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Resumen: En este artículo se presenta un análisis sobre los primeros cuatro capítulos de
sus objetos es una crítica pertinente. Será necesario explorar las motivaciones que
intencionalidad.
Abstract: This article presents an analysis of the first four chapters of The Theory of
contents and make a critical approach to the first major Levinasian interpretation of
phenomenology. For this, it will try to answer the question about whether the
is a relevant criticism. It will be necessary to explore the motivations that led to the
naturalism, to analyze the way in which his philosophical proposal was deployed until
intentionality.
Introducción
nos encontramos con el ser humano al que le tocó vivir una serie de experiencias
de valor inaudito. Su vida fue evidentemente la que lo llevó a pensar lo que pensó, pero,
sobre todo, a pensarlo como lo pensó. Pasando desde la literatura rusa, la Biblia y la
perdido a sus padres y a sus dos hermanos, fusilados en Lituania por los nazis, es
evidente que las vivencias del propio Levinas fueron sus más duras y preclaras
lecciones de filosofía. Podemos decir, sin temor a equivocarnos, que todo lo anterior
devino para Levinas en una “defensa de lo humano que critica toda forma de
intelectual que destaca por la importancia que significó para el propio Levinas en la
de Husserl y Heidegger. Es de notar que el primer acercamiento que tuvo Levinas con la
compañera de estudio en Estrasburgo, la filósofa Gabrielle Peiffer, con quien más tarde
Lógicas, y el propio Levinas, sin ninguna guía más que la de su pura razón se dio a esta
tarea: “Entré en esa lectura, muy difícil al principio, con mucha aplicación, pero
también con mucha constancia, y sin guía” (Levinas, 2000: 30). Fue a raíz del gran
joven judío, con el apoyo de su maestro Jean Hering, viajó hasta Friburgo para poder
estudiar directamente con el fundador de esta nueva manera de hacer filosofía, Edmund
“Los cursos que seguí trataban en 1928 sobre la noción de psicología fenomenológica, y
2000: 33). El fruto más destacado de esta estancia en Alemania fue su tesis doctoral,
fenomenología en Francia.
Fueron los sólidos conocimientos en fenomenología que desde muy joven pudo forjar
Levinas los que le permitieron vislumbrar el poder de un pensamiento que más tarde se
actualidad, casi 90 años después de su primera publicación, sigue siendo quizá la mejor
introducción al pensamiento de Husserl que se haya escrito. El valor de esta obra radica
“Querríamos estudiar y exponer la filosofía de Husserl tal como se estudia y expone una
filosofía viva. No se trata, pues, de un código de proposiciones estáticas de las que sólo
restaría exponer sus rígidas formas, sino de un pensamiento que vive y se transforma”
(Levinas, 2004: 23). Lo anterior es otra manera de decir que Levinas fue sumamente
aprehender su inspiración primera y simple, la cual hizo posible esta evolución misma”
empieza a desplegar sus frutos y sus alcances a poco más de un siglo de existencia, da
siempre nueva forma de hacer filosofía. En este caso, por medio de un análisis de los
del joven Levinas. ¿Por qué sólo los primeros cuatro capítulos? La razón es muy
sencilla. Teniendo en cuenta que el conjunto de esta obra se compone en total de siete
capítulos, podemos identificar que cierto conjunto de capítulos componen una especie
de bloque temático (en especial los capítulos 2 y 3; y 5, 6 y 7). Viendo esto, se decidió
que para evitar una grosera extensión de páginas para un solo artículo, sería conveniente
delimitar el estudio de esta obra en su primer gran bloque temático (que incluye desde
temático de esta obra que trata sobre la intuición, será materia para otro artículo.
Husserl por parte de Levinas cuyo objetivo secundario sería generar un paso más
Cuando Levinas comienza sus análisis de la alteridad nos demuestra que si el objeto
intencional, o noema, implica un dato que está más allá de su contenido, éste no puede
tener como punto de partida un acto intencional, no puede haber una referencia de la
decir, hay ciertos ‘fenómenos’ en donde la trascendencia es tal que su contenido mismo
la relación intencional. Tomando en cuenta esto, surge la pregunta: ¿Es válida la crítica
filosófico ante el cual se vio enfrentado Husserl, el cual se caracterizó por la extendida
creencia de que las ciencias agotan la totalidad de lo cognoscible, de tal suerte que, bajo
este presupuesto, la filosofía quedaría sin objeto de estudio (Cfr. Levinas, 2004: 25).
Siendo esto así, a la filosofía sólo podría quedarle el papel de ser una reflexión sobre las
ciencias; es decir, la filosofía se vería así reducida en su estatuto a ser solamente una
teoría del conocimiento (Cfr. Levinas, 2004: 25ss). Otra forma de expresar esta idea es
que la filosofía sería una suerte de psicologismo. Ahora, ¿por qué habría de oponerse
teoría del ser; a saber, “el psicologismo hunde sus raíces en la ontología y esta ontología
es el naturalismo” (Levinas, 2004: 26). Es así como en este primer capítulo, Levinas se
El ser es, de entrada, objeto de las ciencias —sea la física, la biología, la psicología,
etc.—. Sin embargo, estas ciencias operan con la ayuda de cierto número de nociones
La cita anterior nos sugiere la idea de que las ciencias, en general, proceden de forma
proceder con presupuestos característico de las ciencias, es algo que Husserl va a acusar
La crítica anterior derivará en la idea husserliana de que a cada región del ser, debe
[…] las regiones del ser difieren entre sí, no solamente por sus esencias y las categorías
que las determinan, sino también por su existencia. El hecho mismo de ser, de
esencias que gozarían del privilegio exclusivo de diferir entre sí. Existir no significa
existencia, como si «existir» significara lo mismo en cada uno de los casos, siendo que
definitivamente cada una de estas realidades que se presentan ante la conciencia posee
una forma particular de encontrarse ahí, ante ella. Lo que existe es aquello que aparece
ante la conciencia, más allá de si de lo que se trata es de un objeto físico, una imagen
otras. La cosa no puede aparecer sino en una cierta orientación, en la que pueden ser
Una característica general de las cosas que pertenecen al marco de la naturaleza física es
que en su modo de aparecer, no de dan de manera absoluta, sino por medio de una
encontrarse un sujeto con un objeto por medio de los sentidos, sino como el apuntar de
característica de la experiencia de la cosa material—, esta nos anuncia una cosa estable
y objetiva” (Levinas, 2004: 32). De ahí que “la aparición de la cosa material a través de
cosa material, entonces “todo aquello que es, o bien es físico y pertenece como tal a la
unidad total de la naturaleza física o bien no es más que una simple variable
interpretar todo como naturaleza, entonces “una existencia espiritual o ideal debe formar
concepción reduccionista del naturalismo: todo lo que es, se reduce en última instancia a
ser materia o un derivado de la misma; y esto acarrea el problema de que “mientras que
naturalización de las ideas, esto es, el psicologismo, será inevitable” (Levinas, 2004:
39). De acuerdo con esta concepción, incluso las ideas en general, los números, las
material, y, por lo tanto, su existencia se reduce a la materia. Las esencias son así
Estas son las consecuencias que Husserl advierte del naturalismo: “Si la filosofía —
como reza el credo naturalista— no tiene más objeto que el conocimiento, deberá
natural, el cual se basa a su vez en una acrítica concepción del ser como «ser material»,
1
Este término puede traducirse como escorzo, matiz, perspectiva, aspecto (Levinas, 2004: 33; N. de la T.)
que termina por excluir otras regiones del ser o por reducir su estatuto ontológico en una
materialista de todas las esferas de la realidad, Levinas menciona el ejemplo de una obra
momento de apreciar una obra de arte sería el producto de una acción causal natural del
objeto sobre el sujeto. En este sentido, el objeto que es bello en sí mismo es la causa de
que el sujeto pueda afirmar su belleza, y esto, a primera vista, pareciera ser una
afirmación inofensiva, hasta que advertimos el hecho de que, bajo este esquema
ontológico, “no es la existencia […] la que será determinada por el sentido de la vida,
sino que la vida misma, para existir, deberá ser concebida a partir del modelo de la
naturaleza” (Levinas, 2004: 45). Y para explicitar aún más el problema anterior,
Levinas explica: “el naturalismo reduce el sentido, sin importar cuán original e
Resulta imposible extrae de él [del naturalismo] una afirmación sobre el ser de los
valores” (Levinas, 2004: 46). Será necesario pensar en una ontología que trascienda el
que algo existe será decir que se encuentra con la conciencia (Cfr. Husserl, 2013: § 50).
Esto lo podríamos entender como el giro husserliano de la conciencia. Claro que se
percepción presente y que hay cosas que existen en sí, independientemente de si son o
no captadas por una conciencia. A este respecto Levinas explica que esta independencia
de la cosa material con respecto a la conciencia será una independencia relativa. ¿Qué
significa esto? Para entender esta idea Levinas trae a colación la distinción husserliana
marginal) sin desaparecer totalmente del campo de conciencia: “En un cogito nuevo, el
cogito precedente cesa de brillar, cae en la sombra, pero se mantiene vivo, aunque de un
modo diferente. Puede permanecer, en algunos casos, como mera posibilidad a la cual
actual, se agota el mundo que para mí está concientemente "ahí delante" en cada
momento de la vigilia. Este mundo se extiende, antes bien, en un fijo orden del ser,
que el mundo material muestra con respecto a la subjetividad. No se trata más que de
como objeto de una conciencia actual posible […] El carácter «en sí» del mundo de las
cosas no significa más que la posibilidad de volver sobre el mismo objeto e identificarlo
aspectos no agotan nunca a la cosa: por derecho, su número es infinito. Los aspectos
que vemos en un momento dado, apuntan siempre a otros aspectos por venir, y así
esencialmente por el hecho de ser inadecuada” (Levinas, 2004: 50). Tenemos así una
conciencia, decir que existe es decir que existe en la conciencia (ya sea activa o
indeterminado que acompaña a toda percepción. Dicho esto, ahora es posible entender
aspecto bajo el cual se presenta en la vida consciente concreta” (Levinas, 2004: 52).
Ahora, si hubiera una clase de percepción absoluta, esta sería sobre dos aspectos que
dan a través de Abschattungen, aspectos, escorzos o lados, sino que se dan siempre de
como objeto de la reflexión. La vida consciente es, aun cuando la reflexión no la tenga
al contrario de la cosa exterior, cuyo ser mismo nos remite a la conciencia. Aquí, no es
Aunque más adelante aclara: “Esto no significa que la conciencia deba existir
posibilidad de no-ser que caracteriza la existencia espacial” (Levinas, 2004: 62). Sin
largo de su filosofía habrá un claro primado de la conciencia ya que, como dijimos, para
Husserl el ser de algo no es existir, sino que el ser de algo es su modo de encontrarse
con la conciencia. Y ya que ser no significa lo mismo para cada una de las distintas
regiones de objetos, “sus modos propios de encontrarse [de estas distintas regiones] con
conciencia de algo, relación con el objeto” (Levinas, 2004: 65). Este principio según el
intenciona algo que no es ella; se trasciende a sí misma, pues “[el] objeto hacia el cual
2004: 68). De esta manera, Husserl evita caer en un idealismo, pues aquello hacia lo
como si la intencionalidad fuera en el fondo una ilusión, sino que efectivamente es algo
trascendente a ella misma que, sin embargo, no puede al mismo tiempo ser constituido
sin ella. Y todo aquello que aparezca ante la conciencia, será llamado vivencia, como
explica el filósofo Juan Aguirre García: “Para Husserl, vivencia se entiende como todo
vivencias actuales, las vivencias que yo tengo en el presente, sino también las pasadas y
las potenciales” (Aguirre, 2010: 55). La conciencia intenciona todo aquello que puede
ser objeto de una vivencia. De esta manera, la percepción es una vivencia, la
recuerdo es una vivencia; es decir, todo aquello que aparezca ante la conciencia,
amor hacia un objeto amado; etc. Es por eso que para superar el reduccionismo
materialista del naturalismo que sólo admitía como existente aquello que se ceñía al
la conciencia el modo de ampliar el concepto de existencia. Con esto queda claro que la
denominado ‘estado de conciencia’, y otro ser real, denominado objeto” (Levinas, 2004:
ver a la conciencia como una sustancia, una sustancia que posee el atributo de la
intencionalidad por medio del cual entraría en contacto con otra realidad. La conciencia
cual un sujeto intenta ponerse en contacto con un objeto que existiría en el mismo plano.
conciencia abierta. Por ello no es una sustancia cerrada (en-sí), sino intencional. De ahí
la afirmación de que “el vínculo entre sujeto y objeto constituye el fenómeno
consciente sea considerada en todas sus formas y no sólo en la forma de la vida teórica,
ya que:
de puta teoría). El mundo real es un mundo de objetos de uso práctico y de valores. Las
cualidades inherentes a las cosas que hacen que estas nos importen […], que hacen que
nos sean entrañables, que las temamos, que las queramos, etc., no deben ser excluidas
hecho general de que la conciencia se trasciende, de que se dirige a algo que no es ella,
Esta crítica de Levinas al privilegio de la vida teórica como modo de relación con el
mundo se entiende mejor si pensamos, por ejemplo, en el acto de amor, este posee un
sentido, pero no se trata de un sentido teórico: “Lo propio del objeto amado consiste
representación puramente teórica” (Levinas, 2004: 73). Levinas se pregunta por qué
belleza, etc., ¿por qué priorizar el aspecto teórico de la vida si el mundo también es
constituido por vivencias no teóricas? ¿Hasta qué punto es válida esta aseveración de
vida no teórica (práctica, estética, etc.). Esto se debe a que para Husserl “la teoría y la
demás” (Levinas, 2004: 81). ¿En qué se basó Husserl para pensar que la relación teórica
con el objeto debe tener el primado de la vida consciente? Esto se debe a que Husserl
comparte la afirmación de su maestro Brentano, según la cual “todo acto es o bien una
representación, o está fundado en una representación. Nada puede ser querido, nada
puede ser esperado… si no es primero representado” (Levinas, 2004: 85). Esto significa
que “en la vida consciente, o bien tenemos simples representaciones, o bien, cuando
tenemos otros actos como juicios, esperanzas, deseos, etc., sus objetos sólo pueden ser
dados en una pura representación que presta a estos actos su objeto” (Levinas, 2004:
85). Y efectivamente, ¿cómo podrían darse actos como juicios, esperanzas y deseos si
esperanza y de deseo son presentados? (Cfr. Husserl, 1976: Quinta Inv., § 15)2. No es
que un sentimiento, por ejemplo, no contenga por sí mismo intencionalidad alguna, pero
es su unión con una representación la que le da una plena relación con un objeto.
relación entre la conciencia y sus objetos no suena fuera de lugar; al contrario, parece
ser lo más sensato, pues podemos pensar en un acto de deseo como alimentarse. Un
2
En este parágrafo, Husserl explica la relación entre representación y sentimiento, en donde la
representación es lo que hace que el sentimiento tenga intencionalidad, tenga un objeto hacia al cual
dirigirse.
sujeto desea su alimento, y sufre cuando este deseo se ve frustrado, pero de ninguna
manera esta experiencia vital de deseo se puede equiparar a la experiencia vital del
mismo caso de deseo por parte de un león, por ejemplo. El león no posee una
representación del alimento deseado al mismo nivel del humano, y en este sentido,
del mismo grado que el sufrimiento que puede sentir un ser humano. Lo mismo
podemos pensar de un bebé que desea el alimento materno, el bebé llora, sufre y hasta
puede morir en ese estado de dolor si no recibe su alimento, pero no sufre y llora por el
hambre en el mismo nivel que lo haría un hombre adulto muriendo de inanición. Parece
ser que la capacidad de ser conscientes de las cosas que nos suceden, dota de un sentido
superior a nuestras experiencias vitales. Sin una base teórica de representación, la forma
león. Quizá estos ejemplos pueden ayudar a comprender en algún sentido por qué “la
Conclusión.
entre la conciencia y sus objetos? Y podemos preguntar también, junto con Levinas:
Cuando se ama, ¿lo propio del objeto amado no consiste precisamente en darse en una
lo que más nos caracteriza como humanos. Todas las otras esferas de vivencias no
teóricas son, a fin de cuentas, vividas por personas racionales, lo cual las envuelve
principio filosófico a partir de la falta de supuestos: “ir a las cosas mismas”. Y este ir
hacia las cosas mismas implica un proceso para llegar a ellas, de eso se trata la filosofía:
mismas.
Bibliografía
___________, 2000, Ética e infinito (trad. Jesús María Ayuso Díez), Ed. La balsa de la
Medusa, Madrid.