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“EDUCAR ES FORTALECER”
Sus amigos más cercanos pensaban con inquietud en el futuro de México, cuando
el pulso del viejo autócrata dejará de latir el vicepresidente Ramón Corral impuesto
en tal cargo por don Porfirio no disfrutaba de simpatía popular a pesar de sus
méritos siempre discutidos y discutibles. La inmensa mayoría de las personas
preocupadas por la situación política no veían con buenos ojos que Corral fuera el
sucesor del presidente Díaz.
Pero la verdad era que nadie entre esos amigos del gobierno, cálidos o tibios, se
atrevía a dar el primer paso, todos estaban expectantes a la voz del amo la
rectificación del principio de poca política y mucha administración. Entonces nadie
se animaba a decir “yo me animo” “yo soy” “yo estoy puesto para cargo” porque
eso sería ganarse la enemistad de Porfirio Díaz y con eso perder sus aspiraciones
políticas, sin embargo, habría algo que les daría la pauta para hacerlo para
animarse a hacer públicas sus aspiraciones políticas y sus aspiraciones a la
presidencia que sería la entrevista Díaz Creelman precisamente.
Había viajado casi 4000 millas desde Nueva York para ver al guía y héroe del
México moderno, al líder inescrutable en cuyas venas corre mezclada la sangre de
los antiguos mixtecas y la de los conquistadores españoles, admiré la figura
esbelta y erguida: el rostro imperioso, fuerte, marcial, pero sensitivo. Semblanza
que está más allá de lo que se puede expresar con palabras. Palabras escritas por
el mismo Creelman.
Ha gobernado la República Mexicana por veintisiete años con tal energía, que las
elecciones se han convertido en meras formalidades: con toda facilidad podría
haberse coronado.
Aunque en un principio
obtuve el poder del
ejército, tan pronto como
fue posible se efectuó una
elección y entonces mi
autoridad me vino del
pueblo. He tratado de
dejar la presidencia varias
veces; pero se ha ejercido
presión sobre mí para no
hacerlo y he permanecido en el gobierno por el bien de la Nación que me ha
entregado su confianza. El hecho de que el precio de los valores mexicanos bajara
once puntos cuando estuve enfermo en Cuernavaca, indica la clase de prueba que
me persuadió a vencer mi inclinación personal para retirarme a la vida privada."
El general Díaz decía en aquella ocasión “por mí puedo decirlo con toda
sinceridad, el ya largo periodo de la presidencia no ha corrompido mis ideales
políticos sino antes bien han logrado convencerme y más y más de que la
democracia es el único principio de gobierno justo y verdadero, aunque en la
práctica eso lo posible para los pueblos ya desarrollados”
“Es cierto que cuando un hombre ha ocupado un puesto investido de poder por
largo tiempo puede llegar a persuadirse de que aquel puesto es de su propiedad
particular y está bien que un pueblo libre se ponga guardia contra tales tendencias
de ambición personal. Hemos conservado la fórmula de gobierno republicano y
democrático, hemos defendido y mantenido intacto la teoría, pero hemos adoptado
en la administración de los negocios nacionales una política patriarcal, que ando y
sosteniendo las tendencias populares en el conocimiento que bajó una paz
forzosa, la industria y el comercio desarrollarían elementos de estabilidad y unión
en un pueblo naturalmente inteligente, sumiso y benévolo. He esperado con
paciencia el día en que la República de México esté preparada para escoger y
cambiar sus gobernantes en cada periodo, sin peligro de guerras ni daño al crédito
y al progreso nacionales. Creo que ese día ha llegado”
Es imposible poder asegurar que don Porfirio haya dicho lo que dijo ocultando su
pensamiento verdadero o que fue sincero al decir lo que dijo y que la presión de
sus amigos le obligó a traicionar sus buenas intenciones, sea lo que fuere, lo cierto
es que las declaraciones que se comentan animaron a los partidarios y a los
enemigos del régimen a iniciar actividades políticas en todo el territorio de la
nación despertando a las grandes masas aletargadas durante un cuarto de siglo.
“Es verdad que no hay partido oposicionista. Tengo tantos amigos en la república
que mis enemigos no parecen estar muy dispuestos a identificarse con una tan
insignificante minoría. Aprecio en lo que vale la bondad de mis amigos y la
confianza que en mí deposita mi patria; pero esta absoluta confianza impone
responsabilidades y deberes que me fatigan cada día más.
deuda pública —para no mencionar nada del hecho de haber basado en oro las
finanzas nacionales—, la nación tiene un superávit de 72000000 de pesos en el
erario y esto a pesar de los enormes subsidios gubernamentales que han
producido 19000 millas de líneas férreas.
“¿Y cuál es, en su opinión, la fuerza más grande para mantener la paz: el ejército
o la escuela?” pregunto Creelman y respondió con un semblante rígido: “La
escuela. No cabe la menor duda acerca de ello. Quiero ver la educación difundida
por todo el país, llevada por el gobierno nacional. Espero verlo antes de morir. Es
importante para los ciudadanos de una república el recibir toda la misma
instrucción, de modo que sus ideales y sus métodos puedan armonizar y se
intensifique así la unidad nacional. Cuando los hombres leen las mismas cosas y
piensan lo mismo, están más dispuestos a actuar de común acuerdo.”
Aunque en un principio obtuve el poder del ejército, tan pronto como fue posible se
efectuó una elección y entonces mi autoridad me vino del pueblo. He tratado de
dejar la presidencia varias veces; pero se ha ejercido presión sobre mí para no
hacerlo y he permanecido en el gobierno por el bien de la Nación que me ha
entregado su confianza. El hecho de que el precio de los valores mexicanos bajara
once puntos cuando estuve enfermo en Cuernavaca, indica la clase de prueba que
me persuadió a vencer mi inclinación personal para retirarme a la vida privada.
“Éramos duros. Algunas veces, hasta la crueldad. Pero todo esto era necesario
para la vida y el progreso de la nación. Si hubo crueldad, los resultados la han
justificado con creces.”
“Fue mejor derramar un poco de sangre, para que mucha sangre se salvara. La
que se derramó era sangre mala; la que se salvó, buena. “La paz era necesaria,
aun cuando fuese una paz forzada, para que la nación tuviera tiempo de pensar y
actuar. La educación y la industria han llevado adelante la tarea emprendida por el
ejército.”
Aquel niño oaxaqueño, delgado, de grandes ojos oscuros, con sangre española y
mixteca en las venas, que había de hacer estas cosas admirables por su país, y
cambió a México de la debilidad y la vergüenza a un sitio de honor y fuerza entre
las naciones americanas, no podía vislumbrar el importante papel que más tarde
desempeñaría en la historia.
Y para los indígenas americanos Porfirio Díaz es algo menos que un dios, pero
algo más que un hombre. Si ha derramado sangre, si ha gobernado con mano de
hierro, si por momentos parece que ha negado los principios democráticos por los
que peleó en el frente, si se ha mantenido en funciones cuando deseaba retirarse,
ha sido principalmente por las clases oprimidas, para que, con la ayuda de la
educación y de la industria en una paz firme y duradera, aun cuando las
condiciones para lograr todo esto sean impuestas por la fuerza de las armas, ellos,
los humillados, los despojados herederos de la primera civilización de América,
puedan elevarse y permanecer libres para siempre en una atmósfera de luz, para
que algún día, después de todo, cada voto gane y cuente y el país sea gobernado
por sus propios hijos
CONSECUENCIAS:
Las diferencias entre Zapata y Madero cedieron porque el primero provenía del ala
radical que luchaba por la devolución de tierras a los campesinos y Madero
provenía del lado burgués cuyo programa era el plan de San Luis. Madero
prometía que a través de las leyes se devolverían las tierras pero nunca lo hizo en
cambio traiciono a la revolución declarado en el plan de Ayala donde se le
desconoce como presidente. La muerte de Zapata sería la interrupción de toda la
revolución.
Revolución Cristera
El conflicto termino en junio de 1929 con la firma de los arreglos entre el gobiernos
de Emilio Portes Gil y el arzobispo Leopoldo Ruiz Flores, prometían la amnistía a
los rebeldes así como la restitución de la iglesia y el regreso de los párrocos que
habían abandonado el país pero no se reformo la constitución vigente como lo
pedían los cristeros.
CONCLUCIONES:
Díaz menciona que su gobierno ha traído al México de aquel entonces, una clase
media, la cual no existía y deja entrever que también hizo más ricos a los que ya
contaban con la bonanza económica. Pero su visión respecto al poder, la riqueza y
su desdén a la pobreza se hace notar cuando exclama “ los individuos de la clase
del pueblo son, por desgracia, bastante ignorantes para aspirar al poder”.
Esta entrevista fue una esperanza para la democracia mexicana, fue un proceso
que llevo a levantarse y reunirse en diferentes estratos políticos, estos con la
finalidad de alcanzar la anhelada silla presidencial.