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Sergio Spíndola

Edición del autor, 2016

Edición digital

Abril de 2016

1
2
ÍNDICE

INTRODUCCIÓN
I. LA MODERNIZACIÓN PORFIRIANA
EN OAXACA

Oaxaca y su búsqueda de la modernidad ............ 11


La Minería ...................................................................... 13
La Agricultura ................................................................ 15
La Industria ................................................................... 16
Los ferrocarriles: motor del
desarrollo oaxaqueño .................................................. 18
Obras de infraestructura urbana en la capital:
luz eléctrica, telégrafos, teléfonos y otras ............ 20

II. CARACTERÍSTICAS TIPOLÓGICAS


Y FORMALES DE LA ARQUITECTURA
PORFIRISTA OAXAQUEÑA

La tipología en las viviendas .................................... 25


Un género arquitectónico novedoso
en la vivienda: el chalet o villa ................................. 32
Los espacios en los edificios públicos ..................... 34

3
Características formales de la arquitectura ........ 35
El art nouveau en México y en Oaxaca .................. 38

III. LAS EDIFICACIONES DE


LOS PARTICULARES EN
LA CIUDAD DE OAXACA

CASAS HABITACIÓN DE DOS PLANTAS


Casa en Macedonio Alcalá 201 ........................... 41
Casa en Armenta y López y Guerrero 201,
del empresario Federico Zorrilla .................... 47
Casa en Avenida Independencia 901
(hoy Instituto de Investigaciones en
Humanidades de la UABJO) ................................ 58
Casa en Morelos 701 .............................................. 62
Casa en Guerrero 104 ........................................... 66
Casa en García Vigil 202, Hotel Chávez ......... 69
Casa en García Vigil 110 ................................. 73
Edificio habitacional en Av. Juárez 505 .......... 77
Ex Hacienda La Aguilera ....................................... 80

CASAS HABITACIÓN DE UNA PLANTA


Casa en Morelos y Cinco de Mayo 111,
de Guillermo Meixueiro ......................................... 86
Casa en Morelos y Cinco de Mayo 203,
del empresario Juan Baigts .................................. 99
Casa en García Vigil 112, Mansión de
La Soledad ................................................................. 104
Casa en Porfirio Díaz y Avenida
Independencia 601 ................................................. 113
Casa en Matamoros y Porfirio Díaz 301 ......... 119

4
Casa en Pino Suárez 804 ................................... 121
Casa en Avenida Juárez 105 ............................. 123
Casa en Avenida Juárez 502 ........................... 126

CASAS HABITACIÓN TIPO CHALET


Chalet del Gobernador Emilio Pimentel ......... 131
Chalet del señor Max Reimers ........................ 139
Chalet del señor Manuel Bustamante ............. 141

IV. LAS EDIFICACIONES PÚBLICAS


EN LA CIUDAD DE OAXACA

La Estación del Ferrocarril Mexicano del Sur .......... 148


El Mercado Porfirio Díaz ............................................ 151
La Cárcel Municipal de la Ciudad .......................... 153
Algunas importantes obras urbanas en la ciudad ... 155
El Paseo Juárez o el Llano .......................................... 156
La Calzada Porfirio Díaz ............................................ 163
El Panteón Municipal No. 2 ....................................... 171
El Hospicio de la Vega ................................................. 172
El Monte de Piedad del Estado ................................. 187
El Regimiento de Caballería ...................................... 191
El Instituto de Ciencias y Artes del
Estado de Oaxaca .......................................................... 197
La culminación arquitectónica del Porfiriato
en Oaxaca: el Teatro Casino Luis Mier y Terán
(hoy Teatro Macedonio Alcalá) ................................. 210

CONCLUSIONES .............................................................. 227

5
GLOSARIO DE TÉRMINOS
ARQUITECTÓNICOS ..................................................... 230

BIBLIOGRAFÍA ................................................................ 237

PUBLICACIONES PERIÓDICAS
Y REVISTAS ACADÉMICAS ....................................... 241

Semblanza del Autor, Sergio Spíndola ................ 243

6
INTRODUCCIÓN

a ciudad de Oaxaca figura entre las ca-

L
pitales del país que se distinguen por su
riqueza cultural, particularmente en lo
que concierne a su patrimonio arquitec-
tónico, es decir, sus edificaciones consi-
deradas como monumentos históricos y
artísticos, razón por la cual primero el Gobierno Federal la
declaró como Zona de Monumentos Históricos en 1976, y
posteriormente un importante organismo internacional
como la UNESCO1 le otorgara el título de Patrimonio Cul-
tural de la Humanidad en 1987.

Debemos señalar que a la ciudad de Oaxaca, tradicional-


mente se le ha considerado como una urbe colonial (o
virreinal), puesto que fue fundada en esa época histórica
y posee varias y valiosas edificaciones –preponderante-
mente religiosas– de ese período. Sin embargo, nos encon-
tramos también, con un amplio número de inmuebles cita-
dinos que pertenecen a otro período posterior como lo fue
el del Porfiriato, y que a pesar de su importancia histórica
y artística, no habían sido lo suficientemente objeto hasta

1. Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura.

7
hace poco tiempo, de una valoración y de un estudio de
conjunto, y del contexto histórico en el cuál fueron cons-
truidas; esta situación no es del todo comprensible, aunque
la misma nos lleva a considerar a que esta se deba por tra-
tarse de un período muy controvertido de nuestra historia,
lo que lamentablemente ha llegado a abarcar y afectar a
las mismas obras de arte, como en este caso las arquitec-
tónicas, que deben ser vistas por su propio valor estético,
y trascendencia en el tiempo, y no juzgadas por cuestiones
ideológicas o de otra índole; de esta manera, estaríamos
negando una parte importante de la historia de la ciudad
de Oaxaca. Precisamente al ignorarse la importancia y el
origen de esta arquitectura, estas construcciones llegan a
ser confundidas como coloniales o virreinales, al no saber
diferenciarlas por sus características y generalizarlas como
anteriores a la época de nuestra Independencia.

Respecto a la época a la que hacemos referencia en este


trabajo, mencionaremos el importante desarrollo econó-
mico que vivió la entidad oaxaqueña durante el Porfiriato,
el cual trajo que se dieran toda una serie de beneficios y
sustanciales transformaciones, producto de la moderni-
dad impulsada y pregonada por el régimen, y que llevaron
a cabo a lo largo de este período distintas administraciones
locales porfiristas, siendo un importante reflejo de ello la
arquitectura producida esos años, particularmente la rea-
lizada en la capital del Estado. En este sentido tenemos
que el Estado erigió importantes edificaciones públicas
que resultaron de gran beneficio para la ciudad, tales como
la apertura de varias plazas y parques citadinos, y destaca-
dos edificios, entre ellos, el Mercado Porfirio Díaz (aho-
ra llamado Benito Juárez Maza), el Panteón Municipal, el

8
Instituto de Ciencias y Artes del Estado, y el Teatro Casi-
no Luis Mier y Terán (actualmente Macedonio Alcalá). Por
otra parte tenemos que ante el panorama que se vivía en la
época, varios de los habitantes de la ciudad que contaban
con los medios necesarios, llevaron a cabo obras de cons-
trucción o remodelación de sus moradas. Así tenemos que
toda esta actividad constructiva emprendida tanto por el
Estado como por los particulares, contribuyó a otorgarle a
la ciudad una renovada imagen de modernidad, tal y como
era anhelada en ese momento por los capitalinos.

Ahora bien, esa modernidad en cuanto se refería a la


arquitectura, consistió en adoptar –como ocurrió en la casi
mayor parte del país– de buena manera los recursos for-
males y plásticos del eclecticismo arquitectónico acreditados
en Europa, y principalmente las influencias y dictados
académicos provenientes de la cultura francesa –aspecto
que caracterizó especialmente a aquella época en México–,
por lo que las edificaciones erigidas bajo estos patrones
fueron conformando un nuevo rostro e imagen para la ciu-
dad de Oaxaca, cuya sociedad pretendía vivir con satisfac-
ción y orgullo ese decisivo momento histórico.

Hay que señalar que dentro del presente estudio que se


hace de la arquitectura de este período en la ciudad de
Oaxaca, éste comprende –podríamos decir– algunas de
las edificaciones públicas y particulares más representati-
vas, tanto por la importancia de su función (en el caso de
las públicas), como por sus características arquitectónicas
propias, las cuáles se analizan en cada uno de los ejemplos
seleccionados de este trabajo. A este respecto, en el capítu-
lo II se da una explicación y se hace un análisis general tan-

9
to de los distintos estilos que comprendió el eclecticismo
y sus elementos arquitectónicos y ornamentales utilizados
en las construcciones oaxaqueñas, como de las tipologías
(composición y forma de los espacios habitacionales) em-
pleadas en las mismas. En el caso de los capítulos III y IV,
que es donde se hacen los análisis arquitectónicos de los
distintos inmuebles, este se apoya en fotografías de los
mismos (algunas son fotografías de esa época y la ma-
yor parte de tiempos más recientes), como en algunos
planos arquitectónicos que fue posible localizar, y que nos
dan cuenta de las características de sus espacios habitables
interiores.

De esta manera este trabajo, dado lo muy amplio e im-


portante del tema, no pretende de ninguna manera ago-
tarlo, por lo que queda el camino abierto para seguir in-
vestigando y ampliar la información que aquí se presenta,
pero que de alguna manera resulte del interés y provecho
de quien lo consulte.

10
I. LA MODERNIZACIÓN PORFIRIANA EN OAXACA

Oaxaca en la búsqueda de su modernidad

l lograrse consolidar la paz del país –des-

A
pués de su convulso devenir en sus pri-
meras décadas de vida independiente–,
el régimen encabezado por el general
Porfirio Díaz se avocaría a llevar a cabo
un ambicioso proyecto de moderniza-
ción para la Nación, que ésta demandaba en muchos as-
pectos. De esta manera, siguiendo la fórmula porfirista de
“poca política y mucha administración”, es como el gobier-
no iría sistemáticamente emprendiendo esta moderniza-
ción, para tratar de superar el gran atraso prevaleciente y
encaminar a México a convertirse en una nación civilizada
y respetada entre las naciones. Así, los alcances de este pro-
ceso modernizador debían hacerse efectivos y extenderse a
las diversas ciudades y poblaciones de la República, ya que
muchas de éstas se encontraban sumamente rezagadas e
incomunicadas, careciendo de los más elementales medios
de infraestructura urbana.

Fue así, como dentro de aquellas entidades federativas


en las que tuvieron efecto los beneficios de la pregonada
modernidad que se encontró el sureño estado de Oaxaca
(tierra natal de presidente Díaz), y de manera muy particu-
11
lar, su ciudad capital. De esta manera, durante los años que
comprendió el período porfirista, la entidad oaxaqueña fue
objeto –siguiéndose la pauta del régimen federal– de un
determinante impulso a su desarrollo económico, a través
de promover abiertamente toda clase de inversiones, tanto
nacionales como primordialmente extranjeras, en rubros
medulares como la minería, la industria, el comercio y la
agricultura. En cuanto a la inversión extranjera, ésta trajo
consigo una presencia numerosa de inversionistas, entre
los que figuraron ingleses, alemanes, franceses y, sobre
todo, norteamericanos, llegando Oaxaca a ocupar “el quin-
to lugar en toda la República en inversiones norteamerica-
nas”, por sobre otros estados como Nuevo León, Sinaloa y
San Luis Potosí1. También el próspero panorama económi-
co –debido a un mayor movimiento comercial y al auge de
la minería– propició que en 1888 se estableciera en la capi-
tal del estado una sucursal de una importante institución
bancaria como el Banco Nacional de México2. De esta ma-
nera, tenemos que un factor fundamental en el desarrollo
de estas actividades económicas, lo fue la introducción del
ferrocarril en el estado (como el caso del Ferrocarril Mexi-
cano del Sur), que representaba un moderno y eficiente
medio de transporte, que logró acortar las distancias de la
intrincada geografía oaxaqueña.

A continuación, haremos un recuento del desarrollo que


tuvieron las actividades económicas más importantes en el

1
Esto trajo consigo a que la población extranjera en Oaxaca aumentara de “844 personas
en 1900 a 2,026 en 1910”. Francie R. Chassen, Oaxaca: del Porfiriato a la Revolu-
ción, 1902–1911, tesis para obtener el grado de Estudios Latinoamericanos, México,
UNAM., Facultad de Filosofía y Letras, 1986, p. 9.
2
Fernando Iturribarría, Sucedió en Oaxaca, Banamex. en Oaxaca (1888–1979). Fo-
lleto conmemorativo Banamex., No. 2, México, Banamex.,1979.

12
estado de Oaxaca durante el Porfiriato, y que contribuye-
ron a su proceso modernizador tanto en el ámbito urbano
como en el arquitectónico.

La Minería

La minería en Oaxaca fue una actividad tradicional cuyo


origen se remonta a la época prehispánica. En el período
virreinal fue un rubro muy importante en la economía –no
sólo en Oaxaca, sino en la Nueva España en general– que
llegó a tener un desarrollo y auge considerable. La mine-
ría en este período empezó a desarrollarse desde el siglo
XVI, cuando los españoles iniciaron la explotación de “las
minas conocidas por los indígenas zapotecas, sobre todo
en los Valles Centrales y en Tehuantepec”. Así, en Tehuan-
tepec se explotaron sobre todo al principio, las minas de
oro del Marqués del Valle, Hernán Cortés. Posteriormente
se explotarían las minas de plata de Teitipac, San Baltazar
Chichicapan y Santa Catarina Minas. La minería continua-
ría desarrollándose con “cierto florecimiento hasta 1640,
cuando entró en franca decadencia”. Sería hacia la segunda
mitad del siglo XVIII, cuando se dio un “cierto renacimien-
to de la minería en Oaxaca”3.

Fue hasta la época porfirista en que la minería volvería


a ser una actividad prioritaria para el desarrollo económico
del país –como lo había sido en el período virreinal– impul-
sada por el régimen. Para ello, el gobierno formuló leyes
que impulsaron la inversión minera, “haciendo más atrac-
tiva esta inversión para el capital extranjero, y homogenei-
zando la legislación existente en el país”. De esta manera,

3
Francie R. Chassen, op. cit., pp. 148–155.

13
la mayor parte de las inversiones mineras de esta época
fueron extranjeras, a cargo de ingleses, norteamericanos y
franceses, principalmente. Aunque en el Porfiriato la pro-
ducción minera se desarrolló básicamente en el Norte del
país (en estados como Chihuahua, Durango, Zacatecas,
Coahuila, entre otros), en el Sur, Oaxaca fue un estado
que se distinguió en ese renglón, el cual el norteamericano
John Hays Hammond consideró como “la región excepcio-
nal del mundo en que se encuentran los más diversos y ri-
cos metales”4.

Fue con la llegada de los ferrocarriles que se favoreció


de una manera muy importante el desarrollo de la minería
en la entidad, al igual de cómo había sucedido “en muchas
regiones del país”. Así por ejemplo, los ramales que tuvo el
Ferrocarril Mexicano del Sur a poblaciones como Tlacolula,
Ocotlán, Taviche y Ejutla, tuvieron que ver con la transpor-
tación de productos minerales y de su maquinaria. De he-
cho la minería se desarrolló primordialmente en lo que fue
la Sierra Juárez, la región de los Valles Centrales, la Mix-
teca, llegándose a producir en esa época un boom minero,
en donde se dieron muchas inversiones, sobre todo de nor-
teamericanos, quienes para 1907, tuvieron invertidos diez
millones de dólares en las minas oaxaqueñas. Sin embargo,
en ese mismo año que se produjo una crisis económica, de-
cayó mucho la minería en Oaxaca, que fue una actividad en
la que se pensó “que iba ser la salvación de Oaxaca”5.

4
Ibid.
5
Ibid. Conferencia sobre el Porfiriato en Oaxaca dictada por la historiadoraFrancie R.
Chassen (Oaxaca, agosto de 2001).

14
La agricultura

La agricultura fue de hecho la actividad económica que


más se desarrolló en el estado durante el Porfiriato, por
sobre lo que fue la industria. Este importante desarrollo
pudo darse a partir del momento en que fueron introdu-
cidos los ferrocarriles en la entidad, ya que esto produjo
cambios en la tenencia de la tierra, ya que esta se privatizó
en buena medida, y ya no sólo se tuvieron propiedades co-
munales como tradicionalmente había sido hasta entonces
–desde tiempos virreinales– el régimen de propiedad. Esta
privatización ocurrió principalmente en la zonas costeras
del estado –no tanto así en los Valles Centrales–, donde
se pudieron desarrollar cultivos comerciales como de café,
tabaco, algodón, azúcar, e “incluso se trató de cultivar el
henequén” (lo que produjo la molestia de los juchitecos,
aunque este tipo de cultivo no prosperó), así como otros
productos6.

De estos cultivos comerciales el café “aumentó una pre-


sión sobre la tierra”, para que se privatizara, “especialmen-
te en las regiones que tenían conexiones ferrocarrileras”.
Así por ejemplo, en la región de La Costa, “Juquila privati-
zó sus tierras”, donde se le otorgaron parcelas con su título
a todos los comuneros que se convirtieron en propietarios
particulares. Juquila se destacó por el cultivo del café, en
donde se “subastó la tierra a intereses particulares”, forta-
leciéndose esta población económicamente por la subasta
de tierras. En Cuicatlán, a fines del siglo XIX, la finca más
grande de esa época –llamada El Faro, que perteneció a
Porfirio Díaz– “tenía 500,000 cafetos”. En esa época, hubo

6
Ibid.

15
pues varios pueblos en donde los comuneros que trabaja-
ron sus fincas privadas, aprendieron como cultivar el café,
y así cultivaron sus propios cafetos lo cual les traía ciertas
ganancias. Así, tenemos que el café se cultivó en tierras
privadas, fincas, pequeñas propiedades, tierras comunales,
por lo que “el café se difundió a casi todas las regiones de
Oaxaca”. El tabaco fue otros de los productos que se comer-
cializaron en esta época. En la década de los 1870’s llega-
ron al estado españoles, canarios y cubanos a establecerse
a la región del Papaloapan en el distrito de Tuxtepec, ya
que esta era una región muy rica para el cultivo del tabaco,
lo que propició la creación de numerosas fincas, donde se
llegó a cultivar también café, plátano y algodón7.

La Industria

Aunque en Oaxaca el ramo de la industria “no experi-


mentó el mismo nivel de prosperidad que se vio en la mi-
nería y en la agricultura durante el Porfiriato”, de alguna
manera tuvo un importante desarrollo en el estado como
no se había dado hasta antes de este período. En Oaxa-
ca no se tuvo el mismo auge de la industria textil como si
lo tuvieron otros estados como Puebla y Veracruz. Esto se
debió a que “la competencia indígena artesanal” se mantu-
vo “vigorosa, impidiendo la existencia de un mercado tan
necesario para el crecimiento de una industria capitalista
textil”. De todas maneras, aunque escasas, hubo fábricas
textiles en la entidad, como las de San José y Vista Hermo-
sa (propiedad de José Zorrilla) en el distrito de Etla (esta
última muy importante por su maquinaria moderna movi-
da por fuerza hidráulica, cuyos productos “de alta calidad”,
7
Ibid.

16
recibieron premios en la Exposición Internacional de París
de 1900). Otra fábrica fue la de hilados y tejidos de Santa
Cruz, Zimatlán (propiedad de capitalistas ingleses), que
posteriormente se trasladó a “Xía, cerca de Ixtepeji, en la
Sierra Juárez”8.

Otro tipo de industrias que se llegaron a desarrollar en


el estado lo fueron las de cigarros, cerveza, jabón, vidrio
y sombreros. Así tenemos que en la industria tabacalera
se contaron con fábricas en la ciudad de Oaxaca, como la
de La Ópera, “que daba empleo a 260 mujeres”. En la po-
blación de Tlaxiaco hubo “pequeños negocios” dedicados
a la producción de cigarros “con tabacos de Putla y Jamil-
tepec”. En cuanto a la industria cervecera, en la capital se
contó con la Cervecería la Mascota, que en 1903 se con-
virtió en la Compañía de Cerveza de Oaxaca, la cual fue
modernizada. También en la capital se estableció la fábri-
ca de jabón La Oaxaqueña, que fue propiedad del francés
Luciano Laugier. Asimismo otra industria importante lo
fue la maderera en el Istmo de Tehuantepec, “donde había
muchas maderas industriales y finas”, y en donde se contó
con la Compañía de Maderas de Salina Cruz. Sin embargo,
independientemente de la presencia de esta clase de indus-
trias en el estado, lo que más predominaban en él eran “los
talleres pequeños artesanales, las sombrerías, tejedurías,
panaderías, carpinterías, talabarterías, molinos, ferrerías
(...) trapiches e ingenios donde se producían azúcar, panela
y aguardiente y plantas de elaboración de mezcal”9.

8
F. Chassen, op. cit., pp.175–179.
9
Ibid.

17
Los ferrocarriles: motor del desarrollo oaxaqueño

Dentro de las importantes transformaciones que expe-


rimentó el estado de Oaxaca durante el Porfiriato, estuvo
la introducción del ferrocarril, que fue el medio de trans-
porte más eficiente y avanzado en esa época, y que el régi-
men impulso de manera prioritaria, dando cuenta de ello
la gran cantidad de vías férreas que se construyeron a lo
largo de la República10, lo que permitió que diversas ciu-
dades y poblaciones pudieran comunicarse y dejar su ais-
lamiento, y así, verse ampliamente beneficiadas por todos
los adelantos que traía consigo la modernidad.

La entidad oaxaqueña había realizado distintos inten-


tos por contar con el servicio del ferrocarril, desde poco
antes del inicio del periodo porfirista, cuando en1875, bajo
el Gobierno del presidente Lerdo de Tejada, fue dada la pri-
mera autorización al gobernador de Oaxaca, José Esperón,
para construir una línea ferroviaria que llegara a este esta-
do, pero este proyecto quedaría suspendido en1876, por
el estallido de la Revolución de Tuxtepec, que encabezó el
mismo Porfirio Díaz contra el régimen de Lerdo de Teja-
da al que finalmente derrocó. El proyecto del Ferrocarril
Mexicano del Sur se concluyó a principios de 1892, duran-
te el Gobierno del general Gregorio Chávez (1890–1894).

10
“En 1891, al ponerse en marcha la Secretaría de Comercio y Obras Públicas, los cami-
nos de fierro miden diez mil kilómetros. De ahí en adelante continuarán avanzando a
una velocidad anual que promedia los 500 kilómetros. El ferrocarril incorporará cada
año a su red por lo menos una nueva ciudad importante”. Luis González y González,
Paz porfirica, en Historia General de México, México, El Colegio de México, 2000, pp.
680–681. “De apenas 578 kilómetros de vías férreas que la República Restaurada había
heredado al porfiriato, al final de este período, llegaron a ascender a 24,559 kilómetros”.
Moisés González Navarro, Sociedad y Cultura en el porfiriato, México, Consejo Nacio-
nal para la Cultura y las Artes, 1994, p.15.

18

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