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Autodepuración y Vertidos en

cursos fluviales

Ingeniería Sanitaria

Francisco José Rueda Valdivia


Introducción

El ciclo integral del uso del agua, entendido en un sentido amplio,


integra el conjunto de procesos físicos, químicos y biológicos que experimenta
el agua, desde que el curso de un río se interrumpe para embalsar el agua y
garantizar de esta forma el consumo de agua de un núcleo urbano (captación),
hasta que ésta es devuelta a un sistema natural y éste acomoda y se ajusta a
la perturbación introducida por el vertido. La perturbación introducida por el
vertido dependerá del grado de tratamiento dado al agua residual, pero también
de la capacidad del sistema natural receptor para acomodar la carga
contaminante. De esta forma, el impacto del vertido de agua residual no-tratado
de la ciudad de Granada no es el mismo si se hiciera sobre un río con el caudal
del río Amazonas, que si se hace en el río Genil. Por tanto, el vertido y el
tratamiento de aguas residuales no son problemas independientes, sino que
van estrechamente ligados. En este bloque temático, el último de la materia
‘Ingeniería Sanitaria y Medio Ambiente’ estudiaremos los cambios que
experimentan los sistemas naturales en respuesta a perturbaciones
introducidas por un vertido de aguas residuales. En este tema analizamos
vertidos en ríos, donde la capacidad de dilución es limitada, y en el siguiente
estudiamos los vertidos en zona costera, con una capacidad de dilución
potencialmente infinita, y en los que por medio de emisarios submarinos, se
pueden conseguir diluciones iniciales del orden de 100:1, o superiores.

Los ríos (y en general cualquier sistema natural) se analizan y estudian


como reactores biogeoquímicos en los que, al igual que una estación
depuradora de aguas residuales o una estación de tratamiento agua potable, el
agua entra con una composición o calidad determinada y sale con otra
composición distinta. Los cambios en la composición del agua que se producen
en los sistemas naturales tienen lugar en virtud de una serie de procesos
físicos, químicos y biológicos que son los mismos en sistemas naturales o
diseñados por el hombre. Una EDAR, por ejemplo, ha sido diseñada
fundamentalmente para la eliminación de sólidos en suspensión y materia
orgánica, la cual ocurren por medio de procesos de sedimentación y reacciones
biológicas en decantadores y reactores biológicos. Estos mismos procesos
ocurren en los sistemas naturales, que por tanto, tienen una cierta capacidad
para eliminar sólidos en suspensión y materia orgánica, y en general,
contaminantes. A esta capacidad de los sistemas naturales para modificar la
composición del agua que reciben, y eliminar contaminantes (materia orgánica,
sustancias en suspensión, etc.) se conoce como capacidad de autodepuración.
Y los mismos principios y modelos matemáticos que utilizamos para cuantificar
la eficiencia de eliminación de contaminantes de una EDAR los utilizamos para
analizar y estudiar la respuesta de los sistemas naturales a vertidos de aguas
residuales. En el análisis de ríos, éstos los concebiremos como reactores de
flujo pistón, en los que podemos identificar volúmenes materiales de control,
que se suceden a lo largo del curso fluvial, yuxtapuestos, pero entre los cuales
el intercambio de materia es despreciable. Esta concepción nos permite
estudiar la variación espacial de la calidad del agua en un río que circula en
estado estacionario fijándonos en la evolución temporal de la cantidad de
contaminante en un depósito o reactor de mezcla perfecta. El tiempo t y la
distancia x aguas abajo del punto de vertido están relacionados, en estas
condiciones, a través de la velocidad U de movimiento del agua.

En el estudio de vertidos en sistemas naturales tradicionalmente se ha


venido utilizando el oxígeno disuelto como componente o parámetro
indicador de la calidad del agua, (1) por las altas cargas de sustancias
demandantes de oxígeno que se producen con el vertido de aguas residuales
(con o sin tratamiento) que afectan de forma significativa a la concentración de
oxígeno aguas abajo del punto de vertido, y (2) por su extraordinaria
importancia para la vida acuática. Concentraciones bajas de oxígeno disuelto,
por ejemplo, ocasionadas por vertidos de aguas residuales van a asociadas a
episodios de mortandad de peces, emisión de olores desagradables (por la
presencia de sustancias varias en formas reducidas), y otros muchos efectos
negativos de carácter estético. Hoy día, además del oxígeno, se consideran
otros componentes en el estudio de vertidos de aguas residuales, y en
particular: nutrientes, pH, bacterias (e indicadores microbiológicos), y
compuestos químicos tóxicos, entre los que se encuentra compuestos
orgánicos volátiles, metales, pesticidas y bifenilos policlorados (PCBs). En este
tema, sin embargo, nos ceñimos a la visión tradicional considerando
fundamentalmente el balance de oxígeno en sistemas fluviales, aunque los
mismos principios y métodos de trabajo que exponemos, son aplicables a otros
cualesquiera parámetros de calidad del agua.

Los problemas por déficit de oxígeno disuelto en aguas superficiales


ocasionados por el vertido de aguas residuales, con altas cargas orgánicas,
fueron ya reconocidos a en el año 1870, en estudios realizados por la ‘Royal
Comission on Sewage Disposal’ en el río Támesis (Theriault, 1927). Ya en
aquel entonces se indica que ‘si la materia orgánica fuera aislada del aire en un
matraz, la disminución gradual en la cantidad de oxígeno disuelto indicaría
exactamente el progreso en la oxidación de la materia orgánica’. También, y
debido a la oxidación lenta de la materia orgánica, se indica que ‘no hay en el
Reino Unido un río suficientemente largo para que se complete de forma
completa la destrucción de los residuos orgánicos por oxidación’. En EEUU, los
primeros trabajos realizados en la evaluación de la calidad del agua en
sistemas naturales empezaron allá por 1912, cuando el Servicio de Salud
Pública de EEUU (U.S. Public Health Service) recibe del Congreso de EEUU el
encargo de estudiar el ‘saneamiento y vertido de aguas residuales, incluyendo
la contaminación de ríos y lagos de EEUU’ (Crohurst, 1933). Los primeros
estudios sobre calidad del agua en ríos tienen lugar en el río Ohio, entre 1914 y
1916, y fueron la base sobre la que se apoyó el trabajo pionero de Streeter y
Phelps (1925) sobre modelación matemática del oxígeno disuelto. En este
trabajo, además, se incluían aplicaciones y formulaciones matemáticas de los
procesos implicados en el balance de oxígeno en el agua. Casi un siglo
después, seguimos utilizando aquellas formulaciones, evolucionadas y
mejoradas, en trabajos de consultoría y científicos sobre el efecto de vertidos
de aguas residuales en ríos (ej. Drolc & Koncan 1999; Campolo et al. 2002;
Mladenov et al. 2005).

El objetivo de este tema es aplicar los principios de la Ingeniería


biogeoquímica que se estudiaron en el bloque 2 para desarrollar modelos
matemáticos (y que en su día fueron propuestos por Streeter y Phelps) que nos
permitan entender y predecir de forma cuantitativa la evolución acoplada del
oxígeno disuelto y las sustancias demandantes de oxígeno en un río, aguas
abajo de un punto de vertido de agua residual, y aplicarlos a casos de estudio.
Estos modelos nos permiten, en último término, establecer relaciones
matemáticas entre la acción contaminante (caracterizada por una carga, W, o
masa de contaminante vertido por unidad de tiempo) y la concentración, c, del
contaminante a distintas distancias en el río, aguas abajo del punto de vertido,
que es el objetivo último de la Ingeniería Ambiental. Y para ellos emplearemos
procedimientos ‘funcionales’ basados en el principio de conservación de masa
o balances de masa hechos en volúmenes materiales de control en los que
dividimos un río.

Modelo de Streeter-Phelps

Balances de materia orgánica. Supondremos, para empezar, que la


única demanda de oxígeno existente en el agua residual es la asociada a la
descomposición de la materia orgánica en el ciclo del carbono (esto es
consideramos únicamente la demanda bioquímica de oxígeno carbonosa, y no
la nitrogenada). Partimos, además, de un modelo conceptual del río como un
reactor de flujo pistón, o como una secuencia de elementos materiales de
control, independientes entre sí y de volumen fijo VR (igual al caudal circulante
QR multiplicador por un tiempo de referencia t0). Antes de recibir la carga
orgánica del vertido, estos elementos tienen una concentración de materia
orgánica LR. Al pasar uno de estos volúmenes de control por el punto de vertido
recibe un volumen de agua Vw (igual al caudal de vertido Qw multiplicado por el
tiempo de referencia t0), con una concentración definida de materia orgánica
Lw. La concentración L0, después del vertido y suponiendo que la mezcla entre
agua residual y fluvial es inmediata, será, por dilución, inferior a la
concentración Lw del vertido y se establece mediante un cálculo directo del
balance de materia,

Vw Lw + Vr Lr V L
L0 = ≈ w Lw = w (1a)
Vr + Vw Lr ≈0 V0 S

O si los volúmenes los referimos por unidad de tiempo,

Qw Lw + Qr Lr Q L
L0 = ≈ w Lw = w (1b)
Qr + Qw Lr ≈0 Q0 S

Una vez conocida la concentración inicial, L0, sus cambios en cada uno
de los elementos de control se producirán en virtud del balance de una serie de
procesos que actúan como fuentes y sumideros de materia orgánica. En
particular, consideramos fundamentalmente dos procesos

- Descomposición de materia orgánica por organismos heterótrofos


- Sedimentación
Ambos procesos son descritos suponiendo que siguen cinéticas de primer
orden, esto es,

dL dL dL
= + = −( k d + k s ) L = −k r L ⇒ L = L0 e −k r t (2)
dt dt d dt s

En esta expresión, t es el tiempo de viaje (desde el punto de vertido), y las


constantes Kd y Ks son las constantes de primer orden de descomposición y de
sedimentación. La primera se determina en laboratorio, depende del
tratamiento previo al que se somete el agua residual, de la temperatura del
agua (de acuerdo con una ley potencial derivada de la Ley de Arrehnius), y del
calado de la corriente (Bowie et al. 1985; HydroScience, 1971). La segunda se
define en función de la velocidad de sedimentación y del calado del río como

vs
ks = (3)
H
Balances de oxígeno. En el tema 1.1 de la asignatura estudiamos que
para cuantificar el contenido de materia orgánica en el agua residual, debido a
la naturaleza compleja y variada de ésta, utilizamos equivalentes de oxígeno.
No hablamos, pues, de gramos de materia orgánica en una muestra, sino más
bien de gramos de oxígeno equivalente, que consumirían las bacterias si se las
dejara descomponer toda la materia orgánica en la muestra. De acuerdo con
esta acuerdo, la cantidad de materia orgánica que desaparece durante el
proceso de descomposición en el río, indica la cantidad de oxígeno que
desaparece de la columna de agua, i.e.

do dL
= = −k d L (4)
dt d dt d

En el balance de oxígeno aguas abajo de un punto de vertido intervienen,


además, procesos de re-oxigenación superficial o intercambio de oxígeno con
la atmósfera a través de la superficie libre. El cambio en la concentración de
oxígeno disuelto en una masa de agua por intercambio de gases con la
atmósfera lo cuantificamos utilizando una ecuación diferencial ordinaria de
primer orden,

do 1
= Av a (o s − o ) = k a (o s − o ) (5)
dt a V

en la cual el flujo de transferencia de gases se supone proporcional al déficit de


oxígeno en relación a su concentración en saturación, os. El nivel de oxígeno
en saturación, de acuerdo con la ley de Henry, es directamente proporcional a
la presión parcial de oxígeno en el aire, y depende de la temperatura del agua,
salinidad y la presión atmosférica. La constante de proporcionalidad o
constante de re-oxigenación depende de la temperatura (de acuerdo con una
ley potencial), y de la velocidad y calado del agua, habiéndose propuesto varios
expresiones (unas empíricas, otras basadas en derivaciones teóricas) que
recogen esta última dependencia. Entre ellas, las ecuaciones de O´Connor y
Dobbins, Churchil o la de Owens & Gibbs.

kl U 1/ 2
ka = = 3.93 3 / 2 (O’Connor & Dobbins, 1958)
H H

U
k a = 5.026 (Churchill et al. 1962)
H 1.67

U 0.67
k a = 5.32 (Owens and Gibbs 1964)
H 1.85

en las que ka viene en (1/día), U en m/s y H en m. Las condiciones en las que


fueron derivadas y el rango de aplicación de cada una de ellas varían (ver, por
ejemplo, Chapra o Thomann & Mueller). Siendo los modelos de
descomposición y re-oxigenación lineales y de primer orden, los cambios en
oxígeno disuelto aguas abajo de un punto de vertido, los expresamos, como

do do do
= + = − k d L + k a (o s − o ) (6-a)
dt dt d dt a

ó en términos del déficit de oxígeno D ( = os – o) en relación a su nivel en


saturación, y suponiendo que el nivel de oxígeno en saturación no cambia,

dD dD dD
= + = kd L − ka D (6-b)
dt dt d dt a

La concentración de oxígeno disuelto en el punto de vertido, o0, se calcula


como en la Ec. 1, utilizando un balance de masas.

Ecuación de Streeter y Phelps. La solución acoplada de las Ecs. (2) y


(6), es el modelo clásico de Streeter y Phelps,

L = L0 exp(−k r t ) (7)
k d L0
D = D0 e − k a t +
ka − kr
[
e −kr t − e −kat ] (8)

La representación gráfica del oxígeno disuelto (o = os – D) como función del


tiempo de viaje t (ó de la distancia aguas abajo de un punto de vertido x = U/t),
es una línea cóncava o en comba (conocida como la comba del oxígeno), con
un mínimo aguas abajo del punto de vertido. En el tramo descendente de la
comba, los procesos que contribuyen a retirar oxígeno del medio (sumideros)
dominan sobre los procesos que contribuyen a inyectar oxígeno. En el tramo
ascendente, no obstante, el balance entre fuentes y sumideros está dominado
por los procesos que inyectan oxígeno. En el punto crítico (punto más bajo de
la comba), el oxígeno disuelto es mínimo, y, las fuentes y sumideros de
oxígeno se hacen iguales de forma que la variación de la concentración de
oxígeno con la distancia se hace cero. La localización del punto crítico y el
déficit de oxigeno en este punto determinan la expresión e intensidad del
impacto, y se calculan, a partir de la Ec. 8,

1  k  D (k − k r )  
tc = ln  a 1 − 0 a  (9)
ka − kr  kr  k d L0 

kr

k L k  D0 (k a − k r )   ka −kr
Dc = d 0  a 1 −  (10)
ka  k r  k d L0 

Notad que el déficit crítico aumenta linealmente con la concentración inicial de


materia orgánica L0. Una reducción en ésta (por ejemplo, mediante el
tratamiento del agua residual) disminuye el déficit crítico, esto es, aumenta el
nivel mínimo de oxígeno, y, por tanto, minimiza el impacto sobre el medio
acuático. Notad también que el mayor impacto de un vertido, pues, no es en el
punto mismo en que se produce el vertido, sino aguas abajo. Además, el déficit
crítico disminuye a medida que el déficit inicial D0 disminuye, en la Eq. 10.

Control del oxígeno disuelto en ríos

Las ecuaciones de Streeter y Phelps permiten establecer y evaluar estrategias


de Ingeniería Ambiental orientadas a la gestión de los niveles de oxígeno
disuelto en ríos. Estas estrategias incluyen:

1.- Reducción de la concentración de CBOD (L0) en el vertido, por tratamientos


avanzados
2.- Re-oxigenación del efluente con el fin de aumentar su concentración de
oxígeno disuelto o disminuir su déficie (D0)
3.- Regulación del caudal, garantizando caudales mínimos de forma que por
dilución, disminuya el déficit inicial de oxígeno (D0) o la concentración de DBO
en el punto de vertido (L0).
4.- Reoxigenación en el río mediante aireadores mecánicos o estructuras
hidráulicas

Ejemplo de aplicación

Un río recibe un vertido de aguas residuales 40 km aguas arriba de su


desembocadura al mar. Si los caudales, temperaturas, y concentraciones de
materia orgánica y oxígeno disuelto del río antes del vertido y del vertido son
los que se indican en la figura, nos piden (1) que encontremos la concentración
de materia orgánica y oxígeno disuelto en la desembocadura del río, y (2) que
construyamos una hoja de cálculo, en EXCEL, en que implementemos las
ecuaciones de Streeter y Phelps y estudiemos el efecto de

(1) Reducción en un 50% de la concentración


(2) Aumento en un 50% del nivel de oxígeno en el vertido
(3) Aumento en un 50% del caudal circulante en el río

Qw = 0.463 m3/s
Tw = 28 oC
Ow = 2 mg/L
Lw = 200 mg/L

Qr = 5.787 m3/s x = 40 km
Tr = 20 oC
Or = 7.5 mg/L Canal rectangular
Lr = 2 mg/L S0 = 0.00022
B = 10
n = 0.035
Kd (20oC)= 0.5
Θd = 1.047
Θa = 1.024
vs (POC) =0.2 m/d

x = 0 km

A. Condiciones iniciales en el punto de vertido.

Calculamos el caudal Q0, temperatura del agua T0 y concentraciones de


materia orgánica L0 y oxígeno disuelto O0 en el punto de vertido haciendo un
balance simple de masas (la carga que deja el tramo en el que se vierte es
igual a la carga que entra desde el río y desde el punto de vertido). Conocida la
temperatura en el tramo inicial, podemos estimar el nivel de oxígeno en
saturación (Os), y por tanto, el déficit inicial de oxígeno, D0. En el tramo desde
el vertido hasta la desembocadura supondremos que el caudal y la temperatura
con propiedad conservativas (i.e. no cambian). La materia orgánica y el
oxígeno disuelto si cambian como consecuencia de los procesos de
descomposición, sedimentación y reoxigenación.

A.1 Caudal tras el vertido

Q0 = Qr + Qw = 5.787+0.465 = 6.25 m3/s


A.2 Concentración de materia orgánica

Lr Qr + LwQw 200 × 0.463 + 2 × 5.787


L0 = = = 16.7 mg / L
Q0 6.25

A.3. Concentración de oxígeno disuelto

Or Qr + OwQw 2 × 0.463 + 7.5 × 5.787


O0 = = = 7.1 mg / L
Q0 6.25

A.4. Temperatura

Tr Qr + TwQw 28 × 0.463 + 20 × 5.787 o


T0 = = = 20.06 C
T0 6.25

A.5. Oxígeno en saturación = f(T)

O utilizamos tablas como la que aparece en el apéndice E de la referencia [3]


del tema, o bien utilizamos las ecuaciones que aparecen en las notas, y que
fue propuesta por APHA (American Public Health Association Standard
Methods for the examination of water and wastewater), en 1992. Utilizando
estas últimas ecuaciones (despreciamos los efectos de presión atmosférica y
salinidad), la concentración de oxígeno en saturación para la temperatura T0 es
igual a 8.987 mg/L.

A.6. Déficit de oxígeno en el tramo de vertido.

D0 = Os − O0 = 8.98 − 7.09 = 1.894 mg / L

B. Condiciones hidráulicas y constantes de reacción en el tramo desde el


vertido hasta la desembocadura.

B.1. Conocidos la pendiente S0, la anchura B del canal, su rugosidad n, y el


caudal circulante, puedo estimar el calado h, y la velocidad de movimiento U,
utilizando para ello la ecuación de Manning,

3/ 5
 Qn 
h =  1 / 2  = 1.3 m
 BS 0 
Q
U =   = 0.48 m / s
 Bh 

B.2. Una vez conocemos las condiciones de flujo (velocidad y calado) podemos
estimar, utilizando la ecuación (empírica) de O’Connor-Dobbins, la constante
de reoxigenación, que nos indica el ritmo al cual se produce la transferencia de
oxígeno desde la atmósfera al agua,
U 1/ 2 0.481 / 2
o
k a (20 C ) = 3.93 3 / 2 = 3.93 3/ 2
= 1.84 d −1
H 1.3

La constante de reoxigenación a la temperatura del agua del río (20.6 oC) la


estimamos como

k a (20.6 o C ) = k a (20o C )θ 20.6−20 = 1.84 ×1.024 20.6−20 = 1.86 d −1

B.3. La constante de reacción que caracteriza el proceso de descomposición a


la temperatura a la que circula el agua en el tramo desde el vertido a la
desembocadura, la estimamos como,

20.6− 20
k d (20.6 o C ) = k d (20o C )θ d = 0.5 ×1.047 20.6−20 = 0.514 d −1

B.4. Finalmente la constante de primer orden ks, que caracteriza el proceso de


sedimentación, la estimamos como

vs 0.2 m / d
ks = = = 0.15 d −1
H 1.3 m
la cual no depende de la temperatura.

C. Materia orgánica (en equivalentes de oxígeno) y oxígeno disuelto 40 km


aguas abajo del punto de vertido

C.1. Los 40 km desde el punto de vertido, equivale a un tiempo de viaje t = L /


U, siendo L = 40 km y U = 0.48 m/s. El tiempo de viaje es 0.96 días. Notad que
el tiempo lo expreso en días!

C.2. La concentración de la materia orgánica a los 40 km (ó 0.96 días de


tiempo de viaje) es

L = L0 exp(−k r t ) = 16.7 × exp[− (0.514 + 0.15) × 0.96] = 8.83 mg / L

C.3. El déficit de oxígeno a los 40 km lo calculamos de acuerdo con la solución


de las ecuaciones de Streeter-Phelps,

k d L0  − Ur x − ax
ka k k
− x
e −e U  =
U
D = D0 e +
ka − kr  
0.514 ×16.7 −0.664×0.96
1.84e −1.84×0.96 +
1.84 − 0.664
e [ ]
− e −1.84×0.96 = 2.94 mg / L

C.4. Conocido D(40km), calculamos el oxígeno a los 40 km, como

O (40km) = Os − D ( 40km) = 6 mg / L
Material complementario (I): Condiciones anaeróbicas

De acuerdo con la Ec. 10, podríamos hacer desaparecer el oxígeno


disuelto del agua y causar condiciones de anoxia (D = os) , si la carga de
materia orgánica fuera suficientemente alga. En estas condiciones, el modelo
de Streeter-Phelps debe ser modificado, siguiendo un procedimiento
desarrollado por Gundelach y Castillo (1976). Supondremos, por simplicidad,
que la materia orgánica sólo desaparece por descomposición, i.e. kr = kd, en las
ecuaciones (7) y (8), y determinamos, el punto en el río en que se establecen
las condiciones de anoxia. La posición de este punto (en términos de tiempo de
viaje t = ti) puede ser calculada, a partir de la Ec. 8, haciendo el déficit igual al
nivel de oxígeno en saturación, i.e. D = os, y utilizando procedimientos
numéricos iterativos de determinación de las raíz o cero de la ecuación

k d L0
0 = D0 e − k a ti +
ka − kr
[ ]
e − k r ti − e − k a ti − o s (11)

En este punto, t = ti, la concentración de materia orgánica Li, puede ser


calculada utilizando la Ec. 7, Li = L0 exp(-kd ti). Aguas abajo de este punto, la
descomposición de la materia orgánica aguas abajo está limitada por al ritmo al
cual el oxígeno (necesario para la degradación) entra en la columna de agua
desde la atmósfera, i.e.

dL
= −k a os (12)
dt d

Notad que en este tramo la descomposición sigue una cinética de orden cero.
La disminución de la materia orgánica ocurre de forma lineal, y viene dada por
la ecuación

L = Li − k a o s (t − t i ) (13)

La materia orgánica desaparecerá, de acuerdo con la Ec. 13, hasta alcanzar un


punto (t = tf) en que su concentración Lf sea tal que, el ritmo al cual se
descompone de la materia orgánica bajo condiciones anóxicas (= -kaos) y en
condiciones de presencia de oxígeno ( = -kdLf ) se igualen, i.e.

dL
= −k a os = −k d L f (14)
dt d

De las Ec. 13 y 14, se obtiene el tiempo de viaje correspondiente al final de la


zona anóxica, i.e.

1 k d Li − k a o s
t f = ti + (15)
kd k a os
Material Complementario (II): Fuentes y sumideros difusos

El modelo de Streeter y Phelps ignoran otras fuentes y sumideros de oxígeno


que existen en ríos y sistemas naturales en general, los cuales incluyen

1.- Producción de oxígeno durante la fotosíntesis de algas y otras plantas


acuáticas
2.- Demanda de oxígeno desde el sedimento
3.- Consumo de oxígeno por respiración de plantas acuáticas.
4.- Oxidación de compuestos nitrogenados en el agua residual

Los procesos (1)-(3) son fuentes y sumideros difusos, y se incorporan en las


ecuaciones generales de Streeter y Phelps, suponiendo que siguen modelos o
cinéticas de orden cero. Estas fuentes/sumideros difusos se consideran en esta
sección, y la sección que sigue trata la incorporación de la demanda
nitrogenada de oxígeno, asociada a los compuestos nitrogenados de los
vertidos.

Fuentes-sumideros difusos de DBO

Supongamos, por ejemplo, un río con un fondo poroso y contaminado en que la


concentración de materia orgánica en el espacio intersticial del sedimento es tal
que la difusión de la DBO desde el sedimento a la columna de agua, puede ser
parametrizado utilizando un modelo o cinética de orden cero. En estas
condiciones, la ecuación del balance de DBO en un elemento material de
control del río (considerado como reactor de flujo pistón), puede expresarse
como

dL
= −k r L + S L (16)
dt
donde SL es la constante de orden cero con la que caracterizamos una fuente
distribuida de DBO (ML-3T-1), y kr es la tasa de desaparición de la materia
orgánica. La solución de esta ecuación sujeta a las condiciones iniciales L = 0
en t = 0, es

SL
L= (1 − e − k r t ) (17)
kr
Esta ecuación indica que la DBO aumenta en forma de pulso, tendiendo de
forma asintótica a un valor estable igual a

SL
L= (18)
kr

El balance de oxígeno en un elemento material de control, lo expresamos como


dD k
dt kr
(
= − k a D + d S L 1 − e −kr t ) (19)

Para las condiciones iniciales D = 0 en t = 0, la solución de esta ecuación es

kd S L k SL
D=
kr ka
( )
1 − e − k at − d
k r (k a − k r )
(
e − kr t − e − k a t ) (20)

que de forma asintótica tiende a un valor estable igual a

kd S L
D= (21)
kr ka

Fuentes y sumideros difusos de oxígeno disuelto

El balance de oxígeno en un elemento material de control del río, considerando


el efecto de la fotosíntesis y la respiración de las plantas acuáticas (P y R,
respectivamente), y de la demanda sedimentaria de oxígeno SB, e ignorando la
demanda para oxidación de materia orgánica, se puede expresar como

dD
= −k a D − P + R + S B (22)
dt
en la que la demanda de oxígeno del sedimento se expresa por unidad de
volumen de agua y no por unidad de área de oxígeno. Los términos P, R, y SB,
por tanto tienen dimensiones de (ML-3T-1). Si D = 0, en el tiempo t = 0, la
solución de esta ecuación es

R − P + SB
D= (1 − e − kat ) (23)
ka

La cual indica que el déficit aumenta y tiende de forma asintótica a un valor


estable igual a

R − P + SB
D= (24)
ka

para el que las fuentes y sumideros de oxígeno se hacen iguales.


Modelo completado de Streeter y Phelps

Las ecuaciones que describen la evolución de la DBO y el déficit de oxígeno en


un río aguas abajo de un vertido puntual y con fuentes-sumideros difusos, son

L = L0 e − kr t (a)

SL (b) (25)
+ (1 − e −kr t )
kr

D = D0 e − kat (c)
k d L0 −kr t
+
ka − kr
[
e − e − k at ] (d)

R − P + SB (e)
+ (1 − e −kat ) (26)
ka
kd S L k SL
+
kr ka
( )
1 − e − ka t − d
k r (k a − k r )
(
e − k r t − e − k at ) (f)

Los términos (a)-(f) en las Ecs. 25 y 26 representan

(a) efecto del vertido puntual inicial


(b) efecto de los aportes difusos de DBO
(c) efecto del déficit puntual inicial,
(d) déficit debido al aporte puntual de DBO en el punto de vertido
(e) efecto conjunto de las fuentes/sumideros distribuidos
(f) efecto de la fuente distribuida de DBO en el déficit de oxígeno

Material Complementario (III): Oxígeno y compuestos


nitrogenados en el agua residual

Además de la demanda bioquímica de oxígeno asociada al ciclo del


Carbono (DBOc, ó DBO carbonosa), el agua residual tiene en su composición
compuestos del nitrógeno que al ser oxidados ejercen una demanda de
oxígeno en el río (DBO nitrogenada o DBOn). El contenido en nitrógeno del
agua residual existe fundamentalmente en forma de compuestos nitrogenados
orgánicos (por ejemplo, proteínas, urea, etc), amonio, y ocasionalmente
nitratos. Con el tiempo, el nitrógeno orgánico en el agua residual es hidrolizado
dando lugar a amonio NH4+, de forma que el amonio presente en el agua de los
sistemas naturales es el resultado de su vertido directo en el agua residual o de
la descomposición de la materia orgánica. El amonio a su vez es utilizado por
bacterias autótrofas para obtener energía y crean nitrito (NO2-) y nitrato (NO3-)
en el proceso.
La conversión de amonio a nitrato se conoce como proceso de
nitrificación, y consiste en una serie de reacciones. En la primera, bacterias del
género Nitrosomonas convierten el ión amonio en nitrito,

NH 4+ + 1.5O2 → 2 H + + H 2 O + NO2− (27)

En la segunda, bacterias del género Nitrobacter oxidan el nitrito a nitrato,

NO2− + 0.5O2 → NO3− (28)

El proceso de nitrificación ejerce una demanda sobre el oxígeno en el medio.


Simples cálculos estequiométricos (Bloque 2) indican que en la reacción (27)
se utilizan 3.43 g de oxígeno por cada gramo de nitrógeno oxidado, y en la
reacción (28) se consumen 1.14 gramos de oxígeno por cada gramo de N. En
total, en el proceso de nitrificación se consumen pues 4.57 gO gN-1. Gaudy y
Gaudy (1980), sin embargo, indican que las bacterias nitrificantes incorporan
algo de amonio en su estructura celular al crecer, y el consumo de oxígeno en
la nitrificación es algo inferior, aproximadamente igual a 4.2 gO gN-1.

La tasa de secuestro de oxígeno dependerá de la velocidad a la que se


producen las reacciones. La reacción (28) es casi tres veces más rápida que la
(27), y por tanto, podemos suponer que la nitrificación ocurre al ritmo al que
ocurre la reacción (27). Además, el crecimiento de las bacterias nitrificantes es,
en general, más lento que el de las bacterias heterótrofas (tasas con un orden
de magnitud de d-1, en las primeras, comparadas con tasas del orden de h-1 en
las segundas) y es por ello, que la demanda de oxígeno en el ciclo de carbono
se ejerza primero en ensayos de laboratorio. La velocidad de a la que ocurre el
proceso depende, en general, de las condiciones ambientales, en particular de

1. Presencia de un número adecuado de bacterias nitrificantes, lo cual depende


del nivel de tratamiento y del tipo de cauce.
2. Existencia de un pH alcalino (pH óptimo = 8) en el agua de forma que se
neutralice el ácido que se produce.
3. Presencia de oxígeno suficiente (> 1-2 mg/l).

El consumo de oxígeno en el proceso de nitrificación curva o comba el


perfil de oxígeno a lo largo del río, o como función del tiempo de viaje. El déficit
máximo de oxígeno debido a la demanda de oxígeno asociada a los procesos
de nitrificación ocurre más aguas abajo del punto crítico asociado a la demanda
de oxígeno carbonosa, por varias razones. En primer lugar, porque en la
proximidad del punto de vertido, normalmente, las condiciones (2) y (3) no se
dan, y por tanto, la nitrificación se vea inhibida. Las bacterias nitrificantes
además no existen en suficiente número en la proximidad del punto de vertido,
especialmente en cursos fluviales con cierta profundidad, y su desarrollo y
crecimiento es más lento que el de las bacterias las heterótrofas que participan
en el ciclo del carbono. Finalmente, la naturaleza secuencial del proceso de
nitrificación determina también que el valor mínimo de la comba asociada a la
nitrificación ocurra más aguas abajo del mínimo asociado a la DBOc.
Hay dos rutas alternativas para analizar y estimar la demanda de
oxígeno aguas abajo de un punto de vertido: (1) establecer balances para cada
uno de los componentes que participan en el proceso de nitrificación (amonio,
nitrato y nitrito), y (2) escribir ecuaciones de conservación para el nitrógeno
total (orgánico y amonio) suponiendo que el nitrógeno total será oxidado. Ésta
última es la DBON. El primer procedimiento es más complejo y requiere
conocer las distintas formas del nitrógeno en el agua residual, y estimar la
velocidad de reacción de las distintas etapas en el proceso de nitrificación. El
segundo es más directo y sencillo, aunque no permite representar aspectos
claves del efecto de la demanda de oxígeno asociada a la nitrificación, como es
el desplazamiento de ésta demanda en relación a la demandad bioquímica de
oxígeno carbonosa, que no reproduce. Aún así, este último es el procedimiento
que, por su simplicidad, recogemos aquí.
Llamaremos LN, a la DBON, y para ella podemos plantear una ecuación
de conservación similar a la que planteamos para la DBOC, y resolverla para
establecer su evolución como función del tiempo de viaje

dLN
= − k N LN ⇒ LN = LN 0 e − k N t (29)
dt N

LN0 es la DBON en el punto de vertido, tras la dilución inicial y calculada como


en la Ec. 1, y kN es la tasa de oxidación de la DBON, con valores similares a Kd
en la Ec. 2. Como es el caso de Kd, también KN depende de la temperatura
según una ley potencial. La ecuación de gobierno del déficit de oxígeno en un
elemento de control, como resultado de la DBON y de la re-oxigenación es

dD dD dD
= + = k N LN − k a D (30)
dt dt N dt a

y su solución viene dada por (similar a la ecuación 8)

k d LN 0 −k N t
D = D0 e −kat +
ka − k N
e[ − e − ka t ] (31)

Dado que las ecuaciones de balance de oxígeno son lineales, el efecto de la


DBOC y DBON sobre el déficit se pueden sumar. La ecuación que describe la
evolución del oxígeno disuelto en respuesta a todos los procesos vistos en este
capítulo es, pues,
D = D0 e − kat (a)
k d L0 −kr t
+
ka − kr
[
e − e − k at ] (b)

(b)
k L
[
+ N N 0 e − k N t − e − k at
ka − k N
]
(e) (32)
R − P + SB
+ (1 − e −kat )
ka
kd S L k SL (f)
+
kr ka
( )
1 − e − ka t − d
k r (k a − k r )
(
e − k r t − e − k at )
Los términos (a)-(f) en las Ecs. 25 y 26 representan

(a) efecto del déficit puntual inicial,


(b) déficit debido al aporte puntual de DBOC en el punto de vertido
(c) déficit debido al aporte puntual de DBON en el punto de vertido
(d) efecto conjunto de las fuentes/sumideros distribuidos
(e) efecto de la fuente distribuida de DBO en el déficit de oxígeno
Referencias

Referencias básicas

[1] Chapra, S. 1997. Surface water-quality modelling. McGraw-Hill.


[2] Thomann & Mueller, 1987. Principles of surface water quality modeling
and control. Harper & Row, 1987.
[3] Metcalf & Eddy. Ingeniería de las aguas residuales. Tratamiento, vertido
y reutilización. Ed. McGraw-Hill.

Referencias complementarias

Campolo, M., P. Andreussi, & A. Soldati (2002). Water quality control in the
river Arno Water Research 36, 2673–2680.
Catalán Lafuente, José, 1987. Ríos: caracterización y calidad de sus aguas.
Dihidrox.
Crohurst, J.R., 1933. A Study of the Pollution and Natural Purification of the
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Churchill, M.A., H.L. Elmore, and R.A. Buckingham, 1962. Prediction of Stream
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Even, S. M. Poulin, J. Mouchel, M. Seidl & P. Servais. (2004). Modelling oxygen
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