AÑORANZAS – NOSTALGIA

QUE LA NOSTALGIA NO TE DEPRIMA EL ALMA

ESCENA: Un bolívar triste con la mirada perdida y a veces cabizbajo)
NARRADOR: Sentado a un lado de un ruinoso escritorio, un hombre
grande pensaba en el ayer, en aquel ayer que proyectó glorioso, de
igualdad social con equidad, desarrollo y paz para todos los pueblos.
(Aparecen tres damas con ropaje colonial, caminando por las calles,
Anastasia, Paulina y Casilda)
- CASILDA: Muchachas, ¿vieron al coronel? Bolívar se nota raro.
- PAULINA: ¡oye sí! ¿Qué tendrá?
-ANASTASIA: Coronel Bolívar ¿Por qué tanta nostalgia? ¿Se siente
enfermo?
(Bolívar las mira y se sonríe)
- BOLIVAR: Pues sí, enfermo del alma, porque el pueblo que en la
madrugada del 24 de diciembre de 1812 lo hice libre en un corto
enfrentamiento a sangre y fuego, lo está acabando el desamor, la decidía
y todo por la falta de compromiso y de gobernabilidad.
- ANASTASIA: Uff, y ¿usted se preocupa por la suerte de este villorrio, que
sus propios hijos lo hemos llevado a este triste destino?
- BOLIVAR: Si así es, lástima que tú desconozcas el valor de la historia local
y te refieras a tan despectivo tono a un pueblo tan lleno de gloria.
- PAULINA: ja, ja, ja, ja (se ríe sarcásticamente) si muy glorioso, tuvo
carácter de villa aquel 20 de enero de 1543 cuando el gobierno de las dos
provincias, Santa Marta y Cartagena se disputaban la soberanía sobre la
recién fundada Santa Cruz de Mompox un 3 de mayo de 1537.
- CASILDA: ¿Y eso que tiene que ver?
- BOLIVAR: Mucho, porque al perder el pleito, Fernández de Lugo, lleno de
orgullo ordenó fundar este pueblo en un punto equidistante entre
Mompox y la desembocadura del río magdalena.
- ANASTASIA: ¿Pero usted no está muerto? ¿Por qué su espíritu se nos ha
revelado a las tres? ¡Hurra vieja!
(Ellas se abrazan)
- BOLIVAR: Porque esta villa me abrió las puertas para iniciar mi programa
libertario y fue el espacio para mostrarme como militar y darme a conocer
como político porque en aquel ligero combate, logré someter a los
españoles y declarar la libertad absoluta de la Villa de San Sebastián de
Tenerife, apoyado por el estado soberano de Cartagena y nos dio su
bandera para izarla en este pueblo como propia.
- PAULINA: Disculpe coronel y le doy las gracias por despertar mi pasión.
(Bolívar se ríe todo pícaro y paulina dice sorprendida)
- Pero no por usted, es la pasión por valorar a mi pueblo y conocer su
historia, imagínese usted que como decía mi abuela es usted un
barraco de los siete chiqueros.
- CASILDA: (la regaña) ¡Niña, que es ese irrespeto con el coronel!
- PAULINA: Niña el general sabe que es un juego, esas expresiones son
jocosidades de los viejos.
- BOLIVAR: Hasta ahora, nada se ha hecho ni en la familia ni en las
escuelas por apropiarse y enaltecer la historia local. Olvidando que un
pueblo sin memoria tiende a desaparecer.
- ANASTASIA: Está usted en lo cierto. (Toda enérgica)
- BOLIVAR: Tenerife es la puerta de la libertad de Colombia y de otros
países de Suramérica y más aún el rinconcito de mis más bellos y puros
amores con mi amada Anita, cuya tumba la han dejado perder en el
cementerio local como otras tantas que parecen no tener dolientes.
- CASILDA: ¡Anímese! ¡Anímese! Usted siempre fue enamoradizo, alegre y
coqueto vuelva a arengar a este pueblo y comprométalo recordándole
aquella su primera proclama en suelo colombiano que en esta misma
plazuela usted discursó.
(Bolívar se parea emocionado y se dirige al pueblo)
PROCLAMA RESUMIDA
Al finalizar la proclama dicen las señoras.
VIVA TENERIFE INMORTAL
Ahora si todos con amor a la tierra que nos vio nacer, VIVA TENERIFE
INMORTAL…

Honor y gloria al inmortal Tenerife

Suelo sagrado que iberia conquistó
Bravos Chimilas quisieron evitarlo
Pero fue en vano, se impuso el chapetón.

Llego un gran hombre con sentido humano

Fray Luis Bertran, que al nativo cuido,
Sembrando fe en Cristo que redime
Y abrió caminos para adorar a Dios

Libertad, gran libertad

En Tenerife se abrieron sus puertas
Para que el hombre más grande de américa
Se perfilara como el libertador.

Personajes: Bolívar, Casilda, Paulina y Anastasia.

Autor: Pedro Dede Ordoñez
Tenerife - 2019