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Investigaciones Fenomenológicas, n.

12, 2015, 291-298


e-ISSN: 1885-1088

 
 
XOLOCOTZI, A. y GIRU, R. (Coord.)
 
FENOMENOLOGÍA DEL CUERPO
Y HERMENÉUTICA DE LA CORPOREIDAD
 
MADRID, PLAZA Y VALDÉS, 2014, 279 PP.

por José Antonio Ramos González


 

El libro que se presenta es el re- La primera parte, titulada “el


sultado de un conjunto de estudios, cuerpo propio”, aborda el tema del
realizados por diferentes autores, cuerpo centrándose en los análisis
cuya temática común gira alrededor de Husserl y de sus continuadores
del problema del cuerpo tal y como (M. Henry, M. Merleau-Ponty y E.
ha sido considerado desde la feno- Levinas): el pensamiento del filósofo
menología o desde el giro herme- moravo es el punto de partida para
néutico que arraiga en ella. Desde una mejor comprensión de las críti-
esa perspectiva filosófica se estudia cas que llevan a la fenomenología a
la ambigüedad de ese objeto- la expresión tanto de sus límites
subjetivo (cuerpo), condición de la como de sus posibilidades encubier-
existencia y de la coexistencia con tas. En un primer momento, los es-
el mundo y los otros, cuyo empla- tudios contenidos en esta parte re-
zamiento deja abierta la posibilidad flejan dos de los problemas más
de que se inscriban en él todo tipo complejos de la fenomenología: uno
de injerencias e interferencias. Las es el proceso mediante el cual, en la
distintas aportaciones que dan constitución del ámbito de la objeti-
cuerpo al texto se agrupan en tres vidad, el ego trascendental se auto-
partes: “El cuerpo propio”, “El cuer- objetiva viéndose a sí mismo como
po mundo” y “El cuerpo otro”. ser en el mundo; el otro, la relación
entre lo hylético e intencional. En un
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segundo momento, se muestra la prerreflexivo, que se manifiesta en
“radicalización” del pensamiento la constitución del cuerpo propio, y
fenomenológico efectuada por Mer- el sentir-se con el que Husserl ca-
leau-Ponty y Levinas: aun siendo racterizó la conciencia formadora de
herederos del pensamiento de Hus- tiempo; de otra, que las denomina-
serl, tanto el filósofo francés como das “cinestesias sensibles” permiten
el lituano, desde distintos enfoques, hablar de una intencionalidad im-
critican la fenomenología como filo- presional de la hylé primigenia en la
sofía de la conciencia —que olvida la que de modo instintivo está ya en
verdadera dimensión y espesor de germen la intencionalidad de acto.
la sensibilidad— y piensan la inten-
El yo-persona tiene un “lado de
cionalidad como el “índice” de un
naturaleza” que hace del cuerpo un
problema.
lugar de pasividades y que impide
En su trabajo “La vivencia del que pueda decirse con propiedad mi
cuerpo propio en la fenomenología cuerpo soy yo, si bien sobre ese
de Edmund Husserl”, Mª. Dolores subsuelo oscuro se forja un cogito
Illescas estudia el papel que en pre-reflexivo, pre-intencional y car-
Ideas II desempeña el cuerpo tanto nal. En este sentido, Illescas consi-
en la constitución de las cosas dera a Husserl como el “primer fe-
reales —que aparecen en cuanto nomenólogo de la carne”, cuya in-
percibidas— como en la de la fluencia se manifiesta tanto en el
realidad anímica. Subrayando el pensamiento de Merleau-Ponty
papel que en esa tarea constituyen- (aunque este sitúe la intencionali-
te juegan las cinestesias, entendidas dad en el interior del ser) como en
como procesos activos de movilidad el de Henry, que acentúa las capas
corporal (regidos por un yo) que a preintencionales y preobjetivas para
la vez permiten articular las opera- revelar el ámbito de la inmanencia
ciones pasivas inherentes a la tem- en el que se manifiesta la vida.
poralidad propia de la vida de la
En la misma dirección que el tra-
conciencia, la autora propone: de
bajo anterior, es decir, subrayando
una parte, la posibilidad de estable-
también la decisiva influencia del
cer una analogía entre el ámbito
pensamiento de Husserl en sus se-

 
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guidores, pero desde otro punto de filosofía de Spinoza que permitieron
vista, en su estudio “Michel Henry a Henry alejarse de la concepción
lector de Husserl: del cuerpo propio metafísica tradicional y elaborar una
al cuerpo encarnado. Ideas II en noción de subjetividad que integra-
Encarnación”, Eduardo González Di ra la corporeidad como inherente a
Pierro sostiene que ya en Ideas II sí misma.
puede apreciarse una integración
El trabajo de Mª Carmen López
entre los momentos noético-
Sáenz (titulado “De Husserl a Mer-
intencional e hylético-material que
leau-Ponty: del cuerpo propio como
conduce a matizar lectura que de
localización de sensaciones al mo-
esa obra hace M. Henry. Este, en
vimiento de la chair”) muestra cómo
Encarnación, critica a Husserl por
Merleau-Ponty, partiendo de Ideas
absorber la fenomenología hylética
II y concediendo primacía al movi-
en la constitutiva (convirtiendo las
miento, ontologiza paulatinamente
cuestiones fundamentales en “pro-
el cuerpo. Más allá del problema de
blemas constituyentes”) y por no
la localización de las sensaciones y
ser “suficientemente trascendental”,
rompiendo con las fronteras entre
ya que no responde a la cuestión de
los sentidos, el fenomenólogo fran-
la dación originaria ante la concien-
cés va a descubrir una reversibilidad
cia: para elaborar su noción de en-
no-coincidente entre lo tangible y lo
carnación como fenómeno común a
visible decisiva para la elaboración
todos los seres, Henry sitúa al co-
de la noción de carne.
mienzo de la experiencia, en vez de
Exponiendo los aspectos funda-
la intencionalidad, las impresiones
mentales del análisis que —en
de nuestra carne que preceden al
Ideas I, II, y III —Husserl hace del
cuerpo propio.
cuerpo desde la correlación consti-
En relación con el pensamiento
tuyente-constituido, la autora sos-
de M. Henry, Claudia Tame en su
tiene que Merleau-Ponty, incluso en
aportación (“¿Qué puede un cuerpo?
sus primeras obras, irá más lejos en
Spinoza en Michel Henry”) subraya
la descripción del tema del cuerpo al
la subjetividad, temporalidad y el
afirmar que en este late una inten-
poder actuar como elementos de la
cionalidad operante y motriz que es

 
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apertura al mundo y que se orienta últimas obras, pero sin ruptura res-
a metas teórico-prácticas. En este pecto de las primeras, aborda el
sentido, partiendo de uno de los cuerpo desde el movimiento carnal.
“impensados” de Husserl (la consti- Alejado de la subjetividad, el cuerpo
tución preteórica) e interesándose se concibe como un visible organi-
por el Leib por ser fuente de inten- zado, como acontecimiento primor-
cionalidades, el filósofo francés en- dial de la carne. Esta no es ni suma
tiende la experiencia del cuerpo vi- de sensaciones táctiles ni de estas
vido como expresión de nuestro en- más cinestesias, tampoco se reduce
raizamiento dinámico en el mundo, a una mera dimensión, pues es la
de modo que ni el tiempo ni la mo- profundidad o dimensionalidad des-
tricidad residen en la conciencia, de la que emergen por dehiscencia
pues el cuerpo es una estructura el mundo y el cuerpo: ambos están
tempoespacial de la que arranca la entretejidos en la misma carne, sin
intencionalidad operante que, como confundirse.
intencionalidad corporal motora,
Si Husserl entiende el cuerpo
pertenece al saber latente del cuer-
como portador de actos constitu-
po. A diferencia de Husserl, no es el
yentes, el filósofo francés aborda las
yo trascendental el que da unidad al
relaciones cuerpo-mundo como par-
cuerpo, sino el esquema corporal
te de un proceso instituyente de la
que a la vez posibilita la compren-
vida encarnada. Frente al callejón
sión del mundo a través del hábito:
entre la Naturaleza y el Espíritu en
este se ha de entender como la
el que —pensado a la manera de
aprensión motriz de una significa-
Husserl— encallaba el cuerpo, Mer-
ción motriz.
leau-Ponty buscará la alternativa a
Para evitar toda filosofía de la todo dualismo en la noción de car-
conciencia y de la coincidencia, así ne: esta se ha de entender como
como la “falsa” ambigüedad que elemento o Physis ilocalizable e in-
—por partir de la distinción concien- visible.
cia-objeto— persistía en la Fenome-
Ricardo Gibu (en “Sensibilidad,
nología de la percepción, la autora
corporeidad y significación en Levi-
afirma que Merleau-Ponty en sus
nas”) expone la crítica de Levinas al

 
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carácter teórico y representativo pasivo de la protoimpresión.
que la intencionalidad y la tempora-
Los estudios que componen la
lidad adoptan en el pensamiento de
segunda parte (“El cuerpo mundo”)
Husserl. Frente a la intencionalidad
tratan el tema del cuerpo a partir de
de acto, el filósofo lituano subraya
la estructura del ser-en-el-mundo y
que la materialidad tiene su propia
de la naturaleza. Desde ese enfo-
intencionalidad (entendida como
que, frente a las interpretaciones
acontecimiento y realización) que no
que defienden el olvido del cuerpo
requiere ser interpretada por la
en la filosofía de Heidegger, Ángel
conciencia, pues todo acto intencio-
Xolocotzi —en su trabajo “Dasein,
nal tiene como condición —que en-
cuerpo y diferencia ontológica”—
vuelve al pensamiento— el ámbito
deja abierta la posibilidad de que el
de lo sensible. Este se caracteriza
cuerpo pueda interpretarse desde el
por un espesor y significación singu-
entrelazamiento óntico-ontológico
lar que no se expone como repre-
en la diferencia ontológica, de modo
sentación o función simbólica, sino
que, ya en Ser y tiempo, pero sobre
como acontecimiento.
todo en los Seminarios de Zollikon,
Como constatación del peso de la Heidegger piensa el carácter ontoló-
existencia a través del cuerpo, en el gico del cuerpo desde el existir sin
que estamos enclavados, el sujeto centrarse en el cuerpo propio como
se manifiesta como sensibilidad si- hace Husserl, sino en el cuerpo ex-
tuada en un instante presente, de tático a partir de la estructura del
modo que sensibilidad y temporali- ser-en-el-mundo. De esta estructura
dad coinciden. Aun estando de parte también Rubén Mendoza (en
acuerdo con Husserl en que el suje- su estudio “Bios y ethos: una feno-
to se da en el presente, Levinas menología del cuerpo humano desde
afirma que en el instante se da una el horizonte heideggeriano”) al afir-
ruptura anterior a cualquier interva- mar que Heidegger piensa el cuerpo
lo temporal y rechaza la “síntesis” a partir de una fenomenología her-
husserliana de la temporalidad que menéutica, que solo es posible si el
obra a favor de la unidad del flujo ser-en-el-mundo se asume como
temporal en detrimento del polo rasgo fundamental del Dasein. El

 
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cuerpo es condición para la referen- la naturaleza como campo de relati-
cia al mundo y ser cuerpo es confi- vidades omnímodas referidas al es-
gurar mundo, es decir, un habitar píritu; el segundo, como trasfondo
que cuida el mundo. Por tanto, el del que emerge todo ser), esa visión
cuidado (Sorge) es la posibilidad de de lo natural posibilitaría una huma-
reconocer la existencia propia me- nidad, es decir, un modo de ser na-
diante la apropiación de un ethos turaleza, en el que el espíritu ten-
que ha de pensarse como el tras- dría cabida en el cuerpo y la cultura
fondo de toda ética y toda respon- no se entendería como relación de
sabilidad humana. aniquilación y de dominio.

Tratando también la dimensión La tercera parte de la obra (“El


corporal del ser humano desde una cuerpo otro”) trata de las relaciones
consideración ontológica, Fernando de poder (biopolítica) que se inscri-
Huesca (en su aportación “Schelling ben en el espacio del cuerpo y ha-
en Heidegger: cuerpo y vida funda- cen de este algo culturalmente me-
mento y libertad”) investiga los te- diado, lo que permite su expresión
mas de la filosofía de Schelling que ya sea a través del símbolo o de las
sirven de inspiración para la tesis imágenes, tanto las del cine como
heideggeriana de la relación de co- las utilizadas en las técnicas médi-
pertenencia entre fundamento (co- co-quirúrgicas que diseccionan digi-
mo lo que constituye el basamento) talmente el cuerpo.
y existencia (como lo que se paten-
Desde los análisis de Agamben y
tiza). Por último, Luis Tamayo (en
Foucault, que muestran como la
“El cuerpo mundo. Reflexiones sobre
biopolítica ha ido haciendo del cuer-
ontología, topología y psicosomáti-
po el origen de múltiples estrategias
ca”) aborda la relación entre natura-
de disciplinamiento, Alberto Cons-
leza y cultura desde la concepción
tante (en “Escrito en el cuerpo mío,
holística propuesta por Goethe: la
cuerpo extraño”) concluye que so-
naturaleza se expresa libremente a
mos cuerpos culturalmente media-
y en nosotros. Presente en cierto
dos; que la sociedad mediática re-
sentido tanto en Husserl como en
duce el protagonismo de los cuerpos
Merleau-Ponty (el primero concibe
individuales y lo sustituye por una

 
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casi-interacción pasiva en la que Víctor Gerardo Rivas (en su tra-
dejamos que hablen con y por noso- bajo “De la afinidad ontológica entre
tros otros que ni siquiera son tales. corporalidad y cine. Y de la insubs-
Subrayando también la incidencia tancialidad contemporánea de la
de la cultura sobre el cuerpo, pero existencia”) defiende que la unidad
desde otro punto de vista, Arturo ontológica vivida a través del cuerpo
Aguirre (en su estudio “Este cuerpo entre el hombre, el mundo y el
y esta su violencia. Meditaciones tiempo, se expresa en el dinamismo
sobre el espaciamiento”), basándose del cine: este hace visible la condi-
en la lectura de Nancy, propone re- ción insubstancial de la corporali-
pensar la desmaterialización del dad. Mirando el cuerpo en su inte-
cuerpo convertida en información gridad, más allá de la disección digi-
así como acallar la profunda abs- tal a la que lo somete la mirada
tracción que ha distanciado el cuer- médica, Noé Héctor Esquivel (en su
po de lo que somos: espaciamiento aportación “Fenomenología de la
sobre el que el poder absoluto ejer- medicina moderna y hermenéutica
ce violencia. de la salud”) reflexiona acerca de
los procedimientos técnicos de la
Por último, a la expresión del
medicina moderna para mostrar
cuerpo como culturalmente media-
algunas aproximaciones de lo que
do, a su comprensión desde el
denomina hermenéutica de la sa-
“símbolo” o desde la imagen cine-
lud.
matográfica o médica, contribuyen
los respectivos estudios de Ricardo Después de las densas reflexio-
Horneffer, Víctor Gerardo Rivas y nes sobre el escurridizo asunto del
Noé Héctor Esquivel. El primero, en cuerpo, “objeto” de estudio de este
su contribución titulada “Cuerpo libro, da la impresión de que las
como símbolo”, defiende que el diferentes alternativas nos instan a
símbolo es la metáfora en la que pensar, más allá de todo dualismo,
tiene cabida las distintas compren- la mismidad de la diferencia y el ser
siones históricas del cuerpo, del al- de la dualidad cuya circularidad nos
ma y de todo aquello que el logos funda —hasta nos confunde— en la
pueda mostrar y transformar. ambigüedad. Quizás urge un nuevo

 
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corpus, un nuevo texto que dé mayor parte del tiempo y no obs-
cuenta de este tejido al que le cre- tante se olvida de sí mismo: cuerpo
cen excrecencias, del que uno no entretejido que, si bien requiere
puede desprenderse pero que tam- texto y recreación, no cabe en el
poco comprende; que va de suyo la pensamiento y se desvanece en un
suspiro. 

 
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