Ejecutivo: “Presidente de la República Argentina”, elección
indirecta por la Junta de electores, duración 5 años.
- Poder Judicial: Alta Corte de Justicia, tribunales superiores y demás
tribunales que estableciere la ley; 9 jueces y 2 fiscales, designados por el
Presidente de la República con acuerdo del Senado, eran inmovibles y
gozaban de una compensación monetaria que no podía ser disminuida
durante el ejercicio de sus funciones.
- Sección de la Administración de las Provincias: el gobernador era elegido
por el P.E de una terna que elevaba el Consejo de Administración
(miembros elegidos por el voto popular, sus funciones no eran
legislativas, organización de la administración). Función del
gobernador: aplicar, hacer cumplir las leyes.

La administración de las provincias:


- Las constituciones expuestas a las provincias deben aprobarla los 2/3
partes de las legislaturas incluida la Capital, para entrar en vigencia.
- Constitución unitaria con rasgos federales. Debían mandarla a las
provincias; el Congreso designaba diputados de su seno para enviarlos a
las provincias para que analicen y aprueben.
Es rechazada por las provincias porque estaba fundada en la unidad de
régimen, sólo la acepta la Banda Oriental; rechazada individualmente por
cada provincia y en bloque.
En abril de 1827 se firma el Pacto Federativo Multilateral (Bustos, Córdoba),
las provincias que rechazan en conjunto la constitución de 1826.

Se va a convocar a un nuevo Congreso en Santa Fe, que no se llevará a cabo.

Panorama:
- Guerra civil (centro-norte del Litoral 1825, las fuerzas nacionales
derrotadas por el interior).
- Guerra con el imperio del Brasil

En enero de 1826, el ejército republicano obtuvo la victoria de Ituzaingo sobre Brasil


(se quedan sin remonta, caballos). La guerra en una especie de “empate técnico”.

57
Los brasileros consiguen victorias en el mar (bloque del puerto de Bs.As), lo que
provoca una crisis, un obstáculo al comercio.
Los grupos económicos de Bs.As, terratenientes, comerciantes, presionan a al
presidencia para que negocie la paz.
La mediación se lleva a cabo a través de Inglaterra (con claros intereses
económicos).
Ponsomby, trabaja para que la Banda Oriental no quede ni para uno ni para otro,
quiere su independencia.
Rivadavia manda a negociar la paz, pero comete un error, elige de comisionado a
M.J García (quien admiraba a Brasil y a Inglaterra); a pesar de las instrucciones que
le habían dado, suscribe un Tratado Preliminar en el cual reconocía a la Banda
Oriental como parte integrante del Brasil; o sea, parte de las provincias cisplatinas,
también establecía que la isla M.García quedaba desmilitarizada.
Tras estos hechos, Rivadavia presenta su renuncia (desprestigio, situación interior,
rechazo de la constitución) el 27 de junio de 1827, la que fue aceptada.
En el Congreso la situación era terminal, este sanciona una de sus últimas leyes el
3/7/1827, designando a un Presidente provisorio hasta que se convoque a una
Convención Nacional (cuando ésta asuma y designe al presidente definitivo, el
Congreso se disuelve), entonces se establece:
- Un presidente para que maneje las relaciones exteriores (guerra con el
Brasil).
- El Presidente provisorio: Vicente López y Planes.

El Congreso que había disuelto la ley de la capital, la restituye, para elegir una
legislatura que eligiría al gobernador, que resulta ser Dorrego (federal), a quien se le
delega las relaciones extranjeras. El Presidente provisional López y Planes
presentó su renuncia, y tras esta lamentable circunstancia el que fuera “Congreso
General Constituyente de las Provincias Unidas del Río de la Plata” sancionó su
última ley, en la que legitimaba su propia defunción.
Dorrego, como es sabido, asume en un momento tenso; sigue las políticas de
consentimiento con las provincias, suscribe tratados con Santa Fe, Entre Ríos,
Córdoba; se compromete a seguir con la guerra internacional.
Las provincias le delegan el poder extraordinario (relaciones exteriores). Envió
diputados a Santa Fe (último intento de organizar el país); consigue el respaldo de
las provincias.
Quería la paz con Brasil, con la condición de que la Banda Oriental sería parte
integrante de las Provincias Unidas del Río de la Plata. Dorrego para lograr sus
fines debía neutralizar a Ponsomby (mediador) y a la influencia británica.
Suscribe una alianza para conseguir apoyo de la Gran Colombia presidida por
Simón Bolivar, poniendo fin al imperio esclavócrata del Brasil gestando la gran
alianza de las repúblicas americanas, concluyendo con la injerencia de intereses
europeos.
Pero al verse obligado, sin apoyo y con la presión británica, Dorrego designa a
Balcarce para que suscriba la convención preliminar de paz.
Para ratificar la paz bajo la condición de la independencia de la Banda Oriental;
surge la República Oriental del Uruguay (fruto de la política británica). Se
desmembrena el virreinato del Río de la Plata. Al estar disuelto el Congreso,
Dorrego firma (quien recordemos tiene el manejo de las relaciones extraordinarias)
quien es autorizado por la Convención Nacional en Santa Fe.

58
El Ejército Nacional regresa de la Banda Oriental; los oficiales de ese ejército, se
sienten defraudados, aumentando el econo de los enemigos de Dorrego.
Los Unitarios (su jefe Lavalle) le acreditan a Dorrego el fracaso de su política.
Otro momento importante de la convención fue consecuencia de la sublevación del
1º de diciembre de 1828 en Bs.As (1er Golpe de Estado), se alzan en bloque
contra Dorrego.
La convención fue declarada en receso sin probabilidades de volver a reunirse.
Tras la sublevación, Dorrego busca apoyo en Rosas, para organizar la resistencia.
Lavalle es nombrado gobernador provisorio, quien delega el mando en el
almirante Brown, salió en busca de Dorrego, quien fue abandonado por Rosas, fue
derrotado y hecho prisionero en Navarro.
El 13 de diciembre de 1828, sin forma alguna de juicio y luego que se le
comunicara que tenía una hora escasa para poner su alma “a bien con Dios”,
Dorrego fue fusilado. Lavalle asumió la plena y exclusiva responsabilidad del
hecho.
En febrero de 1829, conocida ya la muerte de Dorrego y luego de extensos y
titubeantes cabildeos, la Convención Nacional declara: anarquía, sediciosa,
atentadora, la sublevación militar del 1º de diciembre de 1828 encabezada por
Lavalle y también declarando ilegal el fusilamiento de Dorrego.
La situación político-militar de Lavalle se fue deteriorando. El enfrentamiento con las
tropas al mando de Estanislao López, quien designó a Rosas, quedó definido en el
combate del Puente Marquéz; la campaña bonaerense quedó en manos de los
federales, y Bs.As en poder de los unitarios; por otra parte el general José
M.Paz, jefe de la “Rama Cordobesa” del movimiento decembrista, a fines de 1829
se alzó con el gobierno de la provincia mediterránea luego de vencer a Bustos en
San Roque.
Lavalle quiere arreglar la situación con Rosas (cuestión entre porteños),
suscribieron en Tratado de Cañuelas, firman la paz. En junio de 1829 se procede a
reinstalar las instituciones políticas de Bs.As.
Se pone fin a las hostilidades entre “la ciudad y la campaña”.
Éstos convienen una “lista única” de representantes para integrar la nueva
legislatura, mixta (unitarios-federales).
Álzaga como futuro gobernador y ministros: López y Planes y M.J.García.
Lavalle ya vencido, en lo militar, político y moral, suscribe un tratado con Rosas, el
Tratado de Barracas, testificando sobre la victoria de Rosas.
Ponen un gobernador provisorio: Viamonte, al que le otorgan facultades
extraordinarias; se enumeraban las principales obligaciones del mandatario, la de
reunir un Senado Constitutivo (expresión a nivel político-institucional de los sectores
socialmente dominantes en la provincia de Bs.As).
A fines de 1829 se reinstala la Legislatura disuelta por Lavalle, Viamonte disuelve
las sesiones del Senado Constitutivo. El 6 de diciembre de 1829, la Junta de
Representantes elige gobernador propietario y capitán general de la provincia a
don Juan Manuel de Rosas, lleno de “facultades extraordinarias”.

Rosas (Bs.As)

3 Focos de Poder López (Santa Fe, Litoral)

Paz (Interior)

59
Compuesto político inestable

La Liga Unitaria del Interior

El general José María Paz encarnó la “rama cordobesa”; luego de derrotar a Bustos
en la batalla de San Roque se había alzado con el gobierno de Córdoba.
Facundo Quiroga fue derrotado en las batallas de La Tablada (junio 1829) y de
Oncativo (febrero 1830), y se vio obligado a abandonar el interior seguido de
adeptos y refugiarse bajo la sombra de Rosas en Bs As.
El pensamiento de Paz en cuanto a la organización del país puede encontrarse en
sus Memorias Póstumas. Paz no era un hombre de arriesgarse. No era un unitario a
lo Rivadavia o Lavalle sino un político realista que pesaba el pro y el contra antes de
aventurarse.
Vencido Quiroga, Paz procedió a suscribir una serie de tratados de carácter bilateral
con los nuevos gobiernos de corte unitario que se hicieron cargo de las provincias de
Cuyo y del centro-norte del país (Córdoba como cimiento o base).
Estos pactos bilaterales se erigen en calidad de antecedentes que culminan el 30 de
agosto de 1830 con el Tratado de la Liga del Interior (Liga Unitaria), un verdadero
pacto multilateral que refleja la nueva situación política que prevalece en el interior
del país.
Este Tratado, “Pacto Militar”, reunió a 9 provincias argentinas (Córdoba, Salta,
Tucumán, Catamarca, Santiago del Estero, La Rioja, Mendoza, San Juan y San
Luis).
En el tratado, las “9 Provincias Argentinas Aliadas” buscarían como objetivo la
seguridad y común defensa ante las nuevas amenazas de reconquista por parte
del gobierno español (o cualquier otro) y la necesidad de organizar el país “bajo el
sistema constitucional que adoptare la mayoría de las provincias reunidas en
Congreso”.
El Congreso organizativo no tenía ni fecha, ni lugar, ni modalidades de reunión.
Este Tratado crea un “Supremo Poder Militar”, de carácter provisorio, ejercido por el
general Paz. Todas las fuerzas militares quedaban bajo su mando. Se crea una
“Caja Militar” para sostenerlo financieramente. El Supremo Poder Militar quedaba a
cargo de la defensa y seguridad de las provincias integradas de la liga y duraba
hasta la instalación de una autoridad nacional.
Se trata de una verdadera autocracia militar sólo limitada en el tiempo.
En agosto de 1830 se perciben en el país 2 grandes bloques regionales que irradian
poder político y que van a enfrentarse en el campo de batalla para dirimir
supremacías:

a- La Liga del Interior, dirigida por el “Supremo Poder Militar” (9 provincias


argentinas aliadas).
b- Las 4 provincias del litoral fluvial y marítimo; Juan Manuel de Rosas y
Estanislao López.

El Pacto Federal de 1831

Las provincias del centro-norte continuaban sus intercambios con Bolivia y el norte
chileno; las provincias de Cuyo seguían estrechamente ligadas a la economía

60
chilena. Bs As y las provincias litorales continuaban con el desarrollo de la ganadería
y la exportación de productos tradicionales derivados de la misma.
El puerto y aduana únicos manejado por Bs As abría una profunda contradicción con
las provincias litorales (Entre Ríos y Corrientes), que exigían la apertura al comercio
internacional de los ríos Paraná y Uruguay, la habilitación de nuevos puertos y la
instalación de las correspondientes aduanas en los mismos.
Este conjunto de contradicciones quedaron momentáneamente eclipsadas por las
urgencias políticas del momento y la inevitable polarización de las fuerzas. El Pacto
Federal de 1831 es la contrafigura necesaria de la Liga Unitaria del Interior y de la
amenazante presencia del “Supremo Poder Militar” encarnado por José María Paz
(“el manco Paz”), vencedor de Juan Bautista Bustos (San Roque) y Facundo
Quiroga (La Tablada y Oncativo).
Esta presencia amenazante de Paz llevó a las provincias litorales a suscribir una
serie de pactos bilaterales entre octubre de 1829 y mayo de 1830 que se erigen
antecedentes inmediatos del Pacto Federal, son:

a- Santa Fe y Bs As octubre 1829.


b- Santa Fe y Corrientes febrero 1830.
c- Bs As y Corrientes mayo 1830.
d- Corrientes y Entre Ríos mayo 1830.

Estos 4 pactos previos son coincidentes en una serie de puntos básicos


incorporados al Pacto Federal:

1- Se forma una liga ofensiva-defensiva entre las provincias.


2- La liga regirá por el Tratado del Cuadrilátero.
3- La liga funcionará bajo el sistema federal.
4- Serían admitidas otras provincias si su voto fuese por el sistema federal.
5- Las provincias serán invitadas a reunirse en Congreso en Santa Fe.
6- Bs As continuará el manejo de las relaciones exteriores.

Los avances políticos y militares de Paz en el interior fueron los que movieron a la
provincia de Corrientes a acelerar las tramitaciones tendientes a la concreción de un
tratado definitivo que solidificase la unión de las 4 provincias litorales.

La polémica entre Pedro Ferré y José María Roxas y Patrón


El 20 de julio de 1830 se reunieron en la ciudad de Santa Fe el representante de
Corrientes (Pedro Ferré), de Bs As (José María Roxas y Patrón), de Entre Ríos
(Diego Miranda) y de Santa Fe (Domingo Cullen).
Se encomendó a Ferré y a Roxas y Patrón la redacción de un proyecto de tratado
para que luego fuese considerado por todos conjuntamente.
Las cuestiones propuestas por Ferré implicaban poner el acento sobre 2 puntos
neurálgicos que colisionaban con los intereses y privilegios de la clase dominante de
Bs As: la organización político-institucional y la organización económica-financiera
de la Nación. Los terratenientes, saladeristas y comerciantes ligados al negocio de
importación y exportación porteños no estaban dispuestos a ceder sus antiguos
privilegios, porque eran la base de sus poderes.
Se resolvió que cada uno de los representantes elaborase un proyecto de tratado
propio. Roxas y Patrón se limitó a presentar un Memorándum, en tanto que Ferré
elevó a la reunión un proyecto completo.

61
A. El Memorándum de Roxas Y Patrón

Se centra en 2 cosas:
1) La primera, que Bs As no perciba derechos por los efectos extranjeros
que se introducen a las provincias litorales del Paraná, y por
consiguiente, a las del interior;
2) El que se prohíban o impongan altos derechos a aquellos efectos
extranjeros, que se producen por la industria rural o fabril del país.

En cuanto a la percepción de los derechos aduaneros alegaba que era la


provincia de Bs As la que pagaba “la deuda nacional, contraída en la guerra
de la independencia y en la que últimamente se ha tenido con Brasil, por ello
Roxas y Patrón (la elite dominante) sostenía la necesidad de centralización de
las rentas aduaneras; así las provincias quedaban en calidad de “deudoras”
del “favor” de los porteños.
Respecto a la segunda cuestión Roxas y Patrón argumenta fuertemente
contra la política proteccionista de las producciones nacionales abogando por
un amplio e irrestricto librecambio.
El Memorándum es una sentencia condenatoria para las provincias: su
destino (y por extensión el del país) era el pastoreo, sin posibilidad alguna de
proyección, crecimiento y desarrollo de la industria, base de la civilización
moderna.

B. El proyecto de Ferré

Ferré comienza analizando los “2 puntos importantes sobre los que está
cimentado el comercio de la República y son:

1) La libre concurrencia de toda industria;


2) La exclusión del puerto de Bs As para el comercio de importación o
exportación”.

Respecto al primero, sostenía que consideraba a “la libre concurrencia como una
fatalidad para la nación. Los pocos artículos industriales que produce nuestro país,
no pueden soportar la competencia con la industria extranjera”.
Propone la prohibición de importar artículos de comercio que el país produce, y no
los que puede producir, pero aún no se fabrican.
Proponía una política proteccionista que implicaba el establecimiento de nuevas
fuentes de riqueza y, a largo plazo, el logro de una economía diversificada. Ferré fue
un ardiente defensor de las producciones nacionales.
En cuanto a la cuestión de la aduana única y de las rentas provenientes del cobro de
los derechos de importación y exportación manifestaba la ventaja de disminuir las
distancias que corren los artículos de comercio del país hasta su mercado. Solicita
la habilitación de otro u otros puertos que el de Bs As, lo que garantizaba a las
provincias del litoral la salida de su producción hacia el mercado internacional,
evitando gastos de traslado a Bs As y el pago de impuestos (política tendiente a la
libre navegación de los ríos).

62
Las propuestas del artiguismo (1813) eran reeditadas (la libre navegación de los ríos
Paraná y Uruguay, habilitación de nuevos puertos al comercio internacional y la
nacionalización de los recursos aduaneros).
El proyecto de Ferré tiene 19 artículos y devendría en fuente directa del Pacto
Federal.
Creaba una Comisión Representativa de las Provincias con amplias facultades, lo
que era inaceptable para los estancieros y mercaderes bonaerenses, ya que las
cuestiones político-institucionales y las económico-financieras eran presentadas
inescindidas.

Las gestiones de los representantes fracasaron, y la primera fase tendiente a la


consolidación de la liga de las provincias litorales terminaba en una senda
frustración como consecuencia de la intransigencia de los sectores dominantes de
Bs As.
En agosto se formaliza la Liga del Interior, y el general Paz invitaba a los gobiernos
de Rosas y López a incorporar sus provincias a la liga remitiéndoles copia del
Tratado a fin de que adhirieran al mismo “si bien le pareciese, bajo las restricciones,
modificaciones, o alteraciones que juzgue convenientes”. Los gobernadores de Bs
As y Santa Fe rechazaron la invitación; era evidente la peligrosidad manifiesta del
“Supremo Poder Militar”, un dato innegable de la realidad política que no podía
soslayarse.
A fines de 1830 se produjo una revolución en la provincia de Entre Ríos,
promocionada por los unitarios exiliados en Montevideo para derrocar al gobernador
León Solá e incorporar esa provincia a la Liga Unitaria dirigida por Paz, pero fracasó.
El 4 de enero de 1831 se reunieron en Santa Fe los representantes de Bs As
(Roxas y Patrón), de Entre Ríos (Antonio Crespo) y de Santa Fe (Domingo Cullen)
a fin de concretar el pacto definitivo entre las provincias federales.
Las 3 provincias suscribían el histórico pacto declarando que “la mayor parte de los
pueblos de la República han proclamado del modo más libre y espontáneo la forma
de gobierno federal”.

Análisis del articulado del Pacto Federal

El Pacto Federal de 1831 es el “pacto preexistente por antonomasia”; rigió la vida


institucional de la Confederación Argentina por 21 años.
En 1852 se lo consideró “Ley Fundamental de la República”
Consta de 17 artículos, un artículo adicional y un artículo adicional reservado. Hace
referencia a los pactos preliminares suscriptos entre las provincias litorales.
Los temas que trata son:

a- Unión, paz y amistad entre las provincias;


b- Alianza ofensiva-defensiva entre las provincias para la hipótesis de ser
atacada cualquier provincia componente de la Nación argentina por alguna
potencia extranjera;
c- Se instituyen derechos y obligaciones recíprocas entre las provincias,
igualdad de derechos de los habitantes de las provincias en cualquiera de
ellas y libre circulación interprovincial de mercancías;
d- Se establece la igualdad de derechos entre las provincias contratantes;

63
e- Se fijan normas de excepción con relación al lugar de nacimiento de los
gobernadores de las provincias contratantes a los fines del ejercicio del
cargo en otras;
f- Incorporación de otras provincias a la Liga.

La Comisión Representativa

La idea del establecimiento de una “comisión representativa” de las provincias hasta


que se organizase definitivamente el país surge de las postulaciones y proyecto
elaborado por Ferré. Las atribuciones a la comisión representativa eran sumamente
amplias, tanto en lo político-institucional como en lo económico-financiero (por lo que
Bs As la rechaza). Sin embargo, la “provincia rectora” (Bs As), urgida por el
agravamiento de la situación política del país, se vio obligada a aceptar el
establecimiento de la Comisión Representativa si bien con menos facultades de
las que gozaba en el proyecto de Ferré.
Se instaura una “Comisión Representativa de los gobiernos de las provincias
litorales de la República Argentina” en tanto durase “el presente estado de cosas y
mientras no se establezca la paz pública de todas las provincias de la República”.
Las características de la Comisión Representativa creada por el Pacto Federal de
1831 eran:
a) Lugar de residencia: ciudad de Santa Fe;
b) Composición: 1 diputado por cada provincia pactante (podían ser
removidos en cualquier momento, y sustituidos por otros inmediatamente).

Las atribuciones de la Comisión Representativa son:


1- Celebrar tratados de paz a nombre de las 3 provincias;
2- Declarar la guerra en nombre de las 3 provincias;
3- Organizar el ejército en caso de guerra y designar al general que debía
comandarlo;
4- Determinar el contingente de tropas con que cada provincia debía
contribuir;

Los representantes de las provincias más que “diputados”, eran “agentes


diplomáticos”. Tanto en materia de paz como de guerra, los gobiernos provinciales
debían ratificar expresamente las decisiones de sus comitentes para que estuviesen
investidos de plena validez.

La Cláusula Quinta del artículo 16

“Invitar a las demás provincias de la República, cuando estén en plena libertad y


tranquilidad a reunirse en federación con las 3 litorales; por medio de un Congreso
General Federativo se arregle la administración general del país bajo el sistema
federal; su comercio interior y exterior; su navegación; el cobro y distribución de las
rentas generales y el pago de la deuda de la República, consultando del mejor modo
posible la seguridad y engrandecimiento de la República, su crédito interior y
exterior, y la soberanía, libertad e independencia de cada una de las provincias”.

Era atribución de la Comisión Representativa en el momento en el que las


provincias estuviesen “en plena libertad y tranquilidad” (finalizada la contienda civil)

64
el invitarlas a reunirse en federación con las 3 litorales (a adherir al Pacto
Federal). A convocar a un Congreso General Federativo que era el encargado de
organizar la administración general del país bajo el sistema federal, arreglar el
comercio interior y exterior, la navegación, etc.
Los sectores dominantes de Bs As con Rosas a la cabeza, no dejarían que la
Comisión Representativa tuviese vida.

Consolidación de la hegemonía de Bs As

En febrero de 1831, la Comisión Representativa declaraba la guerra al general José


María Paz, designando jefe federal del ejército a Estanislao López.
En mayo de 1831, el general Paz fue hecho prisionero por una partida federal en el
límite fronterizo entre Córdoba y Santa Fe; la suerte de la Liga del Interior quedaba
prácticamente echada al faltarle su alma y corazón: el “Supremo Poder Militar”. El
sucesor de Paz, Gregorio Aráoz de Lamadrid, al frente de 1.500 hombres, fue
derrotado por Facundo Quiroga en la batalla de la Ciudadela del Tucumán en
noviembre de 1831; la Liga Unitaria se derrumbó y con ella desapareció de la
escena política el partido Unitario.
En septiembre de 1832 las “9 provincias argentinas aliadas” cambian de
orientación: ahora sus gobiernos eran conducidos por hombres del partido Federal
que adherían al Pacto del 4 de enero de 1831, uniéndolas en federación a las
provincias litorales. El conjunto de las provincias se hallaba en “plena libertad y
tranquilidad”, había llegado la hora de convocar al “Congreso General Federativo”
para organizar la “administración general del país bajo el sistema federal”.
En una carta a Quiroga, Rosas deja al descubierto sus intenciones: aventados los
peligros, intenta liquidar a la Comisión Representativa y a sus menguadas
atribuciones dejando sólo vigentes los 11 primeros artículos del Pacto Federal.
Lo que los terratenientes bonaerenses intentaban evitar era la posible convocatoria
al “Congreso General Federativo”, continuando con el aislamiento de las provincias y
sin resolver las cuestiones económico-financieras.
Estanislao López se transformó en portavoz de la organización nacional pese a
los escollos que Rosas puso en el camino y a pesar también que Facundo Quiroga
había sido ganado para las posturas del gobernador bonaerense.
Estanislao López comprendía, al igual que Ferré y los hombres del partido Federal,
que la única barrera posible a la dominación de Bs As sobre el conjunto de las
provincias era la letra de la constitución, una norma superior que determinase
puntualmente las atribuciones de un gobierno nacional. El mantenimiento del estado
de inconstitución implicaba el sostenimiento de los privilegios de la provincia-ciudad-
puerto-aduana (Bs As).
En las reuniones que mantuvo la Comisión Representativa luego de la derrota
definitiva de la Liga del Interior nunca estuvieron representadas la totalidad de las
provincias.
En febrero de 1832, el representante de Corrientes (Manuel Leyva) propuso que se
pusiera en ejecución la cláusula 5º del art 16 del Pacto Federal argumentando que la
renuncia de Estanislao López a la jefatura del ejército federal, equivalía a que las
provincias estaban en “plena libertad y tranquilidad”. Al mes siguiente la Comisión
Representativa envió una Circular a todos los gobernadores provinciales
recordándoles aquella atribución del organismo.

65
Se intentaba anteponer a la Comisión Representativa una reunión de diputados de
las provincias que tendría por objeto resolver sobre el momento en que debía
convocarse al congreso.
Se comenzaba a avanzar hacia la fijación de la convocatoria a un nuevo congreso,
cuando una circunstancia totalmente fortuita le dio al gobierno de Rosas la excusa
para retirar su diputado y poner fin a la corta vida de la Comisión Representativa.
La excusa fueron unas cartas de Manuel Leyva a Tadeo Acuña (ministro de
gobierno de Catamarca) y de Juan Bautista Marín al mismo destinatario y a Paulino
Orihuela (gobernador de La Rioja), las cuales fueron interceptadas por Facundo
Quiroga.
En manos de Rosas estas cartas se transformaron en el pretexto suficiente para
retirar al diputado bonaerense de Santa Fe, al entender que las conductas de los
representantes de Corrientes y Córdoba eran de manifiesto carácter vergonzoso y
procedió a solicitar enérgicamente a los respectivos gobernadores duros castigos.
El 13 de julio la Comisión Representativa realizó su última sesión: nunca más
volvería a reunirse. Sus atribuciones volverían al gobierno de Bs As, con posterior
confirmación de las provincias, por lo que su gobernador pasaba a detentar, además
del manejo de las relaciones exteriores, la jefatura suprema de la Confederación.

Capítulo 2 – La Confederación Argentina durante el régimen Rosista (1832-


1851)

Introducción

La derrota militar y consecuente derrumbe político de la Liga del Interior tradujo el fin
del partido Unitario de la República Argentina y el encumbramiento definitivo del
partido Federal. Hacia fines de 1832 la totalidad de las provincias argentinas se
habían “unido en federación”.
Juan Manuel de Rosas, Estanislao López y Juan Facundo Quiroga se habían
convertido en las figuras dominantes de la política nacional.
Este “período de inconstitución”, es caracterizado por la dominación que los
terratenientes saladeristas y comerciantes ligados al comercio de importación y
exportación porteños ejercitaron sobre el conjunto del país, período que se extiende
por cerca de 20 años.
La derrota unitaria hizo que el debate sobre la forma de Estado que debía adoptar la
República Argentina quedase archivado.
El Pacto Federal de 1831 fue la constitución “fáctica” de la Confederación
Argentina durante el período de la hegemonía del “Restaurador de las Leyes”
(Rosas).
En 1833, el gobernador de Santa Fe (Estanislao López) ante la ocupación de las
islas Malvinas por parte de los ingleses y el fracaso de las negociaciones
diplomáticas realizadas con Bolivia tendientes a obtener la devolución del territorio
de Tarija.

La Confederación Argentina en los tiempos de Juan Manuel de Rosas

El Pacto Federal de 1831 era sui generis: no participaba por entero de un carácter
federal, tampoco confederacional, pero impone y afirma el federalismo, y al adherir a

66
la totalidad de las provincias a fines de 1832 se transformó en un Pacto de
Confederación.
La acción política de Rosas (gobernador de Bs As) lo desnaturalizó, hecho que
puede visualizarse a través de la disolución de la Comisión Representativa; con el
manejo por parte de Bs As de las relaciones exteriores, con la configuración de un
sistema que si bien proclamaba el federalismo en la práctica centralizaba el poder en
la cabeza de Bs As.
No encontramos las instituciones propias de una Confederación dado que no existió
el congreso o comité de los Estados (organismo que manejase las relaciones
exteriores).
Juan Manuel de Rosas no ocupó otro cargo que el de gobernador y capitán general
de Bs As.
Características político-institucionales de la Confederación Argentina:

a) Las provincias conservaron sus respectivas autonomías ganadas


definitivamente desde la crisis del año XX (se regían mediante sus
propias instituciones y elegían sus autoridades en todos los
niveles).
b) Existió a lo largo de este período un Estado Nacional si bien en uno
de sus aspectos que fue el de las relaciones exteriores, las
provincias por intermedio de sus respectivos gobiernos delegaban
el manejo de las “relaciones exteriores y los asuntos de paz y
guerra de la Confederación Argentina” en la persona del
gobernador de Bs As.
Rosas, ejerció tácticamente otra serie de atribuciones por conexidad
o extensión al manejo de las relaciones exteriores, fue de hecho, el
Jefe de la Confederación (Ej: la intervención en las provincias
federales en los casos que peligrase; erigirse magistrado judicial
para juzgar delitos de carácter político ejecutados en cualquier
punto del país).

Juan Manuel de Rosas, calificado de “realista” o “pragmático” por sus defensores,


fue un cabal intérprete de aquella realidad que escapaba a los sesudos análisis del
“gabinete de los doctrinarios”, preocupados por aplicar teorías que estaban muy
lejos del país auténtico.
Se centraliza el poder a través de un pacto de confederación, el cual importaba
dejarle a Bs As el predominio sobre el resto de la Argentina y su explotación
económica en beneficio exclusivo de la elite porteña que continuó monopolizando las
rentas de la aduana.
En el período de “inconstitución” la economía nacional no cambió
sustancialmente (el desarrollo del saladero como forma pre-capitalista de producción
basado en la estancia como unidad generadora de materia prima; el tasajo encontró
sus mercados principales en Brasil, América Central y las Antillas; los terratenientes
de Bs As pensaron la organización política del país como una prolongación de la
organización de la estancia), en definitiva, una economía basada en la estancia, el
saladero y en el producido de los derechos aduaneros.
La estancia como proveedora de materia prima (las carnes) y el saladero como
instrumento de su industrialización (tasajo) para su posterior exportación a los
mercados.

67
Con el correr de los años, Entre Ríos se fue transformando desde el punto de vista
económico en la segunda provincia de la Confederación Argentina.
Las provincias cuyanas y del centro-norte del país continuaron en la senda de la
languidez y decadencia (producciones artesanales), por lo que Rosas comprendió la
necesidad de aplicar un cierto nivel de proteccionismo para ganar la adhesión de
dichas provincias. Así la legislatura de Bs As sancionó la Ley de Aduana.
El bloqueo francés (1838) hizo que la ley de Aduana no pudiese ser aplicada con
efectividad y a partir de 1841 fue prácticamente dejada sin efecto.
El partido Federal gozaba de la adhesión de los inorgánicos sectores populares.
Los sectores altos de la sociedad bonaerense (terratenientes, saladeristas y
comerciantes) ejercieron el poder y detentación de la riqueza; los grupos dirigentes
de las provincias se resignaron a ocupar posiciones secundarias.

El “Lleno de facultades” o las Facultades Extraordinarias

En agosto de 1829, luego de la firma del Tratado de Barracas, restaurada la


legislatura, lo procedió a elegir en diciembre, otorgándole por ley al nuevo
gobernador “facultades extraordinarias” o el “lleno de facultades” propuesto por
Tomás Manuel de Anchorena.
Hay que recordar la tendencia de parte de los cuerpos legislativos de desprenderse
de parte de sus atribuciones a favor de los ejecutivos.
En el caso concreto de Rosas, varios de los representantes se opusieron al
otorgamiento de las facultades extraordinarias en aquel mes de diciembre de 1829
sobre la premisa que las facultades propias u ordinarias del poder ejecutivo eran
suficientes para enfrentar las convulsiones creadas, pero la oposición resultó
infructuosa, la mayoría del cuerpo legislativo mediante una ley designó a Juan
Manuel de Rosas como gobernador propietario y capitán general de la provincia
otorgándole facultades extraordinarias.
Las “facultades extraordinarias” son aquellas que el poder legislativo otorga al
poder ejecutivo a los fines de robustecer sus atribuciones en determinadas
circunstancias de gravedad institucional, al solo efecto que pueda hacer frente a
las mismas con un grado mayor de eficacia.
La ley sancionada por la Junta de Representantes de Bs As imponía 2 restricciones
a las facultades extraordinarias:

1) En el tiempo; las facultades extraordinarias eran discernidas hasta


la reunión de la “próxima legislatura” (hasta que renovasen a los
integrantes del cuerpo).
2) El gobernador tenía la obligación de rendir cuentas ante la Sala
de Representantes renovada del uso que había hecho de tales
facultades, para su aprobación o rechazo. La nueva Sala podía
renovar o no el otorgamiento del “lleno de facultades”. En agosto de
1830 la Junta de Representantes amplió la gradación de las
facultades otorgadas a Rosas (uso “según le dicten su ciencia y
conciencia”).

En 1832 Rosas terminó su primera gestión de 3 años al frente de Bs As. La


legislatura procedió a reelegirlo por un nuevo período pero sin el otorgamiento de
las facultades extraordinarias. El “Restaurador de las Leyes” declinó la
designación precisamente porque no se le otorgaba el lleno de facultades. La Sala

68
de Representantes procedió a elegir a Juan Ramón Balcarce como nuevo
gobernador.

División del partido Federal de Bs As. La Suma del Poder Público

Durante el gobierno de Balcarce se produjo una división en el partido Federal de


Bs As; por una parte nos encontramos con los llamados “federales doctrinarios”
(“lomos negros”), antiguos seguidores de Manuel Borrego, que pretendían darle
una constitución escrita a la provincia y terminar con los gobiernos investidos en
facultades extraordinarias. El otro sector es conocido como el de los “lomos
colorados” (“apostólicos”), que se nutría de los más fervientes e incondicionales
partidarios de Rosas.
El primero de los sectores (el “liberal”) encarnaba con una amplitud mayor el sentido
federalista.
El segundo de los sectores veía en la provincia de Bs As el eje único y excluyente
de la política nacional: su federalismo no era otra cosa que una especia de
“provincialismo aislacionista”, lo que se concretaba a través de la monopolización de
la aduana única y sus recursos.
En 1833 Rosas se alejó de la ciudad de Bs As rumbo a la frontera sur
encabezando una campaña contra el indio. La Sala de Representantes, entretanto
había elaborado un proyecto de constitución provincial; en uno de sus artículos
se establecía en forma tajante que jamás se podría en la provincia investir al
poder ejecutivo “con facultades extraordinarias, para disponer de las vidas ni
fortunas de los particulares, ni la Asamblea General, o la comisión permanente en
caso urgente de no poder convocar aquélla, podrá suspender el beneficio de la
seguridad individual, conocido en otras partes por habeas corpus, excepto en las
ocasiones más estrechas y urgentes de rebelión o invasión, y por un tiempo limitado
que no pase de 3 meses. Fenecido ese término sin necesidad de declaratoria
alguna, se entra en el régimen legal”.
En febrero de 1833, el sector “apostólico” fue derrotado en las elecciones de
renovación parcial de la legislatura; esta victoria electoral de los “doctrinarios” fue el
santo y seña para el estallido de la “Revolución de los Restauradores” que terminó
eliminando a los “lomos negros” (“doctrinarios”) de la política bonaerense, dio por
tierra con su proyecto de constitución y terminó afirmando el poderío de los
partidarios de Rosas. En noviembre de 1833 Balcarce, sin capacidad ni fuerza para
resistir el avance de los “lomos colorados” fue exonerado del cargo de
gobernador; la Sala de Representantes eligió como titular a Juan José Viamonte
quien apenas duró 7 meses. En octubre de 1834 fue electo gobernador (carácter
interino) el Dr. Vicente Maza, presidente de la legislatura.
El 7 de marzo de 1835 Rosas fue electo gobernador propietario y capitán
general de la provincia de Bs As por el término de 5 años y con la “suma del poder
público”. Se destacan 2 observaciones:

a) Rosas es electo por el término de 5 años (el término del mandato de los
gobernadores había sido establecido por las leyes organizativas de la
provincia en 3 años).
b) La Junta de Representantes le otorga la “Suma del Poder Público”
(implica una gama mayor de poderes que las “facultades extraordinarias”).

69
A fines de 1833 el agente diplomático argentino en Londres, Manuel Moreno, envió
una serie de informes denunciando al gobierno de Bs As la existencia de una vasta
conspiración urdida por los unitarios exiliados en Montevideo tendiente a desatar el
caos en el país.
En febrero de 1835, en Barraca Yaco (Córdoba) fue asesinado por una partida
Facundo Quiroga cuando regresaba del norte del país donde se había dirigido
enviado por Rosas a zanjar unas diferencias entre los gobernadores de Salta y
Tucumán.
La conspiración unitaria de la que había informado Moreno parecía tomar cuerpo de
la peor de las maneras: el crimen político.
Estas son las razones que llevaron a la Sala de Representantes de Bs As a elegir
como gobernador a Rosas por 5 años y con la “Suma del Poder Público”.
La suma del poder público era la concentración en la persona de Rosas de todos
los poderes (legislativo y judicial, sin perjuicio de sus atribuciones como titular del
ejecutivo) con lo que desaparecía todo atisbo de división y balance de poderes;
desde el punto de vista técnico se trataba de la instauración de la dictadura legal.
La suma del poder público no implicaba, la desaparición de la legislatura o de los
tribunales de justicia; Rosas actuaba como legislador o como magistrado judicial en
casos de suma importancia o de gravedad institucional (no en los casos comunes o
de mero trámite). La Junta de Representantes se ocuparía de legislar en todos
aquellos asuntos que el ejecutivo le girase, el organismo legislativo provincial se
autotransformó en un organismo consultivo. Rosas no debía rendir cuenta a nadie
del uso que hiciese de la suma del poder; tampoco se establecía límite alguno en
el tiempo, como con las facultades extraordinarias. La ley dada por la legislatura
consagraba 2 “limitaciones” al ejercicio de la suma del poder público:

a) El gobernador debía conservar, defender y proteger la religión católica-


apostólica-romana;
b) Defender la “causa nacional de la Federación, proclamada por los
pueblos de la República”.

Rosas solicitó la efectización de otro acto para aceptar la gobernación en tales


condiciones. La legislatura procedió a convocar un plebiscito para conocer la opinión
de la población mediante una ley, se debía votar a favor o en contra del
otorgamiento de todos los poderes a Rosas. El resultado del plebiscito fue a favor
(sobre 9.700 personas, 4 votaron en contra).
Rosas asumía su segundo gobierno; el 13 de abril de 1835 lanzaba a los habitantes
de Bs As una proclama en la que dejaba sentados sus métodos de gobierno.
Los tiempos de la “Santa Federación”; un gobierno de corte autocrático en el que la
intolerancia y el fanatismo fueron sus elementos tipificantes (la exclusión y la
intolerancia política fueron las constantes del “federalismo rosista”), que se
expresó a través de la exclusión a los cargos públicos de aquellos que no eran
considerados “federales netos”, la elaboración de listas en las que se etiquetaba a
los opositores genéricamente como “unitarios”, etc.

Juan Manuel de Rosas y la organización del país

Juan Manuel de Rosas, el “Restaurador de las Leyes e Instituciones de la provincia


de Bs As”, se formó en los trabajos de campo junto a su padre. Hijo de una familia
distinguida, recibió la educación que era común a los integrantes de su círculo

70
social, estudio la Ciencia Política del Absolutismo. Rosas era un “reaccionario” (un
adherente de las concepciones filosóficas y políticas de la Reacción, que se asienta
sobre una concepción a ultranza pesimista de la naturaleza humana, negadora del
progreso histórico y aseverativa del inmovilismo político).
El pensamiento reaccionario de Rosas partía de la premisa de considerar “al pasado
prerrevolucionario de la Argentina como estado óptimo, cree que las
instituciones antiguas son buenas por lo mismo que son antiguas. Rosas evidenció
un sentida preocupación por el orden lo que se revela en lo que consideraba la
forma de gobierno más apta.
El apego al orden inmutable, la subordinación social, la autocracia paternalista, la
sociedad jerarquizada, cristalizada e inmóvil, la utilización de la religión como factor
de dominación de las clases inferiores, el respeto al capital y a sus poseedores, no
son más que elementos constitutivos de la filosofía de la Reacción, la filosofía a la
que adhirió desde joven Rosas.
Rosas y su círculo se opusieron tenazmente a la convocatoria y reunión del
congreso general de las provincias que debía organizar la administración general del
país bajo el sistema federal. Su federalismo empírico se trataba de una política
provincialista tendiente a desentenderse de los problemas del resto de las provincias
y que paralelamente mantuviese el privilegio de contar en exclusiva con los recursos
de la aduana.
La conocida “Carta de la Hacienda de Figueroa” que dirigiera a Facundo Quiroga
en diciembre de 1834, es un documento que corona casi definitivamente sus
opiniones sobre la organización de la República (la máxima expresión del
pensamiento de Rosas en materia política).
Rosas no niega abiertamente en forma directa la necesidad de darle al país una
estructura institucional, pero esboza como una necesidad previa que los
componentes del Estado federal (las provincias) debían cada una de ellas estar
debidamente organizadas interinamente.
Y argumenta que no existía la paz interior necesaria para la realización del
Congreso.
No puede dejar de señalarse la identidad de los argumentos vertidos por Rosas con
los que años antes habían vertido Rivadavia y su círculo con relación al frustrado
Congreso de Córdoba: la reunión de las provincias en congreso debía postergarse
hasta que se pudiera superar el estado de agitación en los pueblos y la situación de
pobreza consecuencia de años de disensos.
Para Rosas, el congreso estaría facultado para formular y resolver cuestiones de
mero carácter previo, pero no estaría habilitado para darle al país su articulación
jurídica definitiva sancionando la constitución.
Los diputados asistentes al congreso, además, debían reunir todos tal cantidad de
cualidades personales.
Obviamente no podía eludir el tema del puerto y la aduana únicos: la existencia de
un puerto único y la posibilidad de la distribución proporcional de los ingresos de la
única aduana entre las provincias que pagaban en ellas derechos, tanto de lo que
exportaban como de lo que importaban, eran derechos que quedaban en exclusiva
para Bs As.
En otras palabras, mantener el sistema de pactos interprovinciales sin plazos ciertos,
indeterminadamente y dejando el congresos organizativo para un tiempo lejano.
Ese estado de “inconstitución” benefició precisa y exclusivamente a los sectores
bonaerenses que Rosas representaba desde el ejercicio del poder. El federalismo de

71
hecho o empírico se impuso por 2 décadas. Las diversas “reacciones contra Rosas”
encontraron trágico fin en los campos de batalla.
En 1837 se cumplieron 2 años de la llegada por segunda vez de Rosas al gobierno
de Bs As y es entonces cuando un grupo de jóvenes provenientes de las elites
letradas de Bs As y el Interior se proclaman destinados a tomar el relevo de la
clase política que ha guiado al país desde la revolución de Independencia hasta la
catastrófica tentativa de organización unitaria de 1824-27.

La Generación de 1837

Surge una nueva clase social (en Europa): el proletariado industrial, y el surgimiento
de las ideas que conformaron el socialismo utópico, preludio necesario al desarrollo
de una nueva concepción del Mundo y del Hombre: socialismo científico.
En el marco de su desarrollo económico, político y social, la Argentina de los
tiempos de Rosas no podía escapar a estas innovaciones (muy a pesar de los
sentimientos del “Restaurador”); un conjunto de hombres pertenecientes a una
nueva generación nacida en los albores de la Revolución de Mayo tendría la
suficiente lucidez intelectual para escapar tanto a los rígidos esquemas ideológicos
del círculo rivadaviano como a las formas restauradoras impuestas por el círculo
rosista, con un claro y profundo sentido de las realidades materiales de su espacio y
de su tiempo. Las individualidades integrantes de esta llamada “generación de
mayo” nos podrían llevar a caracterizarla como un grupo de individuos básicamente
heterogéneo, si bien todos ellos estuvieron influidos en general por la cultura del
romanticismo europeo especialmente en los aspectos estéticos y literarios, en tanto
se alejaron de la épica y de la lírica, y buscaron los gestos libertarios en las nuevas
expresiones artísticas.
Uno de los aspectos de la cultura del romanticismo era el “historicismo”, una muy
fuerte y decidida rebeldía intelectual contra las abstracciones en materia legislativa:
los legisladores debían tener en cuenta primordialmente las realidades concretas
sobre las que debían trabajar y no solo sus convicciones individuales de índole
ideológica.
Además de caracterizados como miembros de la “generación romántica”, son
conocidos como “generación de los proscriptos”, casi todos ellos padecieron el
exilio en los tiempos de Rosas. Esteban Echeverría fue sorprendido por la muerte
en Montevideo en circunstancias desagradables; Juan Bautista Alberdi pasó la
mayor parte de su vida en el extranjero y Domingo Faustino Sarmiento encontró la
muerte en Paraguay.
La “generación de 1837” atañe al hecho de la fecha de inicio de sus actividades en
el “Salón Literario” de la librería de Marcos Sastre (precaria vida de 4 meses).
Desaparecido el Salón en octubre de 1837, al año siguiente apareció la Joven
Generación Argentina y en 1846, al ser refundada, Echeverría le dio un nuevo
nombre: Asociación de Mayo, con lo que reivindicaba los ideales y trayectoria
democráticas de la anterior generación. En el “Dogma Socialista” escrito por
Esteban Echeverría, a través de una serie de palabras simbólicas se sintetiza el
ideal de la nueva generación:
1) Asociación;
2) Progreso;
3) Fraternidad;
4) Igualdad;
5) Libertad;

72
6) Dios;
7) El honor y el sacrificio, móvil y norma de nuestra conducta social;
8) Adopción de todas las glorias legítimas, tanto individuales como colectivas
de la Revolución;
9) Continuación de todas las tradiciones progresivas de la Revolución de
Mayo;
10) Independencia de las tradiciones retrógradas que nos subordinan al
antiguo régimen;
11) Emancipación del espíritu americano;
12) Organización de la patria sobre la base democrática;
13) Confraternidad de principios;
14) Fusión de todas las doctrinas progresivas en un centro unitario;
15) Abnegación de las simpatías que puedan ligarnos a las 2 grandes
facciones que se han disputado el poderío durante la revolución.

El cuerpo de ideas que sustentaban los hombres de la generación de 1837 difieren


sustancialmente de las ideas de sus predecesores; para los viejos unitarios (si bien
una gran mayoría había aceptado el “hecho federal”) el derrocamiento de Rosas se
constituía en un fin en sí mismo. Para los de la joven generación, en cambio, la
caída de Rosas no era más que un medio, un primer paso para lograr la
proyección y el diseño del futuro país. De nada hubiese valido el Pronunciamiento de
Justo José Urquiza si no fuera por el programa que ofreciera y cumpliera al asumir
responsabilidad de derrocar a Rosas.
La obra de Echeverría ya mencionada, el Facundo y Argirópolis de Sarmiento, el
Fragmento Preliminar al Estudio del Derecho y las Bases de Alberdi, se erigen
en un verdadero prontuario de ideas, en un programa, en un proyecto de futuro país
cuyas características esenciales podríamos resumir de la siguiente manera:

1) Superación de la antinomia unitarismo-federalismo;


2) Superación de las “facciones” y necesidad de instituir “partidos
orgánicos”; para la juventud ilustrada de la época tanto unitarios como
federales no eran más que facciones, no partidos orgánicos con sus
programas de gobiernos. Eran partidarios de la creación de un “partido
nacional” bajo los orgánicos principios de la libertad, la igualdad y la
fraternidad, que reuniría en su seno los intereses y opiniones en una
“vasta y fraterna unidad..”, concepto peligroso, que se encaminaba hacia el
partido único y que de alguna manera encontraría su concreción, años
después, en el Partido Autonomista Nacional (P.A.N);
3) Necesidad de una ley fundamental organizativa de la República; la
constitución no era más que el resultado de una necesidad histórica; debía
convocarse a un congreso general de las provincias, el cual sancionaría
sobre la base de las experiencias vividas durante la vida histórica del país
la ley fundamental;
4) La Revolución de Mayo como cuna y eje de la nacionalidad; la
Revolución era considerada como el acto fundacional de la nacionalidad.
Rosas se convertía en el representante o continuador de las tradiciones de
orden colonial, la deposición del “Restaurador” era un simple medio para
otorgar un ordenamiento democrático al país rescatando el pensamiento
de los hombres de Mayo;

73
5) Organización democrática en oposición a la dictadura de Rosas; se
trataba de organizar al país sobre la base de principios cardinales del
liberalismo (afianzamiento de las libertades, derechos y garantías
individuales junto a la separación funcional del poder; estado de derecho
liberal);
6) Ubicar al país en los derroteros del progreso; los jóvenes de 1837
otorgaban prioridad a las políticas tendientes a colocar al país en la línea
del “progreso material e inteligente” a través del fomento de la
inmigración, la importación de capitales y desarrollo de las industrias, la
construcción de ferrocarriles, puertos, el desarrollo de la educación
popular, etc.

El derrocamiento del sistema que Rosas encarnaba así como la puesta en marcha
del programa para la nueva Argentina sería la resultancia de la acción de las fuerzas
internas del país, sin ayuda de elementos extranjeros. Esteban Echeverría se
dirigió a Justo José Urquiza en una famosa carta, en la que señalaba al caudillo
entrerriano como al futuro ejecutor del programa esbozado, y para ello, le
adjuntaba un ejemplar del “Dogma Socialista”.

74
Resumen libro 4 HCA

Séptimo Módulo: Del pronunciamiento de Urquiza a la sanción de la


constitución.

Capítulo 1: Crisis y disolución del régimen rosista.

Introducción

El Pacto Federal de 1831 se convirtió en la constitución fáctica de la Confederación


Argentina por el lapso de casi 21 años.
Para la ideología reaccionaria de Rosas la división y balance de poderes era lo
discrepante e inaceptable para con la suma del poder.
Las atribuciones de la Comisión Representativa fueron puestas en cabeza del
gobierno de Bs As. Los núcleos bonaerenses que apoyaban al “Restaurador de las
Leyes” ejercieron un férreo manejo del puerto y aduana únicos, con la consiguiente
clausura al comercio internacional de los ríos Paraná y Uruguay, lo que perjudicaba
a las provincias litorales, y a Paraguay y Brasil.
El sistema globalmente impuesto por Rosas y su séquito terminó por transformarse
en una especie de chaleco de fuerza para el desarrollo de las fuerzas productivas
nacionales, condenando al país perenne atraso y a la consecuente pobreza material
y espiritual (un país de “pastores”).
Lo que no llegaron a comprender nunca Rosas y los componentes de su círculo, fue
la profunda transformación económica que Europa y en particular la Gran Bretaña
habían experimentado merced a los permanentes avances de la revolución
industrial. En el área de los textiles la lana y el algodón eran los productos
exportables por excelencia.
En este marco, emerge la figura de Justo José Urquiza, socialmente era un
poderoso caudillo propietario de inmensas extensiones de tierra y de una ingente
fortuna, gobernador y capitán general de la provincia de Entre Ríos (“Restaurador
del Sosiego Público”), declarado federal y sostén de la política rosista en las guerras
civiles que tuvieron por escenario el Litoral durante varios años; Urquiza era la
“primera espada” de la Confederación Argentina y la segunda figura del partido
Federal en el orden nacional. A diferencia de Rosas, Urquiza creía en el logro del
“progreso” mediante la incorporación del trabajo, el capital y las tecnologías
europeas, la colonización de las tierras para lograr el desarrollo de la agricultura, el
crecimiento de la industria, la propagación de la educación popular, etc.
Las políticas urquicistas colisionaron con las de Rosas y su círculo; Urquiza va a
pretender organizar el país y a partir de la organización nacional ubicarlo en la
senda del “progreso material e inteligente”.
Entre Ríos se había transformado en pocos años gracias a la gestión de Urquiza en
el segundo Estado de la Confederación Argentina, en competencia con la misma Bs
As puesto que su producción económica era similar.

El Pronunciamiento de Urquiza

En 1850 Juan Manuel de Rosas fue electo por 4 vez consecutiva gobernador y
capitán general de Bs As con la suma del poder público. Desde 1835, cuando por
primera vez se lo eligió con todos los poderes de la dictadura legal, el país atravesó

75
una serie de conflictos que debieron ser enfrentados por la férrea conducción del
Encargado de las Relaciones Exteriores:
- La guerra con la Confederación Peruano-Boliviana del mariscal de
Santa Cruz (1837-1839);
- El bloqueo francés (1838-1840), terminado con el Tratado de Arana-
Mackau;
- El bloqueo anglo-francés iniciado en 1845 y terminado con Inglaterra
en 1849 (Tratado Southern-Arana) y con Francia en 1850 (Tratado
Arana Le Predour);
- El levantamiento del gobernador de Corrientes Genaro Berón de
Astrada (1839) a la par del bloqueo francés y ayudado por éstos el
desembarco de Lavalle en la provincia de Bs As
- Otros.

Esta serie de conflictos fueron sobrellevados con éxito por Rosas.


En 1849 se había suscripto el tratado con Inglaterra (Southern-Arana) y en 1850
con Francia (Le Predour-Arana) que pusieron fin al bloqueo iniciado en 1845 y
por los cuales las potencias europeas reconocieron que la navegación del río Paraná
era cuestión de índole interna que hacia a la soberanía de la Confederación
Argentina y en consecuencia sujeta a sus leyes y reglamentos; lo mismo establecía
con relación al río Uruguay.
Rosas aparecía en la cúspide de su gloria personal, con una auténtica proyección
nacional y americana y no era para menos: no puede discutirse que el Señor
Encargado de las Relaciones Exteriores supo defender la soberanía y dignidad
nacionales ante los atropellos y tropelías perpetrados por las 2 principales potencias
europeas de la época.
En 1842, Paraguay, ahora bajo el gobierno del “Supremo” Carlos Antonio López,
sucesor de Gaspar Rodríguez, había declarado formalmente su independencia.
Rosas, en su carácter de Encargado de las Relaciones Exteriores se negó a
reconocer dicha independencia desde que consideraba al Paraguay una provincia
más de la Confederación. El Imperio del Brasil, se había apresurado a reconocer y
apoyar la declaración paraguaya.
La cuestión de la libre navegación de los ríos implicaba modificar la estructura
económica del país desde que daría impulso al desarrollo económico del interior
permitiendo la libre salida de sus producciones al exterior a la par que permitiría la
introducción de mercancías extranjeras a puertos cercanos a los mercados de
distribución y consumo y finalmente permitiría la radicación de inmigrantes en los
territorios bañados por los ríos pero despoblados.
La continuación de la guerra civil en la República Oriental del Uruguay, que
iniciada hacía casi 10 años exhibía como saldo en 1850 la existencia de 2
gobiernos: el partido Colorado, ubicado en la sitiada ciudad de Montevideo,
sostenido por los emigrados argentinos y durante la etapa del bloqueo por los
franceses, y el del partido Blanco, presidido por el general Manuel Orive que
dominaba a la campaña oriental y estaba apoyado por Rosas.
La guerra con el Imperio del Brasil (y eventualmente con Paraguay) era pensada
como un acontecimiento inevitable, desde el punto de vista de las ideas del
“reaccionario” Rosas jamás pudo comprender que la “revolución industrial”
posibilitaba la multiplicación de los bienes sociales explotando con las técnicas
modernas los recursos naturales, y solo concebía el aumento de dichos bienes en
base a agrandar el territorio fértil del país. De allí surge el proyecto de reconstruir el

76
virreinato del Río de la Plata bajo la égida de Bs As, y aplicando el principio del “uti
possidetis juris” del Tratado de San Ildefonso de 1777, se proponía a reconquistar
zonas templadas del sur de Brasil que, por derecho emergente del Tratado,
pertenecían a los Estados sucesores de la soberanía española; de allí el no
reconocimiento a la independencia paraguaya y la constante intervención en los
asuntos internos del Uruguay apoyando al equivalente del partido Federal
argentino, el partido Blanco, al “gobierno del Cerrito” presidido por Manuel Oribe.
Se rompieron las relaciones diplomáticas con el gobierno de Río de Janeiro como
consecuencia de los ataques que desde territorio riograndense efectuaban
elementos uruguayos y brasileños enemigos del general Manuel Oribe, el principal
aliado de Rosas.
La situación uruguaya, las pretensiones rosistas relativas a la reincorporación del
Paraguay a la Confederación, la recuperación de antiguos territorios españoles
ahora en manos de Brasil, y el ahogo de las provincias mesopotámicas ante la
clausura de los ríos interiores y su consecuente dependencia del puerto y aduana de
Bs As, llevaron a la diplomacia brasileña a entenderse directamente con el
gobernador de Entre Ríos, Justo José Urquiza.
En enero de 1851 comenzó a tejerse una alianza secreta entre el Imperio del
Brasil y Entre Ríos cuyo objeto era lograr la derrocamiento del gobernador de Bs
As.
En el plano interno, los sectores dominantes de la provincia de Bs As aspiraban a
seguir consolidando el poder económico, para continuar dirigiendo la vida de la
sociedad. Para 1850, Rosas se ha transformado en el elemento conservador por
excelencia, que no admite cambio alguno, y se opone a reconocer que la realidad
provincial y nacional lo han superado.
Rosas necesitaba de Urquiza para imponer su política en el litoral argentino,
particularmente en Corrientes, y por extensión hacer visualizar sus poderes al
Paraguay, hacer efectivo el apoyo de su aliado Oribe y frenar las apetencias
brasileñas.
Urquiza esperó la ocasión propicia para llevar adelante sus políticas a partir de
una perspectiva estratégica favorable: el caudillo de Entre Ríos era conciente que el
régimen rosista, a pesar de sus victorias militares y diplomáticas y de su prestigio
nacional y americano experimentaba el natural desgaste proveniente de todos
aquellos años de ejercicio ilimitado del poder; que era necesario el apoyo del
Brasil y del Paraguay en cualquier empresa tendiente al derrocamiento del “Ilustre
Restaurador de las Leyes”.
Juan Manuel de Rosas había solicitado a la legislatura de Bs As se le revelara de las
cargas del gobierno local y a las provincias del manejo de las relaciones exteriores
(que fue la clave de su éxito, ya que al reafirmarse la adhesión de los gobernadores
de las provincias, con el rechazo de la renuncia, le permitía consolidarse aún más y
sus mandatos tenían total respaldo).
El 5 de abril de 1851, Urquiza remitió a los gobernadores de las provincias una
Circular en la que sostenía la “necesidad de retirar las facultades delegadas en
la persona del general Rosas para la dirección de los asuntos de la República”,
agregando que el gobernador entrerriano había decidido ponerse al frente de lo que
llamaba el “gran movimiento de libertad con que las provincias del Plata deben
sostener sus creencias, sus principios políticos, sus pactos federativos, no tolerando
por más tiempo el criminal abuso del gobernador de Bs AsT”.
El 1º de mayo de 1851 en la plaza central de Concepción del Uruguay fue
públicamente leído el “Pronunciamiento” de Urquiza. El Pronunciamiento puede ser

77
conceptualizado como aquél documento por el cual el gobernador de Entre Ríos, en
uso de las atribuciones ordinarias y extraordinarias delegadas por la legislatura
provincial, acepta la renuncia de Juan Manuel de Rosas al encargo del manejo
de las relaciones exteriores y asuntos de paz y guerra de la Confederación
Argentina, por lo que la provincia de Entre Ríos reasume su “territorial
soberanía” pudiendo a partir de ese momento entenderse directamente con todos
los gobiernos del mundo.
En los considerandos del Pronunciamiento se hace referencia al estado declinante
de la salud psicofísica del gobernador de Bs As, lo que no le permitiría seguir por
más tiempo al frente de los negocios públicos de la Confederación.
La provincia de Entre Ríos, por decisión de su gobernador aceptaba la renuncia
presentada por Rosas al manejo de las relaciones exteriores de la
Confederación y en consecuencia, la provincia reasumía “el ejercicio de las
facultades inherentes a su territorial soberanía” (reasumía la plena ejercitación de
su soberanía exterior).
El texto (El Pronunciamiento) marca la provisoriedad del gesto de la provincia de
Entre Ríos en cuanto a los acuerdos a que pudiese arribar con terceros países (que
no implicaba la secesión entrerriana de la Confederación Argentina), queda
despejada la firme voluntad de organizar el país mediante un congreso general (la
“Asamblea Nacional de las demás Provincias hermanas..”).
El 1º de mayo de 1851 Urquiza sancionaba un decreto por el que se cambia el
arcaico, gestado y extemporáneo lema rosista de “¡Viva la Confederación Argentina!
¡Mueran los salvajes unitarios!” por otro que dice “¡Viva la Confederación Argentina!
¡Mueran los enemigos de la organización nacional!
El 25 de mayo de 1851 Urquiza dirigió una Proclama a todas las provincias de la
Confederación en la que se expresaba la firme voluntad de organizar
constitucionalmente al país, voluntad que se reitera en la Proclama de misma
fecha dirigida al pueblo y a las tropas de Entre Ríos.

Repercusiones del Pronunciamiento

Una sola provincia dio respuesta positiva a la Circular del 5 de abril de Urquiza, el
gobernador de la provincia de Corrientes (Benjamín Virasoro) procedía a aceptar la
renuncia de Juan Manuel de Rosas a la “magistratura nacional” de “Encargado de
las Relaciones Exteriores y Asuntos de Paz y Guerra de la Confederación
Argentina”.
El resto de las provincias optaron por un claro y terminante apoyo a Rosas. La
legislatura de Catamarca, a instancias del gobernador sancionó una ley por la que
se investía a Rosas con el título de “Jefe Supremo de la Confederación” con la suma
del poder público, dejando a su exclusivo arbitrio la convocatoria del congreso
general constituyente “en la oportunidad, tiempo y circunstancias que él mismo
estime convenientes..”.
Juan Manuel de Rosas retiró su renuncia y la Sala de Representantes de Bs As
mediante ley del mes de septiembre de 1851 aceptó dicho retiro. Mediante otra ley
del mismo mes, luego de declarar a Urquiza traidor lo coloca fuera del amparo de
las leyes.

Los Tratados de Mayo y Noviembre de 1851

78
La política de Rosas apuntando a la recreación territorial del virreinato del Río de la
Plata que implicaba reintegrar al Paraguay y a comarcas en poder del Brasil a la
Confederación, así como la clausura de los ríos Paraná y Uruguay al comercio y
navegación internacionales con la consecuente sujeción al puerto y aduana de Bs de
las provincias del litoral fluvial, fueron los elementos que encaminaron al
entendimiento entre Urquiza y el gobierno de Río de Janeiro, para desembarazar la
escena política rioplatense de la figura de Rosas, su régimen y lo que ambos
significaban y dieron origen a los Tratados de mayo y noviembre de 1851.
El Imperio se apresuró a ganar la alianza con Urquiza. Las negociaciones secretas
tomaron lugar en enero de 1851 en Montevideo.
El Tratado de mayo de 1851, suscripto entre el gobierno Colorado de Montevideo,
la provincia de Entre Ríos y el Imperio de Brasil tenía por objeto “mantener la
independencia y pacificar el territorio del UruguayT”.
La República Oriental estaba tras una cruenta guerra civil y la existencia de 2
gobiernos: el del partido Colorado, ubicado en la sitiada Montevideo y apoyado por
los emigrados argentinos y en su momento por los franceses; y el del partido
Blanco (“gobierno del Cerrito”), presidido por el general Manuel Oribe y gozaba del
apoyo de Bs As. La pacificación se lograría “haciendo salir de ésta (Uruguay) al
General Manuel Oribe y las fuerzas argentinas que mandaT”
Se hace una invitación al gobierno del Paraguay para sumarse al frente antirrosista,
pero éste declino el ofrecimiento.
La derrota de Manuel Oribe se produjo de forma rápida y silenciosa. Oribe podía
disponer de su persona libremente y además, que “entre las diferentes opiniones en
que han estado divididos los orientales, no habrá ni vencidos ni vencedoresT”,
“un olvido general de todo lo pasadoT” que revelaba la intencionalidad política de
Urquiza inclinado a lograr por vía indirecta el aislamiento de Rosas o al menos la
neutralidad benévola del resto de las provincias de la Confederación.
En noviembre de 1851 se suscribe un segundo Tratado (cuyas cláusulas debían
mantenerse secretas) entre las provincias de Entre Ríos y Corrientes, el Imperio
del Brasil y ahora el único gobierno del Uruguay (Colorado). Se estipulaba que la
guerra no estaba dirigida contra la Confederación Argentina, ya que el único y
exclusivo objeto era “liberar al Pueblo Argentino de la opresión que sufre bajo la
dirección tiránica del Gobernador Juan Manuel de Rosas”. La escuadra imperial
sería ubicada estratégicamente para ayudar al cruce del río Paraná o para cubrir une
eventual retirada de las tropas entrerrianas y correntinas. El Imperio proveía un
empréstito por la suma mensual de “100.000 patacones por 4 meses” el que debería
ser reconocido y honrado por el futuro gobierno de la Confederación.
Urquiza comprometía al futuro gobierno de la Confederación a abrir los ríos
Paraná y Uruguay a la libre navegación, una apetencia del Brasil que encuadraba
en su tendencia expansionista hacia el Matto Grosso y las Misiones Orientales.
Invitando una vez más al Paraguay a integrarse a la alianza, el gobierno de
Carlos Antonio López procedió a refrendarla obteniendo la promesa del futuro
gobierno de la Confederación a reconocer su independencia y la libre navegación
de los ríos.

El fin de una época

La batalla de Monte Caseros (el enfrentamiento armado más importante hasta


entonces en América del Sur) concretó la caída de Rosas y su anquilosado
régimen. El dictador de Bs As (y de la Confederación) partió al exilio en un buque

79
británico rumbo a Inglaterra la misma tarde del 3 de febrero de 1852 luego de enviar
su renuncia apresuradamente escrita a lápiz a una legislatura que jamás llegaría a
reunirse para darle tratamiento.
Se abría una nueva etapa en la vida política nacional y desde ya puede afirmarse
que comienza la historia de la Argentina moderna; pero, a pesar de todos hay que
reconocer que Rosas logró, en los hechos, mantener la integridad territorial y la
unidad política del país.

Capítulo 2: Los protocolos de Palermo y el acuerdo de San Nicolás de los


Arroyos.

Introducción

La batalla del Monte Caseros, la renuncia y exilio de Rosas y la victoriosa entrada de


Urquiza en la ciudad de Bs As, constituyeron los hitos fundamentales que marcan el
inicio de una nueva etapa en la historia de la República Argentina (Argentina
moderna).
El pensamiento del vencedor de Caseros era un plan tendiente a estructurar la
organización jurídica del país (“ni vencidos ni vencedores”).
La primera medida inexcusable, ante la renuncia y exilio de Rosas y la disolución de
hecho de la Sala de Representantes de Bs As no podía ser otra que poner fin a
aquél estado de acefalía; Urquiza procedió a designar un gobernador provisorio,
Vicente López y Planes (hasta entonces presidente de la Cámara de Apelaciones de
Bs As).
Las relaciones entre los grupos porteños (antiguos emigrados y “rosines”, ex-
partidarios de Rosas) y el general Urquiza comenzaron a deteriorarse temprana y
progresivamente. Algunos actos del gobernador entrerriano que han sido calificados
como impolíticos (fusilamientos sin proceso luego de Caseros, el mantenimiento de
la obligatoriedad del uso del cintillo punzó, etc) ayudaron a acentuar ese deterioro.
Urquiza debió afrontar también una segunda cuestión que estaba relacionada con
las relaciones a mantener con los gobernadores provinciales (aquéllos se habían
manifestado en bloque a favor de Rosas al ser invitados por Urquiza a aceptar la
renuncia de aquél al manejo de las relaciones exteriores).
El vencedor de Caseros tenía 2 caminos a seguir: uno era invadir las provincias y
pulverizar aquéllos gobiernos reabriendo el capítulo de la interminable guerra civil,
con sus secuelas de anarquía; el otro era ganar diplomáticamente la voluntad y
adhesión de los mandatarios provinciales.
Con gran tacto y sentido político, Urquiza optó por el segundo de los caminos; a tal
efecto comisionó ante los gobernadores provinciales a un joven abogado que hasta
Caseros se había desempeñado como secretario personal de Rosas, el Dr.
Bernardo Irigoyen. El mensaje de Urquiza era transparente: mantenimiento de la
paz y olvido de todo lo pasado y pasar a ejecutar los pasos necesarios para la
organización nacional. La nueva situación política fue aceptada rápida y
unánimemente y sin ningún tipo de cuestionamiento por parte de los ejecutivos
provinciales (el vértice del poder pasaba en aquéllos momentos por Urquiza, que
pertenecía al partido Federal).
Pero quedaba pendiente el manejo de las relaciones exteriores.

Los protocolos de Palermo

80
En abril de 1852 Urquiza procedió a reunir en San Benito de Palermo al todavía
gobernador provisorio de Bs As (Vicente López y Planes), al gobernador de
Corrientes (Benjamín Virasoro) y al representante de Santa Fe (Manuel Leyva).
La caída de Rosas (Encargado de las Relaciones Exteriores y Asuntos de Pas y
Guerra de la Confederación Argentina) tradujo que el país en su conjunto careciese
de una representación formal ante las demás naciones del mundo.
En la reunión se procedió a corporizar las 3 determinaciones de la conferencia:

1) Se autorizaba a Justo José Urquiza (gobernador del interior) a dirigir las


relaciones exteriores de la República hasta la reunión del congreso
constituyente;
2) Se convocaba a la reunión de los diputados de la Comisión Representativa
contemplada en el art. 15 del Pacto Federal, para que ejerciese las
atribuciones de la cláusula 5º del art. 16 (convocar al Congreso General
Federativo);
3) Se pondría en conocimiento de los demás gobiernos confederados las
anteriores determinaciones para que procediesen a dar su aprobación.

Ese mismo día (6 de abril de 1852) el gobernador provisorio de Bs As decretaba el


cese de las funciones de la Secretaría de Estado en el Departamento de Relaciones
Exteriores de la provincia. Urquiza, procedía a designar al Dr. Luis José Peña en
el carácter de ministro de Relaciones Exteriores de la Confederación Argentina.
Ya no sería el gobernador de Bs As el encargado de manejar y dirigir las relaciones
exteriores del país, sino un gobernador-caudillo del interior. Desde ese preciso
momento los políticos de Bs As se dieron “a la tarea (sin distingos de políticas o
ideologías) de recuperar su anterior preeminencia”.
En la visión apocalíptica de los políticos porteños (liberales o rosines) reaparecían
las temidas sombras de las montoneras de López y Ramírez atando sus caballos en
las verjas de la pirámide de Mayo.

El Acuerdo de San Nicolás de los Arroyos

Las determinaciones protocolizadas en Palermo, ponían en movimiento a la


Comisión Representativa creada por el Pacto Federal de 1831, organismo silenciado
por Rosas desde 1832.
Se advirtió que la convocatoria, instalación y funcionamiento de la Comisión no
era operativa y sí ineficiente, puesto que traería aparejado un encadenamiento de
dificultades que se consideraban sumamente difíciles de superar y que únicamente
contribuirían a demorar innecesariamente la convocatoria e instalación del congreso
constituyente.
En abril de 1852 se procedió a pasar una Circular a todos los gobernadores
provinciales por la que se los invitaba a concurrir a la ciudad de San Nicolás de
los Arroyos para que de esa manera, los ejecutivos de los estados componentes de
la Confederación Argentina “propendieran todos de acuerdo a la organización de
la RepúblicaT”. La convocatoria emitida propendía a reunir a los mandatarios
provinciales para de esa forma llegar a un compromiso “Tpara la organización de la
República, con el objeto de unificar criterios preliminares de la Constitución a
dictarse”.
Se recomendaba la asistencia de los gobernadores provinciales con poderes
suficientes para decidir y resolver y que el único gobernador que llevó de su

81
legislatura solamente un “permiso de asistencia” fue Vicente López y Planes,
temeroso de asumir compromisos que quebrasen el delicado equilibrio político
marcado por el ya patente antiurquicismo dentro de Bs As.
El 29 de mayo de 1852 comenzaron en la histórica “Casa del Acuerdo” de San
Nicolás las deliberaciones; estaban representadas 11 provincias (Urquiza
representaba la propia y a Catamarca). Los gobernadores de Córdoba, Salta y
Jujuy si bien no asistieron, adhirieron prontamente al Acuerdo en julio de 1852.
El 31 de mayo de 1852 los gobernadores provinciales suscribieron el Acuerdo,
caracterizado hoy como una “preconstitución, ya que organiza tanto el poder
provisorio hasta la reunión del Congreso a dictarse, como fundamenta los
lineamientos generales de la Constitución a dictarse, sus temas principales,
bases y motivaciones y determina con precisión de qué manera y cómo deberá
organizarse el Congreso”.

Las cláusulas del Acuerdo

En los considerandos del Acuerdo de San Nicolás se esboza un verdadero


preámbulo ya que los participantes expresan los propósitos de la reunión y los
objetivos fundamentales que debían concretarse.
Los temas claves del Acuerdo son:

A) Sobre la organización del Congreso:


a. El congreso era declarado constituyente; la constitución a
sancionarse tenía por fin “arreglarTla administración general del
país bajo el sistema federal, su comercio interior y exterior, su
navegación, etc;
b. El congreso debía instalarse durante el mes de agosto de 1852; se
ordenaba la elección de diputados conforme a las leyes electorales
de cada provincia. La reunión de los diputados y la instalación del
Congreso tomaría lugar en la ciudad de Santa Fe y una vez
instalado los mismo diputados decidirían sobre el lugar definitivo de
su residencia;
c. Se establecía la igualdad formal (jurídica) de las provincias, sin
importar su mayor territorio, población o rentas, el congreso estaría
integrado por 2 diputados por cada uno de los estados
provinciales;
d. Los diputados de las provincias, no podrían traer instrucciones
especiales que restringiesen sus facultades;
e. Las provincias podían retirar sus diputados del congreso, pero se
obligaban a nombrar en forma inmediata otro u otros;
f. Los diputados debían estar compenetrados de sentimientos
eminentemente nacionales, debiendo dejar de lado las
preocupaciones localistas;
g. Los diputados gozaban de inmunidades parlamentarias desde la
fecha de su elección e incorporación al congreso, siendo sus
personas inviolables.

B) Sobre la sanción y promulgación de la Constitución:


a. La constitución será sancionada a la simple mayoría de sufragios;

82
b. Una vez sancionada por el Congreso, conjuntamente con las
leyes orgánicas que fuesen necesarias para ponerla en ejecución,
el presidente del cuerpo constituyente debía comunicarla al señor
Encargado de las Relaciones Exteriores, quien procedería a
promulgarla, hacerla respetar y cumplir.

Las provincias argentinas a través de sus gobiernos, renunciaron expresamente a


revisar la constitución que sancionase el Congreso (una vez promulgada por el
Encargado de las Relaciones Exteriores las provincias se limitaban a jurarla).

C) Sobre la creación de un poder ejecutivo nacional de carácter


provisorio:
a. Se procedía a crear un poder ejecutivo nacional de carácter
provisorio que llevaba el título de “Director Provisorio de la
Confederación Argentina”;
b. Se creaba un Consejo de Estado para consulta del Director
Provisorio en los casos que éste estimase pertinentes;

D) Atribuciones otorgadas al Director Provisorio de la Confederación:


a. Poner en ejecución en todo el territorio de la Confederación el
Pacto Federal de 1831 (sindicado como “ley fundamental de la
República”);
b. Proveer los gastos de viático y dieta de los diputados al
Congreso;
c. Instalar y abrir las sesiones del Congreso (por sí o delegado) y
garantizar sus deliberaciones, proveer los fondos necesarios para
su funcionamiento y asegurar el respeto hacia el Congreso y sus
miembros;
d. Promulgar la C.N una vez sancionada, así como las leyes
orgánicas sancionadas por el Congreso;
e. Intervenir en el caso de conflictos internos en las provincias o
entre 2 o más provincias;
f. El mando efectivo sobre todas las milicias provinciales, cuyos
efectivos podía aumentar o disminuir en su carácter de general en
jefe de todos los ejércitos de la Confederación. Los efectivos de las
provincias eran considerados como parte integrante del ejército
nacional;
g. La reglamentación de la navegación de los ríos interiores de la
Confederación; la administración general del correo y la creación y
mejora de los caminos públicos, etc.

Las atribuciones y facultades otorgadas al Director Provisorio de la Confederación


Argentina eran sumamente amplias, pueden ser calificadas como extraordinarias
(no sólo gozaba de atribuciones propias del poder ejecutivo, sino también de
facultades correspondientes a los cuerpos legislativos otorgadas en el ámbito
nacional).

E) Sobre las obligaciones de los gobernadores provinciales:

83
a. Se obligaban a mantener la paz interna en sus respectivas
provincias, fomentando la concordia entre los ciudadanos de todas
las opiniones políticas;
b. Se obligan a cooperar con el Director Provisorio de la
Confederación en los términos del Pacto Federal de 1831 en caso
de conflictos interprovinciales o internos de alguna provincia.

F) Sobre las cuestiones de carácter económico-financiero:


a. Se eliminaban las aduanas interiores y los derechos de
tránsito;
b. Se formaliza la creación de un tesoro nacional para hacer frente a
los gastos de la administración de los negocios nacionales y los
emergentes del propio Acuerdo; las provincias se obligan a
concurrir proporcionalmente a la integración de ese tesoro nacional
con lo producido de sus “aduanas exteriores”.

La única aduana exterior que producía recursos constantes y sonantes era la de


Bs As. El Director Provisorio de la Confederación quedaba facultado para
administrar estos recursos a fin de sufragar los gastos nacionales y los previstos en
el propio acuerdo.
Conforme a las cláusulas del Acuerdo quedaban asentadas las bases del congreso
constituyente, se creaba un poder ejecutivo nacional de índole provisoria y se daba
principio de solución a cuestiones de comercio y política. Bs As, la provincia
hegemónica se aprestaba a resistir aquella intromisión provinciana.

Buenos Aires frente al Acuerdo de San Nicolás

Los grupos dominantes de Bs As se aprestaban a defender los privilegios de la


provincia ante lo que consideraban un embate sobre sus derechos por parte de los
“trece ranchos” encabezados por Urquiza. La oposición se centraba en la Sala de
Representantes elegida en el mes de abril; sus integrantes se habían visto
obligados a ratificar a Vicente López y Planes como gobernador propietario, pero se
habían resistido a concederle a Urquiza el manejo de las relaciones exteriores y
demás atributos relativos a una autoridad nacional, limitándose darle un “voto de
gracias” por haber liberado a la provincia de la tiranía de Rosas. Mediante las
cláusulas del Acuerdo de los gobernadores suscripto en San Nicolás de los Arroyos
se la colocaba en un pie de igualdad con el resto de las provincias en el congreso
constituyente, con lo que de alguna manera se la neutralizaba; se creaba un
gobierno nacional provisorio y se le otorgaban facultades a Urquiza que hacían
recordar a la dictadura de Rosas y lo peor, era la propia Bs As la que iba a
sostener económicamente esta arquitectura gubernamental con lo que se
consideraba “las rentas de su aduana”.
Bajo el común denominador de la defensa de la autonomía de la provincia de Bs As
los antiguos enemigos políticos se aprestaban a dar la batalla en unidad por la
recuperación de la hegemonía sobre el conjunto del país.
A partir de la caída de Rosas proliferaron en la ciudad de Bs As innumerables
periódicos merced a una libertad de prensa desconocidaza hasta entonces. Cabe
mencionar el diario “Los Debates” dirigido por Bartolomé Mitre y “El Nacional”, de
cuya dirección se encargaba Vélez Sarsfield. Se trataba de una prensa militante,
de profundos contenidos y definiciones de orden político. En esa prensa se dieron a

84
publicidad y fueron comentados críticamente los términos del Acuerdo de los
gobernadores, con lo que la opinión pública porteña comenzó a ser inquietada antes
inclusive que el gobernador López y Planes regresase de San Nicolás.
El 6 de junio de 1852 la legislatura dirigió al gobernador-delegado por ausencia de
López y Planes una Minuta de Comunicación en la que le exigía la inmediata
remisión de los antecedentes del Acuerdo cuyo reconocimiento y subsecuente
validez era de la exclusiva competencia de la Sala desde que se comprometían en él
intereses de alta jerarquía para la provincia.
El 8 de junio, mediante una nueva Comunicación al gobernador-delegado se le
ordenaba imperativamente no dar cumplimiento ningún decreto u orden originado en
las facultades acordadas a Urquiza en el Acuerdo en su nuevo carácter de Director
Provisorio de la Confederación Argentina hasta que el Acuerdo “sea aprobado por el
cuerpo legislativoT”.
El 15 de junio el gobernador Vicente López y Planes, de regreso de San Nicolás
de los Arroyos, envió a la legislatura las bases del Acuerdo, que tenían un
carácter provisorio pero que apuntaban a estructurar las vías acordes para organizar
el país.
El 21 de junio de 1852 se iniciaron en aquélla Sala de Representantes los
debates en torno a lo acordado por los gobernadores en San Nicolás de los Arroyos
(“jornadas de junio”, el Acuerdo ya estaba rechazado de antemano).
Tocó a Bartolomé Mitre abrir el fuego contra las bases del Acuerdo desde el
ángulo político.
Para la mayoría de los emigrados el caudillo de Entre Ríos era una rémora de los
tiempos de Rosas que representaba el peligro potencial de una nueva dictadura y
para los viejos rosistas, lo primero y principal era la provincia de Bs As.
Juan María Gutiérrez (ministro de Gobierno de López y Planes) se limitó a
responder argumentando sobre la necesidad que el país tenía de un poder
fuerte aunque transitorio (hasta la sanción de la Constitución).
Durante el primer día de los debates se mantuvo un nivel elevado y respetuoso a
pesar de la barra y del público que rodeaba el edificio de la legislatura que aplaudía
o abucheaba a los oradores.
Los debates prosiguieron el día 22; Dalmacio Vélez Sarsfield fue el encargado de
impugnar el Acuerdo desde el punto de vista jurídico. En su opinión el Acuerdo
era algo cercano o parecido a un Tratado, “las legislaturas provinciales no podían
crear poderes nacionales, tampoco los gobernadores; ni constituir gobiernos
provisorios”.
La gran defensa del Acuerdo recayó en la persona del ministro de Instrucción
Pública de la provincia, el Dr. Vicente Fidel López (hijo del gobernador), que
sostuvo que el Acuerdo de San Nicolás considerado históricamente era “un acto de
gobierno emanado de la obligación que él tiene (el gobierno porteño) de cumplir
religiosamente leyes anteriores” (leyes fundamentales). Jurídicamente, el acuerdo no
era un Tratado sino “un reglamento del Ejecutivo por el que allana y consuma el
cumplimiento del pacto fundamental. En cuanto a los poderes de Urquiza, agregaba
“Se pretende, que hay dictadura, porque hay un Ejecutivo Nacional sin un
Legislativo..”
Luego de unas reyertas, la sesión se levantó par no reanudarse más, la legislatura
de Bs As rechazaba el Acuerdo de San Nicolás.

Consecuencias de las jornadas de junio. El golpe de estado del 11 de


septiembre

85
Los hechos ocurridos en la Sala de Representantes de Bs As tuvieron repercusiones
inmediatas: los ministros del poder ejecutivo provincial renunciaron a sus
cargos y el propio Vicente López y Planes, solidario con sus secretarios de Estado
y ante la evidente imposibilidad de ejercer el gobierno consecuencia de la feroz
oposición desatada elevó su renuncia a la legislatura, la que fue aceptada sin
mayores trámites.
El poder legislativo de la provincia procedió a designar en carácter de gobernador
interino a sus propio presidente, el general Manuel G. Pinto. Pero el “partido
provincialista” no midió adecuadamente ni la relación de fuerzas existentes ni la
reacción de Urquiza, quien acampado con su ejército en Palermo tomó cartas en
el asunto de forma inmediata y drástica.
A fin de salvar la patria de la “demagogia”, como antes la había salvado de la
“tiranía”, invocando el art. 14 del Acuerdo de San Nicolás el Director Provisorio de
la Confederación decretó la intervención a la provincia de Bs As, disolvió la
legislatura, clausuró periódicos opositores y mandó a prisión o deportó a
Montevideo a algunos de sus ya notables enemigos políticos como Alsina, Mitre y
Vélez Sarsfield. Ante la imposibilidad manifiesta de reponer a López y Planes,
asumió personal y provisoriamente la gobernación porteña; durante el breve
lapso de su gobierno provisorio:
• Creó la municipalidad de Bs As;
• Designó una comisión redactadota de los códigos civil, penal, de comercio y
procesal;
• Reorganizó la Sociedad de Beneficencia;
• Abolió la pena de muerte por causas políticas;
• Sancionó una amplia ley de amnistía.

La sanción más importante fue el decreto del 28 de agosto de 1852 por el que
quedaron abiertos a la libre navegación y al comercio de todo el orbe los ríos
Paraná y Uruguay. Urquiza cumplía el compromiso contraído con el Brasil en los
Tratados de mayo y noviembre de 1851. La aduana de Bs As dejaba de ser la única,
puesto que se crearon 11 nuevas aduanas marítimas, fluviales y terrestres. Se
realizaron las elecciones para designar los diputados porteños al Congreso
Constituyente a reunirse en Santa Fe.
Urquiza era partícipe activo del espíritu liberal y reformista de la época.
Era el mismo Valentín Alsina quien conducía los hilos de la trama antiurquicista.
La creación de la logia secreta de los “Juan-Juan” cuyo objetivo no era otro que
perpetrar el asesinato del caudillo entrerriano.
El 8 de septiembre de 1852 Urquiza se embarcó rumbo a la ciudad de Santa Fe a
los fines de dejar instalado el Congreso Constituyente.
La partida del Director Provisorio de la Confederación Argentina fue el santo y seña
esperado por los conspiradores: 3 días después, el 11 de septiembre, el
porteñismo consumaba el golpe de Estado y se hacía del poder en la ciudad de
Bs As prácticamente sin resistencia alguna. En pocas horas fue reinstalada la Sala
de Representantes disuelta por Urquiza, la que procedió a designar en calidad de
gobernador provisorio al general Manuel G. Pinto quien ubica a Valentín Alsina
en el ministerio de Gobierno.
Urquiza al tomar conocimiento de estos hechos resuelve volver sobre sus pasos
pero al llegar a San Nicolás y aprehender la totalidad de la situación y la magnitud el
movimiento, comprende que está materialmente imposibilitado de dominar al

86
provincialismo porteño y preocupado en lo inmediato por fortalecer el bloque que
componían el resto de las provincias para lo que debía asegurar las labores del
congreso constituyente de Santa Fe, optó por retirarse a Entre Ríos.
En Bs As se tomaron una serie de medidas que modificaron en los años porvenir sus
relaciones con el resto del país: se procedió a negar la calidad de autoridad
nacional al Congreso Constituyente y en consecuencia, ningún acto emanado del
mismo sería reconocido; se ordenaba el retiro de los diputados elegidos en el mes
de agosto para que representasen a la provincia en el Congreso y se revocaban sus
poderes y, se revocaba la delegación hecha en la persona de Urquiza del manejo de
las relaciones exteriores (la secesión de Bs As de la Confederación Argentina).
Los “septembrinos” se avocaron a la inmediata tarea de “nacionalizar” su
movimiento. Se comisionó al veterano general Paz en misión al interior al fin de
explicar en el resto de las provincias los alcances de la política porteña. La
misión de quien encarnara otrora “el Supremo Poder Militar” fue un entero fracaso,
los grupos dirigentes de las provincias decidieron estrechar unión en torno de Justo
José Urquiza, única y real garantía así como efectiva barrera contra el hegemonismo
porteño.
En el mes de octubre de 1852 la Junta de Representantes de Bs As eligió
gobernador-propietario de la provincia a Valentín Alsina, jefe de la política
provincialista y disolvente, quien a su vez designó a Bartolomé Mitre en la cartera
ministerial de Gobierno. Este dinámico dúo gubernativo decidió llevar adelante una
política abiertamente beligerante de agresión armada directa para evitar a todo
trance la instalación y funcionamiento del congreso constituyente.
En diciembre de 1852 dio comienzo el movimiento liderado por el coronel Hilario
Lagos quien sublevó a la campaña bonaerense en nombre de la organización
nacional contra el gobierno y políticas de Alsina.
La ciudad de Bs As quedó sitiada por las tropas de Lagos. La renuncia de Alsina.
Interviene Urquiza directamente en el conflicto en apoyo de Lagos, la escuadra de la
Confederación Argentina completaba el sitio de la ciudad bloqueando el puerto de
Bs As.
El 20 de junio de 1853 el comandante de la escuadra de la Confederación, el
norteamericano John Halsted Coe, entregó los barcos que estaban bajo su mando
previo pago de la suma de 2 millones de pesos en onzas de oro. Comenzaba el
desbande de las tropas de Lagos, fruto también del bolsillo del “patriota”.
De esta forma, el movimiento del coronel Lagos terminó el 13 de julio de 1853, día
en que Urquiza abandonó la ciudad de Bs As escoltado por representantes
diplomáticos extranjeros, enmarcando el nuevo proceso político una extraña
singularidad: la existencia de 2 países dentro de un mismo país.
El Congreso Constituyente reunido en Santa Fe el 1º de mayo de 1853 había
sancionado la Constitución de la Confederación Argentina, la que presentada al
Director Provisorio de la Confederación por una comisión designada por el propio
congreso fue promulgada el 25 de mayo de 1853, siendo jurada por 13 de las
provincias argentinas el 9 de julio de aquél año.

Capítulo 3: El Congreso Constituyente de Santa Fe.

Introducción

87
De todos los países de América Latina, la República Argentina llegaba tardíamente
al dictado de su Ley Fundamental, comparativamente hablando, con respecto de las
naciones del área.
Este retraso se advierte en las “Bases” de Juan Bautista Alberdi, donde el autor
analiza las constituciones ya sancionadas y de alguna manera experimentadas de
Chile, Perú, Méjico, Uruguay, California, etc.
La situación general de la Confederación Argentina en los comienzos de la década
de los años ´50 del siglo XX era harto diferente a la del año 1831 en la que se
suscribió el Pacto Federal.
Se abrió un complejo período de transición que se corporizó alrededor de 2
personajes fundamentales: Justo José Urquiza y Bartolomé Mitre.
Alrededor del primero se nuclearon las provincias, deseosas de participación en un
pie de igualdad con Bs As; Mitre condensará, ahora desde la óptica liberal, los
añejos intereses de la provincia-ciudad-puerto-aduana.
La llamada “revolución” del 11 de septiembre de 1852 significó una profunda
modificación en las relaciones entre Bs As y las provincias.
Los dirigentes porteños declararon que desconocerían cualquier acto emanado del
Congreso General Constituyente desde que no era aceptado como autoridad
nacional; anularon consecuentemente los poderes de los diputados designados para
representar a la provincia en el Congreso y, revocaron la delegación hecha en la
persona de Urquiza para manejar las relaciones exteriores. Se abocaron a la tarea
de “nacionalizar” el movimiento septembrino con el claro designio de frustrar la
reunión del Congreso. Fracasada la misión del viejo general Paz en las provincias se
propusieron subvertir el orden en el interior, llegaron hasta organizar y perpetrar un
ataque armado sobre Concepción del Uruguay que fue rechazado gracias a la rápida
reacción de Urquiza.
En diciembre de 1852, el coronel Hilario Lagos sublevó a la campaña bonaerense
contra la política del gobernador Valentín Alsina y de su ministro de Gobierno,
Bartolomé Mitre. Se dio comienzo a un prolongado sitio a la ciudad que finalizaría
recién a mediados de julio de 1853. Mientras tanto, el Congreso General
Constituyente reunido en Santa Fe había sancionado la Constitución Federal el 1º de
mayo de ese año.

El Congreso Constituyente

En noviembre de 1852, de la secesión de Bs As se iniciaron las reuniones


preliminares del Congreso Constituyente convocado merced a las cláusulas
acordadas por los gobernadores de las provincias argentinas en la ciudad de San
Nicolás de los Arroyos.
Fue electo como presidente del Congreso el Dr. Facundo Zuviría, la
vicepresidencia recayó en Julián Leyva en tanto que las secretarías fueron
discernidas en las personas de los Dres. Juan Francisco Seguí y Delfín Huergo.
Si bien es cierto que el Acuerdo de San Nicolás establecía el método de la elección
de los diputados, el proceso electoral de 1852 adoleció de muchos vicios, los
representantes fueron designados a dedo por las autoridades provinciales.
No faltaron los llamados “alquilones”; el porteño Juan María Gutiérrez representó a
Entre Ríos en tanto que el correntino Pedro Ferré apareció invistiendo la
representación de Catamarca. Desde el punto de vista ideológico los integrantes del
Congreso Constituyente han sido ubicados dentro de 2 grandes sectores: los
llamados “montoneros” (tradicionalistas apegados a las costumbres y formas de

88
vida de la vieja Argentina), y los “circuleros” (por integrar el “círculo liberal”, de
ideas más avanzadas y modernas en lo político y religioso).
Fracasada la política de evitar la instalación y funcionamiento del Congreso, la
prensa de Bs As se dedicó en forma sistemática y malévola a desprestigiar a sus
miembros y por elevación a la propia congregación constituyente.
Los convocados en Santa Fe representaban (sin olvidar a los ausentes de Bs As y al
“gran ausente”, Juan Bautista Alberdi) a lo mejor de la intelectualidad y lo más
representativo de la política argentina de la época. Antiguos unitarios y viejos
federales, librecambistas y proteccionistas, católicos practicantes y librepensadores,
sacerdotes y laicos, hombres de escasos años de vida y veteranos de las luchas
políticas argentinas, supieron conjugar el articulado del texto constitucional.

Instalación del Congreso

Mediante decreto de fecha 8 de noviembre de 1852 firmado en Paraná, Justo José


Urquiza ordenó que el Congreso se instalase el día 20 de noviembre de ese año.
Pero los graves sucesos desencadenados en Bs As a partir del 11 de septiembre de
1852 impidieron que el Director Provisorio de la Confederación Argentina instalase
personalmente el Congreso, por lo que mediante nuevo decreto de fecha 18 de
noviembre dispuso que el gobernador de Santa Fe por delegación procediese a
dicha instalación. El 20 de noviembre de 1852 se apersonó ante los diputados
constituyentes el gobernador de la provincia de Santa Fe, Domingo Crespo, y
solicitó permiso para que el ministro de Relaciones Exteriores de la
Confederación Argentina, Luis de la Peña, diese lectura al Mensaje Inaugural
preparado por Urquiza.
Según puede leerse en el Acta de aquélla sesión del 20 de noviembre de 1852,
“Terminada la lectura, el excelentísimo señor gobernador de Santa Fe pronunció en
alta voz: “¡El Soberano Congreso Constituyente de la Confederación Argentina está
instalado!...”.

El Informe de la Comisión de Negocios Constitucionales

La tarea esencial del Congreso era la de redactar el texto constitucional que reglaría
“la administración general del país bajo el sistema federalT”. En diciembre de 1852
se nombró a los integrantes de la Comisión de Negocios Constitucionales
encargada de redactar el proyecto de constitución, la que fue ampliada en febrero
de 1853. La Comisión de Negocios Constitucionales quedó definitivamente integrada
por Juan María Gutiérrez, Pedro Díaz Colodrero, José Benjamín Gorostiaga, Pedro
Ferré, Manuel Leyva, Juan del Campillo y Martín Zapata. El principal redactor del
proyecto de Constitución fue Benjamín Gorostiaga.
La Comisión de Negocios Constitucionales trabajó durante el verano de 1853. El
general Urquiza dejó en plena libertad de acción a los diputados, sin concurrir ni una
sola vez a sus deliberaciones. Con estricta justicia, el Congreso daría a Urquiza el
calificativo de “coautor” de la Constitución, por todos los esfuerzos que permitieron
ese logro. El 18 de abril de 1853, la Comisión presentó el proyecto de constitución
al Congreso.
El proyecto de constitución, contenía un capítulo especial de libertades, derechos
y garantías de orden individual, y establecía la existencia de los 3 poderes del
gobierno federal (legislativo, ejecutivo y judicial). Se acompañaban, un proyecto de
ley sobre la capitalización de la ciudad de Bs As y otro proyecto de residencia de las

89
autoridades nacionales. Se hace una especial consideración al tema del tesoro
nacional.
El pensamiento de Juan Bautista Alberdi y de la mayoría de los integrantes de la
Generación del 1837 relativo a la inmigración es ampliamente receptado.
Gorostiaga y Gutiérrez fueron los encargados de defender el proyecto
sosteniendo la discusión en los plenarios que celebrase el Congreso.

Principales debates alrededor del proyecto

El 19 de abril, el diputado por Salta y presidente del Congreso, Facundo Zuviría


solicitó “el aplazamiento de la sanción y promulgación de la carta fundamental de
la República. El 20 de abril de 1853, 2 días después de presentado el proyecto de
constitución y el informe de la Comisión de Negocios Constitucionales, surgió el
debate sobre la oportunidad y conveniencia del dictado de la ley suprema,
promovido por Facundo Zuviría.
Recordemos la separación de la provincia Bs As y la guerra civil que tomaba lugar
en el territorio de aquélla. Según Zuviría, era imprescindible previamente lograr la
paz, ya que esa era la condición esencial para dar vida al texto constitucional.
Las respuestas no tardaron en producirse en cadena; tomó la palabra Juan María
Gutiérrez quien refutó los conceptos de Zuviría. En su opinión, la constitución se
sancionaba precisamente para obtener la anhelada unión nacional, proveer la
defensa común, afianzar la justicia, promover el bienestar general, y por tanto nada
era más práctico que la constitución.
Martín Zapata puntualizará que la oportunidad de la sanción de la Constitución había
sido resuelta por los mandantes de los diputados al Congreso.
Dado por discutido suficientemente el punto, se puso a votación en general el
proyecto de constitución por la Comisión de Negocios Constitucionales, siendo
aprobado por 14 vs. 4 votos.
La discusión en particular del proyecto comenzó a desarrollarse a partir del 21 de
abril de 1853; el Preámbulo y el art. 1 fueron aprobados por unanimidad, pero el
art. 2 fue objeto de un duro y extenso debate. El artículo mencionado se aparta de
los antecedentes nacionales en materia de religión; en efecto, la religión católica-
apostólica-romana deja de ser la religión oficial.
El sector tradicionalista del Congreso replanteaba la cuestión religiosa volviendo a
las fuentes nacionales en la materia (CN 1819 y 1826) que establecían una religión
oficial (la católica apostólica romana) que era “única y verdadera”.
El debate revelaba en sí las diferentes concepciones de montoneros y circuleros en
materia de religión; los primeros se atenían a las viejas tradiciones y antecedentes
nacionales, en tanto que los segundos innovaban radicalmente y ponían en el tapete
de nuestra historia constitucional un tema fundamental: el de la tolerancia, el del
reconocimiento del otro. Se procedió a votar, y el art. 2 fue aprobado “por mayoría
de sufragios”.
Se puso a consideración del plenario del Congreso el art. 3 del proyecto, que
establecía que “las autoridades nacionales residían en la ciudad de Bs As, la
que sería declarada capital de la Confederación por una ley especial”. Manuel
Leyva impugna el artículo sobre la capital de la Nación, el veterano luchador del
partido Federal tenía razón; la provincia de Bs As había desconocido la autoridad del
Congreso, no estaba presentada en el mismo y si ya existían suficientes elementos
de fricción entre los 2 bandos en que se había dividido la República a partir de
septiembre de 1852, este artículo del proyecto no hacía otra cosa que añadir uno

90
nuevo: la desmembración del territorio de la provincia de Bs As sin su presencia en
el Congreso y, obviamente sin su consentimiento.
Puesto el artículo 3º del proyecto a votación luego de ser considerado lo
suficientemente debatido fue aprobado por mayoría. El espectro de la ley de
Capital de 1826 hizo estremecer a todos los sectores políticos de la provincia de Bs
As.
El artículo 4º del proyecto de constitución, relativo a los rubros integrativos del tesoro
nacional, también fue objeto de un extenso debate. Manuel Leyva vuelve a impugnar
el texto, proponiendo en reemplazo del cuestionado artículo del proyecto de la
Comisión uno nuevo. José Benjamín Gorostiaga se encargó de refutar las
objeciones de Leyva.
De esa manera quedó planteada, por primera vez en la historia del país y que
todavía hoy no está totalmente resuelta, la antinomia recursos nacionales vs.
recursos provinciales. Puesto a votación el artículo fue aprobado por mayoría de
sufragios.
Los artículos 5º a 13º del proyecto fueron aprobados sin dificultades, previas
algunas declaraciones de los miembros informantes Gorostiaga y Gutiérrez. Pero el
artículo 14º provocó una nueva polémica, en cuanto a los derechos civiles
acordados a los habitantes de la Confederación Argentina se establece
expresamente el de la libertad de cultos.
Pedro Centeno atacó la norma relativa a la libertad de cultos, revelando de esa
manera su intolerancia. Respecto de la libertad civil de cultos, manifestaba que el
Congreso carecía de atribuciones para sancionarla.
La respuesta corrió por cuenta de Juan Francisco Seguí. Gorostiaga recordó el
Tratado de febrero de 1825 suscripto con Gran Bretaña que establecía la libertad
de cultos para los súbditos ingleses radicados en el país, agregando que la libertad
de cultos, al igual que los otros derechos consagrados en el artículo 14º serían
reglamentados en su ejercicio por leyes del Congreso. Puesto a votación la libertad
de cultos fue aprobada por mayoría de votos (13 contra 5).
La inmigración, uno de los puntales del pensamiento de la Generación de 1837 que
fuera sistematizado por Juan Bautista Alberdi en su libro “Bases” se subsume en la
siguiente frase: “En América, gobernar es poblar”. Pero lo esencial se centraba en
los países de origen de los eventuales inmigrantes, de qué regiones de Europa
debían proceder. Para Alberdi, los “brazos para trabajar” debían provenir de
aquéllos países europeos que habían atravesado el proceso de la Revolución
Industrial, puesto que sus habitantes conocían el uso de las maquinas y
herramientas (Inglaterra, Alemania, Suecia, Suiza, etc) que eran mayoritariamente
protestantes. Era la verdadera intención que se encontraba en la base de las
disposiciones de los artículos 2º y 14º del proyecto de constitución. Sin embargo,
existía una contradicción en cuanto a una de las calidades exigidas para ser
Presidente de la República (pertenecer a la comunión católica).
El mismo Lavaisse propuso que se agregara como calidad requerida para ser
Presidente y Vicepresidente de la República la de pertenecer a la comunión católica,
apostólica, romana, lo cual fue aceptado sin debate ni observaciones de especie
alguna.
El resto del articulado del proyecto fue aprobado luego de algunas aclaraciones y
agregados y sin debates trascendentes; en 10 días (del 21 al 30 de abril de 1853) el
Congreso dio por terminada la discusión del proyecto en particular.
El 1º de mayo (aniversario del Pronunciamiento de Urquiza) el texto de la
Constitución fue firmado.

91
Sancionada la constitución el 1º de mayo de 1853, el Congreso se aboco
inmediatamente a sancionar las leyes orgánicas necesarias para hacer viable su
aplicación. El 4 de mayo se sancionó la ley de capital reglamentaria del artículo 3º
de la constitución, ley que entraría a regir bajo la condición que la provincia de Bs As
no aceptase la constitución; dio sanción a la ley que establecía el régimen
municipal para la ciudad que se declaraba capital de la Confederación y el 8 de
mayo dio luz a la ley general de aduanas. El Congreso resolvió, designar una
Comisión de Diputados integrada por Salvador María del Carril, José Benjamín
Gorostiaga y Martín Zapata a efectos de presentar la Constitución al Director
Provisorio de la Confederación Argentina para que éste procediese a su
promulgación y la hiciese respetar y cumplir, conforme las pertinentes normas del
Acuerdo de San Nicolás de los Arroyos. Urquiza se encontraba entonces en la
localidad de San José de Flores con motivo del sitio a la ciudad de Bs As.
El 25 de mayo de 1853 el Director Provisorio de la Confederación Argentina dictó
el decreto promulgando la Constitución Nacional, y el 9 de julio de 1853 fue
jurada por 13 de las 14 provincias argentinas.
La Comisión de Diputados tenía otro encargo: el de presentar la Constitución
Federal al gobierno disidente de la provincia de Bs As para “recabar su aceptación
en la forma posibleT”. Gorostiaga y del Carril llevaron a cabo el intento que resultó
infructuoso, con maneras altaneras el ministro de Gobierno de Bs As, Lorenzo
Torres les comunicó que “se les ahorrase el trabajo de intentarlo por tener que
ahorcarlo ante las trincherasT”. La provincia de Bs As continuaba manteniendo
su postura inflexiblemente; ya en enero de 1853 el Congreso Constituyente había
autorizado al Director Provisorio de la Confederación para que hiciese “cesar la
guerra civil en la provincia de Bs As y obtenga el libre asentimiento de ésta al pacto
nacional del 31 de mayo de 1852”. Las gestiones fracasaron ya que los porteños
plantearon concurrir al Congreso con el número de diputados que creyesen oportuno
y se reservaban el derecho de aceptar o no la constitución que en definitiva fuese
sancionada.
La defección del jefe de la escuadrilla naval de la Confederación John Halsted y el
desbande del ejército sitiador del coronel Hilario Lagos definieron el nuevo curso de
la política nacional; el 13 de julio de 1853 Urquiza abandonaba San José de Flores
escoltado por representantes diplomáticos extranjeros ya que se temía un atentado
contra su vida. La secesión de Bs As era un hecho consumado y se sumergió en su
propia vida institucional, marginada de los “13 ranchos” del interior.
En agosto de 1853 el Director Provisorio convocó a elecciones en las provincias
de la Confederación para elegir en los términos prescriptos por la Constitución
Nacional al Presidente y Vicepresidente, agregando que a fin de evitar toda
suspicacia en el sentido que presidiendo el mismo Urquiza las elecciones pudiese
presionar sobre los resultados, se organizaba un gobierno delegado con residencia
en la capital de la provincia de Entre Ríos, en el que recaía el mando político y
administrativo de la Confederación Argentina, hasta la instalación de las autoridades
constitucionales. Este gobierno delegado quedó integrado por Salvador María del
Carril, Mariano Fragueiro y Facundo Zuviría. Las elecciones presidenciales tomaron
lugar el 1º de noviembre de 1853 y el día 20 del mismo mes se reunieron en las
capitales de provincias los electores a fin de expedir sus sufragios.
El 20 de febrero de 1854 el Congreso Constituyente se reunió a los fines de realizar
el escrutinio de los votos de los colegios electorales de las provincias; Justo José
Urquiza obtuvo 94 sufragios sobre un total de 106 siendo proclamado
Presidente de la Confederación. El escrutinio de los votos para vicepresidente no

92
arrojó la mayoría requerida por la Constitución (la mitad más uno), por lo que los
miembros del Congreso, siguiendo las normas constitucionales, procedieron a elegir
entre los 2 candidatos más votados: Salvador María del Carril y Facundo Zuviría.
La votación nominal arrojó un resultado favorable al ex ministro de Bernardino
Rivadavia y de Juan Lavalle, ya que obtuvo 17 sufragios contra 1 de Zuviría.
El 5 de marzo de 1854 Urquiza y del Carril prestaron ante el Congreso General
Constituyente el juramento prescripto en la Constitución.
El 7 de marzo de 1854 el Congreso Constituyente se declaró disuelto al haber
llenado sus cometidos.

Capítulo 4: Las fuentes de la Constitución Argentina. Su filiación y sus


principales objetivos.

Introducción

El texto constitucional sancionado el 1º de mayo de 1853 en la ciudad de Santa Fe


está estructurado en 3 partes claramente diferenciadas: el preámbulo, la parte
dogmática (arts. 1º a 31º) y la parte orgánica (arts. 32º a 107º).
El preámbulo cumple una función de orden político: en primer término enuncia el
carácter de la autoridad que sanciona la Constitución. En segundo lugar, enumera
los fines perseguidos con la sanción de la ley fundamental. Por último, proclama la
fórmula de su sanción.
La parte dogmática, que abarca la Primera Parte en Capítulo Único, trata de las
Declaraciones, Derechos y Garantías, en tanto que la parte orgánica, que
comprende a toda la Segunda Parte, trata de las Autoridades de la Nación en 2
grandes títulos: el primero se refiere al Gobierno Federal integrado por 3 secciones
relativas al Poder Legislativo, Ejecutivo y Judicial respectivamente, divididas a su
vez en capítulos. El Título Segundo trata de los Gobiernos de Provincia.

Las fuentes de la Constitución Nacional

La Constitución tuvo fuentes mediatas y fuentes inmediatas. La Constitución de


1853 es el resultado de las experiencias institucionales vividas, del pensamiento de
los hombres que la inspiraron, de las exigencias naturales del país. No fue ni copia
ni imitación simiesca, si bien hurgó en las experiencias constitucionales de otros
países.
Dentro de las fuentes mediatas están los diversos aportes y ensayos registrados
desde el mayo de 1810 hasta la reunión del Congreso Constituyente de Santa Fe,
entre otros:
- Acta Capitular del 25 de Mayo de 1810;
- Reglamento Orgánico por la Junta Grande en 1811;
- Decretos de Seguridad Individual y de Libertad de Imprenta
anexos al Estatuto Provisional de 1811;
- Los proyectos de constitución que giraron alrededor de la
Asamblea del Año XIII;
- Las Instrucciones Orientales del Año XIII;
- El Estatuto Provisional de 1815;
- El Reglamento Provisional de 1817 expedido por el Congreso de
Tucumán;
- La Constitución de 1819;

93
- Los pactos a través de los cuales se ligaron las provincias argentinas
después del año XX, en particular los “preexistentes” y entre ellos la
“Ley Fundamental de la República” (Pacto Federal de 1831);
- La Constitución de 1826 dada por el Congreso General
Constituyente de las Provincias Unidas del Río de la Plata.

Las fuentes mediatas a su vez estuvieron influenciadas por el derecho extranjero


como el español, el francés y el norteamericano.
El pensamiento de los hombres de la Generación de 1837 articulados en trabajos
tales como el “Dogma Socialista” y la “Ojeada Retrospectiva” de Esteban Echeverría,
o el “Facundo” y “Argirópolis” de Faustino Sarmiento.
Dentro de las fuentes inmediatas se destacan:
- La Constitución Federal de los Estados Unidos de Norteamérica
de 1787;
- La obra de Juan Bautista Alberdi, “Bases y puntos de partida para
la Organización Política de la República Argentina”.

El carácter de fuente inmediata de la constitución de Filadelfia de 1787, pero no


tomada como una copia servil desde que nuestra Constitución tiene sendas
diferencias con su modelo:
1- En el preámbulo de la constitución argentina se hace referencia a los
“pactos preexistentes”, a representantes electos por voluntad de las
provincias, y a los fines perseguidos en la constitución que se hacen
generosamente extensivos a “todos los hombres del mundo que quieran
habitar el suelo argentino”;
2- Los códigos de fondo (civil, penal, de comercio y de minería) en nuestro
país son nacionales;
3- La igualdad de todos los habitantes ante la ley (art. 16º) y la abolición de la
esclavitud;
4- Los extranjeros gozan de los mismos derechos civiles que los nacionales
en nuestro país;
5- La inmigración europea no podía ser restringida según el texto sancionado
en Santa Fe;
6- La libre navegabilidad de los ríos interiores para buques de todas las
banderas;
7- Las constituciones provinciales estaban sujetas a revisión por parte del
Congreso Nacional;
8- El gobierno federal argentino puede intervenir los poderes de las
provincias en determinadas circunstancias;
9- Los gobernadores de provincia estaban sujetos al juicio político por parte
del Congreso Nacional;
10- Tampoco existen en la Constitución de EE.UU. cláusulas relativas al
sostenimiento de culto católico por parte del gobierno federal;
11- El poder ejecutivo argentino debe pertenecer a la comunión católica, no
puede ser reelecto de forma inmediata y sus ministros refrendan y
legalizan los actos presidenciales por medio de sus firmas;
12- No existe el estado de sitio en la Constitución de Filadelfia.

94
El poder ejecutivo argentino goza de más poderes o atribuciones constitucionales
que el norteamericano, y que en el sistema federal del país del norte los estados
componentes gozan de mayor autonomía.

Filiación y objetivos de la Constitución de 1853

La Constitución sancionada por el Congreso General Constituyente de la


Confederación Argentina es hija de su tiempo, esto es, del constitucionalismo liberal
del siglo XIX conforme al cual “la única forma (y válida) de la estructuración del
estado debía darse mediante un texto constitucional, como sistema de normas
sistemáticas y perdurables”; la constitución es una estructura normativa escrita y
codificada que garantiza las libertades y derechos de corte individual (los
derechos humanos de la primera generación) y organiza, limita y balancea los
poderes del Estado.
En los marcos del orden jurídico es considerada la “suprema ley” que organiza y da
vida al estado de Derecho, la plena vigencia de los derechos individuales cuya
garantía esencial reside en la división y balance de poderes conforme a los
desarrollos teóricos del barón de Montesquieu; establece el ejercicio del derecho de
propiedad individual con carácter absoluto, escudándolo tras todas las garantías
imaginables.
En materia económica, la Constitución de 1853 articula la programática de la
generación romántica, a través de una serie de normas cuyo objetivo era desarrollar
las fuerzas productivas nacionales liberándolas de las taras heredadas del pasado
colonial, por medio de:
1- Estructuración, fomento y desarrollo del mercado nacional, garantizando
la libre circulación de las mercancías;
2- Existencia de aduanas exclusivamente nacionales;
3- Creación de un Tesoro Nacional;
4- Creación y fomento de un sistema nacional de transportes;
5- Libre navegación de los ríos interiores para buques de todas las
banderas;
6- Creación de un Banco nacional con facultad de emitir papel moneda;
7- Adopción de un sistema único de pesas y medidas;
8- Establecimiento y desarrollo de relaciones comerciales con todas las
naciones del mundo;
9- Garantizar a todos los habitantes del país la obtención de una educación
elemental;
10- Fomento sin ningún tipo de trabas de la inmigración europea.

El proyecto plasmado en la Constitución de 1853 buscaba en el plano de la


economía la rápida transformación del país a través del pleno establecimiento del
modo de producción capitalista con carácter urbano.
La Argentina ingresó a la división internacional del trabajo de la época como una
nación productora-exportadora de materias primas y alimentos e importadora-
consumidora de productos manufacturados, situación que perduró casi sin
variantes hasta la crisis mundial de 1929. El sueño de la Generación de 1837 de
estructurar una nación moderna a imagen y semejanza de los países más
avanzados de la Europa industrializada o los Estados Unidos quedó reducida en los
hechos al de un simple apéndice complementario y subordinado del capital
financiero internacional.

95
Octavo Módulo: La confederación argentina y el estado de Bs As. La
unificación definitiva.

Capítulo 1: La confederación argentina y el estado de Bs As.

Introducción

En marzo de 1854, Justo José Urquiza procedió a asumir el cargo de primer


mandatario constitucional de la República, siendo acompañado en la vicepresidencia
por Salvador María del Carril; un caudillo federal y un antiguo integrante del “círculo
rivadaviano”, ministro del gobernador de facto Lavalle. Urquiza integró su primer
gabinete ministerial con Benjamín Gorostiaga (Interior), Facundo Zuviría (Relaciones
Exteriores), Mariano Fragueiro (Hacienda), Juan María Gutiérrez (Justicia, Culto e
Instrucción Pública) y el general Rudecindo Alvarado (Guerra y Marina).
Después del 25 de mayo fueron elegidos los diputados y senadores que integraron
el Congreso Legislativo de la Confederación Argentina, pero las cámaras recién
comenzaron a sesionar bien entrando el mes de octubre de 1854. si bien fueron
designados los 9 integrantes de la Suprema Corte de Justicia, el alto cuerpo no pudo
integrarse; de los 3 poderes del Estado organizados por la Constitución de 1853
durante el período en consideración solamente funcionaron el ejecutivo y el
legislativo, supliendo a la Corte Suprema de Justicia la Cámara de Apelaciones de la
ciudad de Paraná.
En diciembre de 1853 se sancionó una nueva ley estableciendo la Capital
provisoria de la Confederación, la que se ubicaría en “la ciudad donde fijase su
residencia el Gobierno FederalT”, agregando que la “Provincia que se encuentre en
el caso del artículo anterior, será federalizada por medios constitucionalesT”. En
marzo de 1854 la provincia de Entre Ríos por intermedio de una ley de su legislatura
prestaba formal consentimiento para que las autoridades nacionales residiesen en la
ciudad de Paraná, quedando el territorio provincial federalizado (bajo la jurisdicción
inmediata del Presidente y del Congreso de la Confederación). Así quedaba
formalizada la instalación del gobierno federal en la antigua Bajada del Paraná, la
que declarada Capital provisoria de la Confederación Argentina.
La organización estatal abarcaba a 13 de las 14 provincias argentinas (los “13
ranchos” al otro lado del Arroyo del Medio según Bs As).

La Constitución bonaerense de 1854

En 1854, mientras en la ciudad de Paraná se instalaban las autoridades nacionales,


era designado por la legislatura provincial el Dr. Pastor Obligado en el carácter de
gobernador propietario. De inmediato Pastor Obligado se aplicó a acelerar los
trabajos tendientes a otorgarle a la provincia una constitución escrita.
Desde 1820 la provincia de Bs As se había organizado mediante lo que se denomina
“sistema constitucional abierto” (a través de leyes de rango constitucional
sancionadas por la Sala de Representantes).
El nuevo proyecto de constitución había comenzado a ser elaborado en 1852
luego de los hechos del 11 de septiembre por una Comisión Especial designada
al efecto. El proyecto fue presentado a la Junta de Representantes, la que a su vez,
designó a una nueva comisión para que lo estudiase y dictaminase al respecto. La

96
Sala de Representantes se erigía “per se” en convención constituyente al solo efecto
de sancionar un texto jurídico con clara tendencia política.
La discusión del proyecto de constitución en general y en particular en la legislatura
porteña nos revela la existencia de 2 tendencias: los “autonomistas” (inspiradores
de una fuerte corriente provincialista cuyo principal dirigente será Adolfo Alsina),
y los “nacionalistas” (trajinados por el logro de la unidad nacional pero bajo la
conducción de Bs As, cuyo principal referente será Bartolomé Mitre).
Mitre levantó su voz para negar a la Sala de Representantes las atribuciones
constituyentes que ésta se arrogaba procurando el sostenimiento de la unidad
nacional, puesto que consideraba que la sanción de aquél texto constitucional iba a
convertirse en un ingrediente más de la discordia que dificultaría cualquier posible
entendimiento con el gobierno de Paraná. Mitre era uno de los partidarios de la
unidad de la Nación, una vez que quedase consolidada la hegemonía indiscutida
de Bs As sobre el conjunto del país.
De la constitución bonaerense de 1854 (reconoce como modelo a la
Constitución de 1826), interesa que:
A. Reconoce como modelo a la Constitución unitaria de 1826 (carecía de
preámbulo);
B. En el art. 1º perfila a Bs As como un “Estado”, pero dejando abiertas las
puertas para una eventual reunificación con el resto de las provincias;
C. En el art. 2º se establecen los límites geográficos de la provincia que
comprendían, a más la isla de Martín García, los territorios de las actuales
provincias patagónicas “desde el Arroyo del Medio hasta la entrada de la
cordillera en el mar”;
D. El art. 3º establecía la religión católica apostólica romana como la oficial
de la provincia, en contraposición abierta a lo normado por el art. 2º de la
Constitución Nacional;
E. El art. 6º legisla sobre la ciudadanía; eran ciudadanos del Estado de Bs
As “todos los nacidos en él y los hijos de las demás Provincias que
componen la República, siendo mayores de 20 añosT” (se oficializaba la
“ciudadanía bonaerense”).

La Constitución del Estado de Bs As de 1854 comprendía una sección relativa a


derechos y garantías individuales; se establecía la división de los 3 poderes con la
novedad respecto al poder legislativo que dejaba de ser unicameral (residía en
una Asamblea General compuesta por una Cámara de Representantes y otra de
Senadores, elegidos directamente por el pueblo del “Estado” de Bs As).
El gobernador del Estado era designado por la Asamblea General por votación
nominal y la pluralidad de sufragios; duraba 3 años en el cargo y no podía ser
reelecto en forma inmediata.
Independencia del Poder Judicial que estaba integrado por un Tribunal Superior de
Justicia y demás tribunales creados por ley.

Evolución de las relaciones entre la Confederación Argentina y el Estado de Bs


As

El proyecto político de los “hombres del Paraná” estaba condenado al fracaso desde
sus inicios, puesto que en el plano económico la Confederación Argentina no
estaba en condiciones de generar los recursos financieros suficientes y

97
necesarios para el sostén de la nueva y complicada estructura y correlativa
actividad estatal que la misma Constitución había creado.
El gobierno de Paraná organizó la promoción de la actividad económica y el accionar
estatal en esta esfera mediante el “Estatuto para la Organización de la Hacienda
y Crédito Público”, obra de Mariano Fragueiro (ministro de Hacienda), y aprobado
por ley del Congreso Constituyente en diciembre de 1853 el que tenía objeto
fundamental la centralización de los recursos nacionales.
El pensamiento del ministro Mariano Fragueiro se centraba en la creación y
desarrollo de un modelo capitalista autónomo y autosustentado en base a la
protección por parte del Estado de la industria (inspirado en las ideas de Saint-
Simón), pero el proyecto fracasó.
Solo Entre Ríos y en menor medida Córdoba proveían de recursos para el resto del
país en tanto el resto de las provincias eran verdaderas cargas. El sistema rentístico
impulsado por el ministro de Hacienda incluía la creación de un Banco Nacional con
la facultad de emitir papel moneda de curso legal, pero el público en general se
negaba a realizar sus transacciones comerciales con los billetes emitidos por el
Banco de la Confederación Argentina desde que carecían de un verdadero respaldo
al no existir una actividad económico-productiva en vías de crecimiento; en el ámbito
de la Confederación circulaba y era aceptado el papel moneda emitido por el Estado
de Bs As, cuyo respaldo residía, precisamente, en las rentas producidas por la
aduana.
No se puede pasar por alto la proficua labor legislativa del “Congreso de
Paraná”, integrado por las mejores inteligencias de la política de las provincias, así
como de varios jefes militares de la guerra de la Independencia. El Congreso
sancionó cerca de 292 leyes desde su instalación hasta el final del mandato
presidencial de Urquiza referentes a diversos e importantes asuntos como: la
aprobación de tratados sobre la libre navegación de los ríos, sobre la creación de la
justicia federal, sobre la colonización, creando una comisión que tenía por objeto la
redacción de los códigos nacionales, ordenando un censo general, estableciendo el
ferrocarril de Rosario a Córdoba, sobre fundación de escuelas, sobre elecciones
nacionales, etc.
El gobierno de Paraná supo sortear las graves dificultades que la secesión porteña
planteó en materia de relaciones exteriores, ya que el gobierno de Bs As solicitó
reconocimiento internacional oficial de las principales potencias europeas.
Del otro lado del Arroyo del Medio, el Estado de Bs As continuaba disfrutando de la
única institución generadora de recursos: la aduana; desde el punto de vista
financiero la provincia disidente no se vio agobiada de la misma forma que la
Confederación, para la Confederación Argentina era una insoslayable necesidad
lograr que Bs As se integrase y participase activamente en la obra de la
organización nacional, no solo en el aspecto económico-financiero sino también en
materia de los recursos humanos necesarios (y preparados) para administrar el país.
La organización nacional plasmada en la Constitución de 1853 estaba basada en
2 principios cardinales: la Capital en y la Aduana de Bs As.
En 1854 era materialmente imposible lograr que la provincia rebelde depusiese su
actitud y se reincorporase a la Confederación. En los meses de diciembre de 1854
y enero de 1855, ambos antagonistas suscribieron lo que en la historia de nuestra
Nación se conoce como los “Pactos de Convivencia”.
En las graves circunstancias de la época, 2 importantes hombres de negocios
santafesinos, José María Cullen y Daniel Gowland, ofrecieron abrir sus servicios
como mediadores ante el gobierno porteño al presidente Urquiza a los efectos de

98
evitar la guerra civil. La mediación fue aceptada por las partes y en diciembre de
1854 firmaron un Tratado Preliminar por el que se establecía un armisticio. Bs As
y la Confederación convenían en cesar inmediatamente los aprestos de índole
militar, a mantener la paz y la buena armonía, así como conservar todas sus
relaciones de comercio en el estado que tenían antes de la invasión.
Al mes siguiente (enero de 1855) se firmaba el Tratado definitivo, por el que
ambos gobiernos se comprometían especialmente:

a) A no permitir la desmembración del territorio nacional, y en caso de


peligro exterior acordar mutuamente la defensa común;
b) A defenderse y apoyarse mutuamente en la lucha contra el indio;

Además acordaron los siguientes puntos:

a) Que la separación de Bs As no era permanente, solamente provisoria;


b) Que los buques mercantes matriculados tanto en la Confederación
como en Bs As llevarían el pabellón nacional.

En materia económica:

a) Que los buques mercantes no pagarían otros derechos que aquéllos


existentes en sus respectivas jurisdicciones;
b) Establecieron la libre introducción y circulación de productos
nacionales y extranjeros en ambas jurisdicciones.

Con el Tratado definitivo se evitó por el momento la lucha en el plano económico al


reconocer la unidad del sistema mercantil y mantuvo oficialmente la amistad entre
los 2 gobiernos por algo más de un año.
Las propuestas del gobierno de la Confederación en el sentido que Bs As, previa
revisión de la Constitución Federal se reincorporase al conjunto nacional terminaron
en rotundas frustraciones.
Una nueva incursión de los emigrados federales sobre el territorio bonaerense
acaecida en enero de 1856, la violación de la frontera santafesina por parte de las
tropas porteñas encargadas de la represión y los subsecuentes fusilamientos en
Villamayor de una serie de oficiales federales tomados prisioneros fueron el pretexto
suficiente para que los Pactos de Convivencia fuesen denunciados en marzo de
1856.

El camino a Cepeda

Tanto en Paraná como en Bs As existían grupos animadores de políticas extremas


que no admitían las medias tintas; en la Confederación, los que propiciaban el uso
de la fuerza para reincorporar a la provincia rebelde, en el Estado de Bs As, los
partidarios de transformar la secesión en un status permanente y definitivo creando
un nuevo estado independiente al estilo de la República Oriental del Uruguay.
La situación económico-financiera del gobierno de la Confederación Argentina se
agravaba día a día. La crisis económica, unida a la denuncia de los Pactos de
Convivencia dio origen a la denominada ley de Derechos Diferenciales,
sancionada por el Congreso Nacional en julio de 1856.

99
La sanción de la ley no era otra cosa que una abierta declaración de guerra
económica al Estado de Bs As; se establecía ley mediante aquéllas mercaderías
introducidas de “cabos adentro” a la Confederación (introducidas desde Montevideo
o Bs As) debían pagar impuestos adicionales que iban desde un 30% hasta el doble
de los impuestos ordinarios, en tanto que las mercancías ingresadas de “cabos
afuera” (introducidas directamente en los puertos de la Confederación) solo debían
abonar los impuesto ordinarios. Se alentaba al consumo de las mercancías
ingresadas directamente activando el comercio internacional de las provincias.
La aplicación de la ley de Derechos Diferenciales fue suspendida con motivo de los
acuerdos suscriptos en San José de Flores en noviembre de 1859.
En 1857 la Asamblea General del Estado de Bs As procedió a elegir en calidad de
gobernador propietario a Valentín Alsina, el antiguo emigrado unitario y el más
tenaz de los opositores del presidente Urquiza.
Con Alsina en la gobernación de Bs As se cerraron todas las puertas a las posibles
soluciones pacíficas; todos los intentos conciliatorios tendientes a acercar a las
partes para dialogar terminaron en sendos callejones sin salida.
En ese marco y con motivo de las festividades de la fecha patria del 9 de julio de
1858 el presidente Urquiza hizo desfilar en la Capital Provisoria de la Confederación
una imponente formación militar de 16.000 efectivos, en tanto quedaban en los
campamentos una reserva de caballería de cerca de 42.000 hombres: era la forma
de mostrar públicamente su poderío y advertir a los liberales porteños.
A pesar de todo, en 1857 el gobierno presidido por Urquiza hizo un nuevo intento
para que Bs As se reincorporase a la Confederación. Otro intento realizado en
1858 corrió igual destino: los hombres del “partido de los principios” querían la
unidad nacional, pero bajo la conducción indiscutida de Bs As.
El mandato de Urquiza terminaba en marzo de 1860 y prohibiendo la Constitución la
reelección inmediata, los aspirantes a sucederlo, el vicepresidente Salvador María
del Carril y el ministro Santiago Derqui se enfrentaban abiertamente contribuyendo a
desestabilizar la retaguardia de la Confederación.
La chispa que encendió los fuegos de la nueva guerra civil saltó en la provincia de
San Juan; en octubre de 1858 fue asesinado el general Nazario Benavídez,
antiguo gobernador de la provincia (que detentaba la comandancia militar de la
región). Benavídez había sido arrestado por orden del gobernador sanjuanino
(Manuel José Gómez) bajo la acusación de estar directamente vinculado al fallido
movimiento revolucionario profederal protagonizado por uno de los jefes zonales de
ese partido, el general Vicente Peñaloza.
Gómez pertenecía al partido Liberal de San Juan, estrechamente vinculado a los
liberales de Bs As.
El crimen fue puesto en la cuenta de los liberales de Bs As, de los hombres del
“partido de los principios”; el Dr. Gómez respondía a la política porteña, en tanto que
Benavides, al mando militar de la región, respondía a las autoridades de la
Confederación.
Los odios personales de Alsina se reflejaron abiertamente en el desafiante
Mensaje que leyera la Asamblea General del Estado de Bs As el 1º de mayo de
1859 al inaugurar el período ordinario de sesiones legislativas. En el mismo, agravió
de palabra a las autoridades confederales y no tuvo ningún reparo en hacer públicos
los aprestos militares en que se hallaba involucrado su gobierno. El 6 de mayo de
1859 el poder legislativo porteño sancionó la siguiente ley: “Art. 1º: Se autoriza al
P.E de Bs As para repeler con las armas la guerra que ha declarado de hecho al
gobierno de las Provincias ConfederadasT”.

100
El gobierno de Paraná no tardó en dar su respuesta: el 20 de mayo el Congreso de
la Confederación Argentina sancionaba una ley del siguiente tenor: “Art. 1: Se
autoriza al Presidente de la Confederación para resolver la cuestión de integridad
nacional respecto de la provincia disidente de Bs As, por medio de negociaciones
pacíficas o de la guerraT”; “Art. 2: podrá movilizar a las Guardias Nacionales sobre
cualquier punto del territorio de la NaciónT”; “Art. 3: quedaba autorizado para hacer
los gastos necesarios a los objetos expresadosT”; “Art. 4: se permite al Presidente
de la Confederación ausentarse del territorio de la Capital para colocarse a la
cabeza del EjércitoT”.
Los agentes diplomáticos extranjeros acreditados hicieron intentos por evitar el
choque armado. La mediación intentada por el representante del gobierno de los
Estados Unidos ante la Confederación, Mr. Benjamín Yancey.
Las pretensiones del gobierno de Alsina se reducían a una sola: el retiro definitivo de
Urquiza de la escena política nacional. Ante la imposibilidad de concretar tan
tremenda propuesta la mediación fracasó. Existió una posibilidad de una mediación
tripartita de los agentes diplomáticos de Francia, Inglaterra y el Brasil, la que no llegó
a cristalizar. En horas previas al combate, Urquiza aceptó los oficios amistosos del
gobierno paraguayo propuestos por Francisco Solano López (hijo del presidente de
Paraguay) pero ello no pudo concretarse.
El 23 de octubre de 1859 nuevamente en la cañada de Cepeda, se enfrentaban
las fuerzas en pugna. Las fuerzas de la Confederación Argentina vencían a las
del Estado de Bs As. El camino hacia la orgullosa ciudad quedaba abierto a las
fuerzas federales.

El Pacto de San José de Flores

Tres días después de Cepeda, Urquiza inició su avance sobre la ciudad de Bs As,
donde parecía repetirse el espectáculo de 1820.
Luego de Cepeda, el presidente Urquiza pudo entrar en Bs As, ocupar la ciudad e
imponer sus condiciones a la facción vencida, pero prefirió la negociación,
aceptando la mediación propuesta antes y después de la batalla por el
representante del gobierno de Paraguay, Francisco Solano López (hijo del
“Supremo” Carlos Solano López). A partir del 5 de noviembre de 1859 comenzaron
las reuniones entre los representantes de las partes en San José de Flores.
Urquiza designo a los brigadieres generales Tomás Guido y Juan Pedernera y al Dr.
Daniel Aráoz; el desfalleciente gobierno de Bs As a Juan Bautista Peña, Carlos
Tejedor y Antonio Cruz Obligado.
Las conferencias (5 en total) duraron varios días y estuvieron a punto de naufragar
ante la reticencia del gobierno de Bs As, pero en definitiva, la renuncia del tenaz
enemigo de Urquiza, Valentín Alsina, al cargo de gobernador facilitó y encarriló los
entendimientos y el 11 de noviembre de 1859 se suscribía el Pacto conocido como
“Pacto de San José de Flores” o “Pacto de Familia”, por el que se puso fin a la
secesión porteña iniciada en septiembre de 1852 (pero no trajo el final del conflicto
definitivo, el que sería resuelto a fines de 1861 luego de la batalla de Pavón).
El art. 1º del Pacto de San José de Flores Bs As se declaraba “parte integrante
de la Confederación”, verificando su incorporación a través de la aceptación y
solemne jura de la Constitución sancionada por el congreso constituyente de Santa
Fe en 1853.
Como la provincia “rebelde” no había adherido al Acuerdo de San Nicolás de los
Arroyos ni participado del cónclave constituyente de Santa Fe, se le otorgó la

101
facultad de examinar las cláusulas de su texto. Dentro de los 20 días de firmado el
pacto la provincia convocaría a una Convención Provincial Examinadora de la
Constitución sancionada en Santa Fe el 1º de mayo de 1853 y cuyos integrantes
serían electos conforme a las leyes electorales de la provincia.
En esta Convención Provincial Examinadora podían configurarse 2 situaciones
distintas en relación al texto constitucional:

a) Que la Convención no tuviese nada que observar al texto de la


constitución (sería jurada en el día y forma que la misma Convención
determinase);
b) Que se efectuasen observaciones y propuestas de reformas a la
constitución (las reformas propuestas serían elevadas al poder ejecutivo
de la Confederación para que presentadas por ésta al Congreso, el órgano
legislativo de la Nación se avocase a convocar una Convención Nacional
Reformadora “ad-hoc” (al solo efecto de tratar las reformas propuestas
por Bs As)).

La provincia de Bs As asumía una serie de obligaciones:

a) Concurrir con sus diputados a la Convención Nacional Reformadora “ad-


hoc”, con arreglo a su población (en el Acuerdo de San Nicolás de los
Arroyos se había establecido la igualdad jurídica de las provincias
argentinas, cada una estaría representada en el congreso constituyente
por 2 diputados, pero para la Convención Nacional Reformadora se
admitía la representación de las provincias conforme a su población);
b) Acatar lo que la Convención Nacional Reformadora en definitiva
decidiese (si la Convención Nacional rechazaba total o parcialmente las
reformas propuestas, Bs As debía acomodarse inevitablemente a dicha
decisión).

Bs as recibía una serie de garantías:

a) Se garantizaba su integridad geofísica, ya que su territorio no podía ser


dividido sin el consentimiento de su órgano legislativo (implicaba la
reforma del art. 3º de la C.N).
b) Sus propiedades y establecimientos públicos continuaban bajo su
jurisdicción y legisladas por sus leyes locales.
c) Se exceptuaba de la cláusula anterior la Aduana, ya que de conformidad
al art. 4º de la C.N sancionada en 1853 había adquirido carácter nacional
desde que los derechos de importación y exportación integraban el tesoro
de la Confederación (se le garantizaba el presupuesto (cálculo en
relación a los gastos e ingresos) de 1859 “hasta 5 años después de su
incorporación, para cubrir sus gastos, inclusive su deuda interior y
exteriorT”).
d) Las leyes aduaneras de la provincia seguían en vigor hasta que el
Congreso Nacional estableciese las tarifas que habrían de regir para las
aduanas exteriores de la Confederación.

Se declaraba el olvido de las causas que habían dividido a los argentinos; la


evacuación del territorio bonaerense por parte del ejército de la Confederación.

102
El gobierno de la República del Paraguay quedaba como garante del
cumplimiento de las cláusulas del Pacto.

Capítulo 2: Hacia la unificación definitiva

Introducción
La firma del Pacto de San José de Flores, lograda luego de la renuncia del
gobernador de Bs As Valentín Alsina no fue más que una tregua en la lucha por la
consecución hegemónica total entre los grupos dominantes en la Confederación y en
Bs As. La caída de Alsina elevó a Bartolomé Mitre a la categoría de jefe indiscutido
del “partido provincialista” a pesar de recaer sobre su cabeza la derrota sufrida en
Cepeda.
En marzo de 1860 asumió la presidencia de la Confederación Argentina el Dr.
Santiago Derqui, hombre de actuación en la antigua facción unitaria, amigo y
compañero de otro cordobés, el general José María Paz. Lo acompañaba en el
cargo de vicepresidente Juan Esteban Pedernera (viejo federal). La candidatura
de Derqui se había impuesto sobre del Carril (obtuvo 72 votos contra 4) ya que gozó
del total apoyo de Urquiza.
En mayo de 1860 los liberales porteños impusieron la candidatura de Bartolomé
Mitre a la gobernación de Bs As, en tanto que Justo José Urquiza, una vez más,
era designado por la Sala de Representantes gobernador propietario de Entre
Ríos.
Santiago Derqui (presidente de la Confederación), Bartolomé Mitre (gobernador de
Bs As) y Justo José Urquiza (gobernador de Entre Ríos).
De los integrantes de este “triunvirato” el más débil en términos políticos era Derqui:
elegido con la anuencia y apoyo de Urquiza, era imposible que pudiera liberarse de
la tutela indirecta que sobre él ejercía el caudillo entrerriano. Derqui debía acercarse
a Mitre y los liberales porteños, pero esto constituía un juego sumamente peligroso,
y en consecuencia, terminó siendo utilizado como una pieza más en aquél
complicado mosaico de intereses sectoriales.
La Comisión Provincial Examinadora luego de una demora más que exasperante
terminó al fin sus trabajos y presentó el Cuadro de Reformas que se proponían a la
Constitución federal y el Dr. Dalmacio Vélez Sarsfield, conjuntamente con los Dres.
Benjamín Victorica y Daniel Aráoz suscribieron en junio los Acuerdos de Paraná,
cuyas disposiciones complementarias al Pacto de Familia encarrilaron
definitivamente la realización de la Convención Nacional Reformadora ad-hoc.
Urquiza ya no era el presidente de la Confederación Argentina. Ya no existían más
excusas para evitar la unidad: Bs As presentaba su proyecto de reformas y el
Congreso Legislativo de la Confederación convocaba a la Convención Nacional
Reformadora ad-hoc.
Agregando notas al buen clima político Bartolomé Mitre invitó a Derqui y a Urquiza a
Bs As con motivo de los festejos de la fecha patria conmemorativa de la
independencia. El propio Urquiza, a su vez, invitó a Derqui y a Mitre a su Palacio de
San José para el próximo mes de noviembre a fin de celebrar en unidad el primer
aniversario de la firma del Pacto de San José Flores; el día 11 de septiembre en el
Palacio de San José Mitre le hizo entrega a Urquiza del bastón de mando de los
gobernadores de Bs As, con lo que quedaba atrás definitivamente la desgraciada
denominación adoptada en 1854.
En septiembre la Convención Nacional Reformadora ad-hoc en pocos días
aprobó casi en bloque las reformas propuestas a la Constitución del 1º de mayo

103
por la provincia de Bs As; el 1º de octubre el Presidente Derqui promulgó las
reformas y el 21 de ese mes, solemnemente, Bs As juró la Constitución
reformada. Ese mismo día Derqui expidió un decreto por el que se ascendía al
rango de brigadier general de los ejércitos de la República a Bartolomé Mitre.

Otra vez San Juan

Desde los acontecimientos que costaran la vida del general Benavídez en octubre
de 1858 gobernaba en la provincia cuyana el coronel Juan Antonio Virasoro que
manejaba la provincia con mano dura en todo sentido. En noviembre de 1860 se
produjo un movimiento revolucionario protagonizado por los liberales
sanjuaninos que culminó con el asesinato de Virasoro, miembros de su gobierno
e inclusive algunos de sus familiares. Ese mismo día (16 de noviembre) Derqui,
Urquiza y Mitre le habían enviado una carta colectiva desde el Palacio de San José
aconsejándole que renunciara al cargo de gobernador, lo que constituiría una prueba
irrefutable que sus firmantes temían por la vida del gobernador Virasoro y quisieron
evitar el escándalo que se produjo.
La gravedad de la crisis obligó al presidente Derqui a invocar el art. 6º de la C.N y
decretar la intervención federal a la provincia de San Juan, designando
paralelamente interventor al gobernador de San Luis, Juan Saa y secretario al
señor José Manuel Lafuente. El interventor federal sería acompañado en su
gestión por 2 comisionados de Bs As, el general Wenceslao Paunero y el coronel
Eduardo Conesa. Con la intervención federal y la designación de Saa como
interventor Derqui complacía a Urquiza; con la designación de los comisionados
porteños a Mitre.
Los liberales de Bs As se negaban a considerar como crímenes a las consecuencias
del movimiento revolucionario sanjuanino.
Los sucesos de San Juan se transformaron en un verdadero escándalo nacional;
mientras que la prensa liberal de Bs As encontraba todas y cada una de las
justificaciones posibles, la prensa de la Confederación emitía todas las condenas
imaginables.
El grupo liberal de San Juan había pedido asistencia financiera a sus amigos de Bs
As.
Como consecuencia de los hechos de noviembre de 1860 el grupo liberal sanjuanino
se había alzado con las riendas del poder en la provincia y designado a Antonio
Aberstain como gobernador de la provincia. El interventor federal designado por
Derqui, Juan Saa había reunido efectivos militares con el objeto de entrar por la
fuerza en San Juan. Sin embargo, los comisionados porteños (Wenceslao
Paunero y Eduardo Conesa) que debían acompañarlo en la gestión lo disuadieron
de semejante actitud. Convencieron a Saa para que primeramente enviase “notas
amistosas” a las autoridades revolucionarias de San Juan. Saa se conformó con la
propuesta y el gobierno de Aberstain respondió que estaría dispuesto a aceptar una
“intervención pacífica” a la provincia (esto implicaba el reconocimiento de las
autoridades de hecho surgidas del golpe de noviembre). Pero la mano de Urquiza
era muy larga y por intermedio del gobernador de Mendoza cambió las reglas de
juego: convenció a Saa que la única manera de dar forma alguna de solución al
diferendo era por medio de la fuerza. El cambio de postura de Saa tradujo la
renuncia y alejamiento de los comisionados porteños.
Entretanto, el presidente Derqui, encerrado en su propia impotencia continuaba en
sus intentos por conformar por igual a Urquiza y a Mitre.

104
El interventor federal ingresó a territorio sanjuanino al frente de un importante
contingente militar; el gobernador Aberstain opuso resistencia y fue derrotado en
enero de 1861 en la batalla de la Rinconada del Pocito. Luego de ser tomado
prisionero, Aberstain fue ejecutado.
Como consecuencia de éstos hechos los 2 ministros porteños que el presidente
Derqui había designado (Norberto de la Riestra y Francisco Pico) prestaron sus
renuncias con lo que la influencia de Bs As parecía haber quedado neutralizada en
el seno del gobierno nacional.
Los sucesos de San Juan fueron el primer detonante del nuevo estallido que
conduciría a la guerra civil. El segundo detonante fue la cuestión de la elección de
los diputados de Bs As al Congreso Legislativo Nacional.

Los Diputados de Bs As

Una vez jurada la Constitución reformada por parte de Bs As, correspondía se


incorporaran los legisladores de esa provincia (diputados nacionales y senadores) al
Congreso Legislativo Nacional. En los Acuerdos de Paraná se había establecido que
se prorrogarían las sesiones ordinarias o se convocaría a sesiones extraordinarias a
fin de integrar a los diputados y senadores bonaerenses para que la provincia
“ejerza toda la plenitud de su derecho, tomando parte en la legislación nacional que
la ha de regirT”.
Los artículos 34º, 35º, 36º, y 37º de la originaria Constitución de 1853 relativos a la
Cámara de Diputados (se corresponden con los artículos 38º~40º de la
Constitución reformada en 1860).
Los 2 primeros de estos artículos (arts. 34º y 35º) en cuestión establecen la
composición numérica de la primera Cámara de Diputados (el número de
diputados que cada provincia tendría hasta la realización del censo general). El
tercero (art. 36º) trata de las calidades exigidas para desempeñar el cargo de
diputado (reformado en 1860 se agregó el requisito de ser natural de la provincia
que lo elija o tener 2 años de residencia inmediata en ella), y el último (art. 37)
establece que la elección de los diputados se haría conforme a las leyes
electorales de cada provincia hasta que el propio Congreso sancionase una ley
electoral general para el caso. En 1857 el Congreso Legislativo residente en
Paraná había sancionado la ley Nº 140, ley electoral que reglamentaba la forma de
elección de los diputados nacionales.
La provincia de Bs As había elegido a sus diputados conforme a la ley
provincial, como si no se hubiese ya sancionado la ley electoral general (ley Nº
140), temperamento que el presidente Derqui había garantizado verbalmente a
Mitre.
Puede decirse que se trataba de una cuestión que más que constitucional era
esencialmente política, no era otro tema que la conformación de la mayoría y de la
minoría en la Cámara de Diputados en los 2 años subsiguientes, años en que la
Cámara debía señalar los lineamientos económico-financieros y en particular la
efectivización y operatividad de la garantía otorgada a Bs As en el artículo 8º del
Pacto de San José de Flores (la cuestión de las rentas aduaneras), dominar el
Congreso era fundamental.
La elección de los diputados de Bs As fue declarada nula por la Cámara de
Diputados desde que no se había realizado conforme a la ley nacional. El cuerpo
legislativo intimó a la provincia a realizar nuevas elecciones guardando las
prescripciones electorales de la Nación.

105
En cuanto a los senadores de Bs As, Valentín Alsina y Rufino de Elizalde
manifestaron a la Cámara que no se incorporarían ante el cuestionamiento de la
forma de elección de los diputados bonaerenses.
La provincia de Bs As se negó terminantemente a efectuar nuevas elecciones,
alegando, que la provincia no podía ser obligada a cumplir una ley en cuya sanción
sus legisladores no habían participado. Alsina y Elizalde, se retiraron definitivamente
de la ciudad de Paraná.
En junio de 1861, el Congreso Legislativo de la Confederación Argentina, a solicitud
del presidente Derqui, sancionaba la siguiente ley:

- Art. 1º: Declárese que el gobierno de Bs As había roto el pacto


celebrado con la autoridad del 11 de noviembre de 1859 y el convenio
del 6 de junio de 1860, en su consecuencia, ha perdido todos los
derechos que por ellos adquirió.
- Art. 2º: Declárese que la actitud asumida por el gobierno de Bs As es
un acto de sedición, que el gobierno nacional debe sofocar y reprimir.
- Art. 3º: Autorízase al poder ejecutivo para intervenir en la provincia de
Bs As a efectos de restablecer el orden legal perturbado por la
rebelión del gobierno de ella, y hacer cumplir la Constitución nacional
y las resoluciones del gobierno federal.
- Art. 4º: Declárese en estado de sitio la referida provincia, mientras
dure ese estado de sedición.
- Art. 5º: El poder ejecutivo no podrá aceptar proposiciones de paz sin
previo consentimiento del soberano Congreso.
- Art. 6º: El poder ejecutivo nacional le dará cuenta de todo lo que obre
en virtud de esta ley.

En medio de la bancarrota financiera y las consabidas discordias entre Urquiza y


Derqui, sin el entusiasmo previo a Cepeda, se movilizaron las fuerzas de la
Confederación al mando del primero; sin apuros financiero, con mayor vehemencia y
bajo la conducción de Mitre se movilizaron las fuerzas porteñas.
El 17 de septiembre de 1861 tuvo lugar la batalla de Pavón, cuyo desarrollo fue
confuso y el resultado sorpresivo al retirarse Urquiza del campo de batalla sin
haber sido vencido por el ejército de Mitre.

El fin de la Confederación Argentina

Retirado del campo de batalla, Urquiza cruzó el río Paraná y se instaló en su palacio
de San José; recién en el mes de octubre Mitre avanzó sobre la provincia de
Santa Fe y ocupó la ciudad de Rosario. A partir de ese momento comenzó un
ininterrumpido intercambio de emisarios y misivas entre Urquiza y Mitre. La política
del gobernador de Bs As se centró en aislar y neutralizar al caudillo entrerriano en su
propia provincia a la par de optimizar los inesperados resultados de Pavón.
El presidente Santiago Derqui buscó afanosamente la manera de reorganizar las
fuerzas militares de la Confederación y de oponerse a Mitre, pero pronto se percató
de la inutilidad de sus esfuerzos ante la inacción de Urquiza. En noviembre de 1861
presentó su renuncia al cargo de presidente y partió con su familia rumbo al exilio
en la ciudad de Montevideo. Pocos años después murió en la ciudad de Corrientes,
en medio de la pobreza total. Ante la renuncia de Derqui, asumió el vicepresidente,

106
el general Juan Esteban Pedernera, quien comenzó por subordinarse totalmente a
Urquiza y pretendió delegar en su persona la conducción de los asuntos nacionales.
Pero Urquiza había decidido abandonar la lucha, tal vez convencido de su
inutilidad, y por otro lado había sido neutralizado por la hábil política mitrista, que
garantizaba la indemnidad de la provincia de Entre Ríos y de su persona.
La legislatura entrerriana, como un eco del pensamiento de Urquiza sancionó el
1º de diciembre de 1861 una ley por la que la provincia “reasumía el ejercicio de
la soberanía que le es propiaThasta tanto que reunidas de nuevo las Provincias
Argentinas bajo la Constitución federal juradaTse encuentre la Nación en estado de
completa paz y quede garantido el cumplimiento de aquéllaT”. Urquiza al
abandonar Derqui abandonaba al partido federal; a sus amigos que seguían
manteniendo en alto la chuza; a todos aquellos que habían puesto su fe y esperanza
en la decisión de su espada.
La ley de la legislatura de la provincia de Entre Ríos dejaba sin asentamiento
territorial al gobierno de la Confederación, sin rentas y sin efectivos militares, en
otras palabras, lo transformaba en un gobierno fantasma, sin cuerpo ni alma. El
vicepresidente Pedernera, en ejercicio del poder ejecutivo desde la renuncia de
Derqui, ante la imposibilidad de convocar a las Cámaras del Congreso Legislativo, el
12 de diciembre de 1861 suscribía un Acuerdo de Ministros por el que se
declaraba “en receso” al Poder Ejecutivo Nacional, “hasta que la Nación reunida
en Congreso, dicte las medidas consiguientes a salvar las dificultades que obligan al
Gobierno a tomar esta disposiciónT”.
El general Pedernera y los ministros homologaban el fin de la Confederación
Argentina y el definitivo triunfo de Bs As sobre el conjunto del país. En 10 meses
Mitre logrará cambiar la situación política de 12 provincias argentinas que le
prestarán apoyo decidido y suscribirán la política liberal; sólo Entre Ríos quedará
en manos del partido Federal.

La política de Mitre. La definitiva organización de la Nación

El “vencedor” de Pavón tomó un rumbo diferente al seguido por Urquiza luego de


Caseros en relación a las provincias; allí donde fue menester impuso por la fuerza
de las armas gobiernos adictos a la política liberal porteña.
De tal manera el Partido Federal perdió no solo el control del país, sino el de las
provincias, a excepción de Entre Ríos donde quedó abroquelado Justo José
Urquiza. Neutralizado el caudillo entrerriano, la política liberal no admitía dilaciones.
Para Mitre era más fructífero negociar con Urquiza sobre la base de la “ley
fundamental jurada” que ingresar en una guerra desgastadora con el caudillo
entrerriano de inciertos resultados, a pesar de todo lo ocurrido.
Ante la disolución del gobierno de la Confederación Argentina, las provincias,
renovadas en cuanto su filiación partidista por obra y gracia de la política liberal
porteña, fueron adhiriendo a la nueva situación; en ese sentido 10 provincias
delegaron en el general Mitre las facultades propias el Poder nacional. El 15 de
marzo de 1862 Mitre emitió un decreto convocando a las provincias a elegir sus
diputados y senadores para integrar un nuevo poder legislativo nacional, que
debía instalarse, conforme al mismo decreto, el día 25 de mayo de 1862 en la ciudad
de Bs As.
En abril de 1862 Mitre asumió el cargo del Poder Ejecutivo Nacional; de alguna
manera quedó en una situación casi idéntica a la de Urquiza luego de Caseros, pero
sin enemigos poderosos a la vista. Procedió a emitir un decreto en el que fijaba

107
sus propias atribuciones. En materia de relaciones exteriores sus poderes se
limitaban al mantenimiento pasivo de los tratados ya suscriptos con las
potencias extranjeras, sin poder efectuar ningún tipo de innovación o suscribir
nuevos tratados. En lo interno, debía mantener el orden público, hacer observar y
respetar la Constitución federal, atender a la seguridad de las fronteras, etc,
asegurándose para estos fines el mando de las fuerzas militares de todo el país y la
percepción de las rentas nacionales.
Las provincias comenzaron la tarea de elegir sus diputados y senadores. El 25 de
mayo de 1862 se instalaron ambas Cámaras del Congreso Legislativo en la
ciudad de Bs As, ocasión en la que el Encargado del Poder Ejecutivo Nacional
rindió cuentas de las gestiones cumplidas. Entre las primeras leyes del nuevo
Congreso se ubica la que confirma a Mitre como Encargado del Poder Ejecutivo
Nacional con las atribuciones ya señaladas hasta que se procediese a elegir al
nuevo presidente de la República y aprueba las gestiones realizadas por éste.
El nuevo Congreso sancionó otra ley (5 de junio) por la que se procedía a
convocar en todas las provincias elecciones para escoger a los miembros de los
Colegios Electorales que debían votar por los candidatos a ocupar la presidencia y
vicepresidencia de la Nación. El escrutinio efectuado por el Congreso arrojó la
unanimidad de votos de los Colegios Electorales a favor de Bartolomé Mitre
(candidato único). En carácter de vicepresidente fue electo con 91 sufragios (sobre
133) el Dr. Marcos Paz.
El 12 de octubre de 1862 ambos mandatarios prestaron el juramento prescripto
por la Constitución.

108
Resumen libro 5 HCA

Noveno Módulo: Hacia la Argentina moderna (1862-1910). La construcción del


Estado

Reflexiones introductorias sobre el estado nacional

El Estado nacional argentino tiene sus fines establecidos en la Constitución


Nacional (consagrados en el Preámbulo) y son:
a. Constituir la unión nacional;
b. Afianzar la justicia;
c. Consolidar la paz interior;
d. Proveer la defensa común;
e. Promover el bienestar general;
f. Asegurar los beneficios de la libertad

Los elementos constitutivos o condiciones necesarias de la esencia del Estado


son:
1) Poder;
2) Territorio;
3) Población (o Pueblo)

Para Max Weber el estado es una empresa institucional de carácter político, “el
Estado es aquella comunidad humana que en el interior de un determinado territorio
reclama para sí (con éxito) el monopolio de la coacción física legítima”.
Desde la óptica jurídica el Estado es (por naturaleza), un sistema de normas o la
expresión para designar la unidad de tal sistema.
Para Hans Kelsen el Estado es el ordenamiento jurídico; por ello, el Poder no es
sino la validez y vigencia del ordenamiento jurídico, el Territorio no es sino el ámbito
espacial de validez y vigencia de dicho ordenamiento y la Población el ámbito
personal de validez y vigencia del mismo orden jurídico.

Capítulo 1: La residencia de las autoridades nacionales. La cuestión capital.

Introducción

Lo importante en esta época es el lugar de residencia de los detentadores del Poder:


no existen antecedentes al menos parecidos sobre el tema en otros países, tanto
que una de las cláusulas de la CN está especialmente dedicada a ella (art. 3º).
Con el régimen colonial (segunda etapa) implantado por España, la ciudad Bs As fue
el lugar de residencia de las principales autoridades de la provincia menor del Río de
la Plata que dependía del virreinato del Perú.
Con el virreinato del Río de la Plata en 1776 Bs As se transformó en la ciudad
principal de la nueva división político-administrativa del Imperio Español por
entonces ya gobernado por los Borbones. La instalación de la Aduana y la creación
del Consulado hizo que la ciudad deviniese en el lugar de asentamiento físico de las
principales instituciones de orden económico.
Desde los hechos de Mayo de 1810, el debate de la residencia del Poder se
convertirá en la piedra angular a partir de la cual se originara el futuro
enfrentamiento entre Bs As y el Interior. Luego de la “expedición auxiliadora”, todas

109
las autoridades nacionales residieron en la ciudad-puerto: la Primera Junta, la Junta
Grande, los Triunviratos y Directores Supremos o del Estado.
En la primera década de vida independiente comenzaron los cuestionamientos a la
primacía que ejercía la orgullosa ciudad-aldea y sus pretensiones de “capitalismo”,
recordemos las Instrucciones Orientales del Año XIII (“Que precisa e
indispensablemente sea fuera de Bs As donde resida el sitio del Gobierno de las
Provincias Unidas”), o el proyecto de constitución de la Comisión Oficial de la
Asamblea (“Al Congreso corresponde determinar el lugar de sus sesiones, y en el
que haya que establecerse la silla de gobierno, el cual ha de ser precisamente fuera
de Bs As), o el proyecto de la Sociedad Patriótica (el poder legislativo debía “residir
en la Capital, que será siempre una ciudad que no sea cabeza de ninguna Provincia,
y esté en un centro igualmente distante de los extremos del citado de donde pueda
el gobierno comunicar igualmente su acción a todas partesT”).
La crisis de 1820 determinó profundas transformaciones en el status de la “ciudad-
metrópoli”; la debacle del año XX implicó la desaparición de las autoridades
nominalmente nacionales y como correlato el surgimiento de la provincia de Bs As
gozando de plena autonomía. La ciudad de Bs As se transformó en capital
provincial, residencia del gobernador, de la Sala de Representantes, de la Cámara
de Apelaciones y de las demás autoridades locales, el puerto y la aduana corrieron
misma suerte.
En 1824 se instaló en Bs As el Congreso General Constituyente de las Provincias
Unidas del Río de la Plata como autoridad eminentemente nacional; con la Ley
Fundamental fue creado un poder ejecutivo nacional de carácter provisorio cuyo
ejercicio recayó en el gobierno provincial. Bs As volvió a ser (tácticamente) la Capital
de las Provincias Unidas del Río de la Plata (residían en ella el Congreso y el PE
nacional provisorio). Pero el Congreso violando la Ley Fundamental sancionó la ley
de Presidencia, siendo electo Rivadavia, quien dio a luz la ley de Capital que en
los hechos traducía la desaparición física de la provincia de Bs As y del conjunto de
sus instituciones particulares.
Durante la época de Rosas, la ciudad de Bs As fue la capital de la Confederación
Argentina, desde que el Señor Encargado de las Relaciones Exteriores y Asuntos de
Paz y Guerra residía en ella junto al ministro del ramo, al igual que las
representaciones diplomáticas extranjeras acreditadas ante el titular de esta llamada
“magistratura nacional”.
De los hombres de la generación del 37, Sarmiento postulaba en su “Argirópolis” a la
isla Martín García como capital de los “Estados Unidos del Río de la Plata”. Juan
Bautista Alberdi en su “Bases” (primera edición 1852) proponía a la ciudad de Bs As
como capital de la Confederación, pero en la edición de 1858 decía: “Todo Gobierno
Nacional es imposible con la Capital en Bs As”.

El artículo 3º de la constitución

El artículo 3º de la CN (1853): “Las autoridades que ejercen el Gobierno Federal


residen en la ciudad de Bs As, que se declara Capital de la Confederación por
una ley especial”.
Manuel Leyva apuntó que el Congreso agredía las autonomías provinciales desde
que cercenaba el territorio de una provincia que ni siquiera estaba representada en
el Congreso para prestar su asentimiento o su disconformidad. El artículo en
cuestión devino no operativo en razón del rechazo que hizo Bs As del texto
constitucional, por lo que le Congreso Constituyente sancionó en diciembre de 1853

110
una ley estableciendo la capital provisoria de la Confederación, que estaría
ubicada en aquella ciudad “donde fijase su residencia el Gobierno FederalT”,
agregando que la “provincia que se encuentre en el caso del artículo anterior, será
federalizada por medios constitucionalesT”. En marzo de 1854 Entre Ríos por
intermedio de una ley sancionada por su legislatura prestó formal asentimiento para
que las autoridades nacionales residiesen en la ciudad de Paraná y para que el
territorio de la provincia quedase federalizado.
En 1858 Entre Ríos recuperó su autonomía e instituciones. En junio de 1861 el
Senado de la Confederación dio media sanción a un proyecto de ley por el cual la
ciudad de Paraná se convertía en capital permanente (pero nunca se trató en la
Cámara de Diputados).
Luego de la batalla de Cepeda mediante el Pacto de San José de Flores, Bs As
quedó habilitada a revisar y proponer reformas a la CN (el art. 3º de la CN quedó sin
efecto desde que una de las garantías que se otorgaban en el Pacto a Bs As era que
su territorio no podía ser dividido sin el expreso consentimiento de su legislatura).
En septiembre de 1860, la Convención Nacional Reformadora ad-hoc le dio al
artículo 3º de la CN la siguiente redacción: “Las autoridades que ejercen el Gobierno
Federal, residen en la ciudad que se declare Capital de la República por una ley
especial del Congreso, previa cesión hecha por una o más legislaturas provinciales,
del territorio que haya de federalizarse”.
La República Argentina, desde el punto de vista constitucional, se quedó sin ciudad-
capital, Paraná continuó como capital provisoria hasta la caída de la Confederación
en 1861 (luego de los hechos de Pavón).

Ley de Compromiso (1862)

Luego de Pavón, Bartolomé Mitre quedó a cargo del poder ejecutivo nacional
por mandato de las provincias metamorfoseadas en partidarias de la política liberal
porteña. En mayo de 1862 se instaló en Bs As el Congreso Nacional. ¿Dónde
residirían las autoridades nacionales? La reforma de 1860 no designaba una ciudad
determinada, sino que dejaba el tema librado a una ley especial del Congreso,
previa cesión del territorio por una o más legislaturas provinciales.
El Congreso Nacional se había instalado en la ciudad de Bs As, capital de la
provincia homónima, lo que fundamentaba predicciones de graves conflictos de
competencia y el eventual afloramiento de nuevas fricciones políticas. Mitre en junio
de 1862 envió al Congreso un Mensaje en el que instaba a los legisladores a
resolver lo que “respecta a la Capital de la República con arreglo al art. 3º de la
CNT”. Tomaba estado público un duro enfrentamiento político dentro y fuera del
Congreso Nacional que provocaría la división del partido Liberal porteño.
El Mensaje de Mitre fue tratado en el Senado de la Nación. Una Comisión fue
creada al efecto, la que integrada por Salvador María del Carril, Valentín Alsina y
Rufino de Elizalde elaboró un proyecto de ley por el cual se federalizaba la
provincia de Bs As por 5 años. Durante ese lapso de tiempo las autoridades
nacionales residirían en la ciudad de Bs As hasta que pudiesen radicarse
definitivamente en la ciudad de San Nicolás, que se convertía por ley especial en
Capital de la Nación, previa cesión por parte de la legislatura bonaerense del
territorio respectivo. 5 años era el tiempo mínimo requerido para la construcción en
San Nicolás de las estructuras edilicias necesarias para las oficinas
gubernamentales (Casa de Gobierno, Congreso, Corte Suprema, Ministerios, etc.).
El proyecto fue duramente atacado por el senador Dalmacio Vélez Sarsfield ya que

111
“eliminaba por un largo período la vida institucional de toda una provincia”
(desapareciendo temporalmente las instituciones provinciales). Propuso el futuro
redactor del CC que se ubicase el asentamiento de las autoridades nacionales en el
cercano pueblo de San Fernando. En julio de 1862 la Cámara alta dio media
sanción a un proyecto de ley por el que se federalizaba la totalidad de la
provincia de Bs As por el término de 3 años, dejando para el año siguiente (1863)
la determinación (ley mediante) del lugar específico y definitivo de residencia de las
autoridades de la Nación. Pero un importante sector de la opinión pública porteña
era contraria a ceder la ciudad para que perteneciese al conjunto del país.
En agosto de 1862 por 20 vs 15 votos se dio sanción definitiva al proyecto de ley
llegado del Senado, en 1863 el Congreso determinaría (ley especial mediante) cuál
sería la ciudad donde definitivamente residiría el gobierno federal, quedando la
provincia de Bs As federalizada por 3 años, con toda una nómina de reservas y
garantías a favor del estado provincial que quedaban expresamente establecidas.
Durante 3 años residirían las autoridades nacionales en la ciudad de Bs As.
La ley sancionada fue elevada al Señor Encargado del poder ejecutivo nacional
(Mitre), quien la despachó a la legislatura de Bs As acompañada de un Mensaje.
La realidad y la necesidad habían trastocado las ideas del antiguo defensor de “los
inalienables derechos de Bs AsT”; sin embargo, no logró convencer al poder
legislativo bonaerense: las cámaras provinciales rechazaron la ley sancionada
por el Congreso nacional.
La Asamblea General de Bs As, junto con el rechazo a la ley propuso una serie de
bases alternativas elaboradas por el diputado Cosme Beccar: las autoridades
nacionales residirían por el término de 5 años en la ciudad de Bs As, con jurisdicción
en el ámbito de su municipio, en tanto que las autoridades provinciales continuarían
asentadas en la ciudad como hasta entonces en tanto no creyesen conveniente
trasladarse a otro punto de la provincia.
Las bases alternativas fueron receptadas por el Congreso Nacional a principios de
octubre de 1862 sancionando la “ley de Residencia” o “ley de Compromiso”. La
cuestión Capital quedaba, al menos por el término de 5 años, solucionada
puesto que el Congreso Nacional, por una ley especial debía designar el lugar de
residencia definitiva de los poderes federales.
Había surgido el partido Autonomista (escisión del partido Liberal porteño)
dispuesto a defender a todo trance los fueros e integridad territorial de la provincia
de Bs As.

Evolución posterior

Durante la presidencia de Mitre varios fueron los proyectos para fijar la ciudad-
capital definitiva de la República Argentina. En 1866 el senador de Córdoba Martín
Piñeiro propuso a la villa Fraile Muerto.
Pasados los 5 años previstos en la ley de compromiso (1867), el gobierno nacional
devolvió a la provincia la jurisdicción sobre el municipio porteño. En 1867 Santa Fe
mediante ley de su legislatura cedió la ciudad de Rosario para que fuese
transformada en sede de las autoridades nacionales, a la par que la legislatura
cordobesa hacía lo mismo con la ciudad capital de la provincia. La cesión
santafesina movió al diputado nacional Manuel Quintana (futuro presidente de la
República) a presentar un proyecto de ley por el que se declaraba capital del país a
la ciudad de Rosario, dentro del espacio físico entre los arroyos Ludueña y Saladillo
(no es casualidad que el Dr. Ovidio Lagos fundase en 1867 un matutino llamado “La

112
Capital”). El proyecto de Quintana, si bien tuvo la aprobación de la Cámara de
Diputados, naufragó en la cámara alta (debido a la cercanía física de Rosario con
Entre Ríos donde estaba Urquiza).
En 1868 el senador por la provincia de Santa Fe Joaquín Granel retomó el
proyecto de Quintana y presentó en la cámara alta un proyecto de ley por el que se
declaraba capital de la Nación a Rosario. Aprobado por el Senado, pasó a la
Cámara de Diputados la que le dio forma de ley en septiembre de ese año. Sin
embargo Mitre “observó” la ley (verdadero veto, “próxima a instalarse la nueva
Presidencia, debía aplazarse la consideración del asunto”) y evitó la capitalización
de Rosario. Vuelto el proyecto a la cámara de origen, no obtuvo la mayoría
requerida constitucionalmente para vencer el veto presidencial.
En 1869 el senador Granel insistió sobre la idea; aprobado en el Senado el
proyecto de ley que capitalizaba a la ciudad de Rosario pasó a la cámara baja que le
dio nuevamente forma de ley con el agregado que el traslado de las autoridades
nacionales fuera recién en 1873 (en vez de 1871). El presidente Sarmiento vetó la
ley sobre la base que la disposición del art. 3º de la CN. Vuelto el proyecto a la
cámara de origen tampoco en esta oportunidad pudo obtener los 2/3 de votos
necesarios para doblegar el veto presidencial.
El senador santafesino Joaquín Granel no se dio por vencido; gracias a su esfuerzo
denodado nuevamente en 1873 el Congreso Nacional dio forma de ley al proyecto
que declaraba a Rosario capital de la República Argentina. Sin embargo, una vez
más Sarmiento vetó la ley argumentando que el texto legal había sido sancionado
en ambas cámaras por “débiles mayorías”. Nuevamente la cámara de origen careció
de los votos necesarios para vencer el veto presidencial. Rosario, a pesar de haber
sido declarada capital del país legislativamente en 3 oportunidades, no pudo adquirir
dicha categoría gracias a los vetos de Mitre y de Sarmiento.
Otros proyectos de capitalización giraron alrededor de Villa María (Córdoba), la que
fue declarada capital por ley del Congreso en 1871 y vetada por Sarmiento.
La solución al problema de la Capital del país de los argentinos salió de la boca de
los fusiles.

La crisis de 1880

En 1887 fue electo gobernador de Bs As el Dr. Carlos Tejedor (candidato de la


“política de conciliación” de los partidos propiciada por el presidente Nicolás
Avellaneda). En diciembre de ese año falleció el Dr. Adolfo Alsina, el caudillo de las
masas populares. El ministro de Guerra de Avellaneda era el principal beneficiario
de la política de conciliación puesto que su eje central era asegurarle la presidencia
en 1880.
El nuevo ministro de Guerra, Julio Argentino Roca, acrecentaba sus prestigios e
influencias dirigiendo personalmente una fulminante campaña contra el indio con la
consecuente conquista de los desérticos territorios del sur.
La sucesión presidencial de 1880 ubicó en el centro de la escena política nacional a
2 candidatos:
a- Julio Argentino Roca (apoyado por el Partido Autonomista
Nacional, la liga de gobernadores y el ejército nacional); y
b- Dr. Carlos Tejedor (sostenido por los grupos extremos del
autonomismo porteño y por el nacionalismo mitrista).

113
Los resultados del Colegio Electoral arrojaron 115 votos para la fórmula Roca-
Madero contra los 79 del binomio Tejedor-Laspiur.
Las relaciones entre el presidente de la República, Nicolás Avellaneda, y el
gobernador de la provincia de Bs As, Carlos Tejedor, habían sido sumamente
tirantes. En 1879 Avellaneda había señalado ante el Congreso Nacional que era
necesario en el transcurso del año siguiente dar una solución definitiva al problema
de la residencia de las autoridades de la Nación, que la ciudad de Bs As debía ser
declarada capital de la República mediante la ley especificada en el art. 3º de la CN.
Sin embargo, el ajetreo de la campaña electoral y las inminentes elecciones
relegaron la cuestión a un segundo plano.
Antes que las elecciones tomaran lugar Tejedor comenzó a armar a su provincia
para enfrentar a la todopoderosa liga de gobernadores (que manejaba los
colegios electorales de varias provincias) y al propio gobierno nacional (que
apoyaba la candidatura del “provinciano” Roca). Tejedor puso a Bs As en pie de
guerra y conocidos los resultados de la elección presidencial tachó al triunfo
electoral de Roca como “fraudulento”. En abril de 1880 el domicilio particular del
presidente de la República fue tiroteado.
Inútiles resultaron las gestiones conciliatorias de importantes personalidades de
la época como Alberdi, Sarmiento, Gorostiaga, etc. El 10 de mayo tomó lugar un
crudo fracaso ante la infantil exigencia del gobernador porteño en el sentido que
Roca declinara la presidencia.
En abierto desafía a los poderes nacionales el 2 de junio de 1880 5.000 fusiles
fueron desembarcados y paseados en triunfo por los adictos de Tejedor; el
presidente Avellaneda, amenazado incluso en su integridad física, buscó refugio
dentro de los Cuarteles de la Chacarita y el 4 de junio procedió a instalar (D.N.U
mediante) la sede del gobierno nacional en el pueblo de Belgrano, y declaró
mediante otro decreto el estado de sitio en el territorio de la provincia (Bs As). El
presidente de la República convocó a los integrantes de la Corte Suprema de
Justicia de la Nación y a los miembros de ambas cámaras del Congreso Nacional
para que procediesen a trasladarse al pueblo de Belgrano: la ruptura entre la
Nación Argentina y la provincia de Bs As quedaba de esa manera formalizada.
Los miembros de la Corte se quedaron en la ciudad de Bs As, junto con el
vicepresidente de la Nación, Mariano Acosta, acérrimo autonomista y partidario de
Tejedor; casi todos los senadores tomaron el camino a Belgrano, pero la mayoría de
los diputados no acudieron al llamado del presidente.
La guerra civil no tardó en mostrar su peor rostro: el ejército nacional venció a los
“rifleros porteños” en las feroces batallas de Puente Alsina y de los Corrales de
Mataderos. La derrota militar del tejedorismo, y por ende de Bs As, tradujo la
renuncia del gobernador y el desarme de las milicias provinciales. La derrota
militar porteña pavimentó el camino para llegar a la federalización de la ciudad y
poner fin a la falta de un territorio delimitado constitucionalmente que sirviese de
residencia fija a las autoridades nacionales.
El presidente Avellaneda envió al Congreso un proyecto de ley que federalizaba el
municipio de la ciudad de Bs As.
En agosto de 1880 comenzó en el Senado nacional el tratamiento del proyecto de
ley de Avellaneda; obtenida luego la aprobación en la Cámara de Diputados,
adquirió fuerza de ley, la que fue promulgada por el presidente y que lleva el nº
1.029. También se sancionó y promulgó la ley nº 1.030, complementaria de la
anterior.

114
Las leyes Nºs 1.029 y 1.030

La ley nº 1.029 por su art. 1º declaraba Capital de la República Argentina al


municipio de la ciudad de Bs As bajo los límites que por entonces tenía (eran
menores que los actuales).
Los establecimientos y edificios públicos situados dentro de los límites señalados
quedaban bajo la jurisdicción de la Nación, a excepción de los municipales que no
perdían ese carácter. Una serie de instituciones como el Banco de la Provincia, el
Banco Hipotecarios Provincial, el Montepío, así como los ferrocarriles y el telégrafo
provinciales quedaban bajo la jurisdicción y propiedad de la provincia. La Nación
Argentina se hacía cargo de la deuda externa de la provincia. Las autoridades
provinciales adquirían el carácter de “huéspedes” de las autoridades nacionales sin
ninguna jurisdicción dentro del ámbito de la ciudad, hasta que decidiesen su traslado
al lugar que por ley provincial se designase, y hasta que el Congreso Nacional
organizase la administración de justicia local continuarían desempeñándola los
tribunales de la provincia.
La ley comenzaba a regir a partir del momento en que la legislatura bonaerense
efectuase la pertinente cesión conforme al art. 3º de la CN.
El Congreso Nacional sancionó además la ley nº 1.030 por la que se declaraba la
necesidad de una reforma parcial de la Constitución, si bien de carácter
condicional. Si para el 30 de noviembre de 1880 la legislatura de Bs As “no
hubiese hecho la cesión de que habla la ley de Capital de la República, el Poder
Ejecutivo convocaría una Convención Nacional, a objeto de reformar el art. 3º
de la Constitución, designando en él la Capital permanente de la República; la
Convención debía reunirse en la ciudad de Santa Fe el 1º de enero de 1881.
Si el poder legislativo provincial no cedía el territorio del municipio de la ciudad de Bs
As al 30 de noviembre de 1880, se convocaba a una Convención reformadora que
fijaría en el texto del art. 3º de la Constitución el lugar de residencia de las
autoridades nacionales (volver a la primitiva redacción del trajinado artículo 3º,
quedando además sin efecto el art. 5º del Pacto de San José de Flores por el que el
territorio provincial no podía ser dividido sin el consentimiento de la legislatura
provincial).
La provincia doblegó ante el poder nacional y cedió su hasta entonces preciada
ciudad-capital. En el Senado provincial durante 2 días debatieron Leandro N. Alem
(contrario a la federalización; federalizando a la ciudad de Bs As se creaba un
poder irrefrenable que terminaría arrasando el sistema federal argentino) y José
Hernández (partidario de la misma; con la federalización se ponía término a un
problema secular, ya que se convertía a la ciudad de Bs As en la ciudad de todos los
argentinos, provinciarios o porteños). Ambos tenían algo de razón, pero es verdad
que el gobierno federal adquirió una sumatoria de poderes considerable (de los que
antes no gozaba) a partir de la federalización de Bs As.
El 12 de octubre de 1880 asumió la presidencia Julio Argentino Roca con el
problema del lugar de residencia de las autoridades nacionales resuelto en lo
inmediato. En 1882 el Dr. Dardo Rocha, en su carácter de gobernador de Bs As,
colocó la piedra fundamental de la ciudad de La Plata, flamante ciudad-capital de la
provincia.

El tema de la capital a partir de 1880

115
En 1884 mediante la sanción de la ley nº 1.585 fueron federalizados el municipio de
Belgrano y parte del de San José de Flores, luego que la provincia de Bs As
cediese los respectivos territorios mediante la ley de su legislatura. En 1887
mediante la sanción de la ley nº 2.089 Flores y Belgrano se incorporaron al
municipio porteño, con lo que la Capital Federal quedó configurada con su actual
superficie y límites.
Las últimas décadas del siglo XIX la ciudad se vio afectada por una inmensa
mayoría de inmigrantes dentro de sus límites en tanto que, ya podía advertirse el
proceso de migraciones internas de las provincias hacia la atrayente urbe.
La crisis económica mundial de 1929 se reflejó también en la Argentina y una de sus
secuelas fue el aumento en la velocidad del despoblamiento de las zonas rurales;
una inmensa masa de inmigrantes se desplazó desde las áreas rurales de las
provincias principalmente hacia la ciudad de Bs As y sus alrededores buscando
trabajo en los nuevos establecimientos fabriles. Así tomó forma y fue creciendo el
“Gran Bs As”, con sus “villas de emergencia” y se configuró la “macroacefalía
argentina” (un país con una inmensa cabeza sobre un cuerpo desecado y
desprovisto de energías).
La idea de trasladar la Capital a otra ciudad o punto del país fue ganando espacio y
adeptos como una solución a la centralización político-económica ejercida desde la
urbe porteña y la consecuente crisis del orden federal normatizado en la CN de
1853.
Leopoldo Velazco sostuvo la tesis no sólo del traslado, sino de que los 3 poderes del
Estado debían residir cada uno en 3 ciudades diferentes en su obra.
Las ideas y proyectos de trasladar la Capital comenzaron a cristalizar años después.
La dictadura militar instaurada en 1966 mediante la llamada “ley 19.610” del año
1972 declaró la necesidad de determinar la conveniencia, oportunidad y factibilidad
del traslado de la Capital de la República.
Fue el gobierno constitucional en diciembre de 1983 el que concretizó la idea del
traslado de la Capital. En 1986 el presidente Raúl Ricardo Alfonsín propició trasladar
la capital argentina al sur del país, a la margen inferior del curso del río Negro, entre
la provincia de Bs As y Río Negro.
La iniciativa presidencia recibió severas críticas de diversos sectores sociales y
políticos; la relación Estado Nacional-Estados Provinciales no cambiará en lo
substancial por el traslado de las autoridades nacionales a otro punto del país. El
proyecto del gobierno radical tuvo su origen en los estrechos ámbitos de la Capital
Federal sin que los representantes de las provincias hayan sido efectivamente
consultados.
La legislatura de Bs As, mediante ley nº 10.454 y la de Río Negro mediante ley nº
2.086 “cedieron parte de sus territorios a la Nación Argentina al sólo efecto de
radicar en ellos la nueva Capital Federal. Bs As cedió territorios del partido de
Patagones y Río Negro, Viedma. En mayo de 1987 el Congreso Nacional dio fuerza
de ley al proyecto del poder ejecutivo por el que se trasladaba la Capital Federal al
complejo de Viedma-Carmen de Patagones-Guardia Mitre (ley nº 23.512). La ciudad
de Bs As con sus límites actuales se transformaría en una nueva provincia. El
territorio federalizado se convertiría en Capital de la República y las autoridades
nacionales se instalarían en la nueva sede.
Acontecimientos políticos posteriores transformaron en no operativa a la ley nº
23.512. El tema de la mudanza de las autoridades nacionales fuera de la ciudad de
Bs As quedó postergado.

116
La CN sancionada en 1853 encomendó el gobierno político de la Capital Federal al
Presidente de la República y al Congreso Nacional, pero el régimen municipal fue
reservado mediante ley del Congreso Nacional para que fuese ejercido por una
Municipalidad.
La reforma constitucional de 1994 ha introducido en el art. 129 para la ciudad de Bs
As un “régimen de gobierno autónomo, con facultades propias de legislación y
jurisdicción, y su jefe de gobierno será elegido directamente por el pueblo de la
ciudadT”, “la ciudad de Bs As adquirió una autonomía política similar a la de las
provincias (su autonomía no es originaria sino derivada).

Capítulo 2: El elemento poder en la constitución histórica de 1853.

Introducción

La Constitución de 1853 adoptó la forma republicana de gobierno y siguiendo el


pensamiento de Montesquieu, la Comisión de Negocios Constitucionales del
Congreso Constituyente expresó en su Informe que “le ha dividido (al gobierno
federal) en ramos, que son los 3 poderes normados en la Parte Segunda del texto
constitucional (“parte orgánica”). Recordemos que no existe una verdadera
“división de poderes”: el poder político es uno, lo que existe es una división
funcional del poder.

El poder judicial de la nación. Antecedentes

El modelo político elaborado por Montesquieu implicaba la existencia de 3 poderes


gubernamentales separados e independientes entre sí. Esta división y balance de
los poderes hace a la esencia misma del constitucionalismo liberal y al estado de
derecho que la Constitución de 1853 estatuye y organiza. El poder es uno solo, en
tanto que lo que existe en realidad es una división funcional del mismo.
El primer esbozo del principio de división y balance de poderes lo encontramos
tempranamente en nuestra historia constitucional: el Acta Capitular del 25 de Mayo
de 1810 establecía que la Junta quedaba excluida del ejercicio del “poder judiciario,
el cual se refundirá en la Real Audiencia”. Idéntico principio encontramos en el
Decreto de creación de las Juntas Provinciales dado por la Junta Grande el 10 de
febrero de 1811.
Los proyectos constitucionales que giraron alrededor de la Asamblea del Año XIII
mantuvieron el principio de la división de los poderes; todos creaban un Poder
Judicial que gozaba de independencia si bien sólo el proyecto de la Constitución
Federal reconoció la existencia de la dualidad de poderes propias de los Estados
descentralizados (poderes nacionales y provinciales). Las fallidas Constituciones de
1819 y 1826 establecieron en lugar de la Cámara de Apelaciones una Alta Corte de
Justicia, compuesta de 7 jueces en la primera y 9 en la segunda y 2 fiscales,
designados por el poder ejecutivo con conocimiento del Senado.
Muy poco discutieron los constituyentes reunidos en Santa Fe alrededor del Poder
Judicial de la Nación.
El Poder Judicial es tratado en la Segunda Parte, Sección Tercera, de la CN de
1853. El art. 91º dice: “El Poder Judicial de la Confederación será ejercido por una
Corte Suprema de Justicia, compuesta de 9 jueces y 2 fiscales, que residirá en la
Capital, y por los demás tribunales inferiores que el Congreso estableciere en el
territorio de la Confederación”.

117
Tomando como modelos a las constituciones de 1819 y 1826 los constituyentes
fijaron el número de miembros del más alto tribunal de justicia de la Nación (que
“debía residir en la Capital”). La Corte Suprema de Justicia es el único tribunal de
justicia creado por la Constitución ya que los tribunales inferiores son creados por
leyes del Congreso; además la Corte es el último intérprete de la Constitución, el
órgano de poder que debe efectivizar el objetivo propuesto en el Preámbulo de la ley
fundamental: “afianzar la Justicia” y sostener la supremacía de la Constitución. Los
jueces nacionales eran designados por el Poder Ejecutivo Nacional con acuerdo del
Senado. Los jueces gozan de garantías de inamovilidad en sus empleos y de
intangibilidad de sus remuneraciones.

La justicia federal en la etapa de la Confederación Argentina

Instalado el gobierno de la Confederación Argentina en la ciudad de Paraná, en


agosto de 1854 fueron designados por el presidente Urquiza, con el respectivo
acuerdo del Senado Nacional, los primeros integrantes de la Corte Suprema que
fueron los Dres. Gabriel Ocampo, José Roque Funes, Francisco Delgado, Martín
Zapata, Facundo Zuviría, Bernabé López, José Benito Graña, Nicanor Molinas y
Baldomero García; como Fiscales fueron designados los Dres. Ramón Ferreira y Pío
Tedín.
La Corte Suprema de Justicia no funcionó durante la etapa confederacional por
la falta de recursos humanos y fue notoria la incapacidad financiera del
gobierno de la Confederación Argentina para sostener la totalidad de las
instituciones creadas por la Constitución. Hasta que la Corte se integrase, funcionó
en la ciudad de Paraná una “Cámara de Justicia”.
En 1857 mediante ley del Congreso de la Confederación se crearon los
tribunales inferiores nacionales contemplados en el originario art. 91º de la CN
1853. Fueron establecidos los Juzgados de Sección de Primera Instancia y las
Cámaras de Apelaciones de Circuito (en total 5). La Justicia Federal en su
conjunto, desde la Corte Suprema de Justicia hasta los Juzgados de Sección de
Primera Instancia no pudo funcionar en plenitud durante las presidencias de Justo
José Urquiza y Santiago Derqui tanto por falta de recursos humanos como
financieros.

La justicia federal en la reforma de 1860

El Pacto de San José de Flores habilitó a la provincia de Bs As a que, mediante una


Convención Provincial examinase el texto constitucional sancionado en 1853 y
procediese eventualmente a proponer reformas.
Fue Domingo Faustino Sarmiento, un admirador de las instituciones federales
norteamericanas, el propulsor en la Convención revisora de Bs As de estas ideas
relativas al Poder Judicial de la Nación. Era partidario de una especie de “Corte
ambulante” que debía ir a la búsqueda de las causas en su lugar de origen, y a la
que debía reducírsele substancialmente el número de integrantes. La reforma
propuesta tiende sólo a hacer posible la acción de la corte suprema, quitándole el
reato de una residencia inútil en la capital, y disminuyendo el excesivo número de
jueces. El art. 91º propuesto (en el Cuadro de Reformas) quedó así: “El Poder
Judicial de la Confederación será ejercido por una Corte Suprema de Justicia,
compuesta de 4 jueces y 1 fiscal, que tendrá una sesión anual en la Capital, y por

118
los demás tribunales inferiores que el Congreso estableciese en el territorio de la
Confederación”.
La Convención Nacional reformadora ad hoc reunida en Santa Fe en septiembre
de 1860 no aceptó este temperamento y en definitiva, el art. 91º de la Constitución
quedó redactado así: “El Poder Judicial de la Nación será ejercido por una Corte
Suprema de Justicia, y por los demás tribunales inferiores que el Congreso
estableciere en el territorio de la Nación”. El número de integrantes del supremo
tribunal quedó librado a las leyes del Congreso de la Nación.
La reforma de 1860 en el capítulo relativo al poder judicial reformó el originario
artículo 97º agregando a las “leyes de la Nación” la frase “con las reserva hecha en
el inciso 11 del Artículo 67º”; dio cabal precisión a la jurisdicción federal en lo relativo
a los conflictos “entre una provincia o sus vecinos, contra un Estado o ciudadano
extranjero”.

La organización definitiva. Las leyes nºs 27, 48, 49, 50 y 4.055

La presidencia de Bartolomé Mitre (1862-1868) fue el escenario histórico en que se


consagró la definitiva organización del Poder Judicial de la Nación.
El reformado art. 94º de la Constitución dejó librado al poder legislativo tanto la
composición numérica de la Corte Suprema como la estructuración general de los
demás tribunales inferiores de la Nación.
En octubre de 1862 fue sancionada la Ley Orgánica de la Justicia Federal (ley
nº 27), que trata de la naturaleza y funciones del Poder Judicial de la Nación, de
la Corte Suprema y de los juzgados de Primera Instancia de Sección. La Corte
Suprema de Justicia de la Nación estaría integrada por “cinco Ministros y un
procurador GeneralT” (art. 6º de la ley nº 27).
Los juzgados de Primera Instancia de Sección fueron establecidos a razón de
uno por provincia (15 juzgados federales). No se crearon en lo inmediato las
Cámaras de Apelaciones; recién en el año 1902 mediante la sanción de la ley nº
4.055 estos tribunales de Alzada o Segunda instancia fueron establecidos. En 1910
se instaló la Cámara Federal de Apelaciones en la ciudad de Rosario.
Promulgada la ley nº 27 el presidente Mitre procedió a designar a los primeros
ministros de la Corte con el correspondiente acuerdo del Senado. Los cargos
fueron discernidos en los Dres. Valentín Alsina, Francisco de las Carreras, Salvador
María del Carril, Francisco Delgado y José Barros Pazos; como Procurador General
fue designado el Dr. Benjamín Gorostiaga.
Durante sus primeros años de vida los trabajos de la Suprema Corte estuvieron
dirigidos al “afianzamiento de las instituciones, y cumplió en este período la
formación de jurisprudencia de la Constitución”. Innumerables fallos relativos a
la libertad de prensa, estado de sitio, “self restraint” en cuestiones de índoles
política, inmunidades parlamentarias, etc., configuran un verdadero catálogo que
hace a una importantísima parte de nuestra vida institucional relativo a la defensa de
la supremacía de la Constitución. Pero a partir del golpe de Estado de septiembre de
1930 y la tristemente célebre Acordada de la Corte Suprema del día 10 del mismo
mes y año el tribunal supremo de justicia de nuestro país entró en un cono de
sombra (del que aún no ha sido capaz de salir).
En el año 1863 fueron sancionados las leyes nºs 48, 49 y 50, las que completaron
el cuadro organizativo de la justicia federal. La ley nº 48 (todavía vigente con
reformas) deslinda la jurisdicción y competencia de la justicia nacional (norma el
“recurso extraordinario”). La ley nº 49 deslindó los delitos que debían ser juzgados

119
por los tribunales federales, en tanto que la ley nº 50 fue el primer código de
procedimientos en lo civil y criminal. En 1880 se sancionó la ley nº 1.144 por la
que se organizaron los tribunales de la Capital Federal.

El poder ejecutivo nacional. Antecedentes

Generalmente, el ejecutivo se confunde con el “gobierno” ya que en sus grandes


lineamientos aparece como la cabeza directriz del Estado. El sistema se basa
esencialmente en la figura titular del poder ejecutivo.
Durante la etapa del régimen colonial la figura que se ubicaba en el tope de la
pirámide gubernamental era la del monarca; en América el virrey era “el otro yo” del
rey.
Desde mayo de 1810 nuestro país vivió la experiencia de órganos ejecutivos
colegiados (Primera Junta, Junta Grande, Triunviratos). En enero de 1814 la
Asamblea, creó el régimen directorial, se ingresó a los tiempos de los ejecutivos de
orden monocrático. El proyecto de Constitución de la Sociedad Patriótica y el
proyecto de Constitución Federal elaborados en tiempos de la Asamblea propiciaban
ejecutivos unipersonales, en tanto que los proyectos de la Comisión Oficial y el
Anónimo (o Tercer Proyecto) mantenían la pluralidad de integrantes del órgano
ejecutivo.
Con el paso al unipersonalismo, se advierte un desmesurado crecimiento de las
atribuciones del poder ejecutivo en desmedro de las del legislativo, hecho que toma
cuerpo con el lleno de facultades o con el otorgamiento de la suma del poder público
(caso de Rosas). Esta fuerza preponderante de nuestros ejecutivos pasó a la
Constitución de 1853. La influencia albedriana en las atribuciones otorgadas al poder
ejecutivo nacional son manifiestas: del total de los incisos del art. 86º, 12 han sido
tomados textualmente del proyecto de Constitución de Alberdi.
La Constitución de 1853 organizó un Poder Ejecutivo unipersonal que lleva el
título de “Presidente de la Nación Argentina” (CN 1853/60 art. 74º); establece las
calidades necesarias para ejercer el cargo (CN 1853/60 art. 76º); la duración de
su mandato en 6 años prohibiendo expresamente la reelección inmediata (CN
1853/60 art. 77º); la elección indirecta por vía de una Junta de Electores o Colegio
Electoral; y sus atribuciones (CN 1853/60 art. 86º); y los ministros del poder
ejecutivo. Contrariamente a los antecedentes de 1819 y 1826 existe un
vicepresidente que es presidente del Senado, y ejerce el poder ejecutivo en
caso de enfermedad, ausencia de la Capital, muerte, renuncia o destitución del
presidente (CN 1853/60 art. 75º, primera parte). La segunda parte de este artículo se
refiere a los casos de acefalía del Poder Ejecutivo.

La acefalía del poder ejecutivo

La palabra acefalía significa “falta de cabeza”; la acefalía del poder ejecutivo en


nuestra Constitución se produce en los casos de “destitución, muerte, dimisión o
inhabilidad del presidente y vicepresidente de la Nación” (CN 1853/60 art. 75º,
segunda parte, hoy art. 88º).
La acefalía puede tener un carácter temporario (caso de inhabilidad, el caso de
enfermedad) o carácter permanente (casos de inhabilidad perpetua, destitución,
muerte o renuncia). En el primer caso, el Congreso Nacional es el órgano que
determina que funcionario público ha de desempeñar la presidencia hasta que
cese la causa de la inhabilidad o enfermedad, o hasta que un nuevo presidente sea

120
electo en el caso de sobrevenir una acefalía de carácter permanente (por muerte,
destitución, renuncia o inhabilidad permanente). En 1867 el senador por Santa Fe
Joaquín Granel había presentado un proyecto de ley relativo a la acefalía
presidencial que si bien fue aprobado en la Cámara alta no gozó de apoyo suficiente
al ser tratado en la Cámara de Diputados.
La Guerra del Paraguay generó una situación de crisis gubernamental hasta
entonces inédita: conforme al Tratado de la Triple Alianza el presidente Bartolomé
Mitre había sido designado Comandante en jefe de las tropas aliadas, obligándolo
a trasladarse al teatro de operaciones; en ausencia del presidente de la República,
el vicepresidente Dr. Marcos Paz quedó a cargo del ejercicio del poder
ejecutivo nacional. Tiempo después, Marcos Paz, víctima del cólera que se había
extendido hasta Bs As, murió el 2 de enero de 1868.
La situación creada era en verdad “vidriosa”: el vicepresidente a cargo del poder
ejecutivo había fallecido y el presidente de la República se encontraba a centenares
de kilómetros de la ciudad de Bs As, sin que nadie pudiese legalmente hacerse
cargo de las riendas ejecutivas. El Congreso Nacional, en ejercicio de sus
atribuciones pero a la par, forzado y apremiado por aquel acontecimiento
imprevisible, sancionó en septiembre de 1868 la llamada Ley de Acefalía (ley nº
252).
Esta ley contempla el orden sucesorio en el caso de acefalía. En primer término
debe asumir el presidente provisional (“pro tempore”) del Senado; en su defecto
el presidente de la Cámara de Diputados, y en último término, el presidente de la
Cámara de Justicia de la Nación. En el caso de acefalía de carácter permanente,
los funcionarios antes mencionados deben, dentro de los 30 días de haber
asumido el ejercicio de la presidencia, convocar a elecciones para elegir un
nuevo presidente y vicepresidente (la norma determina que ninguno de ellos termina
el período presidencial en curso).
La ley establece que ambas Cámaras dentro de los últimos 30 días de las sesiones
ordinarias deben elegir a sus autoridades. Los funcionarios llamados a ejercer la
función ejecutiva deben prestar el juramento prescripto en el art. 80º de la CN ante
ambas Cámaras del Congreso. La ley nº 252 fue “invocada” en 1962 al ser
derrocado el presidente Arturo Frondizi para que asumiese el presidente provisional
del Senado, Dr. José María Guido, y “aplicada” en 1973 al presentar sus renuncias
al Congreso el presidente Héctor José Cámpora y el vicepresidente Vicente Solana
Lima.
La ley nº 252 de acefalía del poder ejecutivo estuvo vigente hasta 1975, durante la
presidencia de la Sra. María Estela Martínez de Perón se sancionó la ley nº 20.972,
que derogó la anterior y establece un nuevo sistema sucesorio para el caso de falta
de presidente y vicepresidente de la Nación.

El poder legislativo nacional. Antecedentes

“El cuerpo legislativo se compone de 2 cámaras, una de diputados y otra de


senadores, bajo la denominación de Congreso. Los primeros se eligen según la
población de cada provincia, y los segundos según el número de éstasT”
Se adopta para nuestro poder legislativo el sistema bicamarista, el cual se
consagra en el art. 32º de la Constitución sancionada el 1º de may de 1853: “Un
Congreso compuesto de 2 cámaras, una de diputados de la Nación y otra de
senadores de las provincias y de la Capital, será investido del Poder Legislativo de la

121
Confederación”. Los senadores por la Capital fueron tomados de la Constitución
unitaria de 1826.
La fuente del sistema bicamarista se ubica en la Constitución norteamericana de
1787.
El sistema bicameral era el instrumento indispensable para poner en movimiento el
sistema mixto de forma de Estado que el autor de las “Bases” propugnaba.
La Constitución ha normado las condiciones que deben reunirse para poder ocupar
los cargos de diputados y senador (CN 1853/60 arts. 40º y 47º), así como las
disposiciones a ambas cámaras (CN 1853/60 arts 55º~66º) y todo lo relativo a la
formación y sanción de las leyes (CN 1853/60 arts 68º~73º). El número de
integrantes de la Cámara de Diputados está determinado en función de la población,
en tanto que hay 2 senadores por provincia y 2 por la Capital (CN 1853/60 arts 37º,
46º). El Congreso Nacional cumple la importante función –entre otras- de dar
forma a las leyes, de sancionarlas.
En lo relativo a las atribuciones legislativas del Congreso, el inciso 11 del art. 64º
hace referencia al tema de la codificación del derecho privado: “Dictar los códigos
civil, comercial, penal, de mineríaT”

La codificación. Antecedentes históricos

La legislación indiana continuó vigente en nuestro país (con innumerables reformas)


hasta la sanción de los códigos nacionales contemplados en el inciso 11 del art. 64º
de la CN de 1853. El Derecho Patrio Nacional está dividido en 2 grandes etapas:
1) La etapa del derecho precodificado desde 1810 hasta la Constitución de
1853 y los Códigos nacionales.
2) La etapa del Derecho codificado, con los códigos nacionales: de
comercio (1862); civil (1871); penal (1886) y de minería (1887).

Debía adecuarse la legislación a las nuevas condiciones políticas y económicas


generadas a partir de las profundas transformaciones que se ponían en marcha,
garantizando la “seguridad jurídica” tanto a los inversores nacionales como a los
extranjeros. Recordemos el decreto del 24 de agosto de 1852 emitido por el
Director Provisorio de la Confederación Argentina y gobernador provisorio de la
provincia de Bs As, Justo José Urquiza, por el que se creaba una Comisión
encargada de redactar los códigos civil, penal, de comercio y de
procedimientos, que los acontecimientos políticos posteriores frustraron.
Conforme al art. 64º inc. 11 de la CN 1853, es atribución del Congreso Nacional
sancionar la legislación de fondo. Diferencia substancial con el orden federal
norteamericano, donde los Estados dictan su propia legislación tanto de fondo como
de forma; en nuestro ordenamiento jurídico las provincias sólo pueden sancionar
las leyes de procedimientos (códigos de procedimientos) y otros códigos
menores (como agrarios, de faltas, etc.).
La Constitución sancionada en Santa Fe en 1853 dejó abierto el expediente relativo
a la determinación de la extensión de la jurisdicción de los tribunales federales, y los
códigos en cuestión (el comercial, civil, penal y de minería) eran, indudablemente,
leyes de la Confederación.
La Convención Nacional reformadora ad hoc reunida en Santa Fe en septiembre de
1860 agregó al inc. 11 del art. 67º (CN 1853/60) lo siguiente: “sin que tales Códigos
alteren las jurisdicciones locales, correspondiendo su aplicación a los tribunales

122
federales o provinciales, según que las cosas o las personas cayeren bajo sus
respectivas jurisdiccionesT”.
A partir de la definitiva unidad nacional emergente del hecho político corporizado en
Pavón, comenzó la fase de concretización de la codificación del derecho privado.

El código de comercio

Durante la etapa de la secesión porteña, en el año 1856, el gobierno del Estado de


Bs As encomendó al Dr. Eduardo Acevedo, y al Dr. Dalmacio Vélez Sarsfield la
redacción de un Código de Comercio. Los redactores, partiendo de la legislación
mercantil vigente, del estudio de la legislación comparada, el aprovechamiento de
las doctrinas de los especialistas en la materia y la jurisprudencia recibida de los
Tribunales, compusieron un código.
En 1859 el Código de Comercio elaborado por Acevedo y Vélez Sarsfield fue
adoptado por el Estado de Bs As. En 1861 Santa Fe hizo suya la legislación
mercantil porteña ya que si bien la sanción de los códigos de fondo es atribución
exclusiva del Congreso Nacional, las provincias están facultadas para sancionarlos
en defecto de sanción por parte de la legislatura nacional.
Luego de producida la batalla de Pavón e instalado el Congreso Nacional en la
ciudad de Bs As, mediante ley sancionada en septiembre de 1862 (ley nº 15) el
Código de Comercio elaborado por Acevedo y Vélez Sarsfield fue adoptado
para todo el país.
El primitivo Código de Comercio ha experimentado reformas radicales durante los
largos años de su vigencia, básicamente por las transformaciones experimentadas
por las instituciones que está destinado a reglamentar, así como por la aparición de
nuevos institutos del orden comercial.

El código civil

Adoptada la legislación mercantil, en junio de 1863 el Congreso de la Nación


sancionó una nueva ley (ley nº 36) por la que se autorizaba al poder ejecutivo
nacional a nombrar comisiones encargadas de redactar los códigos civil, penal
y de minería. El Dr. Dalmacio Vélez Sarsfield fue designado redactor del Código
Civil.
A 8 meses de la aceptación de su nombramiento elevó al Poder Ejecutivo el
primer Libro del Código (“De las Personas”), “la parte principal y más difícil de la
Legislación Civil, respecto de la cual también era de toda necesidad hacer muchas e
importantes reformas en las leyes que nos rigenT”. Las fuentes utilizadas fueron
los Códigos publicados en Europa y América, principalmente el Proyecto de Código
Civil para España del Sr. Goyena, del Código de Chile y del Proyecto del Código
Civil para Brasil del Sr. Freitas; teniendo como guías los jurisconsultos alemanes
Savigny y Zachariae. Se encuentran en el CC resabios de la legislación civil previa a
la revolución francesa y del derecho romano.
Durante los 5 años subsiguientes el redactor trabajó en forma metódica y tenaz,
terminando sus tareas en 1869; mediante ley (septiembre de 1869) fue
remunerado por su labor en la suma de 100.000 pesos en fondos públicos al 6%. El
Congreso Nacional aprobó y sancionó a “libro cerrado” (ley nº 340), entrando el
CC a regir el 1º de enero de 1871 conforme al art. 1º de la citada ley, ya bajo la
presidencia de Domingo Faustino Sarmiento. Anualmente, la Corte Suprema de
Justicia de la Nación y los tribunales federales debían dar cuenta al Ministerio de

123
Justicia las dificultades que en la práctica ofreciese la aplicación del Código, a fin de
promover las reformas necesarias.
El Código Civil exaltó la autonomía de la voluntad en materia contractual, afirmó el
derecho de propiedad individual y en relación a la propiedad inmueble la rodeó de
una sumatoria de garantías que favorecen a su titular, en desmedro de los derechos
locatarios y arrendatarios. Durante sus años de vigencia ha experimentado
innumerables reformas (Ej: la ley de Matrimonio Civil, la ley 17.711 de 1969, la ley
de divorcio vincular 23.515, la ley de patria potestad compartida 23.264).

El código penal

En base a la ley sancionada por el Congreso Nacional en junio de 1863 (ley nº 36),
el presidente Mitre designó al Dr. Carlos Tejedor, un eminente estudioso y
especialista del Derecho Penal de la época, para que redactase el Código
correspondiente a su especialidad disciplinaria.
En 1865 Tejedor presentó la Parte General del Código Penal, y en 1867 la Parte
Especial del mismo. Para ciertos y determinados delitos Tejedor establecía como
sanción la pena de muerte, pero bajo una serie de condiciones que hacían muy
difícil o casi imposible su aplicación.
Recién en 1886 fue sancionado (ley nº 1.920) el Código Penal.
El Código Penal argentino fue substancialmente reformado en el año 1921, año en
el que fue eliminado de su catálogo de penas la de muerte; sin embargo, de
hecho las dictaduras militares de tiempos no tan lejanos la han aplicado, hoy en día
recordemos también el “gatillo fácil” de las fuerzas de seguridad.

El código de minería

En 1860 se encomendó a Don Domingo Oro, un especialista en la materia, que


elaborase un proyecto legislativo tendiente a promover el desarrollo de la industria
minera del país. Los trabajos de Oro fueron rechazados por el Congreso
Nacional por la muy fuerte razón que desconocía el derecho de propiedad de las
provincias sobre las minas que se encontrasen en su territorio.
En 1876 y en base a la ya mencionada ley nº 36, el presidente Nicolás Avellaneda
mediante decreto designó al Dr. Enrique Rodríguez redactor del Código de
Minería.
El Dr. Enrique dedicó 8 años de su vida en la redacción del proyecto de Código de
Minería, el que fue sancionado en 1887 ley mediante del Congreso Nacional (ley
nº 1.919). El Código de Minería sancionado en 1887 ha sido objeto de innumerables
reformas.

El elemento coercitivo: breves notas sobre las fuerzas armadas

Los órganos de gobierno creados por la CN no eran suficientes por sí mismos, en la


coyuntura histórica posterior a Pavón, para prevenir y reprimir los intentos de
subvertir aquel orden que se pretendía imponer desde el naciente Estado Nacional.
El origen de las fuerzas armadas nacionales podría ubicarse, rastreando en el
tiempo, en aquellas milicias populares formadas en Bs As como consecuencia de las
invasiones inglesas y en los ejércitos patrios que lucharon en la guerra de la
Independencia y en la guerra contra el Imperio del Brasil. La guerra civil desatada
con motivo de los sucesos del 1º de diciembre de 1828 tradujo la desintegración

124
definitiva del ejército nacional, y hasta 1862 puede decirse que existieron milicias de
carácter provincial.
Bajo la presidencia de Bartolomé Mitre (1862~1868) comenzaron las tareas de
centralizar la defensa nacional en forma estable. Se organizó el “ejército de línea”
cuyos efectivos recibieron los apelativos de “enganchados” (ingresaban al ejército
mediante la firma de un contrato de 2 a 6 años de duración) y “destinados” (los
condenados por delitos comunes que purgaban las penas impuestas cumpliendo
esta especie de servicio militar forzoso; ej: Martín Fierro), en los hechos no existían
diferencias entre unos y otros.
Durante la presidencia de Domingo Faustino Sarmiento se fundaron el Colegio
Militar de la Nación y la Escuela Naval Militar. En 1901 se da la reforma
(transformación de las instituciones militares argentinas).
La inminencia de un conflicto armado con Chile como consecuencia de las
diferencias sobre los límites entre ambos países, se erige en la causa eficiente de la
reforma, que alcanzó tanto a la oficialidad como a la tropa. Su propulsor fue el
general Pablo Ricchieri, ministro de Guerra del presidente Roca.
A instancia del Poder Ejecutivo nacional y de su ministro de Guerra el Congreso de
la Nación sancionó la ley nº 4.031 que estableció el servicio militar obligatorio,
efectivo y personal para todos los ciudadanos argentinos de 20 años de edad.
La incorporación al ejército de los ciudadanos se efectuaba anualmente, mediante
sorteo. Con la sanción de la ley 4.031 se eliminó el llamado ejército de leva.
Ayudó a la nacionalización de los hijos de inmigrantes, pero con el correr de los
años se transformó en algo substancialmente inútil y perjudicial para los jóvenes que
debían sufrirlo.
En cuanto a la oficialidad, se elevaron de 3 a 5 años los estudios en el Colegio
Militar de la Nación. Se creó la Escuela Superior de Guerra (E.S.G), una instancia
indispensable para los capitanes que aspirasen a alcanzar el grado de oficial de
Estado Mayor y las más altas jerarquías del generalato. En 1904 se creó la Escuela
Sargento Cabral, para la formación de los suboficiales.
Es notable la influencia alemana en la formación e instrucción del cuerpo de oficiales
del ejército argentino de la época.
Con la reforma constitucional de 1898, se creó el ministerio de Marina al ser
desdoblado el ministerio de Guerra. Fueron profundamente influenciados por la
“Royal Navy” inglesa y en menor medida por la marina de guerra norteamericana.
En 1945 se creó la Fuerza Aérea como arma independiente al separársela del arma
del ejército de la cual formaba parte.

Capítulo 3: El elemento territorio

Introducción

El actual territorio argentino formó parte durante varios siglos del Imperio Colonial
Español. A la etapa de la conquista siguió la de los Gobernadores: las
gobernaciones menores del Río de la Plata y del Tucumán, y el corregimiento de
Cuyo. En 1776 bajo el reinado de Carlos III fue creado el virreinato del Río de la
Plata: 8 gobernaciones-intendencias y 4 gobernaciones-militares. La Revolución de
Mayo aparejó entre sus múltiples consecuencias la disgregación territorial de la
estructura política ideada por los Borbones: el Paraguay prontamente se replegó
sobre sí mismo y declaró formalmente su independencia en 1842; las provincias

125
altoperuanas liberadas definitivamente por los ejércitos colombianos se declararon
independientes en 1825; el Uruguay es un emergente de la política inglesa.
El territorio es un de los elementos constitutivos del Estado; jurídicamente
“Tdelimita el espacio dentro del cual se ejerce el poder estatal y fuera del cual
carece de eficacia, o sea, el ámbito espacial de validez del ordenamiento jurídico”, el
territorio es el espacio material dentro del cual el Estado ejercita su jurisdicción.
En los siglos XIX y XX, la República Argentina se vio obligada a enfrentar cuestiones
de límites con sus vecinos. Corresponde al Congreso Nacional “arreglar
definitivamente los límites del territorio de la NaciónT” (CN 1994 art. 75º, inc.
15). Las campañas al desierto (campañas contra el indio) no eran novedad en la
historia del país: Martín Rodríguez y Juan Manuel de Rosas, gobernadores de Bs
As, expedicionaron sobre los desérticos territorios del sur de aquella provincia en los
años anteriores a la Organización Nacional con el objeto de ganar tierras propicias
para el desarrollo de la ganadería. En 1857 se marcó el auge de los malones en el
territorio del Estado de Bs As ya que más “Tde 1.000 cautivos y 1.000.000 de
cabezas de ganados fueron el saldo de las ululantes incursionesT”. Los caciques
indígenas supieron aprovechar las diferencias políticas entre los “cristianos” en
provecho propio a través de tratados de alianza con los gobiernos de Bs As o de la
Confederación Argentina.
Mitre comienza a tomar conciencia de la real dimensión del problema y de la
necesidad de ponerle fin. En 1867 la sanción de la ley nº 215 por la que se
ocuparía “por fuerzas del Ejército de la República la ribera del río “Neuquén”, desde
que su nacimiento en los Andes hasta su confluencia con el río Negro en el Océano
Atlántico, estableciendo la línea en la margen septentrional del expresado río de la
cordillera al marT”, y para el caso de resistencia de las tribus indias “se organizará
sobre ellas una expedición general hasta someterlas y arrojarlas al sur del río Negro
y NeuquénT”, pero la guerra del Paraguay y la multiplicidad de los conflictos
políticos internos demoraron hasta las presidencias de Nicolás Avellaneda y de Julio
Argentino Roca las medidas que determinaron con el secular “problema” del indio.

La conquista del desierto

Entre los puntos principales del programa de gobierno del presidente Avellaneda
(1874~1880) estaba el de consolidar las fronteras interiores a los fines de disponer
los inmensos territorios del sur en aptitud de ser explotados económicamente, y
además, consolidar la soberanía nacional sobre la Patagonia, soberanía que era
cuestionada y disputada por la vecina República de Chile. Avellaneda y el círculo
gobernante estaban convencidos que para lograr el diseño territorial definitivo del
país era necesario eliminar aquellas fronteras interiores que trababan el poder
jurisdiccional del Estado Nacional e impedían el desarrollo de programas de
desarrollo económico y poblacional.
En 1875 el Presidente Avellaneda y su ministro de guerra Adolfo Alsina,
elevaron al Congreso un proyecto de ley tendiente a ganar territorios “por medio
de líneas sucesivasT” hasta llegar al río Negro. En los espacios ganados al indio
serían transportados e implantados todos los elementos necesarios para civilizar los
desérticos espacios geográficos del sur, con la idea de integrar al indio a la
civilización de los blancos sin destruirlos (el plan del P.E, es contra el desierto para
poblarlo, y no contra los indios para destruirlos).

126
El Congreso Nacional dio forma de ley al proyecto del ejecutivo (ley nº 752) y
consecuente con estos fundamentos, sancionó también posteriormente la ley nº
817 de Inmigración y Colonización.
El plan consagrado por el poder legislativo con la sanción de la ley nº 752 y por la
que se autoriza a invertir $fts. 200.000, consistía en la construcción de una línea
de fortines unidos por zanjas de 2 metros y medio de ancho por 1 metro y medio
de profundidad, desde Bahía Blanca (provincia de Bs As) hasta Italó (sur de
Córdoba). Los fortines y las poblaciones fronterizas ya estaban comunicadas entre sí
por el telégrafo. La “zanja Alsina” tenía por objeto impedir los grandes ataques
(“malones”) así como dificultar los pequeños, ya que las zanjas no impedían el
ingreso del indio pero sí demoraban su retirada (facilitando la intervención y
represión del ejército).
El Plan Alsina logró avanzar la frontera ganando 56.000 km2 de tierras aptas para
la explotación agropecuaria, se impulsó la colonización a través de la fundación de 5
nuevos pueblos, amplió la red telegráfica, etc.
El Plan Alsina fue objeto de fuertes críticas en razón de sus altos costos
(Estanislao S.Zeballos decía que el país había gastado sumas enormes en el ramo
de la guerra) y además, fue descalificado bajo el término de “defensivo” (Julio
Argentino Roca, ministro de guerra y marina de Avellaneda, decía que se debía “ir
directamente a buscar al indio en su guarida, para someterlo o expulsarlo”).
Al fallecer Adolfo Alsina en diciembre de 1877 le sucedió el ministerio de Guerra
el general Roca. Roca era partidario de una fuerte acción ofensiva que liquidase a
las tolderías y expulsase al indígena llevando la frontera hasta los ríos Negro y
Neuquén. En 1878 el Congreso Nacional sancionó la ley nº 947 por la que se
autorizaba al P.E a invertir la suma de $fts. 1.600.000 para poner en “ejecución la
ley del 13 de agosto de 1867T” (ley nº 215 sancionada en la presidencia de Mitre),
la ocupación militar de los territorios del sur ubicando las fronteras en las márgenes
del río Negro.
La campaña de Roca tuvo varias consecuencias:
- Puso fin al secular problema del indio que se arrastraba de la época
colonial;
- Incorporó 15.000 leguas de tierras feraces y aptas para la agricultura y
la ganadería a la economía nacional, abrió las puertas a la posibilidad de
incorporar a los procesos productivos tanto inmigrantes como capitales
vendidos del exterior.

En 1885 se sancionó la llamada “ley de premios” por la que se recompensaba con


concesiones de tierras a los soldados rasos y a los oficiales que habían
expedicionado al desierto de acuerdo a su graduación, desde 8.000 hectáreas a los
jefes de fronteras hasta 100 hectáreas para el soldado raso. La falta de interés en la
explotación de la tierra, o la imposibilidad material de hacerlo por la carencia de
recursos, contribuyó a que los especuladores acapararan bonos entregados por el
gobierno, pagando a los más necesitados a razón de 0,20 ctvs la hectárea, y
muchas veces canjeándolos por una simple provisión de yerba mate y algunos
porrones de ginebra. Así 541 personas se quedaron con la friolera de 4.750.741
hectáreas.
Bajo la presidencia de Roca (1880~1886) se concretó la conquista y ocupación del
Chaco Austral, los aborígenes chaqueños fueron sistemáticamente acorralados y
exterminados.

127
Organización de los territorios nacionales. La ley nº 1.532

El art. 75º, inc. 15 de la CN (CN 1994) dice que es atribución del Congreso de la
Nación “determinar por legislación especial la organización, administración y
gobierno que deben tener los territorios nacionales, que queden fuera de los límites
que se asignen a las provinciasT”. Fueron territorios nacionales los ubicados
fuera de los límites asignados por el Congreso a las 14 provincias “fundantes”,
los que quedaron bajo la jurisdicción y competencia exclusiva del gobierno federal.
Durante la presidencia de Roca, en 1884, se sancionó la ley nº 1.532 que dio
definitiva organización a los territorios nacionales. Los territorios nacionales
fueron divididos en 9 gobernaciones con sus respectivos límites. En el sur del
país se establecieron las gobernaciones de La Pampa, Neuquén, Río Negro,
Chubut, Santa Cruz y Tierra del Fuego, en el noreste se establecieron las
gobernaciones de Formosa, Misiones y Chacho. Mediante la ley nº 3.906 se creó la
Gobernación de los Andes, pero por decreto nº 9.375 de 1943 fue dividido su
territorio entre las provincias de Catamarca, Salta y Jujuy.
Al frente de la administración de los territorios nacionales (o gobernaciones)
estaba el Gobernador, designado por el Poder Ejecutivo con acuerdo del Senado,
duraba 3 años y podía ser designado por otro período. El Presidente tenía la
facultad de exonerarlo. El Poder Ejecutivo designaba (a propuesta del Gobernador)
a un Secretario de la Gobernación.
La administración de Justicia: existían jueces letrados en la ciudad-capital de
las gobernaciones designados por el PE con acuerdo del Senado, los que prestaban
juramento al tomar cargo por ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación. A
propuesta del juez letrado el PE designaba un escribano-secretario. Los jueces
de paz; en los distritos de más de 1.000 habitantes eran elegidos directamente por el
pueblo.
El Poder Ejecutivo estaba facultado para dividir los territorios nacionales en
secciones; en aquellas secciones cuya población excedía de 1.000 habitantes se
erigían los Consejos Municipales, de 5 miembros que duraban 2 años.
Al alcanzar los 30.000 habitantes la gobernación podía tener una mal llamada
“Legislatura”. Las atribuciones de estas legislaturas evocan a los Consejos de
Administración contemplados en la Constitución unitaria de 1826.
Cuando el territorio nacional conforme a los censos generales y suplementarios
alcanzase una población de 60.000 habitantes adquiría el “derecho de ser
declarada provincia argentinaT” (art. 4º ley 1.532).

La provincialización de los territorios nacionales

El art. 13º de la CN establece que pueden ser administradas nuevas provincias en la


Nación; por su parte, el art. 75, inc. 15 (CN 1994) incluye entre las atribuciones del
Congreso “crear otras nuevasT” (provincias).
La ley nº 1.532 normaba el requisito preliminar para que un territorio nacional
adquiriese el derecho a ser declarado provincia: 60.000 habitantes. Esta
elevación a la categoría de provincia, debía realizarse por ley del Congreso de la
Nación.
Durante la primera presidencia de Hipólito Irigoyen (agosto 1919) el PE envió al
Congreso sendos proyectos de ley tendientes a provincializar los territorios
nacionales del Chaco, La Pampa y Misiones. Los proyectos de Irigoyen no tuvieron
eco en el Congreso Nacional.

128
Hasta la primera presidencia de Juan Domingo Perón (1946~1952) existieron las
14 provincias argentinas “fundantes” y los territorios nacionales regulados por
la ley nº 1.532. En 1951 se sancionó la ley nº 14.037 por la que se provincializaron
los territorios nacionales del Chaco y La Pampa. La provincia del Chaco se dio su
Constitución en diciembre de 1951 (“Presidente Perón”), La Pampa lo hizo en enero
de 1952 (“Eva Perón”).
En 1953 mediante la sanción de la ley nº 14.294 se provincializó el territorio de
Misiones, adoptando en noviembre de 1954 la nueva provincia su Constitución. El
proceso provincializador continuó en junio de 1955 a través de la sanción de la ley nº
14.408: fueron declaradas provincias Formosa, Neuquén, Río Negro, Chubut y
Santa Cruz.
En 1957 se dieron sus respectivas constituciones provinciales Santa Cruz, Formosa,
Chubut, Nequén, Chaco y Río Negro.
En 1984 comenzó el proceso de la provincialización de Tierra del Fuego (ley nº
23.775) el que culminó en 1990.

Las fronteras exteriores. Cuestiones de límites

El art. 75º, inc. 15 (CN 1994) establece que es atribución del Congreso “Arreglar
definitivamente los límites del territorio de la NaciónT”. Mediante la firma de
tratados, debe tener en cuenta los intereses (legítimos o no) de sus vecinos
territoriales.
En materia de políticas limítrofes la República Argentina invocó el principio del uti
possidetis juris de 1810 “Tla delimitación administración colonial dispuesta por
España, vigente en 1810, debía ser la frontera político entre los estados en el
momento de la emancipación”.
Nuestro país ha debido afrontar sendas cuestiones limítrofes con todos los países
vecinos, en particular con la República de Chile.

A. Bolivia. La cuestión de Tarijo


En 1825 el Congreso General Constituyente de las Provincias Unidas del Río
reconoció la independencia de las antiguas gobernaciones intendentes
altoperuanas (Charcas, Potosí, Cochabamba y La Paz). La nueva república
Bolivia, en homenaje al Libertador. Ese mismo año el novel gobierno boliviana
ordenó la ocupación de los tierras de Atacama y Tarijo, partes integrantes de las
Provincias Unidas del Río de la Plata. El reconocimiento de la independencia
efectuada en 1825 se limitaba a las provincias de Charcas, Potosí, Cochabamba
y La Paz, en 1810 Tarija dependía de la gobernación-intendencia de Salta del
Tucumán (principio del uti possidetis juris).
En 1889 se llegó a la firma de un Tratado por el cual la República Argentina
renunció a sus derechos sobre Tarija y una parte del territorio del Chaco, en tanto
la República de Bolivia renunció a sus derechos sobre la Puna de Atacama. El
Tratado definitivo de límites con Bolivia fue suscripto en 1925.

B. Brasil. La cuestión de las Misiones Orientales


Las cuestiones limítrofes con Brasil fueron herencia de las antiguas disputas
territoriales entre España y Portugal, la posesión de las “Misiones Orientales”, los
territorios situados al este de los ríos Peperí Guazú y San Antonio. En 1889
Argentina y Brasil suscribieron un Tratado por el cual sometían sus diferendos al
arbitraje del Presidente de los E.E.U.U, Mr. Grover Cleveland. En 1895 se dio el

129
resultado en Washington, que fue favorable a Brasil y como consecuencia del
mismo cerca de 200.000 km2 de superficie pasaron a integrar definitivamente el
territorio de nuestro vecino.

C. Chile. Las Trabajosas Negociaciones


Las cuestiones limítrofes más difíciles de solucionar mantenidas por nuestro país
han tenido lugar con Chile. Conforme al principio del uti possidetis juris de 1810,
la nevada cordillera de los Andes era la que dividía “el reino de Chile de las
provincias del Río de la PlataT”.
En 1881 se firmó el controvertido Tratado mediante el cual se estableció que el
límite entre Chile y la Argentina de norte a sur hasta el paralelo 52º de latitud, era
la cordillera de los Andes. El Estrecho de Magallanes pasaba a ser chileno, salvo
en su parte oriental. La Tierra del Fuego se dividía en 2, siendo “Chilena la parte
occidental y Argentina en la parte orientalT”. El espíritu del Tratado no fue otro
que establecer “el principio de la soberanía de Chile en el Pacífico y de la
Argentina en el Atlántico”.
El Tratado de 1881 fue una concesión de nuestro país a Chile, conforme al
principio uti possidetis juris de 1810 la antigua Capitanía General de Chile se
extendía desde el río Salado hasta el río Bío Bío. En 1893 se firmó un Protocolo
adicional que ratificó el espíritu básico del Tratado de 1881: la Argentina en el
Atlántico y Chile en el Pacífico.
A fines del siglo XIX los recelos entre nuestro país y Chile con motivo de las
diferencias limítrofes casi nos llevan a la guerra, la cual fue evitada por los
llamados “Pactos de Mayo”. El último serio conflicto, el del canal del Beagle, fue
solucionado durante la presidencia del Dr. Raúl Alfonsín: se convocó a un
plebiscito no vinculante que demostró abrumadoramente la voluntad pacifista del
pueblo argentino. El Congreso Nacional ratificó el Tratado definitivo sobre el
canal de Beagle.

D. Paraguay. La guerra de la Triple Alianza. El Tratado de 1876


Desde 1811 hasta su muerte, el dictador Gaspar Rodríguez de Francia mantuvo
al Paraguay aislado del mundo exterior. A partir de 1841 comenzó el Paraguay a
desenvolver sus relaciones exteriores y en 1842 un congreso reunido en la
Asunción proclamó formalmente su independencia. Con nuestro país, los temas
limítrofes se relacionaban con los territorios de la región conocida como el
Chaco.
La llamada Guerra del Paraguay encuentra las claves de sus orígenes en los
conflictivos componentes geopolíticos existentes en la cuenca del Río de la Plata.
La chispa que encendió esta tragedia que costó la vida a miles de seres
humanos saltó del fuego de los enfrentamientos partidistas habidos en la
República Oriental del Uruguay entre blancos y colorados, luchas partidarias que
tenían su correlato político-ideológico en la República Argentina.
En 1863, mientras en la Argentina se imponía por la fuerza la política liberal
porteña en las provincias, el Uruguay era gobernado por el Partido Blanco
(equivalente al partido Federal argentino). De Bs As partió una expedición
armada bajo el mando del general Venacio Flores (hombre del opositor del
partido Colorado) cuyo objeto era derrocar por la vía revolucionaria al gobierno
de Bernardo Berro, presidente del Uruguay y hombre del partido Blanco.
La revolución colorada dirigida por Flores recibió apoyo de Brasil. El gobierno del
partido Blanco de la República Oriental orientó su política de alianzas hacia el

130
Paraguay de Francisco Solano López, simpatizante del partido Blanco uruguayo
y contrario a los “macacos” (los brasileros) y los “anarquistas” (el liberalismo
porteño). El Paraguay prontamente entró en guerra con el Imperio (1864) y
obtuvo algunas victorias en la disputada zona del Matto Grosso; los ejércitos de
Francisco Solano López tenían necesariamente que cruzar los territorios de las
Misiones Y Corrientes, pertenecientes a la “neutral” Argentina.
El gobierno paraguayo solicitó “permiso de tránsito” para sus ejércitos al gobierno
argentino presidido por Bartolomé Mitre, el cual se lo denegó. En 1865 el
Paraguay declara la guerra a la República Argentina, y las tropas paraguayas
ocuparon la ciudad de Corrientes: nuestro país quedaba directamente
involucrado en la sangrienta guerra de la Triple Alianza.
Solano López terminaba por enfrentarse militarmente a las 2 naciones más
poderosas de la América del Sur.
Se dice que el gobernador de Entre Ríos, aislado en su provincia desde Pavón,
habría dado su “media palabra” a enviados del presidente paraguayo, en el
sentido de “pronunciarse” contra el gobierno de Mitre e iniciar una revolución con
los elementos federales del interior del país que todavía reconocían como jefe a
Urquiza. Este “pronunciamiento” de Urquiza ayudaría a fortalecer la posición de
López, el gobernador de Entre Ríos se pronunció pero a favor de la política del
Brasil, de Mitre y de los colorados uruguayos.
La guerra conoció su fin recién bajo la presidencia de Domingo Faustino
Sarmiento en 1870.
Los gobiernos argentino, brasileño y uruguayo suscribieron en mayo de 1865 el
llamado Tratado de la Triple Alianza, el que debía ser mantenido en secreto
hasta conseguir “el fin principal de la guerraT”; la guerra no se hacía contra el
pueblo paraguayo, “sino contra su gobierno”, la dirección de los ejércitos aliados
recayó en Mitre, en tanto que las fuerzas marítimas “bajo el mando de Vizconde
de Tamandaré”.
El art. 16º del Tratado, la argentina se apropiaba de territorios que nunca antes
habían sido objeto de reclamo, en febrero de 1876, de un tratado de límites
definitivo (Tratado Irigoyen-Machain) entre Paraguay y nuestro país se disponía:
1- El territorio de las Misiones y la isla del Cerrito correspondían a la
Argentina;
2- El territorio del Chaco fue dividido en 3 partes:
a. El Chaco Boreal (entre Bahúa Negra y río Verde) adjudicado al
Paraguay;
b. El Chaco Austral (sur del río Pilcomayo) adjudicado a la
Argentina;
c. El Chaco Central (río Verde y el brazo principal del río Pilcomayo)
que fue sometido al arbitraje del Presidente de los E.E.U.U,
Rutherford B.Hayes. El laudo Hayes fue favorable al Paraguay.

E. Uruguay. El Río de la Plata


Con la República Oriental del Uruguay las cuestiones de límites estuvieron
ligadas a la soberanía sobre el Río de la Plata, la isla Martín García y la línea
divisoria en el río Uruguay.
Con relación a la isla Martín García, la misma fue ocupada efectivamente por las
fuerzas de la Confederación Argentina en marzo de 1852. El ministro de
Relaciones Exteriores del Director Provisorio Justo José Urquiza, el Dr. Luis J. de
la Peña, decía que la isla era parte integrante de la Confederación Argentina.

131
Con relación al Río de la Plata, el país vecino sostuvo que la línea divisoria o
demarcatoria era la “línea media entra ambas costas”, nuestro país aspiraba a
que dicha línea fuese la del “thalweg”. La solución en 1973 mediante la firma del
Tratado del Río de la Plata, no dividía el río, por el contrario, establecía
diversidad de jurisdicciones en el Plata inferior, en el medio y en el superior.
Respecto del río Uruguay, en 1961 se fijó como línea demarcatoria la del
“thalweg” (línea del canal más profundo).

F. Las Islas Malvinas


Merecen destacarse los inalienables e imprescriptibles derechos argentinos
sobre las Islas Malvinas, ocupadas ilegítimamente por la Gran Bretaña en 1833.
El descubrimiento de las islas y su primitiva ocupación correspondieron a
navegantes españoles; formaron parte del territorio del virreinato del Río de la
Plata por lo que son parte actual del territorio nacional sobre la base del ya
mencionado principio del uti possidetis juirs. Inglaterra, al reconocer la
independencia de las Provincias Unidas en 1825 mediante el Tratado de
Amistad, Comercio, y Navegación lo hizo sin reserva alguna en cuanto a la
extensión de los territorios del nuevo país.

Capítulo 4: El elemento población o pueblo

Introducción

La población, considerada como un conjunto de personas asentados en el mismo


territorio, y que reúnen características de relativa homogeneidad, es otro de los
elementos constitutivos del Estado. El crecimiento de la población puede ser natural
(la diferencia positiva o negativa entre nacimientos y defunciones), o artificial (la
expansión de la población provocada por el ingreso a un determinado país de
personas provenientes de otros países, inmigrantes).
En la época de Rosas llegaron al país alrededor de 80.000 extranjeros entre
franceses, ingleses, norteamericanos, españoles e italianos, y que durante la
presidencia constitucional de Urquiza se ordenó la realización de un censo nacional
que dio el resultado de 1.200.000 habitantes.
Uno de los pilares del proyecto de la generación de 1837 era poblar el país: J. B.
Alberdi decía en sus “Bases”, “En América gobernar el poblar”. Era imprescindible
desarrollar políticas que atrajesen al extranjero industrioso.
La CN 1853 contiene normas expresas con relación al tema inmigratorio (art. 25º).
En cuanto a los extranjeros residentes en el país, nuestra Constitución establece en
su art. 20º (CN 1994) que gozan de todos los derechos civiles del ciudadano.

La etapa de la inmigración artificial o inducida

La política inmigratoria de los gobiernos era provocar el ingreso al país de


inmigrantes por medios diversos. La adjudicación de la tierra en propiedad al
inmigrante (la colonización de las tierras públicas tanto nacionales como
provinciales).
El gobierno de la Confederación Argentina apoyó innumerables proyectos de
colonización que se concretaron mediante la celebración de contratos entre las
provincias de Corrientes, Santa Fe y Entre Ríos con particulares.

132
La provincia de Corrientes celebró un contrato con el médico francés Augusto
Brougnes. La iniciativa fracasó por varias razones, entre otras, la pésima elección de
las tierras, el escaso tamaño de los lotes entregados a los colones e inclusive la
inadecuada selección de los cultivos.
La experiencia santafesina fue exitosa: el contrato celebrado con Aarón Castellanos
tradujo la erección de la Colonia Esperanza.
La provincia de Entre Ríos hizo su primera experiencia en las proximidades de
Concepción del Uruguay con tierras donadas por Urquiza. Los contratistas debían
traer a los colonos por su cuenta (pagar pasajes, traslados, alimentos, etc).
Las concesiones de amplias extensiones de tierras abrieron las puertas a la
especulación y los negociados; como consecuencia se elevó considerablemente el
valor de la propiedad inmueble y los especuladores de siempre se quedaron con
los mejores lotes.
El Estado de Bs AS siguió el sistema norteamericano: las tierras públicas eran
vendidas a los inmigrantes a bajos precios y con facilidades de pago.
A partir de 1862 los gobiernos nacionales sancionaron una serie de normas por las
que se crearon una serie de instituciones relativas al tema de la inmigración que
luego serían ordenadas a través de la ley nº 817 del 19 de octubre de 1876.

La ley de inmigración y colonización nº 817 de 1876

La ley de inmigración y colonización de 1876 es fruto de las ideas de Nicolás


Avellaneda y Adolfo Alsina relativas a la conquista del desierto: se implantaría la
“civilización”.
La ley nº 817 está dividida en 2 partes:
1) Relativa a la inmigración: puso en orden todo lo
relacionado con el sistema inmigratorio hasta entonces
vigente en el país;
2) Relativa a la colonización: fue un rotundo fracaso y fue
derogada en 1902 (“Thabían pasado al dominio privado
5.118.304 hectáreas, sólo 88 propietarios”).

En materia de inmigración, la ley regulaba una serie de institutos y organismos


que en su gran mayoría habían sido creados por los gobiernos nacionales a partir de
1862:
a. El Departamento de Inmigración: organismo que dependía directamente
del ministerio del Interior; tenía bajo su control la articulación de las
políticas inmigratorias según surge del art. 3º de la ley que regula sus
amplias atribuciones (proteger la inmigración honorable y laboriosa,
contratar los pasajes de los inmigrantes, etc).
b. Los agentes de inmigración en el exterior: tenían por tarea principal
fomentar en Europa y América la inmigración hacia la República
Argentina. Sus atribuciones y deberes eran hacer propaganda continua a
favor de la inmigración para la Argentina, pagar los pasajes de los
inmigrantes cuando estuvieren autorizados al efecto, etc.
c. Las Comisiones de Inmigración: dependían del Departamento de
Inmigración y estaban ubicadas en las capitales de provincia, puertos de
desembarque de los inmigrantes “y demás puntos que fuese necesarioT”.
Sus atribuciones y deberes eran promover la inmigración en el territorio
de su jurisdicción, recibir y alojar a los inmigrantes, etc).

133
d. Las Oficinas de Trabajo: su función primordial era colocar laboralmente a
los inmigrantes.
e. Los buques conductores de inmigrantes: eran considerados
empleados en el transporte de inmigrantes y sujetos a las normas de la
ley los buques. La ley normaliza en este Capítulo (VI) las fanquicias de que
gozaban así como los requisitos que debían reunir estos buques.

El Capítulo V de la ley de inmigración y colonización trata de los inmigrantes; el art


12º conceptualiza al inmigrant en los siguientes términos:
“Repútase inmigrante a todo extranjero jornalero, artesano, agricultor o
profesor que siendo menor de 60 años y acreditando su moralidad y sus aptitudes,
llegase a la República para establecerse en ellaT”
Los inmigrantes llegados al país gozaban de las siguientes ventajas especiales:
1- Ser alojado y mantenido por cuenta del Estado Nacional durante el
término de 5 días luego de su desembarco (Ej: “Hotel de Inmigrantes”
construido en Bs As).
2- Ser ubicado laboralmente en trabajos de preferencia.
3- Ser trasladado a costa del Estado Nacional a cualquier punto del país
donde desease establecer su domicilio.
4- Introducir en el país, libres de derechos de importación, sus
pertenencias personales y los instrumentos de su oficio.

Estas ventajas se hacían extensivas a la mujer e hijos del inmigrante, la ley era
sumamente generosa con el extranjero llegado al país.
La ley nº 817 llenó las necesidades del momento en materia inmigratoria, inducir
artificialmente el ingreso de extranjeros al país, pero en cuanto a la posibilidad
de que el colono-inmigrante accediese a la propiedad de la tierra fue un total
fracaso.

La etapa de la inmigración aluvional

Durante la presidencia de Julio Argentino Roca (1880~1886) comienza una nueva


etapa en materia de inmigración; es la etapa aluvional o masiva, que tuvo tal
magnitud que para 1895 “la cuarta parte de la población total del país era extranjera
(1.000.000)”.
Censo Población % de extranjeros
1869 1.736.923 12,1%
1895 3.954.911 25,4%
1914 7.885.237 29,9%
Varios fenómenos se conjugaron en Europa para que la Argentina se convirtiese en
el continente americano, en uno de los principales países receptores de
inmigrantes; el crecimiento demográfico fruto de los avances del sanitarismo y la
medicina que prolongaron las expectativas de vida, las persecuciones de índole
religiosa, política y social, la sencilla razón de búsqueda de nuevos horizontes.
La conquista del desierto y la eliminación del indio abrió la posibilidad de desarrollar
la agricultura, con la consecuente necesidad de incorporar brazos a las nuevas
tareas rurales que iban desde la preparación de la tierra a la siembra y a la cosecha.
La “inmigración golondrina”, movimiento de trabajadores rurales (“los braceros”)
españoles e italianos que venían a trabajar en las cosechas para luego regresar a
sus países de origen, tuvo un tremendo auge en los años 1904 y 1907.

134
La inmensa mayoría de los inmigrantes llegados a la Argentina ante la imposibilidad
de acceder a la propiedad de la tierra se radicaron en la ciudad, particularmente en
Bs As y Rosario. Un cambio cualitativo en la distribución de la población: si en
1869 el 71,4% de la población residía en el campo, para 1895 el porcentaje había
disminuido al 62,6% y al 47,3% para 1914 con el correlativo crecimiento de las
ciudades, lo que reflejaba el proceso de urbanización de la sociedad argentina.
Esto provocó una profunda crisis habitacional. El fenómeno urbanístico elevó
considerablemente el valor de la propiedad inmueble y de los alquileres con la
consecuente especulación que tuvo su máxima expresión con la aparición del
“conventillo”. Los antiguos caserones señoriales de la zona sur de Bs As,
mínimamente reacondicionados para hacinar a las familias obreras en una pieza que
servía de dormitorio, cocina, y comedor a la vez, sin condiciones mínimas de higiene
y salubridad, que enriquecieron aún más a sus distinguidos propietarios gracias al
cobro de altísimos alquileres. La cuestión del alto precio de los alquileres y las
leoninas cláusulas contractuales motivó que en 1907 se produjese en Bs As y
Rosario una huelga de inquilinos: reducción de los alquileres en un 30%, mejoras
en las condiciones de las habitaciones y garantías contra el desalojo.
Una de las principales consecuencias de la inmigración fue la conformación del
primitivo proletariado industrial y de las primeras organizaciones obreras
(anarquistas y socialistas) en nuestro país. Los hijos de la inmigración lograron
ascender en la escala social y pasaron a integrarse a los sectores medios de la
sociedad como comerciantes o pequeños y medianos productores industriales.

El extranjero ante la constitución. La nacionalidad y la ciudadanía

En sociedades como la argentina, la cuestión de la nacionalidad y la ciudadanía


adquieren una indudable importancia.
La CN de 1853 distingue entre los habitantes del país a los argentinos (nacidos en el
país) y los extranjeros (nacidos fuera de nuestras fronteras pero que residen en
forma permanente en el territorio nacional). El art. 20º: “los extranjeros gozan en el
territorio de la Nación de todos los derechos civiles del ciudadanoT”
Los extranjeros gozan en nuestro país de todos los derechos civiles en un pie de
igualdad con los argentinos nativos; obviamente carecen de los derechos políticos
que son inherentes a la ciudadanía, votar tanto activa (elegir) como pasivamente
(ser electo), que son de exclusivo goce de los argentinos nativos o por
naturalización.
La nacionalidad es “la situación jurídica en que se halla una persona con relación al
país en que ha nacido o en que tiene su domicilio permanente”. Puede ser de origen
(al nacer) o adquirida (por vía de la naturalización).
Los extranjeros se naturalizan conforme al art. 20º de la CN “residiendo 2 años
contiguos en la NaciónT”. Para el texto constitucional ciudadanía es sinónimo de
nacionalidad.
Con relación a la adquisición de la nacionalidad de origen existen 2 sistemas
universalmente reconocidos:
- Jus Soli: se tiene la nacionalidad del país en que se nace;
- Jus Sanguinis: se tiene la nacionalidad de los padres,
independientemente del lugar de nacimiento.

La reforma constitucional de 1860 se basa en el jus soli.

135
En 1869 se sancionó la ley nº 346 sobre ciudadanía la que está hoy vigente con
algunas reformas. Conforme a su texto originario son argentinos nativos:
1- Todas las personas nacidas o que nazcan en el territorio nacional, sea
cual fuere la nacionalidad de los padres a excepción de los hijos de
diplomáticos extranjeros;
2- Los hijos de los argentinos nativos que habiendo nacido en el
extranjero optasen por la nacionalidad argentina;
3- Los nacidos en buques de guerra y legaciones del país en el extranjero;
4- Los nacidos en las Repúblicas que antes conformaron las Provincias
Unidas del Río de la Plata antes de su emancipación y hayan residido en
el territorio de la Nación manifestando su voluntad de serlo;
5- Los nacidos en mares neutros en buques de pabellón argentino.

La ley adopta los 2 sistemas de nacionalidad de origen: el jus soli (punto 1) y el jus
sanguinis (punto 2).
En cuanto a las condiciones para que los extranjeros mayores de 18 años
pudiesen naturalizarse la ley establecía:
1- Cuando hubiese residido 2 años contiguos en el país y manifestasen su
voluntad de naturalizarse;
2- Pero antes de transcurridos los 2 años de residencia contigua, si se
configura alguna de estas situaciones:
a. Haber desempeñado con honradez empleos de la Nación o de las
provincias;
b. Haber servido en las fuerzas armadas nacionales o luchado en
defensa del país;
c. Haber establecido en el país una nueva industria o introducido
alguna invención útil;
d. Ser empresario o constructor de ferrocarriles;
e. Integrar una colonia y ser propietario de algún mueble;
f. Habitar en los territorios nacionales en las líneas de frontera o fuera
de ellas;
g. Haberse casado con mujer argentina;
h. Ser profesor en cualquier ramo de la educación o industria.

A pesar de las facilidades que la ley nº 346 ofrecía a los extranjeros para
nacionalizarse, las peticiones fueron escasas o nulas por una sencilla razón: sólo
se obtenía el goce de los derechos políticos cuando ni siquiera los ciudadanos
argentinos nativos gozaban plenamente de los mismos.

Capítulo 5: La construcción del espacio económico

Introducción

Había que revolucionar los espacios económicos nacionales y de esa manera los
textos constitucionales debían estar pensados y preparados para “Tpropender a
organizar y constituir los grandes medios prácticos de sacar a la América
emancipada del estado obscuro y subalterno en que se encuentra”. El impulso de las
fuerzas productivas nacionales a través de la presencia activa del Estado-Promotor
del desarrollo económico, junto a la apertura del país a la inmigración, capitales y

136
tecnologías extranjeras, fueron los elementos integrativos de la base estructural
desde la que se lanzó el programa económico.
Los objetos económicos de la CN 1853, eran encauzar al país dentro de los moldes
del desarrollo del modo de producción capitalista (“progreso material e inteligente”).
El primer paso se dio con el Acuerdo de San Nicolás al eliminarse las aduanas
interiores y los derechos de tránsito.
La sociedad argentina dio su salto cualitativo en materia económica en la segunda
mitad del siglo XIX.

La ganadería

La historia de la ganadería en nuestro país se remonta a la etapa de la colonia,


cuando la religión del Litoral se incorporó al mercado mundial por la vía de la
explotación rudimentaria de los cueros y su exportación a través de los canales
lícitos o ilícitos del contrabando. A partir de 1815 toma un importante auge el
saladero. El tasajo se exportaba a las áreas americanas donde predominaba la
esclavitud. En 25 años las exportaciones de lana habían aumentado más de 1.000
veces.
El ganado vacuno parecía entrar en el ocaso definitivo; en 1866 los ganaderos de Bs
As fundaron la Sociedad Rural Argentina (S.R.A), con el fin de estrechar filas para
fortificar sus menguantes intereses.
Desde la óptica de la exportación de carnes a larga distancia y como forma para
alcanzar los mercados europeos la única alternativa existente era la venta de
ganado a pie. El sistema era altamente complicado y costoso.
En la década de los años 60 del siglo XIX, un ciudadano francés, Charles Tellier,
inventó una planta refrigeradora que conservaba las carnes frescas a temperaturas
de Cero Grado obtenidas a través de la evaporación del amoníaco. En 1876 llegó al
puerto de Bs As un buque de bandera francesa bautizado como “Le Frigorifique”.
Con la aparición del frigorífico y del buque frigorífico, se superó el problema del
transporte de carnes a larga distancia y una nueva etapa se abrió para los
ganaderos argentinos: la de exportación de carnes congeladas, primero, y
enfriadas después, tanto de vacunos como de ovinos.
En 1882 apareció el primer frigorífico: “The River PLate Fresh Meat Company”; en
1886 comenzó sus actividades el “Las Palmas Produce Company”, todos de
capitales británicos. En 1905 irrumpieron los capitales norteamericanos: “Swift” y
“Armour” que a poco andar dominaron el mercado: para 1910 “Tel dominio de los
frigoríficos norteamericanos en los embarques de chilled es notable (oscila alrededor
del 60%)”.
Los procesos de congelamiento de las carnes (“freezed beef”) y en particular de
enfriamiento (“chilled beef”) aparejaron la necesidad de mejorar la calidad de los
vacunos que se vendían a las plantas frigoríficas.
La técnica del frigorífico implicó una impresionante expansión de las exportaciones
cárneas de la Argentina: si en 1897 el valor en pesos oro de las mismas ascendió a
11.744.000, para 1907 el valor había trepado a 27.250.000 pesos oro, nuestro país
había pasado a ocupar un lugar de preponderancia en el mercado mundial de las
carnes, constituyendo Gran Bretaña su principal cliente-importador. Lentamente se
fue gestando una división entre la clase de los terratenientes ganaderos: los
criadores (ligados al mercado interno de consumo) y los invernaderos (propietarios
de las mejores tierras con pastos de calidad para el engorde de los terneros

137
adquiridos precisamente a los criadores, estaban ligados a los frigoríficos y al
mercado externo).

La agricultura

La conquista del desierto, que incorporó tierras vírgenes sumamente aptas para la
producción agrícola, particularmente de cereales y oleaginosas de clima templado, y
la llegada al país de miles de inmigrantes ávidos de trabajo fueron 2 de los
principales elementos que motorizaron los avances en el área de la agricultura, en
particular del trigo y del maíz.
Si al principio de la presidencia de Nicolás Avellaneda (1874) la Argentina importaba
trigo y harinas, para 1880 el mercado nacional estaba totalmente abastecido con
nuestra producción local y para 1900 el valor en pesos oro de las exportaciones
trigueras ascendía a 48.627.652.
El crecimiento de las áreas sembradas y de los valores de las exportaciones del
maíz y del lino también escalaron durante este período. La revolución agrícola
transformó el rostro de la pampa húmeda que de vasto desierto se transformó en el
“granero del mundo”, hizo su aparición un nuevo actor social: el arrendatario o el
aparcero, trabajadores rurales que alquilaban la tierra a sus propietarios para
trabajarla por su cuenta y riesgo.
La liquidación del indio, la llegada de los inmigrantes y el sistema ferroviario fueron
los factores que posibilitaron el crecimiento del modelo agroexportador.

Los transportes

El espacio geográfico nacional al tiempo de la batalla de Caseros, era recorrido por


las mismas carreteras, y sus ríos, navegados por los mismos buques a vela que lo
habían hecho desde la etapa colonial. Aislamiento existente entre las diversas zonas
del país, obstáculos para la libre y rápida circulación de las personas y mercancía.
Si algo puede llamarse revolucionario en materia de transporte en el siglo XIX, lo
fueron el ferrocarril y los buques a vapor, que acortaron las distancias, los tiempos
de traslados y abarataron los costos de acarreo.
En nuestro los progresos en materia de transportes comenzaron a notarse a partir
de 1854 en la Confederación Argentina con la instalación del servicio de diligencias,
“Nacionales Iniciadoras”, empresa de transportes de personas y correspondencia
que tenían su sede en Rosario y que se unía con el resto de las ciudades
argentinas. En Bs As apareció la empresa “Mensajerías Argentinas” que unía a la
capital provincial con los principales pueblos de su territorio. El transporte de
mercancías continuaba efectuándose por medio de carretas tiradas por bueyes, pero
el río Paraná comenzó a ser surcado por buques a vapor.
En 1857, el Estado de Bs As inauguró el Ferrocarril Oeste, con una línea de 10
kms que partía de Plaza del Parque hasta Floresta. En 1863 el gobierno de Mitre
suscribió un contrato con inversores británicos tendiente a la construcción de un
ferrocarril que uniese a Rosario con Córdoba. En las décadas siguientes de Córdoba
el Central Argentino se expandió a Tucumán y a las provincias cuyanas, otros
emprendimientos ferroviarios se concretaban rápidamente.
Entre 1885 y 1892 “Ten pocos lugares del mundo la construcción ferroviaria alcanzó
la intensidad lograda en la Argentina”.
El crecimiento y extensión de la red ferroviaria corrió aparejado a las inversiones
extranjeras en el sector, particularmente las inglesas. A partir de la presidencia de

138
Juárez Celman (1886~1890) comenzó a tomar cuerpo la privatización de las líneas
ferroviarias de propiedad de las provincias (Ej: Ferrocarril Oeste) o del Estado
nacional (Ej: Ferrocarril Central Norte). Estaban exentos del pago de impuestos,
tanto nacionales como provinciales, así como de tasas y contribuciones especiales
de los municipios.
La tendencia en materia de construcción ferroviaria fue la de ubicar las líneas
concéntricamente sobre el puerto de Bs As, y en menor medida sobre otros
puertos como el de Rosario, se completó la anatomía del país agroexportador. El fin
último perseguido no era otro que ubicar la producción exportable en los destinos
de embarque en el menor tiempo y con los menores costos posibles.
La construcción de los ferrocarriles, a pesar de las deficiencias estructurales de su
diagramación y de los privilegios otorgados a las empresas concesionarias, a la par
que redujo las distancias geográficas en alguna medida colaboró también en la
integración de los hasta entonces dispersos espacios geográficos de la Nación y a
sus habitantes.

La industria. Las economías regionales

Antes de 1880, el saladero estaba en plena etapa de declinación; las artesanías del
interior, como las textiles apenas si subsistían.
Al discutirse la ley de aduanas en 1875 y 1876, se planteó la alternativa de la
integración de la Argentina al mercado mundial sobre la exclusiva base del modelo
agroexportador. En 1875 se fundó el Club Industrial, antecedente de la Unión
Industrial Argentina (UIA). El debate se origino sobre la crisis económica del orbe
capitalista europeo de 1873. Superada la crisis y sus efectos, las posiciones
proteccionistas fueron perdiendo fuerza y la industria quedó como un elemento
residual o secundario de la economía argentina.
La tremenda expansión de la ganadería y la agricultura, así como el crecimiento del
transporte ferroviario, a partir de la década del ´80 del siglo XIX, provocaron un
fuerte impacto tanto en la postrada rama industrial de la economía como en las
economías regionales.
El ferrocarril, tradujo la instalación de talleres destinados a la reparación del
material rodante. Aparecieron nuevas industrias ligadas al agro como la harinera,
la lechera, la frutícola, la cervecera, la frigorífica. Afloraron los primeros talleres
textiles, básicamente de confección de ropa.
La extensión de las líneas ferroviarias tradujo la liquidación definitiva de las
artesanías domésticas del noroeste del país. El ferrocarril, al abaratar los costos
de transporte (fletes) trajo como consecuencia que fuesen inferiores los precios
de mercancías importadas que los precios de las producidas localmente, lo
que dio por tierra con la última barrera proteccionista. El ferrocarril coadyuvó al
desarrollo de la industria azucarera en Tucumán y la vitivinícola en Cuyo,
particularmente en Mendoza.
Para el año del Centenario (1910) sólo el 1,1% del total de las inversiones
extranjeras estaban ubicadas en el área de la industria (la frigorífica), en tanto que el
30% correspondía a empréstitos y títulos públicos, el 35% a ferrocarriles y el 14% a
empresas inmobiliarias y crediticias (inversiones dirigidas fundamentalmente a
consolidar la estructura de la economía agroexportadora). En 1914 (inicio de la
1WW) el 62% del capital extranjero invertido en nuestro país provenía de la Gran
Bretaña.

139
La República Argentina creció notablemente en la faz económica entre 1880 y 1910,
pero se trató de un crecimiento desigual que privilegió a las zonas de la pampa
húmeda y en menor medida a algunas regiones del interior como Tucumán o
Mendoza.
Sin embargo, el mítico “granero del mundo” colapsó, víctima de la crisis económica
global de 1929.

Capítulo 6: La educación popular

Introducción

Otro de los pilares en que se asentaba el proyecto nacional de la Generación de


1837 era la expansión de la enseñanza pública entre los sectores populares.
La CN 1853, en su art. 5º, establece como condición para que el Gobierno federal
garantice a las provincias en pleno goce de sus instituciones que estas deben
asegurar a sus habitantes la educación primara, proporcionada gratuitamente.
Durante la presidencia de Bartolomé Mitre (1862~1868) se dio un fuerte impulso a la
enseñanza media con el establecimiento en la ciudad de Bs As de un Colegio
Nacional, que para 1868 ya eran 6 en todo el país. El objetivo exclusivo de la
enseñanza impartida en los Colegios Nacionales era preparar el ingreso a la
Universidad. Bajo el mandato presidencial de Domingo F. Sarmiento (1868~1874) se
creó en la ciudad de Paraná el Colegio de Profesores y en la ciudad de Bs As la
primera Escuela Normal Femenina. Uno de los componentes esenciales de la
escuela primaria, el maestro, aparece recién finalizando la década de los años ´70
del siglo XIX. Para llenar el vació de falta de maestros el presidente Sarmiento
contrató especialmente a maestras y maestros norteamericanos.
Conforme al art. 5º de la CN 1853, la enseñanza primaria era exclusiva competencia
provincial. A partir de la presidencia de Julio Argentino Roca (1880~1886) el país
contó con los componentes necesarios para dar el salto cualitativo en materia de
enseñanza primaria: la sanción de la ley nº 1.420.
El antecedente inmediato de la ley nº 1.420 puede ubicarse en 1882, en el
importante acontecimiento conocido como Congreso Pedagógico Nacional
convocado decreto mediante por el PE, que trató los siguientes temas:
1- Estado de la educación común en la República y causas que obstan a su
desarrollo, independientemente de la extensión del territorio y densidad de
la población;
2- Medios prácticos y eficaces de remover las causas retardatrices,
impulsando el progreso de la educación;
3- Acción e influencia de los poderes políticos en su desenvolvimiento, y rol
que en la educación les corresponde con arreglo a la CN;
4- Estudios de la legislación vigente en materia de educación común y su
reforma.

Los resultados del Congreso Pedagógico llevaron a la sanción de la ley nº


1.420.

La ley nº 1.420

140
Una parte mayoritaria de la elite gobernante había hecho suya la línea de la filosofía
positivista en la versión de Herbert Spencer. A partir de 1880 se afianza un proceso
en nuestro país que se caracteriza por el fenómeno de la secularización del Estado y
que se refleja en el ámbito institucional en la sanción de una serie de leyes:
- la ley de matrimonio civil;
- la creación de registros civiles;
- la estatización de los cementerios;
- la ley de educación común.

El papel de la iglesia católica, en cuanto institución de corte ideológico, quedó


desplazada de importantes aspectos que hacen al desenvolvimiento de la vida
societaria del hombre: la inscripción de los nacimientos, casamientos y
defunciones dejó de efectuarse en las parroquias. La educación primaria, entró a
depender de una institución de carácter público (la escuela) que estaba pensada
para alcanzar los objetivos del modelo de sociedad que la elite gobernante pretendía
implantar en la época.
El Congreso Pedagógico de 1882 se había consensuado no tratar la cuestión de la
enseñanza religiosa en las escuelas públicas en razón precisamente de las fuertes
pasiones que dividían a las partes.
El eje del antagonismo no era otro que la enseñanza de la religión católica en las
escuelas públicas: por un lado los que sostenían que dentro del mínimo de
instrucción debían proporcionarse moral y religión, y los que abogaban por la
enseñanza de la religión antes o después de las horas de clase y por maestros
autorizados de los respectivos cultos. En la Cámara de Diputados la propuesta
laicista triunfó por 43 votos vs 10; en la Cámara de Senadores fue vencida pero en la
cámara de origen tuvo los sufragios necesarios para ser ratificada no teniendo a su
vez, la cámara revisora (el senado) la mayoría necesaria para revertirla. La ley nº
1.420 fue promulgada el 8 de junio de 1884, siendo sus disposiciones:
1) Se trata de una ley nacional y en concordancia con el art. 5º de la CN rige
en la jurisdicción de la Nación (Capital Federal y territorios nacionales);
2) La ley establece la obligatoriedad de la enseñanza primaria para los
niños de 6 a 14 años de edad. La obligatoriedad abarcaba a todos los
padres, tutores o encargados de los niños en edad escolar. El objeto de la
enseñanza era “favorecer y dirigir simultáneamente el desarrollo moral,
intelectual y físicoT” de los educandos;
3) La obligatoriedad de la enseñanza podía cumplirse en los establecimientos
escolares públicos, privados o en el hogar de los educandos
(comprobándose a través de certificados y exámenes);
4) La escuela primaria pública era gratuita para todos los niños en edad
escolar;
5) La enseñanza se impartía gradualmente (la atención escolar a clases
era mixta para los niños y niñas desde los 6 hasta los 10 años de edad);
6) En cuanto al tema de la religión, se estableció: “La enseñanza religiosa
sólo podrá ser dada, en las escuelas públicas, por los ministros de los
diferentes cultos a los niños de las respectiva comunión, y antes o
después de las horas de clase”.

141
Otros artículos del primer capítulo de la ley tratan de los jardines de infantes, de la
educación para adultos, etc. Otros capítulos de la ley se ocupan de la matrícula
escolar, registros de asistencia, estadísticas en las escuelas, etc.
La sanción y promulgación de la ley no acalló la voz de sus opositores: diversas
pastorales del Episcopado argentino criticaron duramente a la ley. El Obispo de
Córdoba, monseñor Jerónimo Clara calificó a la ley de “impía y atea”. El Presidente
de la República en ejercicio del derecho de patronato lo destituyó y ordenó su
procesamiento por la justicia ordinaria. El Nuncio Papal, monseñor Luis Mattera,
salió públicamente en defensa del controvertido eclesiástico. El ministro de
Relaciones Exteriores exigió las explicaciones del caso y como la respuesta del
Nuncio Papal careció de las formas exigidas por la diplomacia, se le ordenó que en
el perentorio término de 24 horas abandonase el territorio nacional. Las relaciones
con el Papado estuvieron interrumpidas hasta la segunda presidencia de Roca.
La ley de educación común, obligatoria, gratuita y laica, en su ejecución, tuvo 2
consecuencias:
- El drástico descenso en los índices de analfabetismo;
- La incorporación plena a las costumbres y vida del país de los hijos
de inmigrantes.

Lo que ayudó a conformar sobre el aluvión inmigratorio una sociedad relativamente


homogénea, igualitaria, solidaria y democrática.

La universidad

El origen de las universidades puede ubicarse en la Edad Media. Este modelo de


universidad medieval se trasladó de España a América donde las primeras altas
casas de estudio se fundaron en Santo Domingo (1532), Méjico (1551) y Córdoba
(1613).
La Universidad de Córdoba tuvo origen eclesial, siendo sus profesores integrantes
del cuerpo sacerdotal y su objetivo no era otro que “Tla formación del clero y sus
profesores pertenecían todos ellos a la Campaña de Jesús. Existían 2 facultades:
- La de Artes: en la que se enseñaba Filosofía, Lógica, Física y Metafísica;
- La de Teología: en la que se dictaban Cánones, Moral Teológica,
Escrituras e Historia Sagrada.

Durante la gobernación de Martín Rodríguez, siendo su ministro de gobierno


Bernandino Rivadavia, fue creada la Universidad de Bs As con un nuevo sesgo
ideológico: junto al Latín, la Lógica y la Metafísica aparecieron otras materias como
la economía política, la fisicomatemática, e idiomas como el inglés y el francés. Los
programas de estudio fueron elaborados por el Dr. Antonio Sáenz.
Durante la época de Rosas la educación universitaria ingresó en un cono de sombra.
A partir de Caseros comenzaron a desarrollarse ingentes esfuerzos para dotar al
país de una educación superior acorde a las necesidades del país. En 1885 fue
aprobada la primera ley universitaria a instancia del entonces Rector de la
Universidad de Bs As y senador nacional, el Dr. Nicolás Avellaneda (ex–presidente).
Los puntos que se debatieron en el Congreso Nacional y cuya resultancia fue la ley
nº 1.597 fueron:
1- Composición de las facultades (su gobierno);
2- Provisión de cátedras y destitución de profesores;
3- Autonomía;

142
4- Universidades estatales y privadas: la expedición de títulos habilitantes;
5- Fondo universitario.

En cuanto al gobierno de las facultades la ley nº 1.597 estableció que entrarían a lo


menos “una tercera parte de los profesores que dirigen sus aulas, correspondiendo a
la Facultad respectiva el nombramiento de todos los miembros titularesT”.
La ley crea una Asamblea Universitaria integrada por los miembros de las
facultades, que era el órgano que elegía al Rector, y un Consejo Superior integrado
por el Rector, los decanos de las facultades y los delegados designados por éstas
con sus respectivas atribuciones.
Con relación a la provisión de las cátedras la ley establece que la facultad designaba
una terna de candidatos que era pasada al Consejo Superior para su aprobación y
luego era elevada al PE, que procedía a designar a uno de ellos como profesor de la
respectiva facultad.
La destitución de los profesores era también resorte del ejecutivo nacional a
propuesta de la respectiva facultad.
La ley no otorgaba autonomía a las universidades, solamente las universidades
públicas estaban habilitadas para expedir títulos habilitantes para el ejercicio de las
diversas profesiones.

Capítulo 7: La cuestión social

Introducción

El crecimiento económico de la Argentina posterior a Caseros trajo aparejada la


aparición en Bs As y en la zona del Litoral de la manufactura (producción sin
intervención de la máquina industrial, pero que supone el trabajo de un conjunto de
personas). Se produjo en Bs As y en el Litoral porque fue la zona del país donde se
radicó la mayor parte de los inmigrantes.
El primer censo industrial de 1887: existían 42.231 obreros, el segundo censo
nacional e 1897 mostró a 72.761 trabajadores.
Los orígenes del movimiento obrero argentino pueden ser ubicados en la década de
los años ´50 del siglo XIX, con el arribo al país de los primeros inmigrantes
(básicamente artesanos independientes). Aquellos primeros trabajadores se
nuclearon en asociaciones de corte mutualista conforme a los diversos oficios que
ejercían. Aquellas mutuales tenían “Tgeneralmente por objetivos el auxilio recíproco
entre sus miembros y la defensa de la profesión”. Del seno de estas asociaciones
mutualistas surgirían, los primeros sindicatos o “sociedades de resistencia”, que se
nutrieron fundamentalmente de la masa de inmigrantes que arribó al país a partir de
la década del ´80 del siglo XIX.
El nivel de vida de los trabajadores urbanos en aquélla época era poco menos que
deplorable: la escasez de viviendas hizo que la familia obrera se hacinase en los
conventillos, pagando altísimos alquileres. Las condiciones de trabajo eran
pésimas; los salarios bajos, se trabajaba entre 10 t 12 horas diarias promedio; se
desconocían los días no laborales o el descanso dominical.
Se trataba de condiciones de cuasi-servidumbre.
El crecimiento económico del país, con la proliferación de talleres artesanales, de los
talleres ferroviarios, de los incipientes establecimientos textiles, etc., provocó
también el crecimiento numérico de la fuerza de trabajo, lo que abrió el escenario de
la vida nacional a la llamada “cuestión social” (condiciones de vida de los

143
trabajadores y sus expresiones concretas en la creación de organizaciones
sindicales).

Anarquistas, socialistas, sindicalistas

Desde la creación de la Primera Internacional de Trabajadores en Londres (1864) el


movimiento europeo obrero se planteó, como objetivo fundamental, la conquista
del poder político. Estuvo dividido en 2 grandes tendencias: anarquista y
socialista.
La corriente anarquista tuvo entre sus principales pensadores al ruso Mijaíl Bakunin,
quien sostenía que el principal opresor de la humanidad era el Estado, apoyado en
la ficción de Dios.
La corriente socialista se erigió sobre el pensamiento de Carlos Marx y Federico
Engels, los que propiciaban la organización de los trabajadores a través de su propio
partido: el partido Socialista, nervio y motor de la toma del poder y la revolución
social.
Las ideas libertarias o anarquistas tuvieron gran predicamento en la infancia de
nuestro movimiento sindical: Enrico Malatesta. El anarquismo en la Argentina
también experimento divisiones internas: “individualistas” (cualquier atisbo de
organización implicaba la anulación de autoridades para dirigirlo; eran partidarios de
la propagación de sus ideas por vía de los hechos individuales) y “organizadores” (la
organización de los trabajadores era una necesidad objetiva y el hombre no perdía
su libertad “sindicándose con los demás productores). Los “organizadores”
terminaron por imponerse en pocos años y se dedicaron a la tarea de la
organización sindical de los trabajadores o “productores”.
Para los anarquistas organizadores el sindicato era visualizado como el órgano de
resistencia y solidaridad de la clase trabajadora. “Sin Dios y sin Amo” es la frase que
resume el ideario de aquellos abnegados luchadores que soñaban con una mejor
humanidad.
Los socialistas, distinguían entre la lucha política del proletariado y la lucha
económica, desarrollada a través de las organizaciones gremiales. Los socialistas
creían en la acción política como el medio idóneo para la conquista del aparato
estatal, el derrocamiento del orden burgués y la instauración del socialismo.
A principios del siglo XX apareció en nuestro país una tercera corriente dentro del
joven movimiento obrero: la corriente sindicalista (sus orígenes en la Segunda
Internacional de Trabajadores). Los sindicatos tenían una clara y definida tarea: la
defensa de los intereses económicos del proletariado y como tal no debía
enrolarse o inmiscuirse en ningún tipo de corriente política. Se desterraba la política
y los partidos de los sindicatos pero el obrero, fuera de su organización gremial,
podía militar en algún partido si así lo estimaba pertinente.
Las diversas concepciones entre anarquistas y socialistas y la aparición a principios
del siglo XX de los sindicalistas hicieron prácticamente imposible la conformación de
una central única que agrupase al conjunto de los trabajadores.
Fueron los socialistas los primeros en iniciar las tareas organizativas de los
trabajadores: en 1891 se fundó la Federación Obrera, de efímera vida.
En 1902 quedaron constituidas la Federación Obrera Argentina (FOA) dominada por
los anarquistas, la que a partir de 1904 pasó a llamarse Federación Obrera Regional
Argentina (FORA) y la Unión General deTrabajadores (UGT) manejada por los
socialistas. En 1909 apareció entonces la Confederación Obrera Regional Argentina

144
(CORA, desaparecida la UGT, manejada por sindicalistas). La coexistencia de la
FORA (anarquista) y la CORA (sindicalista-socialista-autónomos) fueron factores
que “minaban su organizaciónT”.

Las respuestas del estado a las demandas obreras

Al ser fundada en 1899 la Segunda Internacional de Trabajadores, uno de sus


primeros actos fue la promulgación del 1º de mayo como “Día Internacional de los
Trabajadores” en recuerdo de los mártires de Chicago, y a la lucha por la jornada
de trabajo de 8 horas (principal reclamo de los trabajadores).
La huelga (la suspensión de la prestación laboral por parte del trabajador) ha sido –
y es – la principal arma de la clase obrera en defensa de sus reclamos. En 1902 la
primera huelga general que experimentó el país, la respuesta del Estado fue la
represión física a las expresiones huelguísticas a través del accionar de la policía y
la represión legal con la declaración del estado de sitio y la sanción de las leyes de
Residencia en 1902 y de Seguridad Social en 1910: la elite descendiente de la
generación de la organización nacional, que había hecho de la inmigración uno de
los pilares fundamentales de su proyecto, comenzó a impugnar la presencia de los
extranjeros en el país que provocaban aquellos incomprensibles conflictos sociales.
Conforme a la ley de Residencia antes mencionada (nº 4.444), se autorizaba al
titular del poder ejecutivo a expulsar del país a cualquier extranjero que “haya sido
condenado o sea perseguido por los tribunales extranjeros por crímenes o delitos de
derecho comúnT”, o “cuya conducta comprometa la seguridad nacional o perturbe
el orden público”, dentro del perentorio término de 3 días. El PE podía “impedir la
entrada al territorio de la República a todo extranjero cuyos antecedentes autoricen a
incluirlo entre aquéllos a que se refieren los artículos precedentesT”. La ley
otorgaba las odiosas facultades extraordinarias al presidente de la República,
obviaba todo procedimiento judicial y negaba el derecho de defensa en juicio.
La ley de Residencia nº 4.444 en efecto no hizo más que agravar el problema
social, ya que éstos continuaron desarrollándose cada vez con mayor violencia (Ej:
“semana roja” de mayo 1909).
A pesar que la violencia signó la respuesta del estado a los reclamos sindicalistas,
se sancionó: la ley de descanso dominical (nº 4.661) de agosto de 1905 y la ley
reglamentaria del trabajo de las mujeres y menores (nº 5.291) de octubre de
1907. En 1907 fue creado el Departamento Nacional del Trabajo como
dependencia del ministerio del Interior, entre sus atribuciones puede mencionarse la
de estudiar el desarrollo de la legislación laboral de otros países e indicar al
PE acerca de las reformas e innovaciones convenientes a la legislación obrera
de nuestro país.
Las relaciones entre el Estado y el movimiento obrero experimentarán ciertos
cambios a partir de 1916, como consecuencia del arribo del partido Radical al
gobierno.

La cuestión social en el campo. El grito de alcorta

La expansión de las áreas cultivadas a lo largo de la última década del siglo XIX
obedeció a una coyuntura favorable que determinó un alza generalizada de los
precios de los cereales y de los granos oleaginosos en el mercado mundial.

145
Apareció de esa manera en las zonas cerealeras del país (sur de Santa Fe, norte de
Bs As, sudeste de Córdoba) el arrendatario o el aparcero, trabajador
mayoritariamente de origen inmigrante que alquilaba las tierras a sus dueños para
trabajarlas, pagando con una parte de la cosecha o en dinero.
Todos los beneficios y todas las ventajas estaban acordados al propietario; los
plazos contractuales eran cortos (1 o 2 años máximo), los alquileres sumamente
altos (45% de la producción o $50 por hectárea arrendada).
En 1911 las expectativas depositadas en la producción cerealera se vieron
frustradas por múltiples razones, particularmente por una pronunciada caída de los
precios en el mercado mundial. La crisis se extendió a los comerciantes de los
pueblos de campaña que generalmente vendían los productos de consumo de
primera necesidad al fiado a los agricultores y a los distribuidores mayoristas. A
principios de 1912 comenzó a tomar cuerpo un vasto movimiento de protesta que
tuvo su epicentro en la localidad de Alcorta, provincia de Santa Fe: huelga por
tiempo indeterminado hasta conseguir:
1) Rebaja general de los arrendamientos y aparcerías;
2) Entregar en las aparcerías el producto en parva o en troje, como salga;
3) Contratos por un plazo mínimo de 4 años;
4) Libertar de trillar y asegurar sus sementeras.

El movimiento se expandió a lo largo y ancho de la pampa húmeda y en el


transcurso de la lucha de los arrendatarios, aparceros y comerciantes minoristas y
de parte de la población rural se creó la organización central de los pequeños
productores del campo: la Federación Agraria Argentina (F.A.A).
Para agosto de 1913 la huelga agraria conocida como el “Grito de Alcorta” llegó a
su fin con un triunfo de los chacareros que obtuvieron contratos más favorables.

Décimo Módulo: Política, partidos y cuestión electoral (1854~1930)

Capítulo 1: La política y los partidos

Introducción

El texto constitucional de 1853 se limitó a consignar en su artículo 1º que se


adoptaba como forma de gobierno la “representativa republicana”, sin que
simultáneamente se precisara el sistema electoral y el régimen de partidos que
hiciesen operativa tal declaración. La realidad histórica de la época bajo
consideración nos muestra que todas las constituciones (básicamente liberales) se
limitaban a mencionar sumariamente que se adoptaba la mencionada forma de
gobierno. La reforma constitucional de 1994 ha llenado este vacío con la sanción de
los nuevos artículos 37º (primer párrafo) y 38º, referidos al sufragio y los partidos.
El término “partido político”, al menos en los primeros años del período bajo análisis,
es utilizado por una simple comodidad de lenguaje. Tomando la terminología de la
generación del ´37 podemos afirmas que se trataba de “facciones” que
representaban a personas y no a una idea o interés de carácter social.
Por lo menos hasta la reforma electoral de 1912 la política era una actividad
circunscripta a un reducido número de personas que se trasuntaba en acuerdos de
cúpulas dirigenciales y donde la soberanía popular estaba ausente.

Liberales y federales. Urquiza, Derqui y Mitre (1854~1868)

146
Los primeros agrupamientos políticos que pueden ser analizados después de
Caseros son el partido Liberal y el Federal.
Los principios del partido Liberal se forjaron alrededor de la acción política de los
hombres que separaron a Bs As del resto de la Confederación Argentina en 1852.
los hechos del 11 de septiembre agruparon en el mismo surco a “antiguos unitarios y
a otros grupos diversos (Ej: los rosines)”. El objetivo primario de los liberales era
mantener la primacía de la provincia sobre el resto del país lo que implicaba
sostener los seculares privilegios de la “Atenas del Plata”. La facción liberal careció
de relevancia en el interior del país.
Los liberales porteños se agruparon en el “Club Libertad”. Quien dio coherencia a su
catálogo de principios fue Bartolomé Mitre. El fundador del diario La Nación ha sido
calificado como un “caudillo ilustrado”, Don Bartolo fue un brillante orador en las
lides parlamentarias, periodista de nota, capaz tanto de ponerse el uniforme militar y
conducir a las huestes porteñas a la batalla, como de escribir la historia de San
Martín o Belgrano, etc., fue el dirigente político que pensó la unidad y organización
del país bajo la mano tutelar de Bs As.
El partido Federal, aglutinaba a los distintos sectores dominantes de las provincias
que se mantuvieron fieles a la Confederación y a la conducción de Justo José
Urquiza. Proclamado por el Congreso General Constituyente en 1854, se erigió
representante y defensor de los intereses de los agobiados “pueblos” que buscaban
afanosamente colocarse en un plano de igualdad con la siempre preponderante Bs
As. Urquiza era la única garantía con que contaban las elites provincianas para
evitar ser absorbidas por el avasallante dominio de la elite porteña.
Los federales porteños (“Club de la Paz”) eran satirizados por sus adversarios
liberales como los “chupadinos”; la respuesta federal fue el mote de “pandilleros”
para los liberales (minoría ruidosa).
En 1860 Justo José Urquiza fue sucedido en la presidencia por el cordobés Santiago
Derqui. Bajo la presidencia de Derqui tuvo lugar la reforma constitucional de 1860, la
jura por parte de Bs As de la CN, y un fallido intento de conciliar a federales y
liberales que incluyó la designación de ministros porteños en el gabinete
presidencial. Derqui y Pedernera fueron opacos testigos, a partir del retiro de
Urquiza de los campos de Pavón, del colapso de la Confederación Argentina.
Luego de Pavón el partido “de los principios”, de la mano de Mitre, transformó la
fisonomía política del país. En las provincias donde fue necesario se impuso a las
flacas fracciones liberales mediante el violento expediente de las armas de los
ejércitos porteños. El partido Federal no sólo perdió el control político del país,
sino de todas las provincias, a excepción de Entre Ríos (Urquiza).
En octubre de 1862 asumió la primera magistratura de la Nación Bartolomé Mitre
acompañado por el Dr. Marcos Paz como vicepresidente. La praxis política de
organizar al país sobre la base de los lineamientos liberales con eje en Bs As generó
una importante resistencia en las provincias del noroeste cuyo principal exponente
fue el general riojano Vicente Penáosla (“El Chacho”): las viejas lanzas de la
montonera federal no podían triunfar ante el moderno armamento del ejército de
línea porteño: “El Chacho”, derrotado y hecho prisionero, fue asesinado en la
localidad riojana de Olta, degollado y su cabeza puesta en una pica.
En 1867 un nuevo alzamiento federal reflejó el repudio generalizado que existía en
el interior hacia la guerra del Paraguay: un antiguo lugarteniente de Penáosla, Felipe
Varela enarboló las banderas de “Federación o Muerte”, “Viva la Unión Americana”,
“Viva el Ilustre General Urquiza”. Varela fue derrotado por Antonio Tabeada en la

147
célebre batalla del Pozo de Vargas y debió refugiarse en Chile. En 1870 Justo José
Urquiza fue asesinado en el Palacio de San José por un grupo de partidarios de
Ricardo López Jordán, protagonista y jefe de la revolución provincial contra el viejo
caudillo.

Nacionalistas y autonomistas

El partido Liberal de Bs As encerraba en su seno a 2 tendencias que comenzaron


a perfilarse en 1854 al discutirse en el seno del poder legislativo provincial el
proyecto de constitución escrita para la provincia, estos eran: el partido
“nacionalista” o “mitristas”, y el partido “autonomista” o “alsinista” (en verdad
eran agrupamientos políticos (“facciones) que obedecían a los impulsos de sus
respectivos “modernos caudillos ciudadanos”, Bartolomé Mitre y Adolfo Alsina).
La división formal del partido Liberal porteño se produjo en 1862 y su causa
inmediata no fue otra que la cuestión de la ciudad donde debían residir las
autoridades nacionales. La reforma introducida en 1860 al art. 3º de la CN dejaba
librado a una ley especial del Congreso el lugar de residencia (ciudad) de las
autoridades nacionales, previa cesión del territorio a federalizarse por parte de la o
las legislaturas de la provincia afectada.
La cuestión del lugar de residencia de los poderes nacionales generó un tremendo
debate: los partidarios a federalizar a la ciudad de Bs As tomaron el nombre de
“liberales nacionalistas” por la preeminencia que otorgaban a los intereses
nacionales en detrimento de los provinciales, los opositores adoptaron el apelativo
de “liberales autonomistas” por la cerrada defensa que levantaron en torno de la
integridad política y territorial de la provincia.
Los partidarios de Adolfo Alsina recurrieron al humor motejando a sus adversarios
como los “cocidos”; los alsinistas pasaron a ser los “crudos”. El mitrismo se núcleo
en el Club del Pueblo, el alsinismo lo hizo en el remozado Club Libertad.
El nacionalismo mitrista fue la expresión más acabada de las orientaciones liberales
de ciertas minorías ilustradas; el autonomismo alsinista retomó en trazos globales
los lineamientos populistas del viejo federalismo (se ganó el apoyo de los sectores
populares y de una importante porción de la juventud porteña).
La división del partido Liberal no obedeció a cuestiones ideológicas sino a
circunstancias del momento y a las posturas personalistas asumidas
respectivamente por Mitre y Alsina.

Sarmiento y Avellaneda (1868~1880)

La elección de Mitre como presidente de la República se produjo singularmente por


unanimidad de votos en los Colegios Electorales (único candidato); lo acompañó en
la vicepresidencia el Dr. Marcos Paz. Las elecciones para designar a su sucesor en
1868 revelaron que el país había adquirido en pocos años una llamativa complejidad
política. A mediados de 1867 existían 4 corrientes perfiladas en razón de la lucha por
la sucesión presidencial, a saber:
- Los nacionalistas-mitristas;
- Los autonomistas-alsinistas;
- Los federales-urquicistas;
- Liga de provincias del norte encabezada por la familia Tabeada

148
A lo que debe agregarse la ya calificada opinión de la oficialidad del ejército
nacional.
Las tendencias señaladas se cruzaban entre sí, puesto que ninguna de ellas gozaba
de un claro predominio como para poder sobreponerse a las demás; esto ayudó
para que Domingo Faustino Sarmiento llegase a la primera magistratura nacional.
Sarmiento ocupaba el cargo de embajador del gobierno argentino en Washington (el
sanjuanino no era hombre de partido a pesar de haber sido ministro de Mitre cuando
éste era gobernador de Bs As). Estos inestables equilibrios políticos entre los
nacionalistas que apoyaban a Rufino de Elizalde, de los autonomistas que sostenían
a Alsina y de los federales que levantaban a Urquiza, ayudaron al triunfo de
Sarmiento. Abierta la puerta a un entendimiento en los Colegios Electorales, se
produjo una combinación entre los electores de Alsina y de Sarmiento: los votos
de los primeros ayudaron a consagrar a Sarmiento como presidente (79 votos) y
los votos de los segundos elevaron a Alsina como vicepresidente, (82 votos). El
flamante titular del poder ejecutivo nacional tomó conocimiento de su elección al
pasar por Río de Janeiro en viaje de regreso a la Argentina. Para D. F. Sarmiento el
progreso “Tno era una entidad abstracta. Era una fuerza sujeta a la inteligencia
humana que cobraba forma en escuelas, colegios, universidades, en oleadas de
inmigrantes que llegaban en busca del ascenso social, etc”.
Luego de su histórica reconciliación con Justo José Urquiza, se dedicó con
tenacidad a extirpar los últimos brotes de la montonera (los alzamientos de Ricardo
López Jordán en Entre Ríos) y a establecer casi obsesivamente el orden en todos
los niveles de la geografía nacional. Inició la práctica de utilizar al ejército nacional
(el elemento coercitivo necesario) para asegurar los resultados de las elecciones
tanto nacionales como provinciales siempre que fuese menester, imponiendo a
determinados candidatos y usó con frecuencia del arma de la intervención federal
en varias provincias. Estos fueron los principales caracteres de la gestión de
Sarmiento, el robustecimiento de la autoridad del Estado Nacional en todos los
ámbitos del país. Cabría señalar entre los logros de Sarmiento el haber puesto fin a
la desdichada guerra del Paraguay iniciada en tiempos de Mitre, y la realización
del primer censo nacional: 1.836.40 habitantes.
La renovación presidencial de 1874 se vio conmovida por la revolución
protagonizada por el nacionalismo mitrista. Dos candidatos se enfrentaron en
aquellas elecciones: el Dr. Nicolás Avellaneda (provincia de Tucumán) y
Bartolomé Mitre (por la segunda vuelta).
Avellaneda se había desempeñado como ministro de Instrucción Pública de
Sarmiento, era el candidato del oficialismo, el “hombre” del presidente. El interior y
el autonomismo bonaerense se aliaban contra el nacionalismo mitrista, que, levantó
la candidatura de Mire.
Los resultados de las juntas de electores arrojaron 145 votos a favor de
Avellaneda contra 79 de Mitre. El nacionalismo mitrista había triunfado en Bs As,
Santiago del Estero y San Juan, en los 11 distritos restantes venció la candidatura
de Avellaneda.
En septiembre de 1874 estalló la revolución al frente de la cual se puso Mitre en
persona alegando que pretendía impugnar las elecciones de diputados nacionales
en la provincia, por triunfar el autonomismo con violencia y fraude. El movimiento
sedicioso fue rápidamente sofocado por el ejército nacional y Nicolás Avellaneda
asumió la presidencia el 12 de octubre de 1874.
Vencida la revolución mitrista los partidos triunfantes decidieron fusionar sus
fuerzas creando un nuevo partido político: el Partido Autonomista Nacional (PAN),

149
ya que agrupaba al autonomismo porteño y a los rezagos del federalismo
provinciano (para así asegurar la presidencia de Adolfo Alsina en las elecciones
de 1880, desde que el caudillo porteño era fuerte electoralmente en su provincia,
pero carecía de apoyaturas concretas en el interior del país). La conjunción con los
grupos provinciales del borroso partido Nacional aseguraba esa imprescindible
fuerza electoral en el resto de los distritos electorales. Alsina pasó desempeñarse
como ministro de Guerra de Avellaneda (puesto estratégico del elenco ministerial).
A partir de la década del ´70 las agrupaciones políticas de raigambre exclusivamente
porteña comenzaron a declinar como consecuencia de la derrota de la revolución
mitrista y la influencia de los gobernadores provinciales (verdaderos dueños de los
colegios electorales y árbitros supremos de la elección presidencial).
El período presidencial de Avellaneda (1874~1880) estuvo signado, en lo
económico, por la profunda crisis económica que azotó al país (reflejo de la crisis
económica europea de loas años ´70, caída de los precios de nuestras
exportaciones), y en lo político, por la amenaza de un nuevo levantamiento
armado del mitrismo que estaba inmerso en la conspiración. Ambas circunstancias
(económicas y políticas) llevaron a Avellaneda a instrumentar en 1877 la llamada
“Política de la Conciliación”, que se articuló sobre la base de ofrecer al
nacionalismo mitrista la participación en el gobierno a través de la entrega de 3
de las 5 carteras ministeriales por entonces contempladas en la CN. Mitre aceptó
la oferta y de esa manera, los enemigos de ayer pasaron singularmente a integrar
las filas del oficialismo; la candidatura de Adolfo Alsina aparecía plenamente
consolidada ya que el nacionalismo mitrista aceptaba y en consecuencia todo
parecía indicar que no habría lucha electoral por la sucesión de Nicolás Avellaneda
en 1880: Adolfo Alsina quedaba como único candidato. Las diferencias entre los
“partidos” no eran más que emergentes de personalismos sin substancias
ideológicas, la voluntad popular estaba ausente.
No todos los integrantes de aquella aceptaron la conciliación. El ala popular y
juvenil del autonomismo bonaerense integrada por Aristóbulo del Valle, Leandro
N. Alem, Hipólito Yrigoyen, Roque Sáenz Peña, etc., la rechazaron y animaron y
dieron vida a el partido Republicano, agrupamiento provincial bonaerense que por
primera vez ofreció al electorado un verdadero programa de gobierno. Se
pronunciaban a favor de respetar a “Ttodos los poderes legalmente constituidos,
observancia de la CN y provincia; descentralización política, administrativa y judicial,
dentro de los límites constitucionales; organización de la vida comunal con arreglo a
la constitución; pureza y libertad del sufragio popular, etc. Sarmiento dio
inmediatamente su apoyo a aquel grupo de jóvenes fulminando a la política de
conciliación a través de una de sus famosas expresiones: “Las ideas no se concilian:
las conciliaciones al derredor del poder público no tienen más resultado que suprimir
la voluntad del pueblo para sustituirla por la voluntad de los que mandanT”.
Sarmiento buscaba apoyaturas políticas para arribar por segunda vez a la primera
magistratura nacional en las elecciones presidenciales de 1880.
En los comicios provinciales de 1877 destinados a la elección de un nuevo
gobernador para la provincia de Bs As, el candidato republicano, Aristóbulo del
Valle, fue derrotado por el candidato de los “conciliados”, el Dr. Carlos Tejedor.

La crisis de 1880

El 29 de diciembre de 1877 falleció Adolfo Alsina. La muerte del caudillo


bonaerense generó gravísimos problemas desde que aquella política de

150
conciliación “Tse fundaba sobre el acuerdo de ambos partidos (el PAN y el
mitrismo) a su candidatura a la presidencia. Su muerteTimplicaba la quiebra del
pactoT”. Tanto el mitrismo como los autonomistas-nacionales tomaron caminos
divergentes y los años 1878 y 1879 fueron de intensa pugna para asegurar las
situaciones provinciales a favor de los diversos candidatos a suceder a Nicolás
Avellaneda. Así surgen 2 candidatos:
- Julio Argentino Roca (sucesor de Alsina en el ministerio de Guerra)
- Carlos Tejedor (gobernador de Bs As).

Roca no sólo gozaba con el apoyo del PAN y como es obvio del presidente
Avellaneda así como del entorno oficialista, sino también de la “Tpoderosa e
influyente “Liga de los Gobernadores”. Esta coalición de poderes provinciales
formada durante los años de Avellaneda daba vida a un formidable control de los
colegios electorales respectivos que anulaba, o al menos mermaba el peso político
de Bs As. Roca era el “candidato del interior”, gozaba del apoyo de la oficialidad del
ejército nacional y venía precedido por un alto prestigio como consecuencia de la
campaña del desierto.
Carlos Tejedor fue apoyado por la fracción extrema del autonomismo bonaerense,
por el nacionalismo mitrista. Los resultados de los colegios electorales dieron el
triunfo a la fórmula Roca-Madero (155 votos) sobre el binomio Tejedor-Laspiur (70
votos), en abril de 1880 fue proclamada por el Congreso Nacional la fórmula Roca-
Madero.
El argumento de fraude electoral condujo a los partidarios del candidato
derrotado a la insurrección armada contra el gobierno de Avellaneda.
Fracasadas las tentativas de conciliación Tejedor continuó armando y equipando a
las milicias de Bs As; el Presidente de la República trasladó la sede del gobierno
nacional provisoriamente al cercano pueblo de Belgrano. La mayoría de los
diputados nacionales, así como los ministros de la Corte Suprema de Justicia y
el vicepresidente Acosta se quedaron en Bs As. En junio de 1880 tuvieron lugar
los cruentos enfrentamientos entre los “rifleros” porteños y las fuerzas del ejército
nacional en los Corrales de Mataderos. Tejedor se encontró solitario y extraviad en
la cañada de Cepeda: derrotado renunció al cargo de gobernador. Consecuencia
de los acontecimientos de 1880, la federalización de la ciudad de Bs As que se
transformó en ciudad capital de la Nación poniendo término a un secular conflicto.
El 12 de octubre de 1880 Julio Argentino Roca asumió la presidencia con el
tema de la ciudad capital resuelto.

El régimen (1880~1916)

Las presidencias de Urquiza, Derqui, Mitre, Sarmiento y Avellaneda (1854~1880)


estuvieron signadas por divisiones y cruentos enfrentamientos civiles, violencias de
las más variadas especies, revoluciones e incluso una guerra internacional, así
como la crisis de carácter económico, todo ello enmarcado en un Estado nacional
que todavía carecía de la fuerza suficiente para imponerse a los levantiscos
dirigentes provinciales. Roca inició su mandato bajo el lema “Paz y
Administración”.
En 1880 la prosperidad económica comenzó a materializarse en la Argentina: la
conquista del desierto, a la par que eliminó el problema del indio, incorporó a la
producción agrícola más de 15.000 leguas de tierras vírgenes, lo que unido a la
inmigración masiva (brazos para trabajar) tuvo como resultante un tremendo

151
incremento de los saldos de cereales y oleaginosas para exportar. El ferrocarril se
extendió de los 1.131kms. de vías férreas de 1874 a los 5.836kms. de 1885 y
continuaba febril expansión facilitando la colocación de los saldos agrícolas
exportables en los puertos de Bs As y Rosario; comenzaron las primeras
exportaciones de carnes congeladas, especialmente de ovino, gracias a la
instalación de los primeros frigoríficos, etc. Este crecimiento de las fuerzas
productivas promovido por el Estado Nacional convocó la atención de los principales
países europeos. La República Argentina consolidó su integración al mercado
mundial de la época como productora-exportadora de materias primas y alimentos e
importadora-consumidora de productos industrializados. Los tiempos del progreso
lineal, sin quiebres, sin sobresaltos, infinito.
Se produjo un agudo proceso de despolitización de la sociedad argentina: la política
perdió el interés que antes suscitaba en el seno de la elite y en menor medida en el
pueblo llano.
El presidente de la República se transformó en el “gran elector”, el federalismo
político y las autonomías provinciales quedaron suspendidas en algún recodo del
camino. Roca “nacionalizó” a los grupos dominantes de las provincias y los unió con
los grupos dominantes de Bs As; unificó a la Nación “desde arriba” gestando de esa
manera, un poder nacional (y personal) incontrastable.
Las prácticas electorales fraudulentas continuaron. La oposición fue reducida
a la nada, la corrupción comenzó a invadir las esferas oficiales: el dinero y los
negocios fáciles compraron conciencias. Muchos de los hombres que en su
momento habían apoyado la candidatura de Roca pasaron a una írrita oposición o
se retiraron a la vida privada. El hiperpresidenialismo prefigurado en la Constitución
de 1853 se corporizó en la figura de Julio A. Roca.
Los hombres del Régimen hicieron gala de liberalismo, pero un liberalismo
impregnado de la filosofía positivista (Ej: sanción de la ley de educación común,
gratuita y laica, ley de creación del Registros Civil, la reforma del CC a través de la
implantación del matrimonio civil).
La “Pax Roquista” se vio perturbada en contadas ocasiones; fue el conflicto con la
Iglesia Católica como consecuencia de la sanción de la ley de educación común. En
1886 se debía renovar la presidencia.
Desde el arco oficialista 3 postulantes:
- Bernardo Irigoyen (ministro del Interior)
- Dardo Rocha (gobernador de Bs As)
- Miguel Juárez Celman (ex-gobernador de Córdoba)

Los candidatos buscaban volcar las “situaciones provinciales” en su favor y obtener


la bendición de Roca. Juárez Celman contaba con el apoyo de la Liga de
Gobernadores y del PAN y, era cuñado de Roca, además, contaba con el apoyo
de los nuevos y poderosos grupos económicos emergentes del calor de la
prosperidad general merced a la progresista administración que había desarrollado
en su paso por la gobernación cordobesa.
La débil oposición apenas logró articularse. Surgió un candidato de transacción, Don
Manuel Ocampo, que poco o nada pudo hacer para evitar el encumbramiento del
candidato oficialista: Miguel Juárez Celman obtuvo 168 votos en los Colegios
Electorales, contra los 32 de Ocampo y los 13 de Irigoyen. El Dr. Carlos Pellegrini
fue electo vicepresidente de la República.
Roca había dejado una deuda interna y externa, por el abuso que había hecho del
crédito exterior.

152
La revolución de 1890

El nuevo equipo gobernante inició una fuerte ofensiva política tendiente a identificar
el ejercicio del poder con la persona del primer mandatario; Roca había ejercido de
manera excluyente el gobierno por lo que para los recién llegados devenía
indispensable “desroquisar” los centros de decisión política. Fueron intervenidas
aquellas provincias cuyos gobernadores no gozaban de la confianza del nuevo
elemento oficialista. El vicepresidente Carlos Pellegrini no podía cruzar las puertas
de los salones donde se tomaban grandes decisiones.
Esa concentración del poder en Celman, se llamó el “Unicato”; jefe indiscutido
del PAN: lo que no podía hacer como presidente lo hacía como jefe del PAN y
viceversa. La apatía hacia la cosa pública creció y la excepcional coyuntura
favorable a la economía nacional facilitó los manejos y desmanejos del juarismo.
Lo que no podían o no fueron capaces de advertir los hombres de la “Generación del
80” era un dato irrefragable de la realidad: la economía argentina se había
transformado en un apéndice de las economías de los países centrales,
particularmente la británica, mediante un articulación fuertemente dependiente de
los precios en el mercado mundial de las exportaciones nacionales (materias primas
y alimentos), y el ingreso masivo de capitales externos por la vía de los empréstitos,
la colocación de títulos públicos y la inversión directa (ferrocarriles, obras de
infraestructura de los puertos, etc), para poder pagar la importación de productos
industriales, los servicios (intereses) de la deuda externa y mantener la balanza
comercial en relativo equilibrio. El país se había endeudado peligrosamente como
consecuencia de una política altamente expansiva del gasto público.
En 1890 los precios de las exportaciones argentinas habían caído en el
mercado mundial más del 35%. Las tentativas de solucionar la crisis por la vía de
contratación de nuevos empréstitos fracasaron.
Se desató un agudo proceso inflacionario como consecuencia de una emisión de
papel moneda totalmente incontrolada que afectó directamente a los sectores
sociales de ingresos fijos. Los gastos del gobierno nacional se solventaban a través
del papel moneda que emitían los llamados “Bancos Nacionales Garantidos”; por ley
de creación, estas entidades financieras podían emitir papel moneda en cantidad
directamente relacionada con el respaldo de bonos emitidos por el gobierno, los que
debían ser adquiridos en oro. Circulaba el papel moneda sin respaldo alguno, por lo
que el público se volcó a la compra de oro. Se movía y se removía una tremenda ola
especuladora en la Bolsa de Comercio donde se realizaban transacciones más que
increíbles a través de las cuales se levantaban fortunas en cuestión de horas.
El juarismo dio vida a “Tun clima que se expandía sobre Bs As a partir de la Bolsa”.
En los primeros meses de 1890 la ciudad de Bs As se convirtió en el teatro de una
incontenible ola de quiebras comerciales, comenzaron a visualizarse “Talgunos de
los errores de cálculo político del régimenT”.
Crisis del sector externo, inflación y especulación financiera y bursátil, generalización
de las crísis económica, corrupción, desnacionalización económica: aquella
sociedad despolitizada desde los años de Roca comenzó a repolitizarse
aceleradamente, comenzaron a conformarse los elementos necesarios para una
gran transformación. El año 1889 fue testigo de la creciente actividad política de
los grupos opositores a través de reuniones, tertulias y banquetes que se llevaban
a cabo con el objeto de unificarlos en un frente común contra el juarismo.

153
El oficialismo programó una estrategia tendiente a retomar la iniciativa. El acto
oficialista, el “Banquete de los Incondicionales”, que fue presidido por el propio
Miguel Juárez Celman.
El clima político y económico en que se encontraba envuelto el país no soportaba
tales actitudes por lo que la reacción no se hizo esperar: en La Nación, un artículo
de Barroetaveña vergajeaba duramente a los elencos oficialistas, artífices y
beneficiarios de la corrupción y el fraude y llamaba a la acción popular contra el
gobierno de Juárez Celman. La “otra juventud”, la opositora, la que negaba las
adhesiones incondicionales que implicaban la renuncia a la vida política activa para
desaparecer instrumentados por la voluntad incuestionada del PE, lo entrevisto a
Barroetaveña para rendirle homenaje, pero éste último declino, a la vez que instó a
los jóvenes a realizar un acto de protesta contra el gobierno.
El encuentro tuvo lugar el 1º de septiembre de 1889 en las instalaciones del Jardín
Florida, asistieron alrededor de 5.000 personas que luego de los calcinantes
discursos de Barroetaveña, Aristóbulo del Valle, Vicente Fidel López y Leandro N.
Alem, marcharon por las calles de Bs As en manifestación. Se declaró fundada la
“Unión Cívica de la Juventud”, que encontró rápidamente en Leandro N. Alem a
su principal propulsor. El programa de la agrupación política constaba en 3 puntos:
- Libertad en el ejercicio del sufragio;
- Moralidad administrativa; supresión de la corrupción;
- Respeto a las autonomías de las provincias.

Rápidamente la Unión Cívica de la Juventud fue articulando una organización de


corte nacional a través de clubes y comités que crecían, tanto que el oficialismo se
enfrentaba a una cada vez más aguda crisis económica. Las elecciones de febrero
de 1890 para renovar la mitad de la Cámara de Diputados fueron otra vez escenario
de violencia y fraude.
El movimiento opositor en el ámbito nacional condujo rápidamente a la constitución
de una nueva fuerza política.
Este nuevo movimiento político general hizo suyo el programa de la juventud
antijuarista: el 13 de abril de 1890, en el Frontón Bs As quedó formalmente
organizada la Unión Cívica.
La flamante Unión Cívica más que un partido propiamente dicho fue un
conglomerado de corrientes políticas diversas con diversos dirigentes pero sin un
“líder natural”, que tenían un común denominador: la oposición al sistema de
gobierno (el “Unicato”) de Miguel Juárez Celman. Dentro del movimiento de los
“cívicos” a 2 tendencias principales:
- Encabezada por Bartolomé Mitre y sus seguidores del partido
nacionalista, más conservatista y proclive a acordar con el régimen;
- Leandro N. Alem, estaba formada por antiguos federales y autonomistas,
más progresista y dispuesta a derrocar al juarismo por la vía de la
revolución armada, posición fortalecida como consecuencia de las
elecciones nacionales de febrero de 1890 (brilló por su ausencia la libertad
de sufragio).

En mayo de 1890 la crisis económica se agudizó más y con ella la repulsa popular al
gobierno de Juárez Celman; la corriente “alemanista” de la Unión Cívica preparaba
febrilmente la revolución conspirando y logrando el compromiso y adhesión de una
serie de jefes militares. Bartolomé Mitre, sin poder manejar los acontecimientos y
ante la imposibilidad de acordar con el gobierno partió rumbo a Europa.

154
Juárez Celman hizo caso omiso de las recomendaciones que le hiciera el jefe de la
policía. El 26 de julio de 1890 estalló el movimiento revolucionario que tuvo por
jefe civil a Leandro N. Alem y por jefe militar al general Manuel Campos (militar
adscripto a la política mitrista). El antiguo Parque de Artillería fue el escenario de los
enfrentamientos armados que duraron 2 días. Los días del presidente Juárez
Celman estaban contados. Abandonado por quienes otrora lo adularan presentó
su renuncia al Congreso la que fue aceptada el 6 de agosto. Al día siguiente
prestó juramento como presidente Carlos Pellegrini, quien designó en la cartera
de Interior a Julio A. Roca. Así el “Zorro” (Roca) iniciaba los trabajos para volver a
la presidencia.
La revolución había sido derrotada y los que recolectaron sus frutos fueron Pellegrini
y Roca, el “Régimen” continuo indemne bajo la férrea conducción de ambos. La
etapa del fortalecimiento de la soberanía popular se instaló definitivamente en el
escenario político nacional.

La ruptura de la Unión Cívica. Las elecciones de 1892

El Dr. Carlos Pellegrini (“la gran muñeca”) gobernó el país entre 1890 y 1892.
enfrentó la crisis financiera privilegiando los intereses de los acreedores externos por
sobre los intereses del país: envió a Londreas al Dr. Victorino de la Plaza a
renegociar la deuda con la Baring Brothers. La cuestión terminó con la solicitud de
un préstamo a la Casa Morgan, que fue concedido, para pagarle a la Baring bajo
condiciones lamentables; el gobierno debió depositar durante 15 años diariamente la
parte de capital e intereses correspondientes al día en una cuenta especial del
Banco de la Nación Argenina (entidad financiera creada como consecuencia de la
crisis y para volver a ganar la confianza de los acreedores externos). El gobierno
nacional se comprometió a no contraer ningún nuevo empréstito durante el lapso de
3 años, etc.
Lo peor de la crisis económica fue soportado y sorteado durante el mandato de
Pellegrini y lentamente el país volvió a ritmos económico-financieros más cercanos a
la normalidad. El sistema de “bancos garantidos” fue abandonado y se creó un ente
único, la Caja de Conversión.
Pellegrini debía dejar la presidencia en 1892, el año 1891 se transformó en un
año esencialmente electoral. Los hombres de la Unión Cívica se aprestaban con
entusiasmo a participar en las elecciones presidenciales. Los cívicos, fracasada la
revolución del año anterior, se aprestaron a dar batalla en el plano electoral.
La Unión Cívica fue el primer partido moderno de la Argentina desde el punto de
vista organizativo. Adoptó una Carta Orgánica en la que se establecían los diversos
niveles de autoridades y sus formas de elección, la designación de los candidatos a
cargos electivos, etc. En enero de 1891 el máximo organismo partidario, la
Convención Nacional, fue convocada en Rosario (Sta Fe). La sede de la Convención
Nacional no debía ser en Bs As. El 15 de enero comenzaron las deliberaciones con
la presencia de 111 delegados e inmediatamente se aprobó la fórmula
presidencial: Bartolomé Mitre (105 votos) para presidente y Bernardo Irigoyen
(97 votos) para vicepresidente.
La designación de Mitre (ausente en Londres) como presidente de la Unión Cívica
obedeció a una gama de consideraciones que podrían ser sintetizadas: Mitre era el
hombre más prominente e influyente de los círculos opositores, un verdadero

155
“patricio”, frente al cual Pellegrini y su ministro del Interior (Roca), no se atrevían a
realizar maniobras de carácter fraudulento en las elecciones, los cívicos procuraban
llevar a la superficie el ánimo conciliador que animaba por entonces al ala popular
del partido, deseosa de lograr la unidad de todos los sectores opositores bajo una
sola candidatura. Una sola candidatura opositora era imposible de lograr llevando
adelante la figura intransigente de Leandro N. Alem. Pero los cívicos cometieron el
pecado de inocencia desde que no contabilizaron ni la astucia maniobrera de Roca
ni el pasado político ni las ambiciones personales de Mitre.
El 15 de marzo de 1891 el ya ungido candidato presidencial (Mitre) regresó al país
y fue objeto de un recibimiento en el puerto de Bs As. El ministro del Interior, Julio A.
Roca fue a visitarlo la misma noche de su llegada (“el Acuerdo”).
La base de este “Acuerdo” no era otra que evitar a todo trance la lucha electoral
entre los partidos. Para articular este conjunto de ideas Roca le ofreció a Mitre la
candidatura presidencial (única) en tanto que el candidato a vicepresidente (José
Evaristo Uriburu) saldría de las filas del PAN. Mitre aceptó la propuesta del
roquismo. Mitre, que tuvo la posibilidad de cambiar la política cerrada y exclusiva de
los salones distinguidos, prefirió ser el candidato de la “unidad de todos” antes que el
candidato de los que proponían una nueva forma de hacer política, la política de las
mayorías.
El “Acuerdo” fue el detonante de la ruptura de la Unión Cívica: los seguidores de
Mitre y partidarios del acuerdo adoptaron el nombre de “Unión Cívica Nacional”; los
antiacuerdistas encolumnados tras la figura de Leandro N. Alem hicieron suya la
denominación “Unión Cívica Radical” (pretendían un cambio profundo, de “raiza”).
Los primeros ratificaron la fórmula presidencial del acuerdo (Bartolomé Mitre –
Evaristo Uriburu), los segundos proclamaron el binomio Bernardo Irigoyen – Juan M.
Garro.
El “Acuerdo” con el “Régimen” era ética y políticamente imposible: no podía
concebirse un pacto a espaldas del pueblo con los que detentaban el poder
precisamente a través del fraude. El 15 de abril de 1891 el Comité Nacional de los
cívicos antiacuerdistas fue presidido por Leandro N. Alem. El radicalismo daba así
sus primeros pasos en la política argentina, en tanto que el mitrismo terminó por
convertirse, en uno de los engranajes auxiliares del “Régimen”.
Las maniobras de Roca comenzaron a dar opíparos frutos, en octubre de 1891 la
figura de Mitre se había descascarado ante propios y extraños puesto que las
circunstancias que rodearon al “Acuerdo” así como las profundas resistencias que
provocó aun en los círculos oficialistas, habían rebajado su estatura política ante la
opinión pública: el “Zorro” había conseguido tirar abajo la estatua de “prócer” de
Mitre, y éste pocos meses no tuvo otra disyuntiva que renunciar a su cuestionada
candidatura.
Desde la gobernación de Bs As se prohijaba un nuevo aspirante a la presidencia
de la República: el Dr. Roque Saénz Peña, promisorio político de apenas 40 años.
La candidatura de Sáenz Peña surgida del seno del elenco oficialista, y
caracterizada bajo el apelativo de “modernistas” por sus partidarios, neutralizaba
al mitrismo, a la par que ponía un dique de contención al pujante radicalismo,
pero no estaba bajo la influencia y el control personal de Roca. En diciembre de
1891 la fórmula Roque Sáenz Peña – Manuel D. Pizarro fue proclamada en la
Capital Federal.
Roca no podía asistir impasible a la erección de un candidato que no estuviese bajo
su férula y que como presidente pudiese disputarla la conducción de las estructuras
del PAN y frustrar sus aspiraciones presidenciales para 1898: la experiencia con

156
Juárez Celman, ni en sueños podía permitir la llegada del radicalismo alemanista al
gobierno. El “Zorro” comenzó a trabajar contra la fórmula radical y contra la fórmula
modernista en vista de sus aspiraciones presidenciales del año 1898.
La maniobra orquestada por Roca no puede ser calificada sino de magistral: hizo
aparecer encabezando la fórmula del PAN a Luis Sáenz Peña, ministro integrante
de la Corte Suprema de Justicia de la Nación y padre de Roque. El tablero de
ajedrez político se conmovió: el 19 de febrero de 1892 el candidato de la fracción
modernista hacía pública su renuncia fundándola en que no podía enfrentar a su
propio padre en las elecciones.
En cuanto a la flamante Unión Cívica Radical: el 2 de abril de 1892 el presidente
Pellegrini convocó al gabinete ministerial y le brindó un catastrófico informe sobre el
“Tdescubrimiento de una conspiración, con siniestros planes de matanzas e
incendios. Se decretó el estado de sitio y se apresó al estado mayor de los
dirigentes del partido, que fueron deportados a MontevideoT”. El radicalismo
proclamó la abstención por lo que las elecciones presidenciales se llevaron a cabo
dentro de las clásicas normas del Régimen.
Las elecciones del 10 de abril: la fórmula del PAN integrada por Luis Sáenz Peña –
José Evaristo Uriburu se impuso por la vía de la más escandalosa de las farsas
electorales.

El afianzamiento del régimen. La abstención revolucionaria

La negación abierta de las libertades civiles tuvo como una de sus consecuencias la
de arrojar a la UCR a la abstención electoral y a la vía revolucionaria para obtener el
derrocamiento del Régimen lo que no hizo más que profundizar las tribulaciones de
la política nacional.
En noviembre de 1892 la Convención Nacional de la UCR decidió no reconocer la
legitimidad del gobierno de Luis Sáenz Peña y proseguir sosteniendo la
legitimidad revolucionaria. La crisis política del país llevó al presidente Sáenz Peña a
convocar en julio de 1893 a Aristóbulo del Valle (opositor al gobierno, no integrante
del partido radical) para que formase el gabinete ministerial de su gobierno. Desde el
ministerio de Guerra del Valle intentó hacer la “revolución desde arriba”. El plan del
ministro comenzaba con el derrocamiento de los gobiernos provinciales producto del
fraude para convocar a elecciones libres y de esa manera sentar nuevas bases de
legitimidad para el mandato de Luis Sáenz Peña.
En agosto de 1893 el gabinete organizado por Aristóbulo del Valle cayó y el nuevo
ministerio estructurado por el mitrista Manuel Quintana sancionó sendas
intervenciones federales en las provincias ganadas por el radicalismo, el Congreso
(ley mediante) establecía el estado de sitio.
Al fracaso de la “revolución desde arriba”, siguió la “revolución desde abajo” que
tuvo su clímax en Santa Fe y en particular en Rosario, donde el 25 de septiembre de
1893 Leandro N. Alem fue proclamado Presidente Provisional de la Nación. La
“revolución desde abajo” del radicalismo carecía de una estrategia coordinada, por lo
que fue fácilmente desbaratada. El 2 de octubre de 1893 Julio A. Roca entró en
Rosario y terminó con la intentona radical.
En enero de 1895 Luis Sáenz Peña elevó su renuncia al Congreso Nacional. Su
sucesor, José Evaristo Uriburu no fue más que el puente para el regreso en 1898
del verdadero detentador del poder: Julio A. Roca. Las disidencias internas

157
habidas dentro del Pan quedaron saldadas ante el temor de perder el control del
Estado.
El país había ido superando la crisis económica y con ello el descontento de la
población se fue evaporando. A principios de 1896 Leandro N. Alem tomó su propia
vida disparándose un balazo.
Desde la presidencia del Comité de Bs As su sobrino, Hipólito Yrigoyen, se
convirtió en el encargado de mantener irreductiblemente la línea de no participar
en comicios viciados de fraude y la revolución armada como medio de
desalojar del poder al Régimen. Será Hipólito Yrigoyen quien frustrará la llamada
“política de las paralelas”, orquestada por los sectores del radicalismo seguidores
de Bernardo de Irigoyen. La “política de las paralelas” consistió en lograr un
entendimiento con la Unión Cívica Nacional de Mitre y con algunos sectores del
modernismo para enfrentar la candidatura de Roca en las elecciones de 1898. La
oposición del sobrino de Leandro N. Alem al entendimiento con el mitrismo, provocó
la primera división importante que regrista en sus anales la UCR.

Partido socialista

El socialismo, filosóficamente, es una “concepción del mundo” (“una visión de


conjunto de la naturaleza y del hombre, una doctrina completa”). Ubica a la clase
obrera (el “proletariado”) como al sujeto de la historia que busca a través de la
acción política enmarcada en la lucha entre clases antagónicas (entre la burguesía y
el proletariado) la instauración de una nueva sociedad paradigmática: la sociedad
socialista, en la que los medios e instrumentos de producción dejan de ser
patrimonio de una clase (burguesía) par convertirse en propiedad social, propiedad
colectiva de los que trabajan, de los que producen.
El nacimiento del socialismo científico es en 1848 al ser publicado el “Manifiesto
Comunista” de Carlos Marx y Federico Engels. Por tratarse de un movimiento de
carácter internacionalista se fundó en la ciudad de Londres en 1864 la Asociación
Internacional de Trabajadores (Primera Internacional), que perduró hasta 1873 en
que se disolvió como consecuencia de la feroz represión desatada por la burguesía
europea contra el movimiento obrero.
En 1889 se fundó en la capital francesa la Segunda Internacional de
Trabajadores que entre sus varias resoluciones adoptó el 1º de mayo como “Día
Internacional de los Trabajadores” en memoria de los obreros condenados a
muerte por los sucesos ocurridos en 1886 en la ciudad de Chicago. El 1º de mayo se
transformó en la jornada emblemática de la lucha de los trabajadores, jornada en la
que se debía intimarse mediante movilizaciones a los poderes públicos de todos los
países “para que reduzcan legalmente a 8 horas la jornada de trabajo”.
En nuestro país, los orígenes del socialismo y de su expresión política, el partido
Socialista, pueden rastrearse entre los diferentes grupos de inmigrantes europeos
que comenzaron a radicarse a partir de la segunda mitad del s. XIX. Comenzaron
por crear organizaciones sindicales y nucleamientos de pensamiento marxista, que
generalmente publicaban periódicos de carácter militante (Ej: “El Obrero”). En la
fundación de la Segunda Internacional estuvieron presentes delegados de la
Argentina y que la primera vez que el 1º de mayo fue conmemorado fue
precisamente en 1890, en el Prado Español de la ciudad de Bs As, acto organizado
por el Comité Obrero Internacional, y también en la ciudad de Rosario.

158
En 1893 el Dr. Juan B. Justo junto a varios integrantes de uno de los círculos de
pensamiento socialista fundó el periódico “La Vanguardia”, órgano “socialista
científico, defensor de la clase trabajadora”.
Existían a la fecha de aparición del primer nº de “La Vanguardia” en la ciudad de Bs
As 4 agrupamientos socialistas: el “Club Worwärts” (alemanes), “Les Egaux”
(franceses), el “Fascio dei Lavoratori” (italianos) y la “Agrupación Socialista”
(españoles y trabajadores del hable castellana). Estas agrupaciones (menos la
alemana) en junio de 1896 llevaron a cabo el Congreso Constituyente del partido
Socialista.
El programa de máxima del partido Socialista no podría ser otro que llegar a un
nuevo orden social en el que la “propiedad de los medios de producción sea
colectiva o social, en que cada uno sea dueño del producto de su trabajoT”.
Como “partido del proletariado”, en su programa mínimo exigía la jornada de 8
horas de trabajo, la protección del trabajo de la mujer y del niño, el descanso
semanal de 36 horas corridas, la responsabilidad patronal en materia de
accidentes de trabajo, la abolición del trabajo nocturno, el sistema de
representación proporcional para los cargos políticos electivos, la supresión de los
ejércitos permanentes, el divorcio vincular, la enseñanza laica, etc.
El partido Socialista fue la primera organización política del país con claros
contenidos de carácter ideológico y programático. La fuerza electoral del socialismo
quedó circunscripta a la Capital Federal donde en 1902 fue elegido Dr. Alfredo
Lorenzo Palacios como diputado nacional. El partido Socialista fue el gran propulsor
de la legislación protectora del trabajo y sus protagonistas, los trabajadores urbanos
y rurales.

Capítulo 2: La reforma electoral de 1912

Introducción

La reforma electoral de 1912 es el acontecimiento político más trascendente de la


historia política argentina de la primera mitad del siglo XX. A partir de los hechos de
mayo de 1810 nuestro país precisó más de 6 años para declarar formalmente su
independencia de “Fernando VII, sus sucesores y metrópoliTy de toda otra
dominación extranjera”; más de 40 años para darse una Constitución; 7 décadas
para resolver el problema de la Capital de la República. El conjunto de leyes
sancionadas y promulgadas bajo la presidencia del Dr. Roque Sáenz Peña son
conocidas como la reforma de electoral 1912.
Toda organización electoral se propone, responder a 2 cuestiones fundamentales:
- Quienes designan a los que van a ejercer por representación el poder
político (Ej: sufragio universal o calificado);
- Los métodos de elección de los que van a ejercer el poder político por
representación (Ej: elección directa o indirecta).

Las normas electorales de la CN

La CN del 1º de mayo de 1853 establece en el primero de sus artículos que la


Nación Argentina adopta para su gobierno “la forma representativaT”, sin que se
consagre el régimen electoral. Existe un hueco normativo en el texto constitucional,

159
pero todas las constituciones de la época se limitaban a consignar sumariamente
que se adoptaba el sistema representativo. El presunto hueco legislativo ha sido
cubierto por la reforma constitucional de 1994.
La CN contiene una serie de normas relativas al método de elección de los
miembros del Congreso y del PE. La cuestión del sufragio tiene 2 caras, una activa
(la capacidad de ser ciudadano y elegir) y otra pasiva (la capacidad de ser electo).
El PL se compone de 2 cámaras: la de diputados de la Nación y la de senadores de
las provincias y de la ciudad e Bs As.
La Cámara de diputados de la Nación se compone de representantes elegidos
directamente por el pueblo en las provincias. Para ser diputado se requiere haber
cumplido la edad de 25 años, tener 4 años de ciudadanía en ejercicio y ser natural
de la provincia que lo elija o 2 años de residencia inmediata en ella, duran 4 años y
pueden ser reelegidos indefinidamente.
Conformación de la Cámara de diputados de la Nación:
• Elección de directa;
• Elección a simple pluralidad de sufragios;
• Elección en función de distritos electorales (las provincias, la ciudad de Bs
As y la Capital en caso de traslado);
• Reelección indefinida en el tiempo;
• Sufragio universal en cuanto a la faz pasiva del sufragio, ya que no se
establecen normas que restrinjan la capacidad de ser electo, salvo las
meramente formales.

Como antecedentes constitucionales está la CN de 1819 (no existían mayores


diferencias con relación a los principios que hacen a la estructuración de la Cámara
baja, salvo la elección indirecta y el sufragio pasivo calificado). La CN de 1826, la
elección es directa pero mantiene el sufragio pasivo calificado.
El senado Nacional antes de la reforma constitucional de 1994 se componía de 2
senadores por provincia electos por las legislaturas provinciales a pluralidad de
sufragios, y 2 por la Capital electos en la forma respectiva para la elección del
Presidente de la República (Junta de Electores). Actualmente el Senado se
compone de 3 senadores por provincia y 3 por la ciudad de Bs As, elegidos en forma
directa y conjunta. Para ser senador se requiere tener 30 años de edad, haber sido
ciudadano de la Nación por 6 años, gozar de una renta anual de $2.000 fuertes o
ingresos equivalentes y ser natural de la provincia que lo elija o tener 2 años de
residencia inmediata en ella. Los senadores (antes de la reforma 1994) duraban 9
años en el ejercicio de sus funciones, pudiendo ser reelectos indefinidamente;
actualmente duran 6 años.
La conformación del Senado Nacional:
• Elección directa (antes de la reforma de CN 1994 era indirecta, a través de
legislaturas provinciales y del colegio electoral de la Capital);
• Elección a simple pluralidad de sufragios (antes de la reforma de CN 1994
de las legislaturas provinciales y del colegio electoral de la Capital);
• Reelección indefinida en el tiempo;
• Sufragio calificado en su cara pasiva: renta anual de $2.000 fuertes o
ingresos equivalentes.

La composición estamentaria del Senado en la CN de 1819, la elección era indirecta


y el sufragio era calificado pasivamente; la CN de 1826 la Cámara alta se componía

160
de 2 senadores pro provincia y 2 por la Capital, reitera la elección indirecta y el
sufragio calificado pasivo.
La CN 1853 estableció que el PE nacional es desempeñado por un ciudadano con el
título de “Presidente de la Nación Argentina”. Para ser elegido presidente (o vice) se
requiere haber nacido en el territorio argentino, o ser hijo de ciudadano nativo si se
ha nacido en el extranjero, pertenecer a la comunión católica apostólica romana y
reunir las demás calidades exigidas para ser senador nacional. Duraba 6 años en el
ejercicio de su mandato no pudiendo ser reelecto en forma inmediata, siendo su
elección verificada por una junta de electores o colegio electoral. La reforma
constitucional de 1994, el mandato ejecutivo se ha reducido a 4 años, puede ser
reelecto en forma inmediata por un solo período y su elección es directa.
La institución del ejecutivo se estructura sobre los principios siguientes:
• Elección de primer directa (antes de la reforma CN de 1994 era indirecta a
través de colegios electorales);
• Elección por sistema de segunda vuelta (antes de la reforma CN de 1994
por mayoría absoluta de votos de los colegios electorales);
• Posibilidad de reelección inmediata por un período (antes de la reforma
CN 1994, la reelección inmediata estaba prohibida, no así la reelección);
• Sufragio calificado en su cara pasiva (al igual que los senadores).

La Carta de Mayo restringía los derechos cívicos a través de una serie de


disposiciones:
- Restricciones de carácter censitario (sufragio calificado pasivo) para
ocupar el Senado nacional o los cargos de Presidente o vicepresidente de
la nación).
- Elección indirecta de los miembros del senado como del PE.

La reforma constitucional de 1994 ha eliminado las elecciones indirectas.


Los constituyentes del ´53 hicieron suyas las fundamentaciones de Juan Bautista
Alberdi. El sufragio universal había sido sancionado en Bs As por ley de su
legislatura durante la gobernación de Martín Rodríguez.
Las juntas electorales tenían por objeto “filtrar” las expresiones soberanas del
pueblo. Los integrantes de aquellas juntas electorales eran considerados totalmente
independientes de los ciudadanos que los habían elegido, de esa manera, la “razón
colectiva” era la que consagraba a los encargados de gobernar (gobierno por
representación).
A partir de 1930 los que se consideraban por alguna misteriosa ley de la naturaleza
o designio divino detentadores exclusivos de la “razón colectiva”, al verse
desalojados de los colegios electorales y de los cargos electivos por el pueblo
portador de la “voluntad colectiva”, no vacilaron en distorsionar el orden
constitucional por la vía del “fraude patriótico”.

Antecedentes legislativos

La CN sancionada en 1853 carecía de normas relativas al régimen electoral, todo lo


relativo a esta materia quedó librado a la labor legislativa del Congreso. El sufragio
es la función política ejercida por los ciudadanos en el marco de un determinado
sistema o régimen electoral, mediante el cual se regula la designación de los
gobernantes.

161
La primera ley electoral (ley nº 140) fue sancionada por el Congreso de la
Confederación Argentina instalado en Paraná en 1857, como consecuencia del art.
37º de la CN (1853) relativa a la elección de los diputados nacionales, norma que se
hizo extensiva más adelante para la elección de los electores de presidente y
vicepresidente. Los preceptos de la ley nº 140 estuvieron vigentes (con algunas
reformas) hasta 1912.
Este régimen electoral reunía las siguientes características:
a) Sufragio universal (activamente – capacidad de elegir): asignar el
sufragio el carácter de universal traduce que no puede condicionarse
al ciudadano del derecho de votar por razones de índole económico-
social o de educación-conocimientos (su opuesto es el sufragio
calificado, ya sea censitario (ser propietario, etc) o capacitario (saber leer
o escribir, etc)).
Formalmente desde la sanción de la ley del 14 de agosto de 1821 en la provincia de
Bs As, el sufragio fue siempre universal desde la faz activa.
b) Sufragio facultativo: el voto no era obligatorio sino facultativo, el
ciudadano para poder sufragar debía inscribirse en los “registros cívicos” o
padrones que eran elaborados por el ministerio del Interior. El manipuleo
de los registros cívicos (Ej: extraños cambios de domicilio a localidades
lejanas, etc) configuraba lo que se conoce como el “fraude preelectoral”,
los padrones eran elaborados para cada elección, los registros electorales
no tenía carácter permanente.
c) Sufragio público o “cantado”: el voto no era secreto sino público o
“cantado”, los actos electorales tenían por objeto esencialmente dominar
las mesas electorales que se ubicaban generalmente en los atrios de las
iglesias o lugares públicos, por medio de la violencia moral o física, para
de esa manera “volcar” el resultado a favor de determinada lista. Los
empleados públicos se veían en la obligación de concurrir y votar por las
listas oficiales so riesgo de quedar cesantes. En las provincias la situación
era parecida o peor, en tanto que en las zonas rurales las cosas eran aún
más graves: era impensable que un peón votase “a viva voz” en contra de
los candidatos del patrón.
Lo facultativo y público del sufragio allanaba las maniobras fraudulentas, tanto las
previas al día del comicio como en el día del comicio mismo, de la misma manera
que la falta absoluta de garantías posteriores en el momento de realizarse el
escrutinio facilitaba el fraude post-comicial; aparejando el descrecimiento
generalizado de la ciudadanía y la apatía hacia los actos comiciales (el nº de votos
era exiguo).
d) Sistema de representación política: la lista completa plurinominal: el
sistema de representación política es el mecanismo legal utilizado para
distribuir los cargos gubernamentales que son sometidos a la
consideración del electorado. El sistema de representación política
implantado por la ley nº 140 fue el de la lista completa plurinominal, que
rigió hasta 1912 (salvo 1902~1905).
De acuerdo a este sistema, el país quedaba dividido en 15 distritos electorales
(14 provincias + Capital). En cada uno de ellos, los ciudadanos votaban por una lista
que contenía la totalidad de los candidatos a ocupar los cargos electivos. El
partido que obtenía la mayoría de los votos emitidos ganaba la totalidad de los
cargos electivos.

162
Ej: en el distrito electoral Santa Fe se elegían 12 diputados nacionales y se
presentaban 3 partidos:
A- 5.000 votos
B- 4.500 votos
C- 4.000 votos
El partido A ganaba las 12 bancas en la cámara de diputados. Este sistema no
dejaba ningún margen para que las minorías tuvieran representación y además,
los 8.500 ciudadanos que votaron por los partidos B y C (más del 60% de los votos)
se quedaban, en los hechos, sin representación política.
En 1902, a instancias del ministro del Interior Julio A. Roca, el Dr. Joaquín V.
González, el Congreso sancionó la ley nº 4.161 que estableció un nuevo sistema
de representación política denominado de circunscripciones o de sufragio
uninominal. Cada distrito electoral era dividido en tantas circunscripciones
(divisiones de carácter territorial) como cargos electivos hubiese que elegir (Ej
anterior: 12 diputados = 12 circunscripciones), en cada una de estas
circunscripciones los ciudadanos votaban por una lista en la que figuraba un solo
candidato.
De acuerdo con la ley nº 4.161 el sufragio continuaba siendo facultativo, el
proyecto del ministro del Interior González propiciaba el voto secreto, lo que
naufragó en el Senado. En 1902 la elite gobernante hacía suyas las palabras de
Alberdi escritas en 1851 puesto que aún había que preparar a las masas “para el
ejercicio futuro del sufragio universalT”
La ley nº 4.161 introdujo un verdadero adelanto: la creación de una “Libreta
Cívica” por la que el votante debía identificarse ante las autoridades de la mesa
electoral al momento de emitir su voto. El fraude y la violencia continuaron a falta de
reales garantías para emitir el sufragio.
El sistema de circunscripciones podía favorecer a ciertas minorías que pudiesen
tener fuerza electoral en determinadas zonas o lugares. El partido Socialista obtuvo
un rotundo triunfo en la circunscripción de la Boca, en la Capital Federal.
En 1905 la ley nº 4.161 fue derogada ya que pesaba sobre ella la imputación de
inconstitucionalidad y se volvió al viejo sistema de la liste completa plurinominal. El
sistema de circunscripciones fue reimplantado en 1951 durante la presidencia de
Perón mediante la sanción de la ley nº 14.032, y nuevamente derogado en 1955.

Antecedentes políticos

Aquella Argentina que estaba al cenit de su desarrollo económico orientado “hacia


fuera” comenzó a buscar nuevas formas de viabilidad política. Desde diversos
ángulos y puntos de vista ideológicos se coincide en que el sistema político
argentino estaba en un avanzado estado de obsolencia.
Uno de los artífices y beneficiario personal del sistema, Julio A. Roca, llegó por
segunda vez a la presidencia en 1898 acompañado por el Dr. Norberto Quirno Costa
(vicepresidente), prácticamente sin oposición: Roca continuaba siendo el árbitro de
la política argentina en tanto que el mitrismo continuaba jugando su pobre papel
secundario (acuerdista) dentro de las filas del oficialismo, mientras que un sector del
radicalismo con la incorruptible y férrea conducción de Hipólito Yrigoyen continuaba
envuelto en los pliegues de la intransigencia y la abstención revolucionaria. Una de
las razones fundamentales que impulsaron la candidatura de Roca fue la delicada
situación planteada con Chile por cuestiones limítrofes.

163
En 1901 se produjo un profundo cisma en el equipo gobernante: Carlos Pellegrini
(la “gran muñeca”) rompió con el presidente Roca con motivo del proyecto de
unificación de la deuda externa. Este proyecto consistía en fundir en un solo
título los diversos empréstitos contraídos hasta entonces por los diversos
gobiernos del país. Roca, ante el escándalo desatado, retiró el proyecto del
Congreso abandonando a su suerte a Pellegrini; el gringo no pudo perdonarle
semejante maniobra. La ruptura del PAN (consecuencia de este enfrentamiento)
acrecentó el desgaste político de Roca, en tanto que la figura del jefe del partido
Radical (Hipólito Yrigoyen) crecía lentamente.
Para la renovación presidencial de 1904 Roca no pudo imponer a un sucesor
de su agrado (dejar pavimentado el camino hacia una tercera presidencia).
Debilitados sus poderes se vio obligado a convocar a una “Convención de
Notables” integrada por alrededor de 200 miembros entre los que se encontraban
ex presidentes y vicepresidentes de la Nación, ex embajadores, ex gobernadores de
provincia, ex legisladores, etc. (la crema del orden político imperante). Con ella (la
reunión) pudo frustrar la candidatura de Carlos Pellegrini a la presidencia pero no
pudo evitar el tener que entregar, el 12 de octubre de 1904, las insignias del
ejecutivo nacional al Dr. Manuel Quintana (militante desde siempre de las filas del
mitrismo), su compañero de fórmula, el Dr. Figueroa Alcorta (simpatizante de las
ideas de la fracción “modernista” del círculo gobernante).
La crisis de representatividad y legitimidad del Régimen llegó al estado de arrebato:
en febrero de 1905 se produjo una revolución radical, organizada y dirigida por
Hipólito Yrigoyen, marcando uno de los puntos culminantes de las tensiones
generadas por los polos antagónicos de la política nacional: el fraude electoral había
provocado la abstención y la intransigencia llevaba inequívocamente a la
insurrección armada. La “Causa” se levantaba como la antítesis del “Régimen”.
La crisis de representatividad y legitimidad políticas de la Argentina preocupaba
inclusive a los intereses británicos.
El lema con el que Roca había inaugurado su gobierno en 1880 (“Paz y
Administración”), resultaba insuficiente e ineficaz para un sociedad que había
experimentado profundas transformaciones económicas y sociales en menos de un
cuarto de siglo. Los hijos de la inmigración, toda una amplia nueva capa social de
sectores medios que buscaban un lugar bajo el sol de la vida política nacional. El
partido Radical había dejado de ser la originaria expresión política de la fracción de
la elite desalojada de los centros del poder por Roca y su sistema, para convertirse
en el partido que contenía a los nuevos sectores medios; el partido Socialista
penetraba en los sectores ligados al trabajo. La fracción más lúcida de la elite, “los
modernistas”, comprendió que había llegado el momento de cambiar algo para que
en esencia todo quedase igual: no cabía otra alternativa que la e reformar el sistema
electoral imperante en la Nación.
El presidente Manuel Quintana falleció en marzo de 1906 por lo que le sucedió el
vicepresidente José Figueroa Alcorta (sin apoyo alguno). Figueroa Alcorta, desde
la titularidad del PE se dedicó con fuerza y tenacidad a liquidar los restos de la
máquina electoral del roquismo: intervino en aquellas provincias cuyos
gobernantes eran afectos a Roca y contrarios a su persona, clausuró el Congreso
haciendo uso de la fuerza pública cuando la mayoría roquista se negó a aprobarle la
ley de presupuesto, indultó a los revolucionarios de 1905, conferencío con Hipólito
Yrigoyen, tratando de persuadirlo para que la UCR abandonase la abstención y la
conjura revolucionaria. Su gestión presidencial estuvo claramente dirigida a rematar

164
las pretensiones de Roca a una tercera presidencia y allanar el camino de la casa de
gobierno a su amigo (principal figura del mdernismo): Dr. Roque Sáenz Peña.
A lo largo de 1909 se fue fortaleciendo la candidatura de Sáenz Peña entre los
círculos políticos cercanos al oficialismo. La desaparición física de Bartolomé Mitre y
de Carlos Pellegrini no dejaron en el escenario nacional otros políticos de gran talla,
en tanto que el PAN agonizaba junto a las apetencias reeleccionistas de Roca.
Ante la disgregación del PAN se creó una nueva agrupación política, la “Unión
Nacional”, para apoyar la candidatura Sáenz Peña (que gozaba del calor
oficialista). El Dr. Victorino de la Plaza, antiguo gestor y comisionista de la Casa
Baring Brothers, fue designado para acompañarlo como candidato a vicepresidente.
Las elecciones presidenciales de 1910, indicio de la crisis de la representatividad y
legitimidad del sistema político: Roque Sáenz Peña y Victorino de la Plaza fueron
los únicos candidatos que se presentaron a la contienda electoral, ya que el Dr.
Guillermo Udaondo, candidato del exangüe mitrsmo se retiró de la confederación
(abstención radical). Los candidatos de la Unión Nacional obtuvieron la totalidad de
votos de los colegios electorales.

El acuerdo Sáenz Peña – Yrigoyen

Figueroa Alcorta había logrado neutralizar al roquismo, a Sáenz Peña le tocaba


sacar al partido Radical de la abstención y de las conjuras revolucionarias, integrar
al principal partido opositor a la vida política legal. Para ello había que conceder lo
que el partido fundado por Leandro N. Alem reclamaba de sus orígenes del Jardín
Florida: libertad de sufragio. Las elecciones presidenciales de 1910 habían
certificado la defunción del PAN. En el pensamiento de Sáenz Peña y de su equipo
de gobierno se trataba de poner en práctica el proyecto del modernismo ya
esbozado en 1891 de renovados métodos de acción política.
Antes de asumir la presidencia de la República Sáenz Peña se propuso llegar a un
acuerdo con el principal jefe de la oposición real, Hipólito Yrigoyen. Ambos se
conocían desde las filas del efímero partido Republicano. En septiembre de 1910,
por intermedio del Dr. Manuel Paz, invitó al caudillo radical a conversar sobre la
situación política del país y las posibles maneras de superar la situación de crisis
que por años había soportado.
El partido radical revolucionario era la consecuencia de “la mala política y de los
malos gobiernos que lo han engendradoT”. Al ofrecerse al radicalismo la
participación en el gobierno a través de algunos ministerios, la misma fue declinada
desde que el radicalismo no podía “entrar a participar del gobierno sino por medio de
posiciones electivas”.
Aceptó Yrigoyen la participación que se ofrecía en todo lo relativo a la reforma
electoral:
- Acordaron la utilización del padrón militar en las elecciones; la
intervención de la justicia federal en el control electoral;
- En cuanto al sistema de representación política, se acordó el de la lista
incompleta plurinominal;
- Se convino el voto secreto, por ser “una medida apropiada e
indispensable para iniciar la verdadera puridad representativa democrática
definitiva en la NaciónT”;
- Acordaron en la universalidad y obligatoriedad del sufragio.

La UCR levantó la abstención revolucionaria.

165
El 12 de octubre de 1910 asumió la primera magistratura nacional el Dr. Roque
Sáenz Peña; el radicalismo había abandonado la abstención, las bases de la
reforma electoral habían quedado asentadas. Sáenz Peña debía poner en práctica
su idea de crear un agrupamiento político conservador capaz de vencer al
radicalismo en libres elecciones. Pero su muerte impedirá concretar esta última parte
del plan.

Capítulo 3: Las normas de la reforma electoral

Introducción

Las fuentes legislativas de la reforma electoral de 1912 han sido ubicadas en las
leyes electorales británicas y en la legislación electoral española de 1907.
La reforma electoral se conforma con un plexo integrado por 3 normas:
- La ley de enrolamiento general (nº 8.129);
- La ley de formación del padrón electoral (nº 8.130);
- La ley de elecciones nacionales (nº 8.871), o ley “Sáenz Peña”.

Ley de enrolamiento general (nº 8.129)

Sancionada y promulgada en julio de 1911.


Se dispone que el PE nacional debía proceder a efectuar el enrolamiento general de
todos los ciudadanos nativos y por naturalización. Los ciudadanos (nativos o por
naturalización) debían cumplir indefectiblemente con el requisito de enrolamiento
al cumplir los 18 años, a los fines del cumplimiento de las normas relativas al
servicio militar obligatorio. Estaba a cargo de las autoridades militares, de quienes
dependían las autoridades del Registro Civil.
El ciudadano, al enrolarse a los efectos de cumplir con las leyes relativas al servicio
militar obligatorio recibía un documento, la Libreta de Enrolamiento (documento de
identificación personal). La Libreta de Enrolamiento cumplía 3 funciones:
- Documento de identidad;
- Documento que acreditaba que el ciudadano había cumplido con las leyes
del servicio militar obligatorio;
- Documento habilitante para emitir el sufragio.

Esta última función era de suma importancia; la identificación del ciudadano


mediante su Libreta de Enrolamiento evitaba lo que en el pasado se denominaba
“voto transeúnte” (un mismo sujeto votando en diversas mesas electorales).

Ley de formación del padrón electoral (nº 8.130)

La segunda norma integrativa de la nueva legislación electoral fue también


sancionada en julio de 1911; “sin buenos padrones, no puede haber buenas
eleccionesT”; con esta ley se segaban las fuentes del fraude preelectoral. En el
sistema anterior los padrones electorales o registros cívicos no eran permanentes ya
que se elaboraban para cada elección, y que dicha confección estaba a cargo del
ministerio del Interior.

166
La nueva ley establecía que los encargados de la formación del padrón electoral
eran los jueces federales con asiento en la capital de cada provincia, y en la Capital
Federal el juez federal más antiguo.
Cada provincia y la Capital Federal eran divididos en secciones electorales: en
cada sección electoral el juez federal designa a un funcionario, Comisario de
Padrón (uno titular y otro suplente).
El procedimiento para formar el padrón fue:
1. Las listas de los enroladotes eran enviadas por el ministerio de Guerra al
ministerio del Interior;
2. El ministerio del Interior enviaba las listas de los enrolado
correspondientes a cada distrito electoral al respectivo juez federal;
3. El juez federal enviaba la lista de enrolados correspondiente a cada
sección electoral al Comisario de Padrón respectivo.

Los Comisarios de Padrón estaban obligados a fijar las listas de los enrolados en
lugares públicos por un lapso de tiempo conocido como de “depuración” o de
“tachas”; las reclamaciones varias de los ciudadanos (Ej: no encontrarse inscripto a
pesar de haberse enrolado) así como las denuncias sobre irregularidades (Ej: doble
inscripción, etc) debían realizarse ante el Comisario de Padrón quien debía elevarlas
al juez federal del distrito, siendo sus resoluciones inapelables.
Estos padrones elaborados tenían un carácter permanente porque los ciudadanos
figuraban en ellos desde el momento en que se enrolaban al cumplir los 18 años y
hasta su fallecimiento. En el anterior sistema los registros cívicos eran transitorios
(se elaboraban para cada elección), elaborados bajo el contralor del ministerio del
Interior (fraude preelectoral).

Ley de elecciones nacionales (nº 8.871)

La ley de elecciones nacionales (nº 8.871 o “Sáenz Peña”) consagró el conjunto de


garantías mínimas exigibles en la época para hacer posible el libre ejercicio del
sufragio universal y el debido respeto a la voluntad popular expresada en las urnas
el día del comicio. Se trató de una verdadera LEY-CLAVE que marcó una verdadera
ruptura en el proceso de la vida institucional de los argentinos y consagró la apertura
de un nuevo ciclo histórico que tomó cuerpo definitivo en 1916 con el ascenso de la
UCR al gobierno de la Nación.
Las disposiciones más salientes de la ley nº 8.871, sancionada el 13 de febrero de
1912 son:
a) Sufragio universal: la ley Sáenz Peña establece que son electores
nacionales los ciudadanos nativos y naturalizados desde que tienen
cumplidos los 18 años de edad y figuren en el padrón electoral; lo que
hace la ley electoral es estatuir garantías mínimas para que el ciudadano
ejercite libremente su derecho a sufragar.
La ley establece una serie de impedimentos que no afectan a la universalidad del
sufragio (en su faz activa); así por razones de incapacidad, o de estado y condición,
o de indignidad, se excluye del padrón electoral a los dementes declarados en juicio,
a los eclesiásticos regulares o a los dueños y gerentes de prostíbulos. Los excluidos
del padrón electoral (su enumeración) tienen carácter taxativo, además, se trata de
sufragio universal masculino, ya que las mujeres no figuraban en el padrón desde
que carecían de los derechos políticos. Las mujeres accedieron al ejercicio del
sufragio en el ámbito nacional merced a la sanción de la ley nº 13.010 de 1947

167
(existía el voto femenino en provincias como San Juan desde los años ´20). Los
extranjeros carecían de derechos políticos.
b) Sufragio obligatorio: se establece la obligatoriedad del sufragio en las
elecciones nacionales para todos los ciudadanos que figurasen en el
padrón electoral, excluyendo a los mayores de 70 años y a los jueces y
sus auxiliares que deben estar en sus oficinas.
Los ciudadanos que sin causa legítima dejasen de emitir su voto se hacían pasibles
de sanciones; la primera vez y como una especie de censura de índole moral se
publicaban los nombres de quienes no habían emitido el sufragio, y en casos de
reincidencia con multas dinerarias, con las debidas excepciones (electores
analfabetos, residentes a más de 20 kms de la mesa electoral, etc.)
La obligatoriedad del sufragio desató sendas oposiciones en la Cámara de
Diputados; se argumentó en contra de la obligatoriedad sobre la base que
“Timpedía advertir el grado real de adhesión o de la indiferencia de una
convocatoria electoral”.
c) Sufragio individual y secreto: otra de las garantías (la más importante)
establecidas por la ley nº 8.871 es el secreto del sufragio. La ley organiza
una especia de ritual: la apertura del acto electoral en el día y hora
señalados, la verificación de la identidad mediante la exhibición de la
Libreta de Enrolamiento ante la autoridad de la mesa electoral, la entrega
al elector de un sobre abierto y vacío firmado por el presidente de la mesa
electoral, las características que debía reunir el cuarto obscuro (“no debe
tener más que una puerta utilizable y estará iluminado artificialmente en
caso necesarioT”), hasta el depósito del sobre por parte del sufragante en
la urna.
Dentro del recinto del comicio no podía haber aglomeraciones (sólo se admitían 10
personas a la vez), se prohibía a los votantes presentarse en el local ostentando,
aún doblada, la boleta de sufragio, la que podía utilizar exclusivamente en el
momento de encontrarse sólo en el cuarto obscuro. Ninguna autoridad, o persona, o
corporación, o partido, o agrupación política podían obligar al ciudadano a votar en
grupos, cualquiera fuese la denominación o naturaleza que tuviesen.
d) Otras garantías: la ley articula otras garantías a más de las ya analizadas
para proteger al sufragio y al sufragante.
Ningún ciudadano podía ser arrestado en el día del comicio salvo caso de
flagrante delito; las personas bajo dependencia legal de otras tenían acciones para
poder ejercitar su derecho a votar; las elecciones no podían ser interrumpidas y
debían finalizar a las 18 horas.
Los agentes de policía estaban bajo las órdenes de los presidentes del comicio, para
mantener el orden, la seguridad y libertad del acto electoral; el presidente del
comicio estaba facultado para expulsar a los que no guardasen el debido
comportamiento en el ámbito del recinto donde se efectuaban las elecciones; en el
día del comicio estaba prohibida la aglomeración de tropas o cualquier ostentación
de fuerza armada; estaba prohibida la reunión de electores o el depósito de armas
en las inmediaciones de las mesas electorales; no podía haber espectáculos
públicos ni expendio de bebidas alcohólicas en el día del comicio; la publicidad
electoral estaba prohibida desde la noche anterior al acto comicial.
La nueva legislación tendía a corregir las perversiones del pasado y abrir un nuevo y
más amplio cauce a la vida política nacional.
e) Ámbito de aplicación de la ley: la ley nº 8.871 era una ley nacional, de
aplicación exclusiva a las elecciones de carácter nacional.

168
f) Sistema electoral o de representación política: el sistema electoral
aplicado en nuestro país fue el de lista incompleta plurinominal, sin
olvidar el sistema de circunscripciones o de voto uninominal.
El sistema de lista completa plurinominal era esencialmente injusto desde que no
contemplaba la representación de las minorías, la ley nº 8.871 adoptó el sistema
denominado “lista incompleta plurinominal”.
El sistema de la lista incompleta plurinominal funciona de la siguiente manera: se
vota por las 2/3 partes de los cargos a elegir.
Ej: si hay que elegir 18 diputados por Santa Fe, el elector vota por 12, que son los
que figuran en la boleta de sufragio.
Su antecedente mediato ha sido ubicado en la legislación electoral española de
1907. Expuesto el partido que obtiene la mayoría de los sufragios gana 12 bancas
de diputados nacionales, en tanto que el partido que le sigue en nº de votos (la
primera minoría) obtiene 6 bancas de diputados nacionales. El sistema comienza a
funcionar desde el momento que hay que elegir 3 cargos electivos o más, en el caso
de tener que elegirse 1 o 2 el partido que obtiene la mayoría es el que gana el o los
2 cargos electivos.
El sistema de lista incompleta plurinominal propiciado en el proyecto del PE fue
objeto de fuertes ataques tanto en el Senado como en la Cámara de Diputados de la
Nación. Se adujo que el art. 37º de la CN establece que los diputados son electos a
“simple pluralidad de sufragios”, son electos los candidatos más votados. De esa
manera quedarían excluidas las minorías. Tocó al ministro del Interior Indalecio
Gómez asumir la defensa del nuevo sistema de representación política propuesto:
los sistemas electorales no son competencia de la CN, sino de las leyes dictadas en
su consecuencia, por lo que todos los sistemas electorales son admisibles en tanto
devengan de normas que legislen adecuadamente y no burlen el sistema
representativo de gobierno establecido por la Ley Suprema. El sistema de lista
incompleta propiciado en el proyecto del PE estaba limitado a la elección de
diputados nacionales, en tanto que para los electores de presidente y
vicepresidente de la Nación y para los electores de senadores de la Capital
Federal se mantenía el sistema de lista completa. La ley aprobada hizo extensivo
el sistema para la elección de los electores del PE y senadores capitalinos.
La lista incompleta tiende al fortalecimiento del bipartidismo; la intencionalidad
política de la fracción modernista de la elite conservadora era integrar al radicalismo
a la vida política legal (aparentemente asegurada).
g) El escrutinio: terminada la elección (a las 18hs) el presidente de la mesa
electoral debía proceder a cubrir la boca de la urna con una hoja de papel
fuerte, que debía sellar y firmar, invitando a todos los apoderados de los
partidos a hacerlo conjuntamente con él; no existía el recuente provisorio
de los votos en la mesa. La urna, con la documentación correspondiente
era transportada y entregada en al oficina de Correos más cercana, se
entregaba al presidente de la mesa electoral un recibo duplicado, cuyo
original debía ser enviado por el presidente de la mesa electoral a la Junta
Escrutadora.
Las Juntas Escrutadoras estaban asentadas en la Capital Federal y en las capitales
de las provincias; sus miembros eran todos integrantes del Poder Judicial. El
escrutinio se realizaba en sesión pública; en la Capital Federal en el recinto de la
Cámara de Diputados y en las capitales de las provincias en los recintos de las
legislaturas. Tenían derecho a estar presentes y fiscalizar el escrutinio los
apoderados de los partidos.

169
La ley nº 8.871 establecía toda una serie de ilícitos electorales con las penas
correspondientes para los infractores.

Capítulo 4: Las elecciones presidenciales de 1916

Introducción

“Los 60 millones de hectáreas de su zona (del país) pampeana se constituyen en


uno de los principales centros de atracción del flujo migratorio y del movimiento
internacional de capitales. El aumento de las exportaciones argentinas y la ubicación
del país en un lugar destacado en la economía mundial”. El modelo político diseñado
para excluir a las mayorías del manejo de la cosa pública había entrado en franca
crisis. Las transformaciones económicas aparearon mutaciones en la estructura de
la sociedad y la aparición y crecimiento de nuevos sectores sociales integrados por
comerciantes, profesionales, pequeños y medianos productores rurales, que
portaban nuevas aspiraciones y demandas que no podían cuajar en aquel modelo
político manifiestamente obsoleto.
Sáenz Peña y la fracción “modernista” de la elite gobernante intentaron dar
respuestas a las reivindicaciones de los nuevos sectores sociales a través de las
estructuras partidarias de la UCR, y en menor medida del partido Socialista.
Esta fracción de la elite gobernante jamás tuvo en cuenta una eventual derrota en
las urnas; elaborada y sancionada la reforma electoral y colocado el radicalismo en
las arenas políticas de la legalidad, correspondía pasar a la estructuración de una
fuerza nacional de apego conservador pero con claros rasgos modernos e
innovadores que tomase en sus manos la conducción del Estado, dejando actuar a
los radicales como una especie de “leal oposición”. El PAN había dejado de existir
y los grupos conservadores de las provincias necesitaban orquestar una fuerza
política nacional capacitada para enfrentar con éxito las elecciones presidenciales de
1916. La prematura muerte de Sáenz Peña en agosto de 1914 frustró la segunda
parte de su proyecto político. Ese año hizo aparición en la escena política nacional
una nueva fuerza que intentará concretizar las aspiraciones del difunto mandatario,
el partido Demócrata Progresista (PDP).

El partido demócrata progresista

En 1914 tuvo lugar en el Hotel Savoy en Bs As la reunión constitutiva de la nueva


agrupación política.
Fundada la “Liga del Sur” por el Dr. Lisandro de la Torre en 1908 en el teatro de La
Opera de la ciudad de Rosario como una reacción contra las malas leyes que
causan los malos gobiernosT”, un agrupamiento cuya base social de substentación
estaba ubicada en la “pampa gringa”, sur de Sta Fe, y cuyo programa ponía el
acento en la descentralización de los poderes provinciales, en un amplio régimen
autónomo para las municipalidades, la representación política de las minorías, etc,
se convierte en su antecedente inmediato (del PDP).
El Dr. De la Torre había nacido en diciembre de 1868 en Rosario; recibido de
abogado en la Universidad de Bs As, se integró a la Unión Cívica y participó de la
revolución de 1890. Militó activamente en la UCR en tanto fue conducida por
Leandro N. Alem.
El PDP quedó estructurado sobre la base de una serie de agrupamientos
conservadores-modernistas de las provincias y de la Capital Federal, y la Liga del

170
Sur santafesina, al margen del mismo quedaron los conservadores de Bs As y de
otras provincias que seguía las directivas del gobernador bonaerense Marcelino
Ugarte. La plataforma originaria de la democracia progresista “Tdentro de una
marea librecambista generalTfuera la única con un programa económico basado en
la protección a la industria nacional, el desarrollo de la Marina Mercante y la
organización del comercio exterior bajo el control del Estado”.
Aquella conciliación partidista tenía por objeto principal enfrentar al radicalismo en
las decisivas elecciones de 1916 (bastaría con enfrentar la personalidad de Lisandro
de la Torre con la de Yrigoyen). A partir del triunfo radical de 1916 el PDP
comenzó a desgranarse y quedar con fuerzas relativas solamente en Santa Fe,
su principal dirigente y fundador irá tomando posturas de centro-izquierda.

El radicalismo en la legalidad

Desde la llegada de Sáenz Peña a la presidencia y el anuncio de las nuevas leyes


electorales se fue conformando y fortaleciendo en el seno del radicalismo una
corriente (“concurrencista”) cuyos miembros sugerían la necesidad de presentar
candidatos partidarios en todas las elecciones, incluidas las provinciales, a pesar de
la opinión de Yrigoyen quien desconfiaba del Régimen y sus hombres y veía, en las
situaciones provinciales controladas por las fuerzas conservadoras un obstáculo
probable a la estricta aplicación de la legislación electoral. El caudillo radical había
requerido a Sáenz Peña en la reunión mantenida en septiembre de 1910 la
intervención federal a todas las provincias como garantía suprema de puridad en los
comicios, que el presidente electo no podía satisfacer.
La situación política prevalerte en Santa Fe fortaleció las posiciones concurrencistas.
La provincia litoraleña se encontraba sometida a la intervención federal, el
interventor federal, Anacleto Gil, había convocado a elecciones para normalizarla
institucionalmente. La presión de radicales santafesinos obligó a la Convención
Nacional de la UCR a reunirse a fines de 1911 al sólo efecto de tratar el tema de las
elecciones en la provincia. Las sesiones del máximo organismo partidario tuvieron
carácter secreto y se resolvió autorizar al radicalismo santafesino a participar en los
comicios para la elección de gobernador. Sáenz Peña se había comprometido en
una reunión previa mantenida con los integrantes del Comité Nacional de la UCR en
otorgar a la cuestión de la provincia de Sta Fe, haciéndose personalmente
responsable de los procederes del interventor federal bajo su palabra de “presidente
y caballero”; las resistencias de Yrigoyen contrarias a la concurrencia electoral no
fueron atendidas.
Las elecciones para gobernador y vice de Sta Fe tuvieron lugar el 31 de marzo de
1912 y “Tfueron las primeras del país con padrón militar, no aún con los recaudos
de la ley electoral promulgada el 13 de febrero de ese añoT”. Las disposiciones de
la ley nº 8.871 contemplaban exclusivamente los cargos electivos de carácter
nacional. El triunfo correspondió a la fórmula de la UCR integrada por los Dres.
Manuel Menchaca y Ricardo Caballero; ya nada pondría detener en adelante a la
corriente concurrencista que se tornaba cada día mas fuerte.
En abril de 1912 se llevaron a cabo los comicios para elegir diputados
nacionales en la Capital Federal y en Sta Fe bajo las normas de la nueva
legislación electoral correspondiendo la victoria al partido radical; en 1913, en la
elección de electores para designar un nuevo senador por la Capital Federal
triunfaron los socialistas. Si por un lado un sector se aprestaba a dar batalla electoral
desde las filas del PDP, el ya presidente en ejercicio Victorino de la Plaza se

171
convirtió en el blanco receptor de las presiones del grupo que respondía a las
directivas del gobernador de Bs As, Marcelino Ugarte: el ugartismo pretendía sino la
derogación, al menos la modificación substancial de las normas electorales
sancionadas en 1912, lo que fue desechado por el primer mandatario de turno, el Dr.
De la Plaza.

Las elecciones presidenciales de 1916

En 1915 se fueron perfilando las diversas candidaturas presidenciales.


El partido Demócrata Progresista proclamó la fórmula Lisandro de la Torre,
Alejandro Carbó; el partido Socialista consagró al binomio Juan B. Justo,
Nicolás Repetto.
Las fuerzas conservadoras que respondían al gobernador bonaerense Marcelino
Ugarte desconocieron a los candidatos demoprogresistas y oficializaron en los
distintos distritos electorales listas de electores para presidente y vicepresidente de
la República, sin levantar nombres de candidatos concretos. La estrategia de Ugarte
revelaba el claro designio de negociar, pasadas las elecciones, en el Colegio
Electoral dado que se pronosticaba una elección reñida que inclusive podía terminar
en las manos del Congreso Nacional.
La Convención Nacional de la UCR eligió por aclamación como candidato a
presidente a Hipólito Yrigoyen, que declinó en primer instancia. Hubo
manifestaciones frente a la casa de Yrigoyen en la calle Brasil y una comisión salida
del seno de la Convención logró al fin que retirara su renuncia. El riojano Pelagio B.
Luna fue nominado como candidato a vicepresidente. El binomio Yrigoyen-Luna fue
evaluado como la “fórmula solidaria” frente al intento de los grupos más
conservadores en el partido radical de obtener la vicepresidencia par uno de los
suyos, el Dr. Vicente C. Gallo. El radicalismo santafesino había experimentado una
división que dio lugar a la aparición de los “radicales disidentes de Sta Fe”, que
presentaron su lista de electores en la provincia sin proclamar candidatos.
Las elecciones presidenciales de 1916 fueron las primeras que se realizaron bajo
las normas de la ley nº 8.871. El radicalismo se impuso en 6 distritos electorales; la
democracia progresista en 4; los seguidores de Ugarte en 4, la disidencia radical
santafesina se impuso en dicha provincia. Los resultados en votos populares y
electoales fueron:
Partido Sufragios Electores
UCR 339.000 133
PDP 122.000 65
PS 52.000 14
Ugartistas 153.000 65
Radicales de Sta Fe 28.000 19

El resultado de las elecciones abría las puertas a una grave crisis política e
institucional: en 1916 el Colegio Electoral se componía de 300 miembros (el
duplo del total de los diputados y senadores). La mayoría absoluta de votos era
requerida para ser consagrado presidente (y vicepresidente) de la Nación, para
alcanzar dicha mayoría absoluta se requerían 151 sufragios en el Colegio
Electoral. Las cifras transcriptas revelan una contradicción: la UCR, a pesar de
haber resultado triunfadora en el voto popular, podría llegar a ser la gran perdedora
en el Colegio Electora porque no tenía los 151 votos requeridos constitucionalmente.
Y si ningún candidato alcanzaba la mayoría requerida constitucionalmente la

172
decisión pasaba a manos del Congreso Nacional, que debía elegir entre los 2
candidatos más votados en el Colegio Electoral: la Cámara de Diputados y la de
Senadores del año 1916 estaban dominadas ampliamente por las fuerzas
conservadoras. En función de la legalidad la “razón colectiva” podía imponerse a la
“voluntad colectiva” en detrimento de la legitimidad, ya que es factible pensar que los
diputados y senadores de raigambre conservadora jamás votarían por el “Peludo”
radical.
La clave de la elección se trasladaba a los 19 electores del radicalismo
santafesino. Yrigoyen se negó a negociar terminantemente con los disidentes. El 10
de junio de 1916 se reunió la Convención del radicalismo de Santa Fe y se
acordó que sus electores votasen la fórmula Yrigoyen-Luna.
Los últimos intentos efectuados en el Congreso Nacional por parte de los
conservadores para evitar el acceso del radicalismo al gobierno fracasaron. El 20 de
julio de 1916 el Congreso procedió a escrutar los votos de los Colegios
Electorales: la candidatura radical obtuvo 15 sufragios. Se puede analizar el
resultado de los comicios en la provincia de Santiago del Estero donde el
radicalismo se impuso en el voto popular por 12 votos. De haberse invertido el
resultado, los 14 votos electorales de esa provincia se hubiesen distribuido a su vez
en forma diferente, 10 para los conservadores y 4 para los radicales, por lo que ni
aún con los 19 votos del radicalismo santafesino la fórmula Yrigoyen-Luna hubiese
obtenido la mayoría absoluta requerida por la CN. Ha desaparecido el peso político
de las llamadas “provincias chicas” al eliminarse los colegios electorales, en
detrimento del sistema federal.
El 12 de octubre de 1916 asumió el primer presidente consagrado en las urnas
por la voluntad mayoritaria del pueblo. La normativa electoral sancionada en los
años 1911~1912 le ha ahorrado al país momentos desagradables de violencia
política.

Capítulo 5: Los gobiernos radicales

Introducción

En 1916 los sectores medios de la sociedad argentina alcanzaron el manejo de la


cosa pública a través de las estructuras políticas de la UCR. Los grupos sociales
integrativos de la elite económica y social que habían monopolizado hasta entonces
el control del aparato estatal fueron desalojados del mismo mediante el expediente
de una profunda reforma de las leyes electorales de la Nación.
El radicalismo de 1916 ya no era socialmente el mismo de los orígenes de 1891; en
sus principios estuvo integrado por vestigios de los antiguos partidos Federal y
Autonomista y por aquella parte de la elite desplazada del manejo de la cosa pública
por el ascendente roquismo, pero desde fines del siglo XIX fue engrosando sus filas
con el aporte de los hijos de la inmigración, todos deseosos de participación activa
en la vida política nacional bajo la común consigna del estricto cumplimiento de la
CN.

La política (1916~1922)

Hipólito Yrigoyen recibió las insignias del mando de manos de Victorino de la Plaza
en medio de una situación política poco propicia en el orden interno (sumado a la
guerra mundial iniciada en 1914).

173
Al 12 de octubre de 1916 el PL nacional estaba dominado por las fuerzas
conservadoras; en la Cámara de Diputados, gracias a su renovación parcial por
mitades cada 2 años, recién en 1922 el radicalismo pudo obtener mayoría propia,
pero en la Cámara de Senadores, cuya renovación era (antes de la reforma CN
1994) indirecta, trabajosa y lenta, el radicalismo nunca pudo contar con la mayoría
propia: al finalizar el mandato de Yrigoyen en 1922, sobre un total de 30 escaños
senatoriales, se encontraban 8 senadores frente a 20 conservadores, 1 radical
disidente y 1 socialista. La oposición en el Congreso Nacional pudo ejercer una
clara política obstruccionista e innumerables proyectos legislativos quedaron
sin sanción (Ej: el Código de Trabajo, el del Banco Agrícola).
Las relaciones PE-Congreso nacional eran tirantes o poco cordiales. Los
legisladores de la oposición promovieron innumerables incidentes políticos que
derivaban en fallidos pedidos de interpelación a los ministros del PE, éstos se
abstenían de concurrir a las cámaras a dar las explicaciones solicitadas.
La relación Estado federal-Estados provinciales fue en el período en
consideración tremendamente conflictiva: entre 1916 y 1922 se produjeron 20
intervenciones federales, 5 fueron ordenadas por leyes del Congreso y el resto
mediante decretos del PE basados en la “política de la reparación”, con
fundamentos de orden ético-político, pero no jurídicos. Debe recordase los reclamos
que Yrigoyen le hiciera a Sáenz Peña fue la intervención federal de todas las
provincias, gobernadas sobre la base de la práctica constante del fraude electoral.
Los gobiernos provinciales eran, en lo formal legales, pero en lo substancial eran
ilegítimos, no eran el resultado de la voluntad popular sino del fraude. La política
“reparadora” pretendía colocar a los pueblos de las provincias en condiciones
óptimas para que pudiesen elegir en total libertad a sus gobiernos inmediatos, y
su fundamentación puede encontrarse en el Mensaje que en enero de 1917 el PE
nacional dirigiera al gobernador de Bs As, Marcelino Ugarte, ante el cuestionamiento
que el dirigente conservador hiciera ante la intervención decretada a la provincia.
En orden a estas consideraciones de orden ético (la intervención federal a las
provincias encuentra su fundamento en el art. 6º de la CN) la provincia de Bs As
fue intervenida por decreto así como el resto de las provincias gobernadas por los
saldos políticos del Régimen lo que desató las iras de la oposición conservadora
para la cual las intervenciones a las provincias fueron “Tuno de los motivos más
señalados de agitación política y protestaT”. Esta práctica ha sido uno de los
elementos que más han ayudado a subvertir las autonomías de las provincias y al
régimen federal de nuestro país.
El presidente Yrigoyen fue un hombre respetuoso, en general, de las normas
constitucionales. No transgredió el principio de inamovilidad de los jueces, ni
se intentó aumentar el número de integrantes del alto tribunal. A pesar de la dura
oposición que se hacía contra el gobierno hubo un acendrado respeto hacia “Tlas
libertades y garantías individualesT; no se realizaron persecuciones políticas y
policiales y el poder judicial actuó con plena independencia. Otro aspecto importante
fue la no aplicación del estado de sitio”.
Durante estos años comenzó a desintegrarse el PDP como consecuencia de la
suerte de contradicciones internas que pueden rastrearse hasta sus mismos
orígenes, reflejándose en la pérdida de su representatividad parlamentaria. A los
conservadores les costó reponerse de la derrota electoral de 1916, continuaron sin
poder consagrar una fuerza política en el ámbito nacional. Los socialistas
mantuvieron una dura puja con el radicalismo por la mayoría en la Capital Federal.
El partido Socialista experimentó una importante escisión en 1918 consecuencia de

174
los hechos acaecidos en Rusia en 1917: apareció el partido Socialista Internacional
(luego partido Comunista); todos los partidos socialistas del mundo experimentaron
esta división por aquellos años en que hizo su aparición la Tercera Internacional en
Moscú.

Lo económico y social

El estallido de la 1WW en junio de 1914 impactó fuertemente a la economía


argentina desde que se quebraron “Tlas rutas comerciales dejando aislados los
mercados de los centros productores de abastecimientoTse interrumpe la afluencia
de capitales de las metrópolis a las regiones periféricasT(y)Tse frenan las
corrientes migratorias expulsadas de los países cuyos procesos de industrialización
no alcanzaban a absorber la mano de obra disponible”. Las exportaciones
nacionales en este período experimentaron tanto subas como bajas que dejaron un
saldo negativo, las importaciones de bienes manufacturados cayeron entre un
40% y un 50%, los países europeos concentraron su producción industrial en las
áreas de armamentos, lo que tradujo la aparición y desarrollo de algunas
industrias en el país de algunos productos que antes de la guerra se importaban
del mercado europeo. No se trató de un verdadero despegue industrial dada la
escasez de equipos y maquinarias industriales; se trató de un proteccionismo de
hecho en consecuencia del conflicto bélico. Los años de la guerra, que coinciden
casi por completo con la primera presidencia radical, fueron años de crisis y de
depresión de la actividad económica. La Argentina era un país fuertemente
dependiente de los países industrializados con una producción agraria y ganadera
esencialmente precaria. Pese al cambio político de 1916, no hubo cambios drásticos
en materia económica.
En cuanto al movimiento obrero, el afianzamiento de las corrientes socialistas y
sindicalistas, en detrimento del anarquismo que ya vivía un franco declive desde la
“semana roja” de 1910. La escisión del partido Socialista se reflejó también en el
ámbito sindical con la aparición de la corriente comunista en el movimiento obrero.
En 1922 nos encontramos con una menguante Federación Obrera Regional
Argentina (FORA) de tendencia anarquista, la Unión Sindical Argentina (USA)
controlada por los sindicalistas y a la Confederación Obrera Argentina (COA) en la
que se agrupaban los socialistas y otras corrientes independientes del movimiento
obrero.
La recesión provocada a consecuencia de la guerra mundial aparejó un crecimiento
de la desocupación y una caída pronunciada del salario, la protesta obrera se
manifestó a través de numerosas huelgas. El Estado nacional se transformó en una
instancia de conciliación entre los conflictos protagonizaos por el capital y el trabajo.
La magnitud y gravedad de los hechos de 1919 (“Semana Trágica”, reclamo de los
trabajadores de la empresa metalúrgica Vasena) que las tropas acantonadas en
Campo de Mayo al mando del gral. Luis Dellepiane entraron en al Capital Federal
para reimponer el orden, grupos armados (privados) de la derecha política y
xenófoba (“Liga Patriótica Argentina” y la “Asociación del Trabajo”) iniciaron sendas
“T´razzias´ contra rusos y judías (“comunistas”) y contra catalanes (“anarquistas”);
provocaron entre 800 y 1.500 víctimas fatales. El presidente de la República terminó
intercediendo ante los propietarios de la fábrica Vasena y como resultado la mayoría
de las demandas obreras fueron concedidas y además, se puso en libertad a los
trabajadores detenidos.

175
Más graves fueron los acontecimientos ocurridos en el territorio nacional de Santa
Cruz en 1921. El pliego de reivindicaciones presentado por la “Sociedad Obrera de
Oficios Varios” de Río Gallegos. Las reivindicaciones giraban alrededor de las
condiciones de trabajo de los peones de estancia durante la zafra lanera:
habitaciones limpias para los peones, pago de la luz eléctrica a cargo de los
patrones, una tarde libre para el lavado de la ropa, 3 platos en las comidas, etc.
Estas reivindicaciones fueron rechazadas por la Sociedad Rural y la respuesta fue la
huelga general por parte de las organizaciones obreras. En enero de 1921 llegó a
Río Gallegos el Regimiento 1º al mando del coronel Héctor B. Varela, quien medió el
conflicto y ante la aparente aceptación de las demandas obreras por parte de la
Sociedad Rural la huelga fue levantada y el Regimiento 1º abandonó Río Gallegos.
Los estancieros lanzaron una fuerte contraofensiva: no sólo incumplieron los puntos
acordados, sino que procedieron a despedir a los peones considerados como los
cabecillas del movimiento. Esta denuncia fue la coartada para justificar el
orquestamiento de una represión ejemplificadota: la policía comenzó a detener a los
principales dirigentes obreros y la respuesta, no fue otra que al declaración de una
nueva huelga general en todo el territorio de Santa Cruz. El gobierno nacional envió
nuevamente al Regimiento 1º a Río Gallegos y el coronel Varela inició una siniestra
cacería y matanza de trabajadores en toda la geografía del territorio: más de 1.500
muertos en el “campo subversivo” y 1 sólo muerto entre los partidarios del “orden”.
El gobierno nacional ni admitió ni negó sus compromisos por los actos del coronel
Varela. Ante la falta de justicia apareció el inevitable correlato: la violencia individual.
El 27 de enero de 1923, un joven obrero de origen alemán, Kart Gustav Wilckens,
terminó con la vida de Varela arrojándole una bomba a los pies.
Se dictó una importante legislación laboral: si bien el Código de Trabajo no fue
aprobado por el Congreso nacional en 1921, pueden mencionarse las siguientes
leyes: la ley de trabajo a domicilio (1918), la ley prohibitiva del trabajo nocturno en
las panaderías (1924), la ley que eliminó el vale como forma de pago de los salarios
(1925), la ley de limitación de la jornada de trabajo a 8hs diarias o 44hs semanales
(1929) y otras. Esta legislación demostraba la preocupación por lo social de los
gobiernos radicales.
Durante la presidencia de Marcelo Torcuato de Alvear (1922~1928) el ciclo
depresivo de la economía tocó su fin y un nuevo ciclo de crecimiento hizo su
aparición por lo que la Argentina pareció recuperar su condición de “granero del
mundo”.

La reforma universitaria

En 1885 el Congreso Nacional a instancia del senador Nicolás Avellaneda sancionó


la ley nº 1.597 de Estatutos Universitarios. Al acceder el radicalismo al gobierno en
1916 ya existían 3 universidades nacionales en el país: la de Córdoba (la más
antigua), la de Bs As y la de La Plata (la más moderna), y 2 universidades
provinciales, la de Sta Fe y la de Tucumán.
La universidad cordobesa era la más atrasada en el orden científico y pedagógico; el
movimiento de la reforma universitaria (justamente) tuvo sus orígenes en los
claustros cordobeses en los que la filosofía de S. Aquino era la más “moderna” que
se enseñaba. El movimiento reformista reconoce entre sus antecedentes, las
huelgas de las facultades de Derecho y Medicina de la Universidad de Bs As de los
años 1903 y 1905.

176
En 1918 al terminar la 1WW, el mundo había quedado totalmente transformado: la
humanidad observaba con profundo asombro los cambios revolucionarios que
aceleradamente tomaban lugar; el cambio político de 1916 transfiguró el rostro de
nuestro país, por lo que la universidad argentina no podía quedar marginada de
aquel formidable haz de transformaciones.
El conflicto cordobés encuentra sus orígenes a fines de 1917, cuando el Centro
de Estudiantes de Ingeniería elevó una protesta formal a las autoridades en razón de
un nuevo reglamento de asistencia a clases, los estudiantes de medicina solicitaban
la supresión del internado del Hospital de Clínicas. En marzo de 1918 el Consejo
Superior de la Universidad decidió no hacer lugar a los reclamos estudiantiles;
el 31 el comité pro-reforma constituido poco antes en el teatro Rivera Indarte declaró
la huelga estudiantil. En abril fue solicitada al PE nacional la intervención a la
universidad, la que fue decretada, designando Yrigoyen como interventor al
procurador general de la Nación, Dr. Nicolás Matienzo. La intervención decretó
una serie de reformas entre las que merece destacarse la participación de todos
los profesores en la designación de consejeros, la ley 1.597 limitaba el derecho a
elegir a 1/3 de los docentes.
El 15 de junio de 1918 se reunió la asamblea universitaria para designar al nuevo
rector. La Federación Universitaria de Córdoba (FUC) apoyaba al Dr. Enrique
Martínez Paz; la Corda Frates se pronunció a favor del Dr. Antonio Nores, con la
votación a su favor (por la presión clerical). Los estudiantes sintiéndose burlados,
invadieron la sala y la elección no pudo consumarse; se declaró la huelga general y
la ciudad de Córdoba se transformó en el escenario de permanentes
manifestaciones estudiantiles. El 21 se publicó el “Manifiesto Liminar de la Reforma
Universitaria”, redactado por el estudiante de derecho Deodoro Roca. A pesar de
todo el Dr. Nores asumió el rectorado.
En agosto el PE nacional intervino nuevamente a la Casa de Trejo, poniendo al
frente de la misma al Dr. José Salinas, ministro de Instrucción Pública. Salinas no
asumió el cargo inmediatamente, en septiembre los estudiantes ocuparon la
universidad, asumiendo la Federación cordobesa su conducción provisoriamente
hasta el arribo del interventor. La huelga fue levantada y se reiniciaron las clases, se
designaron decanos en las facultades de medicina, derecho e ingeniería a
estudiantes avanzados de dichas carreras y se integraron las mesas de examen.
Intervino entonces el ejército y la policía: las puertas de la universidad fueron
cerradas y sus ocupantes resistieron hasta que fueron finalmente desalojados y
detenidos imputándoseles el delito de sedición. El presidente Yrigoyen recibió a una
delegación de la recientemente fundada Federación Universitaria Argentina (FUA).
La Reforma Universitaria de 1918 consagró para nuestras universidades
nacionales una serie de principios:
1) Participación de los estudiantes en el gobierno de la universidad,
junto a los profesores y egresados (gobierno tripartito)
2) Provisión de las cátedras por concurso de oposición y antecedentes y
periodicidad de las mismas para eliminar “el derecho divino del
profesorado universitario”
3) Docencia libre, a través de las cátedras paralelas, para garantizar la
exposición de todos las corrientes del pensamiento académico en el
proceso de aprendizaje
4) Libre asistencia de los estudiantes a clase, de esa manera eligen a los
mejores profesores y auténticos maestros.

177
5) Autonomía universitaria, que garantiza la no intromisión del poder
político en las clases de estudio, así como el atributo de darse sus
estatutos, elegir sus autoridades, proveer los planes de estudio de las
diversas carreras, etc.

El movimiento reformista se proyectó sobre lo social a través de la extensión


universitaria, conectando a las casa de estudio con el medio, y expresó su
disposición de solidaridad con el movimiento de los trabajadores (“unidad obrero-
estudiantil”).
La reforma alcanzó a la universidad de Bs AS y en 1919 llegó a la universidad de La
Plata. La transformación de la universidad provincial de Santa Fe en
universidad nacional del Litoral. El movimiento reformista tuvo proyecciones
latinoamericanas, sus principios fueron receptados en todas las universidades del
subcontinente. En el “mayo francés” de 1968 los principios de la reforma
universitaria quedaron sintetizados: “prohibido prohibir”; “sean realistas, exijan lo
imposible”. Los regimenes de facto que sufrió nuestro país a partir de 1930
eliminaron de la universidad nacional los grandes lineamientos de la Reforma
Universitaria de 1918.
La historia de la Reforma Universitaria de 1918 es la historia de las universidades
públicas argentinas.

La política internacional

Al estallar la 1WW el gobierno presidido por Victorino de la Plaza decretó la


neutralidad ante la guerra desatada entre Inglaterra, Francia, Rusia e Italia, por un
lado, con los imperios centrales de Alemania y Austria-Hungría, por el otro. La
política neutralista del presidente de la Plaza era “débil”. Recordemos el “caso
Dinant” (que tomó lugar en la localidad del mismo nombre, ubicada en Bélgica): al
ser ocupada por los alemanes dicha ciudad el cónsul argentino M. Himmer fue
fusilado, el archivo del consulado fue saqueado y se vejaron nuestros símbolos
patrios, en un claro desconocimiento a la extraterritorialidad del edificio consular. El
presidente de la República se limitó a requerir del procurador general de la Nación
un dictamen: se llegó a la conclusión que no había existido agravio alguno a la
soberanía y dignidad nacionales por parte del ejército del Káiser Guillermo II,
aconsejando “el archivo de las actuaciones”. La Argentina era vista como una base
neutral de abastecimiento, inatacable por parte de Alemania y sus aliados.
En 1917, bajo la presidencia de Hipólito Yrigoyen, la guerra mundial adquirió
características más feroces. El gobierno argentino fue notificado por parte de la
cancillería alemana de la puesta en marcha de la “guerra submarina sin límites”,
amenaza directa a todos los buques mercantes de bandera neutral. El ministerio de
Relaciones Exteriores de la Argentina, respondió a la amenaza mediante una nota.
La guerra submarina ilimitada no fue un simple expediente amenazante; en abril de
1917 fue hundido por un submarino alemán el buque de bandera argentina “Monte
Protegido” y en junio del mismo año el mercante “Toro”. El gobierno nacional formuló
enérgicas reclamaciones diplomáticas al gobierno alemán que trajeron como
resultado, en 1920 (terminada la guerra), que el gobierno alemán pagase las
correspondientes indemnizaciones y se efectuase en septiembre de 1921 un
desagravio al pabellón nacional en la base naval de Kiel.
Estos acontecimientos dieron argumentos a la oposición para que dentro y fuera del
Congreso Nacional se desatara una activa campaña tendiente al rompimiento de

178
relaciones diplomáticas con Alemania y sus aliados, pero la política de neutralidad
fue vigorosamente mantenida por el gobierno radical.
En julio de 1917 el gobierno nacional fue notificado por el comandante de una flota
norteamericana que sus buques de guerra entrarían “incondicionalmente” al puerto
de Bs As. El presidente de la República exigió el retiro del término “incondicional”
puesto que lo consideraba agraviante. El Secretario de Estado del presidente
norteamericano Woodrow Wilson aceleradamente presentó todas las excusas del
caso y la entrada “incondicional” se transformó en una “visita de cortesía”.
Terminada la guerra se suscribió el Tratado de Versalles, contemplando la
creación de la Liga de las Naciones o Sociedad de Naciones. Este tratado, dictado
por los vencedores a los vecinos, establecía una serie de discriminaciones entre las
naciones vencedoras, las derrotadas y aquellas que habían mantenido una política
de neutralidad. “La República Argentina hizo fundar su derecho sobre el triunfo de la
fuerza, y así proclamó el principio de que ´la victoria no da derechos´”. Pero la
postura no fue siquiera escuchada por los poderosos del mundo. La Argentina no se
incorporó a la Sociedad de Naciones hasta después de 1930.
Presidencia de Alvear (1922~1928)

En 1922 se llevaron a cabo las elecciones nacionales para elegir a un nuevo


presidente: los candidatos del radicalismo, Marcelo Torcuato de Alvear y Elpidio
González se impusieron en 12 de los 15 distritos electorales. Las fuerzas
conservadoras agrupadas bajo la sigla “Concentración Nacional” levantaron el
binomio Norberto Piñeiro-Rafael Núñez; el PDP la fórmula Carlos Ibarguren-
Francisco Correa; el partido Socialista presentó a Nicolás Repettp-Antonio De
Tomaso y la UCR Principista la fórmula Miguel Laurencena-Carlos F. Melo. Los
resultados electorales fueron:

Partido Votos Electores


UCR 458.457 235
Concentración Nacional 200.080 60
PDP 73.222 10
Socialista 73.186 22
UCR Principista 18.435 6

El triunfo radical de 1922 fue sumamente holgado tanto en el voto popular como en
los colegios electorales. Alvear era todo lo contrario de Yrigoyen, expresaba en su
figura a los sectores conservatistas de la UCR (los “galeritas” o “azules”) que no
veían con buenos ojos a las “chusma” y a la política yrigoyenista.
Prontamente comenzó a dimensionarse un enfrentamiento interno en la UCR que
culminó en 1924 con la formal división del partido en 2 grandes fracciones: la UCR
Antipersonalista (a la que adhirieron básicamente los grupos socialmente altos de
la agrupación política que impugnaban la política “personalista” y “populchera” de
Yrigoyen) y la UCR que siguió bajo la conducción del sobrino de Leandro N. Alem y
cuyos componentes sociales mayoritariamente eran de extracción netamente
popular: el partido radical contenía en su seno a sectores sociales claramente
diferenciados.
La división del radicalismo se reflejó también en el Congreso Nacional, ya que los
legisladores (senadores y diputados) adhirieron a una u otra de las fracciones. La
escisión antipersonalista de 1924 fue el reflejo de profundas contradicciones internas

179
del radicalismo, relativas a concepciones e interpretaciones divergentes sobre al
derrotero a seguir en la política nacional e internacional de aquellos años.
El período de Alvear se caracterizó por la tranquilidad interna, tanto en lo político
como en lo social, con claros signos de bonanza económica; los años que van de
1922 a 1928 se constituyeron en la última expresión de la Argentina próspera forjada
a partir de la presidencia de Roca.
Desde el punto de vista político, el partido Socialista experimentó una nueva
división en este período; si en 1918 la fractura se había producido desde la
izquierda, la de 1927 se produjo desde la derecha con la conformación del partido
Socialista Independiente, muchos de cuyos integrantes jugarían importantes roles
a partir de 1932 durante la presidencia de Agustín P. Justo.
La renovación parcial de la Cámara de Diputados en 1926 mostró guarismos
favorables en todo el país para los sectores antiyrigoyenistas. Ante las próximas
elecciones presidenciales, los dispersos grupos conservadores, los
antipersonalistas y los socialistas independientes conformaron el “Frente
Único”, cuyos candidatos fueron, 2 hombres del antipersonalismo: los Dres.
Leopoldo Melo y Vicente Gallo. El radicalismo postuló a Hipólito Yrigoyen –
Francisco Beiró; los socialistas a Mario Bravo – Nicolás Repetto; el partido
Comunista a Rodolfo Ghioldi – Miguel Contreras; el minúsculo partido Comunista de
la República Argentina a José F. Penelón – Florindo Moretti; en la provincia de San
Juan, donde el radicalismo se abstuvo, se presentó un agrupamiento accidental, la
UCR Ferrocarril Jachal, postulando a José Nicolás Matienzo – Manuel Carlés. Los
resultados fueron:

Partidos Votos Electores


UCR 838.583 319
Frente Único 414.026 71
Socialista 64.985 0
PDP 14.173 0
Comunista 7.658 0
UCR (Ferrocarril a 6.001 3
Jachal)
Comunista de la R. A 5.476 0

Las elecciones presidenciales de 1928 han sido adjetivadas como el “plebiscito”:


el radicalismo yrigoyenista prácticamente duplicó en el voto popular al resto de los
partidos imponiéndose en 14 de los 15 distritos electorales (salvo en San Juan).
Para la alianza antiyrigoyenista del Frente Único la derrota electoral se experimentó
como un tremendo mazazo; aprendieron rápidamente la lección política: nunca
podrían derrotar en las urnas al radicalismo yrigoyenista. La conspiración golpista
que se consumó el 6 de septiembre de 1930 comenzó a tomar formas la misma
noche en que se conocieron los resultados de las elecciones presidenciales de
1928, del “plebiscito”.
La precaria salud de Francisco Beiró terminó con su vida poco después de las
elecciones, por lo que los colegios electorales se volvieron a reunir a fin de elegir al
Dr. Enrique Martínez para ocupar el cargo de vicepresidente. El 12 de octubre de
1928 asumió por segunda vez la presidencia de la República el Dr. Hipólito
Yrigoyen.

180
Resumen libro 6 HCA

Decimoprimer Módulo: La Crisis del Estado de Derecho (I)

Capítulo 1: La Regresión Conservadora

Introducción

Los sucesos que tomaron lugar el 6 de septiembre de 1930 merece ser objeto de
análisis partiendo de 2 premisas básicas: la primera, que el Estado de Derecho
consagrado en la C.N de 1853, tuvo relativa poca o ninguna vigencia, y la segunda,
que se presenta como una constante, es la preponderancia de los hombres de
armas, tanto el ejercicio del poder o asociado a éste.
Desde el punto de vista económico la Argentina estructurada desde los años 80 del
s. XIX, como exportadora y productora de materias primas e importadora
consumidora de manufacturas, quedó relegada a la historia como consecuencia
directa de la crisis de acumulación capitalista a nivel mundial (1929).
No es posible catalogar de la misma manera a todos los gobiernos que manejaron la
cosa pública durante el período 1930-1983: Algunos emergieron de golpes de
Estados y otros de elecciones. Desde 1928 (2da elección de Yrigoyen) hasta 1946
(1era elección de Perón) los comicios estuvieron viciados por el fraude; desde 1955
cuando cae Perón hasta 1973, elección de Cámpora y Perón, los comicios
estuvieron trampeados por proscripciones.

Técnica del Golpe de Estado

La UCR aparecía en 1928 como una corriente popular que se afirma en


realizaciones concretas, destinadas a estructurar una democracia social
nacionalista. La división partidaria de 1924 ayudó a concretar una serie de
definiciones programáticas, que perfilaron a un radicalismo diferente al de 1916.
La crisis mundial económica de 1929, se reflejó como catástrofe en nuestro País,
articulado en relaciones de dependencia de los países centrales (Inglaterra); el
gobierno de Yrigoyen carecía de instrumentos para enfrentar los efectos desastrosos
y por sus propios orígenes no hubiese descargado el peso de la crisis sobre las
espaldas de los sectores populares que lo habían llevado al poder. Para enfrentarla
era necesario que el gobierno ponga en funcionamiento nuevas políticas
económicas basadas en una fuerte intervención de éste, que requerían de un poder
gubernamental que Yrigoyen carecía. A raíz de esto, se va a dar el golpe de estado
de 1930, que fue el promotor de un salto hacia atrás que experimentaron las
instituciones republicanas Argentinas y el país quedó convaleciente en el plano de lo
político durante las deseadas subsiguientes.

El Movimiento Sedicioso por dentro

El 8 de septiembre tomó juramento como presidente provisional de la república el


Gral. Uriburu. El nuevo Gobierno clausura el Congreso Nacional, interviene las
provincias, a excepción de San Luis y Entre Ríos (a manos de conservadores y
antipersonalistas) y decretó el estado de sitio y la Ley Marcial (pena de muerte).

181
Puede afirmarse que la práctica de violar los derechos humanos de la ciudadanía
tuvo sus inicios en la dictadura septembrina. La noche cayó también sobre las
universidades nacionales que fueron intervenidas y por ende perdieron su
autonomía a la par que la censura cayó sobre los medios de prensa independientes.
La conspiración cívico militar que derrocó a Yrigoyen tenía dos claras corrientes
ideológicas: la primera que se identificaba con la persona de Uriburu, la segunda,
representada por el general A. Justo. La corriente uriburista- minoritaria- ha sido
calificada como “nacionalista”; se trataba de un nacionalismo de derecha,
influenciado por los movimientos fascistas en pleno auge en la Europa de posguerra.
La corriente de Justo –mayoritaria- estaba vinculado con los partidos del
“contubernio” que era la vieja elite conservadora. Derrocado Yrigoyen debía
retornarse a los parámetros anteriores a 1916 sin ninguna clase de reforma
constitucional y sin tocar la ley Sáenz Peña. Se propiciaba una nueva convocatoria
electoral.
El régimen Uruburista se vio precisado a convocar a elecciones para normalizar en
un solo y mismo acto al país y a sus instituciones, y archivar sus planes de reforma
constitucional corporativa.

La Doctrina del Gobierno de Facto

El régimen de Uriburu clausuró el Congreso Nacional, intervino en casi todas las


provincias y decretó el estado de sitio y la ley marcial, pero no tocó la CSJN.
El 10 de septiembre de 1930, 2 días después de haber prestado juramente el
flamante dictador, reconoció la legitimidad del gobierno provisorio. Se dice que la
CSJN legisla por medio de sus Acordadas, las que apuntan básicamente a ordenar
el funcionamiento del poder judicial de la Nación. En el primer considerando de la
acordada, la Corte se notifica oficialmente de la constitución de un gobierno
provisional emanado de la revolución triunfante del 6 septiembre de 1930, este
movimiento fue un cuartelazo o motín que la propia CN tipifica como sedición. El
golpe de 1930 no fue desde ningún punto de vista de una revolución, como que
tampoco los funcionarios del mismo fueron funcionarios de facto. La CSJN no podía
utilizar la calificación de gobierno y funcionarios de hecho para quienes por carecer
de títulos de especie alguna, incurrían en el delito de sedición y usurpación de
autoridad. Lo más grave de la acordada está contenido en el 5º considerando: los
títulos que ostentaba aquel gobierno no podían ser discutidos judicialmente.
Ante los acontecimientos del 4 de junio de 1943 la CSJN volverá a reintentar
mediante nueva Acordada la doctrina del gobierno de facto. Sus integrantes fueron
sometidos a juicio político durante la primera presidencia de Perón, si bien es cierto
que dicho juicio fue promovido a fin de obtener un Supremo Tribunal adicto a las
políticas del gobierno de turno y bajo la sibilina acusación de haber reconocida a los
regímenes cuando que aquel gobierno se autotitulaba “continuador de la revolución
de 1943...”.

Las Elecciones Presidenciales de 1931

Las elecciones celebradas en Bs. As el 5 de abril de 1931 signaron el principio del


fin del régimen uriburista y sus delirios de dictadura corporativa.
En mayo de 1931 regresó al país desde Francia el ex – presidente Alvear.
Las fuerzas conservadoras dispersas desde la desaparición del PAN, conformaron
un nuevo agrupamiento con representación en todo el país: el partido Demócrata

182
Nacional (PDN). Conjuntamente con los socialistas independientes y los
antipersonalistas que no regresaron al viejo tronco radical, ahora bajo la conducción
de Alvear, dieron vida a la Concordancia, que proclamó la candidatura de Agustín
Justo para la presidencia de la nación y a vice fueron Julio Roca hijo por los
demócratas nacionales y Nicolás Matienzo por los antipersonalistas. El PDP y el
partido Socialista se unieron bajo la alianza denominada Alianza Civil. Sus
candidatos fueron Lisandro de la Torre y Nicolás Repetto.
En septiembre de 1931 se reunió la Convención Nacional de la UCR, por primera
vez en su historia el partido radical, se dio una plataforma política, un programa
electoral concreto, donde quedó esbozado un verdadero esquema de gobierno. La
fórmula presidencial no pudo ser otro que Alvear y Adolfo Güemes.
El gobierno de Uriburu vetó la candidatura de Alvear con una singular
fundamentación de orden constitucional: Se adujo que el Dr. Alvear había finalizado
su mandato en 1928 y que no habían transcurrido los 6 años prescriptos por el Art.
77º de la CN.
Las elecciones tuvieron lugar el 8 de noviembre de 1931; la Concordancia triunfó en
todos los distritos electorales salvo en Sta Fe y en la Capital Federal, por lo que el
binomio Justo-Roca (hijo) tuvo Colegio Electoral propio. La abstención radical
benefició a los candidatos de la alianza. Antes de entregar el gobierno Uriburu
indultó a Irigoyen de su condición de procesado, el anciano caudillo rechazó el
indulto del dictador, tuvo que abandonar Martín García y trasladarse a Bs. As donde
fallece el 3 de julio de 1933.
El 20 de febrero de 1932, asumió la presidencia el general Agustín Justo (último
gran político de la derecha argentina), acompañado en la vicepresidencia por el Dr.
Julio A. Roca (hijo). Comenzaba la década infame: los años preñados de fraude para
las mayorías y de privilegio para las minorías oligárquicas.

La Concordancia en el Poder

El fraude electoral se erige en uno de los instrumentos políticos básicos del gobierno
conservador de Justo el cual es practicado de forma descarada y sin pudor. El otro
instrumento político de la Concordancia fue la intervención a las provincias y también
se ha destacado la violencia política.
Retomando del tema del fraude electoral, debe tenerse en cuenta que la ley Sáenz
Peña (nº 8.871) continuaba en plena vigencia. En las grandes ciudades en
determinado momento aparecía el montaje oficialista bajo la protección policial y a
punta de pistola el ciudadano era obligado a votar bajo amenaza por los candidatos
de la Concordancia. En las pequeñas localidades la cosa era más simple, en el
cuarto obscuro el ciudadano se encontraba con la amenazadora de alguien que le
indicaba como debía votar o se encontraba con que ya había votado.
A principios de 1935, la UCR, ya plenamente bajo la conducción de Alvear procedió
a levantar la abstención electoral con la fundamentación de que dicha medida
estaba dada en las promesas del gobierno nacional de garantizar la normalidad de
los comicios y por la necesidad de organizar una verdadera oposición legislativa que
fuese ocupando espacios parlamentarios y así tener una adecuada mayoría para
1938, cuando la UCR volviese al gobierno. Las elecciones continuaron siendo
fraudulentas. La conducción alvearista comenzó a ser objeto de durísimas críticas
por la parte de los sectores irigoyenistas del partido, y prontamente se fueron
generando grupos internos opositores.

183
En definitiva, el liderazgo alvearista vació de contenidos populares al partido de
Alem e Irigoyen y lo encaminó a su paulatina pero segura declinación, a la par que le
fue restando credibilidad dentro de los sectores medios y postergados de la
sociedad. Consecuentemente, el antipersonalismo recalcitrante se convirtió en un
agrupamiento anacrónico y sin sentido, como consecuencia del giro a la derecha
impreso a la UCR por la conducción de los “galeritas”.

La Economía de la Concordancia

La crisis económica que estalló en 1929 descolocó la inserción de nuestro país


como productor-exportador de materias primas y alimentos e importador-consumidor
de productos industrializados. La respuesta del gobierno de Uriburu a la crisis
económica se enmarca dentro de las clásicas políticas liberales: equilibrio
presupuestario y pago de la deuda pública; entre las medidas adoptadas merecen
mencionarse la cesantía de centenares de empleados públicos, la reducción de
salarios, o la paralización de la obra pública, etc. Esta política fracasó rotundamente
desde que fue incapaz de superar la recesión iniciada desde la presidencia de
Yrigoyen.
La caída de los precios y volumen de la producción argentina dio lugar a la elección
de las Juntas Reguladoras de la Producción. Mediante leyes sancionadas por el
Congreso fueron creadas las Juntas Reguladoras de Producción de la leche, la
carne, el vino, la yerba, etc. En materia financiera se estableció el control de cambio,
se creo la DGI. Pero la principal creación en el marco de las finanzas fue el Banco
Central de la República Argentina, que tenían un carácter mixto, ya que sobre 12
miembros de su directorio 7 pertenecían a la banca privada, nacional y extranjera. El
Estado nacional ponía el 50% del capital pero no tenía el derecho a voto en las
asambleas de accionistas; la carta blanca prohibía los préstamos al estado nacional
y a las provincias.
Si algo graficó la política de endeudamiento del país al imperio británico fue el Pacto
– Runciman o Convenio de Londres, ideado para salvar de la crisis a los ganaderos
ligados a los frigoríficos, básicamente los invernadores, en perjuicio de los criadores
y demás pequeños y medianos productores. Los dominios y la metrópolis se
comprometieron a impulsar y privilegiar el comercio dentro de sus fronteras y a
establecer altos derechos de importación sobre los productos extranjeros para
imponer cuotas a la importación de toda una serie de productos. Política
proteccionista que afectaba a al Argentina, particularmente a sus exportaciones de
carnes enfriadas y congeladas. En otras palabras Inglaterra- siempre atenta a sus
intereses- abandonaba el libre cambio y se atrincheraba tras la política
proteccionista, reduciendo sus importaciones de carnes enfriadas argentinas (chilled
beef) en alrededor de 100.000 toneladas.
La estrategia del gobierno argentino era sencilla: si la Gran Bretaña discriminaba
comercialmente a los países ajenos al imperio, lo que debía hacerse no era otra
cosa que resaltar la pertenencia formal a ese imperio.
Los aspectos substanciales del pacto Roca-Runciman:
- Inglaterra garantizaba una cuota de importación de carnes enfriadas con
derecho de disminuirla en un 10% en casos de “circunstancias
imprevistas”; Inglaterra se reservaba el derecho de distribuir la elaboración
del 85% de la cuota de carnes enfriadas entre los frigoríficos radicados en
el país;

184
- El 15% restante se distribuiría entre los frigoríficos argentinos sin fines de
lucro;
Este convenio fuera del tema de carnes, implicaba obligaciones de la Argentina:
- Se debía mantener libre de derechos de importación el carbón de origen
ingles; a dar un trato benévolo a las inversiones británicas;
- Las divisas libras esterlinas debían ser utilizadas dentro del área de la libre
esterlina (en el mercado británico).

Debe recordarse que la crisis económica mundial aparejo para la Argentina una
brusca disminución de su capacidad adquisitiva en el exterior por el
estrangulamiento experimentado por el sector exportador, por lo que muchos
artículos industriales que no precisaban de tecnologías sofisticadas comenzaron a
producirse en el país, dando comienzo al proceso de “industrialización por
sustitución de importaciones” que tendría su culminación en las décadas de los 60 y
70 del siglo XX. En la década del 30 se trataba del desarrollo de la industria liviana
de bienes de consumo inmediatos (textiles, artefactos eléctricos, etc) pero no una
industria de bienes de capital intensivo (acerías). Paralelamente la crisis aceleró el
proceso migratorio del campo hacia las grandes ciudades.
El 27 de septiembre de 1930 se constituyó la Confederación General del Trabajo
(CGT) con motivo de la fusión de la Unión Sindical Argentina dirigida por
sindicalistas, controlada por los socialistas.
La CGT durante los años 30 fue el escenario de la lucha entre las corrientes internas
del movimiento obrero (socialistas, comunistas, sindicalistas) por prevalecer y ganar
la conducción del organismo.

Los Últimos años de la Concordancia

En el mes de septiembre de 1937 se llevaron a cabo elecciones presidenciales que


arrojaron el triunfo de la Concordancia integrada por Ortiz- Castillo; la fórmula radical
era Alvear- Mosca.
Algo notable en materia política durante ésta presidencia fue el intento de eliminar el
fraude electoral. Tres acontecimientos revelaron la voluntad de Ortiz en el sentido de
volver a la pureza de los comicios: la anulación de las elecciones en San Juan y su
posterior intervención junto con la de Catamarca, que provocó una serie de
fricciones entre antipersonalistas y conservadores y, por consiguiente, la
intervención federal a Bs. As.
Esta política orticista apuntaba a desbaratar los planes de Justo que buscaba su
reelección para el período 44-50.
En materia de política internacional cabe señalar que en julio de 1936 estalló la
guerra civil española, prolegómeno de la 2º guerra mundial que tuvo sus inicios en
septiembre de 1939 al invadir la Alemania nazi a Polonia. El presidente Ortiz
decretó la neutralidad de nuestro país.
En junio de 1942 Ortiz renuncia por su enfermedad asumiendo Castillo.

Capítulo 2: El Régimen Juniano

185
Introducción

Los gobiernos de Uriburu, Justo, Ortiz, Castillo signaron políticamente la década de


los años 30, principios de la década de los años 40; años de fraude y violencia
política, de corrupción, miseria popular, de enfeudamiento al capital británico.
Se da un retroceso de la institución parlamentaria; el Congreso Nacional integrado
por legisladores surgidos de comicios espurios y donde los debates, salvo el de las
carnes y otros protagonizados por Lisandro de la Torre o Alfredo Palacios en el
Senado Nacional carecieron de relieve y estuvieron plagados de lugares comunes o
cuestiones meramente formales.
La ilegitimidad del gobierno de Justo, fruto del fraude y la violencia lo llevó a buscar
apoyos extrainstitucionales tanto en las filas de las Fuerzas Armadas como en la
jerarquía de la Iglesia Católica.
La Iglesia Católica en el período 1930-1943 acrecentó su influencia y poder. Dos
ejes fundamentales orientaron sus políticas:
1) Evitar a todo trance la aprobación del divorcio vincular y otras normas
relativas al D. Familia;
2) Obtener la implantación de la enseñanza religiosa obligatoria en las
escuelas públicas (contrapelo de lo dispuesto por la ley nº 1.420).

El enfeudamiento de la Argentina a la Gran Bretaña completa el cuadro situacional


en nuestro país en estos años de al regresión conservadora. Vale la pena efectuar la
siguiente digresión: el apelativo “conservador” ha pasado a nuestra historia como
una especie de mala palabra o bien trae recuerdos poco edificantes a la memoria
colectiva.

Castillo: La Agonía del Régimen Conservador

En la política de Castillo las prácticas de fraude volvieron por sus fueros con toda la
crudeza y en todos los niveles que puedan imaginarse. El radicalismo,
desprestigiado ante los ojos de la opinión pública, se quedó sin condición activa
luego de la muerte de Alvear; los radicales alvearistas pensaron en algún momento
en ofrecer a Agustín Justo la candidatura presidencial, la muerte del general
ingeniero (Justo) evitó un nuevo bochorno para los seguidores de Alem e Yrigoyen.
Las instituciones políticas del país se transformaron en una verdadera cloaca
pestilente cuyas emanaciones disgustaban al conjunto de la opinión ciudadana. El
país real estaba viviendo ya una situación PRE-Revolucionaria.
La guerra mundial se convirtió en el eje de la política nacional. La línea de
neutralidad al inicio de la guerra comenzó a ser duramente cuestionada en diciembre
de 1941, el 7 de ese mes los japoneses atacaron Pearl Harbour, por lo que los
EE.UU. fueron lanzados al conflicto bélico mundial.
El gobierno neutralista de Castillo comenzó a experimentar en 1942 su etapa más
dura en las relaciones internacionales. La presión de EE.UU. en el sentido que la
Argentina quebrara sus vínculos con los países del Eje iba aumentando. En tanto los
partidos de la oposición (radicales, demoprogresistas, socialistas y comunistas)
bregaban por la ruptura de relaciones con las potencias del Eje Nazifacista y el
ingreso a la guerra en el bando Aliado.
Esta neutralidad argentina era apoyada tanto por Inglaterra como por Alemania,
puesto que favorecía a ambas naciones en guerra. Para la primera, porque el flujo
de materia prima y alimentos transportados en buques de bandera argentina no eran

186
víctimas de ataques por parte de submarinos alemanes; para la segunda, porque la
Argentina era la única puerta que le quedaba abierta con el resto de las naciones del
área.
Los partidos opositores decididamente aliadófilos y rupturistas arman una especie de
entente bautizado como Unión Democrática.

Fuerzas Armadas

El Cuadro de Oficiales en 1943 era esencialmente neutralista, no cabe duda que la


mayoría de sus integrantes simpatizaba con Alemania, ya sea por fuertes razones
ideológicas o por la vieja y tradicional admiración de la oficialidad Argentina hacia las
instituciones germanas.
Los cuadros medios del ejército fueron paulatinamente orientándose en el sentido de
darse una organización y de esa manera se constituyó formalmente el GOU (Grupo
Obra de Unificación) fue una logia militar secreta por la oficialidad media del ejército
(capitanes, mayores, coroneles). En las bases del GOU redactadas probablemente
por J. Perón se establecía que su objeto era unir espiritual y materialmente a los
jefes y oficiales combatientes del ejército, por entender que en esa unión reside la
verdadera cohesión de los cuadros y que de ella nace la unidad de acción, base de
todo esfuerzo colectivo nacional.
En una situación política complejísima (crisis política en el pensamiento de la
oficialidad media ponía al ejército en el centro de la escena “salvar al ejército para
que este salve a la patria y para ello implicaba substraerlo de la influencia
norteamericana y del bolchevismo), el 4 de junio de 1943, las FFAA derrocaron a
Castillo, último presidente de la Concordancia. El detonante no fue otro que el
ofrecimiento por parte de la UCR al ministro de Guerra, Ramírez, la candidatura
presidencial; la estrategia radical se basaba en eliminar cualquier posibilidad de
fraude electoral y la candidatura de Ramírez era pensada como una garantía.
Al tomar conocimiento el presidente Castillo de este hecho y no obtener respuestas
satisfactorias de parte de su ministro, lo removió del cargo: fue la señal que apresuró
la movilización militar.

Rawson, Ramírez, Farrel

El golpe de estado del ´43 fue un movimiento de carácter estrictamente castrense,


no hubo participación civil a diferencia de lo ocurrido en el 30. Debe reconocerse que
si en septiembre de 1930 se había puesto fin a un gobierno producto de la voluntad
popular, en junio de 1943 se derrocaba a un régimen que se había fundamentado en
el fraude electoral y la violencia política. El Congreso Nacional fue clausurado y se
designaron interventores en todas las provincias. La CSJN mediante una Acordada
reiteró los conocidos conceptos vertidos en 1930.
El 4 de julio el general Rawson, jefe circunstancial del movimiento, anunció que
prestaría juramento el 7; la nómina de ministros que anunció provocó un gran
escándalo entre la oficialidad dado que varios de ellos estaban plenamente
identificados o había participado del régimen depuesto. En medio de ese clima, de
intranquilidad asumió la presidencia provisional el general Ramírez (ex – ministro de
Guerra de Castillo) así, el GOU se transformó en el controlador del gobierno y del
ejército, influyendo de manera decisiva en el curso de la política nacional
El autoritarismo comenzó a mostrar sus peores facetas; los partidos no fueron los
únicos en sufrir las persecuciones; el movimiento obrero en un primer momento

187
experimentó el rigor de las medidas gubernamentales, que se basaban en una
estricta disciplina social y obediencia rigurosa.
En noviembre de 1943 el antiguo e ineficaz Departamento de Trabajo se transforma
en la Secretaría de Trabajo y Previsión, a cuyo frente quedó el coronel J. D. Perón.

La Relación Estado-Sindicatos

El golpe de estado del ´43, sorprendió al movimiento obrero con su central sindical
partida en dos: la CGT nº 1 y la nº 2; esta división era el reflejo de viejos
enfrentamientos internos de corte político- ideológico que databan desde los
orígenes mismos del movimiento obrero.
En un principio, las relaciones entre el régimen militar y los sindicatos fueron
conflictivas: una de las primeras medidas que tomó el régimen juniano fue la
intervención de la CGT nº 2, en razón de considerar que el gobierno militar inviste un
carácter netamente comunista. Sin embargo, a partir de agosto de 1943 ésta
situación comenzó a variar con motivo de una gran huelga habida en los frigoríficos.
La creación de la Secretaría de Trabajo y Previsión marca otro hito importante en
este cambio de relaciones, tenía por función la dirección de la actividad estatal en
materia de política laboral y colocaba al estado como árbitro de los conflictos obrero-
patronales y en contralor de la aplicación de la legislación social vigente.
Las conquistas obreras impulsadas por Perón fueron en aumento. Éste se convirtió
en el adalid de los trabajadores no sólo porque éstos obtuvieran una serie de
beneficios inmediatos, sino porque ganaron por primera vez un sentimiento de
dignidad, respeto del patrón hacia el obrero. Para el año 1945 el movimiento obrero
argentino estaba encuadrado tras la figura del coronel JD Perón.

El Decisivo año ´45

En el mes de mayo de 1945 se derrumbó el siniestro régimen nazi en Alemania. El


gobierno presidido por Farrel pocos días antes de la caída de Berlín emitió un
decreto por el cual la Argentina le declaraba la guerra a Alemania y Japón. El año
1945 ha sido certeramente calificado como un año decisivo, ya que durante el
mismo se determinó el sentido que tendría la próxima década Argentina.
Los acontecimientos comenzaron a precipitarse el 9 de octubre, Perón ante
tremendas presiones, en particular provenientes de gran parte de la oficialidad de
Campo de Mayo, presentó la renuncia a todos los cargos que detentaba:
Vicepresidente; Ministro de Guerra; Presidente del Consejo Nacional de Posguerra y
Secretario de Trabajo y Previsión; y solicitó su pase a retiro del ejército.
Como consecuencia de aquella histórica jornada en la que miles de trabajadores se
movilizaron Perón fue puesto en libertad y esa noche por primera vez, el coronel del
pueblo se dirigió a una multitud de “descamisados”, desde los balcones de la casa
de Gob.; Algo había cambiado para siempre en la vida política y social de la
Argentina, pese a que la oposición se negase a admitirlo en ese momento y en los
años venideros.

Las Elecciones de 1946

El gobierno de Farrel, mediante nuevo decreto adelanto la fecha de las elecciones


generales para el 24 febrero de 1946.

188
Los partidos políticos opositores al régimen militar de facto (UCR, partido Demócrata
Progresista, Socialista, Comunista) concretaron al fin la Unión Democrática, cuyos
candidatos designados por el Radicalismo fueron: Tamborini- Mosca. La totalidad del
arco trozado por los partidos políticos tradicionales estaba contra Perón que era el
otro postulante. Para apoyar a su candidatura en noviembre de 1945 se creó el
partido Laborista.
El escrutinio de las elecciones del 24 de febrero de 1946, duró quince días, pero en
definitiva el triunfo le correspondió a la fórmula Perón- Quijano; el fracaso de la
Unión Democrática, tradujo su rápida desintegración.

Decimosegundo Módulo: El Ciclo Peronista

Capítulo 1: La República Plebiscitaria

Introducción

El régimen militar surgido del golpe de estado de 1943 implicó para el devenir del
país y su sociedad un verdadero corte histórico: del gobierno fraudulento de las
minorías conservadoras se saltó a la democracia de masas o plebiscitaria encarnada
en el movimiento peronista.
El 4 de julio de 1946 Perón asumió por 1era vez la presidencia Constitucional de la
República, abriendo una nueva etapa que culminaría con los hechos de sep de
1955.

Peronismo, Partido y Factores de Poder

El 23 de mayo de 1946, luego de una serie de acontecimientos escandalosos que


revelaron públicamente las diferencias internas que trajinaban las agrupaciones
políticas que habían apoyado su candidatura, Perón dispuso la disolución de las
mismas y la organización de un partido: “Partido Único de la Revolución”. Que tuvo
escasa vida; en enero del ´47 se va a fundar el partido Peronista, agrupándose en
las Unidades Básicas, existían los ateneos Peronistas que eran escuelas
educadoras en materia política.
En el ámbito nacional la potestad suprema estaba encarnada en el Consejo Nacional
Partidario. Además, existía el Consejo Superior Ejecutivo que era el encargado de
aplicar las políticas delineadas por el Consejo Nacional. El congreso general del
partido peronista oficiaba de órgano supremo del partido.
En el año 1949- luego que la mujer recibiese ley mediante sus derechos políticos-
fue fundado por Eva Perón el “partido peronista femenino”.
Los factores de poder que dieron sustento al gobierno al gobierno de Perón durante
casi todo el periodo 1946-1955 y que fueron: el Ejercito, la Iglesia Católica, el
movimiento obrero organizado y la burguesía industrial ligada al mercado interno.
El Ejército: el cuadro de oficiales; mayoritariamente nacionalistas acompaño
su gestión gubernativa hasta 1955 en que el frente militar se quebró y
provoco la caída del régimen. En 1951 el ejercito cruzo la iniciativa de la CGT
que bregaba para que Eva Duarte acompañase a Perón como candidata a
vicepresidente. La Marina de guerra nunca fue apoyatura concreta al régimen
peronista. La Aeronáutica mantuvo una actitud de equidistancia y tácito

189
apoyo. Perón gobernó con y sobre la base de la opinión de la mayoría de los
oficiales de las fuerzas armadas.
La Iglesia Católica: en las elecciones generales de 1946 la iglesia reitero
que los católicos no debían votar por candidatos que auspiciasen el divorcio
vincular, la enseñanza laica y la separación de la Iglesia del Estado. La Iglesia
Católica apoyó a la gestión de Perón por dos razones: a) el gobierno militar
en Diciembre de 1943 había instituido como obligatoria la enseñanza de la
religión católica en las escuelas públicas, lo que fue ratificado sobre la base
de las promesas electorales de Perón; b) en el marco de la guerra fría el
peronismo se conformo en la Argentina, en la visión de la curia como una
barrera de contención dentro del movimiento obrero ante el posible avance de
los partidos de izquierda (socialistas y comunistas). La ruptura de las
relaciones de la Iglesia y el Estado se produjo a fines de 1945.
El Movimiento Obrero: las políticas sociales llevadas a cabo por Perón
desde 1944 le ganaron el apoyo de la mayoría de la dirigencia sindical y de
los trabajadores. Disuelto el partido Laborista, los trabajadores fueron
perdiendo su autonomía de clase y la propia Confederación General del
Trabajo. Provocó una centralización burocrática dentro del sindicalismo que
coloco a la máxima organización de los trabajadores dentro de la
organización estatal del peronismo. A pesar de las huelgas que
protagonizaron los trabajadores, este movimiento obrero fue el más fiel a
Perón. Esta fidelidad va a durar hasta después de la caída de 1955.
Los industriales ligados al mercado interno: como consecuencia de la
quiebra del sistema económico mundial en la década del año ’30, apareció en
nuestro país innumerables talleres y fabricas representativos de una industria
liviana y media que producían bienes de consumo inmediato para el mercado
interno. “Esta burguesía industrial” necesitaba el apoyo del Estado para su
desarrollo y encontró ese soporte en las políticas industriales del peronismo.
Se nuclearon en la Confederación General Económica (CGE).

Peronismo: Oposición y Universidad

Luego de las elecciones de Febrero de 1946 los partidos integrantes de la Unión


Democrática se vieron en la obligación de “elaborar el duelo”.
En el Senado de la Nación el gobierno carecía de oposición, mientras que en la
Cámara de Diputados (como consecuencia de la aplicación del Sist. De
representación política de la Ley Sáenz Peña) la oposición tenia una tercera parte de
las bancas (44 pertenecían a la Unión Cívica Radical).
En el seno del Radicalismo se libró una lucha por el control partidario entre los
“unionistas” (ex alvearistas) y los intransigentes (el centro – izquierda del partido); en
1948 estos últimos ganaron la conducción de la UCR. Entre sus principales
dirigentes se encontraban A. Frondizi, R. Balbín, O. Alende, A. Parry, A. Illia, etc.
Los opositores carecieron de acceso al medio masivo de difusión de la época: la
radio, ya que el gobierno de Perón compro todas las radioemisoras del país (salvo
una radio de la provincia de San Juan). Un proceso similar se dio con la prensa
escrita, ya que diarios independientes como La Prensa (que fue entregado en el año
1951 a la CGT), La Nación, Clarín se vieron restringidos como consecuencia de la
regulación estatal de la entrega de papel. Además, publicaciones del sector
intransigente del radicalismo fueron clausuradas.

190
“Los gobiernos cambian, la policía queda..”Esta frase hace referencia a que los
cuadros opositores debieron sufrir persecuciones y en algunos casos torturas por
parte de las “fuerzas del orden”.
Se termino dividiendo artificialmente a la sociedad argentina por un lado se
encontraban los no peronistas que debían enfrentarla falta de libertades individuales,
el manipuleo de la información pública, las afiliaciones obligatorias al partido
oficialista, la enseñanza en las escuelas primarias con contenidos de adhesión a
Perón y su esposa, la declaración por ley del Congreso que el “justicialismo era la
doctrina nacional”; Y por otra parte los peronistas cuya realidad era distinta, ya que
gozaban de altos salarios, vacaciones pagas, aguinaldo, altas indemnizaciones por
despido, a lo que se le debe agregar la Fundación Eva Perón.
El movimiento estudiantil reformista también fue un activo opositor. Con respecto a
la Universidad Nacional si bien se suprimieron los aranceles y el examen de ingreso
se lleno de mediocres, en tanto que la Federación Universitaria Argentina fue
ilegalizada.
En el año 1947se sanciono la ley nº 13.031, la cual establecía que el gobierno de la
universidad quedaba a cargo del rector y del Consejo Universitario. El rector era
designado por el Poder Ejecutivo y duraba tres años en el ejercicio de sus funciones.
El Decano era elegido por los consejeros docentes de una terna enviada por el
rector. Los profesores eran designados por el Poder Ejecutivo de la nación, previo
concurso. Este sistema de elección de autoridades y profesores estaba en manos
del Estado, la participación estudiantil era nominal y nula la de los egresados, por lo
que no existió una autentica autonomía universitaria. El gobierno peronista,
mediante la ley nº 14.297 promovió la creación de su propia organización estudiantil,
la Confederación general Universitaria (CGU). Los estudiantes universitarios
continuaron siendo un sector social opositor al gobierno. La “peronización” de la
universidad fue un fracaso.
A pesar de lo negativo de estas políticas universitarias hay que señalar como
positivo que el presupuesto dedicado a las altas casas de estudio se elevo y la
matricula creció como consecuencia de la eliminación de los aranceles, permitió
acceder a los estudios universitarios a los hijos de los sectores de la baja clase
media y en menor medida de los sectores obreros especializados y de mayores
ingresos. En 1949 se creo la universidad Obrera Nacional (U.O.N.) cuyo objetivo era
la formación de técnicos. En el interior del país funcionaban las facultades
regionales. Luego de caído el régimen peronista, la Universidad Obrera Nacional fue
transformada en lo que hoy se conoce como Universidad Tecnológica Nacional
(UTN)

Peronismo: el Juicio a la Corte Suprema

Una de las más fuertes críticas desde el punto de vista institucional, que recibió el
régimen peronista fue el juicio político intentando contra cuatro de los cinco ministros
de la Corte Suprema y su Procurador General. Se trató de una maniobra a fin de
obtener un tribunal superior adicto a las políticas del gobierno.
En efecto, los miembros del Alto Tribunal eran hombres de la “vieja familia judicial”.
El fundamento básico o más importante del juicio político a estos fueron las
acordadas de 1930 y 1943, por la que los miembros del Alto Tribunal habían
reconocido y legitimado a los gobiernos emergentes de golpes de Estado a través de
la doctrina del gobierno de facto, y de ese manera se habían inmiscuido en
cuestiones políticas ajenas a sus funciones específicas.

191
La Cámara de Diputados aprobó el encauzamiento y el Senado, Tribunal de
enjuiciamiento, modificó el reglamento del juicio político para evitar que se convierta
en un juicio al gobierno.
Dicho juicio hizo un tremendo daño al sistema institucional porque era la primera vez
que se atacaba a la cabeza del poder judicial de la Nación.

Peronismo: Política Internacional

Juan Domingo Perón accedió al gobierno nacional en el momento en que


comenzaba a desarrollarse la “Guerra Fría”.
Ante esta concreta realidad internacional la postura del gobierno de Perón se
eslogaba: “Ni yanquis ni marxista, peronistas”, es decir una postura de equidistancia
ante los dos grandes bloques en pugna. La “Tercera Posición” no fue más que la
pretendida novedad ideológica “justicialista”, que el peronismo aplicaba en las
relaciones con los demás países del mundo. Lo cierto es que al agudizarse la crisis
interna del país el tercerismo en política internacional fue corriéndose
paulatinamente a favor de posturas norteamericanas.

Peronismo: Política Económica

La segunda guerra mundial profundizó el proceso del desarrollo de la industria


nacional por la substitución de importaciones dado el proteccionismo de hecho que
el conflicto bélico generó.
El 1944 se creó el Consejo Nacional de Posguerra, que fuera presidido por el propio
Perón y caracterizado como el primer organismo en el que se intentó la planificación
de la economía Argentina.
El primer gran ejecutor de la política económica desde la presidencia del Banco
Central de la República Argentina fue un “industrial de la chatarra”, Miguel Miranda,
quien implementó una política económica tendiente a impulsar la industria nacional,
amparando y ampliando el mercado interno a través de la expansión del crédito, la
ocupación plena y un alto nivel de los salarios.
Medidas:
Nacionalización del Banco Central de la República Argentina;
Creación del Instituto Argentino para la Promoción del Intercambio (IAPI),
controlador del comercio internacional;
Elevación del nivel de vida de la población a los fines de ampliar el poder
adquisitivo del mercado interno (alza de salarios, ocupación y control de
precios);
Estatización de los servicios públicos y repatriación de la deuda externa;
Plan Siderúrgico Nacional.
El Estado se transformó en el centro y eje del desarrollo económico. La política
económica de los primeros años del peronismo ha sido caracterizada como
fuertemente nacionalista o nacionalista a secas, en particular por el rescate de los
servicios públicos de manos extranjeras y de la repatriación de la deuda externa.
Pero lo que resultó impredecible para el equipo económico dirigido por Miranda fue
que los Estados Unidos implementaran una masiva ayuda económico-financiera
conocida como “Plan Marshall”, dirigida a rescatar en un breve lapso de tiempo a los
países eurooccidentales de la amenaza soviética. Este plan dejó totalmente de lado
nuestro país, no adquiriendo y/o boicoteando la compra de nuestros productos
extranjeros exportables. El gobierno peronista apostó entonces al estallido de una

192
nueva guerra mundial, a un conflicto total entre la URSS y EE.UU. para dirimir
supremacías en forma terminante. Para fines de la década del 40 la crisis económica
estaba instalada en el país.
Los años 1950/1952 se pasa a una etapa de austeridad que se tradujo en aumento a
los precios de los campos para estimular la producción agrícola y se difundió el
discurso “producir más y consumir menos”.
La aparición del fenómeno inflacionario así como las tremendas sequías que
azotaron el agro, ayudaron a torcer el rumbo nacionalista del primer gobierno de
Perón.
La falta de divisas para importar materias primas y productos semielaborados
necesarios para el funcionamiento de la industria media y liviana así como la
necesidad de renovación del utilaje industrial se tornó crítica. Uno de los puntos
neurálgicos de la economía nacional era la dependencia emergente de la compra de
petróleo y derivados en el exterior. Para afrontar este problema (principios de 1955),
el gobierno suscribió el contrato con la California Argentina de Petróleo, una
subsidiaria de la Standar Oil Norteamericana. Este contrato levantó la oleada de
protestas opositora. El PE envió al Congreso Nacional el contrato para su ratificación
mediante ley, quedando empantanado en la Cámara de Diputados y nunca fue
aprobado; Perón recibió su primera derrota política en los casi 9 años que llevaba
gobernando el país.
Para fines de 1954 el gobierno peronista había logrado superar lo peor de la crisis.
En estas circunstancias se llevó a cabo “Congreso de Productividad”, donde el
empresariado nacional nucleado en la CGE pretendió arrancar a la CGT la
racionalización de las normas del trabajo para arrojar una mayor productividad del
trabajo.

Capítulo 2: Constitución de 1949

Introducción

La Constitución sancionada por el Congreso General Constituyente reunida en


Santa Fe en el año 1853, con sus reformas de 1860, 1866 y 1898, refleja en su
articulado al Constitucionalismo Liberal. Esta etapa liberal del Estado de Derecho es
adjetivada como la primera etapa o versión del orden Constitucional o
Constitucionalismo. El principio de igualdad entró en graves contradicciones al
aplicarse indiscriminadamente a aquellos que poseían y aquellos que no poseían,
esto es, cuando la norma igual era aplicada a individuos específicamente desiguales
en razón de sus condiciones de existencia en casos concretos. El tratamiento
igualitario terminó generando en la realidad desigualdades manifiestas e injusticias
notorias: en teoría todos eran “iguales ante la ley”, pero en la práctica no todos eran
“iguales ante los jueces”.
El avance de la Revolución y la consecuente organización capitalista de la
producción de bienes y servicios, así como la división de la sociedad en clases con
intereses antagónicos, aparejaron situaciones de fricción que pusieron de relieve la
llamada cuestión social.
La primera guerra mundial tradujo el fin de la llamada Bella Época; en efecto el
mundo emergente del conflicto era un mundo transformado en donde lo viejo no
terminaba de morir y lo nuevo no terminaba de nacer.
A partir de este conglomerado de relaciones sociales de nuevo cuño comienza la
etapa del denominado “constitucionalismo social”. Se transforma en la segunda

193
versión del orden constitucional lo que demuestra una vez más que el derecho es la
forma normativa (actual) de la existencia de las relaciones sociales.

El Constitucionalismo Social

Terminado el primer conflicto bélico mundial en 1918, se hizo claro y evidente que
las nuevas condiciones económicas, sociales y políticas generadas en su
consecuencia hacían necesario tomar nuevos rumbos en el ordenamiento de la cosa
pública a implementarse.
La crisis estructural de todo un sistema edificado a lo largo del siglo XIX, que
azotaba a todas las naciones en aquellos días, abrió las puertas a nuevas
concepciones e instituciones jurídicas.
Podrían sintetizarse en los siguientes puntos:
Los derechos sociales
El ejercicio del derecho de propiedad en función social
El Estado interventor en el proceso productivo.

La Argentina de 1946

El 4 de junio de 1943 fue derrocado por las Fuerzas Armadas el presidente Ramón
S. Castillo, último mandatario surgido del fraude electoral orquestado por la
Concordancia.
Las elecciones llevadas a cabo el 24 de febrero de 1946, dieron el triunfo por un
estrecho margen a la coalición integrada por el Partido Laborista, nueva fuerza
política formada pocos días después de los acontecimientos del 17 de octubre de
1945 e integrada sobre la base de los sindicatos adictos a la acción desarrollada por
Perón desde la Secretaría de Trabajo y Previsión.
La Argentina iniciaba una nueva etapa histórica que se extendería hasta 1955; la
producción industrial superaba a la agropecuaria en el marco de producto bruto
interno.
El país comenzaba a recorrer un camino de importantes transformaciones. En ese
momento histórico la carta de mayo de 1853 iba a sufrir su cuarta reforma.

Antecedentes de la Reforma Constitucional de 1949

La Constitución había experimentado su última reforma en 1898; a lo largo del siglo


XX se presentaron numerosos proyectos de reforma parcial, algunos para implantar
la elección directa del PE, otros para dar precisión a las causales de intervención
federal a las provincias o para otorgar mayor autonomía operativa al Congreso
Nacional, pero carecieron de tratamiento legislativo y quedaron cajoneados.
También durante el gobierno de facto de Uriburu se proyectó una reforma
Constitucional de corte corporativo-fascista, motorizada por los elementos
nacionalistas-católicos que rodearon al dictador pero que prontamente quedó en el
olvido.
En 1948 al renovarse la mitad de la Cámara de Diputados, el peronismo vio
ratificada en el acto electoral la adhesión popular. El gobierno, se autocalificaba
como “nacionalista, popular y revolucionario”, había consagrado importantes
reformas económicas.
Se sostenía que el peronismo debía plasmar en el texto de la Ley Suprema sus
concepciones doctrinarias, otorgando rango constitucional y consecuente

194
permanencia a las reformas que había llevado a cabo y que todavía pretendía
plasmar. Se aducía que era necesario poner a tono con los tiempos que transcurrían
al texto constitucional, es decir, no se podía continuar hablando de “postas de
bueyes y carretas” en la época de transporte aéreo.
Pero la oposición sostenía que la verdadera y única intención del oficialismo residía
en eliminar la traba impuesta por el artículo 77 de la CN: la no reelección inmediata
del presidente.
Este artículo no prohibía la reelección presidencial; lo que impedía es la reelección
inmediata.
Es así como la reforma constitucional comenzó a tomar cuerpo; ya en 1947 un
diputado presentó un proyecto de ley propiciando la necesidad de la reforma parcial
de la CN a fin de posibilitar la representación en el Congreso de los territorios
nacionales, consagrar los derechos del trabajador en el artículo 14, así como la
elección directa del PE y la posibilidad de su reelección inmediata. Dicho proyecto
quedó sin tratamiento legislativo aquél año, pero en mayo de 1948 ese mismo
diputado (Colom) volvió a insistir con el proyecto apoyado por varios diputados del
oficialismo.
En agosto de 1948 comenzó el tratamiento del proyecto de necesidad de
declaración de la reforma en la Cámara de Diputados, según artículo 30 de la CN;
Luego de su media sanción pasa al Senado quien convirtió en ley el proyecto de
reforma sin debate alguno (se trataba de un cuerpo monocolor, integrado
exclusivamente por senadores oficialistas). El P.E. promulgó la ley en septiembre de
1948 bajo el número 13.233.

La Ley 13.233

La ley sancionada por el Congreso declaraba la necesidad de revisión y reforma de


la CN, a efectos de “suprimir, modificar, agregar y corregir sus disposiciones, para la
mejor defensa de los derechos del pueblo y del bienestar de la nación” (art. 1).
La Convención debía instalarse y sesionar en la capital federal.
El trámite de la sanción de la ley y la propia reforma a la Constitución fueron
impugnados por la oposición sobre la base de los argumentos que:
La ley 13.233 no especificaba que art. de la CN debían ser objeto de reforma.
La constitución en su Art. 30 habla de una “declaración” de la necesidad de la
reforma y el Congreso había sancionado una ley, con lo que se abrían las
puertas a un pésimo antecedente dado que el P.E., en su carácter de poder
colegislador, podía llegar a ejercer su facultad de veto total y parcial.
La cámara de Diputados, la media sanción de la ley no había reunido los dos
tercios de sus miembros (según art. 30). Según este art. la necesidad de la
reforma debe ser declarada al menos con el voto de dos terceras partes de
sus miembros la cual se debe computar sobre los miembros de las dos
Cámaras del Congreso tomadas en forma conjunta (en el Senado la reforma
había sido aprobada por unanimidad). Desde un punto de vista doctrinario
podemos hacer tres interpretaciones diferentes con relación a un numero de
miembros de las Cámaras sobre las que debe calcularse los dos tercios: a)
los dos tercios se computan sobre la totalidad de bancas que componen cada
Cámara; b) deben computarse sobre los miembros efectivos en ejercicio de
cada Cámara; c) sobre los miembros presentes al momento de practicarse la
votación, conforme al quórum.

195
El debate doctrinario es fruto del propio silencio de la propia claridad del texto del art.
30, ya que este no especifica sobre cual de las hipótesis antes planteadas debe
computarse los dos tercios.

La Elección de Convencionales Constituyentes

Mediante decreto se convoco a elecciones de convencionales constituyentes


fijándose la fecha del acto el 5 de Diciembre de 1948.
Tanto los conservadores, como los demoprogresista y socialistas retuvieron la
abstención; el partido comunista, resolvió la concurrencia; el radicalismo resolvió la
concurrencia al acto al solo efecto de sostener los principios históricos del
radicalismo, se prohibió a los convencionales radicales auspiciar reformas a la
constitución, pero se le daba la libertad para manejarse según las circunstancias.

La Convención Constituyente de 1949

El 24 de enero de 1949 la Convención inició sus sesiones. El presidente fue


Mercante (gobernador de la provincia de Bs. As).
En febrero, la Convención por el voto de la mayoría rechazó la impugnación al
proceso de la sanción de la ley 13.233 y actos electorales consecuentes que había
formulado la bancada radical.
En marzo recomenzaron las sesiones para tratar en general el proyecto elaborado
por la Comisión de Asuntos Constitucionales.
La reforma obtuvo su sanción días después, pero la reforma lograda no era el
resultado del consenso de diversos sectores sociales y sus representantes políticos;
en consecuencia, la nueva CN, independientemente de virtudes y defectos quedó
irremisiblemente ligada a la suerte del gobierno que la había propiciado.

La Constitución de 1949

Se produjeron reformas en el preámbulo, en la parte dogmática y orgánica, introdujo


una nueva filosofía en su texto. No se trató de una simple reforma, sino de una
nueva ley suprema, con nuevos contenidos:
a) Reformas en el preámbulo: se incluyó promover la cultura nacional. Se
ratificaba la decisión de constituir una Nación socialmente justa, económicamente
libre y políticamente soberana.
b) Reforma en la parte Dogmática: se identifica con los fines a lograr por la
propia CN.- Capítulo 1, forma de Gob. Y declaraciones políticas.- Capítulo 2,
derechos, deberes y garantías a la libertad personal.-Capítulo 3, derechos del
Trabajador: le proporcionaban los fundamentos de la legislación laboral. Se
aspiraba a tutelar el trabajo en sus diversas formas (intelectual, manual, técnico). Sin
embargo, el derecho de huelga no se encuentra entre los derechos del trabajador.
Familia: se establece igualdad jurídica de los cónyuges y patria potestad, la unidad
económica familiar, el bien de familia y la atención de la madre y el hijo. El estado
protegía el matrimonio (se manifestaba la indisolubilidad del vínculo matrimonial),
Ancianidad: con derecho a la existencia, viviendas, alimentación, cuidado de la
salud física y moral, Educación y Cultura: enseñanza primaria gratuita y obligatoria,
el estado debía fomentar y proteger la orientación vocacional y profesional de los
jóvenes. Las Universidades con autonomía dentro de los límites establecidos por

196
una ley especial. Se establecen cursos de formación política y se tutela el patrimonio
cultural de la Nación-Capítulo 4, función social de la propiedad, el capital y actividad
económica, sometidos al bien común. En el art. 40 se establecía los fundamentos
del modelo económico nacional que tenía como fin el bienestar del pueblo. El Estado
podía intervenir en forma directa en el proceso económico y monopolizar
determinadas actividades. Salvo la importación y exportación la económica giraría
entorno a la iniciativa privada. Se nacionalizaban las fuentes naturales de energía
(petróleo, gas, carbón, ya que éstas eran propiedad de las Pcias.). Se estatizaban
los servicios públicos, podían ser enajenados o concedidos a particulares para su
explotación; Y los que estaban concesionados a particulares serían transferidos al
estado mediante compra o expropiación con indemnización previa. Antes había 1
solo capítulo se incorporan 3 más, con los derechos sociales o humanos de 2da
generación ya mencionados.
c) Reforma en la parte Orgánica: trata de la función del aparato estatal,
gubernativo; Todos los mandatos van a durar 6 años, se renovarán las cámaras
cada 3 años, elección presidencial directa, supresión de colegios electorales. Se
sanciona reelección inmediata indefinida. Elección de senadores directa,
eliminándose la legislatura como colegio electoral; para ser ministro el requisito es
ser nativo y los demás para ser diputado. La CSJN se erige en tribunal de casación.
– sobre disposiciones transitorias: la CN entraba en vigencia a partir de su
publicación en el diario de sesiones de la Convención Constituyente. El juramento
establecido en el art. 32 de la CN. Debía ser prestado por todos los empleados
públicos. El poder Judicial de la nación fue declarado en “Comisión”. Se termina con
la inamovilidad, todos los jueces debían prestar juramento a la constitución (se
exigía para ingresar a la carrera judicial el certificado de afiliación al partido peronista
esto revela los rasgos autoritarios del régimen). Las provincias debían adecuar sus
constituciones a la nueva ley suprema.

Caracterización de la Reforma Constitucional de 1949

Puede afirmarse categóricamente que la constitución de 1949 se corresponde con la


corriente del constitucionalismo social. La inclusión de los derechos sociales, la
exclusión del uso abusivo de los derechos consagrados en el texto constitucional, el
ejercicio del derecho de propiedad en función social, la intervención del estado en el
proceso económico y la monopolización por parte de éste de la importación y
exportación, la nacionalización de las fuentes de energía y la estatización de los
servicios públicos son elementos que ubican a la constitución dentro del ámbito de la
segunda etapa del constitucionalismo.
Desde el punto de vista político, se hace referencia a la “constitucionalización de una
revolución”, desde que sentó las bases estructurales del nuevo régimen político. La
reforma constitucional de 1949 fue el “opus” máximo del peronismo a nivel jurídico:
en ella se concentraron sus reformas y aspiraciones.
La constitución de 1949 apuntó a vertebrar jurídicamente en la Argentina las
profundas transformaciones que tomaban lugar en el mundo de posguerra: el
modelo liberal de 1853 fue cambiado por el modelo social. Su vigencia se prolongó
hasta abril de 1956 en que fue derogada por una olímpica “proclama” del gobierno
de la autotitulada”REVOLUCIÓN LIBERTADORA”.

197
Capítulo 3: La Caída del Peronismo

Introducción

En el año 1951el gobierno de Perón aparecía firmemente consolidado en la


sociedad Argentina.
La dinámica presencia de la esposa del presidente, M E Duarte (“Evita”) en las
cuestiones de gobierno, causaba irritación en los sectores castrenses y en los
sectores altos dela sociedad argentina que veían en Evita a una aventurera o a una
oportunista o una advenediza o todo a la vez, a lo que debe agregarse la opinión de
una jerarquía eclesiástica conservadora partidaria de una moral sexual represiva.
El ejército cruzó la candidatura de Eva Duarte a pesar de la masiva demostración
popular orquestada por la CGT en Agosto de 1951, en apoyo de ésta. Su
candidatura aceleró los planes golpistas de un sector de las fuerzas armadas; así es
que en sep. Del ´51 se produce un fallido levantamiento dirigido por B. Menéndez.
A pesar de las circunstancias económicas desfavorables en las elecciones
presidenciales la fórmula Peronista (Perón-Quijano) obtuvo el 62% contra el 32% de
los Radicales (Balbín-Frondizi), la novedad de estas elecciones estuvo dada por el
voto Femenino.

La Conspiración Golpista

El amplio apoyo estuvo demostrado en las elecciones de principio del ´54 (Quijano
había fallecido poco tiempo después de asumir como vice), el candidato que lo
sustituye fue Tesaire.
El conflicto con la Iglesia Católica iniciado a fines del ´54, fue el determinante de una
profunda crisis que el gobierno de Perón no pudo sobrellevar con éxito.
En junio de 1955 en el marco de una sociedad cada vez más tensionada, tuvo lugar
en Capital Federal la tradicional procesión religiosa de Corpus Christi, a pesar de la
prohibición expresa emanada del ministerio del Interior.
En julio de ese mismo año se hizo lugar el ensayo golpista, con características
criminales: aviones de la marina de guerra bombardearon y ametrallaron la Casa
Rosada al mediodía, el objetivo era asesinar a Perón quien se había refugiado en los
sótanos del ministerio de ejército, la plaza (de Mayo) estaba llena de inocentes;
causando así la muerte de centenares de éstos. Esa misma noche comenzó el
saqueo e incendio de las Iglesias de Bs. As. Y del edificio de la curia (biblioteca y
objetos religiosos y artísticos de gran valor). Perón llamó la calma, culpó a la marina
de guerra y desmovilizó a la clase obrera. Buscó un acuerdo con la oposición,
ofreciendo diversas concesiones. Para conseguir la pacificación de la Nación, el
gobierno abrió las radioemisoras a las voces de la oposición, hecho inédito desde
1946. en los principales matutinos de agosto junto a titulares catrastóficos apareció
publicada la carta de Perón dirigida a las 2 ramas del partido Peronista y a la CGT,
ofreciendo su retiro del gobierno, no la renuncia. Para los trabajadores Peronistas la
noticia era movilizadora, se dirigieron a la plaza de Mayo, mientras que la CGT
decretaba un paro general. El discurso de Perón del 31 de agosto constituyó un
tremendo error político: Salpicado de agresividad, amenazante: sólo tuvo por
resultado amalgamar aún más a la oposición, se trataba de amenazas de
cumplimiento imposible puesto que para llevar a cabo era necesario armar a los
trabajadores, formar milicias obreras, algo que el cuadro de Oficiales del Ejército
jamás permitiría.

198
Consideraciones Finales
El golpe de estado del ´30 sancionó el inicio de la crisis del Estado de Derecho o
Proceso de desconstitucionalización en la Argentina; los gobiernos conservadores,
fruto del fraude y de la violencia desprestigiaron a las instituciones representativas
de la república.
El Peronismo, por su parte, sumó a lo anterior su confusión conceptual entre Nación-
Estado-Partido y sus arrebatos autoritarios e intolerancia política, una profunda
división de la sociedad Argentina.

Capítulo 4: La Revolución Libertadora. Reforma Constitucional de 1957

Introducción

El 23 de septiembre del ´55 prestó juramento como presidente provisional el General


Lonardi.
El régimen Peronista se había derrumbado sin ofrecer resistencias, sólo la Marina de
Guerra se alzó contra el gobierno de Perón. A partir de los acontecimientos de junio
del ´55 que tantas vidas inocentes costaron, el régimen instalado en 1946 comenzó
a retroceder y el presidente clausuró la etapa Revolucionaria de su gobierno para
abrir un período donde pasaba a ser “el presidente de todos los argentinos”. El
Peronismo derrotado de antemano porque carecía de las respuestas ante las
demandas que el nuevo mundo necesitaba.
Inmediatamente se formó una junta militar que se abocó a iniciar tratativas con los
elementos sublevados, estableciéndose una tregua con los alzados contra los
poderes legítimamente constituidos y la propia CN. Las condiciones presentadas por
sublevados:
Renuncia del ejecutivo y miembros del gabinete;
El jefe de la Revolución, Lonardi, asumiría el gobierno provisional;
Desmovilización y regreso a sus bases de las tropas leales.

Las bases de la Junta Militar: “no hay ni deberá haber vencedores ni vencidos”;
“imperio de la CN del ´49”; “Gobierno Militar a instalarse sería de transición”;
“mantenimiento de las conquistas laborales y sociales”; “caducidad de los poderes
Ejecutivos y Legislativos, intervención de poder Judicial de la Nación y de las
Pcias.”.
Caía el telón sobre la democracia plebiscitaria o de masas y un nuevo período se
abría en la historia del país.
Los enfrentamientos que se consolidaron produjeron la pérdida de varios centenares
de vidas.

Consecuencias de la Caída de Perón

Al igual que en el ´30 o ´43, el Congreso Nacional fue disuelto y clausurado, los
gobiernos provinciales corrieron la misma suerte, las provincias fueron intervenidas.
La presidencia compuesta provisionalmente por Lonardi-Rojas. Por primera vez un
golpe de estado depuso a los ministros de la CSJN designados en el ´47 luego del
juicio político.
El movimiento Cívico-Militar que había derrocado a Perón tenía dos claras
tendencias: una, Católico-Nacionalista, que lideraba Lonardi; y la otra, Liberal,
encabezada por Rojas y la Marina de guerra junto con el sector liberal del ejército.

199
En noviembre del ´55, mediante un golpe palaciego Lonardi y su equipo fueron
desalojados del poder. Asumió provisionalmente Aramburu-Rojas. Comenzaron a
tomar medidas para rectificar el rumbo de la Revolución e higienizar al país de la
infección Peronista: -Intervención de la CGT y Sindicatos; -Disolución y proscripción
del partido Peronista; - Inhabilitación de las personas que actuaron en cargos
electivos, políticos o gremiales entre 1946/1955; -Disolución de la Fundación Eva
Perón; - Prohibición de la utilización de emblemas del régimen depuesto y; -
Creación de la junta de recuperación patrimonial.
Medidas Concretas del gobierno de facto:
o Proscripción del partido Peronista, mediante Decreto-Ley;
o Intervención a la CGT y Sindicatos (por Decreto-Ley);
o Depuración Castrense;
o En economía el gobierno de la Revolución Libertadora, promocionaba las
exportaciones agropecuarias con un limitado industrialismo, atacando a la
inflación con medidas de corte ortodoxo.

Ante la proscripción, el movimiento Peronista se refugió en la clandestinidad dando


comienzo a la etapa de la “resistencia”, la cual se caracterizó por huelgas
focalizadas en las fábricas, sabotajes en las líneas de producción, colocación de
artefactos explosivos, etc.

Revolución Libertadora. Constitución de 1949.

La CN del ´49, tuvo vigencia a partir de su publicación en el diario de sesiones de la


Convención Constituyente.
Toda la legislación sancionada por el Congreso Nacional a partir del ´49 estaba
fundamentada en la nueva Constitución; las elecciones presidenciales del ´51, en las
que fue reelecto Perón, se llevaron a cabo bajo las nuevas normativas
Constitucionales (elección directa).
Caído el régimen Peronista, Lonardi, Aramburu y Rojas, los ministros Nacionales, los
miembros de la Corte Suprema, prestaron juramento a la nueva Constitución del ´49.
Sin embargo, en los sectores más duros del Gobierno de Facto, comenzó a
bosquejarse la idea de eliminar la Constitución, ya que la misma era la expresión
jurídica de la dictadura Peronista.

Convocatoria a Convención Nacional Reformadora

En los considerando del Decreto-Ley-Proclama de abril, se consignaba que la CN


del ´53, requiere ciertas reformas. Se hace mención a una Convención Constituyente
a convocar.
Disposiciones del Decreto-Ley-Proclama: era necesario considerar la reforma parcial
del ´53 con las reformas de 1860, 1866 y 1898.
El sistema de representación política sería proporcional.
El Decreto tenía dos claros objetivos: el 1ero era el intento de purgar la barbaridad
de haber echado por tierra una CN, mediante el decreto; y el otro, se buscaba el
recuento globular.

Elecciones de Convencionales Constituyentes de 1957

200
La oposición sufre una serie de mutaciones tras la caída de Perón, a partir de marzo
del ´57, la UCR quedó dividida formalmente en la UCRP (pueblo; Balbín) y la UCRI
(intransigente; Frondizi).
Con el partido Peronista proscripto, toman lugar las elecciones. Cuyos resultados
demostraron que el Peronismo aún proscripto conservaba una importante fuerza
electoral.
Dicha Convención se reunió en Santa Fe.

Convención Constituyente de 1957

Su sede: Universidad Nacional del Litoral y dieron comienzo el 30 de agosto de 1957


hasta el 14 de noviembre del corriente. La 1era resolución que tomó la Convención
fue: rechazar las impugnaciones planteadas sobre los mandatos de los
convencionales y declarar la legitimidad de la misma Convención y; declarar que la
CN en vigencia era la de 1853 con las reformas de 1860, 1866 y 1898.
La Convención designa a una Comisión Revisora de la CN. De 1853, quien elabora:
1- Otorgar rango Constitucional al régimen de Coparticipación Federal;
2- Derecho de propiedad individual en función social;
3- Tres Senadores por cada provincia y por la Capital Federal;
4- Daba a la Capital Federal un régimen administrativo-autonómico y elegido por
el pueblo;
5- Prescribía el régimen electoral con Sufragio Universal, Secreto y Obligatorio;
6- Puntualizaba y ampliaba los derechos individuales;
7- Trataba sobre la organización de los partidos políticos;
8- Establecía la elección directa del P.E y sin reelección inmediata.

Se produjo un hecho inexplicable: el retiro de 9 Convencionales Radicales del


Pueblo y más tarde, el retiro del Convencional Cívico Independiente, así como de 11
Diputados Conservadores que hicieron que colapsara la Convención.
En definitiva ésta terminó sus sesiones y sólo alcanzó a sancionar el Art. 14 Bis.
Clausurada las sesiones de la Convención, el Gobierno de Facto convocó a
elecciones Generales para constituir el gobierno Nacional y los de las provincias.
Que contasen con Constitución vigente al primero de Diciembre de 1957 (quedaron
excluidas: Misiones y La Pampa). Las elecciones quedaron fijadas para el 23 de
febrero de 1958.

201
Resumen libro 7 HCA

Décimotercer Módulo: La crisis del estado de derecho (II).


La democracia restringida. La revolución Argentina (1955-1973)

Capítulo 1: Los radicalismos en el gobierno (1958-1966)

Introducción

El golpe de estado de 1955 abrió una compleja etapa que tiene su primer punto
culminante en 1966. La inestabilidad política como fruto de 3 circunstancias claves;
la primera el fracaso de los 2 partidos que se alternaron en el gobierno (UCRI y
UCRP), que intentaron consolidar una democracia, pero la negaron al no atreverse a
incorporar plenamente al Peronismo. La segunda de las causas, el poder militar que
se reservó y ejerció poderes de veto y tutela, pero sin instaurar un régimen
autoritario dominado por las fuerzas armadas; Y la tercera fue el sindicalismo
peronista posterior a 1955, que ante la proscripción del movimiento liderado por el ex
– presidente recurrió al quebrantamiento de las reglas formales del sistema.
La llegada de A. Frondizi a la primera magistratura del país (1958), se produjo

mediante un acto eleccionario que tuvo 2 características: 1) la proscripción del

peronismo; 2) el Pacto elaborado en Caracas y suscripto por el candidato de la

intransigencia y Perón. Por el cual Perón se comprometía a volcar los votos de sus

seguidores a favor de Frondizi; a cambio éste se obligaba, a levantar las

proscripciones e inhabilitaciones que pesaban sobre el peronismo, normalizar la

CGT; rehabilitar a la fundación Eva Perón.

Perón no podía desconocer y sabia perfectamente que la mayoría de los


compromisos asumidos por Frondizi eran de cumplimiento imposible dado el
pensamiento y el clima que imperaba en el seno de las fuerzas armadas; pero
evitaba el triunfo del candidato que aparecía como continuador de las políticas de la
Revolución Libertadora (Balbín), y dejaba abiertas las posibilidades para futuros
acuerdos. Frondizi no ignoraba tampoco que asumía compromisos imposibles de
consumar, pero de algún modo se aseguraba la victoria en las elecciones
convocadas para el 23 de febrero de 1958.
UCRI ( Frondizi-Gómez) obtuvieron el 44,9%.
UCRP ( Balbín- Castillo) obtuvieron el 28,9%.
La UCRI obtuvo la totalidad de las gobernaciones y en consecuencia la totalidad de
las bancas del Senado.
El 1º de mayo de 1958 prestó juramento como presidente constitucional A. Frondizi,
quien desde su juventud había militado en las corrientes internas del ala izquierda
del radicalismo y fue un activo defensor de presos políticos en la Década Infame.
Además de la casi enfermiza oposición y el golpismo de hecho practicada por la
UCRP se debe agregar la oposición de los organismos sindicales que se reflejó en
los conflictos y huelgas ( huelga del frigorífico L. De la Torre; trabajadores

203
ferroviarios; Judiciales, bancarios), enfrentados a las políticas económicas de
estabilización monitoreadas por el Ing. A. Alzogaray, ministro de economía. El
gobierno respondió con la implantación del estado de sitio, que perduró hasta
la llegada de Illia al gobierno en 1963, y ante a los actos de contenido
insurreccional protagonizados por los sectores duros de peronismo
(resistencia peronista), con la aplicación del Plan de Conmoción Interior del
Estado (CONINTES), creado por ley durante la segunda presidencia de Perón,
cuyas autoridades de ejecución eran las fuerzas armadas.
En marzo de 1961 comenzó el proceso definitivo de normalización de la CGT,
intervenida desde 1955, el que culminó con su entrega mayoritariamente a
dirigentes trabajadores peronistas.

Nueva Visión de la Economía

La política económica del gobierno de Frondizi se da a través del


“desarrollismo”. Se pensaba que la ecuación carne + petróleo + capital
extranjero = acero y petroquímica como síntesis del accionar económico
exportar carnes y obtener el autoabastecimiento petrolero traería como
resultado el ahorro de divisas necesario para volcarlas al desarrollo de las
industrias de base, más el ingrediente de la incorporación de capitales
extranjeros, con lo que se completaba el cuadro. Frondizi desató la llamada
“batalla del petróleo”: mediante contratos celebrados entre empresas
petroleras extrajeras y Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF). Entre otros
aspectos salientes podemos resaltar la instalación de capitales extranjeros en la
rama automotriz, que tradujo a su vez el impulso de la industria de autopartes
(Córdoba) , así como la puesta en marcha de la planta siderúrgica de San Nicolás.
En 1962 la deuda externa argentina se había triplicado en relación al monto de
nuestras exportaciones agropecuarias.
Otro tema importante y polémico fue el de habilitación a las universidades
privadas para expedir títulos habilitantes; cuestión conocida como el
enfrentamiento entre “enseñanza laica o enseñanza libre” o “el del artículo 28”. En
1955 el decreto expedido por el gobierno de Aramburu sobre reorganización
universitaria estableció en su art. 28 que las Univ. Privadas estarían
capacitadas para expedir títulos y diplomas habilitantes, siempre que se
sometan a las reglamentaciones oportunas.
A los problemas políticos y sociales internos se sumó la cuestión internacional del
caso Cubano: como consecuencia de los crudos enfrentamientos del gobierno
Revolucionario de la isla con el gobierno de los EEUU. El primero se proclamó
formalmente Socialista y se alineó con la Unión Soviética.
El gobierno Argentino mantuvo una postura ambigua en relación al caso
Cubano, tanto es así que en la reunión de Punta del Este, la Argentina se
abstuvo en la votación y seguidamente Frondizi recibió secretamente en la
casa de Olivos al representante de Cuba el Dr. Ernesto Guevara. Estos hechos
se transformaron en un revulsivo para unas fuerzas armadas muy reaccionarias y
para la derecha política del país, lo que obligó a Frondizi a romper relaciones
diplomáticas con el gobierno Revolucionario Cubano, en 1962, un mes antes de su
caída. La cuestión Cubana fue un elemento más que hizo a la destitución de
Frondizi.

204
Crisis de 1962

El año 1960 se llevaron a cabo elecciones nacionales para renovar la mitad de la


Cámara de Diputados. Los votos en blanco sumaron el 24,6%, la UCR Pueblo
23,8%, el partido Oficialista el 20,5%, etc.
En 1961 el gobierno sufrió un nuevo revés electoral ya que el partido Socialista
argentino ganó la banca de senador por la Capital Federal; Alfredo Lorenzo
Palacios triunfó levantando las banderas de la naciente Revolución Cubana. El
gobierno de Arturo Frondizi debía enfrentar en 1962 no sólo nuevas elecciones
legislativas nacionales para renovar la otra mitad de la cámara baja, sino también el
total del elenco de gobernadores provinciales electos en 1958.
Dentro de este marco, en diciembre de 1961, tuvieron lugar elecciones en la
provincia de Catamarca, San Luis, y en la importante y crucial Santa Fe al respecto,
se ha dicho que no.
La UCRI se adjudicó el triunfo sobre los radicales del pueblo y los peronistas (que
participaron bajo distintas siglas y denominaciones).Así el resultado en Santa Fe fue:

Partido Votos
Partido Óficialista 295.973
Partido Laborista (peronismo) 241.304
UCR Pueblo 138.291
PDP 134.620

Estos resultados, unidos a los de Catamarca y San Luis parecían predecir un cambio
en el comportamiento del cuerpo electoral a favor del partido gobernante, lo que
pareció quedar confirmado en las elecciones que tuvieron lugar en las provincias de
la Rioja y Formosa, donde el triunfo correspondió a la UCRI. En marzo de 1962 el
peronismo se impuso en Bs. As (“Unión Popular”); en Neuquen (“Movimiento
Popular Neuquino”); En Misiones (“Partido Justicialista”).
El análisis de los comicios de 1961/62 a nivel de la elección de diputados
nacionales, para la que se utilizó el sistema de lista incompleta plurinominal arrojó
los siguientes resultados: para los diversos agrupamientos peronistas 45 bancas;
para la UCRI 34 bancas y para la UCRP 7 bancas, esto marca una gran paridad de
fuerzas; sin embargo, era la victoria de la Unión Popular en Bs. As, su candidato
Framini (dirigente sindical de los textiles e integrante del ala dura de la resistencia).
Para las fuerzas armadas, la victoria de este dirigente en Bs. As, facultaba a predecir
que las elecciones presidenciales de 1964 serían ganadas por el movimiento
derrotado en el ´55, y para la mentalidad de la FFAA, aquello era intolerable.
En noviembre del ´58, en medio de una de las tantas crisis que azotaran al
gobierno frondicista, Alejandro Gómez presenta su renuncia al cargo de
vicepresidente. Aceptada por el Congreso Nacional, no se convocó, como hubiese
correspondido, por mandato constitucional, a comicios tendientes a la elección de
un nuevo vicepresidente. El doctor José María Guido, ocupaba desde entonces
el cargo de presidente de la Cámara Alta, respondiendo a las previsiones de la
ley de acefalía, éste invocando el Art. 75º de la CN y los arts. 1º y 4º de la ley de
acefalía (nº 252), prestó juramento como presidente provisional ante la Corte
Suprema de Justicia de la nación. Durante 12hs el país careció de titular del PE,
por lo que Guido estuvo escondido esas horas en un departamento de un barrio de

205
congreso, hasta que pudo ser conducido a la sede de la Corte a prestar el juramento
de ley.
Los ministros de la Corte Suprema, por su parte, actuaron indebidamente al tomar
juramento a Guido, bajo la argumentación que el Alto organismo no le correspondía
pronunciarse acerca de las causales de acefalía por tratarse de una cuestión política
y por ende no justificable. Una vez más, desde el punto de vista constitucional, los
ministros de la Corte dejaron mucho que desear.
Como gobernante de ipso, Guido asumió las facultades legislativas por la vía de
los decretos-leyes, como todos los gobiernos usurpadores precedentes; En
cambio, no se destituyó a los miembros de la Corte Suprema ni se prohibió la
actividad de las agrupaciones política. Pero si se dieron los enfrentamientos
armados ocurridos en septiembre del ´62 y abril del ´63, entre los 2 bandos
castrenses conocidos como “azules” y “colorados”.
La crisis orgánica de representatividad y legitimidad había calado hondo en el
seno de las fuerzas armadas, particularmente en el ejército lo que provocó su
división: por un lado la oficialidad autotitulada “Legalista” (estos visualizaban en
Guido prenda o vestigio de normalidad cívica), entre estos se destacan los generales
Juan Carlos Onganía y Julio Alsogaray. El otro polo era el agregado de oficiales
“Gorila” (sector claramente alineado con la Marina de Guerra, donde la
influencia la ejercía Isaac Rojas). Los primeros se autotitularon como “azules” y
los segundos como “colorados”. La aeronáutica se ubicó con el sector azul.
En septiembre del ´62 ambas partes se enfrentan cruentamente; Derrotados los
colorados, el bando azul que había ganado ciertas simpatías en la población,
en particular por los contenidos del comunicado 150, abrió las puertas para la
convocación a elecciones generales (comunicado ampliamente difundido a través de
emisoras controladas por el bando azul, redactado por el entonces joven abogado y
funcionario del ministerio del Interior, Mariano Grondona).
A partir desde ese momento desde el ministerio del Interior se bosquejó un plan
político tendiente a integrar al peronismo en un amplio frente electoral. Pero una vez
puesto en marcha provocó la reacción de los colorados, que no admitían ninguna
participación “entre los partidarios del cobarde tirano prófugo”, ni siquiera diluidos,
descoloridos y bajo el control de un frente pluripartidista. En abril de 1963 se da un
nuevo alzamiento de los colorados que sufren una nueva derrota, pero
paradojalmente y como fruto de sus propias contradicciones los victoriosos azules
terminaron en violetas.
Frente a estas elecciones Perón da la orden terminante de que sus partidarios
debían volcarse a la “abstención revolucionaria”, y los partidos de los
integrantes del Frente Nacional y Popular (frondicistas, conservadores populares)
declararon la abstención 4 días antes de las elecciones. La ciudadanía arribó el acto
eleccionario el 7 de julio del ´63, mediante el cual el conjunto del país debía
“normalizarse” institucionalmente; en verdad, no era más que un punto final
de un proceso político que con las proscripciones e inhabilitaciones a flor de
piel, demostró que la epidermis militar, a pesar de su adornado discurso
aperturista, no podía soportar la posibilidad de que los justicialistas pudieran
tener espacios propios de poder como consecuencia de la decisión popular.
En estas elecciones generales se utilizó el sistema de representación proporcional
para la elección de presidente y vice y los diputados nacionales; los candidatos de la
UCRP (Arturo Illia y Peretti, 25,15%); la UCRI (Alende-Gelsi, 16,40%); la
candidatura al general Pedro Aramburu, apoyado por el nuevo partido creado a ese
fin (Unión del Pueblo Argentino- UDELPA), el PDP, la federación de partidos de

206
centro y demás agrupaciones menores obtuvieron en total el 13,87%; los votos en
blanco sumaron el 19,72%.
La UCRP obtuvo un total de 169 sufragios necesarios para consagrar al titular del
poder ejecutivo en los colegios electorales, pero los partidos minoritarios que habían
ganado electores (socialistas democráticos, democristianos, etc.) decidieron apoyar
en los colegios electorales a los candidatos mas votados y consecuentemente
volcaron sus electores a favor de la formula Illia-Perette, en tanto que los electores
de la UCRI y de UDELPA votaron por sus propios candidatos. Debe recordarse que
paralelamente, en el peronismo fue tomando auge el llamado “neoperonismo”, son
partidos provinciales que bajo distintas denominaciones enarbolaron las banderas
del movimiento caído en 1955, se autonomizaban y desoían las ordenes
votoblanquista de Perón, el paradigma de los partidos neoperonistas fue el
movimiento popular neuquino, fundado por la familia Sapag. La rama sindical del
movimiento peronista a su vez comenzó a autonomizarse de las directivas del
exiliado líder, particularmente con la conducción del dirigente Augusto Vandor,
secretario de la unión obrera metalúrgica (UOM).
La UCRP cumplió con algunos puntos de su plataforma electoral: los contratos
petroleros suscriptos durante el período de Frondizi fueron anulados, se puso
termino al stan by suscripto con el FMI y se rechazaron las pretensiones del
Banco Mundial de intervenir en las cuestiones de la empresa de electricidad
del Gran Buenos Aires. Las mejorías del sector externo mejorada por el aumento
del valor del volumen de las exportaciones agropecuarias ayudó a enfrentar la
creciente deuda externa, lo que promovió el crecimiento de la economía con un
aumento del consumo de la población y una baja de los índices inflacionarios.
A pesar de la indudable legitimidad de su origen el gobierno del doctor Illia se

caracterizo por el respeto de la Constitución: se derogo el estado de sitio, se

respetaron las autonomías provinciales y se levanto el plan Conintes. Por otra parte,

se permitió limitadamente la participación del peronismo en las elecciones

legislativas de 1965.

A pesar de todo las imputaciones de ineficiencia y lentitud en las decisiones en


materia de política administrativa (se equiparaba el gobierno con una tortuga),
de estatismo en lo económico y de insensibilidad social, si bien tenían algunos
rasgos de realidad, no bastaban para justificar el golpe de estado y la dictadura
militar que ya se dibujaban en el horizonte de la política nacional. Eran los
argumentos de la derecha autoritaria destinados a conformar la peculiaridad
climática propicia para el derrocamiento del gobierno civil.
El 28 de Junio de 1966 Arturo Illia fue derrocado por las fuerzas armadas. Los

grandes grupos empresariales, diferentes partidos políticos, la alta jerarquía

eclesiástica, así como las expresiones políticas sindicales del peronismo adhirieron

unánimemente al cuartelazo.

207
Capítulo 2: “La Revolución Argentina”

Introducción

El golpe de Estado de 1966 tiene connotaciones que lo singularizan respecto a


las anteriores experiencias castrenses de 1930, 1943, 1955 e inclusive, de 1962.
Debe recordarse que estos regímenes surgidos de los movimientos militares o
cívicos militares, se auto adjudicaron el carácter de “provisionales” es decir, una vez
superados o eliminados los elementos distorcionantes de la vida política nacional,
objetivo esencial de todos los golpes de estado, se convocaría a elecciones
para normalizar institucionalmente al país en el menor tiempo posible.
Clausurado el congreso nacional, el poder ejecutivo de ipso legislaba mediante la
singular figura decreto-leyes, los cuales según la jurisprudencia de la Corte Suprema
de Justicia tienen el valor de leyes, subsisten aunque no hayan sido ratificados por el
Congreso mientras no sean derogados de la única manera que éstas pueden serlo,
es decir, por otras leyes. Así se mantenía un marco artificioso de legalidad
constitucional dentro del cual el gobierno de facto desarrollaba su accionar. Para los
ejecutores del golpe de estado de 1966, este tuvo un sentido fundacional: tenia
como objetivo recomponer la república, sentando las nuevas bases y
formulaciones sobre las que se construiría un nuevo orden político,
económico y social. De tal suerte, no se trataba de un gobierno transitorio o
provisional que venia a reinstalar el concierto perdido a manos de políticos
incompetentes y corruptos; por el contrario, era un gobierno sin términos ni
condicionamientos.
Era una verdad revelada que la Argentina pertenecía al orbe occidental y cristiano
por lo que las ideologías extrañas al ser nacional debían ser desterradas del seno de
la sociedad civil, en particular de las universidades nacionales, verdaderos nidos del
ateismo marxista.
En definitiva, era la revolución argentina un inédito y diferente jalón en la historia de
la nación. Las fuerzas armadas se constuitirian en la guardia pretoriana del nuevo
orden así instalado que como se ha anotado, no tenia plazos sino horizontes de rica
realizaciones. Juan Carlos Onganía ungido titular del poder ejecutivo de manera
singular y unánime por el voto de los tres comandantes en jefe de las Fuerzas
Armadas conceptualizaba su gestión en Diciembre del 66, el país se encaminaba
hacia la más tremenda crisis padecida a lo largo de su existencia, como la propia
historia nos lo demuestra.

La “Legalidad” de la Revolución Argentina. Actas y Estatutos

Depuesto el presidente Illia se hizo cargo del gobierno de la nación la Junta de


comandantes en jefe, la que en forma inmediata, en ejercicio facto del poder
constituyente, dio a publicidad el “acta de la revolución argentina”, la que se
integraba con tres anexos: “Mensaje de la junta revolucionaria al pueblo
argentino”- “estatuto de la revolución argentina”-“objetivos políticos de la
revolución”.
Juan Carlos Onganía (cabeza de la fracción azul durante los acontecimientos de
1962-1963 y jefe del ejército durante la presidencia de Illia). Asumió la titularidad del

208
poder ejecutivo nacional al día siguiente (29 de Junio de 1966), prestando juramento
ante los comandantes en jefe, sus circunstanciales pero unánimes “electores”.
Conforme al acta de la revolución argentina las Fuerzas Armadas “en
cumplimiento de su misión de salvaguardar los más altos intereses de la nación”
(frase que surge del Acta, desde que la misión de las FF. AA.) que resolvía:
Destituir al presidente y vice de la nación, así como a todos los
gobernadores y vice delas pcias.;
Disolver el Congreso Nacional y todas las legislaturas provinciales;
Separar de los cargos a los integrantes de la CSJN y al procurador
general de la Nación;
Disolver todos los partidos políticos del país;
Designar a los nuevos miembros de la Corte Suprema y al procurador
general;
Ofrecer el cargo de presidente a Juan Carlos Onganía.

En el segundo de los anexos (estatuto de la revolución argentina) disponía lo


siguiente:
I. Que el poder ejecutivo seria designado por la Junta Revolucionaria;
II. El numero de ministros y secretarios del estado seria establecido por ley al
igual que sus funciones;
III. El orden de prelación de las normas fundamentales que regirían a la
Nación queda conformado:
a)-El acta de la Revolución Argentina;
b)-El estatuto revolucionario;
c)-La Constitución Nacional.
El plexo de normas “supraconstitucionales” era expuesto públicamente sin ningún
pudor: la CN quedaba relegada a un triste tercer puesto y quedaba sin vigencia
alguna su articulo 31, ante el silencio cómplice de muchos destacados
“constitucionalistas” argentinos.
IV. El presidente de la republica ejercería las funciones legislativas que la
constitución otorga al Congreso
V. En caso de ausencia del país del presidente, el PE seria ejercido por el
ministro del interior, en caso de acefalia presidencial el cargo seria
provisto por la Junta de comandantes.

Onganía, Levingston, Lanusse. La Autocracia Militar en acción

A partir de junio de 1966 una nueva modalidad institucional se instala en la cúpula


del poder: el gobierno de la revolución argentina, presidido por Onganía, se
proclamo sin términos en la duración del mandato y en el ejercicio tanto como
del poder ejecutivo como del legislativo, no tenía que rendir cuenta de sus
actos a nadie.
La autocracia de carácter militar, de rostro austero y severo reflejo de la España de
franco. Onganía había exigido estas condiciones para aceptar el cargo, la única
limitación impuesta al presidente era que todas las actividades del gobierno fueran
realizadas con los objetivos de la revolución.
Los partidos políticos fueron disueltos, prohibiendo sus actividades y confiscando
sus bienes; las universidades nacionales fueron intervenidas, arrasando sus
autonomías y reprimiendo los estudiantes y profesores; se implanto la censura
de prensa; las libertades individuales en general quedaron anuladas.

209
Se comentaba que la gran transformación requerida por el país tomaría un lapso de
tiempo que osaría entre los 10 y 11 años; primero habría un tiempo económico,
luego un tiempo social.
A partir de 1969, año que ha sido graficado como el espacio-tiempo en que se han
creado las condiciones de una situación revolucionaria, se puso en tela de juicio el
principio básico de la autoridad del estado, colocándose en entredicho a quienes
detentaban el poder y las razones mismas de tal detentación. Comenzaron a ser
jaqueados los dirigentes sindicales más propensos a la negociación y más
dependientes de la tutela estatal, los profesores y autoridades de universidades y
escuelas que se habían respaldado en, y habían sido promovidos por las
orientaciones tradicionalistas y jerárquicas del gobierno de Onganía, la jerarquía
conservadora de la Iglesia Católica y los gerentes y empresarios que, debido a las
limitaciones impuestas a la acción de los jefes sindicales, las comisiones de fábrica y
los delegados obreros, se habían sentido con mayor respaldo para reorganizar
procesos de trabajo, “racionalizar” la producción y restaurar la disciplina laboral.
La República Argentina vivió acontecimientos de una magnitud y de una
naturaleza no conocidos hasta ese año de 1969; los hechos de la ciudad de
Corrientes, el “Rosariazo” y particularmente el “Cordobazo”, marcaron el
principio del fin del régimen presidido por Onganía. En medio de aquellas
puebladas que revelaban la cristalización de un movimiento político gestado
desde los inicios de la década del ´60, y el repudio generalizado a la dictadura
militar, Onganía sólo antinó a peregrinar a la basílica de Luján y consagrar el país al
inmaculado corazón de María: tan devota demostración señalaba que la dictadura
estaba herida de muerte y efectivamente sobrevivió apenas un año más en el medio
de diversas conducciones sociales.
En mayo de 1970 tuvo lugar un hecho de suma gravedad que marcaría a fuego la
política nacional en los años subsiguientes: fue secuestrado, juzgado, y
posteriormente asesinado, el ex – presidente provisional Pedro E. Aramburu
por una nueva organización guerrillera los “montoneros”. Con relación a este
hecho que no puede encontrar justificaciones, se ha escrito acertadamente que el
espesor de la historia permite, cuando es adecuadamente desarrollado, arribar a
determinadas conclusiones que son fruto de su cauteloso análisis: la violencia en la
Argentina, no comienza en junio de 1970, no comienza con el asesinato de
Aramburu. Aramburu formaba parte, como elemento responsable substancial,
de un período antidemocrático, violento y criminalmente represivo. Aramburu
es una figura inescindible del bombardeo de Plaza de Mayo y de los
fusilamientos de José León Suárez. Esto no legaliza su asesinato, opinión que
compartimos plenamente, y mucho menos disfrutar la descripción que de la
ejecución hicieron posteriormente con jactancia morbosa sus autores.
Como se consignara con anterioridad, durante la etapa de Onganía hicieron su
aparición grupos armados de diversa extracción ideológica, que reivindicaban
sus raíces en el Marxismo o en el Peronismo; al respecto se ha expresado que
aquellos jóvenes que se unieron a las actividades guerrilleras, lo hicieron porque no
había otros canales para expresar sus demandas de cambio. En este sentido, la
naturaleza autoritaria de Onganía debe ser considerada como históricamente
responsable del surgimiento de este tipo de conducta política. En efecto al
cancelarse las vías normales de la vía política (el debate, el acuerdo o el disenso),
sumando a la proscripción del movimiento peronista de 1955, con su correlato de
anulación de elecciones en las que los proscriptos habían ganado, así como el

210
triunfo de la revolución cubana, son algunos de los elementos que hicieron que la
lucha armada se abriera rápidamente paso, en un sector de la juventud peronista.
El secuestro y ejecución de Aramburu fue un intenso revulsivo que conmovió
a las fuerzas armadas, lo que unido al estado de virtual insurrección que vivía el
país, hizo que el 8 de junio de 1970 Onganía fuese obligado a renunciar por los
comandantes en jefes de las 3 armas que directamente retomaron el ejercicio
del poder. La designación del nuevo presidente recayó en un ignoto general
radicado hasta ese momento en Washington: Roberto Levingston.
A pesar de la tremenda crisis política que azotaba el país, el nuevo presidente
sostuvo al que el remedio a la misma no era otra que la profundización de la
revolución. Prontamente Levingston entró en conflicto con los miembros de la Junta
Militar. El final era previsible: una nueva poblada ocurrida en la ciudad de
Córdoba, conocida como el “Viborazo”, llevó a la destitución de este
presidente militar en marzo del ´71. El general Lanusse se convirtió en el tercer
protagonista de la experiencia política iniciada en el ´66, su arribo a la Casa
Rosada tradujo el comienzo del fin de la denominada Revolución Argentina.

El Gran Acuerdo Nacional

Lanusse asumió en medio de una crisis política muy profunda. Las medidas
tomadas en los gobiernos de Onganía y Levingston habían contribuido a radicalizar
al conjunto de la sociedad civil en rebelión contra el régimen instaurado en el ´66, de
trabajadores, intelectuales, amas de casa, estudiantes, jóvenes, etc.
En el campo gremial, las direcciones burocráticas de los principales sindicatos
quedaron en entredicho, la integración de la CGT de los argentinos (CGTA). La
aparición de los sacerdotes para el tercer mundo sacudió a la jerarquía
conservadora de la Iglesia Católica Argentina.
Las universidades nacionales, y en alguna manera las privadas, se convirtieron
en centros de resistencia de los estudiantes y su accionar. Así como también
como el surgimiento de los grupos armados – montoneros, fuerzas armadas
revolucionarias (FAR), fuerzas armadas peronistas (FAP), ejército
revolucionario del pueblo (ERP).
En síntesis, se atravesaba por una crisis de hegemonía o crisis política global.
Lanusse invitó a todas las fuerzas políticas a suscribir como el Gran Acuerdo

Nacional (GAN), dicho documento tenía como objetivo lograr una convivencia

pacífica en la contienda electoral, como se iniciaría sin proscripciones ni fraude, y el

apoyo de todas las fuerzas socio-políticas para aunar esfuerzos en procura de salvar

el destino democrático de la nación.

Mientras tanto, la represión al movimiento popular alcanzó límites brutales: el 15 de


agosto del ´52 se produjo una espectacular fuga de jefes e integrantes de las
principales organizaciones armadas del penal de Rawson que fracasó
parcialmente, y el 22 de agosto, fueron asesinados por oficiales de la Marina de
Guerra, 16 de los 19 guerrilleros recapturados en la base naval de Trelew,
prefigurando el bando de sangre al que serían sometidos los argentinos pocos
años después.

211
En éste escenario de inestabilidad política, Perón regresó a la Argentina. Este
recompuso sus relaciones políticas y personales con arco partidista, en particular
con el radicalismo del pueblo reconciliándose públicamente con su viejo adversario
Balbín. Designó a H. Cámpora como candidato a la presidencia por el FREJULI.
En enero del 73 la fórmula Cámpora- Solano Lima fue oficializada.
Antes del acto electoral, el régimen militar había resuelto “enmendar” la C.N
para adecuarla a los tiempos políticos que se avecinaban. Una vez más la junta
de comandantes expropiaba el poder constituyente.

La Enmienda Constitucional de 1972

El primer pilar del plan político de Lanusse fue introducir en el estatuto de la


revolución la cláusula de la residencia obligatoria par poder participar de las
elecciones; el otro pilar fue la enmienda de la C.N y a ese fin, en abril de 1971 fue
creada “la comisión asesora para el estudio de la reforma constitucional”.
El 3 de mayo de 1971, la Junta Militar, en pleno ejercicio fáctico del poder
constituyente, sancionó la ley nº 19.608 (“ley declaratoria fundamental “) por la
que se declaraba necesaria la enmienda parcial de la C.N en sus arts. 1º, 5º,
42º, 45º, 46º, 48º, 55º, 56º, 67º inc.7º, 68º, 69º, 72º, 77º, 81º, 87º y 96º, al efecto de
asegurar el “establecimiento definitivo de una democracia orgánica, eficiente,
creadora y estable... ”. Al igual que en tiempo del gobierno de Aramburu- Rojas, el
régimen militar declaraba la necesidad de la enmienda constitucional, haciendo uso
del poder preconstituyente que es una atribución del Congreso Nacional, en abierta
violación al Art. 30 del texto de la C.N.
Muchas de ésta enmiendas se erigen en antecedentes de la reforma constitucional

de 1994.

A). Vigencia: el estatuto fundamental regiría hasta el 24 de mayo de 1977.


B). Sobre el poder ejecutivo y legislativo: la duración de los mandatos de los
poderes nacionales, provinciales e incluso municipales quedó unificada,
debiendo ser todos elegidos en un acto único y simultáneo. No existe
renovación parcial de las cámaras. La elección de los senadores se efectuaría
en forma directa; se eleva a tres el número de senadores por cada provincia y
tres por la capital federal (dos a la mayoría y uno a la primera minoría). La
elección del PE se realizaría en forma directa y éste podía ser reelecto en
forma inmediata por una sola vez. Se elimina a los miembros de los “demás
tribunales inferiores de la Nación”.
C). Sobre le funcionamiento del Congreso: se reduce el quórum necesario para
que las cámaras puedan sesionar.
D). Sobre el presupuesto nacional: posibilita la sanción de presupuestos
plurianuales.
E). Sobre le tratamiento y sanción de las leyes: las leyes consideradas de “trámite
urgente” debían ser consideradas por las cámaras de origen dentro de los
treinta días corridos de recepcionado el proyecto respectivo y caso contrario,
quedaba automáticamente aprobado. Las leyes de menor importancia podían ser
sancionadas directamente por las respectivas comisiones de ambas cámaras.
El “estatuto fundamental” tuvo vigencia dispar; así, por ejemplo, fueron elegido en
forma directa el presidente y vice de la república en las elecciones de marzo y

212
septiembre de 1973; también se eligieron tres senadores por provincia y tres por la
capital federal (dos para la mayoría y uno por la minoría).

Capítulo 3: El Regreso del Peronismo

Introducción

Los días de la autodenominada “ Revolución Argentina” terminaron sin penas


ni glorias el 25 de mayo de 1973 al asumir las nuevas autoridades
constitucionales electas en los comicios generales del 11 de marzo de aquel
año.
Onganía pretendió gobernar el país autocráticamente desde las atalayas de un
imaginario “escorial” a la manera del dictador español Francisco Franco y desató las
iras populares que se condensaron en sendas “puebladas” como el Cordobazo o el
Rosariazo y otras menores; Levingston, por su parte intentó “profundizar” la
Revolución, sin comprender ni entender lo que realmente estaba sucediendo en el
seno de la sociedad argentina, por lo que le cupo a Lanusse, trabajosamente,
extenderle acta de defunción de la experiencia autoritaria abierta en 1966.
En materia educativa las universidades nacionales fueron literalmente arrasadas
mediante sendas intervenciones que eliminaron su autonomía invocando la “inflación
marxista” en los claustros; se reprimió el estudiantado y comenzó el éxodo de los
mejores profesores hacia el exterior.

La Reforma Electoral de 1972

La reforma electoral de 1972 se trata de una adaptación del sistema electoral de

origen francés conocido como “ballotage” o “segunda vuelta”, mecanismo electoral

ideado para que los partidos de la izquierda francesa no pudiesen acceder al

gobierno y su adopción tuvo en nuestro país un claro sentido político.

El capítulo I de esta norma fáctica trata de la elección de presidente y vice de la


nación. Se establecía que el presidente y vice serían elegidos en forma
simultánea y directamente por el pueblo (acorde a la enmienda constitucional),
erigiéndose el territorio nacional en un único distrito electoral. Resultarían
electos los que obtuviesen la mayoría absoluta de los votos válidos emitidos
(50%+1 voto); si ninguna fórmula obtuviese dicha cifra, dentro de los 30 días
se llevará a cabo la segunda vuelta (Art. 1). En esta vuelta sólo participaran los
dos candidatos más votados en la primer vuelta.
En la segunda vuelta resultaba electa la fórmula que hubiese obtenido la
mayoría absoluta de los sufragios válidos emitidos (la mitad más uno) con lo
que terminaba el proceso de elección del P.E.
En cuanto a la elección de los senadores eran electos en forma directa por el pueblo
de las provincias y de la Capital Federal. Resultarían electos los candidatos que
obtuviesen la mayoría absoluta de los votos válidos emitidos.
La elección de los Diputados Nac. Se conformaba a todo el territorio nacional como
un distrito electoral único; se elegiría un diputado cada 135.000 hab. Tomando como
base el censo de 1970. es de representación electoral proporcional.

213
El sistema de doble vuelta instaurado por el régimen militar tenía un muy claro
objetivo: evitar que el Peronismo llegase al gobierno. En efecto, Perón excluido de la
contienda electoral, se calculaba que los candidatos del frete justicialista no
obtendrían la mayoría absoluta de los votos, y que en la segunda vuelta, una
eventual alianza de las fuerzas no y ante peronistas triunfarían. Pero más de una
vez la historia ha demostrado que la simple aritmética y los deseos subjetivos de los
actores políticos no se comparecen con la aritmética electoral y con las realidades
subjetivas.

Cámpora al Gobierno!!! ; Perón al Poder!!!

Las candidaturas del FREJULI ( Campora- Solano-Lima) ganaron prontamente


las calles con la consigna levantada por la juventud peronista “Cámpora al
gobierno Perón al poder”; luego de años de soportar proscripciones, de profundas
crisis de representación y legitimidad y de dictaduras castrenses avaladas por civiles
corruptos y sin votos, la Argentina podía al fin mirarse tal cual era ante el espejo de
la historia y sin perjuicio de la desconfianza que existía hacia la figura de un Perón
que había, para asombro de propios y extraños, pegado un giro ala izquierda.
La UCRP que por legislación del régimen militar había recuperado la
exclusividad de la vieja sigla partidaria UCR, sus candidatos mediante elecciones
internas eran: por un lado Balbín- Gammond, y por el otro Alfonsín- Storani; interna
que ganaron los primeros. Ante la desaparición del partido socialista argentino,
víctima de innumerables divisiones, en 1972, vio luz el partido socialista popular (
PSP) un intento de recreación de la vieja agrupación fundada por Juan B. Justo que
en estas elecciones no llevó candidatos e impulsó el voto en blanco.
Resultado de las elecciones del 11 de marzo de 1973:

FREJULI..................................................................... 49,56%
UCR............................................................................ 21,29%
Alianza Popular Federalista........................................ 14,90%
Alianza Popular Revolucionaria................................. 7,43%
Nueva Fuerza.............................................................. 1,97%
Partido Socialista de los Trabajadores........................ 0,62%
Votos en blanco.......................................................... 1,69%

El triunfo era indudablemente del movimiento peronista en su conjunto y de sus


aliados electorales. La fórmula triunfante no había obtenido la mayoría absoluta
exigida por la ley electoral ( 50% + 1 de los votos válidos emitidos), por lo que
correspondía formalmente convocar a una segunda vuelta. Sin embargo, primó
por ésta vez la sensatez política y el 30 de marzo de 1973 el comité nacional de
la UCR reconoció el triunfo de la fórmula Cámpora- Solano Lima. Así se omitió
la segunda vuelta prescripta en la llamada ley 19.862.
El 25 de mayo de 1973 asumen Cámpora- Solano Lima en medio de la increíble
euforia de una multitud que se expandía a lo largo y a lo ancho de la plaza de
mayo. En el marco del entusiasmo generalizado pasó casi desapercibida la persona
del flamante ministro de bienestar social: J. López Rega. Los integrantes de la
Corte Suprema del gobierno de facto renunciaron cediendo sus puestos a cinco
nuevos jueces.

214
Cámpora y el Ocaso de la Izquierda Peronista

Designado delegado personal del exiliado líder durante la última etapa del régimen
militar, se había convertido, por la fuerza de las cosas, en el hombre de la
izquierda peronista, o sea, de la mayoría de la juventud y de las formaciones
especiales. Cámpora delineó una política que podría ser calificada
genéricamente como de centro – izquierda: afirmó los objetivos de liberación y
reconstrucción nacional, llevó una tregua económico social con empresarios y
trabajadores; prometió pleno respeto a la CN. Éste ejerció la presidencia
durante 49 días.
Pasado el tiempo electoral y ganado el gobierno había llegado la inevitable hora de
las definiciones entre los partidarios de la “patria socialista” y los partidarios de la
“patria peronista”, la que tomó cuerpo a través de un amargo enfrentamiento que
tuvo por finalidad resolver la posesión de los ámbitos de decisión política dentro del
gobierno constitucional incluida la violencia armada. Se desató así una lucha feroz
por el poder, pero en esa lucha, el que inclinaría la balanza para un lado u otro sería
Perón. Por eso la juventud peronista llevaba desde el comienzo las de perder.
El 20 de junio de 1973 Perón regresó definitivamente al país aproximadamente
tres millones de personas se movilizaron hacia el aeropuerto de Ezeiza para recibir
al líder; pero lo que debió ser una fiesta popular se transformó en une tragedia.
Desde el palco montado para el discurso de perón un grupo fuertemente
armado con el apoyo logístico del ministerio de bienestar social a cargo de
López Rega comenzó a disparar sobre las columnas del movimiento peronista
y con los montoneros. Ezeiza marca un punto de inflexión: cierra un ciclo de
la historia argentina y prefigura los años por venir, comenzó a manifestarse la
alianza entre la derecha peronista y no peronista.
Perón flaqueado por el presidente Cámpora, su tercer esposa y el exótico López
Rega dirige un mensaje televisado a todo el país avalando la ortodoxa doctrinaria:
los peronistas tenemos que retornar a la conducción de nuestro movimiento, somos
lo que las 20 verdades dicen.
En junio de 1973 Cámpora- Solano Lima presentan sus renuncias al Congreso

nacional.

Por la aplicación de la ley de acefalía, asume interinamente el presidente de la


cámara de diputados, Lastiri (yerno de López Rega). El presidente del senado
Díaz Bialet, sucesor natural conforme a la ley nº 252, había sido comisionado para
representar al país en la próxima reunión cumbre del movimiento de los países no
alineados en Argelia.
En éste marco conflictivo conforme a la ley 252 se convocó a elecciones para
sufragar por un nuevo presidente y vice, fijadas para el 23 de sep. De 1973. El
congreso partidario eligió al binomio “Perón- Perón”.
La UCR eligió a Balbín – De la Rúa como candidatos.
El justicialismo obtuvo el 61,85%; los radicales el 24,42%, no hubo necesidad de
ballotage.
En octubre de 1973 Perón asume por tercera vez la presidencia constitucional
de la república, salió a los balcones de la casa rosada tras la protección de un
vidrio blindado. De esta forma se dio por comienzo, los “400 días de Perón”.

215
El proyecto político pensado por Perón pasó a ser una consigna sin que nadie
precisase alguna vez su contenido ni alcance y puesta en práctica la idea de la
Argentina en potencia desde el plan de la economía se formuló el pacto social, una
gran entente entre sindicatos obreros y corporaciones empresarias, bajo la dirección
y tutela del estado, a fin de lograr el congelamiento de los precios y salarios (la
“Gran Paritaria Nacional”) haciendo a un desarrollo capitalista relativamente
autónomo basado en la exportación de carnes, granos y oleaginosas como también
de bienes industriales.
La estrategia de éste gobierno se articuló privilegiando las relaciones con el
principal partido opositor, la UCR.
Dos días después de las elecciones ya mencionadas, los montoneros asesinaron al

secretario general de la CGT (Rucci).

Un golpe de mano calificado en el lenguaje de la calle como en apriete al mismo


Perón.
En 1974 hizo su aparición una banda de asesinos organizada y sostenida desde el

ministerio de bienestar social: la triple A (Alianza Anticomunista Argentina) quien

expandió el terror a nivel individual mediante la colocación de bombas, secuestros y

asesinatos de dirigentes políticos de filiación izquierdista.

La equivocada metodología de la izquierda armada encajó a la perfección con la


estrategia esbozada por parte de la derecha peronista. Por ejemplo en enero del 74
militantes del ERP atacó una de las más poderosas guarniciones militares de la
ciudad de Azul (Bs.As) estos, fueron incapaces de diferenciar a los gobiernos de la
revolución argentina de los constitucionales Cámpora y Perón.
Los sucesos de enero del 74 hicieron que López Rega junto con el dirigente
metalúrgico Lorenzo Miguel se convirtiesen en hombres fuertes del gobierno de
Perón en tanto que en la UCR encabezado por Alfonsín se encontraban en
descontento con el gobierno. Por su parte la revista “El Caudillo” ampliamente
financiada por el ministerio de bienestar social continuaba publicando sus lemas, por
ejemplo, “el mejor enemigo es el enemigo muerto”.
El 1º de mayo de 1974 tuvo lugar lo que puede calificarse como la confrontación
definitiva: En uno de los más breves y violentos discursos que Perón pronunciara en
toda su vida política desde los balcones de la casa rosada, permanentemente
interrumpido por las consignas lanzadas por la izquierda del movimiento como “si
Evita viviera sería montonera”, o “asamblea popular no queremos carnaval”, o “¿qué
pasa general que está lleno de gorilas el gobierno popular?”, en los hechos los
obligó a retirarse de la plaza de mayo. La plaza quedó semivacía antes que el
presidente terminase de hablar. Pero, aquí reside lo esencial, puede afirmarse que
ese día comenzó a gestarse la más grande tragedia sufrida por el pueblo argentino
en toda su historia, un pueblo que, contemplaba los hechos estupefactos, sin poder
comprender lo que realmente estaba ocurriendo.
Era el convidado de piedra al cual todos los sectores políticos invocaban para
justificar sus actos pero que era ajeno al enfrentamiento entre grupos que ya no eran
otra cosa que aparatos armados.

216
Isabel Conducción

Luego de las elecciones de marzo del ´73 el péndulo comenzó a voltear hacia el
centro y la derecha, y apareció el auténtico, el verdadero Perón, el pragmático
conductor. La organización montoneros pasó a constituirse en el eje aglutinante
del ala izquierda del peronismo y su juventud, y peor aún, terminó por
empujarlo hacia el camino del militarismo elitista, y, por consiguiente, a la
catástrofe. En efecto, la conducción de montoneros encorsetó a la juventud
peronista como así a los otros sectores del campo popular, los que fueron
sometidos. Los errores estratégicos y tácticos así como la soberbia de unos pocos
fueron pagados, a la larga, con la vida de decenas de miles.
El pacto social, el corazón de la política- económica del tercer peronismo,
comenzó a hacer agua, dado que el congelamiento de los precios comenzó a
experimentar una transgresión por parte de los grupos empresarios, dando lugar al
desabastecimiento de productos de consumo masivo y al mercado negro.
Perón laudó a favor de la central obrera otorgando un aumento salarial del 13 %.
Pero los dueños de las empresas trasladaron el aumento salarial a los precios, en
tanto que persistían los conflictos sindicales y el poderoso sector agropecuario
profundizaba su oposición a las políticas de gobierno que afectaban sus intereses.
En junio del ´74 la vice M. E Martínez habló por radio atacando con dureza a
quienes conspiraban contra el pacto social y calificó de inmorales a los
especuladores.
Perón hizo su última aparición en los balcones de la casa rosada en junio del
´74 llevando adelante un encendido ataque contra los que desde distintos
ángulos conspiraban contra su gobierno. Calificó de irresponsables a los
sindicalistas y empresarios que violaban el pacto social. Y pronunció que: “ mi
único heredero es el pueblo...”.
El 1º de julio de 1974 Perón falleció; el país quedó huérfano de conducción.
Asume la presidencia de la república la frágil y poco lúcida “Isabelita”; el entorno
Lopezrreguista y el sindicalismo burocrático se aprestaron a consolidar su
poder.
Los primeros pasos del gobierno de ME Martínez se encaminaron a “peronizar” el
gabinete ministerial.
Las relaciones con los partidos opositores (UCR) comenzaron a enfriarse, con
lo que el gobierno presidido por ésta mujer con una total falta de capacidad
política, comenzó a transitar el camino de su propio aislamiento.
Va a tomar cuerpo la “lógica de la intolerancia”, con relación a los medios de
comunicación social, se clausuraron.
Las universidades nacionales fueron intervenidas a través de la denominada “misión

Ivanissevich” (ministro de educación de clara orientación reaccionaria).

La lógica de la intolerancia continuó reflejándose en las páginas de las revistas “El


Caudillo” financiada a través del ministerio de bienestar social: “al que se oponga, ni
justicia...”; mientras tanto la Triple A siguió expandiendo el terrorismo
paraestatal mediante asesinatos selectivos o masivos y amenazas de muerte,
lo que aparejó el exilio de muchos profesionales, intelectuales y artistas.
A la violencia política que sufría la sociedad argentina se le agregan nuevos
males provenientes de una crisis económica.

217
El Primer Gran Plan de Ajuste Económico de la Historia Argentina

A los ya conocidos problemas internos relativos al alza de los precios, la caída


del salario real, el desabastecimiento de productos de consumo masivo, el
mercado negro, los conflictos laborales, deben sumarse los efectos que en
nuestro país produjo la cuadruplicación del precio del petróleo en 1973
orquestado por la OPEP (Organización de Países Productores de Petróleo) así
aumentó los costos del petróleo y sus derivados del mismo que la Argentina
importaba para mantener funcionando sus industrias y por ende el pleno
empleo; el mercado común europeo ( MCE) con el objeto de hacer frente y
solucionar sus dificultades económicas cierra sus importaciones de carnes
argentinas. Es así como se va a dar el proceso de la inflación importada al elevarse
los precios de artículos de consumo masivo.
El Min. De economía Gelbard no devaluó. Por otra parte se envió al congreso un
proyecto de ley por el que se propiciaba un impuesto a la renta potencial de la tierra,
que grababa a las tierras no trabajadas, cuyo objetivo no era otro que el de obligar al
sector agropecuario a producir más para paliar la crisis del balance de pagos
mediante mayores ingresos de divisas por la vía de un mayor volumen de saldos
exportables. La sociedad rural argentina y las demás confederaciones rurales se
opusieron al proyecto de ley.
Al ministerio de economía se designa a Celestino Rodrigo quien devaluó la moneda

en un 100%, elevó el precio de los combustibles en un 175%, aumentó las tarifas

públicas. Medidas que desencadenaron la trepada inflacionaria, sumada a loa

devaluación generaban una importante transferencia de ingresos del sector

asalariado hacia el rural y exportador. Era el Rodrigazo.

Se va a dar un duro enfrentamiento entre López Rega, Celestino Rodrigo y la


cúpula sindical, puesto que esos aumentos salariales eran incompatibles con la
política de ajuste implementada.
La CGT convocó a un paro nacional por 48hs para el 7 de julio (1º paro en la
historia hecho por la CGT a un gobierno peronista). El gobierno de Isabelita tuvo
que aceptar su derrota y como consecuencia renuncia el ministro Rodrigo y el 19
de julio abandonó el país López Rega, portando un curioso nombramiento de
“embajador extraordinario”. La señora presidente comenzó a derrumbarse.
En agosto del 75 asume como comandante en jefe del ejército J.R. Videla; Isabelita
en medio de un creciente descrédito, solicitó licencia al congreso. Del PE se
hizo cargo interinamente Luder, presidente provisional del senado. Pero la
crisis de autoridad del estado ya no encontraría soluciones.

La Ley 20.972

Esta nueva ley de acefalía, al igual que la ley nº 252 de 1868, fue sancionada en
el marco de una situación vidriosa que tendría una desdichada culminación con el
golpe de estado de marzo de 1976. Al igual que su precedente legislativo, pasó a los
anaqueles de la historia de la legislación, pero no tuvo que esperar tantos años para

218
salir nuevamente a la luz pública: nunca pudo imaginar el entonces presidente de la
Comisión de Asuntos Constitucionales que ésta ley devendría operativa ante su
renuncia a la titularidad del PE en diciembre de 2001.

El Desenlace

El 24 de marzo de 1976 las fuerzas armadas derrocaron al gobierno de Estela


Martínez sin disparar un tiro, clausurando, en medio de la pasividad y el fatalismo
enraizados en la sociedad, el proceso iniciado tres años antes, en medio de un
encendido fervor popular. El tercer gobierno peronista había fracasado, víctima
de sus propias contradicciones e incapacidades, en tanto que los hombres y
mujeres del pueblo se replegaban a sus casas y lugares de trabajo y estudio.
Cundió el miedo: se iniciaban los “ años de plomo”.

219
Resumen libro 8 HCA

Decimocuarto Módulo: El Proceso de Reorganización Nacional

Capítulo 1: La Dictadura Militar

Introducción

El derrocamiento del Régimen presidido por Perón en 1955 implicó el fin de un


proceso político sustentado en una inestable alianza de clases y de factores de
poder (sindicatos-burguesía industrial ligada al mercado interno-ejército-iglesia
católica).
Con la proscripción del peronismo los gobiernos de Frondizi primero y de Illia
después cargaron con el estigma de una crisis de legitimidad y
representatividad que los ahogaron y a la par abrieron a la mentalidad de los
sectores dominantes argentinos a la imagen de la representatividad por descarte de
las Fuerzas Armadas.
En los años 60 las Fuerzas Armadas hicieron suya la denominada “Doctrina de la
Seguridad Nacional”. Paralelamente, creció la figura del exiliado Perón,
particularmente en los sectores juveniles. La crisis de la dictadura militar y de la
sociedad en su conjunto fueron los ingredientes que habilitaron el llamado a
elecciones generales en 1973.
“La primavera camporista” duró apenas 49 días. La muerte de Perón marcó el
principio del fin, sucedido por María Estela Martínez.
Los grupos armados de la política Nacional (montoneros y ejército revolucionario del
pueblo) facilitaron la política de accionar represivamente dirigido por las Fuerzas
Armadas.
La Argentina de principios de 1976 era un aquelarre caracterizado por una inflación
galopante, violencia política y quiebre de la autoridad gubernamental. En medio de
un creciente vacío social y retraimiento de los sectores populares, se iniciaba la
etapa más negra de la vida nacional.

El Golpe de Estado de Marzo de 1976

El 24 de marzo de 1976 los comandantes en jefe de las Fuerzas Armadas, Videla,


Massera y Agosti se constituyeron en Junta Militar, la presidenta fue detenida y
trasladada al sur. El Congreso Nacional fue disuelto, los ministros de la Corte
Suprema fueron depuestos y las provincias intervenidas.
El 26 de marzo la Junta decidió la designación del general Videla como
presidente.
Según la propaganda oficial los civiles democráticos y honestos no tenían nada que
temer: sólo los subversivos y los corruptos recibirían castigo. Respecto a los
corruptos se creó la Comisión Nacional de Recuperación Patrimonial
(CO.NA.RE.PA); con relación a los subversivos se lanzó la más atroz cacería
humana.

La Legalidad del Proceso: Actas y Estatutos

221
El Proceso de la Reorganización Nacional sancionó sus propias normas
funcionales relegando a la Constitución Nacional a un segundo plano. Estas
normas fueron:
La Proclama del 24 de marzo de 1976: se enunciaban las razones que
habían impulsado a las Fuerzas Armadas a tomar el poder.
Acta para el Proceso de Reorganización Nacional: los comandantes de las
tres armas procedieron a hacerse cargo del gobierno nacional y resolvieron: -
constituir la Junta Militar; - declarar caducos el PE Nacional y provincial; -
disolver el Congreso Nacional y las legislaturas provinciales y organismos
municipales; - destituir a los miembros de la Corte Suprema; - suspender la
actividad de los partidos políticos; - designar al presidente de la Nación.
Acta de Propósitos y Objetivos del Proceso de Reorganización Nacional:
restituir los valores esenciales que sirven de fundamento a la conducción
integral del Estado, erradicar la subversión y promover el desarrollo
económico de la Nación.
Estatuto para el Proceso de Reorganización Nacional: establece que:
1) La Junta Militar era el órgano supremo de la Nación;
2) Designaba al presidente, a los miembros de la Corte, al Procurador
General y al Fiscal General de investigaciones administrativas.
3) El presidente designaba a los gobernadores provinciales con acuerdo
de la Junta Militar;
4) El gobierno nacional y los provinciales debían ajustar su cometido a los
objetivos básicos de la Junta Militar.

El proceso modificó el orden jurídico de la República mediante una legislación


represiva de las actividades políticas, gremiales y culturales, reformas al Código
Penal donde se estableció la inconstitucional pena de muerte.
La dictadura instaurada en marzo del 76 implicaba el retroceso de la sociedad
Argentina hacia un poder de hecho sólo limitado por los hechos y la voluntad de
quien lo ejerce.

Cuestión de los Derechos Humanos

El siglo XX y a partir de la dictadura de Uriburu tuvieron origen en el país brutales


persecuciones, torturas y muertes cuyo objetivo era silenciar cualquier tipo de
oposición a las políticas instauradas, en el caso del régimen militar de 1976, bajo la
excusa de la “lucha contra la subversión”.
Durante el régimen presidido por Onganía tomaron cuerpo los grupos armados en la
política Nacional, como una de las consecuencias de la clausura de las vías políticas
normales y legales. Para fines de 1975 los grupos armados estaban militar y
políticamente derrotados. Además, para los hombres del proceso los grupos
armados eran solamente la parte visible de lo que entendían como una conspiración
infernal.
El terrorismo de Estado en la Argentina, continuación del terrorismo paraestatal
del tercer peronismo, se canalizo a través de la desaparición forzada de personas.
La represión se centró en los delegados obreros de fábricas, dirigentes gremiales
contestatarios, militares políticos, estudiantes, periodistas, religiosos, no solo
católicos. El subversivo era el enemigo de la patria.
El PJ se convirtió en asesor jurídico de la dictadura, en abogada defensora del delito
y la impunidad.

222
En septiembre de 1979 nuestro país fue visitado por la Comisión Interamericana de
Derechos Humanos (CIDH). En el mismo mes la dictadura sancionó una ley por la
que se declaraba el presunto fallecimiento de todos aquellos cuya desaparición
hubiese sido fehacientemente denunciada entre el 6 de noviembre de 1974 y el 6 de
septiembre de 1979, lo que no fue aceptado ni por los familiares de los
desaparecidos ni por los organismos defensores de los derechos humanos. En abril
de 1983 el Proceso publica el llamado documento final de la Junta Militar en la que
decretaba que se consideraran muertos aquellas personas que figuran en las
nóminas de desaparecidos y no se encuentran exiliadas o en clandestinidad.
En septiembre el Proceso hacía público una ley por la que sancionaba una amplia
amnistía que abarcaba a los elementos subversivos y a los militares comprometidos
en violaciones a los Derechos Humanos, que recibió el repudio de las
organizaciones defensoras de los Derechos Humanos, religiosas, sociales, etc.

La Política Económica del Proceso

Desde el punto de vista económico los esfuerzos fueron dirigidos “a curar” el país de
las consecuencias del estatismo, a sanear la moneda y las finanzas públicas, lograr
la competitividad y eficiencia de la industria y distribuir los ingresos en base a la
productividad y de esa manera obtener el crecimiento de la tasa de ganancias de
las grandes empresas, reemplazando la economía de la “especulación” por la
economía de la “producción”.
Consecuencias de la política económica de la dictadura militar:
Se tiraron abajo las barreras arancelarias que protegían la producción
industrial nacional. Apareció de esa manera la desocupación. Uno de los
objetivos no declarados era liquidar a las empresas ligadas al mercado
nacional y acelerar el proceso de concentración y acumulación del capital en
torno a las multinacionales. Es por eso que se eliminó a la Confederación
general Económica.
Crecimiento inusitado de la deuda externa.
El alza de los precios del petróleo a principios de la década del 70 generó una
tremenda masa de dinero disponible. Esta masa de dinero fue colocada a
través de préstamos por dichos bancos en los países del Tercer Mundo.
Desindustrialización, altas tasas de interés en el orden interno, dólar barato.
Se fugaba de esta manera los capitales de la Argentina.
Aparecieron “inversionistas extranjeros”.
Se obligó al Estado Nacional a endeudarse en el exterior: YPF fue la única
empresa petrolera del mundo que originaba pérdidas.
Tremendos gastos en armas y equipos militares.
La base del modelo agro exportador siguió inmune, en detrimento de la mano
de obra nacional y en beneficio de la mano de obra estadounidense.

Partidos Políticos, Sindicatos y Universidad

La actividad de los partidos políticos tradicionales fue suspendida. Las


agrupaciones políticas de la llamada “nueva izquierda” fueron disueltas y otras,
así como también el Movimiento de Inquilinos Peronistas a la juventud Guevarista.
En 1981, luego de asumir la presidencia Viola se conformó la “multipartidaria”,
organismo pluralista integrado por la UCR, el PJ, el PDC (partido demócrata
cristiano), el PI (partido intransigente) y el Movimiento de Integración y Desarrollo

223
(MID), que jugó un importante papel en la recuperación de las instituciones
democráticas.
Se prohibieron las actividades gremiales, se intervino la CGT y diversos
sindicatos; se suspendió el derecho de huelga. Se reformó la ley de contrato de
trabajo, sancionada por el Congreso Nacional en el 74; se sancionó una nueva “ley”
de asociaciones profesionales que si bien no prohibía la formación de organismo de
tercer grado los actuales existentes cesarán a su personería gremial y jurídica. Se
sancionó la ley de prescindibilidad para los empleados públicos ayudando para una
profunda limpieza tanto en la administración pública nacional como de las provincias
así como la eliminación del fuero sindical.
Las universidades nacionales fueron intervenidas y “purgadas” de docentes
sospechosos de subversión, de ideología marxista y erradicada la actividad política.
Se procedió a allanar librerías, editoriales y bibliotecas, secuestrando y
quemando libros y revistas “peligrosos”, se expulsaron muchos alumnos no
permitiendo su reingreso a las universidades. Mediante la “ley” 21.276 las
universidades perdieron totalmente su autonomía; rectores y decanos eran
designados por el ministerio de educación; los estudiantes no participaban en el
gobierno universitario prohibiéndose los centros de estudiantes, federaciones locales
y la federación universitaria argentina (FUA).

La Guerra del Atlántico Sur

Videla ejerció el poder ejecutivo hasta el mes de marzo del 81; lo sucedió Viola
electo por la Junta Militar.
Existía en el seno mismo del Proceso una especie de Estado deliberativo: la Marina
de Guerra se abocó a impulsar la candidatura del almirante Massera como
continuador de Videla quien era portador de un proyecto político propio, crítico de la
política económica de Martínez de Hoz y cuyo meridiano era heredar la conducción
del movimiento peronista. Sus ambiciones no prosperaron y Viola asumió la
presidencia, la jefatura del ejército pasó a ser desempeñada por Galtieri.
Las peleas internas no cesaron dentro de la Junta Militar, tomando como base una
dudosa enfermedad de Viola lo remueven y designan en su lugar a Galtieri, quien
asume en diciembre del ´81. Esta deposición de Viola hizo a la crisis del poder
militar.
Para poder retomar la iniciativa política era necesario provocar un golpe de efecto
que debía provenir necesaria y únicamente del orden interno, bajo la absurda
creencia que la colaboración prestada a la estrategia contra insurgente del gobierno
norteamericano (Reagan) en América Central haría que los Estados Unidos
apoyasen la movida argentina o se mantuviesen neutrales ante él recupero bélico de
las islas.
El 2 de abril de 1982 la cadena nacional de radio y televisión informaban a la
población que “las Fuerzas Armadas en acción conjunta con el fin de recuperar para
el patrimonio nacional los territorios de las Islas Malvinas, las Georgias y Sándwich
del Sur, se hallan empeñadas en combate para alcanzar el objetivo señalado”.
Cabe destacar el apoyo moral y diplomático que nuestro país y el pueblo recibieron
de los países latinoamericanos.
El 14 de junio del 82 el general Menéndez, gobernador militar de las Islas se
rendía incondicionalmente: el Proceso de Reorganización nacional enfrentaba su
crisis terminal.

224
Decimoquinto Módulo: La Recuperación de las Instituciones Democráticas y
sus Paradojas. Reforma Constitucional de 1994

Capítulo 1: El Radicalismo en el Gobierno (1983-1989)

Introducción

El 10 de diciembre de 1983 ante la Asamblea legislativa asumió Raúl Alfonsín.


La programática de su gobierno, según el diario Clarín, fue: -derogación de la ley de
“auto amnistía” del gobierno militar; esclarecimiento de la situación de los
desaparecidos; investigación de las violaciones a los Derechos Humanos; -
promoción de la producción agropecuaria y de la situación de importaciones; -
promoción de los sindicatos únicos por rama de actividad; - recuperación de las
Islas Malvinas por vía de la acción diplomática.
El gobierno de Alfonsín no tuvo más alternativa que afrontar y tomar en sus manos
el espinoso tema de los Derechos Humanos. Este tema se transformó en el
emblema de la época.

Derechos Humanos y Cuestión Militar: el Juicio a las Juntas. La Obediencia


Debida y el Punto Final

A lo largo de la campaña electoral el candidato del PJ Luder adoptó la táctica de


soslayar la cuestión de los Derechos Humanos en un intento de no confrontar con
las Fuerzas Armadas. Debía impulsarse la investigación y el juzgamiento de los
responsables de las masivas violaciones a los Derechos Humanos ocurridas en el
país. Por supuesto que este programa contó con el rechazo de las Fuerzas
Armadas.
En cuanto al tema de la investigación los diversos organismos defensores de los
Derechos Humanos (Asamblea permanente de los DDHH, servicio de paz y justicia,
etc), se pronunciaron por la creación de una Comisión parlamentaria bicameral, pero
el gobierno Nacional optó por la constitución mediante decretos, de una Comisión
Nacional sobre Desaparición de Personas (CONADEP). El PE designó a una serie
de personas de reconocida trayectoria para integrar la Comisión: Ernesto Sábato,
Magdalena Ruíz Guiñazú, Marshal Meyer, Graciela Fernández Meijide. En el mes de
septiembre de 1984 la Comisión hizo entrega al presidente del informe conocido
como “NUNCA MÁS”. Debe señalarse que este hecho marcó el fracaso de la política
radical que buscaba el autojuzgamiento y la auto depuración de las Fuerzas
Armadas. Las audiencias se llevaron a cabo desde el 22 de abril del 85 hasta el 14
de agosto del mismo año. La sentencia se leyó el 9 de diciembre, la TV solo pudo
reproducir las imágenes del juicio, no el sonido. Durante 6 meses desfilaron 800
testigos. Los imputados no sólo habían contribuido a la Comisión de los delitos
dando directivas precisas sino también facilitando su ejecución.
En octubre de 1985 una serie de artefactos explosivos llevaron al gobierno nacional
a declarar el estado de sitio.
La cuestión de la obediencia debida, así como el intento de circunscribir los juicios a
un puñado de responsables se vio corroborado y agravado por la propia sentencia
de la cámara: todo el expediente debía ser remitido al Consejo Supremo de las
Fuerzas Armadas para que los juzgue.
Pese a todo esto, el gobierno de Alfonsín opto por poner un “punto final”. El 24 de
Diciembre de 1986 el Congreso de la Nación sancionó una ley a pesar de la

225
oposición de la opinión pública y la renuncia de otro integrante de la cámara federal,
por la que se establecía la extinción de la acción penal respecto de toda
persona por su presunta participación en cualquier grado, que no estuviere prófugo,
o declarado en rebeldía, o que no haya sido ordenada su citación a prestar
declaración indagatoria por tribunal competente, antes de los sesenta días corridos a
partir de la fecha de la promulgación de la presente ley. En verdad, la ley de punto
final no era otra cosa que una amnistía encubierta: si en el lapso de sesenta días
corridos no se convocaba a los imputados a prestar declaración indagatoria, la
acción penal se extinguía.
Paradojalmente, la ley de “punto final” produjo un efecto totalmente inverso a lo
esperado: las cámaras federales de apelaciones de Bahía Blanca, Córdoba,
Rosario, Tucumán, La Plata, Comodoro Rivadavia y Mendoza suspendieron la
feria judicial de Enero de 1987 y se abocaron al rápido tratamiento de las
causas pendientes: para el 23 de febrero del ’87, dentro del plazo de sesenta días
previsto por la ley, más de 300 oficiales de alta y media graduación quedaron
procesados. La situación militar se agravo aún más. Puede decirse que la ley de
punto final fue una especia de bomba de tiempo que se activo en la semana santa
de 1987.
En abril de este mismo año se produjo la negativa del mayor Ernesto Barreiro (“el
nabo”, jefe de interrogadores del campo de detención cordobés conocido como “la
perla”) de presentarse ante la cámara de apelaciones de Córdoba a prestar
declaración indagatoria y su paralelo refugio en las instalaciones del tercer cuerpo
del ejército con la complicidad de los principales jefes del mismo; es así como el 17
de abril, se produjo el alzamiento de Campo de Mayo bajo las ordenes del teniente
coronel Aldo Rico (alias “el ñato”, supuesto héroe malvinense y cuyo jefe real era el
coronel Mohamed Alí Seineldín, en su momento nexo entre el ejercito y las tres A del
tercer peronismo). Los insurrectos (carapintadas) reclamaban una solución política al
tema de los juicios, la renovación de la cúpula castrense, el cese de lo que llamaban
campaña de desprestigio de los medios informativos hacia las Fuerzas Armadas y
que no se sancionase a los participantes de la rebelión.
La sociedad civil en una amplia y profunda movilización repudió a la rebelión
carapintada. El “felices pascuas”, los “héroes de Malvinas” y “La casa está en
orden” del famoso discurso de Alfonsín fue la respuesta de dio ante la multitud
reunida en la Plaza de Mayo el 19 de abril.
El 13 de Mayo, menos de un mes después de finalizada la rebelión, el poder
ejecutivo envió al congreso el proyecto de ley de obediencia de vida, que fuera
sancionada el 4 de Julio del ’87 (ley 23.521). Conforme a su texto se presumía “sin
admitir prueba en contrario, que quienes a la fecha de comisión del hecho revistaban
como oficiales jefes, oficiales subalternos, suboficiales y personal de tropas de las
fuerzas armadas, de seguridad, policiales y penitenciarias no son punibles por los
delitos por haber obrado en virtud de obediencia de vida”.

Economía, Corporaciones Empresariales y Sindicalismo: el Plan Austral. La


Normalización

Durante el régimen militar, se da la formidable concentración y condensación de


recursos económico-financieros en manos de grupos empresariales bautizados
como la “ patria financiera”, los “capitanes de la industria” o la “patria contratista”,
estrechamente vinculados a las grandes corporaciones internacionales, en el

226
marco de creciente desindustrialización, regresión del ingreso de los asalariados y
endeudamiento externo.
El gobierno Radical heredó un aparato económico devastado por las políticas
implementadas por Martínez de Hoz y sucesores. Por su parte los grupos
empresariales económicos más concentrados disfrutaban de las subvenciones que
el propio Estado Nacional les otorgaba, absorbiendo los recursos que pertenecían a
toda la sociedad.
A partir de junio de 1984 comenzó el proceso de normalización de las
asociaciones gremiales de trabajadores. Paralelamente se inician los planes de
lucha de la CGT que enfrentaban al nuevo orden económico: el Plan Austral.
En cuanto a las Universidades Nacionales, se rescata la autonomía que habían
perdido y muchos docentes e intelectuales marginados desde 1966 o 1976
volvieron a sus cátedras y a las tareas de investigación, dándose los primeros
pasos en un camino de recuperación que todavía está siendo trabajosamente
transitado.

Un País en Franca Crisis

El principal partido de la oposición, el Partido Justicialista, vivió un profundo


proceso de transformaciones. En efecto, frente a la vieja conducción derrotada en
1983, apareció una nueva corriente interna: la renovación peronista, cuyos
principales referentes fueron A. Cafiero, C. Grosso, Juan Manuel de la Sota, José
Luis Manzano y el curioso gobernador de La Rioja, Carlos Saúl Menem.
En el plano de la política, el partido Justicialista, conducido por la renovación desde
mediados de 1986, llevo adelante sus elecciones internas en Julio del ´88 para
elegir sus candidatos presidenciales. Se enfrentaron las duplas integradas por
Cafiero- de la Sota y Menem-Duhalde esta última fue la que se alzo con la
candidatura presidencial del Justicialismo.
El Radicalismo eligió como candidato presidencial a Eduardo Angeloz, gobernador
de la provincia de Córdoba acompañado por Casellia. La fecha de las elecciones fue
fijada para el 14 de mayo de 1989.
Entre tanto, el gobierno nacional buscaba llegar a las elecciones con índices sino
racionales al menos controlados de inflación; en agosto de 1988 desde el ministerio
de Economía se lanzo el “plan primavera”, un ajuste sobre el ajuste del Plan Austral
pero no tan duro como para mal quistarse con la voluntad de los votantes.
El economista de la fundación mediterránea y diputado nacional de reciente
incorporación al Justicialismo, Domingo Cavallo (que se había desempeñado como
presidente del Banco Central en los tramos finales de la dictadura militar y fue uno
de los artífices de la estatización de la deuda privada externa).
El 14 de mayo de 1989 una verdadera avalancha de votos consagro presidente
de la República a Carlos Saúl Menem. Los candidatos Menem-Duhalde tuvieron
colegio electoral propio, pero el Justicialismo no logra mayoría propia en la Cámara
de Diputados.
Menem instalado en la Rioja, se negó pertinazmente a colaborar con el gobierno
saliente durante el periodo de transición que se había abierto a partir de su triunfo
electoral. En tanto la crisis se profundizaba y corrían rumores que sindicalistas,
peronistas conspiraban con militares “cara pintadas” para dar un golpe de estado, la
situación del presidente Alfonsín se torno desesperada. Mas luego el Congreso de la
nación acepto las renuncias del presidente y vice Alfonsín-Martínez y aplicando
la Ley de Acefalía sancionada en 1975; la asamblea legislativa atendiendo al hecho

227
que ya había presidente y vice electos (Menem-Duhalde), procedió a designarlos. El
traspaso del mando se adelanto 6 meses: el 9 de julio de 1989 Menem recibió
los atributos del poder constitucional del renunciado primer mandatario y asumió
la titularidad del Poder Ejecutivo nacional de la República.

Capítulo 2: El Cuarto Peronismo

Introducción

El peronismo siempre ha sido presentado como un movimiento abarcativo de los


trabajadores industriales, profesionales y pequeños propietarios industriales ligados
al mercado interno. A mediados de la década del ’70 el estado benefactor o Estado
Keynesiano entro en una profunda crisis.
Había llegado el momento de la Globalización; se dejo de lado al Estado como motor
del desarrollo económico y se paso a privilegiar a “las fuerzas del mercado”.
A partir de 1989 se produjo una ruptura total entre la tradición peronista y lo que
comenzó a denominarse “menemismo”. Se comenzaba a difundir la idea de una
“actualización doctrinaria” del peronismo para ajustarla al “tiempo nuevo”. Con
Menem se inventa el que es él último rostro del peronismo: liberal, conservador y
privatista.
A partir de 1989 se fue concentrando la suma de los poderes en la cabeza del
Ejecutivo. Los llamados decretos de “necesidad y urgencia” se convirtieron en
uno de los elementos favoritos del presidente.

Una Corte Suprema Ampliada

Uno de los primeros objetivos del gobierno era recomponer la estructura de la


CSJN. En el mes de julio del ’89 ya existía un proyecto del Poder Ejecutivo tendiente
a aumentar él número de ministros de la Corte de 5 a 9. Los nuevos integrantes
de la corte fueron rápidamente designados por el Senado, compuesto por la mayoría
del oficialismo presto su acuerdo a los 6 pliegos enviados por el ejecutivo en cesión
secreta.

Los Indultos la Última Rebelión Cara Pintada

La candidatura de Menem abrió una nueva expectativa en las Fuerzas Armadas, en


particular en el sector “cara pintada” y liderada por Seineldin.
Son conocidas las presiones que se ejercieron sobre el gobierno radical para lograr
el indulto a los jefes militares condenados a lo que Alfonsín no accedió. La política
gubernamental de no reincorporarlo a las filas castrenses provoca un nuevo
alzamiento en diciembre de 1990 dirigido por Seineldin que fue duramente reprimido.

La Economía: Convertibilidad y Privatización

El gobierno de 1989, desde sus inicios, goza del apoyo de grandes grupos
económicos nacionales e internacionales.
En abril de ’91 D. Cavallo asumió la conducción de la Economía, este sancionó
la Ley de Convertibilidad del Austral, la que luego de eliminar como unidad
monetaria al Austral a partir de abril del ’91 fijo la paridad cambiaria del nuevo
peso con el dólar estadounidense, “el 1x1” o “1 a 1”.

228
El agotamiento de los fondos provenientes de las privatizaciones y las crisis
financieras internacionales provocaron la necesidad de allegar fondos externos para
alimentar la convertibilidad. La obligación de no emitir asumida la ley de
convertibilidad implicaba articular una drástica reducción de gastos estatales, para
ello se recurrió a la privatización y/o cierre de las empresas del estado.
Las privatizaciones de las empresas de servicios públicos (teléfono, ferrocarril,
aerolíneas, etc.) se llevaron adelante aceleradamente.
Por otra parte, se inicio una reestructuración de las empresas del Estado por la
vía de despidos masivos instrumentados a través de la figura del “retiro
voluntario” (alrededor de 100 mil trabajadores); se renegociaron los contratos
colectivos de trabajo liquidando numerosas conquistas laborales (en muchos casos,
con el silencio cómplice de la burocracia sindical).
Por eso no es casual que las empresas privatizadas defendieran la convertibilidad
hasta último momento, puesto que realizaban sus ganancias directamente en
dólares girados sin más tramite a sus países de origen. Es así como la Argentina se
vio invadida, al igual que en los tiempos del Proceso, por los productos
importados desalojaron a los nacionales del mercado interno.
El caso de YPF es emblemático: su nueva propietaria, la empresa española
REPSOL ha formado a España en un país con petróleo, en tanto la Argentina ha
perdido el dominio y control de un bien escaso y no reproducible.
El crecimiento de la medicina privada o de la educación privada, rubros que en
general están orientados hacia unos pocos. En relación a las jubilaciones y
tensiones bajo el argumento de crear un mercado, de capitales local, se crearon las
administraciones de fondo de jubilaciones y pensiones (AFJP) que manejan un
negocio muy concentrado que quedo en manos de un grupo de bancos, a todo lo
cual hay que agregar que el estado, a pesar de haber perdido a favor de las AFJP la
recaudación de los aportes de los trabajadores, debió continuar abonando las
jubilaciones y pensiones ya otorgadas, con lo que a contrapelo del discurso
oficialista por esta razón el déficit fiscal aumentó.
El modelo imperante en los años ’90 implicó un manifiesto deterioro de los derechos
sociales de la población y de su nivel de vida de manera tal que a fines del 2002
más de la mitad de los habitantes de la Argentina vivía bajo la línea de pobreza. Ese
ha sido el resultado final del eje convertibilidad + privatizaciones + apertura
comercial sin restricciones + renta financiera.

Capítulo 3: Reforma Constitucional de 1994

Introducción

Cada vez que se hablaba de reforma constitucional, la remanida cuestión de la


reelección presidencial saltaba y se adueñaba del escenario enturbiando o alejando
el debate a las cuestiones de fondo y a las verdaderas reformas a realizar.
La recuperación del orden democrático de 1983 repuso la plena vigencia de la
constitución de 1853, con las reformas de 1860, 1866, 1898 y 1957.
Y una vez más, en 1994 el texto soporta una reforma de grandes proyecciones.

Antecedentes de la Reforma. El Pacto de Olivos

229
Desde que recuperamos la democracia en 1983, o sea, que la CN nuevamente en
vigencia, surgieron motivaciones tendientes a la modificación y actualización de
ésta.
El presidente Alfonsín a fines del ´85 creó mediante decreto el Consejo para la
consolidación de la Democracia, órgano consultivo del gobierno que se encargó del
estudio de viabilidad, oportunidad y alcances de una reforma constitucional integrado
por prestigiosos juristas de todo el país y de diferentes ideologías y partidos
políticos, podemos mencionar al Dr. Nino quien trabajó sobre la consigna
presidencial, recurriendo a las provincias para consultar a los constitucionalistas más
experimentados.
En octubre de 1986, fueron presentados los resultados de la investigación mediante
un examen preeliminar que fue publicado por la editorial universitaria de buenos
aires (EUDEBA).
A pesar de todo con este proyecto como guía y anhelo, el presidente Alfonsín se
propuso llevar a cabo la reforma. Es así como este y Cafiero (quien había ganado la
gobernación de Bs. As y era el presidente del PJ) mantuvieron una serie de
reuniones, Alfonsín, presidente de la Nación y de su partido; Cafiero, principal
figura de la oposición. Quienes trataron de buscar acuerdos sobre una nueva
Constitución. Todo parecía indicar que el proyecto del Consejo con el acuerdo de
los dos partidos mayoritarios se vería homologado por un verdadero consenso y la
constitución seria la verdadera prenda de unión de los argentinos.
Pero no fue así, ya que nuevos protagonistas irrumpieron en el juego. Menem
derrota a Cafiero en las internas del Justicialismo y por el lado de la UCR emerge
Angeloz. En esta mesa de negociaciones Menem comenzó a sentirse molesto. No
le seducía la atenuación del régimen presidencialista, no quería limitaciones al
poder del presidente.
Una vez que Menem asumió, en 1992 lanzo la propuesta de la revisión
constitucional con un pronunciamiento favorable del Consejo Nacional del PJ. Su
propósito: su reelección.
El justicialismo designa una comisión de juristas, quienes presentaron un proyecto
similar al del consejo para la consolidación de la democracia. En el cual no sé
hacia mención a la atenuación del régimen presidencialista. Y ante la oposición
del radicalismo al proyecto, el PJ amenazo con una consulta popular para presionar
al radicalismo.
En el Senado se aprobó el proyecto de la ley declarativa de la reforma
constitucional. Pero no seria tan fácil en la Cámara baja donde el PJ no tenía la
mayoría requerida constitucionalmente. El gobierno anuncia la realización de un
plebiscito no vinculante para noviembre de 1994 que en realidad era una forma de
presionar a los diputados de la oposición para que aprobasen el proyecto con media
sanción ya del Senado. La oposición con su máximo órgano se reunió en Santa
Rosa, luego de un debate que duro 12 horas resolvió con el voto de la mayoría de
esta convención nacional de la UCR apoyar la posición de Alfonsín y así, se firma el
acuerdo preliminar en la quinta presidencial de Olivos, fruto de la voluntad
excluyente de Menem y Alfonsín.
Se conoce como el “Pacto de Olivos”, en el que no se tocaría la primera parte de
la CN (declaraciones, derechos y garantías). Se establecía un “Núcleo de
Coincidencia Básicas” que envolvía el paquete de un acuerdo cerrado respecto de
algunos puntos, el cual debía ser aprobado y sancionado en la Convención
Reformadora conjuntamente y había otra parte, los “temas habilitados”, en los

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cuales cabía en disenso y sobre ellos cada partido podía hacer su particular
interpretación en su plataforma electoral, aprobados y sancionados separadamente.

La Ley 24.309

Mediante la ley 24.309, el Congreso de la Nación sanciona la declarativa de la


necesidad de la reforma parcial de la CN.
El conjunto de puntos acordados conforma el “Núcleo de Coincidencias Básicas” o
“Pacto de Olivos”. La ley declarativa de la reforma contiene 16 artículos. El
primero declara la necesidad de reforma de la CN de 1853 con sus reformas de
1860, 1866, 1898, 1957.
La Convención Constituyente Reformadora comenzó sus sesiones preparatorias en
la ciudad de Paraná el 25 de mayo de 1994. Se crea la crucial comisión de
peticiones, poderes y reglamentos, integrada por 28 miembros en forma proporcional
al número de convencionales que integraba cada bloque:
13........................................................PJ
7.........................................................UCR
3.........................................................Frente Grande
2..........................................................Modin; y por la Fuerza Revolucionaria, el
pacto autonomista liberal y el partido demócrata de Mendoza integraron un solo
convencional.

El debate que suscito al reglamento de la convención era al artículo 129 del


proyecto, en cuanto a la forma de votación. Es así, como el llamado “Núcleo de
Coincidencias Básicas”, sus puntos debían ser votados en conjunto, en tanto
que los “temas habilitados”, podían ser votados por separado.
Puede afirmarse que la ley 24.309 transformaba a la Convención Reformadora
en una mera “Asamblea ad hoc” o “refrendataria”, esto es, se reunía simplemente
para votar por “sí” o por “no” en bloque sobre un núcleo de acuerdos
elaborados mediante un pacto político.

Principales Aspectos de la Reforma

La Convención Reformadora termino sus trabajos el 22 de Agosto de 1994, y la


Constitución reformada fue jurada en el Palacio San José de Concepción del
Uruguay, Entre Ríos el 24 de Agosto de ese año.
Poder Ejecutivo:
Elección directa, y a través del sistema doble vuelta (artículos 94 a 98);
Se establece la duración del mandato por 4 años, con posibilidad de
reelección inmediata por un solo período consecutivo (art. 90);
Se elimina el requisito de pertenecer a la Comunión católica,
apostólica romana (art. 89) y en consecuencia se reforma el juramento
que debe prestarse al asumir el cargo (art. 93);
Se crea la figura del Jefe de Gabinete de Ministros (arts. 100 a 101)
como manera de reducir las potestades presidenciales.

Poder Legislativo:
Tres senadores por provincia y tres por la ciudad de Buenos Aires,
elegidos directamente. Dos bancas pertenecen al partido político
mayoritario y una a la primera minoría (Art. 54);

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El mandato de los Senadores se reduce a 6 años (art. 56);
Las sesiones ordinarias del Congreso se extienden del primero de marzo
al 30 de noviembre de cada año;
El control externo del sector público recae en el Poder Legislativo a través
de la Auditoria General de la Nación (art. 85);
Se instituye como órgano independiente en el ámbito del Congreso la
figura del Defensor del Pueblo (art. 86).

Poder Judicial:
Se crea el Consejo de la Magistratura (art. 114);
Se crea al Ministerio Público como órgano independiente (art. 120);
Se ha eliminado el juicio político con relación a los integrantes de los
Tribunales Inferiores estableciéndose para ellos el jury de enjuiciamiento
(art. 115). El juicio político ha quedado reservado para los miembros de
la CSJN (art. 53)
Se han establecido también nuevos derechos y garantías, como el
reconocimiento expreso del derecho de resistencia a la opresión (art. 36), la
garantía del pleno ejercicio de los derechos políticos (art. 37), la
constitucionalización de los partidos políticos (art.38), derecho de iniciativa (art.
39), consulta popular (art. 40), derecho a un ambiente sano (art. 41), derecho de
los consumidores y usuarios (art. 42), constitucionalización del amparo, del
habeas corpus, y habeas data (art. 43). Se ha establecido un nuevo régimen de
coparticipación federal (art. 75, inc.2), reconocimiento de la preexistencia cultural
y étnica de los pueblos indígenas argentinos (art. 75 inc. 17). La ciudad de Bs.
As ha obtenido un nuevo régimen que le garantiza su plena autonomía (art.
129). Se le ha dado rango constitucional a una serie de pactos
constitucionales sobre Derechos Humanos suscriptos por la República
Argentina (art. 75, inc.22).
Entre los aspectos negativos de la reforma, podemos señalar, la
constitucionalización de los decretos de Necesidad y Urgencia (art. 99, inc
3), la delegación legislativa (art. 76) y el veto y promulgación parcial de las
leyes (art. 80), esto, no ha hecho otra cosa que aumentar los poderes del
Ejecutivo.

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